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Darwin y Harvey: Dos perfiles de desarrollo infantil

En mi post anterior, introduje el proyecto PRIDI,  la escala de Engle y destaqué algunos resultados realmente interesantes que han surgido a partir del proyecto como la importancia de un entorno enriquecedor para el desarrollo infantil. En este post hablaré de algunos resultados más específicos.

¿Quiénes son los niños PRIDI?

Son cerca de 8.000 niños en total, 2.000 de cada uno de los países participantes: Costa Rica, Nicaragua, Paraguay y Perú. La mitad son niños y la otra mitad son niñas con una edad promedio de 3 años. La mayoría de ellos hablan español, aunque existen poblaciones importantes que hablan lenguas indígenas en Paraguay, Nicaragua y Perú. La mayoría de sus madres han alcanzado algún nivel de estudios secundarios y viven en hogares con acceso a servicios básicos.  No todas las casas tienen libros. En realidad, solo 40% de los niños de PRIDI viven en casas sin libros.

Los resultados de la Escala de Engle muestran una variación significativa en los niveles de su desarrollo. Existen variaciones entre países en los resultados de las dimensiones evaluadas: cognición, lenguaje, habilidades socio-emocionales y motoras  país. Además, también existen variaciones entre subgrupos de un mismo país: niños ricos y pobres; niños que hablan idiomas indígenas y los que hablan español; y entre aquellos que están en un ambiente acogedor y los que no.

Estas variaciones envían mensajes preocupantes. No todos los niños de los cuatro países de PRIDI se están desarrollando adecuadamente ni a tiempo ni en la manera en que les asegurará el éxito en la escuela y en la vida

Para ilustrar esta situación, tomemos como ejemplo a estos dos niños: Harvey y Darwin. Ellos podrían ser de cualquiera de nuestros países PRIDI.

Harvey  vive con su mama. Ella terminó la educación primaria, comenzó la secundaria y abandonó la escuela en noveno grado. Ella tiene dos trabajos, lo que significa que rara vez está en casa. Harvey se pasa el día sin hacer mayor cosa, juega solo o trata de encontrar algo interesante que hacer. Su abuela está presente, pero pasa la mayor parte de su tiempo viendo televisión y no juega mucho con Harvey.

Darwin, por otra parte, vive con su mamá y su papá, quienes se graduaron de la universidad y tienen trabajos de tiempo completo. Cuando están en casa lo miman mucho, pasan juntos sus mañanas, tardes y noches leyendo, jugando,  involucrándolo en la conversación y llevándolo a ver cosas interesantes.

Ambos, Harvey y Darwin, tienen tres años y medio, y son niños, pero prácticamente ahí terminan sus similitudes.  Darwin está más desarrollado que Harvey. Es más, a los dos años las diferencias entre ellos ya son evidentes.

Sigamos con cómo son estos chicos a los 5 años de edad:

Darwin estará listo para la escuela. Él conoce la diferencia entre delante de y detrás de,  sabe que un triángulo no es un cuadrado, cuenta hasta 20 y conoce sus colores. Harvey, no. Él no puede hace ninguna de estas cosas. No está listo para la escuela y probablemente se enfrentará a muchos desafíos mientras esté allí.

Nuestros datos muestran que para el momento en que Harvey cumpla los 5 años, su desarrollo cognitivo y de lenguaje estará al mismo nivel de Darwin con 3 años de edad.

¿Qué explica las diferencias entre estos dos niños?

Existen tres factores claves:

Primero, lo más evidente:  los padres de Darwin son ricos en comparación con la mamá de Harvey. Darwin vive en un hogar más agradable, probablemente con libros, juguetes, computadoras e  internet. Darwin se alimenta con una dieta balanceada, recibe revisiones dentales y médicas regulares y posee acceso a un sinfín de actividades enriquecedoras como tomar clases de piano o jugar en un equipo de fútbol. Nuestros datos muestran que el entorno socio-económico del hogar es muy importante para algunas de las dimensiones de Desarrollo Intanfil Temprano medidas por la Escala de Engle.

Para el momento en que Darwin tenga 5 años, como proviene de un hogar rico, superará a Harvey.  La brecha entre los dos chicos es equivalente a: 2 meses de  desarrollo cognitivo, 9 meses de habilidades motoras, y 16 meses de desarrollo del lenguaje.

Los padres de Darwin son educados y sabemos que la educación de los padres, en particular, la educación de la madre es un factor muy importante en el desarrollo del niño. Pero, de nuevo, la asociación no es uniforme para todas las dimensiones. Es más fuerte para la cognición y el lenguaje y más débil para el desarrollo socio-emocional, tanto es así que no es una correlación estadísticamente significativa en el caso de Costa Rica.

Darwin crece y se desarrolla en un ambiente enriquecedor. Este fue el tema de mi último blog. Un ambiente enriquecedor es fundamental para el desarrollo del niño y tiene gran importancia para todas las dimensiones de desarrollo en la Escala de Engle en los cuatro países, y para todas las poblaciones de estos países.

Volvamos con Darwin y Harvey. Para el momento en que cumplen los 5 años, la brecha entre Darwin y Harvey será de 8 meses en su desarrollo cognitivo, 13 meses en las habilidades de lenguaje y 19 meses en su desarrollo motor.

Sin embargo, los resultados de PRIDI indican que si Harvey tuviera el mismo ambiente de crianza que Darwin, su nivel de desarrollo podría ser similar. Su desarrollo socio-emocional, en particular, estaría a la par con el de Darwin y esta mejora no se debe subestimar. Muchos de los investigadores reconocidos, entre ellos, el premio Nobel, James Heckman, encontró que las habilidades no cognitivas y las socio-emocionales son tan importantes para tener éxito en la escuela como las cognitivas.

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«La crisis de la educación le cuesta 1.500 dólares anuales a cada argentino»

www.clarin.com/24-04-2016/ Por: Ricardo Braginski/Foto Diego Díaz/ Rafael E de Hoyos /

Diálogos a fondo: Rafael De Hoyos. Economista

El dato surge de una estimación sobre cuánto impactan en el crecimiento los conocimientos que mide la prueba PISA, según este experto del Banco Mundial.

La imagen de un gobierno se pone en juego en muchos frentes y a cada momento. Pero hay uno que pone nervioso a todos los gobiernos. Es el día que se conocen los resultados de la prueba PISA, que muestran cuánto saben los alumnos y la efectividad de los sistemas educativos. El mexicano Rafael De Hoyos es economista del Banco Mundial, está a cargo de los proyectos de educación en la Argentina, y viene trabajando hace años en una herramienta que, afirma, sirve para lograr mejores aprendizajes y resultados.

Estuvieron trabajando con esta herramienta en La Rioja y Salta. ¿En qué consiste?

Ya sabíamos del estancamiento de los resultados de Argentina en PISA. Y me pregunté: ¿qué habría pasado si hace 3 años se hubiera decidido tomar todos los años una evaluación en todos los grados de la primaria, y a algunos incluso en forma censal? Y que, además, les devolvieran los resultados a las escuelas 3 meses después y no dos años y pico como se hace ahora con el Operativo Nacional de Evaluación (ONE). ¿Qué pasaría si se le entregara a cada director un reporte con sus resultados, muy didáctico, con semáforos, que lo ayudara a identificar las áreas en matemáticas y lengua donde tienen falencias? ¿Sería eso suficiente para mejorar los resultados? Hicimos el experimento en La Rioja.

¿En qué consistió?

Junto a la Fundación CEPP y el gobierno de la provincia, seleccionamos un grupo de 105 escuelas. En octubre de 2013 les tomamos una prueba a 60, el resto era control. Todo aleatoriamente seleccionado. A las 60 que les tomamos la prueba, las subdividimos en dos grupos de 30. En marzo de 2014, a los directores de uno de esos grupos le devolvimos los resultados a través de un reporte, que incluía cómo estaba la escuela en relación con el promedio de la provincia (las 60), cuáles son las áreas del conocimiento con mayores falencias y el ausentismo de los chicos. Con el segundo grupo de 30 escuelas hicimos lo mismo, pero nos sentamos con los directores en tres talleres a lo largo de 2014. Los ayudamos a interpretar los resultados y a transformar ese diagnóstico en una estrategia para mejorar.

¿Y cuáles fueron los resultados?

En octubre de 2014 volvimos a tomar la prueba en las 60 escuelas. El incremento en los resultados fue enorme. Fue de 0,2 desviaciones estándar, que es el equivalente a 20 puntos de PISA. Para tener una idea de lo que significa, los países latinoamericanos crecieron, en promedio, 25 puntos desde el 2000 cuando se hizo la primera PISA. Acá fueron 20 puntos en un año.

 ¿Volvieron a medir? 

Sí. En octubre de 2015, hace poco, les tomamos la prueba a las 60 escuelas y sumamos a las 45 de control, a las que nunca antes les habíamos tomado. Encontramos que esas 45 tienen resultados que son estadísticamente iguales que las que tenían las escuelas de tratamiento dos años antes, en 2013. Son idénticas. Lo que nos dice esto es que en ausencia de la intervención, no se producen mejores aprendizajes. Sin la información y el acompañamiento que les estamos dando a esas 60 escuelas, no habría pasado nada.

Trabajaron también en Salta …

Ahí hicimos una intervención con un grado mayor de intensidad. Empezamos en octubre de 2014, hicimos el primer seguimiento en octubre de 2015 y el segundo será en 2016. Son dos grupos. A ambos les tomamos la prueba y les devolvimos el resultado. En un año de intervención, las escuelas aumentaron 0,3 de desviación estándar. Son 30 puntos de PISA en un año.

 ¿Hablaron de esto con el Ministerio de Educación Nacional?

Sí. Están en pleno conocimiento. Están pensando en reformar la prueba ONE, hacerla censal en algunos grados y devolver los resultados a los tres meses. Esto en sí mismo va a tener un impacto significativo sobre los aprendizajes.

¿Cuánto impactan estas mejoras en la economía real?

También hicimos un ejercicio interesante. Tomamos los resultados de lengua de las pruebas PISA para Argentina y los comparamos con el promedio entre los otros países de América Latina. Entre 2000 y 2012, Argentina se mantuvo estancada en PISA mientras que Brasil, Chile, México y Perú aumentaron, en promedio, 25 puntos. Si los resultados en Argentina hubieran sido como el promedio regional, se podría haber aumentado la tasa de crecimiento de largo plazo del PBI per cápita en 0,4%. Ahora, de acuerdo a las proyecciones del Banco Mundial, el crecimiento económico durante los próximos 15 años en Argentina será de 2.2%, esto quiere decir que en el 2030, el PBI per cápita en Argentina será de unos 17.000 dólares. Si el sistema educativo hubiera mejorado sus niveles de logro en 25 puntos de PISA entre 2000 y 2012, el país podría haber alcanzado un ingreso de 18.500 dólares en 2030. Es decir, el estancamiento le cuesta a cada argentino 1.500 dólares anuales o bien 6.000 dólares a cada familia de cuatro personas.

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Señas particulares: Rafael De Hoyos

Economista

A cargo de los proyectos de educación del Banco Mundial en la Argentina.

Doctor en economía por la Universidad de Cambridge, Estados Unidos, Rafael De Hoyos se especializó y publicó gran cantidad de “papers” en los campos de la pobreza, la desigualdad, las políticas comerciales, y la educación. Fue jefe de asesores del Ministerio de Educación de México.

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Las matemáticas ¿juego de muñecas?

Maria Soledad Bos y Hugo Ñopo

Piensa en un juego de muñecas ¿te viene a la mente un niño o una niña? Piensa en alguien dedicado a la ingeniería. ¿Te viene a la mente la imagen de un hombre o de una mujer? Ahora piensa en alguien dedicado a la psicología. Misma pregunta, ¿hombre o mujer? Ahora piensa en alguien en una posición gerencial. Luego piensa en su asistente. ¿Y quiénes dirías tienen mejores salarios y condiciones laborales…?
¿Estereotipos de género, tú?

Estos estereotipos no surgen de la nada. Los tenemos porque, nos guste o no, reflejan la realidad (confesamos que a nosotros tampoco nos gustan). En “New Century, Old Disparities” se muestra como en Latinoamérica efectivamente las mujeres, pese a pasar más años en la escuela que los hombres, tienen menores salarios y peores condiciones laborales. En cierta medida esto se explica por la segregación ocupacional (esto es, las mujeres en ciertas ramas de las humanidades, los hombres en las ciencias e ingenierías). Al explorar las posibles causas de estas diferencias de género, encontramos una que nos llama la atención: ¡cuán diferentes son los aprendizajes escolares entre niños y niñas, especialmente en las matemáticas!

Probablemente estás al tanto de que Latinoamérica es una de las regiones del planeta con los peores desempeños escolares. Lo que quizás no sepas es que en matemáticas el desempeño escolar de las niñas es muy inferior al de los niños y que estas brechas de género en el desempeño en matemáticas en nuestra región son de las más altas del mundo. No debería sorprendernos que, si desde jóvenes el dominio de las matemáticas es mucho menor en las niñas, veamos una alta segregación ocupacional en los mercados de trabajo.

Los estereotipos de género también están presentes en las mismas niñas desde edades muy tempranas.  Mientras aún están en la escuela las niñas tienen autopercepciones de lo que ellas mismas son capaces de hacer muy por debajo de las de los hombres. En las últimas pruebas PISA se preguntó a los jóvenes cuál era su percepción sobre sus propias habilidades en matemáticas. Las niñas desproporcionadamente reportaron tener menor perseverancia y menor motivación para aprender matemáticas, creen que no son buenas en esta materia y sienten altos niveles de ansiedad al enfrentarse con ella. Claramente, si ellas mismas no creen que pueden hacerlo, entonces, probablemente no lo lograrán. Al final de cuentas, los resultados acaban siendo una profecía auto-cumplida.

Esto debería importarnos no solo porque es injusto sino también porque es económicamente ineficiente. Al dejar atrás a las niñas, estamos desaprovechando el potencial de la mitad de nuestra población. No estamos para darnos esos lujos.

¿Qué hacer para que jugar a las muñecas y las matemáticas sean más compatibles?

La verdad es que no hay mucha evidencia sobre qué ha probado ser útil para reducir las brechas de género en matemáticas. Lo primero que deberíamos hacer es generar evidencia. ¿Cómo? Probando, experimentando. Lo poco que conocemos nos da algunas luces sobre el tipo de intervenciones que pueden dar los resultados que necesitamos:

1.    Adaptar los procesos de aprendizaje en el aula.

Los procesos de aprendizaje de los niños son distintos a los de las niñas, especialmente en el aprendizaje de matemáticas. Las diferencias de género en paciencia, competitividad o cautela  parecen guardar correlación con las diferencias de género en aprendizajes. Grupos de trabajo de solo niños y solo niñas dentro de los salones de clases han dado algunas luces prometedoras para mejorar los aprendizajes de todos.

2.    “Las palabras conmueven, pero los ejemplos arrastran”.

Probablemente la mejor manera de convencer a una niña de que ella tiene todo el potencial para alcanzar la excelencia en las matemáticas es mostrándole cómo otra niña mayor que ella puede hacerlo. Para esto, programas de mentores para niñas en matemáticas son un camino a seguir.

3.    Extender la paridad de género más allá de las aulas.

Los países con mayor paridad de género en oportunidades políticas y económicas de su población adulta son precisamente los mismos que muestran menores y nulas brechas de género en los aprendizajes de matemáticas. La paridad de género en las aulas refleja paridad de género en otros ámbitos.

4.    ¡Logremos que todos sepan lo que las niñas son capaces de hacer!

Desde los primeros años de primaria los niños y niñas, sus padres y maestros empiezan a hacer asociaciones, implícitas y explícitas, entre el género y las matemáticas. ¡Estas expectativas sobre lo que pueden y deben hacer las niñas deben cambiar!  Campañas masivas de sensibilización a los mismos niños, niñas, maestros y padres sobre el potencial de las niñas también pueden ser útiles.

Un buen primer paso para romper con los estereotipos y conseguir que las niñas aprendan tanta matemática como los niños es cultivar más papas como el de Emma, nuestra colega en la División de Educación del BID. Él no solo creyó que su hija podía jugar con muñecas, sino también desarrollar una pasión por las matemáticas y destacar en ellas. Como nos cuenta Emma, su padre encontró oportunidades de demostrárselo hasta en las cosas más cotidianas. (Video solamente disponible en inglés).

Y tú, ¿tienes alguna idea innovadora que quisieras probar?

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¡A producir educación de calidad en masa! Convirtamos la excepción en la regla…

Cynthia Hobbs

Imagina una cadena de producción, organizada con todos los insumos necesarios para producir una escuela próspera. Ahora, imagina de nuevo que existen pocas escuelas que son efectivas. ¿Cómo cambiarías la línea de producción? Este es el problema con el que se enfrenta el Ministro de Educación de Jamaica (MoE – por sus siglas en inglés): ¿cómo desarrollar un sistema de apoyo que mejore todas las escuelas de bajo desempeño académico? Por supuesto, sí es posible identificar ejemplos de maestros fantásticos y de directores que son  líderes sólidos, pero es imposible lograr que un país entero sobreviva a partir de la excelencia de solo unas pocas escuelas.

Según la Inspección Nacional de Educación de Jamaica (NEI – por sus siglas en inglés), las escuelas efectivas son aquellas que tienen se desempeñan satisfactoriamente en las siguientes ocho áreas.

  1. Liderazgo y gestión
  2. Apoyo de los maestros a los estudiantes
  3. Desempeño de los estudiantes en pruebas y evaluaciones regionales y nacionales
  4. Progreso de los estudiantes
  5. Desarrollo personal y social de los estudiantes
  6. Recursos humanos y materiales
  7. Programas de currículo y de mejora
  8. Protección, seguridad, salud y bienestar de los estudiantes

Según un estudio reciente sobre la eficacia de escuelas solicitado por el Ministerio de Educación a través del BID, el NEI clasificó al 50% de las escuelas primarias y secundarias de la muestra como efectivas. De estas escuelas, el 70% se caracterizó por poseer un liderazgo sólido. No obstante, una de cada tres escuelas clasificadas como inefectivas también obtuvieron una calificación alta en liderazgo escolar sólido, lo cual demuestra que este no es el único factor que asegura la efectividad escolar.

¿De qué manera se pueden transformar las escuelas para que sean efectivas?

En Jamaica, todas las escuelas efectivas poseen un ingrediente secreto fundamental: el Plan de Mejoramiento de la Escuela (SIP). Aunque el MoE exige que cada escuela desarrolle su propio SIP, no todas lo hacen. Los cuatro componentes del SIP que contribuyen al éxito de las escuelas son:

  1. Autoevaluación
  2. Promoción de la articulación entre los distintos grupos de interés para crear una visión conjunta de la escuela
  3. Incorporación del SIP en la rutina diaria de la escuela
  4. Monitoreo y evaluación continuos

Además de las clasificaciones del SIP y del NEI, el Estudio de la Efectividad de las Escuelas también identificó 9 condiciones que pueden ayudar a aumentar la eficacia. Tal como lo muestra la figura de abajo, el modelo incluye ocho factores principales y un noveno factor, que es transversal: un liderazgo escolar efectivo. De hecho, si lo vemos más de cerca, tanto el modelo de  9 factores como la clasificación de NEI tienen en común la importancia del liderazgo eficaz.

Así que… tomémonos unos segundos para reflexionar.

¿Cuáles son las buenas noticias?

Aunque aún los aprendizajes estudiantiles son bajos en Jamaica, los resultados del NEI muestran que una de cada tres escuelas inefectivas sí tiene un liderazgo eficaz. Esto significa que algunas escuelas sí han logrado desarrollar áreas que son críticas para su éxito. La otra buena noticia es que la mejora no implica grandes costos. De hecho, los factores que se han visto más asociados con el desempeño estudiantil no representan grandes inversiones financieras. Entre ellos, vale la pena destacar: ‘el nivel alto de participación por parte de los padres y la comunidad’, ‘el monitoreo frecuente del aprendizaje y de la enseñanza’, y ‘la colaboración y la comunicación’. Estos factores están altamente correlacionados con resultados positivos en los aprendizajes de los estudiantes y no requieren de muchos recursos. Además, el hecho de que existan buenos líderes en las escuelas permite que estos puedan involucrar a los maestros, los padres y la comunidad para que conjuntamente promuevan un cambio positivo en sus escuelas.

En Jamaica, el recientemente inaugurado Centro Nacional para el Liderazgo Educativo aplicará algunas de estas lecciones aprendidas en entrenar a directores de escuela y demás líderes escolares para que mejoren sus habilidades. Por supuesto, el desafío aún es grande, pero por lo menos Jamaica tiene las herramientas para superarlo. Así, con esta formación, se espera que este pequeño país del Caribe pueda comenzar a producir masivamente escuelas efectivas.

¿Y tú? ¿Qué ingredientes utiliza tu comunidad en América Latina y el Caribe para lograr que sus escuelas sean efectivas?

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Mudos e invisibles

Manuel Gil Antón

Las profesoras y los maestros mexicanos han sido concebidos, en la reforma educativa, como infantes. No es baladí: infancia proviene del latín, infans, que por su etimología significa “el que no habla”. Infantia equivale a  la incapacidad de hablar. Los que de esto saben aclaran que no solo se alude a la carencia de elementos para enunciar palabras: implica que no se cuenta con las condiciones para expresarse de una manera inteligible para otros. Es quien no sabe hablar.

Para los antiguos romanos el sentido del término rebasa la referencia literal. Indicaba a los que “no podían expresarse por mandato jurídico”. Dada su precaria condición intelectual, era menester un apoderado: quien ejerciera la patria potestad. Padre o tutor. La ley no daba valor a sus palabras: otros deberían hacerlo en su nombre. Mudos o sin habilidad alguna para que su voz fuera socialmente válida. Sin palabra, o arrebatada su voz: silenciados.

El Ogro Educativo, dueño de la pretendida reforma, decidió que los docentes no sólo fueran apreciados como cosas a transformar (objetos, no sujetos; marionetas, no actores) sino algo más radical si acaso: incapaces de decir algo inteligible. Carentes no de años, pero sí de entendederas. Infantes plenos. Sin ideas propias, mucho menos palabras confiables sobre los entresijos de su quehacer cotidiano, son desvalidos a validar desde las alturas. El Ogro se otorga la potestad de hablar por ellos porque detenta el poder, porque construyó a sabiendas la leyenda del docente como un pequeño torpe a tutelar, ayuno de expresión propia y por ende peligroso. Son infantería: obedecen sin chistar.  Y si opinan, van al calabozo: para eso hay mandos. Los soldados rasos acatan, no deliberan.

Leviatán dizque ilustrado, conformó un berenjenal de normas e instituciones orientadas a la construcción simbólica de los que sí saben de lo que hablan, porque hablan desde el poder sordo  y se apoyan en los que tienen el monopolio del saber que se admira y certifica a sí mismo: son mayores de edad. Adultos, padres y tutores de esos incapaces de articular palabra. Mudos o a enmudecer porque son ignorantes, no saben nada, ni pizca, como se piensa, desde el mundo adulterado por la edad y la soberbia, de los niños. A callar, o bien a hablar en la forma en que las visitas esperan que un niño recite o una niña toque el piano: cual merolico y pianola.

Hurtada la palabra, hablar en su nombre fue preciso. Y el parlamento esgrimido desde arriba, por el poder, el saber y el hacer y deshacer legalizados, se estableció como verdad educativa. Evaluar ha sido eso: sojuzgar al que se le quitó la posibilidad de decir lo que sabe, porque se determinó que ignora. Es más: no sabe ni decir. No tiene voz: entonces que repita y, según lo haga, hará sentir bien al Ogro y sus tentáculos si es satisfactorio, bueno o destacado en el arte de repetir, memorioso,  como eco  lo que señala el Altísimo. De no salir bien librado, si, y solo si se allana y acepta que no tiene nada que decir porque es infante y carece de palabra y de palabras, será salvado. En caso de rebeldía, si desobedece, queda fuera de la paternal relación del Ogro y el infante: con sus bártulos irá a otro lado, al sin sitio. La Patria (potestad) Educativa está en riesgo si el mudo resulta hablante y descubre al monstruo sin oídos.

Si los docentes carecen de voz, hay otros actores, cruciales, que ni siquiera son visto: los alumnos. ¿No tienen nada que decir, desde prescolar hasta la media superior, sobre su experiencia educativa? Si los docentes son acallados, las y los alumnos desaparecen: sin voz ni cuerpo: números para la estadística.

Así, el Ogro va solo acompañado por los sabios. No llegarán lejos. Los profes y alumnos tienen voz: los otros no tienen oídos, se escuchan a sí mismos. Soliloquio altivo, estéril.

 

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El primer amor nunca se olvida. Y menos si es violento

Claudia Piras

Elena tiene 16 años y vive una situación familiar violenta. En su casa, además de su madre y su hermano (su padre emigró por trabajo) viven seis familiares más. Tiene una mala relación con una tía y uno de sus tíos ha pegado a su madre. Por eso a Elena no le gusta estar en su casa, y admite que va a fiestas y toma alcohol más de una vez por semana para olvidarse de sus problemas. Tuvo un novio, muy celoso y controlador que no la dejaba hablar con otros chicos, pero a pesar de todo dice no haber sufrido violencia.

La historia de Elena es real, aunque no su nombre. Es uno de los testimonios de los adolescentes participantes en el programa Amor… pero del bueno, una iniciativa piloto de prevención de la violencia en el noviazgo en México, donde las encuestas encuentran que el 79% de los alumnos de tercer año de secundaria se encuentra en una relación de noviazgo o la ha tenido en el último año. De estos jóvenes con pareja:

  • El 24% ha sufrido violencia psicológica
  • El 17% violencia física
  • El 7% violencia sexual

Lastimosamente estas cifras no son muy distintas a las de otros países de la región. Tampoco se alejan del panorama general de violencia de género en América Latina, con proporciones que la definen como un problema de salud pública y una prioridad en la agenda de desarrollo post 2015.

Con frecuencia la violencia en el noviazgo es el primer paso de un proceso de aceptación de relaciones de parejas violentas que es difícil de revertir, por lo cual desarrollar acciones preventivas dirigidas a los más jóvenes debería ser el punto de partida de la solución.

El programa Amor…pero del bueno

Y ese fue el objetivo del programa Amor… pero del bueno, que busca que la comunidad escolar asuma una postura crítica ante la violencia de género y promueva acciones individuales e institucionales orientadas hacia la construcción de una convivencia incluyente, respetuosa, equitativa, igualitaria y no violenta.

Durante 16 sesiones integradas en el programa de clases, los jóvenes se enfrentan a sus propias concepciones y prejuicios sobre los roles de género, comparten sus emociones, miedos y expectativas sobre sus relaciones de pareja, discuten sobre los malos tratos (como el control del celular, celos, agresiones verbales) y cómo estos, a pesar de parecer inocuos, pueden derivar en situaciones más graves. También cuestionan los mensajes sexistas presentes en los medios de comunicación y se informan sobre los recursos disponibles en sus planteles y la comunidad.

El programa demostró que con una metodología dinámica, participativa, de respeto mutuo y donde se busca escuchar a los propios estudiantes, los jóvenes están muy motivados a participar. De hecho, entre los resultados de la evaluación de impacto destaca una reducción significativa de la incidencia de violencia psicológica, tanto de la víctima como del agresor, y una disminución en la aceptación de estereotipos de noviazgo machista.

Suele decirse que los primeros amores nunca se olvidan. Desgraciadamente, esto quizá sea aún más cierto cuando el noviazgo implica violencia de género, ya sea física o psicológica, algo que puede marcar a una persona y sus decisiones durante el resto de su vida. Hablemos con nuestros hijos e hijas de los estereotipos de los roles de género, de los rostros de la violencia de género… Hablamos con ellos de amor… pero del bueno.

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¿Qué relación hay entre el sistema educativo y una sala de emergencias?

Javier Luque

El New York Times publicó un artículo titulado “Un mar de cambio en el tratamiento de los infartos” sobre la disminución de un 38% en la tasa de mortalidad por infartos en la población estadounidense. Sorpresivamente, este logro fue alcanzado tanto en los hospitales privados como en los centros hospitalarios más pobres y sin nuevos descubrimientos médicos, nuevas tecnologías o incentivos de pago y tuvo poca difusión pública. La clave fue una serie de cambios en procedimientos que redujeron el tiempo que tomaba destapar la arteria bloqueada y hacer que la sangre circulara nuevamente.

Mientras leía el artículo, me pregunté: ¿qué podríamos aprender nosotros, como profesionales de la educación de esta historia? ¿Qué pasaría si tratáramos a los estudiantes con la misma urgencia con la que este sistema de salud trató a pacientes con corazones en riesgo? A continuación, describo cinco lecciones para mejorar el sistema educativo sacadas de un lugar tan inesperado como una sala de emergencias. 

 Lección 1: Aprender de aquellos con mejor desempeño

Desde el principio, los cardiólogos coincidían en que el tiempo de demora entre el infarto y las intervenciones médicas tenían un efecto considerable en la tasa de supervivencia de los pacientes. Sin embargo, las verdaderas razones de esta demora fueron realmente entendidas cuando se creó una base de datos nacional con información relevante, la cual permitió identificar a los hospitales con mejor rendimiento.

Varios sistemas educativos en América Latina han hecho esfuerzos para recolectar información que evalúe el desempeño escolar. Sin embargo, se hace énfasis en los resultados promedio y no en identificar aquellos con mejor rendimiento. En algunos países los sistemas educativos sí pueden reconocer cuáles son las mejores escuelas, pero se hace un esfuerzo limitado para identificar sus buenas prácticas, desperdiciando así una oportunidad para crear conocimiento que mejoraría la calidad de nuestros sistemas.

Lección 2: Maximizar el uso de la información disponible

Los hospitales del artículo obtenían información valiosa acerca de los pacientes, pero no aprovechaban adecuadamente. Si bien estaba disponible, los datos no eran compartidos con quienes la podían utilizar efectivamente. Los mejores hospitales revolucionaron el flujo de información entre los usuarios, las salas de emergencia y los doctores.

En el sector educativo alrededor del mundo se producen grandes volúmenes de información, (resultados educativos por estudiante, datos de matriculación por zona geográfica y edad, etc). Sin embargo, existen brechas significativas entre la data recolectada y su uso efectivo. Por ejemplo, en Honduras, la evaluación nacional se lleva a cabo en noviembre pero los resultados llegan a las escuelas en abril, cuando ya es muy tarde para desarrollar estrategias remediales para los alumnos que lo requieren, o para hacer ajustes en la distribución docente.

Lección 3: Crear procesos de toma de decisiones más eficientes

Un cambio decisivo que permitió a los hospitales reducir sus tiempos de respuesta fue la reorganización de los procesos de tomas de decisiones en la sala de emergencias. Los protocolos anteriores requerían que los especialistas aprobaran cada procedimiento, incluso si esto significaba que debían ser contactados en la madrugada. La mayoría de los procedimientos eran aprobados, pero aun así se perdía mucho tiempo.

Los cambios en estos procesos de decisión son, de cierta manera, similares a la tendencia de descentralización que se observa en varios sistemas educativos. Actualmente, muchas decisiones requieren múltiples niveles de aprobación, lo que añade tiempo pero poco valor agregado. Por ejemplo, el proceso administrativo que una escuela debe dedicar para adquirir una simple escoba sobrepasa exponencialmente el costo directo de la escoba. Además, la mayoría de las escuelas tiende a resolver los problemas que enfrentan de forma de independiente antes de que el papeleo sea procesado.

Lección 4: Discutir abiertamente los resultados a fin de asegurar la calidad

Los cambios en el tratamiento de los infartos estaban basados, en su mayoría, en sentido común e involucraban costos muy bajos, pero aun así su implementación fue polémica. Algunos estudios concluían, después de examinar la misma evidencia, que las tasas de mortalidad no se habían reducido debido a las mejoras en los tiempos de espera. Esto llevó a que la evidencia fuese revisada nuevamente y el consenso inicial prevaleció al final.

De manera similar, las políticas educativas no están exentas de debate. En muchos casos, evaluaciones muestran resultados diferentes para intervenciones similares, lo que dificulta llegar a una sola conclusión. Sin embargo, al revisar la evidencia, se logra alcanzar consensos. Por ejemplo, las evaluaciones de programas de implementación de tecnologías de la información y la comunicación (TICs) en el salón de clases han producido resultados variados. Ahora, el consenso es que las intervenciones relacionadas con TICs requieren un importante componente decapacitación docente.

Lección 5: Entender el carácter de urgencia

Las enfermedades del corazón son la primera causa de muerte en los Estados Unidos, por lo que la urgencia de incrementar las tasas de supervivencia es evidente. La necesidad de reformas inmediatas en la educación es tal vez menos obvia.

Actualmente, hay evidencia sólida que indica que existen ventanas de oportunidades en ciertas edades en las que el aprendizaje debe ser maximizado para no perder el potencial de los niños. Adicionalmente, cada vez que un estudiante no está vinculado a las actividades de aprendizaje en su salón, se pierde una oportunidad y se hacen más profundas las brechas de aprendizaje en relación a otros estudiantes. Esto podría poner al niño o niña en una situación que lo conlleve a la deserción escolar.

¿Podemos entonces cambiar la conversación para hacer de la educación un asunto de urgencia, incluso cuando su impacto directo no sea tan inmediato como el de salvar la vida de un paciente? Creo que sí podemos. Así como ahora se salva un 38% más de vidas, pongámonos nuestra propia meta: mejorar los resultados estudiantiles en un 38% y mucho más.

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