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Tiempos de pandemia: cómo es el acceso a la educación en Ecuador mientras el COVID-19 afecta a la región

El colectivo de fotógrafos y fotógrafas Fluxus Foto presenta su proyecto “Educación por Whatsapp” mediante el cual visibilizan cómo es el acceso a la educación primaria en la provincia de Pichincha durante la emergencia sanitaria.

Nota del editor: Este trabajo fue apoyado por el Fondo de Emergencia por COVID-19 para Periodistas de National Geographic Society.

Durante la primera mitad de marzo, cuando los primeros casos de COVID-19 comenzaron a detectarse en Latinoamérica, el estado de Ecuador tomo una decisión que ya se venía tomando en otros lugares del mundo para hacer frente a la ola de contagios por la pandemia: llamar al confinamiento y suspender las clases presenciales en entidades privadas y públicas.

En el país existen dos ciclos escolares. En la zona insular y en la costa el período de clases se extiende, normalmente, entre abril y febrero. Mientras que en la región amazónica del país y la sierra, el ciclo escolar va de septiembre a junio. Es decir que, los primeros alumnos nunca iniciaron su cursada de manera convencional, mientras que el otro grupo tuvo cinco meses de encuentros presenciales en el aula, hasta que la dinámica escolar cambió debido a la aparición del coronavirus.

Se estima que “unos 4,6 millones de niños y niñas han sido afectados por la cancelación de las clases presenciales”, afirma la fotógrafa Vanessa Terán, miembro del colectivo de fotógrafos y fotógrafas “Fluxus Foto” (Instagram: @fluxus_foto). Y cuenta que, en este contexto, “el Ministerio de Educación ha puesto en marcha el Plan Educativo COVID-19 en una plataforma virtual que reúne recursos digitales, textos escolares, lineamientos y protocolos para estudiantes y docentes”.

Sin embargo, la fotógrafa asegura: “Según UNICEF sólo el 37% de los hogares en Ecuador tiene conexión a internet, lo que significa que 6 de cada 10 niños no pueden continuar sus estudios a través de estas modalidades. La situación es más grave para los niños de zonas rurales, donde solo 16% de los hogares tiene conectividad o acceso a recursos tecnológicos”. Es por esto que la gente “ha tenido que arreglárselas de distintas maneras para continuar con las clases”.

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Roxana, Doménica y Ramona realizan sus tareas escolares en casa. No tienen Internet y sus padres perdieron sus empleos durante la pandemia. Hacen recargas semanales para comunicarse con sus profesoras. Quito, 24 de junio del 2020.

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Roxana, Doménica y Ramona realizan sus tareas escolares en casa. No tienen Internet y sus padres perdieron sus empleos durante la pandemia. Hacen recargas semanales para comunicarse con sus profesoras. Quito, 24 de junio del 2020.
FOTOGRAFÍA DE JOHIS ALARCÓN

Interpelados por esta compleja realidad, Terán junto a otros 6 creadores visuales miembros de su colectivo de fotógrafos, se propusieron retratar “la experiencia del confinamiento de los niños y cómo esto se relacionaba con su estrato económico”, y en esa línea, dar visibilidad a “las desigualdades en el acceso a la educación en la escuela primaria, que se veían intensificadas a partir de la crisis del COVID-19 y el confinamiento”.

Junto con el apoyo que recibieron del Fondo de Emergencia por COVID-19 para Periodistas de la National Geographic Society, iniciaron su proyecto en la provincia de Pichincha, en el centro norte del país, donde se encuentra la ciudad capital Quito. La proyección a futuro de este equipo de trabajo es continuar con la cobertura de esta problemática en otras regiones del país.

“Las personas de escuelas privadas, en su mayoría de estrato medio a medio alto, en general tienen facilidad de acceso a Internet y cuentan con los dispositivos para poder hacer teletrabajo, en el caso de los padres, o acceder a la educación en el caso de los hijos”, comenta Terán, aunque también destaca que para todos los sectores implica desafíos, desde nuevas dinámicas familiares, hasta nuevas interrelaciones con compañeros y profesores.

Proyecto “Educación por WhatsApp”

Vanessa Terán – Educación Privada 

Gabriela Suárez, mamá de Alegría Aguirre (8 años de edad), revisa su tarea el día 28 ...

Gabriela Suárez, mamá de Alegría Aguirre (8 años de edad), revisa su tarea el día 28 de mayo del 2020. Gabriela, le cuenta a la fotógrafa Vanessa Terán, que el cambio a clases en línea significa un gran desafío para las madres que trabajan y que intentan balancear sus responsabilidades del trabajo y el hogar. Alegría solía pasar aproximadamente 9 horas en el colegio entre clases y actividades extra curriculares. En el último tiempo, ha invertido alrededor de 4 horas entre clases y la realización de tareas. Cumbaya, Ecuador.

FOTOGRAFÍA DE VANESSA TERÁN

“Este caso retrata la experiencia de una estudiante, Alegría Aguirre (8 años) de un colegio de educación privada de Quito cuya escuela ha desarrollado una plataforma específica que les permita continuar sus clases vía video conferencias y foros. Por un lado, este caso visibiliza como durante el confinamiento, el acceso a la educación se ha visto en muchos casos condicionado a la capacidad económica de las familias. Sin embargo, esta circunstancia tiene sus propios desafíos. Alegría debe pasar largas horas frente al computador y su madre, Gabriela Suárez debe balancear las responsabilidades del trabajo con las del hogar. Supervisa y asiste la educación de su hija en casa. Por último, el confinamiento ha cambiado las dinámicas familiares de este hogar”.

Instagram: @v_o.vane

Josue Araujo – Educación Privada 

Juan José, de 9 años, tiene deportes por las tardes, es estudiante de primaria del Colegio ...

Juan José, de 9 años, tiene deportes por las tardes, es estudiante de primaria del Colegio de Liga ubicado al noreste de Quito. Este día tenía clases de tenis y comenzaba con un calentamiento por toda la casa. Como la sala es grande no tiene problemas para hacer los ejercicios allí.

FOTOGRAFÍA DE JOSUE ARAUJO

«En mi caso realicé la visita a 5 estudiantes de dos instituciones educativas y a una profesora. Estas escuelas son privadas y cuentan con varias herramientas tecnológicas para continuar con su educación y los docentes han mostrado ser muy recursivos para enfrentar los desafíos de la virtualidad. Las clases incluyen actividades lúdicas para mantener el interés de los niños dura las jornadas educativas. Camila y Juan José, de 11 y 9 años respectivamente, tienen todas las facilidades para poder estudiar y en las tardes reciben clases de educación física las cuales incluyen tenis y gimnasia entre otros deportes. Sus padres han adaptado áreas de su casa para las distintas actividades de estudio». 

Instagram: @la.mala.foto

 

Johis Alarcón – Educación Pública 

Robert Alejandro realiza sus tareas en casa en la mañana del 26 de mayo del 2020. ...

Robert Alejandro realiza sus tareas en casa en la mañana del 26 de mayo del 2020. Estudia en 5to año de primaria en una escuela pública del sur de Quito. La familia Salazar Mujica llegó a Ecuador en 2019, ellos vinieron caminando desde Venezuela. Luisa y Robert, los padres, perdieron su trabajo cuando inició la pandemia, sus hijos Robert Alejandro y Johanna Rosveri de 5 y 7 años respectivamente, han permanecido en casa estos dos meses.

FOTOGRAFÍA DE JOHIS ALARCÓN

Este proyecto abarca la historia de niños y profesores de escuela pública que, en medio de una crisis económica, afrontan la educación desde casa. Padres desempleados y muchos analfabetos hacen lo imposible para conseguir Internet y celulares que les permitan continuar con la educación de sus hijos, quienes viven su infancia en cuarentena. Los maestros invierten su propio dinero para conectarse con sus estudiantes y duplican sus jornadas cumpliendo sus roles en casa y dando clases con videos, llamadas telefónicas o mensajes por WhatsApp”.

Instagram: @johis.alarcon

 

Andrés Yépez –  Educación en Zonas Rurales – @pre_des_ido

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Alex Venegas, de 9 años de edad, y su hermana hacen sus tareas con la ayuda de familiares y con la compañía de algunos animales, la tarde del 22 de mayo de 2020. La cuarentena en las zonas rurales y semirurales se la realiza sin perder el sentido de comunidad, todos se ayudan de alguna manera mientras dura esta emergencia.

FOTOGRAFÍA DE ANDRÉS YÉPEZ

“La mayoría de los niños de las zonas rurales en la provincia de Pichincha, Ecuador, se enfrentan a algunos retos específicos, como la falta de conectividad y las recesiones económicas en sus casas, para continuar su educación a través de la modalidad de tele-educación, durante la crisis sanitaria por el virus COVID- 19. La cuarentena en las zonas rurales se lleva a cabo sin perder el sentido de comunidad con el que viven, y su tiempo de confinamiento no se limita a estar dentro de sus casas. El campo es parte de su hogar y de su vida cotidiana, la cual les exige interactuar con su entorno (animales, sembríos, etc.)”.

Instagram: @pre_des_ido

 

Karen Toro – Educación Alternativa

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Elga Alquinga, de 45 años, es maestra de la Comunidad Educativa Nina Pacha. Es socióloga, pedagoga, y actualmente está realizando una especialización en pedagogía Waldorf. Docente de 7° grado, durante la semana tiene varios encuentros virtuales con sus estudiantes en los que revisan tareas juntos, cantan, leen, realizan ejercicios de movimiento y aprenden temas nuevos.

FOTOGRAFÍA DE KAREN TORO

“En estas comunidades educativas se promueven fuertes sentidos de comunidad, la importancia de los vínculos afectivos y sociales, el desarrollo emocional y autonomía de los niños, el aprendizaje desde experiencias significativas; todos estos aspectos se han visto fuertemente afectados en el contexto de la emergencia sanitaria que obliga al aislamiento social. A pesar de la dificultad para sostener los salarios de docentes (ya que la mayoría de familias se encuentran gravemente afectadas económicamente), el cierre de los espacios físicos, el desafío para los padres que sienten la necesidad de replicar una educación constructivista y libre en el hogar, la frustración de los estudiantes al tratar de sostener aprendizajes y vínculos de manera virtual; las escuelas mantienen el acompañamiento y formación a las familias. Es así que esta parte del proyecto colectivo muestra los desafíos a los que se enfrentan estas comunidades educativas y las iniciativas que han construido”.

Instagram: @karentoroa

 

Ana María Buitrón – Educación Intercultural Comunitaria 

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Laura Santillán hace videos para compartirlos con sus estudiantes vía Whatsapp. Enseña temas relacionados a las partes del cuerpo y a las plantas, en lengua Kichwa.

FOTOGRAFÍA DE ANA MARÍA BUITRÓN

“Las escuelas Interculturales-comunitarias se sostienen a partir de un limitado apoyo del Estado y donaciones de gente particular. Durante la pandemia, el reto más grande de esta educación es acompañar a los estudiantes para que se mantengan estables emocionalmente. Su metodología es experimental, ahí consiste el reto de trascender las redes sociales durante esta emergencia. Estas escuelas acogen a niños indígenas y migrantes de otras provincias; su modelo de educación promueve la diversidad cultural, étnica y lingüística; trabajan sobre la identidad individual y la construcción de colectividades en un espacio de tolerancia y respeto”.

Instagram: @lachuros

David Diaz – Educación en Centro para jóvenes infractores 

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Simón, lleva a cabo sus tareas de Estudios Sociales en una de las aulas de la «Unidad Educativa León Febres Cordero» que opera dentro de un centro para menores infractores.

FOTOGRAFÍA DE DAVID DIAZ

“El Centro «Virgilio Guerrero» para jóvenes infractores en la ciudad de Quito, Ecuador, alberga el corredor de 100 adolescentes que cumplen sus condenas allí. La Unidad Educativa “León Febres Cordero” opera dentro de la institución, que continúa con los estudios de adolescentes que han abandonado la escuela y comienzan la educación para aquellos que no han asistido. Ofrece tres programas educativos: Alfabetización ABC, Educación Básica Intensiva y Bachillerato. Está a cargo de 8 profesores. Según la Constitución del Ecuador, estos jóvenes tienen la condición de doble vulnerabilidad. El Estado debe garantizar la seguridad y la educación. Durante la emergencia COVID-19, sus estudios se vieron afectados, ya que prohibir el acceso a dispositivos electrónicos o Internet ha complicado el aprendizaje, han tenido que recurrir a la información en libros obsoletos, los maestros han visto como la única opción para salir de la cuarentena e ir una vez por semana a entregar la tarea, dar tutoría a los que más la necesitan de esta manera sin interrumpir sus estudios”.

Fuente: https://www.nationalgeographicla.com/fotografia/2020/07/tiempos-de-pandemia-acceso-a-la-educacion-en-ecuador

 

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Entrevista a Tharanga Godallage: «El matrimonio infantil, la mutilación genital femenina y las prácticas nocivas en los cuerpos de las mujeres aumentan en pandemia»

Por:   Samira Sadeque

Los estudios han demostrado que cuanto más tiempo permanezca una niña en la escuela, es menos probable que se vea obligada a contraer matrimonio infantil. Con muchas escuelas cerradas actualmente y las niñas no van a la escuela, se espera un aumento en el matrimonio infantil. Crédito: Ahmed Osman / IPS

Se pueden esperar 5,6 millones de matrimonios infantiles adicionales debido a la pandemia de coronavirus, que resultó en un aumento a corto plazo de la pobreza y el cierre de las escuelas.

También se espera que la pandemia actual tenga un impacto masivo en el crecimiento proyectado de prácticas nocivas en los cuerpos de las mujeres.

Según un informe reciente publicado por el Fondo de Población de las Naciones Unidas (UNFPA), titulado  “ Contra mi voluntad: Estado de la población mundial 2020 ”, se producirán dos millones de casos adicionales de mutilación genital femenina (MGF) para 2030.

«Un gran factor de protección para prevenir el matrimonio infantil es la educación», dijo a IPS Richard Kollodge, asesor editorial principal del informe. “Los estudios han demostrado que cuanto más tiempo permanezca una niña en la escuela, es menos probable que se vea obligada a contraer matrimonio infantil. [Ahora] si las escuelas cierran y las niñas no van a la escuela, eso es una pérdida de un factor de cy eso podría contribuir a un aumento en los matrimonios infantiles «.

Otros factores que contribuyen incluyen la incapacidad de las personas para ir a trabajar, lo que a su vez está afectando los medios de vida. En tales circunstancias, algunos padres pueden sentirse alentados a casar a su hija ya que es una boca menos para alimentar o porque creen que podría ser más seguro, dijo Kollodge.

Es significativo entonces que este año el UNFPA comenzó su agenda de 10 años para poner fin a las prácticas nocivas para 2030 en todos los países. IPS habló con Tharanga Godallage, un asesor de gestión basada en resultados del UNFPA, sobre cómo la pandemia actual afecta esta agenda y cómo exacerba las crisis de la mutilación genital femenina y el matrimonio infantil en todo el mundo.

Inter Press Service (IPS): Su informe dice: “Llegar a cero las prácticas nocivas requerirá un progreso mucho más rápido. Exige un esfuerzo de toda la sociedad, donde todos los que tienen un papel en detener estas prácticas dan un paso adelante para hacerlo ”. ¿Qué pasos pueden tomar los diferentes actores de una sociedad para abordar este problema?

Tharanga Godallage (TG): Las «prácticas nocivas» son un compromiso de múltiples partes interesadas porque ninguna parte interesada puede resolver este problema. En realidad, no es solo un problema a nivel de país: existen a través de las fronteras. Para la MGF en particular, la defensa transfronteriza de los interesados ​​es realmente importante.

En la erradicación de la mutilación genital femenina, y en general, el factor más importante es el fuerte compromiso político del gobierno. El segundo es la aplicación de la ley porque necesitamos crear nuevas leyes y políticas si realmente desea tener un cambio sostenido.

El tercero es la participación de varios ministerios, porque este no es un programa de un solo ministerio. El enfoque es involucrar a todo el gobierno.

Nuestra observación y recomendación es mirarlo de una manera más holística, especialmente el cambio sostenible.

También existe la necesidad de un cambio en las normas sociales, que también es el más crítico y el más difícil. Es por eso que necesita una gran campaña de defensa.

La norma social es la causa principal de la mayoría de estos casos, y eso requiere un compromiso a nivel comunitario, incluidos los líderes, que tienen un papel más importante que desempeñar, y los líderes comunitarios formales e informales.

Y luego hay un vínculo socioeconómico con el matrimonio infantil, la mutilación genital femenina y la preferencia del hijo. Necesitamos reunir a los responsables políticos y las partes interesadas y hacer que todo esto se traduzca en un cambio de políticas.

IPS: Su informe dice: «Si la pandemia causa un retraso de dos años en los programas de prevención de la mutilación genital femenina, los investigadores proyectaron que durante la próxima década se producirían dos millones de casos de mutilación genital femenina que de otro modo se habrían evitado». ¿Puedes analizar cómo tal retraso llevaría a dos millones de vidas afectadas? 

TG: Basado en la tendencia histórica y las proyecciones, sabíamos que los casos estimados de MGF para 2030 sin el impacto de COVID-19 serían de alrededor de 34 millones.

Luego observamos la reducción de los programas de ampliación y los nuevos casos para determinar a cuántos casos conducirían esos ajustes, y proyectamos 36 millones.

En general, este impacto de COVID-19 se ha observado de dos maneras: una es el efecto sobre la ampliación de los programas de prevención, ya que no podremos realizar programas de prevención de la manera que planeamos, y luego podrían surgir nuevos casos. de eso.

IPS: ¿Qué factores está contando al contabilizar este cambio en el número proyectado debido a COVID-19? 

TG: Las restricciones sobre las reuniones grupales y los viajes han reducido la disponibilidad de personal técnico y la demora de iniciar programas internacionales o programas de prevención.

El segundo es el impacto económico. En el impacto económico, según los datos que encontramos, hubo una reducción del 10 por ciento en el PIB en general y luego, debido a la caída del PIB, hubo un aumento en la pobreza. Por lo general, sabemos que el aumento de la pobreza tiene un impacto del 32 por ciento en el matrimonio infantil, está muy relacionado. Por lo tanto, debido al factor económico y al aumento de la pobreza a corto plazo debido a COVID-19 que se incluyó en el modelo, ahora habrá 5,6 millones de matrimonios infantiles adicionales.

IPS: Su informe dice «Poner fin a las prácticas nocivas para 2030 en todos los países y comunidades, un objetivo del UNFPA, requerirá cambios rápidos en la mentalidad que aún sanciona la violencia contra las mujeres y las niñas y niega sus derechos y autonomía corporal». ¿Cómo ha sido afectado este objetivo por la pandemia, y cómo pretendes avanzar en estas circunstancias?  

TG: Hasta ahora hemos realizado nuestro análisis interno de los desafíos generales. Por lo tanto, la investigación relacionada con la movilización de la comunidad va a ser un reto muy grande especialmente en lo que estamos tratando de ver cómo [dirección que], especialmente los compromisos relativos a la movilización de la comunidad como cambiar las normas sociales y las c programas de educación sexual omprehensive (educación ieinformal) . Ese tipo de programas se verá muy afectado, y la generación de datos será un desafío.

Las personas están acostumbradas a la nueva normalidad ahora y han ideado estrategias alternativas: centros de llamadas, telemedicina y reuniones electrónicas. Estas son nuevas alternativas innovadoras, por lo que tal vez con el tiempo podamos llegar a una nueva normalidad en nuestros enfoques para abordar estos problemas.

Fuente e imagen: http://www.ipsnews.net/2020/07/child-marriage-fgm-harmful-practices-womens-bodies-increase-covid-19/

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La necropolítica, las varias pandemias y lo que vendrá

Por: Aram Aharonian

 

Toda la prensa hegemónica especula con la vacuna para el covid-19, la píldora (o poción) milagrosa que ipso facto terminará con la pandemia. Pocos se han puesto a pensar en la pospandemia, en cómo será América Latina y el Caribe, cuando el pronóstico optimista es de un desempleo de 50 millones de personas para el fin de año y la pobreza que alcanzará a 230 millones, el 37 por ciento de la población regional.

La situación económica será similar a la de hace una década: La Comisión Económica para América latina y el Caribe (Cepal), habla de una década perdida. Pero, para ser sinceros, hay otras pandemias que venimos arrastrando desde 1492 y para la cual pareciera que no hay cura. Hoy 96 millones de latinoamericanos y caribeños carecen de ingresos.Colapsa Ecuador por Covid-19, dejan cadáveres en las calles -

Estamos hipersensibilizados sobre las consecuencias humanas del Covid-19 y la prensa hegemónica –radio, diarios, revistas, televisión, redes sociales- sigue a diario la carrera de las empresas farmacéuticas trasnacionales por quién patenta primero la vacuna contra el coronavirus. La pobreza o la desnutrición no se combaten, porque eso no es negocio.

Por eso, pongámonos a pensar en la pospandemia, cuando el desempleo y la necesidad de alimentar a millones de conciudadanos, sin acceso al trabajo (y por ende a la comida), cuando deban elegir entre un pedazo de pan y la cuota de internet…

El analista chileno Marcos Roitman se pregunta si hay vacuna para la pobreza o para la evasión de capitales. ¿Se puede luchar contra el hambre? ¿Son viables una vivienda digna y una educación pública de calidad? En nuestra región los pobres mueren a diario por enfermedades que tienen mucha menos prensa, como el sarampión, el dengue, la difteria, el chagas, pero tienen la misma mortalidad.

El hambre, la falta de condiciones higiénicas, la explotación infantil, el desempleo, la trata de mujeres no son considerados pandemia y morir por esas causas es algo natural. Así, la necropolítica hace su aparición como forma de organización social del capitalismo.

¿Es viable tener una salud pública para todos? Obviamente eso atentaría contra la salud privada, los médicos-taxímetro, las clínicas privadas y las empresas farmacéuticas, entre otras. Las cifras nos muestran que el 22 por ciento de la población mundial (600 millones de personas) no recibe ninguna atención médica, mientras 115 millones de menores de cinco años padecen desnutrición crónica y 700 niños mueren cada día por diarrea.

Las fotos y los videos nos muestran nuestras nuevas realidades que, en nombre del dios Mercado, como la privatización de la salud poniéndola en manos de los buitres de las empresas de capital de riesgo, atentan contra la dignidad humana. Cadáveres abandonados en las calles se repiten en las calles de Lima., de Santiago, de Bogotá, de Quito, Barcelona, Río de Janeiro o San Pablo. Muertos por covid-19 o por cualquiera de las otras pandemias, sobre todo la del hambre.

La muerte para estos gobiernos neoliberales es su arma de guerra, y seguirán muiendo ciudadanos, hombres, mujeres y niños, incluso si surgiera la vacuna del covid-19. Porque para el capitalismo, los tratamientos de las enfermedades y pandemias son propiedad de alguna empresa, nacional o trasnacional.

Necropolítica, necroeconomía

Achille Mbembe, teórico camerunés que acuñó el concepto de necropolítica, señala que el la política de la muerte, instrumenta los diversos medios por los cuales las armas se despliegan con el fin de una destrucción máxima de las personas y de la creación de mundos de muerte, formas únicas y nuevas de existencia social en las que numerosas poblaciones son sometidas a condiciones que le confieren el estatus de muertos vivientes.

La necropolítica, dice Mbembe, está en conexión con el concepto de necroeconomía: Una de las funciones del capitalismo actual es producir a gran escala una población superflua, que el capitalismo ya no tiene necesidad de explotar, pero hay que gestionar de algún modo. Una manera de disponer de estos excedentes de población es exponerlos a todo tipo de peligros y riesgos, a menudo mortales. Otra técnica consistiría en aislarlos y encerrarlos en zonas de control. Es la práctica de la “zonificación”.

Mbembe señala que el capitalismo tiene como función genética la producción de razas, que son clases al mismo tiempo. La raza no es solamente un suplemento del capitalismo, sino algo inscrito en su desarrollo genético. En el periodo primitivo del capitalismo, que va desde el siglo XV hasta la Revolución Industrial, la esclavización de negros constituyó el mayor ejemplo de la trabazón entre la clase y la raza.

En las condiciones contemporáneas, la forma en que los negros fueron tratados en ese primer periodo se ha extendido más allá de los negros mismos. El “devenir negro del mundo” es ese momento en que la distinción entre el ser humano, la cosa y la mercancía tiende a desaparecer y borrarse, sin que nadie –negros, blancos, mujeres, hombres- pueda escapar a ello”, señala.Carismática fascista e necropolitica neoliberal no Brasil: a ...

Asevera que es justamente a partir de la necropolítica y la necroeconomía que podemos comprender la “crisis de los refugiados”, resultado directo de dos formas de catástrofes: las guerras y las devastaciones ecológicas, que se afirman recíprocamente. Las guerras son factores de crisis ecológicas y una de sus consecuencias es fomentar guerras.

La crisis de los refugiados tiene también que ver con la «repoblación del mundo», en la medida en que las sociedades del norte envejecen, aumenta su necesidad de repoblarse, y la migración ilegal es una parte esencial de ese proceso, que seguramente se acentuará en los próximos años. La reacción de Europa está siendo esquizofrénica: levanta muros en torno al continente, pero necesita la inmigración para no envejecer, afirma Mbembe.

El gobierno privado indirecto a nivel mundial es un movimiento histórico de las élites que aspiran, en última instancia, a abolir lo político. Destruir todo espacio y todo recurso -simbólico y material- donde sea posible pensar e imaginar qué hacer con el vínculo que nos une a los otros y a las generaciones que vienen después.

Para ello, se procede a través de lógicas de aislamiento -separación entre países, clases, individuos entre sí- y de concentraciones de capital allí donde se puede escapar a todo control democrático –expatriación de riquezas y capitales a paraísos fiscales desregulados, entre otros. Este movimiento no puede prescindir del poder militar para asegurar su éxito: la protección de la propiedad privada y la militarización son correlativos hoy en día, hay que entenderlos como dos ámbitos de un mismo fenómeno.

La crisis humanitaria como negocio

La biopolítica necesaria al capitalismo (preservar vida y salud para garantizar la normalidad de la acumulación) se ha tenido que combinar con la necropolítica (hacer morir a aquellos que ya resultan desechables). Conmocionan las declaraciones del Vicegobernador de Texas, Dan Patrick, quien afirmó que los mayores de 70 años deberían dejarse morir para salvar la economía estadounidense.Dos importantes farmacéuticas se unen para crear contrarreloj una ...

La pandemia dejará millones de ciudadanos muertos, pero también a pocos empresarios con bolsillos llenos, como los propietarios de los sistemas de comunicación o algunas farmacéuticas, con el sueño de vender dos mil millones de dosis para equilibrar la inmunidad del rebaño.

Pero esto, aunque inmoral, tampoco es nuevo: el costo del tratamiento contra la hepatitis C es de 1,5 euros pero la dosis se vende a mil euros. Médicos Sin Fronteras señaló que en un país pobre, una vacuna o medicamento cuesta 68 veces más que en uno desarrollado.

Lo cierto es que decenas de millones de los 630 millones de latinoamericanos y caribeños vienen soportando el distanciamiento social y el confinamiento bajo el hambre: pocos gobiernos han creado planes para ayudar a la subsistencia de sus ciudadanos, que en varios países recurren a las ollas populares o comunes y la solidaridad de clase para hacer frente a la pandemia.

¿Es el auge del “capitalismo del desastre”, lo que nos viene después de la pandemia?

La crisis humanitaria no es sólo la pandemia del covid-19. Está en la mayoría de nuestros países donde el hambre, la pobreza, la desigualdad, la miseria, la desocupación, el desempleo conviven con la evasión de impuestos, la fuga de capitales, la explotación de las riquezas naturales por empresas trasnacionales y contra la naturaleza y la soberanía.

A esas pandemias no se les busca vacunas: el capitalismo, en su carrera necropolítica, no las combate. Las incentiva.

Fuente e imagen: http://estrategia.la/2020/07/26/la-necropolitica-las-varias-pandemias-y-lo-que-vendra/

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México: “Me da miedo lo de no comer”: infancia chiapaneca ante pandemia

Por: Ángeles Mariscal

 

Al 97 por ciento de los niños, niñas y adolescentes que trabajan en la ciudad de San Cristóbal de Las Casas, Chiapas, les preocupa quedarse sin dinero, y sin comida. Esto debido a la contingencia por covid-19.

 

Al 97 por ciento de los niños, niñas y adolescentes que laboran en la ciudad de San Cristóbal de Las Casas, en Chiapas, les preocupa quedarse sin dinero, y sin comida. Ellos y ellas trabajan en compañía de su familia, en la principal ciudad turística del estado. Ahora, como consecuencia de la pandemia, ven agudizada su situación de vulnerabilidad.

“Me da miedo lo de no comer y el coronavirus me da mucho miedo», dijo Rafael, de 11 años. Él es uno de los 129 infantes que participaron en la consulta que realizaron tres organizaciones que trabajan con niños, niñas y adolescentes trabajadores, de entre 8 y 17 años de edad, la mayoría de ellos indígenas tsotsiles y tseltales.

Con el propósito de conocer cómo viven la pandemia en los aspectos económico, educativo, laboral y emocional, y que sus voces sean consideradas para analizar y reformular políticas públicas, las organizaciones Desarrollo Educativo Sueniños, Tierra Roja Cuxtitali y Melel Xojobal hicieron la consulta a una muestra representativa de los menores de edad que se encuentran en esa situación, entre 2,500 y 3,500 según cifras oficiales.

Basados en una metodología que permitió elaborar un cuestionario de 13 preguntas, el 97   las y los consultados expresaron que su principal preocupación es quedarse sin dinero; porque esto deriva en quedarse sin comida, sin trabajo, y contraer el virus por no poder permanecer en su casa, ya que tienen que salir a trabajar, en la mayoría de los casos, en la venta de artesanías y otros productos.  Ello, además de la incertidumbre de perder la escuela.

¿Qué te da miedo?, les preguntaron. “Que no vendamos o me quiten mi lugar de trabajo cuando no vendo”, dijo Elsa, de 8 años. “Los problemas económicos de mi familia, ya que no tiene trabajo mi mamá y a mi papá no le pagan completo y no alcanza para la comida”. Sostuvo María, de 14 años.

Las organizaciones que elaboraron la consulta detallaron que las niñas, niños y adolescentes consultados hicieron énfasis en la alimentación, en la necesidad de “tener para la comida y las medicinas”, como lo expresó Claudia, de 10 años.

Señalan, porque la seguridad alimentaria se está agravando con la pandemia, y por la pérdida de empleo, no tienen la garantía de contar con los recursos para comer, e incluso, en algunos casos detectaron que al momento de realizar las entrevistas, ya carecían de alimento.

Al menos 4 de cada 10 infantes consultados, expresaron que trabajan y estudian, 7 de cada 10 tuvieron que dejar de trabajar.  “Casi no vienen a comprar al mercado, y no tenemos dinero”, “el dinero me servía para mis estudios, y ahora no tengo para pagar el internet”, señalaron.

La pandemia, también afecta su condición escolar, porque sólo el 19 por ciento de las y los infantes trabajadores de San Cristóbal de Las Casas, tienen acceso a internet en su casa, y únicamente el 18 por ciento cuenta con computadora. El resto, ha tenido que acudir a lugares públicos para cumplir con sus tareas, o recibir clases virtuales.

Los niños, niñas y adolescentes, también expresaron sus sueños y necesidades: “que acabe la pandemia. Que cambie el mundo y no haya pobreza en las personas”, dijo Estrella, de 10 años; Cecilia, de 13 años quisiera “que mi familia tengamos un trabajo estable sin que preocuparnos con las ventas de chicharrines, empanadas y frutas picadas”.

Y expresaron sus demandas: “El gobierno lo que debe hacer es dar alimentos a la familia y dinero, el dinero para que no salgan. Debería dar cosas el gobierno para no salir y no nos infectemos”, dijo Ezequiel, de 12 años. “…que nos den comida y todo lo que necesitamos en casa”, expresó Esther, de 11 años.

Las niñas, niños y adolecentes, también piden “que todos los niños puedan seguir estudiando, pero no en televisión porque no se entiende. Que el presidente hable con los maestros y les diga que tuvieran clases por celular o dejarles libros con dinámicas nuevas”, dijo Teodoro, de 9 años.

El resultado de la consulta se entregó a autoridades federales, estatales y municipales, para que de viva voz conozcan sus opiniones, sentires y propuestas frente a la pandemia “y que éstas sean tomadas en cuenta por las autoridades, organizaciones y familias”.

En Chiapas, el 85.4 por ciento de la población son pobres por ingresos, y se estima que como consecuencia de la pandemia este porcentaje se incremente entre 93 y 96 por ciento.

Fuente e imagen: https://www.chiapasparalelo.com/noticias/2020/07/me-da-miedo-lo-de-no-comer-el-impacto-de-la-pandemia-en-infancia-trabajadora-de-chiapas/

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¿Cómo los programas para combatir la pobreza perjudican a los más jóvenes?. Estudio presentado por: Gary M. Galles

«Los jóvenes receptores de esos programas no desarrollan las habilidades que en el pasado permitieron a otros jóvenes escapar de la pobreza»

«La pobreza en los EE. UU. estaba cayendo en picada hasta que Lyndon Johnson declaró la guerra contra ella», Daniel J. Mitchell presentó las conclusiones de varios investigadores sobre cómo los programas de pobreza que comenzaron con la “Guerra contra la Pobreza” se han disparado a sí mismos con sus incentivos adversos y han frenado la reducción de la pobreza en lugar de acelerarla.

No hay nada malo en lo que se presenta, que es una información muy valiosa. Pero hay algo que puede hacer que el caso sea aún más fuerte que la utilización de las tasas generales de pobreza: desglosar los efectos por edad del principal sostén de la familia. Y aunque no he visto tales datos hasta el presente, James Gwartney y Thomas McCaleb lo hicieron en Have Antipoverty Programs Increased Poverty, publicado en el Cato Journal en 1985.

Revisar su trabajo es importante porque proporciona explicaciones concisas de los tipos de efectos desincentivadores involucrados y también por qué los desincentivos productivos que crean los programas de bienestar tendrán más efectos adversos cuanto más joven sea el hogar, permitiendo desagregar los datos por grupos de edad para mostrar las diferencias en los efectos más claramente.

El efecto del mayor beneficio real es que «El aumento del valor real de los pagos de beneficios hace que la dependencia del gobierno sea aún más atractiva en comparación con la alternativa de la autosuficiencia». Ese efecto será mayor en el caso de los trabajadores más jóvenes, cuyo potencial de ingresos es menor que el de los trabajadores de mayor edad y más experimentados.

El efecto del alto impuesto implícito es que los programas de pobreza reducen los beneficios a medida que los hogares ganan más, imponiendo el equivalente a un impuesto sobre la renta adicional sobre el aumento de los ingresos. Cuando se tiene en cuenta la realidad de los múltiples programas, esa tasa impositiva implícita puede ser muy alta, mucho más alta que la tasa más alta oficialmente impuesta sobre los ingresos ganados y, en algunas circunstancias, muy superior al 100 %. En consecuencia, «Esas elevadas tasas impositivas marginales implícitas suponen un importante desincentivo para trabajar para aquellos individuos cuyas ganancias potenciales son relativamente bajas».

El efecto de riesgo moral es que la asistencia social puede ayudar a financiar a algunos a elegir «un estilo de vida que aumente la probabilidad de pobreza». Ese incentivo es más perjudicial para la vida productiva de uno cuanto más pronto comienza.

Cada uno de esos efectos no solo es más grave para los hogares más jóvenes que para los demás, sino que también tiene efectos productivos mucho menores para los trabajadores de más edad y prácticamente ninguno para las familias de bajos ingresos cuyos miembros están jubilados. Solo pregúntense cuán preocupados están ustedes por esas consecuencias en sus abuelos. Eso significa que los efectos desincentivadores pueden verse en los trabajadores jóvenes de bajos ingresos en contraste con los hogares de bajos ingresos más viejos.

Y esos efectos son grandes. Como descubrieron Gwartney y McCaleb, después de las disminuciones sustanciales de la pobreza para todos los grupos de edad antes de que comenzara la “Guerra contra la Pobreza”, tanto las tasas oficiales de pobreza como las tasas de pobreza ajustadas por los beneficios en especie (no contados oficialmente como ingresos) para los ancianos (para quienes los efectos desincentivadores son mínimos) siguieron disminuyendo drásticamente, de 15,9 % en 1968 a 5,5 % en 1982. Para el grupo de 45 a 54 años las tasas de pobreza ajustadas disminuyeron del 6,7 % en 1968 al 5,8 % en 1975, aumentando después al 8 %. Para el grupo de 25 a 44 años, las tasas de pobreza ajustadas solo disminuyeron del 8,6 al 8,5 % al principio, pero aumentaron sustancialmente después, hasta el 12,3 % en 1982. Por último, para el grupo más joven, los hogares menores de 25 años, las tasas de pobreza ajustadas aumentaron a partir de 1968, pasando del 12,3% en 1968 al 24% en 1982.

Daniel J. Mitchell es una fuente muy valiosa de información para aquellos de nosotros que nos preocupamos por la libertad. Le doy gracias por informarme en muchas ocasiones. Es solo que observar los efectos diferenciales entre los hogares más jóvenes y los más viejos uno puede encontrar un contraste sorprendente a la evidencia que él tan eficazmente presenta. Y como es  muy productivo, podría extender tal comparación al presente. Sé que la estoy esperando.

Fuente: https://es.panampost.com/fee-panampost/2020/07/17/programas-pobreza-jovenes/

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Brasil: Pandemia deve intensificar abandono de escola entre alunos mais pobres

No litoral cearense, há alunos do ensino médio que já não conseguem mais acompanhar as aulas online, porque têm de trabalhar durante o dia inteiro. No interior do Piauí, educadores recorrem a visitas domésticas e vídeos motivadores para tentar atrair os estudantes que não têm aparecido nos encontros virtuais. Em São Paulo, alunos de baixa renda atendidos por uma organização sem fins lucrativos temiam «voltar para a estaca zero» nos estudos em meio à pandemia.

Em todos esses lugares, são vários os relatos de estudantes sem equipamentos ou conexão à internet, famílias em situação econômica cada vez mais frágil, professores com crescentes dificuldades em manter os alunos engajados nas aulas remotas e pais tanto ansiosos quanto temerosos pela perspectiva da volta às aulas presenciais — marcada, em alguns Estados, para agosto ou setembro.

O resultado dessa combinação é que cresce o temor, entre educadores e pesquisadores, de que as circunstâncias impostas pela pandemia façam com que mais estudantes simplesmente desistam da escola neste ano, engordando as estatísticas de evasão escolar no Brasil.

«Em uma turma do 1° ano (do ensino médio), dos 40 alunos, só uns 15 têm participado» das aulas remotas, diz à BBC News Brasil a professora de biologia Joseline Souza Nascimento, que dá aulas na rede estadual na cidade de Cascavel, na costa do Ceará.

A equipe da escola chamou psicólogos para darem palestras aos estudantes e fez apostilas aos alunos que não têm internet ou celular, mas teme que alguns percam a motivação ou as condições de voltarem à escola.

Homem no computadorDireito de imagemMARCOS SANTOS/USP IMAGENS
Image captionProfessores ouvidos pela BBC News Brasil dizem que alunos estão cada vez menos motivados com aulas remotas

Pais e mães dos alunos, diz ela, também manifestaram receio de mandar os filhos de volta à escola quando for hora de reabrir, por temer o contágio pelo coronavírus.

Para completar, «na escola temos uma sala de EJA (educação para jovens e adultos). De 20 alunos, só três ficaram. Muitos acham que o ano está perdido e não sabem se vão voltar.»

O preço que o Brasil paga pela evasão

A evasão escolar é um problema crônico, com altos custos humanos, sociais e econômicos para o Brasil.

Dos quase 50 milhões de brasileiros entre 14 e 29 anos, mais de 20% — ou seja, 10,1 milhões de jovens — não completaram alguma das etapas da educação básica (que engloba os ensinos fundamental e médio), segundo a pesquisa Pnad Contínua 2019, divulgada na última quarta-feira (15) pelo IBGE.

As principais causas apontadas para o abandono escolar foram necessidade de trabalhar, desinteresse pelas aulas e gravidez. A ampla maioria (71,7%) desse contingente de jovens é negra ou parda.

Por cada jovem que abandona a escola, o Brasil perde R$ 372 mil reais por ano, apontam cálculos de Ricardo Paes de Barros, economista-chefe do Instituto Ayrton Senna, em estudo feito neste mês em parceria do Insper com a Fundação Roberto Marinho.

No total, o custo anual da evasão escolar é de R$ 214 bilhões, ou 3% do PIB (Produto Interno Bruto), com base na redução das possibilidades de emprego, renda e retorno para a sociedade das pessoas que não concluem a educação básica.

«Isso porque os jovens que têm a educação básica completa passam, em média, mais tempo de sua vida produtiva ocupados e em empregos formais, com maior remuneração; têm maior expectativa de vida com qualidade — estima-se que cada jovem com educação básica viverá quatro anos de vida a mais que um jovem que não terminou a escolaridade — e tendem a ter um menor envolvimento em atividades violentas, como homicídios», diz o estudo.

EstudantesDireito de imagemGABRIEL JABUR/AG BRASILIA
Image captionTaxas de abandono haviam sido reduzidas na última década, mas problema é ainda crônico no Brasil

«O cálculo é de que a evasão representa uma perda de 26% do valor da vida de um jovem.»

A despeito desse enorme contingente de jovens que abandonaram a escola, o Brasil havia conseguido alguns avanços positivos na última década: a taxa de abandono do ensino médio na rede pública de ensino havia caído 7 pontos percentuais, de 13,7% em 2008 para 6,7% em 2018, segundo dados oficiais compilados pelo Observatório de Educação do Instituto Unibanco.

A taxa de jovens de 15 a 17 anos fora da escola, embora alta (8,8% em 2018), também vinha em queda.

Agora, porém, existe o temor de que alguns desses ganhos possam ser perdidos no pós-pandemia, diante de uma confluência de pressões negativas.

‘Depois que ele sai, é difícil trazê-lo de volta’

«Muitos jovens têm pais que são trabalhadores informais e tiveram uma queda abrupta na renda. Então eles próprios podem ser os únicos capazes de gerar renda para a família», explica à BBC News Brasil Ricardo Henriques, superintendente-executivo do Instituto Unibanco.

Considerando o histórico brasileiro de índices baixos de aprendizado nos anos finais do ensino fundamental e ao longo do ensino médio, além de um cenário de desinteresse dos jovens pelas aulas, «este longo tempo longe da escola pode acabar sendo o empurrão final (para a evasão), para a sensação de que ‘já não estava interessante, então não vale a pena’ prosseguir na escola», agrega Henriques.

«E depois que o aluno sai, é muito maior o esforço para trazê-lo de volta.»

Em algumas regiões pobres do Brasil, como áreas do Nordeste, Henriques teme por um outro impacto da covid-19: muitos dos idosos vítimas da doença eram (por meio de suas pensões) responsáveis por prover grande parte da renda da família. Isso também deve aumentar a pressão sobre jovens para que migrem ao mercado de trabalho.

Essa entrada precoce no ambiente profissional, em um momento particularmente ruim da economia, pode cobrar seu preço ao longo das décadas seguintes da vida desse jovem: sem a escolaridade, ficará mais difícil conseguir empregos qualificados.

«O prêmio pela educação ainda é alto no Brasil, mesmo se essa educação for ruim. Completar o ensino médio brasileiro define uma trajetória de vida muito mais positiva do que não completá-lo, quanto a mobilidade de vida», diz Henriques.

Criança estudandoDireito de imagemRAUL SANTANA/FIOCRUZ
Image captionPor cada jovem que abandona a escola, o Brasil perde R$ 372 mil reais por ano

Dificuldades de acesso às aulas

Com o celular quebrado e sem computador para acompanhar as aulas remotas, Sabrina Oliveira Lopes, 17, estudante do 3° ano do ensino médio na rede estadual de São Paulo, perdeu o ânimo quando as aulas passaram ao ambiente remoto por conta da pandemia e chegou perto de não conseguir acompanhar os estudos.

«Ficou meio bagunçado. Algumas lições estavam em uma rede social; outras estavam em outra. Não acho que eu teria desistido tão fácil da escola, mas a gente (alunos da turma) meio que entrou em desespero», conta à BBC News Brasil.

Sabrina acabou retomando o ímpeto com a ajuda dos professores e de um notebook doado pelo Instituto Proa, organização social onde fazia um curso extra.

«Não tem muita gente nas aulas online (da escola). Tinha no começo, mas foi baixando. Teria que chamar um por um, ligar para eles. Sei que é trabalhoso, mas vale a pena. Você se sente acolhido, sente que não é só mais um», diz ela.

Ela acabou perseverando na escola, também formou-se no curso do Proa e agora estuda com vistas para o Enem e para a faculdade — ela pensa em cursar administração de empresas.

O Proa atende jovens de baixa renda e de escolas públicas, com aulas suplementares, atividades que aumentem seu repertório cultural, apoio emocional, mentoria e, depois, ajuda para entrar no mercado de trabalho.

Tudo isso também precisou ser transportado para o ambiente virtual quando veio a pandemia, além de doações de equipamentos e cestas básicas aos alunos.

«A primeira aula online foi só para ouvi-los soltarem suas angústias», conta Rodrigo Dib, executivo-chefe do Proa. E entre essas angústias, havia frases como «meu pai perdeu o emprego»; «não mais sei o que faço da minha vida»; «não vai dar mais, vou voltar para a estaca zero».

«Tivemos que agir super-rápido e fazer com que eles continuassem acreditando. O mundo depois disto (pandemia) vai ser mais desafiador, e eles tinham que continuar, por eles próprios», diz Dib.

A centenas de quilômetros de distância dali, em Bocaina, no interior do Piauí, a professora de matemática Maura Silva vê angústias semelhantes entre seus alunos do ensino médio.

«No primeiro mês, eles tiveram participação muito ativa nas aulas online. No segundo mês, pararam de dar retorno das atividades. Alguns já desistiram das aulas remotas», lamenta Silva.

«Estamos sempre em contato com eles, pedindo calma e paciência neste período. (Mas) o atendimento remoto deixa um vazio grande, nem sempre conseguimos falar com todos de modo individual.»

A professora pediu a alguns alunos que fizessem vídeos motivacionais para os colegas, enquanto a direção da escola fez visitas domiciliares aos estudantes sem acesso à internet.

Mas o cenário é de «muita dificuldade», diz ela. «Alguns pensam em refazer o ano letivo, porque acham que este não está sendo útil.»

Uma pesquisa do Datafolha feita em junho com pais ou responsáveis de 1,5 mil estudantes da rede pública do país apontou que um índice relativamente alto deles (79%) estava recebendo atividades não presenciais de suas escolas.

Mas quase um terço dos pais temia que seus filhos desistissem da escola se não conseguissem acompanhar as aulas em casa. Quase dois terços dos responsáveis disseram que seus filhos estão ansiosos neste período e 37% deles contaram que os filhos estão tristes, aponta a pesquisa, encomendada pelas fundações Lemann, Itau Social e Imaginable Futures.

O ineditismo da pandemia atual impede a comparação com outros momentos da história, mas locais que viveram catástrofes e epidemias (como o oeste da África durante o surto de ebola entre 2013 e 2016) costumam sofrer posteriormente o aumento da evasão escolar.

Em palestra online no evento Bett Educar, no final de junho, o secretário-executivo de Educação do Estado de São Paulo, Haroldo Rocha, citou a desconexão dos alunos e o possível aumento do abandono escolar como as grandes preocupações atuais.

Como vai ser a volta à escola?

Existe, também, o receio de como vai ser a volta às aulas com as exigências sanitárias necessárias para impedir o contágio do coronavírus.

Para Carlos Roberto Cardoso, diretor de uma escola de ensino fundamental em uma das áreas mais carentes da zona leste da capital paulista, «a pandemia só acentuou a dura realidade» vivida por famílias e escolas vulneráveis.

Entre os educadores, diz ele, há muitas dúvidas de como vai ser possível manter o distanciamento social e as regras de higiene, por exemplo na alimentação dos estudantes e na limpeza de banheiros.

Na pesquisa do Datafolha, os pais de 87% das crianças disseram que elas temem a contaminação pelo coronavírus na volta às aulas.

«Tenho três pessoas para fazer a limpeza em uma escola grande (cerca de 900 alunos)», diz Cardoso. «E como controlar (o espalhamento do vírus) em um ambiente tão fechado como são as escolas públicas? Tenho lido muitos relatos de pais, e não só os daqui da escola, inseguros com a questão sanitária. Li a postagem de um na internet dizendo ‘meu filho perde o ano, mas não volta para a escola tão cedo’.»

No Estado de São Paulo, a previsão é de que a volta às aulas presenciais comece em 8 de setembro, escalonada e sujeita às decisões individuais de cada rede municipal de ensino. Na capital paulista, a Secretaria Municipal de Educação informa que ainda está definindo as datas do retorno e o secretário, Bruno Caetano, está se reunindo virtualmente com todas as diretorias regionais de ensino para ouvir suas preocupações.

Haverá, segundo a pasta, distribuição de kits individuais com máscara, sabonete e copo, além de álcool gel, controle de temperatura e demarcação de lugares.

LivroDireito de imagemGETTY IMAGES
Image captionNa volta às aulas presenciais, será preciso lembrar que, mesmo que os alunos vão à escola, «mantê-los ali vai ser mais difícil do que antes», opina especialista

Sobre o tamanho das equipes de limpeza, a assessoria da secretaria diz em nota que «conforme está descrito na minuta do protocolo de retorno às aulas, os contratos de limpeza serão revistos. E as empresas precisarão também se adequar a essa nova realidade sanitária». A assessoria diz também que já estão ocorrendo reuniões entre a prestadora de serviço e a diretoria regional de ensino «para pensarem formas de adequar o protocolo seguido pela secretaria ao novo modelo de higienização que será adotada no pós pandemia» na escola de Cardoso.

Problemas antigos

Para além das questões de higiene, especialistas em educação preveem que, para conter a alta na evasão, será necessário buscar ativamente os alunos e lidar com problemas antigos e complexos do ensino brasileiro — por exemplo, reduzindo os abismos da desigualdade social do país, melhorando o ambiente escolar, acolhendo emocionalmente alunos e professores, e fazendo com que o conteúdo ensinado fique mais próximo da realidade e das necessidades dos estudantes e do mundo atual.

«A cada 100 crianças brasileiras que entram no ensino fundamental, apenas 65 concluem» os estudos, afirma Ricardo Henriques, do Instituto Unibanco. «Os que terminam, já são sobreviventes.»

Na volta às aulas presenciais, opina ele, será preciso lembrar que, mesmo que os alunos vão à escola, «mantê-los ali vai ser mais difícil do que antes».

«Os estímulos negativos para a evasão vão continuar intensificados e os alunos vão estar mais vulneráveis. Se o aluno não se sentir acolhido, se houver um clima escolar ruim, com bullying, ele pode ir embora», diz.

«E é algo duradouro, que não vai se resolver em uma semana, porque vidas inteiras de famílias vão se reconfigurar (por causa da pandemia).»

Fuente: https://www.bbc.com/portuguese/brasil-53476057

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Hay que impulsar la cultura pensando en los que menos tienen: Manuel Peimbert

El astrofísico, miembro del Colegio Nacional, doctor Manuel Peimbert Sierra, además de ser bisnieto de Justo Sierra, fundador de la Universidad Nacional Autónoma de México (UNAM), es uno de los científicos mexicanos más reconocidos en el mundo, y el que más nos enorgullece. Miembro titular de la Academia Mexicana de Ciencias (AMC), la Sociedad Estadunidense de Física (APS, por sus siglas en inglés) le otorgó el Premio Hans A. Bethe 2012 por sus notables contribuciones a la ciencia, además de haberse hecho acreedor a la medalla Sociedad Astronómica de México 2012, por su notable trayectoria. Por el momento, la pandemia mantiene cerradas las puertas del Instituto de Astronomía de la UNAM y Peimbert sólo sale de su casa a comprar fruta, con el debido cubrebocas.

–Manuel, como científico, es inevitable que hables de la pandemia.

–En la Biblia hay, por lo menos, tres personas que se fueron vivas al cielo; en la novela de García Márquez, Remedios La Bella también se va al cielo, y tenemos un dicho en México, que lo que sucede dos veces sucede tres. Entonces, si cuatro personas se fueron vivas, se pueden ir otros 10 o 20. A lo mejor tú y yo nos vamos a ir vivos al cielo. No hay que pensar que vamos a morir. No creo que todos vayan a morir; se han muerto muchos, pero a lo mejor, de aquí en adelante, ya no se van a morir nunca.

–Dios te oiga. ¿Cómo ves los recortes gubernamentales a la ciencia y a la cultura? ¿Cómo vamos a salir adelante en la ciencia, y otros aspectos de la cultura, si se recorta el presupuesto en esa forma?

–Yo sigo muy contento con López Obrador, lo está haciendo muy bien y hay que apoyarlo. Creo que lo que hace, va mucho más allá de los problemas que confrontamos los científicos.

–Entonces, ¿a apretarnos el cinturón?

–Sí, tenemos que ser más generosos…

–Desde un principio AMLO dijo: Primero los pobres

–AMLO está trabajando por los que menos tienen porque es urgente tener una sociedad más igualitaria. El 10 por ciento más rico de la sociedad gana 30 veces más que ese 10 por ciento que menos gana. En los países del norte de Europa, 10 por ciento que más gana, obtiene siete u ocho veces más que ese 10 por ciento que menos gana, y eso porque hay becas de desempleo para los que menos reciben. Tenemos que apostar a los que menos tienen para tener un país más razonable, más vivible. El interés de AMLO es tener una sociedad más igualitaria. En México, el número de personas que termina sus estudios universitarios, de licenciatura, es como de 20 por ciento. Si nos vamos a los países europeos, 80 o 90 por ciento termina la licenciatura. En México estamos totalmente rezagados. Mientras tengamos esos retrasos seguiremos viviendo en una sociedad polarizada y con menos, y hasta nulas, oportunidades para los que menos tienen.

–Si no comemos, imposible alimentar nuestro cerebro…

–No tiene que ver con que el mexicano sea menos inteligente que el europeo, sino con la estructura económica, la manera en que se gasta el dinero. Es indispensable apoyar a los que menos tienen. Noventa por ciento de los mexicanos debe terminar sus estudios universitarios, como sucede en Finlandia, Islandia o Noruega.

“En 2006, 800 científicos dimos nuestro apoyo a AMLO; yo fui el responsable del desplegado que se publicó en La Jornada. Nunca he hablado con López Obrador, pero, en términos generales, estoy de acuerdo con todo lo que hace. Necesitamos volvernos un país más vivible y más razonable para todos, un país menos desigual…

–Sin embargo, científicos y artistas se quejan amargamente del recorte a la cultura…

–A escala mundial, en México se gasta 0.4 por ciento del producto interno bruto en el desarrollo científico, mientras en Europa se destina 2 por ciento; en los países desarrollados, como los de Europa o China y Japón va de uno a 4 por ciento; los países que cuentan con un gran desarrollo científico gastan de uno a 4 por ciento en el desarrollo de su ciencia; estoy en favor de que aumente ese gasto. En el sexenio pasado y hasta el año pasado andaba por 0.4 por ciento, y mucho de ese dinero se iba en salarios; esto significa que tenemos pocos científicos y pocos mexicanos que terminan la universidad. Entre más mexicanos la concluyan, más va a impulsarse la ciencia y todas las ramas de la cultura, química y matemáticas, cine y biología.

Todo es parte de la cultura, y hay que impulsarla pensando en los que menos tienen. La diferencia entre los que terminan y los que no se debe a nuestra pésima estructura económica.

–Los jóvenes necesitan trabajar para mantenerse. Por tanto, su carrera pasa a segundo lugar…

–Debería haber apoyo económico hasta los 18 o 21 años, para que todos lleguen a la educación superior. Las personas que tienen los millones creen que los tienen porque son más inteligentes, pero no es cierto. Cualquier mexicano, si se le da una buena educación, puede llegar muy lejos…

–Manuel, antes la mayoría de los muchachos se dirigían a carreras que dan dinero: administración, economía, arquitectura, ingeniería. ¿Crees que ahora también tienen mejores oportunidades si se dedican a la ciencia?

–Creo que sí, aunque son procesos muy lentos. Hace 50 años, 5 por ciento llegaba a la universidad, y ahorita lo logra 30 por ciento y termina 15 por ciento. Quisiéramos que llegara 90 por ciento y terminara 80 por ciento. Hay que apoyar todas las disciplinas. Es tan importante la filosofía como la medicina, las matemáticas como la literatura. Tenemos que avanzar en todos los campos.

–Manuel, no es por darte coba, pero hemos destacado en física, en astrofísica gracias a ti, pero también sobresalimos en arquitectura, en cardiología, en medicina, en arte…

–Creo que tuvimos mucha suerte con los Tres Grandes y otros pintores, por eso, en la medida en que se eduque a más personas, se empujarán todas las áreas de la cultura, incluso la ciencia. Dentro de 20 o 30 años, la mitad de los mexicanos estará terminando su educación superior, pero tenemos que apoyar todas las disciplinas en conjunto, no a una sola. Necesitamos buenos músicos, buenos cirujanos, buenos filósofos, buenos literatos, buenos físicos…

–Antes, en la UNAM, los jóvenes hacían fila para entrar a la carrera derecho porque ahí sí había dinero, en cambio no lo había para la ciencia, porque no produce…

–Puros cuentos. La ciencia ha producido en los países ricos que no están dirigidos por hermanas de la caridad, sino por gente con interés en dominar al mundo y, por tanto, apuestan a todas las ramas de la ciencia, meten dinero a todo tipo de investigaciones científicas. Necesitamos que los adolescentes puedan dedicar 40 horas a la semana a sus estudios y muchos no lo logran porque tienen que vender chicles en las esquinas. Si no dedicas 40 horas a la semana a tus estudios, no sales adelante. ¡Ah, es que son muy tontos! No, no es cierto, son tan inteligentes como los que terminan, pero los que lo logran cuentan con apoyo económico familiar que les permite dedicar 40 horas a la semana a su interés profesional. En última instancia, el problema más de fondo es el de la distribución de la riqueza de México: 10 por ciento que menos gana, gana 30 veces menos que 10 por ciento que gana más, así, estadísticamente. Esta diferencia hace que las personas con menos dinero no lleguen a cumplir sus sueños o quizá no tengan los sueños adecuados, ve tú a saber. Insisto, estamos mal por nuestra distribución de la riqueza. ¿Cómo la cambias? Creo que la educación es uno de los motores de transformación; por eso, impulsar la creación de universidades y politécnicos en todos lados estimularía a los adolescentes a dedicarse de tiempo completo al estudio.

–¿Tú crees, Manuel, que se necesita un cerebro masculino para dedicarse a la ciencia?

–No, no, somos iguales; hay tantas mujeres extraordinarias. Creo que, en promedio, 90 por ciento de la población mexicana, desde su nacimiento, tiene la capacidad de terminar la universidad pero no puede sin apoyo económico…

–Si todos adoptáramos a uno o a una estudiante y pagáramos su carrera, ¿salvaríamos a México?

–Sí. En los años 50 se decía que los estudiantes de la UNAM éramos mejores que los del Politécnico; había grandes pleitos entre las dos escuelas. Viene el 68 y resulta que hay gran afinidad entre el Politécnico y la UNAM: tenemos como meta común el bienestar de todo el país. Raúl Álvarez Garín y yo fuimos a la Prepa 5. Él entró a la Facultad de Ciencias de la UNAM y yo también; luego, él se pasó al Politécnico; conoció bien los dos sistemas. En aquellos años, la gente más rica quería que sus hijos fueran a la UNAM. Ahorita hay más gente de clase media en el Politécnico y tanto la UNAM como el Poli cuentan con muy buenos investigadores.

–Mi hijo físico, Emmanuel Haro, dice que los de la UNAM se creen mucho… Pasando a otro tema, tengo la impresión de que pocos escogen estudiar ciencias por falta de información…

–Tenemos un bagaje histórico que despreció la divulgación, y es tan importante como la investigación. En los países desarrollados hay grandes divulgadores que atraen al público. En nuestro caso hay un rezago en la divulgación científica.

Fuente: https://www.jornada.com.mx/2020/07/19/opinion/a03a1cul

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