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Prostitución: ¿Legalización o abolición?

Por: Marisa del Campo/Rebelión

Sobre las posiciones, dilemas y debates de la prostitución

 

Los lugares comunes permean nuestra vida y condicionan tanto nuestros pensamientos como nuestras acciones. Un tópico actual dentro del progresismo es el de “feminizar la política” en la idea de que las mujeres serían, en general, menos competitivas y ambiciosas y, en particular, más suaves y mesuradas en los debates que los hombres, bastante “machos” y “alfas” casi todos ellos.
Esta media verdad nos revelaría su parte errónea en lo que a la suavidad en la discusión se refiere si asistiésemos a una reunión de feministas que estuviesen hablando sobre la prostitución. Porque si hay un tema que divide y encona al feminismo es el del mal llamado oficio más viejo del mundo. Sin entrar a valorar, por razones de espacio, la posición que proclama la prostitución como un arma liberadora para la mujer y un factor de desestabilización de la cultura heterosexual y patriarcal, dos son las principales corrientes que se enfrentan dentro del movimiento feminista: la que defiende la legalización y la partidaria de la abolición. Veámoslas brevemente.
La postura por la legalización.
Para las partidarias de la legalización, la prostitución sería un trabajo como otro cualquiera. Simplemente consistirá en el intercambio de un servicio por dinero, no muy diferente – o nada distinto – del que pueda realizar cualquier otro trabajador. Se cambia una mercancía por otra entre personas adultas. Por supuesto, se está hablando de la prostitución consentida, siendo este punto, el consentimiento y la decisión autónoma y personal de la prostituta en ejercer esta actividad, el segundo concepto básico de las partidarias de la legalización. Nadie tendría derecho a estigmatizar, prohibir o castigar a una persona que decida libremente “utilizar” su cuerpo para sacar un beneficio.
 En consecuencia, al ser esta prostitución libre y consentida una actividad laboral, debería ser regulada como todas las demás: seguridad social, pensiones, impuestos, cotizaciones, etcétera. De esta manera el Estado sacaría beneficios por vía impositiva, se protegería el bienestar de las prostitutas y se combatirían los abusos de los empresarios y las enormes ganancias de las mafias de trata de mujeres y niñas, favorecidos por la actual situación de “imprecisión” legal.
 Por último, las partidarias de la legalización critican a las abolicionistas por inmiscuirse en el derecho al propio cuerpo, las recriminan que en el fondo estigmatizan la prostitución por principios puritanos inconfesables, las tildan de paternalistas al considerar a todas la prostitutas como víctimas sin capacidad de agencia y las advierten de que llevar a la práctica la abolición solo conduciría a aumentar la explotación y debilidad de las prostitutas frente a empresarios y mafias al ser desterradas al mundo de la ilegalidad. Un ejemplo de esta postura sería Holanda.
La postura abolicionista.
La posición abolicionista – la de mayor tradición dentro del movimiento feminista – defiende que cualquier medida legislativa que se plantee debe tener como objetivo acabar con la prostitución. Afirma que la prostitución es la esclavitud moderna – de ahí su nombre de abolicionista – y que, por ende, solo cabe luchar por su erradicación. Niega el carácter de “trabajo como otro cualquiera” de la prostitución, alegando no solo su “especificidad” y sus posibles peligros, sino conceptualizándolo como símbolo extremo y revelador de la situación de dominación de fondo del hombre sobre la mujer.
También rechaza el argumento de la “libre decisión” al considerar que, en la aplastante mayoría de los casos, el ejercicio de la prostitución viene motivado más por la necesidad que por una hipotética libertad personal sobre el propio cuerpo. Acusando a las pro-legalización de caer en las concepciones liberales del individualismo contractualista, las abolicionistas utilizarían un doble enfoque al aproximarse al fenómeno de la prostitución: de clase y de género. Por el enfoque de clase arguyen que la casi totalidad de las prostitutas pertenecen a la clase baja y que, por añadidura, se da una especie de neocolonialismo pues la presencia de mujeres del tercer mundo es cada vez más importante.
Por el enfoque de género, definen a la prostitución no como un contrato de intercambio de servicios entre individuos, sino como una institución que asegura a los hombres el acceso a ciertas mujeres previo pago de una determinada cantidad de dinero, esto es, una especie de harén “democrático” permanente o un supermercado del orgasmo masculino abierto las veinticuatro horas.
En este sentido, las abolicionistas creen que es posible influir legislativa y culturalmente sobre la demanda, ya sea multando a los puteros, ya sea deslegitimando la práctica del sexo comprado – o ambas cosas a la vez – Por último las abolicionistas consideran que la legalización de la prostitución solo beneficia a las mafias y empresarios al expandir el mercado del sexo y al dividir, en la práctica, a las putas en legales e ilegales. Un ejemplo de esta política sería Suecia.
 ¿Es posible un terreno común?
Como ya dijimos al principio estas dos posturas están muy encastilladas en sus posiciones y han generado un encono muy profundo en el movimiento feminista.
El resultado inmediato de esta situación ha sido la incapacidad del feminismo de dar una respuesta práctica y unitaria, aquí y ahora, al problema de la prostitución y a la enorme expansión del mercado del sexo pagado, y más particularmente al inhumano tráfico de mujeres y niñas, al crecimiento del turismo colonialista sexual y a la sangrante situación de muchas putas emigrantes en burdeles y calles.
 Esta parálisis debe concluir para bien del feminismo, las afectadas y la sociedad en general. Para salir de este bloqueo propositivo es necesario dejar a un lado por el momento las diferencias “ontológicas” – trabajo/no trabajo, libre decisión/necesidad… – que solo conducen al atrincheramiento, y buscar aquello que une a las dos corrientes mayoritarias. Veamos. Ambas posturas tienen en común tres cosas.
La primera es que tanto una como otra pretenden defender el bienestar de las prostitutas y liberarlas del estigma social que suele conllevar su actividad, evitando cualquier tipo de condena moral o criminalización legal.
La segunda es que legalizadoras y abolicionistas tienen como uno de sus principales objetivos la lucha contra las mafias, el tráfico de mujeres y niñas, y la conversión del tercer mundo en fuente de mano de obra prostituta y en burdeles neocoloniales.
La tercera es que comparten un mismo desiderátum: preferirían un mundo donde no existiese la prostitución. Dentro de este tercer aspecto, se podría considerar que, coincidentes en el largo plazo – una sociedad de iguales –, difieren en el corto y medio plazo y en el método para alcanzar esa humanidad donde reinaría una sexualidad realmente libre: unas creerían que el mejor medio sería la abolición, las otras pensarían que la legalización es un camino más adecuado.
 Una modesta proposición. 
En nuestra opinión, y en base a los tres puntos reseñados, creemos que existe un terreno común sobre el que es posible edificar una propuesta unitaria. Esta tercera vía la podríamos calificar de alegalidad con un horizonte ético abolicionista. Tendría como mayores fundamentos, por un lado, la convicción de que ni la abolición, ni la legalización pueden resolver el problema de la prostitución a medio y corto plazo; y por otro, la imperiosa necesidad de dar una respuesta unitaria, aquí y ahora, a la cuestión que nos ocupa y preocupa. A grandes rasgos este mínimo común consistiría en lo siguiente:
1o.- La prostitución ni se legalizaría, ni se ilegalizaría, dejándola así en una situación de alegalidad.
2o.- Se perseguirían de una forma eficaz y contundente las mafias y el tráfico de mujeres y niñas.
3o.- Las prostitutas no sería penadas, al contrario se velaría por sus derechos humanos y se combatiría cualquier forma de explotación.
4o.- Se implementarían fondos para ofrecer a las prostitutas que lo quisieran salidas profesionales de otro tipo.
5o.- Se deslegitimaría al putero y a la banalización de la sexualidad que suele conllevar la práctica del consumidor de sexo pagado.
La responsabilidad de los hombres.
Por último, añadir algo de transcendental importancia: hay que dar un giro copernicano al análisis de la prostitución. Es necesario dejar de verla desde el lado de la puta y empezar a mirarla desde el lado del putero. La responsabilidad de los hombres en este sentido es grande. La prostitución degrada al sexo masculino al considerar que los varones son sacos de testosterona, gorilas incapaces de reprimir sus ansias de orgasmos simiescos, violadores en potencia cuya única forma de reprimir su insaciable sed de sexo es ofrecerles el desaguadero de las putas. Los hombres tienen que dar un paso adelante, levantar la voz y oponerse a esta idea depredadora de su sexualidad, y reivindicar como suya una sexualidad libre entre iguales. Sin puteros no habría putas.
Fuente: http://www.rebelion.org/noticia.php?id=252288&titular=prostituci%F3n:-%BFlegalizaci%F3n-o-abolici%F3n?-

 

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Pequeñas figuras de papel

Por: Carlina Vásquez Araya

La protección de la niñez es un borrador perdido entre otros temas pendientes

Se les mantiene en la ignorancia, así es más fácil explotarlos

 

Me preguntan a veces por qué insisto en el tema de la niñez, habiendo otros tanto o más importantes en la agenda pública. Insisto, porque dudo de la existencia de una tarea más importante que poner en evidencia la situación dramática –y muchas veces trágica- vivida por millones de niñas, niños y adolescentes, aunque a algunas personas les parezca tediosa mi tozudez. Creo, con firme convicción, en la necesidad de seguir machacando sobre ese clavo herrumbroso, torcido e ineficaz a medio insertar en la agenda política y social. He reflexionado sobre ello para dar una respuesta, llegando a la conclusión de que aunque las niñeces felices parecen ser ya un fenómeno en vías de extinción y tanta convención, tratado y predicamento sobre sus derechos no acaban de prender en la conciencia ni en las decisiones de las sociedades, nuestra obligación prioritaria es defenderlos y hacerlos valer.Para demostrar cuánto abandono pesa sobre las nuevas generaciones basta dar un paseo por los medios de comunicación locales e internacionales, en donde las violaciones cometidas contra ese sector de la población se han convertido más en un relleno noticioso que en un tema toral de gran impacto. Su grotesca abundancia nos dice cuán poco hemos avanzado en el establecimiento de protocolos y procesos jurídicos y administrativos capaces de garantizar la seguridad y el goce de derechos para una de las franjas sociales más importantes en una nación. Niñas, niños y adolescentes forman, en nuestros países subdesarrollados, un enorme contingente de seres abandonados cuya vulnerabilidad natural los coloca en la mira de quien quiera explotarlos. De ese modo van cayendo en redes de trata, en pandillas, en prostitución, en matrimonios forzados y en abuso laboral con una facilidad pasmosa por no tener la voz, el conocimiento ni la autoridad para defenderse por sí solos.

Entonces, volvemos la mirada hacia las estructuras familiares e institucionales y comprobamos cuán débil es la red de protección de la niñez. Aquellos estamentos creados con el propósito de salvaguardar sus derechos han sido cooptados por sus propios enemigos: seres corruptos con poder suficiente para convertirlos en víctimas de un sistema de abusos legitimados a fuerza de privilegios, justicia manipulada para convertir la violación sexual o laboral en un delito menor, actos de intimidación contra cualquier intento de exigir castigo por esta clase de crímenes.

Los abusos contra la niñez comienzan a partir del momento cuando los adultos –padres, maestros, líderes espirituales- se creen con derecho de propiedad. De esa convicción y de un sistema patriarcal cuyo pilar fundamental es el abuso de poder, se desprende todo un abanico de oportunidades para hacer de niños y niñas víctimas propiciatorias para toda clase de vejámenes, convirtiéndolos en pequeñas figuras de papel clavadas sobre un muro de indiferencia colectiva. De ahí viene el afán de mantenerlos en la ignorancia negándoles el acceso al conocimiento y a la información, de ese modo viven amordazados desde temprano y sometidos a una autoridad ilegítima, sin posibilidad de escapatoria.

Nuestras sociedades han abandonado su misión fundamental debido, en parte, a esa cadena histórica de abuso contra los seres más vulnerables de las comunidades humanas. El sistema ilegítimo y perverso de cadenas de autoridad creadas para someter a grandes sectores de la población a las decisiones de un pequeño círculo de poder, debe ser destruido. De otro modo, el concepto mismo de sociedad continúa siendo una vil mentira.

Fuente: http://www.rebelion.org/noticia.php?id=250342&titular=peque%F1as-figuras-de-papel-

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La estudiante madrileña que rompe el silencio sobre la prostitución: «Sí, hay esclavitud en tu ciudad»

Por: Sara Polo/Rebelión

Alejandra Acosta es la fundadora de Break the Silence, un proyecto de formación y lobby que busca concienciar sobre la trata de personas.

 

Es pequeña. Para hablar de sí misma no usa «joven», usa «pequeña». 22 años, a la sazón. A falta de entregar el TFG para poder decir, con todas las de la ley, que es trabajadora social. Pero con cuatro años a sus espaldas de trabajo social del de verdad, del de hacer algo. La historia de Alejandra Acosta es la de una chica normal que decidió embarrarse por pura convicción personal y se metió en el peor de los charcos: el de la trata de personas.»He conocido cosas del ser humano que me dan ganas de vomitar negro», reconoce, y su gesto es el de alguien que, efectivamente, ha visto lo que nadie quiere ver. Ha conocido a chicas como ella que han sido esclavas sexuales durante su adolescencia, a adultas que han salido del más sucio de los agujeros y ni siquiera son conscientes, pero todo empieza mucho antes de eso. Todo empieza con una conferencia, con muchas lágrimas y con una ruptura.
Tenía 18 años y estaba en primero de carrera cuando se acercó, casi por casualidad, a un congreso de lo suyo. Le llamó la atención el nombre de una de las charlas: Esclavitud en tu ciudad, y entró con una mezcla de escepticismo y curiosidad. «Suena a ignorante, pero es que hace cinco años el tema de la trata era cero sonado», reconoce, «¿cómo iba a haber esclavitud en Madrid?».

El caso es que allí conoció la historia de una chica nigeriana de 17 años a la que una organización había rescatado de una red de explotación sexual y se abrieron las compuertas. «No soy una persona demasiado emocional, pero no podía parar de llorar y de darle vueltas», recuerda. Noches sin dormir y mucha reflexión más tarde, llegó una ruptura de pareja que terminó de hundirla en sí misma.

«Me centré en mi carrera, me encerré en la biblioteca a buscar libros sobre trata de personas«, cuenta. Y leyó y leyó durante horas, seis meses de perspectiva política, económica, social. En su cabeza se iba fraguando una idea que se hizo realidad el día que conoció a Priscila, hoy su mejor amiga, que sin saberlo también había acusado los efectos de aquella charla. Había nacido Break the Silence, el germen de un proyecto que se convertiría en la motivación de su vida.

De tú a tú con los más jóvenes

Y sigue siendo pequeña. Pero eso, para ella, es más una ventaja que un inconveniente, porque frente al «qué me va a venir a contar esta niña» de los adultos está su target, los adolescentes, que la reciben con la mente mucho más abierta que frente a un profesor. Break the Silence ha desarrollado, de momento, una de las patas de su trípode fundacional: la prevención.

Más de 5.000 estudiantes de entre 14 y 21 años han escuchado a Alejandra Acosta hablarles de prostitución, esa palabra que genera horror y morbo a partes iguales, de consentimiento… en definitiva, de sexo. «Muchos directores de colegio se sorprenden de que vaya a plantear conceptos así a chicos tan jóvenes, pero oiga, su hijo consume porno desde los 12 y no es virgen desde los 14, estamos educando en el siglo XIX a chavales del siglo XXI», alega ella.

Todo arranca con 45 minutos de charla, pero el resultado a veces es mejor del esperado: «A lo mejor a la mitad les ha entrado por un oído y les ha salido por el otro, pero yo tengo caras de chicas que se me han acercado y me han dicho: ‘Oye, yo me he sentido abusada, estoy pasando esta situación’. Con algunas tengo relación, he visto cómo han caído de nuevo en manos de su agresor, he llorado con ellas. Para mí ese es el impacto que queda». Porque la clave es que esa chica morena que viste de mayor les habla en su idioma, es como ellos, y le cuentan lo que le contarían a una amiga. «Es una tirita, claro, pero que al menos tengan la vacuna del conocimiento», dice, «por estadística, la mitad acabará consumiendo prostitución, pero al menos que sepan lo que compran».

De Rumanía a México para poner rostro a las cifras

Su filosofía no es cambiar el mundo, sino su entorno, y para ello ha conocido la realidad de dos países con cifras de explotación sexual que pondrían los pelos de punta a cualquiera. Aprovechó su Erasmus en Rumanía para entrar en un centro de la organización Reaching Out Romania, que rescata a chicas de entre 13 y 22 años de las redes de tráfico de personas. «Allí fue realmente donde entendí el delito de verdad», reconoce, «a las victimas y a los victimarios, me ayudó a ver el dibujo mucho más grande. No es ‘ella, pobrecita y él, qué malo’, es muchísimo, muchísimo más amplio que eso».

Alejandra puso cara a su discurso y su discurso nunca volvió a ser el mismo: «Estoy aprendiendo a no revictimizarlas deshumanizándolas con palabras grandilocuentes». Allí también comprendió cosas terribles, como que las heridas de la esclavitud sexual no sanan nunca, o como que hay víctimas tan jóvenes que ni siquiera entienden el horror por el que han pasado, que han normalizado la violación hasta tal punto que casi no existe trauma. «No son la víctima perfecta, vienen con esa etiqueta que se ponen ellas mismas de ‘puta empoderada’, de ‘esto lo hago yo porque quiero’ pero me siento explotada por mis condiciones laborales», explica, «y sólo años después comprenden que nunca quisieron hacerlo».

Y de Rumanía a México con Unidos contra la trata, la mayor organización de rescate de personas víctimas de tráfico humano. Allí conoció a Neli Delgado, a quien un hombre prometió el oro y el moro del amor y que se encontró prostituida y encerrada en alguna ciudad perdida. Y a Mixi Cruz, que acabó igual, solo que engañada por un familiar en lugar de por un novio. Ha visto cosas del ser humano que le dan ganas de vomitar negro, sí, pero se queda con esas otras, las que cambian las cosas, que siembran un halo de esperanza.

De sus charlas, breves pero efectivas, a veces nacen ciclos de conferencias en colegios e institutos, a veces estrategias de género, a veces sólo una semilla como la que puso en ella aquella historia de una chica nigeriana esclavizada en una calle española cualquiera, por el vecino de cualquiera. Porque sí, hay esclavitud en tu ciudad, ella misma lo ha vivido de cerca: acabó descubriendo que la «buena familia» de esa conocida con problemas personales vivía del proxenetismo.

‘Lobby’ político y trabajo con víctimas en el horizonte

A lo largo de su carrera, Alejandra ha participado ya en debates incluso en el Vaticano, en los que ha demostrado que su juventud sólo añade futuro a su futuro. Recientemente ha participado en el proyecto Equality, con el que Trivu (anteriormente Pangea), ecosistema internacional de talento con mentalidad joven, y Sodexo, líder mundial en servicios de Calidad de Vida, han buscado 10 mujeres de entre 18 y 26 años destacadas en sus ámbitos profesionales y «líderes del mañana» de todo el mundo, con el objetivo de dar visibilidad al impacto que están generando en la sociedad y empoderarlas para encontrar soluciones que mejoren la calidad de vida de las mujeres a través de diversos talleres.

En el horizonte de Break the Silence, dos objetivos: el lobby político, que ya se sustancia con reuniones con las alas más jóvenes de los partidos; y apoyo para la reinserción de las víctimas, porque si algo ha aprendido es que el abolicionismo debe venir acompañado de nuevas perspectivas laborales, si no, está cojo. Todo, siempre, desde la duda de quien es «pequeña» y no para de aprender. Pero también desde la convicción de alguien que quiere cambiar algo para cambiarlo todo. «No sé cómo lo voy a hacer, pero lo voy a hacer», dice, y de su voz se desprende que lo hará, así se embarre hasta la coronilla.

Fuente: http://www.rebelion.org/noticia.php?id=247668&titular=la-estudiante-madrile%F1a-que-rompe-el-silencio-sobre-la-prostituci%F3n:-%22s%ED-hay-esclavitud-en-tu-

 

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Entrevista a Rosa Cobo: «Hablar de voluntariedad en la prostitución es un sarcasmo»

Por: Laura Martínez/eldiario.es/12-09-2018

Entrevista a Rosa Cobo, profesora de Sociología del Género y directora del centro de estudios Feministas de la Universidad de A Coruña, señala que «la consideración de las mujeres como propiedad está estrechamente relacionada con las estructuras patriarcales, capitalistas y raciales de nuestras sociedades».

 

Patriarcado, prostitución, desigualdad, negocio, capitalismo y explotación. Son los conceptos sobre los que Rosa Cobo Bedía (Cantabria, 1956) reflexiona y sobre los que ha publicado distintos materiales. Libros, ensayos, artículos en prensa y centenares de conferencias en los que señala la relación entre el sistema capitalista y la prostitución; del trato de las mujeres como mercancía

Profesora de Sociología del Género en la Universidad de A Coruña y directora del Centro de Estudios de Género y Feministas de la misma institución, ha publicado cinco ensayos para analizar (y desmontar) el patriarcado moderno.  El último de ellos, publicado el pasado mayo, es ‘La prostitución en el corazón del capitalismo’, que presenta este jueves en la Universitat de València, un concienzudo análisis de la industria del sexo y del negocio que mueve millones a nivel mundial.
 

Pregunta: ¿Existen datos sobre cuántas mujeres ejercen la prostitución de forma voluntaria?

Respuesta: La voluntariedad de las mujeres en prostitución es muy discutible. La mayoría de las mujeres que están en la industria del sexo son extranjeras. Y la mayoría de ellas están en situación irregular. Además, son mujeres con escasísimos recursos económicos y culturales, muchas de las cuales vienen de situaciones de pobreza extrema. Y otra parte significativa son objeto de trata. Con este punto de partida, hablar de voluntariedad es un sarcasmo. Están en la prostitución porque difícilmente pueden encontrar un espacio en el mercado de trabajo.

¿Regularizar la prostitución ayudaría a combatir la trata de mujeres?

No hay ninguna relación directa entre la regulación de la prostitución y la disminución de la trata. Al contrario, la regulación de la prostitución tiene como efecto el crecimiento de la industria del sexo; ese aumento exige mayo número de mujeres para satisfacer la demanda. En ese proceso, la trata aparece como un mecanismo fundamental de abastecimiento de mujeres para esa industria.

¿Cuál cree usted que sería el método más efectivo para combatir a las mafias?

La prohibición de la industria del sexo, la penalización de los puteros y proxenetas y políticas públicas de apoyo integral a las mujeres en prostitución. Sin negocio no hay beneficios y sin beneficios no hay prostitución. Lo que desde luego no hay que hacer es penalizar a las mujeres que están en esta industria.

Para aquellas que ejercen la prostitución por voluntad propia ¿Dónde está la frontera entre disponer del propio cuerpo y el convertirse en un objeto sexual?

No hay frontera. La sexualidad, y el cuerpo de las mujeres, es una mercancía en la industria del sexo. Son  tratadas como objetos, como mercancías, tanto para la industria del sexo, como para los proxenetas y puteros. Las mujeres en prostitución son el centro del negocio que ocupa el tercer lugar en términos de beneficios a escala global de todas las economías ilegales. La prostitución es una industria que mueve miles de millones de euros anuales y que sirve para activar economías que no tienen tejido productivo. Las mujeres que migran a países con altas tasas de bienestar envían remesas de dinero a sus países de origen que de esa manera revierten en consumo interno.

¿Cómo influye el nivel de vida de una sociedad y el nivel de igualdad de la misma en las cifras de negocio de la prostitución?

Los altos niveles de bienestar en una sociedad no determinan el tamaño de la industria del sexo. Esta industria es fundamental para los procesos de acumulación capitalista y, además, es muy importante para las economías de algunos países con bajas tasas de pobreza porque la exportación de mujeres para la prostitución es la forma de engancharse a la economía global. Sin embargo, el bienestar de una sociedad reduce al mínimo el número de mujeres autóctonas que se dedican a la prostitución. Esa es la libre elección: cuando existen estados de bienestar, la prostitución autóctona casi desaparece.

Usted defiende que no hay consentimiento en la relación que se establece entre una mujer prostituida y un cliente. Me gustaría que explicara un poco esta tesis… ¿Cómo se concreta el consentimiento?

¿Qué consentimiento puede existir entre dos partes en la que una de ellas tiene una posición de poder y la otra de extrema  precariedad? Cuando existe una desigualdad tan marcada no hay legitimidad en el contrato prostitucional. Puede haber mujeres que están en prostitución y que se autoperciben libres, pero eso no cambia la naturaleza del consentimiento. La cuestión es la prostitución como institución, que en sí misma es una fuente inagotable de explotación sexual y económica de las mujeres prostituidas.

En un sistema que no fuera el capitalista ¿Las mujeres podrían ser un objeto de consumo y una propiedad?

La consideración de las mujeres como propiedad, como mercancías y como objetos está estrechamente relacionada con las estructuras patriarcales, capitalistas y raciales de nuestras sociedades. En sociedades libres y sin desigualdades económicas, patriarcales y raciales muy marcadas las relaciones sexuales entre hombres y mujeres se pactarán libremente entre ambos sexos sin precio.

*Fuente: https://www.eldiario.es/cv/Rosa-Cobo_0_691181959.html

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Entrevista a Rosa Cobo Bedía «La pornografía es la pedagogía de la prostitución»

Entrevista a Rosa Cobo Bedía
Por: Raúl Solís Galván
La directora del Centro de Estudios de Género de la Universidad de A Coruña es autora del libro ‘La prostitución en el corazón del capitalismo’.
«Cuando dentro de medio siglo echemos la vista atrás, comprenderemos que la prostitución ha sido una de las barbaries que han caracterizado el siglo XXI».
«La trata es un fenómeno creado para abastecer de prostitutas a la industria del sexo».
En esta sociedad «los puteros no representan el modelo normativo de lo que no debe ser un hombre».

Rosa Cobo Bedía (Cantabria, 1956), directora del Centro de Estudios de Género de la Universidad de A Coruña, llegó a defender la regulación de la prostitución pensando que así las mujeres prostituídas ganarían derechos y mejoras en sus condiciones sociales. Ese mundo de defensa de la regulación se le vino abajo hace 10 años, cuando la feminista andaluza Charo Luque, activista destacada de la Plataforma de Mujeres 8 de Marzo de Sevilla, la invitó a una charla sobre prostitución. En aquel foro, Rosa Cobo entendió la implicación directa que existe entre capitalismo neoliberal y la explotación sexual de las mujeres.

 

Desde hace una década, Cobos centra su labor investigadora en desgranar los entresijos de la industria del sexo como un sector transversal e internacional que no sólo hace caja en los clubes con luces de neón. Rosa Cobos ha estado en Sevilla presentando su último libro, ‘La prostitución en el corazón del capitalismo’, que la ha tenido varios años introduciéndose en los canales internacionales del tráfico sexual de mujeres, en los prostíbulos occidentales y hablando directamente con las víctimas de este engranaje que, según afirma, en España se nutre en un 90% de mujeres procedentes de países empobrecidos y que en Holanda, donde se legalizó la prostitución en 2001, representa el 5% del producto interior bruto.


 ¿De qué salud goza la prostitución en el mundo y concretamente en España?

Lo primero sería decir que la prostitución es el corazón de una industria, la industria del sexo. Esta industria no ha hecho más que ampliarse, aumentar sus beneficios y ampliar los negocios vinculados a esta industria. Desde este punto de vista podemos decir que la industria del sexo es una de las grandes industrias ilícitas del capitalismo neoliberal.

 ¿Sabemos qué aporte hace la prostitución al PIB mundial?

Es muy difícil saber la cifra exacta porque la prostitución, la industria del sexo, en buena medida, se mueve dentro de la economía ilícita. Ahora bien, hay algunos países como Tailandia o algunas zonas de China donde el impacto de esta industria en el producto interior bruto es altísimo.

 Por qué razón vincula la pornografía con la prostitución

La pornografía es la pedagogía de la prostitución, porque la pornografía no sólo es una parte indispensable de la industria del sexo, sino que, además, los varones que ven pornografía quieren llevar luego esas prácticas sexuales con las mujeres prostituidas. No acaba solamente ahí. A las mujeres que van a entrar en la prostitución les ponen muchas películas porno para que aprendan el oficio.

Incluye la prostitución dentro de la economía criminal, ¿a qué se refiere?

La prostitución es un conjunto de actividades y de negocios que se les denomina economía criminal o ilícita porque una parte sustancial de todos los beneficios es dinero negro, además de que en el marco de la industria del sexo se cometen muchos delitos.

¿Qué países son los receptores de puteros?

Se podría decir que hay rutas de puteros que siguen dos sentidos distintos. Todas las grandes ciudades de todos los países del mundo tienen industria del sexo, por lo que los puteros de zonas rurales viajan a las grandes ciudades. En general, los países que reciben a más puteros son aquellos donde es legal o está más tolerada y donde se pueden encontrar adolescentes y niñas. Alemania y Holanda, donde está reglamentada la prostitución, son dos grandes destinos turísticos de los puteros.

Establece un paralelismo entre perforar el suelo del mar y las montañas para extraer petróleo y penetrar los orificios de las mujeres para extraer placer y dominio sexual. ¿Qué quiere decir concretamente?

Lo que quiero sugerir es que neoliberalismo ha encontrado en la prostitución de mujeres la lógica extractivista, característica de la fase de capitalismo que vivimos actualmente. Es decir, la lógica de sacar beneficios a toda costa en ausencia de una economía productiva.

Si no es lo mismo la prostitución que la trata de blancas, ¿por qué afirma que sin prostitución no existiría la trata de blancas?

Lo primero, el concepto de trata de blancas ya no se usa. Es más acertado decir trata de mujeres para la explotación sexual. Hay un debate de que la prostitución está bien y la trata está mal y yo lo que he querido explicar en el libro es que la trata es un fenómeno social que se ha creado con el objetivo de abastecer de mujeres a la industria del sexo o la prostitución, porque en la medida en que la prostitución va ganando espacio en la sociedad, en la medida que aumenta la tasa de puteros, se necesitan más mujeres.

Rechaza el término ‘cliente’ para los consumidores de prostitución, ¿por qué?

El término ‘cliente’ despolitiza la realidad del putero y transmite la idea de que la prostitución es el resultado de un contrato mercantil desprovisto de cualquier tipo de moralidad. El ‘cliente’ accede al cuerpo de una mujer con la misma actitud con la que se compra unos zapatos. Sin embargo, no es lo mismo comprarse un jersey que explotar sexualmente a una mujer pobre. Los puteros son también responsables de la explotación sexual y económica que entraña la prostitución. Sin puteros no hay prostitutas y sin puteros no hay prostitución.

Sin embargo, a quienes se detiene, persigue y estigmatiza es a las prostitutas.

Es una indecencia la criminalización y la estigmatización de las mujeres en prostitución, mientras los puteros se van de rositas. Ellas hacen lo que pueden para sobrevivir. 

¿Cuál es el perfil del putero y cuántos hombres aproximadamente son demandantes de prostitución?

No hay un perfil concreto de putero. Los hay con recursos económicos y sin ellos, con formación cultural y sin ella, de ámbito rural y urbano, de países del norte y del sur. Es un colectivo interclasista, lo único que tienen en común es que son varones sin conciencia de lo que significa la explotación sexual.

¿Quiénes están detrás de las campañas a favor de legalizar la prostitución?

La legalización de la prostitución es un objetivo largamente deseado por los proxenetas y todos los actores económicos que se benefician de la industria del sexo.

¿Qué sectores se benefician directamente de esta industria del sexo?

Podríamos hablar de muchos, pero hay dos o tres que son muy importantes. El primero, quizás los hoteles, que reciben a puteros que van a utilizar la prostitución; el segundo, las agencias de viaje, algunas de ellas diseñadas para transportar a los puteros a otros países donde se van a encontrar con adolescentes, con mujeres; el tercero, hay compañías aéreas que transportan a toda esta ‘clientela’. Por no hablar de muchos locales que viven alrededor de las marcas de bebidas alcohólicas, que aumentan sus beneficios al distribuir en los prostíbulos.

Hay feministas que mantienen que precisamente las prostitutas son mujeres libres, empoderadas y dueñas de su cuerpo y que desde esa posición sería más útil enfrentarse a la sociedad patriarcal.

Las feministas que hacen esa afirmación son muy pocas. Quienes difunden esta idea son los grupos que están interesados en que siga existiendo la industria del sexo. Bien porque tienen intereses económicos concretos, anuncios de prostitución en periódicos, dueños de burdeles, hoteles donde se desarrolla la prostitución o agencias de turismo sexual, o bien porque son demandantes de prostitución, es decir, puteros. En el capitalismo neoliberal se enmascara la explotación también a través del lenguaje. Si decimos que lo hacen porque quieren y no porque no tienen recursos, si decimos que están empoderadas en lugar de hablar de su vulnerabilidad, estamos invisibilizando la explotación sexual y económica que es la prostitución.

¿Por qué los puteros han sido históricamente invisibilizados en el imaginario de la prostitución? 

La invisibilidad del putero está vinculada a su posición de hegemonía tanto en la sociedad como en la institución prostitucional. En la mujer prostituida se encarnan todas las características de lo que no debe ser una mujer. Los puteros, sin embargo, no representan el modelo normativo de lo que no debe ser un hombre. El hecho de que se atribuya a las mujeres prostituidas lo negativo y a los demandantes no se les penalice socialmente tiene que ver con la posición de poder que tienen los varones en el conjunto de la sociedad, muy especialmente en la prostitución.

¿Cuál es el significado simbólico de la mujer prostituta en nuestra sociedad?

Las mujeres en prostitución representan el modelo normativo de lo que no debe ser una mujer. Sin embargo, desde las instancias de poder se permite y protege la existencia de la prostitución mientras se estigmatiza a las mujeres prostituidas. La propia existencia de las mujeres prostituidas lanza a la sociedad el mensaje de que el resto de las mujeres no tenemos que ser como ellas. Ellas son para todos los hombres, el resto tiene que ser para uno solo.

Qué cambios se han dado en la prostitución con el triunfo del capitalismo neoliberal

El capitalismo neoliberal ha transformado la prostitución y la ha convertido en un negocio internacional con un alto grado de racionalidad en términos de beneficios y un modo de funcionamiento similar al de las maquilas. Para algunas zonas del mundo, la industria del sexo se ha convertido en una estrategia para el desarrollo. De ser un conjunto de pequeños negocios sin impacto económico, la industria del sexo se ha convertido en el siglo XXI en una industria internacional que se desarrolla y crece en el marco de las economías ilícitas con impacto en el PIB.

¿Por qué el movimiento feminista está tan dividido en la cuestión de la prostitución?

La clave tiene que ver con la diferente concepción que tenemos unas y otras sobre la sexualidad. La mayoría del movimiento feminista estima que la prostitución es explotación económica y sexual y señala que no es aceptable un intercambio sexual en el que la parte masculina obtiene gratificación y la otra sólo asco y violencia. Una gran parte de las mujeres en prostitución beben y toman drogas antes de los encuentros sexuales para poder sobrellevarlos. El asco y el malestar invaden la vida de estas mujeres. Sin embargo, una minoría del feminismo estima que no hay explotación sino intercambio libre de sexualidad por dinero. Este grupo de mujeres feministas no pone el foco en las estructuras de poder capitalistas, patriarcales y raciales que envuelven la prostitución, sino en los individuos que participan en este intercambio y los conceptualiza como individuos libres que toman decisiones racionales a su propia biografía. Unas y otras ponemos el foco en lugares distintos y por ello el análisis es diferente. Sin embargo, no tengo duda de que algunas personas de buena fe, que hoy consideran que la regulación de la prostitución humaniza las condiciones de vida de las mujeres prostituidas, se verán obligadas a tomar conciencia más adelante, porque la regulación empeora las condiciones, como muestran los casos de Alemania y Holanda.

¿Llegará un día en el que se presente un proyecto de ley para abolir la prostitución en España como se llegó a aprobar en Suecia?

No tengo duda de que llegará. Tardará más o menos, pero llegará. Cuando dentro de medio siglo echemos la vista atrás, comprenderemos que la prostitución ha sido una de las barbaries que han caracterizado el siglo XXI, como fue la esclavitud en tiempos pasados.

Fuente: https://www.rebelion.org/noticia.php?id=240700
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La trata de seres humanos es la tercera actividad criminal más rentable del mundo

España/28 de Abril de 2018/La Vanguardia

Moisés Martín (Mossos), la fiscal Pilar Izaguerri y Alba Alonso (Sicar)

El cabo de los Mossos d’Esquadra de la Unidad Central de Tráfico de Seres Humanos, Moisés Martín, ha explicado este viernes en la Jornada Internacional sobre lucha contra la Trata de seres humanos de la Universidad de Barcelona (UB) que este tipo de actividad criminal es la tercera más rentable del mundo después del tráfico de drogas y el tráfico de armas, según los principales estudios.

Martín ha detallado que los grupos más representativos de esta actividad criminal que operan en Catalunya son organizaciones albanesas, principalmente en la provincia de Tarragona; búlgaras, en el norte de Catalunya; rumanas, tanto en el sur como en el norte; nigerianas, en Barcelona y La Jonquera (Girona), y chinas, de las cuales no se puede determinar una localización exacta a causa de su clandestinidad.

Ha indicado que estas organizaciones son muy «territoriales» y que solo son capaces de coexistir y compartir espacios en la zona urbana de Barcelona y en el norte de Catalunya, en la zona fronteriza de La Jonquera.

Sobre las organizaciones nigerianas, ha destacado que se dedican exclusivamente a la explotación sexual de sus víctimas, a las que captan y controlan con ritos de magia negra africana como el vudú, y les exigen el pago de deudas de entre 30.000 y 50.000 euros, lo que las lleva a cometer hurtos en zonas como Las Ramblas de Barcelona cuando no pueden pagar.

En el caso de las organizaciones chinas, ha especificado que se dedican tanto a la explotación sexual como laboral y que normalmente se sitúan en pisos –lo que dificulta la investigación– desde donde limitan y controlan todos los movimientos de las víctimas, que suelen ser de origen rural chino.

Sobre las organizaciones albanesas, ha recalcado que su principal actividad es la prostitución de mujeres en puntos de carretera y que tienen un control directo sobre sus víctimas, que en ocasiones llegan a desarrollar un «vinculo emocional» con los traficantes, aunque cuando no pagan reciben amenazas y agresiones.

También han participado en la Jornada la fiscal de la Sección de Extranjería de Barcelona, Pilar Izaguerri, y la abogada de Sicar cat, Alba Alonso, que han resaltado la necesidad de proteger a las víctimas durante todo el proceso contra los traficantes.

La representante del ministerio público ha subrayado que las víctimas de trata de seres humanos y su testimonio son «fundamentales» para conseguir sentencias condenatorias contra los traficantes, y ha detallado que en el año 2016 la Fiscalía presentó en toda España 20 escritos de acusación contra 59 acusados por casos con 62 víctimas, mientras que en el mismo año se dictaron 20 sentencias sobre trata, 12 condenatorias y 8 absolutorias.

Fuente: http://www.lavanguardia.com/local/barcelona/20180427/443061456060/la-trata-de-seres-humanos-es-la-tercera-actividad-criminal-mas-rentable-del-mundo.html

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Niñas de día, putas de noche

Por: Humberto Montero

En Sierra Leona un año completo en una escuela primaria cuesta el equivalente a un corte de pelo en Madrid: 15 euros, 150.000 leones. En esta pequeña nación africana, castigada tantos años por las guerras, un plato de comida cuesta tres euros, lo mismo que el cuerpo de una niña de 9 años. En Freetown vive Aminata, una de las protagonistas del documental “Love”. Un corto desgarrador en el que su director, Raúl De la Fuente, narra la hercúlea tarea de cuatro misioneros salesianos, con el padre Jorge Crisafulli al frente, y de un centenar de voluntarios para devolver la esperanza a una legión de niñas obligadas a prostituirse para poder sobrevivir en calles donde solo las ratas se atreven a entrar.

Aminata es huérfana. Su padre era el jefe rebelde de un grupo que se alzó en armas contra el Gobierno de Sierra Leona, lo que desató una cruenta guerra civil que duró algo más de diez años, entre 1991 y 2002. Aminata creció masticando dolor. Antes de morir en una balacera, su padre le cortó el brazo a su madre por negarse a convivir en el mismo hogar con la esposa del guerrillero. Con las heridas infectadas, su madre pereció desangrada y Aminata se quedó sola en el mundo. Sin nada que echarse a la boca, la niña se fue a Freetown y se acostó con unos hombres que antes la habían invitado a poner precio a su cuerpo. «Ese día gané cinco euros y sólo tenía 13 años». A partir de ese momento engrosó el ejército de esclavas sexuales africanas, niñas que son desvirgadas a veces sin haber tenido siquiera su primera menstruación. Niñas a las que los pescadores chinos les dan una moneda extra si tienen sexo con los perros.

La de Aminata es una historia terrible, pero también esperanzadora, porque la niña, al cabo del tiempo, abandonó la prostitución y pudo montar una pequeña peluquería y un modesto almacén donde vende alimentos. Dejó atrás una vida llena de sida, drogas, abusos sexuales, y alcohol gracias a los salesianos, que acogen en el centro Don Bosco Famul de Freetown a chicas de entre 9 y 17 años. «Son niñas y sienten como niñas, aunque estén haciendo el trabajo de una prostituta adulta. Es inhumano», dice Crisafulli. “No saben que pueden quedar embarazadas, no conocen métodos de autoprotección. Los que abusan de ellas en las calles no son pobres. Son gente con dinero, poderosos… policías”, explica el misionero argentino.

Misiones Salesianas denuncia que la prostitución infantil “es una forma moderna de esclavitud” que en la actualidad sufren más de 150 millones de niñas y 73 millones de niños en el mundo.

Los informes de la ONU señalan a Argentina, Chile, Cuba o Sri Lanka como los estados con peores índices de abusos sexuales a menores. En Tailandia, 80.000 niños son obligados a prostituirse cada día, mientras que en Indonesia el 20 % de las mujeres explotadas sexualmente son niñas. En Estados Unidos y Canadá se calcula que hay 100.000 menores víctimas de la trata. En todas partes hay miserables capaces de explotar a niños. Es probable que la prostitución exista siempre, por desgracia. Pero es intolerable que no procuremos a nuestros niños, de aquí y de allá, los medios para vivir con dignidad y aprender a ganarse la vida sin tener que vender su cuerpo.

Ahora que algunos escándalos, como el de Oxfam en Haití, han mermado la credibilidad de algunas ONG, es preciso recodar la tarea incansable y dolorosa que la inmensa mayoría de ellas realiza con nuestra ayuda económica. “Todo comienza a través de los ojos”. Así comienza el trailer de “Love”. Véanlo.

Fuente: http://www.elcolombiano.com/opinion/columnistas/ninas-de-dia-putas-de-noche-NL8519258

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