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Libro (pdf): La danza de la insurrección. Para una sociología de la música latinoamericana

Reseña: Mi formación para el análisis de la música y la danza (aparte
de una muy básica como amateur que toca piano, maracas, guitarra, lee partituras con dificultad y baila) se ha ido dando realmente en la práctica misma de llevar a cabo las pesquisas. Por ello confieso que experimento cierto pudor cuando el equipo editorial de CLACSO me propuso presentar La danza de la insurrección como contribución a la Sociología de la música. Pero… los lectores mandan y respeto grandemente a dicho equipo editorial que se ha mantenido publicando tantos textos importantes en plena
pandemia. Solo espero que en la Sociología de la música sirvan mis esfuerzos de estímulo a la superación de mis análisis por investigadores más jóvenes con una mejor preparación al respecto.
Sí queda evidenciada, espero, la amplitud temática necesaria que la epistemología alternativa exige a gritos.

Descarga en: https://www.clacso.org/wp-content/uploads/2020/09/02-Quintero-La-danza-de-la-insurreccion.pdf

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“Repensar las pedagogías y la educación pública” (vídeo)

Los días 13 y 14 de agosto se realizó de manera virtual la Conferencia Internacional “Desafíos para la investigación educativa a partir de la pandemia”, organizada por el Ministerio de Educación de Argentina, el Consejo Latinoamericano de Ciencias Sociales, el Grupo de Trabajo CLACSO “Políticas educativas y derecho a la educación” y el IEAL, Internacional de la Educación para América Latina.

Participaron importantes referentes del sistema educativo de varios países de la región, entre ellos el escritor y académico Gary Anderson, profesor en la Universidad de Nueva York en los Estados Unidos.

Fuente: https://www.youtube.com/watch?v=lz1I4_0pXt4

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Hay riesgo de desarrollar una «educación bancaria» al utilizar la televisión como vehículo transmisor de contenidos: Investigadores

Por:  Erick Juárez Pineda

A partir del 24 de agosto, fecha de inicio del ciclo escolar 2020-2021, treinta millones de estudiantes de 16 grados escolares, que van de preescolar a bachillerato, proseguirán sus estudios a distancia por medio del programa «Aprende en casa II». La novedad es que ahora se firmó un acuerdo con cuatro cadenas de televisión nacional privada (Televisa, TV Azteca, Imagen y Multimedios) para que los cursos se puedan transmitir en sus canales, añadiéndose a las 36 televisoras estatales y al sistema público federal (Canal 11, Canal 14 e Ingenio TV).  

Aunque esta iniciativa de la Secretaría de Educación Pública (SEP) mitiga el problema de los estudiantes mexicanos en cuanto al acceso a las tecnologías para continuar con las cursos escolares (92.5 por ciento de las familias cuentan con un televisor en sus casas), expertos en educación y pedagogía del ITESO consideran que la medida debe ser acompañada de un seguimiento del aprendizaje de los alumnos por medio del uso complementario de otras herramientas tecnológicas, un mayor involucramiento de los padres de familia, así como el desarrollo de habilidades que vayan más allá de la asimilación de los contenidos que se transmitan por la televisión.  

Hacia una pedagogía plena

Uno de los riesgos de utilizar la televisión como vehículo transmisor de contenidos es que se desarrolle una educación bancaria, es decir, un modelo pedagógico en el que los educadores son depositantes de conocimientos a sus alumnos, que funcionan como receptores o archivadores pasivos de conocimientos.  

“El niño escucha o ve el programa, aprenderá algo, pero de eso a que se promueva un aprendizaje más activo o por descubrimiento, hay muchas dudas”, manifestó Juan Carlos Silas, académico del Departamento de Psicología, Educación y Salud (DPES) del ITESO.  

El confinamiento por la pandemia de Covid-19 ha desnudado las carencias de un sistema educativo que no ha desarrollado en los niños y adolescentes la capacidad de autonomía, de investigar por cuenta propia o de gestionar sus propios saberes, de acuerdo con lo expresado por Claudia Arufe, académica de la Licenciatura en Ciencias de la Educación del ITESO. De allí la necesidad de ejercer un nuevo modelo de educación integral que vaya más allá de la memorización de conceptos.  

“Se está hablando de los contenidos de libros de textos, pero ¿qué pasará con las otras facetas de desarrollo como la educación física, la socioemocional o la convivencia?, todos estos procesos inherentes a lo educativo se están obviando”, consideró.  

Flor Lizbeth Arellano, coordinadora de la Licenciatura en Ciencias de la Educación, destacó que pese al cierre de las escuelas por la pandemia hay que mantener el espíritu de las mismas como un medio de socialización e incorporarlo a programas como “Aprende en casa II”.  

“Que la educación a distancia no se centre solamente en los contenidos, sino que abarque otras dimensiones de la vida de nuestros estudiantes, sobre todo el contexto de la pandemia y sus efectos socioemocionales”, dijo.  

El papel de la familia y los profesores

De acuerdo con una investigación aún en curso, coordinada por la Secretaría de Educación Jalisco y con participación del DPES del ITESO, la contingencia sanitaria incrementó el grado de involucramiento de los padres de familia en las actividades educativas de sus hijos. Esta actitud deberá permanecer al transmitirse los programas del ciclo escolar 2020-2021 por televisión.  

«En los hogares surgieron nuevos roles de mamás-educadoras. La mayoría de los padres de familia valoran más el papel del profesor y reconocen la importancia de implicarse en la educación de sus hijos», señaló Arellano. 

En el caso de los profesores, la coordinadora de la Licenciatura en Ciencias de la Educación del ITESO aseguró que la mayoría ha impulsado procesos de retroalimentación no presenciales por medio de grupos de WhatsApp o Facebook.

También se convirtieron en profesores de tiempo completo al estar disponibles para resolver dudas de los cursos vía telefónica. Estas herramientas son un complemento para los programas que se transmitan por televisión.  

Sin embargo, los maestros no recibieron la atención debida d sus demandas para mejorar los procesos virtuales de educación y sólo se han convertido en receptores de la nueva política pública de la SEP, consideró Silas, quien también es coordinador del Doctorado Interinstitucional en Educación del ITESO 

«Se les pidió en sesiones del consejo técnico que compartieran y reflexionaran sobre lo que estaban aprendiendo, qué actividades o ejercicios lograron que sus alumnos aprendieran mejor, pero no hay una gran recuperación de esas experiencias”, compartió. “Es descorazonador porque pasaron horas reflexionando y anotando, pero no se está tomando en cuenta esa reflexión».  

Las desigualdades no desaparecen

Esteban Moctezuma, titular de la Secretaría de Educación Pública, argumentó que el convenio de transmisión con las televisoras privadas permitirá llegar a la gran mayoría de los estudiantes mexicanos para garantizarles el acceso a la educación.

La Encuesta Nacional sobre Disponibilidad y Uso de Tecnologías de la Información (ENDUTIH) de 2019 parece dar la razón al funcionario: nueve de cada 10 mexicanos tienen televisor, contra 44.3 por ciento que dispone de una computadora. Además, menos de la mitad de quienes viven en zonas rurales (47.7 por ciento) cuentan con acceso a internet. 

Todavía hay problemas por resolver como familias hacinadas con varios miembros que estudian y cuentan con una sola herramienta tecnológica a disposición de todos; las tensiones que se viven por temas como la pérdida de empleos por la crisis económica derivada del Covid-19, o zonas rurales donde la señal digital no llega.  

Arufe compartió que hay casos de éxito como Ecuador, donde los programas escolares por televisión se acompañan de cápsulas de radio, fichas pedagógicas para consolidar el aprendizaje visualizado y contenidos impresos a disposición de los estudiantes.

«Si sólo se viese la televisión, el plan no funcionará y se vulnerará el derecho a la educación», sentenció.  

De acuerdo con Arellano, en zonas como el norte de Jalisco se utiliza la radio comunitaria como estrategia educativa en comunidades aisladas. Durante el ciclo escolar 2019-2020 recién terminado, otra vía de transmisión de conocimientos fue la impresión de cuadernillos con tareas que se dejaban en puntos centrales en las poblaciones donde vivían los alumnos, por ejemplo en las tienditas.  

«En una zona marginada como Nextipac hubo el caso de una jovencita de secundaria sin internet ni smartphone. La comunidad fue solidaria y los mismos compañeros, al darse cuenta de que su amiga no se conectaba, la invitaban a sus casas para conectarse a internet y hacer la tarea», contó.   

La experiencia de las telesecundarias

Las telesecundarias, desde 1968, se han consolidado como una alternativa para ofrecer educación básica a las comunidades rurales y empobrecidas de México. En 2020, 18 mil 743 planteles brindaban educación a casi un millón 500 mil estudiantes. Este modelo educativo puede ayudar a que el programa «Aprende en casa II» tenga éxito, consideró Silas.  

«La educación multigrado, con un solo profesor atendiendo varios grados, se piensa que es de baja calidad, pero cuando se pone a dialogar a niños de diferentes grados sobre temas que debe aprender cada uno se forma una comunidad de aprendizaje entre los alumnos, con resultados muy interesantes”, explicó.   

De acuerdo con la SEP, el modelo pedagógico de la telesecundaria consiste en un programa de televisión de 15 minutos, más 35 minutos de trabajo en clase orientado por el docente.  

Fuente e Imagen: http://www.educacionfutura.org/hay-riesgo-de-desarrollar-una-educacion-bancaria-al-utilizar-la-television-como-vehiculo-transmisor-de-contenidos-investigadores/

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La SEP Atrapada

Por: Eduardo Andere M.

La SEP está atrapada en su política educativa. La pedagogía está atrapada por la política. Todo es política, porque los políticos tienen una moral de grupo que no es la de los valores universales, pero, de vez en cuando, cuando al poder llegan personas cuyas ideologías coinciden con esos valores universales y los hallazgos de la ciencia, las cosas mejoran para todos.

Más grande que el rezago educativo de México es el rezago de su política educativa. La historia de la política educativa de México está llena de retórica, pero no de resultados; de acuerdos cupulares, pero no de acciones acertadas. La pandemia del COVID ha exhibido los enormes rezagos en política educativa, educación y aprendizaje. Estamos a un paso de una tragedia educativa, con mayores niveles de rezago, desigualdad y segregación.

 Y no hay solución óptima. Trabajar con lo que se tiene que es la televisión, la radio, libros de texto y fotocopias sin maestro es un tratamiento cuya medicina debilitará más al enfermo, pero con la falaz esperanza de que el enfermo se aliviará solito. 

Se suponía que el aprendizaje del siglo 21 tenía que ser interactivo, divertido, movido, motivado, creativo e inspirado. Con la televisión y la radio forzadas, los niños y jóvenes acabarán más aburridos que antes y, además, más desmotivados, desorientados y desinteresados en todo lo que tiene que ver con educación, aprendizaje, escuela, estudio y lectura. La solución solo funcionaría para los niños y las familias altamente motivados, pero lo más probable es que ellos encuentren la solución interactiva. 

Hay muchas preguntas en el aire, entre otras: ¿qué harán los maestros? ¿Cómo se evaluará a los estudiantes? ¿Cómo asegurar que efectivamente los estudiantes se sienten por horas frente a las pantallas y que los papás lo favorezcan? ¿Cómo atender a los niños cuyos papás tienen trabajar todo el día? ¿Cómo sabrán los maestros que las tareas, proyectos, trabajos, pruebas y evaluaciones las hicieron los niños y no otras personas en el hogar? 

Qué bueno que se pospuso la prueba PISA. Aún así, si se lleva a cabo en 2021, los resultados serán desalentadores, pero al menos tendremos un año para diluir la frustración con agua resignada.

 ¿Qué puede hacer la SEP? Bueno, no todo es su culpa sino del Estado y sus gobiernos, que no han tenido visión de largo plazo. Pero, tomando análogamente el consejo de Aristóteles, qué podemos hacer con las circunstancias reales, no ideales.

Antes la SEP tenía un enorme problema: ¿cómo resolver desde un solo escritorio el aprendizaje y la enseñanza de 40 millones de estudiantes? No es posible avanzar con un sistema tan centralizado para un país tan complejo y con enormes barreras estructurales. Ahora la SEP tiene otro problema: La pandemia en un sistema agotado y asfixiado.

No necesitamos una nueva escuela o un nuevo currículo. Necesitamos un nuevo sistema, descentralizado, y un nuevo modelo, donde la máxima autoridad pedagógica sea el maestro y no el escritorio de Vasconcelos. Entonces, el Estado, con el liderazgo del gobierno, podría hacer cuatro cosas: 1) descentralizar la política y práctica educativas para que las decisiones del día al día sean tomadas por las localidades; 2) invertir grandes sumas en la digitalización interactiva y confiable; 3) exigir a la planta docente una preparación para el siglo XXI: aprendizaje, interacción humana, crianza, enseñanza en la era del cambio y fusión de pedagogía y digitalización; 4) atomizar las relaciones laborales para acercarlas a la realidad de las localidades y las familias. Nunca los intereses políticos deben estar por encima de los intereses de los niños. 

Al final nos dirán, “no se puede”. ¿Por qué? “Por razones políticas”. Ahí está el detalle.


[1]Investigador visitante del Colegio de Boston; @EduardoAndere Autor de: “¡Aprender! Emociones, inteligencia y creatividad” y “The future of schools and teacher education: How far ahead is Finland”, ambos publicados en 2020.
Fuente: http://www.educacionfutura.org/la-sep-atrapada/
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Notas de resignificación del currículo sobre el plan pedagógico de prevención y protección «cada familia una escuela»

Por: Lenin Romero

Presentación

El documento tiene como propósito contribuir en la resignificación del Plan pedagógico de prevención y Protección  “Cada Familia una Escuela” en el contexto de la revisión de varios documentos y experiencias educativas , unas desarrolladas por las entidades locales otras en la interacción internacional y otras referidas a la creación del sistema de gestión del conocimiento, organización del aula virtual y el desarrollo del proceso formativo en educación a distancia y revalorización del currículo local con aportes compartidos con UNICEF, la Universidad de Recoleta de Chile y diálogos con los integrantes de la Dirección General de Currículo del Ministerio de Poder Popular para la Educación. No es un documento definitivo, ni acabado, constituye VI apartados que pudieran establecer sugerencias para mejorar la aplicación del programa en sus vínculos con los sujetos educativos territoriales y desde una mirada ecológica y política que evalúa críticamente la coyuntura de la pandemia y desigualdad educativa. Siendo esta la dirección de un esfuerzo que tendría como desafío que el Viceministerio de Educación y otras instancias análogas, así como el sistema de Investigación y Formación del Magisterio junto a las prácticas emergentes de los territorios sobre el currículo local pudiera constituirse en una fuente referencial de mayor avance.

Queda de usted convocar un conversatorio situado o virtual donde se articulen supervisión, currículo y formación responsables de estos procesos conducentes a la formación y orientar las acciones sectoriales y políticas del ministerio. En este contexto el colectivo de profesionales de CENAMEC donde participan la profesora Silvia Medina, Loida Meza, Rebeca Senia y Lenin Romero, además ha sido consultado por instancias sustantivas del Ministerio de Educación Básica y Ministerio del poder popular para la Ciencia y Tecnología

Implicaciones

I.- Enfoque de Gestión del Currículo

El Plan pedagógico de prevención y Protección “Cada Familia una Escuela” necesita re-formular su enfoque en cuanto a su enunciado teórico-metodológico, hacerlo en clave ecológica, para el estímulo y la construcción de capacidades en el ser humano y su desarrollo integral, como base o fundamento gnoseológico y político, que facilite revalorizar el arraigo del sujeto educativo a su mundo local a la naturaleza y a las distintas formas de vivir viviendo.

En este contexto epistémico y metodológico, el currículo de fundamento local territorial deberá estar imbricado a la comprensión ambiental de los ecosistemas de aprendizaje, socio-educativos y éticos culturales del Plan pedagógico de prevención y protección “Cada Familia una Escuela”. Este enfoque permitirá que se impulsen transformaciones en las prácticas de aprendizaje liberador para afianzarse en el enfoque holístico, integrador e interdisciplinario, en las iniciativas formadoras, socio-culturales, afectivas, epistémicas sostenibles, en los circuitos escolares, comunas y territorios.

En estos lugares del común, necesitamos entonces una “Escuela social productiva comunal”, y unos trabajadores de la educación, que hagan de la docencia, la investigación, y la integración socio-intercultural, una nueva manera de luchar, de mediar la educabilidad, en lo ético político por una voluntad optimista comprometida a provocar onto-epistémicamente otro modo de vivir viviendo, es decir pedagogizar la vida. Requerimos un enfoque educativo curricular y de unas prácticas educativas concretas en lo programático y axiológico, que nos conduzcan a comprender cómo el sistema bolivariano de educación, tiene alcances necesarios que proponerse, ello desde, una formación crítica, participativa, comunalizada, de la enseñanza y la cultura de la vida, para encaminar otra forma de vivir. Es indispensable un enfoque épocal para una habilitación pedagógica que se aleje de las prácticas de vida humana discriminatorias excluyentes, que frecuentan diversas formas de destrucción en el planeta Tierra.

Siendo de interés según lo expresado en las prácticas y experiencias emergentes antes, durante y después del Congreso Pedagógico Nacional virtual, la direccionalidad académica curricular y epistémica metodológica de una visión sobre la soberanía cognitiva para una escuela transformadora y un hacer educativo comprometido con la sustentabilidad de un consumo sano, y saludable anti capitalista, igualmente la aplicación de una pedagogía más humanista y afectiva que permita salvaguardar la vida del ser humano, de los modos dominantes de agresión causados por un uso indiscriminado de la naturaleza, por modos de producción industriales y de servicios que cada vez son más letales. Necesitamos una pedagogía que nos acompañe en el proceso de reaprender a convivir con el planeta y la salvaguarda de la vida humana.

Resignificar el plan pedagógico de prevención y protección “Cada Familia una Escuela”, exige de una actitud socio critica dialógica, organizada, a nivel de la centralidad del Estado, así como sectorialmente, a niveles meso y micro curricular, para condensar una voluntad magisterial, social y territorial, que estreche la socialidad a los sujetos educativos activos en la comunidad, es decir, organizar el protagonismo de los niños, niñas y adolescentes, jóvenes y adultos, junto a las familias organizadas, haciendo causa común del plan “Cada Familia una Escuela” como una ecología política para garantizar los derechos de la educación de calidad y pertinencia. Uniendo esfuerzos planificados para superar las consecuencias del bloqueo del capitalismo, haciendo del planeta nuestro hogar común y de la naturaleza una fuente de vida propia, que exige de los sujetos educativos la aplicación de una pedagogía del amor, el respeto de la dignidad de las personas, en la cohabitación activa biosegura. Buscamos con el enfoque y sus metódicas, superar esta pandemia liberando otras formas de educación posibles[1].

Es indispensable fortalecer un enfoque curricular de prevención pedagógico socioeducativo, que oriente los propósitos del mismo, trazando una orientación estratégica sostenida sobre el papel que desempeña en la formación y la educación, innovación y la resiliencia positiva de las familias en su humanidad.

En este sentido, la sostenibilidad de la vida en cuanto premisa, del papel que desempeña la formación, la innovación y la investigación debe considerar un pensamiento ético político sobre la humanidad en la actual situación de pandemia y el valor que ella tiene para vivir viviendo. Metodológicamente la atención socio-crítica exige en la formación, innovación e investigación una valoración comprometida con la desigualdad social y su impacto negativo en las actuales circunstancias. En el contexto de las directrices del currículo estas deben tener implicaciones ambientales[2] para: a) Afirmar el enfoque sobre la diversidad, donde tiene lugar la vida, diversificando las miradas complejas de la evolución de la misma; b) posicionar una postura política que valore y promueva la convivencia en realidades diferentes, singulares, interculturales, multiétnicas, polisémicas integradas a los ámbitos educativos; c) Definir los mecanismos de coordinación intrasistémicos, del sistema bolivariano de educación para proteger y garantizar los diversos derechos sociales y políticos d) establecer mecanismos locales, comunales para conservar la vida y la inclusión educativa de calidad, pertinencia y significación territorial por niveles, modalidades y proyectos sin exclusiones ni discriminaciones.

II.- Dimensiones del conocimiento en el aprendizaje socio afectivo

  1. Pensamiento crítico para aprender a ser, hacer, cuidarnos.
  2. Sentir y aprender a vivir juntos en familia y comunidad.
  3. Actuar para vivir juntos a la naturaleza como fuente de vida
  4. Decidir en común para afirmar la solidaridad y la resiliencia participativa en el vivir viviendo.

III.- Proceso de apropiación de saberes/haceres:

Esta interacción formativa debe valorar ¿cómo los trabajadores/as de la educación, frente a la contingencia actual de pandemia, actuaron para identificar y proponer proyectos educativos lugarizados?, devenidos de las iniciativas locales y del pensamiento propio, que permite reconocer estas acciones como luchas por una relación identitaria favorables a la apropiación y su aplicación constructiva sobre el conocimiento, el aprendizaje y la producción de innovaciones tecnológicas duras y blandas que permitan facilitar los modos de trabajo en cuanto a la enseñanza, al actuar como una señal de movimiento socio-cultural que lucha para ofrecer la vida en comunidad y comunalidad de conocimiento y saberes arraigados en explicaciones globales en los territorios de actuación.

La ecología política enraíza el trabajo teórico de deconstrucción de los modos de trabajo en el campo político, donde no basta reconocer la existencia de la diversidad cultural, de los saberes tradicionales, de los derechos ancestrales/propios, para luego intentar resolver el conflicto que emana de sus diferentes formas de valorización de la naturaleza por la vía del mercado y sus compensaciones de costos[3]. Es necesario por el contrario:

  1. Aprender a decidir operativamente y desde el común comunitario en el vivir viviendo
  2. Hacer de la cooperación un bien público apropiable en la comunidad por/ para la familia los niños, las niñas, los adolescentes, adultos y jóvenes en los territorios.
  3. Organizar el protagonismo socio gestionario del aprendizaje para arraigar valores y virtudes comunes de los colectivos agrupados por espacios de naturaleza contra hegemónica a la permeabilidad del capitalismo.

IV.- Enfoque curricular, su organización y producción socio cultural

Este enunciado curricular organizativo y de producción sociocultural exige de un componente axiológico y ético socio-afectivo, intercultural y plural en la organización de comunidades de conocimiento y redes del protagonismo educativo comunal. La ecología política en esta dirección reconoce en el ambientalismo un movimiento de luchas de poder y de sentido contra hegemónico, para ejercer la distribución de bienes comunes materiales (valores de uso), pero sobre todo de valores-significaciones asignadas a los bienes comunes, necesidades, ideales, deseos y formas de existencia que definen los procesos de adaptación/transformación de los grupos culturales a la naturaleza y que enmarcan la acción pedagógica y política de la escuela en formas diversas de convivir y participar.

En este sentido, se requiere que el sujeto educativo y las agencias de socialización territorial organicen la producción educativa considerando los siguientes procesos estructurantes:

  1. Mapear escenarios de despliegues por circuitos, comunas y territorios
  2. Delinear prácticas socio pedagógicas, participativas y de bioseguridad territorial
  3. Organizar y formar equipos en los territorios para la conformación de comunidades territoriales y virtuales de aprendizajes plurales por circuitos lugarizados.

V.- Generación de opciones y oportunidades en la organización y la estructura de la morfología territorial del Currículo

Mediante la participación de sujetos y agentes de aprendizajes lugarizados quienes han de organizarse para revisar la potencialidad territorial, en cuanto a conocimiento, percepción simbólica, y relaciones de intercambio entre capacidades productivas y formación de aprendizajes aplicables, orientando estos procesos cognitivos, a su subsunción en la naturaleza, y en su metabolismo político social, buscando situar los imaginarios políticos posibles tanto para conceptualizar el aprendizaje y situarlo en el discurso sobre la sustentabilidad necesaria para organizar los planes, programas y proyectos educativos en los territorios:

  1. Valorar las oportunidades programáticas múltiples y participación micro meso curricular en proyectos didácticos de gestión.
  2. Organizar el tejido socio cultural en nodos territoriales de aulas talleres, en los hogares talleres, en las aulas virtuales y lugarización de iniciativas pedagógicas plurales para aprendizajes flexibles y pertinentes a la salvaguarda de la vida, conforme a modos de producción cognitivos liberadores, diferentes a modos extractivos productivos, favorables a un consumo ambiental sustentable.
  3. Trazar orientaciones generales y específicas, sobre la premisa “todo el territorio una escuela social productiva comunal
  4. Articular este enfoque territorial de la escuela, al sistema de educación básica Bolivariano, integrándolo a los subsistemas socio productivos territoriales, para la producción de conocimientos y aprendizajes en favor de un equilibrio del ecosistema natural para mantener la armonía, escolar, ambiental y local creando en los circuitos los colectivos de gestión ecológicos para la educación emancipadora.

VI.- Resultados metodológicos y heurísticos esperados en el corto plazo

  1. Mapeo y Georreferenciación de los espacios regionales y locales.
  2. Organización y expansión de prácticas emergentes locales, horizontales y globales de la programación comunal realizada.
  3. Organizar la ruta y agenda de las lecciones aprendidas en la diversidad territorial
  4. Enseñanzas del post congreso:
  • Sistematización territorial de la escuela social productiva comunal
  • Sistematización de las prácticas horizontales y axiales en el desarrollo de opciones formativas
  • Organizar el enfoque múltiple de casos por regiones y territorios de conocimientos
  • Conceptualizar y establecer modos de enseñanza en línea y otras tecnologías conforme a la educación a distancia y al tejido curricular local, que sea pertinente y de calidad en formas pedagógicas diversas con actores y protagonistas interdisciplinares y transdisciplinares comunitarios.
  • Definir los mecanismos de coordinación de la gestión en los territorios con el poder popular organizado, el sistema de protección y bioseguridad y los sistemas locales de participación en la producción curricular local.
  • Establecer un mínimo de (10) diez orientaciones pedagógicas, metodológicas y prácticas indispensables de la revolución educativa local.
  • Aproximarnos a la revisión de la ecología política-territorial, como una visión diferenciada de la vida en su especificidad, donde se valora el ser y el pensar de los actores que se comprometen a valorar la diferencia en la pertenencia a un orden productivo y ecológico real.
  • Elaborar un discurso simbólico que se afirme en la explicación pedagógica del derecho humano a la diferencia sobre los modos de ser, pensar y hacer en los mundos de vida plural
  • Sustanciar los programas de formación e investigación e innovación socio educativa en la “La ontología de la diferencia entre disyunción originaria y la singular practicada”.
  • Las metódicas de los programas deben implicar la relación, entre el orden de lo Real y el orden Simbólico, que hoy se manifiesta en el mundo político como el derecho a la diferencia en los modos de ser-en-el-mundo y de construir mundos de vida. La ontología de la diferencia se desprende de un principio más fundamental, la ontología de la otredad, que implica la coexistencia de mundos de vida no homologable, no traducible, no reducible a un principio unificador de la vida. Es desde esa comprensión ontológica de la vida que se legitima una ética de la otredad y una política de la diferencia. En esa ontología se inscribe la apuesta por la vida” [4].
  • Finalmente, superar la pandemia y la desigualdad social y política exige de otra educación que se apoye en la creatividad de la humanidad y de la soberanía cognitiva sin discriminación del pueblo y su participación política

[*]Lenin Romero Maestro normalista. Lic. Educación. Especialista en planificación de la educación. Magister en Educación Superior. Doctorante en Ciencias – Mención Ciencias Políticas UCV. Profesor de la Escuela Estudios Políticos de la Facultad de Ciencias Jurídicas. Profesor de la Escuela Educación UCV. Profesor-investigador Agregado de la Universidad Bolivariana de Venezuela. Coordinador del Núcleo de Investigación Educativa Local NIGEL-UBV. Premio Nacional de Ciencia y Tecnología como Grupo de Investigación Consolidado 2015 en la mención: Educación y Justicia Comunal. Parlamentario Regional y Nacional Constituyente. Representante de Venezuela ante el Instituto Interamericano del Niño. Presidente del Consejo Nacional de Derecho del Niño la niña y los adolescentes (Electo por la Sociedad Civil). Actualmente Presidente de CENAMEC, coordinador del Sistema de Investigación y formación del Magisterio Venezolano y Secretario de la Universidad del Magisterio.

[1] Un cambio de esta naturaleza coincide con una visión polisémica de la enseñanza aprendizaje. En este sentido, esta mirada, permite establecer un nuevo sentido común, la idea simple y evidente de que, especialmente en los últimos cuarenta años, hemos vivido en cuarentena, en la cuarentena política, cultural e ideológica de un capitalismo encerrado en sí mismo, así como en la cuarentena de la discriminación racial y sexual sin las que el capitalismo no puede sobrevivir. Una Escuela social  y un sujeto educativo comprometido, son llamados a luchar contra hegemónicamente con esta postura. La propuesta tiene su referencia en, De Sousa Santos, Boaventura La cruel pedagogía del virus / Boaventura De Sousa Santos; prólogo de María Paula Meneses. – 1a ed. – Ciudad Autónoma de Buenos Aires: CLACSO, 2020. Libro digital, PDF – (Masa Crítica / Batthyany, Karina)

[2] En este sentido Enrique Leff, sostiene, al referirse al papel de la razón y la vida, este criterio: La vida ha sido la gran olvidada en la historia por el dominio de la razón. Por primera vez en la historia, la humanidad se enfrenta al imperativo de hacerse cargo de su condición humana, de su voluntad de dominio de la naturaleza; al titánico desafío de de-construir su insustentable razón para reencontrar su lugar en el mundo; para reinventar sus modos de habitar la tierra dentro de las condiciones de la vida. (Clima viral: reflexiones para repensar el lugar de la humanidad en el planeta. Agosto 2020)

[3] Enrique Leff 27 Política cultural/política de la diferencia.

[4] Enrique Leff 27 Política cultural/política de la diferencia

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Ecología de los Saberes para la Democracia Cognitiva, Participativa y Protagónica

La Interacción Socioeducativa como práctica para Civilizar la Ciencia y Cientifizar la Ciudadanía.

Oswaldo Espinoza

La Democracia del Siglo XXI, exige una educación del siglo XXI con escuelas y universidades del nuevo milenio, por esta razón en el marco del proceso Bolivariano en Venezuela se ha impulsado la transformación de las relaciones entre las instituciones educativas y la sociedad de la que forman parte, es así como surgen las políticas vinculadas con la triada Escuela – familia – comunidad en el proyecto educativo nacional de educación básica y media y el Proyecto Socio-comunitario, socio-integrador o socieducativo en las universidades nacionales nacidas en el marco del proceso político Revolucionario.

Para la Universidad Bolivariana de Venezuela esta práctica se designa originalmente como Interacción Socioeducativa, el cual en opinión del autor resulta el término adecuado en comparación con el que se asume ahora dentro de la institución: Integración Socioeducativa; la razón es muy sencilla y es que si bien la interacción con las comunidades debería procurarse armoniosa y buscar la integración, la comunidad no es el único actor de la sociedad con las que la institución educativa deberá interactuar en su transformación de torres de marfil e islas académicas en sujetos plenos del proceso de desarrollo y construcción del proyecto de país consagrado en la Constitución Nacional de la República Bolivariana de Venezuela; de hecho con algunos de estos actores la interacción puede ser de necesaria confrontación y denuncia, como por ejemplo con grandes corporaciones que atenten contra la salud de la humanidad o la naturaleza producto de sus prácticas industriales.

Más allá del asunto de la designación de esta práctica socioeducativa, la misma se ha convertido en una forma ciertamente revolucionaria de estrechar los vínculos entre las instituciones educativas, sus estudiantes y docentes con la realidad de sus comunidades de origen para la solución participativa de las problemáticas locales, el aprovechamiento sustentable de sus potencialidades y la producción de conocimiento pertinente y creíble, en tanto contextualizado en la realidad y legitimado por la participación ciudadana. No obstante, las aseveraciones expresadas en estas últimas líneas sufren los embates de dos formas de producción de no existencia de la razón metonímica, de acuerdo a la definición de las Sociologías de las Ausencias realizada por el Boaventura de Souza en el Milenio Huérfano, estas formas son la monocultura del saber y de las clasificaciones sociales, de las cuales la sociedad venezolana, y especialmente los actores académicos no pueden o no quieren desprenderse, reproduciendo dichas lógicas consciente o inconscientemente.

De esta forma, por una parte las escuelas y universidades siguen asumiendose como centros de saber y guardianes del conocimiento único y verdadero produciendo en consecuencia la no existencia de las comunidades como ignorantes e inferiores; esto se evidencia cuando o bien se asume a la comunidad como simple objeto de estudio y fuente de información (riesgo academicista) y por lo tanto necesitada de la iluminación científica, o bien como víctimas incapaces (riesgo asistencialista) necesitada de las soluciones que solo el estado y las instituciones educativas pueden brindar. Ante estos riesgos la comunidad termina no teniendo una participación real, por cuanto no es reconocida como un actor cognoscente, completamente capaz de poseer y producir conocimiento  válido y legítimo a partir de su vivencia, de su experiencia y contacto permanente con su propia realidad; la consecuencia es que se imposibilita un diálogo real de saberes perdiéndose la oportunidad de enriquecimiento mutuo.

Si bien los riesgos citados han provocado sus efectos negativos en la interacción socioeducativa la experiencia en líneas generales ha permitido abrir los canales de diálogo y comunicación, sobre todo para la atención de la realidad comunitaria relacionada con sus problemas locales, sin embargo  se hace necesario profundizar la interacción para la producción de conocimientos en el espíritu de lo expresado por Vaz Moniz (2005) de civilizar la ciencia y cientifizar la ciudadanía; para ello resulta imprescindible en primer lugar el reconocimiento de las comunidades como entidades cognoscentes, al tiempo que las instituciones educativas reconozcan sus propias ignorancias e incluso pongan en duda algunas de sus certezas heredadas del positivismo dominante; también es fundamental para las instituciones educativas dejar de asumirse como actores separados e independientes de la realidad y menos aún como centros de la sociedad, siendo esto último un  error del propio estado nacional que afirma que la escuela es el centro del quehacer comunitario.

Otro aspecto al que se le ha prestado relativamente poca atención tiene que ver con la sustentación y construcción teórica del enfoque de la Interacción Socieducativa, razón por la cual quien escribe ha dedicado hasta ahora dos trabajos de investigación sobre el tema: La Interacción Socioeducativa, una relectura de las relaciones Universidad – Comunidad (2008), y Aportes Teóricos para los procesos de Interacción Socioeducativa Universidad – Comunidad (2013); en este sentido los aportes del trabajo: Ciudadanía, Conocimiento, Ciencia y Educación CTS, Rumbo a Nuevas Dimensiones Epistemológicas (Moniz, 2005), resultará de utilidad para el nuevo proyecto de trabajo de investigación: La Interacción Socioeducativa como Ecología de los Saberes para la Universidad del Siglo XXI.

Volviendo sobre la Interacción Socioeducativa como práctica histórica del proceso bolivariano, es pertinente preguntarnos ¿qué se hace y que es necesario implementar a partir de las lecturas del trabajo de Moniz?; en primer lugar esta experiencia ya vincula a todos los estudiantes de las universidades experimentales y las nacidas en revolución con sus realidades locales a través de Proyecto Socioeducativo a lo largo de todo su proceso formativo, un trabajo que se realiza en, para y sobre todo con la comunidad (aunque este aspecto se ve afectado por los riesgos citados en párrafos anteriores); en este misma dirección los trabajos de investigación de grado surgen de la experiencia de proyecto, evitando de esta forma la fobia TMT (Todo menos tesis) y la perversa práctica de las tesis por encargo; de esta forma se contribuye a la solución de problemas reales comunitarios al tiempo que se promueve la investigación directamente en el entorno social.

Lo expuesto en el párrafo anterior sin lugar a dudas que constituye un logro en el camino correcto, no obstante atendiendo los desafíos de civilizar la ciencia y cientifizar la ciudadanía es necesario profundizar la participación ciudadana y comunitaria, en la toma de decisiones sobre el proceso investigativo y evitar caer en imposiciones incoherentes con el proyecto nacional, como por ejemplo cuando se trató de establecer como orden vertical que todos los proyectos, del Programa de Formación de Grado en Comunicación Social de la UBV, fueran sobre medios de comunicación alternativos sin tomar en cuenta las diversas realidades con las se pudieran encontrar los investigadores en nuestro amplio territorio y nuestra multicultural sociedad. Participar en las decisiones de política académica y de investigación va desde la definición participativa del diseño de líneas de investigación hasta la decisión de cambiar el título o un objetivo en el informe del trabajo final de grado; es decir,  se trata de asumir a la comunidad como Co-investigadora con todas sus implicaciones.

Por otro lado resulta imprescindible reforzar el papel de la comunidad como contralora de la acción política del estado y sus instituciones incluyendo a las universidades con sus “expertos y especialistas”, no solo como una función de vigilancia sino también como acompañamiento calificado, tanto desde el conocer del entorno y su realidad, como desde sus conocimientos y saberes científicos o ancestrales de los que los académicos podemos (y debemos) aprender mucho.

Finalmente es cierto que la participación ciudadana y comunitaria en los proyectos técnicos e investigaciones científicas puede tener sus límites producto de toda una tradición pública centrada históricamente en el asistencialismo y paternalismo de estado que desestimula la participación en los procesos, e incluso en una cultura consumista e individualista heredada del capitalismo y la transculturación que no permiten a la ciudadanía identificar problemas reales y graves, ocultos tras necesidades creadas convertidas en prioridad producto de la colonialidad; en todo caso es allí donde debe intervenir el proceso de cientifizar la ciudadanía, reconociendo y certificando sus conocimientos y saberes, acompañándolos en los procesos de sistematización y tecnificación sustentables de sus experiencias y conocimientos, a la par de brindar las oportunidades para adquirir o crear juntos nuevos conocimientos en el marco de una Ecología de los Saberes.

Referencias:

Castillo-Cubillos, Mónica. El papel de la participación ciudadana en las políticas públicas, bajo el actual escenario de la gobernanza: reflexiones teóricas. CS [online]. 2017, n.23, pp.157-180. ISSN 2011-0324. Disponível em: http://dx.doi.org/10.18046/recs.i23.2281

Vaz Moniz dos Santos, Maria Eduarda. Cidadania, conhecimento, ciência e educação CTS: Rumo a «novas» dimensões epistemológicas. Revista Iberoamericana de Ciencia, tecnología y sociedad, Ciudad Autónoma de Buenos Aires , v. 2, n. 6, p. 137-157, dic. 2005.

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Libro (PDF): Historias que hacen historia

 

Reseña: CLACSO

Este libro es el resultado del diplomado «Enseñanza de la historia en el marco del bicentenario». Incluye temas retomas de experiencias vivenciales de las maestras y los maestros en el aula, relacionado con el pensamiento histórico, las teorías de la historia, didáctica de la enseñanza, el entrecuzamiento de la historia con las ciencias sociales y aspectos académico-curriculares relacionados con el tema. El lector encontrará en estos escritos un amplio mundo de cuestiones relativas a la historia, que no sólo dan cuenta de épocas pretéritas sino que, desde allí, enlazan con la historia reciente de de Colombia, evidenciando los problemas no resueltos de nuestra construcción como Estado y Nación a lo largo de dos siglos de independencia política. Tiene como valor agregado, académico y disciplinar-histórico, la capacidad de generar en estudiantes y docentes un diálogo-reflexión acerca de la importancia de la historia dentro de las ciencias sociales específicamente, lo cual equivale a examinar la interrelación estructural entre las disciplinas.

 

 

Autor/a:    Ortiz, María Carlota –   González, Mireya –   Barrantes, Raúl –   Cortés Salcedo, Ruth Amanda – Arévalo Salazar, María Angélica – Castillo Jiménez, Claudia Marcela –   Rodríguez Pérez, Luz Cristina –  Hernández Neira, Alejandro – Córdoba, Francis Giomar – Amaya, Bernardo –  Borda, Nelson Efrén –  Ardila Ariza, Margoth – Bermúdez, Gloria – Martínez Cabrera, Yiseth –  Álvarez, Humberst – Romero Sánchez, Martha Consuelo – Barrantes Clavijo, Ana Margot – Calderón Rodríguez, Ingrid Yisela – Pinilla, Anjie Natalia – Abril, Carlos – Velasco, Ángela –  Castellanos, Ángela.  

Editorial/Editor:         Instituto para la Investigación Educativa y el Desarrollo Pedagógico, IDEP

Año de publicación:   2012

País (es):                          Colombia

Idioma:                             Español.

ISBN :                                 978-958-8780-02-3

 

Descarga:   Libro (PDF) Historias que hacen historia

Fuente  e Imagen:    http://biblioteca.clacso.edu.ar/colecciones/saladelectura/index.php?a=q&r=1&hs=1&t=1&q=disciplina&j=dl&c=general&fqf=TX&Submit=buscar+en+CLACSO

 

 

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