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Hacia la construcción de una Izquierda Pedagógica

Por: Martín Torres

Los sistemas educativos viven una crisis importante, acompañando la que atraviesa el capitalismo global. Las élites gobernantes y corporaciones empresarias presionan por subordinar completamente la escuela a su ambición de ganancias. Apuestan a ganarse a la sociedad, abrumándola con discursos ‘pedagógicos’ engañosos y cínicos. Los educadores resisten en las calles. Unir las resistencias al neoliberalismo anti-educativo y construir propuestas que transformen la educación para que aporte a la superación de esta sociedad injusta y desigual. Desafíos para poner en pie una Izquierda Pedagógica, que decenas de docentes y estudiantes debatimos el sábado 3/9 en la Universidad Nacional de Córdoba.

Gabriela Ceballos y Martín Torres

En la misma semana, y no por casualidad.

La docencia argentina realiza una huelga nacional, reclamando reiniciar las negociaciones salariales, puesto que los magros aumentos ofrecidos a comienzos de año han sido deglutidos por la inflación a los pocos meses.

Ese día La Nación[1], un periódico por el que habla -desde siempre- la oligarquía del país, publica una nota titulada “Alarma la falta de docentes de alta calidad en América Latina”, basada en el informe presentado por la organización ‘Diálogo Interamericano’ conducida por los ex presidentes Lagos (Chile) y Zedillo (México)…con sede en Washington acompañada por una “Guía” para aumentar la presión sobre los educadores[2].

Al día siguiente, una maestra de nivel primario es golpeada y amenazada de muerte por la madre de un estudiante en la capital de nuestra provincia.

Tres días después, el periódico La Voz –el más poderoso de Córdoba- informa que “Cuatro de cada diez adolescentes pobres no asisten a la escuela”[3].

Pinceladas sobre lo que pedimos, recibimos y sentimos los educadores.

Cambios en educación, dos caminos

Ya no hay análisis serio que niegue la existencia de una crisis en la escuela y en los sistemas educativos de los países y regiones. Amplísimos sectores de la sociedad aspiran a que se produzcan cambios que ayuden a encontrar el rumbo perdido, para llegar al puerto de la ‘Calidad Educativa’. Y es justo que millones quieran la mejor educación posible para sus hijos, que son lo más preciado.

Pero a partir de allí, los caminos propuestos se bifurcan irremediablemente.

Por un lado, organismos como Banco Mundial, OCDE, BID, FMI vienen bombardeando (y no es completamente metafórico el término) a la población con estadísticas, informes de sus áreas de especialistas en educación y foros que se realizan en todo el mundo.

La tesis: tenemos una educación obsoleta, que no genera “productos de calidad” y los responsables son los docentes.

La respuesta: se deben evaluar y medir los resultados de los aprendizajes, premiando o castigando según los estándares internacionales, demandados por el complejo industrial y tecnológico internacional, para ser respetados a escala planetaria.

Lo que no sirva a las necesidades del poder concentrado, será señalado, castigado y posteriormente modificado para que nadie se salga del molde. Retomando lo que plantea el artículo reciente de Luis Bonilla[4], se propone avanzar aceleradamente rumbo a un “Apagón Pedagógico Global”.

A tono con esta propuesta, en nuestro país, a mediados de octubre debutará el operativo de evaluación nacional “Aprender 2016”.

Del otro lado, miles de docentes y estudiantes de magisterios y profesorados rechazan las recetas de los verdugos de la pedagogía y salen a las calles a enfrentar sus ataques. México está en la avanzada de un movimiento docente que ha puesto y sigue poniendo todo de sí para defender una educación pública, laica, gratuita, científica y popular. El encuentro propuesto por el Instituto McLaren y la CNTE[5] es una buena noticia, que debe ser difundida y aprovechada por los educadores de América Latina.

Esta mirada tiene otra tesis: los problemas en la educación son problemas sociales, producidos por un modo de organización social que no da respuesta a las demandas esenciales de la especie humana, profundizando la desigualdad e incluso ha comenzado a generar procesos de devastación a nivel de la naturaleza. Los sistemas de educación masivos y toda batalla por políticas de inclusión y democratización en ellos representa un obstáculo, que el poder económico y los gobiernos subordinados quieren reducir a la mínima expresión. Por eso, luego de quitarles presupuesto, dejarlos presionar por las corporaciones y abandonarlos a su suerte, los evalúan con una mirada meritocrática e individualista, promoviendo la producción de personas de ‘calidad’, adaptables a cualquier tarea, salvo a la de pensar por su propia cuenta.

La respuesta desde la mirada de las pedagogías críticas apunta a profundizar los aspectos democráticos, críticos, reflexivos dentro de la escuela. Salirse del rol docente-reproductor de un orden social injusto. Distribuir el conocimiento social y apostar a producir nuevos conocimientos, pero desde la perspectiva de la transformación positiva de la sociedad y de la personalidad, no para fomentar la competencia y el éxito individual.

Izquierda Pedagógica, ahora es cuando

Estamos asistiendo a un capítulo muy importante de la batalla por el derecho a la educación.

Los resultados de esta pulseada impactarán considerablemente en los sistemas educativos de todo el mundo.

Hay que multiplicar los esfuerzos para lograr una sólida articulación de quienes queremos frenar el neoliberalismo anti-educativo. Debemos hacerlo a escala local e internacional. La fragmentación es utilizada en nuestra contra. Encuentros, foros, debates, producciones colectivas, declaraciones, redes, tienen que comenzar a generarse con urgencia. No sólo para responder a los ataques, sino para generar debates en grandes sectores antes de que se intenten implementar las contrarreformas. La atomización –provocada o permitida por sindicalistas amigos del poder- impide que el movimiento docente tome conciencia de sus propias fuerzas. Tenemos que aportar nuestro esfuerzo a que esto se pueda lograr.

Y conjuntamente con esto, debemos intervenir con nuestras propias voces en el debate sobre los cambios que necesita la educación. Para llevarle al pueblo nuestra mirada, la de quienes somos educadores de sus hijos. Aprovechando los valiosísimos aportes de Paulo Freire, Giroux, McLaren y muchos otros, animarnos a elaborar nuestras propias respuestas.

En el marco de la convocatoria Universidad Anticapitalista, desarrollada por el MST de Córdoba, decenas de docentes y estudiantes nos empoderamos, construyendo nuestros caminos y soluciones. Esa es la fuerza, la mística, que da razón de existir a una Izquierda Pedagógica.

Viaje de ida, por el futuro de nuestros hijos.

Estamos en marcha.

[1] Diario La Nación, Argentina, 24 de agosto de 2016. http://www.lanacion.com.ar/1930958-alarma-en-america-latina-la-falta-de-docentes-de-alta-calidad-profesional

[2] Idem. http://www.lanacion.com.ar/1930940-guia-para-superar-la-crisis-en-la-region

[3] Diario La Voz del Interior, Córdoba, Argentina. http://www.lavoz.com.ar/ciudadanos/cuatro-de-cada-10-adolescentes-pobres-no-asisten-la-escuela

[4] Luis Bonilla-Molina; Apagón Pedagógico Global. Las reformas educativas en clave de resistencias. http://otrasvoceseneducacion.org/archivos/139174

[5] Declaración del Simposio Internacional de Educación Comparada. México. 8 de agosto de 2016. http://otrasvoceseneducacion.org/archivos/133129

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Teorías de la reproduccion y la resistencia en la nueva sociologia de la educacion

América del Norte/EEUU/Agosto 2016/ Henry Girox/www.pedagogica.edu.co

por: Henry Giroux

En la última década, el concepto de Marx de “reproducción” ha sido una de las principales ideas organizadoras que informan las teorías socialistas de la escolarización. Marx establece que “cada proceso social de producción es, al mismo tiempo, un proceso de reproducción… La producción capitalista además.., produce no sólo comodidades, no sólo plusvalía, sino también produce y reproduce la relación capitalista, en un lado el capitalista, en el otro el trabajador asalariado1 . Los educadores radicales dieron a este concepto un lugar central al desarrollar una crítica de los puntos de vista liberales sobre la escolarización. Más aun, lo usaron como el fundamento teórico para el desarrollo de una ciencia crítica de la educación2 . Pero la tarea ha sido sólo parcialmente exitosa. Contra los clamores de los teóricos e historiadores liberales de que la educación pública ofrece posibilidades para el desarrollo individual, movilidad social, y poder político y económico para los desposeídos y en desventaja, los educadores radicales argumentaron que las principales funciones de la escuela son la reproducción de la ideología dominante, sus formas de conocimiento y la distribución de la capacitación necesaria para reproducir la división social del trabajo.

En la perspectiva radical, las escuelas como instituciones sólo podrían ser comprendidas a través de un análisis de su relación con el Estado y con la economía. En esta visión, la estructura profunda, esignificado subyacente de la escolarización podrían revelarse a través del análisis de cómo las escuelas funcionan como agencias de la reproducción social y cultural esto es, cómo legitiman la racionalidad capitalista y sostienen las prácticas sociales dominantes.

En lugar de culpar a los estudiantes por el fracaso educacional, los educadores radicales culparon a la sociedad dominante. En lugar de abstraer las escuelas de la dinámica de la desigualdad y los modos de discriminación racial, sexual o de clase, las escuelas fueron consideradas como las agencias centrales en las políticas y procesos de discriminación. En contraste con la visión liberal de la educación como el gran igualador, los educadores radicales vieron los objetivos de la escuela de manera bastante distinta; como lo establece Paul Willis, “La educación no estaba por la igualdad, sino por la desigualdad… El propósito principal de la educación de la integración social de una clase social puede obtenerse solamente preparando a la mayoría de los niños para un futuro desigual y asegurando su subdesarrollo personal. Lejos de los roles productivos en la economía simplemente esperando para ser “justamente” ocupados por los productos de la educación, la perspectiva de la “Reproducción” dio vuelta esto, hasta sugerir que la producción capitalista y sus roles requieren ciertos productos educacionales.

En mi punto de vista, los educadores radicales presentaron una seria crítica a la lógica y el discurso de las visiones liberales de la escolarización. Pero hicieron más que eso. Trataron también de elaborar un nuevo discurso y conjunto de comprensiones (conclusiones) alrededor de la tesis de la reproducción. Se despojó a las escuelas de su inocencia política y se las conectó a la matriz social y cultural de la racionalidad capitalista.

En efecto, se retrató a las escuelas como reproductivas en tres sentidos: Primero, las escuelas proveen a las diferentes clases y grupos sociales el conocimiento y la capacitación que necesitan para ocupar sus lugares respectivos en una fuerza de trabajo estratificada por clase, raza y sexo.

Segundo, se ve a las escuelas como reproductivas en el sentido cultural, funcionando en parte para distribuir y legitimar las formas de conocimiento, valores, lenguaje, y (modos de estilos que constituyen la cultura dominante y sus intereses).

Tercero, se ve a las escuelas como parte de un aparato estatal que produce y legitima los imperativos económicos e ideológicos que subyacen al poder político del Estado. Los teóricos radicales de la reproducción han usado estas formas de reproducción para elaborar un conjunto de ideas específicas que dieron forma a la naturaleza de su investigación educacional. Estas ideas han enfocado análisis de las relaciones entre la escuela y el lugar de trabajo4 , experiencias educacionales específicas de clase y las oportunidades laborales que emergen de los diferentes grupos sociales5 , la cultura de la escuela y las culturas de clase definidas de los estudiantes que van a ella6 , y la relación entre las funciones económicas, ideológicas y represivas, del Estado y cómo éstas afectan las políticas y prácticas escolares

La teoría de la reproducción y sus diversas explicaciones del rol y función de la educación han sido valiosas como contribución a una comprensión más amplia de la naturaleza de la escolarización y su relación con la sociedad dominante. Pero se debe acentuar que la teoría no cumplió su promesa de proveer una ciencia crítica comprehensiva de la escuela. Los teóricos de la reproducción han sobreenfatizado en sus análisis la idea de la dominación y fallaron en proveer mayores explicaciones de cómo maestros, estudiantes y otros agentes humanos actúan dentro de contextos históricos y sociales específicos para hacer y reproducir las condiciones de su existencia. Más específicamente, las teorías de reproducción se ubicaron continuamente en la línea de las versiones marxistas estructural-funcionalistas que acentúan que la historia se hace “detrás de las espaldas” de los miembros de la sociedad. La idea de que la gente sí hace la historia, incluyendo sus condicionamientos, ha sido descuidada (ignorada).

Por cierto, los sujetos humanos generalmente desaparecen dentro de una teoría que no deja lugar para momentos de creación propia, mediación y resistencia. Estas explicaciones frecuentemente nos dejan con una visión de la escuela y la dominación que parece surgida de una fantasía Orwelliana, las escuelas son vistas como fábricas o prisiones, los maestros y alumnos actúan por igual meramente como piezas y actores de roles limitados por la lógica y las prácticas sociales del sistema capitalista.

Subvalorando la importancia de la acción humana (agenciamiento humano), y la noción de resistencia, las teorías de la reproducción ofrecen poca esperanza para criticar y cambiar los rasgos represivos de la escolarización.

Ignorando las contradicciones y luchas que existen en las escuelas, estas teorías no sólo disuelven la acción humana sino que sin saberlo proveen una razón para no examinar a los maestros y alumnos en las escuelas concretas. Así, ellos pierden la oportunidad de determinar si hay una diferencia sustancial entre la existencia de varios modos estructurales e ideológicos de dominación y sus despliegues y efectos reales.

Recientes investigaciones sobre la escolarización en los Estados Unidos, Europa y Australia han criticado y tratado de ir más allá de las teorías de la reproducción. Esta investigación enfatiza la importancia del agencia-miento humano y la experiencia como las piedras angulares teóricas para analizar las complejas relaciones entre las escuelas y la sociedad dominante. Organizadas alrededor de lo que en sentido amplio rotulo como teoría de la resistencia, estos análisis dan importancia central a las nociones del conflicto, lucha y resistencia

Combinando estudios etnográficos con estudios culturales europeos mas recientes, los teóricos de la resistencia han tratado de demostrar que los mecanismos de reproducción social y cultural nunca son completos y siempre se encuentran con elementos de oposición parcialmente realizados. En efecto, los teóricos de la resistencia han desarrollado una armazón teórica y un método de pesquisa que restablece la noción crítica de “agenciamiento”.

En las explicaciones de la resistencia, las escuelas son instituciones relativamente autónomas que no sólo proveen espacios para conductas y enseñanzas de oposición, sino también representan una fuente de contradicciones que a veces las hacen disfuncionales a los intereses materiales e ideológicos de la sociedad dominante.

Las escuelas no están solamente determinadas por la lógica del mercado de trabajo o de la sociedad dominante; no son sólo instituciones económicas sino también sitios políticos, culturales e ideológicos que existen de alguna manera independientemente de la economía de mercado capitalista.

Por supuesto las escuelas operan dentro de límites establecidos por la sociedad pero funcionan en parte en influir y formar esos límites, ya sea económicos, ideológicos y políticos. Más aún, en lugar de ser instituciones homogéneas que operan bajo el control directo de grupos de negocios, las escuelas se caracterizan por tener diversas formas de conocimiento escolar, ideologías, estilos organizacionales y relaciones sociales en el aula.

Entonces, las escuelas frecuentemente existen en una relación contradictoria con la sociedad dominante, alternativamente apoyando o criticando sus supuestos básicos. Por ejemplo, las escuelas a veces apoyan una noción de educación liberal que está en aguda contradicción con la demanda de la sociedad dominante de formas de educación especializadas instrumentales y ligadas a la lógica del mercado laboral.

Además, las escuelas todavía definen con fuerza su rol, como agencias para la movilidad social aún cuando frecuentemente producen graduados más rápidamente que lo que la capacidad de la economía puede emplear.

En esta discusión más bien breve y abstracta, he yuxtapuesto dos modelos de análisis educacional para sugerir que las teorías de la resistencia representan un avance significativo sobre los importantes pero teóricos aciertos de los modelos reproductivos de la escolarización. Pero es importante enfatizar que, a vez de modos más complejos de análisis las teorías de la resistencia también tienen aspectos teóricos que se le escapan en parte, estas falencias provienen de la falta de reconocimiento del grado en que las teorías de la resistencia misma están en deuda con algunos de los rasgos (más débiles) de la teoría de la reproducción.

Las bases para superar esta separación del agenciamiento humano de los determinantes estructurales, están en el desarrollo de una teoría de la resistencia que cuestione sus propios supuestos y se apropie críticamente de aquellos aspectos de la escuela que son presentados con precisión y analizados en el modelo de reproducción. En otras palabras, la tarea que deben enfrentar los teóricos de la resistencia es doble: primero, deben estructurar sus propios supuestos para desarrollar un -nodo más dialéctico de análisis de escolarización y sociedad; y segundo, deben reconstruir las principales teorías de la reproducción para abstraer de ellas los hallazgos más radicales y emancipadores.

El resto de este ensayo discutirá primero tres importantes teorías que constituyen varias dimensiones del modelo reproductivo de la escolarización: el modelo reproductivo económico, el modelo reproductivo cultural y el modelo reproductivo del Estado hegemónico. Ya que los teóricos de la reproducción han sido objeto de una crítica considerable en otras partes, yo enfocaré primeramente los puntos fuertes de cada modelo, y sólo resumiré algunas de las críticas generales. Segundo, sólo miraré lo que generosamente llamo teorías de la resistencia neo-marxistas que han emergido recientemente en la literatura sobre la educación y la escuela, examinando los puntos teóricos fuertes y débiles, mientras al mismo tiempo analizo cómo están informados positiva o negativamente por las teorías de la reproducción. Trataré finalmente dedesarrollar una nueva teoría de la resistencia y analizaré brevemente sus implicaciones para una ciencia crítica de la escolarización.

Fuente : http://www.pedagogica.edu.co/storage/rce/articulos/17_07pole.pdf

Fuente imagen: https://lh3.googleusercontent.com/icS1RClPhOpzyYOR2XzaDH2c6mETebyRyHz6WEOpvcKdUDHvtkFBW_fJvW14SEPtj19Q5g=s128

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Si fuera maestra…

Centroamérica/Cuba/05 de Agosto de 2016/Autora: Graziella Pogolotti/Fuente: Granma

Llegó el momento de respirar hondo y llenar los pulmones del aire cálido y húmedo de nuestro verano tropical. Pa­só la angustia de los exámenes y de la espera por el otorgamiento de las carreras universitarias. No saben todavía los muchachos ansiosos por el disfrute vacacional que algún día sentirán añoranza de estos días de alegría y pesadumbre porque cada graduación implica una despedida.

Al contemplar el espectáculo, pienso en lo que haría si, ahora mismo, me confiaran un aula. Empezaría por solicitar a los alumnos la pormenorizada descripción del entorno inmediato. Los incitaría luego a la narración detallada del recorrido mañanero para que observaran las casas, los balcones, la ropa tendida al aire y los rasgos característicos de los transeúntes habituales. Les pediría el retrato en palabras de un familiar cercano, su vestuario, modo de peinarse, el estilo de sus movimientos, junto a la ex­presión de la cara y la mirada. Po­dría­mos detenernos todos en la contemplación de un muro, sus grietas, sus manchas y disfrutaríamos al tacto las cualidades de la materia rugosa.

Inmersos cada vez más en un universo virtual, absortos ante las pantallas, tenemos que renovar el contacto con la realidad concreta. Es un modo de provocar curiosidad y hacer que el abrir los ojos en cada mañana resulte un feliz redescubrimiento de la vida. Un experimento sencillo revela que la rutina anula la mirada.

Aguzarla enseña a conocer la arquitectura, los matices cromáticos del ambiente cambiante. Enseña también, por vía empírica, a acercarnos al análisis de la sociedad y a convertirnos en psicólogos aficionados. Con similar procedimiento minucioso, nos adentraríamos todos en el desciframiento de los textos escritos. Uno y otro son entrenamientos complementarios. Ayudan a andar por el mundo y encaminan el aprendizaje real.

El acceso a las ventanas abiertas por la informática constituye una ganancia neta. Expande el horizonte informativo, favorece el intercambio y la actualización de los especialistas y acelera la comunicación. Para ser útil, tanta oferta exige saber formular las preguntas precisas para descartar la tontería, seleccionar lo necesario sin perder rumbo en un océano de sobreabundancia.

Sin embargo, toda moneda tiene dos caras. Las ganancias suelen entrañar pér­didas. Los costos se revelan en ocasiones a mediano plazo. En la actualidad, los padres observan con alegría la rápida incorporación de las habilidades en el manejo de los equipos de computación adquiridas por los niños desde la más corta edad. Investigadores científicos de alto rango académico comienzan a dar señales de alarma respecto a las repercusiones de la sustitución demasiado temprana de la escritura tradicional por el teclado en el desarrollo de las facultades intelectuales.

Sabido es que el empleo de la mano, la capacidad de agarrar objetos y de mejorar las condiciones de vida me­dian­te el trabajo nos convirtieron en se­res humanos. Al nacer, me explicó un neurólogo, la naturaleza nos ha dotado de todas las neuronas necesarias. La cla­ve del desarrollo humano se encuentra en la estimulación de las interconexiones que se activan en la práctica. La actividad motora y el dominio muscular alcanzan el cerebelo e incentivan otras capacidades. Corresponde a una etapa posterior, piensan los investigadores, la familiarización del teclado, mediante un aprendizaje a ciegas con el propósito de favorecer la coordinación entre las dos manos.

La revolución industrial y la filosofía positivista generaron una visión optimista y acrítica del progreso. No es de­seable el regreso a la era de las cavernas. No estamos preparados para sobrevivir en esas circunstancias. La cocción de los alimentos debilitó nuestra dentadura. Obsoletos, los cordales, cuando crecen suelen convertirse en fuente de problemas. La entrega irresponsable al progreso técnico-material llenó el ambiente de polvos de carbón producidos por los ferrocarriles, las fábricas y los sistemas de calefacción. El ser humano se arrogó el derecho a ejercer su dominio sobre la naturaleza y la fue expoliando con un ritmo acelerado. Los desiertos crecen, los polos se derriten y los océanos amenazan invadir las islas. Estamos ante los problemas del cambio climático. La agricultura padece los efectos de los productos químicos.

Si fuera maestra, pensaría ante todo en conocer los escenarios que propone el panorama planetario contemporáneo pa­ra la conformación del destino de la especie, de los grupos humanos y las personas. Vivimos un mundo cada vez más poroso a la influencia de imágenes portadoras de paradigmas y de sueños rutilantes. An­da­mos por las calles con audífonos que nos aíslan de cuanto nos rodea. Son factores que inducen al aislamiento y a la pérdida del contacto humano concreto. Sin coartar el acceso, sin renunciar al horizonte informativo, no podemos mutilar la capacidad de descubrir otras fuentes de enriquecimiento.

Me propondría entonces dotar a ni­ños y jóvenes de las facultades im­pres­cindibles para leer la realidad en su misterio y en su belleza para encontrar en ella las señales de cambio y de obsolescencia, para hacernos, paulatinamente constructores de nuestra propia existencia. Enseñaría a hurgar en lo más re­cóndito de los textos, en lo que dicen y sugieren. Insistiría en la comunicación grupal y en el aprendizaje de una ética del respeto mutuo.

La suma de datos es un primer peldaño para la adquisición de conocimiento. Para la cristalización de este mundo se impone un proceso de metabolización basado en un ojo crítico aguzado, en el eslabonamiento de interrogantes, en el entrenamiento para interconectar factores diversos, en la meditación y en el análisis. Porque, en tiempo de velocidad acrecentada, el niño de hoy entrará en un mundo fuera del alcance de nuestros catalejos.
(Tomado de Juventud Rebelde)

Fuente: http://www.granma.cu/opinion/2016-07-31/si-fuera-maestra-31-07-2016-21-07-19

Fuente de la imagen:http://www.virtualfactory.cl/quienes-somos/blog-virtual-factory-chile-vr-cl/item/204-la-realidad-virtual-en-la-educacion-las-sorpresas-que-nos-depara-el-futuro

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Hacia una pedagogía de la imaginación crítica.

Muchos educadores han sido privados de los espacios, el apoyo, la autonomía y el estímulo para asumir la pedagogía como una práctica moral y política, como una expresión de la imaginación crítica, como una actuación que encarna una idea del futuro que ya no es simplemente un repetir el presente.

Por: Henry.A Giroux.

En tales circunstancias, el poder de la pedagogía da paso al venenoso control de las escuelas por las corporaciones financieras y las élites de los ultraricos. En tales circunstancias, la represión se intensifica y sustituye a la compasión.

Verdaderos problemas tales como la pobreza, el desempleo juvenil, la guerra contra los inmigrantes, la disparidad en la riqueza y el ingreso y la falta de vivienda desaparecen de los programas escolares y dan paso a la pedagogía represiva, las prácticas asociadas con las formas punitivas de disciplina como los test de enseñanza, las políticas de tolerancia cero, la policía en las escuelas y acaban con las escuelas entendidas como esferas públicas democráticas. A la vista, muchos educadores se alejan con demasiada facilidad de sociedades cuyo único valor educativo es el valor del cambio.

Las escuelas imitan el orden social mayor, lo que corresponde a erradicar la disidencia y a aumentar el estado de vigilancia y de criminalización de los problemas cotidianos. 

Por ejemplo, en Estados Unidos los estudiantes son retenidos en las escuelas por hacer garabatos en el escritorio, violar los códigos de vestimenta y quedarse dormidos en clase. Las escuelas se están convirtiendo en extensiones de la prisión y la pedagogía en una herramienta de represión.

La evidencia de una cultura cada vez más controlada crece dramáticamente en Estados Unidos, donde se invierte más dinero en la ampliación de prisiones y en la industria militar que en la educación superior. Lo social se invoca al amparo del neoliberalismo, que intenta unir a las personas sobre la base de los temores compartidos antes que en relación a cualquier sentido de responsabilidad compartida.

Como Zygmunt Bauman observa, en lugar de abordar las «causas más profundas de la ansiedad” – es decir: la experiencia de la seguridad individual y la incertidumbre basada en los problemas sociales concretos -, “las élites gobernantes de todo el mundo aprovechan los nuevos temores”. Como tal, la comunidad se invoca a través de la apelación a la defensa militar, la seguridad nacional y el orden público y con mayor legitimidad después de los terribles ataques terroristas del 11 de septiembre de 2001.

El neoliberalismo ha corrompido la política, las artes, y la mayoría de otras esferas públicas que no se definen en los valores puramente de mercado. En tales circunstancias, la política ha sido vaciada de cualquier significado sustantivo. 

Pedagogía crítica, evolutiva y democrática:

En primer lugar necesitamos una noción de pedagogía crítica que abarque una visión de la escuela como una esfera pública democrática, los estudiantes como ciudadanos informados y comprometidos, y los profesores como intelectuales públicos. En segundo lugar, necesitamos una nueva comprensión de la educación y un nuevo vocabulario que se ocupe de la naturaleza educativa, cultural y global de los problemas sociales a los que las generaciones futuras deberán hacer frente. En tercer lugar, cualquier estrategia seria y viable sobre la educación, la pedagogía o la cultura  debe animar a los educadores y a otros agentes a trabajar con un pie dentro y otro fuera de las instituciones tradicionales. No podemos entregar todo el poder a las escuelas de los fundamentalistas ideológicos, a la élite financiera o a los reaccionarios religiosos. Las escuelas deben ser vistas como espacios de transición en la dignidad de las resistencias.

Al mismo tiempo, hay que reinventar la pedagogía como una práctica política diseñada para permitir a los jóvenes narrar por sí mismos, aprender a gobernar en lugar de ser gobernados y a leer la palabra como parte de lo que significa leer el mundo.

Esto sugiere que las escuelas progresistas y las prácticas pedagógicas, donde funcionan los ideales emancipatorios, los valores, las relaciones sociales, los conocimientos y modos de intercambio, pueden proporcionar un espacio que augura una comprensión diferente y más democrática del futuro. Se trata de una pedagogía que es tan insurreccional que resulta esperanzadora.

Fuente: http://www.bez.es/768114305/Hacia-una-pedagogia-imaginativa.html

Imagen: http://www.bez.es/images/carpeta_relacionados/15173_fotonoticia_2011122116_6.jpg

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Pedagogía de la crueldad en un mundo de dueños

Por: Sarah Babiker

La antropóloga argentina Rita Laura Segato llegó al mundo de la violencia contra las mujeres por casualidad. El tema no le interesaba especialmente, pensaba que se trataba de una cuestión privada, una «anomalía histórica» destinada a desaparecer.
Corrían los años 90 y ya enseñaba en la Universidad de Brasilia. La ciudad padecía unos índices de violación desproporcionados y, acompañadas por la Administración, un grupo de académicas feministas se decidió a investigar. Segato fue al grano: quiso hablar directamente con los violadores. Fueron años de entrevistas a presos con su equipo de estudiantes.
«Nada de lo que digan les va a favorecer en su condena», les aclararon en esas conversaciones. Y los violadores hablaron. «No entiendo, yo tengo mi mujer, tengo mis novias, el viernes voy con mis amigos al burdel, no entiendo qué pasó ahí», decía uno de los testimonios.
«El mismo violador, preguntado sobre su acto, se mostraba incapaz de entenderlo, era ininteligible para su propia conciencia», cuenta la autora más de dos décadas después. De ahí la conclusión de que los crímenes no eran para conseguir algo, no tenían un fin instrumental: «Surge esa idea que me acompaña a Ciudad Juárez y a los crímenes de guerra, que es ver que ahí se está diciendo algo».
Violencia
Es jueves por la tarde y, en la librería madrileña Traficantes de Sueños, un público compuesto mayoritariamente por mujeres, donde se oyen diversos acentos, escucha atento a la autora de Las estructuras elementales de la violencia.
Resuenan las últimas violaciones colectivas en Brasil en la cabeza cuando Segato rememora esa primera investigación en Brasilia y narra cómo después comprobó y extendió su hipótesis en Ciudad Juárez. De ahí surgieron dos textos: La escritura en el cuerpo de las mujeres asesinadas en Ciudad Juárez: territorio, soberanía y crímenes de segundo estado y Las nuevas formas de guerra y los cuerpos de las mujeres.
Confiesa Segato que querría dejar el tema de la violencia atrás, pero la violencia no cesa. «Tenemos que pensar –nos desafía– por qué a pesar del accionar de las instituciones, la promulgación de leyes, el habernos dotado de un vocabulario, la violencia no tiene fin. No se supera con los clásicos clichés, llamándola crímenes de odio o hablando de morir por el hecho de ser mujeres: el tema no se agota nombrándolo, esto es perjudicial porque se deja de pensar: hemos pasado a repetir burocráticamente conceptos y definiciones, pero no hemos salido del lugar».
Salir del lugar, volver inteligible lo ininteligible. En Las estructuras elementales de la violencia, Segato afirma que las violaciones son medios de expresión, expresan potencia, la expresan ante la víctima, pero sobre todo la expresan frente a los pares: «El mandato de masculinidad obliga al hombre a comprobar, a espectacularizar, a mostrar a los otros hombres para que lo titulen como alguien merecedor de esta posición masculina: necesita exhibir potencia». Y, al menos en Occidente, matiza la antropóloga, «poder y sexualidad están muy relacionados entre sí».
La dominación
«No es lo que pensamos, que está un sujeto en la calle y pasa una mujer linda, y se siente estimulado sexualmente, y la testosterona se le salta y se va encima y entonces se da el gusto. Ningún relato de los que conocimos tiene estas características: el placer no está presente, la dominación sí».
Por eso Segato defiende que hablar de crímenes sexuales desorienta, pues las violaciones son «crímenes por medios sexuales, pero no son crímenes para la sexualidad».
El acceso sexual es una forma de castigo, de dominación: «No hay placer, sino gozo dominador». Y es un acto expresivo dirigido a otros, pues «la persona más importante para un hombre es otro hombre, se constata todo el tiempo, todos los días».
Explorando en la literatura previa sobre el fenómeno, Segato descubrió datos reveladores: las sociedades racistas y consumistas tienen mayores tasas de violación y, cuando son los jóvenes quienes las ejecutan, son también más cruentas, «porque la adquisición de este título de ser capaz de crueldad y traspasar los límites es central en estos grupos».
Así, Segato inicia una vía que la aleja de lo que considera el gran error del feminismo: centrarse en el eje vertical de la violación, la relación entre victimario y víctima. Una reducción que, en su opinión, responde a un problema mayor: «Haber guetificado todo aquello que nos pasa a las mujeres, pensar que la violencia es un problema de las mujeres cuando nos habla de toda la sociedad. Aceptar la expulsión de todo lo que pasa a las mujeres, que se convierta en un tema minoritario y no entender que ahí hay luz para entender la época, la civilización, la sociedad, la economía e, inclusive, la marcha del capital».
Adentrándose en esta senda, Segato llegó a Ciudad Juárez en 2004, invitada por activistas mexicanas. Aquello de lo que hablas, le dijeron, encaja totalmente en lo que está pasando en México, donde el mandato de la masculinidad se sufre en los cuerpos de las niñas.
Años después, en Guatemala, le preguntaron cómo enfrentar las formas de violencia «que participan de la desposesión, que son el brazo armado de los procesos de despojo. Una de las formas de detener estas violencias es deconstruir el mandato de masculinidad: el capital no podría cumplir sus objetivos sin ese mandato de otros pares que demandan pruebas de coraje, pruebas que se ejecutan sobre el cuerpo de las mujeres. La masculinidad tiene que ser demostrada, si no es demostrada no existe. Y ése es el problema de la humanidad».
Ese mecanismo operaría en una guerra difusa, de actores paraestatales, que persiguen el ejercicio del control social, que se extiende desde México, América Central, Colombia, hacia al Sur, según la autora.
La profanación colectiva de los cuerpos es una de sus armas: «Se especializa el discurso de la crueldad, imponer su voluntad y espectacularizar su soberanía jurisdiccional. No son crímenes que puedan estar referidos a la interpersonalidad, no se perpetran como respuesta a un deseo, sino para formar parte de una organización mafiosa. Son crímenes bélicos cuyo escenario es público; crímenes expresivos de mafias que dialogan entre sí».
Una «pedagogía de la crueldad», como la conceptualiza la autora, que alcanza el máximo de su eficacia cuando actúa por medios sexuales, supone el «asesinato moral» del sujeto, despojándole de la jurisdicción sobre su propio cuerpo que, también la cultura occidental, designa como cosa, como objeto de despojo y rapiña.
Y responde a un proyecto histórico, defiende Segato: «Para esta fase del capital es indispensable que las personas se vuelvan menos empáticas, que sean menos vinculadas. Que el sufrimiento del cuerpo que tengo al lado no vibre en mí. Que se anule la solidaridad que es consecuencia de la empatía. Nos están entrenando para ser menos empáticos y tolerar el presente».
Un presente desigual, con una concentración en pocas manos de la propiedad del planeta: «El poder tiene que expresarse por medio de la espectacularidad de la crueldad sobre el cuerpo y el territorio, modo de expresión del control sobre las personas en una fase de dueñidad, de señorío».
¿Cómo enfrentar las violencias? ¿Cómo truncar el proyecto de dominio que se escribe sobre los cuerpos de las mujeres y desarmar el pacto masculino? «Es indispensable que las mujeres construyan su pacto, formen su cofradía, se muestren también articuladas», reflexiona Segato, quien celebra iniciativas como el #niunamenos en Argentina, o las movilizaciones de denuncia en Brasil.
Pero no es suficiente: «Tendría¬mos que mostrar al hombre su infelicidad, quizás el rédito de la masculinidad sea más ilusorio que real».
Segato advierte de que «las personas están tan atrapadas en el discurso de la acumulación que no registran el carácter lúgubre de la vida que viven».
Y concluye que «quienes alertamos del camino sin salida de la acumulación, del productivismo, de la competitividad, de la relación con las cosas por encima de la relación con las personas no hemos sido capaces de crear una retórica de valor para nuestro proyecto histórico. No hemos sido capaces de mostrar que hay cosas más interesantes, hay cosas más festivas, hay cosas más alegres, hay formas menos lúgubres de existir».
Violaciones colectivas en Brasil
Interrogada por las recientes violaciones colectivas en Brasil, la autora tiene una certeza: «El modelo del pacto masculino se aplica como un guante a las violaciones que han sucedido en Brasil. Esos hombres celebraron el daño sobre esa niña dormida y sangrando, lo viralizaron y luego otros hombres celebraron por internet ese daño, esa capacidad de daño que sería la quintaesencia de la masculinidad –entendida por toda esa gente en ese paradigma de presente–, el ser masculino dueño de dañar, expresando potencia».

Fuente: http://www.rebelion.org/noticia.php?id=214504&titular=pedagog%EDa-de-la-crueldad-en-un-mundo-de-due%F1os-

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Libro: La educación y la vida. Un libro para maestros de escuela y educadores populares

Jorge Huergo [Autor]
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ISBN: 978-950-34-1272-5
EdicionesEPC
Argentina – Buenos Aires
Noviembre de 2015

Creemos que hay una preocupación de Jorge: brindar a los educadores herramientas para repensar sus propias prácticas, para mejorar los aprendizajes de nuestro pueblo. Para eso quería contribuir en dar a conocer las ideas y experiencias de las pedagogías críticas o alternativas latinoamericanas; la perspectiva político pedagógica de una educación y una comunicación al servicio de la emancipación y la transformación de los pueblos latinoamericanos, con las banderas de la justicia social, la igualdad de derechos, la independencia económica y la soberanía política. De modo que pensamos que se trata de un legado fundamental, que vincula la educación y la vida en todo momento y territorio. Ese fue su modo de entender la construcción colectiva de las ideas, y lo es para quienes pensamos la educación como un derecho fundamental que habilita el acceso al cumplimiento de otros derechos.
Para descargar, haga click aquí: Descargar .pdf
Fuente de la Reseña:
http://www.clacso.org.ar/libreria-latinoamericana-cm/libro_detalle.php?orden=&id_libro=1294&pageNum_rs_libros=1&totalRows_rs_libros=1209&orden=
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Esta boca es nuestra  

Por Claudia Korol

Son niños, niñas y adolescentes de quienes poco se habla salvo cuando se los señala como criminales –a ellos en general– o se encuentran sus fotos en las búsquedas de paradero –las de ellas–. Viven en la calle y se refugian en casas de noche o centros de día para paliar la intemperie que se siente aun más allá de la piel. Pero en esos lugares encuentran también oportunidades, como la de convertirse en cronistas de la movilización que el viernes pasado colmó las calles. Indagaron, hicieron sus carteles, recogieron otras voces, sumaron las propias y conjuraron el estigma de ser víctimas, criminales o invisibles.

Son pibas y pibes de los barrios. Viven en las calles y utilizan las casas de noche o los centros de día para pasar ahí parte de su vida cotidiana. Pero “pasar”, en este caso, se vuelve un modo de ser y de dejar de ser. De transformarse.

Son pibas y pibes que viven en la precariedad, pero que han aprendido, en la calle y en la dureza del tránsito diario, a caer y a volver a levantarse, a no paralizarse frente al miedo, a organizarse, a compartir, a estar con otros y otras, a ser protagonistas.

Son pibas y pibes que han sufrido y sufren muchas violencias. Sin embargo, al juntarse, al trabajar en grupo, al participar en procesos de educación popular, van formando una conciencia crítica que les permite hacer gestos y acciones creativas, como la cobertura periodística original que han realizado de la movilización #NiUnaMenos #VivasNosQueremos.

En una jornada previa al 3, el viernes 27 de mayo, se hizo en el espacio de la CTA Autónoma un taller para coordinar los esfuerzos de lxs jóvenes “cronistas populares”, integrantes de organizaciones de niñez. La convocatoria decía: “Que no te cuenten otra historia, escuchá la que te cuentan lxs pibxs”, en la búsqueda de que sean protagonistas de la preparación de la jornada del 3, en su difusión previa, y en su relato posterior. Desde abajito, desde los territorios y cuerpos negados, ocultados, criminalizados, recuperamos estas voces.

No todxs pudieron llegar al taller, pero luego lo fueron replicando en sus lugares. De este modo participaron antes o después en el esfuerzo, pibas y pibes de Fiorito –integrantes de “Chicos del Sur” y de “Che Pibe”–, de El Transformador –colectivos que actúan en el Oeste y en el centro comunitario “El Ranchito” de Lomas de Zamora–, de Ruca Hueney –General Rodríguez–, del Frente Territorial Salvador Herrera –integrado por diferentes villas y barrios de CABA–, y las compañeras que coordinan el espacio de niñez de la CTA. Una parte de estos grupos se organiza en el espacio “Niñez y Territorio”. 3

Participaron en la coordinación del taller varias educadoras populares de esos colectivos, del portal informativo Marcha, y del Equipo de Educación Popular Pañuelos en Rebeldía. Con estas voces que compartimos en el andar intenso de las jornadas del #NiUnaMenos, fue naciendo y enredándose esta crónica.

Muchos modos de contar

Por grupos de whatsap, facebook, blogs, siguen circulando las fotos, videos, audios, escritos, que lxs cronistas populares fueron produciendo, y que se pondrán en común a partir de un próximo taller. La tecnología, en este caso, es apropiada por chicos y chicas como recurso para contar y difundir lo que nadie cuenta. Quienes han sido desde siempre convertidos en invisibles, quienes sufren la criminalización de la pobreza, las pibas que viven amenazadas por las redes de trata y de prostitución, los pibes que intentan ser captados como “soldaditos” por las redes de narcos, las pibas atrapadas en los laberintos de la violencia de sus padres, hermanos, reproducidas a su vez en noviazgos violentos, los pibes que sufren la violencia institucional, hoy se paran no como víctimas, sino como cronistas. No se quejan. Denuncian y señalan. “El Estado es responsable” dicen, replicando la consigna que acompaña la convocatoria en este año del #NiUnaMenos.

La creatividad se vuelca en carteles, en pinturas, en frases desafiantes. “No dejemos que nos maltraten”, “Para decir Ni una menos, hay que enseñar que el amor entre mujeres existe”, “Para decir Ni una menos, hay que dejar de preguntar cómo iba vestida cuando la violó”, “Para decir Ni una menos, hay que dejar de decir que los celos son amor”, “Piquetera mata galán”, “Mujeres unidas jamás serán vencidas”, “Si tocan a una, estamos todas”, “No podemos vivir asustadas ni aterrorizadas”. En las creaciones coloridas, se adivina la marca del sistemático trabajo previo realizado por los educadoras y educadores populares. Una gran parte de los grupos fueron el año pasado al Ni Una Menos, y realizan cotidianamente experiencias de comunicación popular, de “contar” su mirada de la historia.

En Che Pibe, relatan, vienen acompañando a chichos y chicas para que manifiesten sus opiniones, preocupaciones, y propuestas, como parte del ejercicio del derecho a la participación de niños, niñas y adolescentes. En ese camino, un grupo de ellas participó en el 2015 en el Encuentro de Mujeres, donde junto a otros grupos lograron que se creara una comisión de niñas. También participaron en el primer #NiUnaMenos, y generaron crónicas de aquella cita multitudinaria. En un video producido por Che Pibe el año pasado, una de las “che pibas” explica que luchar contra la violencia hacia las mujeres “es muy importante, por lo que viene pasando con el tema de las mujeres, el maltrato, que se llega a matar a las mujeres”. Otra nos dice que el #NiUnaMenos es necesario, “para que las chicas chiquitas y grandes no desaparezcan más. Como son bonitas y eso, los chicos se las llevan, las matan, les hacen otras cosas. No pueden ser libres, porque las matan”.

En Ruca Hueney, una organización social cuyo eje central es el trabajo comunitario con niños, niñas y jóvenes en General Rodríguez, convivenpib@s de 11, 12 hasta 18 años, con adultos que asumen el rol de educadores. Los y las adolescentes que viven en la casa, son víctimas de desigualdades sociales, de vulneración de derechos, y encuentran en el modelo familiar comunitario, una alternativa para reparar los daños y abusos a los que han sido sometidxs. Dice Marcos (13 años), de Ruca Hueney, en su crónica: “Ni una menos para mí, es basta de violencia. Es que dejen de desaparecer a las mujeres”. Rocío, también de Ruca, lo expresa así: “Las mujeres somos bonitas porque luchamos. Los varones son nuestros compañeros cuando nos respetan”. Las suyas son voces que tienen la experiencia de animar una radio comunitaria, la FM Ruca Hueney 91.5, donde cuentan cómo ven su barrio. Es parte de la experiencia también, el funcionamiento de una escuela primaria y secundaria con talleres diversos, vinculados a un emprendimiento productivo agroecológico, donde la producción central es de lácteos orgánicos.

“La previa”

En el taller preparatorio de la actividad, se pensaron los diferentes modos en que se iba a comunicar. Carteles. Videos. Fotos. Audios. Escritos. Se decidió utilizar algunas preguntas comunes, y salir con ellas a los barrios, de modo que al preguntar, también se estuviera difundiendo la convocatoria para marchar el 3 de junio.

Michelle, de Chicos del Sur, dice ahí que “la violencia es algo que sucede mucho en el barrio… se le puede preguntar a los pibes y pibas qué piensan sobre la violencia de género”. Se discute si hablar de violencia de género o de violencia contra las mujeres. Alguien dice que violencia de género es más amplio, y que abarca también a lxs trans y travestis, que sufren muchas violencias. Alguien responde que tal vez no se entienda en el barrio lo de género, y que mejor digamos violencia contra las mujeres. Se acuerda hacer las dos preguntas. Uno de los chicos sugiere preguntar si “las mujeres se merecen que les peguen”. Explica la pregunta. “Es que cuando se les dice que eso no puede ser, los pibes te responden que les pegan porque se lo merecen”. Los pibes piensan, dicen, proponen. Por momentos sienten vergüenza, pero finalmente todos y todas hablan. Se hacen cargo del protagonismo.

Después del diálogo se descarta la pregunta sobre si las mujeres merecemos que nos peguen, pero releyendo las respuestas recibidas en los barrios, podemos adivinar esa tensión: “¿Violencia hacia la mujer? Negro, el que le pega a una mina es un cobarde. Te puede meter los cuernos, te puede hacer lo que quieras, pero sos un cobarde. Andá y tomátelas. Sos un cagón si le pegás a una mina. Eso es lo que yo pienso”, responde uno de los entrevistados por los Chicos del Sur. Una chica responde: “Pienso que la violencia hacia la mujer está mal, porque los hombres son más fuertes que nosotras. Y nosotras no tenemos con qué defendernos. Si los hombres piensan que somos zorras, que somos putas, que somos esto o lo otro, no importa, no nos tienen que pegar, porque no nos podemos defender hacia ellos. Yo ya vi muchos casos que mataron a muchas mujeres por esto. Eso es lo que pienso. Que está mal”. Otra mujer responde también: “Sí, es horrible, y hay un montón de casos de esos de violencia hacia la mujer, que no se pueden defender. Los hombres tienen más fuerza. A algunas mujeres las matan. Tendrían que poner un límite. Hay bastantes mujeres que mueren, están quemadas, sufren. Algunas no lo pueden ni decir, ni hablar”. Los cronistas populares multiplican las voces del barrio, las confusiones del barrio, los miedos del barrio, los sueños del barrio.

Entre los carteles hechos por lxs pibxs, hay uno que dice: “Ni una Casa menos”. Se refieren a la amenaza que significa la decisión del Concejo Deliberante de Morón de poner en evaluación del Poder Ejecutivo la continuidad de la Casa de Noche de El Transformador. En un comunicado explican que “la casa no es sólo un techo para dormir, es también la posibilidad de repensar aquellos vínculos dañados, y de construir nuevos a través de experiencias saludables de convivencia. Esto implica nuestro compromiso sostenido durante el día en el acompañamiento y armado de las estrategias que nos planteamos junto a las personas que la habitan”. Quitarles el techo que lxs cobija, es una violencia que golpea sobre otra violencia.

El Transformador organizó la “callejeada” en Morón, trabajando con pibes y pibas en la calle los temas de la violencia de género. Nos cuentan que la “callejeada” es parte de sus prácticas como colectivo. “Es una “intervención recreativa en las calles, con pibas y pibes que la transitan en su cotidiano. A partir de ella comenzamos a acompañar sus situaciones e historias de vida, e intervenimos la vía pública, dando cuenta de esa niñez que parecía invisible”. Dicen desde su experiencia de callejeadas que “el objetivo es conocer para poder, a partir de ahí, generar un vínculo. Desde un saludo, conocer los nombres, pero siempre desde el lugar que ellos le impriman al encuentro. Este reconocimiento de su existencia fractura la monotonía de la constante invisibilización a la que son sometidxs diariamente, y abre una puerta para la vinculación”.

El 3 y después

Una parte de esta generación de comunicadores y comunicadoras asumió el desafío de “contar” la historia el mismo 3. Retrataron la salida del barrio, la llegada al Congreso, el encuentro con otros chicos y chicas, la chocolateada en la Avenida de Mayo. Fueron con sus rostros pintados de colores, con los carteles artísticos discutidos y elaborados colectivamente.

La gente de Ruca Hueney nos dice que ahí están marchando “pibes de los barrios, hijas de lxs laburantes, que vienen de las ollas populares, los merenderos, las huertas comunitarias, el trueque, que hoy se organizan teniendo presente esa memoria de lucha colectiva”. Desde esa memoria crearon la escuela, la radio “nuestras formas cooperativas de organización laboral, nuestros modos de alimentarnos y curarnos”. Nos dicen que los pibes son vistos por lo general cuando se los criminaliza, y que las pibas son vistas cuando se las desaparece.

Michelle y Franco, corresponsales de Chicos del Sur, entrevistados por Camila Parodi, comparten su evaluación de la experiencia. Dice Franco: “Fue una experiencia muy linda, porque había gente que pensaba cosas distintas que las que pensábamos nosotros. Por ejemplo, nosotros le preguntamos a unos chicos, a dos chabones que estaban ahí, y nos dijeron: “¿Te parece esa pregunta? ¿Justo a nosotros vas a preguntarnos eso? Andá a preguntar para allá””. Michelle agrega: “Otro chabón dijo: “El que le pega a una mujer es un cagón. El que le pega a una mujer no es hombre”. Esa respuesta me gustó mucho. En nuestro barrio hay gente que se enteró de la movilización cuando salimos a hacer las entrevistas, antes que saliera por la tele. … El taller estuvo bueno, estuvo muy copado porque de ahí sacamos las ideas, nos organizamos entre todos. Después hicimos un grupo de whatsap, donde compartíamos lo que pensábamos en los distintos barrios. En la marcha hicimos el mismo reportaje con preguntas que eran: “¿Cómo te llamás? ¿De dónde venís? ¿Por qué estás hoy acá?”. La gente respondió muy bien. Otros no respondieron porque estaban apurados. Hicimos 21 audios, 18 videos. La marcha estuvo muy buena… Nosotros éramos muchos. Fue una de las movilizaciones más grandes que yo vi hasta ahora. Era impresionante ver a tanta gente que estaba en contra de la violencia hacia las mujeres. Eso me emocionó mucho”.

“Vivas nos queremos”

“Desaparecer para ser vistas.” Esta paradoja es parte de la historia de nuestro continente, donde los cuerpos de las mujeres han sido históricamente territorios de ocupación, lugares de conquista, trofeos de guerras coloniales. Las pibas de los barrios, sin embargo, empiezan a contar nuevas historias. Llenaron las calles de todo el país, reclamando un “Ya basta”. Nunca más la lucha contra la violencia patriarcal, será tarea sólo de las feministas.

Este año la cita del 3 de junio partió del Ni Una Menos, para decir que Vivas nos queremos. No se trata sólo de un agregado de consignas. Es la contraseña para pasar del lugar de víctimas, al lugar de protagonistas.

Las pibas de los barrios, las cronistas populares, lo están sintiendo y diciendo. Han aprendido que si tocan a una nos movilizamos todas, una práctica fundante del feminismo popular. Han aprendido que tienen derecho a decidir sobre sus cuerpos y sobre sus vidas. Han aprendido que los celos no son amor. Han aprendido que pueden escribir una historia nueva.

Vivas nos queremos. Vivas, deseantes, actuantes. No mujeres peleando entre sí por un lugarcito bajo el sol, sino caminando juntas con la alegría del encuentro. Vivas nos queremos, que significa que nos queremos vivas, pero también que nos queremos. A nosotras mismas, a nuestros cuerpos, a nuestras vidas, a nuestras comunidades, a nuestras semillas, a nuestros territorios… vivas.

Fuente: http://www.pagina12.com.ar/diario/suplementos/las12/13-10632-2016-06-11.html

Imagen tomada de: https://bedia.files.wordpress.com/2010/01/caricatura11.jpg

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