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Entrevista: Bill y Melinda Gates combatirán la pobreza en Estados Unidos

Por The Associated Press

Redirigirán su labor filantrópica porque les preocupa la visión del mundo de “Estados Unidos primero” que defiende Donald Trump.

Bill y Melinda Gateslos filántropos más importantes del mundo, están redirigiendo su labor en Estados Unidos para combatir lo que consideran sus resultados poco satisfactorios en las escuelas, la creciente desigualdad en el país y un presidente con el que están más en desacuerdo que con cualquier de sus predecesores.

En una entrevista con The Associated Press, la pareja dijo que les preocupa la visión del mundo de “Estados Unidos primero” que defiende Donald Trump. Se sabe que tienen diferencias con el presidente y con el Partido Republicano al que pertenece en cuestiones como la ayuda al exterior, los impuestos y las protecciones para jóvenes inmigrantes sin permiso de residencia.

Los Gates dijeron estar investigando los factores de la pobreza en Estados Unidos con las que no habían trabajado a nivel nacional, como el desempleo, la raza, la vivienda, la salud mental, el encarcelamiento y el abuso de sustancias.

“En Estados Unidos no estamos viendo la movilidad para salir de la pobreza que existía antes”, señaló Melinda Gates.

La Fundación Bill y Melinda Gatesestudia estos temas y aún no tiene planes de iniciativas concretas, aunque ha hecho trabajos relacionados en su estado natal, Washington, a una escala mucho menor. La institución financió el año pasado una beca para el Centro de Presupuesto y Prioridades Políticas para buscar medidas estatales y federales que puedan reducir la pobreza.

Ha pasado una década desde que el cofundador de Microsoft, que llegó a ser el hombre más rico del mundo, hizo la transición de gigante de la tecnología a filántropo. Dijo haber tenido dos reuniones con Trump, en las que hablaron de innovación en la educación, energía y salud, incluidas las vacunas, con las que Trump ha sido escéptico.

“En las dos ocasiones pude hablar sobre el milagro de las vacunas y en qué sentido son algo bueno”, señaló Bill Gates.

Melinda Gates, que dejó su empleo en Microsoft para criar a los tres hijos de la pareja antes de centrarse a tiempo completo en la fundación, ha asumido un papel público más destacado en los últimos meses. Criticó el comportamiento de Trump, afirmando que el presidente tiene una responsabilidad de ser un buen modelo de conducta cuando habla y tuitea, y que sus ataques verbales no tienen lugar en el discurso público.

“Solo hay que ir a Twitter para ver los comentarios desdeñosos que hace una y otra y otra vez sobre las mujeres y las minorías”, dijo Melinda Gates. “Simplemente no creo en eso. No es el mundo que yo veo”.

La estrategia de su fundación ha cambiado todo el mundo de la filantropía. Se les ha criticado por dar instrucciones sobre cómo debe gastarse el dinero y después esperar pruebas tangibles de que su inversión funciona.

En torno al 75% de los recursos de la organización se dedican a salud y desarrollo global. Bill Gates señaló que estaba especialmente orgulloso de sus esfuerzos por erradicar la polio y reducir la mortalidad infantil.

Sin embargo, admitió que no ha tenido tanto nivel de éxito en Estados Unidos con su estrategia de buscar la igualdad a través de reformas educativas. Las iniciativas educativas en Estados Unidos están en un distante segundo puesto en las prioridades en financiación del grupo, pero los 450 millones de dólares que dedica al año convierten a la Fundación en la principal financiadora de reformas escolares en el país.

Han sido grandes defensores de las escuelas concertadas y defendido la creación de sistemas de evaluación de los maestros, así como un modelo de escuelas más pequeñas. Estas reformas no cambiaron de forma drástica los resultados escolares, pero hicieron a los Gates muy impopulares en algunas comunidades.

Christopher Lubienski, experto en política educativa que estudia la filantropía, elogió la sinceridad de la pareja pero señaló que la estrategia general de su fundación implica que seguirá influyendo de forma sistemática en reformas educativas.

Lubienski, que dijo no haber solicitado ni recibido dinero de los Gates, también señaló que al centrarse en la pobreza, los Gates abordan el problema del que nadie habla cuando se trata de éxito escolar.

“Se trata de un problema mucho mayor, más caro de combatir y con más complicaciones políticas que simplemente cambiar la estructura de las escuelas”, dijo Lubienski.

La pareja dijo que tomará un rumbo menos prescriptivo en este campo financiando sus iniciativas a través de una red regional de escuelas, que dependerá más de educadores a nivel local. También pretenden respaldar el desarrollo de un nuevo currículo y escuelas concertadas para alumnos con necesidades especiales.

Fuente de la Entrevista:

https://www.elnuevodia.com/noticias/eeuu/nota/billymelindagatescombatiranlapobrezaenestadosunidos-2398321/

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El vocho rojo de la SEP

Por: Manuel Gil Antón

El dueño de un descascarado y tosigoso Volkswagen rojo, cansado de su lentitud e incesantes fallas que lo dejaban tirado un día sí y otro también, decidió llevarlo al taller. El maestro Milo revisó el auto y le dijo: su carro está muy mal, y empeorando. Para que funcione bien se necesita reparar el motor, y en una de esas hasta cambiarlo. Hay problemas con la marcha, se requiere una reparación mayor de los frenos, las velocidades se atoran porque el clutch no tiene ni remiendo ni remedio.

La suspensión está destrozada y se puede mirar el aire de las llantas por lo lisas que están. De veras, le explicó a don Eusebio, si no se corrigen al menos estas cosas que le digo (por no hablar de la pintura, los focos fundidos, el chicote del acelerador y las vestiduras rasgadas) su coche va a reventar. ¿Y cómo en cuánto sale? Al decirle el precio aproximado de piezas y mano de obra, y el tiempo que llevaría, exclamó alarmado: ni hablar, no me alcanza; tengo otras cosas más importantes en qué gastar y no puedo quedarme tantos días a pie. ¿No habría de otra? Pues sí, dijo Milo, ya otros clientes me lo han pedido y sale muy barato. La cosa es ajustar el velocímetro. ¿Cómo? Mire: tengo un amigo que sabe imitar los números y donde marca 60, le pone 80; y donde estaba el 80, le aplica el 100, y así… Le damos una pulida, pintamos de negro las llantas para que de lado se vean como nuevas, y ponemos un pequeño ventilador el ladito del volante. ¿Para qué? Cuando llegue a 60 por hora, como va a marcar 80, prende el aparatito y el viento en la cara le va a dar una sensación muy cercana a la de ir rapidísimo. Se lo tendría listo mañana. Órale: trato hecho. Hacer de cuenta que las cosas cambian, y mejoran, sin entrar a fondo a resolver los entuertos, es costumbre de los malos gobiernos. Justo es eso lo que propuso el secretario de Educación Pública a finales de enero.

Sin pudor, en la reunión del Consejo Nacional de Autoridades Educativas, anunció que la SEP aplicará, de inmediato, una estrategia “de capacitación” para preparar a los alumnos de 15 años a los que se aplicará el test de la OCDE. Se trata, explicó, de un instrumento que tiene como objetivo que los alumnos tengan el mejor desempeño posible en ese examen internacional. Sus palabras: “se trata de una estrategia muy rápida, focalizada y efectiva de preparación para la próxima presentación de la prueba PISA, que deberá ocurrir en los primeros días de abril. Hemos diseñado una estrategia que tiene dos componentes: uno de entrenamiento y capacitación, pero otro también de motivación”. No se trata, como en el caso del automóvil, de realizar un cambio a fondo de los procesos de aprendizaje. Eso es muy complicado, lleva tiempo e implica contar con un horizonte educativo que vaya mucho más allá del resultado en el examen.

Es demasiado pedir a los gerentes de la administración educativa este sexenio. Urge, para fines políticos, que México salga mejor en ese examen, como prueba fehaciente de las maravillas de la reforma educativa, y la necesidad de su continuidad sin revisión alguna. Es necesario incrementar los puntajes del velocímetro educativo a como dé lugar y de volada. ¿Cómo? Entrenando a los sustentantes para pasar la prueba, sin modificar lo que ocurre en las aula.

No es lo mismo evaluar lo que se aprende, en nuestro sistema, que “aprender” lo que se va a evaluar. Si prospera esta lógica de orientar los procesos educativos a la resolución de exámenes, el currículo se reducirá a conseguir lo necesario para lograr mayores puntajes, calificaciones, y no el aprendizaje que vale la pena. ¿Aprender a aprender cómo se responde un examen? Se impone, al parecer, no cambiar, sino hacer de cuenta. La SEP va, con el ventilador a todo lo que da, en el vocho rojo “reformado”, de bajada al despeñadero. Sin freno.

Fuente del Artículo:

El vocho rojo de la SEP

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Perú: Educación reprobada

América del Sur/ Perú / 12.02.2018 / Fuente: gestion.pe.

Si hace dos años el 27% consideraba que la educación pública había mejorado, según la última encuesta Pulso Perú, ahora solo el 12% opina lo mismo.

 El próximo mes se inician las clases escolares y las familias ya lidian con los gastos de matrícula, compra de útiles y demás.

En un contexto de estancamiento de los ingresos y de caída del empleo adecuado, el desánimo de las personas se magnifica y se extiende a los ámbitos directamente ligados al desembolso de dinero. Pero también contribuye a esa percepción el mal manejo de la huelga de profesores del año pasado, que impactó negativamente sobre la imagen que tenía la reforma del sector.

Si hace dos años el 27% consideraba que la educación pública había mejorado, según la última encuesta Pulso Perú, ahora solo el 12% opina lo mismo, mientras que el porcentaje que piensa que la calidad siguen siendo la misma pasó de 52% a 67%.

La educación privada tampoco sale bien parada, pues su calificación como “buena” disminuye en 17 puntos porcentuales (hasta 43%), aunque el 60% de jefes de familia escogería un colegio privado para sus hijos, si contase con los recursos para costearlo.

Si bien los indicadores de rendimiento escolar mejoran gradualmente, los avances se han visto ensombrecidos por eventos negativos, pues además de la huelga, El Niño costero dejó inutilizables o seriamente dañadas decenas de colegios, sobre todo en el norte del país.

La pésima actuación del Gobierno en la reconstrucción de la infraestructura, también golpeó a la educación, a lo que se suman los constantes reportajes sobre las lamentables condiciones en que muchos niños estudian, tanto en zonas alejadas como en la periferia de Lima.

El año pasado, el Ministerio de Educación invirtió S/ 248 millones más que el 2016, pero el avance de su ejecución presupuestal fue de 73%. Quizá se trate de un nivel adecuado, de acuerdo con los estándares, pero lo que genera preocupación es la enorme brecha que existe entre las necesidades de inversión en infraestructura educativa y lo que el Estado está destinando para reducirla.

El ministro Idel Vexler ha dicho que se impulsarán proyectos bajo el esquema obras por impuestos, lo que podría ayudar a paliar las necesidades de colegios adecuados.

A estas carencias de infraestructura hay que añadir los aparentemente pocos esfuerzos que se hacen para disminuir el ausentismo.

Según el INEI, el 20.8% de niños entre 3 y 5 años no asiste a educación inicial. En suma, de acuerdo con la opinión de los peruanos, la educación no ha mejorado sustancialmente y su costo no justifica su calidad. Y no están muy equivocados.

Fuente de la noticia: https://gestion.pe/opinion/editorial/editorial-educacion-reprobada-227056

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Nicaragua: Paquetes escolares son entregados a estudiantes de preescolar, primaria y secundaria

Centroamérica/ Nicaragua / 12.02.2018 / Fuente: www.tn8.tv.

Gran alegría y entusiasmo se vio reflejado en el rostro de los niños y niñas de las comunidades del municipio de Dipilto, en el Departamento de Nueva Segovia cuando en  nombre del Gobierno de Nicaragua las autoridades de educación en el municipio de Dipilto les hacían entrega de los  paquetes escolares para que asistan a la escuela.

Fueron beneficiados estudiantes de educación inicial preescolar, con 245 paquetes;  primaria con 465 paquetes  y a distancia en el campo con un total de 30 paquetes escolares “nos da mucho placer los rostros de felicidad de los niños y niñas que reciben este importante beneficio de nuestros buen gobierno que presiden el comandante Daniel y Rosario  como un estímulo para que asistan a la escuela y contribuir en la restitución de su derecho a la  educación”, manifestó  Juan Gabriel García Salinas, delegado del Ministerio de Educación en Dipilto.

Cada paquete escolar se compone de una mochila, cuadernos, lápices de carbón, lapiceros, borrador, colores, estuche geométrico y trastes para la merienda escolar, “una gran ayuda para contribuir en la economía de la familia”,  dijo García Salinas. Asimismo dio a conocer que la comunidad de educadores en el municipio recibieron Maletines escolares, memorias USB y  calculadoras para facilitar el trabajo de educación a los estudiantes

Ana Virgen García Colindres, madre de familia se manifestó agradecida con este beneficio que significara un ahorro, pero además una motivación para que sus hijos vayan a la escuela a educarse “nos sentimos contentos de saber que estamos en el corazón del comandante Daniel que cada año está pendiente de nuestros hijos para su ingreso a la escuela”.

“Bonita mi mochila y una bendición de Dios”, expresó el niño Axel Johan Maldonado Díaz, uno de los beneficiarios, quien envio un agradecimiento al presidente por el regalo “es una ayuda para nosotros y nuestros padres”.

Yasuara Belén Zavala García dijo sentirse alegre  porque no tenía útiles ni mochila escolar y ahora si “me comprometo a estudiar, hacer las tareas y portarme bien”.

nueva segovia, paquetes escolares,

Fuente de la noticia: http://www.tn8.tv/departamentos/443492-paquetes-escolares-entregados-estudiantes-preescolar-primaria-secundaria/

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Pactar la educación en España

Europa/España / 12.02.2018 / Fuente: periodistas-es.com.

Llevamos disfrutando los españoles poco más de 40 años continuados de democracia, un hito histórico español de dimensiones prodigiosas. Y algo de lo que más se echa en falta es la creación de un sistema educativo auténtico, un sistema educativo consensuado que no dependa del albur de los antojos de la confección de las mayorías parlamentarias resultantes de las elecciones generales. Un sistema educativo de verdad, como la Constitución, resultado como ella del pacto, que sea un ejemplo paradigmático de la política propia de una sociedad civil que se precie.

No sé si hasta ahora había sido imposible llegar a semejante pacto. Lo que sí parece indudable es que la ocasión la pintan calva. No sólo los indicadores educativos anuncian la necesidad inmediata de renovar el espíritu educativo y su realidad palpable, es que la existencia de un Gobierno minoritario juega a favor. Hay que aprovechar que además los partidos implicados en la gobernabilidad parlamentaria (ojo, no la ejecutiva, no sé si me explico) parecen decididos a intentarlo. El pacto, digo.

Nueve millones y medio de estudiantes españoles cursan su formación educativa en España, desde la Educación Infantil a la Superior. El alto grado de fracaso escolar (uno de cada cinco alumnos de 18 a 24 años abandonó en el último período analizado las aulas sólo con un título de Educación Secundaria Obligatoria, siendo así que España dobla la media europea), la aparente mala posición en esos controvertidos listados del hit parade educacional del mundo y, sobre todo, el futuro que lleva gritándonos a todos, pero especialmente a los educadores, desde hace décadas y cada vez con más fuerza, haciendo atronar la palabra INNOVACIÓN, hacen perentoria la necesidad de ese acuerdo sobre el sistema educativo que se tramita desde hace meses en el Congreso de los Diputados. Una búsqueda de acuerdo que se tramita en el sentido emocional, no en el sentido de obligación desatendida.

¿Para qué se prepara a los alumnos? ¿Para qué sirve la enseñanza, hoy? En el fondo, todo se reduce a eso. Pero sobre lo que se va a negociar es sobre lo más elemental del problema. Y lo más elemental ya es en sí pura incertidumbre. Se han dado los parlamentarios españoles hasta mayo y han resuelto reunirse tres veces a la semana para debatir, esperemos que consensuar, sobre quince puntos quince de un guion en el que han desmenuzado el abismo que no debería de ser nunca un sistema educativo. En ese elenco hay asuntos que llevan todalavida sobre la mesa, es un decir, o sí, porque los intentos para pactar la educación no han empezado el año pasado. Y hay asuntos que han llegado recientemente para complicar aún más y convertir estas reuniones en un másdifíciltodavía circense.

Quince puntos quince

Los quince puntos sobre los que los parlamentarios españoles de la subcomisión creada al efecto en el interior de la Comisión de Educación y Deporte (Subcomisión del Congreso de los Diputados para el Pacto Social y Político por la Educación) van a tener que trabajar, según ellos mismos han acordado, son los siguientes.

El punto uno es genérico, tanto que incluso se llama nada más y nada menos que “El sistema educativo español”, pero se especifica a sí mismo cuando anuncia que se trata de su “diagnóstico, principios, fines y desafíos”.

El punto 2 va más al grano: “Financiación del sistema educativo”. La pasta. El meollo que desnuda las buenas intenciones. Ese segundo punto se dedica a eso, al uso del dinero (nuestro gasto educativo es el 4% del PIB, como en tantas cosas por debajo de la media de la OCDE), a la consecución del mismo y a la aportación del propio Estado (central), de las comunidades autónomas (responsables hoy del 80% del gasto) y de los entes locales. Con especial atención al llamado “suelo de financiación” y a las becas, donde se destina el 60% del presupuesto del conjunto estatal dedicado a la educación.

Al tercer punto se le ha llamado “Equidad e inclusión educativa”, y va de “apoyos, ratios, educación especial, convivencia escolar”.

El 4 se titula “La profesión docente”, y está dedicado a la “formación inicial, acceso, carrera (y a la) formación continua” de los educadores. Yo creo que ahí está el mayor intríngulis de este berenjenal compuesto de incertidumbre y futuro inmediato, creo que si sólo se pudiera tratar un asunto (menos mal que no, que nada es tan reductible), el asunto del profesorado es el eje sustancial, es la clave de bóveda del edificio y quizás incluso hasta, paradójicamente, su suelo.

El 5, “Estructura del sistema educativo”, se centra en los diversos niveles educativos, los escalones: las educaciones “Infantil, Primaria, ESO (se incluye la “titulación de ESO” como epígrafe de estudio para la Subcomisión), Bachillerato, acceso a la Universidad”.

El sexto punto se llama “Las redes de centros educativos” y está dedicado a “la enseñanza pública como pilar fundamental y el derecho a la Educación”, también a las enseñanzas concertada y privada, a la “financiación de las redes” y a la “supervisión y regulación” de las mismas.

“Ordenación académica. Currículo escolar y metodologías” es el título del punto número 7, aquel centrado en los “valores cívicos y constitucionales en el currículo”, en la “educación en igualdad” y en los “programas plurilingües”.

Al 8 se le llamó “Sistema educativo y modelo territorial”. Yo, como editor de libros de texto sólo puedo decir que el maremágnum curricular y de implantaciones territoriales es la gran amenaza permanente para la supervivencia de nuestro todavía tan necesario sector.

“Evaluación y calidad del sistema educativo” es el nombre del punto noveno.

El punto 10, “El centro educativo”, gira en torno a la “autonomía, gobernanza, transparencia y rendición de cuentas” del núcleo donde tienen lugar todas las experiencias de enseñanza-aprendizaje.

El 11, el 12 y el 13 llevan, respectivamente, como título, “Participación institucional y social de la comunidad educativa”“Enseñanzas Artísticas Superiores” e “Investigación, desarrollo e innovación”.

Llegamos a uno de los que serán sin duda un escollo de dimensiones bíblicas. Hecho el chiste (malo), te puedo decir que es el dedicado a la “Enseñanza de las religiones”, esto es, a “la enseñanza de la religión en el sistema educativo”, a su “carácter y ubicación” y a la “atención a las diversas religiones, etapas y cursos, contenidos y profesorado”.

Y, por último, el punto número 15, la eterna cenicienta del sistema educativo español, aquella que en realidad debería de ser medular para poder acabar de una vez por todas con esta categorización de lo español como un país de universitarios por doquier y profesionales sin formación: el punto con el que se supone que se cierra el dificilísimo trabajo de la Subcomisión del Congreso de los Diputados para el Pacto Social y Político por la Educación es el titulado “La Formación Profesional”. Mucha atención, a juzgar por las gran cantidad de epígrafes que le dedica este punto, se presta a esta etapa que es considerada una de las grandes fracasadas del sistema educativo, aunque quien así lo piense probablemente no sabe que el problema cierto es que no logre atraer el número de estudiantes para formarse profesionalmente que una sociedad civil necesita.

Fuente de la noticia: https://periodistas-es.com/pactar-la-educacion-la-politica-servir-algo-98750

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Consolidar Nuevo Modelo Educativo, reto de los nuevos libros de texto en México

América del Norte/ México/ 12.02.2018 / Fuente: www.diariodemorelos.com.

Con la producción y distribución de los nuevos materiales educativos, la Comisión Nacional de Libros de Texto Gratuitos (Conaliteg) tiene el reto de que la propuesta pedagógica del Nuevo Modelo Educativo sea una realidad en el salón de clases en el ciclo escolar 2018-2019.

Para la elaboración de los ejemplares educativos se ha contado con la participación de docentes frente a grupo, pedagogos, editores de materiales educativos y especialistas tanto en las diversas disciplinas como en didáctica.

Además, la Conaliteg continuará entregando materiales educativos en diversas lenguas indígenas para fortalecer la propuesta pedagógica inclusiva como el bilingüismo, a partir de promover el aprendizaje de la lengua materna indígena, así como el dominio de otros idiomas como el español y el inglés.

El organismo tiene previsto entregar 175 millones de libros de texto para el ciclo escolar 2018-2019, por lo que trabajará en conjunto con las secretarías de Educación de los estados para hacer llegar los materiales a los estudiantes.

Cuando el general Álvaro Obregón ocupó la Presidencia de la República, creó la Secretaría de Educación Pública (SEP) bajo la dirección de José Vasconcelos; ambos consideraban prioritaria la educación para el desarrollo del país, por lo que Vasconcelos inició un proyecto en el que la enseñanza de las primeras letras a poco más de 66 por ciento de la población, era el paso inicial.

Ya desde entonces había expresado Vasconcelos que era necesaria la gratuidad del material de lectura y con esa idea, dispuso que en los Talleres Gráficos de la Nación se editaran los libros de texto de las escuelas oficiales y libros clásicos.

Aunque sus acciones fueron criticadas y hubo quienes consideraron que las lecturas de Herodoto, Esquilo, Sófocles, Platón, Dante, Cervantes y otros clásicos eran inapropiadas para los niños, se hicieron grandes tirajes de El Libro Nacional de Lectura, Lecturas Clásicas para Niños y las Lecturas para Mujeres; también reeditaron la Historia Universal y la Historia Patria de Justo Sierra.

Ya durante la gestión del presidente Plutarco Elías Calles se limitó la producción de textos, pues en ese entonces, dado los problemas con la Iglesia católica, se consideró que podría tomarse como una imposición que hubiera libros de texto oficiales; aunque sí los hubo destinados al medio rural.

Al iniciar el gobierno de Lázaro Cárdenas, 59 por ciento de la población mayor de 10 años era analfabeta en el país, por lo que se estableció, conforme al plan sexenal, que la nueva escuela estuviera al servicio de obreros y campesinos; y que fueran editados textos de lectura para ofrecerlos a bajo precio (7 centavos).

Después, el gobierno del presidente Manuel Ávila Camacho emprendió una campaña de alfabetización por medio de la cual, los adultos alfabetos enseñaban a leer y escribir, de manera gratuita, a quienes no sabían hacerlo.

Al finalizar el gobierno de Adolfo Ruiz Cortines, a pesar del gran esfuerzo en materia educativa, el acelerado incremento demográfico hacía insuficiente el presupuesto del Estado para brindar los servicios que la población requería. Así casi tres millones de niños en edad escolar no estudiaban, la eficiencia terminal era de 16 por ciento a nivel nacional y de dos por ciento en el medio rural.

La escolaridad promedio de los adultos era de dos años y más de 27 mil maestros ejercían sin título, además de que había intereses particulares de autores, editorialistas, libreros e inspectores escolares -dueños de editoriales o autores- que recomendaban sus propios textos a los directores de las escuelas para que los incluyeran en las listas que presentaban a los padres de familia al inicio del año escolar.

Al protestar Adolfo López Mateos como presidente de la República marcó como prioridad de su gobierno la educación pública; Jaime Torres Bodet fue nombrado titular de la SEP, quien elaboró el Plan Nacional para el Desarrollo y el Mejoramiento de la Enseñanza Primaria (plan de once años) que constituyó el primer esfuerzo por planificar la educación a largo plazo.

Entre las acciones destacables de dicho plan estaban la construcción de escuelas, la ampliación del programa de desayunos escolares y la creación de la Comisión Nacional de Libros de Texto Gratuito, con la misión de editar y distribuir a todos los niños mexicanos libros gratuitos cuyo contenido abarcara temas de los programas vigentes de educación primaria.

Se buscaba hacer cumplir el artículo tercero constitucional, satisfacer la demanda educativa real a nivel primario; dar oportunidades de educación a todos los mexicanos, mejorar la calidad de la enseñanza, así como satisfacer la demanda de técnicos y obreros calificados que requiriera el desarrollo del país.

Es en este contexto el 12 de febrero de 1959 el presidente López Mateos creó la Conaliteg, como dependencia de la SEP, la cual entregaría libros no sólo a las escuelas públicas, sino también a las privadas, pese al gasto que esto representaba. Con ello se trató de dar a los niños de todos los sectores sociales, los medios indispensables para el aprendizaje y para asegurar una base cultural homogénea.

A través de los textos gratuitos, también se buscó educar en civismo, cuidado del medio ambiente, hábitos de higiene; enaltecer el valor del trabajo y del esfuerzo personal vinculados con la idea de igualdad de oportunidades en una sociedad en la que cada persona tiene un deber que cumplir.

En su segundo periodo al frente de la SEP, Jaime Torres Bodet, enfrentó desafíos como la necesidad de institucionalizar la escolarización bajo el principio de un Estado educador; la desarticulación entre los contenidos y métodos de enseñanza; los problemas de cobertura; la inequidad de quienes accedían a la educación básica y la falta de materiales educativos de calidad.

Por estas y otras razones, editar los libros de texto era una decisión que permitía resolver o aminorar algunos de esos problemas, pues se presentaban como una oportunidad de homogenizar los contenidos, orientar la didáctica y disminuir los costos indirectos de la educación de las familias, lo cual mejoraba las condiciones para integrar a más estudiantes a las aulas.

El 21 de mayo de 1959 se lanzó la convocatoria a los escritores y pedagogos mexicanos para participar en la redacción de los textos para los libros y cuadernos de trabajo e instructivos para el maestro para los seis grados de primaria.

Con el padrón de alumnos y maestros, el 11 de julio de ese año se publicó la convocatoria a los impresores y encuadernadores del país para participar en la edición de los más de 17 millones de libros y materiales educativos, que fueron enviados a todas las oficinas de correos de los estados de la República a través de la Dirección General de Correos.

El 16 de enero de 1960, 11 meses después de fundada la Conaliteg, Torres Bodet entregó en la localidad de El Saucillo, San Luis Potosí, los primeros libros de texto gratuitos: Mi libro y Mi cuaderno de trabajo de primer año, que fueron distribuidos en las más de 33 mil primarias en todo el país, para los dos millones 11 mil alumnos inscritos en primer grado para el periodo lectivo 1960.

En ese año se produjeron 19 títulos para los alumnos de primaria y dos para el maestro, cuyas portadas retrataban héroes de la patria que además de conmemorar 150 años de la Independencia, y 50 de la Revolución mexicana, buscaban infundir patriotismo en la niñez mexicana.

El decreto de creación de la Comisión Nacional de Libros de Texto Gratuito encomendaba a los responsables “cuidar que los libros cuya edición se les confía tiendan a desarrollar armónicamente las facultades de los educandos, a prepararlos para la vida práctica, fomentar en ellos la conciencia de la solidaridad humana, a orientarlos hacia las virtudes cívicas».

El objetivo de la comisión sería definir las características y el contenido de los libros de texto gratuitos; convocar, mediante concurso, para participar en la redacción de los libros.

El 20 de febrero de 1980, por decreto del presidente José López Portillo y siendo secretario de Educación Fernando Solana Morales, la Conaliteg se transformó en un organismo público descentralizado, con personalidad jurídica y patrimonio propios, para encargarse de la edición e impresión de los libros de texto gratuitos, así como toda clase de materiales didácticos similares.

En la actualidad distribuye libros para estudiantes de preescolar, primaria, secundaria, telesecundaria y educación indígena.

Actualmente, en la página www.gob.mx/conaliteg de la Conaliteg se encuentra el Catálogo Histórico que reúne más de 50 años de libros de texto gratuito y en él se encuentran una serie de opciones por cada año de primaria, incluyendo los libros de lecturas, actividades y recortables de los libros editados entre 1960 y 2011; también está disponible el «Atlas de México», quizá de los libros más recordados por su portada, pero especialmente porque no cabía en la mochila.

Fuente de la noticia: https://www.diariodemorelos.com/noticias/consolidar-nuevo-modelo-educativo-reto-de-los-nuevos-libros-de-texto

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Puerto Rico: Julia Keleher relata sus frustraciones en el Departamento de Educación

Un año, dos huracanes y muchas protestas después de asumir su crítico cargo, la funcionaria reflexiona sobre su controversial incumbencia en la agencia más importante del gobierno

«(El alumno) no tiene que creer lo que le quieren contar de cómo funciona el mundo», dijo la secretaria de Educación

Julia Keleher, la secretaria de Educación, estaba sola en su apartamento cuando el huracán Irma pasó cerca de Puerto Rico el pasado 6 de septiembre, azotando el noreste de la isla.

El apartamento, en el piso 23 de en la frontera entre Santurce y el Condado, le ofrecía a Keleher una vista privilegiada del fenómeno. Su única compañía en esas horas fue, según dijo, “una mesa, una cama y una bicicleta”.

“Estaba aterrorizada”, cuenta la secretaria, que ese día vio por primera vez un huracán, esa realidad brutalmente cotidiana de la vida en el Caribe.

Su encuentro con Irma (y dos semanas después con María, que la secretaria pasó en un hotel) puede entenderse también como una metáfora del brutal encuentro que Keleher ha tenido con la realidad puertorriqueña en la forma del Departamento de Educación, la más grande y caótica de todas las agencias públicas.

La agencia tiene 1,110 planteles, un presupuesto de $2,628,835,000 y 50,980 empleados. Sus estudiantes obtienen muy pobres resultados en las pruebas de desempeño. El magisterio denuncia continuamente falta de materiales y de dirección. Llueven las quejas de que en tal o cual escuela falta un maestro o maestra de tal o cual materia.

Las comunidades protestan quejándose de la infraestructura de las escuelas. La clase media o hasta media baja (de la alta, ni se diga) hace lo indecible por tener a sus hijos en escuelas privadas, aunque sean de dudosa calidad.

Este es el huracán que Keleher, de 43 años, hija única criada en un barrio obrero del norte de Filadelfia, está enfrentando desde que se mudó a Puerto Rico en enero de 2017 para dirigir Educación. Había asesorado a la agencia desde 2007, pero nunca le había visto los intestinos al monstruo desde adentro, como ahora.

Ha enfrentado la suspicacia de los muchos que creen que, por no ser puertorriqueña, no debería tener a su cargo una misión tan importante para el país. Ha sido duramente criticada por su alto salario, de $250,000, más del doble de lo que por ley corresponde al titular de Educación.

Ordenó cerrar más de 200 escuelas y anunció la clausura de otras 300 el próximo año, ante las drásticas bajas en matrícula que ha enfrentado el sistema por la inmensa ola de emigración. Se le ha responsabilizado por el lento ritmo de reapertura de planteles tras María.

La han lastimado las críticas, reconoce. Ha sido muy dura con sus compañeros de trabajo, también. La asombró la politización de la agencia, no lo niega. Ha habido choques con una cultura que no conocía del todo, admite.

Pero, más allá deeso, ¿quién es Julia Keleher? ¿Qué quiere hacer con la educación pública, ese instrumento vital, y tan mal usado hasta ahora, para el avance de cualquier sociedad? ¿Se la está tragando la bestia de mil cabezas que es el Departamento de Educación? ¿Entiende a Puerto Rico? ¿La entiende Puerto Rico a ella?

De esto y de más, a ratos combativa, reflexiva, exultante o emocionada, habló en una entrevista para la que no puso condiciones y a la que acudió sin ayudantes.

—Bueno, hemos trabajado en lo académico, pero no ha sido tanto el discurso público. En 2007, Puerto Rico estableció nuevos estándares, que fue un requisito del gobierno federal, porque tenían un acuerdo de cumplimiento. Eso se actualizó en 2013, 2014. La prueba es bien costosa y no es fácil salirse de los estándares porque trastoca mucha cosa. La pasada administración desarrolló muchas herramientas y trató de utilizar el modelo de “understanding by design”. Lo que pasa es que trataron de hacerlo tan al detalle, que los maestros se sentían sofocados. Yo, al llegar, reconociendo eso, traté de liberar un poco al aspecto administrativo y comprarle recursos para el salón, porque lo que falta son los recursos. El otro aspecto tiene que ver mucho con la infraestructura de tecnología, que también llevo un año trabajando, porque en los demás sistemas los niños tienen acceso a la tecnología y eso permite que aprendan y se expongan a otras maneras de explorar el mundo. Compramos una plataforma digital. Lo teníamos todo planchado, pero vino María.

Uno va a una escuela privada y hay una filosofía bien clara del tipo de educación que ofrece cada una, con qué propósito, a qué dan énfasis. No se escucha eso del sistema público.

—Yo no suelo redactar cartas circulares, que en los pasados años lo han hecho, porque no he visto cómo eso se operacionaliza dentro del salón de clases. Es bonito decirlo, pero si no se puede ejecutar, no vale nada que lo hayas dicho. Yo creo que, a través de aprendizaje basado en proyectos, lo que debemos buscar es un estudiante que tiene conocimiento, que ha sido expuesto a algunos hechos y a datos e información, pero que tiene una capacidad crítica de consumir, de discernir, de interpretar, de pensar por sí mismo y estar en una posición en que no tiene que creer lo que le quieren contar del mundo.

¿Esa visión se conoce en el Departamento, a nivel de directores, maestros, etc.?

—Cuando la gente tiene tantas cosas que le afectan el diario y yo les hablo de algo que es intangible, no sé si es el momento. Ellos necesitan que alguien entienda dónde están, que les resuelva lo inmediato y quele ayude poco a poco a ver cómo pueden realizar este tipo de enseñanza. En la escuela, nosotros tenemos todo en filas y en columnas. Y los nenes aquí y la maestra allá. Un proceso de enseñanza no debería ser así. La maestra es una facilitadora.

Si la entiendo bien, ¿hay una filosofía educativa, pero no se ha podido “operacionalizar”, como dice usted?

—Estamos en eso. El cambio no debe ser muy complicado. Es un currículo “ivy league”, el que se usa en Baldwin. Tú haces, tú aplicas lo que tú sabes hacer. Todo esto está vinculado. El mensaje está. Todo el mundo lo sabe y he sido efectiva en comunicarlo. Vete a una carta circular de 30 páginas, que alguien lo lee y no entiende lo que quiere que hagas.

Educación ha tenido fama por mucho tiempo de ser muy difícil de mover. A veces se le ha visto a usted públicamente hasta frustrada con eso. Cuénteme de esa experiencia de tratar de mover ese transatlántico.

—Creo que he madurado bastante durante el primer año. Sigo con la misma frustración, pero quizás he podido expresarlo un poquito mejor. Lo que yo trato es que la gente vea que debe haber un sentido de urgencia, porque cada día que pasa, de cada cosa que hagamos, depende la vida de 319,000 jóvenes. Yo convoqué a todos los que trabajan en recursos humanos. Les dije: “Yo sé que ustedes quieren hacer su trabajo y ha sido difícil en estas últimas dos décadas, porque los sistemas no funcionan. Pero les quiero dar una oportunidad de que se pongan creativos y me ayuden a rediseñar ese proceso”. ¿Sabes lo que a mí me mata? Es que los papás me llaman, y de verdad que a mí me pesa, para decirme que el hijo no tiene maestro de inglés en todo el año. Yo me siento responsable de eso. Estoy tratando de presentarlo de esa manera. Les dije: “¿Ustedes quieren ser responsables de que eso pase? Porque lo que tú haces o no haces tiene tal implicación”.

¿Usted cree que la están entendiendo? Es que han visto tantos cambios que la actitud muchas veces es “en cuatro años vienen otro con otro cambio”.

—Puede ser. Pero yo trato de ser honesta y consistente. Hablé con mucho respeto. Se me podrá juzgar después de mucho tiempo. Pero yo creo que va a ser distinto porque yo no vengo con otro propósito que no sea mejorar lo que hay. La gente me cree o no me cree. Tengo un programa para preparar superintendentes. La primera vez que lo tiré solicitaron 400. Seleccioné a 30 de los dos partidos.

¿Por qué aclara que son de los dos partidos? ¿Fue por un sistema de cuota?

—No. Lo que pasa es que la gente tenía la expectativa de que iba ser políticamente orientado para darle acceso a un solo grupo.

—Enviaron fotos con gente identificándolos. La gente entre sí.

¿Había revuelo porque se hizo un programa especial y había, en este caso que es un gobierno del Partido Nuevo Progresista (PNP), gente del Partido Popular Democrático (PPD)?

—Causó curiosidad, vamos a ponerlo así. Estoy dando acceso, estoy capacitando a todo el mundo, estoy creando un nuevo vocabulario, dando espacio para que colaboren, creando un ambiente que reconoce lo que es el mérito.

Usted no es de aquí, por lo tanto, puede entenderse que no es de un partido ni de otro y quizás no sabe quién es de qué partido. Cuando llega, imagino que lo primero que le dijeron fue: “Este de un partido y este de otro”.

—Sí, y hay gente del mismo partido que no me respondía.

¿Cómo usted manejaba, por ejemplo, si usted veía par de resumés y quería nombrar a un director de tal o cual programa y alguien le decía: “No, ese es de otro partido”? ¿Le pasó eso?

—Todas las personas de confianza ya habían sido nombradas cuando yo llegué. Me dijeron: “Aquí tienes tu agencia y tu equipo”. Yo no conocía a nadie aquí.

¿Quién nombró ese equipo?

—Bueno, de la manera en que se hace en todas las agencias.

¿El comité del partido?

—(Asintiendo) Son puestos de confianza. Y he ido poco a poco cambiando personas.

¿No la llamaron el alcalde, el legislador?

—Eso pasó en un principio.

¿El gobernador?

—No.

“Secretaria, me sacó a este que me ayudó mucho en la campaña, ¿qué pasó?” ¿Hubo ese tipo de dinámica?

—Eso fue lo que se habló, pero nadie me dijo nada a mí. Sí hubo como que: “Ay este, el otro”. Yo no sé. Yo estoy buscando al que puede. Y voy a seleccionar al que puede. Si este no puede, no puede estar. Claro está, no puedo botar a todo el mundo, porque no tengo un banco de talento ahí esperando para escoger. Pero poco a poco, con respeto, dándole la oportunidad. El que no demuestre que no puede, no puede quedarse con el trabajo y punto.

Usted llega, tiene todo su equipo nombrado, se entera de que es gente de la confianza del partido. ¿Eso se lo hacen saber o lo descubre en el camino?

—Lo descubrí en el camino, porque hay cosas que yo hice, que metí la pata y me tropecé con una bomba, sin saber.

Quería volver un momento a cuando dice que siente mucha frustración. ¿Qué es lo que mayormente le causa frustración?

—La gente no tenía un sentido de urgencia y no le importaba qué no lográbamos, qué no hacíamos, qué no terminábamos.

¿Alguna vez se dijo: ‘Wao, esto no hay manera de arreglarlo”?

—(Piensa unos segundos) Han sido momentos en los que yo me doy cuenta de lo alta que es la montaña. Es tan cuesta arriba. Pero estamos hablando de dos o tres momentos en que dije “wao”. Pero, por otro lado, no creo que eso tiene mucho que ver conmigo. Yo soy un instrumento que llegó, que pasó por cosas que tampoco fueron mi diseño, que tengo algo que aportar.

¿Ha habido algo, digamos, de “shock” cultural el ver usted cómo es que muchas cosas ocurren en Puerto Rico y la manera en que usted cree que debe ser?

—Sí, ha habido un choque en términos de la cultura, porque trabajar aquí no es lo mismo que vivir aquí. Cuando uno deja todo y viene y la recepción es un poco fuerte y te critican y no entienden… es como que estoy aquí tratando de ayudar, encuentran tantas cosas que no le gustan de mí, de quién soy, y vine aquí con las mejores intenciones. Fue fuerte.

Se le aguaron los ojos. ¿Se emociona con este tema?

—Sí.

¿Usted cree hay gente que la critica por ser estadounidense?

—No sé. Siempre es lo mismo con la gente que viene de afuera. Siempre trabajé en comunidades pobres. Usualmente esas son las comunidades de los hispanos y los afroamericanos. Yo sé lo que es estar al margen. Pero siempre he tenido compasión con los que me han tratado así para que no me afecte tanto.

¿Pero le ha pasado?

—Lo puedo entender como un fenómeno de que eso es lo que la gente hace cuando uno es distinto. Una cosa que es difícil para mí entender es por qué la gente me protesta. No entiendo que se manifiesten en vez de usar los canales para buscar una reunión. La otra cosa es que nadie se manifiesta por la calidad de la enseñanza. Nadie me reclama los resultados del sistema. Han protestado porque yo declaro unas vacantes, pero, ok, si se me han ido 25,000 estudiantes, ¿la matemática te dice que voy a necesitar la misma cantidad de maestros? ¡No! Reclaman eso en vez de reclamar que tenemos un nivel de proficiencia en matemáticas de 10% en el octavo grado o por las condiciones de los planteles.

Muchas veces las escuelas, sobre todo en comunidades pequeñas, más que una simple escuela, son el centro de la comunidad, tienen un valor que va más allá de si hay 50 o 300 niños. ¿Usted no comprende cuando alguien protesta que cierren una escuela solamente por criterios económicos?

—Lo puedo entender. La gente no sabe que el gasto del Departamento es $7,500 por estudiante. Pero yo hice un análisis de la distribución de fondos, según el presupuesto de cada una de las 1,296 escuelas que había en ese momento. Más de 850 escuelas reciben $2,000 a $4,000 por estudiante. ¿Por qué hay esa inequidad? Porque se permite la organización escolar, que dice que “yo soy director, tengo 54 niños y voy a tener seis maestros”, cuando una escuela al lado tiene 200 estudiantes, pero le falta un maestro de inglés. Hay que poner reglas en la distribución, administración y fiscalización de esos fondos públicos que les permiten a los niños una educación para su futuro. Hay que tomar eso bien en serio.

La escuché en otra entrevista decir que sus planes con la agencia van a dar resultado en 10 años. Eso quiere decir que el niño que está empezando ahora va a pasar casi toda la escuela y no va a ver el resultado de algún cambio. ¿No le parece que pide demasiada paciencia?

—Lo puse como 10 años un poco para manejar las expectativas. Cuando uno ve el cambio desde 2007 hasta hoy en Miami, ha pasado una década y tiene un sistema que funciona. Pero también hay que buscar victorias rápidas que son las estrategias de proveer currículo con instrucciones más directas. También tenemos un plan para llevar el nivel de proficiencia a 70% en cinco años. Pero sí, requiere mucho tiempo, porque sería una mentira decir que lo puedo hacer en poco tiempo.

¿No cree que a lo mejor hay gente aguantando la respiración porque sabe que en cuatro años máximo Julia se va?

—Puede ser… quizás.

Fuente: https://www.elnuevodia.com/noticias/locales/nota/juliakeleherrelatasusfrustracioneseneldepartamentodeeducacion-2395680/

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