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China ya no abandona a sus hijos

Asia/China/04 Julio 2019/Fuente: El país

El número de adopciones en el gigante asiático se ha desplomado en los últimos años. Las razones: el desarrollo económico, el incremento de los controles prenatales, y el fin de la política del hijo único

El único orfanato de Shanghái es un fortín. Solo una puerta de acceso rompe el muro perimetral que guarda los 63.000 metros cuadrados que cubre la institución, y está vigilada por agentes que mantienen un estricto control de entradas y salidas. Algunos viandantes se acercan a curiosear, atraídos por el cuidado jardín que se atisba a través de los huecos que quedan sin tapar, pero los guardas no tardan en conminarles a que se den media vuelta. Solo es posible acceder con un permiso especial.

Dentro, un millar de niños y niñas aguardan a que una familia los acoja. El rugido de los aviones que despegan en el cercano aeropuerto internacional de Shanghái mantiene viva esa esperanza, pero pocos harán realidad su sueño. “Cada año se adoptan menos de cien”, informa Cai Xuanxuan, directora del centro que da servicio a la ciudad más poblada de China, una megalópolis de 24 millones de habitantes.

Y el número continúa cayendo. En menos de una década, las adopciones en China se han desplomado a la mitad: de los 34.529 casos aprobados en 2010 se ha pasado a los 18.820 de 2017, fecha a la que se refieren los datos oficiales más recientes. Y, de esa última cifra registrada hace dos años, solo 2.300 niños encontraron a su familia fuera de China. Todo apunta a que la tendencia a la baja continuará, y, aunque en Shanghái el 50% de las adopciones todavía son internacionales, Cai avanza que en unos años su peso puede terminar resultando meramente testimonial.

Las razones de este vuelco son numerosas, pero la principal está muy clara: “Ahora, los padres chinos rara vez abandonan a sus hijos”, señala Cai. “Eso se debe, en primer lugar, a la mejora de la calidad de vida que ha llegado con el desarrollo económico. En segundo lugar, está el incremento en los controles durante el embarazo, que han reducido considerablemente el número de bebés que nacen con discapacidad. Finalmente, también ha cambiado la percepción social de esas discapacidades: cada vez más, los padres son conscientes de que niños con problemas como el Síndrome de Down pueden llevar una vida feliz y plena, por lo que deciden esforzarse al máximo para sacarlos adelante”, enumera la directora del orfanato, al que EL PAÍS ha podido acceder en exclusiva.

A esta nueva coyuntura socioeconómica se suma el fin de la política del hijo único. Todas las parejas chinas pueden tener ya dos descendientes, un factor que no solo se siente en el número de abandonos. También ha provocado que las diferencias por sexo hayan desaparecido casi por completo. “Antes se abandonaba más a las niñas porque se preferían descendientes varones y la mayoría de familias solo podían tener uno. Ahora, los abandonos reflejan mejor la composición por sexos de la sociedad china”, apunta Cai.

Finalmente, está el factor demográfico: en el país más poblado del mundo cada vez nacen menos niños. No en vano, el dato del año pasado -15,23 millones-, fue el más bajo desde 1961, momento en el que China fue asolada por una hambruna que dejó entre 30 y 45 millones de muertos. Así, no es de extrañar que en el orfanato de Shanghái el número de nuevas admisiones haya caído tanto como el de las adopciones. “Recibimos entre 50 y 60 niños y niñas al año”, informa Cai.

Una enfermera ajusta la medicación intravenosa de uno de los niños más enfermos. ver fotogalería
Una enfermera ajusta la medicación intravenosa de uno de los niños más enfermos. Z. A.

Lo mismo sucede en el resto del país. Según las estadísticas relativas a 2017 publicadas por el Ministerio de Asuntos Civiles, en China viven 410.000 huérfanos. Esa cifra supone un descenso de 101.000 si se compara con el que Unicef y el Instituto de Investigaciones Filantrópicas de China ofrecieron solo dos años antes. Desafortunadamente, la adopción de estos niños resulta extremadamente complicada. “Entre el 95% y el 98% sufre algún tipo de discapacidad”, explica Cai.

En el orfanato de Shanghái, cada niño pasa por un proceso de evaluación que concluye con su clasificación con una letra entre la A y la D: la primera califica a los niños completamente sanos, mientras que la última se utiliza para identificar a los que sufren las discapacidades más severas. Esos últimos residen en las habitaciones especialmente diseñadas para ellos, similares a la UVI de los hospitales. Se les cuida bien, pero es imposible evitar que el corazón se encoja al visitar estas instalaciones.

Las cunas metálicas están ocupadas por pequeños cuerpos inertes. Aquí no se escucha el griterío alegre de la infancia, sino un silencio que provoca escalofríos y que solo se rompe, aquí y allá, por el pitido de una máquina o el siseo de un respirador. Los alegres dibujos animados de las sábanas crean un brutal contraste con la mirada perdida de quienes deberían reírse con ellos. “Parálisis cerebral, hidrocefalia, y problemas cardiovasculares severos son los principales males que afectan a estos niños”, explica una de las enfermeras que vigilan la habitación en todo momento, y que prefiere mantenerse en el anonimato.

“Las posibilidades de que se adopte a un niño que no esté clasificado como A son muy pequeñas. A veces, dependiendo del problema que tengan, los B encuentran familia. Pero es casi imposible para los C y los D”, añade la sanitaria. Desafortunadamente, en la pared en la que se muestra la información de los niños ninguno está calificado con una A. Sin embargo, el porcentaje de los más enfermos sobre el total continúa creciendo. La mayoría de las fichas acompaña el nombre y la edad con una C o una D. “Cuando las dolencias son muy graves, los padres temen no poder cuidarlos y deciden abandonarlos para que el Estado se encargue de ellos”, explica Cai.

La mayoría aparece en hospitales y estaciones de tren. La Policía trata de buscar a los padres durante 90 días. Si no lo logra, y es muy raro que lo haga, los bebés son remitidos al orfanato más cercano. Todas las ciudades con más de un millón de habitantes deben contar con una de estas instituciones para acogerlos, pero solo las más grandes, como Shanghái, están equipados con los mejores medios. “Nosotros marcamos el camino para el resto de China, pero la diferencia con el resto de orfanatos es cada vez menor”, afirma Cai.

Las instalaciones del Hogar para los Niños de Shanghái —denominación oficial del centro— impresionan. Después de varios meses de gestión de permisos, EL PAÍS puede acceder sin restricciones y con cámara a todo el recinto durante un día. Por la mañana, un funcionario del Buró de Asuntos Civiles y dos del Ministerio de Asuntos Exteriores acompañan al periodista y a Cai en la visita, porque el Gobierno considera que se trata de un tema delicado, pero por la tarde deciden marcharse.

Así que volvemos a recorrer las zonas principales. La más relevante es el centro de rehabilitación, que ocupa un imponente edificio rectangular. En su interior, diferentes especialistas trabajan para incrementar la actividad cerebral y las capacidades cognitivas de los niños con discapacidades más severas. “En total, entre empleados y voluntarios contamos con unas 500 personas trabajando en el centro, y la mayoría está formada en el trato con niños que tienen necesidades especiales”, comenta Cai.

En una de las habitaciones, un joven especialista juega con un niño clasificado como C a insertar unas piezas de madera en los huecos que tienen la misma forma. En la estancia contigua, un adolescente que apenas tiene movilidad en el cuerpo utiliza un guante repleto de sensores para jugar al baloncesto en la pantalla de un ordenador. Y en una sala a pocos metros, dos niños de cinco y seis años están conectados a una máquina que emite impulsos eléctricos en su cabeza. “El objetivo es estimular la actividad cerebral, pero los resultados son poco esperanzadores”, reconoce la especialista al cargo.

Los problemas de movilidad se tratan en una piscina equipada con arneses y diferentes ayudas para realizar todo tipo de ejercicios, pero está cerrada durante los meses en los que el agua del grifo sale demasiado fría. “No hay suficiente presupuesto para calentarla, así que la utilizamos solo en verano”, admite Cai con una mueca de impotencia.

Mucho más alegres son las aulas en las que los niños reciben clases, agrupados no por edad sino por su capacidad intelectual. Son un jolgorio. Y mucho más lo es el exterior del edificio principal, donde los niños pasean (o son paseados en silla de ruedas) entre figuras de la familia de Peppa Pig y alrededor del pequeño huerto de la institución, en el que algunos aprenden a plantar verduras. “Nuestro objetivo es proporcionar a los niños las herramientas que necesitarán para integrarse en la sociedad y ser independientes, en la medida de sus posibilidades”, señala Cai.

Chen Huizhen es una de las chicas que pronto dará un salto en busca de una vida autosuficiente. Ya ha cumplido los 19 años —la legislación china solo permite adoptar a niños de hasta 14— y debe abandonar el orfanato, donde los menores solo pueden residir hasta que alcancen la mayoría de edad. Afectada por una discapacidad intelectual difícilmente perceptible, Chen ha estado encargada de la cantina del centro y ahora se siente con capacidad para tratar de buscar un trabajo como dependienta. “Lo único que me apena es dejar el centro, porque aquí dentro somos una familia”, cuenta al otro lado del mostrador.

Chen continuará recibiendo el apoyo de sus tutores, porque en las próximas semanas se mudará a un piso tutelado. Si es capaz de manejarse por sí misma y logra una independencia económica, podrá hacer su vida sin el apoyo de los servicios sociales. De lo contrario, continuará en hogares tutelados hasta que cumpla los 60 años, momento en el que pasará a una residencia para ancianos con discapacidad.

La regla, no la excepción

Ederne Frontela confirma que las correctas instalaciones de Shanghái no son una excepción sino la regla. Y sabe de qué habla, porque hace cuatro años esta periodista vizcaína realizó las prácticas requeridas para finalizar su Máster en Estudios Chinos en el orfanato de la pequeña localidad de Xinxiang, en la provincia central de Henan. Allí estuvo durante tres semanas a cargo de 14 niños. “Había varios casos de autismo y de Asperger, y otros eran lo que algunos considerarían niños no perfectos”, cuenta. Como sucede en Shanghái, quienes sufrían las dolencias más severas estaban recluidos en habitaciones expresamente preparadas para ellos. “Las instalaciones estaban en perfectas condiciones y el trato que recibían era muy bueno”, asegura Frontela, cuya hermana menor también fue adoptada en China hace casi una década.

Sin duda, tanto la situación que describe Frontela como la que se aprecia en Shanghái no tiene nada que ver con las que describió el polémico documental ‘Las habitaciones de la muerte’, producido en 1995 por Channel 4. En aquel filme, niños abandonados como consecuencia de la ley del hijo único aparecían atados a las sillas y en condiciones tan deplorables que indignaron al mundo. “Provocó una ola de adopciones a nivel internacional”, recuerda Francesc Acero, portavoz de la Asociación de Familias Adoptantes en China (AFAC). “Durante un par de años, España se convirtió en el país que más niños chinos adoptó, sobrepasando incluso a Estados Unidos”.

No en vano, AFAC surgió poco después de que se emitiese el documental, y en 2008 llegó a agrupar a 2.400 familias. Ahora, sin embargo, son solo unas 600. “La situación dio un vuelco con los Juegos Olímpicos de Pekín. Hasta entonces, las solicitudes de adopción de niños sanos se tramitaban en unos 7 u 8 meses. Pero, a partir de ese momento, las puertas se cerraron y los tiempos comenzaron a alargarse mucho. Pensamos que, quizá, a China no le gustaba la imagen que transmitía un país con tantas adopciones”, cuenta.

AFAC ha proporcionado asistencia a unas 17.000 familias españolas que han adoptado en China. Sin embargo, ahora desaconseja llevar a cabo este proceso en el gigante asiático. “La espera supera ya los 12 años, y es posible que continúe creciendo, porque muchos meses no se realiza ninguna asignación. Eso puede provocar que las parejas adoptantes terminen convirtiéndose en abuelos antes que padres. No en vano, algunos de nuestros socios se han jubilado y han desistido en su intención de adoptar”, explica Acero, cuya organización se ha convertido en ONG y presta asistencia especializada a invidentes en otro orfanato chino.

La única forma factible de adoptar en la segunda potencia mundial en un plazo razonable reside actualmente en lo que se conoce como pasaje verde. “Es la adopción de niños y niñas con discapacidad intelectual o física”, explica Acero. Teóricamente, los padres adoptivos son quienes determinan qué tipo de dolencia están dispuestos a asumir. “El problema está en la opacidad del país. En algunas ocasiones, el diagnóstico de nuestros médicos no concuerda con el de los chinos. En otras, los padres no son conscientes de que problemas aparentemente leves, como el labio leporino, pueden esconder otros mucho más graves, como enfermedades graves de riñón o incluso sordera. Además, las dolencias con las que llegan son cada vez más graves, como cardiopatías severas”, añade el portavoz de la asociación.

Por eso, Acero recomienda no apuntarse al pasaje verde con el objetivo de acortar el proceso. Sin embargo, es lo que ha hecho Noemí Rodríguez. Madre de una hija china adoptada en 2006, esta mujer de Ponferrada comenzó los trámites para adoptar a un segundo niño un año después. Pero, primero, su solicitud quedó temporalmente suspendida por duelo tras el fallecimiento de su madre; y, después, su divorcio provocó que tuviese que comenzar de nuevo el farragoso proceso para determinar su idoneidad, un trámite que no se exige en las adopciones por pasaje verde.

“En el pasaje ordinario, China asigna un niño y no se puede elegir; en el pasaje verde, China hace una propuesta y los padres pueden aceptarla o rechazarla”, explica Rodríguez. “Yo solo podía asumir una patología que fuese subsanable, y me asignaron un niño de un año con un problema de faringe que ya ha sido corregido. Me han mostrado el historial médico y, aunque siento cierto temor porque creo que los orfanatos infravaloran los problemas que sufren, me fio porque también he visto vídeos del niño”, cuenta. Ya solo le falta recoger a su hijo en Hefei para completar la familia con la que siempre soñó.

El orfanato cuenta con un huerto en el que los internos plantan sus propias verduras.
El orfanato cuenta con un huerto en el que los internos plantan sus propias verduras. Z. A.

Rodríguez también considera que, por lo que ha podido comprobar hasta ahora, el orfanato proporciona un cuidado adecuado. Sin embargo, Belén Freijeiro, madre de tres niños adoptados en China, tiene dudas. Sobre todo, por los problemas con los que ha llegado Lucas, el niño que adoptó en el orfanato de Shanghái en 2012. “También nos pasamos al pasaje verde porque los tiempos de espera comenzaron a alargarse mucho. En Shanghái nos asignaron a un niño con labio leporino, pero cuando lo trajimos a casa descubrimos que se rasca hasta quitarse la piel y las uñas, que tiene episodios de ira, y que no duerme o tiene pesadillas recurrentes”, asegura.

Freijeiro, y numerosos padres americanos que cuentan sus experiencias en un grupo de Facebook al que ha tenido acceso este periódico, considera que esta actitud es fruto de abusos sufridos en el orfanato que dirige Cai. “Él cuenta que le metían la cabeza en un cubo con agua cuando se hacía pis por la noche, y por la noche grita porque un señor le pegaba con un látigo”, detalla Freijeiro. “Algunas familias cuentan que los hijos tienen miedo de contar lo que les había pasado porque en el orfanato les decían que, si lo hacían, los devolverían a China”, apostilla.

Acero es escéptico y Moya Smith, fundadora de First Hugs, la ONG que facilitó a Frontela acceder al orfanato de Xinxiang, recuerda que es fácil confundir con abuso los efectos psicológicos secundarios relacionados con la propia adopción. “Es un proceso duro que requiere un periodo de adaptación emocional”, señala. Esta canadiense afincada en Estados Unidos ha establecido un programa de formación para el personal del orfanato de Xinxiang y está convencida de que el personal se preocupa por los niños. “No es posible descartar que haya casos puntuales de abuso, que es una epidemia global, pero, aunque los orfanatos no sean hoteles de cinco estrellas, cuentan con infraestructura que a veces incluso supera a la de los centros europeos”, concuerda Acero.

Cai asegura que los niños a los que acoge en Shanghái reciben más que cuidados físicos y psicológicos: “Les damos afecto, y eso se nota en las reuniones que solemos hacer durante el Año Nuevo Chino con los niños que ya han sido adoptados”. Para la directora, que cada vez haya menos niños en su institución es reflejo de los logros sociales del país, y Smith también cree que el escenario más deseable para el futuro es uno en el que su ONG no tenga razón de ser. “Si cada vez es más difícil adoptar a niños chinos es porque no son abandonados y su situación ha mejorado. Eso es algo que deberíamos celebrar”, sentencia.

Fuente: https://elpais.com/elpais/2019/06/07/planeta_futuro/1559904660_024196.html

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“Ser padre no es una aventura, pero no se dice. Todo tiene que ser perfecto en la sociedad Instagram”. Entrevista a Julio Rodríguez, doctor en Medicina molecular, psicólogo y autor de Lo que dice la ciencia sobre crianza y educación

Entrevista/27 Junio 2019/Autora: Diana Oliver/Fuente: El país

El autor de ‘Lo que dice la ciencia sobre crianza y educación’, que a ser padres se desaprende porque la sociedad nos obliga a ir en contra del sentido común

PREGUNTA: Dices al principio del libro que no han sido tus titulaciones sino tu experiencia como padre la que te ha llevado a escribirlo. ¿Se pueden abordar cuestiones como la educación y la crianza de los hijos sin el “plus” de la experiencia?

RESPUESTA: Se puede, pero ser padre te da el plus de la experiencia, te da el sentido de realidad. Como científico he aprendido que teorizar está muy bien, pero que si no haces la parte experimental todo se queda en hipótesis. No puedes tener ningún resultado ni conclusión sin haber hecho los experimentos. Por eso en el libro me baso en los últimos datos científicos en materia de educación –tanto desde una perspectiva psicológica de aprendizaje y bienestar psicológico, como biológica–, pero también teniendo en mente el “trabajo de campo” de padre; sabiendo que lo óptimo está muy bien, pero hacerlo las 24 horas de los 365 días del año, habiendo dormido 5 horas, trabajado 8, dado biberones, ordenado los juguetes, bañado, contado cuentos, cantado nanas, aguantado berrinches, preparado cenas, comidas y desayunos, y vuelta a empezar en una espiral sin final, es muy difícil. Aún así es necesario saber qué es lo correcto para intentar aproximarse a ello lo que se pueda.

P: Sobre lo correcto tenemos la presión de los “opinadores”.

R: Precisamente lo que me ha llevado a escribir el libro es haberme enfrentado a las dudas que te surgen en el día a día como padre sin haber encontrado información suficiente para afrontarlas. Lo que sí me encontré fue la paradoja de que mientras “tú no sabes nada”, tu entorno “lo sabe todo” y no para de decirte cómo lo debes hacer como si ellos (sobre todo aquellos que no tienen niños) dispusiesen del manual mágico de la crianza y a ti te hubiese sido vetado su acceso.

P: ¿A ser padres también se aprende?

R: Y se desaprende. Muchas cosas de las que digo en el libro son de sentido común, pero la sociedad nos ha obligado a hacerlo de manera incorrecta porque la sociedad es adultocéntrica, despiadadamente capitalista y no tiene en cuenta el bienestar y el correcto desarrollo de los pequeños. Por ejemplo, en la naturaleza a nadie se le ocurriría decir que la lactancia no es lo correcto, pero en nuestra sociedad se dice o se recomienda acortarla porque es “incómodo”. O a nadie se le ocurriría dejar al niño durmiendo solo y llorando hasta que se calle “para que se acostumbre”, pero en nuestra sociedad se hace, y se le echa la culpa al niño por no dejarnos dormir. La realidad es que los niños tienen su propio patrón de sueño y lo que no nos deja dormir es la alarma del despertador a las 7 de la mañana para ir a trabajar.

Debería existir una escuela para padres porque es la labor más importante de la vida. Contribuimos a la creación de un ser humano por lo que nuestra obligación –y su derecho– es proporcionarle la mejor de las vidas posibles desde el punto de vista psicológico. La sociedad del futuro estará regida por los niños del presente por lo que el futuro es nuestra responsabilidad.

P: “El haber tenido niños es una de las principales causas de divorcio en el mundo occidental”. Dejas claro que la paternidad no siempre es emocionante, maravillosa o divertida, sino que también tiene una cara B. ¿Somos conscientes de hasta qué punto la paternidad y la maternidad hacen saltar nuestra vida anterior por los aires?

R: Es que ser padres no es una aventura, es una responsabilidad compleja. Esto nadie nos lo dice porque todo tiene que ser perfecto y maravilloso en “la sociedad Instagram”, la que niega la parte real de la paternidad/maternidad porque no encaja en los “cánones de belleza”. Como consecuencia hay madres y padres frustrados y estresados porque piensan que son los únicos que están sobrepasados, que son los únicos que –en ocasiones– se hartan de la crianza. Y luego, claro, se sienten culpables y se vienen abajo. Lo que hay que decir es que eso es lo normal, que tener hijos es lo más maravilloso del mundo, pero también es muy duro y requiere mucho trabajo y sacrificio. Te cambia la vida por completo, tu tiempo y tus energías y tu espacio físico y vital se desvanecen, y aparecen nuevos y mayores miedos. Nuestros hijos no tienen la culpa de nada, son inocentes, somos nosotros quienes debemos adaptarnos a ellos.

P: Decía Adrienne Riche en ‘Nacemos de mujer’ que “El sufrimiento frente a todo lo que no podemos hacer por nuestros hijos en una sociedad incapacitada para responder a las necesidades humanas, puede convertirse en culpa y autocastigo”. ¿Se puede criar y educar sanamente en una sociedad como la nuestra?

R: Es muy difícil en una sociedad de mercado que está obsesionada con explotar a los seres humanos para producir y consumir frenéticamente. No queda tiempo ni fuerzas para cuidar y educar a los niños porque los padres tenemos que trabajar, y casi no vemos a nuestros hijos. Además, como el esfuerzo de criar es descomunal, nuestro rendimiento laboral se deteriora y al final ni una cosa ni la otra. Y que conste que no estoy hablando de destruir la sociedad capitalista sino de construir políticas que apoyen una conciliación real y poder criar a seres humanos adecuadamente y no a robots separados de sus padres.

Existen datos que demuestran que un 35% de las mujeres mayores de 35 años que no tiene hijos, los querría tener. Esto es un drama social: la misma sociedad que nos pone un tremendo obstáculo para poder tener hijos –y criarlos adecuadamente–, nos pide aumentar los índices de natalidad para poder mantener la sociedad del bienestar.

Todo esto deriva en culpa y autocastigo para los padres y para quienes desean serlo y no pueden. A nivel psicológico se traduce en estrés, ansiedad y depresión; lo que lleva a un consumo desmesurado de psicofármacos, drogas y alcohol, además de otros problemas psiquiátricos. En definitiva, estamos ante un problema de dimensiones descomunales, que se ramifica y afecta a todos los estratos sociales y a todas las generaciones de la sociedad. Un tema que debería ser central en las agendas de los partidos políticos, porque los niños son la base de la sociedad del futuro, y la educación que reciban se reflejará en la sociedad que crearán. Es algo tan obvio que me resulta difícil que no se entienda.

P: ¿Hasta qué punto las expectativas influyen en cómo asumimos la responsabilidad del cuidado de los hijos?

R: Las expectativas sesgadas que vierte el imaginario popular a la sociedad influyen en la satisfacción real de la maternidad/paternidad. Si llegas a ella con las expectativas que te cuentan las películas de Disney, te vas a frustrar, agobiar, deprimir y sentir culpable. Si ya conoces la realidad, todo irá mucho mejor. La vida perfecta no existe, solo existe la vida real.

P: Mencionas en el libro que el castigo, la agresividad e imponer las cosas a la fuerza no solo crean sentimientos negativos sino también el rechazo en el niño y barreras defensivas hacia lo que se pretende enseñar. ¿Qué aprende un niño con un estilo educativo impositivo?

R: Nada. Lo que se produce es miedo, evitación, rechazo hacia lo que nos causa daño; que el más fuerte manda, que la autoridad impone por la violencia. Y todo esto es casi un acto reflejo, no un verdadero aprendizaje, ya que las estructuras cerebrales racionales no toman parte en el asunto.

P: Dado que los niños aprenden principalmente por imitación, supongo que también es importante que haya coherencia entre lo que les pedimos que hagan y lo que nosotros mismos hacemos. ¿Nos cuesta ser coherentes en este sentido?

R: Nos cuesta mucho, pero si queremos que nuestros hijos hagan algo, la mejor manera y la más efectiva es hacerlo nosotros mismos. Esto es lo maravilloso de la educación, que es bidireccional: para educar a nuestros hijos tenemos que educarnos nosotros. Si queremos fomentar la lectura, por ejemplo, no vale que se lo digamos y luego estemos todo el día con el móvil, lo que tenemos que hacer es leer.

P: Otra cuestión compleja es la de la libertad: libertad para decidir, libertad para expresar y libertad para explorar. ¿Qué aporta apoyarles en sus decisiones y cuál debe ser el límite de esa libertad?

R: La libertad es un concepto central en la construcción de personalidad. Sin libertad el individuo nunca puede evolucionar. Según lo que se desprende de los últimos y mejores estudios en materia de educación y crianza es que, al final, todos confluyen en el concepto de libertad. Y todo eso lo tiene en cuenta el método cognitivo-emocional: al enseñar y fomentar la expresión de sus emociones y sentimientos, el niño está siendo libre, y más libre que se sentirá cuando descubra que los podrá expresar artísticamente; al explicarles la realidad, enseñarlos a razonar y hacerlos partícipes, les estamos aportando el conocimiento y las herramientas cognitivas necesarias para ser independientes y libres a la hora de afrontar la que será su vida. Claro que alguna vez se equivocarán, pero eso es parte del proceso vital.

Imagen tomada de: https://ep01.epimg.net/elpais/imagenes/2019/06/19/mamas_papas/1560949950_052658_1560950127_noticia_normal.jpg

Fuente: https://elpais.com/elpais/2019/06/19/mamas_papas/1560949950_052658.html

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Colombia: La Cumbre Líderes por la Educación ya está aquí

América del sur/Colombia/27 Junio 2019/Fuente: Semana

Serán dos días destinados a promover una poderosa consigna: la educación es la oportunidad que hace todo posible. Estas son las novedades, las temáticas y los expertos invitados el próximo 18 y 19 de septiembre.

Tras cinco versiones, la Cumbre Líderes por la Educación se ha posicionado como el evento educativo de mayor relevancia a nivel nacional. Emiliana Vegas, jefe de la división de educación del Banco Interamericano de Desarrollo (BID), expresó que este encuentro impacta al sector educativo colombiano porque pone a la educación en el corazón de la discusión de la política pública y la impulsa como “eje central para el desarrollo económico, la sustentabilidad democrática y la creación de paz y equidad. La Cumbre ha logrado que la sociedad vea que la educación es la clave para apalancar estos cambios”.

Teniendo en cuenta su papel en la transformación del país, la Cumbre Líderes por la Educación llega a su sexta versión con dos países invitados: Canadá y Chile. Además, contará con expertos del sector público y privado en las diferentes etapas del sistema educativo. Todos ellos pondrán en común sus conocimientos con el propósito de responder las preguntas críticas del sistema educativo: ¿cuál es el país que soñamos y cómo construirlo desde las aulas?, ¿cuáles son los retos que debe asumir la educación colombiana en temas de ciencia y tecnología?, ¿cuál es el papel de las empresas a la hora de construir políticas públicas en materia de educación?, ¿cómo formar para ser competitivos y generar desarrollo en la era digital?, ¿qué papel juegan las emociones en el aula?, ¿cuál es el rol de la educación en el desarrollo rural integral que requiere el país?

En la Cumbre participarán más de 50 panelistas nacionales y más de 10 conferencistas internacionales. Algunos de ellos son José Joaquín Brunner, experto en educación superior en América Latina; Mercedes Mateo, especialista líder en educación de la división de educación del BID; y Neil Boothby, psicólogo y exasesor especial del Gobierno de Estados Unidos en atención a niños sobrevivientes a la guerra.

Invitados y asistentes conversarán en torno a temas como el acceso y financiación de la educación superior en Colombia y América Latina, las perspectivas y retos de los docentes, las competencias socioemocionales, la trasformación del aula de clase, la estructuración de aprendizajes en primera infancia, entre otros.

Este es un espacio creado no solo para aportar a la discusión del sector sino también para que el público escuche, interactúe y debata sobre las experiencias innovadoras de Colombia y el mundo. Con esta amplia agenda, Semana Educación pondrá a hablar a los colombianos sobre aquello que construye a una sociedad más equitativa y desarrollada: la educación.

Fuente: https://www.semana.com/educacion/articulo/la-cumbre-lideres-por-la-educacion-ya-esta-aqui/620546

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Bolivia, Brasil y Perú impulsarán iniciativas en educación especial

América del sur/Bolivia/20 Junio 2019/Fuente: Prensa Latina

Bolivia, Perú y Brasil acordaron sentar las bases para un trabajo conjunto en la enseñanza especial, desde la perspectiva de la región amazónica, cuyas propuestas serán insertadas aquí en las políticas del sector, informaron hoy fuentes oficiales.
Más de 500 maestros, representantes de organizaciones sociales y autoridades de los tres países participaron del 13 al 15 de junio en el ‘I Encuentro Internacional de Educación Alternativa y Especial, Región Norte de la Amazonía’, realizado en la ciudad de Cobija, departamento de Pando, reveló un boletín institucional.

Asimismo, confirmó en línea a más de dos mil personas.

El viceministro de Educación Alternativa boliviano, Noel Aguirre, declaró que Lima y Brasilia manifestaron su interés de coordinar acciones relacionadas con ese tipo de enseñanza, mientras calificaba al evento como el más importante de los últimos meses y una gran oportunidad de acercamiento para visibilizar las experiencias implementadas en la región.

‘Hay un acuerdo con todos los participantes en que debemos rescatar y valorar lo que tenemos, pero también seguir creciendo como educación alternativa y especial’, precisó.

Aguirre comentó que las Direcciones Departamentales de Educación de Pando y Beni prevén compartir experiencias con sus homólogas del Estado brasileño de Arce y el peruano Puerto Maldonado, e implementar acciones concretas en el futuro.

Destacó que el ministerio de Educación rescata todas las propuestas de ese primer encuentro internacional para plasmarlas en políticas públicas, como parte del Subsistema de Educación Alternativa y Especial.

Por otra parte, un total de 430 niños, adolescentes y jóvenes con discapacidad grave y muy grave en Bolivia son atendidos actualmente por el programa gubernamental ‘Educación Socio-Comunitaria en Casa para Personas con Discapacidad’, integrado por profesores con una computadora y material escolar.

Datos oficiales revelan que esa iniciativa fue creada mediante el Decreto Supremo 2980, del 21 de septiembre de 2016, y entre las materias impartidas están lenguaje, matemáticas, historia y ciencias naturales.

En 2002 la matrícula de estudiantes con discapacidad en Bolivia era de cuatro mil 252 y, al cierre de 2018, esa cifra se incrementó a 22 mil 251, entre ellos 500 personas reciben clases en sus viviendas.

Fuente: https://www.prensa-latina.cu/index.php?o=rn&id=284371&SEO=bolivia-brasil-y-peru-impulsaran-iniciativas-en-educacion-especial
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Fuera del alcance de los niños

Noticia/20 Junio 2019/Fuente: El país

En el pensamiento criminal de creer que hay una ideología de género está el trasfondo no sólo de la negación sino del exotismo

A mí me parece no sólo grave sino divertido que la diputada autonómica Rocío Monasterio, del partido antiautonomista Vox, sea la próxima consejera de Educación del Gobierno de Madrid, si ese es su deseo. Y proceda desde el poder, como ocurre en el resto de España desde la oposición o la insignificancia, a abolir, matizar o, mejor aún, promover la educación sexual de los niños según los parámetros ideológicos correspondientes. No por ver a las criaturas convertidas en conejillos de Indias de experimentos educativos de los años cuarenta, sino por ver a esas mismas criaturas volcar esas teorías bajo la voz en off con la que acababa Jurassic Park: “La vida siempre se abre paso”. Y detrás de la vida, casi pegada, el sexo.

Muchas de las guerras que en España ha vuelto a levantar la extrema derecha y su influencia en los partidos que pactan con ella son ilusorias, presa de una nostalgia inacabada que reclama menos atención de la que debiera. El sexo no es Madrid Central, ni la masturbación unos impuestos que se puedan quitar, ni empezar a tocarse con tu amigo o tu amiga la peatonalización de Pontevedra. Es tan importante que desborda la influencia política, y al mismo tiempo necesita de ella, de su injerencia, para evitar la reproducción de prejuicios, conductas y perpetuación de roles instaurados y recibidos como únicos. “El papá que se siente orgulloso de que su hijo sea un machito, pero le preocupa que su princesa se acueste con más de uno o dos. La mamá que sacraliza el sexo y transmite a la hija que no se lo dé a nadie que no lo merezca”, escribe Olga Carmona en este periódico en un artículo sobre los riesgos de no querer asumir la educación sexual.

Lo explicó estos días el director de Ordenación Académica del Gobierno asturiano, Francisco Laviana, a quien desde Vox se le intentó montar una hoguera por fomentar las “relaciones sexuales adolescentes variopintas y la masturbación”, nada diferente a lo que ocurre cada vez que un taller de sexualidad dirigido a menores se pone en marcha en cualquier parte, con la salvedad de que con “relaciones sexuales variopintas”, conociendo el percal, el dirigente político igual se refiere al sexo con medusas. “Nosotros”, dijo el educador Laviana a La Voz de Asturias, “no vamos a enseñar en clase a los chicos y a las chicas a masturbarse, pero sí hay que hablar de la masturbación, porque lo van a hacer igual. Por no hablar de ello ¿creemos que no lo van a hacer? Una cosa es que tu convicción religiosa te diga que el sexo es sólo para procrear, pero tienes que seguir sabiendo lo mismo, tienes que ser consciente de que puede haber una práctica de riesgo, ser consciente de que la masturbación existe, de que no puedes forzar a una persona a tener relaciones si no quiere”.

Dicho lo cual, en el pensamiento criminal de creer que hay una ideología de género por explicarle a los niños (también niñas trans, y niños trans) que lo que ven por la calle no es lo normal —porque también hay chicas que se enamoran de chicas y chicos de chicos, aunque no los vea de la mano ni besándose por las calles de sus pueblos y sus ciudades (no, Chueca no es España)— está el trasfondo no sólo de la negación sino del exotismo: que la diversidad lo siga siendo a condición de que se pueda señalar, ya sea para sugerir su cura o para aislarla como desperfecto biológico, manteniéndose fuera del alcance de los niños. Cuando lo que hay que mantener lejos de ellos es una ideología de odio muy concreta.

Fuente: https://elpais.com/elpais/2019/06/18/opinion/1560879739_847761.html

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Toda educación es sexual

Por: Dolores Curia.

La nueva diplomatura en Educación Sexual Integral generó un record de inscripciones. Graciela Morgade, decana de Filosofía y Letras (UBA), cuenta por qué.

El lanzamiento de la primera diplomatura para docentes sobre Educación Sexual Integral (ESI) de la Universidad de Buenos Aires fue un éxito: se anotaron 480 personas y otras 250 quedaron en lista de espera. Graciela Morgade, decana de la Facultad de Filosofía y Letras y creadora de la diplomatura, habla de este éxito y explica por qué implementar la ESI es tan urgente como entender cómo piensan y actúan los sectores ultraconservadores que trabajan para frenarla.

¿Por qué sostiene que toda educación es sexual?

Cuando la sociología crítica de la educación dice “toda educación es política” se discute el supuesto de la neutralidad. Desde la perspectiva feminista, se discute la neutralidad en el aula desde la perspectiva de género y la tendencia a la reproducción de las relaciones patriarcales. La investigación va mostrando las diferentes dimensiones de esa presencia y ausencia de cuerpos sexuados en el aula. En todas las prácticas educativas y en todos los niveles, en el patio del recreo, los libros, el trabajo docente, los contenidos curriculares, se están jugando siempre significaciones que tienen que ver con los cuerpos sexuados.

¿Sería algo así como decir que se brinda educación sexual tanto por lo que se dice como por lo que se omite?

Sí, pero, cuidado: si toda educación es sexual, entonces, se nos podría replicar: ¿para qué quieren un programa y una ley? Toda educación es sexual, pero no toda educación sexual es integral, con enfoque de géneros y de derechos humanos. Dediqué gran parte de mi carrera a estudiar el tema de los cuerpos sexuados en el aula, empezando por el cuerpo “blanco y puro” de la maestra. Los sindicatos docentes a partir de la ESI empezaron a incorporar la dimensión de género en el análisis del trabajo docente. Hay cuestiones de esa lucha que afectan a las maestras en tanto mujeres, las políticas de cuidado, por ejemplo. ¿Cuándo no hay políticas de cuidado quién se queda con los hijos e hijas de las maestras?

¿A qué atribuye el furor que generó la diplomatura en ESI?

Por un lado, hay una vacancia de formación en las políticas públicas. Es inaceptable que en esta ciudad, que es la ciudad más rica del país, no se logre capacitar a los, las y les docentes que están en ejercicio. En el profesorado del Instituto Joaquín V. González y en la Escuela de Maestros, hay ofertas para formarse en ESI, pero los cupos son muy restringidos. Por otro lado, está el deseo de saber, que es lo que nos entusiasma políticamente. Y además las profesoras y los profesores saben que hay una demanda desde el alumnado.

La ESI fue una consigna de peso en las tomas de colegios del año pasado…

¡Sí! ¿Cuándo se ha visto que los reclamos estudiantiles incluyeran en su pliego cuestiones específicas de la enseñanza? En general, los centros de estudiantes piden comedores, boleto estudiantil, denuncian arbitrariedades pero no es frecuente que se reclamen contenidos. Es evidente que hay una pregunta instalada sobre estos temas que la formación docente debería atender.

¿Cuáles son los pilares teóricos de la diplomatura?

Hay una mirada sobre la vida cotidiana de las instituciones educativas desde la pregunta por la igualdad. Hay muchas situaciones en las que las escuelas no contribuyen a la igualdad sino a la reproducción de estereotipos. Recurrimos al corpus de los feminismos, la teoría de géneros, los derechos humanos, la construcción del cuerpo, las identidades sexogenéricas y el corpus de leyes que nutren este proyecto. La ley de ESI se articula con otras leyes. Después recorremos las áreas curriculares: cómo abordar la ESI en Matemática o en Historia. Otro tema es la dimensión de la identidad docente, que en el nivel inicial y primario tiene un fuerte sesgo femenino.

¿Cómo entra el lenguaje inclusivo en la currícula?

Lo tomamos como un nudo de otros debates. Discutir si el lenguaje inclusivo es importante o no, en sí, es una discusión política. La respuesta a eso hoy está en construcción. Aunque alargue mis intervenciones, después de haber estado décadas peleando por aparecer por detrás del gran masculino, yo prefiero hablar de “ellas, ellos y elles” y no transformar todo mi discurso a partir de la e. Pero entiendo que es un debate totalmente abierto. En la Diplomatura lo vamos a ver como analizador político. Sus implicaciones lingüísticas son otras discusiones que se irán dando.

Usted fue una de las impulsoras de la Ley de Educación Sexual Integral (ESI) sancionada 2006. Trece años después, y aun con todas las trabas que hay para su implementación, ¿qué mejoras se le podrían hacer y en qué sentidos puede haber quedado vieja?

La ley salió como pudo salir, con negociaciones, como toda ley. En el 2006 había una serie de herramientas teóricas y políticas que todavía no tenían la fuerza o la validez que después adquirieron. La ley tiene un texto pero se va reglamentando y actualizando con los lineamientos curriculares y hubo un enorme salto con el debate del matrimonio igualitario y de la ley de identidad de género. Nosotras decimos que la ley se hace feminista en 2015. ¿Era una ley feminista? Es difícil decirlo. La ley consiste en diez artículos, pelados, producto de una ardua negociación. Dice la palabra género ¡una sola vez! Si hoy se reescribiéra, sería muy distinta. Creo que políticamente es preferible exigir su financiamiento, su cumplimiento y que llegue a los diseños curriculares de todas las provincias, que impulsar hoy por hoy una modificación (que hoy de hecho está propuesta). Después de que no se aprobó el aborto, hay grupos de derecha muy empoderados. No me parece el momento político para avanzar con esas posibles modificaciones.

La ESI fue tomada por los grupos antiderechos como uno de los focos de la discusión y hasta como bandera. Hubo quienes decían: “no al aborto, sí a la educación sexual”…

Fue un “como si”. Nosotras tácticamente saludamos a quienes expresan su apoyo a la educación sexual. Pero si miramos de cerca, vemos que no estamos hablando de lo mismo. Los grupos antiderechos, y dentro de ellos los que están alineados con determinados sectores de la iglesias evangélicas, piensan a la educación sexual desde una perspectiva moralizante, desde la moral de su religión. Esa la educación sexual que piden.

Son los mismos sectores que luego hacen bandera con “Con mis hijos no te metas”.

Ese eslogan es toda una pátina moral para esconder las formas de violencia que existen dentro de las casas, de las familias, de lo doméstico. Ese lema de propiedad sobre los hijos e hijas remite ya no a una concepción previa a la ESI, ¡sino anterior al siglo XX! Anterior a la educación pública. Es plantear que la infancia es propiedad de las familias. En este marco es importante poder distinguir aquello del temor genuino que puede tener una abuela que tiene miedo porque en su propia casa la sexualidad siempre fue un tabú, porque le dijeron que la homosexualidad es un peligro. Los maestros y maestras deberíamos poder trabajar con esos temores. Hay que distinguir esos temores del proyecto político internacional, con financiación, orquestado desde afuera de nuestro país, a partir de campañas desarrolladas por algunas iglesias evangélicas, que básicamente buscan poner diputados para luego digitar un presidente. Eso es una lucha política y nuestra herramienta, entre otras, es la ley. Ahora, el temor o las dudas del padre o la madre son otra cosa, pueden ser genuinos. La escuela tiene que poder ejercer un rol pedagógico también con las familias.

Fuente de la entrevista: https://www.pagina12.com.ar/199799-toda-educacion-es-sexual

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Audacia para nuestra educación

Por: Jorge Izusqui. 

El Consejo Nacional de Educación debe elaborar un nuevo proyecto educativo nacional al 2036. Los distinguidos miembros de este cónclave, encargados de dicha labor, están trabajando en su diseño y tendrán que enfrentar varios retos que no son de fácil solución, pero el principal, considero, es redactar un plan lo suficientemente ambicioso como para marcar el camino a seguir para salir del estancamiento en que está nuestro sistema educativo.

Diseñar un plan al 2036 implica reconocer que la escuela, como está diseñada, no va más y que es necesario que el sistema educativo se adapte a los grandes cambios tecnológicos; no podemos tener estudiantes que vivan en el siglo XXI fuera de la escuela, pero que estén en esta como en el siglo XIX. Las metodologías de hoy no van más y debemos imaginar una escuela sin las ataduras como currículos, horarios fijos, evaluaciones memorísticas, etc.

El proyecto debe contemplar una escuela libre, en cuyo centro esté el estudiante y no los intereses políticos, partidarios o gremiales; y debe basarse en una simple pregunta: ¿esto o aquello es lo mejor para el estudiante? Se debe construir un proyecto de escuela libre que forme ciudadanos globales comprometidos con sus comunidades, preparados para enfrentar retos del futuro, la incertidumbre, la tecnología y que sean capaces de aprender y desaprender a lo largo de sus vidas.

El reto de plasmar en un documento la idea de escuela libre y traducirla a políticas públicas no es fácil, pero con audacia se puede lograr, con mucha audacia que, espero, los distinguidos consejeros pongan sobre la mesa porque no podemos seguir teniendo nuestras escuelas con sistemas anacrónicos que, como está demostrado, no rinden resultado.

Fuente del artículo: https://peru21.pe/opinion/audacia-nuestra-educacion-484396

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