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Cómo romper el vínculo entre los fenómenos meteorológicos extremos y la pobreza extrema

17 de noviembre de 2016/Fuente: Banco Mundial

Una cifra estimada de 1 millón de filipinos cayó en la pobreza en 2013 después del paso del tifón Haiyan, que destruyó más de 1 millón de viviendas y socavó la economía nacional causando pérdidas por USD 12 900 millones.

Tan pronto como el ciclón Aila devastó las zonas costeras de Bangladesh en 2010, los niveles de desempleo y pobreza aumentaron 49 % y 22 %, respectivamente.

Las presiones económicas que enfrentó Guatemala debido al paso del huracán Stan en 2005 obligaron al 7,3 % de las familias afectadas a hacer trabajar a sus niños en vez de enviarlos a la escuela.

Cada vez que se produce un desastre natural, este no solo deja una estela de devastación, sino que también sume aún más en la pobreza a las comunidades.

Pero lo que se destaca en los titulares noticiosos son los costos financieros de los desastres naturales, es decir los daños en los edificios, la infraestructura y la producción agrícola. No obstante, nuevos estudios indican que poner énfasis en el impacto monetario de las catástrofes naturales no entrega un panorama completo de la situación. De hecho, lo distorsiona.

Esto se debe a que el costo representa solo las pérdidas sufridas por las personas lo suficientemente ricas que desde un principio tienen algo que perder. Sin embargo, el costo no puede explicar el efecto devastador de los desastres en los pobres del mundo, que sufren en términos relativos mucho más que las personas más adineradas.

Considerando esta perspectiva, un nuevo informe del Banco Mundial y el Fondo Mundial para la Reducción de los Desastres y la Recuperación (GFDRR) advierte que los desastres naturales son un obstáculo más grande de lo que se pensaba para poner fin a la pobreza en el mundo. El informe titulado Unbreakable: Building the Resilience of the Poor in the Face of Natural Disasters (Irrompible: Generar resiliencia en los pobres frente a los desastres naturales), dado a conocer esta semana en la vigésimo segunda Conferencia de las Partes (CP 22), pone de relieve la urgencia de adoptar políticas con un planteamiento inteligente respecto del clima que protejan mejor a los más vulnerables.

» Las conmociones climáticas severas amenazan con hacer retroceder décadas de progreso en la lucha contra la pobreza. Las tormentas, las inundaciones y las sequías tienen consecuencias humanas y económicas nefastas, y son los pobres los que suelen pagar el precio más alto. Generar resiliencia ante los desastres no solo tiene sentido económico, es también un imperativo moral. «
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Comparados con sus homólogos más adinerados, los pobres tienen más probabilidades de residir en viviendas frágiles y ubicadas en zonas propensas a desastres, y trabajar en sectores altamente vulnerables a fenómenos climáticos extremos, como la agricultura. Además, ellos reciben mucho menos apoyo del Gobierno y de la comunidad para su proceso de recuperación. El resultado es que el impacto de una tormenta, una inundación, una sequía o un terremoto es dos veces más grave para los pobres que para cualquier otra persona.

Por ejemplo, debido a las inundaciones sin precedentes que afectaron a Mumbai en 2005, los pobres perdieron un 60 % más que sus vecinos más ricos, y cuando los pobres pierden sus escasas pertenencias, su salud se ve afectada y en algunos casos de manera irreversible. En Ecuador, se descubrió que los niños pobres que estaban en el útero de sus madres durante las inundaciones causadas por el fenómeno El Niño en 1997 y 1998 presentaban un bajo peso al nacer, una menor estatura y discapacidad cognitiva.

En el informe Irrompible se utiliza un nuevo método para medir los daños provocados por desastres, que tiene en cuenta la disparidad de la carga que representan dichos desastres para los pobres, y se muestra que las catástrofes naturales cuestan a la economía mundial hasta USD 520 000 millones (un 60 % más de lo que se informa habitualmente) y empujan a unos 26 millones de personas a la pobreza cada año.

Pero hay esperanza. Los Gobiernos pueden evitar que millones de personas caigan en la pobreza extrema adoptando medidas que protejan mejor a los pobres de los desastres naturales.

El informe propone un conjunto de “políticas de resiliencia”, que ayudarían a los pobres a enfrentar las consecuencias de fenómenos meteorológicos y otros eventos naturales extremos. Estas incluyen sistemas de alerta temprana, mayor acceso a servicios bancarios personales, pólizas de seguros y sistemas de protección social (como transferencias de efectivo y programas de obras públicas), que podrían preparar a las personas para responder más adecuadamente y recuperarse de las crisis. El documento también invita a los Gobiernos a realizar inversiones esenciales en infraestructura, diques y otros medios para controlar los niveles de agua, y desarrollar políticas apropiadas sobre el uso del suelo y normas de construcción. Estos esfuerzos deben apuntar específicamente a proteger a los ciudadanos más pobres y vulnerables, y no solo a aquellos con posesiones de alto valor.

En el documento se evalúan los beneficios previstos de estas políticas en 117 países. Por ejemplo, si Angola implementara redes de protección social potencialmente ampliables para proteger a sus ciudadanos más pobres, el Gobierno podría ver beneficios equivalentes a USD 160 millones anuales. A nivel mundial, estas medidas combinadas permitirían a los países y a las comunidades ahorrar un total de USD 100 000 millones al año y reducir en un 20 % el impacto total de los desastres.

“Como consecuencia del cambio climático, los países enfrentan un número creciente de crisis inesperadas”, afirmó Stephane Hallegatte, economista principal de GFDRR, y autora principal del informe. “Los pobres necesitan protección social y financiera frente a los desastres que no pueden evitarse. Con la adopción de políticas de eficacia comprobada sobre riesgos, tenemos la oportunidad de impedir que millones de personas caigan en la pobreza”.

Los esfuerzos dirigidos a generar mayor resiliencia entre los pobres ya están ganando terreno, según el informe. El mes pasado, gracias a un innovador programa de seguros, Haití, Barbados, Santa Lucía y San Vicente y las Granadinas recibieron USD 29 millones para utilizarlos en las tareas de recuperación tras ser afectados por el huracán Matthew.

El informe Irrompible constituye una hoja de ruta para ayudar a los países a adaptarse mejor al cambio climático y aumentar la resiliencia y la prosperidad de sus ciudadanos más vulnerables. Al dotar a estos últimos con los medios de preparación, reconstrucción y recuperación, podemos aumentar las probabilidades de que millones de personas no caigan en la pobreza extrema.

Fuente: http://www.bancomundial.org/es/news/feature/2016/11/14/breaking-the-link-between-extreme-weather-and-extreme-poverty
Imagen: https://i.ytimg.com/vi/ZafnDO6cPgw/hqdefault.jpg
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Ciencia y Tecnología en tiempos de pobreza.

Por: Manuel Martínez Morales.

¿Por qué preguntarnos aquí y ahora por la relación entre ciencia, tecnología y sociedad? ¿Acaso no existen asuntos de mayor importancia sobre los cuales discutir o disertar en estos tiempos de penuria? Tal vez revisando lo aseverado por quienes han reflexionado a profundidad en estas cuestiones sea posible orientarnos. “La ambición última de la ciencia entera es fundamentalmente, como creo, dilucidar la relación del hombre con el universo”, dice Jacques Monod, Premio Nobel de Fisiología y Medicina en 1965 y autor de El Azar y la Necesidad: Ensayo sobre la Filosofía Natural de la Biología Moderna. Mas esta relación del hombre con el universo se da mediada por la historia y por las relaciones de los hombres entre sí, la relación está condicionada por el ser social del hombre; no es una relación puramente individual. Observo el universo a partir de mis sentidos cultivados, socializados; me oriento en el mundo empleando el lenguaje; exploro la naturaleza utilizando la ciencia y los instrumentos técnicos a mi alcance, elementos culturales por excelencia.

Intento imaginar como perciben el universo material y el mundo social los hombres y mujeres que se cuentan entre los cincuenta millones de mexicanos que viven en la pobreza extrema. El nombre de Monod y las brillantes teorías de la biología contemporánea son ajenos a ese universo que se experimenta en la carencia de lo más elemental: comida, techo, vestido, salud, educación. La pobreza material induce un deterioro general del individuo; conlleva la pobreza cultural de quien la sufre, limitando sus posibilidades de desarrollo personal y de participación social. El hambre, las enfermedades y la ignorancia crónicas convierten a los hombres en guiñapos, susceptibles de ser sometidos y manipulados con facilidad.

Hay que insistir en que la ciencia y la técnica per se, no tienen ni pueden tener como objetivo el abatimiento de la pobreza o la consecución de mayor igualdad social. Las desigualdades y la pobreza desaparecerán sólo si se transforman las relaciones entre los hombres. Mas en un proceso de auténtica transformación social, la ciencia y la técnica juegan un papel subsidiario pero indispensable, ya que el conocimiento técnico-científico puede contribuir a acelerar los procesos de transformación en diversos ámbitos (en la producción industrial y agrícola, en la planificación económica, en la educación, etcétera). También la difusión y la divulgación del pensamiento científico acercan al hombre -como señala Monod- a comprender su relación con el universo y con los demás hombres, enriqueciendo sustantivamente su vida concreta y cotidiana.

El filósofo Martin Heidegger afirma contundentemente que “la técnica es el olvido del ser”, para luego precisar: “La esencia de la técnica moderna lleva al hombre al camino de aquel desocultar, por el que lo real deviene por todas partes y de una manera más o menos perceptible, constante.” Aunque en el camino de este desocultar, advierte el filósofo, se presenta un peligro supremo para el hombre: extraviarse en la apariencia y volverse, el hombre mismo, en una constante más. “Entretanto, el hombre ya no se encuentra más, ni en parte alguna, precisamente a sí mismo, es decir, a su esencia”. (Filosofía, Ciencia y Técnica, Ed. Universitaria, Santiago de Chile, 1997)

¿Por qué meditar sobre la ciencia y la técnica? ¿Acaso la técnica, como producto de la actividad de los hombres, no es algo inmediato y transparente? Debe meditarse sobre la esencia de la técnica, sostiene Heidegger, precisamente porque esa esencia no está dada en los objetos técnicos ni puede ser definida tampoco en el seno de límites exclusivamente antropológicos. Afirmaciones que se asocian a la idea de que con el desarrollo de la técnica occidental el hombre reta a la naturaleza; la ciencia moderna se ha desarrollado en contra de Dios y de los dioses.

Entonces, la cuestión de la técnica debe ser un tema central en nuestros días, pues por primera vez desde el origen del hombre, los procesos se globalizan y comienza la integración de miles de culturas diversas a un solo polo organizador, que es fundamentalmente económico y técnico, inaugurando una nueva forma de organización social que se practica y se impone a nivel planetario.

La visión de Heidegger no deja de ser apocalíptica. Con gran sentido profético, el filósofo sentenciaba hace muchas décadas: “Más inquietante que la conquista del espacio, se anuncia la transformación de la biología en biofísica. Esto significa que el hombre puede ser producido conforme a un fin determinado, con no importa qué objeto técnico.”

Resumiendo lo hasta aquí expuesto podemos decir, un tanto simplificadamente, que hay dos visiones contrapuestas sobre la ciencia y la técnica; la visión “optimista”, de la que Monod sería un exponente, según la cual la ciencia ayuda al hombre a esclarecer su relación con el universo e implícitamente se infiere que la práctica científica contribuirá, si es bien “aplicada”, al beneficio social. Esta posición es eminentemente teórica e instrumentalista: la ciencia es neutral, no es en si misma buena o mala, el uso que le dan los hombres es el que orienta en un sentido o en otro las aplicaciones de la ciencia. Por otro lado, la visión “pesimista” sobre la ciencia, según la cual la ciencia y la técnica entrañan un peligro supremo para el hombre -palabras de Heidegger-, se aleja del instrumentalismo y, a pesar de su tono metafísico, plantea un verdadero problema práctico: el hombre enfrentado a una de sus obras cumbres: el saber técnico-científico. Pero en un caso y otro, se encuentra presente la dimensión social de la ciencia y de la técnica. En estas dos concepciones se hace patente que ciencia y tecnología, al igual que el lenguaje y las artes, son construcciones sociales condicionadas histórica y culturalmente.

Fuente: http://insurgenciamagisterial.com/ciencia-y-tecnologia-en-tiempos-de-pobreza/

Imagen: http://insurgenciamagisterial.com/wp-content/uploads/2016/11/plumaslibres1.jpg

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La realidad de los niños condenados a cadena perpetua en Estados Unidos

América del Norte/ EEUU/15 de noviembre de 2016/Fuente: nalgas y libros/ Alicia Fábregas

A cerca de 2.500 niños en Estados Unidos nadie les preguntará nunca qué quieren ser de mayores. Su futuro ya está decidido: serán presos de por vida. Son jóvenes que fueron sentenciados a cadena perpetua cuando aún eran menores. Cumplen sus penas sin posibilidad de libertad condicional. Estados Unidos es el único país del mundo donde esto sigue ocurriendo, porque, aunque algunas otras naciones lo contemplen, no es algo que se suela llevar a la práctica.

Por lo menos, la pena de muerte ya no se le aplica a los menores en EE.UU. -se prohibió hace sólo 11 años- y ahora se está tratando de dar pasos para eliminar definitivamente la cadena perpetua si los infractores son condenados antes de cumplir la mayoría de edad. De hecho, como describe el informe NO HOPE: Re-Examining Lifetime Sentences for Juvenile Offenders (SIN ESPERANZA: reexaminando la cadena perpetua para menores delincuentes), ese tipo de sentencia ya no se aplica en 15 estados, estando prohibida en 9 de ellos.

El año 2012 fue clave en este sentido. Tuvo lugar el caso Miller contra Alabama, a partir del cual la Corte Suprema estableció la inconstitucionalidad de dictaminar de forma obligatoria la sentencia de por vida sin libertad condicional a menores que hubieran cometido homicidio. A partir de entonces, se tiene que estudiar cada caso de forma individual y determinar si procede o no la aplicación de una pena tan dura. En 2016, gracias a la sentencia Montgomery contra Louisiana, esta decisión se aplica de forma retroactiva. Es decir, todas las personas condenadas a cadena perpetua cuando eran menores tienen derecho a pedir una revisión para determinar si la pertinencia de la ley se ajusta a su caso.

Es la historia de gente como Kenneth Young, plasmada en un documental de National Geographic, aunque hay miles más. Kenneth cometió los delitos cuando tenía entre 14 y 15 años. De hecho, él estaba presente en la escena del crimen y colaboró en los actos, pero no fue el principal ejecutor. Ese papel lo llevó a cabo Jacques Bethea, diez años mayor que él. Un fenómeno que se repite de forma habitual en los casos en los que menores son condenados a penas de este tipo; suelen cometer los delitos acompañando a mayores de edad que les dan las órdenes.

Kenneth vivía en Florida -uno de los estados donde más condenas de este tipo se registran-, con su hermana y su madre, adicta al crack. Según cuenta en el documental, seguía las órdenes de Jacques -el camello de su madre- porque le había amenazado con hacerle daño a ella. Pero nada de eso se tuvo en cuenta en el momento en el que se le juzgó y se le terminó condenando a cuatro cadenas perpetuas por diferentes delitos. Después de la sentencia Miller contra Alabama, la defensa de Kenneth pudo pedir la revisión de su caso y logró que se le rebajase la pena. Lo cierto es que aún le quedan muchos años en prisión, pero, por lo menos, no estará allí de por vida.

Kenneth pertenece a la comunidad negra, un colectivo que, según la estadística, es mucho más propicio a las detenciones y, por tanto, a recibir este tipo de sentencias. De hecho, según datos de Phillips Black, una firma legal estadounidense sin ánimo de lucro, desde 1992 hasta ahora, los menores negros arrestados por homicidio tenían el doble de posibilidades de ser condenados a cadena perpetua sin libertad condicional que sus homólogos de raza blanca. Además, el 80% de las personas cumpliendo este tipo de condenas en Pennsylvania por delitos que cometieron cuando eran menores, es de color.

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Para ponernos en situación

En 2015, cerca de un 20% de los menores -1 de cada 5- en EE.UU. tenía ingresos inferiores al umbral de pobreza. Es decir, la unidad familiar -cuatro miembros- ingresaba al año menos de 24 000 dólares. Entre 2012 y 2013, el National Center on Family Homelessness (Centro Nacional de Familias Sin Hogar), detectaba que 1,6 millones de niños viven en la calle a lo largo de un año.

Y las cifras se ponen más crudas: según un informe sobre el maltrato a menores en 2014, elaborado por instituciones oficiales de EE.UU., 1923 menores son abusados sexualmente o abandonados diariamente.

Teniendo en cuenta el panorama que dibujan estos datos y los estudios científicos que confirman que el cerebro de los adultos es diferente al de los niños, parece evidente que un menor, en el ámbito penal, no debería ser tratado como un adulto. Hay que castigarle por sus actos, claro, pero también debe tenerse en cuenta todos los detalles que conforman cada historia para poder entender qué ha podido llevar a un niño, a un adolescente, a cometer un delito grave. Así, la justicia poder decidir, de forma individualizada, cuál es la mejor manera de conseguir su rehabilitación y posterior reinserción en la sociedad.

Fuente: http://nalgasylibros.com/la-realidad-de-los-ninos-condenados-a-cadena-perpetua-en-estados-unidos/

Imagen: nalgasylibros.com/wp-content/uploads/2016/11/nino-condenado-a-cadena-perpetua.jpg

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Del fuego a las brasas

Urge tener establecimientos adecuados de refugio para la niñez.

Del fuego a las brasas

Las condiciones de vida para unas tres cuartas partes de la población guatemalteca han descendido de manera sostenida desde hace unas 3 décadas. Este fenómeno ha condenado a la pobreza a más de la mitad de las familias y se debe a la corrupción rampante de sus autoridades, baja ejecución de planes de desarrollo cuando los hay, generalizado clientelismo en la asignación de puestos, pero sobre todo el saqueo sistemático de una riqueza cuya envergadura es aún desconocida.

El sistema bajo cuyas normas se desarrolla la vida financiera, política y social del país parece haber sido diseñado con el fin de mantener en necesidad extrema a una gran masa poblacional, a la cual un salario de hambre le resulte una bendición divina en comparación con el desempleo. En este contexto las familias sobreviven gracias al esfuerzo combinado de todos sus miembros en condiciones de extrema necesidad, lo cual repercute en un ambiente poco propicio para su desarrollo integral.

Sumado a esto, la falta de oportunidades en educación, empleo, salud y vivienda dignas contribuye de manera poderosa a provocar la eclosión familiar y un clima de violencia cuyas consecuencias se pueden observar en las elevadas cifras de denuncias de feminicidio, abandono del hogar, violaciones, incesto y ruptura de los lazos familiares. Como uno de sus efectos más graves, el abandono de las nuevas generaciones en busca de satisfacer sus carencias vitales en la calle, en las maras o emigrando hacia la peligrosa ruta del norte.

En este contexto insano y degradante viven miles de niñas y niños relegados, violentados y forzados a soportar toda clase de carencias vitales. Entonces es cuando se requiere de un sistema de rescate –desde un Estado cuyas características lo han convertido en el principal responsable del problema- con el fin de proveer a esta niñez en crisis de una solución a la medida de sus necesidades en educación, alimentación, recreación, atención en salud mental y física para garantizarles un desarrollo adecuado.

Este sistema aparentemente ideal, cuyo costo de operación figura en el presupuesto del Estado,  en la realidad se ha convertido en una amenaza para la integridad de esos niños, niñas y adolescentes necesitados de protección. Salidos de un ambiente muchas veces degradante y de alto riesgo para su integridad física y psicológica, han ido a dar a verdaderas cárceles de castigo en donde se siguen violando sus derechos. Es el drama constante de ser menor de edad en un país en donde la niñez es la última de las prioridades y en donde para llamar la atención sobre un problema tan grave como la trata de personas, es preciso hacer un escándalo mediático para que las autoridades le presten atención.

Otro tanto sucede con las mujeres violentadas en sus derechos a la vida, a la integridad física, a la libertad. Es tan elevado el nivel de violencia contra ellas que ya se considera parte de la costumbre, se acepta el odio de género hasta el extremo del desmembramiento como algo que les sucede a otras personas menos afortunadas, no algo a lo cual existe la obligación humana de denunciar alto y claro porque es inadmisible, porque no puede seguir sucediendo.

Las niñas, niños y adolescentes recluidos en hogares de rescate no son parias, son seres humanos con derechos. Tratarlos como a tales es obligación del Estado, porque la falta de principios del sector político, cuyos miembros han sentado sus reales en la administración pública, les ha robado la posibilidad de vivir una vida libre de amenazas y con oportunidades de progreso. La deuda con la sociedad está pendiente y debe pagarla en sus nuevas generaciones.

Fuente: http://www.telesurtv.net/bloggers/Del-fuego-a-las-brasas-20161107-0003.html

Imagen: 4bp.blogspot.com/-TBf56DjmfK8/TbcADadfNpI/AAAAAAAAAEo/XWWQeMObzsI/s1600/Ni%25C3%25B1os+escuchando+la+charla.JPG

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Libro: Reflexiones sobre formulación de política pública de infancia y adolescencia en Colombia

Edna Marisol Rodríguez Quesada. [Autora]
Colección Red de Posgrados en Ciencias Sociales.
ISBN 978-987-722-107-7
CLACSO.
Buenos Aires.
Marzo de 2015

A partir de la experiencia de acompañamiento en formulación de política a 15 departamentos, se plantea una reflexión dirigida a cinco aspectos claves: 1) El reconocimiento de niñas, niños y adolescentes como sujetos de derecho en contextos de exclusión, abuso e inequidad; 2) El imperativo de que niñas, niños y adolescentes estén con/en familia a pesar de que no existe una política de familia; 3) El reto de garantizar los derechos de infancia/adolescencia en una sociedad con problemas estructurales de pobreza; 4) Participación, incidencia y voluntad política versus corrupción; 5) El difícil diálogo entre lo local-territorial-cultural versus lo nacional. En tal sentido, el mayor reto es generar procesos de formulación de política pública contextualizados local, cultural y territorialmente.
Descarga: http://biblioteca.clacso.edu.ar/clacso/posgrados/20150925050347/Rodriguez_Final_Paz.pdf
Fuente: http://www.clacso.org.ar/libreria-latinoamericana/libro_detalle.php?orden=&id_libro=1016&pageNum_rs_libros=19&totalRows_rs_libros=1124
Imagen: www.clacso.org.ar/clacso/novedades_editoriales/img_tapas/1016_Tapa.gif
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Panamá: Decenas de miles de estudiantes han dejado las aulas en seis años en Panamá

Panamá / 02 de noviembre de 2016 / Fuente: http://www.tvn-2.com/

Casi cien mil estudiantes han dejado las aulas antes de tiempo en los últimos seis años. La cifra no la ha contenido ni siquiera el subsidio de la Beca Universal, aumentado hace dos años.

El Ministerio de Educación cree que hay problemas mayores detrás: los núcleos familiares son débiles, hay pobreza y embarazos precoces. La mayor parte de las niñas que tienen un hijo no vuelve a pisar un salón de clases.

“Muchas veces ese querer aprender se nos torna cuesta arriba cuando hay elementos como esos. En el caso de los embarazos precoces han ido en aumento en Panamá Oeste, Colón y David”, dice Mario Rodríguez, director de Educación del Meduca.

El mayor nivel de deserción ocurre en la premedia, y las áreas con más bajas son Panamá Centro, Panamá Oeste, Chiriquí y Veraguas, aseguran informes del Meduca.

En 2014, 19,621 niños no fueron más a clases y en 2015 20,653 hizo lo mismo.

Pero el Meduca espera, de todos modos, que la Beca Universal tarde que temprano se convierta en un aliciente.

“Ojalá que este año impacte y se pueda decir que uno de sus beneficios ha sido bajar la deserción escolar”, se esperanza Rodríguez.

El Instituto de Formación y Aprovechamiento de los Recursos Humanos (Ifarhu) destina $170 millones para el pago de este subsidio.

Fuente noticia: http://www.tvn-2.com/nacionales/educacion/Decenas-estudiantes-dejado-aulas-Desercion-escolar-Educacion-Panama_0_4610538993.html

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Guatemala: Refugiados esperan solución del Estado

Centro América/Guatemala/1 de noviembre de 2016/Fuente: http://kaosenlared.net/

El Gobierno tiene en el olvido a unas 540 personas. Pese a la firma de los acuerdos de paz, hace casi 20 años, este grupo sigue en México. (Foto Prensa Libre: Mike Castillo).

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Representantes de las 91 familias guatemaltecas que permanecen en Chiapas, México, donde se refugiaron por el conflicto armado interno, señalaron de falsa la promesa del Gobierno de Guatemala de repatriarlos y asentarlos en una finca ubicada en Chiquipur, Chisec, Alta Verapaz, la cual sería adquirida por el Estado a un costo de Q19 millones.

El 26 de junio de este año, Prensa Libre dio a conocer la situación de pobreza en que viven las personas que en 1982 abandonaron sus hogares en Nentón, Huehuetenango, por la incursión del Ejército, según recuerdan los afectados, que viven en La Trinidad, Chiapas.

Este es el último grupo de refugiados, 20 años después de la firma de los acuerdos de paz, y son originarios de Yalambojoch, Yushquén, El Aguacate y Yalcastán, Nentón.

Sebastián Tórrez Tórrez, presidente de la Asociación Yalcastán para el Desarrollo Guatemalteco (Aydeg), informó que desde el 2013 iniciaron el proceso para regresar, pero sus tierras fueron ocupadas, por lo que el Gobierno formó una mesa técnica para negociar la compra de una finca.

La mesa técnica la integran entidades como el Fondo de Tierras, la Secretaría de Asuntos Agrarios de la Presidencia, la Comisión de Diálogo de la Presidencia y representantes de los refugiados.

“Al principio se hizo una reunión en la frontera, en la que el Ministerio de Finanzas nos presentó la propuesta de comprar una finca en Alta Verapaz, pero a la fecha no hay más información”, lamentó Tórrez.

El líder de los refugiados agregó que en el acuerdo se estableció que en octubre se realizaría la compra y entre febrero y marzo del próximo año retornarían las 91 familias, al menos 540 personas.

Advirtió de que si el Gobierno no da una respuesta, será responsable de un enfrentamiento con familias que el Fondo de Tierras instaló en sus terrenos.

“Las personas ya no soportan las condiciones en las cuales viven. Nosotros conocemos nuestros derechos y las leyes nos amparan. Vamos a llevar el caso a la Corte Interamericana de Derechos Humanos (CIDH) para que nos ayude a recuperar las tierras”, resaltó.

“Tenemos la esperanza de regresar a Guatemala. Estamos cansados de tantos años de espera y de engaños”, añadió Tórrez.

Promete resolver

Ramón Aguilar, presidente de la Comisión Nacional de Resarcimiento (CNR), encargada de desembolsar los Q19 millones para la compra de la finca, dijo que esta no se concretó debido a la falta de presupuesto, pero prometió atender la demanda en el 2017.

“Creo que se va resolver hasta el próximo año. El gobierno de Jimmy Morales no puede solucionar algo de un plumazo. Las autoridades anteriores no pudieron arreglar nada”, señaló.

Jéssica Ramírez, defensora de la Población Desarraigada y Migrante de la Procuraduría de los Derechos Humanos (PDH), expuso en una entrevista que el Estado debe cumplir el compromiso asumido de comprar las tierras y garantizar la repatriación de los refugiados. “El Gobierno debe evitar un conflicto entre las comunidades”, expresó.

El Programa Nacional de Resarcimiento solo tiene Q25 millones de presupuesto este año, y según el borrador para la asignación del 2017, recibiría Q50 millones.

Fuente: http://kaosenlared.net/guatemala-mexico-refugiados-esperan-solucion-del-estado/

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