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Marwan: “Sería maravilloso incluir programas de poesía en la escuela”

España / 07 de octubre de 2018 / Autor: Regina de Miguel / Fuente: Educación 3.0

Así lo cree el cantautor y poeta madrileño Marwan, un firme defensor de la necesidad de dar una mayor visibilidad a la poesía en la escuela. El artista, que lleva 20 años compartiendo poemas, continúa alimentando su faceta de escritor con ‘Los amores imposibles’ (Editorial Planeta), su tercer libro.

De padre palestino y madre española, Marwan Abu-Tahoun Recio, más conocido como Marwan, se sintió atraído por la poesía desde muy joven. “Mi interés surge cuando cumplí 16 años y leí ‘El Cantar de Mio Cid’, me pareció fascinante”, recuerda. A partir de aquel instante, empezó a leer algunos poemas de Mario Benedetti que le enseñó su hermano y que sirvieron para alimentar el flechazo que tuvo hacia este género literario. “La emotividad y la profundidad que busca la poesía a través del uso de imágenes y los símbolos la hacen única”, afirma. Su nuevo trabajo, ‘Los amores imparables’, propone al lector un viaje a través de los sentimientos.

En su opinión, ¿cómo se enseña poesía en la escuela? ¿Ocupa el lugar que se merece?

Me consta que hay muchos profesores que usan mis poemas y los de otros compañeros porque suelen resultar más accesibles y cercanos a los jóvenes. Parece que la respuesta de los estudiantes es buena. Dicho esto, la poesía siempre ha sido un género de minorías y no se ha incidido mucho en su enseñanza. A pesar de ello, siempre hay gente que acaba buscándola y lo que quizá no se haya conseguido en la escuela lo han logrado las redes sociales donde cientos de miles de jóvenes buscan poemas cada día.

¿Sólo se aprende poesía con los grandes clásicos o habría que dejar paso también a los contemporáneos?

Es positivo empezar por una poesía cercana a la prosa poética, que sea sencilla y fácil de asimilar, para después pasar a cosas más complejas que permita al alumnado entenderla y disfrutarla. Leer cosas cercanas, de temáticas que ellos sientan como propias, ayuda mucho. Los clásicos jamás se deben quedar fuera de la ecuación. Si son clásicos es por algo. Tienen un nivel altísimo.

Marwan

La poesía es un género que entre los más jóvenes no está demasiado extendido, ¿cómo fomentaría su lectura?

Actualmente, la poesía se ha extendido entre cientos de miles de jóvenes debido a la aparición de algunos autores entre los que tengo la suerte de incluirme. Algunos de nosotros hemos sido número uno de ventas en nuestro país y en zonas de Latinoamérica. Como he mencionado antes, las redes lo han hecho posible. Aun así, plantear programas de lectura de poesía o darle una mayor importancia en la escuela sería una noticia maravillosa.

«La poesía se ha extendido entre cientos de miles de jóvenes debido a la aparición de algunos autores, entre los que tengo la suerte de incluirme»

¿Qué autores u obras les recomendaría para iniciarse en este género?

Entre los autores jóvenes, por ejemplo, Luis Ramiro y Elvira Sastre. De generaciones pasadas, Pablo Neruda, Mario Benedetti, Gloria Fuertes o Miguel Hernández.

Además de escritor es cantautor. ¿Cómo se siente más cómodo escribiendo letras para canciones o para poemas?

A mi modo de ver es más sencillo escribir poemas, porque mis poemas son de verso libre y encuentro menos limitaciones que al escribir canciones donde por duración, rima y por el hecho de encajar la letra sobre una melodía me resulta algo más complicado. Aun así, me siento cómodo en ambas facetas.

poeta Marwan

¿El proceso de creatividad es el mismo?

No, los procesos son muy diferentes. En poesía me permito más licencias que en la música, puedo retorcer más el lenguaje y reflexionar más que en las canciones. Si en la canción te pones muy reflexivo se pierde musicalidad y deja de funcionar. Además, en los poemas puedo abordar de modos mucho más variados los temas que en la canción, y en la canción, sí o sí, viene incluida la música, con lo cual, ofrece una emotividad única. Es un género literario absolutamente independiente.

El amor es el eje central de su trabajo, ¿de cuántas maneras es posible tratarlo?

Se puede abordar desde millones de perspectivas porque tiene mil facetas. No solo se habla de amor en sí. Se habla de todos los escenarios y sentimientos a los que te puede conducir el amor, su falta o su pérdida. No es un tema de una sola cara, es infinito: la pasión, la entrega, la soledad, el abandono, el enamoramiento, la ruptura, las dudas, la fidelidad, la infidelidad, el deseo encendido, el deseo que se apaga, la ternura, el tedio…

«El principal tema que abordo es el amor, pero también escribo poemas sociales, relacionados con el arte, la música… «

¿En qué otros sentimientos y emociones le gusta profundizar cuando escribe?

En mi último libro hay tantos poemas de amor o desamor como de otras temáticas. Existen también poemas sociales y otros relacionados con el arte, la música, historias autobiográficas del pasado, poemas sobre la psicología de las emociones… Tiene ocho secciones de las cuales cuatro son de amor y el resto que no lo son. Además, en mis otros dos libros anteriores dedico bastantes poemas a otros temas, sobre todo sociales, aunque los de amor sean mayoría.

Por último, un pequeño test. ¿Qué le sugieren las siguientes palabras?

  • Amor: El motor de todo.
  • Inspiración: La más bella de todas las damas.
  • Verso: El esqueleto del poema.
  • Literatura: Pasión.

Marwan: libro 'Los amores imparables'

 

Fuente de la Entrevista:

https://www.educaciontrespuntocero.com/entrevistas/marwan-poesia-escuela/92195.html

ove/mahv

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10 razones y 10 propuestas para usar la poesía en el aula

Por: Ingrid Mosquera Gende

Existen muchos recursos para trabajar la poesía en el aula, pero, ante todo, debemos reflexionar sobre su importancia y decidir si vale la pena hacerlo. En este sentido, llevar la poesía al aula sirve para:

  1. Trabajar, entender y expresar las emociones, incluyendo la empatía y la tolerancia, enriqueciendo las competencias comunicativas de nuestros estudiantes.
  2. Aprender a hablar en público o leer en alto, interpretar y declamar, relacionado con la primera idea ofrecida.
  3. Mejorar el propio idioma y otras lenguas, en relación a destrezas orales, escritas y al vocabulario.
  4. Fomentar la vertiente artística y creativa de los alumnos, dando rienda suelta a sus pensamientos e imaginación.
  5. Conocer la cultura propia y la de otros países, a través de sus poemas, literatura y autores. En ese sentido, suelen celebrarse días conmemorativos dedicados a diferentes poetas o corrientes literarias.
  6. Desarrollar la capacidad memorística y las estrategias de aprendizaje de los estudiantes.
  7. Favorecer el uso de estrategias metacognitivas por parte de los alumnos, conectado con el punto anterior.
  8. Entender mejor la música y las letras de las canciones, con dobles sentidos, metáforas u otras figuras también presentes en la poesía más clásica.
  9. Conocer, por tanto, figuras literarias o retóricas que enriquecerán el lenguaje de los alumnos, así como su comprensión lectora. Además también se deberán presentar diferentes tipos poéticos, para poder desarrollar un gusto propio.
  10. Ofrecer, en definitiva, distintas visiones y perspectivas del mundo, de diferentes culturas y realidades que sirvan para abrir los horizontes y la mentalidad de nuestros estudiantes.

Para que todos esos potenciales beneficios tengan lugar, la poesía deberá, en la mayoría de los casos, introducirse de un modo gradual, pues, en un principio, puede resultar arduo o despertar reticencias:

  1. Una buena forma de comenzar es mediante canciones, que también suponen un modo de poesía, ya reconocido en los últimos años en los premios Nobel de literatura. Acerquémonos a los alumnos a través de la poesía de las canciones, incluida en su letra y también en sus melodías, si decidimos hacer un proyecto conjunto, por ejemplo, con la asignatura de música. Podríamos estudiar cómo la música contribuye a la transmisión de los sentimientos incluidos  en la letra de la canción. También puede haber proyectos en el aula de inglés e incluso incorporar la asignatura de educación física, si se incluyen coreografías.
  2. Otra posible manera de introducir la poesía es a través de historias que les sean cercanas o motivadoras, como pueden ser poemas presentes en El Hobbit o el Señor de los Anillos.
  3. El profesor puede leer en alto y los alumnos también pueden hacerlo. Una posible propuesta consiste en llevar al aula un poema de elección propia o crear todo un proyecto, individual o en grupos, en torno a la figura de un poeta, de una generación o de un único poema.
  4. Organizar visitas de poetas contemporáneos, videoconferencias, entrevistas virtuales o contacto a través de Twitter, por ejemplo. También es posible escuchar a los propios poetas recitando sus versos a través de muchas páginas web.
  5. Jugar con la poesía y con la lengua: ordenar versos de poemas, reordenarlos, completar poemas, cambiarlos, modificarlos, traducirlos o sustituir palabras. También se pueden realizar dibujos o cómics sobre un poema, en coordinación con la asignatura de dibujo.
  6. Del mismo modo, se pueden completar canciones, entender sus letras, interpretarlas o analizarlas, de forma aislada, o teniendo en cuenta la música, como se comentaba antes, o la vida del artista o grupo, así como la relación con otras canciones. Igualmente, se puede intentar buscar y reflexionar sobre el título de una canción, un poema, de todo un álbum, o  de todo un poemario.
  7. Por tanto, es posible proponer debates, sobre significados, interpretaciones, relaciones entre vida y obra, entre letra y música o entre diferentes poemas.
  8. Clasificar poemas por orden de preferencia e intentar ser capaces de explicar la decisión de forma justificada. Se pueden evaluar poemas desde puntos de vista muy diversos, siguiendo diferentes criterios, de forma individual o grupal, mediante evaluación oral o escrita, entre otras posibilidades.
  9. Situar en el tiempo diferentes poemas dados, guiándose por sus características, o intentar relacionar algunos poemas con sus autores, partiendo de otros ya vistos. Igualmente, con las nuevas tecnologías, ya mencionadas arriba, también se pueden localizar nombres de poetas en un callejero o en google maps, en un proyecto que puede ser compartido con otras asignaturas.
  10. No se debe olvidar la posibilidad de crear canciones o poemas propios, grupales o individuales, de temáticas libres o dadas, o partiendo de ciertas palabras. Siguiendo la conexión con la música, es posible convertir un poema ya existente, o creado, en música, añadiéndole una melodía, pudiéndose ver ejemplos famosos en el aula, como actividad previa.

La poesía debe estar abierta a todos y suponer un modo de inclusión y de promoción de la empatía y del valor de la cultura. Se hace desde que los niños son pequeños, cuando cantamos a nuestros hijos. De un modo u otro, se trata de no dejar de cantarles.

Fuente artículo: http://blog.tiching.com/10-razones-10-propuestas-usar-la-poesia/

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Chile: Nicanor Parra: ciencia y antipoesía en un mismo maestro

Chile / 25 de enero de 2018 / Autor: Redacción / Fuente: FayerWayer

El rol científico siempre acompañó al escritor y docente.

Aunque Nicanor Parra destacó por sus aportes en la poesía y antiposeía, e invitó a pensar de un modo crítico en años complejos de la historia de Chile, su rol como científico es uno de los más desconocidos. Fue matemático, físico y cosmólogo, además de su genialidad en las letras.

Parra fue un ejemplo de que avanzar en el pensamiento complejo es elemental para todo ser humano. La tecnificación del conocimiento del acelerado mundo moderno, que parcela la integralidad del entendimiento y simplifica las múltiples dimensiones del estudio, es algo de lo que Parra siempre escapó: pasó de la matemática a las letras, y viceversa.

Nicanor Segundo Parra Sandoval nació en una familia con nueve hermanos, un padre profesor primario y una madre modista. Sin demasiados recursos, llegó a Santiago y tras ser becado por la Liga de Estudiantes Pobres, ingresó al Internado Nacional Barros Arana. Posteriormente entró a estudiar matemáticas y física al Instituto Pedagógico de la Universidad de Chile, donde contribuiría a la ciencia y al laicismo.

“Hay dos panes. Usted se come dos. Yo ninguno. Consumo promedio: un pan por persona”, dice en uno de sus escritos, aludiendo a la ficción de algunas estadísticas y evidenciando su compromiso social, pero sin apartar su mirada numérica. De hecho, ejerció como profesor de matemática y física en establecimientos secundarios públicos.

Con el tiempo, Parra cursó estudios en Mecánica Avanzada durante tres años en la Universidad de Brown, en Rhode Island, Estados Unidos. Se transformó en un físico especialista en indeterminación y relatividad y posteriormente entró como docente de Mecánica Racional en su alma mater, la Universidad de Chile, donde también fue director interino de la Escuela de Ingeniería.

Parra también estuvo en dos años en la Universidad de Oxford, para especializarse en cosmología, aunque su fijación por la promoción de las ciencias y no le impidió presentar una cátedra de literatura en Facultad de Ciencias Físicas y Matemáticas de la Universidad de Chile, entre 1972 y 1994.

“La poesía fue un objeto de lujo, pero para nosotros es un artículo de primera necesidad: no podemos vivir sin poesía”, dijo el antipoeta, docente y promotor científico, que hoy nos dejó a sus 103 años de edad.

Fuente de la Noticia:

https://www.fayerwayer.com/2018/01/nicanor-parra-ciencia-poesia-mismo-maestro/

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Un sesgo anacrónico en la paideia: educación sin filosofía en Esparta

España / 17 de diciembre de 2017 / Autor: Marcos Santos Gómez / Fuente: Paideia. Educación y Filosofía

Esparta, por mucho que hoy repugne a una concepción democrática del Estado, ejerció un inmenso atractivo en la Antigüedad como modelo de una paideia que por primera vez y de un modo sin paliativos, era obra directa del Estado. Es decir, organizó una suerte de educación pública, por primera vez en la historia, a la que los griegos de su tiempo veían con admiración pero que se trataba en realidad de una forma primitiva de educación, pues su fuente social e ideológica era el Estado racial, un tipo de agrupación política arcaica heredera directa de la nobleza de sangre y cuya rígido inmovilismo impedía el desarrollo de un nous filosófico independiente, como sí habría de propiciar sobre todo la democracia ateniense. Se daría, pues, de un modo diferente a la complejísima paideia del mundo ateniense que obedecería, ésta, a un profundo cambio social y político en relación con los modelos arcaicos de sociedad. Un sutil nuevo modo racional de abordar el mundo que habría de implicar los extremos de una singularización individualista y, por otro lado, el manejo y tratamiento de lo común, tanto el funcionamiento de la polis como el vínculo con la tradición que consiste antes en su reelaboración que en su aceptación pasiva. Así que el pensamiento y la individualización vendrían sobre todo en el Ática, aun cuando estos se produjeran de manera paralela a la necesidad o aspiración de una cierta regulación pública de la educación en la polis.

Por tanto, el caso de Esparta es, señala Jaeger, un fenómeno “pedagógico” y social aislado que no tendría que ver con el complejísimo y rico proceso de la llamada “ilustración” ateniense del siglo V a. C., en el momento de auge del movimiento sofístico. En cualquier caso, lo relevante del caso espartano es que responde, de algún modo, a algo profundo y arraigado, como una constante, que suele aparecer en la “naturaleza humana”, una suerte de viejo anhelo quizás o ideación que, en sus aspectos lúgubres pero también ventajosos, reaparece en la literatura, por ejemplo, todavía hoy (en la ciencia ficción muy a menudo). Estamos en un tiempo en que lo moral se fundía con lo político y el nomos, las leyes, respondían a lo que hoy tratamos como ámbitos diferenciados. Señalará Jaeger, más adelante en el libro, que esta diferenciación la acarrearía el cristianismo, con su creación de una “conciencia” individual vinculada a la culpabilidad personal. Sin embargo, lo propio de la ilustración ateniense frente a Esparta sería la escisión de nomos y physis, de la normatividad y la ley, por un lado, y la naturaleza, por otro. El pensamiento, de hecho, o lo que llamamos “racionalización”, se refleja en que produce una desnaturalización de distintos ámbitos culturales, desde la moral a la ley, como estamos señalando, a también todo lo que hemos denominado “cultura” o “conocimiento” o, también podíamos llamarlo, “saberes”, que se escinden y desnaturalizan y se tornan “artificiales”.

Esta desnaturalización opera, creo, en varios sentidos. Uno es como la vive el individuo que, paradójicamente, cuando es despojado de lo que es, de lo que inercial y ciegamente lo constituye, sabe que es individuo, emerge como tal. Es un movimiento en lo cultural por el que ello se separa y se vive como algo ajeno que puede propiciar y empieza en efecto a crear la sensación de algo ajeno, que se tiene y se añade a uno, o no, y cuya adquisición, en la Atenas de los sofistas, será precisamente la obra de una educación por primera vez especializada (“formal”, la llama Jaeger). De manera paradójica, aunque emerge como preocupación por lo público, la nueva razón y la nueva paideiaparticipan de una cierta disolución de la misma sociedad que trata de poner en relación y a la que responde. Estamos hablando de un considerable cambio en el modo de vida que vendrá relacionado con la democracia y, lo que es la tesis principal del libro de Jaeger, con la racionalización y la necesidad de crear y practicar una pedagogía consciente.

El educador “oficial”, desde la fuerza de la poesía que por primera vez es abiertamente educativa, es decir, destinada a crear un tipo de hombre-ciudadano desde su fuente en la comunidad, será Tirteo. Es decir, la poesía, con su fuerza irradiante, sella, imprime una imagen con una eficacia mayor que la del pathos personal, pues éste se modula y concentra en la lengua literaria que es capaz de conmover removiendo hondamente las emociones y trabajando con ellas. Aquí, el arte es sublimación y pedagogía.

Como hemos señalado, se da en Esparta una voluntad de crear un ciudadano, pero no hay ni puede haber el individuo del mundo democrático, que emerge como producto de la escisión de physis y nomos por la que el mundo humano y político puede ser pensado. Es decir, no hay filosofía, en esta pedagogía que, por tanto, no elige de manera consciente su modelo de “hombre” o su “ciudadano”, y sí se ajusta a un modelo de educación en que no opera el sentido crítico y que se limita a reproducir un cierto ideal. El modelo espartano fue una aparente, y por tanto falsa, democratización basada en la extrapolación a la comunidad del ideal aristocrático en que la areté se funda en una comunidad de sangre que no responde a su organización, interpretación y cuestionamiento radicales propios del ejercicio del nuevo logos. Ni siquiera, creo, tendríamos el intento de reelaborar este modelo estático que supuso la obra de Hesíodo para dar juego y “crear” una nueva clase social o su ideología. Estamos más cerca de Homero que lo estaba Hesíodo y su mundo campesino.

Sin embargo, este fenómeno pedagógico tan antiguo y primitivo, nos debe conducir hoy, creo, a formularnos algunos interrogantes muy actuales. Si tomamos el mero efecto de una pedagogía que se vale, en este caso de la poesía, para plasmar un modo de vida, quizás no estemos en el ámbito de la paideia, de la formación ilustrada que consideraremos al hablar de Atenas. ¿Es suficiente, preguntaríamos hoy, con “educar” para una ciudadanía sin que al mismo tiempo se re-elaboren los contenidos culturales de ese mundo en lo que constituye la tarea de creación de “individuos críticos” por excelencia? ¿Es posible educar para la democracia sin que al mismo tiempo se proporcionen los elementos para un cuestionamiento que, paradójicamente, convierte en conjetura aquello que nos cimenta ideológicamente? Da la impresión de que el pensamiento “ilustrado” de la Atenas del siglo V a. C. adviene con un elemento de negativización en su seno, con una suerte de velada amenaza nihilista o disolvente, como en efecto materializará la sofística. Quizás la posibilidad de impugnar aquello mismo que te constituye, en una suerte de suicidio intelectual, sea un requerimiento sine qua nom para que, todavía hoy, podamos hablar de democracia. Con ella, en efecto, surge la incomodidad y el peligro de pensar. Como otra cara de la moneda, tendríamos el monolitismo aristocrático de Esparta. También en el caso de la tradición filosófica presocrática jónica, no ya Atenas, había albergado una figura como Jenófanes, cuya labor formativa se basa precisamente en crear esta suerte de paradoja que implica el pensar la propia tradición, lo que es, repetimos, una desnaturalización de la misma, su alejamiento de la fundación en una comunidad de sangre.

En definitiva: ¿es aconsejable hoy una pedagogía que sirva a la encarnación de un ideal con el peligro de que se torne, en este sentido, ideológica o mera construcción cómplice de un modo de vida, por muy deseable que éste sea, sin que existan huecos o fisuras de razón que lo impugnen? Esparta nos retrotrae a la paradoja, brutalmente manifiesta en ella, de que la democratización en el sentido de funcionamiento homogéneo y bien protegido de fisuras de una comunidad, y que no implica una cierta desintegración individualista de la polis, no es democracia. Se precisa de la individualización que es a su vez causa y efecto de la racionalización, del movimiento “cultural” y subjetivador en que consiste pensar. Estaríamos de otro modo, pues, ante una cierta organización del heroísmo homérico, ya nada más. 

Obra de referencia:

Jaeger, W. (1990). Paideia: los ideales de la cultura griega. Madrid: FCE.

Fuente del Artículo:

https://educayfilosofa.blogspot.mx/2017/01/un-sesgo-anacronico-en-la-paideia.html

Fuente de la Imagen:

http://laeducacionespartana.blogspot.mx/

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La más alta poesía y la reforma de la educación

Chile / 15 de octubre de 2017 / Autor: Jorge Alarcón / Fuente: El Mostrador

Nada más alejado de las actuales preocupaciones de la “reforma educativa”, lo que sea que signifique tan gastada alocución, que las concepciones pedagógicas que ponen en su centro la vida de niños y niñas, sus caras sucias, sus pómulos colorados y sudadas frentes, sus profundos ojos, su imaginación loca, sus juegos sin reglas ni fin -incomprensibles rutinas sin vencedores y sin vencidos-, de su embobamiento y de su asombro, de la pasión pedagógica que animó a maestras y maestros de antaño. Que anima, de hecho, a muchos que hasta hoy enseñan -o lo intentan sin éxito, según reza cierto escepticismo triunfal – en escuelas y liceos del país.

La inaudita internacionalización del lenguaje de los funcionarios, el registro comparado de resultados educativos divulgado cada tanto por los expertos, las consabidas siglas de organismos bi, tri y multilaterales, que acompaña la con frecuencia cursi estilización de los problemas educativos -sonidos apenas musitados por labios contorneados con el rictus de superioridad cognitiva que es la moda entre los expertos-, que ha logrado proscribir palabras referidas a los aspectos que hoy se consideran inasibles: la educación, parece decirse, ha entrado en la segura senda de la ciencia y por este medio ha logrado reducir o eliminar el ruido molesto de la experiencia escolar en tanto que experiencia. En educación, para parafrasear al ex Pdte. Lagos, la-música-es-nada-más-que-música.

Tal vez debido a ello, la reciente aparición del pensamiento pedagógico de Gabriela Mistral (“Pasión de enseñar. Pensamiento pedagógico”. Valparaíso: Editorial UV, U. de Valparaíso, 2017, 320 págs.), editado en un libro lujoso, con hilos a la vista, que insinúan su espesor interior; objeto de antaño -el libro-, enorme, difícil de llevar y traer, barrocamente revestido este como si se tratara de un objeto ornamental; la pasión pedagógica de la Mistral, digo, cae como pesado metal cuyo eco retumba en las a veces vacías/vanas pretensiones de la reforma educativa, lo que sea que esta expresión signifique.

Como habrá de suponerse, las pasiones de Mistral son de varia lección, pero sin excepción, o casi, navegan contra corriente. Hablar, como ella hace, por ejemplo, de “gracia”, para referirse al elemento vital de la docencia, diciendo que el profesor ha de tener “gracia” o simplemente no serlo, apela a una fuerza espiritual desterrada de la lingua franca educativa, global, anglo ella; nada más lejos del carácter mágico, religioso y folclórico de la palabra “gracia”. Nada más lejos del desencantado “sistema educativo” que, para seguir en la misma vena, García Lorca diría que carece de “duende”.

El libro reúne las ideas, los pensamientos, las pasiones de la Mistral, acerca de la educación, que permanecían desparramados en diversos textos de la poetisa y alcanzan aquí una cierta organización, debida a los editores, que permite acercarnos a su universo de preocupaciones pedagógicas.

Un universo que a ratos se concentra en ella misma, en su desazón, en su entusiasmo, en su optimismo; que en otros momentos deja entrar una reflexión que se proyecta sobre sus experiencias o que las proyecta a éstas al plano de la lección compartida, y que, en otros, por último, muestra a la poetisa evaluando el acontecer educativo en Chile y el mundo.

Estas preocupaciones, por lo mismo, constituyen una fiable descripción del acontecer de la educación nacional, en la época en que cada una de las entradas del texto fuera escrita y fechada. La extensión de tiempo que cubren las anotaciones es, de hecho, nada despreciable, puesto que abarca textos desde 1906 hasta los años del reconocimiento internacional del Nobel, a mediados de los 40.

La Mistral es siempre severa crítica de los burócratas y amante maestra de niños y niñas. Con las armas de su palabra, desliza juicios y aprecios, expresa sus afinidades electivas y, en todo momento, evidencia su fe en los niños y su menosprecio por las meras formas de la administración educativa -especie de weberiana jaula de hierro que habría de producir especialistas sin espíritu, gozadores sin corazón, justamente por ausencia de gracia.

El profesor muestra su gracia, justamente, cuando narra, al contar, cuando haciendo uso del lenguaje rapta el imaginario precoz, audaz de los niños y cuando consigue que éstos se dejen guiar por su indómita fuerza interior: suerte de voz rousseauniana, primaria y prístina, que conduce el proceso educativo hacia la zona del éxito, que no es más pero tampoco menos, que el mismo niño y el despliegue de su ser. Y en este trayecto, en la odisea de aprendizaje que es el currículo y que es la escuela -que es su mapa y su territorio-, el libro y la lectura tienen una posición sin par. Contar, enamorar mediante la palabra, como hicieran Jesús y todos los grandes maestros de la humanidad, es para Mistral el paradigma de la enseñanza.

La enseñanza es la más alta poesía.

Así lo entendió la Mistral. Así lo profesó.

En esas varias formas que adoptó su credo pedagógico: a veces en tono vocativo, a veces evocativo, a veces imperativo, Mistral representa en estos pasajes, el ideario de una generación de maestros y maestras que concibieron y conciben su humano empeño por enseñar, como tarea cuya única meta es la religación del ser con el ser. Esta unidad de uno-con-uno-mismo, que es el Paraíso que se nos prometió y que es, también, un acto creador. El Paraíso de ser uno mismo.

Por eso la enseñanza es poesía, por crear en los niños un ser que ya son, revelándose como la única posibilidad que el niño tiene ante sí: ser él mismo. El educador reconcilia, pacifica, unifica los materiales enérgicos y dispersos de la infancia en un proyecto de ser.

El educador tiene en sus manos la tarea de la humanidad. Pero por eso mismo, por tan importante tarea, hay quienes piensan que no puede dejarse en las solas manos de los docentes la educación de las nuevas generaciones, puesto que de ella depende la construcción del futuro esplendor que el himno patrio da por sentado.

¿Cómo conciliar la más alta moral de la enseñanza con el registro apenas rasante de la planificación social? ¿Cómo y por qué hemos llegado a oponer a los maestros con los planificadores? A fin de cuentas, ¿no nos creíamos ya librados del romanticismo de los primeros y del positivismo craso de los segundos? ¿No es que aquí la educación chilena sigue atenazada por los cuernos de un dilema decimonónico? Eso es lo que me parece.

De modo que estas preguntas no son más que retórica: nuestra imaginación poética no puede seguir yendo en paralelo al camino de la planificación social. Eso parece ser el caso, sin embargo. Un caso que, me temo, ha hecho de su limitación epistémica una discapacidad ontológica, al punto de no poder representarse el problema de la educación sino como falta de diseño y de planificación o, a la inversa, como falta de gracia o de duende.

Fuente del Artículo:

http://www.elmostrador.cl/noticias/opinion/2017/10/09/la-mas-alta-poesia-y-la-reforma-de-la-educacion/

Fuente de la Imagen:

http://www.memoriachilena.cl/602/w3-article-3429.html

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Escribir

Ilka Oliva Corado

Escribir, escribir, escribir, escribir.

Escribir si llueve, si hace sol, si está nublado, con luz de candil, en el bullicio, en el silencio, en la madrugada, a medio día, en el baño, en el autobús, en la calle, en el encierro del desarraigo.

Escribir en la ebriedad, en la sobriedad, en la agonía, en el llanto, en la pérdida, en el abandono. En la enajenación. En la abundancia. En la adicción. A pesar de las circunstancias, escribir.

Escribir sin vergüenza, en la timidez, en el bochorno, sin miedo, a pesar del temor, sin decoro, en la ansiedad; en la alegría, en la histeria, en el dolor, en la incertidumbre, en el éxtasis. Escribir sin freno, sin delicadeza, con ternura, con cólera, sin prisa, en la premura, en la urgencia, en la soledad, escribir, escribir, escribir.

Escribir en la desnudez, en la culpa, en el desasosiego, en el descampado, en la calidez, en la paranoia, escribir en la insatisfacción, en el cuestionamiento, en la placidez, en el descontento. Escribir, escribir, escribir.

Escribir con sed, en la agonía, con la herida abierta, escribir en carne viva, en la restauración, en el quebranto, como terapia, como compañía, como catarsis, como expresión, como realización. Escribir, escribir, escribir.

Escribir en la desconfianza, en el vacío, como sanación. Escribir sana, escribir cura, fortalece, encausa, satisface, escribir libera. Escribir, escribir, escribir a todas horas, todos los días, como respiración…

Fuente del articculo: https://cronicasdeunainquilina.com/2017/10/03/escribir/

Fuente de la imagen: https://comohacerpara.com/imgl/03270-escribir-cuento_l.jp

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Entrevista a Samir Delgado: “La poesía es humanidad que se levanta y camina”

Entrevistador: Fernando Salazar Torres*

¿Qué es el Tren de los Poetas y cuáles son sus fundamentos?

—Realmente es un tren imaginario, existe únicamente durante el trayecto de los poetas que viajan en cualquier medio de transporte para llegar a la ciudad y compartir las literaturas del mundo, por eso el tren es un símbolo poético, un paradigma para el ensueño. Y los fundamentos siempre han sido universalizar la poesía, la dimensión creativa de la humanidad, a todos los ámbitos de la sociedad. Los orígenes del proyecto radican en Castilla-La Mancha, territorio quijotesco; el proyecto fue fundado en 2013 como un homenaje a los poetas hispanoamericanos que cruzaron en tren el bando republicano durante la guerra civil española en una muestra de solidaridad internacional. El Tren de los Poetas es el mismo que llevó a Pablo Neruda, César Vallejo y tantos más, aunque ahora transporta hasta la ciudad de Durango en México a escritores de todo el mundo; el sueño continúa en el corazón mismo del país que acogió fraternalmente a todos los refugiados de la república española. Por eso mismo el Tren de los Poetas es un hito cultural con vocación de futuro.

En el Tren de los Poetas hemos conocido el testimonio de autores como Abdul Hadi Sadoun, de Irak, o Rayen Kvyeh, de la nación mapuche, que aspiran a todo.

—¿Cuáles serían las repercusiones culturales y sociales de los vínculos actuales entre México y España?

—En este año 2017 se cumple el cuadragésimo aniversario del restablecimiento de las relaciones entre México y España, es importante destacarlo debido a que los gobiernos van a su ritmo y las sociedades de ambas orillas habitan un mismo pálpito, hay un vínculo muy especial entre México y los distintos pueblos del Estado español que hay que seguir profundizando; en arte y literatura los puentes de conexión resultan de enorme trascendencia y todavía hay mucho que hacer para superar la distancia oceánica. Sólo cabe pensar en la embajada mexicana en Madrid, es un espacio con galerías de arte y la biblioteca del centenario de Octavio Paz, ningún país tiene nada que se parezca en toda Europa. Y me lastima especialmente que por ejemplo a día de hoy el legado de poetas como Luis Cernuda, Pedro Garfias o Emilio Prados permanezcan en un limbo, prácticamente desconocidas sus tumbas, tan ajenos a lo que sucede en Madrid. Y otros desajustes impropios para la altura de estos tiempos, donde exponentes de la generación abstracta mexicana como Manuel Felguérez o uno de los últimos muralistas, Guillermo Ceniceros, sean poco divulgados en España, teniendo un parentesco generacional indiscutible con otros pintores del mismo género en la otra orilla.

—¿Por qué considera importante el testimonio de los poetas como visión alternativa en el contexto social e histórico en que vivimos?

—En plena globalización neoliberal la poesía representa un bastión de resistencia cultural para la defensa del derecho universal a la vida, a la pluralidad lingüística de las naciones y a la igualdad total más allá de toda frontera impuesta. La literatura es biografía, vida que se escribe, escritura de lo que está vivo, las identidades de los pueblos y las experiencias individuales y colectivas sobre el mundo, los entornos de las ciudades, la naturaleza, el amor. Cada voz poética es una mirada singular, transferencia simbólica al común de los mortales de todo aquello bello y justo que nace de la creación literaria, ese duende del que habló García Lorca, el ángel de la jiribilla de Lezama Lima. En el Tren de los Poetas hemos conocido el testimonio de autores como Abdul Hadi Sadoun, de Irak, o Rayen Kvyeh, de la nación mapuche, que aspiran a todo, y poetas de tantos otros lugares que representan una cartografía fundamental del sentir poético de la humanidad.

—¿Cuáles son los criterios usados para que participen los poetas a este proyecto?

—Cada poeta tiene su propio registro literario, siempre consideramos la variedad y el pluralismo como vectores enriquecedores, debido a los recursos racionales y equilibrados de los presupuestos económicos siempre se aspira a que los poetas estén cerca o de paso para que no resulte excesivo el gasto, apostamos por un modelo de gestión alejado de los capitales privados y que siempre las inversiones culturales repercutan en la sociedad plenamente, que la poesía llegue a nuevos públicos, fomentando la lectura en lugares deprimidos socialmente, intensificando las actividades en bibliotecas y centros educativos. Todos los poetas del mundo son bienvenidos, y los esfuerzos para que todo esto funcione siempre han sido a favor de una cultura participativa, el cambio social y el desarrollo comunitario. La poesía, los poetas, sus libros suman un valor inconmensurable a la vida social que no entra en las cotizaciones de la bolsa ni en los debates parlamentarios. La poesía es humanidad que se levanta y camina.

México es el lugar ideal para un tren de poetas, para continuar avivando la utopía de un mundo mejor.

—Además del papel de los poetas, ¿existen otras actividades que acompañen al Tren de los Poetas?

—Desde una perspectiva cultural el Tren de los Poetas siempre se nutre de un abanico de actividades complementarias que acompañan a los poetas en sus estadías: ciclos de cine, muestras de libros, exposiciones de arte. En este primer semestre del proyecto en México hemos inaugurado una colección de libros bajo el nombre de “Nuestra América” en la Biblioteca Pública del Estado de Durango; comenzamos a desarrollar las líneas de trabajo para hacer itinerante el programa de visitas a otros estados de la república con la presencia de autores nacionales y latinoamericanos, además de la próxima aparición del sello editorial del Tren de los Poetas a escala transfronteriza, hispanohablante. Y por supuesto la plantación simbólica de los árboles de la poesía en homenaje a escritores de todas las lenguas y geografías.

—¿Cuál es la visión de la mexicanidad desde el exterior?

—México ha sido un lugar paradigmático para la ensoñación del extranjero, aquellos escritores de otras latitudes que miraban a México con la atracción de aquello distinto, exótico y fascinante, no han sido pocos los poetas y artistas que hicieron de México su lugar de preferencia para la creación. La mexicanidad sigue siendo una identidad dinámica, plural y atrayente, a pesar de los problemas estructurales que asolan, dificultan y pervierten la calidad de vida de las mayorías y los derechos democráticos de cada rincón de la república, el mayor patrimonio del país es la cultura, el potencial inmenso de las nuevas generaciones y el legado de las culturas indígenas, México por eso es el lugar ideal para un tren de poetas, para continuar avivando la utopía de un mundo mejor, para seguir construyendo puentes de paz entre los pueblos de la Tierra.

Fuente de la Entrevista:

https://letralia.com/entrevistas/2017/08/21/samir-delgado-la-poesia-es-humanidad-que-se-levanta-y-camina/

Fernando Salazar Torres *

 Escritor mexicano (Ciudad de México, 1983). Poeta, ensayista y gestor cultural. Licenciado en filosofía por la Universidad Autónoma Metropolitana, unidad Iztapalapa (UAM-I), donde también obtuvo el grado de Maestría en Humanidades, especialidad en teoría literaria. Ha publicado el poemario Sueños de cadáver (el golem editores, 2010) y Visiones de otro reino (el golem editores, 2015). Su poesía y ensayos se han publicado en distintas gacetas y revistas literarias impresas y electrónicas, entre las que destacan Círculo de Poesía (México) y Valenciana, revista de la Universidad de Guanajuato. Fue cofundador del grupo Literagen y subdirector de la revista de crítica literaria el golem; actualmente forma parte de el golem editores. Dirige el taller literario “el golem”. Coordina las mesas críticas sobre literatura mexicana “Crítica y pensamiento sobre la poesía y la narrativa en México” y “Vértice en el tiempo. Reunión de poetas”.
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