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Libro(PDF): «Alicia Ziccardi. Ciudades latinoamericanas. La cuestión social y la gobernanza local. Antología esencial»

Reseña: CLACSO

La obra de Alica Ziccardi es muy amplia y tiene por constantes la objetividad, el desarrollo conceptual, la originalidad, la calidad expositiva, el método riguroso, el pensamiento crítico, la visión para transformar y la meta última que es su utilidad para guiar futuros mejores. Además, le acompañan principios morales invariables: el interés colectivo de la nación, de las sociedades, de las ciudades, de las comunidades, de América Latina. Así como también es característico su continuo enfrentamiento contra las desigualdades de todo tipo: sociales, urbanas, de género, basando su análisis en las reglas del conocimiento científico y en el sustento intachable de una investigación rigurosa.

Tonatiuh Guillén López

Autores (as): María Mercedes Di Virgilio. Alicia Ziccardi. [Autoras]

Editorial/Editor: CLACSO. IIS – Instituto de Investigaciones Sociales.

Año de publicación: 2020.

País (es): Argentina.

Idioma: Español.

ISBN: 978-987-722-589-1

Descarga: Alicia Ziccardi. Ciudades latinoamericanas. La cuestión social y la gobernanza local. Antología esencial

Fuente e Imagen: https://www.clacso.org.ar/libreria-latinoamericana/libro_detalle.php?id_libro=1838&orden=&pageNum_rs_libros=0&totalRows_rs_libros=1377

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Y cuando vuelvan a clase ¿qué?

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La fertilidad de la pobreza: de la indiferencia a la presencia del aula (II)

Por: Por Cristo I. Mahugo

(Continuación del artículo «La fertilidad de la pobreza: de la indiferencia a la presencia del aula [I]»)


1.- Un argumentario

En términos teóricos, todo reflejo es un retroceso (reflejo = del latín reflexus, «volver hacia atrás [1]»). Aceptando la concepción de que en los centros educativos se reflejan las complejidades de la vida social, estaremos indirectamente consintiendo las ideas que subyacen a dicha concepción. A saber:

  • Que el retroceso es algo que se vivencia a posteriori. Es decir, que la escuela [2] se encuentra situada (¿sitiada también?) justo detrás de «lo social», dándose a entender dos cosas (entre otras): la primera, que «lo social» y «lo escolar» se presentan como esferas autónomas pero que, a su vez, se comunican condicionadamente; como si lo escolar no fuese profundamente social; lo segundo, el aspecto de dependencia que se enraiza en esta premisa nos complace a pensar que todo aquello que se vive (se sucede) en la sociedad —aparentemente— determina todo aquello que se vive en los centros educativos. Esto implica acarrear con la aceptabilidad de que la escuela no posee capacidad de decisión, no puede «autonomizar» sus alegatos socioeducativos (o no se contempla el irremediable peso que tiene «el filtro profesoral») porque quien los determina es —supuestamente— esa abstracción llamada «sociedad». Acceder a la llamada de esta determinación puede tener una traducción implícita: la negación de toda posibilidad de transformación (lo que significa la anulación de la misma posibilidad, del mismo cambio). Sería interesante discutir —en futuros textos— la integración de esta premisa dialéctica de «no posibilidad de transformación social» en la discursiva normalizada de una parte del personal profesional de la educación y la docencia.
  • Que la escuela pasaría a ser una estéril extensión instrumental del aparato político. Si abogamos por esta premisa («la escuela como reflejo de la sociedad política»), significaría que el aparato político o sociopolítico de una sociedad estaría gestionando, a modo de fría elongación instrumental, lo que denominamos «sistema educativo». Así, consideramos que «no existen modelos educativos al margen de la sociedad que los produce» (Beluche, 2019), pero no olvidemos que lo productivo no tiene que ser inequívocamente lo reproductivo. Es necesario defender una teoría de la escuela que «produzca» formas de procesar y abordar la realidad; engendrar producciones materiales (textos, revistas, cuadernos, blogs) y no materiales (pensamiento crítico, hábitos de convivencia, dinámicas comunitarias) que no solamente plasmen lo que se viva fuera de sus paredes, sino —sobre todo— que acuda de forma responsable y comprometida a defender una respuesta reflexiva sobre las injusticias que habitan y «se toleran» fuera de las citadas paredes. La intención del presente punto es recordar el valor de trabajar en una escuela politizada (en sentido de «inculcar conciencia política» y ciudadana; esto incluye producir nuevas formas de politizar las realidades).

¿Bajo qué preceptos tiene sentido abordar los puntos arriba mencionados con respecto a la dignificación de la pobreza? Nuestra interpretación lo justifica en un doble sentido: por un lado, la formación de ciudadanía (función indispensable de las escuelas) no puede distanciarse de «lo político», y lo político es aquello que menciona a la polis (πολις = ciudad = el conjunto de la ciudadanía). Es decir, al conjunto de personas —ciudadanas, ciudadanos— que la habitan o, dicho de otro modo, a la atención prestada que se hace sobre las vidas urbanas y no urbanas (entendamos —entre otras— rurales, por ejemplo; formas de vivir en sociedad) que habitan en dicha ciudad (lo que implica atender igualmente a lo que mora tanto en su centralidad como fuera de ella, su periferia). Por otro lado, si la escuela engloba una formación cívica y humanista (Cerini de Reffino, 2006) debe ser porque «atiende» (con las limitaciones que ello comporta pero procurando no restar ni equidad ni igualdad) a todas y cada una de estas formas de vivir o «estar» en sociedad («no soportando» la invisibilidad de ninguna de ellas); esto significa, irrevocablemente, que su atención debe ser más sensible sobre aquello que está fuera de la centralidad. Así, las personas pobres y la pobreza deben estar presentes en los espacios dignificatorios de las escuelas (sus aulas principalmente). Como guión pedagógico, cabe señalar que, desde dichas instituciones educativas, se debe evitar el anclaje de la visión asistencialista [3] de la pobreza; ésta debe enmarcarse, para acercarnos a textos propios de la teoría crítica y emancipatoria, a una vinculación entre la cotidianidad familiar y los contextos de pobreza (Eguía & Ortale, 2007: 205-218), la justicia social (Connell, 1997) y la igualdad de oportunidades (Aguado Odina, 2010).

2.- Una propuesta

Más allá de mencionar los Objetivos de Desarrollo Sostenible (ODS, 2015) —donde el primero de ellos es el «fin de la pobreza» [4]— y las investigaciones que se han realizado en torno a las dificultades y falta de oportunidades que se plasman en «las pobrezas» que habitan en la sociedad, una tramitación acorde y ajustada a las necesidades de dichos colectivos vivientes debe estructurarse, en los niveles educativos y escolares, desde una razonada y compartida proposición pedagógica. Nuestra propuesta aquí referenciada se articula sobre la noción normativa y práctica de una educación inclusiva (Rogero et al., 2016) que extienda sus teorías y consolide sus prácticas; esta propuesta la haremos sobre el eje de entender la pobreza desde una doble perspectiva (ambas indispensables de ser comprendidas conjuntamente): la política (la «actividad social en el mundo») y la existencial (la «estancia en el mundo»).

La perspectiva política nos define la obligatoriedad de atender los contextos y condiciones que se establecen en la pobreza y cómo afectan sobre el alumnado en sus diversas etapas educativas. Así, «la pobreza y la exclusión no solo se refieren a la carencia de ingresos económicos, sino que, […] presenta una multidimensionalidad de rasgos que hemos de tener en cuenta: la posición en el mercado laboral, la dificultad de acceso a los servicios y el descarte en el ámbito de las relaciones sociales» (Rogero et al., 2016: 76). Cuestiones, todas ellas, de necesaria estipulación política.

Por ello, es eminentemente vigoroso recordar —constante e implacablemente— la urgencia de atender, desde las esferas políticas y politizadas, la realidad marginalizada vivida (y viviente) de la pobreza. De hecho, se «exige también una respuesta sistémica y articulada por parte de las diversas políticas (educativas, de salud y sociales) para romper el círculo vicioso de la reproducción intergeneracional de la pobreza» (Rogero et al., 2016: 78). Destacamos la importancia de atender y sensibilizar sobre estas realidades basándonos en los siguientes puntos: la participación de la comunidad y el trabajo comunitario (Fernández, 1996); mayor inversión en políticas educativas, sociales y laborales, garantizar el derecho a la educación en todos los niveles educativos y reforzar las políticas de educación compensatoria y las medidas de discriminación positiva destinadas al alumnado más vulnerable (Rogero et al. 2016); y la defensa de un «paradigma biocéntrico» y del desarrollo centrado en la ética (Hernández Acevedo, 2014).

La perspectiva existencial nos define los planteamientos relacionales que vertebran las «formas de estar» entre nos(otros); las maneras en que se presenta la estancia en el mundo [5]. Así, es atributo sociohistórico, político y cultural «estar» integrado/a en un grupo o colectivo (con sus concepciones valorativas, sus ideas y sus comportamientos). La pobreza, como conjunto de personas, no debe contemplarse pasivamente bajo la tutela de pensarse que «hay una parte de los pobres que no hacen nada para salir de ahí» (interpretación de la falsa meritocracia [Stiglitz, 2012] y olvido de las injusticias estructurales) o «el pobre debe ser asistido como ‘sujeto necesitado’» (interpretación asistencialista que —por sí sola— robustece la perpetuidad misma de las desigualdades). Ambas posturas interpretativas son insoportables (aborrecibles ambas) desde una lectura humanística y democratizante.

Por ello, nos gustaría cerrar este apartado haciendo referencia a dos observaciones —característicamente instructivas— a valorar por las personas implicadas, directa o indirectamente, en el mundo educativo: la persona pobre negada como «sujeto de intercambio (de comercio)» y la persona pobre negada como «deseo no deseado». La primera observación se relaciona con la idea de que la pers. pobre, como sujeto improductivo e infértil, no posee algo valorativo (recursos materiales y no materiales) con el cual se pueda entablar una relación con ella; al poseer nada, no puede darme algo (sin embargo, me solicita algo. Es decir, «no entra» en el juego comercial de las relaciones [Cortina, 2017]). La segunda observación se relaciona con la visión explícita de que la pers. pobre «nos despierta» la imagen de un deseo que no deseamos; representa aquella figura en la cual no nos gustaría convertirnos, vernos en reflejo. Así, ambas observaciones, de no ser visibilizadas y, por tanto, comprendidas desde el amparo educativo, podrían trasladarse cómodamente a las vidas ajetreadas, organizadas y relacionales de las escuelas. Lo que se traduce —fácilmente— en la falta de tacto ético para censurarlas por deshumanizantes («te doy porque me das») y en la falta de tacto pedagógico para intervenirlas educativamente («trabajar sobre el reconocimiento de los deseos que no deseamos» en las relaciones).

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Notas [n.]

[1] Véase Enlace 2 (reflejo, refleja).

[2] No entraremos a debatir la adecuación terminológica de si corresponde llamar «escuela» a los centros educativos escolares o colegios; esta cuestión nos parece necesaria que sea abierta y debatida, pero consideramos —mismamente— que éste no es el espacio más propicio para ello. Nos acogeremos a la concepción socialmente aceptada de interpretar «la escuela», el colegio o el centro educativo como sinónimos (véase Enlace 3 y Enlace 4).

[3] Dice Gastón Vigo (2019) al respecto: «El asistencialismo perpetuo es un engranaje del atraso. No sólo no combate la miseria sino que la estimula. […] A la luz de los datos, nos dimos cuenta de que el asistencialismo no saca a la gente de la pobreza.» (ver Enlace 5).

[4] Ver Enlace 7: Nueva Agenda de Desarrollo Sostenible de Naciones Unidas (25 de septiembre de 2015).

[5] Nos parece importante distinguir entre «tierra» («planeta que habitamos») y «mundo» («conjunto de todo lo existente», «conjunto de todos los seres humanos») [Ver Enlace 2https://dle.rae.es].

Referencias

Aguado Odina, T. [coord.] (2010). Diversidad e igualdad en educación. Editorial UNED (350 págs).

Aguiar Baixauli, N. & Breto Guallar, C. (2005). La escuela, un lugar para aprender a vivir. Experiencias de trabajo cooperativo en el aula. Centro de Investigación y Documentación Educativa (CIDE), Ministerio de Educación (162 págs.).

Beluche, O. (2019). La sociedad y los modelos educativos. Sin permiso (en http://sinpermiso.info/textos/la-sociedad-y-los-modelos-educativos [Publicado 07/12/2019]).

Carda Ros, R. M. & Larrosa Martínez, F. (2012). La organización del centro educativo. Manual para maestros. San Vicente (Alicante): Editorial Club Universitario (428 págs, 2ª edición).

Cerini de Reffino, A. L. (2006). El humanismo pedagógico en el debate pedagógico contemporáneo. Buenos Aires: Editorial Dunken (360 págs.).

Checa, F. (1995). Reflexiones antropológicas para entender la pobreza y las desigualdades humanas. Gazeta de Antropología, 1995, 11, artículo 10 · http://hdl.handle.net/10481/13616 [consultado en diciembre de 2019].

Connell, R. W. (1997). Escuelas y justicia social. Madrid: Ediciones Morata (182 págs., 3ª edición).

Cortina, A. (2017). Aporofobia, el rechazo al pobre. Un desafío para la democracia. Barcelona: Paidós (196 págs).

Eguía, A. & Ortale, S. [coords.] (2007). Los significados de la pobreza. Buenos Aires: Biblos (264 págs.).

Fernández, G. (1996). Superación de la pobreza y educación: Una mirada desde lo local Ultima década, ISSN-e 0717-4691, Nº. 5, 1996.

Gallino, L. (2005). Diccionario de sociología. México: Editores Siglo XXI (1003 págs.).

Giroux, H. (2001). Cultura, política y práctica educativa. Barcelona: Editorial GRAÓ (141 págs.).

Hernández Acevedo, A. (2014). Pobreza y educación: retos para la teoría del currículo. Revista Entramados – Educación y Sociedad, Año 1, Nº 1 (pp.203-209) [en línea].

Llano Ortiz, J. C. (2019). El estado de la pobreza: seguimiento del indicador de pobreza y exclusión social en España 2008-2018. Madrid: EAPN-ES (17 págs.).

McLaren, P. (1995). La escuela como un performance ritual. Hacia una economía política de los símbolos y gestos educativos. Mexico: Siglo XXI Editores (307 págs.).

Moas Arribi, J. (2018). La explicación del hambre en una sociedad capitalista globalizada. El Salto (Alkimia) https://www.elsaltodiario.com/alkimia/la-explicacion-del-hambre-en-una-sociedad-capitalista-globalizada- (consultado en diciembre de 2019)

Referencias electrónicas/digitales (webs):

Enlace 1: http://etimologias.dechile.net (consultas realizadas en noviembre de 2019).

Enlace 2: https://dle.rae.es

Enlace 3: https://difiere.com/diferencia-entre-escuela-y-colegio/ (¿Cuál es la diferencia entre Escuela y Colegio?).

Enlace 4: https://diferencias.info/diferencia-entre-escuela-y-colegio/ (Diferencias entre Escuela y Colegio [fecha de publicación: 9 de agosto de 2019]).

Enlace 5: https://www.ellitoral.com/index.php/id_um/217352-el-asistencialismo-le-rompe-la-dignidad-a-la-gente-segun-el-referente-de-akamasoa-argentina-area-metropolitana.html (El asistencialismo perpetuo es un engranaje del atraso. No sólo no combate la miseria sino que la estimula [fecha de publicación: 08 de diciembre de 2019]).

Enlace 6 (Save the Children): https://www.savethechildren.es/trabajo-ong/pobreza-infantil/pobreza-y-educacion-inclusiva (Pobreza y educación inclusiva [consultado en diciembre de 2019]).

Enlace 7 (Nueva Agenda de Naciones Unidas: Objetivos de Desarrollo Sostenible): https://www.un.org/sustainabledevelopment/es/objetivos-de-desarrollo-sostenible/ [consultado en diciembre de 2019]

Rogero, J. et al. (2016). Pobreza infantil y educación. Cuadernos de Pedagogía, publicado en septiembre de 2016, 470, pp. 74-79.

Saavedra, M. S. (2001). Diccionario de pedagogía. México: Editorial Pax (171 págs.).

Stiglitz, J. E. (2012). El precio de la desigualdad. Madrid: Taurus (504 págs).

Tortosa, J. M. (2001). El juego global: maldesarrollo y pobreza en el capitalismo mundial. Barcelona: Editorial Icaria (248 págs.).

Fuente: https://rebelion.org/la-fertilidad-de-la-pobreza-de-la-indiferencia-a-la-presencia-del-aula-ii/

 

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ODS3. World Vision insta a los líderes mundiales a respaldar el plan de la ONU

Redacción: Corresponsables

La ONU pide 2 mil millones de dólares para dar una respuesta global al COVID-19

World Vision da la bienvenida al plan de Respuesta Humanitaria Global COVID-19 de la ONU, lanzado el 25 de marzo, mediante el cual pidió ayer 2 mil millones de dólares para una respuesta global y destacó el impacto devastador que podría tener un brote de coronavirus en países que ya están luchando contra las crisis humanitarias existentes.

World Vision insta a los líderes mundiales a respaldar el plan de la ONU y apoyar a las agencias y organizaciones, así como a los trabajadores de campo, en las áreas vulnerables. World Vision, como ONG internacional centrada en la infancia, está trabajando junto con la ONU y los gobiernos para combatir el brote de coronavirus en todo el mundo, priorizando las intervenciones en 17 países de África, Asia, Oriente Medio y América Latina, y teniendo como objetivo llegar a 11 millones de personas, más de la mitad de ellas niñas y niños.

“El coronavirus está teniendo un impacto devastador en las personas que viven en todo el mundo, pero podría ser catastrófico para las familias que viven en países asolados por la guerra y azotados por la pobreza. Quienes viven en lugares con instalaciones médicas deficientes y en lugares, donde los niños ya corren el riesgo de sufrir desnutrición y explotación, pagarán el precio más alto de esta crisis”afirma Isabel Gomes, Directora Global de Operaciones Humanitarias de World Vision. 

«Nosotros, junto con otras agencias globales, nos alegramos de contribuir al diseño del plan de respuesta de la ONU, y continuaremos trabajando junto a ellos y otras agencias para satisfacer las necesidades de los más vulnerables a esta catástrofe», añade.

Los 17 países que World Vision prioriza en su respuesta al coronavirus son: Afganistán, Bangladesh, Brasil, República Democrática del Congo, Haití, India, Indonesia, Iraq, Kenia, Líbano, China continental, Mongolia, Filipinas, Senegal, Sudáfrica, Siria, y Tailandia.

Los trabajadores de primera línea de la organización están trabajando desde el primer día en el terreno, junto a las comunidades, para promover medidas preventivas como el lavado de manos, apoyando a los sistemas de salud y a los trabajadores, y a los niños con mayor vulnerabilidad.

Los expertos de World Vision han advertido que el brote podría perjudicar la educación de los niños y niñas y provocar un aumento del hambre, la pobreza y la violencia.

«El coronavirus amenaza con devastar a las familias que viven en los lugares más difíciles del mundo. Instamos a los líderes mundiales a asegurarse de que están apoyando a los países que corren el riesgo de colapsar si se les deja solos frente a esta crisis», dice Gomes. 

“Y no se equivoquen: el coronavirus amenaza la salud mental y física. Los planes de respuesta deben incluir apoyo psicosocial para los niños y fortalecer los sistemas de protección que los mantienen seguros. Esto es crucial si queremos mitigar una catástrofe para los niños y sus familias», concluye Gomes. 

Fuente: https://www.corresponsables.com/actualidad/ods3-world-vision-insta-lideres-mundiales-respaldar-plan-onu

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Estudio: El «embudo» del sistema educativo en Mesoamérica

Redacción: El Economista

Un estudio publicado por el BID señala que aunque la educación en los niveles iniciales se está expandiendo, pocos logran adquirir conocimientos mínimos.

Los países de Mesoamérica, entre ellos El Salvador, viven un «efecto embudo» en sus sistemas educativos, es decir que a medida que los niños y jóvenes crecen, son cada vez menos los que van a la escuela y adquieren los conocimientos y habilidades específicas de cada nivel educativo.

De acuerdo con una publicación del Banco Interamericano de Desarrollo (BID) la educación primaria se ha casi universalizado. «Sin embargo, ir a la escuela es condición necesaria, pero no suficiente para que los niños aprendan», puesto que solo el 46 % del total de infantes logra los «aprendizajes mínimos».

«En cinco de los ocho países con datos hay más niños que asisten a la escuela y no aprenden que niños aprendiendo en la escuela», dice la publicación.

El «efecto embudo» se hace evidente en la transición de la primaria a la educación secundaria, puesto que un tercio de los jóvenes queda excluido del sistema, en la gran mayoría de los casos porque abandona la escuela. Este porcentaje varía según países: desde 14 % en México hasta 57 % en Honduras. En El Salvador el 41 % no cursa la secundaria, y de los que sí lo hacen, el 44 % no la termina.

«El problema del abandono escolar es masivo y afecta a prácticamente todas las regiones del país… La exclusión también se hace notar en los aprendizajes. El porcentaje de jóvenes que cursa la secundaria y aprende lo mínimo es de 16 %, comparado con 43 % que no aprende lo mínimo a pesar de cursar la secundaria».

Según las estimaciones, de los 623,101 jóvenes de entre 20 y 24 años que viven en El Salvador, solo 87,234 terminan la secundaria con los aprendizajes mínimos esperados; 261,702 termina la secundaria sin lograr los aprendizajes mínimos, y 274,164 no termina la secundaria.

En El Salvador entre los problemas asociados a esta brecha educativa, están la violencia, la pobreza y la falta de oportunidades en el mercado laboral.

El país «sufre altos niveles de violencia, que se reflejan en que 23 % de los jóvenes que asisten a la escuela dice ser víctima de burlas, acosos o golpes», dice el BID, mientras que la pobreza «opera como otro filtro de exclusión», puesto que muchos jóvenes optan por realizar tareas domésticas en el hogar o salen a buscar trabajo remunerado en vez de estudiar.

Esto, abonado al desempleo juvenil, explica por qué 23 % de los jóvenes de El Salvador son categorizados como «ninis», es decir que ni estudian, ni trabajan.

«En Mesoamérica, el 11 % de la población migra de sus países; en El Salvador el porcentaje llega al 25 %. Las caravanas de miles de jóvenes marchando hacia el norte en busca de mejores oportunidades de vida sugieren que la migración también puede estar jugando su parte en el abandono escolar», afirma el estudio.

Fuente: https://www.eleconomista.net/actualidad/El-embudo-del-sistema-educativo-en-Mesoamerica-20200323-0012.html

 

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300 mil alumnos pobres no tienen tecnología o ni siquiera una casa para nuevas clases por internet en Nueva York

Redacción: El Diario NY

También habrá lecciones tradicionales en papel que se distribuirán en las escuelas para los necesitados.

Alrededor de 300 mil estudiantes pobres de la ciudad quizá no tienen los dispositivos necesarios, como computadoras, tabletas o acceso a internet de alta velocidad, o ni siquiera un hogar, pues viven en refugios, reconoció el Canciller escolar de Nueva York, Richard Carranza.

Más de un millón de alumnos de escuelas públicas de NYC -la población escolar más grande de EEUU- comenzarán clases a distancia este lunes en medio de la crisis del coronavirus.

“Estamos entusiasmados por lanzarnos a esta nueva forma de aprendizaje”, dijo Carranza el viernes temprano a Pix11. “Estamos listos. Hemos tenido tres días de desarrollo profesional. Tenemos un conjunto completo de currículo, materiales y apoyo”, continuó el Canciller, para luego reconocer que 30% de los alumnos podrían no tener esa opción a la mano de inmediato.

El Departamento de Educación (DOE) actualmente está realizando una encuesta para obtener esa información de los directores de las escuelas, pero Carranza admitió que no hay una estimación clara de cuándo se completaría.

“La buena noticia es que las escuelas tienen tarjetas, computadoras portátiles y iPads. En realidad, están asignando su propio inventario a los estudiantes que tienen la mayor necesidad”, dijo.

“También estamos en camino de comprar 300 mil dispositivos. Los primeros 25 mil estarán aquí el lunes por la mañana”, aseguró Carranza. “Estamos priorizando a los estudiantes que están en la pobreza, los estudiantes que no tienen hogar”, señaló.

Cuando se le preguntó cuánto tiempo les tomaría a los estudiantes obtener esos dispositivos, Carranza admitió que simplemente no lo saben en este momento.

Sin embargo, aseguró que también habrá lecciones tradicionales en papel que se distribuirán en las escuelas para los necesitados.

“Los padres también podrán realizar actividades tipo lápiz y papel. Hay una serie de organizaciones comunitarias que también están abriendo sus puertas a estudiantes y familias”, dijo.

Y agregó que el DOE abrirá el lunes centros regionales de enriquecimiento que tendrán computadoras portátiles y dispositivos que los estudiantes pueden usar. Pero horas después, al mediodía el gobernador Andrew Cuomo decretó una cuarentena estricta que podría complicar esa opción.

Fuente: https://eldiariony.com/2020/03/21/300-mil-alumnos-pobres-no-tienen-tecnologia-o-ni-siquiera-una-casa-para-nuevas-clases-por-internet-en-nueva-york/

 

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Pandemia: la Casa Blanca y el FMI los primeros infectados

Por:  Atilio A. Boron

Guerras, crisis económicas, desastres naturales y pandemias son acontecimientos catastróficos que sacan lo peor y lo mejor de las personas –tanto de los dirigentes como del común de las gentes- y también de los actores e instituciones sociales. Es en esas circunstancias tan adversas como las bellas palabras se desvanecen en el aire y dan lugar a las acciones y comportamientos concretos.

Días pasados y apenas conteniendo las lágrimas el presidente de Serbia, Aleksandar Vucic, denunció ante las cámaras el gran engaño de la “solidaridad europea”. No existe tal cosa, dijo Vucic, es un cuento de niños, un papel mojado. Renglón seguido agradeció la colaboración de la República Popular China. Y tenía razón en su queja. Desde Latinoamérica advertimos hace mucho que la Unión Europea era un mezquino tinglado diseñado para beneficiar más que nada a Alemania a través de su control del Banco Central Europeo (BCE) y con el euro someter a los países de la Eurozona a los caprichos -o los intereses- de Berlín. La titubeante reacción inicial del BCE ante un pedido excepcional de ayuda de Italia para enfrentar la pandemia que está devastando la península mostró por unas horas lo mismo que había denunciado el líder serbio. Un escandaloso “sálvese quien pueda” que echa por tierra las edulcoradas retóricas sobre la “Europa de los ciudadanos”, la “Europa una y múltiple” y otras divagaciones por el estilo. Cuento de niños, como dijo Vucic.

Lo mismo y más todavía vale para la pandilla de hampones que se ha instalado en la Casa Blanca de la mano de Donald Trump quien ante un Irán fuertemente afectado por la pandemia lo único que se le ocurrió fue escalar las sanciones económicas en contra de Teherán. Tampoco dio muestras de reconsiderar su genocida política del bloqueo a Cuba y a Venezuela. Mientras Cuba, la solidaridad internacional hecha nación, auxilia a los viajeros británicos del crucero Braemar boyando en el Caribe, Washington envía 30.000 soldados a Europa y sus ciudadanos, alentados por el “capo” salen a enfrentar la epidemia ¡comprando armas de fuego! Nada más para argumentar.

Fiel a sus patronos el Fondo Monetario Internacional demostró por enésima vez que es uno de los focos de la podredumbre moral del planeta, que una vez que pase esta pandemia seguramente tendrá sus días contados. En una decisión que lo hunde en las cloacas de la historia rechazó una solicitud de 5.000 millones de dólares elevada por el gobierno de Nicolás Maduro apelando al Instrumento de Financiamiento Rápido (IFR) especialmente creado para socorrer a países afectados por el COVID19. La razón aludida para la denegación del pedido arrasa con cualquier atisbo de legalidad porque dice, textualmente, que «el compromiso del FMI con los países miembros se basa en el reconocimiento oficial del gobierno por parte de la comunidad internacional, como se refleja en la membresía del FMI. No hay claridad sobre el reconocimiento en ese momento».

Dos comentarios sobre este miserable exabrupto: primero, todavía hoy en el sitio web del FMI figura la República Bolivariana de Venezuela como país miembro. Por lo tanto la claridad “sobre el reconocimiento” es total, enceguecedora. Claro que no alcanza para ocultar el hecho de que la ayuda se le niega a Caracas por razones rastreramente políticas. Segundo, ¿desde cuándo el reconocimiento de un gobierno depende de la opinión amorfa de la comunidad internacional y no de los órganos que la institucionalizan, como el sistema de Naciones Unidas? Venezuela es miembro de la ONU, es uno de los 51 países que fundaron la organización en 1945 e integra varias de sus comisiones especializadas. La famosa “comunidad internacional” mencionada para hostilizar a Venezuela por personajuchos como Trump, Piñera, Duque, Lenín Moreno y otros de su calaña es una burda ficción, como Juan Guaidó, que no llega a sumar 50 países de los 193 que integran las Naciones Unidas.

Por consiguiente, las razones profundas de esta denegatoria nada  tienen que ver con lo que dijo el vocero del FMI y son las mismas que explican el absurdo préstamo de 56.000 millones de dólares concedidos al corrupto gobierno de Mauricio Macri y que fuera mayoritariamente utilizado para facilitar la fuga de capitales hacia las guaridas fiscales que Estados Unidos y sus socios europeos tienen diseminadas por todo el mundo. Espero fervientemente que la pandemia (que es económica también) y el desastre del préstamo a Macri se conviertan en los dos lóbregos sepultureros de una institución como el FMI que, desde su creación en 1944, sumió a centenares de millones de personas en el hambre, la pobreza, la enfermedad y la muerte con sus recomendaciones y condicionalidades. Razones profundas, decíamos, que en última instancia remiten a algo muy simple: el FMI no es otra cosa que un dócil instrumento de la Casa Blanca y hace lo que el inquilino de turno le ordena. Quiere asfixiar a Venezuela y el Fondo hace sus deberes.
No faltarán quienes me achaquen que esta interpretación es  producto de un alucinado antiimperialismo. Por eso he tomado la costumbre de apelar cada día más a lo que dicen mis adversarios para defender mis puntos de vista y desarmar a la derecha semianalfabeta y reaccionaria  que medra por estas latitudes. Leamos lo que escribió hace poco más de veinte años Zbigniew Brzezinski en un texto clásico y uno de mis libros de cabecera: “El Gran Tablero Mundial. La Supremacía estadounidense y sus imperativos geoestratégicos” en relación al FMI y al Banco Mundial. Hablando de las alianzas e instituciones internacionales que surgieron después de la Segunda Guerra Mundial dijo que  “Además, también debe incluirse como parte del sistema estadounidense la red global de organizaciones especializadas, particularmente  las instituciones financieras internacionales. El Fondo Monetario Internacional y el Banco Mundial se consideran representantes de los intereses “globales” y de circunscripción global. En realidad, empero, son instituciones fuertemente dominadas por los Estados Unidos y sus orígenes se remontan a iniciativas estadounidenses, particularmente la Conferencia de Bretton Woods de 1944.” (pp. 36-37)

¿Hace falta decir algo más?  Brzezinski fue un furioso anticomunista y antimarxista. Pero como gran estratega del imperio debía reconocer los datos de la realidad, de lo contrario sus consejos serían puras insensateces. Y lo que él dijo y escribió es inobjetable. Concluyo agregando mi confianza en que Cuba y Venezuela, sus pueblos y sus gobiernos, saldrán airosos de esta durísima prueba a la que se ven sometidos por la inmoralidad y prepotencia del dictador mundial, que se cree con derechos de decirle a todo el mundo lo que tiene que hacer, pensar y decir, en este caso a través del FMI. No habrá que esperar mucho para que la historia le propine una lección inolvidable, para él y sus lacayos regionales.

Fuente e imagen: https://rebelion.org/pandemia-la-casa-blanca-y-el-fmi-los-primeros-infectados/

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