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Las máquinas inteligentes, los bárbaros y la educación

Juan Freire

1. Máquinas inteligentes y el fin del mundo que conocemos

Los anuncios del “final del trabajo” son cada vez más frecuentes y las evidencias que lo demuestran más sólidas y preocupantes. Nos encaminamos a un futuro muy próximo donde el trabajo será escaso, lo cual nos sitúa ante al menos dos retos enormes: como afrontar la desconexión entre trabajo y sostenibilidad económica de las personas y que funciones continuaremos desarrollando los humanos en ese mundo.

Sobre el primer reto, debemos empezar a pensar en marcos diferentes dado que para entender el nuevo escenario muy probablemente ya no valen los enfoques ideológicos y éticos tradicionales. A modo de ejemplo la renta básica se ha convertido en bandera de Silicon Valley, aunque la iniciativa presenta muchos matices.

En lo que respecta al papel de las personas, nos lleva a pensar sobre la educación como la única solución: es esencial entender qué, cómo y para qué aprender en la era de las máquinas inteligentes. Existen múltiples respuestas que en todos los casos intentan identificar lo que nos hace únicos como humanos y por tanto definir cuales serían las funciones que no pueden ser reemplazadas por máquinas y algoritmos. Un reciente libro propone un espacio de humanidad en el trabajo muy sugerente: “Work that involves courage and counterintuitive ideas won’t be taken away from humans”.

Daniel Goleman y Peter Senge, en The Triple Focus, describen con claridad los nuevos perfiles profesionales destinados a liderar el futuro de las organizaciones:

Las empresas necesitan personas que piensen por sí mismas, que se automotiven, sean autodidactas y que puedan trabajar en equipo de forma efectiva, especialmente cuando se enfrentan a problemas realmente complejos.

En este momento de cambio, es una buena noticia que empresas y sociedad necesiten personas equipadas con las mismas competencias y valores. Por supuesto, siguen existiendo empresas que buscan perfiles técnicos muy específicos destinados a cumplir funciones concretas que probablemente sean reemplazadas por máquinas en breve. Pero más allá de esta necesidad coyuntural, que no debería ser la referencia a la hora de rediseñar la educación, la sociedad y las organizaciones precisan ahora de nuevos líderes capaces de trabajar al servicio de lo colectivo y de afrontar retos en un entorno de incertidumbre.

2. La falsa modernidad del status quo

Por tanto, como sociedad debemos repensar modelos y actuar construyendo nuevas propuestas para el aprendizaje de forma quede ciudadanos y profesionales sean realmente útiles y además se sientan motivados en su trabajo y en su papel cívico.

Quizás por esta razón vivimos en los últimos meses dos obsesiones paralelas de los medios de comunicación: por el fin del trabajo y por el cambio educativo. Una burbuja mediática que no se acompaña de propuestas realmente diferentes; mas bien branded content de los agentes convencionales que quieren aprovechar la oportunidad para vender y venderse como una apariencia de cambio. Un cambio cosmético que resulte cómodo para todos y en realidad deje las cosas como siempre pero con nuevos nombres, mobiliarios diferentes … apariencia de cambio para evitar que los verdaderos “bárbaros” transformen la realidad.

La portada de El País del 29 de Mayo es un buen ejemplo al anunciar que “La educación vive una revolución que exige consenso y cambios en la organización de los centros y la formación de los docentes”. Consenso, centros y docentes se anuncian como las bases del supuesto cambio. Pero en realidad resulta muy difícil construir algo verdaderamente nuevo a partir de esas bases. Se puede cooperar con el sistema, y ayudar a su transformación, pero desde la disrupción (no desde el consenso), la autonomía (y no desde los centros) y con nuevos agentes (y no sólo ni principalmente los docentes actuales). Otra cuestión es si docentes y centros son capaces de cambiar radicalmente; pero esto afecta mas a su propio futuro que al de la educación.

De hecho, más allá del bullicio mediático, existen en realidad poco modelos realmente nuevos y su impacto es por el momento muy limitado. Incluso algunos de esos “nuevos modelos”, como la finlandesa Team Academy, llevan ya casi 25 años de práctica … casi tres décadas en que el mundo se ha transformado de manera dramática

3. Emprendimiento y pensamiento crítico

En nuestra opinión la verdadera transformación nace de la interacción de dos mundos aparentemente alejados: el emprendimiento y el pensamiento crítico. El emprendimiento ha vivido quizás su burbuja, pero llega el momento de la madurez donde debe demostrar su verdadero valor y potencial como herramienta de cambio. Hemos de reivindicar el emprendimiento como herramienta de aprendizaje y actitud ante los desafíos y no solo como un objetivo final. Más allá del emprendedor como creador de startups, Goleman y Senge definen un perfil más interesante: personas con actitud y competencias emprendedoras capaces de convertir ideas en realidad liderando equipos. Del mismo modo, el Presidente delTecnológico de Monterrey, Salvador Alva, iniciaba su conferencia en el Congreso Internacional de Innovación Educativa explicando como el pensamiento crítico es la competencia más apreciada por las organizaciones más innovadoras.

Los problemas realmente complejos, aquellos en que las relaciones causa-efecto solo se pueden comprender retrospectivamente y que solo pueden ser abordados desde las prácticas emergentes, seguirán siendo un ámbito reservado a la inteligencia y acción humana. Y su abordaje solo puede darse con la mezcla de pensamiento crítico y actitud y habilidades emprendedoras.

4. Los bárbaros y la educación post-digital

¿Quiénes son los bárbaros? los destinados a transformar el mundo en que vivimos desde la irreverencia y propuestas disruptivas. La denominación de bárbaros proviene del libro deAlessandro Baricco, donde defendía la tesis de que “estamos asistiendo a una transformación de la cultura y de los valores que hasta ahora marcaban las pautas de las sociedades desarrolladas”. Y efectivamente, sucesivas “hordas” de bárbaros, impulsados desde la disrupción digital, han ido desbaratando diferentes sectores, desde la cultura o los medios de comunicación a la política o el transporte público. La educación ha salido, hasta el momento, aparentemente indemne. Posiblemente su resistencia se deba a sus barreras de entrada y a las dificultades que oponen superestructuras muy tradicionales y fuertemente atrincheradas en su status social y político. Pero hace poco se anunciaba que la mitad de las universidades desaparecerán en 10 años. Nuevos bárbaros llegan para desbaratar la educación convencional y provocar una transformación radical. ¿Desde dentro o desde fuera? Eso dependerá de la capacidad de entender la inevitabilidad de este futuro inmediato por parte de las instituciones tradicionales.

Como en ocasiones anteriores, los bárbaros deben trabajar desde una comprensión profunda del presente y desde la irreverencia. Tomar todo lo bueno del pasado y hackearlo con lo nuevo para crear modelos y procesos radicalmente diferentes y por tanto adaptados a un mundo que tiene poco que ver con el de hace 10 años, no digamos ya con el del siglo pasado.

Los bárbaros, el libro de Alessandro Baricco, será por todas estas razones una lectura esencial del área de pensamiento crítico de XTribe.

Fuente del articulo: http://juanfreire.com/maquinas-inteligentes-barbaros-educacion/

Fuente de la imagen:http://juanfreire.com/wp-content/uploads/2016/05/movement_2.png

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Libro: Tiempos para pensar Investigación social y humanística hoy en Venezuela

Alba Carosio. [Compiladora]

Alba Carosio. Allison Acosta S.. Luis Bonilla. María Magdalena Sarraute. Liliana Medina. Carlos Avendaño. Jorge Eliécer Díaz Piña. Iliana Marina Lo Priore Infante. Criseida Barrios. Ana Rivas. Lydia Pujol. María Antonia Cervilla. Marianicer Figueroa Agreda. María Ángela Petrizzo. Marx Gómez. Jacinto Dávila. Alejandro Ochoa. Vidalina De Freitas F.. Guillermo Yáber-Oltra. Miguel Fuentes. Ana Isabel Márquez. Cristóbal Rodríguez-Montoya. Elisabel Rubiano Albornoz. Isabel Zerpa Albornoz. María Cristina González. Doris Marlene Acevedo. Alejandro Rísquez. Luis Jackson. Miguel Balza. Fidel Rodríguez. Naylet Bello. Carlos Yabichella. Dilsi Santander. Julimar Mora. Valentina Trejo Zulay. Néstor L. Villegas L. Celiner Ascanio. Hortensia Caballero Arias. Yheicar Bernal Rodríguez. Javier Carrera Rubio. Liliana Buitrago Arévalo. Ana Castellanos. Eleonora Cróquer Pedrón. Nancy Farías. Franklin León. Mitzy Flores. Sonia García. Ximena González. Carmen Hernández. Romina Hortegano. Francis Lugo Arguinzones. Carmen O. Mambel. Neller Ochoa. María del Carmen Porras. Nelly Prigorian. Jesús Puerta. Indhira Libertad Rodríguez. José Antonio Sánchez Meléndez. Silvana Saturno. Marymili Segura Vera. Mirna Torres. María Alejandra Vega Molina. Eilyn Bárbara Vicuña. [Autores de Capítulo

ISBN 978-980-399-069-5
CLACSO. CELARG.
Caracas.
Diciembre de 2015
 

En nuestros tiempos, hacer investigación en Ciencias Sociales y Humanidades e intentar aportar pensamiento crítico es un hacer personal y también una tarea colectiva que se gesta en el intercambio y en el encuentro, en el debate y en la puesta en común de visiones, análisis, puntos de partida y espacios que se recorren. Hay desafíos del nuevo tiempo que son desafíos de las sociedades, e interpelan a la producción de conocimiento social y humano, le proponen preguntas y encomiendas, exigen que responda a sus demandas éticas y epistémicas desde el Sur, piden que se construyan saberes alternativos, decoloniales, que expliquen, acompañen y prefiguren la emancipación. Este libro, que cuenta con dos tomos, encara este desafío con rigurosidad y espíritu crítico.
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Fuente:
http://www.clacso.org.ar/libreria-latinoamericana/buscar_libro_detalle.php?id_libro=1059&campo=autor&texto=fuente
Fuente imagen:
https://lh3.googleusercontent.com/HCvXxmVvqXs3hwYJX7FRz0sbUKsKWsMCzkfBP2YWPBysfZ68opAwZW4HMijs-D1ni7Kx=s85
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La brillante científica de 13 años que descubrió cómo generar energía limpia por apenas US$5

Por: BBC Mundo.03-11-2016

Se llama Maanasa Mendu y, a sus 13 años, acaba de ser convertirse en la estadounidense más joven en desarrollar energía renovable.

Pero lo más destacable de la proeza de esta adolescente es que el invento que ha creado permite hacer la energía solar y eólica muy asequible: producirlo tan sólo cuesta US$5.

Su ingenio le ha valido el primer premio del concurso de jóvenes talentos científicos de EE.UU. Discovery Education 3M Young Scientist Challenge,valorado en US$25.000.

La joven le contó a la BBC qué le inspiró a desarrollar su dispositivo y cómo funciona.

Energía vibratoria

«El dispositivo captura energía que está constantemente disponible en nuestro entorno -como energía vibratoria generada por el viento- para generar energía limpia», explicó la joven en el programa Newsday de la BBC.

Maanasa MenduImage copyrightDISCOVERY EDUCATION
Image captionLa muchacha asegura que quería crear un invento que pudiera «impactar al mundo».

El aparato se llama «Harvest» (cosecha) y funciona a través a unas «hojas solares» que son capaces de obtener energía de las precipitaciones, el viento y el sol, gracias a unas pequeñas celdas solares.

Al principio, su idea era enfocarse únicamente en la energía eólica, pero con ayuda de su mentora, la ingeniera Margaux Mitera, descubrió que podría aprovechar también otro tipo de energía natural.

El invento de Maanasa MenduImage copyrightDISCOVERY EDUCATION
Image captionAsí se veía el proyecto de la joven cuando inició su investigación.

Esa energía vibracional se transforma en energía renovable gracias a un material piezoeléctrico que va conectado al aparato.

La instalación es bastante rudimentaria, pero logra su objetivo de producir energía limpia de forma muy económica.

La captura de energía vibratoria no es nueva, pero el interés ha crecido enormemente en los últimos años y se prevé que pueda ser una forma de lidiar con el problema del abastecimiento energético a largo plazo.

Y, ahora que ha ganado el concurso, la joven quiere desarrollar un prototipo más complejo que pueda llegarse a comercializar.

Invento de MenduImage copyrightDISCOVERY EDUCATION
Image captionEste es el resultado final; rudimentario, pero eficaz.

Un problema global

Mendu recuerda que tuvo la idea durante su último viaje a India.

«Cada verano, mi familia, que es india, tiene que convivir con persistentes apagones», dijo Mendu.

«Para mí, personalmente, eso significa no tener acceso (temporalmente) al aire acondicionado o a la electricidad. Pero para más de un quinto de la población mundial la oscuridades una realidad permanente».

La muchacha dice que «quería desarrollar un sistema de iluminación que pudiera solucionar ese problema».

«Lo que realmente me motivó a participar en este concurso fue la idea de crear un aparato que pudiera impactar al mundo«, señala.

Participantes del concurso de jóvenes talentos científicos de Estados Unidos.Image copyrightDISCOVERY EDUCACION
Image captionMendu compitió con otros nueve finalistas en el concurso.

Y ese es precisamente el espíritu de la competición, según declaró Bill Goodwyn, el director ejecutivo de Discovery Education, la organización detrás del proyecto.

«Cada año, este concurso nos recuerda la inspiradora ingenuidad que resulta cuando capacitamos a nuestra generación más joven para aplicar la ciencia, el pensamiento crítico y la creatividad para resolver problemas del mundo real«, dijo Goodwyn.

Mendu compitió con otros nueve finalistas que pusieron de manifiesto cómo el talento joven puede cambiar el mundo.

Entre los proyectos participantes había bacterias que generan energía, un sensor para ayudar a personas con discapacidades físicas, un simulador de reanimación cardiopulmonar y un aparato para controlar la solución.

Fuente: http://www.bbc.com/mundo/noticias-37798983

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Juventud, cultura y universidad

Por: Pedro Rivera Ramos

Décadas hace que gran parte de la juventud panameña y dentro de ella, la universitaria, viene manifestando cambios cualitativos y sensitivos, no solo en aspectos que habitualmente no suelen despertar tanta preocupación social, como modas, música y gustos estéticos; sino en valores y ética, en identificación de la cultura emancipadora, en su rendición al consumo casi patológico, en una pérdida gradual del sentido e importancia de la colectividad y en una apatía peligrosa hacia el desarrollo del pensamiento crítico o el cuestionamiento otrora, hasta irreverente.

Es muy común entre nuestros jóvenes, el desdeño y desconocimiento sobre hechos y personajes históricos que han marcado indeleblemente la vida nacional; sin embargo, pueden delirar durante horas sobre las hazañas deportivas de un jugador desechable del momento o del último chisme de la farándula criolla o extranjera.

Lo que aquí acontece no es exclusivo de nuestra juventud. Esos rasgos pueden ser observados con facilidad en muchas otras latitudes. Factores internos y externos, junto a un formidable mecanismo mediático soportado básicamente en una cultura de la imagen, así lo han configurado y decidido. Hoy, lamentablemente para nuestros jóvenes estudiantes, todo lo que no sea estrictamente curricular, carece casi por completo de significado e importancia. Igual suerte viene padeciendo la adquisición del conocimiento en su carácter crítico y desmitificador, así como la valoración social de la utilidad de la educación superior.

Eso explica, en gran medida, la apatía e indiferencia que muestra gran parte de nuestro estudiantado hacia actividades extracurriculares, con independencia de la calidad o el buen gusto que pueda exhibir la obra cultural. El estudio y su finalización solo adquieren legitimización social, cuando garantiza la inserción inmediata al mercado del trabajo y los réditos generados pasan a ser exclusivamente para beneficio y disfrute personales.

Ahora solo se estudia pensando esencialmente en el símbolo de la instrucción y los beneficios mercantiles; renunciando así, a todo lo que pueda servir para revelar las grandes potencialidades que en el ámbito cultural, espiritual y humano, se encuentran en nuestra especie. Atrás han quedado las preocupaciones sociales legítimas de antaño, el romanticismo inserto en utopías humanas, la identificación plena con proyectos nacionales de emancipación y soberanía. El mundo de la frivolidad, el hedonismo, el utilitarismo y la insolidaridad, se han apoderado de las almas y corazones de vastos sectores de nuestra juventud y conspiran desde hace ya mucho tiempo, contra una educación más ética, comprometida y liberadora; que en el caso de la universitaria, debe estar encaminada hacia la creación, de un sujeto transformador desde una perspectiva social y humanística.

Al mundo que de veras existe y que indudablemente debe ser transformado, le urge que los jóvenes, y principalmente los estudiantes, adquieran consciencia de la extraordinaria responsabilidad que tienen por delante. Sin pretenderlo, les ha correspondido vivir en un país y en un planeta donde se incrementa la riqueza tan rápido como crecen las desigualdades e injusticias. Mucho pueden aportar si deciden luchar contra los contrastes inaceptables o las inequidades intolerables de nuestra vida cotidiana.

Para comenzar, nuestra juventud, y especialmente la estudiosa, debe ser capaz de revestir sus argumentos de toda la dimensión crítica posible; respetando otredades y pluralidades culturales, defendiendo con tenacidad sus ideales y principios y renunciando siempre, a la seducción del pernicioso conformismo o de la desmovilización ideológica.

No hay duda alguna de que la Universidad de Panamá es una institución compleja que tiene la misión y el compromiso de desempeñar roles muy diversos en nuestra sociedad. Debe formar profesionales suficientemente competentes, que sean capaces de intervenir con éxito en la solución de los grandes problemas que apremian a nuestro país. Pero es al mismo tiempo un pilar fundamental de nuestra identidad como Nación y su principal centro de producción intelectual y científico. Es aquí donde florece la cultura nacional y donde mejor interaccionan la academia con las necesidades y urgencias de las comunidades.

Por tanto, la Universidad no está ni puede estar confinada exclusivamente a dispensar enseñanza, como muchos a veces quisieran que fuera su única ocupación. Ella está obligada a penetrar con independencia en los contextos sociales existentes y a pronunciarse con responsabilidad ante los problemas políticos, económicos, sociales y éticos de la Nación. Ese rol histórico al que nunca debe renunciar, debe ser transmitido sin cortapisas a todos los jóvenes que se agitan en sus aulas en busca del saber.

Por eso toca a la Universidad de Panamá, en su condición de principal centro de estudios y cultura de la Nación, identificar, reconocer y actuar sobre estas manifestaciones de escepticismo, desmovilización e inercia que, con tanta frecuencia, solemos encontrar entre la inmensa mayoría de nuestro estudiantado. Es preciso que este gigantesco trabajo, que sin dudas debe emprenderse desde el terreno cultural y con la urgencia que las realidades exigen, tenga al aula de clases como el espacio más sustantivo donde estas conductas inicien su transformación más radical. Para ello se requiere cuanto antes el desarrollo de los instrumentos pedagógicos apropiados, la creación de las estructuras pertinentes y la generación de las instancias culturales necesarias, con el fin de abordar con la contundencia debida esta tarea de primer orden.

No obstante, este escenario que parece sumamente sombrío y desalentador, contiene, es justo reconocerlo también, a un sector minoritario de estudiantes universitarios que, por distintas razones, se ha rehusado a ser asimilados totalmente por la propaganda de la superficialidad, la inmediatez y la banalidad. En su lugar ha optado por cultivar sensibilidades sociales; estremecerse y actuar ante las injusticias y las desigualdades; preocuparse por las consecuencias perjudiciales del cambio climático; identificarse con procesos de renovación política y contra la guerra; desarrollar sus inclinaciones artísticas y literarias. Por eso que resaltar una visibilización mayor de sus talentos, como ejemplos a imitar por otros jóvenes, ha de ser una prioridad impostergable, si queremos realmente contribuir a transformar cualitativamente a nuestra juventud.

De modo que es imprescindible que se mejore y fortalezca la formación del estudiante desde una perspectiva humanista, solidaria y asentada en los más grandes valores universales. Como también es crucial que se renuncie, entre otras cosas, a cualquier forma abierta o disfrazada de cooptación de dirigentes o intervención o tutelaje de las organizaciones políticas estudiantiles. Es evidente que tal proceder, en cierta manera, ha contribuido a acelerar el colapso de las mismas y a la desprotección peligrosa de la propia Nación, al privarla de su sector social que en el pasado reciente de nuestra historia, ha sido el más consecuente y aguerrido a la hora de encabezar la defensa de los grandes intereses nacionales.

Fuente: http://laestrella.com.pa/opinion/columnistas/juventud-cultura-universidad/23965987

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El precio de la Cultura.

Por: Jose Elizondo.

Dice Eduardo Galeano en su “Patas arriba, la escuela del mundo al revés” que el mundo al revés nos enseña a padecer la realidad en lugar de cambiarla, a olvidar el pasado en lugar de escucharlo y a aceptar el futuro en lugar de imaginarlo (…) que su escuela es una escuela del crimen, en la que son obligatorias las clases de impotencia, amnesia y resignación. Sin embargo nos recuerda no hay desaliento que no busque su aliento y así tampoco hay escuela que no encuentre su contraescuela.

Y es que si como decía Sócrates el conocimiento nos hará libres, cada vez resulta más evidente que a  la libertad le han puesto precio y si aspiras alcanzarla, pasando antes por la universidad, deberás contratar un plan de pensiones y domiciliar tú nómina en el banco de turno. La esclavitud posmoderna se descarga como última aplicación para tu móvil en esta cooperativa de consumidores en la que se ha convertido la cultura, como ya advirtiera  el sociólogo francés Zygmund Bauman. Como metáfora explicativa quizás la cooperativa de consumidores nos lleva a entender esa eterna insatisfacción que conlleva el deseo de la Libertad con mayúsculas. Porque siempre necesitamos más libertad de la que tenemos y cuando la ponemos precio jamás tendremos dinero suficiente.  Y quizás de eso se trate, de seguir pagando por un deseo inalcanzable. O de pagarlo caro…

Siempre subyacerá el debate sobre el papel  de la Universidad, como paradigma de saber, dentro de nuestra sociedad. Pero, ¿saber qué y para qué? Si como herramienta emancipadora, algo a día de hoy quizás demasiado utópico y relegado a nostálgicas distopías sesentayochescas. O como fórmula de ascenso y promoción en el escalafón del estatus social. Algo que, a día de hoy,  quizás debiera de ir acompañada de vacunas que curen el conocido virus de la “titulitis”,  junto con manuales de autoayuda que te expliquen cómo gestionar la frustración de una promesa incumplida cuando tras años de estudios, cursos, becas etc…te encuentras en la cola del paro por estar sobre-cualificado. Por no haber cumplido sus expectativas que, sin saber cómo, se convirtieron en las tuyas.

De ahí también la reflexión y el debate sobre si realmente se ha superado esa visión elitista y restringida en una sociedad que intenta entender e integrar a una generación denominada NI-NI. En un país con reformas educativas (LOMCE) donde son marginadas asignaturas como Filosofía. Terrible alegoría de la realidad. El pensamiento crítico convertido en una opción: Que el mero ejercicio de pensar-reflexionar-cuestionar acabe arrinconado hasta considerarlo como algo innecesario hace que el triunfe ese mantra repetido y aprendido: ¿Y “esto” para qué me servirá? Que traducido, podría ser algo así como: ¿De qué me  servirá pensar-reflexionar-cuestionar, el día de mañana? Un día de mañana que se convierte en un hoy impotente, amnésico y resignado.

Una simple elección donde un estudiante podrá cursar la educación obligatoria sin haber conocido a Platón, Marx, Kant o Sartre, entre otros pensadores claves para entender el pensamiento occidental, no deja de ser una buena forma de entender cómo el conocimiento se puede convertir en una fábrica de grilletes. Pues si de  la filosofía emana el pensamiento crítico, pilar fundamental de la democracia, quizás no sea siquiera necesario leer entrelíneas. Quizás, también por ello, debamos preguntarnos hasta qué punto se ha dado una verdadera democratización del conocimiento y hasta qué punto se rompen las desigualdades de origen en pos de la reiterada igualdad de oportunidades. ¿Igualdad de oportunidades para elegir pensar o no? ¿Igualdad de oportunidades para intentar comprar la ilusión de lo que no soy?

Tal vez por eso arremeta Galeano contra lo que él llama “Los modelos de éxito” y en los que las posibilidades de que un banquero que vacía un banco pueda disfrutar, en paz, del fruto de sus afanes son directamente proporcionales a las posibilidades de que un ladrón que roba un banco vaya a parar a la cárcel o al cementerio. Y en las que el mismo banco  te ofrece créditos para tu formación universitaria manipula sus cuentas para imponer recortes laborales. Lo que no dejan de ser relaciones de poder. Y como decía el filósofo francés Michael Foucault “el poder no opera en un solo lugar, sino en lugares múltiples: la familia, la vida sexual, la forma en que se trata a los locos, la exclusión de los homosexuales, las relaciones entre los hombres y las mujeres (…) relaciones todas ellas políticas. No podemos cambiar la sociedad, a no ser que cambiemos éstas relaciones“.

Así, la pregunta sobre la universidad, como en la vida misma, es cual es el objetivo derivado de acceder al conocimiento; si cambiar la sociedad, o apuntalar aquello que consideramos incuestionable (dogmatismo) dentro de un  espacio  más, donde competir y encajar,  en el que no es necesario pensar, sino acumular datos hasta convertirnos en la mejor y más descargada aplicación para móviles desmovilizados de La última generación. ¿A qué precio?

O quizás sea como escribía Jean Francois Lyotard y los seres humanos alcanzamos nuestra humanidad más plena y real en la niñez. Y a partir de ahí empezamos a deshumanizarnos, a olvidar, a pagarlo con la vida…

Fuente: http://www.elfaradio.com/2016/10/03/el-precio-de-la-cultura/

Imagen: http://www.elfaradio.com/wp-content/uploads/2016/10/el-conocimiento-nos-har%C3%A1-libres.jpg

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¿Qué es la alfabetización?

Por: UNESCO

Alfabetizar es más que enseñar a leer y escribir. Desde hace 50 años, cuando se instauró el Día Internacional de la Alfabetización, que se conmemora hoy 8 de septiembre, los términos alfabetizar y analfabeta han pasado a abarcar otro tipo de capacidades y habilidades que son necesarias para participar en una sociedad democrática y del conocimiento.

Para comprender la alfabetización “es fundamental reconocer que el analfabetismo está asociado a las condiciones estructurales de la sociedad: su reproducción está vinculada a las condiciones de pobreza y a la negación de acceso a la educación de calidad para toda la población”, indica el documento Alfabetización y Educación. Lecciones desde la práctica innovadora en América Latina y el Caribe de la UNESCO.

“La definición del término mismo de alfabetización ha sido un campo de batalla en la historia de la investigación y de la práctica educativa”, explica Gregorio Hernández Zamora del Centro para las Américas de la Universidad de Vandervilt, en el artículo “Alfabetización: teoría y práctica”. Desde que comenzó a celebrarse el Día Internacional de la Alfabetización, las investigaciones tanto de instituciones educativas como de centros de estudio han introducido distintas aproximaciones al término alfabetización, entre las que se encuentran:

¿Qué es la alfabetización lectoescritora y funcional?

La alfabetización lecto-escritora y funcional es la capacidad para utilizar las herramientas necesarias para el aprendizaje, como la escritura, la lectura, la expresión oral, el cálculo y la resolución de problemas; el contenido mismo del aprendizaje, como los conocimientos teóricos y prácticos, valores y actitudes, necesarios para que los seres humanos “puedan sobrevivir, desarrollar plenamente sus capacidades, vivir y trabajar con dignidad, participar plenamente en el desarrollo, mejorar la calidad de su vida, tomar decisiones fundamentadas y continuar aprendiendo”, indica el documento de la UNESCO “Aprovechar el poder y el potencial del aprendizaje y la educación de adultos para un futuro viable”.

¿Qué es la alfabetización cultural?

La posesión de conocimiento relevante para convertirse en un miembro competente del grupo cultural al que uno pertenece es lo que define a la alfabetización cultural. Este tipo de alfabetización introduce aspectos como el conocimiento de la variante dialectal de la lengua que uno habla y del contexto que lo circunda. Un ejemplo de este tipo de alfabetización sería el conocimiento en la Ciudad de México del español chilango, sus particularidades, expresiones y cada uno de los contextos en los que éste puede ser utilizado.

¿Qué es la alfabetización crítica?

Adquirir la capacidad de elaborar un análisis del discurso sobre cualquier tipo de expresión, sea oral o escrita, es la herramienta que define a la alfabetización crítica. Introducido en la segunda mitad del siglo XX por el educador brasileño Paulo Freire, el concepto de alfabetización crítica implica que “la lectura del mundo precede a la lectura de la palabra”, como explica el propio Freire en su famoso libro La educación como práctica de la libertad, es decir que, de acuerdo con esta aproximación, ser alguien alfabetizado críticamente es contar con “la posibilidad, la capacidad y la voluntad de usar lo que se lee en los textos para interpretar su propia vida y el mundo en el que vive”, explica Hernández Zamora en el documento.

¿Qué es la alfabetización mediática e informacional?

La tecnología ha conducido la alfabetización comprenda formas de comunicación mucho más complejas que la oral y escrita. Según la UNESCO, en su página de Internet, “la alfabetización mediática e informacional reconoce el papel fundamental de la información y los medios de comunicación en nuestra vida diaria, (…); faculta a los ciudadanos a comprender las funciones de los medios de comunicación y de información, a evaluar críticamente los contenidos y a tomar decisiones fundadas como usuarios y productores de información y contenido mediático”.

Fuente: http://eleconomista.com.mx/internacional/2016/09/08/que-alfabetizacion

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Urdimbre y trama

 Por Alejandra Laprea


Mi primer contacto con la Revolución fue a través de Silvio Rodríguez, tenía como 12 años y un muchacho en el liceo me regaló un cassette. Era un muchacho que nunca terminaba de decir las cosas, luego entendí que yo le gustaba y no encontró las palabras, nunca tuvimos una oportunidad. A ese muchacho y a Silvio le estaré siempre agradecida porque pusieron por primera vez en mi cabeza la Revolución, me hicieron preguntar cosas, me dijeron que se podía soñar con cambiar el mundo, le dieron sentido a mi rebeldía, me introdujeron en una construcción simbólica diferente a la que imperaba en mi cómoda calle de familias de clase media, en el colegio de curas, en un pueblo minero medio ciudad, al sur del país. Una de las grandes victorias del pensamiento hegemónico es haber seccionado la vida. Imponer que la sociedad son una serie de compartimientos y no un espeso e intrincado tapiz, donde cada hilo o aspecto de la vida está relacionado.

Esto ha permeado incluso nuestra Revolución y hemos creído que podemos dejar ciertas cosas para después o que podemos coexistir con ciertos aspectos del sistema capitalista, patriarcal y racista del cual nos queremos liberar. Y así hemos dejado para después la reflexión y el accionar sobre cómo hacer para que lleguen a la sociedad nuevas construcciones simbólicas del mundo.

En este tapiz que llamamos sociedad, cada hilo tiene su función y aunque con cambiar un hilo no se pueda conseguir cambiar el diseño, los hilos hay que moverlos simultáneamente.

Cambiar el diseño implica cambiar urdimbre y trama en el telar, hacer en lo material al mismo tiempo que en lo simbólico. Por ejemplo, no basta tener leyes o instituciones que hagan esfuerzos por librar a las mujeres de la violencia por género mientras tengamos un aparataje cultural que naturalice o banalice la violencia hacia las mujeres.

El hilo de la creación ayuda a interpretar el mundo, a entenderlo, aceptarlo o puede impulsarnos a rebelarnos.

De todo esto la importancia de espacios como la primera Escuela de Formación Ecosocialista y Pensamiento Crítico Descolonial Nuestroamericano y por lo mismo lamentamos profundamente que sea tan visible la ausencia casi absoluta de las mujeres en el programa. Nos habría parecido más coherente un programa con equidad de género y no uno que reprodujera tan de frente la visión androcéntrica de la cultura y el conocimiento.

La Araña Feminista teje la red de colectivos de mujeres socialistas de Venezuela. Este es un espacio reflexivo e informativo sobre nuestras luchas y conquistas. La unión de nuestras voces construye el socialismo feminista.

Fuente: http://ciudadccs.info/alejandra-laprea-colectivo-tinta-violeta-urdimbre-trama/

Imagen tomada de: http://www.ecologiapolitica.info/wp-content/uploads/2015/01/america-latina-800×445.jpg

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