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EL OGRO ANARANJADO CONTRA VENEZUELA

Por: Franklin González

El cantante panameño, Rubén Blades, el 23/03/2020, en su “Diario de la peste”, bitácora personal donde escribe sobre el tema del momento -el Covid-19-, responsabiliza de la pandemia actual al “ogro anaranjado”, por no gestionar que se movilizaran los exámenes previos para detectar contagiados.

Recordó que Trump «llego a decir que solo habían unos pocos enfermos, como cinco en los USA y que pronto todo se reduciría a cero, porque milagrosamente el virus desaparecería».

Finalmente, lo calificó como «el político más estúpido, mentiroso, narcisista e incompetente de todo el planeta y la bolita del mundo. Amén».

Más claro imposible, sobre todo viniendo de quien hace mucho tiempo se olvidó del contenido social y de combate por la dignidad latinoamericana de sus canciones, y se plegó al mantra del “American way of life”.

Por su parte, Umberto Eco en su último texto De la estupidez a la locura, en uno de sus últimos ensayo “¿Estamos todos locos?” se hace la siguiente pregunta:¿No será más prudente convencernos de que en todo ser humano hay un cierta dosis de locura, que para muchos permanece latente toda la vida, pero para muchos otros estalla de vez en cuando: estalla de forma no letal y a veces productiva en aquellos que consideramos genios, precursores, utopistas, pero en otros se manifiesta con acciones que nos hacen gritar a la locura criminal?.

En el “ogro anaranjado” parece estar dándose las dos condiciones, la estupidez a su máxima expresión, y la locura, no la productiva sino la criminal, al menos, si por sus opiniones sobre el Covid-19 y Venezuela lo miramos.

Sobre el Covid-19

Cuando ya el coronavirus había tocado suelo de su país, el 22/01, el presidente Donald Trump desde Davos, Suiza dijo: «Lo tenemos totalmente bajo control» y «Es una persona que vino de China».

El 24/01 por tuiter escribió: China ha estado trabajando duro para contener el coronavirus. Estados Unidos aprecia enormemente sus esfuerzos y transparencia. Todo saldrá bien”.

El 30/01, desde Michigan, comentó: “Tenemos un muy pequeño problema en este país en este momento, con solo 15 casos en Estados Unidos” “Pronto tendremos solo cinco personas. Y podríamos llegar a solo una o dos personas”.

El 11/02 desde Texas dijo. “Para abril, ya saben, cuando caliente un poco, milagrosamente se irá, eso es cierto. Solo tenemos 11 casos y todos están mejorando”

El 26/02 diría: «El nivel que tenemos en nuestro país es muy bajo, y todas esas personas se están recuperando (…) Tenemos un total de 15 (casos confirmados). Tenemos algunos que vinieron de Japón, escucharon sobre eso, porque son ciudadanos estadounidenses, y están en cuarentena. Y también están mejorando».

El 27/02 aseguró: “Esto es el nuevo bulo” de la prensa, “están en modo histeria”.

El 29/02 afirmó: «Hemos tomado las acciones más agresivas para afrontar el coronavirus. Son las más agresivas tomadas por cualquier país. Y somos el principal destino en el mundo, y aun así tenemos muchos menos casos de la enfermedad».

El 04/03 en una entrevista con Fox News se aventuró a decir que tenía una «corazonada». «Bueno, creo que 3.4 por ciento es realmente un número falso. Ahora, y esta es una corazonada, y, con base en muchas conversaciones con un montón de gente (…) creo que el número, personalmente, diría que el número es muy inferior al 1 por ciento».

El 06/03 dijo “Lo estamos haciendo muy bien. Pero este es un problema imprevisto. Qué problema. Vino de la nada, pero lo estamos atendiendo».

El 18/03 habló de sacrificios: “Cada generación ha sido llamada a hacer sacrificios compartidos por el bien de la nación”, “ahora es nuestro momento” y “debemos sacrificarnos juntos porque estamos juntos en esto”.

El domingo 22/03/, por tuitter envío en mayúscula el siguiente mensaje: “NO PODEMOS DEJAR QUE LA CURACIÓN SEA PEOR QUE EL PROBLEMA MISMO”.

El 26/03 habló como héroe: “Soy un presidente en tiempo de guerra”, “esto es una guerra, con un enemigo invisible”.

En síntesis, la distopía en máximo desarrollo.

Lo real y concreto

El miércoles 11/03/2020, la OMS a través de su Director General, el eritreo Tedros Ghebreyesus, le anunció al mundo que el coronavirus ya era oficialmente una pandemia, era global y que todos los países iban a tener que poner mucho de su parte para combatir el virus.

Y dijo: “Estamos muy preocupados por los alarmantes niveles de propagación y gravedad, y por los alarmantes niveles de inacción”.

Al principio su epicentro fue China, luego pasó a ser Italia y por los “alarmantes niveles de inacción” de sus dirigentes y en particular de su presidente, hoy Estados Unidos es el primer país con más contagiados por el Covid-19. Ya ha superado los 112.000 contagiados y van más de 1.800 fallecidos.

Las consecuencias desde el punto de vista social son de “pronósticos reservados” y se informa que la cifra de trabajadores que se apuntaron a las listas de desempleo ya alcanzó el récord de 3,3 millones.

Venezuela

La administración gubernamental actual de EEUU, sin recato alguno por la verdad y mucho menos por la ética, acude a dos subterfugios para acusar al gobierno de nuestro país, ambos dentro de la lógica de la estupidez y la locura.

Uno, encontrándose el gobierno bolivariano abocado a enfrentar nacionalmente la pandemia del Covid-19, aparece el Fiscal General, William Barr, el 26/03,  en nombre del Departamento de Justicia de EEUU, acusando, sin prueba alguna, al presidente de la República, Nicolás Maduro Moros, al presidente de la Asamblea Nacional Constituyente, Diosdado Cabello y a otros altos funcionarios gubernamentales, de tener vínculos con el narcoterrorismo

De inmediato, el Secretario de Estado Mike Pompeo, emite una declaración, al mejor estilo de las películas del lejano oeste gringo, ofreciendo una serie de recompensas por información que conduzcan al arresto y/o condena (¿no será asesinato?) de los funcionarios ya mencionados, de 15 y 10 millones de dólares.

Dos y simultáneamente, la señora Carrie Filipetti, subsecretaria de Estado norteamericana para Cuba y Venezuela, en una videoconferencia, afirmó, el 26/03 que: “La situación en Venezuela es extremadamente nefasta (…) Si Venezuela no puede hacer frente al Covid-19, en el futuro éste irá a Brasil, Colombia y la región circundante como estamos viendo con la crisis de refugiados” y agregó: “Veremos una expansión de la pandemia del Covid-19 en la región, si no a nivel global, si Venezuela como país no puede enfrentar la crisis”.

Ambas acusaciones provienen, primero, del principal país consumidor de drogas del mundo y segundo, del principal país con contagios del Covid-19 en el mundo. Mayor descaro imposible.

Sin embargo, el propósito, la táctica de ambas declaraciones es: desprestigiar hasta más no poder al gobierno bolivariano ante el mundo.

Y su estrategia está clara: una vez logrado lo anterior, derrocar, por cualquier medio, al presidente Maduro y apoderarse de Venezuela.

De eso se trata, ni más más ni menos.

Hay que estar conteste: contra Venezuela, aún sin lograrlo, se han puesto en ejecución todas las acciones, habidas y por haber, para derrocar gobiernos con réditos para el imperio escrito en la historia particular de América Latina.

Una de las opciones que le faltaría implementar sería la de una intervención militar directa, pero esa no le ha dado muy buenos frutos en este siglo XXI, al menos en los casos de Afganistán, Irak, Libia y Siria

Contra nuestro país se desarrolla entonces una guerra híbrida en sus distintas modalidades, para lo cual la oligarquía colombiana ha entregado su territorio, país, nación y soberanía y los ha puesto al servicio de los intereses de la administración actual de Estados Unidos. Su servilismo es total y han decidido retrotraer la historia de Venezuela.

Siendo entonces Colombia la “punta de lanza” contra nuestro país, debe considerarse que desde ese territorio están operando las fuerzas que vendría a cumplir el mandato de Pompeo, esto es, secuestrar ¿o asesinar? al presidente Nicolás Maduro Moros.

Pareciera que al lanzar una recompensa de 15 millones de dólares, manejan, por el momento, estas dos opciones:

Un comando de secuestro. Sería la fórmula aplicada contra Manuel Antonio Noriega en 1990 y Manuel Zelaya en el año 2009.

O el magnicidio. Una versión “postmoderna” de lo que ya hicieron con Sadam Hussein en 2006 o Muamar Gadafi  en 2011. O también puede ser a través de un Dron, que fue la vía utilizada para asesinar al general iraní Qasem Soleimani

En ambos casos la orden ya está dada y Estados Unidos financiará la operación.

El trabajo sucio lo harían en principio unos paracos, sicarios o unos paramilitares colombianos o, en todo caso, utilizarían cualquier contratista militar privado para ello.

Logrado el fin, el propósito, que sería desmembrar la unidad del Estado. se produciría, como consecuencia, el salto definitivo para apoderarse de la patria de Bolívar y Chávez, de sus recursos naturales, de su flora y de su fauna.

Todo está claro, por ello no lo permitamos.

Hoy más que nunca la unidad de los revolucionarios es de vida o muerte.

*Sociólogo, Profesor Titular, Ex Director de la Escuela de Estudios Internacionales de la UCV. Profesor Postgrado en la UCV,  la Universidad Militar Bolivariana de Venezuela, en el Instituto de Altos Estudios “Pedro Gual” del Ministerio del Poder Popular para las Relaciones Exteriores. Fue Decano de Postgrado de la Unerg y embajador en Polonia, Uruguay y Grecia.

Fuente: El autor escribe para el Portal Otras Voces en Educación

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Libro(PDF): «Contra Nuestra América. Estrategias de la derecha en el siglo XXI»

Reseña: CLACSO

Franz Hinkelammert afirmó hacia fines del siglo XX una idea que tiene plena vigencia: «La nueva derecha es heredera de las dictaduras militares de Seguridad Nacional, y su vocación es asegurar el esquema de poder originado por esas dictaduras bajo formas democráticas, en beneficio de las élites y con la bendición de Estados Unidos».

En efecto, las estrategias de la derecha vuelven a sus orígenes. En el plano político, se ha intensificado el perfil ideológico desplazando el espectro hacia posturas ultraderechistas. El autoritarismo de nueva generación registrado durante la segunda década de este milenio definitivamente se ha exacerbado. Esta matriz se ha reforzado en lo económico, actualizando la antigua alianza tecno-militar en la composición de los gobiernos en cargos claves (Brasil, Paraguay y Colombia), al tiempo que se refuerza el imaginario del Estado emprendedor, ahora conducido sin mediaciones y en forma directa por empresarios (la denominada “CEOcracia”).

Autores (as): 

Jairo Estrada Álvarez. Carolina Jiménez Martín. José Francisco Puello Socarrás. [Editores]

Jairo Estrada Álvarez. José Francisco Puello Socarrás. Carolina Jiménez Martín. Victor Manuel Moncayo C.. José Honorio Martínez. Mabel Thwaites Rey. Jaime Caycedo. Sergio de Zubiría Samper. Pablo Guadarrama González. Osvaldo Martínez. Beatriz Stolowicz. Alba Carosio. Plinio Arruda Sampaio. Julio C. Gambina. Antonio Elías. [Autores y Autoras de Capítulo]

Editorial/Editor: CLACSO.

Año de publicación: 2020.

País (es): Argentina.

Idioma: Español.

ISBN: 978-987-722-588-4

Descarga: Contra Nuestra América. Estrategias de la derecha en el siglo XXI

Fuente e Imagen: https://www.clacso.org.ar/libreria-latinoamericana/libro_detalle.php?id_libro=1836&orden=&pageNum_rs_libros=0&totalRows_rs_libros=1375

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A nuestros amigos de todo el mundo, desde el centro de la crisis de Covid-19 Dinamopress.

Europa/Italia/18/03/2020/ Autor y fuente: www.dinamopress.it/

Estamos viviendo tiempos difíciles, pero también nos estamos movilizando para no rendirnos y así preparar nuestro próximo ataque. Reflexiones, escenarios y reivindicaciones en medio del brote de Coronavirus

Hace doce días las escuelas y universidades fueron cerradas. Hace nueve días la región de Lombardía se convirtió en una extensa zona roja. Hace ocho días 30 cárceles fueron incendiadas. Hace siete días suspendimos las manifestaciones que iban a ser una ocasión para la huelga de las mujeres. Esa noche toda Italia fue declarada zona roja. Hace cinco días la mayoría de los comercios y actividades económicas cerraron.

Escribimos desde el ojo de la tormenta. Estamos viviendo una época difícil. Pero también nos estamos organizando para no rendirnos y preparar nuestro próximo ataque.

COVID-19 Y LA CONCIENCIA SOCIAL

En unos días se suspendieron las manifestaciones y las asambleas programadas, las reuniones comenzaron a efectuarse sólo en línea y actualmente estamos confinados a nuestras casas. Este virus tiene un rasgo específico, si comparado con otros riesgos que conscientemente, individual o colectivamente, tomamos en nuestra actividad política. Este virus puede convertir a todos en un riesgo para los demás y para la sociedad en general. Como muchos dicen en estos días, el principal riesgo del Covid-19 es que puede llevar al colapso del sistema nacional de salud.

Esto puede ocurrir principalmente por dos razones: el virus se propaga muy rápidamente y también los enfermos asintomáticos son contagiosos; un porcentaje de los casos debe ser tratado en terapia intensiva. Los sistemas de salud no son iguales en todo el mundo, ni en los diferentes países europeos. La proporción entre las camas de los cuidados intensivos y la población tampoco es la misma. Los datos más recientes que encontramos dicen que Francia tiene 12 camas cada 100 mil habitantes, Italia tiene 11 y el Reino Unido tiene 7. Sólo Alemania es una excepción parcial, con 30 camas. Pero Grecia tiene 5.

Lombardía es una de las regiones más ricas de Europa y tiene uno de los mejores sistemas de sanidad. Sin embargo, también fue el primer sitio del brote de la infección. A pesar del aumento de camas en terapia intensiva, lo que los médicos y enfermeras se ven obligados a hacer en estos días es aplicar los criterios de la llamada “medicina del desastre”. Esto significa que no todo el mundo puede ser tratado y la elección debe hacerse considerando criterios basados en la posibilidad de supervivencia.

¿Qué podría suceder en los países que no tienen un sistema de salud pública? ¿Qué podría suceder en Áfria donde el saqueo colonial empobrece a las sociedades? ¿ Y en América del Sur? ¿Qué podría suceder en los Estados Unidos, donde el acceso a la asistencia sanitaria depende del dinero que se tiene en el bolsillo? Nadie lo sabe, pero nos hemos hecho todas estas preguntas durante estos últimos días. Hasta ahora, evitar las típicas conductas individuales y políticas nos parece más una cuestión de conciencia social y menos una cuestión de control social o un estado de excepción impuesto desde arriba.

¿EL FINAL DE LA POLITICA?

Claramente no se entra en el reino de la “Ciencia Sagrada” en sólo un par de días, donde la política de repente ya no importa. La epidemia no es la misma para todos. No es la misma para los detenidos, que iniciaron un gran levantamiento, según las cifras proporcionadas por el Ministro de Justicia se han involucrado alrededor de 6 mil personas (10% de ellos encarcelados) y 30 prisiones en 3 días. Decenas de policías han sido heridos, se han producido daños por valor de unos 500 millones, decenas de presos han escapado (aunque sólo 6 siguen en libertad) y 13 de ellos (la mayoría africanos) han muerto. La autoridad dice que todos ellos murieron a causa de una sobredosis de drogas, que fueron robadas de las enfermerías de las cárceles. Ya veremos.

Las cárceles y los centros de detención para migrantes no son un lugar seguro, en particular durante una epidemia. Pero tampoco son lugares seguros para muchas mujeres las casas. La epidemia en China dio lugar a un aumento de la violencia doméstica y en todo el mundo las casas y las relaciones familiares son los principales sitios donde se producen los feminicidios y los abusos. Por esta razón, el movimiento feminista está discutiendo cómo organizar la autodefensa de las mujeres que durante la cuarentena están expuestas a un riesgo mucho más alto de violencia doméstica. Por supuesto, otro gran problema es el de las personas sin hogar, que son alrededor de 40 o 50 mil en Italia, las cuales no tienen un lugar donde quedarse y tampoco pueden encontrar refugio. Estas personas están haciendo frente a enormes problemas debido al cierre de muchos servicios sociales y de atención.

Mientras las redes sociales, los medios de comunicación y los políticos invitaban a la población a quedarse en casa mediante hashtags, declaraciones y decretos, el sindicato de empresarios y propietarios de industrias y empresas ha estado presionando para que los trabajadores sigan trabajando. Esto es lo que la Confidustria (Confederación General de la Industria Italiana) pidió hasta el día antes de que el último decreto del Primer Ministro entrara en vigor y es lo que sigue ocurriendo en muchos lugares de trabajo. Aquí la clase obrera tradicional de las fábricas y la nueva clase obrera empleada en la logística se rebelaron inmediatamente, con huelgas espontáneas deteniendo la producción y la distribución de mercancías. “¿Por qué todo el mundo debe quedarse en casa mientras nosotros tenemos que trabajar?”, “¿Qué garantías tenemos contra el contagio?”, “¿Qué medios para evitar el contagio y respetar las órdenes médicas nos proporcionará?”, estas son algunas de las principales preguntas que los trabajadores están haciendo en estas horas a los propietarios y al gobierno.

Hasta ahora, parece que la epidemia y la situación de emergencia en la que vivimos están lejos de eliminar la política de la vida social. No es el reino de la ciencia o de los policías. Es, de hecho, también el espacio en el que una idea muy radical puede convertirse en sentido común. No es posible saber cuál será el próximo paso y cómo la emergencia transformará las normas del orden social y político. Pero estamos seguros de que este cambio tendrá lugar y que hay un gran espacio para la política, también en condiciones en las que todavía no es posible salir a la calle, reunirse y protestar.

LO QUE ESTAMOS HACIENDO

Como trabajadores precarios, autónomos, freelance, estudiantes, desempleados, migrantes y toda la composición social que no puede beneficiarse de los amortiguadores sociales tradicionales, tenemos una única y clara reivindicación: una renta básicade cuarentena para todos. Estamos organizando una campaña para reforzar esta reivindicación a nivel nacional. Mientras no trabajemos o no nos paguen, todavía tenemos que pagar los alquileres, las facturas, los préstamos y los bienes. Pensamos que esta reivindicación debería unir las diferentes figuras del mercado laboral fragmentado y la diferenciada composición de clase, además debería ser el primer paso para establecer una norma social universal que deberá mantenerse también después del fin de la epidemia.

Pensamos que esto tendría que reivindicarse por lo menos a nivel europeo, que el 1% debe pagar por ello y en general pagar el coste de la epidemia. Impongamos un impuesto a los gigantes de la web, a los súper ricos, a los propietarios, y hagámosles pagar. Necesitamos impuestos sobre las transacciones financieras y sobre los grandes ingresos. También reclamamos: la inmediata requisa de todas las clínicas y hospitales privados; la distribución gratuita de productos básicos; el cese del pago de facturas y alquileres. Los pobres y los débiles no deben pagar por la epidemia.

Hay que aprovechar de esta situación de emergencia, para recordar quién condujo nuestro sistema de salud a este punto por los cortes y las privaciones. Durante esta cuarentena, hay que luchar por un futuro mejor, sentando las bases de nuevas y más fuertes formas y redes de organización política. Al menos a nivel europeo y contra las instituciones financieras europeas que durante estos años han empobrecido nuestras sociedades, en el marco del neoliberalismo y de la austeridad.

Traduzione di Petra Zaccone per dinamopress

Fuente: http://lobosuelto.com/coronavirus-amigos-dinamopress/

Fuente principal e imagen: https://www.dinamopress.it/news/to-our-friends-all-over-the-world-from-the-eye-of-covid-19-storm/

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Apagón Pedagógico Global

Mundo/15-03-2020/Autor: Luis Bonilla-Molina/Fuente: Redacción OVE

Por: Luis Bonilla Molina

En esta oportunidad publicamos el video del Dr. Luis Bonilla-Molina en el cual denuncia los mecanismos que utiliza al capitalismo neoliberal del siglo XXI para tratar de destruir la escuela pública como la hemos conocido históricamente.

Invitamos a la divulgación de este video, síntesis de sus planteamientos.

 

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Perú: Biblioteca Nacional implementa políticas para fortalecer igualdad de género

América del Sur/Perú/15-03-2020/Autor(a) y Fuente: www.andina.pe

Institución destacó el importante legado escrito por mujeres que cuenta en su colección.

En conmemoración del Día Internacional de la Mujer, el jefe institucional de la Biblioteca Nacional, Ezio Neyra, y la co-fundadora y CEO de Aequales, Andrea de la Piedra, celebraron la firma de un convenio que permitirá fortalecer la política de igualdad de género de la institución que se viene implementando desde el 2018.

Esta medida se da en la filosofía de que las instituciones también pueden ser agentes de cambio para reducir las brechas de género.

A esta tarea se ha sumado la Biblioteca Nacional del Perú, a través de la búsqueda de alianzas y compromisos con organizaciones que promueven la igualdad de oportunidades entre hombres y mujeres.

Durante la visita se invitó a las representantes de Aequales a visitar la Bóveda de la BNP para poder conocer de primera mano valiosos documentos que reflejan el avance de la mujer en la sociedad peruana.

Entre el material se encuentra, “Pérégrinations d’une paria” (1838), de Flora Tristán, “Reformas necesarias del código civil común peruano: tendientes a hacer efectiva la igualdad civil y jurídica del hombre y la mujer” (1920), de Miguelina Acosta, entre otros.

Se incluyó también la colección de misivas de la escritora Zoila Aurora Cáceres, una de las principales impulsoras del sufragio femenino en Perú.

En este encuentro, el jefe de la BNP señaló la importancia de implementar un enfoque de equidad de género en todas las entidades públicas y privadas del país, para eliminar estereotipos.

Añadió que gracias a la política que ya existe en la institución, se sigue avanzando con mucho énfasis para lograr transversalizar este enfoque en todas las instancias de la BNP, reduciendo las desigualdades que afectan principalmente a la mujer.

Como parte de estas acciones, se contempla el desarrollo de charlas de sensibilización a cargo de Aequales, que estarán dirigidas a trabajadoras y trabajadores de la sedes de la BNP en San Borja y el Centro de Lima.

Estas actividades permitirán una comunicación más inclusiva, estrategias de desarrollo profesional, mejoramiento del clima laboral, liderazgo, entre otros temas de acuerdo a la Política Nacional de Igualdad de Género.

 (FIN) ECG
Fuente e Imagen: https://www.andina.pe/agencia/noticia-biblioteca-nacional-implementa-politicas-para-fortalecer-igualdad-genero-787206.aspx
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«Babelia» El texto inédito de Galeano que anticipa su visión de América Latina

Redacción: El País

‘Babelia’ adelanta un fragmento de ‘Guatemala’, un análisis político del continente escrito en 1967, cuatro años antes de ‘Las venas abiertas de América Latina’.

‘Babelia’ ofrece un adelanto de Guatemala. Ensayo general de la violencia política en América Latina, de Eduardo Galeano, que publica hoy la editorial Siglo XXI. Se trata de un rescate ampliado de un libro publicado en 1967 pero inédito en España. Tras una visita de Galeano, entre abril y mayo de 1967 a Guatemala, el escritor, de cuya muerte se cumplirán cinco años el 13 de abril, escribe este análisis político del continente, antecedente directo de su libro más importante, Las venas abiertas de América Latina. En el libro se investigan las implicaciones políticas para todo el continente de la situación guatemalteca, un tema sobre el que también trata la última novela de Mario Vargas Llosa, Tiempos recios.

«No tenían entonces fuego y Tohil lo creó y se los dio, y los pueblos se calentaban con este, sintiéndose muy alegres por el calor que les daba. El fuego estaba alumbrando y ardiendo, cuando vino un gran aguacero y granizo que lo apagó».

Popolvuh

“Mis pilotos son rubios y de ojos azules”, dijo una vez el ex presidente de Guatemala, Miguel Ydígoras Fuentes, “pero eso no quiere decir que sean norteamericanos”. La coincidencia física, en este país de indios, no resultaba, por cierto, casual. La intervención de los Estados Unidos en los asuntos internos de Guatemala abarca, desde hace mucho tiempo, todos los campos. La presencia imperialista en el país resulta, por su crudeza, ejemplar: este es un descarnado modelo de la explotación que sufren las atormentadas tierras del sur del río Bravo. Guatemala es el rostro, torpemente enmascarado, de toda Latinoamérica; la faz que exhibe el sufrimiento y la esperanza de estas tierras nuestras despojadas de sus riquezas y del derecho de elegir su destino. Desde los Estados Unidos se ponen y se quitan presidentes y dictadores en Guatemala; desde Wall Street se controla la economía, por la vía de las inversiones, el comercio y los créditos; el ejército recibe armas, adiestramiento y orientación de oficiales norteamericanos que a menudo participan personalmente en operaciones militares dentro del país; la prensa y la televisión dependen en gran medida de los avisos de las empresas extranjeras; funcionarios y técnicos de la Embajada de los Estados Unidos o de organismos “internacionales” ejercen un gobierno paralelo que pasa a ser único a la hora de las decisiones; la Coca-Cola ha sustituido a los jugos de fruta naturales y el dios de los protestantes y los mormones compite con las divinidades mayas, que han sobrevivido escondidas tras los altares católicos. El dominio y la explotación de Guatemala como si fuera un objeto de propiedad privada no es, por cierto, nuevo. Ha cobrado características singulares a partir de 1954, porque la invasión criminal que el imperialismo desencadenó entonces ha marcado a fuego la historia presente del país. La caída de Árbenz fue un eslabón decisivo de una larga cadena de agresiones que ni empezaron ni terminaron con ella. La situación actual no podría ser explicada sin tener muy en cuenta el proceso revolucionario de la década abierta en 1944 y su trágico fin: de aquellos vientos provienen estas tempestades. Las mismas fuerzas que bombardearon la ciudad de Guatemala, Puerto Barrios y Puerto San José a las cuatro de la tarde del 18 de junio de 1954, están hoy en el poder: ocupan, hoy, el poder real, tras las mamparas que les presta un régimen civil que se proclama, hipócritamente, heredero de la revolución derrotada. De aquel desastre en adelante, el pueblo derribado fue aprendiendo a levantarse por otros medios: en la revolución perdida está también la clave que explica la consolidación y el desarrollo de las guerrillas actuales.

Una conciencia nueva

La colonia quería hacerse patria: hasta 1944, el país había sido testigo y víctima, pero no protagonista, de su historia. Desde largo tiempo atrás, el destino de Guatemala se venía jugando a la suerte de monedas extranjeras, en Wall Street o en Washington o en los cuarteles generales del Pentágono. Encabezada por universitarios y jóvenes oficiales nacionalistas del ejército, la revolución estalló y puso fin al largo reinado del dictador Ubico –un viejo general cuyas simpatías germanófilas no le impidieron servir los intereses de las empresas norteamericanas y cuyo proclamado culto de la honestidad no obstaculizó sus excelentes relaciones con la oligarquía local–.

Este pequeño país de indios analfabetos y muertos de hambre se erguía sobre sus pies: Arévalo y Árbenz, elegidos sucesivamente por voto popular, habrían de encabezar la difícil aventura de la afirmación nacional. Nacional, digo, en un sentido que trascendía las fronteras de Guatemala: de estos gobiernos nacieron los mejores y más intensos esfuerzos por reconstruir, sobre nuevas bases, la perdida unidad centroamericana. Al haber sido desgarrada Centroamérica, como Latinoamérica toda, por las fronteras que el imperialismo consolidó o inventó para dominarla mejor, no será el imperialismo quien reconstituya la fracturada patria grande:

de los originales proyectos de Arévalo a la actual Sieca (Secretaría de Integración Centroamericana), media la misma distancia que separa a la Alalc (Asociación Latinoamericana de Libre Comercio) de los sueños de Artigas o Bolívar. La llamada “integración centroamericana”, tal cual se está realizando, no produce otra cosa que la desintegración de las débiles industrias nacionales del área, en beneficio de la integración de los negocios de las empresas extranjeras: las operaciones se planifican a escala regional; ampliados los mercados y eliminados los impuestos y los controles, el saqueo imperialista cobra nuevas formas más eficaces. Hace veinte años, las tentativas de la revolución guatemalteca por agrupar política y económicamente a Centroamérica tenían por objeto superar la balcanización del área, en beneficio del área misma; se intentaba dar una respuesta común al común desafío del subdesarrollo, vencer la fragmentación para poder vencer la miseria y el atraso. Pero la Odeca (Organización de los Estados Centroamericanos), nacida de aquellas inquietudes en 1951, terminó convertida en un organismo enemigo del gobierno de Guatemala: lejos de romper el aislamiento de la revolución popular, lo agudizó. Fue una de las catapultas utilizadas por los Estados Unidos para bombardear y aniquilar, al cabo de una larga y terrible campaña, al régimen de Árbenz. La Sieca es, pues, hoy en día, una digna heredera de aquella Odeca.

Las proyecciones centroamericanas de la revolución guatemalteca no podían cristalizar sino a través de otras revoluciones que no se produjeron. De sus pequeños países vecinos, gobernados por hombres de paja de la United Fruit o por dictadores vitalicios, Guatemala no recibió otra cosa que hostilidad o indiferencia. Pero la revolución inició y siguió su curso dentro de fronteras, hasta que fue finalmente aplastada por tropas preparadas por la CIA en Honduras y Nicaragua. Sus conquistas están todavía muy vivas en la memoria del pueblo. Un vigoroso plan de educación fue puesto en marcha; los trabajadores del campo y de las ciudades se organizaron en sindicatos, protegidos por el Código del Trabajo. La United Fruit Co., un Estado dentro del Estado, dueña de la tierra, el ferrocarril y el puerto, exonerada de impuestos y libre de controles, dejó de ser omnipotente en sus vastas propiedades. Las nuevas leyes laborales y de seguridad social hicieron posible el desarrollo del mercado interno, al aumentar el poder adquisitivo y el nivel de vida de los trabajadores. Mediante la construcción de carreteras y la creación del puerto de San José, en el Pacífico, se rompió el monopolio que la United Fruit ejercía sobre el transporte y el comercio. Se emprendieron ambiciosos proyectos de desarrollo económico, como las obras de electrificación del país, impulsados con capital nacional. “En Guatemala no hemos recibido empréstitos, porque sabemos muy bien que, cuando se reciben dólares con la mano derecha, con la izquierda se entrega soberanía”, había dicho Arévalo, un Arévalo por entonces bien distinto del que terminaría aconsejando la intervención armada contra la Revolución Cubana.

Guatemala empezaba a demostrar, a los ojos de toda Latinoamérica, que un país puede romper el subdesarrollo, salir de la miseria, sin humillarse como mendigo a las puertas del Imperio. Hubo una nueva Constitución, que por primera vez no fue una retórica trampa redactada por los doctores a espaldas de su pueblo, y hubo, sobre todo, una conciencia nueva: los obstáculos daban a Guatemala la certidumbre de su recién nacida fuerza. Los descendientes de los mayas estaban rescatando un sentido de la dignidad malherido desde los tiempos en que habían sido aplastados por la conquista española. El 17 de junio de 1952, el gobierno de Árbenz aprobó la ley de reforma agraria. Al dejar el gobierno, en su discurso de despedida, Arévalo había revelado que su administración había debido sortear treinta y dos golpes de Estado promovidos por la United Fruit Co. La reforma agraria era demasiado: resultaba un ejemplo insoportablemente peligroso para América Latina. La embajada norteamericana decidió que el gobierno de Árbenz olía fuertemente a comunismo y representaba un peligro para la seguridad del Hemisferio10. No era la primera vez que se calificaba así a un régimen nacionalista burgués con vocación de independencia. Ni Arévalo ni Árbenz se proponían, por cierto, la socialización de los medios de producción y de cambio: la ley de reforma agraria fijaba como objetivo esencial “desarrollar la economía capitalista campesina y la economía capitalista de la agricultura en general”. Al mismo fin estaban orientadas las demás medidas tomadas por ambos gobiernos. Esta “confusión” no sería la última, como lo demostró la sangre derramada en otros países en los años siguientes. La buena salud de las inversiones norteamericanas al sur del río Bravo y la política de poder de los Estados Unidos en su área natural de influencia se asientan sobre sagradas estructuras económico-sociales que determinan que en América Latina muera más de un niño por minuto de enfermedad o de hambre. Quien toque esas estructuras, comete sacrilegio: el escándalo estalla.

El crimen

Una aplastante campaña de propaganda internacional se puso en movimiento contra Guatemala. Desde allí viene la peste, se decía: “La Cortina de Hierro está descendiendo sobre Guatemala”. En los primeros meses del 54, más de cien mil familias habían sido ya beneficiadas por la reforma agraria, que sólo afectaba a las tierras improductivas y pagaba indemnización, en bonos, a los propietarios expropiados. La United Fruit sólo cultivaba el 8% de sus tierras extendidas hasta los dos océanos: se empezó a distribuir sus inmensos eriales entre campesinos pobres que se disponían a trabajarlos. El presidente de la United Fruit advirtió en una entrevista confidencial: “De aquí en adelante, ya no se tratará del pueblo de Guatemala contra la United Fruit Co.; la cuestión se convertirá en el caso del comunismo contra el derecho de propiedad, la vida y la seguridad del Hemisferio Occidental”. La OEA se reunió para otorgar su bendición a la invasión que la CIA estaba preparando contra Guatemala. Entre los indignados demócratas que levantaron sus manos para condenar al régimen de Árbenz en la Conferencia de Caracas, figuraron entonces los representantes de los más sangrientos dictadores de la historia del continente, vivas garantías de la estabilidad de América Latina: Batista, Somoza, Trujillo, Pérez Jiménez, Rojas Pinilla, Odría: aun ahora, tanta corrupción sumada rompería cualquier computadora que se propusiera medirla. “No teníamos dudas ni esperanzas”, escribiría tiempo después, a propósito de la Conferencia, el canciller guatemalteco Toriello. Aquella fue la última vez, ya en vísperas de la agonía, que Guatemala pudo levantar su voz para expresar la política exterior independiente que había nacido con la revolución y con ella murió: en Chapultepec, en San Francisco, en Río de Janeiro, en Bogotá, y en muchas otras ciudades europeas y americanas había resonado con fuerza suficiente y con suficiente coraje como para que los Estados Unidos consideraran inadmisible la insolencia de aquel pequeño país.

La OEA dio su visto bueno y el militar de turno, Castillo Armas, graduado en Fort Leavenworth, Kansas, abatió sobre Guatemala sus tropas entrenadas y pagadas por los Estados Unidos. La invasión, respaldada por el bombardeo de los F-47 piloteados por “voluntarios” norteamericanos, triunfó. Acorralado por el enemigo, traicionado por los jefes militares en quienes confió hasta el final, Árbenz no quiso, quizás no pudo, pelear. Aquella trágica noche de 1954, el pueblo escuchó por radio el texto grabado de su renuncia, no la esperada proclama de la resistencia11. Lo mismo ocurriría, después, con otros líderes de movimientos semejantes en América Latina: caudillos populistas o presidentes con intenciones reformistas de carácter nacionalista burgués terminarían sus días en el poder abandonándolo sin sangre; asustados, quizás, por las contradicciones que habían desencadenado y temiendo ser desbordados por las fuerzas populares que habían puesto en movimiento, ni Perón, ni Bosch, ni Goulart entregaron armas a los trabajadores para la defensa de sus regímenes enfrentados al desafío de sucesivos golpes militares.

Poco tiempo después de la invasión de Guatemala, ya se reconocía oficialmente, desde Washington, que la maquinaria del crimen había sido montada, aceitada y puesta en funcionamiento por manos norteamericanas. Fue un lindo trabajito de la CIA: uno de sus directivos, el general Walter Bedell Smith, pasó a integrar un año después el directorio de la United Fruit, en uno de cuyos sillones se había sentado ya Allen Dulles, por entonces hombre número uno de la Agencia Central de Inteligencia. El hermano de este, John Foster Dulles, había sido el más impaciente de los cancilleres en la reunión de la OEA. Se explica: en su escritorio de abogado se habían redactado los borradores de los contratos que la United Fruit firmó con el gobierno de Guatemala en 1930 y 1936.

Las recompensas

Castillo Armas cumplió su misión. Devolvió las tierras ociosas expropiadas a la United Fruit y otros terratenientes y entregó el subsuelo de 4 600 000 hectáreas, casi la mitad del país, al cártel internacional del petróleo. El Código del Petróleo fue redactado en inglés y llegó en inglés al Congreso: se tradujo al español a petición de un diputado que todavía tenía un resto de vergüenza. La revolución se había negado a entregar el petróleo, pese a las presiones ejercidas durante su década de gobierno. “¿Para quiénes guardan ustedes ese petróleo?”. “Para Guatemala”, había contestado Arévalo a un agente de la Standard Oil. Hoy día, el cartel mantiene en reserva, sin explotarlos, los yacimientos donde se ha detectado existencia de petróleo, una política que también practica en otros países latinoamericanos.

Castillo Armas gobernó a sangre y fuego. Clausuró los diarios de la oposición, que habían funcionado libremente en tiempos de Árbenz, y envió a la cárcel, la fosa o el exilio a los militantes políticos democráticos y a los dirigentes sindicales y estudiantiles. Por fin, él mismo fue asesinado. Eisenhower lloró su muerte: “Es una gran pérdida para su propio país y para todo el mundo libre”, dijo. Tras nuevas elecciones anuladas y una junta militar de efímero gobierno, ganó la presidencia el general Ydígoras Fuentes. Antes de la invasión de Castillo Armas, el propio Ydígoras había sido invitado por la CIA a encabezar la expedición. Él mismo cuenta, ahora, que rechazó la oferta: entrevistado por la periodista Georgie Anne Geyer en San Salvador, Ydígoras dice que, no bien ganó las elecciones, fue abordado por cuatro hombres de la CIA que lo amenazaron con tomar represalias si no pagaba el saldo de la deuda de tres millones de dólares que Castillo Armas había contraído para financiar su invasión teñida de Gloria.

Ydígoras ratificó con su firma un inconstitucional y bochornoso convenio de garantías a las inversiones extranjeras establecidas o por venir, que sirvió posteriormente de modelo a otros gobiernos latinoamericanos con ideas no menos dudosas sobre la dignidad nacional. Hizo, también, su propio ensayo de reforma agraria –con características tan singulares que sólo resultaron beneficiados los grandes terratenientes, según lo establece un reciente informe oficial–. Fue Ydígoras quien ofreció tierra guatemalteca para el entrenamiento de las fuerzas que se lanzaron al asalto de las playas cubanas en abril de 1961, a cambio de algunos compromisos de ayuda a su gobierno. Pero no por ello sus negocios con la CIA dejaron de ser ruinosos: todavía se queja, amargamente, de que los Estados Unidos no cumplieron con las condiciones del acuerdo y dice que obtuvo la cuota de azúcar que se le había prometido sólo cuando amenazó con boicotear las conferencias de la Alianza para el Progreso.

Fuente: https://elpais.com/cultura/2020/03/12/babelia/1584015233_867113.html

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El fracaso de los reformistas iraníes y el giro conservador

Por: Alberto Rodríguez García

El fracaso del Plan de Acción Integral Conjunto (conocido también como el acuerdo nuclear), la inflación, la crisis económica, las sanciones unilaterales de Donald Trump, la incapacidad de aplicar junto a la Unión Europea (UE) el plan de comercio alternativo INTEX y un principio de 2020 en el que EE.UU. asesinó a Qassem Soleimani y la respuesta iraní terminó derribando un avión civil en Teherán, han marcado el final de los reformistas iraníes en beneficio de los principalistas; los conservadores de línea más dura (la extrema derecha, para que nos entendamos).

Las elecciones al Parlamento iraní (Majles), celebradas el pasado 21 de febrero, se desarrollaron en un contexto nacional e internacional muy complicado para Irán. La suma de múltiples factores como el coronavirus —que ha llegado muy fuerte a Irán, infectando e incluso matando a personalidades importantes del gobierno, como el asesor del Líder Supremo Mohammad Mirmohammadi—, el boicot al voto por parte de algunos sectores y que el Consejo de Guardianes hubiese impedido presentarse a un enorme número de candidatos reformistas (aunque se presentaron 16.000 candidatos para las elecciones parlamentarias, terminaron participando algo más de 7.000), han hecho que estas elecciones al poder legislativo sean las menos concurridas de la historia de la República Islámica, con tan solo un 42 % de participación.

«La política exterior iraní será aún más dura, más intransigente y más agresiva, en un momento en el que el gobierno sufre un asedio por parte del gabinete Trump y sus aliados más fieles».

Si los reformistas del presidente Hassan Rohaní se habían impuesto en las anteriores elecciones parlamentarias y presidenciales, en esta ocasión se han hundido completamente con solo un 10 % de los votos. 220 de los 290 asientos del Parlamento los han ganado los conservadores liderados por el exalcalde de Teherán y tres veces candidato a la Presidencia, Mohammad Bagher Ghalibaf. Con este resultado, la mayoría del poder en Irán vuelve a estar en manos de la línea más dura de la revolución islámica, que se ve con cada vez más posibilidades de recuperar una Presidencia que ha estado en manos de los reformistas desde la derrota de Ahmadineyad, en 2013. Esto se traduce en que la política exterior iraní será aún más dura, más intransigente y más agresiva, en un momento en el que el gobierno sufre un asedio por parte del gabinete Trump y sus aliados más fieles. Los aliados en el exterior de Irán también están preparados para un aumento de las hostilidades; véanse los hutíes en Yemen o Kataeb Hezbollah en Irak, que ha dado un ultimátum a EEUU.

Reformistas contra conservadores

El Gobierno iraní enfrenta principalmente a los reformistas y los conservadores, entre los que destacan los principalistas, conocidos también como ‘los fundamentalistas’. Mientras que los principalistas son los más leales al Líder Supremo, los más religiosos y los que buscan mantener los principios originarios de la Revolución Islámica, siendo devotos al gobierno islámico del Wilayat -e- Faqih, los reformistas están dispuestos a modernizar Irán, no siendo tan recelosos a las democracias liberales y estando dispuestos a aceptar las ‘normas del juego occidental’; algo que se vio en el intento de implementar el Plan de Acción Integral Conjunto o en que el gobierno de Rohaní intentase contentar al Grupo de Acción Financiera Internacional (organismo asentado en París creado con el objetivo de combatir el blanqueo de capitales y la financiación del terrorismo), aunque inútilmente, tras el veto de los conservadores.

Con los principalistas en el poder judicial y en el poder legislativo, solo les queda esperar a 2021 para intentar hacerse con la Presidencia y hacerse con todo Irán. Este giro reaccionario, sin embargo, puede ser una oportunidad para los reformistas, que hasta ahora se han visto maniatados cada vez que intentaban implementar cambios importantes por una extrema-derecha que los culpa de todo sin aportar una sola solución más allá de discursos populistas y teológicos. El cómo gestionen los principalistas a partir de ahora la crisis económica, la inestabilidad interna y el asedio internacional determinará en gran medida la legitimidad del gobierno y de los reformistas, que han sido incapaces de introducir cambios reales en el sistema.

Los conservadores radicales se han visto reforzados —irónicamente— por la política antiiraní de Donald Trump, que reafirmó su discurso de que no se puede negociar con EE.UU. y con la nueva ola de sanciones que ha sumido al país en una dura crisis económica que amenaza con hundir el país como lo hizo la guerra con Irak. En diciembre 2019, el gabinete de Hassan Rohaní esperaba sacar 62.140 millones de dólares del petróleo, mientras que el Parlamento estima que apenas lograrán 10.830 millones. Con el racionamiento de la gasolina para la población, el consumo diario del combustible ha caído de 80 a 70 millones de litros.

Además de la crisis provocada por las sanciones, la economía iraní ya está sufriendo las consecuencias del coronavirus. La República Islámica se ha visto obligada a cancelar vuelos, reducir el número de visas y cerrar las fronteras con sus vecinos. El impacto económico también amenaza con consecuencias políticas para un sistema que ha vivido protestas recientemente por el empeoramiento de las condiciones de vida y en el que parte de su gobierno está infectado estando en edad de riesgo. Es importante destacar que Irán es el país con más mortalidad por el coronavirus fuera de China; algo que agravan las sanciones norteamericanas, que dificultan conseguir antivirales y equipamiento sanitario básico, que no se han ‘suavizado’ hasta finales de febrero cuando el coronavirus ya era un problema para la república. Ante la amenaza de un agravamiento de la situación, la Cámara de Comercio Industria y Minería y la Cámara de Cooperativas de Irán ya ha pedido al gobierno medidas excepcionales y reducción de impuestos para evitar una catástrofe financiera.

«Es innegable que Irán debe deshacerse de la élite teocrática y reforzar la posición de los reformistas si quiere que el país avance. Pero es innegable que para deshacerse de los enemigos internos, los iraníes primero deben librarse de los enemigos del exterior que amenazan su sistema»

Es innegable que en los últimos 40 años Irán ha establecido una élite teocrática, apuntalada por el reciente giro reaccionario provocado en gran medida por los ataques que ha sufrido el país desde el exterior. Es innegable que Irán debe deshacerse de esa élite teocrática y reforzar la posición de los reformistas si quiere que el país avance. Pero es innegable que para deshacerse de los enemigos internos, los iraníes primero deben librarse de los enemigos del exterior que amenazan su sistema.

Y en otro contexto internacional, el progreso en Irán sería algo posible. Objetivamente hablando, Irán es un país mucho menos autoritario que Egipto o Turquía. Del mismo modo que, objetivamente hablando, sin sanciones la economía del país iría mucho mejor sin necesidad de recurrir a mano de obra esclava, como sí lo hacen Qatar, Emiratos Árabes Unidos y Arabia Saudí. Pero, sin embargo, sufre una campaña de asedio y sanciones tal que el régimen de los mullah solo puede sobrevivir cerrando filas. El enemigo del progreso en Irán está dentro, pero gana fuerza desde fuera.

Fuente: https://actualidad.rt.com/opinion/alberto-rodriguez-garcia/345173-fracaso-reformistas-iranies-giro-conservador

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