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PISA: de nuevo a la cuestión de la calidad en educación

por: Bonifacio Barba

Como ocurre con otros asuntos de importancia para México, los resultados sobre la evaluación de PISA 2016 llegaron, se difundieron y cedieron su lugar de forma rápida a otros temas en los medios de comunicación. Quedó la impresión de que los resultados no sorprendieron a nadie y muchos comentarios reiteraron la necesidad de aumentar el trabajo, el esfuerzo y la inversión para mejorar la educación. Todo recondujo las cosas a la cuestión de la calidad de la educación.

Parece la calidad de la educación es un objeto muy conocido y comprendido y que el problema está en otra parte, claramente, en la acciones. Sin embargo, tiene sentido cada vez que se difunden resultados de evaluaciones, preguntarnos qué es la calidad, no como un acto obsesivo sino como un medio para asegurar que las acciones educativas están cubriendo todos los ámbitos necesarios para alcanzar mejor calidad.

De manera simple, los resultados de PISA indican que existen aún serias limitaciones para la educación. El sistema político continúa cercando al sistema de gobierno, es decir, al campo de las responsabilidades del Estado para con la sociedad. Considero que las limitaciones que tiene la educación por factores políticos (disputas por el poder), gubernamentales (el predominio de las políticas federales sobre las estatales, la falta de continuidad entre las administraciones, la diversidad de secretarios/subsecretarios), económicas (centralismo fiscal, débil fiscalización de los recursos destinados a la educación), organizacionales y pedagógicas, todo ello lleva a dudar de que hayamos pensado bien la educación, que hayamos asumido todas las consecuencias de que constituye un derecho con trascendentes implicaciones para las personas y para la sociedad. Y más aún, todo indica que no se ha comprendido de forma cabal su naturaleza de práctica social que no se limita a la escuela.

Vale la pena considerar algunos elementos relativos a la calidad de la educación, a la comprensión de lo que es tal calidad. Esta, es una representación conceptual –una elaboración teórica- de un bien humano que se logra por una acción social determinada, compleja. La calidad integra dos realidades: la educación como acción y el juicio acerca del grado de bondad de ella como bien personal y social, es decir, la calidad o cualidad que adquiere al ser realizada. Como consecuencia de ello, y en vistas de mejorar la acción educativa, para tener una respuesta de qué es la calidad de la educación, pueden distinguirse cinco planos o niveles interrelacionados o supra ordenados, de los que aquélla depende.

  1. El antropológico: es la concepción del ser humano, su naturaleza, su dignidad, su origen/destino ontológico antes de pensar la educación como experiencia y por lo cual esta es precisamente, pensada, debatida, expresada en términos de fines.
  2. El cognitivo, o científico: en este plano ocurre el conocimiento del ser humano en sus diversas expresiones culturales e históricas y se expresa en la construcción de un tipo de saber al que llamamos teorías explicativas o comprehensivas (interpretativas).
  3. El jurídico: en el proceso histórico de la vida social, en este plano se le reconoce valor normativo a varios elementos de los planos antropológico y cognitivo, como la dignidad; la justicia que le es debida al ser humano; el derecho a una experiencia formativa que le ayude a realizar su potencial, a adquirir en su experiencia, en su ser-en-el-mundo (su biografía), en su convivencia, la cualidad de ser humano.
  4. El político-gubernamental: este plano re refiere a un tipo de instrumento social que ha creado el ser humano para servir a los propósitos del plano jurídico, pues del orden normativo que en éste se genera, ha de elaborarse un orden convivencial, comunitario, que hace vida cotidiana al primero por medios como las políticas públicas, entre las que se encuentran dos inseparables: las del desarrollo y las de la educación.
  5. El teórico o pedagógico: este plano da vida -si se ponen las condiciones-, a todos los anteriores, de acuerdo con su supraordenación, las condiciones de realización en lo que a la formación de las personas -ciudadanos por el orden jurídico- se refiere. Se funda en ellos, por ejemplo en las teorías sobre el aprendizaje y en la axiología constitucional, para definir y dar al trabajo de la escuela un sentido de proceso personal y social.

Tiene sentido ocuparnos de los planos y sus relaciones si realmente se quiere una calidad educativa más alta.

Fuente: http://www.educacionfutura.org/pisa-de-nuevo-a-la-cuestion-de-la-calidad-en-educacion/

Imagen: www.educacionfutura.org/wp-content/uploads/2016/12/descarga-1-300×168.jpeg

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PISA, entre la teoría y la práctica

18 de enero de 2017 / Fuente: http://www.educacionfutura.org/

Por: Abelardo Carro Nava

Interesantes han sido los análisis sobre los resultados que arrojó la prueba PISA (Programa para la Evaluación de Estudiantes Internacionales) que en días pasados la Organización para la Cooperación y Desarrollo Económico (OCDE) dio a conocer en México. Varios investigadores, académicos, profesores, columnistas, y demás actores que conocen del medio educativo – me incluyo –, de brote pronto, se le fueron a la yugular a las pasadas administraciones federales, caso concreto, a la de Felipe Calderón Hinojosa, dado que la aplicación de dicho examen, se realizó a los estudiantes de 15 años que cursaban al menos el primer grado de secundaria en 2015. Como es de suponerse, estos jóvenes, ingresaron al Sistema Educativo Mexicano (SEM) en el 2006 y, por obvias razones, la valoración dio cuenta del avance o retroceso que se ha tenido en esta materia.

No obstante lo anterior, y la dura crítica de que fueron objeto ciertos funcionarios públicos – de antaño y los actuales –. Llamó mi atención, algunas ideas que su página de Facebook, Laura Frade (13/12/2016), difundió con el propósito de presentar un análisis sobre los resultados a los que hago referencia. El título que le dio a tales ideas, no pudo ser menos provocador e interesante: “La visión reduccionista de los resultados de PISA” y, bueno, entre otras cuestiones de singular importancia, resaltó el hecho de analizar el problema desde lo que Morín (2004) denominó “el complexus”, que no es otra cosa que profundizar en el tema a partir de las partes que interactúan con éste.

Pues bien, siguiendo con esta línea de análisis, Frade argumentó que la visión reduccionista se limitó (valga la redundancia) a observar la problemática responsabilizando al gobierno; a los docentes – a partir de la de la mirada de las ONG y algunos empresarios –; y a la Secretaría de Educación Pública (SEP) y al Sindicato Nacional de Trabajadores de la Educación (SNTE), por la corrupción que han permitido prive en el SEM; y bueno, a partir de tales consideraciones, planteó la imperiosa necesidad de observar el complexus educativo para generar propuestas de solución que favorezcan a la educación en su conjunto. Es decir, que a partir de cuestionar: el contexto globalizante y localizante; la estructura operativa que está conformada por una hiperestructura en la que no solo participa la nación sino también la OCDE, el FMI, el Banco Mundial, la Unesco, y demás; y, la estructura conceptual, que implica observar qué se enseña y cómo se aprende; estaríamos en la posibilidad de mejorar los resultados educativos en México.

Repito e insisto, cosa más interesante fue ésta, dado que como puede verse, la realidad se explica a partir de la teoría que circunda en el medio. No obstante esta afirmación, dicha realidad nos enfrenta precisamente a ese nivel reduccionista a la que Frade hace referencia. ¿Por qué? Porque lamentablemente, las teorías, los estudios, las investigaciones y las propuestas, son ante unos oídos sordos: nada. ¿Visión reduccionista? – con seguridad Laura Frade me preguntaría –; y mi respuesta no podría ser de otra manera: afirmativa. Me explico.

Desde que ingresé hace algunos años al magisterio – casi dos décadas –, he dedicado buena parte de mi tiempo a analizar el SEM. De hecho, algunas investigaciones he realizado con el propósito de comprender los distintos fenómenos que ocurren en dicho Sistema. Ello me ha permitido, tener un panorama amplio sobre los temas educativos que son parte del gremio. Obviamente, el mejorar mi práctica docente ha sido uno de los propósitos que he conseguido. No sé hasta qué punto he avanzado, pero de algo estoy seguro: la reflexión en, para y sobre mi práctica docente, ha sido permanente y que puedo constatar en la formación de mis alumnos.

Así pues, la incesante interacción que he tenido con cientos de estudiantes y colegas en las diversas instituciones educativas en que he laborado; me ha permitido, constatar que tales teorías, tales investigaciones, tales argumentos, tales explicaciones, que buscan mejorar la educación de mi México querido, carecen de significado y sentido por todo lo que permea en el medio. Y no me refiero a aquellos agentes o factores externos a la nación que influyen en el SEM; como parece obvio, lo local es lo que cobra importancia en este sentido.

¿Cómo se explica que tanto las escuelas públicas y particulares hayan obtenidos pobres resultados si ambas son parte de un Sistema?, ¿dichos resultados se explican a partir del contexto internacional?, ¿nacional? o ¿de ambos? Es indiscutible, tales explicaciones se encuadran en ambos pero, ¿cuáles pueden controlarse? Las primeras, son prácticamente imposibles pero, las segundas, son lo que nos ocupa o debiera ocupar.

Si analizamos con detenimiento las políticas educativas que han permeado en México desde que la SEP fue fundada por Vasconcelos (para qué ir más lejos), podríamos comprender que la educación no ha avanzado lo suficiente como para sentirnos contentos. La política, esa mala política que en cada sexenio se observa a plenitud, lo ha impedido.

No olvidemos que el mundo gira y el hombre, por más increíble que pudiera parecer, también lo ha hecho. De ahí que podamos comprender que lo global y lo local, han cambiado de significado conforme el tiempo ha avanzado.

México, está estancado. Comenzar con serios cuestionamientos hacia el gobierno, la SEP, el SNTE, las ONG, y demás actores que influyen con sus acciones en el medio educativo, valga la redundancia, es un buen comienzo. En todo caso, exigir una transformación como la que la misma teoría propone, es fundamental y de vital importancia para que no solo se mejoren los resultados en “x” o “y” prueba. Se trata pues, de formar ciudadanos en el más amplio sentido de la palabra y, discúlpeme usted si en estos momentos soy reduccionista, pero esa limitante, me permite demandar para mis compañeros docentes: una mayor participación en la formulación de los planes y programas de estudio; transparencia en el ejercicio de los recursos públicos destinados al ámbito educativo; y una mejor educación para los millones de niños y jóvenes que asisten a las escuelas de mi México querido…solo por citar algunos ejemplos, insisto, reduccionistas si usted quiere, pero tan necesarios en un país en el que el pedir, es mendigar lo que por propio derecho debe otorgarse.

En este sentido la pregunta sería, si ante tal reto, el gobierno le entraría al toro por los cuernos. He ahí el dilema, he ahí la cuestión, he ahí el problema.

Tiempo al tiempo.

Fuente artículo: http://www.educacionfutura.org/pisa-entre-la-teoria-y-la-practica/

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Singapur o cómo triunfar sin tener ni idea.

Hace tiempo que se veía venir y ya algunos iniciaron la peregrinación a la Meca de los resultados PISA. Para ver cómo lo hacen, qué saben que nosotros no sepamos y aprender de los mejores, a ver si mejoramos. Por el contrario, yo voy a centrarme aquí en lo que no saben o no hacen»

Por: Jose Manuel Ballester.

En ambientes educativos, Singapur está de moda. Es lo más.

Hace tiempo que se veía venir y ya algunos iniciaron la peregrinación a la Meca de los resultados PISA. Para ver cómo lo hacen, qué saben que nosotros no sepamos y aprender de los mejores, a ver si mejoramos.

Si quieren averiguar cómo una excolonia que alcanza su independencia en 1965, con un nivel educativo propio de pescadores y cabreros, ha logrado ser el número uno del mundo en las últimas pruebas PISA, ya tienen a su disposición estudios, artículos y libros (destacaría Quince cartas desde Singapur, recién traducido al español en México). Si quieren saber qué hacen y cómo lo han logrado, ese es el camino.

 Por el contrario, yo voy a centrarme en lo que no saben o no hacen. No por adoptar un enfoque original sino porque, a lo mejor, ahí hay una clave que podría interesar.

No tienen Educación Infantil. Como suena. No gastan un céntimo en Infantil, ni invierten (que a los puristas no les gusta el verbo gastar cuando se trata de educación). Los chiquillos ingresan en el sistema educativo a los seis años sin saber hacer la O con un canuto malayo.

Podríamos preguntarnos si es que no saben que en el mundo en que vivimos la escuela debe hacer posible la conciliación asumiendo la educación de los chicos desde la cuna a la tumba. Parece que no, que no lo saben. En cambio, impulsan políticas como financiar la compra de vivienda si se realiza cerca del domicilio de los padres. Tienen estas gentes la idea de que si vives cerca de tus padres, les endosarás los chiquillos a los abuelos. Así, lo que se gasta en financiar viviendas, se ahorra en la costosísima Educación infantil que el Estado del Bienestar proporciona desde el destete. Y los niños cuidados con los abuelos resulta que duermen más, juegan más y no llegan a los seis años ya con estrés en varios idiomas y esas cosas.

Total que los niños llegan a Primaria sin saber nada, sólo jugar.

Y empiezan la Primaria donde tienen exámenes de verdad. Exigentes, con publicación de resultados (esto no falla en ninguno de los sistemas que mejoran, en ninguno), y con consecuencias académicas. No saben que esos exámenes aquí los llamaríamos reválidas, les echaríamos agua bendita, pactaríamos el fusilamiento preventivo de quien los defienda, y a otra cosa. Ellos no lo saben: en los primeros cursos de Primaria hacen, incluso, exámenes de 90 minutos.

La séptima de las cartas a Singapur lleva por título Observaciones de la decana de una escuela de educación porque la autora, Christine B. McCormick, de la Universidad de Massachusetts quiere que queden al descubierto las vergüenzas pedagógicas del sistema. ¿No saben ustedes, pregunta la decana, que un niño a estas edades es incapaz de mantener la atención durante 90 minutos? Es que adquieren la capacidad de atender durante 90 minutos precisamente haciendo exámenes como este, le responden los singapurenses. En la misma línea, la decana se escandaliza al descubrir que «usan las pruebas para evaluar el rendimiento de los alumnos y no la efectividad de los profesores». Al parecer no saben lo básico de pedagogía. Por eso hicieron lo que hicieron, los pobres.

Para Singapur la evaluación es clave. Fundamental para los alumnos y esencial para los profesores. El objetivo de la evaluación de los profesores es que ellos mismos sepan cuál es su posición y en qué necesitan mejorar. Lo de la posición tiene que ver con que los profesores disponen de una bien remunerada y clara carrera docente. En dos ámbitos: docente y ‘administrativa’. Hay una carrera clara, como digo, es decir los profesores saben que pueden seguir progresando mediante el aprendizaje (aprendizaje del que pueden rendir cuenta en evaluaciones suyas o de sus alumnos, y supervisados a pie de aula por profesores de nivel superior en la escala docente), pueden tener más mérito y, por tanto, aspirar a puestos mejores y sueldos superiores.

Tampoco tienen Atención a la Diversidad: ni practican la inclusividad ni el igualitarismo o, dicho en palabras ajenas a la jerga pedagógica: no pretenden educar a todos los alumnos por igual sino que procuran que cada uno desarrolle al máximo sus capacidades (no que llegue a la media nacional o al aurea mediocritas, que dicen los clásicos). Como no hay inclusividad, hay centros especializados, con profesores especializados en ayudar a desarrollar sus posibilidades a los alumnos con necesidades educativas especiales (ACNEES). Y en el resto del sistema, muy competitivo, muy exigente, cualquier profesor sabe lidiar perfectamente con alumnos con altas capacidades intelectuales. Como no saben que es contraproducente instruir separadamente a estos alumnos, no sólo el conjunto de los alumnos singapurenses obtiene la primera posición sino que los ACNEES de Singapur están un 70% por encima de los USA que, para no saber pedagogía, no está nada mal.

Otra cosa en la que se muestran escandalosamente ignorantes es en la cuestión de los ‘valores’. Transmiten valores, eso es inevitable, pero no lo hacen directamente, no forman parten de currículo alguno ni son el credo de ninguna religión. No adoctrinan, en definitiva. Los valores que transmiten son, digamos, transversales: competitividad, mérito, esfuerzo, superación, responsabilidad, transparencia. Y cosas así.

Ya lo decía Pennac: ¡Qué bien enseñábamos cuando no sabíamos pedagogía! Los de Singapur todavía no saben pedagogía. Saben lo que es la realidad que les espera a sus alumnos, saben de rendimiento de cuentas por su trabajo. Y los profesores saben su materia y la transmiten con eficacia.

Juegan para ganar. A lo mejor por eso ganan.

Fuente: http://www.laopiniondemurcia.es/opinion/2017/01/12/singapur-o-triunfar-idea/797059.html

Imagen: http://www.abc.es/Media/201312/08/exito-educativo-singapur–644×362.JPG

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Historia de dos países a través de PISA

11 de enero de 2017 / Fuente: http://www.educacionfutura.org/

Por. Eduardo Andere

México y Finlandia son dos naciones que en el año 2000 se encontraron en PISA. Ahí, los jóvenes mostraron sus habilidades y lo han seguido haciendo durante 15 años. Y los dos países tienen mucho que aprender de ambos. El contraste es radical. Una nación es grande (125 millones de habitantes) la otra es pequeña (5.5 millones). Una es de América y la otra es de Europa. Una es pobre, la otra es rica. Las dos tienen sus propias historias de hambre, guerras, invasiones, pobreza y dificultades. Las dos tienen riquezas naturales y culturales. Pero en PISA sus resultados son completa y –consistentemente– opuestos.

En medio de estos extremos hay muchas otras historias que se encuentran en PISA. Ahí están los imparables singapurenses y coreanos que apenas unas cuatro décadas atrás tenían los niveles socioeconómicos de los mexicanos pero que hoy se mezclan con los países más avanzados o vanguardistas del mundo. Ahí también están los canadienses como la mejor “marca educativa” de América y los japoneses con una fuerza educativa imperial. Pero la historia de Finlandia y México por su contraste encapsula al resto.

El punto de encuentro es PISA, la prueba que mide algunos conocimientos y habilidades que según expertos mundiales –auspiciados por la OCDE– deben poseer los jóvenes entre 15 y 16 años de edad. Dicha prueba se aplica de manera simultánea –y supuestamente estandarizada– durante dos horas y se centra en lectura, matemáticas y ciencias, cada tres años desde el 2000. En cada aplicación una de esas áreas recibe mayor número de preguntas (en 2015 fue ciencias). Los resultados se publican en la primera semana de diciembre del año posterior al de su aplicación.

Mucho se ha escrito a favor y en contra de la prueba PISA, por expertos, observadores y neófitos. La verdad es que PISA tiene ventajas y desventajas, entre las primeras: la construcción de mediciones de aprendizaje y de bases de datos a través de un esfuerzo colaborativo de muchos expertos alrededor del mundo; entre las segundas: la expedición de recetas globales y la interpretación simplista de sus resultados por parte de los ministerios de educación alrededor del mundo que se obsesionan por “los puntos PISA”.

El nivel de desempeño de los jóvenes de 15 años de edad de México ha sido –consistentemente– muy bajo desde el 2000 hasta el 2015, siempre en el último lugar de los países miembros de la OCDE. En contraste, Finlandia ha mostrado consistencia en los primeros lugares de la OCDE a pesar de sus fuertes caídas en las dos últimas rondas.

Vale la pena señalar que hay tres razones por las que Finlandia sigue siendo admirada a pesar de su caída: 1) Es el único país de América o Europa, que siempre se ubica junto con los “poderosos” asiáticos en los primeros lugares de desempeño en las tres áreas de aprendizaje. 2) Es el país de todo “el mundo PISA”,  no sólo de la OCDE, donde sus estudiantes dedican menos horas de estudio a la semana: 36 horas, dentro y fuera de la escuela. En Singapur, primer lugar en ciencias, matemáticas y lectura en 2015, los jóvenes estudian: 57.1 horas; los chilenos: 50.2 horas; los mexicanos:, 47.94 horas. 3) Aunque todos los estudiantes que presentaron la prueba tienen la misma edad, no cursan el mismo grado. Casi el 100% de los finlandeses que presentó la prueba en 2015 cursaba segundo o tercero de secundaria; en Singapur alrededor del 98% cursaba primero de preparatoria; en Japón el 100% cursaba primero de preparatoria; en México, el 31.9% cursaba tercero de secundaria y el 60.3% cursaba primero de preparatoria. O sea, jóvenes de primero de prepa del mundo compitiendo con finlandeses de tercero y segundo de secundaria.

También se ha dicho que en México la educación es más equitativa, es decir, existe menos variación que en otros países. Esto es parcialmente cierto y depende del indicador que uno escoja. Por ejemplo, si uno piensa en la variación en los puntos PISA que se relaciona con el estatus socioeconómico de los estudiantes en México, el cambio es de 11 puntos apenas ligeramente mejor que el promedio de la OCDE (12.9 puntos). Argelia y Macao (China) muestran los mejores indicadores, uno y dos puntos respectivamente, para dos países totalmente opuestos en los resultados, el primero en el penúltimo lugar mundial y el segundo en uno de los primeros lugares. Finlandia, por ejemplo, muestra una relativamente baja dispersión. Entonces uno podría decir –irónicamente – que en Finlandia todos salen bien y en México todos mal pero “iguales”.

Si uno utiliza otro indicador, por ejemplo, cuántos puntos aumentan los jóvenes en PISA en la medida que se incrementa una unidad en el índice de estatus económico, social y cultural de los estudiantes, en México aumentan 19 puntos, la mitad de puntos que el promedio de la OCDE (38). Esto significa que la mejora en el nivel socioeconómico de los jóvenes en México no impacta tanto en los resultados de PISA como sucede con los jóvenes de los países . Esto es ciertamente un tema a estudiar con más profundidad porque, por ejemplo, en sociedades mucho más igualitarias que México, provenir de familias de mejor estatus socioeconómico y cultural, impacta fuertemente en los resultados, Finlandia: 40 puntos; Singapur: 47; Japón: 42 y Corea: 44. Esto por supuesto ha elevado las antenas de autoridades y expertos en dichos países, pero no debe utilizarse en México como una señal de fortaleza porque el hecho de que todos los jóvenes salgan mal, no puede ser motivo de elogio.

Finalmente, uno podría utilizar un indicador adicional de equidad en los resultados educativos como la tasa de resiliencia de los jóvenes; es decir, el porcentaje de jóvenes que a pesar de ubicarse en los niveles más bajos de estatus socioeconómico obtiene resultados tan altos como los jóvenes de los mejores estatus. En México la tasa de resiliencia es de 12.8% en tanto el promedio de la OCDE es de 29.2% y en Finlandia es de 42.8%. Cuando la tasa de resiliencia es muy alta, una hipótesis es que los jóvenes lo logran gracias a la escuela, a pesar de su pobreza o relativa pobreza. Por tanto, tampoco parece haber mucho para festejar aquí.

¿Quién tiene la culpa? Nadie y todos. El tema de las causas del fracaso educativo es algo muy complejo y tiene que ver con razones históricas, económicas, sociales, políticas y culturales. Es una verdadera madeja sin cuenda. ¿Cuál es la solución? Bueno, la verdadera solución no tiene que ver con las reformas educativas que hemos visto desde Salinas, Zedillo, Fox y Calderón hasta Peña. Tampoco tiene que ver con los maestros o sus agrupaciones sindicales. Tiene que ver con aspectos de índole mucho más profunda que la evaluación educativa ya sea de estudiantes o maestros, que las computadoras, las tabletas y la tecnología en el aula, que las clases de inglés, que la infraestructura de las escuelas, o los planes y programas de estudio. Estas son las medidas que hemos visto en los últimos 25 años. Son medidas superficiales o –con palabras más amables– insuficientes. Mientras sigamos viendo el problema educativo con la limitada lupa de dichas políticas educativas seguiremos igual de mal que hace 15 años; en PISA 2000 (cuando los niños que presentarían la prueba PISA en 2015 estaban naciendo o por nacer), no hicimos nada verdaderamente profundo entonces y no lo hemos hecho en quince años.

Las caídas fuertes en los resultados educativos en países como Finlandia o Suecia pueden darnos algo de luz para entender la complejidad del tema educativo. La caídas de esos países nos han –fortuitamente– acercado con ellos porque México se ha mantenido constante en sus resultados. En el caso de Finlandia, país equitativo, rico y transparente y, además, con una de las fuerzas magisteriales más poderosas del mundo, en términos de calidad de la formación inicial de sus maestros y de la calidad de sus ambientes de aprendizaje en las aulas y las escuelas; la respuesta parece provenir de factores propios de la sociedad que parecen impactar los resultados en las escuelas (factores como el tiempo y calidad de la interacción de los padres con los hijos; la tensión de la vida moderna en las familias, el desempleo, la influencia de las nuevas tecnologías; la inestabilidad política, etc.) De hecho, la reacción por parte de los responsables de la educación en dichos países es mirar a esos factores y preguntarse qué pueden hacer las escuelas para enfrentar los cambios de la sociedad.

En México, mientras tanto, parece no importar cuántas nuevas y más estrictas evaluaciones hagamos o cuánta mejor infraestructura llevemos a las escuelas, antes hay  precondiciones de naturaleza social y cultural que impiden el aprendizaje; por ejemplo, la pobreza, la pésima distribución del ingreso y la riqueza, la corrupción, la negligencia cultural del mexicano hacia el aprendizaje y la selección, formación y apreciación real de la docencia. Por tanto, necesitamos reformas educativas de segunda generación para impactar la calidad educativa de los aprendizajes en México. Tema que tocaré en otra ocasión.

Fuente artículo: http://www.educacionfutura.org/historia-de-dos-paises-a-traves-de-pisa/

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Los clubes de lectura, de moda.

Escuelas de idiomas y conservatorios se apuntan en Galicia.

Por: Selina Otero.

Los colegios se unen a la moda de los clubes de lectura. Y no solo los centros educativos. Además de centros de Infantil y Primaria e institutos, que solicitan a la Xunta ayudas para la puesta en marcha de este tipo de clubes que se organizan fuera del horario lectivo, en Galicia se apuntan también escuelas oficiales de idiomas y conservatorios. Casos como los conservatorios de A Coruña y Vigo o escuelas oficiales de idiomas entran también en las ayudas al fomento de la lectura mediante esta fórmula. ¿En qué consiste? En un grupo de alumnos, guiados por un profesor o tutor, que en el recreo, o a la hora de la comida o incluso por las tardes, se unen para comentar las lecturas que tienen entre manos. Suelen elegir las obras entre todos y la lectura de las mismas se lleva a cabo en casa. Los momentos en común, en grupo, son para reflexionar y comentar los libros, en muchos casos, en presencia del propio autor de la obra que acompaña al alumnado por un día en los colegios.

Uno de cada cuatro centros gallegos, en la última convocatoria de la Consellería de Cultura, Educación e Ordenación Universitaria, recibe una ayuda para el funcionamiento de este tipo de clubes. Las cuantías, para este curso, van de 550 a 1.310 euros, que normalmente los centros utilizan para la adquisición de libros «para las actividades del club, que pasarán posteriormente a los fondos de la biblioteca escolar». Al final del año académico, en este caso con fecha límite de 10 de julio de 2017, los centros deben presentar una memoria final con las actividades realizadas.

Para el actual curso solicitaron ayudas 250 centros y las concedidas son 243: 102 centros de la provincia de A Coruña, 79 de Pontevedra, 33 de Lugo y 29 de Ourense.

En el último informe PISA el alumnado gallego de 15 años mejoró su puntuación en lectura: 10 puntos más en comprensión lectora, situándose entre las mejores comunidades autónomas en el desarrollo de esta destreza. El sector educativo lo atribuyó al trabajo de las bibliotecas de los centros escolares en la última década, con un apartado especial para los clubes de lectura.

Fuente: http://www.laopinioncoruna.es/cultura/2017/01/02/clubes-lectura-moda/1139692.html

Imagen: http://fotos02.laopinioncoruna.es/2017/01/02/328×206/club-lectura.jpg

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Celebrar proponiendo.

Por: Juan Alfonso Mejía López.

Cuánta desigualdad es demasiada? Cualquiera que sea la respuesta, será difícil salir bien librado. Lo mismo pensó la BBC de Londres (http://bbc.in/2iCouke), cuando en marzo del 2016 dio a conocer que el 10% de su población concentra el 40% de la riqueza. ¿Deberían sentirse aliviados porque en Estados Unidos el porcentaje se eleva a 50%? Evidentemente, NO.

En México, la situación es aún más crítica. De acuerdo con Oxfam México (http://bit.ly/2aopPHj), en nuestro país el 64.4% de la riqueza esta concentrada por el 10% de la pirámide poblacional.

¿Podemos pensar que las consecuencias de un problema de esta naturaleza se limitan a un solo ámbito de la vida pública? Lo dudo. Si tal es el caso, entonces la interrogante no se plantea en términos de justicia, sino respecto del impacto de esta realidad en la concretización de otros objetivos.

Tratándose del Derecho a Aprender de las niñas, niños y jóvenes (NNJ) en México, ¿la desigualdad afecta la garantía de su debido cumplimiento? La respuesta es sencilla: totalmente.

Garantizar un derecho significa contar con un mínimo indispensable asegurado. Suponer que la desigualdad que se respira en el país no trastoca este derecho, sería tanto como negar la necesidad de políticas públicas compensatorias, tan válidas como insuficientes. Reconocerlo implica asumir que el instrumento para combatir la desigualdad también está dañado y cada vez exige de intervenciones mayores, que se caracterizan por su inefectividad. No es un asunto de tamaño, sino de enfoque.

Los resultados del Programa Internacional de Evaluación de los Alumnos (PISA, por sus siglas en inglés) presentado por la Organización para la Cooperación y Desarrollo Económico (OCDE) el pasado 6 de diciembre en Londres, mostraron un sistema educativo incapaz de cumplir con el Derecho a Aprender de sus NNJ en México. Lejos de combatir la desigualdad, el sistema educativo la expande y la reproduce, al tiempo que entorpece las posibilidades para que la escuela enfrente con éxito los desafíos impuestos por su realidad más próxima (http://bit.ly/2hQucuj).

Mexicanos Primero (MP) cumple sus primeros diez años de vida durante el 2017. La mejor manera de celebrarlo es proponiendo. Si la conquista del Derecho a Aprender es progresiva, como cualquier otro derecho, entonces lo trascendente radica en mantener vigente la convocatoria, que lo alcanzado no sea parte del paisaje, ni figura de ornamento sin variedad entre los convocados ni variación en el alcance de lo esperado. Después de la modificación al Articulo 3ro Constitucional, ¿qué?

La indiferencia nunca ha convocado a nada. Es imposible seguir pasando de lado frente a esta realidad lacerante. La escuela enfrenta el reto de convertirse en el motor hacia la ruta de la equidad. En este camino se presentan por lo menos tres desafíos para el 2017:

1. La agenda pública. Impulsar el Derecho a Aprender desde la lógica de la inclusión implica ubicar a la persona en el centro del sistema educativo. Esto es, dejar de pensar en las escuelas como ladrillos, centros de trabajo o mecanismos de clientelismo corporativo y concentrar toda la posibilidad en el derecho que tienen los niños y jóvenes a SER sí mismos.

Cambiar las coordenadas de la discusión es el primer paso para una política pública de distinto orden, que plantea la equidad como meta en un punto determinado. El debate público no es sólo en términos de equidad para hablar sobre calidad educativa, sino sobre la urgencia de fortalecer las estrategias focalizadas, aunque con fechas previstas para su reemplazo. Sólo un sistema con una visión incluyente terminará por volver innecesaria la política compensatoria.

2. La política pública. Las modificaciones al Artículo Tercero Constitucional representan uno de los cambios más ambiciosos de los últimos tiempos en la transformación de nuestro sistema educativo. Si bien es cierto que ha enfrentado tropiezos y resistencias, lo elemental es concentrarnos en el “cómo SÍ” de su cabal implementación. Renunciar a esta oportunidad elimina de tajo cualquier viabilidad de un sistema educativo comprometido con la persona, además de evidenciar la incapacidad de un país por renovarse.

3. Generar espacios para nuevos actores: familias y maestros. Aprender es un proceso que se realiza en comunidad. Transformar es una exigencia capaz de realizarse mediante un esfuerzo de conjunto. Mandar a nuestros hijos a la escuela resulta insuficiente para garantizar su Derecho a Aprender. En MP creemos en la triple inclusión, una donde además de trayectorias completas y exitosas, se impulsa una trayectoria participativa. Esta última propone poner punto final al modelo de “escuelas sin sociedad”, en donde los niños y jóvenes participan de su proceso de aprendizaje. Sin el apoyo de las familias, los maestros y toda una red de apoyo, el esfuerzo es inviable.

2017 nos acerca a nuevos desafíos. Estamos en la antesala de la elección presidencial del 2018, en la que nuevas ventajas de oportunidad se abren para todos: para quienes están a favor de la transformación, como para quienes prefieren la inmovilidad. Desde MP celebraremos proponiendo la viabilidad de resguardar primero el Derecho de los niños y jóvenes a Ser SÍ mismos, su Derecho a Aprender.

Fuente: http://www.elfinanciero.com.mx/opinion/celebrar-proponiendo.html

Imagen: http://www.elfinanciero.com.mx/files/article_main/uploads/2017/01/04/586dcf1474e6f.jpg

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Intromisión institucional y PISA.

Me ha bastado leer la introducción y el epílogo, para «rumiarlo» y crear poso de discernimiento en la difícil búsqueda de la piedra angular donde podría apoyarse un buen sistema educativo basado en la comprensión aplicada y no en la memorización planificada exclusivamente para aprobar el examen.

Por: Iulen Lizaso Aldalur.

Su titulo: “No hay respuesta sencilla a un problema complejo”, fue suficiente «reclamo» para detener mi repaso de prensa. Quizás emulaba a aquella cita de Einstein invitándonos a la reflexión mas que a la acción: «Si tengo un problema por resolver, me gustaría pasar 55 minutos pensando sobre el problema y 5 minutos pensando en la solución»

A raíz de conocer los resultados del informe PISA, recopilé bastante literatura «en cartera», pero me quedo solo con este y con el que hace años escribió sobre un anterior informe Koldo Saratxaga.

Del artículo del profesor de la UPV/EHU Jenaro Guisasola destaco la conclusión final como reivindicación de lo mas reseñable históricamente en países a la cabeza del informe PISA, y se resume en la falta de metodología común en todos los niveles educativos y de autonomía en los centros hasta para elegir el menú: “La clave de una enseñanza de calidad está en que el profesorado lidere el proceso….se debe escuchar al profesorado y dejar que tome parte activa en la normativa legislativa.”

Koldo Saratxaga en su artículo: “No más fracaso escolar” nos presentaba su «radiografía» desde la raíz de las causas del abandono y falta de motivación de muchos que no lo hacen y siguen arrastrando fracasos en lo personal y académico: «La escuela nació como una institución uniformadora y continúa siéndolo; su indiferencia real traduce la diversidad en desigualdad. Hay que dar una atención diferente, no hay dos personas iguales. A los 5 años el 98% de los niños son genios y 10 años mas tarde solo el 15%…»

Desde la antropología educativa y cognitiva, sin ser experto, para mi esta pérdida de la Memoria Vital que traemos todos al nacer (no la heredada de nuestros padres), se debe a que en esos 10 años nos la suplantan o «aplastan» por una memoria intelectual, académica, escolástica… en definitiva por todo lo que tiene que ver con lo ideológico, productivo y tradicional. Máxime en estos tiempos, suplantada por una memoria virtual ligada a las nuevas tecnologías, con consecuencias de refracción en la conciencia y deformación en la mente, pues a través de las mismas se dan paradojas como conseguir acercar a personas que están lejos y alejar a las que tenemos al lado… en particular por quienes se les llama la «generación de los cabizbajos».

Ya lo anunció Einstein: «Temo en que el día que la tecnología supere a la interacción humana, el mundo tendrá una generación de idiotas». Lejos de quienes promueven las pedagogías alternativas (educación prohibida) y sus logros, de los que Saratxaga destaca como rasgos: ciudadanos con valor añadido para la comunidad; seres humanos que se manejan con autonomía tras alcanzar el pensamiento crítico, analítico y creativo… a través de relaciones presenciales y no virtuales.

Desde la psicología educativa, si se implicara con los docentes como un ameno detective mas que como un funcionario agobiado rellenando informes y formularios para la burocracia institucional, permitiría al pedagogo descubrir en cada alumno lo mejor que lleva dentro, motivándole a «tejer» su biografía humana para poso de autoestima, que le permitiría ser feliz como valor personal y aportación al bienestar común. De lo contrario, como también dice Saratxaga: será toda su vida un mandado, dependiente, reivindicativo, infeliz, y  con pocas aptitudes y menos actitudes.

En instancias político-educativas, la clave para manejar con éxito los problemas nos la da el sabio: 55 minutos pensando en el problema y 5 en la solución. Lo inverso nos ha llevado a un fracaso debido a las eternas prisas institucionales de cumplimento programático-burocrático de un curriculo educativo inflexible y denso, sin reparar en que el éxito es el camino o proceso formativo y no tanto el título. Así, ¿porqué improvisan y experimentan con nuestros niños y adolescentes, cuando conocen bien como lo vienen haciendo países a la cabeza en el éxito en la formación integral como personas y no parcial «embutidas» de materias que nada tienen que ver con la promoción del arte y la sensibilidad: música, audición, declamación, oración, armonía mental y emocional… en lo sensitivo y el sentimiento y no tanto en lo sensual?
Talentos para el sentir del alma, como cuando John F. Keneddy hace medio siglo hizo su apuesta para un nuevo «mercado de valores»: «Los niños son el recurso más importante del mundo, la mayor esperanza y la mejor inversión para el futuro.»

Menos «cocina» y consensos políticos y mayor acceso a agentes sociales, culturales y académicos: debatir y debatir al margen de ideologías políticas e intereses empresariales, transfiriendo de manera real el anunciado empoderamiento ciudadano, para acceder a una educación mas silvestre y menos «moderna», además de como escuela, para modo de vida sin dogmas, pues como dijo el filósofo Antistenes: «La clave del aprendizaje en la vida está en desaprender lo que es falso».

Fue en un café de la plaza de la Bastilla en París donde se creó en 1.992 el primer «café philo» o gabinete filosófico abierto al público a modo de «dispensario» de modos de vida: «Filosofía popular y café para cambiar el mundo» . A uno de sus promotores, el filósofo Bruno Magret, le pidieron que relatara la experiencia que más le había marcado: El día en que una joven me dijo «señor, usted me hace crecer» y el resto de alumnos le respondieron: «él está aquí para eso». Esta es una gran aventura aunque (como dice Jenaro Guisasola) a veces el viaje sea difícil. No diré que hago lo que debo, pero si diré que hago lo que amo. Otra gran experiencia: empecé un café-philo con niños de nueve años y ahora están terminando con gran éxito personal y académico sus estudios. He visto su progresión y eso es excepcional.

La Filosofía era obligatoria pero solo en su historia y biografías; hoy es opcional (en Ciencias ni eso). A pesar de ello y aún siendo el testigo en el sistema de instrucción pública, de que el resto de las asignaturas, e incluso la vida misma, pueden merecer la pena, sigue bajando enteros en la «Bolsa de valores docentes» o baremo de eficiencia de «transferencia a la sociedad».

Como arte de la reflexión, se contrapone a esos dos parámetros de proyección hacia una universidad mercantilizada en la que solo se titulan un 15% de quienes iniciaron Primaria. Esta mentalidad supone una rémora en el desarrollo humano de nuestros hijos y nietos y en lo colectivo consolida la indiferencia en una ciudadanía ya de por si muy pasiva. Así, ¿que otro resultado esperaban de los jóvenes de la CAPV, quienes para la docencia, aún confían en elucubraciones ajenas mas que en la re-evolución y restauración de la experiencia natural?

Que diferentes resultados con orientaciones como las del psiquiatra Augusto Cury: Además de humanizar el conocimiento, hay que potenciar la imaginación frente a la información. La escuela comete un error cuando se centra en tratar de que los alumnos acumulen información y más información. Más del 90% de la información que se acumula en el córtex cerebral no se rescata. Es más importante organizar y desarrollar el pensar con ejemplos, desarrollar el raciocinio esquemático, la invención.

Fuente: http://www.naiz.eus/es/iritzia/articulos/intromision-institucional-y-pisa

Imagen:http://www.naiz.eus/media/asset_publics/resources/000/269/969/original/logo-info-mobile.png

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