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Venezuela: Pensionados protestan en varios estados por mejores salarios

Jubilados y pensionados protestaron la mañana de este jueves 14 en varios estados para reclamar al Ejecutivo un aumento del salario mínimo y las pensiones, que se mantienen fijas desde hace más de dos años. La consigna «No al exterminio» se repitió en las sedes del Seguro Social del país.

 

En Caracas, frente a la sede del Programa de Naciones Unidas para el Desarrollo (PNUD), un grupo de pensionados y trabajadores activos protestó por las condiciones que enfrentan los dependientes de la administración pública.

 

Griselda Sánchez, sindicalista y presidenta de Fordisi, dijo que no hay políticas que permitan «una calidad de vida digna» a los adultos mayores.

 

Sánchez pidió a los representantes del PNUD que conversen con las autoridades venezolanas para conseguir mejoras en las pensiones.

 

«Entiendan que los trabajadores no pueden esperar a que se resuelva el tema político. Entendemos que necesitamos un cambio de modelo político, pero también necesitamos que se generen políticas para que nuestros jubilados y pensionados tengan un ingreso digno».

 

«¿Hasta cuándo tanta hambre, tanta miseria, tanto sufrimiento», expresó un jubilado frente a la sede del IVSS en San Juan de los Morros, estado Guárico.

https://twitter.com/LaMananaDigital/status/1768285722803388871?t=ZFJJYG1zLVDUfw_DjdsrgQ&s=19

Fuente: https://alertas24.com/nacionales/pensionados-protestan-en-varios-estados-por-mejores-salarios/

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Dieciocho dólares, el salario máximo de un profesor universitario en Venezuela

Por: Carolina Alcalde

Se cumplen “509 días sin aumento salarial”, recuerda el miércoles la Asociación de Profesores Universitarios de la Universidad Central de Venezuela (APUCV) que, diariamente, en sus redes sociales lleva la cuenta para seguir visibilizando la “precariedad” generalizada que viven los profesores universitarios.

Una tabla salarial publicada esta semana por la asociación que reúne a los profesores de la UCV, una de las universidades públicas más importantes de Venezuela, ratifica la “pobreza”, la “precarización” del trabajo y las condiciones laborales inéditas denunciadas desde al menos el 2013.

“Hoy los profesores universitarios de Venezuela no solo son los peores remunerados de América Latina, sino del planeta”, dice a la Voz de América José Gregorio Afonso, presidente de la APUCV y profesor de la Facultad de Ciencias Económicas y Sociales de la UCV.

Con cifras en mano, Afonso explica que un profesor a dedicación exclusiva, lo que implica poseer cuatro trabajos de ascenso, obras publicadas, pregrado y postgrado, gana a la fecha el equivalente a 18 dólares mensuales (salario tabla), mientras que un profesor comenzando su carrera percibe el equivalente a 11 dólares.

Hasta junio, para costear la canasta alimentaria familiar se necesitaban 511,20$ al mes, según el Centro de Documentación y Análisis Social de la Federación Venezolana de Maestros.

La inflación de julio fue de 7,2 % y la acumulada se ubicó en 115 %, de acuerdo al Observatorio Venezolano de Finanzas (OVF).

Pero la situación no siempre fue así. Años atrás, antes de que el país se adentrara en la actual emergencia humanitaria compleja denunciada por diversos actores humanitarios, el sueldo de un profesor universitario que iniciaba su carrera en Venezuela era de unos 1.200$.

Según la ONG Observatorio de Universidades (OBU), en 2022 el salario mínimo de un docente universitario en Colombia, país más próximo a Venezuela, era de 1.000$ mensuales y el máximo de 12.977$.

Para Afonso, de no haber cambios, la situación migratoria podría “profundizarse”.

José Gregorio Afonso
José Gregorio Afonso

“Bien que nuestros docentes se vayan a otros países o migren a otros oficios”, sostiene.

“O que los jóvenes se vayan porque no le ven perspectiva al desarrollo de sus proyectos personales y familiares en el país, que la educación quede vacía de contenido y de gente y que nos precaricemos en un mundo en donde el titulo vale poco y nada”, lamenta.

El último aumento salarial decretado por el gobierno del presidente Nicolás Maduro fue en marzo de 2022. En ese entonces, el sueldo mínimo se ubicó en 130 bolívares, el equivalente a unos 30 dólares mensuales a tasa oficial. Hoy, tras la abrupta devaluación del bolívar a finales del año pasado e inicios del 2023, se ubica en 4,18$ a tasa oficial.

Maduro, que atribuye la crisis a las sanciones de la comunidad internacional, decretó el 1 de mayo de este año ajustes en el denominado “bono de guerra” (30 dólares mensuales) y en el bono de alimentación (40 dólares mensuales) que reciben los empleados públicos con criterio de “indexación”, pero no anunció un incremento del salario mínimo.

En el primer semestre del 2023, el Observatorio Venezolano de Conflictividad Social (OVCS) documentó 4.351 protestas en toda Venezuela, un incremento de 12 % en comparación con el primer semestre del 2022 y precisa que los derechos laborales fueron exigidos en 3.112 de las manifestaciones.

https://www.vozdeamerica.com/a/dieciocho-dolares-el-salario-maximo-de-un-profesor-universitario-en-venezuela/7216907.html

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Juegos de niños y niñas bajo un cielo de plomo

Por: Diego Del Norte

 

Crónica sobre la vida cotidiana en el norte de Siria, la región kurda que, desde hace varias semanas, es bombardeada diariamente por Turquía y donde su pueblo resiste los ataques mientras el mundo mira hacia otro lado.

Desde Rojava

Son las 7:45 de la mañana. A esta hora, el clima es fresco, pero si sale el sol, lo cual pasa a menudo, el ambiente se calienta bastante al mediodía. Llevo unas semanas andando a diario este recorrido de 15 minutos, bordeando las afueras de Derik, una pequeña ciudad donde la precariedad salta a veces a la vista mientras se codea con edificios un poco más acomodados. El hormigón es, por desgracia, el rey indiscutible, con esqueletos de los futuros edificios salpicando el paisaje sin preocupación por consideraciones estéticas. En este día luminoso, las montañas del lado turco se asientan majestuosas en el horizonte, como una invitación inaccesible. Zigzagueo entre unos cuantos tractores viejos, cofradías de gallinas y columnas de gansos, en un escenario colorido que serviría para una película de Emir Kusturica. Las fronteras entre la ciudad y el campo se desdibujan en estas zonas urbanas periféricas.

Me dirijo a lo que recientemente se ha convertido en mi “lugar de trabajo”: un gran edificio de color crema, en pésimo estado de conservación, que es una antigua escuela secundaria del régimen sirio y que hoy alberga a la administración escolar bilingüe (árabe/kurdo) de las 87 escuelas de la pequeña localidad y de los numerosos pueblos de los alrededores. En esta mañana, reina una calma digna de un viernes (que aquí tiene carácter de domingo), lo que me hace pensar que, probablemente, encontraré la puerta cerrada. Y es que este lunes no es un lunes como los demás. El luto y la conmemoración están a la orden del día. Hace dos noches, las bombas turcas sembraron la muerte en una región históricamente más bien indemne en comparación con otras.

Imagen: Derik, ciudad de Rojava / Diego del Norte / La tinta
Imagen: Derik, ciudad de Rojava / Diego del Norte / La tinta

En la noche del 20 al 21 de noviembre, hacia la medianoche, un ataque aéreo turco se dirigió contra la aldea de Teqil Beqil, matando a dos personas y destruyendo una central eléctrica. Un grupo de pobladores acudió al lugar de los hechos para ayudar a las víctimas y denunciar el incidente. Un periodista de un medio de comunicación local los acompañaba. A continuación, cayeron otras tres rondas de proyectiles macabros sobre la asamblea, matando a nueve personas. Esta táctica de “ataque en dos tiempos” es una estrategia tan habitual como despreciable por parte de la fuerza aérea de la bandera roja adornada de una luna y una estrella blanca. El objetivo es innegable: matar creando un shock psicológico. Es imposible no ver la sórdida hipocresía del ministro de Defensa turco, Hulusi Akar, que se atreve a hablar de “ataques quirúrgicos contra objetivos militares específicos”. Por supuesto, si el razonamiento es considerar a cualquier civil solidario con las fuerzas de autodefensas populares de Rojava como un terrorista, esto abre el camino a una pseudo-legitimación de muchos crímenes de guerra.


A la mañana, el ambiente entre mis colegas es de gravedad y aprensión. El 20 de noviembre, Día Internacional del Niño, estaba previsto un gran desfile en la ciudad, seguido de una fiesta en varias escuelas. Asistí a un ensayo general en una de las escuelas. Los niños y las niñas se sentían orgullosas de mostrar las canciones y bailes que habían preparado para la ocasión. Este año, no habrá celebración, el ejército turco ha decidido sustituirla por la estupefacción y el dolor.


El tradicional café/té colectivo del comienzo del día se prolonga, cada uno intercambiando noticias sobre los trágicos acontecimientos. Llegan informaciones en el transcurso de la mañana que revelan el número y la identidad de las compañeras y compañeros asesinados durante la noche. Los colegas se enteran de que hay gente cercana entre los muertos. Observo con impotencia su aflicción. No sé dónde colocarme, qué hacer, qué decir. Me conformo con estar allí, testigo discreto, extraño a pesar de todo. Pienso en la magnitud del daño y en el dolor causado por los intereses de una minoría dispuesta a realizar los más sórdidos trapicheos para mantenerse en el poder.

Si Recep Tayyip Erdogan y su banda de asesinos juegan la carta de la escalada bélica, no es por la supuesta defensa de su pueblo amenazado, sino por su desastroso historial y las elecciones que se aproximan en 2023. No deja de sorprenderme que la vieja estrategia de crear un enemigo externo para desviar la responsabilidad de las élites por el triste destino del pueblo siga funcionando; que sea, a pesar de las lecciones de la historia, aún insuficientemente aprendidas, de una temible eficacia. Y por muy burdo que es el maquillaje, los medios de comunicación desempeñan su papel de caja de resonancia, absteniéndose de “tomar partido”, lo que basta para dar crédito a la mentira.

Hace tiempo que no oigo cantar y corear el “sehid namirin” (“los mártires nunca mueren”) con el corazón encogido. El funeral colectivo de las 11 víctimas reúne a una gran multitud, atravesada, de principio a fin, por la emoción y la rabia. Y es que las personas asesinadas eran especialmente apreciadas y reconocidas por su larga implicación en la sociedad civil. Su rápida presencia en el lugar del atentado, en plena noche, es reflejo de su constante dedicación a apoyar la construcción colectiva de esta alternativa democrática revolucionaria en el norte de Siria. Dos de ellos eran, por ejemplo, muy activos en la “Casa de los Mártires”, que proporciona apoyo y asistencia a las familias en duelo. Los conocí. Son las primeras personas muertas que conocí en vida, lo que hace que este desenfreno asesino, que se acelera desde hace varios meses, sea aún más concreto y tangible.

Al día siguiente del funeral, acudo con mis colegas a un nuevo homenaje, al que asisten más de mil personas. Los discursos gritan la rabia y la determinación de continuar la resistencia contra viento y marea. Quienes hablan, proclaman, alto y claro, que el miedo está ausente de sus cuerpos. En varias intervenciones, destacan la dedicación de la guerrilla en el norte de Irak y la lucha de las mujeres en Irán. Un grupo de chicas adolescentes pasa por delante de la asistencia, enarbolando banderas y entonando “Jin, Jiyan, Azadi”, una consigna que es retomada por la multitud. Esta experiencia de Rojava, que quiere ir más allá del modelo de Estado-nación, las heroicas batallas guerrilleras en las montañas de Irak y las movilizaciones salvajemente reprimidas en las calles de Irán se conforman como una sola experiencia: la misma lucha, el mismo deseo de disfrutar una vida digna, el mismo grito de libertad para las mujeres, como también la misma crítica y el rechazo a una modernidad capitalista que destruye inexorablemente la diversidad de la vida.

Imagen: Zona bombardeada por Turquía / Diego del Norte / La tinta
Imagen: Despedida de los mártires / Diego del Norte / La tinta

En el camino de vuelta, decido cambiar un poco mi itinerario. Descubro, en el recodo de la carretera, alineaciones de piedras que delimitan zonas de juego infantil, viejas latas que sirven de mobiliario y vajillas para esas casas en miniatura, sin paredes ni tejados, pero no exentas de una especie de poesía. En la pared contigua, los dibujos de tiza dan testimonio de momentos colectivos de imaginación desplegada. Una creatividad que no deja de conmover al profesor “creyente, pero no practicante” que soy. Mientras inmortalizo la escena, dos mujeres me saludan. Cuando les digo que vengo de Bélgica, una de ellas se alegra: “¡Mi hijo se fue a vivir a Bélgica hace unos meses!”. Ha ido a reunirse con miembros de su familia, que viven allí desde hace mucho tiempo. Me toca hacer preguntas y darme cuenta de que vive en la Ciudad Ardiente, en las alturas del barrio de Pierreuse, al que tengo un especial cariño. Hay momentos en los que el mundo es definitivamente un pañuelo.

Ambos nos alegramos de esta coincidencia y me invita a su casa a tomar el té. Allí conozco a dos jóvenes artistas muralistas en ciernes. Tienen 10 y 12 años, se llaman Rojava y Rojhilat. ¡Vaya símbolo! Hablamos de la guerra y la migración, de nuestras esperanzas y miedos. Salgo con una convicción más fuerte de que, digan lo que digan, el mundo está peor de lo que vale la mayoría de los seres humanos que lo habitan. En definitiva, la humanidad está, en gran medida, menos podrida que el estado actual del planeta. Me voy preguntándome qué será de estas dos jóvenes, dónde y cómo crecerán, qué sinsabores y alegrías vivirán. Seguramente, les tocará encender sus gritos y sus armas para hacer posible, más allá de las fronteras estatales que datan de la colonización, ¡el respeto incondicional a la mujer, a la vida y a la libertad!

Fuente de la información: La Tinta

 

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Universidad: Retos, Desafíos, Tendencias y Propuestas. Perspectivas para la construcción de Alternativas

Autora: Rose Mary Hernández Román

E-mail: rosemhernandezr@gmail.com

Resumen

El artículo sintetiza un estudio interpretativo de los retos, tendencias y desafíos de los sistemas educativos en el contexto de la cuarta revolución industrial. El propósito es analizar las amarras que han dificultado el desarrollo de un papel emancipador de la universidad latinoamericana para la construcción de la utopía posible de nuestros pueblos; así como develar los retos, desafíos, tendencias y propuestas visionarias de una nueva universidad en nuestra región. Para ello, se debió contrastar los diferentes enfoques y posicionamientos de las y los entrevistados, donde se apunta a generar respuestas a una sociedad plural, diversa y globalizada por los constantes cambios y tensiones sociales, entre otras. La metodología utilizada fue el análisis del discurso, un proceso altamente interpretativo a partir de la decodificación de entrevistas-sistemáticas logradas de 10 de los 60 participantes que estuvieron en la consulta donde el criterio de selección fue la proximidad de contextos geográficos. Los hallazgos encontrados arrojaron que en diferentes contextos internacionales y nacionales es necesaria la transformación y el desarrollo tecnológico y de competitividad académica y laboral, potenciando los mecanismos participativos universidad-sociedad, cumpliendo con los objetivos de desarrollo sostenible. Como reflexiones finales se deja urgente, que  existe el reto de construir una sociedad justa basada en el conocimiento; nueva visión de proyecto universidad con resistencia a currículo colonizador; el valor de la presencialidad, la lucha contra la lucración institucional, la arremetida contra la educación pública, el mercantilismo de la academia, universidades al servicio de la sociedad, presupuesto e inversión universitaria.

Categorías: Universidad, Retos, Desafíos, Tendencias, Mercantilización

University: Challenges, Trends and Proposals. Perspectives for the Construction of Alternatives

Abstrac 

The article synthesizes an interpretive study of the challenges, trends and challenges of educational systems in the context of the fourth industrial revolution. The purpose is to analyze the ties that have hindered the development of an emancipatory role of the Latin American university for the construction of the possible utopia of our people; as well as reveal the challenges, trends and visionary proposals of a new university in our region. To do this, the different approaches and positions of the interviewees had to be contrasted, where the aim is to generate responses to a plural, diverse and globalized society due to constant changes and social tensions, among others. The methodology used was discourse analysis, a highly interpretive process based on the decoding of systematic interviews obtained from 10 of the 60 participants who were in the consultation where the selection criterion was the proximity of geographical contexts. The findings showed that in different international and national contexts, technological transformation and development and academic and labor competitiveness are necessary, enhancing university-society participatory mechanisms, meeting the objectives of sustainable development. As final reflections, it is urgent that there is the challenge of building a just society based on knowledge; new vision of the university project with resistance to the colonizing curriculum; the value of presence, the fight against institutional profit, the attack against public education, the commercialism of academia, universities at the service of society, budget and university investment.

Categories: University, Challenges, Challenges, Trends, Commodification

A manera de introducción

Desde las universidades el Sur global persisten grandes desafíos y obstáculos para contribuir hacia la conquista de un desarrollo humano sostenible y sustentable. Si bien se reportan avances en la disminución de los niveles de pobreza en las últimas dos décadas, también se confirma la elevada incidencia de la pobreza absoluta en América Latina (CEPAL, 2018). Estos contextos se caracterizan por una importante diversidad de desigualdades: de ingreso, de tenencia de la propiedad, de género y étnico-raciales, entre otras; así como una gran insuficiencia en la gestión y distribución de recursos públicos destinados al financiamiento de las políticas sociales que ayuden a superar la pobreza y esas desigualdades sociales existentes.

Ante este escenario, las universidades públicas deben establecer sus objetivos, contenidos pedagógicos y agendas de producción de conocimiento centradas en las prioridades sociales. Al acercarnos al panorama universitario, encontramos una serie de preocupaciones y disputas con prioridades diferentes a las que aquejan nuestras sociedades. Por un lado, a partir de los años 80 del pasado siglo, surgen con mayor intensidad un paradigma neoliberal centrado en la economía y el capital humano, instrumentalizando discursos, políticas y prácticas pedagógicas universitarias.

Esta educación superior neoliberal reduce el modelo de universidad a las demandas del tejido productivo (Manzano-Arrondo y Boni, 2019), orientando sus objetivos formativos y la asignación de recursos a la transferencia de conocimiento para la mejora de los niveles de especialización y de los ingresos económicos (Walker, 2012). Este enfoque de la educación se caracteriza, a su vez, por poner el énfasis en el gerencialismo basado en criterios de eficiencia económica y competitividad, con el fin de asegurar una mejora en la productividad laboral y el desarrollo económico (García y Mirón, 2013), la empleabilidad (Suleman, 2016) y los indicadores bibliométricos globales (Wilson-Strydom y Walker, 2015). Para Serna (2007) este modelo de universidad interfiere y restringe su función como agente promotor de la superación de los desafíos socioeconómicos y ambientales, indispensable para el desarrollo de las presentes y futuras generaciones.

El hecho de que actualmente, las universidades en América Latina y el Caribe enfrenten problemas estructurales como: falta de recursos, burocracia, desactualización de programas de formación y académicos, entre otros; las coloca frente a demandas que implican novedosas formas de aprender, dialogar, comunicar, valorar y conectarse con una realidad que busca vías para una sociedad más equitativa, verdaderamente democrática y solidaria. Sin embargo, las respuestas que ha podido dar la universidad frente a esas demandas se han visto mediatizadas por crisis a las cuales ha tenido que enfrentar: crisis de hegemonía, de legitimidad y crisis institucional.

En consecuencia, se hace necesario discutir ¿de dónde viene esa universidad para poder plantear hacia dónde queremos avanzar?, ¿Cuáles son los retos, desafíos, tendencias y propuestas visionarias de una nueva universidad  para nuestra región?

Siendo así el cuestionamiento, se establecen como propósitos medulares, analizar las amarras que han dificultado el desarrollo de un papel emancipador de la universidad latinoamericana para la construcción de la utopía posible de nuestros pueblos; develar los retos, desafíos, tendencias y propuestas visionarias de una nueva universidad en nuestra región.

Como importancia de esta entrega, se tiene que, se hace necesario una universidad que desarrolle una conciencia crítica y una fuerza institucional que le permita consustanciarse con su carácter de ser un bien público, que esté comprometida con la construcción de un proyecto de país que busca acelerar el proceso de restitución del poder al pueblo. Los obstáculos son múltiples y diversos pero hay que avanzar hacia la universidad necesaria, hacia la utopía posible.

Metodología

En base a un estudio cualitativo, centrado en el análisis del discurso,  entendido por Soague (2006), «la que procura entender el lenguaje en uso, estudian sistemáticamente el discurso escrito, oral y audiovisual» (p.6). Por consiguiente, quienes participaron en esta investigación confluyen en ambientes con características comunes, siendo el escenario  las Universidades en distintas partes de América Latina y el Caribe y, en atención a entrevistas realizadas, correspondientes a: Consulta Social Internacional: «Universidad, retos, desafíos, tendencias y propuestas” realizadas desde el Centro Internacional  de Investigaciones Otras Voces en Educación entre los meses de febrero a mayo del año 2022, donde participaron más de sesenta (60) académic@s, investigadores y referenciales en la región, se la autora de este estudio consideró de manera significativa, incorporar las voces de diez entrevistad@s cuya evidencia se encuentra descargable en https://www.youtube.com/watch?v=Gn82Lm2OiqA, quienes se centraron en apuntalar los constructos principales que tejen la temática de este estudio científico. Por tanto, una vez decodificados los diálogos en formatos de textos legibles, se procedió a resaltar las ideas fuerzas de sus discursos, para posteriormente estructurarlas, cruzándolas de forma organizada para posteriormente, obtener en un todo coherente la síntesis  de las aportaciones.

Participan:  

Ángel Rodríguez (APPU, Puerto Rico): Entrelazar proyectos económicos-políticos-educativos.

“La falta de educación incide de manera directa en  la imposibilidad de desarrollo de político y económico y aumento y mantenimiento de la pobreza”, “Nueva visión de proyecto de universidad: resistencia al proyecto educativo norteamericano”, Recorte presupuestario universitario: “Ausencia de fondos a la universidad, detrimento sobre todos los procesos que se dan en la universidad”.

Reto en Universidades en América Latina: Presencialidad: “Como nivel organizativo permite el proceso desde el contacto personal para las acciones políticas necesarias que modifiquen lo hegemónico”.

Ideas Fuerza: Nuevo proyecto de Universidad, Resistencia educativa, Hegemonía

Nora González Chacón (OMEP, Costa Rica): Modelo universitario latinoamericano y el Derecho Humano a la Educación

Educación Superior: “Reflejo del sistema político dominante”,  “La universidad latinoamericana debe verse en su propio proceso histórico”,  Contexto universitario latinoamericano actual: “Reúne características políticas propias de hace 100 años atrás, Inestabilidad del profesorado, falta de presupuesto, intromisión del poder político de la Asamblea Legislativa para imponer una agenda educativa en las universidades, control del presupuesto universitario”. “Las crisis de las universidades públicas responden a una desarticulación entre la ideología y la práctica en nuestras regiones”, Principales amenazas al Derecho a la Educación: “Reducción de presupuesto, privatización, aumentos de aranceles, universidades que lucran”.

Retos en Universidades en América Latina: “Democratizar las universidades, actuar sobre las desigualdades que se reproducen en todos los niveles del sector educativo. Gratuidad educativa, igualdad de oportunidades y no discriminación social. Establecer como mandato para los Estados nacionales a la Educación universitaria como Derecho humano”.

Ideas Fuerza: Sistema político dominante, Democratización universitaria, Desigualdades

Juan Borjas (FEPUPE, Ecuador): Las políticas neoliberales han provocado cambios radicales y negativos en la política y economía del mundo.

“Disminución de ingresos, deterioros de las condiciones de vida de la mayoría del planeta y el atentado contra los derechos económicos, sociales y políticos alcanzados por la humanidad mediante las luchas sociales”, “Muchos avances de la ciencia y la tecnología alientan la acumulación desmedida y acelerada”, “Los organismos multinacionales han impuesto una disciplina vertical, buscado funcionalizar las universidades públicas, limitando la autonomía universitaria”, Entramado Burocrático: “Reduce la capacidad de investigar y  frena el desarrollo del pensamiento crítico, sumisión y empobrecimiento docente”, Reducción de presupuesto universitario: “Reducción sustantiva de la universidad”. Participación de la comunidad universitaria: “Participación en la toma de decisiones en los organismos colegiados, consejos directivos y universitarios, elección de autoridades”

Reto en Universidades en América Latina: “Desarrollo de una ciencia y consciencia crítica que ayuden a la construcción de sociedades radicalmente democráticas”, “Lograr una organización social económicamente sostenible”, “Integración en condiciones de igualdad de las universidades de América Latina y el mundo”. 

Ideas Fuerza: Deterioro de las condiciones de vida, Autonomía universitaria, Desarrollo científico

Maruja Romero Yépez  (FOVEDE, Venezuela): Educación a distancia

“Las universidades han estado empeñadas en un proceso de transformación”, “Las universidades venezolanas presentan serios problemas de funcionamiento: gremiales, organizacionales, de participación, de estructura administrativa y académica”, “La transformación se refiere dentro de los criterios que impone la realidad existente”, “Para entrar en la transformación universitaria deben tomarse aspectos esenciales: cambios en las formas de pensar, cambios de valores y prácticas establecidas que se han hecho rutinarias en las universidades”, “La transformación no es técnica como muchas universidades lo piensan”, “Es necesario superar las carencias tecnológicas”, Transformación: “significa cambio epistémico en la educación”, “El concepto de comunidad universitaria debe ser revisado y formular una teoría que nos ayude a entender el contexto social, histórico y político en el cual la universidad se ha desarrollado y los problemas que confronta”. “La educación a distancia tiene necesidades de planteamientos actualizados sobre su modelo educativo que responda a la realidad actual”.

Reto en Universidades en América Latina: “Armonía con los desafíos”, “Globalización de la economía y la cultura vs. el Desarrollo endógeno y la  participación multidireccional del pueblo, el conocimiento tecnológico en rápida evolución”, “ la información y la comunicación que modifican los conceptos en el tiempo y espacio”, “Necesidad de una educación permanente a lo largo de la vida”, “Respuestas educativas para las personas excluidas del sistema de educación superior”.

Ideas Fuerza: Desarrollo endógeno, Globalización, Carencia tecnológicas, Transformación

Roberto Aguilar (Bolivia): La universidad en su contexto social

“La Conferencia Mundial de Educación Superior impulsada por la UNESCO tiene un gran vacío de participación de los actores  sociales y directos de las universidades”, “La esencia de la universidad lleva al recuento de un conjunto de categoría de palabras que sintetizan profundidad en su concepto e historia de construcción”, Campo de la universidad: “Campo de la educación como proceso social.  Es el campo del conocimiento, de la ciencia, de la academia, de la investigación, en el contexto de recuperar todo lo que construyó la humanidad y que lo proyecta hacia el futuro en términos de transformación de la propia sociedad”, Esencia de la universidad: “Sentido histórico social”, “Las luchas universitarias buscan conquistar espacios de emancipación y para el desarrollo científico, tecnológico, social”, “El movimiento universitario debe  reafirmar la  concepción que, la universidad juega un democrático,  rol revolucionario, rol popular”, “Las propuestas orgánicas de transformación deben estar compaginadas con los movimientos sociales”, “En Bolivia se juega un rol de exigente al estado para que responda a las necesidades de la universidad para que, la universidad responda a las necesidades de la sociedad”.

Reto en Universidades en América Latina: “La validación del sector privado como eje central de la educación superior en el mundo es riesgoso”, “La universidad y la educación no pueden ser bethas económicas que reproduzcan lo que el neoliberalismo, en década de los ochenta, resultó como desastroso para los movimientos universitarios”.

Ideas Fuerza: Transformación, Movimientos universitarios, Luchas universitarias

Francisco López Segrera (Cubano-Español y ex director del IESALC-UNESCO): Transformación de la sociedad.

Las habilidades del siglo XXI yo las divido en tres categorías: las que están vinculadas al aprendizaje y a la innovación como la creatividad y el pensamiento crítico, las vinculadas a la información a los medios y a la tecnología como es la alfabetización informacional y las habilidades para la vida y la carrera que implica la inteligencia emocional. Hoy en día el graduado universitario tenemos que ser capaces de dotarlo con una serie de herramientas y no confundir educación que enseña valores, con simple entrenamiento que lo que enseña son aptitudes. Que tienen que enseñaros los profesores en esta era del impacto de la automatización, de la inteligencia artificial en el empleo: pensamiento crítico, colaboración, creatividad, comunicación, resiliencia, a no darse por vencido y saber lidiar con el cambio, desarrollar la inteligencia emocional. Hay que además hacer estrategias de recaudación de fondos, hay que hacer un marketing con los alumnos con posibles financiadores, crear asociaciones de exalumnos, tener un profesorado del más alto nivel e impartir cursos de posgrado en idioma inglés yo siempre le digo a mis alumnos no hubiera tenido ningún ninguno de los cargos internacionales que he tenido.

Reto en Universidades en América Latina Si nosotros no somos capaces de hacer una transformación profunda de la educación superior en nuestros países el tema de desempleo va a ser algo dramático.

Ideas Fuerza: Inteligencia Emocional, Empleo, Pensamiento crítico

Fernando Buen Abad (semiólogo argentino-mexicano): Decodificación de la comunicación

Estoy convencido de que en América Latina, para ser más preciso en México y por supuesto en Argentina y en varios otros lugares debemos reflexionar sobre el problema del burocratismo dentro de las universidades y fuera de las universidades, el burocratismo académico que en algunas de sus corrientes ha producido una especie de esclerosis teórica metodológica que el que vemos en un paisaje general.

La burocracia interna que está impidiendo el desarrollo de experiencias o experimentos teóricos metodológicos que permiten revolucionar la dinámica comunicacional entre los estudiantes, los profesores y en todo caso todas las formas de producción del conocimiento.

Reto en Universidades en América Latina: Es urgente considerar que hoy por hoy las herramientas para la comunicación de las problemáticas dentro de las aulas, las herramientas para la comunicación del conocimiento y las herramientas para la absorción del conocimiento y toda esta dinámica conjunta están quedándose retrasadas por el peso brutal de formas de tramitar la educación impregnadas por el burocratismo. Los presupuestos no están a la altura de la necesidad del conocimiento colectivo, los financiamientos están retrasados y están orientados y algunos de ellos están determinados por tendencias y favoritismos de tipo incluso puramente mercantil, no hay transparencia suficiente sobre el financiamiento en la educación, hay  incluso episodios de alta corrupción en los universos educativos.

La pregunta es si estamos produciendo una masa de conocimiento, si estamos produciendo la multiplicación del saber, la producción social del saber para el beneficio de todos o solamente para el estrellato de algunos cuantos. Es urgente una buena una buena reflexión crítica y profunda.

Ideas Fuerza: Conocimiento colectivo, Financiamiento, Producción social

Stela García (docente e investigadora paraguaya): Universidad y Sociedad

 Hay muchos procesos tardíos que hoy le dejan a la universidad en un lugar donde tiene muchos más desafíos a pesar de sus de sus logros.  Recién las últimas décadas podemos hablar de que la agenda universitaria introduce de forma importante distintos temas que lo vinculan más con la sociedad, que hacen que la universidad salga de sus muros, que investigue, que tenga proceso y proyectos de extensión.

Entre los retos y desafíos Paraguay necesita la apertura de muchas carreras, en todas las ciencias, en todos los grupos de ciencias, en las ciencias naturales, en las ciencias sociales, etc todas y necesita correrse un poco de este auge ingenieril que hay en este momento, en todos los campos orientados al hacer que se conecta mucho más con las demandas del mercado. Necesitamos que la universidad también se conecte con el pensar, el producir, el problematizar y sobre todo develar distintos aspectos de la realidad que no están develadas críticamente, que no están mostradas académicamente y por tanto tampoco se puede dar este proceso de que el saber popular dialoga y se alimente de lo que la academia produce. También hay retos respecto a la investigación, hacen falta seguir incentivando y conquistando más políticas de investigación.

También creemos que es un reto y un desafío instaurar más miradas críticas y de veladoras de la desigualdad que hay en Paraguay, existen desigualdades que son feroces que necesitan ser problematizada desde todas las aristas, desde todas las profesiones, desde todos los campos del conocimiento.

Hace falta que la universidad intensifiquen miradas críticas respecto a la relación entre la universidad y el mercado, es indiscutible que en la universidad formamos profesionales que deben ser competitivos en ámbitos laborales, sin embargo que el mercado dirija los destinos políticos académicos de la universidad o que el mercado se constituya en el eje perdiendo todo sentido humanista propio del neoliberalismo que lleva cuatro décadas o más en la región y por los procesos tardíos lleva aproximadamente tres décadas en Paraguay ,esto es inadmisible. Todo lo que implica el debate universidad mercado estado también necesita tener como más insumos críticos desde la universidad, desde todas las esferas de la vida social pero fundamentalmente desde la universidad.

Reto en Universidades en América Latina: Finalmente nos parece que la universidad tiene como un imperativo ético, de demostrar, de develar, contar, problematizar y ofrecer insumos para nuevas propuestas que haya lejos pueden ser propuestas anti-patriarcales, anticapitalistas, anticoloniales, propuestas mucho más humanizadoras y humanizantes como las requeridas hoy día.

Ideas Fuerza: Anti-patriarcado, Anti-colonización, Anti-capitalismo

Ivania Padilla (Hondureña): Actores subalternos

Como comunidad universitaria a todos y todas nos toca hacernos preguntas fundamentales, que son preguntas que se han venido haciendo muchas y muchos pensadores a nivel latinoamericano, sobre todo en estos últimos dos años en donde la pandemia ha irrumpido en los procesos educativos y son preguntas relacionadas con la importancia que tiene el conocimiento que estamos creando en nuestras universidades y hacia dónde está dirigiéndose ese conocimiento, hacia quiénes y a quiénes estamos dejando por fuera en la creación de ese conocimiento. Si estás siendo parte es de conocimiento de soluciones de alternativas ante esta situación actual o por el contrario, si el conocimiento que se está creando desde nuestras universidades está más bien ahondando más estas brechas y la desigualdad que se vienen dando. Es uno de los principales desafíos que tenemos como universidades, como vincularnos con estos actores sobre todo actores subalternizados y como eso provoca una transformación hacia adentro de nuestras universidades, apoyándonos en ese cambio necesario: de una universidad iluminista que solo transfiere conocimiento a una universidad que aprende a la vez que enseña.

Los principales pasos que hemos dado fueron:

  1. la problematización del vínculo universidad sociedad, en el caso nuestro por ejemplo en Honduras pasamos por un proceso de reforma hace muchos años para incorporar estas características dialógicas y críticas de las relaciones universidad sociedad, reconociendo que la relación universidad-sociedad forma parte de las funciones académicas sustantivas junto a la docencia y la investigación en nuestra universidad
  2. la integralidad de las funciones sustantivas, es decir cómo lograr esa real integralidad en la práctica cotidiana académica en donde nuestros estudiantes, nuestras estudiantes, puedan pasar por estas experiencias en contacto directo con la realidad y sus problemáticas en vínculo con actores sociales y puedan aprender de estos escenarios en esas aulas vivas, en esa salida del territorio y en ese vínculo concreto con actores sociales que están hoy por hoy creando conocimientos.
  3. reconocer la necesidad de establecer alianzas estratégicas tanto con el estado con la sociedad civil y a lo interno de nuestras universidades reconocernos en clave interdisciplinaria, cómo podemos vincular los de manera interdisciplinaria en la resolución de estas problemáticas.
  4. priorizar acciones de intervención en territorios con clave ética y de solidaridad, además de poder contribuir en estos espacios estas intervenciones deben de ser desde la perspectiva además del conocimiento desde la perspectiva de la solidaridad.
  5. Mantener espacio de participación en donde las universidades podemos aprender unas de otras de cómo venimos trabajando, tanto en territorio y los desafíos que se nos van planteando. La comunicación es clave, los dispositivos de comunicación son fundamentales para poder trabajar un enfoque de este tipo.
  6. La asignación del presupuesto de parte de las universidades para este tipo de acciones, porque fuera del aula se requiere muchísima logística para trabajar en territorios, para la participación en estas aulas vivas de las cuales nosotros apostamos para poder integrar las funciones sustantivas.

Reto en Universidades en América Latina: La tarea que se asigna a nuestras universidades públicas en estos tiempos no es menor y por ello se requiere de la contraparte de la sociedad y que la sociedad reconozca en nuestras universidades estas instituciones comprometidas y que nos aporten también a garantizar como sociedad que para cumplir con estas funciones esenciales como universidades necesitamos que nuestras universidades conserven su autonomía y que además reciban todo el apoyo de los porque de esa manera cómo vamos a poder contribuir a la transformación social.

Ideas Fuerza: Autonomía, Conocimiento, Sociedad y Universidades, Instituciones comprometidas, Presupuesto

Raúl Gil (Docente e investigador Uruguayo). Autonomía Universitaria

 No hay que olvidarse queridos compañeros que la autonomía está bajo un proceso de resignificación que el neoliberalismo de segunda generación ha jugado con mucha habilidad, es decir el estado es un espacio público conserva ese nombre pero administrado y dirigido con una concepción completamente empresarial y con un diseño de gestión. De hecho eso es tan importante que están redefiniendo las condiciones del trabajo docente estableciendo que una de ellas que no teníamos es la responsabilidad de la gestión. Cambios de gobierno, nuevos pactos legales sobre cuáles son las condiciones que estructuran el trabajo y luego viene la transformación institucional, la transformación curricular y los cambios laborales.

Una de las tensiones curriculares es la hipótesis de que usted formará gente o para una economía que tiene una amplia diversidad interna o de lo contrario está formando para exportarlos al mundo no parece tener muchas otras posibilidades al respecto.

Las transformaciones institucionales señalan cosas muy interesantes en Uruguay que es la proliferación rizomaticas de instituciones haciendo cosas distintas creo que aquí hay que pensar seriamente y observar con cuidado si algunas de estos cambios están ajustados a que estructuralmente las modificaciones de los cambios de gobierno cambien las disposiciones estructuradas de las instituciones gubernamentales.

Reto en Universidades en América Latina: Los nuevos planes de estudios en las nuevas formaciones y carreras que se presentan asegurarán una rápida inserción en el mercado laboral. Pero lo que nunca aparece es la formación académica y el cometido, es decir las consecuencias en la cultura de una población donde todo se organiza a partir de una rápida y generalizada racionalidad instrumental organizada sobre logros no está ya más organizadas sobre una comunidad de ciudadanos como era el viejo criterio del liberalismo de fines del siglo 19 principios del siglo XX que estuvo orientado a formar ciudadanos miembros de una comunidad política, lo que estamos formando son otras cuestiones.

Los planes de estudio para la formación de profesores y maestros no señalan y enfatizan una formación de carácter académico por asignaturas sino esencialmente una cuestión interdisciplinaria sin siquiera discutir el campo epistemológico de que se dice sobre eso y sí que sí y asumiendo que una postura es una cuestión que ya está laudado no lo está.

Todos estos cambios además devienen en una reducción presupuestal sustantiva de los recursos tanto para la universidad como para la formación docente, en esas condiciones hay que observar qué es lo que legitima estos procesos, unas legitimaciones centrales es enseñemos aquello que el mercado de referencia requiere, por lo tanto estamos frente al agotamiento del aparato institucional vinculado a otras formas académicas y la divulgación de la cultura general para toda la población sustituida por otras cuestiones.

Ideas Fuerza: Divulgación de la cultura, Epistemología, Reducción presupuestal, Mercado laboral, Cambio laboral

 

Diagramación de las ideas fuerza

Fuente: Autora del estudio (2022)

 

Resultados y discusión de los hallazgos: Interpretación global de las ideas fuerza

El asunto de la educación superior en América Latina es uno de los más complejos y difíciles que se plantea hoy día, teniendo en cuenta sus realidades  y problemas que, por implicaciones en primer orden es un tema político. Un rango que tipifica a todas las universidades de la región. En esta perspectiva, la crisis estructural del capital marca un nuevo momento en la Educación Superior, concretamente en lo que refiere a la universidad y al visionar un proyecto universitario, su análisis es fundamental para comprender la regresión educativa actual y sus posibles relaciones con los proyectos societarios en curso: represivos y asistenciales, con el desempleo estructural masivo como base de la organización social de las últimas cinco décadas.

Como génesis de esta problemática, conviene hacer hincapié en que la universidad ha sido siempre una entidad productora de la cultura hegemónica, y por tanto, un ente de reproducción social del sistema imperante (Aibar, 2018). Un aspecto importante a resaltar es que, en la actualidad el potencial de creación de saber, conocimiento y cultura de las universidades está siendo atrapado por los intereses empresariales, lo que degenera en que la institución favorezca una mayor desigualdad de oportunidades y una más que evidente falta de democracia.

Este sistema actual de dominación y, en el ámbito universitario, se ve reflejado no solo en la precariedad laboral, la cual puede formularse en función de cuatro grandes dimensiones: la inestabilidad en el empleo, la vulnerabilidad, los menores ingresos, y la menor accesibilidad de la población afectada a prestaciones y beneficios sociales. Esta categoría en cuestión permite incorporar de manera parafraseada la opinión de Mezzadra&Neilson (2016) quienes consideran al neoliberalismo como una actualización de las estrategias de las clases dominantes, con el objetivo de implantar un régimen de expoliación de carácter global en una nueva forma y expresión.  En este régimen, se integran las dinámicas y marcas históricas de precarización, racismo, vulnerabilidad y violencia normalizadas en los regímenes de poder capitalista, cuyo objetivo central es la expansión de los “límites del capital” y la generación de sociedades, relaciones sociales, subjetividades, acordes a la reproducción de la monetarización y mercantilización de la vida.

Es por esto que, nos encontramos con la realidad de trabajadores más horas que cumplir, profesores/as contratados/as a tiempo parcial que ejecutan el mismo número de horas que quienes tienen cargo fijo recibiendo un sueldo netamente inferior, imposición de un perfil docente-investigador con clara intención de una, execrable, práctica de la venta del conocimiento y, a la vez, la privatización de los sistemas de educación superior, fenómeno no aislado, sino producto de las políticas de los gobiernos que siguen políticas educativas dictada por los organismos internacionales, FMI (Fondo Monetario internacional), BM (Banco Mundial) y, la realidad es que, hasta ahora, los resultados para los países de América Latina en lugar de generar crecimiento, aumentaron la desigualdad.

Sin embargo, este esquema basado en el neoliberalismo, centrado en el sistema económico globalizado, constituye un reto para la educación superior y, para nuestras universidades. Hoy en día, la nueva relación entre las universidades y los poderes del Estado deberá aprender de las dolorosas lecciones desprendidas de las luchas y avatares contra el capitalismo, el neoliberalismo y a favor de la autonomía. La región en su conjunto enfrenta el reto de desarrollarse, con tasas de crecimiento altas y sostenidas, así como el de impulsar políticas públicas democráticas y solidarias que favorezcan la redistribución de la riqueza para combatir la terrible desigualdad social. América Latina necesita cambiar sus paradigmas para el desarrollo y la inclusión; por lo que habrá de corregir las distorsiones del mercado ocasionadas por el modelo de desarrollo imperante. Se trata, entre otras cosas, de que se restablezcan los nexos entre la educación superior y el trabajo, deteriorados por el curso que ha seguido el mercado laboral.

Desde ese matiz, las Universidades de la región, hoy día tienen entre sus retos y desafíos:

Defensa y promoción de la autonomía. Un asunto crucial para los nuevos tiempos y, que debe ser garantía de la independencia política y administrativa frente a factores externos. La autonomía debe integrar y trascender la realidad sistémica para crear conocimiento y trasformar su contexto multidimensional.

Carácter laico. Su compromiso con la verdad científica la obliga a una responsabilidad ética por la libertad de conciencia, en la defensa del derecho que tiene cada individuo de formarse su propia visión del mundo, sin imposiciones doctrinarias, alejada de fanatismos y fundamentalismos.

Responsabilidad social. Urge superar la priorización de la educación superior como forma de desarrollo sostenible desde la educación y las ciencias, ligados a los ODS, así como a los Planes de Desarrollo Estratégico de cada país, a los rediseño de los procesos de aprendizaje con base en la innovación colectiva, utilizando todos los recursos que brindan las comunidades del conocimiento para la multiplicación de escenarios de aprendizaje e investigación-acción no tradicionales, multi-actores, abiertos a los desafíos y oportunidades territoriales, por lo cual se requiere un nuevo modelo de gestión  que les empodere  y concientice sobre sí mismo y el  entorno, enfrentado así un doble reto: atender los problemas y necesidades para el desarrollo nacional, al mismo tiempo que los problemas de orden global que lo afectan.

Investigación. Otro gran desafío para las universidades latinoamericanas consiste en mantenerse como el sitio donde avanzan la ciencia y la tecnología, además de, en el corto plazo, formar investigadores y realizar investigación de alto nivel. Eso requiere que las universidades cuenten con las condiciones apropiadas para producir conocimiento y académicos que lo produzcan, lo que está asociado al financiamiento, público y privado, y al uso del conocimiento por parte de quien tenga interés en él.

La transmisión del conocimiento es una realidad que rebasa las fronteras nacionales e institucionales, y que estimula la investigación; de ahí que para la universidad implique estar conectada con su producción a escala mundial. En este sentido, la universidad está cambiando hacia un espacio donde circulan flujos de conocimiento provenientes de diversos orígenes, que son aprovechados para elaborar conocimiento propio. La universidad es la única institución social que puede desempeñar este papel de recibir, procesar y producir conocimiento pertinente, al mismo tiempo, para el campo científico y para la sociedad en su conjunto.

Generación de conocimiento, capital humano y capacidad tecnológica. Estos son los tres elementos indispensables para que países como los nuestros consigan más altos niveles de bienestar y compitan con otras naciones en el campo internacional. La combinación de estos elementos supone que los resultados de la investigación se orienten a resolver los problemas del entorno social y a impulsar el desarrollo tecnológico local y la innovación.

Generar innovación para el desarrollo. La universidad debe irradiar, hacia su interior y hacia el conjunto de la sociedad, una cultura de la innovación y aprecio por el quehacer científico. Esto estimulará la creatividad para la transformación cualitativa de los procesos, productos y servicios necesarios para el desarrollo económico. Especialmente, debe establecer una colaboración estrecha con las pequeñas y medianas empresas, que reúnen el mayor volumen de empleo, con el fin mejorar la calidad de su personal y crear proyectos de innovación sustentados en el conocimiento. Es necesario estimular la solicitud de patentes, la transferencia de conocimientos y los servicios tecnológicos.

Afrontar las tensiones con el mercado. Otro de los retos que tienen las universidades es sortear las tensiones entre el Estado y el mercado. Las relaciones entre ambos deberían organizarse bajo el principio de cooperación, aceptando que la rectoría de la política educativa nacional le corresponde al primero. Para salvar las posibles tensiones, los gobiernos deberían tomar la iniciativa de hacer una convocatoria amplia para acordar un programa de colaboración con las instituciones académicas y las empresas. La debilidad de este vínculo es un obstáculo de primer orden para estimular una economía basada en el conocimiento.

Desarrollo de una comunidad universitaria mundial. Para ello es indispensable hacer alianzas estratégicas, conformar redes académicas, desarrollar programas conjuntos de investigación, impulsar la formación de currículos integrados con contenidos globales, de manera que ello nos conduzca a conformar en el futuro una comunidad universitaria mundial. La cooperación internacional entre las universidades debe contribuir a un mayor entendimiento entre las culturas y respeto a la diversidad y a la solidaridad humanas. Esto representa una oportunidad de encontrar soluciones colectivas a los serios problemas que nos aquejan.

Reforzamiento de la movilidad estudiantil y académica. Es importante enfrentar con creatividad el desafío de la movilidad estudiantil y académica, con el diseño de instancias eficientes de gestión, así como mediante adecuaciones normativas que atiendan todas las dimensiones implicadas en estos intercambios, especialmente el reconocimiento de los periodos de estudio. Desde sus inicios, las universidades han vivido procesos de movilidad de estudiantes y académicos. Con la internacionalización esto se ha profundizado, por ello habrá que reforzar el reconocimiento curricular.

Se considera posible, deseable e imperativo establecer un espacio Latinoamericano del Conocimiento. Tenemos antecedentes comprobados y una serie de organizaciones capaces de contribuir a la colaboración horizontal entre las universidades.

Síntesis conclusiva y algunos aportes a la educación universitaria 

¿Cuál queremos que sea la universidad latinoamericana del siglo XXI?, ha sido la pregunta central que rigió el análisis del discurso.  Por tanto,  es posible dar algunas ideas sobre las orientaciones finales en pro de mejorar la realidad crítica dentro de las instituciones universitarias en América Latina y el Caribe, más aún, luego de las condiciones estructurales en que se ha presentado durante periodos históricos que abarca los últimos lustros del siglo pasado y los últimos tres de este siglo. Durante este tiempo, las universidades de nuestros países, por cierto, han experimentado cambios en las políticas públicas de los gobiernos y en los efectos de la globalización sobre la academia.

Si bien es cierto que las grandes instituciones públicas han mantenido diferencias y tradiciones universitarias propias en cada uno de los países que componen esta región del continente, también han mantenido semejanzas en cuanto a historia y al reconocimiento de que la universidad latinoamericana cumple propósitos académicos y, al mismo tiempo, compromisos con la sociedad y el Estado, que la hacen ser una institución visible e indispensable, y en este sentido específica, en distintas esferas de la sociedad.

En América Latina estamos, todavía, en un momento de cambios y reformas institucionales para darle viabilidad a nuestras sociedades, dentro de las corrientes globalizadoras, que impulsan transformaciones en casi todos los órdenes del espacio social. Sin duda, en este proceso, la universidad juega un papel de primordial relevancia y requiere sortear enormes desafíos, como los que enunciamos en el apartado anterior, para cumplir mejor sus propósitos, responsabilidades, y compromiso social.

La universidad de estos tiempos, en la región, ya no está dedicada a otorgar títulos, acceso a profesiones liberales para abrir oportunidades de movilidad social y fortalecer a las clases medias, además de satisfacer las expectativas de las élites. Hoy, la docencia se ha multiplicado a cientos de carreras y se han tenido que construir y desarrollar programas de posgrado para responder a las demandas de sociedades más complejas; entre ellas, la de formar personas que posean, apliquen y puedan producir conocimiento.

Los nuevos desafíos de la universidad parten de las políticas de desarrollo que  necesariamente deben establecer los gobiernos junto a sus ciudadanías. Por lo que hace necesario una universidad  en conjunto, que desarrolle una conciencia crítica y una fuerza institucional que  permita consustanciarse con su carácter de ser un bien público, que esté comprometida con la construcción de un proyecto de país que busca acelerar el proceso de restitución del poder al pueblo. Los obstáculos son múltiples y diversos pero hay que avanzar hacia la universidad necesaria, hacia la utopía posible.

De ahí que, el desarrollo y la participación de los países latinoamericanos en el concierto internacional exigen no sólo el crecimiento y fortalecimiento del sector productivo, sino también la creación de sistemas nacionales de innovación que le den vitalidad. Tales sistemas incluyen a la educación superior, como un factor de primera importancia, y particularmente a aquellas universidades públicas que han creado, a lo largo de muchos lustros, áreas de investigación en ciencias y humanidades que son claves para producir y distribuir conocimiento acorde con los fines nacionales, que no son sólo económicos, sino también políticos; esto último dada la necesidad de gestar ciudadanía, mejorar la calidad de la democracia, manejar las nuevas formas de gestión de lo público y enriquecer el patrimonio cultural.

En la discusión actual de la universidad latinoamericana hay un eje de cambio que está orientado por los escenarios tecnológicos a escala mundial. Tales escenarios se circunscriben a la necesidad imperiosa de que las universidades cuenten con un amplio desarrollo de las tecnologías de la información y la comunicación para entrenar a los estudiantes en su uso y para educarlos en los avances de las ingenierías que las nutren. Pero también porque la difusión del conocimiento y la educación superior tienen, hoy en día, en dichas tecnologías la posibilidad de crear plataformas docentes con las que se puede llegar a amplios públicos de estudiantes y de profesionistas que requieren renovar sus conocimientos. La universidad virtual, desde las instituciones universitarias, es una realidad poderosa para educar y satisfacer demandas específicas de la población en materia educativa, con lo cual la sociedad gana competitividad. A través de las tecnologías de la comunicación, las universidades de los países latinoamericanos pueden iniciar la construcción de un espacio común que sirva para transmitir conocimiento a las comunidades docentes, pero también a la comunidad científica. Sin duda, por esta vía, puede agilizarse e incrementarse el diálogo académico.

La educación superior latinoamericana de hoy se está construyendo en un entorno de competencia entre sistemas educativos, cuya capacidad y diversidad responden a situaciones nacionales que ordenan su organización y funcionamiento de acuerdo con políticas de Estado que pueden variar según el régimen de gobierno. Por tal motivo, pensar en el futuro de las universidades latinoamericanas supone entenderlas como parte de sistemas nacionales de educación superior y como parte de redes internacionales.

La educación superior, en países como los nuestros, debe focalizarse como uno de los ejes principales en las estrategias de desarrollo económico. Entre otros motivos, porque el crecimiento requiere una fuerza laboral mejor formada y calificada, mayor producción de conocimiento adecuado a las circunstancias de cada sociedad en particular, investigación aplicada y transferencia de tecnología. Se reconoce, además, que la educación universitaria tendrá cada vez mayor demanda porque es un factor para que las personas tengan una mejor ubicación en el mercado laboral, que en el corto plazo continuará segmentado y con un alto nivel de competencia por los puestos de mejor rendimiento económico en la estructura ocupacional.

Será menester, para tales fines, que en las universidades públicas de la región se defina como prioridad tener una comunidad académica y científica sólida, que soporte el desarrollo institucional universitario, con las mejores condiciones laborales posibles, y cuya libertad de pensar y hacer esté cobijada por la autonomía. Esta última servirá para que la multiplicidad de demandas emergentes a la universidad, y sus intercambios con todos los sectores de la sociedad, resulten benéficos a las partes.

Vivimos, entonces, en una situación donde al Estado le toca formular políticas públicas de educación superior teniendo en cuenta no sólo las necesidades nacionales, sino también la internacionalización de este nivel educativo. Algunas de estas políticas hay que reinventarlas para que las universidades y los sistemas de educación superior vayan adaptándose a los cambios educativos y científicos en el contexto global, que impactan lo nacional y lo local. Además, al Estado le toca ubicar tales políticas en la presencia de actores y proveedores, tradicionales y nuevos, de servicios educativos. Las fuerzas del mercado en la educación superior, y sus tensiones con el Estado, son de gran importancia para analizar la dinámica de la educación superior—en cada país y en su conjunto— de aquí en adelante.

 

Referencias

García y Mirón (2013).  La empleabilidad. España: Excelencia

Manzano-Arrondo, V. y Boni, A.(2019). Despertando la universidad: propuestas desde el desarrollo humano. En A. Casado da Rocha (Ed.) Cultura Dual: Nuevas identidades en interacción universidad-sociedad. Madrid: Plaza y Valdés

Serna (2007) este modelo de universidad interfiere y restringe su función como agente promotor de la superación de los desafíos socioeconómicos y ambientales, indispensable para el desarrollo de las presentes y futuras generaciones.

Soage, A. B. (2006) «La teoría del discurso de la Escuela de Essex en su contexto teórico», Círculo de Lingüística Aplicada a la Comunicación

Suleman (2016) y los indicadores bibliométricos globales.  España: Universidad de Barcelona

Walker, D.  (2012). El aprendizaje a partir de la experiencia. Interpretar lo vital y cotidiano como fuente del conocimiento. Madrid: Narcea

 

 

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Maestros y maestras rurales

Por: Tahira Vargas García 

Las dificultades de salud que presenta gran parte del personal docente no se resuelven en su totalidad con los seguros de salud.

El 30 de junio se celebró el día del maestro y la maestra. La mayor parte del personal docente que se encuentra en las aulas son mujeres.

Continuamente se hacen análisis de los problemas de calidad en la educación dominicana con una mirada muchas veces acusatoria exclusiva hacia ellos/ellas. Si bien es cierto que el personal docente y directivo de los centros educativos tiene una alta responsabilidad en la calidad de la educación, hay cuotas fundamentales en los Distritos Educativos, las Regionales y del Ministerio de Educación.

Hay que reconocer que se han mejorado las condiciones socioeconómicas de maestros y maestras con la aprobación del 4% para la educación, y se ha incrementado sus salarios, aun así, se encuentra una gran parte que continúa viviendo en condiciones de vulnerabilidad y precariedad, sobre todo quienes trabajan en las comunidades rurales más lejanas y aisladas.

No cuentan muchas veces con medios de transporte y se trasladan pidiendo “bolas” para llegar a la comunidad donde muchas veces tienen que instalarse por varios días viviendo en las mismas condiciones de pobreza y desabastecimiento de servicios de estas comunidades.

El esfuerzo y la labor del docente en comunidades rurales de nuestro país deben de ser reconocidos

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Las dificultades de salud que presenta gran parte del personal docente no se resuelven en su totalidad con los seguros de salud y muchas veces se hacen recolectas en las comunidades para cubrir casos de tratamiento de cáncer, algunas cirugías o tratamientos de alto costo. Se presentan casos de maestros/as que han muerto por falta de recursos para una diálisis o para una intervención quirúrgica de emergencia.

En distintas comunidades rurales, se encuentra continuamente a maestros y maestras que reciben una precaria pensión que no suple sus necesidades básicas ni la de su familia. Logran sobrevivir muchas veces por la solidaridad y apoyo que reciben en las comunidades donde residen que reconocen su aporte social.

El currículo que deben desarrollar estos maestros y maestras en las escuelas es el mismo de una escuela urbana, urbano-marginal o en un colegio privado de estratos medios y altos. A pesar de las precarias condiciones para desarrollar su labor educativa y de su calidad de vida.

El esfuerzo y la labor del docente en comunidades rurales de nuestro país deben de ser reconocidos no solo con el día del maestro sino en todo momento. Tienen la responsabilidad de formar a nuestras nuevas generaciones en medio de dificultades, precariedades y acompañarles en los procesos de cambio social y cultural de la que son protagonistas.

Este articulo fue publicado originalmente en el periódico HOY

Fuente: https://acento.com.do/opinion/maestros-y-maestras-rurales-9078657.html

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Magisterio: El consenso salarial

Por: Juan Carlos Miranda Arroyo

«Hay escasas ideas por parte de las élites gobernantes para romper los esquemas meritocráticos y el impopular tope salarial.»

Son dignas de reconocerse las medidas emergentes que ha tomado el gobierno del presidente López Obrador, en el sentido de aplicar medidas compensatorias para resarcir la pauperización y la precariedad del esquema salarial base del magisterio mexicano.

Sin embargo, los ejes de la política salarial (y temas afines) del Estado mexicano hacia el magisterio, son los mismos que se han aplicado durante los últimos 42 años: Tope a los aumentos anuales al salario de los trabajadores de la educación (3.4% de aumento anual, directo al salario, durante la última década); sistema meritocrático para repartir incentivos económicos y compensar el salario base; irregularidades en el manejo de las pensiones (cosa que afecta a toda la burocracia federal); retención de pagos en algunas entidades federativas; contratos de corto plazo que violentan derechos laborales, etc.

Tanto el gobierno federal como los gobiernos de los estados han aplicado las mismas políticas salariales (y sus accesorios) hacia el magisterio nacional y local: Además de los problemas señalados, ejemplos concretos y constantes son los contratos cortos que niegan derechos laborales a docentes de la escuela pública. Este problema se ha registrado y generalizado en educación básica, media superior y superior.

Por si faltara algo a este cuadro, el poder político en México cuenta con un sindicato a modo el cual, en la más reciente de sus demostraciones de cinismo, se ha declarado “ejército intelectual” del presidente de la República.

En particular, hay que subrayar el hecho de que existe un sistema de incentivos económicos montados sobre una pirámide meritocrática, desde 1992. Primero, en ese año, mediante el diseño y operación del programa de Carrera Magisterial (esquema voluntario de concursos para lograr promociones horizontales); después, a través de la aplicación de esquemas similares en los sistemas de incentivos económicos previstos en la Ley del Servicio Profesional Docente (LSPD, 2013), y en la Ley del Sistema para la Carrera de las Maestras y los Maestros (LSCAMM, vigente desde 2019).

Dicho en otras palabras: El Estado mexicano ha dispuesto de una bolsa financiera no para aumentos salariales generalizados, sino para la cima de la meritocracia magisterial, donde ha participado, históricamente, sólo una parte minoritaria del personal docente.

Hoy, todavía hay un tope salarial que no se ha derribado desde entonces. La política salarial no ha cambiado. Esa sí es transexenal. Además, el incremento al salario magisterial de este año (2022), en promedio (aprox. 3.5% base generalizado), estará por debajo del índice inflacionario del último año (6-7%).

Según los documentos oficiales, el aumento salarial para el magisterio (3.5% más 1%, así anunciado por el titular de la SHCP), será ligeramente superior (en 2022) que el promedio de incremento salarial anual otorgado durante la última década (3.4%), directo al salario, aparte las prestaciones.

Éste era el panorama que se registraba hace 5 años: De acuerdo con una nota del periódico La Jornada: “En lo que va de la presente administración federal (de Peña Nieto), los más de 1.2 millones de trabajadores de la educación, tanto de formación básica como de educación media superior y superior, afiliados al Sindicato Nacional de Trabajadores de la Educación (SNTE), no han alcanzado un incremento directo salarial superior al tope establecido para el aumento en las percepciones mínimas, incluso no ha superado el 3.5 por ciento desde 2014″, (nota de Laura Poy, 28 de abril, 2017).

Con el incremento salarial escalonado al magisterio recién anunciado, (16 de mayo, 2022), tenemos una “revalorización salarial escalonada”. Este hecho no tiene nada que ver con la demanda por “una escala móvil de salarios”, que algunas gremios lanzaron en los tiempos de los topes salariales, durante los años 80′s del siglo pasado.

Para el magisterio, en esta parte de las políticas públicas educativas y salariales sí hay consenso de las élites gobernantes, porque se traduce en una política salarial de Estado con acciones transexenales, de espalda a las y los trabajadores, que se han puesto en operación desde 1980.

Con esto, lo que se podría interpretar como un avance en materia de política salarial del actual gobierno de la “4T”, en realidad es la continuidad de una política laboral de contención al salario de las y los trabajadores de la educación.

A los problemas salariales, habrá que agregar los diversos conflictos que existen y que lesionan en sus derechos a miles de maestras y maestros del país, quienes laboran en algunas dependencias u organismos públicos dedicados a la educación: Prepa en línea; profesores del Programa nacional del Inglés para la educación básica; reivindicaciones diversas por las que luchan docentes de educación física, de educación espacial, asesores técnico pedagógicos, así como profesores del sistema de universidades “Benito Juárez”, entre otros.

Por último, diría que hay escasas ideas, por parte de las élites gobernantes de ayer y hoy, para romper los esquemas meritocráticos y el impopular tope salarial.

Justamente, una de las alternativas que no se han probado es la puesta en práctica de un robusto y bien cimentado programa de profesionalización magisterial, con alternativas de formación continua que respondan a las necesidades del sistema educativo nacional, y que asegure el derecho a la educación para todas y todos; ello serviría también para eliminar, de paso, los sistemas de evaluación al magisterio con perspectiva meritocrática.

Fuente de la información: https://profelandia.com

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Entrevista a Remedios Zafra: Hay una precariedad laboral que se camufla con motivación y entusiasmo

Por: Jara Atienza

«He venido a perturbar», advierte de entrada Remedios Zafra (Zuheros, 1973) antes de iniciar su conferencia en la última edición de ‘Diálogos de Cocina’, unas jornadas organizadas bienalmente por el Basque Culinary Center, el restaurante Mugaritz y Euro-toques desde hace ya 15 años como espacio de reflexión sobre la creatividad y el mundo de la gastronomía. La voz melódica y apacible de Zafra, científica titular del Instituto de Filosofía del CSIC, contrasta con la severidad de sus palabras, que impactan como un golpe de realidad en los oyentes. La misma sensación que permanece tras leer su primera obra, ‘El entusiasmo’, un ensayo sobre la precariedad y el trabajo creativo en la era digital. En su último libro, ‘Frágiles’ (Anagrama), la escritora ahonda en la ansiedad y el agotamiento derivados de «una autoexplotación normalizada». Hablamos con ella sobre esa «nueva cultura» que, cuando menos, perturba. 


«En el gesto de escribir, hablar y compartir hay una belleza que excede la del pensar. Me refiero a la belleza de crear contagio y pensamiento colectivo, que es donde se asume un riesgo: el de incomodar a una comunidad acostumbrada o resignada», le explicaste al filósofo Diego S. Garrocho en un reportaje de Ethic sobre la belleza del pensar. ¿Por qué crees que nos resulta tan difícil atrevernos a pensar, a poner un pie fuera de lo que nos viene dado como inamovible?

Una de las cosas que caracterizan la cultura contemporánea es la complacencia. Estamos acostumbrados a que todo aquello que nos molesta tenga un botón que nos permite apagar, encender o comprar. Esa forma de construir la sociedad consumista (y complaciente) hace que pidamos que nos suministren cosas positivas porque la vida ya viene, por defecto, con cuestiones muy negativas. Creo que los que nos dedicamos al pensamiento crítico, a la filosofía o al arte tenemos la obligación de facilitar la incomodidad del pensamiento. Todos tenemos miedo a aquello que pueda doler y el pensamiento comienza, irremediablemente, doliendo; nos hace ver cómo somos frente a un espejo o en relación a los otros. Esa visión es incómoda porque siempre nos hemos visto mejor que lo que somos. Todo lo que ha cambiado el mundo ha tenido que ser, de entrada, incómodo y perturbador. Para mí, esa es la base de la transformación de lo humano y de la mejora de la sociedad. Aunque, claro, ante el cambio acostumbra a haber resistencia.

En tus libros hablas de cómo hemos asumido la autoexplotación movilizados por el entusiasmo. ¿Cómo hemos llegado a normalizar esta situación? 

Hay una línea muy orgánica entre la precariedad y la autoexplotación, porque la precariedad hace referencia no solo a personas en situaciones precarias, sino también a la precariedad que existe hoy en el proceso de creación. Para los que nos dedicamos a trabajos más creativos, cuando estamos sometidos a situaciones de precariedad lo normal es que hagamos obras flojas, hechas de cualquier manera, porque prima la cantidad, hacer mucho desde la productividad frente a la calidad. Hablamos de una precariedad laboral que se camufla con la motivación y el voluntarismo, con el entusiasmo. Por eso es normal escuchar frases como: «Qué suerte tienes de dedicarte a lo tuyo», aunque «lo tuyo» esté precarizado. En ese circuito en el que se introduce la normalización precaria es fácil llegar a la autoexplotación, independientemente del rango salarial.

Hay quien dirá que es algo que hemos elegido cada uno de nosotros.

Esa es la gran perversión de la autoexplotación: al estar en proceso de normalización se nos hace pensar que somos responsables de nuestra propia subordinación. Nosotros mismos nos decimos que hemos elegido autoexplotarnos para ser mejores en el trabajo o porque tenemos suerte de estar donde estamos, cuando en realidad es un problema estructural.

«El pensamiento comienza, irremediablemente, doliendo»

¿Dónde está el origen de esa estructura?

Hoy es el capitalismo el que promueve la autoexplotación, pero hay que ir más allá. La analogía más ilustrativa de lo que pasa la encontramos en el patriarcado, que promovía la subordinación de las mujeres haciéndolas responsables de su propia subordinación y creaba un sistema que perpetuaba el aislamiento en las casas, la enemistad entre mujeres, etc. Hablamos de cualquier sistema que se articula como normal y escogido cuando realmente no hay elección.

Esa autoexplotación es la que, sostienes, genera ansiedad en la sociedad. ¿Existe algún remedio?

La solidaridad. El movimiento feminista es el mejor ejemplo para esta propuesta que hago orientada a responder a esa ansiedad derivada de las vidas-trabajo y de la autoexplotación. He pensado en ejemplos que lo hayan logrado y el más claro es la ola feminista, esas mujeres a las que el patriarcado tenían en situaciones muy similares a la del trabajador del siglo XXI, con la diferencia de que ese aislamiento en el hogar ahora es una adicción –o un aislamiento– frente a las pantallas, que nos dan la sensación de estar conectados, pero que en realidad, cuando estamos frente a ellas, estamos concatenando trabajos. Esa enemistad que antes se alimentaba entre las mujeres y ese fomento de la rivalidad es algo que en el contexto laboral actual se hace ahora entre compañeros que compiten por los escasos trabajos o por trabajos convertidos en premio. Es como si no se pudiese garantizar unos trabajos dignos para todos.

¿Es la fragilidad lo que nos une?

Es la vulnerabilidad reconocida. Si nos fijamos en el ejemplo feminista, la solidaridad entre mujeres logró convertir algo íntimo de lo que no se hablaba porque nos hacía sentir culpables –como que ante una violación la culpa era de la mujer por llevar la falta corta– en una denuncia pública. Llega un momento en el que una mujer comparte con otra esa interiorización de culpa que ha convertido en silencio e intimidad todo el dolor proyectado por el patriarcado. Y al compartir eso íntimo se convierte en algo político, como el movimiento #Metoo, para el que solo ha sido necesario identificar algo que nos ha pasado a todos y dejar que la empatía lleve a la solidaridad. Ha sido algo revolucionario para el feminismo.

¿Cómo se puede crear esa red de solidaridad en relación al trabajo?

Cuando el trabajo es opresivo debemos compartirlo. Puede que el lazo no sea tan potente como el que existe entre las mujeres, pero debemos ser capaces de compartir para crear un conexión colectiva y promover la solidaridad. El individualismo de la autoexplotación es algo que favorece el sistema capitalista, que sostiene la precariedad como base y mantiene la riqueza de unos pocos.

Parece un poco paradójico que, como sostienen algunas estadísticas y defienden diversos pensadores, tengamos los índices de progresos más altos de la historia de la humanidad y, a la vez, seamos una sociedad repleta de ansiedad. ¿Cómo dar respuesta a esta contradicción?

Las contradicciones me gustan porque forman parte del pensamiento complejo. Hay que ver qué se entiende por progreso. El progreso es una palabra fetiche que se suele utilizar cargada de connotaciones positivas, aunque si nos fijamos bien, vemos que se trata de un contexto en el que los logros conseguidos a nivel científico y tecnológico siguen sosteniéndose en una tremenda desigualdad donde las clases medias y bajas tienden a estar cada vez más precarizadas. A eso debemos unirle la normalización de la ansiedad, como parte de esa salud mental de la que no solemos hablar, y la respuesta que el progreso nos da a esa ansiedad y que es que, como hemos progresado mucho, tenemos pastillas que, aunque no quitan la ansiedad la apagan temporalmente para que podamos seguir siendo productivos. La medicación es la respuesta contemporánea que nos da la sociedad a los problemas de ansiedad, de depresión o de estrés y son medicamentos que nos convierten en adictos. Solo hay que ver lo que ha sucedido en Estados Unidos con la adicción a los opioides. Es curioso que la respuesta no sea la psicología, dar tiempo a los trabajadores o reducir las jornadas laborales, sino que sea: ante la ansiedad, ansiolíticos. Lo digo desde un punto de vista también personal: como consumidora de ansiolíticos, cuando los tomo estoy más productiva, y cuando los dejo sufro muchísimo y me siento mucho peor. Esa medicación va agravando mi ansiedad y creando nuevas dependencias. Así que un progreso que se hace a costa de la salud de las personas no es un progreso bueno.

«La respuesta que el progreso nos da a la ansiedad son los ansiolíticos, que nos hacen seguir siendo productivos»

Me recuerda a lo que hablábamos al inicio de la entrevista, de ese miedo a enfrentarnos a asuntos incómodos, al dolor. 

Yo convivo con los ansiolíticos desde que murió mi hermana y cuando paso mucho tiempo sin tomarlos es cuando me doy cuenta de que el pensamiento vale para esto, para vivir con lo que nos causa dolor, con lo que nos perturba. Si no pensáramos estaríamos todo el día en esa inercia del placer, buscando series para ocupar nuestros espacios y pantallas. La toma de conciencia es tan importante como dolorosa. Pero ese dolor que experimentamos cuando tomamos conciencia de que sufrimos, por ejemplo, una desigualdad, es necesario.

Ligado a la autoexplotación, en Frágiles hablas de que estamos sometidos a una evaluación constante, de cómo cada uno de nuestros movimientos va seguido de una valoración o puntuación. ¿Qué papel juegan las redes sociales en ese proceso de revalidación constante?

Está claro que tiene mucho que ver el haber asentado lo cuantitativo como forma de valor. Esto se debe a la cultura digital, que se asienta desde unas lentes que nos permiten ver el mundo, pero que se invisibilizan como lentes. En la cultura digital todos somos fácilmente operacionalizables y evaluables. Y esa deriva como primacía favorece las lógicas más competitivas y favorece, a medida que vas ganando puntos, dividir a las personas a favor o en contra. Las lógicas polarizadas están favorecidas por algoritmos que pueden cambiarse y ser más sofisticados, y que ahora adoptan forma de formularios y de apps donde dejamos nuestros datos. Además, nosotros, como sujetos, utilizamos aplicaciones que nos evalúan constantemente para que podamos cuantificar nuestra valía y tengamos ese impulso exponencial de ir mejorando. Sin duda, las redes sociales están muy bien pensadas para resaltar lo positivo y destacar las cosas a mejorar, de forma que las evaluaciones hacen que siempre estemos compitiendo con nosotros mismos, buscando mejorarnos en esa carrera por la perfección.

¿En esta rueda incansable, dónde se encuentra la felicidad? 

La felicidad, igual que la creatividad o el entusiasmo, ha sido utilizada por el capitalismo para cargarla de valores muy positivos, empaquetarla y ofrecerla. De hecho, esa pregunta de dónde está la felicidad acaba legitimando al propio contexto capitalista que también sabe sacarle partido a la felicidad. En general, cualquier contexto de poder hegemónico que nos precede ha sido capaz de crear y señalarnos aquello que dicen que es la felicidad. Es algo como lo que decía Simone de Beauvoir: «Siempre es fácil declarar feliz una situación que se quiere imponer». El sistema actual se basa en el consumo, en vender productos, para lo que genera una imagen de placer y felicidad en torno al disfrute de consumir. Crea un determinado tipo de vida porque le sale rentable y una vez que decide que renta, proyecta la idea de qué es ser feliz. Así que la pregunta es quién tiene el poder para proyectar una idea de un mundo feliz en determinados ámbitos. Existe cierta flexibilidad que permite al mercado ir cambiando en función de lo que interese que sea esa idea de felicidad. Lo que sí queda es la esperanza, pero esa respuesta requiere detenerse a pensar en mayor profundidad.

Fuente de la información e imagen: https://ethic.es/2022/01/remedios-zafra-entrevista/

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