El Síndic de Greuges considera «inadmisible» que los colegios privados no estén sujetos a un protocolo que contempla los procesos de actuación cuando se detecta maltrato a menores
Se calcula que hasta el 15% de los menores sufren algún tipo de abuso a lo largo de su infancia, pero los casos que se acaban detectando no llegan ni al 1%.
El nuevo protocolo catalán para detectar y combatir el maltrato infantil en el ámbito educativo, aprobado el pasado 16 de junio, excluye los centros educativos privados. Lo ha denunciado este viernes el Síndic de Greuges (Defensor del Pueblo en Catalunya), Rafael Ribó, que considera «inadmisible» que una parte del sistema escolar quede fuera de una responsabilidad –la de prevenir y detectar los abusos a menores– que tiene que ver con los derechos universales de los niños.
En el texto queda claro que el ámbito de aplicación del protocolo son los centros del Servicio de Educación de Catalunya –es decir, los públicos y concertados–, y que a los privados sólo les afectan los puntos 4 y 5 del documento, donde se recogen los principios de actuación en caso de abusos y las indicaciones para la implantación del protocolo en los centros.
Así los centros privados quedan exentos de cumplir el resto de puntos –en total son 12–, algunos de los cuales son tan importantes como el de la prevención –informar al alumnado, crear un clima de escucha en el aula, potenciar la educación afectiva y sexual– o el que detalla el procedimiento de actuación cuando se detecta un caso, que consiste en avisar a la familia del alumno, a la Inspección de educación, al departamento de Enseñanza y a la Fiscalía de Menores o los Mossos d’Esquadra.
El departamento de Enseñanza y el de Trabajo, Asuntos Sociales y Familias dieron luz a este protocolo bilateral centrado en el ámbito educativo tras constatar casos de abusos a menores en los que el anterior protocolo, aprobado en 2006, se había incumplido. El más llamativo fue el de los Maristas Sants-Les Corts de Barcelona , un centro que «ocultó» a la Administración, según el Síndic, unas agresiones sexuales cometidas durante años por el profesor Joaquín Benítez que conoció en 2011.
«Otorgar un tratamiento diferenciado en la aplicación del protocolo en función de la financiación del centro no tiene justificación», reitera el Síndic, que recuerda que esto supone un trato discriminatorio y de desprotección hacia los alumnos de estas escuelas. En Catalunya los centros de titularidad privada representan un 6% del total: poco más del 2% en Primaria y Secundaria pero hasta un 20% en Bachillerato. Pero según ha recordado e l Síndic, también quedarían fuera del protocol las guarderías de iniciativa privada, que escolarizan en toda Catalunya casi 30.000 niños menores de tres años.
Un 15% son víctimas, pero se detecta menos del 1%
El Síndic de Greuges ha entregado este viernes al Parlament su Informe sobre el abuso sexual infantil en Catalunya , que además de constatar la exclusión de los centros privados alerta de una falta de difusión y formación entre los maestros sobre el contenido del protocolo a la hora de hacer prevención sobre el maltrato. Denuncia sobre todo que, seis años después de la aprobación en 2010 de la Ley de los derechos y las oportunidades en la infancia y la adolescencia, todavía no se han desplegado servicios como el de atención especializada a las víctimas.
Esto sitúa a Catalunya, según Ribó, en una situación de «infradetección» de las agresiones sufridas por niños y adolescentes. Mientras que por un lado se calcula que hasta el 15% de los menores sufren algún tipo de abuso a lo largo de su infancia, los casos que se acaban detectando no llegan ni al 1%. Según los atestados policiales, en 2015 un total de 644 menores fueron víctimas de este tipo de abusos en Catalunya, 37 de los cuales en centros educativos y 12 en centros de menores.
El Síndic ha explicado que esta prevalencia de la victimización de un 15% es habitual en la gran mayoría de países europeos –el Consejo de Europa incluso habla en sus campañas «de uno de cada cinco»–, y siempre hay un gran desfase respecto a los casos que se detectan. Pero aun así Ribó ha concluido que «vamos muy atrasados» en todo lo que tiene que ver con la prevención y detección, sobre todo en cuanto a la creación de «servicios multidisciplinares» que impliquen agentes diversos como policía, escuelas, servicios sociales o servicios médicos.
La cartera educativa lleva 14 días sin cabeza visible y, por el momento, parece que la situación no se resuelve. Mientras tanto, Francisco Cardona sigue como ministro encargado a la espera de que el gobierno tome una decisión. Fuentes cercanas al Ministerio de Educación (MEN) aseguraron a esta publicación que él no será quien reemplace a Gina Parody y que el nombre del nuevo ministro debería hacerse público en los próximos días. Pero eso no le impide mantener una agenda política adscrita a la administración Santos y tomar decisiones, inaugurar colegios o liderar ruedas de prensa.
Tras la renuncia de Parody el pasado 4 de octubre, quien arrastraba bajos índices de popularidad después de la polémica de las cartillas de educación sexual, su intención de incluir el enfoque de género en los currículos de las instituciones públicas y su apoyo a la campaña del Sí en el plebiscito, el número de posibles candidatos a sucederla no deja de ensancharse a medida que se suceden los días.
Si la semana pasada sonaban con fuerza los nombres de Isabel Segovia, ex viceministra de Educación Preescolar, Básica y Media, y Alfonso Prada, director del Sena, estos días también se habla de Óscar Sánchez, ex secretario de Educación de Bogotá; Mauricio Vega Lemus, gerente de la campaña por el Sí y presidente de la Cámara de Comercio de Pereira, y José Manuel Restrepo, rector de la Universidad del Rosario.
Mientras el tiempo pasa y no se concreta un sucesor que, además, cuente con el beneplácito de la comunidad educativa, el vacío de poder está haciendo mella en el funcionamiento y gestión del Ministerio. Funcionarios del MEN han manifestado a Semana Educación “que se están tomando decisiones importantes para la viabilidad de la educación sin contar con el aval ministerial”, y que ciertas personas “están aprovechando el momento para llevarse el crédito de algunas labores que el ministerio venía realizando desde antes y ahora dan sus frutos”.
Según se dice en los pasillos del MEN, la ex ministra “tomó una decisión muy apresurada a la hora de renunciar”. Especialmente ahora, que Colombia está inmersa en el debate sobre la reforma tributaria. Resulta injustificable que una de las carteras que más dinero estatal recibe se mantenga todavía sin ministro, y que no hubiera un plan b de contingencia ante la marcha de Parody.
En 2016 el Ministerio de Educación gestionó unos presupuestos de 2,56 billones de pesos para destinarlo a inversión, y 2,89 billones más para su funcionamiento. El anuncio no oficial es que estos montos, y el del resto de carteras, sufrirán un recorte significativo para el próximo año fiscal, y eso que el ministro encargado Francisco Cardona remitió una propuesta ante el Congreso recientemente por el que pedía un aumento de 6,26 %. Pero la realidad es otra: se habla de que el MEN dispondrá finalmente de 2,6 billones, menos de la mitad de lo que venía gestionando.
Ante esta reducción presupuestal que, indudablemente, obligará a reformular las prioridades de la cartera educativa y redefinir proyectos que todavía esperan financiación como Ser Pilo Paga, el Programa de Alimentación Escolar (PAE) o el Sistema Nacional de Educación Terciaria (Snet), ¿cómo es posible que el presidente Juan Manuel Santos no se decante todavía por un ministro de Educación?
Desde esta publicación hacemos un llamado para que el gobierno de una pronta solución al vacío de poder que pone en juego el devenir de la educación en este país. 14 días de irresponsabilidad son suficientes.
Si bien en los planteamientos gubernamentales no se menciona de manera alguna que el objetivo real de la llamada reforma educativa sea la privatización de la educación pública, los indicios de que, en esencia, esto es lo que persigue el gobierno de Peña Nieto para consumar el mayor de sus engaños al pueblo de México, son más claros cada día; de manera particular, con los anuncios recientes que resaltan la gratuidad de la enseñanza y de los libros de texto.
A un segmento importante de la población mexicana la idea de que el gobierno pretenda privatizar la educación le parece lejana y absurda, sabiendo que varios millones de familias viven en condiciones de pobreza que les impedirían pagar colegiatura alguna, además de representar una política contraria a la de los anteriores gobiernos.
¿Cuáles son las razones para privatizar la educación y cuáles los intereses que están en juego? ¿Hasta dónde podría llegar el proyecto privatizador y cuál sería la suerte de los niños de las familias más pobres? ¿Cuál sería el futuro del país que se construiría a partir de la instrumentación de este proyecto? Para contestar estas preguntas he preparado el artículo que ahora comparto con los lectores de La Jornada.
Comienzo dando una idea de las dimensiones del negocio que representa la educación básica, constituida actualmente por algo más de 25 millones de estudiantes, cuyo costo anual promedio para el gobierno fuese de 12 mil pesos por estudiante a costos actuales. Ello significa 300 mil millones de pesos por año. Esto implica que las dimensiones del mercado educativo permitirían en unos cuantos años generar fortunas de grandes dimensiones para unos cuantos empresarios amigos de los funcionarios en turno, y desde luego también para éstos, dados los niveles de corrupción.
Existen, sin duda, escuelas privadas de alta calidad; sin embargo, la mayoría presentan resultados similares o más pobres que los de las públicas (según resultados de Enlace 2008 a 2014), bien sea por carencias de recursos o por el afán de lucro de sus dueños. Pero el modelo en que están pensando los empresarios, deseosos de invertir en educación es diferente: la creación de franquicias educativas, cadenas formadas por centenas o millares de escuelas que funcionen compartiendo una marca y un emblema en el que la calidad educativa, tan en boca entre las autoridades actuales, pueda ser fabricada y atornillada en el cerebro de los padres de familia con mensajes televisivos adecuados, lo que desde luego explica el interés en la educación de calidad de Televisa y de Mexicanos Primero.
La generación de franquicias alternas, con costos diferenciados para las familias de diferentes niveles económicos, constituye hoy una experiencia real, lograda por el Tecnológico de Monterrey (ITESM) con sus diversos campus y su proyecto alternativo denominado Tec Milenio, así como la experiencia de la empresa asiática, dueña de la Universidad del Valle de México, con sus programas diferenciados para distintos niveles socioeconómicos. Todo sería así, cuestión de creatividad, mercadotecnia e inversión.
Por otra parte, los apoyos de la OCDE, el banco Mundial y el FMI al Presidente, por sus reformas estructurales, nos indican que esos organismos ligados a los grandes capitales financieros, también están interesados en el mercado educativo mexicano. ¿Cuál es la razón de estos intereses internacionales? Para encontrar la respuesta debemos ubicarnos en el fin de la Segunda Guerra Mundial, a partir del cual el capital estadunidense y de grupos financieros europeos obtuvieron enormes ganancias mediante financiar la reconstrucción de Europa y Japón (la metáfora de Rico McPato, nadando en una piscina de dinero, era falsa; el capital requiere ser invertido para crecer). El financiamiento de los grandes proyectos gubernamentales ayudó sin duda al desarrollo de nuestro país, constituyendo también sólidas utilidades para los diversos grupos financieros durante décadas.
Sin embargo, los avances tecnológicos de la informática y las comunicaciones digitales han permitido un crecimiento acelerado de las operaciones bancarias, haciendo posible el manejo de enormes volúmenes de créditos, que al ser colocados en los mercados de servicios y consumo de particulares, han incrementado las utilidades del sistema bancario en su conjunto. De esta manera, el sistema financiero puede triplicar o cuadruplicar sus ingresos, otorgando créditos personales para la educación, en comparación con esos mismos volúmenes de crédito otorgados al gobierno.
Por esta razón, los capitales financieros han destinado una parte importante de sus recursos a financiar la compra de automóviles, reduciendo a corto plazo las necesidades de los grandes proyectos de transporte púbico. ¿Cuál era el porcentaje de familias que podían tener un automóvil en 1960? Pareciera que hemos avanzado mucho, pero lo que ha sucedido es que hemos construido ciudades donde transportarse es más un dolor de cabeza que una solución inteligente, generando grandes utilidades para los bancos, las aseguradoras y sus dueños, acompañados de graves problemas de tráfico, contaminación y enfermedades para la población.
Un elemento decisivo para el éxito de estos negocios es la debilidad humana: además de buscar una solución al problema del transporte, vemos en los automóviles un medio para obtener estatus social. Me atrevo a afirmar que lo que se pretenderá vender mediante el negocio de la educación privada será igual, más estatus que conocimientos y competencias para los hijos, deformando la educación y la permeabilidad social.
Finalmente, para quienes dirigen el gobierno la privatización masiva de la educación les representaría una gran ventaja: la población a atender sería significativamente menor y además podría ser objeto de adiestramientos básicos y conocimientos mínimos, asegurándoles el control de esa población mediante un esquema clientelar de carácter nacional, ni más ni menos que la piedra angular con la que han soñado varios grupos de poder, la utopía del Mundo Feliz imaginada por Aldous Huxley, hace más de 80 años.
Esta es una de las razones y la dimensión de la lucha actual del magisterio disidente que se niega a aceptar la reforma y el modelo educativo que el gobierno y sus asociados pretenden imponernos de manera autoritaria, con el apoyo de los más oscuros intereses. Por ello el soporte de la sociedad toda a los maestros es fundamental. Debemos impedir la instrumentación de esta política.
Sólo hay algo a lo que los hombres con cargos públicos temen más que la educación de sus súbditos… Arturo Pérez Reverte, Hombres buenos.
Cuba/20 octubre 2016/Autora: Leidys María Labrador Herrera /Fuente: Granma
Cincuenta y dos títulos de libros de texto correspondientes a diferentes enseñanzas, se encuentran listos en esta provincia, para ser enviados a los territorios afectados por el paso del huracán Matthew.
Jorge Luis Cuba, comercial de la Empresa de Abastecimiento y Sevicios a la Educación (Epase) en el territorio, explicó a Granma que a raíz de una orientación ministerial, comenzó de inmediato el trabajo para la selección de los textos, que forman parte de la reserva con la que cuenta la provincia. Añadió además que este trabajo ha sido posible gracias a la disponibilidad de base material de estudio que tiene Las Tunas, ubicada entre las primeras del país en materia de conservación y cuidado de dichos recursos.
Los textos seleccionados corresponden a asignaturas como Matemática, Economía Política, Gramática Española, Dibujo y Filosofía, que en algunos casos exceden los 1 600 ejemplares, completamente nuevos.
Sin embargo, el aporte de esta provincia no se limita solo a textos, también a componentes del uniforme escolar. Para ese fin se han destinado 200 blusas de primaria y 150 camisas de la propia enseñanza, debido a la carencia de estas prendas causada por los efectos de huracán Matthew.
El comercial de la Epase dijo finalmente, que este es solo un modo de colaborar para que no se detenga el proceso docente educativo en las localidades afectadas, pero que cualquier esfuerzo que sea necesario para ese fin, será emprendido sin miramientos.
elia Albert trabaja en una escuela de población vulnerable en una isla en el Delta, donde la naturaleza es la que manda. Juana Miranda enseña en una sola aula a 10 niños de primero a séptimo grado en un paraje rural de Neuquén. Luciano Veraldi es el maestro integrador de Juan Manuel Arienti, un chico con trastorno del espectro autista que cursa en una escuela común.
En diferentes contextos y con desafíos particulares, todos comparten la pasión por enseñar y no bajan los brazos a pesar de las dificultades con las que se topan a diario.
Los desafíos son varios: en el Delta, Delia se enfrenta con bichos e inundaciones; la docente plurigrado, al aislamiento y las demandas múltiples, y el maestro integrador, a encontrar maneras innovadoras para que sus alumnos aprendan, a la vez que lucha contra los prejuicios que todavía existen por la inclusión escolar.
Las investigaciones centradas en la motivación humana muestran que, cuando la tarea a realizar tiene un cierto nivel de complejidad, los incentivos extrínsecos -como el dinero- no son eficaces como motor principal. Por el contrario, lo que motiva a las personas a esforzarse en este tipo de tareas es la autonomía, la posibilidad de desarrollar competencias y un sentido de propósito de la tarea: el «para qué».
Agustina Blanco, directora ejecutiva de Educar 2050, explica: «La ecuación para alcanzar la calidad educativa incluye no sólo los aprendizajes académicos, sino también las competencias emocionales y los valores. Eso requiere docentes que logren trasmitir a sus alumnos las ganas de llegar a esos conocimientos y valores que van a guiarlos a lo largo de la vida».
Asimismo, la especialista sostiene que lo que hace a un docente de excelencia es que la vocación y la formación sean una. «No puede faltar ninguno de estos dos componentes. Hay profesiones en las que solamente se requiere lo técnico, pero en la docencia la vocación es un componente esencial y también para los alumnos. Si no tenés esa pasión y motivación, no podés transmitir en el aula el amor por el aprendizaje y el conocimiento», dice.
Contra las barreras
Sus días no son como los de los demás. Se levantan a las seis de la mañana y caminan bajo la lluvia hasta llegar a la escuela, educan en medio de la soledad rural, enseñan con escasos recursos y luchan contra las barreras de la inclusión escolar.
Cuando era chica, en el campo, Juana Miranda lograba que un pedazo grande de chapa se transformara en pizarrón y un trozo de jabón, en tiza. Entonces explicaba la lección a sus alumnos, en aquel tiempo invisibles. Hoy, hace más de 27 años, estos alumnos imaginarios se convirtieron en otros de carne y hueso.
El desafío que tiene que enfrentar todos los días es grande: educar, en un mismo espacio, a 10 chicos de edades desparejas, de seis a 12 años. Ser maestra y a su vez directora de la escuela rural N° 128, en el Paraje Villa del Agrio, a 280 kilómetros de la ciudad de Neuquén. Atender sus necesidades, trayectorias escolares y cuidar la fragilidad de cada uno. Porque la de Juana forma parte de ese 30% de escuelas primarias rurales que, en nuestro país, son unidocentes.
«La primera experiencia en una escuela con estas características es muy difícil. Querés atender al de 5° grado, al de 4° y al de 1° que es más demandante», cuenta, y agrega que con el tiempo fue aprendiendo cómo encarar la dinámica escolar. «Los maestros de escuelas unidocentes somos como artistas. El trabajo en el aula se vuelve dinámico y flexible. No tiene que ser ni demasiado elevado que aburra a los más chicos ni demasiado fácil que no le sirva a los más grandes. Sacamos de la galera actividades que no están en los libros, que surgen de nuestra creatividad y de nuestra ocurrencia.»
La reconfortan las pequeñas cosas cotidianas: cocinarle a cada alumno una torta para su cumpleaños, organizar un picnic para festejar el Día del Niño, amasar ñoquis los 29 de cada mes, regalarle un guardapolvo a quien no puede comprarlo, peinar a la que llegó despeinada. Pero, sobre todo, darles ese amor que muchas veces no encuentran en sus casas, por distintas problemáticas con las que cargan: abandono, adicciones, violencia.
«Hoy, los chicos necesitan mucho que uno los reciba con una sonrisa, que los abrace, los escuche. Porque te pueden faltar las zapatillas o un pedazo de pan, pero lo más importante es que te sientas querido», sostiene Miranda, que creció en el mismo lugar donde viven sus alumnos.
«Esas faltas que experimentan muchos de mis alumnos, también las pasé yo. Nadie me lo contó, lo viví, por eso me puedo poner en su lugar. Hay que conocer la historia del alumno más allá del portón de la escuela. Para poder entender sus actitudes, cuando no traen hecha la tarea, saber por qué tienen la carpeta desordenada, qué es lo que les falta, con quién viven», comenta.
Finalmente, concluye emocionada: «Es muy difícil poner en palabras lo que significa ser docente. Lo llevás adentro, lo sentís en el corazón. La huella que uno deja es lo más lindo que nos puede pasar».
La hostilidad de la naturaleza
El canto de los pájaros se escucha desde cualquier rincón de la escuela La Concepción, inserta en el Delta y a la que sólo se puede acceder con la lancha-colectivo que sale desde la estación fluvial de Tigre. Aquí estudian los alumnos provenientes de familias isleñas de la zona y de un asentamiento ribereño al río Luján, conocido como Villa Garrote.
Afuera del aula, la paleta de colores está compuesta por el verde de los árboles y la exuberante vegetación. La naturaleza se impone y sorprende por su belleza, pero otras veces también lo hace por su hostilidad. Quienes trabajan en este sitio saben lidiar con la crecida del río que determina si pueden o no dar clases, las arañas, los mosquitos, los camalotes, el calor sofocante del verano y el frío de los meses invernales.
«Cuando hay marea alta no podemos llegar a la escuela. Una vez que baja el agua, los docentes venimos a limpiar. Es muy duro porque tenemos que ver qué cosas ya no sirven y cuáles se pueden rescatar. Uno se acostumbra a volver a empezar», cuenta Delia Albert, que lleva más de 22 años en esta escuela católica y perteneciente al Obispado de San Isidro. Luego aclara que, gracias a las nuevas aulas construidas en un nivel superior, por suerte, ya no pierden tantas cosas como antes cuando las clases se dictaban dentro de la capilla.
Delia jamás se imaginó otra profesión que no fuera la docencia y confiesa haberse «enamorado» de esta escuela, aunque admite que, al principio, no fue fácil adaptarse. «Me fui acostumbrando hasta que llegó un momento en que ya no la podía dejar. Una vez que te enganchás con los chicos y conocés sus necesidades, te surgen esas ganas enormes de acompañarlos en su aprendizaje. Te atrapa compartir la vida con ellos», expresa entusiasmada.
Será por eso que todos los días se levanta a las seis de la mañana y no hay nada que la detenga para decir presente. «No se nos ocurre faltar salvo que estemos enfermas, tampoco hacemos paro», comenta. También les insisten a los chicos: «Les pedimos que no falten, porque sabemos que muchas veces están mejor acá que en sus casas. Algunos tienen sus casitas muy precarias hechas con nylon. Acá están calentitos y, a veces, el desayuno y almuerzo que les damos es la única comida que reciben».
Héroes cotidianos
Les hacen frente a todos los obstáculos para conseguir su fin: que los alumnos aprendan
1 – Delia Albert
Escuela La Concepción, Tigre
Hace 22 años que enseña en el Delta, adonde viaja en lancha todos los días junto a sus alumnos que provienen de familias en situación de vulnerabilidad. La crecida del río marca el ritmo escolar
2 – Luciano Veraldi
Escuela Nº 8 DE 10 Julio A. Roca, CABA
Acompaña como maestro integrador a cuatro chicos con dificultades en el aprendizaje. La confianza y el vínculo que genera con sus alumnos los ayuda a salir adelante y facilita su verdadera inclusión
3 – Juana Miranda
Escuela rural N° 128, Paraje Villa del Agrio, Neuquén
Tiene el desafío de educar dentro de una misma aula a 10 niños de diversas edades y currículas. Para combatir la soledad usa su creatividad y les transmite a sus alumnos que son un equipo: el logro de uno es el de todos.
Dará comienzo este jueves a las 18:30 y se prolongará hasta sábado a mediodía en la Hospedería Fonseca. Durante el evento se revisarán las influencias suizas en la educación española e iberoamericana
Este jueves dará comienzo el denominado ‘Congreso Internacional Iberoamericano. VII Conversaciones Pedagógicas de Salamanca’ bajo la coordinación del catedrático de Teoría e Historia de la Educación de la Universidad de Salamanca, José María Hernández, presidente del Comité Organizador del Congreso. En esta edición, los expertos participantes revisarán las influencias suizas en la educación española e iberoamericana, aunque también portugués y africana, según ha confirmado Hernández.
En pasadas ediciones ya se ha estudiado la percepción de influencias externas con la francesa, inglesa, italiana o alemana, aunque en esta ocasión se abordará la escuela pedagógica suiza. Rousseau, Pestalozzi, la pedagogía católica de Friburgo, el Instituto Rousseau y autores como Calaparéde, Ferriere, Plaget, Bovet, y otros del Movimiento de la Escuela Nueva y del Círculo de Ginebra en particular. Además de otras contribuciones socioeducativas con proyección mundial, como sucede con Cruz Roja, El Bureau Mundial del Escultismo, las Hermanas Oblatas y otras organizaciones internacionales.
“Suiza no solo tiene relevancia en el plano político, sino que es fundamental para entender el sistema de pedagogía actual en lugares como España, Portugal, Latinoamérica e incluso África” ha relatado José María Hernández. Durante las tres jornadas de las que consta el Congreso participarán 80 investigadores procedentes de 30 universidades, entre nacionales e internacionales. De igual manera, se ha editado un libro que recoge las ‘Conversaciones Pedagógicas’ previas que han tenido una gran acogida internacional, según Hernández.
Hay un solo camino, la educación. Última de 30 entregas: disciplina
El desorden en las aulas de la escuela secundaria no es solo una cuestión de conducta, sino un problema pedagógico.
Cuando llega barullo desde el aula de al lado, la primera hipótesis suele ser: no está el profesor. La segunda, que el docente de turno no tiene autoridad para mantener el orden. Pero, ¿por qué el silencio debería ser sinónimo de aprendizaje?
Las aulas de muchas secundarias se caracterizan por el desorden, según la prueba PISA, que ubicó a la Argentina en el último puesto del “ranking” de disciplina. El país obtuvo los peores indicadores de “ambiente de aprendizaje” entre los 65 participantes de la medición.
La mitad de los estudiantes de 15 años (49%) afirmó que es habitual que “los alumnos no escuchen al docente”; el índice es mucho más bajo en México (29%), y ni hablar en países asiáticos como Vietnam (7%). En Argentina, más de la mitad de los alumnos (51%) reconoció que suele haber “ruido y desorden” en clase: las cifras duplican las de Perú (24%) y Costa Rica (27%).
El clima de aprendizaje también se define por cuánto tiempo de clase se pierde cada día por el desorden en el aula. La mitad de los estudiantes argentinos admite que diariamente el docente “tiene que esperar mucho tiempo hasta que los alumnos hagan silencio”.
Varios expertos ven en este “desorden” no solo una cuestión de (mala) conducta, sino un problema pedagógico. Una clase ruidosa puede explicarse, entonces, como el síntoma de una propuesta de enseñanza poco atractiva, que no logra interesar a los estudiantes. En consecuencia, el desorden no se solucionaría con una disciplina más estricta, sino con una enseñanza más innovadora.
La tan mentada innovación pedagógica no equivale a utilizar tecnología, sino a transformar las maneras de enseñar, apuntando a encender en los chicos la curiosidad y la motivación por saber más.
El docente innovador “disfruta dentro del aula enseñando y logra que algunos se contagien de esa pasión por renovar el conocimiento, como quien contagia la risa a otros con su risa”, define Marta Libedinsky, profesora de Flacso, en su libro La innovación educativa en la era digital (Paidós). Y agrega que esta iniciativa se potencia cuando el docente intercambia con sus pares: “Para innovar hay que ser capaz de valorar las innovaciones de otros y tomarlas como fuente de inspiración”. Así, una escuela innovadora es la que promueve el trabajo en equipo entre los docentes.
En una clase innovadora puede haber discusión, argumentación, trabajo colaborativo, construcción colectiva del conocimiento, siempre bajo la guía del docente. Allí el silencio no siempre es bienvenido: al contrario, el ruido y el “desorden” son los mejores signos de que está sucediendo el aprendizaje.
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