Saltar al contenido principal
Page 5 of 7
1 3 4 5 6 7

Neurociencias y educación: qué es importante para el aprendizaje

Por: Facundo Manes

La educación, como se sabe, involucra dos acciones fundamentales: la de enseñar y la de aprender. Las investigaciones científicas sobre la conducta humana y el funcionamiento cerebral brindan información valiosa sobre cómo los seres humanos enseñamos y aprendemos que puede ser útil para las teorías y prácticas educativas. Las neurociencias pueden realizar importantes contribuciones al conocimiento para facilitar la comprensión de procesos cognitivos claves para la enseñanza-aprendizaje, tales como la memoria, la atención, el lenguaje, la lectoescritura, las funciones ejecutivas, la toma de decisiones, la creatividad y la emoción, entre otros. Las neurociencias modernas son también importantes para el entendimiento de situaciones de riesgo de aprendizaje (por ejemplo, dislexia y discalculia) y así ofrecer un beneficio para muchísimos niños.

La metodología utilizada en el campo de las neurociencias cognitivas humanas y la psicología experimental ofrece además la posibilidad de probar empíricamente estrategias e intervenciones que pueden implementarse en el área de educación como, por ejemplo, el monitoreo y la comparación de distintas modalidades de enseñanza y aprendizaje. Sin embargo, aunque se pueda enfatizar el potencial de las neurociencias como una herramienta para mejorar la educación, la transición del laboratorio al aula no es sencilla.

Desde el momento en que nacemos, nos la pasamos aprendiendo. Así, procesamos información y construimos «esquemas mentales» del mundo para poder reflexionar, tomar decisiones y actuar. El aprendizaje es tan importante y tan central en la vida que por eso se vuelve primordial tratar de comprender qué es, cómo se produce y cómo se pueden mejorar los procesos, en lo individual y en lo social. Gracias al avance de la ciencia, hoy sabemos que, en su desarrollo, nuestro cerebro se va esculpiendo, es decir, va cambiando tanto su estructura como su funcionamiento. Así, las conexiones neuronales se van modificando a lo largo de la vida como producto del aprendizaje y la interacción con el ambiente que nos rodea. Esta capacidad del cerebro, denominada «plasticidad cerebral«, da cuenta de que los conocimientos y habilidades que adquirimos no son estáticos, sino que están en constante cambio. En pocas palabras: aprender es bueno para el cerebro.

El aprendizaje puede realizarse de distintas formas; una de ellas se da de manera guiada, pautada y asistida. Por ejemplo, las personas solemos aprender a leer y a escribir si otra persona nos lo enseña explícitamente. Sobre las prácticas planificadas y mediadas se sustentan las acciones desarrolladas por las instituciones educativas. En este sentido, los contenidos curriculares y objetivos para cada etapa, los modelos pedagógicos y la distribución del tiempo en la jornada escolar se apoyan -o deberían hacerlo- en supuestos sobre cómo aprendemos. Es así que el diálogo entre las múltiples disciplinas puede contribuir al desarrollo de una educación de mayor calidad que provea las bases para que todos aprendan y desarrollen plenamente el máximo de su potencial.

Diversos estudios científicos sobre el comportamiento humano, el funcionamiento del cerebro y la psicología experimental han mostrado evidencia sobre factores que promueven o facilitan el aprendizaje:

* Tener una buena nutrición es esencial para el aprendizaje. Investigaciones en poblaciones que sufren malnutrición han probado que ciertos tipos de deficiencia nutricional impactan negativamente en el cerebro y en el desarrollo de las funciones cognitivas. Los programas de alimentación escolar han resultado efectivos para mejorar la asistencia y permanencia de los niños y niñas en la escuela. Asimismo, pueden contribuir a incrementar la equidad social, prevenir las carencias nutricionales y promover hábitos saludables de alimentación.

* La exposición crónica a situaciones de estrés puede generar efectos adversos en el aprendizaje. Un niño que reacciona con ansiedad extrema a las pequeñas tensiones diarias en la escuela es posible que tenga dificultades para interactuar con sus compañeros y en su rendimiento escolar. Una dosis tolerable de estrés suele aumentar la vigilancia y mejorar el rendimiento en tareas complejas. Pero, al convertirse en algo crónico, el estrés afecta el desarrollo cognitivo, social y emocional, el rendimiento, el aprendizaje, la memoria de trabajo, el autocontrol emocional y la capacidad atencional impactando en el desempeño escolar. Los efectos del estrés crónico son frecuentes en los niños que viven en condiciones adversas.

El ejercicio físico beneficia la capacidad de aprender a través de una variedad de mecanismos directos e indirectos como el aumento en la regulación de factores neurotróficos (que favorecen la supervivencia de las neuronas) y la neurogénesis (generación de nuevas neuronas) en el hipocampo (área cerebral clave en la formación de la memoria). Indirectamente, el ejercicio mejora el humor y el sueño, reduce el estrés y la ansiedad, situaciones que afectan el rendimiento cognitivo.

Dormir lo suficiente promueve los procesos de memoria y aprendizaje. Luego de una jornada intensa de aprendizaje, el sueño beneficia la consolidación, reestructuración, generalización y recuerdo selectivo de la información adquirida. Contrariamente, la falta de sueño se asocia con menor atención, olvidos y menor capacidad para realizar tareas que requieren de gran esfuerzo y control mental.

* En la adolescencia, el ritmo circadiano cambia y se vuelve más «nocturno». Este cambio se explica por factores biológicos naturales y no por cambios de hábitos. Esto hace que el horario de alerta, en el que estamos más dispuestos para aprender, se corra algunas horas de la mañana. Por eso, los jóvenes suelen tener somnolencia, hecho que impacta negativamente en el desempeño escolar. En base a estas evidencias muchos sugieren que el horario de ingreso al colegio debería retrasarse en la secundaria. Otra estrategia más sencilla de llevar a cabo consiste en evitar tareas cognitivamente demandantes durante las primeras horas de clase.

* Es importante la distribución de aprendizaje en el tiempo (evitar estudiar todo el contenido en poco tiempo). Expandir los espacios de descanso entre los aprendizajes afecta de manera positiva en el aprendizaje a largo plazo. Los intervalos largos entre períodos de estudio serían ideales para retener conceptos.

* Cuando un estudiante interactúa y participa activamente con el conocimiento, la información puede integrarse y consolidarse más fácilmente en los circuitos neuronales de la memoria a largo plazo. Asimismo, las prácticas de enseñanza entre los alumnos, cuando debaten, explican, predicen o discuten contenidos, permiten una mayor y mejor comprensión de los conceptos o ideas.

* Las creencias acerca de la capacidad de aprendizaje influyen en la motivación y el desempeño académico. Diversos estudios demostraron que los estudiantes que piensan que las capacidades cognitivas y de aprendizaje son maleables y flexibles, están más dispuestos a asumir tareas desafiantes y a ampliar sus conocimientos. En cambio, los que creen que son rasgos fijos y que no cambian (por ejemplo, al pensar: «yo no soy bueno para las matemáticas») suelen centrarse más en los objetivos de su rendimiento, son más reacios a asumir tareas muy difíciles y son más sensibles al comentario negativo.

* La motivación intrínseca se refiere al interés genuino por participar de una actividad, sentirse competente y autónomo. Cuando los estudiantes están intrínsecamente motivados, tienen más probabilidades de mejorar el aprendizaje, organizar la nueva información de manera eficaz y relacionarla con lo que ya saben. Por el contrario, si están motivados por cuestiones extrínsecas, se involucran en las tareas como un medio para un fin determinado, por ejemplo, para obtener una buena calificación, para conseguir los elogios de sus padres o para evitar el castigo.

La capacidad de jugar está fuertemente relacionada con el desarrollo cognitivo y el bienestar social y emocional. El juego en los niños es una herramienta básica para el desarrollo de la función simbólica. Además, se ha demostrado que es un predictor de las capacidades lingüísticas, la autorregulación y la flexibilidad cognitiva. La calidad de la imaginación y la fantasía del juego en la infancia se asocia a medidas de creatividad a lo largo de la vida. Por su parte, contar con tiempo y espacios adecuados para que los padres jueguen con sus hijos favorece el vínculo de apego. Y esto, a su vez, contribuye a que sean emocionalmente más seguros.

* Ser capaz de autodirigirse y tomar control del propio aprendizaje es un elemento vital para organizar y alcanzar los objetivos escolares. Estas habilidades se sustentan en lo que se conoce como «funciones ejecutivas», es decir, la capacidad para establecer metas, planificar y automonitorear el propio desempeño para alcanzar un objetivo. Es importante que los docentes apoyen su desarrollo, promoviendo, por ejemplo, el control de los impulsos, la planificación y la organización de las actividades.

* Existe evidencia de que la auto-evaluación (que el estudiante reflexione sobre lo aprendido fuera de clase) mejora, en diferentes situaciones y temas, el rendimiento y la retención a largo plazo. Por el contrario, hay datos que demuestran que subrayar y releer mecánicamente como mera acumulación son ineficaces y pueden consumir mucho tiempo.

* Hacer mucho hincapié en la «inteligencia» o el «talento» -con la creencia de que tales atributos son innatos y fijos- aumenta la vulnerabilidad al fracaso, el miedo a los desafíos y la apatía para aprender y mejorar. Estimular la perseverancia, la dedicación, el esfuerzo, la tenacidad y el proceso de aprendizaje, en lugar de focalizar en la inteligencia o talento, genera mejores logros en la escuela y en la vida. Se ha mostrado que el refuerzo verbal o halago es más efectivo cuando se dirige al esfuerzo y a los procesos (ej. «Debes haber trabajado muy duro para lograr este excelente trabajo») que cuando se dirige a atributos personales del niño o joven (ej. «Tu excelente trabajo demuestra que sos muy inteligente»). La explicación radicaria en que, cuando los halagos apuntan a la personalidad del niño o joven, pueden disminuir su motivación ante nuevos desafíos que impliquen el riesgo de poner en cuestión el auto-concepto. En cambio, los refuerzos orientados a procesos construyen confianza en uno mismo y persistencia para enfrentar nuevos desafíos.
Es importante remarcar, principalmente por el interés general que despierta en la actualidad la neurociencia, que existen varias creencias erróneas basadas en interpretaciones incorrectas de investigaciones científicas que, a veces, incluso, tienen una repercusión mediática o pública. Los llamados «neuromitos» o creencias sin base científica también existen en torno a los procesos cognitivos involucrados en la educación. Algunos de ellos son que «usamos solo el 10% del cerebro», que «el cerebro izquierdo es el sitio de la racionalidad y el derecho de la creatividad» o que «existe un estilo de aprendizaje visual, auditivo y kinestésico». Estas concepciones sin sustento científico pueden llevar a la implementación de prácticas desacertadas.

Las neurociencias, la psicología y las ciencias del comportamiento dan cuenta sobre ciertos aspectos del aprendizaje escolar, pero de ninguna manera pueden ofrecer recetas mágicas. Toda decisión sobre cuestiones educativas no puede ni debe ser espasmódica ni unidireccional. Se requiere para eso de la reflexión crítica y elaboración interdisciplinaria, del diálogo y del consenso. Es en el encuentro entre disciplinas (educadores, psicólogos, científicos sociales, neurocientíficos, etc.) donde surge la interacción que podría producir mejoras en las capacidades de enseñanza-aprendizaje. Y en todo esto existen hombres y mujeres que, como dice Brecht sobre los luchadores de toda la vida, son imprescindibles. Son ellos quienes verdaderamente construyen los puentes entre las teorías y las prácticas de enseñanza y aprendizaje, quienes conocen cabalmente la realidad de cada aula, quienes día a día trabajan con sus alumnos, promueven el conocimiento y les brindan factores claves para el aprendizaje -e irremplazables por la tecnología- como el contacto humano, el ejemplo, el afecto, la inspiración, la mirada social y la motivación: son los maestros, siempre los maestros.

Fuente: http://webcache.googleusercontent.com/search?q=cache:http://www.infobae.com/salud/ciencia/2017/08/24/neurociencias-y-educacion-que-es-importante-para-el-aprendizaje/&gws_rd=cr&ei=FlSgWbLYBYW2mwHb3ZjgAg

Comparte este contenido:

Acompañar

Por: Jaume Carbonell

Acompañar nos sirve para escuchar, para cuidar, para conversar, para compartir, para reflexionar, para conocer y para acertar con las mejores respuestas. En dos palabras: para prevenir.

Este es el verbo que conjugar en todas partes y en cualquier momento. Porque educar significa esto: acompañar procesos y proyectos de vida, tejer relaciones próximas y establecer vínculos sólidos de inclusión y pertenencia a una sociedad  libre, justa y democrática. Se sostiene que esta educación -así se proclama reiteradamente en todos los foros- ha de garantizarse a lo largo de toda la vida. ¿Es realmente así? Existe, por lo general, una cuidadosa atención pedagógica durante en la escuela infantil y primaria; también la hay en la secundaria, aunque aquí crecen las dificultades al tratarse del período más complicado; y está totalmente ausente en el alumnado que abandona los estudios y en todas las personas ajenas a cualquier espacio de educación formal o no formal. Vaya, que una parte de la ciudadanía, en distintos momentos de sus vidas, quedan a la intemperie, sin acompañamiento ni educación.

Este vacío educativo afecta de manera más sensible a la adolescencia y a la juventud al tratarse de las etapas de mayor vulnerabilidad y fragilidad, donde se busca la exploración de nuevos caminos y se suceden cambios continuos en busca de identidades que den sentido a sus vidas. ¿Siempre ha sido así? Sin duda. Pero ahora se añade una diferencia cualitativa: todo va más deprisa y los cambios son más bruscos; las transiciones al mundo laboral son más lentas, dificultosas y precarias; la oferta de mayores estímulos vitales y virtuales, con el uso masivo de las redes sociales, abren las puertas a una realidad incontrolable; y la complejidad de un mundo con tantas incertidumbres -E.Morin lo cuenta muy bien- genera procesos de socialización novedosos, diversos y, hasta cierto, punto desconocidos.

Ya véis, no digo nada del horror causado por los atentados de Barcelona y Cambrils: se ha dicho casi todo. Ni de Ripoll, porque, como dijo Sócrates, “sólo sé que no sé nada”. Aunque quizás lo que planteo puede tener algo que ver con estos luctuosos sucesos. Pero volvamos al poder educativo del verbo que nos convoca. Acompañar nos sirve para escuchar, para cuidar, para conversar, para compartir, para reflexionar, para conocer y para acertar con las mejores respuestas. En dos palabras: para prevenir. Pero acompañar también nos sirve hoy para expresar el dolor mediante la solidaridad: para estar junto a las víctimas, la comunidad musulmana, injustamente estigmatizada y culpabilizada, y con todo el pueblo de Ripoll, profundamente consternado. Acompañar concierne también al cuidado y a la defensa de la DEMOCRACIA, así en mayúscula, y al cuidado de nuestras vidas para seguir adelante. Y acompañar supone, por último, unirse al grito de “NO TINC POR” en la gran manifestación convocada en Barcelona y en otras ciudades.

Fuente noticia: http://eldiariodelaeducacion.com/blog/2017/08/23/acompanar/

Fuente imagen: https://sentidoyproposito.files.wordpress.com/2013/09/aprendizaje-1.jp

Comparte este contenido:

Entrevista a Mari Carmen Canto: «El profesor en Finlandia es la figura más valorada»

Finlandia/17 de Julio de 2017/

Estuvo nueve meses en Finlandia estudiando su sistema educativo y comparándolo con el modo de estudiar matemáticas en España.

-Era el trabajo de fin de Máster antes de adentrarme en la tesis doctoral. Consistía en comparar resultados en segundo de Primaria entre Finlandia y los chicos de la provincia de Cádiz que estudiaban cálculo por el sistema tradicional y por los nuevos algoritmos del ABN.

 -¿Es Finlandia el paraíso educativo que se dice?
-Todo lo que se dice es verdad. Se trata de una comunidad que le da una importancia absoluta a la Educación. Los docentes están muy bien preparados y la figura del profesor es la más valorada. Pero es que, además, las familias participan en el proceso educativo de manera natural. Es una implicación total de un país con su futuro.

-¿En qué nos diferenciamos exactamente? Póngame un ejemplo relevante para que lo entienda.

-La principal diferencia se encuentra en el proceso de selección del profesorado. Nosotros utilizamos el sistema de oposiciones en el que se evalúan conocimientos, pero no capacidad en el aula ni vocación. Allí los profesores pasan por el director del centro en una entrevista de trabajo y se valora mucho, por ejemplo, los trabajos de voluntariado con la comunidad. Los mejor preparados cogen los cursos más bajos y los que tienen menos experiencia los más elevados porque los chicos ya vienen aleccionados desde abajo. Es un sistema que funciona.

-Sin embargo, en su estudio, los chicos finlandeses sacaron peores resultados en Matemáticas que los chicos de Cádiz que utilizaban el método de cálculo que 

destierra las cuentas.

-Sus datos estaban por debajo, pero se aproximaban mucho en las pruebas de resolución de problemas. Allí se aborda la solución de problemas trabajando con la experimentación y la discusión en grupos. La forma de trabajar aquí consiste en que el problema va por un lado y la operación por otro. Son dos fases. En Finlandia, al igual que en nuestro método, la fórmula del problema no se descontextualiza. Puede

haber distintas formas de llegar a la resolución del problema y todas son válidas. Es un proceso de razonamiento.

-Tienen cerca de cien mil niños en España con el método ABN, sin cuentas. Sus resultados son buenos. ¿Se reflejará en los informes PISA?

-Con vistas a medio o largo plazo estoy segura de que esos resultados darán la cara, pero hace falta tiempo. PISA es un estudio de Secundaria y nosotros empezamos en Primaria con los primeros niños en el año 2008. Están empezando a llegar.

-Los asiáticos son los primeros en el PISA. ¿Su método, que no es el de cuentas, se parece en algo al que ustedes trabajan?

-Absolutamente en nada. El método Singapur viene de los ábacos y lo que se trabaja es la rapidez de cálculo. Nosotros trabajamos la comprensión.

-¿Han estudiado la reacción cerebral de los niños ante distintos métodos?

-Desde el departamento de Psicología de la Universidad de Cádiz se han hecho electroencefalogramas a niños a través de un aparato llamado Emotiv Epoc. Lo que se ha visto hasta el momento es que el alumno que sigue el método ABN ante la resolución de un cálculo activa las zonas relacionadas con el aprendizaje matemático, mientras que quien sigue el método tradicional se muestra más tenso y se activan otras partes del cerebro ajenas a este aprendizaje, lo que puede generar déficits atencionales y se sobrecarga la memoria de trabajo. Estos son dos de los problemas que hemos detectado en nuestro sistema educativo, pero todavía trabajamos sobre hipótesis.

-ABN se basa en el razonamiento, por lo que cabría pensar que actúa sobre otras disciplinas.

-De momento es eso, una suposición. Habría que realizar los trabajos de experimentación necesarios para poder afirmarlo. Por lógica debería de ser así.

-Ustedes consideran que ABN debería ya dejar de ser considerado como un experimento, que los datos aportados por su tesis son concluyentes.

-En la tesis se ha hecho un trabajo sobre un gran número de estudiantes de 4º de Primaria y los datos están ahí. El aprendizaje es más rápido y más sólido. Hemos conseguido que colegios públicos incluyan, con la aprobación de sus claustros, el método dentro de sus proyectos de centro, algo que ya venía sucediendo desde hace tiempo en la concertada y la privada, que necesitan resultados para ser competitivos.

-¿Se está trabajando en este sentido en otros países?

-Holanda trabaja en métodos alternativos, pero no están tan desarrollados. En Chile hay un proyecto a nivel estatal para incorporar el ABN a todo sus sistema y hay profesores en Argentina, Perú o México que ya lo aplican.

Comparte este contenido:

Colombia: Educación para la Esperanza

América del Sur/Colombia/Julio del 2017/Noticias/http://lasillavacia.com

Uno de los grandes retos de los educadores es enseñar a los estudiantes a cuestionar sus realidades, de manera crítica, con el fin de que sean capaces de iniciar y participar en procesos de cambio. Esto se puede lograr a través de procesos de concientización.  Poder leer primero nuestro propio mundo para poder leer el mundo externo. Casi siempre empezamos al revés.

La educación y su relación con el cambio social es un área  en donde todavía surgen más preguntas que respuestas. Muchas de las discusiones alrededor de políticas públicas educativas se mueven alrededor de los resultados, estadísticas y del área cognoscitiva. Aunque en estos años hemos visto una tendencia hacia la exploración y medición del área formativa de la educación, todavía falta mucho. Es necesario hacer énfasis en un concepto más holístico de las necesidades individuales y colectivas de las personas. En las experiencias de vida. Es importante retar las tendencias educativas tradicionales como la competencia, y enfatizar en temas como la empatía y la creación de ambientes de aprendizajes en donde la compasión, el cuidado y el auto-conocimiento sean las piedras angulares.  Ambientes en los que se promocione la imaginación, la curiosidad, y la esperanza. En donde las experiencias estén por encima del conocimiento.

Paulo Freire habla mucho sobre la esperanza. Dice que la esperanza es una necesidad ontológica. Cuando sentimos desesperanza nos paralizamos, nos volvemos fatalistas y se nos hace más difícil sacar la fortaleza que necesitamos para poder aportar prácticamente al mundo que queremos construir. La esperanza es esa idea de que las cosas pueden ser distintas, que somos capaces de romper viejos discursos y tomar acción para transformar. Es ver las situaciones de la vida como oportunidades y no como algo que ya esta determinado. Es vernos como agentes de cambio y no como sujetos. Es por esto que la esperanza está profundamente relacionada con nuestra voluntad para actuar. La esperanza entonces debe estar anclada en la práctica, debe ser construida diariamente.

Creo que uno de los grandes retos de los educadores es enseñar a los estudiantes a cuestionar sus realidades, de manera crítica, con el fin de que sean capaces de iniciar y participar en procesos de cambio. Esto se puede lograr a través de procesos de concientización.  Poder leer primero nuestro propio mundo para poder leer el mundo externo. Casi siempre empezamos al revés. Enseñando todo lo externo, y midiendo que tanto sabemos.

La educación no puede reducirse únicamente a estadísticas y conocimientos que sean medibles. El foco principal debería ser en la humanidad de cada persona. El bienestar y el crecimiento individual requiere que los procesos educativos tengan en cuenta las necesidades y particularidades de cada individuo para poder crear ambientes en donde cada uno pueda nutrir sus propios procesos de sanación y auto-conocimiento. Esta es la base para que pueda crecer la esperanza.

Esta  ´Educación para la Esperanza´ primero piensa en el bienestar de cada individuo. Propone que los procesos de educación promocionen la curiosidad y la imaginación, y den espacio para que las personas puedan hablar de sus experiencias y necesidades desde la práctica y no desde la teoría. La esperanza es muy importante para el cambio, el bienestar es fundamental para la esperanza, y el cambio social solo puede darse con cambios en los comportamientos y actitudes y retando los viejos discursos que tenemos. Solo se puede dar cuando estamos en contacto con nuestras propias experiencias de vida.

Es necesario tener nuevas generaciones que no pierdan la esperanza en el cambio para que puedan contribuir al mismo. Y no como una utopía, sino como un proceso práctico y experiencial. Como dice Freire “Para vivir necesitamos una esperanza crítica , así como los pescados necesitan agua limpia.

Fuente:

http://lasillavacia.com/silla-llena/red-de-la-educacion/historia/educacion-para-la-esperanza-61700

 

Fuente imagen:

https://lh3.googleusercontent.com/JR_F9-IrxrcX80xu_pNFUyMsWedkfa0UUFxiidgST4WS0JezV5_JL_k63yrQxWGBimMy=s85

Comparte este contenido:

¿Deben existir los programas especiales en la educación? Hablemos sobre desigualdades educativas

Por: Baldemar González

Desde hace ya muchos años me hago cuestionamientos sobre la situación educativa en Uruguay. Y más allá de sobre si hay crisis en la educación o no, hoy deseo enfocarme en las desigualdades del sistema educativo uruguayo. A lo mejor, luego podremos determinar en dónde se visualizan las crisis.

Desde hace más de una década trabajo en La Cruz de Carrasco, un barrio que me ha hecho sentir cómodo, aceptado. Un barrio donde siento que el trabajo educativo que realizamos un conjunto de personas rinde. Afiliado fuertemente a la propuesta pedagógica de Paulo Freire y José Luis Rebellato, la Educación Popular Liberadora me ha llevado a aprender de niños, adolescentes y vecinos del barrio. Junto a varios equipos de trabajo, en el Centro Educativo La Pascua llevamos adelante nuestra tarea, siempre comprometida con los demás y siempre edificante. También trabajamos en conjunto con los compañeros maestros de las escuelas del barrio y los profesores, que quieren a este país y lo reflejan en actos cotidianos, con acciones, con los compromisos que requiere la educación.

Desde hace más de una década visualizo el deterioro que nuestros niños y adolescentes viven en su proceso educativo. Se trabaja duro para lograr que los adolescentes logren avanzar en estos procesos; sin embargo, se les torna muy difícil. El rezago pedagógico, las “dificultades de aprendizaje”, así como todas estas “distancias” respecto de las demandas establecidas (que llevan, entre otras cosas, a la deserción), han ido en aumento año a año, y es muy difícil revertirlo. Es complicado nivelarlo siquiera acercándose un mínimo a los estándares. Niños que obtuvieron calificaciones con matices de sobresaliente en la escuela no logran culminar el ciclo básico liceal. ¿Por qué ocurre esto? ¿En todos lados suceden estas cosas? ¿Se podría afirmar que si realmente existiera la crisis educativa es para algunos nada más? Las crisis de cualquier tipo, ¿las pagan siempre los más pobres?

En el Aula Comunitaria que tenemos en el Centro Educativo La Pascua, que cuenta con 65 adolescentes, sólo 5% de la población que asiste logra cumplir con el perfil de egreso de sexto año que diseñó el Consejo de Educación Inicial y Primaria (CEIP). Y lo que despierta alarma: tan sólo 30% de los adolescentes en cuestión logran cumplir con el perfil de egreso de tercer año de primaria. Es realmente alarmante.

Evidentemente, frente a estas situaciones hay que diseñar estrategias que puedan dar respuestas. Las autoridades de la educación lo hicieron, y lanzaron una serie de programas especiales entre los que podemos encontrar a las Aulas Comunitarias, Áreas Pedagógicas, Formación Profesional Básica (FPB) y, por lo menos, una veintena más de estos dispositivos, que intentan revitalizar un sistema educativo que hace agua, al menos en los sectores más vulnerados socioeconómicamente. Que se trabaja es cierto, y fuertemente. Lo veo, recorro escuelas, liceos y UTU casi a diario. También veo que, salvo raras excepciones (que por serlo confirman la regla), los niños y adolescentes de los barrios en cuestión no tendrán muchas posibilidades en relación con otros que están en mejor posición social y económica. Y que no me vengan con que las condiciones económicas no tienen nada que ver con la educación, porque la vivienda, la alimentación y la vestimenta, son un desvelo continuo para los chiquilines y sus familias. Es debido a estos desvelos y a esas necesidades descubiertas que muchas veces la contención familiar y hasta el apoyo educativo que le puedan brindar las familias a sus hijos son escasos o nulos, y esto influye directamente en los resultados educativos.

Serían muchos los ejemplos, pero, por acercar sólo uno, el otro día le pregunté a Nahuel por qué siendo tan buen estudiante y teniendo tantas ganas de progresar, había llegado al Aula Comunitaria a cursar primer año con 16 años. No me sorprendió lo que me dijo: “Es que tengo que cuidar a mis hermanos: llevarlos a la escuela, ir a buscarlos, y eso hace que llegue tarde a los centros de estudio. Se me acumulan muchas faltas, y otros años he dejado de estudiar”. Entonces aparecen los programas especiales, más contenedores, más amables con estos adolescentes, más entendedores de las problemáticas cotidianas que viven los chiquilines, y con grandes resultados en la elevación de la autoestima y en la sociabilización; pero en términos académicos, no llegan a conformar.

Me generan cierta contradicción. Por un lado, se tornan “un mal necesario”, porque estos chicos no podrían tolerar el formato liceal clásico que nos proponen en secundaria. Los niveles con los que llegan a los centros educativos se vuelven difíciles de sobrellevar para equipos de dirección y docentes, y sobreviene el conocido final: abandono precoz (por usar un término delicado). Llegados a mayo –en el mejor de los casos–, o luego de las vacaciones de julio, tenemos a los muchachos en las esquinas, en la plaza o en la puerta del centro educativo, pero del lado de afuera, engrosando la larga lista de abandonos de nuestro sistema educativo.

Entonces no tengo dudas: opto por el programa especial, contenedor y tolerante con el problemático círculo vicioso que se cierra y que encierra a un gran porcentaje de nuestros adolescentes, aunque dé magros resultados académicos.

Al leer esto alguno podrá decir: “Este docente hace la clásica: critica mucho y aporta poco”. Podría ser, pero nosotros, desde el Centro Educativo La Pascua, hemos llevado adelante algunas propuestas que nos dieron resultados, con presupuesto cero proveniente de Secundaria. “Está bueno lo que proponen, pero recursos no hay”, se suele obtener como respuesta. Pero hay ganas y compromiso, y nos pusimos a pensar y luego a trabajar. Tenemos nuestra propuesta aplicada. En el área de la educación formal, en Aulas Comunitarias, hemos implementado dispositivos que ayudan a nivelar, a traer al alumno un poco más cerca del grado que está cursando. Le llamamos “Complementaria”. Entendemos que si nos llegaron con rezago pedagógico desde la escuela, con maestros tenemos que solucionar el problema. Así pusimos maestros a trabajar sobre temas escolares. Nos pareció que necesitábamos profundizar más y creamos “Individualizada”, que es el clásico mano a mano: docente y alumno. Vimos los avances.

En referencia a la educación no formal, implementamos los programas “Conocer”. Un sistema alternativo de enseñanza de varios niveles (local, nacional y regional), donde los niños y adolescentes del Club de Niños y del Centro Juvenil recorren y estudian su barrio y otros barrios de la ciudad (“Conocer Montevideo”); en tres recorridas al año y durante tres años recorremos el país y lo conocemos geográfica e históricamente en sus espacios más representativos, en sus fiestas, sus costumbres, su gente, sus actividades productivas (“Conocer el Uruguay”), y finalmente viajamos al exterior, recorriendo la región, descubriendo otros paisajes, otras comunidades y otras mujeres y hombres, con otras costumbres, con otras actividades productivas y con otras religiosidades, que nos permiten acrecentar nuestro acervo cultural y académico. Este último nivel, pergeñado por los propios chiquilines, ya que muchos de ellos ya conocían todo el país, era una locura, un sueño, pero terminó siendo una realización que ha pasado por cuatro etapas: “Tras los pasos de Artigas”, a Paraguay; “Por el camino del inca”, a Machu Picchu; “Por tierras mapuches”, bordeando el cono sur, y “Hacia la mitad del mundo”, llegando hasta el Ecuador (“Conocer Latinoamérica”).

Estos programas, además del estímulo que generan por sí mismos desde el punto de vista educativo y de crecimiento personal, sobre todo teniendo en cuenta que nuestra población se caracteriza por una escasa movilidad territorial, son utilizados pedagógicamente para acercarse al conocimiento formal y curricular, incluidas las ciencias lógicas o duras como las matemáticas, la física o la biología.

Sumado a esto, en La Pascua tenemos como actividad central y que atraviesa a la institución la escucha de los niños y adolescentes, que toman decisiones mediante un método asambleario y de autogestión. Apostamos a la ética de la participación, a la ética autónoma, contraponiéndola a la ética heterónoma (al decir de Rebellato), logrando desarrollar adolescentes críticos, participativos y autónomos, que opinen y reflexionen, que argumenten, que digan.

Así establecemos una práctica pedagógica y una lucha sin cuartel contra la desigualdad, que entendemos anterior y causal de las problemáticas que intentamos resolver. Porque están arraigadas en el sistema que nos rige y son la expresión de una crisis mucho más amplia y profunda que la que refiere sólo a la educación. Una crisis social tan amplia requiere soluciones igualmente amplias de cambio social. Y sí, aunque nos digan sesentistas, seguimos apostando a la utopía. Aunque ella, como dice Eduardo Galeano: “Está en el horizonte. Me acerco dos pasos, ella se aleja dos pasos más. Camino diez pasos y ella se corre diez pasos más allá. Por mucho que yo camine, nunca la voy a alcanzar. ¿Para qué sirve la utopía? Sirve para eso: para caminar”.

 Fuente: https://educacion.ladiaria.com.uy/articulo/2017/6/deben-existir-los-programas-especiales-en-la-educacion-hablemos-sobre-desigualdades-educativas/
Comparte este contenido:

Panamá: La educación es el nuevo canal de conexión.

CentroAmérica/Panamá/23.05.2017/Autor y Fuente: http://laestrella.com.pa

Recientemente he tenido reuniones con gerentes de mercadeo y me he descubierto hablándoles de ‘procesos educativos’, pues solo cuando las personas entienden realmente cómo un producto les genera valor, y cómo ese producto soluciona sus problemas, pueden realmente animarse a ‘comprarlo’.

Los países que han logrados esquemas de apropiación TIC de relevancia, han puesto por delante la educación de las comunidades que participan.

Es muy importante lograr que aquellos que dentro de las mismas comunidades son expertos en el manejo de esas herramientas, tengan la posibilidad de ayudar a quienes son neófitos.

Existen comunidades de hackers que han creado proyectos que buscan estos objetivos, desde tomar equipos viejos donados y transformarlos en piezas útiles para las escuelas de áreas remotas, hasta aquellos que enseñan a programar a quienes así lo deseen de forma voluntaria.

En Panamá han existido varios intentos con más o menos éxito, lo cual ilustra que ya las comunidades han mostrado su interés.

El mejor de los mundos ocurre cuando el interés de estas comunidades y sus esfuerzos propios, se encuentran con apoyo por parte del estado o de las entidades privadas, esto potencia por mil el esfuerzo y logra cosas maravillosas.

Entre mejor logremos sintonizar los tres grandes actores (academia, empresa privada, gobierno) , más posibilidades tendremos de lograr crear nuevas áreas económicas y clusters productivos.

Muchas veces me han preguntado cómo se hace para crear un ‘Silicon Valley’ en el país, yo siempre contesto que ya existe uno, la apuesta debe ser la de crear las condiciones para generar un modelo propio usando las características únicas locales.

Panamá es particular siempre se ha sabido, esta particularidad debe usarse como parte del diseño de la solución, pero debemos eso sí agregarle el factor innovador, emprendedor y sostenible (Modelo SEI).

Hay que lograr que exista capital de riesgo, que los bancos entiendan de el negocio de los emprendimientos TIC, que los chicos salgan de la universidad con ganas de inventar cosas y que la sociedad no vea con malos ojos a aquellos que se han atrevido a probar.

Aunque no he logrado encontrar una respuesta, lo que sí intuyo es que hay que buscarla por el lado de la educación y la ‘alfabetización digital’, si no se hacer por ese lado los resultados no serán permanentes y crearemos una burbuja… como tantas otra que hemos visto pasar.

Fuente: http://laestrella.com.pa/estilo/cultura/educacion-nuevo-canal-conexion/24002762

Imagen: http://laestrella.com.pa/media/news/image/321349_800x600_crop_5920dab45c958.jpg

Comparte este contenido:

Competencias digitales: ¿Manejo de aparatos o gestión de información?

26 de abril de 2017 / Fuente: http://compartirpalabramaestra.org

Por: Rafael Orduz

No se trata, simplemente, de dotar de tabletas, tableros electrónicos y conectividad a las instituciones educativas; se trata de promover una genuina apropiación del uso de las TIC en los procesos pedagógicos

Ya es lugar común afirmar que las tecnologías de la información y las comunicaciones (TIC) deben estar presentes en el aula.  Sin embargo, pueden presentarse malentendidos alrededor de lo que la revolución digital  significa en los procesos educativos. En pocas palabras, no se trata, simplemente, de dotar de tabletas, tableros electrónicos y conectividad a las instituciones educativas; se trata de promover una genuina apropiación del uso de las TIC en los procesos pedagógicos de parte de los actores clave: estudiantes y docentes.

La revolución de las TIC está provocando profundos cambios en la sociedad. El ciudadano de a pie lo puede verificar a diario.  Recibe infomación de lo que ocurre en el mundo y en su entorno inmediato, por un lado; también puede emitir opiniones a través de las redes sociales y crear los más variados tipos de contenidos, por otro.  Con los aparatos móviles puede escuchar la música y descargar los juegos preferidos.  Quien cuente con un vehículo (en Colombia hay ya cinco millones de ellos) puede guiarse por aplicativos que le orientan en los trancones propios de las grandes ciudades.  Puede adquirir bienes y servicios (turismo, por ejemplo), sin intermediación, a través de internet.

También es posible inscribirse a cualquiera de los miles de cursos gratuitos de buena calidad ofrecidos por prestigiosas universidades de todo el mundo. En fin, la presencia de las tecnologías digitales, en todas sus formas, tiende a permear prácticamente todas las actividades sociales y económicas. En la medida en que la conectividad y la disponibilidad de dispositivos avanzan,  las ventajas de lo que ahora se denomina la economía digital pueden ser aprovechadas por la mayoría de la población en un país como Colombia.

Sin duda, la buena conectividad (suficiente ancho de banda por estudiante y docente), así como la disponibilidad de dispositivos (tabletas, PCs) son condición necesaria para el despliegue del uso de las TIC en el aula. La política pública debe velar por el acceso equitativo a la red y la dotación de ordenadores en las escuelas, así como de otros dispositivos electrónicos de inmensa utilidad. (A propósito, el Ministerio de Educación contaba con información detallada acerca del grado de conectividad y dotación de computadores en cada una de las instituciones educativas de todo el país; dicha información no se conoce en la actualidad, particularmente en aquellas zonas en las que la conectividad era provista por vía satelital).

Sin embargo, las tecnologías digitales son tan sólo herramientas. Como tales, su impacto depende de cómo y para qué se las utiliza.

Dada la conectividad a internet, la dotación de computadores y la formación mínima para su manejo, el gran interrogante es el siguiente: ¿cómo gestionar la información en el contexto de las tecnologías digitales?  Es diferente el mundo de la enseñanza analógica, basado en bibliografía impresa y notas de clase, del mundo de los buscadores electrónicos (“google lo sabe todo”) en el que nuevas competencias de carácter son requeridas.

En otras palabras: en cualquier ámbito de conocimiento, el proceso de indagar a través de los buscadores (Google, Bing, Yahoo…) implica nuevos retos de tipo cognitivo. Andreas Schleicher, gestor de las pruebas PISA (OECD)  planteaba alrededor de  las pruebas sobre competencias digitales, en 2009:

“Las competencias digitales que se van a evaluar se refieren al dominio de los recursos necesarios para «acceder, manejar, integrar y evaluar información; construir nuevos conocimientos a partir de textos electrónicos», algo «bastante distinto a hacerlo con textos impresos»… Así, el objetivo de esta prueba trasciende la mera capacidad lectora, tal y como comúnmente se entiende, aunque «no es tanto sobre tecnologías, sino más bien sobre las competencias cognitivas que hacen falta para el uso efectivo de la tecnología.” *

Dichas competencias digitales, que deben adquirirse en la formación básica, se aplican en prácticamente todos los campos: ciencia y tecnología, negocios, salud, justicia, gobierno. No basta, en conclusión, contar con un PC y buen acceso a internet. El secreto está en la buena gestión de la información.

Fuente artículo: http://compartirpalabramaestra.org/editorial/competencias-digitales-manejo-de-aparatos-o-gestion-de-informacion

Comparte este contenido:
Page 5 of 7
1 3 4 5 6 7
OtrasVocesenEducacion.org