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El sistema educativo venezolano no resiste otro año de clases a distancia

El año escolar 2020-2021 comenzó como se esperaba: a distancia y con muchas dificultades para alumnos y docentes, quienes en las condiciones más adversas se las han ingeniado durante más de un año para continuar, para bien o mal, con el cronograma de clases. Pero hay que aclarar: las deficiencias del sistema educativo venezolano solo se han hecho más evidentes desde que el régimen decretó el confinamiento para evitar la propagación del covid-19 en marzo de 2020. La crisis en el sector, sobre todo en la educación pública, se ha agudizado.

Fallas en los servicios públicos, falta de recursos, daños en la infraestructura de las instituciones y salarios insuficientes son algunos de los problemas que los maestros han denunciado en los últimos años. Con la llegada de la pandemia y la educación a distancia, se evidenció que el sistema educativo no está preparado para trabajar bajo la modalidad de clases a distancia: no todos tienen acceso a herramientas tecnológicas ni Internet, y la capacitación del personal docente no ha sido la suficiente.

Para algunos maestros este nuevo curso ha sido más complicado que el anterior: la falta de recursos -económicos y tecnológicos- y la prolongación de las semanas de confinamiento radical han dificultado que los estudiantes puedan cumplir con las asignaciones. “Los representantes no tienen recursos para comprar teléfonos inteligentes y como ahora hay menos semanas de flexibilización ya no pueden ir a las escuelas a buscar las tareas. ¿Cómo hacen? Este año ha sido terrible y los niños saldrán peor preparados que el anterior”, dice una docente de la Escuela República Bolivariana de Venezuela, en Coche, que prefirió no revelar su nombre.

Clases a distancia

Desde que comenzó el confinamiento el año pasado cuenta que se ha mantenido en contacto con los representantes de sus alumnos a través de Whatsapp, mensajes de texto o llamadas; sin embargo, hay algunos que no han aparecido. “No todos tienen teléfonos o Internet. En las semanas de flexibilización, cuando se asignan las actividades en el colegio, hay papás que ni se acercan. Es un desastre”, se lamenta.

En enero de este año, el Observatorio Venezolano de Servicios Públicos (OVSP) realizó consulta en 12 ciudades del país sobre las fallas en Internet y encontró que solo 34,2% de los encuestados tiene acceso al servicio en sus hogares, y de ese porcentaje 54,8% reportó padecer fallas diarias en la navegación.

A diferencia de las instituciones públicas, los maestros de educación privada sí han podido mantener constante comunicación con padres y representantes. “Todos cumplen y envían sus tareas por correo, y si no pueden me avisan o buscan otra alternativa para mandar sus asignaciones”, comenta una docente del Colegio Fray Luis de León, en la avenida Fuerzas Armadas, que también pidió no revelar su nombre.

Aunque el colegio dio algunos lineamientos a los maestros para continuar con las actividades a distancia, cada uno tiene libertad para escoger el canal de comunicación o la plataforma con el fin de impartir las lecciones. “En el área de matemática, específicamente, trabajamos con Zoom. Todo lo demás lo manejamos por correo electrónico, por donde envío las tareas, y por Whatsapp, donde conversamos sobre las inquietudes”, explica.

Crecen los reprobados

Recuerda Fausto Romeo, presidente de la Asociación Nacional de Instituciones de Educación Privada (Andiep), que en el pasado había una diferencia considerable entre la educación privada y la pública porque en la primera los alumnos contaban con más recursos y herramientas; pero desde que comenzó el año escolar 2020-2021 las fallas constantes en el servicio de Internet han hecho que los estudiantes que pagan por educarse no estén cumpliendo con los objetivos propuestos.

Romeo aseguró que aunque comenzaron el año escolar con optimismo, en noviembre detectaron que el rendimiento de muchos estudiantes había bajado. “Vimos que alumnos de 19 y 20 bajaron a 13 y 14, y los de 13 y 14, reprobaban. El crecimiento de reprobados en el primer lapso escolar fue muy alto, incluso la asistencia ya no fue la misma de antes”, precisa.

Clases a distancia

El presidente de Andiep afirma que las deficiencias de la educación pública están llegando a la privada. “¿Por qué está pasando esto? Porque no se ha cumplido con lo que hemos pedido al Ministerio de Educación: ampliar el ancho de banda porque el que tenemos no es suficiente. Yo puedo tener las mejores herramientas tecnológicas, pero si tengo un Internet deficiente, básico, no puedo hacer nada”, señala.

Aunque reconoce que la educación a distancia ha llegado para quedarse, jamás podrá sustituir a la presencial. Por eso, Romeo destaca la necesidad de regresar a las aulas lo más pronto posible, tomando todas las medidas de bioseguridad necesarias. “Venezuela tiene que dar un paso adelante y permitirnos regresar a las escuelas, tomando todas las precauciones. Pero debe ser un regreso descentralizado, que cada escuela pueda implementar su protocolo y evaluarlo con padres y representantes, porque no todas las escuelas tienen las mismas necesidades”.

Romeo destaca que el sector educativo privado ha hecho un enorme esfuerzo para continuar con sus actividades, y lo ha hecho sin apoyo del Estado en medio de la pandemia. “Sabemos que si se destruye lo poco bueno que queda, que es el sector educativo privado, no tendremos país para el futuro”.

Maestros huérfanos

La educación a distancia tomó por sorpresa y sin herramientas a los maestros, dice Luisa Pernalete, profesora del Centro de Formación e Investigación Padre Joaquín, de Fe y Alegría. Por eso insiste en que el acompañamiento a los docentes es primordial en este momento.

Pernalete señala que, en el caso de Fe y Alegría, se han dedicado a brindar apoyo y acompañamiento a los docentes para enseñarles estrategias que pueden implementar en clase. “Todos los meses hacemos actividades formativas como forochats para atender a los maestros y se les envían guías instructivas por correo. Hemos estado ayudando a los docentes con herramientas para que no tengan que hacerlo todo”, explica. Pero insiste: “Los maestros de educación pública están muy huérfanos”.

Clases a distancia

Comenta sobre una encuesta que se realizó a un grupo de maestros en la que se les preguntó qué esperaban del nuevo año académico. Mejoras salarios, servicios públicos y equipos tecnológicos fueron las respuestas. Pero cuando se les pidió que comentaran qué había sido lo que más los había ayudado en este año de educación a distancia, respondieron: el acompañamiento del equipo directivo. “¿A esos maestros de educación pública quién los está acompañando? Yo no tengo ningún dato, pero me temo que están en total orfandad y creo que esa es una de las grandes diferencias que hay con la educación privada”, indica Pernalete.

En el caso de Fe y Alegría, dice que cada escuela mantiene contacto con sus estudiantes a través de los maestros para conocer la situación de cada estudiante y buscar la manera de que el alumno continúe con sus clases. “Un liceo nuestro en Antímano tiene 451 alumnos y allí han tenido contacto prácticamente con todos sus estudiantes, menos con 5. A 1 lo retiraron, 4 han flojeado mucho y a otros 30 les pondrán trabajos de compensación. Yo quisiera que esos datos los dieran en todas las escuelas”.

¿Se está aprendiendo?

Comenta Fausto Romeo que en este momento, tanto en el sector público como el privado, es difícil saber cuánto están aprendiendo los estudiantes porque los maestros solo están evaluando resultados. “Yo mando la tarea y recibo el resultado: 2+2=4. Listo. Tiene 20. No se está evaluando el procedimiento”, dice.

En las escuelas públicas no se realizan pruebas para medir la calidad y el impacto de la educación desde hace 10 años, indica Luisa Pernalete. “¿Dónde está la medición para saber cómo están rindiendo nuestros muchachos? No sabemos si estamos avanzando o nos estamos atrasando”, asegura.

La educadora afirma que cuando hay un paro o vacaciones muy largas los niños desaprenden porque no ponen en práctica sus habilidades. Entonces, en el caso de las clases a distancia, en las que muchas veces los maestros no tienen control absoluto, no hay forma de saber si los niños están aprendiendo. “Nosotros trabajamos con estrategias multimodales para tratar de que todos los niños tengan acceso a la educación. Pero no creo que sea la manera como se está trabajando en todos los colegios”.

colegios

Un aspecto no menos importante es el tema de la alimentación: antes de la pandemia muchos estudiantes asistían a las escuelas porque recibían desayuno o almuerzo. Ahora que están cerradas, la ingesta alimenticia de niños y adolescentes no es la misma. En algunas instituciones, comenta Pernalete, distribuyen alimentos entre las madres para que preparen comida en casa. “Antes de la cuarentena en liceos públicos, cuando se daba el almuerzo, subía la matrícula. La letra con hambre no entra. Tener las escuelas cerradas hace que ese factor de protección de la alimentación se vea restringido”.

Tanto Fausto Romeo como Luisa Pernalete consideran que el sistema educativo venezolano no podría resistir un año más de educación a distancia. “No podríamos avalar un siguiente año escolar en estas condiciones. La calidad educativa no es un cliché. Yo puedo decir ‘yo imparto calidad educativa’, pero se nos está acabando”, afirma el presidente de Andiep.

La pandemia dejará un gran aprendizaje en el sector educativo venezolano y hará que tanto padres como estudiantes valoren más el esfuerzo que hacen los docentes, considera Romeo. “La educación a distancia llegó para quedarse, pero nunca para sustituir al maestro”, asegura.

Cuando se pueda regresar a las aulas, bajo una modalidad semipresencial, Pernalete considera que se necesita implementar un plan que permita recuperar los conocimientos y habilidades que no se pudieron desarrollar durante las clases a distancia. “No podemos volver al pasado. En lo que sea que vayamos a tener es necesario que haya la voluntad política y decir las verdades: qué es lo que funciona, buscar a la gente que sabe. No puede ser por la franela. Este país tiene buenos profesionales y estoy segura que ninguno se va a negar a cooperar si ve que la intención es salvar el sistema educativo. También es necesario ver qué están haciendo otros países, no podemos aislarnos”.

Fuente: https://www.elnacional.com/venezuela/el-sistema-educativo-venezolano-no-resiste-otro-ano-de-clases-a-distancia/

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Apuntes sobre “La crisis del reformismo educativo en México” de Juan Carlos Miranda Arroyo

Por: Arcelia Martínez Bordón

En este estupendo compendio de apuntes y reflexiones, Juan Carlos Miranda nos ofrece, un recuento de las principales discusiones de los últimos cuatro años respecto a la cancelación de la reforma educativa de 2013 y el diseño y puesta en marcha de la nueva reforma impulsada por el presidente López Obrador, aprobada en mayo de 2019.

El libro reúne varios ensayos breves de Juan Carlos, en los que se colocan debates y posturas propias y de varios actores, respecto a los alcances, resultados y contradicciones de la reforma de 2013 (la que quiso ser “estructural”) y de la reforma que va en marcha, que califica de reactiva, no propositiva ni transformadora de raíz.

Juan Carlos afirma que vivimos una crisis del reformismo educativo, producto de diez años de reformas iniciadas y diseñadas por las cúpulas del país. Nos dice que hay una crisis en tanto: 1) hay un uso excesivo y retórico del concepto de “reforma”, por parte de políticos, empresarios, organismos internacionales y academia, PERO no por las escuelas; 2) porque (ligado con lo anterior) las RE no han producido los cambios en la base del sistema educativo; y 3) porque hay una obsesión por sembrar cambios “desde arriba”, pero nada de ello, lógicamente, aterriza en las escuelas.

Aunque coincido en lo general, quiero comentar que en el último punto se pueden anotar algunos matices, porque aunque con dificultades a veces estas políticas pueden ayudar, y vaya que lo creo, a modificar la forma en la que trabajan las escuelas… y para muestra el botón del famoso Programa Escuelas de Calidad (vigente de 2002 a 2015), a partir del cual se instaló, de manera obligatoria, y no sin dificultades y áreas de oportunidad, la práctica de realizar, colaborativamente, diagnósticos y planeaciones para transformar la escuela (¿recuerdan los llamados “programas estratégicos de transformación escolar”?).

Con todo, coincido con Juan Carlos en que los cambios en la educación no se dan de manera automática, a partir de un mandato legal, por lo que más que reformas, cada seis años, necesitaríamos hacer revisiones sistemáticas y periódicas de lo que sí funciona y lo que es posible y necesario mejorar. Al igual que Juan Carlos me preocupa profundamente que cada seis años tiremos la tina y con el niño adentro.

Sobre esto último, Juan Carlos sostiene que tanto las últimas reformas, la de AMLO como la del “Pacto por México”, como otras reformas en la región en realidad han apostado por el “gradualismo”, porque si bien comienzan colocando varios discursos de ruptura en la práctica es difícil lograr consensos, por lo que estas casi siempre se mueven hacia una posición más al “centro”.

A propósito de ello, me pregunto si debemos condenar el gradualismo o valorar, en su caso, algunas de sus bondades, en tanto que, en mi opinión, parte del fracaso de las políticas tiene que ver con ir en este mar de ocurrencias, como veletas. Me pregunto, pues, si ¿una transformación de raíz requiere cambios constitucionales o más bien presupuestos, tiempo, e incluso, continuidad? Me temo que llevamos años con parches, ires y venires, y hoy el tiempo apremia.

El libro de Juan Carlos nos reta a continuar con un debate no acabado, siempre abierto, sobre cosas tan importantes y sobre las que no nos hemos puesto de acuerdo, como, por ejemplo, el concepto de “calidad”, al que JC cuestiona que muchas veces referimos como “neutral” y sin “ideología”. Al respecto, Juan Carlos señala que en el tercero constitucional se equipara la calidad, hoy la “excelencia”, con el “máximo logro de aprendizajes”… y se pregunta si la calidad debe reducirse al logro. Considero que este es un debate muy necesario, aunque también creo que no podríamos mejorar los resultados de aprendizaje si no invertimos en políticas e intervenciones educativas (sean de desarrollo profesional docente, de infraestructura, de equipamiento, etcétera) que no reúnan requisitos mínimos de calidad. Recuerdo también, sobre este tema, que, en la reforma anterior, el artículo 3 constitucional colocaba varias dimensiones para entender la calidad: suficiencia, relevancia, pertinencia, equidad.

En fin. Juan Carlos nos invita a varias reflexiones y esto se debe celebrar. A lo largo de los capítulos, Juan Carlos argumenta que la última reforma es, en síntesis, más reactiva que estructural, que esta representa más continuidad que ruptura o cambio de raíz, en tanto sigue montada, como reformas anteriores, en una visión “gerencialista” de la educación, en detrimento de la visión pedagógica que se requiere.

A este respecto, una tesis central de Juan Carlos es que para que se dé el cambio educativo se necesita romper con las inercias de operación de las escuelas, por lo que más que pensar en cambios, mandatados desde las cúpulas, al marco legal, hay que comenzar de abajo hacia arriba, modificando las prácticas, cultura y ethos de quienes operan en las escuelas en el día a día, por supuesto, con su convencimiento y apoyo.

Estoy cierta que podemos encontrar algunos puntos medios… Sin duda, la escuela no puede cambiar sin los maestros y maestras, al margen de ellos, sin su convencimiento y trabajo cotidiano, junto con las familias y los propios estudiantes. Y en ello tiene mucha razón Juan Carlos… desde la política pública se pueden empujar cosas, de un modo más horizontal, consultando a los distintos actores clave… En la pandemia, por ejemplo, muchos maestros y maestras se sintieron, sobre todo en un inicio cuando reinaba el caos, poco apoyadas por sus autoridades y más bien rebasadas por la situación. Que bien hubiera hecho haber arrancado una estrategia elaborada por ellos y ellas… y no impuesta por los expertos, quienes sean que hayan sido.

Con todo, también estoy convencida de que algunos cambios pueden impulsarse desde arriba, cuando, por ejemplo, hay un ejercicio bien pensando y, remarco, consensando, de elaboración del presupuesto, por ejemplo. La política educativa implica, entre otras cosas, una toma de decisiones sobre en qué y cuanto gastar. Y ahí quizá, sí necesitamos otras voces… además de las de los y las maestras… Necesitamos evidencia del pasado, de lo que se ha hecho, de lo que ha o no funcionado, de lo que se sabe a partir de la investigación educativa. Es el caso de las becas, o de otras intervenciones que hoy parecen urgentes para, por ejemplo, mejorar la conectividad y aprender a aprovechar mejor las herramientas tecnológicas.

Así que la mejora educativa nos requiere a todos. La voluntad política a partir del conocimiento acumulado (de todos, docentes, investigadores), de la experiencia, para asignar también un presupuesto ahí donde hace falta. Pero también, sí o sí, requiere de tiempo.

En fin, el libro que nos ofrece Juan Carlos, lleno de preguntas, es una fuente muy rica para la reflexión sobre los alcances y límites de las reformas educativas, y para abrir nuevos debates, tan necesarios, entre quienes estos temas nos mueven y apasionan.

*Académica en el Departamento de Educación de la IBERO Ciudad de México, Coordinadora del Faro Educativo
Twitter: @arceliambordon

Fuente: http://www.educacionfutura.org/apuntes-sobre-la-crisis-del-reformismo-educativo-en-mexico-de-juan-carlos-miranda-arroyo/

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¿Chelas sí, pupitres no?

Por: Manuel Gil Antón 

¿Cómo es posible que estén abiertas las cantinas y las escuelas no? ¿Es la prioridad que tiene el gobierno? ¿No importa más la educación que las cubas y el cubilete?

Expresiones semejantes circulan en los medios de comunicación. El contraste, así expuesto, es un escándalo. No hay quien, en su sano juicio, esté de acuerdo en abstracto con esta preferencia, pero la comparación no es válida.

La preocupación por el aprendizaje y la estabilidad emocional de los “parroquianos” de los espacios educativos es incuestionable. El efecto del confinamiento en casa, cuando ha sido posible, es múltiple y negativo. La complejidad del retorno a las aulas merece un análisis menos superficial: si es necesario hay que hacerlo bien.

Se suele partir de un supuesto falso: los niños brotan en las escuelas. Ahí están como si no hubieran ido de su domicilio a la escuela. La movilidad asociada al arribo y salida de los planteles se pasa por alto. Es enorme: 35 millones de estudiantes de todos los grados se trasladan diario a clases, más 2 millones de docentes y personal administrativo. Equivale al 30% de la población. Si añadimos a 12 millones de personas que acompañan a quienes lo requieren por su edad o condición, son casi 40% del total. ¿Cuál es el impacto, en la movilidad y su consecuente carga en los medios de transporte, así como en la reducción de la sana distancia que esto acarrea? Gigantesca. Incomparable a la que se produce en el traslado a fondas, restaurantes o antros.

El cierre de las escuelas en México, y en todo el mundo, no derivó de que en ellas hubiese una tasa de contagio mayor que en otras actividades. No. La razón es que era, y es, el mecanismo más eficaz para reducir de manera significativa la movilidad y, eso sí, cortaba en buena medida la contigüidad que favorecía la transmisión del virus.

En consecuencia, y dada la persistencia hoy de altas tasas de contagio, los ejes elementales de la planeación y proceso de retorno paulatino a las aulas son, creo: los diferentes índices de aumento en la movilidad dada la diversidad del país, las condiciones adecuadas en los planteles en cuanto a espacio, recursos de higiene y ventilación, y la protección de las y los docentes y empleados, sobre todos los mayores, con la vacuna, y la misma con respecto a quienes rebasan los 60 en el entorno familiar de quienes asistan.

¿Se puede? Sí, de manera diferenciada de acuerdo al contexto de la escuela y las modalidades del arribo y retiro de alumnos y personal. ¿Qué se requiere? Modificar el nivel de observación de esas condiciones (no tener como referencia el semáforo estatal, sino la situación de regiones específicas que rebasan los límites entre entidades), propiciar el intercambio de pareceres entre el personal docente, directivos y los padres de familia, para diseñar distintas formas adecuadas, seguras y paulatinas de retorno a los patios e instalaciones escolares, o a otros lugares abiertos que permitan el reencuentro y la continuidad del lazo social y pedagógico que la educación implica.

¿Cómo? Dar la palabra, y la iniciativa apoyada por las autoridades de salud, a quienes conocen las condiciones y contextos de sus escuelas. Los regresos serían variables, con modalidades diferentes. Sí. Pero más seguros, inteligentes y atentos a lo posible, que los derivados por las autoridades desde su escritorio. De nuevo: escuchar la voz de los que saben, en lugar de imponer soluciones equivocadas, quizás, esas sí, acordadas por los funcionarios en la mesa de un bar.

 

Profesor del CES de El Colegio de México.
mgil@colmex.mx
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Entrevista a la Profesora Magdalena Isela González Báez (Video)

Por: Fernando García investigador del CII-OVE

En esta oportunidad la Dra. Magdalena Isela González Báez, nos compartió su experiencia como docente de la Escuela Normal Rural Vasco de Quiroga, ubicada en Tiripetío, Michoacán. Enfatizó la importancia de la escuela Normal Rural en México y analizó el panorama político educativo que actualmente impera en torno a ellas.

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Desafíos De La Educación Universitaria Venezolana

Por: Solange Celeste Mendoza Mendoza*

Resumen

Este artículo pretende realizar una descripción de los desafíos que ha afrontado la educación en general, pero en especial la universitaria, como garante de los procesos de transformación económica del país, mencionando principalmente tres (3) desafíos de los mucho que la población venezolana y la educación ha padecido: Bloqueo Económico y Sanciones, Apagón Eléctrico y Tecnológico y la llegada de la pandemia del Coronavirus, siendo este último el de mayor impacto ha tenido, motivado al giro que ha dado la educación en general para poder garantizar el derecho a la educación, protegiendo la vida de los docentes, estudiantes y comunidad en general durante los dos momentos vividos: cuarentena radical y método 7×7, y actualmente el 7×7 plus, a través de la estrategia de Universidad en Casa, y el rol que le han dado a las Tecnologías de Información y Comunicación, a pesar de las desavenencias y problemas presentados por los dos desafíos anteriores.

Palabras Claves: Desafíos, Educación Universitaria, Tecnologías de Información y Comunicación, Universidad en Casa

Introducción

La educación en todos sus ámbitos han sufrido grandes cambios con el pasar del tiempo, pero en el caso de Venezuela, sus grandes cambios han surgido desde el nacimiento de la Constitución de la República Bolivariana de Venezuela, aprobada por la mayoría del pueblo en 1999 y enmendada, con gran esfuerzo y lucha y gracias al pueblo venezolano en 2009, y todo ello con la finalidad de poner

* Ingeniera en Informática. Magíster en Educación Comparada. Profesora Adscrita al Programa de Formación de Grado en Estudios Jurídicos. Universidad Bolivariana de Venezuela. Eje Geopolítico Territorial Cipriano Castro. Eje Municipal Tamá. Sede Táchira

en primer lugar al ser humano y buscando la sinergia entre todos los ámbitos (económico, social, cultural, entre otros) para potenciar al país y por ende a la región. A raíz de la misma, han surgido diferentes políticas públicas, la cual es bueno mencionar que ellas se trata según Colina (s,f),

Indudablemente el sistema político se encarga de diseñar las políticas públicas obligatorias para la satisfacción de las necesidades de la población. Desde esta perspectiva coincido con la opinión de Piñango (2003), quien considera que las mismas son proposiciones gubernamentales sobre la mejor forma de lograr determinados objetivos sociales.

Más y relacionando al tema a la educación, pero para efecto de este artículo se concentrará en el subsistema universitario. Como se mencionó con anterioridad, han surgido nuevas políticas públicas para poder saldar una gran deuda social: el acceso a la educación con calidad, por ello, que desde el 2003, y luego de que Venezuela y el Gobierno Revolucionario liderado por el Comandante Hugo Rafael Chávez Frías afrontaran una guerra campal para arrebatar la revolución como fueron los golpes de estado (2002) y el paro petrolero (2003) nacieron misiones educativas como la Misión Sucre y universidades como Universidad Bolivariana de Venezuela, Universidad Nacional de las Artes, entre otras.

Sus inicios no fueron fáciles, hubo quienes apostaron a su fracaso, pero hubo más quienes aportamos y apostamos a que se consolidaran tanto los sueños de quienes nunca pudieron terminar sus estudios universitarios, o quienes no pudieron estudiar la carrera que querían por diferentes razones (entre otras los procesos de pruebas de admisión, costos de las universidades y también operaciones y procesos ilegales como operaciones colchón); se pudo más la perseverancia y constancia de muchas personas que llevaron al éxito de estas y demás misiones y políticas públicas enmarcadas a la potenciación de la tecnología y el conocimiento científico y comunitario por medio de las tecnologías, generando a que en la educación se obligara a repensar su manera de enseñar y aprender, muchas veces desaprendiendo viejos conocimientos inadecuados u obsoletos en tiempo y espacio, aunque también conllevó a una lucha interna y externa de los docentes en cuanto a la resistencia al cambio que presentaron muchos y otros por mero interés personalista y hasta económico.

Sin embargo, a pesar de las vicisitudes por las cuales Venezuela y el gobierno revolucionario, en conjunto con su pueblo ha padecido, como lo descrito en el párrafo arriba, a su vez el año 2004 que fue el proceso del referéndum que resultó ser confirmatorio para el Comandante Chávez, nadie, ni lo más acérrimos enemigos ni el pueblo mayoritariamente creyente en Dios y en Chávez, se imaginó de nuevos y hasta desafortunados  acontecimientos  por las cuales tendríamos que afrontar, sin saber si estábamos completamente preparados para ello o no, y que afectaría a todos los ámbitos, sistemas y subsistemas existentes, incluyendo la universitaria, quienes en aquellas universidades tradicionales que impidieron la ejecución de políticas, por supuesta violación de la autonomía (caso Universidad Central de Venezuela) u otros argumentos, muchas veces sin sustento.

Hace 7 años, nuestro líder (permíteme hablar de 2da persona por que también considero mi líder) Chávez, sucumbió ante una terrible enfermedad que él mismo tuvo la valentía de anunciar a la nación y de luchar porque su mayor preocupación era el pueblo, más que él: el cáncer, porque no lo pudieron vencer con las distintas artimañas que la oposición venezolana violenta intentó en miles de ocasiones; y que mediante el juramento hecho a Chávez aquel 8 de diciembre del 2012, que asume al timón de la revolución Nicolás Maduro, de ahí se desató grandes desafíos y problemas para el país y para la revolución: oligarquía desmedida, guarimbas, guerra económica, incremento de la guerra psicológica, hiperinflación inducida, incremento de burocracia y corrupción, pero los 2 últimos años se incorporaron sanciones y bloqueos hacia la nación, intento de magnicidio hacia el Presidente Obrero y alto personal,  sabotaje eléctrico y tecnológico y actualmente, la pandemia del coronavirus, problemas y males, forman parte de las estrategias creadas y ejecutadas desde el imperio y la oposición venezolana son títeres,  y no estábamos preparados ni teníamos ni tenemos un manual de cómo resolverlos, pero de todo ello, se hablarán de dos más contundentes y de las cuales la Educación y las TIC tienen un papel muy importante.

Guerra Económica, Bloqueo y Sanciones por parte del Imperio Estadounidense

 

Entre tantos desafíos que ha afrontado tanto el gobierno revolucionario como el pueblo, se encuentra una implacable guerra económica desde el momento que Nicolás Maduro asumió en primer lugar, la presidencia temporal por la siembra del Comandante Chávez, y en segundo cuando, mediante elecciones presidenciales del 14 de abril de 2013 asume la Presidencia de la República y por ende, la continuidad de la Revolución Bolivariana. Entre 2013 al 2015 se desató una feroz y cruenta guerra económica, comenzando en un primer momento con escasez de alimentos y bachaqueo como respuestas a las medidas implementadas por el gobierno para poder controlar la especulación generada a través del incremento desmesurado de los alimentos, entre otras medidas, que lamentablemente no fueron suficientes, pero también, es menester destacar que el año 2014 hubo muchas acciones violentas denominadas guarimbas para intentar derrocar al gobierno y a la revolución en sí, pero no pudieron, sin embargo, tuvo trágicas secuelas de muchos heridos y fallecidos.

Pero, el 9 de marzo de 2015, durante el Gobierno Estadounidense de Barack Obama, éste «emitió una nueva orden presidencial al declarar una emergencia nacional con respecto a la amenaza inusual y extraordinaria a la seguridad nacional y política exterior de Estados Unidos planteada por la situación en Venezuela» (Telesur,2015), por lo que le permitió generar las primeras sanciones contra el país como «congelamiento de activos en EE.UU. y la prohibición de entrar al país», por supuestas violaciones a los derechos humanos en el país por las guarimbas ocurridas en 2014 que para ellos lo denominan como «protestas pacíficas». El hecho es que esta medida tanto en el mandato de Barack Obama como el de Donald Trump (que asumió la presidencia de ese país en 2017) ha sido ratificada, y las sanciones recrudecidas, generando bloqueo económico para Venezuela, ya que entre las medidas recrudecidas están, aparte de congelamiento de activos o robos de los mismos, el que empresas internacionales no pueden hacer negocios con el país

El hecho es que estas sanciones ha ocasionado bloqueo económico a Venezuela, agudizando su situación e impactando en todos los sectores, donde tanto la educación como las tecnologías de información y comunicación no han sido la excepción, ya que ha generado problemas para los procesos de exportación e importación de materiales, insumos y productos en las áreas mencionadas como en otras, además, por ejemplo, los atletas que estaban en otros países tuvieron dificultades al no recibir los recursos necesarios para la continuidad de sus tratamientos o, el caso de aquellos niños, niñas, adolescentes y adultos que estaban en otros países por programas médicos implementados por el país, pero debido a estas sanciones, corrieron de manera alarmante su vida, como sigue corriendo su vida también los que tienen enfermedades crónicas (diabetes, sida, cáncer, problemas renales entre otros), y afectando también los servicios públicos y de transporte, por el uso del gasoil, gasolina y gas

Ante esto, el gobierno Bolivariano no se ha quedado de brazos cruzados, y por el contrario, ha tenido que reinventarse y generar nuevas estrategias para que el impacto de estas sanciones y bloqueo sean lo menor posible, aunque no ha sido fácil

 

SABOTAJE ELÉCTRICO Y TECNOLÓGICO.

 

Otro de los desafíos que hemos afrontado el pueblo y el gobierno, ha sido lo ocurrido el 7 de marzo de 2019 en la mayoría del país (80%), que inclusive, también fue un desafío para las Tecnologías de Información y Comunicación, como lo fue el sabotaje eléctrico y su posterior afectación en todas las áreas, entre ellos, lo tecnológico. Aunque ya había habido episodios de este tipo de sabotajes, como los ocurridos en el año 2018 y parte del 2019 como lo referencia el portal web del Ministerio del Poder Popular para las Comunas y Movimientos Sociales (2019), en cuanto a la cronologías de los ataques de este sector, el de ese día, fue el mayor y cruel ataque, además de súbito y general. Esta institución referencia

El mayor y cruel ataque ocurrió el día jueves, 7 de marzo, cerca de las 5 de la tarde, donde se produjo una caída de los sistemas esenciales de suministro eléctrico del Guri, el cual suministra en más de un 80% la energía al territorio nacional. Por su parte el presidente Nicolás Maduro informó que el ataque al Sistema Eléctrico Nacional se produjo mediante tres modalidades:

La primera de ellas, mediante el hackeo del cerebro informático y los sistemas de control. Estos sistemas habrían sido invadidos por vía electrónica «dejando las pantallas de los computadores en negro», indicó el Presidente Maduro.

La segunda modalidad de ataque, fue mediante el uso de aparatos de pulso electromagnético. Dispositivos altamente sofisticados de guerra electrónica, que apuntaron a los sistemas de transmisión y la plataforma de controles para inhabilitarlos, acción que generaría una sobrecarga del sistema y su caída.

La tercera y última modalidad de ataque, sería de tipo física y en directo a las plataformas intermedias de distribución eléctrica. Dejando como resultado cinco ataques a cuatro subestaciones, con poco tiempo de separación entre cada uno de estos eventos, justamente los días en que se intentaba levantar y estabilizar el suministro eléctrico.

 

El hecho es que este apagón, mejor dicho, sabotaje eléctrico, aparte de afectar al 80% de la población venezolana, el mismo tuvo una duración más o menos de 4 días, y además de esta situación, se generó otra que lo considero como apagón tecnológico, la cual impolicó el hecho de que operaciones bancarias que por lo general son cotidianas, haciendo la salvedad cuando se presenta algunas fallas del sistema o conexión, con este sabotaje eléctrico afectó seriamente dichas operaciones, no se podían hacer ninguna transacción, ni retirar dinero, depositar o hacer pagos por puntos por ejemplo; también CANTV, MOVISTAR, MOVILNET y DIGITEL se vieron seriamente afectados en sus telecomunicaciones, impidiendo poder realizar comunicaciones por teléfonos móviles, fíjos o residenciales e internet; por tanto generó temores sociales y psicológicos en la población en un momento, sobre todo al momento de adquisición de productos de primera necesidad.

Después de 4 días, y de arduos trabajos de recuperación, comenzó el proceso de recuperación del servicio eléctrico, pero ha tenido consigo varias secuelas, más por el hecho mencionado en el punto anterior, como las sanciones y bloqueo, tiempo después hubo otro ataque pero sus efectos fueron menores por la rápida acción de los trabajadores de CORPOELEC

 

CORONAVIRUS O COVID 19. LA PANDEMIA QUE LLEGÓ PARA ¿QUEDARSE?

 

Para hablar sobre los efectos y consecuencias que ha traído esta terrible enfermedad a todos los países del mundo, pero especialmente en Venezuela y hacia todos los ámbitos, haciendo énfasis en el educativo; es necesario recordar ciertos términos del mismo.  Ante todo, según la Organización Mundial de la Salud,(OMS,2020 ), señala que:

Los coronavirus son una extensa familia de virus que pueden causar enfermedades tanto en animales como en humanos. En los humanos, se sabe que varios coronavirus causan infecciones respiratorias que pueden ir desde el resfriado común hasta enfermedades más graves como el síndrome respiratorio de Oriente Medio (MERS) y el síndrome respiratorio agudo severo (SRAS). El coronavirus que se ha descubierto más recientemente causa la enfermedad por coronavirus COVID-19.

En base a esto, se tiene la información de, entre los años 2008 o 2009 la OMS prendió las alarmas para uno de los tipos de coronavirus que afectó a los seres humanos como el SARS o SRAS, la cual fue controlado. Pero, en el año 2019, específicamente a finales del mes de diciembre, en Wuhan, China, se originó una forma extraña de neumonía y los casos estaban incrementando sin saber ni cómo sucedió ni cómo combatirla; desafortunadamente en ese momento surgía una nueva forma o familia de coronavirus, que tiempo después se convertiría en pandemia declarada por la OMS: el COVID-19.

Esta enfermedad, la OMS (ob.cit) referencia que “es la enfermedad infecciosa causada por el coronavirus que se ha descubierto más recientemente”, y sus síntomas varían dependiendo realmente del nivel de defensas que tenga el organismo de cualquier persona, pero los más comunes son:

 Fiebre, la tos seca y el cansancio. Otros síntomas menos frecuentes que afectan a algunos pacientes son los dolores y molestias, la congestión nasal, el dolor de cabeza, la conjuntivitis, el dolor de garganta, la diarrea, la pérdida del gusto o el olfato y las erupciones cutáneas o cambios de color en los dedos de las manos o los pies. Estos síntomas suelen ser leves y comienzan gradualmente. Algunas de las personas infectadas solo presentan síntomas levísimos…

Los primeros estudios surgidos en Wuhan y luego al ser expandida la enfermedad demostraron que la población vulnerable es aquella población adulta mayor (de más de 60 años) y con patologías o enfermedades de base (cáncer, hipertensión, entre otras), pero, al verse afectados países cuya población mayoritaria es joven, estos resultados cambiaron; ahora lo puede afectar cualquier persona de cualquier edad, no importa que raza, etnia, credo, civil, militar, político, religión, incluyendo a personas completamente sanas, sin ningún problema o antecedente médico, ya que la mayoría son asintomáticas, siendo este tipo de contagio el más peligroso, porque la persona no lo sabe y es portador de la enfermedad.  Y en los niños y niñas su peligro puede ser mayor, porque, aparte de desencadenarse complicaciones ya conocidas, también se puede generar un síndrome o enfermedad por lo general muy poco común como la Enfermedad de Kawasaki; tal como lo publica el portal web El Periódico, en el artículo realizado por Lami(2020).

Es una rara condición que afecta típicamente a los niños menores de cinco años. Provoca que los vasos sanguíneos se inflamen e hinchen. Los síntomas típicos incluyen fiebre y sarpullido, ojos rojos, labios o boca secos o agrietados, enrojecimiento de las palmas de las manos y las plantas de los pies, y glándulas inflamadas.

Por eso, la misma organización mundial en conjunto con la Organización Panamericana de la Salud (OPS) ha recomendado a los países una serie de medidas para evitar incrementar los contagios y por ende, pérdidas humanas. Esto generó un revés drástico en muchas áreas; para muchos países esta enfermedad ha impactado en materia económica, pero también lo ha hecho en el ámbito educativo, debido a que la mayoría de la educación es presencial, tanto en lo privado como en la pública, desde maternal o preescolar hasta la universitaria, por lo que de un momento a otro para algunos países tomaron la decisión de suspensión de actividades académicas, mientras que otros aplicaron métodos de teleducación o educación a distancia mediante herramientas tecnológicas conocidas como redes sociales, correos electrónicos, llamadas telefónicas o hasta el uso de medios de comunicación como televisión y radio; es decir, las tecnologías de información y comunicación jugaron y juegan un papel importante para la educación, y dependerá tanto de los gobiernos en aplicación de políticas públicas correctas que implican reinventarse y transformarse; como también los docentes y estudiantes para lograr los objetivos.

A pesar de esto, desafortunadamente esta terrible pandemia aún no se ha detenido y ha dejado más de un millón de fallecidos y millones de infectados (Universidad John Hopkins, 2020), presentando problemas de todo índole en todas las áreas, siendo las más afectadas salud por estar al frente en primera línea, además que en varios países los distintos sistemas de salud han colapsado por las políticas incorrectas implementadas o por la poca o nula asignación presupuestaria, educación (razones mencionadas con anterioridad), económicas (afectación que afianza los distintos gobiernos, mayoritariamente de derecha), sociales y psicológicas, aunque también hay un elevado número de recuperados, sembrando esperanza de la disminución de la mortalidad, nuevas investigaciones y estudios para conocer el genoma y reconocimiento de los síntomas para la detección temprana, y de creación de vacunas y otros tratamientos. Es bueno señalar que esta enfermedad para miles de los recuperados ha traído consigo secuelas que va desde «fatiga y cansancio, problemas cardíacos, sensación de falta de aire, hasta problemas psicológicos», según el grado de infección que haya padecido (Ruiz, 2020)

En Venezuela no fue ni es la excepción, con los primeros informes emanados de la OMS sobre la enfermedad y su avance hasta convertirse en pandemia, el Gobierno Bolivariano tomó lo que considero medidas correctas para prepararse para su llegada como la creación de la Comisión Presidencial COVID-19, creado el 28 de febrero del año en curso, y cuando llegó los primeros casos al país, de inmediato tomaron otras medidas como el Decreto de Alarma, publicado en Gaceta Oficial Extraordinaria N° 6.519 (Presidencia de la República, 2020), contentiva de 36 artículos y 12 disposiciones finales, se refiere a la «suspensión inmediata de actividades económicas no priorizadas, educativas y legales para preservar la vida de los venezolanos y combatir la enfermedad»; la cual desde el 13 de marzo hasta el 01 de junio se mantuvo la cuarentena radical y estricta y en ese tiempo se ha extendido dicho decreto, inclusive cuando el país entró en una nueva fase denominada «método 7×7», referente a la apertura de ciertos sectores (hasta 24) considerados no prioritarios durante 7 días (semana de flexibilización), y los otros 7 días de cuarentena, en un principio radical y estricta que luego pasó a ser flexibilización controlada, pero no se aplicaba a los municipios de estados fronterizos donde los casos se mantienen activos.

De lo anterior, tanto la pandemia como las medidas impactaron en la vida de todos los venezolanos y todas las venezolanas: aunque podrá sonar cliché decir que el primer impacto fue el económico, que de por sí ya el país está sufriendo los estragos producto de las razones mencionadas en los primeros párrafos y en los desafíos afrontados; con esto se agudizó más la situación; pero también es necesario señalar otras áreas impactadas en el país, específicamente en el aspecto que compete este artículo: el educativo, en todos sus sistemas y subsistemas. La educación venezolana desde maternal hasta bachillerato es mayoritariamente presencial, inclusive la educación para adultos y misiones educativas; en cuanto a las universidades, también un alto porcentaje es presencial, sólo donde se conoce por ejemplo la Universidad Bicentenaria de Aragua tiene modalidad mixta (presencial y a distancia) y algunas carreras de algunas universidades.

En el caso de la Universidad Bolivariana de Venezuela (UBV), la cual formo parte ya desde hace 10 años y de manera orgullosa lo comento, así como realicé la Maestría en Educación Comparada, un convenio con el Centro Internacional Miranda (CIM), la mayoría de sus Programas de Formación de Grado y Programas Formación Avanzada (PFG, y PFA respectivamente) también son presenciales, sin embargo, cuando realizaba mi trabajo de grado para la maestría que comencé desde el 2012, se pudo evidenciar que la universidad cuenta con una plataforma virtual realizada en Moodle, que es UBVirtual, y en ese momento apenas estaba surgiendo como una manera de apoyar la educación presencial, generando la semipresencialidad o semivirtualidad, apoyados de esta herramientas de las tecnologías de información y comunicación (TIC), sin pensar que más o menos 8 años después, esta herramienta y otras descritas serían el auge para apoyar a la educación, tanto a la UBV como a las demás universidades, según sus plataformas, y aunque por parte de las universidades se han generado talleres, aún hay problemas de adaptación o adecuación a las TIC’s.

El papel de las Tecnologías de la Información y Comunicación en la Educación Universitaria por la pandemia: Plan Universidad en Casa

 

Desde el primer caso detectado en el país el 13 de marzo del año en curso, el Gobierno Bolivariano tomó la correcta decisión en su primer momento para salvaguardar a la población venezolana, aparte de prepararse para la llegada del virus en el sistema de salud, también de decretar el Estado de Alarma, cuyo primer momento (marzo – mayo) permitió tener la curva de casos aplanada y de fallecidos en muy bajísimo porcentaje, aunque con la llegada de connacionales que venían de países limítrofes, se puede decir que se dio un desbalance en la curva, pero esto no fue motivo ni para el gobierno ni para el pueblo rendirse. Ahora bien, durante ese primer momento, todas las universidades entraron en una encrucijada sobre la manera de cómo dar cumplimiento a lo emanado del Decreto Presidencial, pero sin afectar los avances de los períodos académicos, y es a partir de ello que nace una nueva estrategia: Universidad en Casa, sin embargo, hay que reconocer que también presentó otro desafío debido a la situación económica actual por las razones mencionadas, se han presentado, hasta la actualidad muchas fallas en servicios de telefonía, telecomunicaciones, entre otros.

Este plan, también conocido como Plan Universitario Anticovid-19, desarrollado por el Ministerio del Poder Popular para la Educación Universitaria (2020) señala

Es una estrategia para la contingencia ante el Decreto de Estado de Alarma anunciado por el Presidente Nicolás Maduro Moros, basado en el artículo 338 de la Constitución de la República Bolivariana de Venezuela, que se materializa en acciones estratégicas para garantizar el derecho a la Educación; por ende, la prosecución académica de pre y postgrado, se desarrolla mediante la educación a distancia como modalidad alternativa, según la naturaleza de la formación que incluye a todas la instituciones de Educación Universitaria (IEU)

Y es ahí donde entran las Tecnologías de Información y Comunicación, el reimpulso de ellas para poder ejecutar el plan anunciado por el ministerio, para ello, se empleó desde canales de televisión como VIVE TV, hasta redes sociales (Whatsapp, Facebook, Telegram)  y plataformas virtuales como Moodle o Google Classroom. En su primer momento y segundo momento (durante la cuarentena radical y método 7×7), a pesar de que hubo detractores al plan, se activaron el 67% de estudiantes y 65% de docentes, en más del 80%  de las universidades del país y más de 5000 aulas virtuales creadas (ob.cit); con ensayos y errores, también más del 80% de las universidades lograron sus objetivos de la prosecució académica, además se establecieron otras líneas estratégicas como los intensivos para recuperación de materias que hayan perdido o retirado, y aplicación de una encuesta, que fue incorporada en la plataforma Patria.

En los actuales momentos, cuando ya arrancaron el período académico 2020-2 en la mayoría de las universidades, este plan sigue en marcha, pero con más líneas estratégicas, ya que por lineamientos del Gobierno Nacional, a través de las encuestas realizadas en plataforma Patria, se pudo determinar la continuidad de la modalidad el plan o de modalidades mixtas, es decir la semipresencialidad según los programas de formación y materias o asignaturas prácticas, por lo que las TIC’s siguen jugando un papel trascendental tanto para la Educación en Casa, pero también de establecer nuevas metodologías, es decir, con la llegada de la pandemia, a pesar de su impacto negativo, también se generó impactos favorables en cuanto al hecho de que educación repensaran su formas de accionar e incorporara innovaciones educativas pero también adecuación de los modelos educativos o incluso, también innovaciones en los mismos.

Conclusiones

  • Surge la necesidad de reinventarse y transformarse en lo económico, que implica el reimpulso de proyectos con los recursos que posee el país para no depender de materiales, insumos, productos que no son están en el país, hasta que no cesen las medidas coercitivas impuestas por el Imperio Norteamericano; aplicación de la ingeniería social y la reingeniería, aunque ya se están haciendo, impulsar aun más
  • Blindar los sistemas de control y de información en las áreas neurálgicas como la eléctrica, y también con los recursos que posee la Nación realizar las inversiones necesarias para adecuaciones y mantenimiento al sector eléctrico
  • Reimpulsar los proyectos tecnológicos existentes en el país como los proyectos canaimas, ya sea a nivel de hardware o software, para garantizar y dar cumplimiento al Plan de la Patria en cuanto a la independencia, en este caso tecnológica. Esto también implica en el área de telecomunicaciones
  • Además de hacer una sinceración de precios o costos en equipos donde estén presente las TIC’s, también sincerar la situación salarial de los docentes, no solo permitirá una motivación económica a su trabajo, sino también permitirá adquirir equipos o hacer mantenimientos de aquellos que por distintas circunstancias se hayan averiado.
  • También en materia de educación, que el Plan Universidad en Casa no solamente se siga implementando por la situación de la pandemia del coronavirus, sino que se haga de manera constante según los programas de formación (que no implique prácticas, pasantías y trabajos con comunidades) porque se está demostrando que, aunque con falencias, las tecnologías de información y comunicación han contribuido a garantizar la educación universitaria y al proceso de formación tanto de docentes como estudiantes
  • Que el Ministerio de Educación Universitaria sigan implementando otras actividades como las que están en estos momentos como Plan Formación en Casa y Taller de Renovación, dirigido a los docentes, pero que también haya una integración con otros ministerios para que estas actividades sean dirigidas a las comunidades organizadas.

Referencias Bibliográficas

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USICAMM: Fracaso digital y sobredosis de estrés para el maestro

Maestra Erica Franco Lavín

  Una travesía maratónica ha representado el acceder a las plataformas digitales de la SEP vinculadas a la promoción horizontal y Vertical que plantea la USICAMM, este burocratismo digital ha sometido a los docentes a un estrés y desgaste físico y emocional, el derecho legítimo que todo maestro tiene para buscar que sus condiciones salariales mejoren y con ello garanticen un nivel digno de vida, se ve diluido por las fallas en los procesos que las autoridades diseñaron.

El problema de raíz radica en las contradicciones del discurso, la normatividad y la operatividad. El discurso se ha centrado en una revalorización que solo queda en abstracción, los titulares de la SEP usan la retórica para convencernos de que hoy nuestra labor es reconocida por parte de las autoridades, padres y madres de familia y la sociedad en general, pero esto no se traduce en el reconocimiento de la precariedad de los salarios de docentes o en los miles de maestros que se encuentran sin pago, y no menos importante,  el trato indigno a jubilados y pensionados que se ha dado.

 Cuando  el discurso se agota, viene la falacia de la ley y normatividad, porque aunque se estipula  en la Ley General del Sistema para la carrera de maestros y maestras, artículo 1, apartado III, que al pie dice “Revalorizar a los maestros y maestras como profesionales de la educación con pleno respeto a sus derechos”, justamente en esta travesía llamada Admisión, Promoción Horizontal y Vertical, es donde los derechos de los maestros siguen siendo pisoteados, pues aun teniendo una  trayectoria impecable y de un gran compromiso como docentes,  reuniendo todos los documentos académicos y laborales que lo respaldan, su derecho a participar en el proceso se ve truncado por las fallas técnicas de una plataforma digital,  caracterizada por trámites  impersonales y que ante cualquier  problema, error,  u omisión, nadie responde.

 La operatividad de la USICAMM y la plataforma Venus han sido el dolor de cabeza para millones de docentes en las últimas semanas, día a día miles de quejas se replican en redes sociales y en las charlas de los maestros; dudas que  ninguna autoridad educativa responde, problemas que nadie soluciona. Entre la ineficacia, ineptitud y deficiencia, entre silencios y evadiendo las responsabilidades, de manera escurridiza intentan esconderse los responsables y titulares de estas instituciones; es inconcebible que un docente tenga que dedicar horas, días o semanas completas intentando acceder a una plataforma donde parece ser la suerte la que determina poder ingresar, registrarse como usuario,  pre-registrarse para la promoción,  agendar cita, validar documentación, generar sus comprobantes  y de esta manera conservar la esperanza de pasar a una siguiente fase para continuar con el proceso y  lograr el incentivo.

Ante este mar de incertidumbres, son los mismos maestros los que se escuchan y se responden, son ellos  los que  intentan guiar a otros y darles soluciones de acuerdo a su experiencia, es la empatía la que prevalece y se traduce en solidaridad; en un principio los mensajes entre compañeros era “intenta  y no te desesperes, hasta que la plataforma te deje acceder”, se daban ánimos para que no se quedaran en el camino o abandonaran la tarea, pero al paso de los días los problemas se hicieron mayores, se entrelazaron tres procesos, Admisión,  promoción Vertical y Horizontal, todos con fallas de dimensiones ya insostenibles.

Algo es más que evidente, los  maestros   no merecen un trato así, es necesario que exista una verdadera congruencia entre el discurso y las leyes que se emiten; si en  la Ley General del Sistema para la carrera de maestros y maestras se plasmó que sus disposiciones eran con el fin de garantizar un salario profesional digno que permitiera a los maestros del Estado alcanzar un nivel decoroso para ellos y su familia, que disfrutaran una vivienda digna y así también dispusieran del tiempo necesario para la preparación de las clases que impartan y realicen actividades destinadas a su desarrollo personal  y profesional, hoy el USICAMM no parece estar a la altura de lo que ahí se plantea.

  Hasta ahora los procesos tienen un sello común, son excluyentes, ineficaces, generan burocratismo digital, siguen siendo unilaterales, sin ningún mediador que garantice que los derechos de los maestros y maestras serán defendidos ante cualquier anomalía u omisión por parte de la autoridad o las fallas de las plataformas digitales. La experiencia dentro del proceso resulta agobiante, extenuante, con una sobredosis de estrés, los docentes son considerados  entes pasivos y sin oportunidad de aclaración o réplica, efectivamente se ha quitado lo punitivo de la ley, pero todavía queda mucho camino por andar para lograr que los maestros y maestras de México puedan hacer valer su derecho a una retribución salarial digna por la  gran labor educativa que realizan.

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Excepcionalismo Moral de la Políticas y prácticas en Materia de Derechos Humanos en los Estados Unidos de América

Por: Jorge Forero Coronel y Nelson Ortega Bonilla/Investigadores del CII-OVE 

El gobierno de los Estados Unidos de América, se ha caracterizado por la promoción de una visión sesgada y reduccionista en materia de Derechos Humanos, centrada en el mito del excepcionalismo moral de ese país, lo cual ha derivado en la tendencia a exceptuarse a sí mismo de los estándares que aplica a los demás[1], los dobles estándares para naciones amigas y enemigas, y el aislamiento legal o negación arbitraria de derechos humanos universales en su jurisdicción, sin que los paladines de la Defensa las libertades fundamentales; sus socios Europeos, cuestionen estas acciones.

De hecho es evidente que ese tema es usado como un instrumento de su política exterior, y que esa lógica supremacista explica su autoproclamación como garante global de dichos derechos, a partir de intereses que nada tienen que ver con una genuina preocupación por el disfrute, promoción y protección de los mismos.

En el presente documento se expone un análisis crítico de las políticas y las prácticas de los Estados Unidos de América en materia de Derechos Humanos, tanto en su actuación internacional como en su jurisdicción.  Sobre la base de un conjunto de datos, se valora la actuación de ese gobierno en  algunas dimensiones, tales como:

  1. Situación de los EE.UU., ante la legislación internacional en materia de Derechos Humanos.
  2. Uso sistemático de torturas y tratos inhumanos de manera directa, así como asistencia y cooperación con gobiernos que han generalizado estas prácticas.
  3. Criminalización de las migraciones: vulneración de derechos a personas con necesidad de protección internacional; Separación forzosa de familias y violación de derechos humanos a niños migrantes no acompañados.
  4. Ascenso del racismo en la administración de las políticas de seguridad y administración de justicia.
  5. Influencia de sus políticas en materia de armas de fuego, narcóticos y migraciones en la violencia criminal del norte de México.
  6. Balance de sus intervenciones militares extraterritoriales.
  7. Las medidas coercitivas unilaterales y la vulneración de los Derechos Humanos.

 

  1. Situación de los EE.UU., ante la legislación internacional en materia de Derechos Humanos

Estados Unidos niega la jurisdicción de la legislación internacional de derechos humanos dentro de su jurisdicción y legislación interna. De un total de 61 instrumentos de derechos humanos, Estados Unidos sólo es Estado Parte en 18 de ellos. Es el único país del mundo que no ha ratificado la Convención de los Derechos del Niño. Además, es notable el hecho de su no ratificación de otros importantes instrumentos internacionales de derechos humanos, entre los que sobresalen:

  • Pacto Internacional de Derechos Económicos, Sociales y Culturales;
  • Convención para la Eliminación de todas las formas de discriminación contra la Mujer;
  • Convención sobre los derechos de las personas con discapacidad;
  • Convención Internacional para la protección de todas las personas contra las Desapariciones Forzadas;
  • Convención Internacional contra el Reclutamiento, la Utilización, la Financiación y el Entrenamiento de Mercenarios.

La exclusión del conjunto de convenciones en materia de derechos humanos en áreas especialmente sensibles, demuestra el doble discurso del gobierno de los Estados Unidos e incluso pone de manifiesto su verdadero talante de transgresor sistemático de derechos humanos fundamentales.

  1. Uso sistemático de torturas y tratos, crueles, degradantes e inhumanos

El gobierno de los Estados Unidos de América emplea de manera sistemática las torturas, los tratos crueles, degradantes e inhumanos, como política. Existe una extensa documentación al respecto, en la presente reflexión se van a referir dos informes puntuales, en los cuales queda explícita la actuación violadora de derechos humanos de organismos de ese país.

El Senado de los Estados Unidos publicó un informe de investigación (2014), sobre los programas de interrogatorios desarrollados por la CIA, en el cual se evidenció el alcance de las violaciones de los derechos humanos de los detenidos y de las faltas de garantías del debido proceso.

En las cárceles secretas operadas por Estados Unidos se han cometido graves violaciones de los derechos humanos que califican como actos de tortura y otros tratos crueles, inhumanos y degradantes.

Los actos cometidos por Estados Unidos incluyeron simulación de asfixia, la desnudez forzada, la exposición a bajas temperaturas, los baños de agua congelada, la privación del sueño por largos períodos de tiempo, la alimentación e hidratación rectal y las amenazas de abusos y muerte contra las personas detenidas.

Las torturas y los tratos crueles, degradantes e inhumanos, forman parte orgánica de la política de los Estados Unidos. El Informe 2017 de Amnistía Internacional, referido a la actuación de ese país, reseña que en una entrevista el 25 de enero (unos días después de su toma de posesión), el presidente Trump expresó su apoyo a la tortura y afirmó que “confiaría” en el secretario de Defensa, el director de la CIA y otras personas para decidir si Estados Unidos debía emplearla”.

De acuerdo con el informe citado, no se ha adoptado medida alguna para poner fin a la impunidad de las violaciones sistemáticas de derechos humanos, incluidas las torturas, ejecuciones extrajudiciales y desaparición forzosa cometidas en el marco del programa de detención secreta gestionado por la CIA.

Por el contrario, el presidente Trump propuso para altos cargos gubernamentales al menos a tres personas implicadas en el programa de detención secreta mencionado: Gina Haspel, seleccionada para el cargo de subdirectora de la CIA; Steven Bradbury, propuesto para el cargo de asesor jurídico general del Departamento de Transporte; y Steven Engel, propuesto para dirigir la Oficina de Asesoramiento Jurídico el Departamento de Justicia.

Precisamente las cárceles ilegales han sido escenario de prácticas sistemáticas de tortura. En diciembre de 2017, la ONU emitió una crítica a las autoridades de EE.UU., por crear un agujero negro legal que permitió la detención indefinida de sospechosos sin cargos, y por mantener presos a muchos de ellos durante más de una década. Nils Melzer, el relator especial sobre la tortura del Consejo de Derechos Humanos de la ONU, instó a Estados Unidos a poner fin a la tortura de presos en el polémico centro de detención de Guantánamo.

Según Human Rights Watch (HRW), los 31 detenidos que permanecen en Guantánamo, están recluidos de manera arbitraria desde hace más de una década, sin cargos, ni juicio. Antes de las elecciones, el presidente Trump prometió mantener abierto el centro de detención e incrementar la cifra de detenidos allí recluidos. Recientemente, el 1 de febrero de 2019, Jhon Boltón, Asesor de seguridad nacional del presidente estadounidense Donald Trump, llegó al extremo de amenazar con una celda en la prisión ilegal de Guantánamo al presidente constitucional de Venezuela.

  1. Criminalización de las migraciones:

El gobierno de los Estados Unidos está implementando de manera sistemática, una política de criminalización de las migraciones, la cual además de incumplir con la legislación internacional en la materia, ha desencadenado en una práctica generalizada de infracción de derechos a personas con necesidades de protección internacional;  separación forzosa de familias; y tratos crueles, degradantes e inhumanos hacia la población migrante, incluso hacia sectores especialmente vulnerables, como los niños migrantes no acompañados.

De acuerdo con un informe de Amnistía Internacional, Washington está acentuando esa tendencia. En 2017, el presidente Trump promulgó varias órdenes ejecutivas que afectaban los derechos de las personas migrantes, refugiadas y solicitantes de asilo.

En primer lugar, promueve la construcción de un muro en la frontera entre Estados Unidos y México. En segundo lugar, estimula la devolución y/o retención arbitraria de personas solicitantes de asilo (es decir, de población con necesidades de protección) y sus familias.

En tercer lugar, otra orden ejecutiva promulgada el 27 de enero prohibía durante 90 días la entrada de personas extranjeras provenientes de Irán, Irak, Libia, Somalia, Sudán, Siria y Yemen[2]; suspendía durante 120 días el Programa Estadounidense de Admisiones de Refugiados; reducía de 110.000 a 50.000 el número de personas refugiadas aptas para ingresar en el país durante el año fiscal 2017, e imponía una prohibición indefinida del reasentamiento de personas refugiadas procedentes de Siria”, en cuya situación de guerra intestina los Estados Unidos han tenido un rol protagónico.

Posteriormente, el 24 de septiembre, se proscribieron indefinidamente las inmigraciónes a Estados Unidos de ciudadanos de siete países: Chad, Irán, Libia, Corea del Norte, Somalia, Siria y Yemen, e impedía la emisión de visados para miembros de ciertas agencias estatales venezolanas y sus familiares.

Uno de los hitos más notables de la política hostil y cruel hacia los derechos de los migrantes, está vinculada con una nueva orden ejecutiva emitida el 16 de agosto, en la cual el Departamento de Seguridad Nacional federal puso fin al Programa de Refugiados Menores Centroamericanos[3].

El informe precitado, denuncia que más de 17.000 niños, niñas y adolescentes (NNA) no acompañados fueron retenidos tras cruzar de manera irregular la frontera con México entre enero y agosto, los cuales permanecieron bajo custodia durante meses, sin acceso adecuado a atención médica y asistencia letrada, mientras se procesaba su petición de permanecer en Estados Unidos.

Por su parte, un informe de la Comisión Interamericana de Derechos Humanos (CIDH) de la Organización de Estados Americanos (OEA) publicado en 2015, expone datos que demuestran que no se trata de hechos aislados o de una nueva política de la administración Trump, sino que por el contrario, se trata de una práctica que se ha instaurado desde hace años como política migratoria violadora de derechos humanos a la población más vulnerable de los procesos migratorios, los NNA no acompañados.

El informe referido, señala que en 2013, 17.240 NNA mexicanos no acompañados, fueron detenidos por funcionarios estadounidenses en el paso fronterizo, sin embargo, la Oficina de Reasentamiento de Refugiados («ORR»), entidad responsable del cuidado y la custodia de los NNA no acompañados durante sus procedimientos migratorios, apenas reportó 740 NNA mexicanos no acompañados bajo su custodia. Es decir, el 96% de los NNA mexicanos no acompañados fueron expulsados de regreso a México sin el debido proceso.

ACNUR también ha corroborado esta cifra, y ha estimado que alrededor del 95,5% de los NNA mexicanos no acompañados que llegan solos y en condiciones de indefensión y vulnerabilidad absoluta a los Estados Unidos, son devueltos sin la oportunidad comparecer ante un juez de inmigración, con lo cual no solo se violan los tratados internacionales, sino que también se hace caso omiso de la propia legislación norteamericana en la materia.

La CIDH reportó además repatriaciones arbitrarias de NNA no acompañados que se llevaban a cabo durante la noche (procedimiento totalmente prohibido en la legislación internacional); sobre la colocación de esposas a los niños por parte de agentes fronterizos de Estados Unidos para efectuar el retorno; y que muchos NNA mexicanos no acompañados fueron enviados a otras regiones de México, incluyendo lugares situados en el lado opuesto del país al de su comunidad de origen. Esta información es indicativa de prácticas directamente violatorias de los derechos del niño y del propio tratado de repatriación entre México y Estados Unidos.

El escenario se ha tornado más complejo por la violación del debido proceso a los migrantes, el cual es producto de la combinación de la intensificación de la crisis social y el aumento de la violencia en México y Centroamérica, y de las restricciones de presupuesto para atender este problema por parte del gobierno de los Estados Unidos.

A continuación se cita textualmente un párrafo del informe de la CIDH (2015), en el cual se evidencia la gravedad de la situación y el nivel de vulneración de derechos humanos de niños no acompañados por parte del gobierno norteamericano:

“la información pública disponible señala que para junio de 2014 se registraban 375.000 casos de inmigración atrasados, incluyendo 41.640 casos de niños en espera de fecha de audiencia. A finales del año fiscal 2014 de Estados Unidos (el 30 de septiembre de 2014), los casos atrasados ascendían a 408.037, y para finales del mes de octubre de 2014, este número llegó a 421.972. Para junio de 2014 el tiempo promedio de espera para todos los casos, incluido el de los NNA no acompañados, se estimó en 587 días, o más de un año y siete meses. Para abril de 2015, los casos pendientes ascendían a 445.607, entre ellos 70.035 de NNA no acompañados. Uno de los principales factores y causas para el retraso procesal es un número mucho mayor de casos en un contexto de restricciones presupuestarias” (p. 100).

Como se aprecia en las cifras de la CIDH, estamos en presencia de un fenómeno de violación sistemática e intencionada de derechos humanos fundamentales, con el agravante de que una proporción importante de las víctimas son niños y niñas en condiciones de altísima vulnerabilidad.

Pero el mismo informe reseña que existe registro y documentación sobre numerosos casos de tortura y trato cruel por parte de funcionarios de migración de los Estados Unidos hacia niños no acompañados. A continuación se presenta otra cifra textual con datos escalofriantes:

“existen numerosas denuncias sobre abuso físico, incluyendo abuso sexual, golpizas, y el asumir posiciones de estrés a exigencia de funcionarios (…). Más de la mitad de estos NNA no acompañados reportó diversas formas de abuso verbal, incluyendo comentarios raciales, sexualmente cargados, y amenazas de muerte. Más de la mitad informó que se les había denegado atención médica, incluyendo dos jóvenes madres cuyos bebés se enfermaron durante la detención en temperaturas muy bajas, y una niña cuya medicación para el asma fue confiscada mientras sufría ataques de asma. Los NNA no acompañados constantemente denunciaron haber sido recluidos en celdas insalubres, en condiciones de hacinamiento, y con temperaturas de congelación, y aproximadamente el 70% informó haber permanecido detenidos más allá de las 72 horas establecidas por el mandato legal. Muchos informaron haber permanecido detenidos sin mantas y tener que dormir en el suelo, con las luces prendidas. Más del 80% describió cómo se le denegó alimentación adecuada y agua bajo la custodia, incluyendo un niño cuya única fuente disponible de agua potable era el tanque de un inodoro y otros que sólo recibieron alimentos congelados o en mal estado y, posteriormente, se enfermaron” (p. 111).

Los datos aportados por el informe en cuestión, explicitan el carácter notablemente represivo y vulnerador de derechos humanos de la política y las prácticas del gobierno de los Estados Unidos en materia de atención a la población migrante.

Sin embargo, la violación de derechos no se reduce a las prácticas citadas, sino que se agudizan ante situaciones como la separación arbitraria de familias, tratos crueles y atropellos, en palabras de la CIDH: “15% de estos NNA no acompañados, reportó haber sido separado de otros miembros de la familia, y el 30% informó que su dinero y/o pertenencias fueron confiscados por funcionarios y nunca retornados. Muchos niños reportaron haber sido encadenados durante el transporte” (p. 111).

La CIDH precisó además que en el momento de redactar el informe, indican que entre el 18 de julio de 2014 al 14 de octubre de 2014, apenas 179 NNA no acompañados se les permitió permanecer en los Estados Unidos, de un total de 1.637 casos registrados. Respecto de casi todos los NNA no acompañados -1.456-, equivalentes al 89% de los casos, se dictó orden de expulsión.

Pero si lo expuesto no fuera suficientemente atroz y abyecto, la administración Trump ha asumido una política –denominada tolerancia cero-, la cual resulta aún más hostil y violadora de derechos humanos que las de sus antecesores. Dicha política ha derivado en la generalización de prácticas crueles como la separación forzosa de familias (los adultos son criminalizados y objeto de procesos judiciales, mientras que los niños son enjaulados –literalmente- en centros de reclusión temporales para la posterior expulsión de ambos).

En junio de 2018, los agentes de migración de Estados Unidos mantenían a más de 10.000 menores retenidos en centros de detención, ubicados en distintos lugares del país. Los pequeños son encerrados en jaulas de metal; duermen en algunos casos- en delgadas colchonetas sobre el frio concreto y cubiertos solo por sábanas que los protegen de las bajas temperaturas. Esta práctica de crueldad, se ha generalizado aún más ante las detenciones masivas de migrantes indocumentados en el marco de las caravanas humanitarias provenientes de Centroamérica.

La nueva administración de la Casa Blanca, pareciera no tener la más mínima intención de enmedar estos errores y recientemente se han publicado imágenes que muestran las condicones denigrantes en las que se encuentran los menores de edad, cuestionando además que no son jaulas sino centros de detención, dando de esta forma continuidad de las prácticas violatorias de los Derechos Humanos llevados a cabo durante el Gobierno de Trump.

  1. Ascenso del racismo en la administración de las políticas de seguridad y administración de justicia

Un estudio del Registro Nacional de Exculpaciones de Estados Unidos publicado en marzo de 2017, registró que los estadounidenses negros tenían siete veces más probabilidades de ser condenados injustamente por asesinato que los blancos. En lo que se refiere a los delitos relacionados con drogas, los estadounidenses negros inocentes tienen unas 12 veces más probabilidades de que se les aplique una condena equivocada que los blancos. Los infractores varones negros fueron condenados, a condenas 19,1% más largas que aquellos infractores varones blancos en casos similares.

  1. Influencia de sus políticas en materia de armas de fuego, narcóticos y migraciones en la violencia criminal del norte de México

México experimenta una grave y severa crisis de violaciones graves de derechos humanos y crímenes violentos, la mayoría de los cuales han sido cometidos con armas de fuego. El país ostenta la tasa de homicidios más alta registrada en toda su historia, donde dos de cada tres homicidios son cometidos con armas de fuego. El 70% de las armas recuperadas y rastreadas en las diversas escenas del crimen en México provienen de los Estados Unidos.

La “cooperación” de Washington en equipos militares y armas de fuego, así como el entrenamiento militar estadounidense de miles de soldados como parte de la Iniciativa Mérida, cuya punta de lanza es la denominada “guerra contra el terrorismo”, ha redundado en el crecimiento vertiginoso de las violaciones a los derechos humanos por parte de las fuerzas del Estado, con tasas aún más altas que antes de que comenzara la Iniciativa referida y con una impunidad casi total.

Un estudio de la Comisión Mexicana de Defensa y Promoción de los Derechos Humanos en México (2018), reporto que en junio de 2018, una docena de congresistas estadounidenses señalaron que “el uso de las fuerzas militares mexicanas en la guerra contra las drogas ha resultado en un dramático aumento de las violaciones a los derechos humanos, incluidas la tortura, las desapariciones forzadas y las ejecuciones extrajudiciales”. Por ende, pidieron “una evaluación completa y pública de la Iniciativa Mérida, así como una revisión de la ayuda que brinda Estados Unidos a México en cuanto a seguridad y venta de armas” (p. 4).

El Departamento de Justicia de los Estados Unidos informó que, durante el período que comprende los años de 2011 a 2016, pudieron rastrearse 74 mil 515 armas de fuego recuperadas en diversas escenas del crimen en México, y que éstas fueron producidas o habían sido vendidas en la Unión Americana.

De acuerdo con el informe precitado, “al menos 37.435 personas, de diciembre de 2006 a junio de 2018, han sido víctimas de desapariciones forzadas en México[4], mientras que (…) se han cometido 121.035 homicidios con arma de fuego, de los cuales 16.898 ocurrieron durante 2017” (p. 4).

El informe revela además que la gran mayoría de estos crímenes continúan impunes, sin la apertura de investigaciones penales o sentencias, y sin una reparación integral para las víctimas, lo que permite inferir que existen estructuras que han permeado al Estado mexicano y que están asociados a factores muy poderosos, entre los que se destacan, carteles del narcotráfico, estos últimos, los principales socios del comercio legal e ilegal de armas auspiciado y usufructuado por los Estados Unidos.

  1. Los derechos humanos en el contexto de las intervenciones militares extraterritoriales estadounidenses

Estimar y describir el impacto de las intervenciones militares extraterritoriales de los Estados Unidos en materia de Derechos Humanos amerita un tratado, por la complejidad de los casos y por el carácter multidimensional de los derechos conculcados. Por tanto, en este apartado apenas se van a citar algunos estudios de instituciones de gran prestigio, de manera de obtener una referencia general de dicho impacto con énfasis en la variable: víctimas mortales.

Un estudio de la Universidad de Brown (EE.UU.) ha registrado 480.000 víctimas mortales de las guerras en las que EE.UU. ha participado desde 2001, entre ellos 244.000 civiles. Asimismo, los enfrentamientos en Afganistán, Irak, Siria y otros países, habrían causado 10 millones de refugiados. Según el informe, Washington gastó en esos conflictos 5,9 billones de dólares, cifra que ascenderá a 6,7 billones para 2023 si se mantiene el ritmo de inversión.

Las cifras de la institución universitaria norteamericana resultan conservadoras al compararlas con un estudio de la Organización Mundial de la Salud (OMS), publicado en 2008, en el cual se afirma solamente la invasión a Iraq dejó 400.000 muertos.

Los casos de Libia y Siria también presentan cifras cruentas. El investigador Nicolas Davies, calculó en más de 200.00 el número de víctimas mortales del conflicto desatado en 2011. Por su parte, el Observatorio Sirio de Derechos Humanos (OSDH)[5], estima que en el conflicto de ese país,  hubo al menos 250.000 víctimas mortales, entre ellos 74.426 civiles y de ellos, 12.517 niños y 8.062 mujeres.

  1. Las medidas coercitivas unilaterales y la vulneración de los Derechos Humanos.

Las mencionadas de manera equívoca sanciones[6] han sido una forma no convencional de violación de los derechos humanos, en terceros países, la mayoría de ellas aplicadas con la excusa de defenderlos, y en muchos casos con el doble rasero de ni siquiera suscribir los acuerdos internacionales, que extraterritorialmente justifican defender.

Un total de 29 países[7] forman la lista en los que según la Oficina de Control de Bienes en el Extranjero (OFAC por sus siglas en inglés), los Estados Unidos aplica medidas coercitivas al margen del Derecho Internacional establecido por la Organización de Naciones Unidas.

Según un informe de Amnistía Internacional (2009) denominado “El embargo estadounidense contra Cuba su impacto en los derechos económicos y sociales”, destaca que “Las repercusiones negativas del bloqueo son bien patentes en las dimensiones social, económica y ambiental del desarrollo humano de Cuba y afectan gravemente a los grupos socioeconómicos más vulnerables de la población”, citando al coordinador residente de la oficina de Naciones Unidas en el país caribeño durante el año 2008.

En el informe del Secretario General de Naciones Unidas  “Necesidad de poner fin al bloqueo económico, comercial y financiero impuesto por los Estados Unidos de América contra Cuba”, nos indica que “El bloqueo tiene un impacto negativo en todas las áreas económicas, sociales y culturales, limitando seriamente el derecho al desarrollo de Cuba. En términos estrictamente económicos, se estima una afectación de al menos 130.178,6 millones de dólares”.

Por su parte la Oficina de Responsabilidad Gubernamental (GAO en inglés) a petición del Senado norteamericano, en un informe reciente sobre Venezuela señaló que estas medidas habían contribuido a la caída abrupta de su Producto Interno Bruto, buscando el colapso del país Sudamericano, que ha sufrido desde el 2015 según cifras oficiales la pérdida de sus ingresos en más de 130.000 millones de dólares, más que suficientes para garantizar el bienestar de su población que han visto afectadas sus libertades fundamentales por la extraterritorialidad de las leyes impuestas por los Estados Unidos.

Es una guerra donde la famosa herramienta del smart power, constituye una amenaza que viola los derechos fundamentales de los ciudadanos, sin que exista hasta el momento un mecanismo de reparo o juisticia para quienes aplican este tipo de medidas que afectan directamente a poblaciones enteras.

[1] Estados Unidos firma tratados y leyes de derechos humanos, pero en función de sus inestables intereses puntuales, establece reservas, no ratifica o simplemente no suscribe los mismos.

[2] Todos estos países padecen conflictos inducidos directa o indirectamente por la política exterior estadounidense.

[3] Ese programa permitía que menores de 21 años que huían de la violencia en El Salvador, Guatemala y Honduras,  cuyos padres residen en Estados Unidos en situación regular, solicitar entrevistas para su reasentamiento como personas refugiadas antes de viajar a Estados Unidos. El Programa también permitía solicitar la entrada a Estados Unidos a los niños y las niñas de esos tres países que no podían optar a la condición de personas refugiadas y no tenían ninguna otra forma de reunirse con sus progenitores.

[4] El caso de los 43 normalistas de Ayotzinapa desaparecidos en 2014, así como las fosas comunes multitudinarias halladas en diversas regiones del norte de México, han marcado un hito en estas prácticas.

[5] Se trata de una ONG radicada en Londres.

[6] Las sanciones son medidas aplicadas por resolución del Consejo de Seguridad de las Naciones Unidas

[7] Afganistán, Bielorrusia, Burundi, Bosnia y Herzegovina, Cuba, Chipre, China, Corea del Norte, Egipto, Guinea, Guinea Bissau, Haití, Irán, Irak, Liberia, Líbano, Libia, Malí, República Centroafricana, República Democrática del Congo, Rusia, Siria, Somalia, Sudán, Sudán del Sur, Túnez, Venezuela, Yemen y Zimbabue.

 

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