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ChatGPt y el trabajo pedagógico

Luis Bonilla-Molina[1]

  1. Introducción

La llegada de la inteligencia artificial ha desatado una ola conservadora en el mundo en materia educativa. Unos hablan de la destrucción de lo escolar, otros, aprendices de brujos, parecieran querer exorcizar a las instituciones educativas, volviendo a la “pureza pedagógica” de lo manual y analógico.

Por otra parte, las empresas tecnológicas y las corporaciones que adelantan los procesos de privatización educativa, a diferentes escalas y niveles, se han apresurado a plantear el desarrollo de los algoritmos como la panacea para aprender conforme a los requerimientos del mercado.

Estas dos posiciones, aún con discursos críticos y en otros casos funcionales al sistema, terminan alineándose con el nuevo oscurantismo escolar, la pérdida de la episteme científica de la escuela y la universidad.

En las últimas décadas se ha instalado el paradigma que hay que aprender a hacer funcionar los cacharros tecnológicos, y no importa saber que principios, leyes y desarrollos hacen posible su aparición. Si se les pregunta a estudiantes, docentes de primaria e incluso profesores universitarios que no sean del área tecnológica como funciona un control remoto, la freidora de aire o los video juegos, seguramente titubearan para dar una respuesta, porque lo que importa es ganar dinero para comprarlos y tenerlos en casa, no saber la ciencia que hay detrás de eso.

Y ahora resulta que llega la inteligencia artificial, que hace algunas tareas más rápido y preciso que nosotros y nos asustamos. Una absoluta desconfianza sobre la enorme capacidad del ser humano, interactuando y construyendo, resuena como las Santamarías de un negocio cerrando sus puertas. Por el contrario, desde la perspectiva educativa estamos en un tiempo desafiante en el terreno político, económico, social, cultural, tecnológico y pedagógico para re-pensar la escuela pública presencial, gratuita, popular, democrática, crítica y creativa, como una institución para que los y las hijas(os) de la clase trabajadora puedan acceder al conocimiento del momento histórico, con criterio propio, autonomía y capacidad para aprender a aprender.

  • ¿Qué es ChatGPT?

A partir de los robots, los software, hardware y algoritmos se construyen los chatbot, que son desarrollos de inteligencia artificial, construidos con modelo de lenguaje ajustado y técnicas de aprendizaje autónomo supervisado, que usan las técnicas del refuerzo para seleccionar caminos y opciones de respuestas.

Una parte importante de estos avances se deben al conocimiento del cerebro humano y la sinapsis cerebral, eso sí vistas como máquinas en funcionamiento (neurociencia) y no en la enorme capacidad de crecimiento permanente de la inteligencia humana. Algunos de estos chatbot contienen interfaces, que les comunican con otros, para intentar replicar el aprendizaje social.

Lamentablemente, la ética es una frontera para la cual le falta mucho camino por transitar a los análisis de metadatos, para comprenderla pues responde al espíritu humano, mediado por interacciones de conciencia y emociones, que el algoritmo aún no puede entender ni replicar. Es decir, ChatGPT es solo tecnología desprovista de la condición ética humana y así la debemos entender.

Ciertamente el ChatGPT puede hacer un artículo como éste, en solo unos minutos, pero lo que no puede es modelar las palabras conforme a las emociones que ello causará en el público al que va dirigido. ChatGPT está diseñado para la lógica del consenso y las probabilidades y la vida humana tiene una lógica difusa, contingente, cambiante, diversa, plural, que es lo que nos hace humanos.

Pero es justo decirlo, el ChatGPT puede ayudarnos a hacer la vida más dinámica y usar nuestro potencial mucho más focalizado en lo extraordinariamente creativo de nuestras capacidades y habilidades.

La razón por la que las escuelas y universidades, guardianes de la ciencia, investigación y generación de conocimiento, están temblando por la llegada del ChatGPT, es porque sabemos que algo está cambiando y que en el corto plazo tendremos que dar un giro de 180 grados en la forma de enseñar y aprender. Que eso sea mejor o peor dependerá en buena medida de la mirada que escojamos, la correlación de fuerzas sociales que construyamos y el sentido humano y de clase que le demos a este giro.

  • Los estilos de enseñanza y la cuarta revolución industrial

La escuela y universidad de la primera revolución industrial estuvo signada por los salones, pupitres estáticos, pizarrón, profesor y libros como depositarios del saber. El profesor sabía y el estudiante aprendía (o se pretendía).

El conocimiento estaba lleno de reglas (sociales, ortográficas, gramaticales), fórmulas (matemáticas, físicas, químicas) y contenidos resultantes de la evidencia científica.  La calidad del conocimiento estaba asociado a la capacidad docente para actualizarse y explicarlo. La educación disciplinar, frontal y bancaria fue su retrato.

La escuela y la universidad de la segunda revolución industrial recibió el impacto de los modelos de gestión empresarial (Taylorismo, Fayolismo, Fordismo) y desestructuró la pedagogía para convertirla en técnicas replicables en cada salón como si el sistema en su conjunto se tratara de una cadena de producción.

El currículo adquirió un papel central haciendo que el resto de los elementos gravitaran (al menos declarativamente) a su alrededor. Se suponía que los enfoques didácticos, evaluativos, de planeación y gestión se correspondieran a lo previsto en el currículo, pero en realidad se dio inicio a un Frankenstein educativo, por ejemplo, con modelos curriculares que se auto definían como constructivistas que se desarrollaban con didácticas memorísticas, evaluación punitiva, planificación central predefinida y gestión basada en resultados (aprobado-reprobado).

La curricularización de las pedagogías, amplió la identidad disciplinar, frontal y bancaria de la enseñanza y el aprendizaje (cuando lo había). Los laboratorios de ensayo y la dotación de instrumental científico (microscopio, tubos de ensayo, modelos anatómicos, etc.) como el desafío. Nos convirtieron a los y las docentes en administradores curriculares.

La tercera revolución industrial implicó una aceleración inusitada de la innovación que hizo que el capitalismo considerara que había que sacarle el mayor provecho al aprendizaje, concibiendo al cerebro como una máquina y al docente en el alimentador de insumos, controlador de las dinámicas y garantizador de la calidad de la mercancía final (perfil de egreso).

Las taxonomías, especialmente las de Bloom y compañía, se convirtieron en herramientas claves para ello, la noción difusa de calidad educativa en el sello contingente. Ante las demandas del centro capitalista de cambio paradigmático, las instituciones asumieron el cumplo- y-miento, pues se decían transdiciplinarias, pero seguían siendo disciplinares.

Se generó un espíritu conservador en lo escolar, especialmente con la llegada del computador personal, internet, redes sociales, bloques de datos y algoritmos. Lo tecnológico pasó a ser una cajita más (laboratorios de informática) en vez de colocar encima de cada pupitre un computador; a diferencia de periodos anteriores en los cuales los y las docentes pelearon por una biblioteca en cada aula para que todos los estudiantes dispusieran de un libro, esto no ocurrió con las computadoras, ni con la conexión de banda ancha en cada escuela.

La factura social a esta inconsistencia sistémica fueron los resultados escolares de la pandemia que generaron un nuevo modelo de privatización educativa (familias, estudiantes y docentes asumiendo los costos de la transformación digital), estratificación escolar (dependiendo del acceso y uso a la internet y equipos de conexión remota) y exclusión (quienes no pudieron tener ningún vínculo pedagógico durante la pandemia).

Muchos docentes tienen la ilusión que, superada la fase de cuarentena de la pandemia, todo volverá al mundo analógico de lo escolar, quedando lo digita-virtual como un complemento. Nada más alejado de la realidad, el capitalismo tecnológico está pujando para hacer de lo virtual-digital la centralidad de lo educativo.

En ese contexto de precariedad y resistencias comienza la transición a la cuarta revolución industrial con el internet de las cosas, la inteligencia artificial, los bloques de datos, análisis de metadatos, metaversos y los chatbot.

Y nuestras escuelas y universidades tienen problemas de electricidad, agua, suministros, laboratorios, muchas no cuentan con computadoras ni para los registros administrativos, ni que decir de conexión a internet que posibilite el uso escolar de la inteligencia artificial o los chatbot.

Esto forma parte de la reingeniería social para llevar a su mínima expresión o hacer desaparecer la educación pública presencial. De manera cínica el New York Times dice que lo virtual-digital es educación para pobres, mientras guarda silencio sobre la desinversión educativa, los modelos de neo privatización y la estratificación escolar que impuso –para quedarse- la pandemia. Lo cierto es que la mayoría de nuestras escuelas y universidades no están en capacidad material y paradigmática, para asumir los desafíos pedagógicos que impone la transición a la cuarta revolución industrial, de la cual el ChatGPT, es solo la punta del iceberg.

  • El problema no es de los maestros y estudiantes sino de las desigualdades sociales

Entonces, el problema no es de los y las docentes ni del estudiantado, sino del sistema educativo y el modelo capitalista que ha convertido las instituciones escolares en espacios de contención social, alejadas de su tarea central de democratizar los conocimientos y saberes, históricos y de última generación.

Son los administradores del sistema educativo burgués, quienes están destruyendo las bases materiales de la escuela pública para facilitar su salto a lo virtual-digital.  Pero para los pobres de la tierra, este salto sería un salto al vacío, un abandono de la educación de masas como indicador de justicia social.

En consecuencia, en esta etapa histórica los gremios docentes, las federaciones estudiantiles, las comunidades organizadas deben definir una clara ruta de trabajo, por lo menos en los siguientes aspectos:

  1. Luchar por 6% del PIB como mínimo para la educación, con tendencia al crecimiento porque el impulso de un modelo de justicia social y soberanía está estrechamente vinculado a la capacidad de sus sistemas educativos;
  2. Es urgente que el acceso a los servicios públicos universales (agua, electricidad, aseo urbano, mantenimiento) esté disponible de manera continua y suficiente en todos los espacios escolares y sus comunidades de entorno;
  3. Internet de banda ancha, con conexión 5G o 6G para todos y todas. La escuela debe defender que ningún ciudadano se quede al margen del acceso de la tecnología actual por sus incidencias en el empleo, la actualización profesional y la sociabilidad. Eso pasa por posibilidades de acceso de cada estudiante al internet de la escuela en todo momento;
  4. Detener los programas de dotación personal para la casa de computadores y colocar un computador de última generación encima de cada pupitre de escuelas, bachilleratos y universidades, solo así se recuperará la capacidad igualadora de la escuela y se podrá masificar la apropiación tecnológica y democratización del conocimiento científico que subyace detrás de ellas;
  5. Urge crear un programa de formación en pedagogía crítica para la cuarta revolución industrial, que permita sentar las bases para nuevos enfoques de trabajo pedagógico liberador en escuelas y universidades de la cuarta revolución industrial;
  6. Necesitamos hacer re-ingeniería inversa de la tecnología de punta para ponerla al servicio de los pueblos y no de las burguesías de los países;
  7. Esto debe acompañarse de un esfuerzo de recuperación del laicismo escolar y la mentalidad científica para el trabajo escolar
  • Por una reconfiguración de las dinámicas del aula que rompa los nuevos modelos de privatización, estratificación escolar y exclusión educativa

La escuela que conocimos está llegando a su fin, lo cual no puede ni debe ser asociado a la destrucción de la escuela pública presencial.

¿Qué está obsoleto? ¿Qué podemos hacer?

  1. El modelo de currículo prescrito. Este modelo funcionó con ciclos de innovación de 25-40 años, pero ahora estos ciclos son de 3-4 años, con tendencia a la disminución. Todos sabemos que una reforma curricular tarda entre 5 y 10 años lo cual evidencia el fracaso de esta dinámica, si queremos que la escuela y universidad recuperen su rol de centro de democratización del conocimiento. Esto plantea un modelo de currículo abierto, mediado solo por enunciados o ejes, teniendo la libertad el docente para desarrollarlo. Esto impone un proceso de acompañamiento pedagógico al docente, con mecanismos de actualización en tiempo real respecto a las innovaciones.  Esto no hace desaparecer el conocimiento histórico y los saberes ancestrales, sino que los reconfigura como procesos con impacto en el presente;
  2. Los modelos didácticos centrados en la reproducción. Eso no significa que se obvie la memorización de reglas y formulas, sino que estas adquieran sentido en la experimentalidad. Por ejemplo, aprender reglas orográficas escribiendo cuentos y novelas cortas. Los modelos activos tienen el problema que los grupos de estudiantes no deben exceder de 20, y en términos ideales ser 12;
  3. Evaluación basada en procesos y no en resultados. La ciencia es un largo camino de experimentación donde el error precede al logro y esto debe ser la norma de lo educativo;
  4. Planificación participativa a partir del cruce entre intereses del sistema educativo, con intereses de los estudiantes y las comunidades de entorno. Sin este trípode cualquier planeamiento educativo está incompleto;
  5. Gestión educativa basada en procesos, que implica enorme capacidad pedagógica y científica de quienes dirigen los centros educativos o cumplen funciones de supervisión. Venimos planteando que hay que volver al modelo de director que atiende a un grupo de estudiantes, ya que el uso de la inteligencia artificial y los análisis de metadatos pueden reducir el trabajo burocrático de reuniones y papeleos administrativos y, un director que da clases está actualizado sobre los desafíos, problemas y potencialidades del acto educativo. Se necesita un líder educativo con altas capacidades pedagógicas;
  6. Necesitamos que el pizarrón pase a ser secundario, dándole centralidad al mesón de trabajo colectivo, donde la construcción compartida de conocimiento sea la dinámica preponderante. Se requiere situar al libro y al docente como acompañantes del proceso de aprendizaje por experimentación;
  7. La escuela presencial tiene que garantizar equidad en la alimentación, haciendo que aquellos estudiantes que tienen recursos más bajos dispongan de apoyo complementario. Los comedores escolares para todos y todas, con alimentación balanceada son fundamentales en la escuela del siglo XXI;
  8. La escuela conectada y sin fronteras, es un complemento para entender el desarrollo desigual y combinado del mundo, la necesidad de romper barreras y construir la paz a partir del dialogo intercultural y el respeto a las diversidades;
  9. Es urgente la re-definición de la escuela como un espacio para disfrutar, para la alegría, el encuentro y el aprendizaje armónico.

En ese contexto el uso de herramientas como ChatGPT debe ser cotidiano, para ver ejemplos y desarrollos actuales, pero no nos debe asustar que esta herramienta haga ensayos o tareas, porque todos los ensayos y tareas se harán en la escuela de manera presencial, con sellos de identidad humana propios de las subjetividades y no de los discursos consensuados de las inteligencias artificiales.

Debemos re-aprender que la inteligencia humana tiene caminos abiertos mientras que la inteligencia artificial promedia. Aprendamos a usar la tecnología como auxiliar colocando en el centro la permanente expansión creativa de la mente humana

  • Conclusión

El problema no es ChatGPT sino la brecha epistémica que no nos permite entender que la escuela pública presencial necesita una nueva reconfiguración para ser atractiva a los y las jóvenes y niños del presente. El problema no es que unos tengan acceso y otros no, sino un Estado que ha abandonado sus tareas de equidad para que todos y todas puedan tener condiciones semejantes de partida en los espacios escolares.

Necesitamos reinventar las escuelas y universidades, peleando nuevamente en las calles y en todos los espacios, por una sociedad de justicia social, de equidad y amor.

¿Nos atrevemos a hacerlo juntos, juntas y juntes?


[1] Doctor en Ciencias Pedagógicas, Postdoctorados en Pedagogías Críticas y Propuestas de Evaluación de la Calidad Educativa. Miembro del Comité Directivo del Consejo Latinoamericano de Ciencias Sociales (CLACSO).  Socio de la Campaña Latinoamericana por el Derecho a la educación. Integrante de la Asociación latinoamericana de Sociología (ALAS) y la Fundación Kairos.  Director de investigaciones del Centro Internacional de Investigaciones Otras Voces en educación (CII-OVE). Profesor universitario

ChatGPt y el trabajo pedagógico

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Libro PDF: Una pedagogía de la comunicación de Mario Kaplún

Este texto es un instrumento de trabajo para aquellos que con una inquietud educativa ven la comunicación como una profesión y un medio de vida. Así, se hace necesario el conocimiento y dominio de una pedagogía comunicacional; no sólo para un coto exclusivo de especialistas sino para todos los interesados en que su mensaje realmente comunique.

Una pedagogía de la comunicación” escrito por Mario Kaplún. Es conocido por ser educomunicador, radialista y escritor. Además, se le conoce por promover el concepto de la comunicación transformadora en oposición a la comunicación bancaria, que más adelante comentaré.

Tras la introducción correspondiente, el autor discierne entre las distintas concepciones pedagógicas centrándose en dos fundamentales: la relacionada con un modelo “exógeno” (que se basa en la idea del educando como objeto de la educación), y la relacionada con el modelo “endógeno” (que percibe al educando como sujeto, en lugar de verlo como el objeto). Seguidamente, Kaplún asigna a cada modelo distintos tipos de métodos de enseñanza. Mientras que al modelo endógeno le asigna la metodología que pone énfasis en el proceso, considera como modelos exógenos las centradas en los contenidos y los efectos.

La educación centrada en los contenidos que, como ya hemos mencionado, se considera modelo exógeno, tiene su máximo exponente en la metodología tradicional, la cual se basa en la transmisión de dichos conocimientos sin una leve preocupación de la asimilación de estos por parte de los alumnos. La forma de evaluar al educando en este tipo de educación son los exámenes, los cuáles, bajo mi punto de vista, son útiles e incluso necesarios, pero no como forma principal para testar la capacidad de los receptores de la información. En relación a esto, veo necesario destacar la opinión de Paulo Freire, que describe este fenómeno como “educación bancaria”, pues ve a los profesores como personas que realizan ingresos de información en la mente de los alumnos que los memorizan como el sistema bancario guarda el dinero. Esta metodología, como indica el autor del presente texto, sirve para domesticar a las personas y capar, en la mayor medida posible, su individualización, a la vez que impide el desarrollo de su creatividad.

Descarga el libro aqui: Una Pedagogia de la comunicacion (Mario Kaplun)

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El Mexe vive

Por: Jorge Cázares Torres

Este 23 de julio se celebró el acto de clausura de las actividades académicas realizadas durante el ciclo escolar 2021-2022 por parte de estudiantes y docentes de la histórica Normal Rural “Luis Villarreal” asentada en la comunidad de El Mexe, municipio de Francico I. Madero, Estado de Hidalgo, institución fundada en noviembre de 1926 por decreto del presidente Plutarco Elías Calles, como parte del movimiento pedagógico de aquellos tiempos conocido como la Escuela Rural Mexicana.

Este hecho adquiere una dimensión histórica porque representa un importante paso en el proceso de reapertura de dicha Normal, cerrada de manera arbitraria por los gobiernos locales de filiación priísta desde el año 2003, primero bajo la modalidad de receso y luego como cierre definitivo en el año 2008, siendo entonces gobernador Miguel Ángel Osorio Chong quien, además, arrebató las 72 hectáreas que pertenecían a la “Luis Villarreal”, incluyendo su emblemático edificio principal, para entregarlas a la Universidad Politécnica Francisco I. Madero, creada por decreto de este mismo personaje.

Un día antes, por iniciativa de sus maestros y en el marco del Centenario de las Normales Rurales, las y los futuros docentes rurales que conforman la primera generación de esta nueva etapa, desarrollaron una excepcional jornada pedagógica en la escuela primaria “Emiliano Zapata” ubicada en Llano Largo, municipio de Huichapan, y dirigida atinadamente por el profesor rural Eusebio Quintanar, egresado de la misma Normal. Ahí interactuaron con más de 300 alumnos de los distintos grados escolares, a partir de un programa de actividades denominado “El Mexe lúdico”, que consiste en la exposición guiada de prototipos didácticos relacionados con las ciencias naturales y las matemáticas. Tales prototipos fueron elaborados previamente por los estudiantes normalistas con sus propios recursos y el acompañamiento de los docentes.

La generación de energía eléctrica a partir del accionar de una bicicleta estática; el uso de programas cibernéticos para producir sonidos musicales manipulando frutas; la demostración de las distintas fases de la luna usando cartón; la demostración de una erupción volcánica y hasta un pequeño robot de madera parecido a una araña, fueron algunos de los más de 50 artefactos con los que los infantes interactuaron para aprender y divertirse, cual es el propósito principal de este tipo de jornadas pedagógicas y de espacios que se desarrollan en las Normales Rurales como el “Museo Interactivo Eureka” de la Normal de Tiripetío.

En el mismo acto de clausura, los estudiantes mostraron algunos de los prototipos ante las autoridades educativas y representantes de organizaciones sociales, estudiantiles y sindicales que asistieron para atestiguar lo que los normalistas han aprendido y saben hacer como parte de su proceso formativo, incluyendo algunos bailes regionales que mujeres y varones ejecutaron magistralmente para amenizar el evento. Cabe resaltar que todas las actividades se prepararon a pesar de haber laborado durante los dos primeros semestres en la modalidad virtual o en línea, al no contar aún con instalaciones propias.

Las participaciones de los representantes que acudieron a invitación de la organización estudiantil, coincidieron en el respaldo a la lucha por la total reapertura de la Normal de “Luis Villarreal”, con su edificio propio y su sistema de internado, así como el desarrollo de las clases de manera presencial a partir del próximo ciclo escolar. Después de la declaratoria de clausura pronunciada por la joven representante de la base estudiantil, los asistentes en coro lanzaron repetidamente la consigna siguiente: “El Mexe vive, la lucha sigue”, como anticipo de que vendrán más jornadas de lucha, incluyendo las de carácter pedagógico, hasta lograr el renacer de esta emblemática institución, a unos cuantos años de arribar, también, a su centenario.

 

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¡Crisis educativa en Latinoamérica!

Con base en estudios e informes de distintas organizaciones internacionales, entre ellas Unesco, Unicef, Banco Mundial y Diálogo Interamericano a propósito de las consecuencias del cierre de las clases presenciales más prolongado, que en América Latina afectó a cerca de 170 millones de estudiantes, Dora Villanueva, periodista mexicana, en distintos medios de comunicación de la región, a principios del presente mes, difundió una información que debería, al menos, llamarnos la atención. Villanueva señala: “América Latina vive una crisis educativa sin precedente. A dos años de los cierres de escuelas por el inicio de la pandemia, no todos los niños, niñas y adolescentes han vuelto, y quienes lo han hecho muestran un rezago de entre 12 y 20 meses en el aprendizaje, advirtieron organizaciones internacionales…”

El análisis de los informes de organizaciones internacionales y las “evidencias empíricas” que uno encuentra en el diario vivir —que seguramente los lectores hallarán si reflexionan con cuidado lo que está pasando con los estudiantes—, nos muestran que la pandemia —por sus efectos sindemia— evidenció y/o profundizó grandes problemas del sector educativo. Brechas sociales y educativas expresadas en el desigual acceso y uso a los medios tecnológicos (internet, dispositivos, plataformas, programas, etc.), abandono escolar por motivos socioeconómicos y de salud, y falta de apoyo a los estudiantes en sus actividades educativas por parte de sus familiares o por personal especializado; rezago en los aprendizajes y contenidos de formación por un tiempo equivalente a dos años; y retorno a la educación tradicional que da prioridad a la continuidad de clases antes que a la calidad y pertinencia de la educación, currículo por contenidos cuya prioridad es la cantidad de “materias avanzadas”, visión de corto plazo y trabajo parcelado de los distintos actores de la educación; son parte de la crisis de la educación en la América Latina del tiempo actual. Es más, estos aspectos podrían resumirse en una significativa disminución de la calidad de la educación.

Con sentido proactivo, con la convicción del valor de la educación para las transformaciones sociales, económicas, políticas y culturales, no tiene utilidad lamentar, tampoco ignorar la crisis educativa; para la sociedad y principalmente para quienes somos actores del sector educativo es un reto para plantear, crear y aplicar alternativas de solución.

Es tiempo de constituir una educación en, de y para la vida, una educación que preserve la vida del conjunto de los “seres vivientes”, la armonía y equilibrio con la naturaleza, con la comunidad y consigo mismo. ¿Cómo se podría afirmar que la educación es de calidad si no contribuye a cultivar la vida de todos los seres que habitan el planeta? En lo concreto, es necesario replantear la pedagogía y el currículo del sistema educativo, principalmente de aquellos aspectos relacionados con la formación integral, la complementariedad de la tecnología con las clases presenciales, el vínculo de la educación con la producción y el trabajo desde una perspectiva territorial, las capacidades socioemocionales y convivencia en comunidad, la construcción de proyectos de vida, el sentido crítico, la creatividad, las artes, entre otros. En todo caso, estos ajustes deben contribuir a mejorar la calidad de los aprendizajes de las y los estudiantes.

Corresponde plantear políticas públicas para cerrar brechas sociales-educativas, así como eliminar el rezago en educación mediante la implementación de programas gratuitos de acceso a medios tecnológicos para estudiantes y maestros, programas de reducción del abandono escolar mediante el apoyo a las familias en situación de vulnerabilidad y programas de nivelación de aprendizajes previo procesos de diagnóstico sistemáticos y organización de equipos de apoyo a la formación de estudiantes.

También es necesario restablecer las comunidades de producción y transformación educativa, los proyectos sociocomunitarios productivos y el desarrollo de procesos de investigación, sistematización y producción de saberes y conocimientos en las unidades y centros educativos. Aspectos relacionados con ajustes en el rol y formación de los maestros, así como valoración del desempeño de los maestros.

Los retos están planteados, es tiempo de iniciar el debate y fundamentalmente la construcción de propuestas.

Fuente: https://www.la-razon.com/voces/2022/06/24/crisis-educativa-en-latinoamerica/

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«Para educar en la democracia, tenemos que educar en el antifascismo”

Enrique Díez es muchísimas cosas. Profesor de la Facultad de Educación de la Universidad de León, miembro del colectivo Uni-Digna, ha sido responsable de educación en Izquierda Unida, participa y ha participado en todo tipo de movimientos sociales, desde feminismos hasta de memoria histórica democrática.

Acaba de publicar un libro, Pedagogía antifasciata (Octaedro 2022) en el que hace un repaso de las palancas que el neofascismo utiliza desde hace tiempo para meter la cabeza en la educación para, acto seguido, hacer un repaso de las palancas que las y los demócratas tienen en sus manos para luchar contra ese neofascismo desde los centros educativos.

Es un momento muy acertado para la publicación del libro. No sé si lo teníais en el radar, pero la coincidencia con el acuerdo de gobierno en Castilla y León y la entrada de la extrema derecha en un gobierno…

Realmente esperábamos que no sucediera, pero lo teníamos previsto de alguna forma. Es el primer gobierno de ultraderecha en la región más extensa de Europa y parece un hecho significativo como para publicar, y más porque en educación nos tenemos que involucrar en el combate del fascismo. No podemos quedar al margen pensando que es una cuestión solo política, o social. Tiene que ser también desde la educación.

A esto, precisamente es a lo que dedicas la segunda mitad del libro. En la primera haces un análisis de cómo entra el neofascismo en la educación y la segunda la dedicas a hablar de qué hacer frente a esto.

Sí, justamente. La primera es el análisis de cómo se está organizando el neofascismo, más vinculado al neoliberalismo. Se introduce en el relato, en la batalla ideológica que desarrollan de forma intensa. Y uno de los espacios centrales es el educativo.

En la segunda parte recojo herramientas y estrategias que podemos utilizar en la escuela para combatir el neofascismo. Lo que hago, en el fondo o es lo que me parece, es caminar a hombros de gigantes, como decía Newton, es decir, recojo lo que han hecho mucha gente de las comunidades educativas, parte del profesorado, MRP, Mareas Verdes… que se asientan en lo que considero que son las auténticas revoluciones en educación y no estos modelos de venta de la innovación que se hacen ahora, tipo marketing, sino algo asentado en grandes pedagogos y pedagogas. Gracias a ellos podemos pensar en otro modelo más allá del que se está implantando de neofascismo, y plantear alternativas realizadas desde una línea de educación crítica desde siempre.

¿Qué es lo que no hemos hecho en España en los últimos 40 o 45 años para evitar este auge del neofascismo?

En educación lo que hemos hecho ha sido banalizar el fascismo, por una parte, pero sobre todo, hemos invisibilizado o desprestigiar la política. Este es el error mayúsculo. Te pongo una anécdota de hace dos días. Estaba en clase, en la Facultad de Educación de la Universidad de León, impartiendo Organización escolar, en donde abordamos las leyes educativas. Al preguntar a mi alumnado quién había decidido y porqué esas leyes, a qué ideología respondían, quiénes las habían diseñado un altísimo porcentaje respondió con un “yo no quiero saber nada de política”. Esa respuesta permanente como si la educación viviera al margen de la política, como si educar no fuera un acto esencialmente político como decía Paulo Freire o que dice Jaume Carbonell en su libro La educación es política. La educación es una concepción del mundo y de la sociedad y eso, creo, la educación formal ha tratado de ocultarlo, por una presión muy fuerte de la derecha.

Para la derecha y ahora para el neofascismo, todo lo que no sea su doctrina ideológica es adoctrinamiento. Siempre están acusando de adoctrinar a los demás si no practican su doctrina ideológica. La escuela pública y su profesorado seleccionado por igualdad, mérito y capacidad representan la pluralidad social que tenemos, y esto no lo admiten. Tiene que ser su doctrina; la religión católica no es adoctrinamiento como sí lo es hablar de derechos humanos o de igualdad entre hombres y mujeres. Esto es lo que me preocupa.

Hablar de cualquier cosa que tenga que ver con la vida real, para la derecha y la derecha radical, es politizar la educación. Creo que buena parte de la escuela le ha comprado ese discurso a la derecha

Tanta presión de la derecha para hablar de esa falsa neutralidad ideológica. Algo que se ha infiltrado de manera perniciosa diciendo: “No, no, no se puede educar en democracia; no se puede educar en derechos humanos porque eso es politizar”. Hablar de cualquier cosa que tenga que ver con la vida real, para la derecha y la derecha radical, es politizar la educación. Creo que buena parte de la escuela le ha comprado ese discurso a la derecha y hemos dejado de ejercer una labor fundamental: educar en derechos humanos y de tal forma que defendamos radicalmente esos derechos humanos frente a todos los ataques.

No podemos admitir en la escuela aquello que va en contra de los derechos humanos, lo que hemos adoptado la comunidad internacional como principios y valores básicos. Eso es fundamental. ¿Que pueden ser mejorables desde el feminismo, desde los discursos decoloniales y las críticas interculturales e interseccionales? De acuerdo. Podemos mejorarlos, pero al menos esos son fundamentales.

Esa abdicación de ese compromiso con una sociedad más justa y mejor que es la esencia fundamental para la que educamos es crucial. Creo que la escuela ha abdicado de esa parte y se ha centrado en la parte de formación técnica. Formar para el mundo del trabajo; meterles en el sistema y reproducir el modelo neoliberal de forma prácticamente inconsciente como el único modelo que hay.

Revertir esto me parece uno de los pasos más importantes a la par que complicado.

Por eso el libro. La ultraderecha tiene un discurso sin complejos; ha inaugurado una agenda mediática sin complejos; para decir las mayores barbaridades no tiene ningún complejo mientras que las personas que se preocupan por el bien común, la gente que defiende la solidaridad, la justicia, siempre habla como pidiendo perdón y permiso. Un ejemplo: tras la II Guerra Mundial, todos los países europeos se constituyeron desde el antifascismo. España fue esa anomalía que se constituyó desde el olvido del pasado, como en la transición. Cuando aquí hablamos de antifascismo parece que la imagen que se nos viene es un grupo de chavales con cresta, okupas tirando piedras a la policía, mientras que en cualquier país de Europa, el antifascismo es un elemento básico de prestigio. Aquí somos una anomalía y por eso creo que es fundamental recuperar el término antifascismo. Tenemos que hacer una pedagogía antifascista. Tenemos que educar en el antifascismo igual que educamos en la inclusión, en la diversidad, en los derechos humanos, en el bien común, en la interculturalidad, en el feminismo. Porque no se puede ser demócrata sin ser antifascista. Para educar en la democracia, tenemos que educar en el antifascismo si no, estamos educando en el pensamiento único.

Uno de los puntos que desglosas en la segunda parte del libro y que me pareció particularmente importante es el relacionado con la memoria histórica democrática. Parece uno de los debes más importantes de nuestra democracia.

Por eso el libro que publiqué antes que este se titula La asignatura pendiente. Lo que se ha hecho es un memoricidio, una amnesia histórica que se impuso durante la dictadura que pervivió durante la transición. La Ley de Amnistía se convirtió realmente en una ley de punto final. Nadie enganchó, claro, con la memoria democrática de los republicanos, de la que somos herederos.

Leyendo los libros de texto, parece como si la primera democracia que existiera en España fuera la de ahora. ¿Cómo es posible que esto se implante en los planes de estudios? Me preocupa esencialmente porque vemos que la nueva ministra de Educación no tiene intención ni voluntad política para introducir la represión franquista, la lucha antifranquista o la de las asociaciones de memoria histórica en el currículo escolar.

Tenemos que educar en el antifascismo igual que educamos en la inclusión, en la diversidad, en los derechos humanos

Hemos tenido reuniones en el Ministerio, se lo hemos planteado reiteradas veces para que no pasase lo mismo que en las normativas de las CCAA en las que aparece que se incluirá la memoria democrática, pero las tímidas iniciativas que había se eliminaron cuando llegó en neofascismo en Andalucía, ahora en Castilla y León… O han quedado en declaraciones. La Ley de Memoria Democrática dice que es obligatorio introducirla, pero luego vas a los decretos de currículo y en el de primaria y en el de secundaria o bachillerato prácticamente no aparece.

El 31 de marzo vamos a reunirnos con la ministra para entregarle las 34.643 firmas que se han recogido exigiendo que se incluya la memoria histórica democrática en el currículo: sin falsas equidistancias, sin excusas, que se ponga en práctica.

La equidistancia es otra de esas herramientas que este neofascismos han utilizado para evitar según qué contenidos, no solo relacionado con la memoria, también temas de igualdad de derechos entre hombres y mujeres, otro de los temas que defiendes.

En un instituto de secundaria, un profesor de filosofía, amigo y compañero que me lo contó, para explicar la construcción literaria de los textos, comparó la Biblia con Harry Potter. El alumnado lo denunció y el equipo directivo le dijo que pidiera perdón al alumnado, que se retractara en clase. Lo más sorprendente fue que la jefa de estudios le explicó que ella, como profesora de Historia, cuando llega al tema de la guerra civil procura tenerlo en cuenta y ser cuidadosa “porque aquí hay de ambas partes y no podemos herir a ninguna de las partes”. Lo que hace la teoría de la equidistancia es equiparar al torturador con la persona torturada. No podemos molestar a ninguna de las partes. Pero ¿cómo puedes equiparar al victimario con la víctima?

En democracia, el fascismo no es pensable ni admisible. Y esto es lo que se ha hecho: blanquearlo y admitirlo

La teoría de la equidistancia maneja este modelo. Equiparar el fascismo con el comunismo. La defensa del bien común no puede ser equiparable al exterminio de las razas inferiores; no puede ser equiparable aquello que dice que tiene que haber un líder autoritario frente a quienes dicen que tiene que repartirse el modelo de sociedad y compartir los recursos. No hablo de las concreciones históricas, sino de las filosofías. No puedes decir que el fascismo es otra opción política más. Porque en democracia, el fascismo no es pensable ni admisible. Y esto es lo que se ha hecho: blanquearlo y admitirlo.

Pasa lo mismo con el combate que tiene con la igualdad y el feminismo. Que es terrible. No hablo de una pedagogía de la igualdad, sino del feminismo, lo digo claramente. Que también eduque a los chicos; no solo en decirle a las chicas que tienen los mismos derechos que los chicos, sino que estos debemos dar un paso atrás en nuestros privilegios, que es lo que más nos cuesta. Porque, al final, dicen “eso de la paridad”. He estado en discusiones sobre la paridad, y al final la solución después de tres horas de discusión, “se amplía la reunión” para que haya más chicas, pero los chicos no nos bajamos de la reunión. No damos nunca un paso atrás. Esto es una de las cosas que en general más incomoda a los chicos cuando hablamos de igualdad. Por el hecho de haber nacido hombre tenemos privilegios de los que ni siquiera somos conscientes.

¿Qué papel tiene el profesorado?

El profesorado no puede simplemente dedicarse a la labor técnica: “Ahora la formación que se pide es, a ver, digitalización, gamificación, mindfulnes,…”. El profesorado no puede limitarse a ser una parte del sistema, técnicamente solvente en resolver lo que le manda la administración. Eso ya se hizo, aquello del currículo a prueba de profesorado. Para eso, los sustituimos por Google o por las grandes multinacionales digitales.

Yo siempre les digo a mis alumnos que el profesor, luchando también está enseñando. Esos lemas del 15M deben asumirlos como propios porque el profesorado es ciudadano y ciudadana también; y como responsable de la sociedad en la que vive y del modelo que quiere construir, también elige a sus representantes, reivindica una serie de mejoras, de formas de hacer las cosas en nuestra sociedad. Esto es fundamental. La educación es política y, en nuestra labor, debemos implicarnos activamente en conseguir la mejor educación posible para nuestro alumnado, la mejor organización posible para nuestro alumnado y que mejor le ayude en su proceso de desarrollo personal y social.

La educación es política y, en nuestra labor, debemos implicarnos activamente en conseguir la mejor educación posible para nuestro alumnado

¿Y la administración?

También la administración. Elegimos a nuestros representantes y debemos exigirles que apliquen sus programas. Cuando gobierna el PP y, ahora, Vox, aplican sus programas a sangre y fuego. Un ejemplo, el PP en 12 días implantó la reforma laboral. Cuando gobiernan partidos más progresistas, como este gobierno de coalición o la socialdemocracia, marean la perdiz. Iban a derogar los acuerdos con el Vaticano; recuerdo cuando firmaron en el parlamento ese acuerdo. Era un postulado de Pedro Sánchez. Pero cuando llegan al gobierno, parece que les haya abducido la derecha, y donde dije, digo, digo Diego.

Es una de las razones del auge del neofascismo, la gestión de la socialdemocracia cuando ha gobernado en Europa. La socialdemocracia ha gestionado el capitalismo en vez de aplicar sus programas de socialdemocracia. Desde Felipe González. ¿Qué pasa con la clase trabajadora cuando ve que aquellos a quienes vota hacen lo contrario? Que se siente defraudada. “Si cada uno se la tiene que componer como pueda porque vosotros nos abandonáis, para eso los míos los primeros”. Y se vota a quien dice esto.

El gobierno de la socialdemocracia en Europa y España es una de las causas que explica el auge del neofascismo, dicho por la mayoría de los especialistas en este campo. A parte de todo el tema del miedo del discurso de odio, etc. Por eso quiero que la ministra Pilar Alegría diga: “Señores, en los decretos de currículo vamos a introducir la memoria histórica”. Quiero que diga que la inclusión se va a llevar a cabo y que van a invertir cifras escandalosas no en rescatar bancos, ni armamento, sino en educación. Quiero esto, porque es lo que venía en los programas y para lo que les votamos. Las administraciones educativas tienen un alto grado de responsabilidad en el auge del neofascismo actualmente.

Es duro esto que acabas de decir.

Sí, sí, lo digo y no hablo solo de esta ministra, hablo exactamente igual de la anterior. Puede ser duro, pero es la realidad. Me parece tan evidente que el problema es que la derecha habla sin complejos y la izquierda, la progresía mejor dicho, siempre habla acomplejada, gobierna acomplejada, están en negociaciones y cesiones permanentes.
Que se hagan políticas claras. La administración educativa está haciendo unas políticas de cesión a la derecha absolutamente impresentables y las declaraciones de esta ministra y de la anterior son, en este sentido, lamentables y sus prácticas, peores.

¿Qué le queda al profesorado, qué puede hacer un profe solo?

Un profe solo, nada. Una comunidad educativa unida, mucho. Tenemos que recuperar lo que hicieron los MRP, aprender de cómo trabajaban. Dejar de vendernos estas motos de superprofe que le dan premios y luego va de divo por la vida haciendo estrenos mediáticos, diciendo cosas de perogrullo que no tocan al poder… que son parte del sistema.

Frente a esas recetas de innovación pedagógica como el mindfulnes, de marketing, coaching o emprendimiento, recuperar los Movimientos de Renovación Pedagógica, lo que pusieron en marcha las mareas verdes por la educación pública, todos los movimientos de resistencia. Hacer pedagogía de resistencia ante esta doctrina neoliberal y neofascista y, también, empezar a contarnos las alternativas educativas que se están desarollando.

La educación es inseparable de la vida, del modelo social y político que queremos defender. Y por eso creo que debemos implicarnos hasta mancharnos, como decía el poeta

Creo que la comunidad educativa tiene una responsabilidad enorme en dejar de estar tan centrada en las puntuaciones, en las notas de mates o ciencias e implicar a la generación siguiente en el mantenimiento de una democracia real y la construcción de una sociedad más justa para los que más la necesitan. Esto es uno de los elementos fundamentales. Creo que el desafío fundamental para las comunidades educativas, dentro de esta época de auge del neofascismo, es facilitar las condiciones y dotar de las posibilidades de conocimiento imprescindible para reconocer las formas antidemocráticas de poder.

¿Cómo se hace esto?

Esto significa que tenemos que conectar el trabajo escolar con los asuntos de la vida social, política y real de nuestra sociedad. La educación es inseparable de la vida, del modelo social y político que queremos defender. Y por eso creo que debemos implicarnos hasta mancharnos, como decía el poeta. Tomar partido, comprometernos con una pedagogía claramente desobediente, democrática, ecosocial, decolonial, de la igualdad… porque no podemos permanecer indiferentes ante la barbarie.

Sé que hay gente que dirá que es difícil. Siempre recuerdo que en el siglo IV Séneca dijo: “No nos atrevemos a hacer cosas porque aseguramos que son difíciles, pero lo son porque no nos atrevemos a hacerlas”. Tenemos que atrevernos a soñar y esto es uno de los elementos fundamentales. Nos estamos jugando el futuro de las próximas generaciones y de la sociedad en su conjunto.

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Aprender a estar bien en sindemia

En la actualidad, muchos investigadores afirman que el COVID-19 en realidad es sindemia y no pandemia. Sindemia, anglicismo derivado de dos palabras: sinergia y epidemia, según su creador, el antropólogo médico Merrill Singer, ocurre cuando “dos o más enfermedades interactúan de forma tal que causan un daño mayor que la mera suma”. No solo enfrentamos una enfermedad de carácter biológico con funestas consecuencias, sino también a una enfermedad social expresada en pobreza e inequidad, carencia o debilidad de servicios básicos, así como con grandes problemas socioemocionales. Asumir un enfoque “sindémico” supone una visión amplia que involucra acciones en el sector salud y en la generación del bienestar físico, mental y social de los individuos y la comunidad, lo que supone estrategias de carácter multidisciplinario, donde la educación tiene un papel fundamental.

El COVID-19 trastocó absolutamente todo, la cotidianidad de las personas y sus familias, y la dinámica de los países y el mundo. Además de afectar la salud y pervivencia, en el sector educativo, ha puesto en serio riesgo la continuidad de los procesos formativos, la protección y bienestar de los estudiantes. También originó un fuerte impacto psicológico en la comunidad educativa, según Unesco, “El cierre de los centros educativos, la necesidad del distanciamiento físico, la pérdida de seres queridos, del trabajo y la privación de los métodos de aprendizaje convencionales han generado estrés, presión y ansiedad, especialmente entre los docentes, el alumnado y sus familias.” El coronavirus, entre otros aspectos, además originó: a) “Fatiga sindémica”, la excepción se alarga y crea incertidumbre causando cansancio expresado en cefalea, ansiedad, insomnio, dolores musculares, pérdida de apetito, temor, además que deriva en maltrato y violencia; y b) “Ensimismamiento tecnológico”, muchos estudiantes han convertido su habitación, la internet y televisión “en su mundo”, perdiendo capacidades de socialización y convivencia. De manera directa, la situación socioemocional de estudiantes, maestros y familias afectó a la calidad de los aprendizajes e incrementó en las tasas de acceso, permanencia y término de los sistemas educativos.

En tiempos que se propone revisar la currícula, leyendo tiempos y contextos, además de cuidar un mejor desarrollo de aprendizajes cognitivos es prioritario que el sistema educativo escuche y entienda la situación de los estudiantes y, de manera sistemática e intencionada, colabore a desarrollar capacidades y habilidades sociales y emocionales que necesitan para relacionarse y desarrollarse en bien de su formación integral. La incorporación de la Educación Socioemocional contribuirá a que los aprendizajes de los estudiantes integren a su vida valores, actitudes y habilidades que les permiten comprender y manejar sus emociones, coadyuvando a construir su identidad personal, cuidado, convivencia, a analizar la realidad y tomar decisiones, y fundamentalmente a ser resilientes, tan necesarios en la actualidad. La Educación Socioemocional es tan importante como aprender a hablar, escribir o cualquier otro conocimiento intelectual considerando que las emociones influyen en cada cosa que hacemos. En tiempos de sindemia las y los estudiantes tienen que aprender a estar bien.

Considerando las consecuencias de la sindemia: ¿Volvemos a la misma educación o hacemos cambios de trascendencia en la currícula y gestión? Por supuesto, para contribuir al desarrollo de capacidades sociales y emocionales de los estudiantes tenemos que realizar ajustes de relevancia en la currícula. Por ejemplo, tenemos que: fortalecer el desarrollo de comunidades en los que los aprendizajes sean construidos en la interacción social; sabernos poner en el lugar del otro desde principios de solidaridad; trabajar en el cuidado y la formación de maestros y familias, su ejemplo ante la incertidumbre es valioso. En el caso específico del desarrollo profesional de equipos directivos y maestros, debemos desarrollar procesos formativos en temas como Pedagogía de la vida y Educación socioemocional.

Lo que es primordial, hay que generar una pedagogía de la vida, donde la vida de todos los seres vivientes sea la base de la construcción de nuevos saberes y conocimientos. En términos de sinergia, la educación debe contribuir a vivir en armonía interna y con la comunidad, madre tierra y cosmos, y a curarnos entre unos y otros.

Fuente: https://www.la-razon.com/voces/2021/12/10/agenda-educativa-2022/

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Neuroeducación: ¿cómo aprende el cerebro?

Por: Educación 3.0

Conocer cómo funciona el cerebro y cómo aprendemos es fundamental para el proceso de enseñanza-aprendizaje. El último número de la revista impresa, ya a la venta, ofrece un amplio reportaje sobre este tema. Estos son algunos extractos.

La mayoría de los niños son curiosos por naturaleza. Tienen todo un mundo por descubrir y quieren hacerlo ¡con ganas y aunque conlleve riesgos!: meter el dedo en los enchufes, tocar el agua o el fuego, o llevarse a la boca cualquier cosa que encuentren en el suelo para probar su sabor y textura. A medida que van creciendo y desarrollando su personalidad, sin embargo, la situación cambia y algunos pueden perder el interés.

Dada esta realidad, ¿cómo continuar estimulando su curiosidad? ¿Cómo motivarlos y hacerles partícipes en su aprendizaje? ¿Qué pueden hacer los profesores para mejorar el proceso de enseñanza y aprendizaje? La neuroeducación ofrece respuestas a estas preguntas. Es la unión de las ciencias de la educación (el conjunto de disciplinas que estudia la educación y las prácticas educativas como Didáctica, Pedagogía, Antropología o Sociología, entre otras) con la neurología, que estudia el funcionamiento del cerebro.

La neuroeducación ha generado un enorme avance en el proceso de enseñanza y aprendizaje, ya que contribuye a potenciar tanto las capacidades emocionales —ser conscientes de las emociones y gestionarlas adecuadamente— como las neurocognitivas, cómo procesamos la información y cómo la empleamos posteriormente (es decir, el aprendizaje) lo que incluye la percepción, la atención, la comprensión, la memoria y el lenguaje, entre otras.

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Neuroeducación: orígenes y evolución

Aunque la historia de la neuroeducación es bastante reciente, la importancia del cerebro se reconoce desde hace siglos y a lo largo de ellos se ha ido avanzando en su funcionamiento (neurociencia), pero han tenido que pasar más de veinte para comprender la importancia que tiene relacionar cómo aprendemos y la práctica educativa.

El ‘padre oficial’ de la neuroeducación es Gerhard Preiss, catedrático de Didáctica en la Universidad de Friburgo (Alemania), quien en 1988 planteó crear una nueva asignatura que aunara la investigación cerebral y la pedagogía, a la que denominó neurodidáctica para mejorar el proceso de enseñanza y aprendizaje. A partir de entonces son numerosos los expertos internacionales (el argentino Antonio M. Battro o el estadounidense Daniel Willingham) y nacionales (Francisco Mora, David Bueno…) que han profundizado en el tema.

Como dice el refrán ‘la unión hace la fuerza’ y la alianza entre cómo aprendemos y la pedagogía proporciona numerosos beneficios tanto para alumnado como para los docentes. Así, mejora el proceso de enseñanza y aprendizaje, al facilitar el diseño de programaciones didácticas a medida y atendiendo a la diversidad.

De igual modo, permite identificar las causas neurológicas relacionadas con el fracaso escolar, como la dislexia, la discalculia, el trastorno por déficit de atención o la hiperactividad. Fomenta, además, que consoliden sus conocimientos al mostrar qué les motiva o les llama la atención, al mismo tiempo que les hace implicarse más en su propio aprendizaje. También les ayuda a gestionar las emociones, haciendo patente qué están sintiendo y no reaccionen de manera impulsiva.

Evidencias científicas

A lo largo de estos más de 30 años en los que se ha profundizado en la neuroeducación, en cómo aprende el cerebro y su relación con la educación, se han hallado diversas evidencias científicas que han permitido mejorar tanto el proceso de enseñanza como el de aprendizaje. Algunos de estos factores son:

  • Emociones. Ya sean agradables o desagradables, todas influyen en el proceso de aprendizaje.
  • Plasticidad cerebral y neurogénesis. Haciendo una metáfora, el cerebro es como la plastilina, ya que tiene una gran capacidad de adaptación durante toda la vida.
  • Genética y experiencia. El debate sobre qué es más determinante en el ser humano, lo innato o lo aprendido, ha sido intenso a lo largo de los siglos. En la actualidad, la mayoría de los expertos coincide en que ambos son fundamentales en el aprendizaje y en la evolución del propio ser humano.
  • ¿Jugamos? Sea libre o estructurado, el juego es clave en el aprendizaje, como numerosos estudios han demostrado (por ejemplo, de los psicólogos Jean Piaget o Lev S. Vigotsky).
  • Neuronas espejo. Son el grupo de células cerebrales (descubiertas por el equipo del neurobiólogo Giacomo Rizzolatti, de la Universidad de Parma, Italia, a finales de los 90) que se activan cuando realizamos una acción concreta o cuando observamos a alguien hacer algo.
  • Trastornos de aprendizaje. La neuroeducación es fundamental en diferentes áreas, pero en este ámbito en concreto todavía lo es más, ya que permite proporcionar un apoyo personalizado a cada alumno.

En la práctica

Es posible aplicar los principios de la neuroeducación tanto en el aula como en casa. En el primer caso, es preciso crear un clima positivo, generar un espacio donde el alumno se sienta cómodo, donde el profesor le escuche y le anime a aumentar su autoestima e iniciativa, también donde se fomente el trabajo en equipo y se promuevan valores como el respeto y la justicia. Cada vez son más los docentes y centros que ven la importancia de aplicar la neuroeducación en el día a día, pero no saben por dónde empezar. Piensan: ¡cómo entender el funcionamiento del cerebro!, ¡parece algo tan complicado!

Por etapas educativas

Lo más habitual es aplicar las prácticas neuroeducativas en la primera infancia (de 0 a 8 años), porque es cuando el cerebro forma nuevas conexiones a una sorprendente velocidad, pero la mayoría de los expertos considera que los principios de la neuroeducación deben aplicarse a lo largo de toda la vida. Es un estilo de vida. Por lo que, independientemente del nivel educativo en que esté el alumnado, lo importante es tener claro que si el docente conoce las claves de cómo funciona el cerebro puede diseñar actividades a medida para el día a día, consiguiendo mejorar tanto el proceso de enseñanza como el de aprendizaje.

Este artículo está compuesto de unos pocos extractos del amplio reportaje ‘Neuroeducación: ¿cómo aprende el cerebro?’ publicado en el nuevo número de la revista impresa. Puedes comprar el último número de la revista en nuestra tienda online.

Fuente e Imagen: https://www.educaciontrespuntocero.com/noticias/neuroeducacion-cerebro/

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