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África: 3 de Julio de 2016 El drama de los chicos excluidos de la educación

África/ Julio de 2016/La Capital

En el mundo son más de 260 millones los niños, niñas y jóvenes que todavía permanecen fuera de la escuela.

En el mundo más de 260 millones de niños, niñas y jóvenes están aún fuera de la escuela. Las nenas son las que corren con mayor desventaja. Desde la Unesco instan a los gobiernos a garantizar políticas inclusivas para alcanzar la meta mundial de llegar a 2030 con todos los chicos aprendiendo en las aulas.

Unos 263 millones de niños y jóvenes, cifra equivalente a la cuarta parte de la población de Europa, no están escolarizados, según nuevos datos del Instituto de Estadística de la Unesco. La cifra total incluye 61 millones de niños en edad de cursar la educación primaria (6-11 años), 60 millones en edad de cursar el primer ciclo de secundaria (12-14 años) y, por primera vez, la estimación de los jóvenes en edad de cursar el segundo ciclo de educación secundaria (15-17 años), que ascienden a 142 millones.

Estos datos se presentan en un nuevo documento publicado conjuntamente por el Instituto de Estadística de la Unesco y el Informe de Seguimiento de la Educación en el Mundo. «Los países han prometido que, para 2030, todos los niños podrán cursar la educación primaria y secundaria. Estos nuevos datos muestran la ardua labor que tenemos por delante para alcanzar este objetivo», afirmó la directora general de la Unesco, Irina Bokova, quien agregó: «Debemos centrarnos en la inclusión desde la edad más temprana y durante el ciclo completo de aprendizaje, en las políticas destinadas a eliminar las barreras en cada etapa, prestando especial atención a las niñas, que siguen encontrándose en una situación de mayor desventaja».

La región más excluida

De todas las regiones del mundo, el Africa Subsahariana es la que tiene los índices más altos de exclusión. Más de una quinta parte de los niños de edades comprendidas entre los 6 y los 11 años no están escolarizados, seguidos por una tercera parte de los jóvenes de entre 12 y 14 años. De acuerdo con los datos del Instituto de Estadísticas de la Unesco, casi el 60% de los jóvenes de entre 15 y 17 años no asiste a la escuela. Un obstáculo importante para alcanzar la meta son las disparidades que siguen existiendo en lo que respecta a la participación en la educación y que tienen que ver con el sexo, la ubicación y los recursos económicos.

Los conflictos armados constituyen otra importante barrera a la educación. En todo el mundo, el 35% del total de los niños no escolarizados en edad de cursar la educación primaria (22 millones), el 25% de los adolescentes en edad de cursar el primer ciclo de secundaria (15 millones) y el 18% de los jóvenes sin escolarizar en edad de cursar el segundo ciclo de secundaria (26 millones) viven en zonas afectadas por conflictos.

En general, los jóvenes de más edad (15-17 años) tienen cuatro veces más probabilidades de no estar escolarizados que los niños de edades comprendidas entre los 6 y los 11 años. Esto se debe en parte a que la educación primaria y el primer ciclo de la educación secundaria son obligatorios en casi todos los países, mientras que el segundo ciclo de secundaria no lo es. Al mismo tiempo, esos jóvenes suelen tener la edad legal para trabajar. Muchos de ellos no disponen de más opción, mientras que otros intentan combinar la asistencia a la escuela con el empleo.

Diferencias de género

Las niñas tienen más probabilidades que los niños de no asistir nunca a la escuela, pese a todos los esfuerzos realizados y los avances logrados en las dos últimas décadas. De acuerdo con los datos aportados por Unesco, 15 millones de niñas en edad de cursar la educación primaria no tendrán nunca la oportunidad de aprender a leer ni a escribir en la escuela primaria, en comparación con 10 millones de niños. Más de la mitad de esas niñas (9 millones) vive en el Africa Subsahariana.

La pobreza constituye un obstáculo adicional para las niñas. De acuerdo con los análisis que figuran en el Informe de Seguimiento, en Africa Septentrional y Asia Occidental, las diferencias son aún mayores entre la población más pobre de la región: solo 85 niñas por cada 100 niños en edad de cursar el primer ciclo de educación secundaria asisten a la escuela. Entre los que tienen edad de cursar el segundo ciclo de secundaria, solo 77 de las niñas más pobres por cada 100 de los niños más pobres asisten a la escuela.

Fuente: http://www.lacapital.com.ar/el-drama-los-chicos-excluidos-la-educacion-n1195536

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India: Almuerzos calientes atraen a los niños pobres a las escuelas

India/Julio de 2o16/Azteca  Noticias

De 100 niños que ingresan a la escuela, en la India, a la hora de concretar los estudios, sólo el 30% permanece, así lo indicó Madhu Pandit Dasa, al detallar que al otro 70% los padres lo dan de baja.

El Presidente Fundador de Akshaya Patra, aseguró, para La Era de las Definiciones, que el principal motivo de esta deserción es la pobreza de los padres, pues su ingreso es de 50 dólares al mes, y a veces tienen familias de 5 integrantes.

Sin embargo, la situación ha cambiado en los últimos años, ya que los niños van a la escuela por los almuerzos calientes, pues para muchos de ellos esa es la comida principal de su día y gracias a eso pueden seguir con sus estudios.

Akshaya Patra también ha introducido programas en los que” lleva a los maestros en vacaciones a buenas instituciones urbanas, para capacitarlos con pedagogía moderna, y a buenos institutos de inglés, para que aprendan a enseñarlo”.

Fuente: http://www.aztecanoticias.com.mx/notas/internacional/255951/almuerzos-calientes-atraen-a-los-ninos-pobres-a-las-escuelas

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Africa: El drama de los chicos excluidos de la educación

Africa/23 juio 2016/Fuente: La Capital

En el mundo son más de 260 millones los niños, niñas y jóvenes que todavía permanecen fuera de la escuela.

En el mundo más de 260 millones de niños, niñas y jóvenes están aún fuera de la escuela. Las nenas son las que corren con mayor desventaja. Desde la Unesco instan a los gobiernos a garantizar políticas inclusivas para alcanzar la meta mundial de llegar a 2030 con todos los chicos aprendiendo en las aulas.

Unos 263 millones de niños y jóvenes, cifra equivalente a la cuarta parte de la población de Europa, no están escolarizados, según nuevos datos del Instituto de Estadística de la Unesco. La cifra total incluye 61 millones de niños en edad de cursar la educación primaria (6-11 años), 60 millones en edad de cursar el primer ciclo de secundaria (12-14 años) y, por primera vez, la estimación de los jóvenes en edad de cursar el segundo ciclo de educación secundaria (15-17 años), que ascienden a 142 millones.

Estos datos se presentan en un nuevo documento publicado conjuntamente por el Instituto de Estadística de la Unesco y el Informe de Seguimiento de la Educación en el Mundo. «Los países han prometido que, para 2030, todos los niños podrán cursar la educación primaria y secundaria. Estos nuevos datos muestran la ardua labor que tenemos por delante para alcanzar este objetivo», afirmó la directora general de la Unesco, Irina Bokova, quien agregó: «Debemos centrarnos en la inclusión desde la edad más temprana y durante el ciclo completo de aprendizaje, en las políticas destinadas a eliminar las barreras en cada etapa, prestando especial atención a las niñas, que siguen encontrándose en una situación de mayor desventaja».

La región más excluida

De todas las regiones del mundo, el Africa Subsahariana es la que tiene los índices más altos de exclusión. Más de una quinta parte de los niños de edades comprendidas entre los 6 y los 11 años no están escolarizados, seguidos por una tercera parte de los jóvenes de entre 12 y 14 años. De acuerdo con los datos del Instituto de Estadísticas de la Unesco, casi el 60% de los jóvenes de entre 15 y 17 años no asiste a la escuela. Un obstáculo importante para alcanzar la meta son las disparidades que siguen existiendo en lo que respecta a la participación en la educación y que tienen que ver con el sexo, la ubicación y los recursos económicos.

Los conflictos armados constituyen otra importante barrera a la educación. En todo el mundo, el 35% del total de los niños no escolarizados en edad de cursar la educación primaria (22 millones), el 25% de los adolescentes en edad de cursar el primer ciclo de secundaria (15 millones) y el 18% de los jóvenes sin escolarizar en edad de cursar el segundo ciclo de secundaria (26 millones) viven en zonas afectadas por conflictos.

En general, los jóvenes de más edad (15-17 años) tienen cuatro veces más probabilidades de no estar escolarizados que los niños de edades comprendidas entre los 6 y los 11 años. Esto se debe en parte a que la educación primaria y el primer ciclo de la educación secundaria son obligatorios en casi todos los países, mientras que el segundo ciclo de secundaria no lo es. Al mismo tiempo, esos jóvenes suelen tener la edad legal para trabajar. Muchos de ellos no disponen de más opción, mientras que otros intentan combinar la asistencia a la escuela con el empleo.

Diferencias de género

Las niñas tienen más probabilidades que los niños de no asistir nunca a la escuela, pese a todos los esfuerzos realizados y los avances logrados en las dos últimas décadas. De acuerdo con los datos aportados por Unesco, 15 millones de niñas en edad de cursar la educación primaria no tendrán nunca la oportunidad de aprender a leer ni a escribir en la escuela primaria, en comparación con 10 millones de niños. Más de la mitad de esas niñas (9 millones) vive en el Africa Subsahariana.

La pobreza constituye un obstáculo adicional para las niñas. De acuerdo con los análisis que figuran en el Informe de Seguimiento, en Africa Septentrional y Asia Occidental, las diferencias son aún mayores entre la población más pobre de la región: solo 85 niñas por cada 100 niños en edad de cursar el primer ciclo de educación secundaria asisten a la escuela. Entre los que tienen edad de cursar el segundo ciclo de secundaria, solo 77 de las niñas más pobres por cada 100 de los niños más pobres asisten a la escuela.

Fuente: http://www.lacapital.com.ar/el-drama-los-chicos-excluidos-la-educacion-n1195536

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UNICEF: Estado Mundial de la Infancia 2016. Una oportunidad para aprender

Unicef/21 julio 2016/Fuente: Unicef

Las vidas y el futuro de millones de niños están en peligro. Debemos tomar una decisión: invertir en los niños que están quedando marginados o enfrentar las consecuencias de un mundo aun más dividido e injusto.

 Introducción

Una oportunidad justa

Todos los niños y las niñas tienen derecho a una oportunidad justa en la vida. Sin embargo, millones de niños en todo el mundo están atrapados en un ciclo intergeneracional de desventaja que pone en riesgo sus futuros y el futuro de sus sociedades. 

Una niña se esconde debajo de la mesa familiar, Bangladesh

Es una tarde típica de viernes en la ciudad y Amena ha preparado para su familia arroz, dal, verduras guisadas, calabaza, curry de pollo y pescado, los platos preferidos de su hija Hafsa. Sin embargo, la niña no desea cenar con los adultos; prefiere salir a jugar. Y mientras lo hace, se esconde bajo la mesa para no tener que comer sus verduras. En algún momento, Amena se da por vencida, no sin antes asegurarse de que su hija beba toda su leche antes de salir a jugar con los niños de la vecindad.

Esta familia de cinco personas tiene muchas limitaciones. El alquiler de su modesto departamento de dos habitaciones en la ciudad, alrededor de 64 dólares mensuales, es un tercio de los ingresos combinados del padre y el abuelo de Hafsa. Pero es suficiente para brindar a la niña un entorno acogedor y protector. La habitación que Amena comparte con su esposo también sirve de cuarto de juegos: del techo cuelgan coloridos adornos y una gran cantidad de animales de peluche están organizados en una esquina. Amena solo estudió hasta octavo grado, pero hace todo lo posible para que su hija crezca en un ambiente estimulante. Todas las noches, antes de irse a dormir, recitan el alfabeto en bengalí e inglés, con el objeto de que Hafsa pueda empezar su etapa escolar con algunos conocimientos.

La situación de esta niña no tiene nada de excepcional o inusual. Sencillamente, disfruta los derechos básicos de todos los niños y las niñas: seguridad, salud, juego y educación.

Debido a su raza, origen étnico, género, lugar de nacimiento, o al hecho de sufrir de alguna discapacidad o de vivir en medio de la pobreza, millones de niños y niñas en todo el mundo se ven privados de estos derechos y de lo que necesitan para crecer sanos y fuertes.

Un círculo vicioso de desventajas

En el campo, Rexona Begum almuerza con arroz y patatas al curry con sus hijas Moriom y Sumiya, de 6 y 5 años, respectivamente.

A diferencia de Amena, Rexona no tiene que insistir a sus hijas para que coman. Las niñas no dejan nada en sus platos y, cuando terminan, Moriom se dirige al charco musgoso contiguo a su choza de barro para lavar el plato que acaba de utilizar.

 Una mujer come el almuerzo con sus hijas, Bangladesh

Hace poco, a Sumiya le diagnosticaron malnutrición en la clínica local. Para Rexona era evidente que sus hijas no estaban bien. De hecho, su corta estatura, su delgadez y falta de vitalidad eran motivo de preocupación para ella. Las niñas no se veían “sanas y robustas”, como decía refiriéndose a las hijas de los vecinos.

Parte del problema es que la familia no tiene fácil acceso al agua salubre. El grifo más cercano queda a un kilómetro de distancia y, hasta hace poco tiempo, solo proporcionaba agua sin filtrar. Como resultado, Moriom y Sumiya han sufrido varios episodios de diarrea que han complicado los efectos de la malnutrición. Si Sumiya no mejora, podría presentar retraso en el crecimiento, con consecuencias irreversibles en su desarrollo físico y cognitivo.

Por recomendación de la clínica, Rexona ya empezó a incluir más verduras en sus platos, y a menudo utiliza las hortalizas de hoja verde que sus vecinas desechan. También compró cinco gallinas para que sus hijas coman huevos. Pero no cuenta con los recursos para seguir muchas de las recomendaciones sobre nutrición que le ha hecho la clínica.

Rexona se esfuerza para satisfacer las necesidades de sus hijas. Cuando no está cuidándolas, trabaja en otros hogares limpiando pisos o esparciendo barro fresco en las paredes exteriores. Sin embargo, no tiene la capacidad para cubrir muchas necesidades básicas. Y ni siquiera los ingresos de su esposo y su hijo, que trabajan como jornaleros, alcanzan para comprar productos esenciales como carne, pescado o huevos.

La pobreza que impide a Rexona alimentar adecuadamente a sus hijas ha limitado sus posibilidades desde que era niña. Ella creció en el seno de una familia pobre y solo pudo estudiar hasta cuarto grado. Su esposo, aún más pobre, nunca asistió a la escuela. Él ha estado trabajando desde pequeño para ayudar a su familia. A pesar de todas las carencias, Rexona dice que esta época es mejor que cuando ella estaba creciendo. “Nuestras vidas eran más difíciles. No teníamos tantas oportunidades como ahora”.

Gráfico sobre inequidad, Estado Mundial de la Infancia 2016

Rexona tiene sueños modestos para sus hijos. “Quiero que se eduquen y que sean buenos seres humanos”, dice. “Si puedo, les ayudaré a que terminen sus estudios escolares”. Pero duda de que su esposo y ella puedan proporcionarles este derecho básico. Su hijo, de 15 años, ya trabaja como jornalero a tiempo completo. Incluso con los ingresos de tres personas, Rexona y su esposo tienen que esforzarse al máximo para brindar a sus hijos lo básico: un comienzo saludable en la vida, una nutrición adecuada y una educación. Pero si su familia no obtiene ayuda adicional, sus hijas posiblemente heredarán las privaciones con las que ella y su marido crecieron y, a su vez, transmitirán esas privaciones a sus propios hijos.

Ellos se convertirán en parte de un círculo vicioso e intergeneracional que restringe las oportunidades de los niños y las niñas, profundiza las desigualdades y amenaza a todas las sociedades.

Atrapados en un ciclo de desventajas, los niños de los hogares más pobres, como Sumiya, corren un alto riesgo de enfermarse, pasar hambre, no aprender a leer ni escribir, y vivir en condiciones de pobreza, debido a factores totalmente fuera de su control. Estos niños tienen casi el doble de probabilidades de morir antes de cumplir 5 años y, en muchos casos, más del doble de probabilidades de presentar retraso en el crecimiento que los niños de los hogares más ricos. También tienen muchas menos probabilidades de completar el ciclo escolar, lo que significa que quienes logran superar este precario comienzo encuentran pocas oportunidades para romper con la pobreza de sus padres y determinar sus propios futuros.

La decisión de romper el círculo

Niños en una escuela pre-primaria, Bangladesh

Este círculo vicioso no es inevitable. Podemos tomar la decisión de modificarlo. Existen estrategias comprobadas para llegar a las personas de más difícil acceso y expandir sus oportunidades. Cuando los gobiernos orientan hacia los niños más desfavorecidos sus políticas, sus programas y sus prioridades en materia de gasto público, contribuyen a transformar las vidas de estos niños y sus sociedades. Pero cuando no dedican especial atención a solucionar las necesidades de las personas más marginadas, corren el riesgo de que las desigualdades se perpetúen por generaciones.

A nivel mundial, los niños constituyen cerca de la mitad de los casi 900 millones de personas que viven con menos de 1,90 dólares por día. Sus familias luchan para brindarles la atención básica de la salud y la nutrición que requieren para tener un buen comienzo en la vida. Estas privaciones dejan huellas irreversibles; en 2014, alrededor de 160 millones de niños presentaban retraso en el crecimiento.

A pesar de los notables progresos en matriculación escolar en muchas partes del mundo, el número de niños de 6 a 11 años que no asisten a la escuela ha aumentado desde 2011. De acuerdo con datos de 2013, aproximadamente 124 millones de niños y adolescentes se encontraban desescolarizados, y dos de cada cinco niños dejaban la escuela primaria sin haber aprendido a leer y escribir, y sin las nociones básicas de aritmética. La prolongación excesiva de los conflictos agrava este problema. Casi 250 millones de niños viven en países y zonas afectados por conflictos armados, y millones más soportan los peores efectos de los desastres asociados con el clima y las crisis crónicas.

Esto no tiene por qué ser así.

Modificando las prioridades y dedicando mayores esfuerzos e inversiones a los niños que afrontan los más graves problemas, los gobiernos y los asociados en el desarrollo pueden lograr que todos los niños y las niñas –incluyendo a los que han nacido en medio de la pobreza, como Sumiya– tengan una oportunidad justa para alcanzar su pleno potencial y un futuro determinado por ellos mismos.

Fuente: http://www.unicef.org/spanish/sowc2016/

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¨El modelo económico global está fracasando¨

Por Bernie Sanders

¡Qué sorpresa! Los trabajadores en el Reino Unido, muchos de los cuales han visto cómo ha disminuido su estándar de vida mientras los más ricos de su país se vuelven más ricos, le han dado la espalda a la Unión Europea y a una economía globalizada que les está fallando a ellos y a sus hijos.

No solo los británicos están sufriendo. Esa economía cada vez más globalizada, establecida y mantenida por la élite económica del mundo, le está fallando a la gente en todas partes. Por más increíble que parezca, las 62 personas más ricas del planeta tienen tanta riqueza como la mitad más pobre de la población mundial, cerca de 3 mil millones de personas. El uno por ciento ahora posee más riqueza que el resto del 99 por ciento. Los muy muy ricos disfrutan lujos inimaginables mientras miles de millones de personas sufren pobreza extrema, desempleo y carecen de educación, vivienda, agua potable y seguridad social adecuada.

¿Este rechazo al estado actual de la economía global podría darse en Estados Unidos? Por supuesto que sí.

Durante mi campaña para la nominación presidencial del Partido Demócrata visité 46 estados. Lo que vi y lo que escuché demasiadas veces fueron las dolorosas realidades que pasan desapercibidas por la élite política y los medios.

En los últimos 15 años, han cerrado cerca de 600.000 fábricas en el país y han desaparecido más de 4,8 millones de trabajos de manufactura bien pagados. Gran parte de este problema está relacionado con acuerdos comerciales desastrosos que animan a las corporaciones a mudarse a países con salarios más bajos.

A pesar del gran aumento en la productividad, la media de los hombres trabajadores en Estados Unidos gana hoy 726 dólares menos que en 1973, mientras que la media de mujeres trabajadoras gana 1154 dólares menos que en 2007, después de ajustar la inflación.

Cerca de 47 millones de estadounidenses viven en la pobreza. Unos 28 millones no tiene seguro médico y muchos otros tienen malos seguros. Millones de personas están luchando con niveles escandalosos de deuda estudiantil. Tal vez por primera vez en la historia moderna, nuestra generación más joven probablemente tendrá un estándar de vida menor que el de sus padres. Aún más alarmante: millones de estadounidenses con una educación deficiente tendrán una esperanza de vida menor que la generación previa pues sucumben ante la desesperación, las drogas y el alcohol.

Mientras tanto, en nuestro país el uno por ciento más rico ahora tiene casi tanta riqueza como el 90 por ciento de los más pobres. Cincuenta y ocho por ciento de todo el nuevo ingreso se está yendo hacia ese uno por ciento. Wall Street y los multimillonarios, mediante sus “super-PAC” (Comités de Acción Política), pueden comprar elecciones.

En mi campaña, hablé con trabajadores incapaces de ganarse la vida con apenas 8 o 9 dólares la hora; jubilados que sufren para comprar la medicina que necesitan aunque reciben 9000 dólares al año en seguridad social; jóvenes que no pueden pagar la universidad. También visité a ciudadanos estadounidenses de Puerto Rico, donde el 58 por ciento de los niños vive en la pobreza y solo un poco más del 40 por ciento de la población adulta tiene un trabajo o está buscando uno.

Hablemos claro: la economía global no está funcionando para la mayoría de las personas en nuestro país ni en el mundo. Este es un modelo económico que desarrolló la élite económica para beneficiar a la élite económica.

Necesitamos un cambio verdadero.

Pero no necesitamos un cambio con base en la demagogia, la intolerancia y el sentimiento antiinmigrante que tanto ha prevalecido en la retórica de la campaña de la salida de la Unión Europea, y que es fundamental en el mensaje de Donald Trump.

Necesitamos a un presidente que apoye vigorosamente la cooperación internacional que estrecha lazos entre la gente a nivel global, que reduzca el hipernacionalismo y disminuya la posibilidad de una guerra. También necesitamos a un presidente que respete los derechos democráticos de las personas y que luche por una economía que proteja los intereses de los trabajadores y no solo los de Wall Street, las empresas farmacéuticas y otros intereses especiales.

Fundamentalmente, necesitamos rechazar nuestras políticas de “libre mercado” y movernos hacia un mercado justo. Los estadounidenses no tendrían que competir contra trabajadores en países que pagan sueldos bajos y que ganan centavos por hora. Debemos tumbar el Acuerdo Transpacífico. Debemos ayudar a los países pobres a desarrollar modelos económicos sostenibles.

Necesitamos acabar con el escándalo internacional en el que las grandes corporaciones y los más ricos no pagan billones de dólares en impuestos a sus gobiernos nacionales.

Necesitamos crear decenas de millones de trabajos a nivel mundial, combatiendo el cambio climático global y transformando el sistema energético mundial para que se elimine el uso de combustibles fósiles.

Necesitamos un esfuerzo internacional para disminuir el gasto militar en el mundo y abordar las causas de las guerras: la pobreza, el odio, la desesperanza y la ignorancia.

La noción de que Donald Trump podría beneficiarse de las mismas fuerzas que promovieron la salida del Reino Unido de la Unión Europea debería prender una alarma en el Partido Demócrata en Estados Unidos. Millones de votantes estadounidenses, como los ingleses que apoyaban el brexit, se sienten comprensiblemente enojados y frustrados con las fuerzas económicas que están destruyendo la clase media.

Estamos ante un momento clave, donde el Partido Demócrata y el nuevo presidente demócrata necesitan dejar claro que apoyamos a los que están luchando y a los rezagados. Debemos crear economías nacionales y globales que funcionen para todos, no solo para un puñado de billonarios.

*Articulo tomado de: http://www.ecoportal.net/Temas-Especiales/Economia/Bernie-Sanders-El-modelo-economico-global-esta-fracasando

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Reformas en México, blanco de severas críticas por la Iglesia católica

México/19 de Julio 2016/Fuente: http://mundo.sputniknews.com/

Las reformas estructurales en México, emblema del Gobierno del presidente Enrique Peña Nieto (2012-2018), son blanco de severas críticas por la Iglesia católica, en un polémico editorial de la revista Desde la Fe.

En el texto del órgano oficial de la Iglesia católica, titulado «Reformas, un barco que hace agua», la Arquidiócesis Primada de México lamenta el incumplimiento de las promesa de cambios profundos, de fortalecimiento del Estado de Derecho, el sistema democrático y la participación ciudadana para la prosperidad.En cambio, la implementación de las reformas en materia energética, financiera y educativa, entre otras, han convertido al 2016 en el «año del calvario para los mexicanos», dice el texto del semanario que causa escozor en un país donde la participación política de los religiosos ha sido un tabú durante décadas.

Uno de los efectos de la reforma energética es que «se estrangula a millones de consumidores con nuevas alzas en los combustibles y tarifas eléctricas», dice el análisis.

Al inicio del Gobierno actual, mediante acuerdos con la oposición de izquierdas y derechas en el Congreso, bautizados como Pacto por México, «logró un cúmulo de reformas que motivaron los discursos más triunfalistas y atronadores», prosigue la jerarquía eclesiástica.Sin embargo, «la realidad es distinta y apabullante» y las grandilocuentes justificaciones, «contrastan con el crecimiento de la pobreza entre 2012 y 2014, al pasar de 53,3 millones de personas a 55,3 millones», casi la mitad de la población.

Una manifestación después de los enfrentamientos en Oaxaca
© REUTERS/ EDGARD GARRIDO

Además, reseña el bajo crecimiento económico de México «que no supera el 2 por ciento anual»; y que al inicio del presente Gobierno «un dólar valía 12,96 pesos, y hoy alcanza los 19 pesos» una depreciación acumulada de más de 46 por ciento.En cuanto a la Reforma Educativa, los jerarcas católicos señalan la «inestabilidad social» que ha causado su implementación, y que la promesa presidencial de tranquilidad y seguridad, «queda en pura retórica populista».

Asimismo, afirman que los recortes presupuestales para mantener el equilibrio fiscal del gasto público, «amenazan la efectividad de las políticas públicas (…) perjudicando así a los más pobres».

Finalmente, los líderes de la religión que profesan más del 80 por ciento de los mexicanos, apela al mensaje del Papa Francisco que «reprueba la economía sin rostro humano, y denuncia los sistemas neoliberales injustos y corruptos», recordando un mensaje en Palacio Nacional a la clase política en su visita a México en febrero pasado.

Fuente de la Noticia:

http://mundo.sputniknews.com/americalatina/20160718/1062160434/mexico-reformas-iglesia.html

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Argentina: Estudian la forma de mitigar el impacto de la pobreza en el cerebro

Argentina/19 de julio de 2016/Fuente: la nación

Para los especialistas, se necesita un enfoque multidisciplinario.

2015, el 33% de los chicos de los países más pobres no alcanzó el peso correspondiente a su altura, el 16% de las personas no tuvo acceso a agua potable y el 37% no contó con sistemas de saneamiento. Todas estas carencias pueden vulnerar no sólo la salud física, sino también el desarrollo mental de la población.

Aunque tradicionalmente se suele poner el foco en los primeros 1000 días de vida de un chico para medir el impacto de las privaciones, los especialistas coinciden en que las consecuencias de la pobreza pueden vulnerar el desarrollo del cerebro de una persona hasta los 20 años.

En la Argentina, se calcula que entre el 40 y el 60% de los chicos son pobres, según cómo se haga la medición. «La huella de la pobreza condiciona las capacidades de las personas desde la concepción», advierte Sebastián Lipina, director de la Unidad de Neurobiología Aplicada (Cemic-Conicet) y autor de Pobre cerebro (Siglo XXI, 2016).

Sin embargo, aclara, es posible intervenir para mitigar o revertir las consecuencias en el cerebro. «Hay que desarrollar estrategias a medida», afirma.

Algo de esto es lo que intentarán Facundo Manes, rector de la Fundación Favaloro, y Esteban Carmuega, director del Centro de Estudios sobre Nutrición Infantil (Cesni), que acaban de ser convocados por la gobernadora María Eugenia Vidal y trabajarán ad honorem.

«La provincia cuenta con el 40% de los recursos humanos de la Argentina. Es fundamental desarrollar políticas de Estado para proteger los cerebros de nuestra población», afirma Manes, entre cuyos planes figura combinar saberes del área de la nutrición, las neurociencias, la educación y la salud para articular acciones y proyectos.

El estudio científico de la pobreza data de principios del siglo XX, pero el 70% de las publicaciones neurocientíficas sobre este tema corresponde a los últimos 16 años. «Es un problema complejo que no tiene soluciones simples -dice Lipina-. La neurociencia ofrece parte de las respuestas, pero no todas. Hay que trabajar con maestros, epidemiólogos, asistentes sociales y con las propias familias, que en nuestro país vienen reuniendo una amplia experiencia.»

Según el investigador, que estudia este tema desde hace más de dos décadas, no hay soluciones «listas para usar». «Hay que desarrollar estrategias «a medida» -destaca-. Si uno quiere una «bala de plata» tiene que generar equidad, y sobre eso, meritocracia. Pero la meritocracia sin equidad, que es lo que ocurre en toda la región, es inmoral.»

Palabras, caricias, imágenes

Para Mariano Sigman, está claro que diferentes entornos sociales resultan en cerebros completamente distintos. «Una caricia, una palabra, una imagen, las experiencias de la vida dejan una traza en el cerebro -explica-. Esta marca modifica los anhelos, deseos, sueños, la manera de responder a algo. Es decir: lo social cambia el cerebro, y esto a su vez define lo que somos. La pobreza influye en las condiciones sanitarias, el acceso a la cultura… y muchas veces se produce un «efecto inflacionario» similar (sólo como metáfora) a la atrofia muscular: el que hace menos deporte a su vez queda en condiciones aún peores para encararlo en el futuro.»

Distintos estudios en animales y en seres humanos sugieren que las modificaciones que introduce la pobreza en el cerebro son múltiples. En el nivel molecular, está asociada con cambios epigenéticos (en la expresión de los genes).

«Desde hace 15 años se sabe que por su influencia se modifican los volúmenes de distintas áreas cerebrales asociadas con la autorregulación cognitiva y emocional, y con el aprendizaje -detalla Lipina-. También se generan cambios funcionales (como mayor probabilidad de dificultades para entender cuál es el sonido del habla al empezar a leer) y conductuales (en las funciones ejecutivas de la atención, el control inhibitorio y la memoria de trabajo). Cuanta más privación acumulada y más susceptibilidad del chico a las privaciones, mayor es la dificultad para revertir estos cambios.»

Una de las áreas que mayor atención recibe es la falta de ciertos nutrientes en etapas específicas del desarrollo. Carmuega destaca que entre las experiencias científicas de más larga evaluación figura una en Guatemala, donde una intervención nutricional temprana realizada en cuatro poblaciones demostró, 40 años más tarde, un incremento del salario de más del 25% . Sin embargo -subraya-, «aunque una adecuada nutrición posibilita el buen funcionamiento cerebral, no lo garantiza. La buena nutrición temprana brinda las condiciones necesarias para contribuir a que una persona supere el desafío de la pobreza, pero es necesario trabajar en la estimulación. La anemia por deficiencia de hierro es muy frecuente en la Argentina y se demostró que compromete alrededor de un 10% de la capacidad intelectual. Según la encuesta nacional de nutrición, uno de cada tres niños menores de dos años padece anemia. ¿Mejorarla asegura por sí solamente un más pleno desarrollo infantil? Probablemente, no, si no está integrada con un conjunto de intervenciones que presenten múltiples estímulos y nuevos aprendizajes.»

Las estrategias

Todo indica que el problema no se puede afrontar desde un solo ángulo, sino que es necesaria una concertación interdisciplinaria.

«Lo que probadamente funciona son las intervenciones «multimodulares» -afirma Lipina-. Hay que entender qué necesitamos, para quién y en qué momento. Dos niños pobres que se crían en el mismo barrio no experimentan de la misma forma las penurias, porque su sensibilidad puede ser diferente, así como la red social y de cuidado que los contiene o los rechaza.»

Para Lipina es primordial atender cuatro pilares esenciales: el sueño, la alimentación, la actividad física y la reducción del estrés.

«Es posible plantear intervenciones con los padres para entender cómo la comunicación ruidosa o el caos en el hogar interfieren sobre la educación, el desarrollo cognitivo y autorregulatorio de los chicos y de los propios adultos», destaca.

En lo educativo, investigaciones sobre el impacto que tiene la asistencia al jardín de infantes en niños pequeños, especialmente de los sectores de menos recursos, muestran resultados contundentes.

«Estudios como los de Richard Melhuish, en Gran Bretaña, y los del economista argentino Samuel Berlinksi muestran que cuantos más años de asistencia al jardín de infantes completen, mejores son los desempeños escolares de los chicos en el nivel primario e incluso más allá -dice Melina Furman, profesora de la Escuela de Educación de la Universidad de San Andrés e investigadora del Conicet-. Los estudios también indican que el acceso al nivel inicial incide además en otras dimensiones de la vida de los chicos, como el futuro ingreso profesional.»

Pero lo importante, agrega, no es sólo que los chicos vayan al jardín de infantes o que vayan más años. También se sabe que es fundamental lo que sucede en ese ámbito escolar. «Las investigaciones muestran que cuanto más ricas son las prácticas pedagógicas de las maestras, mayores son los efectos positivos sobre los aprendizajes de los niños, y que esos efectos perduran durante muchos años -explica Furman-. Lejos de ser guarderías, los jardines de infantes tienen que ser espacios de aprendizaje. Por eso, la extensión del nivel inicial tiene que ir acompañada por un apoyo muy fuerte a los equipos de directores y docentes de los jardines a los que van los chicos de menores recursos.»

«Hoy existen decenas de experiencias exitosas que nos muestran un camino para invertir en el capital mental de nuestra sociedad -asegura Carmuega-. No se circunscriben a la infancia temprana. La etapa escolar, la adolescencia son momentos de un valioso aprendizaje en el que es posible realizar intervenciones sociales para que cada persona pueda expresar toda su potencialidad.»

«Vamos a trabajar en equipo junto con otros científicos para identificar rápidamente oportunidades en la provincia y ayudar con la planificación de políticas especialmente entre los más vulnerables», promete Manes.

Un desafío insoslayable

10%

De la capacidad intelectual

Es lo que se cree que compromete la anemia por deficiencia de hierro, una de las carencias nutricionales más frecuentes

US$ 1,25

Ingresos diarios

Son los que obtuvo, durante la última década, alrededor de la mitad de la población mundial

443

Millones de días escolares perdidos

Se produjeron por la falta de acceso al agua potable y a los sistemas de saneamiento

Fuente: http://www.lanacion.com.ar/1919511-pobreza-estudian-la-forma-de-mitigar-el-impacto-en-el-cerebro

Imagen: http://bucket1.glanacion.com/anexos/fotos/29/pobreza-2237629w640.jpg

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