Puerto Rico/01 de agosto de 2017/ Por: Keila López/Fuente: https://www.elnuevodia.com
Como parte del equipo de oficiales de gerentes de proyectos, su nuevo rol, la secretaria deberá generar cambios en el sistema.
Reestructurar el sistema de educación es una tarea que requiere datos exactos, metas claras, un plan de trabajo que atribuya responsabilidades a cada miembro del equipo y, sobre todo, una visión amplia de qué es lo que se quiere conseguir y los pasos para lograrlo. Esa es la mirada que la secretaria de Educación, Julia Keleher, le da a sus tareas como gerente de proyecto, encargada de transformar la agencia que dirige.
A principios de julio, el gobernador Ricardo Rosselló anunció la creación del rol del “project management officer” (oficial de gerencia de proyecto) en el gobierno, puestos que ocuparían 20 funcionarios de la alta gerencia gubernamental. Estos dirigirán equipos para hacer tareas específicas que el ejecutivo quiere impulsar.
Bajo la nueva política pública, el gobernador dividió como una labor distinta la responsabilidad de dirigir el Departamento de Educación de la de hacer cambios en la operación de esa agencia.
Keleher tiene que encaminar una transformación en Educación con el objetivo de que sea más eficiente en el uso de sus recursos y que mejore el aprovechamiento académico de los alumnos, explicó.
El rol como gerente de proyecto va a tono con sus funciones como asesora de la Autoridad de Asesoría Financiera y Agencia Fiscal (AAFAF), corporación pública que paga el salario de la funcionaria. Su contrato -renovado el 21 de julio y en vigor hasta el 30 de junio de 2018 por un total de $250,000- hace referencia a su experiencia en manejar proyectos como elemento importante para dirigir la reestructuración de Educación.
“El rol de gerente de proyecto debería ser parte del rol de secretario de Educación”, sostuvo Keleher.
Históricamente, el secretario de Educación se enfoca en manejar el día a día de los aspectos académicos y administrativos de las escuelas. Es por esto que quien ocupa el puesto ha tenido injerencia en asuntos tan disímiles como el desarrollo de nuevos currículos académicos y la compra de papel de baño para las escuelas, sin olvidar la contratación del personal docente y no docente.
Desde la perspectiva de la gerencia de proyectos, la meta final es lograr que cada servidor público dentro de la estructura de la agencia, así como los contratistas, “remen para el mismo lado” y estén claros de cómo deben cumplir cada uno con sus funciones, indicó Keleher.
“Una mejor gerencia de proyectos permitiría que yo no tenga que enfocarme tanto en esos asuntos porque son problemas que surgen porque no había un plan definido. No se partía de la premisa de que la gerencia de proyectos es importante”, expresó la secretaria.
Las prioridades para cumplir con la transformación que requiere el sistema educativo están centradas en el manejo de los recursos humanos de la agencia, la optimización del presupuesto, diseñar estrategias para mejorar el desempeño estudiantil y descentralizar la agencia, detalló.
El proceso
Para Keleher, el fracaso de muchos de los proyectos que se han intentado implementar en el Departamento de Educación se debe a la falta de planificación y de una mirada a largo plazo sobre lo que verdaderamente se quiere lograr.
“Cada proyecto tiene un ciclo, que es el inicio, planificación, ejecución, monitoreo y cerrar. Cada proyecto tiene que pasar por esas cinco etapas. Usualmente, lo que vemos cuando (los) proyectos fracasan es que, en vez de iniciar y planificar, todo el mundo brinca de la idea a la ejecución”, señaló Keleher, quien posee una maestría en administración comercial (MBA) precisamente en gerencia de proyectos.
“Lo que entendemos es que, cuando uno se detiene un poco y se planifica bien, surgen a la luz asuntos, complicaciones, riesgos, cosas que uno va a enfrentar en el camino y si uno sabe todo eso de antemano se puede reaccionar en el momento en que surge el problema”, añadió.
No obstante, esta planificación depende en gran medida de la existencia de datos y estadísticas que ayuden en la toma de decisiones, una de las grandes debilidades de Educación, reconoció Keleher. La falta de números exactos sobre la cantidad de alumnos que llegarán a las aulas en agosto dificulta que se conozca de antemano la cantidad de maestros que se necesitan o los trabajos de mantenimiento que se debe dar a una escuela para que reciba a los estudiantes, ejemplificó.
La reestructuración que encamina la actual administración abarcará el aspecto académico y el administrativo, lo que ya arrancó con la intención de modificar las funciones de las regiones educativas para, eventualmente, eliminar los distritos escolares. Aunque el pasado cuatrienio comenzaron a reducir los niveles administrativos, la secretaria ha establecido que esos cambios no fueron suficientes.
Redefinirán funciones
“Tenemos que redefinir las funciones de los empleados, ver qué es lo que hacen y qué es lo que se necesita. Necesitamos estar claros de cuál es el sistema que estamos creando”, expresó Keleher, quien destacó que los cambios que implementará no necesariamente provocarán despidos de empleados, sino reubicaciones.
“Incluso, (en) los contratos que hemos emitido este año, yo he obligado a las personas que me someten un contrato a que me definan cómo sus contratos se alinean a lo que son las metas de la agencia”, añadió.
Funciones que se hacen año tras año, ya casi de forma automática, se beneficiarían de un nuevo modelo de gerencia, aseguró la secretaria. Por ejemplo, la contratación de maestros transitorios que se realiza en cada receso académico sufrió cambios este verano pues, aunque la Oficina de Gerencia y Presupuesto autorizó la contratación de 3,300 educadores, Educación desarrolló el proyecto “Team Teaching” para contratar 1,000 adicionales. Esta iniciativa se sufraga con dinero que sobró de presupuestos anteriores, incluyendo fondos que no se usaron para el proyecto de maestros sustitutos del pasado cuatrienio.
“Me queda bastante para transformar el sistema, pero por lo menos se nota. Ahora estamos preocupados por los datos, y cuánto dinero, cuántos municipios, cuánto es el gasto por esto o por aquello. Ahora hay empleados que tienen métricas; eso es un elemento que es importante para los proyectos, además de que hay metas para la agencia y cada uno aporta algo para lograr todas las metas que tiene la organización”, indicó la secretaria.
Keleher reconoció que no hay garantías de que el nuevo enfoque logre los resultados que durante décadas han sido inalcanzables. “Pero, si no logro lo que quiero, con esta metodología debo poder explicar por qué, qué fue lo que pasó y dónde fallamos”, manifestó.
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