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Libro: Gregorio Weinberg. Escritos en su honor

Gregorio Weinberg 
Escritos en su honor

Gabriela Ossenbach. Paula Bruno. Eduardo Galak. Rodrigo Antonio Vega y Ortega Báez. Natalia García. José Bustamante Vismara. Verónica Oelsner. Nicolás Arata. Juliana Enrico. Mariana Alvarado. Paula Caldo. [Autores de Capítulo]

Colección Estudios sobre las Desigualdades. 
ISBN 978-987-722-257-9
CLACSO. Red Weinberg de Estudios en Historia de la Educación.
Buenos Aires.
Septiembre de 2017

La estela que trazó la fecunda labor de Gregorio Weinberg en torno al acervo cultural latinoamericano dibujó una constelación de temas entre los que se hallan los asuntos que aborda este libro: la aproximación a figuras, acontecimientos y procesos de la historia de la educación, de la ciencia y las ideas latinoamericanas; la reflexión sobre los modos de hacer archivo, forjar productos editoriales y promover ejercicios de memoria. Además, estas páginas ofrecen una ocasión para volver sobre algunos tópicos weinbergianos: los modos de concebir las diferentes temporalidades que hacen del tiempo latinoamericano un objeto de intelección que solo parcialmente puede reconocerse bajo las formas occidentales; las posibilidades que ofrece el ensayo para alojar y concebir un pensamiento original nuestroamericano; la escritura de la historia de la educación como un registro desde donde pueden relevarse formas culturales singulares, tanto como plataforma desde donde atisbar el potencial legado que la región brindó a la cultura universal.

Este libro fue el resultado de una iniciativa impulsada por la Red Weinberg de Estudios Sobre Historia de la Educación y la familia de Gregorio Weinberg. Su principal propósito fue rendir homenaje y poner de relieve la actualidad del pensamiento de Gregorio Weinberg en torno a un conjunto de cuestiones ligadas a la comprensión histórica y el desarrollo cultural y educativo de Latinoamérica. Los trabajos seleccionados fueron evaluados por un jurado internacional compuesto por Adriana Arpini, Héctor Schmucler, Gabriela Ossenbach y Liliana Weinberg. Los ensayos sobre los tópicos weinbergianos fueron realizados por las y los miembros de la Red Weinberg.

Fuente: http://www.clacso.org.ar/libreria-latinoamericana/libro_detalle.php?orden=&id_libro=1277&pageNum_rs_libros=0&totalRows_rs_libros=1213
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Eddy Chibás

Por: Graziella Pogolotti

Las gentes de mi barrio, el de San Juan de Dios, eran personas humildes que preservaban la noción de la decencia. Había carpinteros, dependientes de tiendas, maestras jubiladas y graduadas normalistas que nunca consiguieron plazas, abogados convertidos en distribuidores de prospectos de medicinas en las consultas privadas, empleados de oficinas. En el hogar de algunas de mis compañeras de juego se confiaba en que la elección de Grau San Martín a la presidencia de la República contribuiría a solucionar los males de la nación. La esperanza se fundaba en el recuerdo viviente del gobierno de Grau-Guiteras que siguió al derrocamiento de la dictadura machadista y no pudo sobrevivir al golpe perpetrado por el embajador Caffery con el respaldo de Batista y Mendieta.

Poco duró la euforia de las multitudes que rodearon el Palacio Presidencial el día de la toma de posesión de Ramón Grau San Martín. El célebre ciclón de 1944 trajo los primeros negocios turbios. Los escándalos se multiplicaron y los grupos armados ajustaban cuentas en las calles. Hubo personajes de siniestra catadura que alcanzaron la celebridad. Había llegado la hora del desencanto. Entonces, Chibás se desprendió del Partido Auténtico al que había pertenecido.  Fundó su contraparte, el Partido del Pueblo Cubano (Ortodoxo).

En el barrio, cada domingo, a las ocho en punto de la noche, se escuchaban sus arengas. Para muchos desencantados de ayer, renació la esperanza. Elaborado con la colaboración de Leonardo Fernández Sánchez, antiguo colaborador de Julio Antonio Mella, el proyecto proponía independencia económica, libertad política y justicia social, aunque no se declaraba abiertamente antimperialista. Todo indicaba que habría de ganar las elecciones del 52, frustradas por el golpe de Fulgencio Batista, a pesar de que el dramático suicidio del fundador había quebrantado la capacidad de convocatoria, animada por la voz de Chibás. Todo apunta a que, de haber obtenido la victoria electoral, sus menguadas fuerzas no hubieran podido afrontar los males de la República, aquejada por una profunda crisis estructural de raíz económica.

Por otra parte, el sistema electoral vigente se sostenía en una maquinaria  política que para su funcionamiento necesitaba buen aceitado y adecuada alimentación, vale decir componendas y concesiones, todo lo cual comprometía de antemano la futura ejecutoria gubernamental. Para organizarse a escala nacional, los ortodoxos tuvieron que abrir espacios a viejos políticos, verdaderos caciques en algunos territorios del país.  El Partido Ortodoxo, con vistas a las batallas electorales, se había convertido en un conglomerado heterogéneo donde coexistían políticos hechos a las lides tradicionales, intelectuales de limpia trayectoria, poco duchos en los menesteres de una práctica concreta. Se había constituido, además, en imán para un sector juvenil radical, deseoso de impulsar las profundas transformaciones que la nación demandaba.

La extrema fragilidad del Partido Ortodoxo se puso de manifiesto al producirse el golpe de Estado del 10 de marzo, protagonizado por Fulgencio Batista,  casi en vísperas de las elecciones. Ante la ruptura del orden constitucional, se fragmentó en las múltiples tendencias que contenía en su seno. Con esas limitantes intrínsecas no fue posible  diseñar una estrategia de resistencia que constituyera un factor de cohesión para la inconformidad popular. Se despilfarró de ese modo el capital político fundado en la continuidad de la esperanza renovada.

Sin embargo, en la noche en que, con un disparo se suicida ante los micrófonos de la radio, Eduardo  Chibás quiso dar su último aldabonazo; estaba rodeado en el estudio por un grupo de compañeros. Se encontraba entre ellos un joven abogado, que se iniciaba por aquel entonces en las lides de la política nacional. Era Fidel Castro, portador ya de una visión de futuro y artífice de una  estrategia que habría de llevar al derrocamiento de la tiranía. En las bases juveniles del Partido Ortodoxo encontraría el fermento vivo de las esperanzas resguardadas. La agrupación política fundada por Chibás ofreció el ámbito que acogió a una generación deseosa de proseguir la lucha por edificar la patria soñada.  De esa célula originaria surgieron los asaltantes al cuartel Moncada. De ese germen, nació el Movimiento 26 de Julio.

Hijo de extranjeros, con formación  cosmopolita y residente durante largo tiempo en otros países, mi padre se interrogaba acerca de las razones de su arraigo profundo y de su intenso amor por el sitio donde había nacido. Encontró respuestas en su vínculo con una historia y un pueblo, forjados en la lucha contra la adversidad, asidos siempre a la voluntad de construir una nación soberana. La prolongada guerra por la independencia había topado con la intervención norteamericana. Las fuerzas se reagrupaban y el enfrentamiento al machadato sobrepasaba, en su esencia más profunda, el derrocamiento de la dictadura. En la batalla habían caído líderes de excepcional mención. Llegaron nuevas desilusiones. Pero, en cada caso, se abrieron espacios políticos para refundar la cohesión y la esperanza.

La historia es maestra de la vida, pero sus vertientes son tan ricas como la realidad en que se afinca. Por eso, su estudio adopta múltiples perspectivas: la política, la social, la económica, la cultural. A esta última corresponde catar lo escurridizo, aparentemente inapresable, la memoria de una subjetividad en la que anidan valores y reservas morales. Captar esas esencias constituye un factor decisivo en la práctica del arte de la política. La figura de Eduardo Chibás merece el análisis objetivo que corresponde a los historiadores.

Yo no olvido su voz en mi barrio de San Juan de Dios, la vigilia popular junto a la clínica donde agonizaba y el entierro multitudinario que acompañó sus restos desde la Universidad hasta el cementerio de Colón. A la vera de su tumba se encontraron Abel y Fidel. Consciente de las limitaciones que condujeron a la disolución del Partido del Pueblo Cubano, Fidel encontró en sus bases el apoyo necesario para llevar adelante su estrategia de transformación revolucionaria.

Fuente: http://www.granma.cu/opinion/2017-08-20/eddy-chibas-20-08-2017-21-08-01

Imagen: https://es.wikipedia.org/wiki/Eduardo_Chib%C3%A1s

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Estados Unidos: Riverside Unified’s first black teacher, Hazel Hawkins Russell, dies at 93

Estados Unidos/Agosto de 2017/Fuente: The Press Enterprise

Resumen:  Hazel Hawkins Russell, el primer maestro afroamericano en Riverside Unified, murió el viernes. Tenía 93 años. A partir de 1947, siete años antes de que la Corte Suprema decidiera que las escuelas tenían que ser desagregadas, Russell enseñó a generaciones de estudiantes en la escuela primaria, secundaria, Cal State Fullerton y Riverside Community College. Ella también enseñó a la comunidad, dijo Woodie Rucker-Hughes, presidente de la rama Riverside de la NAACP y una educadora de larga data. «Sin ella, muchos de nosotros probablemente no estaríamos donde estamos», dijo Rucker-Hughes. «Cuando llegué en 1969, había muchos afroamericanos en su lugar, la gente simplemente te aceptaba en base a tu profesionalismo y experiencia. Así que le doy las gracias por preparar el camino.Cuando llegó de su lugar de nacimiento de Texas y durante gran parte de su carrera, Russell enseñó en la Casa Blanca School en el barrio predominantemente latino de Riverside.Romper la barrera de color significaba que a menudo enfrentaba resistencia, pero siempre la manejaba con gracia, según Rucker-Hughes.

Hazel Hawkins Russell, the first African American teacher in Riverside Unified, died Friday. She was 93.

Starting in 1947 — seven years before the Supreme Court would rule that schools had to be desegregated — Russell taught generations of students in elementary school, junior high, Cal State Fullerton and Riverside Community College.

She also taught the community, said Woodie Rucker-Hughes, president of the Riverside branch of the NAACP and a longtime educator herself.

“Without her, many of us probably wouldn’t be where we are,” Rucker-Hughes said. “By the time I came in ’69, there were many African Americans in place —people just accepted you based on your professionalism and experience. So I thank her for paving the way.”

When she arrived from her Texas birthplace and for much of her career, Russell taught at Casa Blanca School in Riverside’s predominantly Latino neighborhood.

Breaking the color barrier meant she often faced resistance, but she always handled it with grace, according to Rucker-Hughes.

“She was courageous and she didn’t back down for no one,” Rucker-Hughes said. “She could also work within the confines of a situation, so she wasn’t so combative where she was constantly (fighting) — she didn’t need to be. People appreciated her intellect and her ability to move forward without conflict.”

For instance, things were tough when Russell started at Casa Blanca, Rucker-Hughes has heard.

“When she went to the first meeting of the staff, people were looking at her like she was something alien and started moving their seats,” she said. “She stayed right there and held her head high, and by the time she (retired from the school) she was friends with everyone.”

Russell kept teaching into her 80s for one reason, said her daughter Vickie Russell: She loved her students.

“She just loved the children,” she said. “(She had a) strong work ethic. Especially in college, they became her friends. She would give them insight into life.”

With her own children, Russell loved to travel: Israel, Egypt, Kenya, Russia, Spain and England are some of the memorable trips, according to Vickie.

What she remembers most is her mom’s hard work and the lesson she passed to her family: “Be true to yourself.”

Russell wasn’t always recognized as a pioneer, and didn’t refer to herself as one, according to Rucker-Hughes.

“She didn’t make a big deal out of being a pioneer or a number one,” she said. “But she was a trailblazer and a fine example of good and truth and education.”

Rep. Ken Calvert, R-Corona, honored Hawkins on the floor of the House of Representatives in 1997.

“She is an outstanding advocate for increasing educational opportunities for minorities and those with special needs,” Calvert said, according to the Congressional record. “… Her enthusiasm and positive spirit served as an inspiration, and every student left Dr. Hawkins Russell’s class with a little piece of her in their hearts.”

She leaves behind two daughters, Beverly Russell and Vickie Russell, both of whom still live in Riverside. Her husband, James Russell, died in 1988.

Russell died at Kindred Hospital Ontario.

Funeral arrangements have not yet been made.

Fuente: http://www.pe.com/2017/08/19/riverside-unifieds-first-black-teacher-hazel-hawkins-russell-dies-at-93/

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Eduardo Mendoza, un Cervantes en defensa de las Humanidades en las aulas

Por: Mónica Zas Marcos

Eduardo Mendoza aspiraba a lo mismo que Alonso Quijano: «correr mundo, tener amores imposibles y deshacer entuertos». El escritor barcelonés ha agradecido este jueves el premio más importante de las letras hispanas como no podía ser de otra forma: honrando al Quijote. En una época de desprestigio de la enseñanza de Humanidades, Mendoza nos retrotrajo a un tiempo de gran formación literaria, debates en las aulas y ensoñaciones cervantinas.

«Yo estaba empeñado en escribir, pero no sabía ni cómo ni sobre qué. La lectura del Quijote fue un bálsamo y una revelación», ha confesado el autor de La verdad sobre el caso Savolta. Ha recordado sus cuatro lecturas del clásico de Cervantes y las cuatro lecciones distintas que sacó en cada momento.

La primera vez fue durante su formación preuniversitaria, el preu, donde tuvieron que leer y comentar El Quijote. «La verdad es que Don Quijote y Sancho no fueron bien recibidos. Nuestro Shangri-La eran las sesiones dobles del cine de barrio, no el Siglo de Oro», ha admitido. Sin embargo, pronto cayó rendido al lenguaje cervantino gracias a la labor de sus profesores y a la vocación que les transmitían. Aunque siempre con los pies de plomo, porque «las vocaciones tempranas son árboles con muchas hojas, poco tronco y ninguna raíz».

«A diferencia de lo que ocurre hoy, en la enseñanza de aquella época prevalecía ella educación humanística, en detrimento del conocimiento científico, de conformidad con el lema entonces vigente: que inventen ellos», ha añadido Mendoza, en una critica velada con un chascarrillo.

«A diferencia de lo que ocurre hoy, en la enseñanza de aquella época prevalecía ella educación humanística, en detrimento del conocimiento científico»

«La lectura del Quijote fue un bálsamo y una revelación. De Cervantes aprendí que se podía cualquier cosa: relatar una acción, plantear una situación, describir un paisaje, transcribir un diálogo, intercalar un discurso o hacer un comentario, sin forzar la prosa, con claridad, sencillez, musicalidad y elegancia», recordaba el autor. Una lección que ha aplicado a sus propias obras, que con tanta gracia y naturalidad se convirtieron en la lectura preferida de muchos hispanohablantes.

Algo parecido ocurre con el humor de ambos Cervantes, un arte que descubrió del Quijote en su tercera lectura. «Entonces, ya era lo que nuestro código civil llama un buen padre de familia«. Eduardo Mendoza dice que, hoy en día, «El Quijote ha perdido gran parte de su jocosidad» porque no se considera más que una «parodia del estilo artificioso de las novelas de caballerías».

«Lo que descubrí en la lectura de madurez es que había otro tipo de humor, un humor que camina paralelo al relato y crea un vínculo secreto con el lector», ha dicho. Esa relación se basa en disfrutar de la compañía del novelista y es la que convierte al humor en un género literario tan respetable como cualquier otro.

«Lo que descubrí en la lectura de madurez del Quijote es que hay un humor que camina paralelo al relato y crea un vínculo secreto con el lector»

Eduardo Mendoza se ha despedido con una reflexión sobre la locura de Don Quijote y la locura del mundo. «Alguna vez me he preguntado si don Quijote estaba loco o si fingía estarlo para transgredir las normas de una sociedad pequeña, zafia y encerrada en sí misma».

«Es justo lo contrario de lo que me ocurre a mí. Yo creo ser un modelo de sensatez y creo que los demás están como una regadera, y por este motivo vivo perplejo, atemorizado y descontento de cómo va el mundo», ha finalizado.

Y por último, un buen consejo para los siguientes premios Cervantes o para cualquiera que se crea protagonista de un relato más bonito que la realidad: «Para los que tratamos de crear algo, el enemigo es la vanidad. La vanidad es una forma de llegar a necio dando un rodeo».

Fuente: http://www.eldiario.es/cultura/libros/Eduardo-Mendoza-recoge-premio-Cervantes_0_635186755.html

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Rosa Luxemburgo, el águila de la izquierda que callaron con una bala

Por: Mónica Zas Marcos

«Socialismo o barbarie». Aunque los considerase antagónicos, en la vida de Rosa Luxemburgo (1871-1919) ambos conceptos fueron de la mano. Ella soñó con la revolución hasta que los freikorps le volaron la cabeza y lanzaron su cuerpo por el Canal Landwehr de Berlín. Luxemburgo nació en la Polonia rusa cuando aún se escuchaban los ecos de la Comuna de París y fue asesinada 48 años más tarde por proclamar la lucha obrera, el sufragio universal y una alternativa al «parásito» sistema capitalista.

Su figura ha estado unida cien años al imaginario de la revolución, pero aún hay mucha gente que desconoce la audacia de esta mujer excepcional. El libro La rosa roja se ha propuesto recuperar a la Rosa teórica, socialista y anticapitalista, pero también a la que amó a escondidas, la que sufrió violencia machista y la que, con sus contradicciones, quería libres a las mujeres de cualquier clase social.

Portada Rosa Luxemburgo

La ilustradora y activista británica Kate Evans publicó su novela gráfica en 2015 con Verso Books y dos años más tarde llega en castellano gracias a la editorial argentina Ediciones IPS-Pan y Rosas. También lanzaron un crowdfunding para publicarlo en España y superaron el objetivo inicial en menos de una semana.

Sus viñetas conjugan el humor con un análisis exhaustivo de la obra de Rosa Luxemburgo, sus artículos en prensa o la correspondencia personal que no se había traducido a nuestro idioma hasta ahora.

Tanto en unos textos como en otros, la protagonista muestra una inteligencia crítica que puso en jaque a los dirigentes del partido socialdemócrata alemán e incluso ciertas teorías de Marx, que desmontó en su libro La acumulación del capital (1913).

A pesar del estilo caricaturesco de los dibujos, el espíritu de Rosa Luxemburgo se conserva intacto gracias a las citas textuales. Ese es el gran acierto de la novela de Kate Evans: acercar una figura compleja y controvertida sin perder el peso didáctico de sus intervenciones públicas y de sus inspiradoras clases de economía marxista.

«Aunque es recordada como una mártir, ella es mucho más que eso, porque cada momento que vivió, lo hizo al máximo», recuerda su última biógrafa. Que este nuevo homenaje sirva para recuperar las lecciones de uno de los personajes más combativos y brillantes de nuestra historia.

La socialista más joven

En casa de los Luxemburgo, a las mujeres se les reservaba la tarea de apretarse los corsés para reducir la cintura y de cuidar su hermosa melena larga para atraer a un hombre rico. Rosa, la hija más pequeña, pronto defendió que el valor de una mujer estaba en su intelecto, no en los centímetros de su cadera. Aunque se crió en un hogar profundamente judío, se deshizo también de la fe religiosa en cuanto descubrió al filósofo que le cambiaría la vida.

«Marx dijo que los dioses son producto de las regiones nebulosas del cerebro humano«, decía ella. «Tu abuelo es un rabino y te lavarás la boca con jabón, jovencita», le recriminaba su familia. Para no calentar el ambiente en su casa, Luxemburgo escondía el Manifiesto comunista o Trabajo asalariado y capital de la vista de sus padres, pero disertaba abiertamente de capitalismo con sus hermanos.

Viñeta Rosa Luxemburgo

Con su preparación e inteligencia, a nadie le extrañó que una chica de 15 años se afiliase al movimiento socialista polaco, aunque viviese con la amenaza constante de ser atrapada y condenada en Siberia por el zar ruso. Al final, en 1889 se exilió a Zúrich para estudiar en la única universidad que admitía a mujeres. Allí cambió la botánica y la zoología por la ciencia del cambio social y las relaciones económicas. También aprendió once idiomas y trabajó como periodista mientras acababa un doctorado sobre la industrialización en Polonia. Su mantra: «Cuestionar todo».

El azote de los conformistas

Las conferencias de Rosa Luxemburgo en la Internacional Socialista promovían la solidaridad entre países y la revolución mundial, mucho antes que el derecho a la autodeterminación que reclamaba Polonia. Defendía que la lucha obrera debía centrarse en el capitalismo, aunque el Manifiesto comunista de Marx llamase a la emancipación de los polacos. Esa filosofía, que compartía con su primer amor Leo Jogiches, la trasladó a Berlín en 1898, cuando se afilió al SPD alemán.

Rosa también se opuso a grandes figuras del partido socialdemócrata como Eduard Bernstein, rebatiéndole que «la lucha por la reforma es el medio, la revolución es el fin». Pensaba que si las reformas se lograban a través de la lucha obrera, fortalecían al partido, pero si se obtenían por métodos parlamentarios o acuerdos entre partidos burgueses, esto sólo favorecía al capitalismo.

Viñeta Rosa Luxemburgo

Más tarde, se distanció de otros pesos pesados del SPD que la consideraban una «víbora bribona», como su otrora gran colega Karl Kautsky. Una brecha que se abriría para siempre con la aprobación de los presupuestos de la Primera Guerra Mundial, a la que ella se oponía tajantemente, y con el retraso en las negociaciones del sufragio universal, y femenino.

La «no militancia» feminista

Otro importante contacto que hizo Rosa en Berlín fue Clara Zetkin, la activista que estaba al frente de la organización de mujeres socialistas y del periódico feministaDie Gleichheit ( La Igualdad). Juntas defendían el voto universal, aunque Luxemburgo nunca quiso encabezar el ala femenina para no perder los beneficios que tenía en el partido junto a los varones. Pensaba que era una estrategia de sus compañeros para desterrarla de la primera línea del debate teórico, donde reinaba el machismo.

«El voto femenino aterra al actual Estado capitalista porque, tras él, están los millones de mujeres que reforzarían al enemigo interior, es decir, a la socialdemocracia», escribió. No compartía con Zetkin, sin embargo, la defensa solo del voto de las mujeres propietarias que pagaban impuestos. «Son derechos de las damas, no de las mujeres. No puedo hacer causa común con las señoras de la clase capitalista», le espetaba Luxemburgo.

Viñeta Rosa Luxemburgo

Ambas participaron en 1907 en la Primera Conferencia Internacional de Mujeres Socialistas, celebrada en la ciudad alemana de Stuttgart, que aprobó que los partidos socialistas del mundo luchasen obligatoriamente por el sufragio femenino. También en la Segunda Conferencia, llamada Guerra a la guerra, donde más de cien activistas de 17 países establecieron el 8 de marzo como el Día Internacional de la Mujer. En aquella época, Rosa empezó a sentirse cómoda con la etiqueta feminista y sus discursos tomaron un cariz más comprometido, como este que pronunció en 1912:

«El actual enérgico movimiento de millones de mujeres proletarias que consideran su falta de derechos políticos como una flagrante injusticia es señal infalible, señal de que las bases sociales del sistema imperante están podridas y que sus días están contados. Luchando por el sufragio femenino, también apresuraremos la hora en que la actual sociedad caiga en ruinas bajo los martillazos del proletariado revolucionario»

Una de las cosas que más lamentó Luxemburgo al final de sus días fue no haber defendido con ahínco el voto y la emancipación de la mujer. Por eso, a su salida de la cárcel en 1918 y cuando reorganizó la Liga Espartaquista, estableció como nueva consigna «la plena igualdad social y jurídica entre los sexos».

La utopía antibelicista

Si bien el equidistante feminismo de Rosa Luxemburgo ha sido motivo de debates académicos, con su perfil pacifista no queda resquicio para la duda. La política enarboló un discurso antimilitarista durante toda su carrera, pero sobre todo a las puertas de la Primera Guerra Mundial, cuando su partido votó por primera vez a favor de unos presupuestos capitalistas que daban luz verde a la masacre.

Los razonamientos de Luxemburgo se podrían aplicar perfectamente hoy en día, cien años después de la Gran Guerra. Para ella, el conflicto «es indispensable para el desarrollo del capitalismo», puesto que la industria armamentística mueve decenas de miles de millones y está controlada por señores de la guerra que deben justificar el gasto militar y el tráfico incontrolado de armas. Así, Rosa interpeló a sus propios camaradas en Utopías pacifistas (1911):

¿Cuál es nuestra tarea en la cuestión de la paz? (…) Si las naciones existentes realmente quisieran poner coto, seria y honestamente, a la carrera armamentista, tendrían que comenzar con el desarme en el terreno político comercial, abandonar sus rapaces campañas colonialistas y su política internacional de conquista de esferas de influencia en todas partes del mundo” .

Este hincapié en hacer «un llamamiento a la justicia y al fin de la violencia» durante los cuatro años de la guerra fue el que acabó con su vida. No caben medias tintas cuando se está en contra de precarizar vidas en el trabajo y en el campo de batalla. Al menos, no para Rosa Luxemburgo. Esta líder solo consideraba la vía del socialismo para acabar con la barbarie, y terminó sufriendo la barbarie en propias carnes por parte de los freikorps.

Pero la Rosa Roja vio que la dignidad humana estaba por encima de los partidos y de la economía militar. Y así se recordará siempre a la mujer que no huyó del barco naufragado y luchó hasta la muerte «por un mundo donde seamos socialmente iguales, humanamente diferentes y totalmente libres».

Rosa Luxemburgo en un mítin en Berlín

Rosa Luxemburgo en un mítin en Berlín, 1910

Fuente: http://www.eldiario.es/cultura/libros/Rosa-Luxemburgo-aguila-izquierda-callaron_0_658634256.html
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Las lecciones para Guatemala del maestro con 100 años de edad

Guatemala/Junio de 2017/Fuente: Soy 502

En 1942 el expresidente Jorge Ubico entregó personalmente un diploma de magisterio a un joven oriundo de Guastatoya, El Progreso. Estrechó su mano y le dijo: “Con este diploma viene el reconocimiento del Estado como profesor, pero no viene con el respeto de los alumnos, ese se lo tiene que ganar”. Esas palabras quedaron grabadas en José Antonio López que cumplió en mayo 100 años, convirtiéndose en el profesor registrado más longevo de Guatemala.

A pesar de su avanzada edad, López aún recuerda su trayectoria de más de 72 años como docente. Evoca sus estadía en Puerto Rico, donde estudió la universidad, sus viajes a Brasil, Argentina, Ecuador, Perú, Venezuela y España. Ya fuese para impartir clases o sacar cursos, López siempre estaba aprendiendo.

Lo principal es la vida de los maestros, no tanto lo que saben. Porque si su vida es buena los profesores van a enseñar justamente lo que debe ser

Desde que comenzó su carrera se preocupó por la formación de los alumnos más allá de las materias. “Les hemos enseñado a los niños a vivir, pero no a convivir”, comenta muy decidido López. Opina un hombre que considera que un profesor debe ayudar a sus alumnos a superar sus dificultades y salir de sí mismos.

La mejor reforma educativa no está en los libros, ni en las actas ni en los acuerdos. La principal reforma educativa está en el corazón de los maestros, que no solo enseñen la instrucción, sino además ayudan a formar a los hombres

¿Qué opina un hombre con tanta experiencia de la educación moderna? Está convencido que aunque las cosas han cambiado mucho, hay una cuestión que se mantiene: uno es profesor por vocación. López opina que los directores no deberían emplear a profesores que ven el oficio como “de paso en lo que llega a la universidad” o para ganar dinero.

Los valores se han perdido por una sencilla razón: No se puede dar lo que no se tiene, no se puede enseñar lo que no se sabe.

Aún está preocupado que en las aulas no se enseñen los valores. Que los profesores no se preocupen por formar hombres de bien.

Para vivir 100 años

¿Y cual es la receta para vivir por tanto tiempo?, López tiene una respuesta igualmente simple: estar contento. “Sonreir, si tan fácil que es. Lo difícil es respaldarlo con el amor”, comenta. Lo dice un hombre que a sus 100 años no le hace falta el sentido del humor.

Aunque ya está retirado, el profesor aún sigue impartiendo lecciones. Quizás no son clases magistrales, pero si instrucción para la vida que cualquiera puede aprender.

Fuente: https://www.soy502.com/articulo/lecciones-vida-profesor-100-anos-edad-68696

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Alemania: Knowledge is power: Humboldt’s educational vision resonates on 250th birthday

Alemania/Junio de 2017/Fuente: Made for Minds

Resumen: Un lingüista cosmopolita, filósofo, estadista y escritor en uno, Wilhelm von Humboldt hoy sería un buen ministro de educación alemán. Hablaba con fluidez los principales idiomas del viejo y nuevo mundo y vivió largos períodos de su ajetreada vida en los centros culturales europeos más importantes como París, Roma, Londres, Viena y Berlín. A pesar de estar a veces en la sombra de su hermano bien viajado Alejandro, era igualmente significativo, especialmente por su trabajo pionero como reformador de la educación.

Considered the father of the modern university, Wilhelm von Humboldt revolutionized public education in Germany. But on his 250th birthday, how does Humboldt’s legacy live on?

A cosmopolitan linguist, philosopher, statesman and writer in one, Wilhelm von Humboldt would today make a good German education minister.

He was fluent in the principal languages ​​of the old and new world, and lived through long periods of his busy life in the most important European cultural centers such as Paris, Rome, London, Vienna and Berlin. Even though he was sometimes in the shadow of his well-traveled brother Alexander, he was equally significant, especially for his pioneering work as an education reformer.

The road to enlightenment

Wilhelm von Humboldt’s whole life was essentially an educational journey. After the early death of his father – who served as chamberlain to Frederick the Great – Humboldt had already received excellent education from private tutors that continued into his youth. His mother, born to prosperous Huguenot merchants, sought the best philosophers, reformist educators and polymaths to not only teach her sons the basics, but explain the world to them.

A young Wilhelm von Humboldt (Imago/Imagebroker)

The young Wilhelm von Humboldt

The boys were quickly instilled with a fascination with research, intellectual curiosity and Prussian discipline – and would go on to achieve excellence in their professions.

Like his brother, Wilhelm had intensive contact with the great minds of his time, among them Schiller, Goethe, Fichte and Schleiermacher. They also closely studied the modern philosophy of Kant. Thanks to his family’s wealth, the Humboldt brothers werefinancially independent and could freely pursue their personal interests.

Wilhelm von Humboldt entered the Prussian state service in 1790 at the age of 23, but was bored and quickly resigned. He then married Karoline von Dacheröden, who regularly ran salons for poets, philosophers and politicians in the family home as they traveled Europe when Wilhelm later worked as a diplomat.

A highly educated art historian, Karoline was also an emancipated young woman who dared to to wear men’s dress when horse riding because it was more practical. Wilhelm, on the other hand, spent time looking after his children at home, which went against the Prussian military ideal of masculinity at the time.

In Weimar in 1803, Wilhem von Humboldt and brother Alexander listen as Goethe (center) holds court

Early in the marriage, the couple undertook extensive journeys through France and Spain, some of them into inaccessible areas high in the Pyrenees where travelers at the time rarely strayed. They also journeyed with three children – together with their tutors, of course.

From diplomat to education reformer

In 1802, Wilhelm von Humboldt entered the Prussian civil service for the second time. On this occasion he was lucky enough to be sent to Rome as a diplomat. Together with Karoline, then a close friend of Schiller’s wife Charlotte von Lengsfeld, he led a lavish social life in Rome among the liberal intelligentsia. Writers, scholars and famous artists such as the painter Angelika Kauffmann visited the Humboldt home, as did Wilhelm’s brother Alexander.

But after Prussia was invaded by France in 1806, and the country was left bankrupt and its people starving, Wilhelm was summoned to Berlin in 1808 and appointed to the post of director of education.

School education in Prussia was rigid and anachronistic, with no separation between church and state. Curriculum was strict and women were denied access to education. But Humboldt soon ushered in a new age of education. Born of his humanistic educational ideals, in 1810 Humboldt  introduced a uniform three-level school system in Prussia from elementary through to high school. He abolished the «disastrous training pedagogy,» as he called it.

Humboldt also invented the modern research university when, in 1811, he founded Berlin University (now Humboldt University). Promoting the latest teaching methodology, the university sees Prussia develop the most advanced educational system in Europe.

Wilhelm von Humboldt's memorial in Berlin at the Humboldt University (picture alliance/Arco Images/Schoening)Wilhelm von Humboldt’s memorial in Berlin at the Humboldt University, which he founded in 1811 and where Einstein once studied

Utopian ideals

As he reformed an antiquated curriculum, Humboldt insisted that teachers and university professors should be an «advocate for the education of young people.» Systematic learning and holistic education through art and music were just as important as mathematics to the training of the mind, according to Humboldt.

The ability to think critically would be more important than strict vocational training. «Knowledge is power and education is liberty,» was Humboldt’s credo.

When Wilhelm von Humboldt died in Berlin-Tegel on April 8, 1835, he left behind a powerful new school of thought. His ideal was to nurture educated, confident citizens, independent of their class or family background.

These educational ideals could serve as a model for present-day school and education policy in Germany. But regional political interests and packed curricula – which still have their origin in the strict Prussian administration – stand in the way. Humboldt’s cosmopolitan, liberal-minded educational philosophy remains a utopian ideal in Germany.

Fuente: http://www.dw.com/en/knowledge-is-power-humboldts-educational-vision-resonates-on-250th-birthday/a-39363583

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