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¿Cómo interpretar los resultados de México en PISA?

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El 6 de diciembre pasado la Organización para la Cooperación y Desarrollo Económicos (OCDE) dio a conocer a nivel mundial los resultados de PISA 2015, estudio en el cual participaron 72 países, entre los cuales se encuentra México.

Por su parte, el mismo día, el Instituto Nacional para la Evaluación de la Educación, dio a conocer los resultados de los estudiantes mexicanos en los tres dominios principales de PISA: Ciencias, Matemáticas y Lectura.

Estos resultados provocaron decenas de notas negativas en la mayoría de los medios de comunicación, donde se acusa a la Secretaría de Educación Pública (SEP) del “desastre”, “fracaso” y “estancamiento” de la educación en el país. Los resultados antes referidos también se perciben como desilusionantes y el “peor entre los 35 países de la OCDE”.

Sin embargo, dichos juicios de valor representan una suerte de descalificativos que reflejan una alta emotividad (coraje y desesperanza), que se combina con una falta de información. En principio, debemos partir del hecho de que los datos que arroja PISA son duros, y que nadie en el país puede estar contento con ellos; sin embargo, es importante saberlos contextualizar y compararlos, tanto con otros países similares culturalmente a México, como con respecto a su evolución en el tiempo. Para ello, propongo cuatro aspectos a considerar para interpretar equilibradamente los resultados de México en PISA 2015.

Primero, conocer muy bien lo que mide la prueba de PISA, para saber de cuáles competencias mínimas se habla. Esto solo se puede hacer revisando los ejemplos de las preguntas que publica la OCDE para cada nivel de logro y respondiéndolas uno mismo (http://www.mecd.gob.es/inee/Preguntas-liberadas.html).

De esta manera se estará en condición de emitir un juicio sobre los altos procesos cognitivos que se les solicitan a los estudiantes de clase internacional y si dichos procesos se enseñan en las escuelas mexicanas. Anticipo que este no es el caso, por lo que es falso armar que “los estudiantes que no logran el nivel mínimo en PISA (Nivel 2) no aprenden nada”. Segundo, estar conscientes de que PISA no evalúa contenidos del currículo mexicano, sino las habilidades intelectuales (razonamiento y solución de problemas) que un joven de 15 años ha desarrollado durante toda la vida: desde que nació hasta el día en que respondió la prueba.

Por consiguiente, dichas habilidades son el producto de lo que los estudiantes aprenden tanto dentro como fuera de la escuela. Las investigaciones educativas más optimistas arman que la escuela es responsable entre 40 y 50 % de los que aprenden los estudiantes. Por lo tanto, los resultados de PISA son un indicador del capital intelectual que tiene el país, cuya responsabilidad recae en la sociedad misma, no solo en el sistema educativo. Tercero, conocer las limitaciones que tienen las comparaciones basadas en rankings.

Comparar los resultados de México en PISA con los de otros países, solo tiene sentido si sus condiciones socioeconómicas y culturales son similares. Se dice sorpresivamente que “México es el último país de la OCDE”, como si ello no fuera de esperarse. Efectivamente es el último en PISA, pero también en prácticamente en todos los indicadores de bienestar social (ej.: salud, esperanza de vida, mortalidad infantil, poder adquisitivo, pobreza, corrupción, seguridad, etc.).

Por ello, habría que comparase con los países latinoamericanos, que son los más similares a México en la mayoría de estos indicadores, tales como Chile, Brasil y Colombia. Que por cierto, respecto a ellos no salimos mal. PUBLICIDAD inRead invented by Teads Cuarto, conocer los alcances y limitaciones que tienen las comparaciones de un mismo país en el tiempo. México mostró tener una mejoría en Matemáticas, pero no en Ciencias ni en Lectura. Por ello, se ha inferido que “el sistema educativo está estancado”. Una forma de saber qué tan cierto es esta afirmación es conocer los cambios que muestran otros países. Por ejemplo, los resultados de PISA en Ciencias (2006 a 2015) muestran que, de 63 países considerados para este análisis, 15 retroceden, 36 no presentan cambios y 12 avanzan ¿Podríamos decir que la cuarta parte de los países en el mundo son un fracaso y que 60 % está estancado?

En síntesis, los resultados de PISA deben interpretarse de acuerdo con las condiciones del país, evitando hacer aseveraciones catastróficas que no ayudan al país a mejorar su sistema educativo; pero que sí lo desmoralizan. Igualmente, la sociedad entera debe asumir su responsabilidad de estos resultados, toda vez que el aprendizaje que evalúa PISA no solo se adquiere en la escuela, sino también en el hogar y en el contexto social donde se desenvuelven los niños y jóvenes del país. Finalmente, las expectativas sobre los resultados educativos en PISA deben matizarse considerando otros indicadores de bienestar del país.

Por qué esperar, que en educación estemos mucho mejor que en salud, seguridad o corrupción. ¿No es esto tener una expectativa falsa de la educación y por ello estar “tan desilusionados” de los resultados de PISA?

Fuente: http://www.educacionfutura.org/como-interpretar-los-resultados-de-mexico-en-pisa/

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PISA 2015 y el “nuevo aliento” del oxidado discurso

Por: Mauro Jarquin

A partir de la presentación y discusión de los resultados de México en el Programa para la Evaluación Internacional de Alumnos (PISA) 2015, ejecutada por la OCDE, la problemática educativa en nuestro país ha sido nuevamente objeto de interés, principalmente por aquellos fervientes militantes de la —llamada—Reforma Educativa en curso. Distintas voces oficiales y oficialistas han salido a la palestra para, aprovechando los pésimos resultados nacionales, argüir la urgencia de implementar con “eficacia” y “contundencia” cada uno de los puntos de la Reforma, desde la profesionalización del magisterio (dígase evaluación punitiva) hasta la aplicación del Modelo Educativo 2016, el cual, dicho sea de paso, ha sido ampliamente criticado por su falta de coherencia, su nula articulación con la política implementada por el Gobierno Federal y por supuesto, el autoritarismo con el que se ha impuesto a la comunidad escolar.

Posiblemente el más extasiado con PISA 2015 sea Claudio Xavier González, el líder moral y presidente de la asociación civil-patronal Mexicanos Primero, quien, para no perder la gran oportunidad, ha hecho gala de sus profundos conocimientos teóricos sobre educación, así como de la realidad que nuestros estudiantes y profesores viven cotidianamente al llevar a cabo sus prácticas pedagógicas y labores docentes. El ya mencionado empresario, expresidente de Fundación Televisa y promotor de los planteamientos educativos de la OCDE, publicó unas reflexiones generales a propósito de los resultados internacionales que México obtuvo, las cuales pueden encontrarse en la web con el título “ PISA: ¡Adelante la Reforma!”[1]. Después de leer la masa compacta de enunciados ideológicos que expone González, he considerado pertinente realizar algunos comentarios.

En primer lugar, creo que el título por el que ha optado el líder de Mexicanos Primero no es fortuito, en absoluto. Los resultados internacionales en pruebas estandarizadas se han convertido en algo más que un referente del estado de la educación en nuestro país, pasando a ser un auténtico fetiche en la discusión pública sobre la educación; para el bloque de la reforma, los números de PISA tienen la capacidad intrínseca de explicarnos el qué y el por qué de los problemas en nuestro sistema educativo. Tal vez por ello la burocracia educativa construya sus políticas más enfocadas a las necesidades y propuestas de la OCDE que a las de nuestro propio pueblo.

Los números y el ranking publicado por la OCDE se han convertido en el leitmotiv del discurso empresarial y del oficialismo. En este sentido, aumentar el puntaje mexicano en PISA se torna el objetivo fundamental de la transformación educativa, y no así la atención integral de la amplia gama de problemas que tiene nuestro sistema educativo nacional. En pocas palabras, parece que para los empresarios y el Gobierno Federal, el problema educativo mexicano se resume a elevar el puntaje en un ranking internacional.

Anteponer los resultados de PISA a una lectura sensata de las necesidades concretas de la educación mexicana ha sido una jugada constante de los líderes de Mexicanos Primero. Ellos  saben que su discurso globalizante no tiene los pies en la tierra, y por ende, tampoco en los espacios escolares. Más aún, comprenden que la Reforma Educativa, que en gran medida ellos impulsaron, está herida de muerte, al construirse sobre el aire, y de arriba para abajo. Es menester para ellos, pues, recurrir a lo que se ha convertido su principal ariete para intervenir en el futuro de nuestra educación pública.

Llama la atención que, aquellos que toman los resultados de PISA como un fundamento que la política educativa debería tener, intenten culpar de todos los males al sistema educativo nacional, a las escuelas y principalmente a los docentes. La misma prueba indica que: “ Si un país puntúa más que otro no se puede inferir que sus escuelas sean más efectivas, pues el aprendizaje comienza antes de la escuela y tiene lugar en una diversidad de contextos institucionales…” Es decir, las “aptitudes” que mide PISA, no se enmarcan en una dinámica escolar, sino también se refieren a las posibilidades de desarrollo cultural, cognoscitivo y académico que un contexto social determinado permite.

En un país con índices tan altos de marginación y pobreza, y por ende con una disponibilidad tan precaria de capital cultural entre la población —la cual encuentra entre sus más importantes “educadores” a un duopolio televiso de contenidos francamente aberrantes— es, cuando menos, un descaro culpar a las escuelas y a los docentes del “desastre educativo” nacional.

No obstante lo anterior, los promotores de la Reforma siguen pretendiendo tratar al tema educativo como si fuera una variable independiente de la vida social, buscando encontrar en la educación el motor del desarrollo económico y la prosperidad. De esta forma, González afirma que, con respecto a los países y provincias de oriente lejano, “su eficacia educativa les asegura seguir gozando de niveles superiores de vida y de actividad económica.” En el mismo sentido, afirma que “La falta de preparación de la juventud latinoamericana […] explica en parte su altísimo nivel de desigualdad y su falta de movilidad social. La carencia de educación de calidad es el Talon de Aquiles de nuestra región”.

A la luz de lo anterior me pregunto… ¿es realmente la calidad educativa ese “Talón de Aquiles” la condicionante que no permite el desarrollo regional? ¿O acaso la educación es el chivo expiatorio con el cual, aquellos beneficiados por el capitalismo dependiente latinoamericano, buscan evitar discutir en serio las limitantes estructurales de nuestra sociedad? Personalmente opto por lo segundo. Si a estas personas (y a los grupos de élite de la burguesía nacional que representan) les interesara en verdad el desarrollo social en nuestro país, podrían comenzar por remunerar la fuerza de trabajo local de una manera digna, para así poder tener acceso a servicios y contenidos culturales que ahora le son prácticamente imposibles a un gran porcentaje de la población nacional. Digo, posiblemente también podrían dejar de presionar al Estado para que éste disminuya cada vez más su gasto público en salud, educación, etc., destinando esos montos, por ejemplo, al pago de la deuda externa.

Quizás, si les interesara realmente la falta de desarrollo en nuestra sociedad, podrían desistir de achacar cierto subdesarrollo cognitivo a nuestros jóvenes, y entender por qué las “competencias propias del siglo XXI” no han sido aprehendidas en nuestra sociedad. Creo que de hacer un examen más consciente de ello, podrían encontrar la respuesta ya no en la culpade los docentes mexicanos —de los cuales más del 80% ha sido catalogado como “apto”—,  sino en el contexto social, político y económico tan violento y permeado de miseria que nuestras escuelas enfrentan día con día. No obstante, sé que no lo harán, porque lo que buscan no es conocer, es imponer; en sus formas no se encuentra el escuchar, ellos señalan y persiguen, para después condenar a quienes representan una resistencia a su proyecto político.

Al final de su texto, “el mentor” Claudio X. dice que: “la batalla para transformar nuestro sistema educativo apenas comienza”, lo cual es del todo una mentira[2]. Esta lucha no es nueva, porque la lucha por la educación en México siempre ha estado vinculada a una correlación de fuerzas específica en un momento específico, y es de recordar que en este momento, aún con la violencia estatal y la campaña negra de los medios de comunicación en contra del magisterio, la comunidad escolar está avanzando y los maestros organizándose.

Sigue tú, Claudio, con tus rankings internacionales y tus dogmas neoclásicos sobre “economía de la educación”. Continúa venerando al fetiche de los números en cuantos espacios pueda tu organización gestionar… total, al final de cuentas, tanta demagogia tiene su propio “Talón de Aquiles”, y para encontrarlo, basta con mirar a la ventana.

[1] PISA: ¡Adelante la Reforma!, disponible en: http://www.educacionfutura.org/pisa-adelante-la-reforma/

[2] Véase: La lucha por la hegemonía educativa en México. Una lectura, en: http://otrasvoceseneducacion.org/archivos/153295

 

Fuente: http://insurgenciamagisterial.com/pisa-2015-y-el-nuevo-aliento-del-oxidado-discurso/

 

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Costa Rica: Gastamos más en educación, con peores resultados

Costa Rica/15 diciembre 2016/Fuente:La República

RESUMEN EJECUTIVO


En el largo plazo, el aumento de la inversión en el sistema escolar puede ser rentable, como ha ocurrido en algunos de los países con mejor educación.
Pero en el corto plazo el desempeño de los estudiantes costarricenses es peor que hace tres años, con base en los resultados de la última prueba PISA, a pesar de que el sistema de educación pública ha estado recibiendo más dinero que nunca.
Por el contrario, los estudiantes de noveno grado en Colombia, Uruguay y Chile mejoraron sus resultados a diferencia de sus homólogos costarricenses, mientras que el costo de la educación pública en esos países es significativamente menor.
La OCDE realiza las pruebas PISA, que miden la capacidad de resolución de problemas en ciencias, matemáticas y comprensión del lenguaje, en docenas de países de todo el mundo.
Los resultados de la prueba 2015 fueron publicados la semana pasada.

 A largo plazo, las grandes inversiones en escuelas públicas pueden obtener excelentes resultados, como ha ocurrido en algunas partes del mundo, incluido Singapur, que se ubicó primero en la prueba PISA más reciente, y con $131 mil al año por estudiante, invierte más en educación que cualquier otro país.

En el corto plazo, el desempeño de los estudiantes de 9º grado de Costa Rica fue peor que hace tres años, a pesar de que invertimos más en educación que Colombia, Chile y Uruguay, donde los resultados de las pruebas mejoraron en comparación con 2012.

En el sistema de escuelas públicas de Costa Rica en 2013 la inversión anual por estudiante fue cercana a los $47 mil, de acuerdo con la Organización para la Cooperación y el Desarrollo Económicos (OCDE).

La inversión es mayor ahora, dado que el presupuesto para la educación pública equivale al 7,8% del valor de la producción nacional, en comparación con un 7,0% hace tres años.

Mientras tanto, la calificación promedio de los estudiantes de 9º grado de Costa Rica cayó de 426 en la prueba anterior de PISA a 416 en la versión del año pasado.

En comparación, el costo anual de cada estudiante en Uruguay, donde la calificación promedio saltó de 412 a 430, no es mucho más de $30 mil.

Chile, cuyos estudiantes ocupan el primer lugar, tanto en esta prueba como en la anterior, gasta poco más de $40 mil por persona.

Los cuatro países con mayores notas en el último certamen, después de Singapur, son Japón, Estonia, Canadá y Finlandia.

La OCDE administra el certamen PISA, que mide la capacidad de resolución de problemas en ciencia, matemáticas y comprensión del lenguaje, en una muestra representativa de 5 mil alumnos de 9º grado en docenas de países de todo el mundo.

Costa Rica está en el proceso de solicitar la adhesión a la OCDE, con sede en París, que realiza investigaciones en nombre de sus 35 países miembros.

La prueba de 2015, cuyos resultados se publicaron la semana pasada, contó con la participación de 67 países y territorios.

Fuente:https://www.larepublica.net/noticia/gastamos-mas-en-educacion-con-peores-resultados

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El mito de la calidad educativa. La crudeza a partir de los datos de la Prueba PISA 2015

Por:

Una vez más nuestro país sale mal librado de un reporte internacional, en este caso la publicación de los resultados de la prueba PISA,  dicha prueba se aplica a jóvenes de 15 años un año después de que egresan de la escuela secundaria. La prueba es por competencias, estandarizada y se aplica de manera estratificada cada 3 años. Este es un ejercicio de verdadera evaluación, que el gobierno federal no quiere abrirse para practicarla.

En 10 años los resultados de la aplicación de la prueba PISA demuestra que seguimos al fondo de la tabla no hemos avanzado ni medio milímetro, aun con la alternancia de los gobiernos, y bajo el pomposo anuncio de reformas educativas. Países como Vietnam el cual ha sido golpeado por la guerra y la marginación de las grandes potencias, hoy se encuentra entre los primeros lugares. Por encima de nosotros de los llamadas países de la región están Chile, Colombia, Uruguay incluso la Republica Dominicana, abajo solo aparecen Brasil y Perú.

Sin embargo la contraparte también hay que decirlo, la prueba PISA no es tan pertinente para nuestro país, evalúa una serie de aspectos que no forman parte del curriculum mexicano o de las orientaciones específicas ligadas con las prácticas de los y las educadores. Salimos mal porque estamos mal pero la prueba no es tan sugerente que permita visualizarnos en el marco global de los países miembros de la OCDE.

La prueba PISA y otras más como fue Excale o Enlace sirven de escaparate para demostrar que los problemas de fondo están en el sistema en su totalidad y complejidad, en una mala gestión y administración del mismo y de que han sido mal entendidos y peor encauzados los conceptos claves de la moda educativa como son: calidad, equidad, eficiencia, eficacia, equidad y trasparencia.

Me referiré aquí brevemente al asunto de la calidad educativa. El gran error que hemos cometido es que a la calidad se le ha entendido como un calificativo de la tarea educativa y no como su sustancia. Habrías que invertir las figuras no hablar de una educación de calidad sino de calidad educativa. La idea es que la calidad y el servicio educativo queden fusionados en una idea articuladora que se asuma en la práctica.  Para ello se requieren diseñar algunos indicadores.

El segundo problema al que nos enfrentamos es que todos esos términos como el de calidad, eficiencia, rendimiento, productividad, cumplimiento de metas, etc., han sido traídos de la empresa y han sido trasladados a la educación. No es lo mismo admisntrar una empresa que adminsurtar una escuela, es más las escuelas no se admisntran, se organizan en torno a un proyecto de desarrollo. La calidad entonces se trata de definir con claridad las metas anuales de cada centro de trabajo con la capacidad de desarrollo y contrastarlo con lo que se pudo lograr en un periodo determinado.

Y el ultimo aspecto tiene que ver con el funcionamiento del sistema, un sistema rígido, piramidal, autoritario cuyas disposiciones se trazan de arriba abajo y en donde en la esfera superior se compone de burócratas no de académicos o de personajes que conozcan de educación y del sistema educativo. Todo ello, genera tensiones, desfases simulaciones e incumplimientos.  Es por ello que la calidad educativa en nuestro país es un mito del que se habla mucho pero se han hecho pocas cosas para garantizar su cumplimiento.

Fuente: http://www.educacionfutura.org/el-mito-de-la-calidad-educativa-la-crudeza-a-partir-de-los-datos-de-la-prueba-pisa-2015/

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La Argentina, ante el desafío de recobrar la excelencia en la educación pública

América del Sur/Argentina/13 de diciembre de 2016/Fuente: el dia

La exclusión de Argentina de las tradicionales pruebas de evaluación PISA, despertó en estos días no sólo ásperos debates entre autoridades educativas actuales y ex funcionarios del área –en una controversia que, más allá de buscar las circunstanciales responsabilidades del caso, poco aporta a la esencia del problema- sino que, vista y analizada en su verdadera dimensión, causa una honda inquietud pues volvió a colocar a la Argentina en una situación de decadencia constante. Una declinación que resulta especialmente dolorosa ya que desde finales del siglo XIX y en casi toda la centuria pasada nuestro país mantuvo una posición de vanguardia, caracterizándose en el concierto de las naciones por la calidad y justeza de su sistema educativo.

Como se sabe la Organización de Cooperación y Desarrollo Económico (OCDE) que impulsa las llamadas pruebas Pisa, que son evaluaciones de estudiantes de numerosos países que se realizan cada tres años a alumnos de 15 años, decidió hace pocos días excluir a la Argentina por “fallas metodológicas” en las que incurrió el sistema educativo de nuestro país al tomar las muestras, tal como lo admitió el actual ministro de Educación. En tanto, funcionarios de la gestión anterior refutaron el planteo de invalidez de la presentación de la muestra y expresaron que el tema radica en el cambio de la escuela media que se dio en los últimos años.

Como se sabe, la Argentina fue excluida de la medición internacional de calidad educativa 2015 a raíz de “graves fallas metodológicas y falta de cumplimiento de regulaciones” fijadas por la entidad organizador, en una situación que no sucedió nunca desde el año 2000, cuando comenzó este sistema de evaluación mundial, más allá de que en 2003 el país decidió no participar. Se indicó que la falla tuvo que ver con no haber abarcado la cantidad necesaria de escuelas para realizar la evaluación, estimándose que faltaron los resultados de unos tres mil establecimientos.

Más allá de las interpretaciones diversas y contradictorias que se suscitaron a partir de esta decisión de la OCDE, lo cierto es que la Argentina volvió a quedar mal parada en una prueba internacional en la que, en los últimos años, vale recordarlo, aparece ubicada entre los países con peor calidad educativa.

Como se recordará, el puntaje obtenido por los jóvenes argentinos en las anteriores pruebas Pisa, realizadas en 2013, los colocó en el puesto 59° sobre los 65 países evaluados, en lo que resultó ser un descenso continuado desde el año 2000, cuando la Argentina quedó ubicada en el lugar 35°, para luego declinar en los sondeos del 2006 y 2009.

Debiera también advertirse que, en consonancia con esos sondeos, se fueron conociendo en estos años encuestas realizadas por universidades, públicas y privadas, en las que la mayoría de los estudiantes encuestados consideró como deficiente a la enseñanza secundaria, mencionándose como principales causas de esa situación el bajo nivel de los profesores y la falta de interés de los alumnos.

Al margen de los desajustes metodológicos que pudieron haber influido para que se decidiera la exclusión de la Argentina en las últimas evaluaciones internacionales, pareciera ya evidente el quebranto que sufre nuestro sistema educativo, en el cual -más allá de que la responsabilidad esencial para revertir ese panorama le incumbe a los docentes- existen también serias falencias imputables a los padres y familias de cada estudiante.

No faltan en el país diagnósticos certeros sobre la declinación del sistema y numerosos índices reveladores del pobre nivel educativo imperante. Está cada día más claro que nuestro país debe impulsar en forma perentoria un vigoroso replanteo de la educación, que lo coloque a la altura de los múltiples desafíos contemporáneos. La Argentina dispone de solventes recursos humanos y, asimismo, aún, de la privilegiada base que sentó la instrucción pública en sus épocas de mayor brillo. Sólo hace falta aprovechar con inteligencia esos factores trascendentes.

Fuente: http://www.eldia.com/opinion/la-argentina-ante-el-desafio-de-recobrar-la-excelencia-en-la-educacion-publica-186491

Imagen: https://upload.wikimedia.org/wikipedia/commons/5/50/Mauricio_Macri_con_alumnos_de_una_»Escuela_Verde»_del_barrio_de_La_Boca_(7795546824).jpg

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«Las pruebas PISA son el concurso de belleza de la pedagogía» Entrevista a Pablo Gentili

América del Sur/10 Diciembre 2016/Autor: Sputnik/Fuente: Sputniknews

El resultado de las pruebas PISA (Programa Internacional para la Evaluación de Estudiantes) se refleja en un ranking de quién hizo «mejor» y «peor» las cosas, como un concurso de belleza de la pedagogía, dijo a Sputnik el secretario ejecutivo del Consejo Latinoamericano de Ciencias Sociales (CLACSO), Pablo Gentili.

«El PISA construye un mecanismo artificial, lo impone y nadie lo cuestiona, y luego compara, porque en realidad es un complejo mecanismo de evaluación, pero al final hace un ranking, es como un concurso de belleza de la pedagogía para ver quién salió primero y quién salió último», dijo Gentili.

El 6 de diciembre se difundieron los últimos resultados de las pruebas PISA, un sistema estandarizado para evaluar los conocimientos de estudiantes de 15 años aplicado por la OCDE (Organización para la Cooperación y el Desarrollo Económico) y se reactualizaron las polémicas.

Entre los 72 países participantes se encuentran nueve latinoamericanos: Brasil, Chile, Costa Rica, Colombia, República Dominicana, México, Perú, Uruguay y Puerto Rico.

Varios investigadores llevan años cuestionando los procedimientos y varios de los fundamentos que dieron origen a estas pruebas.

«La OCDE parte de un principio equivocado, de que hay una forma de pensar el desarrollo y el mundo, que es universal, de Shanghái hasta República Dominicana, todos los jóvenes con 15 años tienen que saber un conjunto de cosas que son fundamentales para sobrevivir y progresar en la vida», arguyó Gentili.

El fundamento se basa en lo que piensan «un conjunto de burócratas» de una organización dedicada a la economía mundial «de los países más poderosos del mundo» y que se impuso como la visión dominante «a partir de la cual es posible pensar y presentar los objetivos de la educación», criticó Gentili, profesor de la Universidad del Estado de Río de Janeiro.

«Esto no es nada menos que una evaluación de los sistemas educativos nacionales a la luz de estos principios y estas competencias que nunca se ponen en duda y que establece un horizonte, un modelo educativo colonial, dominante y para nada universal ni científico», añadió el especialista en ciencias de la educación.

Para Gentili, a pesar de que las pruebas PISA son «un verdadero desastre», se imponen por la fuerza que ejerce la organización poderosa que las realiza en los medios de comunicación.

«A muchos medios les resulta fantástico porque simplifica algo que es muy complejo presentando un ranking, (lo cual) es patético», criticó.

Calidad de la educación

Hablar de educación en la región requiere tener en cuenta que los países tienen experiencias educativas diferentes, según Gentili.

En Argentina o Brasil «el problema de la igualdad es central, porque vivimos en la región más desigual del planeta», afirmó.

«Calidad es inversión en América Latina, inversión pública, trabajo decente de los docentes; en cada región hay una lógica para pensar la calidad y no creo que PISA refleje esto para nada», añadió el politólogo.

Gentili expresó asimismo preocupación por el desprestigio al que es sometida la escuela pública por gobiernos conservadores de América Latina.

«Cada vez que tienen que exponer algo que funciona mal en nuestros países lo explican atribuyéndoselo a la educación y a los docentes (lo cual) ha alejado a muchísima gente de la escuela pública», señaló.

En el caso de Chile, que presenta el mejor desarrollo educativo de América Latina en las pruebas PISA, se trata de un «excelente promedio» resultado de una «profunda desigualdad, hay escuelas de élite que tienen muy buenos resultados, pero hay un montón que tienen pésimos resultados», observó.

En la evaluación divulgada el martes participaron alrededor de 540.000 estudiantes de 15 años de 72 países.

La prueba de dos horas de duración evalúa los conocimientos y habilidades en ciencia, matemáticas, lectura, solución colaborativa de problemas y alfabetización financiera.

Fuente:  https://mundo.sputniknews.com/mundo/201612081065425883-pisa-america-latina-educacion/

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BID: Acelerar la mejora de la calidad es el principal reto en educación para América Latina y el Caribe

Diciembre de 2016/Fuente: BID

Aunque América Latina y el Caribe vuelven a quedarse a la cola del ranking internacional de calidad educativa, según los resultados de PISA 2015 publicados por la OCDE hoy, se destaca una mayor inclusión y que países como Perú, Colombia, Uruguay y Trinidad y Tobago se colocan entre los países que mejoran más rápido.

El Programa para la Evaluación Internacional de los Alumnos, o PISA por sus siglas en inglés, evalúa cada tres años lo que los estudiantes de 15 años saben y pueden hacer en ciencia, lectura y matemática. En PISA 2015, participaron 10 países de la región: Argentina, Brasil, Chile, Colombia, Costa Rica, México, Perú, República Dominicana, Trinidad y Tobago y Uruguay.

Dentro del ranking global en ciencia liderado por Singapur (puesto 1), Chile está a la cabeza de los países de la región (44) entre los 72 países y economías que participaron. Le sigue Uruguay (47), Trinidad y Tobago (53), Costa Rica (55), Colombia (57), México (58), Brasil (63) y Perú (64). República Dominicana cierra el ranking global.

La mitad de los alumnos de la región tiene bajo desempeño en la prueba PISA, es decir, no cuentan con los conocimientos y habilidades esenciales para participar plenamente en la sociedad. De los 8 millones de jóvenes de 15 años de los países participantes, 5,4 millones no alcanza este nivel de desempeño básico.

“Todos sabemos que nuestra región tiene que mejorar mucho”, dijo Emiliana Vegas, Jefa de la División de Educación, ¨pero es esperanzador ver los primeros resultados de los esfuerzos de nuestros gobiernos, familias y estudiantes”.

La región mejora los resultados en la prueba a un ritmo relativamente alto, pero debe acelerar para alcanzar el desempeño de los países de la OCDE. Perú, Colombia y Trinidad y Tobago están entre los 10 países con un mayor ritmo de mejora en ciencia. Perú además muestra mejoras consistentes en matemática y lectura. Y entre las dos últimas rondas de PISA (2012 a 2015), Perú, Colombia y Uruguay, están entre los que más rápido mejoraron en ciencia, logrando avances que equivalen a más de medio año de escolaridad.

PISA 2015 muestra también que la inclusión mejoró en América Latina y el Caribe, haciendo que los avances de la región sean aún más destacados. No solo el número de países de la región que participa en PISA aumentó, sino que también, dentro de cada país, aumentó el porcentaje de jóvenes que están en el sistema educativo y tomaron la prueba. Esto muestra una mayor inclusión así como el compromiso de la región con la mejora de la calidad de la educación.

Para conocer más sobre los resultados de PISA para América Latina y el Caribe visita www.iadb.org/PISA.

Fuente: http://www.iadb.org/es/noticias/comunicados-de-prensa/2016-12-06/urgente-mejorar-calidad-de-la-educacion-en-lac,11672.html

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