El momento histórico por el que atraviesa el país, que llevaría al fin de 50 años de confrontación armada, exige el compromiso de todas las instituciones educativas, públicas y privadas, con la creación de un currículo académico que permita construir una sociedad más incluyente, porque el país cobra una nueva dimensión ética y política.
La afirmación sintetiza parte del amplio diálogo que EL COLOMBIANO logró con el experto español en educación José Gimeno Sacristán, considerado uno de los personajes claves en la transformación del pensamiento pedagógico español y clave en el debate intelectual en la transición de la España franquista a la democrática.
Gimeno Sacristán visitó Medellín, invitado por las universidades U. de A. y UPB., como uno de los pensadores centrales del Primer Seminario Internacional Currículo y Educación Superior, que congregó a las más destacadas figuras académicas de las principales universidades públicas y privadas del país.
Según Gimeno Sacristán, el momento actual de Colombia exige reconvertir todo el sistema de valores, evitar los prejuicios, hablar de la verdad, poner el acento en aquello que explica la división del país, debatir sobre el origen del conflicto, cómo ha desembocado en una esperanza de paz con oportunidades para todos los sectores.
¿Qué es posible hoy en la escuela en un mundo invadido por las tecnologías?
“Primero pondría una prevención. No creo que la escuela esté invadida de tecnologías en los sectores más vulnerables de la población. Es decir, las nuevas tecnologías están muy extendidas en determinadas capas de la sociedad, pero hay una población, a nivel mundial y en cada país, que no tiene acceso a las nuevas tecnologías. Existe una gran brecha social y cultural en la que hay que preguntarse sobre si tiene o no acceso a esas tecnologías. Hay mucha gente sin acceso todavía y hay quien es discriminado para acceder a esas herramientas”.
De todas formas,
estos desarrollos tecnológicos son un gran reto para la escuela.
“Es evidente que las nuevas tecnologías suponen un reto para la escuela y denuncian cómo lo hace la escuela, pero también corremos el peligro de pensar que sustituyen a la escuela y eso sería muy peligroso, porque las nuevas tecnologías tienen una peculiaridad, se distinguen de otras tecnologías que ha habido en el mundo y en la historia y la cultura en que su potencia formativa o su utilidad dependen del nivel de cultura del usuario. La nueva tecnología no vale por sí misma sino en función de cómo el usuario es capaz de utilizarla. Una tableta puede servir para ver partidos de fútbol o puede servir para hacer servicios de matemáticas. Entonces, son los profesores los que determinarán su tipo de uso y qué calidad de uso tienen las nuevas tecnologías. A partir de ahí hablaremos en plan grandilocuente y optimista con las nuevas tecnologías.
¿Tiene sentido que el gobierno, como es el caso colombiano, llegue a entregar tabletas por todos lados, incluso en zonas donde no hay siquiera energía eléctrica para cargarlas o los maestros desconocen el uso de las mismas?
“La introducción de las nuevas tecnologías en la escuela es un problema económico de primer orden. El mercado ha visto que la población escolar es el cuerpo más numeroso de ciudadanos que hay en ninguna otra situación. Entonces, es un bocado muy apetecible el mercado de las nuevas tecnologías. ¿Por qué han implantado tabletas y no computadores que costarían lo mismo que una tableta? Porque esta reclama un mercado capturado de sometimiento a un sistema de uso y no a otro. Por la tableta no te puedes expresar, prácticamente están cerradas las vías de la impresora. Sí por vía internet, por el ordenador podrías completar todas las funciones que quieras. ¿Por qué se pone en marcha un invento y no otro? Porque es económicamente más rentable. También hay que hacer una precisión. ¿Qué son las nuevas tecnologías? El teléfono móvil es una cosa e internet otra, este va por el teléfono pero no solo es eso y la escuela históricamente pasó de largo por las nuevas tecnologías tipo televisión, cine, fotografía, máquinas de escribir, rotativa. Estas pasaron de largo por la escuela y esta no cambió su lápiz y papel; su pizarrón y su tiza, pero tienes razón en que suponen un reto muy importante y es que no poder acceder a ello costará muy caro”.
Colombia atraviesa por un momento muy interesante con respecto al debate social. Hoy están en la mesa el Gobierno Nacional, las Farc y grupos muy fuertes de ciudadanos tratando de llegar a un acuerdo general para poner fin a más de 50 años de conflicto. ¿Cómo desarrollar un currículo en una sociedad tan marcadamente violenta como la nuestra, que realmente aporte desde la escuela a reencontrarnos como ciudadanos?
“Los currículos escolares tienen la tendencia de tapar aquello que es molesto o aquello que es conflictivo o polémico. La escuela opera sobre consensos culturales y no sobre los aspectos de conflicto. En el caso de Colombia, con el tema del terrorismo de las Farc, introduce un grado de gravedad mayor al de otros temas que han tenido en el currículo y eso es lógico aunque no deseable que conflictos como este, que marcan la historia de este país, no tengan tratamiento en la institución escolar. Lo que ha habido es falta de currículo sobre este tema. No es que haya estado deformado el mensaje sino que ha estado mutilado y eso es un problema que afecta a todo el país y que el ciudadano no tendrá, seguramente, la información suficiente como para abordar un reto que implica un reto social, político, económico, cultural y educativo”.
¿Si se trata de comprometer a todos los estamentos en el fortalecimiento democrático del país, el reto debe ser igual de importante para la universidad pública como para la privada?
“Sí, claro, todas las instituciones se verán demandadas de responder de alguna forma. Es de esperar que la educación pública sea más sensible que la privada, que no suele progresar por tener temas de interés social, al menos la privada que yo conozco, que no es la de este país. Es evidente porque la privada contribuye al bienestar de aquí y en España esto sería imposible. El currículo siempre presenta manchas oscuras donde no hay información para los ciudadanos. Es tan sencillo como que en los libros españoles la Revolución Francesa ocupa menos lugar que la reconquista contra los moros, o lo que llamaron la Conquista de las Américas. Los currículos recogen deformaciones provocadas por la valoración social. En el caso vuestro, ese era un tema muy delicado y no creo que se haya tocado nunca en las instituciones escolares, ofreciendo temas tan importantes como la ética y la política. ¿Qué va a pasar en este país con los niños ahora que se les habla de igualdad de derecho a la educación, la salud?, ¿quién financiará eso en esa dinámica de construir un país más incluyente?, porque el país cobra una nueva dimensión ética y política”.
Usted que es considerado una persona clave en la transformación de la educación española, en el periodo de transición de la España franquista, ¿qué le recomendaría a nuestra escuela que carga con una dolorosa historia como víctima del conflicto armado?
“Habrá que reconvertir todo el sistema de valores, evitar los prejuicios, hablar de la verdad, poner el acento en aquello que explica la división del país, hablar del origen, de cómo se originó esto, de cómo ha desembocado, por qué la situación ha fracasado en el primer intento a nivel legal después de todo ese espectáculo internacional para apoyar la firma del acuerdo final, algo que supongo que la mayoría de la población colombiana lo apoya también.
Nosotros desde afuera vemos que es una oportunidad que la escuela tendrá que plantearse, qué papel cumple para explicar la historia reciente de este país y convertirse en un agente esclarecedor de lo que ha sido, de lo que ha ocurrido. Eso es clave, porque también tendrá que ver con las responsabilidades de otros, no solamente de las Farc, también de los que han actuado de paramilitares, etcétera, etcétera”.
En ese sentido, el currículo tendrá que ser producto de un gran pacto social o corresponderá a los técnicos y académicas definir qué es importante para la escuela en esta nueva historia que se comienza a escribir en Colombia…
“Tendrá que participar el profesorado, el de ciencias sociales, filosofía, ética, pero tendrá que acometerse un gran plan de sensibilización general. Los niños de las Farc se unirán con los que no eran de las Farc, qué escuela se plantea, qué tipo de aprendizaje realizará un niño que no ha estado en zona de conflicto y el que está en zona de conflicto; habrá que prever asistencia a niños con algún problema de identidad, jóvenes que del fusil pasan al lápiz y al bolígrafo. Ahí se plantea un problema duro de transición inevitablemente y se puede hacer caso omiso y aislar las culturas o hacer un esfuerzo de fusión y de interculturalidad para hacer una situación más justa y los medios de comunicación son fundamentales, mucho más que la escuela”.
¿Qué hacer en una coyuntura como la actual en la que se ha avanzado al punto de que se logró un primer acuerdo, en décadas, entre el Gobierno y las Farc para la reintegración de estas a la civilidad, a la política sin armas?
“Como dice Hannah Arendt (filósofa alemana), puedo perdonar pero no puedo ni debo olvidar. Puedo perdonar y hacer la convivencia posible pero no puedo olvidar lo que pasó porque entonces me escribirá alguien la historia y no la contará como sea necesario y eso implicará un diálogo entre las dos culturas, que pueden salir con sentido de no derrota para que se incorporen, pero creo que la convivencia política demandará un gran debate social hasta construir un nuevo país. Cuánto por ciento de la población representa ese territorio que ocuparon las Farc y en el que impusieron sus doctrinas, creo que fue extensísimo, eso ustedes lo saben. El problema no fue asunto de una plaza amurallada que se hunde, sino que es toda una cultura, en vastos territorios del país, 50 años es medio siglo, y allí en aquellas zonas no ha habido información sobre ello, nada más que cuando hay atentados, si lo hay, pero no se habla nada. En España no es posible hablar de Franco, lamentablemente, después de 40 años de su muerte, la última semana en Valencia y Madrid adoptaron la medida de quitar los símbolos franquistas de las calles y las plazas, expresiones de la derecha antidemócrata y ello todavía provoca reticencias en el Partido Popular, lo que se llama la defensa de la memoria histórica. Es decir, la guerra la perdió la República, pero la ganaron los dictadores y los antidemócratas y Franco mató más gente después de la guerra que durante la guerra. Eso lo sabemos porque la historia lo ha contado”.
Colombia hoy tiene una enorme aspiración por ser parte de los países de la OCDE. Uno de nuestros escollos gruesos es la calidad educativa. ¿Qué sentido tiene que a nuestros estudiantes se les evalúe en las Pruebas Pisa con el mismo examen que se hace a estudiantes de países desarrollados como uno de los requisitos para acceder a ese grupo de naciones?
“Creo que Colombia, Argentina y Brasil al entrar a la OCDE están condenados a ser los peores de la tabla. Considero que el informe Pisa no aporta nada a la educación y poco podría aportar. En primer lugar, la OCDE está constituido en su cuadro directivo por representantes de los gobiernos o gente que sea de aceptación de los gobiernos. En España, al ministro de Educación más nefasto que ha habido en la historia de la educación, el famoso José Ignacio Wert Ortega, lo han premiado como embajador de España en la OCDE para quitárselo de encima. Esto para que veas que el mundo de la OCDE no es el paraíso intelectual. Refiriéndome concretamente a los Pisa, toda información que venga sobre los sistemas educativos es buena, tener información sobre cómo es Colombia y cómo Estados Unidos es buena. Los países no pueden dejar de reflejarse en lo que son y lo que son es que son realidades educativas donde el desnivel de los alumnos es igual y la OCDE refleja a los ricos como los primeros y los pobres como los últimos. España está en una posición intermedia, pero en términos generales está por debajo del nivel económico que tenemos. Es decir, somos más ricos que cultos, estamos más altos en la escala de la renta percápita que en los rendimientos escolares”.
¿Acaso la información que se logra con los puntajes de la OCDE no conduce a la solución de los problemas educativos locales?
“La información que da la OCDE no soluciona nada porque no da apenas información. Lo que quiero decir es que si deseas saber algo del sistema de educación colombiana, no te vayas por los datos de la OCDE, que trae unas tablas donde jerarquiza a los países. ¿Qué me importa a mí que yo tenga el puesto 30 o el 40, o estar al lado de Francia? Eso solo me sirve para consolarme. Los países ricos dan resultados mejores en términos generales. Estados Unidos es el más potente económicamente y tiene un sistema educativo que da pésimos resultados. Es decir, Estados Unidos no es fiable de lo que realmente es como país y en los datos de la OCDE. Y en cualquier caso no son suficientes para determinar un diagnóstico. Por ejemplo, España da malos resultados en la variable de lectura comprensible. Es decir, los niños españoles no tienen la capacidad de decodificar textos en la medida de los niños italianos o los países antiguos del Este, que tenían un alto nivel educativo. Entonces, no damos buenos resultados en lengua pero el gobierno nunca ha tomado una medida para mejorar eso. En España, hasta hace poco nadie sabía qué era el informe Pisa, los periodistas no hablaban de él desde hace dos años. Han aprendido a utilizar políticamente los resultados. Hoy el fracaso escolar ha disminuido y el Partido Popular, en particular, dice que eso es gracias a su política. Si empeora, entonces dice que fue gracias a la política educativa que ha recibido. Es decir, no hay diálogo, lo único que hay es arrojarse el resultado a la cara unos a otros. Por otra parte, Pisa comienza a decir cosas que es increíble que no se hicieran públicas, hechos tan sencillos como decir que el nivel educativo depende de las clases sociales, que los ricos sacan mejores notas que los pobres, que la mujer está discriminada con respecto al varón. Es decir, lo que es la sociología viva, pero a los gobiernos solo les interesa coger los datos que les importan. Colombia, que es un país que lee mucho, puede pero Brasil, Argentina y Perú están en la cola”.
¿El currículo puede convertirse en la estrategia de alcanzar la utopía
de una educación con calidad para todos?
“Sí, pero siempre y cuando me precise qué es calidad. La derecha entiende como calidad resultados brutos en los exámenes o las pruebas objetivas; mientras que la izquierda, la progresista o como la quieras llamar, siempre hay que verlo desde una dimensión ética y política. No me es suficiente con que los resultados aumenten, que es bueno que aumenten, sino que me digan los de quién aumentan. Porque eso no lo dicen nunca. Jamás la OCDE le hace una crítica a un gobierno por la política educativa que desarrolla. No lo puede hacer porque forma parte del comité de decisiones de la OCDE”.
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