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Evaluación de Maestros y “Calidad” Educativa

México / 19 de noviembre de 2017 / Autor: Juan Carlos Miranda Arroyo / Fuente: SDP Noticias

“Aunque las ideas creativas para la reforma educativa provienen de muchas fuentes, solamente los maestros pueden ofrecer la perspicacia que surge de la experiencia intensa y directa en el salón de clases. Aportan a la tarea de la reforma el conocimiento de los estudiantes, el oficio y una cultura escolar de que otros carecen. Además, la reforma no puede imponerse a los maestros por los mandos superiores o por personas ajenas al gremio. Si los profesores no están convencidos de que los cambios propuestos valen la pena, no van a poder implantarlos de manera enérgica. Si no comprenden del todo qué es lo que se pretende o no están suficientemente preparados para introducir contenidos o formas nuevas de enseñanza, las medidas reformistas fracasarán. En cualquier caso, cuantos más maestros compartan las medidas de la reforma y cuanto más ayuda se les brinde para poner en marcha cambios consensuados, mayor será la probabilidad de que sean capaces de hacer duraderas tales mejoras.” (1)

El fragmento del texto anterior, fue publicado en Estados Unidos en el libro: “Ciencia: conocimiento para todos” (1997). Y lo traigo a colación porque se relaciona íntimamente con el  tema de la evaluación de las maestras y los maestros de la educación obligatoria en México (Preescolar, Primaria, Secundaria y Media Superior), que es un ámbito que ha generado amplia discusión, múltiples reflexiones y polémicas encendidas, no sólo por sus implicaciones de carácter político, sino porque es un asunto que despierta debates técnicos y científicos, los cuales no están exentos de cargas ideológicas.

Además de los docentes, también los directivos escolares y asesores técnicos de la escuela pública son sujetos de las evaluaciones obligatorias que establece la Ley General del Servicio Profesional Docente (LGSPD) desde 2013. Por cierto, es importante mencionar que, en efecto, los docentes y demás figuras educativas, antes de ese año participaban en diversos programas de evaluación, pero esas evaluaciones no eran obligatorias. Esto lo comento en descargo de la idea generalizada en la sociedad, de que los docentes de la escuela pública “no quieren ser evaluados”. Lo cual es totalmente falso.

Como sabemos, la LGSPD establece evaluaciones para el ingreso, la promoción, el reconocimiento y la permanencia de las figuras educativas. También hoy existen evaluaciones internas y externas a las escuelas que cumplen con funciones diferenciadas, y los criterios a las que están sujetas, con sus respectivos matices y especificidades, son establecidos por el INEE, en coordinación con las autoridades educativas federales y estatales.

Una de las evaluaciones más controvertidas de la Ley es la que se refiere al desempeño. En su capítulo VIII “De la permanencia en el servicio”, la LGSPD señala en el Artículo 52 que: “Las Autoridades  Educativas y los Organismos Descentralizados deberán evaluar el desempeño docente y de quienes ejerzan funciones de dirección o de supervisión en la Educación Básica y Media Superior que imparta el Estado.” Así mismo, el último párrafo del Artículo 53, que se refiere a los resultados de la evaluación del desempeño, ha sido el más impugnado por los maestros, por sus causas y efectos, pues indica que: “En caso de que el personal no alcance un resultado  suficiente  en la tercera evaluación  que se le practique,  se darán por terminados los efectos del Nombramiento correspondiente sin responsabilidad para la Autoridad Educativa o el Organismo Descentralizado, según corresponda.”

La lógica, premisa o hipótesis de los legisladores y de quienes impulsaron el diseño de esta Ley, sostiene que la evaluación de los maestros, directivos y asesores técnicos asegura o aumenta la probabilidad de que se eleve la “calidad educativa”. La idea que subyace a esta lógica también aparece en las modificaciones al texto constitucional, (Artículo Tercero), en el cual se habla de la “idoneidad” de los docentes, y de la relación que guarda ésta con la anhelada “calidad” de la educación. Pero ¿en realidad los procesos de evaluación por sí solos aseguran el incremento (medido en forma cuantitativa) de la llamada “calidad educativa”? También me pregunto, inspirado en parte por el libro coordinado por Mario Rueda Beltrán, director del IISUE de la UNAM: Al aplicarse estos procesos, se busca “¿Evaluar para controlar o para mejorar?”

El comentario surge porque recientemente, el Instituto Nacional para la Evaluación de la Educación (INEE), a través del Boletín 56, del 26 de julio de 2017, informó que: “El modelo de Evaluación del Desempeño Docente 2017 diseñado por el INEE… recupera las opiniones de los maestros, toma en cuenta el contexto en el que realizan su práctica docente, respeta el marco de la legislación vigente y permite contar con mejores profesores, directores y supervisores.”

¿Eso significa que las evaluaciones del desempeño docente, que fueron aplicadas anteriormente, (entre 2015 y 2017) no recuperaban las opiniones de los maestros, ni tomaban en cuenta el contexto en el que realizaban su práctica docente? ¿Tampoco respetaban el marco de la legislación vigente y no permitían contar con mejores profesores, directores y supervisores?

Como puede notarse, el debate al respecto de la evaluación, es amplio. Y quizá por ello las preguntas dan como para instalar más de una mesa de análisis y reflexiones. Sin embargo, lo que hay que reconocer, y esto va más allá de los fríos cálculos y actos de la autoridad educativa, es que la evaluación en general evoluciona; esta idea aplica a todos los procesos de evaluación en contextos sociales, y particularmente en los de la evaluación educativa. Me refiero a la evolución y ajuste tanto de los criterios como del diseño técnico específico de los instrumentos y procedimientos de evaluación.

Por lo anterior, es difícil sostener que los procesos de evaluación tengan validez universal y operen sin fecha de caducidad, sino que más bien éstos se ajustan a las necesidades, demandas y condiciones sociales que se identifican a lo largo de los procesos educativos, que de por sí son complejos.

Sirva esta idea para comprender lo que dijo en su momento “…Yolanda Leyva Barajas , Directora General para la Evaluación de Docentes y Directivos de este Instituto (INEE), (quien) informó que este modelo recupera lo que funcionó adecuadamente en el proceso de evaluación efectuado desde 2015 y replantea la evaluación de desempeño docente dentro del marco de la legislación vigente.”… “Destacó que, además, retoma la opinión de los maestros y el contexto en el que desarrollan su práctica docente. Este modelo de evaluación busca contribuir a la mejora de la práctica de los diferentes actores del Sistema Educativo Nacional y a elevar la calidad de la educación obligatoria, enfatizó, luego de resaltar que la evaluación debe mejorar de manera continua…” (Boletín 56 del INEE).

Sabemos que el trayecto de la evaluación de figuras educativas en México, debe ir acompañado de trayectos de formación continua y permanente, a efecto de que éstas no sólo se capaciten después de obtener los resultados de las evaluaciones, sino también para que se actualicen y estén a tono con los hallazgos y los avances de las prácticas innovadoras y de la investigación educativa.

Todo esto me lleva a concluir, al menos parcialmente, que los criterios tanto de evaluación como de “calidad” educativa son susceptibles de modificaciones, ajustes y cambios como productos de su evolución.

“Aunque los maestros son claves en la reforma, no pueden ser los únicos responsables de ella. Necesitan aliados. Los profesores solos no pueden cambiar los libros de texto, establecer políticas de exámenes más sensibles que las que ahora existen, crear sistemas de apoyo administrativo, hacer que el público entienda en qué radica la reforma y por qué se lleva tiempo lograrla, y reunir los fondos necesarios para pagarla. Así, los administradores de escuela y quienes formulan las políticas de educación tienen que apoyar a los maestros. Estos también necesitan colegas académicos expertos en materias pertinentes, desarrollo del niño, aprendizaje y el potencial educativo de las tecnologías modernas. Y estos últimos requieren la ayuda y el apoyo de los líderes de la comunidad, los dirigentes laborales y de negocios, y los padres, pues en última instancia la reforma educacional es una responsabilidad compartida. Es tiempo de que los maestros asuman mayor responsabilidad en la reforma de la educación; pero eso de ninguna manera reduce la responsabilidad de otros para hacer también su parte.” (Ciencia: Conocimiento para todos)

Por ello afirmo que la evaluación de las maestras y los maestros, por sí misma, no asegura la “calidad” educativa, ya que ésta depende de muchos otros factores. Ciertamente hay que invertir en la evaluación, pero también hay que apostar aún más a la formación permanente, oportuna y pertinente de las figuras educativas.

(1) American Association for the Advancement of Science. “Ciencia: conocimiento para todos”. Proyecto 2016. SEP. BAM. 1997.

Fuente del Artículo:

https://www.sdpnoticias.com/nacional/2017/11/16/evaluacion-de-maestros-y-calidad-educativa

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Panorama educativo: El desastre que viene

Por: Abelardo Carro Nava

Pese a que en sus constantes discursos y entrevistas a los medios de comunicación, Aurelio Nuño – aún Secretario de Educación en nuestro país –, ha declarado que las escuelas de los diferentes niveles que integran el Sistema Educativo Mexicano (SEM), se encuentran en condiciones para que los alumnos y profesores regresen a sus clases después de los estragos que dejaron los pasados sismos, del 7 y 19 de septiembre en varias entidades del país. Los hechos, las evidencias, vaya, las cosas en este sentido, no son como este funcionario las pinta; y es que son varias las quejas de maestros, padres de familia e, incluso, de los propios estudiantes, que a diario observamos en diversos espacios – redes sociales por ejemplo – o bien, de las que cotidianamente somos testigos dado nuestro diario andar por esas instituciones educativas.

Y, para acabarla de amolar en medio de todo este embrollo, en la reciente comparecencia de Nuño en ambas Cámaras, la de Senadores y Diputados, el Secretario en comento, justificó la renta de un inmueble cuyo valor asciende a los más de 30 millones de pesos (mensuales) dadas las afectaciones que a decir de él, y no con base en un dictamen – o al menos yo no lo conozco y dudo que  muchos lo conozcamos –, sufrieron varios edificios en los que algunos funcionarios de la SEP despachaban hasta antes de los movimientos telúricos.

No sé qué piense usted al respecto pero, desde mi perspectiva, ésta es una muestra más de la forma a través de la cual, la desigualdad en materia educativa se hace evidente. Y es que mire usted, no acaba de comprenderse el por qué las cientos de escuelas que se vieron afectadas por los sismos, no tengan la posibilidad de rentar un inmueble para que los alumnos puedan contar con las condiciones necesarias e indispensables para que reciban clases pero eso sí, para que ciertos funcionarios despachen cómodamente en una oficina, se hace prioritario el que se tenga que alquilar un edificio por más de 30 millones de pesos. Haga usted sus cuentas, no sólo por lo que la renta del inmueble pueda representar, sino por el traslado que implica cambiar de un lugar a otro “las oficinas” gubernamentales. ¿Qué pasa en Morelos, Oaxaca, Puebla, Estado de México y en la propia Ciudad de México, por ejemplo?, ¿por qué las reacciones violentas de los padres de familia ante las inoperantes acciones que han tomado las autoridades federales y locales en esta materia?, ¿por qué se sigue manejando un doble discurso que en nada ayuda a solucionar el conflicto?

Las respuestas a tal interrogante parecen ser sencillas de responder, y así es. La simulación y el maquillaje, así, por encimita, es lo que ha caracterizado a este gobierno y a la gestión del Secretario de Educación en turno. Hechos para sustentar mis dichos son muchos; en este y otros espacios he dado cuenta de ello. Vamos, para nadie es desconocida, la cantidad impresionante de dinero que Nuño ha gastado con la idea de posicionar su imagen ante el electorado mexicano, así como también, para hacer creer a la ciudadanía que la educación va mejorando en un país donde las desigualdades sociales y, como en este caso, las educativas, es más que evidente.

¿Por qué ya no se ha hablado desde la SEP de la evaluación para el ingreso al servicio o de la del desempeño docente, cuyo carácter punitivo ha quedado una y otra vez demostrado cuando en las entidades se siguen cometiendo una serie de arbitrariedades que difieren de lo que la norma establece? Claro, esto ya no les conviene, porque el 2018 se aproxima y, en próximos días, conoceremos quién será el candidato que el Partido Revolucionario Institucional (PRI) impulsará para la silla grande, y Aurelio Nuño, sigue levantando la mano.

Dese cuenta, hasta el momento en que cierro estas líneas, desde la parte oficial, se está preparando toda una estrategia para que en los próximos meses, se hable hasta el hartazgo de los grandes logros de este gobierno. Esto, con la idea de mantener el partido político que gobierna, en el gobierno. ¿Y la educación? Sigue en medio de esa incertidumbre que implica el desconocimiento sobre la aplicación de un modelo educativo. ¿Y sus actores? En medio de una encrucijada, o coyuntura, si usted quiere llamarle de esa manera, por esa el desasosiego que produce la incertidumbre que refiero.

Tengo claro que, independientemente de las coyunturas – naturales en ambientes tan cambiantes como el nuestro –, los maestros, esos maestros y maestras que a diario acuden a sus centros escolares, seguirán trabajando de sol a sol, con la idea de generar esos conocimientos en sus estudiantes que les permitan desarrollarse en su contexto. No obstante, es menester propiciar o hacer conciencia sobre estos hechos que, lamentablemente, no han sido atendidos como debiera.

No se puede hablar de una mejora sustantiva en nuestra educación, sin tener todos los elementos a la mano. Sí, ya sé, tal vez algunos piensen o consideren que mi postura se ubica en esa post verdad por lo que a diario observo, y no en datos duros que me permitan hacer un análisis objetivo de los hechos pero, ¿no es la misma observación un requerimiento indispensable que nos lleva al registro y explicación de aquello que observamos?

El diario andar, que implica la constante interacción con docentes de los diferentes niveles educativos; sus palabras, sus desasosiegos, sus conocimientos, sus experiencias, me brindan esa posibilidad de afirmar, que esa realidad, la que Nuño y compañía ven desde sus escritorios, difiere de lo que en las aulas se vive a diario.

Se habla de logros en materia de inclusión educativa pero no hay capacitación para los profesores de las escuelas primarias, por ejemplo. Se habla de la implementación del programa de inglés, pero no se habla de los “falsos procesos” de contratación que se están dando en varias entidades del país. Se habla de que más del 90 por ciento de las escuelas ya se encuentran laborando después de los sismos, pero no se habla de las condiciones en las que los niños y profesores se encuentran trabajando. Se habla de una transformación de las escuelas normales, pero no se habla de la inexplicable reducción a la matrícula de las mismas. Se habla de las grandes bondades del sexenio, pero no se habla del gran desastre educativo que viene.

En fin, de todo eso se habla, pero no se habla de lo que realmente sucede en México.

Fuente: http://insurgenciamagisterial.com/panorama-educativo-el-desastre-que-viene/

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México: Ministro coloca a la educación como prioridad de próximo gobierno

América del norte/México/15 Noviembre 2017/Fuente: Wradio

El secretario de Educación Pública (SEP), Aurelio Nuño, perfiló hoy a la educación como la prioridad de México en los próximos años y eje central de la campaña del oficialista Partido Revolucionario Institucional (PRI) para las elecciones presidenciales del 2018.

«Primero la educación, lo digo con absoluto convencimiento», dijo Nuño a corresponsales al colocarla junto al estado de derecho, el combate a la desigualdad y la mejora de los servicios públicos como las prioridades de los próximos gobiernos de México.

Nuño señaló que «lo más importante» de los próximos años será continuar la transformación educativa iniciada por el presidente Enrique Peña Nieto, y mantener una educación de calidad que rompa las desigualdades y permita enfrentar los retos del siglo XXI.

El ministro afirmó que la reforma educativa «es uno de los grandes logros del gobierno de Peña Nieto» y lo consideró punto central de la plataforma que el PRI llevará a las presidenciales del año próximo, aún sin saber quién será el candidato de su partido.

Destacado entre los aspirantes a la candidatura del PRI, al lado del secretario de Hacienda, José Antonio Meade; de Salud, José Narro, y de Gobernación, Miguel Ángel Osorio Chong, Nuño apuntó su disposición a esperar el «humo blanco» de su partido.

«No se quién será el candidato del PRI, pero me queda claro que seguramente el punto número uno de la plataforma del PRI será continuar y profundizar la reforma educativa. Estamos convencidos de que éste es uno de los grandes logros de este gobierno», aseguró.

Nuño se dijo plenamente convencido de «la liturgia» que tradicionalmente sigue su partido para definir a su candidato presidencial y aseguró que respetará los tiempos y la decisión que se tome.

Tradicionalmente el candidato del PRI es señalado por el presidente del país en calidad de jefe supremo del partido, y después su designación se formaliza mediante una asamblea de delegados.

«Es un sistema funcional, me parece que es un sistema eficaz, funcional, además de conocido por todos los que somos miembros del partido y no hay ninguna novedad», aseguró Nuño en el encuentro con la prensa.

El ministro mexicano se declaró completamente convencido de que su partido el PRI está en una posición muy favorable y que ganará la elección presidencial de 2018, la cual aseguró «será muy competida».

Nuño hizo una pormenorizada descripción de los avances en la implementación de la reforma educativa y aseguró que las autoridades están «muy satisfechas» con los logros aún y cuando todavía falta mucho para que la misma «impacte en las aulas».

Las autoridades del estado mexicano de Guerrero han planteado reforzará la vigilancia en los planteles para protección de los maestros y la comunidad educativa, tras de que algunas cerraron por presuntas amenazas de grupos de delincuentes.

«No es un problema educativo, es de seguridad», reveló el titular de la SEP al señalar que el estado de Guerrero está evaluando reforzar la seguridad en estas zonas, tal y como lo hizo hace varios meses en Acapulco, la principal ciudad del estado.

Fuente: http://www.wradio.com.co/noticias/internacional/ministro-coloca-a-la-educacion-como-prioridad-de-proximo-gobierno-de-mexico/20171114/nota/3636418.aspx

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El modelo educativo y la gobernanza como sistema de control

Por: Lilia Partida

Para gobernar y lograr los propósitos del modelo educativo es relevante “el principio de autoridad que rige la gobernanza del sistema educativo que se encuentra alimentado por valores éticos, jurídicos y políticos (…) los principales valores que lo nutren son el respeto, la confianza, la honestidad y la responsabilidad”.[1]

El mencionado principio de autoridad causa perplejidad por lo anacrónico y disonante, lo primero remite a la falacia magister dixit o el maestro dice, que basa la certeza en lo dicho por una autoridad o en lo divino y la segunda porque asevera que la autoridad es un principio, liga lo ético con lo concerniente a la administración y además le adiciona valores morales.

La autoridad “consiste en el derecho de mandar y en el poder de hacerse obedecer”[2] y la ética es la ciencia de la moral y ésta designa “el conjunto de principios, normas, imperativos o ideas morales de una época o sociedad dada”[3], ambas pertenecen a diferentes esferas de comprensión del mundo.

Derivado del concepto de principio de autoridad que se maneja en el documento de marras, se menciona que “director, familia y supervisor deben dividir y compartir atribuciones, así como dar cuenta del cumplimiento de las obligaciones que a cada uno corresponden”.[4]Implica -apuntan- la transformación cultural dispuesta en la Escuela al Centro que “subordina todo el ejercicio de la autoridad al servicio del quehacer educativo”, donde la “horizontalidad” forma parte de la moderna gobernanza.

El INEE y el Sistema Nacional de Evaluación coordinado por este organismo constitucional autónomo es central para la gobernanza, ya que tiene responsabilidad “de evaluar la calidad, el desempeño y los resultados del Sistema Educativo Nacional en la Educación Básica y Media Superior, tanto pública como privada, en todas sus modalidades y servicios”,[5]resultados que se convertirán en políticas públicas, por lo que el  acoplamiento debe ser sincrónico.

Para operar el modelo es imprescindible la colaboración y responsabilidades compartidas entre el gobierno federal y los estatales,  para esto se erigieron las coordinaciones regionales centro, noreste, sur, sureste, occidente y noroeste, liderados por los respectivos gobernadores. En la educación media conformada por los titulares de los 33 subsistemas diferentes se creó el Sistema Nacional de Educación Media Superior (SNEMS) para en avance en la elaboración del marco curricular común, que atenderá la multiplicidad institucional que conlleva “heterogeneidad curricular, problemas de pertinencia y relevancia, y la falta de equivalencias curriculares”[6] y destaca al empresariado que contribuye a la “pertinencia”  -modelo dual-  con el “aprender a hacer” en la educación  a nivel medio superior.

En los documentos sobre el modelo educativo se ubica la relación entre las autoridades educativas y el Sindicato Nacional de Trabajadores de la Educación (SNTE) como vital, lo clasifican como ente responsable, contemporáneo y defensor de los derechos laborales. O sea reconoce a su fiel aliado, arquetipo del charrismo sindical pero no se menciona a la disidencia oponente crítica a la reforma educativa.

Donde sí mencionan a la CNTE y su contraposición con la gobernanza, es en el Seminario la Reforma Educativa: Avances y Desafíos, organizado por el INEE[7].  Ahí se informó sobre la disminución de las protestas magisteriales en el periodo  mayo 2016- septiembre 2017  en los conflictivos estados de Chiapas, Oaxaca, Michoacán y Guerrero, en 82, 86, 80 y 93%, respectivamente.

Dicho avance en la gobernanza  tiene como “meta superior la educación de la niñez” (…) “la reforma educativa marca un cambio estructural en las relaciones de poder en sus distintos niveles y el magisterio disidente”.[8]  De esta manera el  21 de julio de 2015 el gobierno de Oaxaca decreta un nuevo Instituto Estatal de Educación Pública (IEEPO) y  desconoce  la personalidad jurídica de la sección XXII, el  objetivo es disminuir el poder de la CNTE. Simultáneamente “congelar cuentas; crear una nueva imagen institucional; contratación e intercambio de capital humano o establecer nueva estructura administrativa” son puntales estratégicos para controlar al magisterio insumiso.

A su vez es necesario fortalecer  estos logros –señalan- regulando  grupos de interés, como son directivos, supervisores, liderazgos locales, presidentes municipales, representantes religiosos, padres de familia, organizaciones de la sociedad civil y grupos empresariales, para “contrarrestar mitos como la privatización e incentivar el apoyo social”.

El Dr. Gil Antón da cuenta de lo tratado  en esta sesión del seminario organizado por el INEE y  precisa: ¿gobernanza o parte de guerra?, con el “recuento de la victoria de una gobernanza que se solaza en el triunfo de la imposición”.[9]

Tanto en los documentos como en el citado seminario se incluye los padres de familia integrados a los Consejos Escolares de Participación Social. Estarán en coordinación con los Consejos Técnicos y propiciaran -entre otras actividades- se cubran actividades extracurriculares, estos consejos escolares se agrupan en  el Consejo Nacional para la Participación Social en la Educación (CONAPASE) integrado también por autoridades educativas y representantes de la sociedad civil.  Se redunda en los beneficios de la Escuela al Centro, en la autonomía de gestión vs. el modelo tradicional y en la provechosa reforma al artículo 10° de la Ley General de Educación que reconoce a las familias como parte del sistema educativo nacional y genera su corresponsabilidad, por ejemplo para la transparencia en el programa de Certificados de Infraestructura Educativa Nacional (CIEN).

Así mismo se acentúa el papel de la sociedad civil organizada como actor clave para implementar “la Reforma Educativa  y la construcción del Modelo educativo”[10], aquí al parecer se le hace un reconocimiento implícito a Mexicanos Primero[11] por su decidida contribución para esta reforma. También se alude al poder legislativo aliado imprescindible en los pactos  para la reforma educativa.

Por medio del Sistema de Información y Gestión Educativa (SIGED), se mantendrá actualizada la información del control escolar, movimientos de personal, registros de infraestructura, inventarios, plantillas de maestros, sustituciones o gestión de trámites. Esta información estará al alcance de supervisores, mandos medios y autoridades y es también un instrumento de vigilancia y seguimiento para los profesores.

Declaran tener “la confianza en el poder de la educación para propiciar los cambios de actitudes, de hábitos y de cultura que México está requiriendo. Para lograrlo, es necesario que el sistema educativo asuma el reto de transformarse a sí mismo”.[12] Lo que significa desde la perspectiva institucional utilizar el poder de la educación para redireccionarla hacia la pedagogía neoliberal.

Para finalizar los multicitados documentos se concluye que una educación de calidad definida como la “qué forma integralmente a las personas y las prepara para la época que es corresponda vivir” [13] es la mejor “inversión” para situar a “México en la ruta que nos permita vencer los desafíos que plantea el siglo XXI”.[14]

 

[1] Nuevo modelo educativo 2017, p. 170.

[2] Fayol Henry, Teoría clásica de la administración, fcaenlinea.unam.mx/2006 /1130/ docs/ unidad 4.pdf

[3] Sánchez Vázquez, Ética, pp.  22 y 57, Ed. Grijalbo, S.A.21° edición. 1979.

[4]  Modelo Educativo 2016, p. 73-74.

[5] Ibídem, p. 82

[6] Nuevo Modelo Educativo, 2017. P. 184

[7] INEE 25 de octubre de 2017, Seminario de la reforma Educativa: Avances y Desafíos,  dilemas en la gobernanza del sistema educativo, Recuperado de: https://www.youtube.com/watch?v=71TnnjPgVds&index=4&list=PLEfeh51CWK7b_83pZpG7DqEUTRJdlWbro

[8] Dávila Morlotte, Mauricio, Jefe de la Oficina del Secretario de Educación Pública. Dilemas en la gobernanza del sistema educativo

[9] Gil Antón, Manuel, Dilemas en la Gobernanza del sistema educativo ¿gobernanza o parte de guerra?, Educación Futura, 26 de octubre de 2017.

[10] Nuevo Modelo Educativo 2017. p. 182

[11] En el Seminario Dilemas para la gobernanza, se alude a esta organización sin nombrarla  como  promotora y responsable única de la descalificación al magisterio, se expuso que las autoridades educativas nunca  han tenido discurso anti magisterial. Sin embargo en la misma sesión se hicieron comentarios negativos, por ejemplo del Dr.  Ornelas sobre “las garras del maestro”. Se consideró que la  oposición de los docentes a esta reforma se da por no poder vender plazas, afectar intereses creados, etc. No se respetan las argumentaciones de a la comunidad magisterial disidente,   ni a los académicos que no respaldan esta reforma.

[12] Modelo Educativo 2016, p. 74

[13] Ibídem  p. 87

[14] Ibíd. p. 88-89

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Innovar para qué, innovar con quiénes

Por: Guadalupe Jove

Construir la innovación educativa desde la exclusión escolar es lo más reaccionario que quepa imaginar. Consentir que sea el capital privado quien lo financie es contribuir al desmantelamiento de la educación como derecho universal y como práctica emancipadora.

El acuerdo parece unánime: urge la reforma de un sistema educativo que no está dando respuesta a los desafíos de un mundo en transformación. Asistimos en consecuencia a una eclosión de propuestas innovadoras impulsadas bajo la premisa de que el cambio más acuciante es el cambio metodológico. ¿A más cómo menos para qué?

Hace unos meses organizábamos desde la plataforma La Educación que Nos Une un ciclo de mesas redondas en las que pretendíamos poner a dialogar a quienes no piensan lo mismo, a quienes tienen diferentes miradas y respuestas para algunas cuestiones de especial relevancia en el ámbito educativo. En el primero de estos diálogos, Qué educación para qué mundo, se propuso a los dos ponentes, Francisco López Rupérez -ex presidente del Consejo Escolar del Estado- y Yayo Herrero -excoordinadora de Ecologistas en Acción- una triple pregunta: ¿Qué mundo tenemos? ¿Qué mundo queremos? ¿Qué educación necesitamos?

López Rupérez señaló como rasgo más destacado del mundo en que vivimos la globalización económica y cultural, cuyas dos patas principales son la liberalización de los mercados y la revolución digital. Como respuesta a estas profundas transformaciones -sostuvo- la educación debe priorizar la transmisión de unos valores y la preparación profesional de unos estudiantes que habrán de vivir en un mundo caracterizado por la destrucción de empleo y por la competitividad a la hora de buscar un trabajo cualificado con nuevos e inciertos perfiles.

Yayo Herrero centró su exposición en la profunda crisis ecológica que vivimos y en la evidencia de que el crecimiento económico perpetuo no es ya una opción: por una parte, porque pretender ignorar los límites físicos del planeta pone en riesgo la supervivencia misma de la especie humana; por otra, porque este modelo económico construido sobre la acumulación de capital es responsable de unas desigualdades que no hacen sino aumentar. Movimientos migratorios y luchas por el control de unos recursos cada vez más escasos son dos de las consecuencias de esta situación. La violencia -también la que se ejerce cotidianamente contra las mujeres- es una de las principales lacras que hay que combatir.

Si, como vemos, los diagnósticos apuntaban en dos direcciones diferentes, no habían de diferir menos la función que uno y otra atribuían a la educación. Para López Rupérez la clave la daban dos verbos: instalar (en el mundo heredado) e insertar (en el mercado laboral). Para Herrero, dos sustantivos: la conciencia de nuestra ecodependencia y de nuestra interdependencia.

En estos tiempos en que se multiplican los proyectos de innovación educativa no siempre es fácil deslindar a qué horizonte ponen rumbo. ¿Pretenden la inserción en el mundo o su transformación? Dicho en otras palabras: ¿priorizan el dominio de una serie de competencias que permitan la adaptación a un entorno cambiante e incierto, o priorizan unos aprendizajes que permitan tomar las riendas en la construcción de un mundo en que corresponde a la ciudadanía y no a los mercados definir qué formas de vida y qué perfiles profesionales dan respuesta a las necesidades de las personas?.

Como el discurso educativo neoliberal ha acabado por fagocitar una a una las viejas demandas de los educadores progresistas -desde el aprendizaje cooperativo hasta el trabajo por proyectos- pervirtiendo su sentido; como hoy en día todo lo que recurra a la “última” tecnología -con independencia de que esta se ponga o no al servicio de una alfabetización más crítica- parece asegurarse el sello de educativamente innovador; como en muchos de estos casos los proyectos de innovación no surgen de un profesorado comprometido con la justicia social sino que no son sino el señuelo alentado por la iniciativa privada para posicionar “su” centro en el supermercado educativo, habremos de hacernos con alguna brújula que nos permita descubrir a quiénes benefician cada uno de estos proyectos y a quienes postergan, excluyen o condenan.

Un proyecto pretendidamente innovador que se construye desde la exclusión escolar -digámoslo sin paños calientes- es lo más reaccionario que quepa imaginar. Si nuestro centro y nuestras aulas no reflejan la heterogeneidad socioeconómica, cultural, religiosa, etc. del afuera, sobra todo lo demás. En un mundo con crecientes desigualdades -e infinitas violencias- la prioridad de la escuela es no contribuir a agravarlas. Diseñar proyectos de innovación que solo pueden desarrollarse con quienes vienen de casa con determinado capital cultural o pueden permitirse que el ipad forme parte del uniforme escolar es contribuir al apartheid educativo de quienes se encuentran en situación de desventaja y vulnerabilidad. Y eso solo se combate con centros en que no haya filtro alguno que impida que niños y niñas de orígenes diversos convivan en pie de igualdad.

Una segunda piedra de toque a la hora de calibrar lo que de transformadores tienen los proyectos de innovación la constituye la relevancia dada en la selección de contenidos a las desigualdades sociales y a la crisis ecológica. Sustituir el libro de texto o el viejo encerado por mil y un artilugios o juegos que eluden estas cuestiones constituye una formidable maniobra de distracción que no hace sino apuntalar el modelo más ranciamente conservador o la entrega acrítica en brazos de los mercados. No hay proyecto innovador que valga si no hace de la ecología y el feminismo, de la justicia social y el bien común su cimiento y su objetivo.

Y tres. Si dichos proyectos necesitan de formación docente, materiales curriculares, respaldo institucional, financiación económica… no da lo mismo quiénes los están sosteniendo. Desde que las administraciones educativas han hecho dejación de funciones y han entregado el timón de nuestros sistemas educativos a empresas y fundaciones privadas -pantallas tantas veces de multinacionales directamente responsables de la depredación del planeta y del injusto reparto de la riqueza (por la explotación laboral de sus trabajadores o el fraude fiscal, entre otras cosas)-, ¿qué podemos esperar? La educación no es ya un derecho garantizado por el Estado sino un suculento nicho de negocio provisto por capital privado allí donde puede sacar algo a cambio.

Cuando se externalizan y privatizan determinados servicios, las grandes empresas y las multinacionales no solo firman suculentos contratos, desgravan impuestos o protegen su responsabilidad social corporativa: están haciéndose con el control de la formación del profesorado, de los contenidos y materiales curriculares y aun con las riendas de la agenda educativa de medio mundo. Hemos dejado en manos de ACS, Eulen, McDonald´s McKinsey, PWC, Bridge International, Microsoft, Teach for all (o su versión española, Empieza por Educar), Ashoka y tantas otras lo que debiera ser competencia de la ciudadanía. Hablamos, en fin, de una cuestión de soberanía.

La última campaña de Yo estudié en la Pública -“Asalto a la Educación“- pretende desvelar los intereses que mueven los hilos de tanto proyecto falazmente innovador a fin de contribuir a concienciarnos acerca de los enormes riesgos que esta vertiginosa colonización de nuestras escuelas entraña.

Fuente: http://insurgenciamagisterial.com/innovar-para-que-innovar-con-quienes/

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SEP evaluará alcances de la reforma educativa entre padres y alumnos.

Con un estudio que realizará  la empresa De la Riva Investigación y por el que pagará 3 mdp, la SEP tendrá un diagnóstico sobre el conocimiento, compresión y expectativas que tienen padres, alumnos y la sociedad sobre la reforma educativa.

Por: Mariana León.


De acuerdo con el contrato firmado con la empresa De la Riva Investigación, la semana pasada, la dependencia federal busca realizar una “investigación a profundidad para elaborar un diagnóstico sobre el conocimiento, la compresión y las expectativas que tienen de la reforma educativa los padres, alumnos y la sociedad en general”.

El estudio incluirá un análisis a profundidad de tendencias en escuelas de distintos contextos sociales, económicos y geográficos con el objetivo de conocer extensivamente a cada grupo poblacional, «sus pensamientos, críticas, inquietudes y su entendimiento de la realidad educativa».

Se lee en el contrato que «para tal efecto se deberán llevar a cabo inmersiones etnográficas y entrevistas a profundidad en al menos 11 comunidades educativas, de escuelas tanto públicas como privadas, con encuentros grupales mínimo dos por escuela y por plaza dando un total de 44 sesiones distribuidas en las entidades federativas más representativas de la República Mexicana, dichas entidades son: Aguascalientes, Chihuahua, Tuxtla Gutiérrez, CDMX, Chilpancingo, Guadalajara, Morelia, Monterrey, Oaxaca, Hermosillo y Mérida”.

La SEP pagará por este estudio poco más de tres millones de pesos, y se deberá desarrollar también con sesiones de estudiantes primaria, secundaria, media superior y padres de familia, donde se evaluarán sus opiniones.

Fuente:  http://www.elfinanciero.com.mx/nacional/sep-evaluara-alcances-de-la-reforma-educativa-entre-padres-y-alumnos.html
Imagen: http://www.elfinanciero.com.mx/files/article_main//files/crop/uploads/2015/10/11/561b381b00d13.r_1510255671529.0-151-1050-843.jpg
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El patio de recreo en el preescolar: un espacio de socialización diferencial de niñas y niños

Por: Carmen Teresa García

Resumen

En este artículo mostramos algunos resultados de la investigación etnográfica y exploratoria sobre el patio de recreo en el preescolar merideño. Está organizado en tres partes. En la primera parte, realizamos un acercamiento teórico al tema de educación, género y juegos en el patio de recreo en el nivel preescolar (niños y niñas de 3 a 6 años) a manera de introducción. En segundo lugar, se describe el camino metodológico recorrido para esta investigación y, en tercer lugar, se presenta un análisis, desde la perspectiva de género, de los resultados de la aproximación etnográfica de los juegos ejecutados por niños y niñas de los preescolares en estudio, algunas conclusiones y recomendaciones.

Palabras clave: patio de recreo, socialización diferencial, discriminación por sexo, Mérida.

Abstract

In this article some results of an ethnographical and exploratory research will be showed, whose purpose is the playground in the elementary school at Merida. The paper is written in three parts: In the first, as an introduction, we approach theoretically the education theme, genders and plays in the playground at elementary school (3-7 year-old boys and girls). The second section describes the methodology, and the third presents an analysis made from the gender perspective, giving the results of the ethnographical approach on such infantile plays, as well as some conclusions and recommendations.

Key words: Playground, Differential socialisation, Sex-based discrimination, Mérida.

  • Este artículo es parte de una tesis, titulada “El sexismo en el patio de juegos del preescolar. Estudio de dos preescolares   de la ciudad de Mérida”. Esta tesis  recibió financiamiento del CDCHT (H-899-05-09-F) y fue defendida el 20/6/08  obteniendo mención publicación. La tutora, Carmen Teresa García

Somos lo que hacemos, pero sobre todo lo que hacemos para cambiar lo que somos.”

Eduardo Galeano

 

Acercamiento teórico al tema

La educación como un fenómeno complejo y diverso, en el que el ser humano es (o debiera) ser el centro, es una relación entre y con las personas, con la naturaleza y con el mundo. Por eso, en estos tiempos que corren, educar significa tener presente, por una parte, la singularidad y la diversidad de los seres humanos y, por otra, la necesidad/obligación de educar para la igualdad social, la equidad de género y la pertenencia planetaria. Lo que significa, en última instancia, educar para la vida, vale decir, aprender a vivir y a convivir y ello implica, fundamentar la educación, tal y como señala la UNESCO (1996), en 4 pilares: aprender a ser, aprender a conocer, aprender a actuar y aprender a vivir juntos. Pilares que permiten trascender la tradicional formación, información, transmisión y acopio de conocimientos (muchas veces descontextualizados y desactualizados) para desarrollar y activar el descubrimiento y transformación de la experiencia de ser persona con derechos en relación con el mundo, la transformación de sí mismo/a y lo que se va aprendiendo, ya que el ser humano es capaz de actuar sobre su ambiente y modificar su entorno en relación con el mundo que le rodea, que busca experiencias a través de su capacidad de aprendizaje, exploración, descubrimiento, asombro, curiosidad y múltiples preguntas. Estos procesos y experiencias de aprendizaje pueden ser facilitadas, estimuladas o, por el contrario, limitadas, reprimidas o bloqueadas por el/la docente, dependiendo de su concepción del ser humano y de las formas de relacionarse, así como del significado del acto educativo, del conocimiento y comprensión del sujeto que se está educando.

Dentro de esta concepción, basada en un enfoque socioeducativo centrado en la persona con derechos, la tarea es educar comprendiendo a los niños y a las niñas en cuanto personas, más allá de sus diferenciaciones por sexo, etnia, religión, nacionalidad, condición social, física, religión, procedencia, etc. y acorde a su nivel de desarrollo psicológico. Esto implica conocer, comprender y orientar sus potencialidades, capacidades, necesidades e intereses, sus experiencias vitales y significativas, así como las características propias de cada uno y cada una en el contexto sociocultural que le rodea, conocer sus cambios y etapas por las que pasa durante su desarrollo evolutivo. En este sentido, cobra importancia la incorporación de la perspectiva teórico-crítica de género en la educación, ya que al aportar una mirada diferente de las relaciones entre hombres y mujeres, brinda la posibilidad de aprender a convivir juntos sin discriminaciones, jerarquías de poder, sin subordinaciones ni violencia.

La escuela, las familias y otras instituciones de la sociedad, tienen esta responsabilidad y, en este sentido, el nuevo Currículo de Educación Inicial se plantea dos finalidades básicas:

  • Contribuir al aprendizaje y desarrollo integral de niños y niñas desde su gestación hasta los 6 años o su ingreso a la Educación Básica, como sujeto de derechos y garantías en función de sus intereses, sus potencialidades y el contexto social y cultural en el cual se forman niños y niñas sanos/as, participativos/as, creativos/ as, espontáneos/as, capaces de pensar por sí mismos/as, de tomar decisiones, de resolver problemas y de desenvolverse armoniosamente en diferentes contextos. Con valores de identidad personal, cultural, local y nacional, de respecto y cuidado del entorno, de amor por el trabajo, de libertad, de justicia, de honestidad, de comprensión, de tolerancia y convivencia. (CEI, 2005:50-51)

La escuela, como agente de socialización formal, concibe y organiza este proceso (aunque a veces pareciera que todavía es sólo teórico) en el cual la persona adquiere y aprende patrones de comportamientos establecidos (de acuerdo a normas, valores, roles y características) por el grupo social en el que ha tocado vivir, de tal forma que se convierte en integrante de su sociedad. Este proceso que comienza antes de que el niño o la niña nazca, continua con su nacimiento y se extiende en el transcurso de su vida, ya que no es un ser aislado/a sino que constantemente está en contacto con otras personas que integran la misma sociedad. En este sentido, la socialización es un proceso importante e inevitable en su vida, ya que les/as condiciona y crea necesidades e intereses internos que estimulan o reprimen y que determinarán sus actitudes, comportamientos, sentimientos y conductas posteriores.

En este proceso, la persona, a través de su interacción con el entorno social, internaliza las pautas, normas, roles, consignas y experiencias individuales que incorpora a su personalidad y que luego le permiten reaccionar acertadamente, o no, en el grupo social al que pertenece. Al adquirir todo este conjunto de elementos, el niño o la niña pasa a ser integrante activo/a de la sociedad. Al mismo tiempo que le permite interactuar con otras personas, también le permite desenvolverse como tal y desarrollar su personalidad para aceptarse y ser aceptado/ a en su grupo social y como integrante del mismo.

La socialización del niño y de la niña en el preescolar

Al llegar al preescolar, el niño o la niña se relaciona con compañeros/as y adultos/as, los/as cuales le proporcionan, sin querer, modelos que imitan, al mismo tiempo que le dan oportunidades para entablar amistades, ejercer liderazgos y pertenecer-permanecer en grupos determinados. El niño o la niña, en primer lugar, imita a las personas que están más en contacto (padre, madre, hermanos/as) y luego, progresivamente, imita otros modelos como docentes, pares, entre otras, sin dejar de imitar al primer grupo e introduciendo en este proceso nuevos elementos que van a enriquecer su experiencia y cono- cimientos como persona. En este caso, el adulto o adulta sexistas estará pendiente de la imitación diferenciada del niño o la niña, pues se espera que el niño imite conductas de acuerdo con el ideal masculino y la niña que imite conductas acordes al ideal femenino, lo cual los va limitando en el desarrollo de sus potencialidades y capacidades, ya que los encorseta en modelos rígidos y/o congelados de ser mujer y ser hombre.

A través de este proceso, el niño o la niña toman para sí lo que les interesa y lo interiorizan, de tal forma que toma modelos y valores principales de la cultura a la cual pertenecen y que le son transmitidos como una verdad. Se identifican con pares y adultos/as en una diversidad de formas emocionales. Así, identificarse con otros/ as significa sentirse otro/otra, ser él o ella. Al comienzo, la niña se identifican con su madre y el niño con su padre, gracias a la influencia de las normas, valores y roles impuesto sutilmente por la educación informal para cada sexo.

Al llegar al preescolar, toma otros modelos, a través de la o el docente, sus pares (otros niños y otras niñas) y otros/as adultos/as de la institución, no sólo acepta los roles y actitudes y conductas de los demás, sino que, en este proceso, también acepta el mundo de ellos y ellas, no como uno de los muchos mundos existentes, sino como el único que hay y que se internaliza consciente e inconscientemente. Por lo tanto, en la sociedad del infante no hay problemas de identificación, ni elección de otras personas o mundos. La sociedad presenta al niño o la niña a la socialización ante un grupo predefinido (familias y preescolar) a los que debe aceptar tal y como se le presenta a los niños/as (Berger y Luckman, 1968), sin cuestionamiento y, a veces, como su único mundo de referencia.

El género como construcción social y la socialización diferencial

En este proceso de socialización, la variable género es un elemento constitutivo de las relaciones sociales, además de ser una construcción social que supone un conjunto de acuerdos tácitos o explícitos elaborados por una comunidad determinada, en un momento histórico determinado y que envuelve a los procesos de enseñanza-aprendizaje, inconscientemente, pues han sido naturalizados por la sociedad. El género es una variable de base sobre la que actúan las otras dimensiones generadoras de diferencias (etnia, edad, nivel educativo, clase social, ingresos, religión, condición rural o urbana, condición física, situación mundial, etc.), por lo que las transformaciones en el ámbito de género influyen en las otras y viceversa. El género, como elemento constitutivo de las relaciones sociales, se expresa en: a.-) Símbolos culturales: que visualizan las representaciones socia- les de ambos sexos. b.-) Conceptos normativos: que polarizan y reprimen comportamientos y tareas diferenciadas para cada sexo. c.-) Instituciones y políticas: que reproducen y valorizan la asignación de roles y capacidades de ambos sexos y d.-) En la identidad subjetiva: que posiciona y determina el proyecto de vida de unos y otras. (Scott, W.J:1990).

La investigadora Gloria Poal Marcel, define este proceso como:

(…) la socialización diferencial (…) no solamente en cuanto a lo biológico sino también en lo que se refiere al hecho de recibir mensajes y una educación diferente para cada sexo durante la infancia y el resto de la vida de la mujer u el hombre. Estos mensajes indican, la posición, comportamiento, sentimientos, aspiraciones que se espera realice la niña o el niño. (1993:70).

Mediante este proceso de socialización diferencial, el niño y la niña van internalizando lo que se espera según su sexo. En el hogar, tienen sus primeras interacciones sociales (con el padre, la madre, los/as abuelos/as, hermanas/as, etc.) y van aprendiendo roles y formas de comportamiento de acuerdo al género que pertenecen, a su vez, estimulados/as por un mundo adulto creador de un sistema de valores diferentes para cada sexo. Este proceso se desarrolla, en general, con base en estereotipos de género que establecen los usos, prácticas, modos de estar, ser, pensar, sentir y hacer en el mundo, diferentes para las mujeres y hombres, de acuerdo a los elementos que la cultura asigna, permite o facilita para la construcción de su personalidad e identidad. Esas construcciones culturales son arbitrarias y convencionales, que se fijan en la mente como un molde que se impone a las personas (en este caso a niños y niñas), quedando impresas en su mente y acabando por creerse como ciertas y verdaderas. El problema es que los estereotipos de género jerarquizan las relaciones, por ejemplo, el género masculino se presenta como superior al femenino, apareciendo como natural y justificando la existencia de las relaciones de poder desiguales entre hombres y mujeres.

Una educación donde prevalecen los estereotipos –en este caso, los de género–, reproduce y mantiene las condiciones de inferioridad asignada a las mujeres, con la finalidad de mantenerlas bajo subordinación y opresión. Estas manifestaciones del sexismo son múltiples y variadas, como lo señala Sau, V., ya que éstas son el con- junto de todos y cada uno de los métodos empleados en el seno del patriarcado para poder mantener en situación de inferioridad, subordinación y explotación al sexo dominado: el femenino.” (1990:257). Igual- mente, la reconocida investigadora Facio, A. señala esta realidad como:

(…)La creencia fundamentada en una serie de mitos y mistificaciones en la superioridad del sexo masculino, creencia que resulta de una serie de privilegios para el sexo que se considera como superior. Estos privilegios descansan en mantener al sexo femenino al servicio del sexo masculino, situación que se logra haciendo ver al sexo subordinado que esa es su función natural y única. (1992:36)

La discriminación por sexo está presente en todos los ámbitos de la sociedad, por lo tanto, los centros educativos no escapan a ello. Siendo ésta, una realidad que, durante los últimos 30 años, el movimiento de mujeres y feministas han denunciado, visibilizado y declarado como una forma de violencia. Desde entonces, se han aprobado convenciones internacionales y luego, leyes nacionales que tienen como fin la propuesta de medidas, a corto, mediano y largo plazo, para su eliminación y que obligan a los Estados que la ratifican (Venezuela es uno de ellos), a instrumentar políticas públicas que vayan erradicando estas creencias, actitudes y prácticas discriminatorias en el sistema educativo (entre otras, la Convención de las Naciones Unidas, sobre la eliminación de todas las formas de discriminación contra la Mujer, 1979; la Ley orgánica sobre los Derechos de las mujeres a un vida libre de violencia (promulgación 2006 y vigente desde  2007).

Patio de recreo y discriminación por sexo en el preescolar

El hecho de que las niñas y los niños accedan formalmente a mayores oportunidades educativas, tanto dentro del sistema educativo, como fuera de él, no supone que exista equidad e igualdad entre los géneros. La realidad es que las formas de discriminación, sobre todo hacia las niñas, se tornan más sutiles, menos evidentes y que no se visibilizan si no se hace un esfuerzo por develar, desentrañar las diversas manifestaciones del sexismo presente en las aulas. Entre los indicadores que nos hablan de inequidad escolar entre los géneros se pueden mencionar, por ejemplo, las formas desiguales de la atención y el trato que proporcionan las maestras y los maestros a niñas y niños. Así mismo, el uso discriminatorio del lenguaje o incluso la exclusión al no nombrar a las niñas, a las maestras y a las madres en documentos, discursos (escritos, orales), folletos, material educativo, comunicaciones oficiales y libros de texto, a sabiendas de la importancia que tiene construir mediaciones y representaciones simbólicas positivas de lo femenino y lo masculino y en las relaciones que se dan entre niños y niñas y profesorado dentro y fuera del aula (Bonnemaison, Gomes y Cervantes, 2005).

El documento oficial del Ministerio de Educación reconoce la importancia de este ambiente (espacio físico y social) y lo define como:

(…) el lugar o espacio donde el niño y la niña tengan la mayor posibilidad de ejercitarse poniendo en movilidad los grandes segmentos corporales y realizando actividades que requieren alto gasto de energía (…) Este se refiere al ambiente exterior destinado para el juego al aire libre, al disfrute y esparcimiento, para estar en contacto con la naturaleza, al mismo tiempo que las niñas y niños se mueven, descubren y aprenden. Es por ello, que los elementos que se incorporen deben estimular el movimiento y ofrecer diversas posibilidades para el desarrollo y el aprendizaje (…) (CEI, 2005:133).

Es decir, este espacio es visto desde el Ministerio (y como tal hay que abordarlo) como un ambiente de aprendizaje, porque ofrece a las niñas y los niños mayores posibilidades para que se relacionan con las otras personas e interactúan con otros objetos, juegan con sus pares y socializan entre ellos/as. No obstante, a través nuestra investigación sobre este espacio, se pudo observar que los niños ocupan la mayor parte del mismo, apropiándose del centro, mientras que las niñas se reparten en los espacios periféricos, en los rincones. Evidentemente, ellos/as no tienen conciencia de esta realidad. Así, des- de los primeros años construyen socioculturalmente qué es ser niño y qué es ser niña, de manera no sólo diferenciada, sino también excluyente; práctica que aprenden y ejercen muy tempranamente (qué se puede hacer y qué no se puede hacer de acuerdo a su sexo).

Los niños salen al patio de recreo cada uno con su propia cultura internalizada (producto de la influencia de las personas adultas de la casa + los mensajes de los medios de información + el aula + los/ as amigos/as) imponiéndose una hegemonía de la cultura sexista, donde las niñas empiezan a asumir que deben desarrollar estrategias de adaptación/aceptación que no impliquen ningún conflicto con los niños- varones. En lo que se refiere a los juegos, condicionan unas determinadas relaciones entre grupos de género y de edad que comparten un uso sociocultural del espacio, de una manera diferenciada y excluyente. Aparentemente, niños y niñas están satisfechos con esa distribución de los espacios y juegos, pero las investigaciones demuestran que sí hay exclusión, autoexclusión por miedos, conflictos y violencia, no destacables a primera vista, pero que se revelan cuando se observan detalladamente las actividades en el espacio exterior del preescolar y que nos muestra, de no hacer orientaciones oportunas y de no presentar alternativas pedagógicas para este ambiente, la futura forma de convivir, actuar y sentir violentos, cuando estos niños/ as alcancen la adolescencia y la adultez.

En cuanto a las actitudes, las niñas son más pasivas que sus compañeros, apareciendo con más predisposición a mirar y a hablar que a moverse. Se repliegan a zonas periféricas del patio que son más seguras, cercanas a paredes, porches, etc., huyendo de los empujones, persecuciones violentas, conflictos y jugando juegos que no necesitan entrar en competencia con los de sus compañeros y ocupando el tiempo en desarrollar habilidades comunicativas y lingüísticas y, sobre todo, realizando juegos estereotipados.

Entonces, el patio de recreo es un buen sitio para detectar la presencia de sexismo, de modo tal que podemos hacer una serie de consideraciones sobre los juegos, en las que destacaríamos que, a medida que avanzan los niveles de preescolar y los grados en la Educación Básica, existe más violencia, más separación entre niños y niñas. Generalmente, pareciera que las niñas conocen más juegos que los niños. Los niños se concentran más en sus juegos que las niñas, pero las niñas los diversifican más. El uso del espacio es claramente diferente cuando no hay pelota, entonces hay más espacio disponible y más interacción. (Bonnemaison, Gomes y Cervantes, 2005).

El juego en la educación de niños y niñas de nivel preescolar

Como sabemos, quienes trabajamos en este nivel, y como lo confirman los/as autoras/es anteriormente citados, el juego es un proceso complejo que permite a los niños y a las niñas dominar el mundo que les rodea, ajustar su comportamiento a él y, al mismo tiempo, aprender sus propios límites para ser independiente y progresar en la línea del pensamiento y la acción autónoma. El juego es, además, un elemento fundamental para la integración social porque requiere que sus participantes interactúen y, de esta forma, contribuyen plena- mente a la socialización de las personas. Es, así mismo, un medio ideal para la integración, porque es una actividad libre y cada uno y cada una puede desempeñar el papel que quiera en función de sus “preferencias” y limitaciones, representando la base de la socialización a estas edades.

Desde el punto de vista psicológico, el juego además de ser una actividad placentera, permite el desarrollo y aprendizaje en los factores cognoscitivo, motivacional y afectivo-social como lo señalan Ortega y Lozano (en Bonnemaison, Gomes y Cervantes, 2005). El niño y la niña expresan una enorme gama de sentimientos a través de los juegos que, a su vez, son un vehículo muy primordial en esta edad de socialización y constituye un campo de práctica para el aprendizaje de las habilidades sociales (consideradas como los valores: la tolerancia, la bondad, el respeto, la comunicación, la amistad, la cooperación entre otros), las cuales son aprendidas en el entorno y van a forman parte de nuestra personalidad y se manifestarán en la buena convivencia, o no, con los/as otros/as (sus familiares, amigos/ as, profesores/as).

Debido a la importancia de los juegos, se puede poner en práctica el comprender el papel de los niños y las niñas, ya que es un medio natural para ampliar la capacidad de empatía hacia los/as demás. Así mismo, el niño o la niña pueden aprender a disfrutar de la continua interacción con otros y otras, aprender a controlar la agresión y a seguir normas de convivencia. Las ideas de los/as compañeros/as de juego, le dan la oportunidad de ejercer el control de la propia impulsividad. Por ello, se concibe el juego como una actividad, además de espontánea y libre, como favorecedora del desarrollo, la maduración y el pensamiento creativo de quien lo realiza. Por medio del juego, los niños y las niñas comienzan a comprender cómo funcionan las cosas, lo que puede o no puede hacerse con ellas, descubren que existen reglas de causalidad, de probabilidad y de conducta que deben aceptarse para que se de la interacción dentro del juego. (MECE, 2001).

Aunque la escuela, y en particular las docentes, han dejado bastante de lado el juego y los espacios de los que disponían, por ser bastante reducidos, se ha observado la naturalidad con la que los niños y niñas aprenden y dominan los ámbitos del conocer y del saber hacer, complejos y profundos, mediante situaciones de juego espontáneas y cargadas de sentido cultural. Además, uno de los dominios más importantes para el desarrollo humano, como lo es el lenguaje, se adquiere a través de la interacción formal, muchas veces lúdica, entre niños y niñas y los adultos y adultas en todos los ambientes.

Este acercamiento teórico tiene gran relevancia en la investigación realizada, puesto que sirvió de escenario al momento de las observaciones en los preescolares y el posterior análisis. Entre otros aspectos, tuvimos en cuenta dichos aportes para la verificación y aplicabilidad de las teorías.

El camino metodológico recorrido

Incorporar la perspectiva de género en la educación significa estar consciente de la transmisión diferenciada por sexo en el sistema educativo pues, como institución fundamental de socialización, está inmersa en una sociedad que arrastra aún principios androcéntricos y patriarcales, propios de las antiguas culturas de las que procede, reproduciendo y manteniendo la existencia de funciones y roles género distintos que potencian, en cada uno y cada una de ellos/as, capacidades y habilidades acordes con el rol asignado y que, en la forma de concebirnos y practicarlas, generan desigualdad entre hombres y mujeres.

Teniendo como marco esta mirada de la educación, nos decidimos por una investigación de tipo exploratoria (ya que no conseguimos referencias de investigaciones anteriores en el país sobre el tema) y etnográfica, basada en la observación (realizada en el año 2007) y el registro etnográficos, o diarios de campo sobre la información de interés, teniendo presente 2 fichas de observación, que reelaboramos, y cuyas autoras son Subirats, M. y Torre, A. (1992)3.

La etnografía educativa aborda el hecho educativo privilegiando la observación de las interacciones y relaciones entre niños-niños, niños-niñas, niñas-niñas y entre niños-niñas y docentes, desde una perspectiva que aborda aspectos educativos y de género, que permiten entender, comprender los juegos y actividades que desarrollan los niños y niñas en el espacio exterior. Estas fichas nos permitieron abordar, con una percepción selectiva, los juegos, actitudes y comportamientos que realizan cada niño y niña o grupos de niños y niñas a la hora del recreo (45 minutos), el rol de la docente (de vigilancia o no). Nos permitió, además, recabar todo tipo de juegos: los típica- mente femeninos, los típicamente masculinos, los juegos mixtos, los activos y pasivos; preferencias de compañeros/as de juegos; el espacio donde realizan estos juegos (zona periférica, zona central); juegos que seleccionaban niños y niñas y la docente, juegos individua- les y grupales, entre otras informaciones, que fueron recogidas en el diario de campo durante 6 meses, 3 días a la semana, siendo observadas 2 aulas de preescolar: privado y público, respectivamente.

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La primera ficha incluye: hora del recreo, tiempo de duración, número de niños en el aula, de niñas de profesores vigilantes, de profesoras vigilantes; de juegos masculinos, de juegos femeninos; de juegos activos, de juegos pasivos; de niños que  juegan con niños, de niñas que juegan con niñas; de niños- niñas jugando entre  sí, de niños que dialogan con niños; de niñas que dialogan con niñas, Número  de niños y niñas dialogando entre sí.

La segunda ficha: observación espacial del patio en general. Número de niños y niñas que ocupan el centro del patio; de niños y niñas que ocupan la zona periférica; total de juegos en el centro del patio; total de juegos en zona periférica; de niñas en actitudes pasivas; de juegos “típicamente masculinos” jugados por niñas; descripción de los juegos; número de juegos “típicamente femeninos” jugados por niños; Número de niños en actividades pasivas; descripción de los juegos; total de juegos masculinos y total de juegos femeninos.

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Una vez recabada la información de las 2 aulas, se procesaron los diarios de campos y se clasificaron en: juegos sin juguetes, juegos con juguetes u otros objetos y juegos dirigidos por la docente. Una vez procesados los datos, se realizó el análisis descriptivo de las actividades de los niños, las niñas y las docentes en el patio y luego se hizo un razonamiento hermenéutico y comparativo entre ambas secciones, de tal modo que, el resultado obtenido, nos sirvió de base fundamental para obtener la información necesaria, que nos permitió develar la presencia del sexismo en el espacio exterior de las instituciones preescolares investigadas. A la par, elaboramos algunas propuestas para las docentes, de tal manera que pudiéramos aportar algunas estrategias prácticas para el profesorado como un aporte a la comprensión de esta realidad escolar y algunas recomendaciones des- de la perspectiva de la no violencia y la convivencia entre los sexos.

Aproximación etnográfica del patio de recreo de los preescolares

Teniendo presente nuestro acercamiento teórico, observamos y analizamos, hermenéuticamente, la jornada diaria de los preescolares, en particular, las actividades (relaciones, juegos, roles y participación de niños, niñas y docentes) en el espacio exterior (patio de juego o recreo) con el fin de detectar y visibilizar las desigualdades de género que se van construyendo, tempranamente, en el día a día, entre el alumnado y profesorado durante su permanencia en este espacio de juego y que pasan como normal y desapercibida por la docente.

Esta parte la organizamos en tres: primera, el análisis interpretativo sobre la clasificación de los juegos. Segundo, los juegos típicamente masculino, típicamente femeninos y juegos donde participan niños y niñas y tercero, algunas conclusiones y recomendaciones para el profesorado sobre el patio de recreo del preescolar.

  • El Preescolar 1 (público) tiene, como patio de recreo, una cancha de fútbol y los tableros para la práctica de básquet y gradas. El Preescolar 2 (privado) es un espacio improvisado, equipado con 3 mesas que utilizan para merendar y unas  barras de análisis interpretativo y comparativo sobre la clasificación de los juegos inventariados (sin juguetes, con juguetes y otros objetos y los promovidos por la docente).

Cuadro Nº 1

 

Juegos sin juguetes

Preescolar Nº 1 (urbano-público) Preescolar Nº 2 (urbano- privado)
 

a .– En las actividades sin juguetes se observó que los niños en su mayoría seleccionaron juegos muy activos, como correr o perseguir a otros niños. Preferían jugar entre ellos mismos, dominando, frecuentemente, la zona central del patio. En algunas ocasiones, invitaban a las niñas a participar en los juegos en el que sólo tenían un papel de situación de subordinación por ser las atrapadas por los niños.

 

 

b .– Las dramatizaciones realizadas por el alumnado evidencian que los niños, casi siempre, representan roles típicamente masculinos como jugar al policía, a los bomberos, a la “lleva”, a las carreras (donde sólo se persiguen), a los fantasmas, mientras que las niñas representan roles femeninos, como jugar a la reina, a conversar entre ellas a jugar a las rondas y a la peluquería en la periferia del patio y, en ocasiones, involucrando a la docente.

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

a.– En las actividades sin juguetes, los niños prefirieron, con más frecuencia, el correr, empujarse por el centro del patio, mientras que las niñas, por su parte, seleccionaban subirse y desplazarse por las barras.

 

b.– Con frecuencia realizaron dramatizaciones con la participación de niños y niñas. Representaron personajes estereotipados, tales como: fantasmas y monstruos; donde las niñas se mostraban temerosas y con conductas asustadiza frente a los niños, quienes dramatizan roles de fantasmas y monstruos.También juegan al tiburón, donde los niños representaban roles que expresaban agresividad y poder sobre el espacio, mientras que las niñas ejercían roles que expresaban conductas de temor, sumisión y marginación. Jugaban a la familia (a papá y mamá) ejerciendo roles estereotipados (niña sumisa que obedece y niño que manda y dirige).

Fuente: Elaboración propia con las informaciones del diario de campo. Mérida, 2008.

En general, podemos destacar que no hay diferencias sustanciales entre los preescolares, dado que, en general, tanto en el público como en el privado, las actividades de los niños requieren y desarrollan más esfuerzo físico y mayor gasto de energía, que el que realizan las niñas en sus juegos preferidos. De tal forma que la diferencia en la selección de juegos, durante su permanencia en el espacio exterior, limita el desarrollo de capacidad y potencialidades de ambos.

En consecuencia, las niñas, con frecuencia, representan el mismo papel en los juegos con los niños (ser atrapadas y mostrarse teme- rosas) y se van acostumbrando a ser marginadas, excluidas de los juegos realizados en el patio de recreo, donde los varones son dominantes porque imponen los tipos de juegos y las reglas, donde la exclusión o autoexclusión, por parte de las propias niñas, son las normas. Tanto los juegos de los niños como de las niñas, expresan una construcción social diferenciada de desarrollo de capacidades, destrezas y habilidades en cada una de las actividades.

Cuadro Nº 2

 

Juegos  con juguetes y otros objetos

Preescolar  1 (urbano-público) Preescolar 2 (urbano- privado)
 

Se evidenció, claramente, que tanto niños como niñas llevaban y utilizaban juguetes estereotipados para cada sexo. Por ejemplo: las niñas preferían las muñecas, maquillaje, etc. Los niños, por su parte, preferían los carros, mástiles, espadas y las pelotas para sus juegos. Durante estos juegos, hubo una división más clara entre el alumnado, ya que, al estar utilizando juguetes estereotipados socialmente, tanto los niños como las niñas, manifestaron mayor rechazo hacia la participación del sexo contrario en sus juegos.

 

En las actividades con juguetes se pudo observar, claramente, que tanto los niños como las niñas seleccionaron sus juguetes preferidos. Los de los niños fueron los carros y las pelotas, con los que jugaron fútbol, béisbol (juegos considerados masculinos) excluyendo otros deportes como el voleibol, por ser un juego que se considera femenino. Los juguetes que utilizaron con más frecuencia las niñas, fueron la cuerda de saltar, las muñecas, maquillaje y peluches traídos de su hogar o que forman parte de equipamiento del aula.

Fuente: Elaboración propia con las informaciones del diario de campo. Mérida, 2008.

A tan temprana edad, los niños y las niñas de preescolar tienen ya ideas estereotipadas sobre los juguetes, ideas y conductas aprendidas en su entorno y en el medio donde se desenvuelven social- mente (hogar, televisión, cine infantil, etc.). Estas concepciones estereotipadas de los juguetes limitan las potencialidades y habilidades de niños y niñas, puesto que, a los niños se le niega el derecho de entrenarse como futuro papá (al privarlo de jugar a las muñecas/os, se le está negando el derecho a desarrollar capacidades y habilidades sociales para ser un padre responsable) y a las niñas se les limita el desarrollo de otras destrezas, capacidades y habilidades para incursionar y /o destacarse en otros espacios en su vida futura, como, por ejemplo, en ciencia y tecnología. En fin, estas observaciones evidenciaron que, tanto niños como niñas, sus padres y madres, incluso las docentes, seleccionan juguetes estereotipos para cada sexo; se- lección nada inocente, pues trasmite ideas y roles “asignados” a cada sexo, en la sociedad sexista y que, como adultas y adultos, consumimos y trasmitimos a niños y niñas sin cuestionamiento alguno.

Cuadro Nº 3

Juegos  promovidos por la docente

Preescolar  1 (urbano-público) Preescolar 2 (urbano- privado)
 

 

 

 

a – Con relación a la participación de la docente durante este período, la mis- ma se puede considerar baja, dado que actividades planificadas para este am- biente fueron los juegos siguientes:

–  Hablar de las mariposas. Despierta interés y participación en las niñas y rechazo en los niños, pues lo consideran un juego femenino.

–  A la cuerdaJuego que convoca a las niñas y sólo un niño, quien es re- chazado  por ellas.

 

–  Formación de grupos para pintar árboles, en un pliego de papel bond, y en los que se observa el uso de colores claros en las niñas y muy oscuros en los niños.

 

 

 

 

 

–  ¿Qué quiero ser cuando sea grande? Los niños y niñas prefirieron ocupaciones y profesiones “asignadas” estereotipadamente, por ejemplo: niños policías, bomberos; niñas: maestras, peluquera, etc.

 

–  La gymkana: juegos de carreras, sal- tos y obstáculos, donde los niños no mostraron ningún rechazo, a diferencia de las niñas que no se sentían bien porque sudaban y se ensuciaban.

a – Las actividades planificadas por la docente en este período fueron pocas y esporádicas, por ejemplo:

 

 

 

–   Mundo de los insectos. Juego en el que los varones no querían representar ni los gusanos ni las mariposas, por ser más adecuados para las niñas.

–   Juego de stop. Posición de estatua.

 

–  Juegos de stop de los planetas. Niños/ as representan a un planeta (todos y todas corren y alguien grita el nombre de un planeta tira la pelota y gritan stop y así hasta que los nombran todos, de tal forma que las niñas y los niños se quedan paralizados y un/a niño/a le pega con una pelota para liberarlos/ as).

 

–  Juego del espejo. Consiste que cada niño y niña se coloque frente a frente de su amigo o amiga y realicen ambos los mismos movimientos. Los niños no lo realizaron por tener como espejo a una niña, pasando por alto las instrucciones de la docente.

Fuente: Elaboración propia con las informaciones del diario de campo. Mérida, 2008.

No obstante que las actividades fueron planificadas por las docentes, con el fin de que el alumnado interactuará por igual, no obtuvieron la receptividad esperada, ya que, generalmente, al instante cuan- do la docente quiso agruparlos en pareja (niño/niña), manifestaron rechazo a la propuesta de las docentes, mostrando así su desinterés por compartir entre sí y su interés y preferencia por jugar y realizar actividades con pares de su mismo sexo, mostrando sus ideas sexistas aprendidas en su entorno.

Durante las actividades dirigidas por la docente, se observó en el alumnado que, tanto niños como niñas, reflejaron sus ideas y concepciones aprendidas sobre el deber ser para cada sexo, como ocurrió en la actividad llamada ¿qué quiero ser? En la cual se reflejó la concepción estereotipada que posee el alumnado acerca de las profesiones u oficios que pueden o deben realizar, mostrando claramente el resultado de la imitación de lo que observan y viven a diario en su entorno socio familiar y comunitario. Además, las docentes desaprovechan muchas oportunidades que les presenta este espacio de intercambio para incorporar algunos componentes de educación para aprender a convivir entre los sexos y la no violencia.

En conclusión, el recreo, como espacio de intercambio entre niños, niñas y docentes, se reduce a la interacción discriminatoria y segregada entre el alumnado, pues los niños realizar sus juegos “preferidos” con pares de su mismo sexo, al igual las niñas. Esto ocurre debido a las concepciones estereotipadas del alumnado y de las docentes de lo que deben o no deben jugar tanto niños como niñas.

Se manifiesta, nuevamente, un uso desigual del espacio exterior, es decir, tanto en los juegos “espontáneos”, como en los propuestos por la docente, los niños demandaban mayor espacio ocupando, frecuentemente, sus zonas centrales para realizar sus juegos y las niñas utilizando, la mayoría de las veces, sus zonas periféricas gradas y/o las barras, sin tener la opción de utilizar las zonas centrales, principalmente, por los riesgos evidentes y originados por la velocidad y agresividad con que corren sus pares varones y por su consecuente temor a ser atropelladas. Las niñas usaron el centro del patio sólo cuando jugaban con los niños a las carreras, donde ambos irrumpían, tanto las zonas periféricas como la zona central del patio, en el momento de las persecuciones. Aunque los preescolares son espacios mixtos, son muy pocas las oportunidades donde interactúan espontáneamente niños con niñas.

No hay duda, de que si se da la interacción entre niños y niñas en los juegos libres que ellos/as inventan, ésta no está exenta de relaciones jerárquicas y de desigualdad, puesto que, a las niñas, en la mayoría de las veces, les toca jugar y seguir las reglas que imponen los niños, asumiendo actitudes y ejecutando conductas de subordinación y de pasividad. Cuando las rechazan, no persisten sino que se dirigen a los espacios periféricos donde desarrollan sus juegos con sus pares.

Estas conductas reiteradas que se suceden en el patio de recreo, no llamaron la atención de las docentes, quienes mantuvieron una actitud pasiva o de poca vigilancia en algunas situaciones que requerían ser mediadas por ella, para lograr un mejor entendimiento y convivencia entre los niños y las niñas.

Los juegos típicamente masculino vs los juegos típicamente femeninos

Acorde a lo plasmado anteriormente, encontramos que los niños andan con niños y las niñas van con las niñas. Además, quedó evidenciada la desigualdad en distribución y uso del patio en el momento de los juegos. Ahora veamos los cuadros elaborados al respecto.

Cuadro Nº 4

Tipos de juegos realizados por los niños-varones

 

Tipo de juegos

 

Nº de veces que se repite

 

A las carreras

 

9

A las pelotas 4
Al  fútbol 4
A los carros 3
Dramatizaciones de soldados
con pistolas 2
A las metras 1
A ser de médico, de bombero, 1 c/u
de tiburón, de vaquero, de
fantasma, de político, de power
range (de súper héroe), de indio
(como el de las películas de EEUU)

Fuente: Elaboración propia. Mérida, 2008.

Pudimos inventariar 14 juegos, casi todos ejecutados con violencia (física y verbal) entre ellos y contra las niñas (carreras con empujones y puñetazos; fútbol con patadas; carros usados con gran velocidad adueñándose del espacio; de soldados con pistolas, power range y vaqueros que generan peleas) y la disposición jerárquica de juegos considerados “normales” en contextos de socialización diferencial, donde lo masculino y la masculinidad se asocia, implícitamente, con los comportamientos agresivos (como modo de ser y de estar) y por esa “normalidad” esta realidad pasa inadvertida por las docentes, quienes, quizás prefieren ignorar lo que ocurre.

Mientras que, en el caso de las niñas, se enseña-aprende y se reproduce una feminidad que tiende a construirse a partir de las demostraciones de la afectividad, pasividad, conductas de debilidad y de servicios a los/as otros/as. Veamos el cuadro siguiente, que muestran los 15 juegos realizados, frecuentemente, por las niñas e inventariados en esta investigación.

Cuadro 5

Juegos representados por las niñas

Tipos de juegos                              Nº de veces que se repite A la peluquería            4

A maquillarse y hacer de maquilladora            3

A las carreras                                                  3

A la reina, a ser doctora, a jugar muñecas         2 c/u A jugar la cuerda       2

A jugar el pise, al voleibol, a la ronda,

a bailar ballet                                                                  1 c/u

A conversar en grupo, a ser maestra, a representar la familia, a jugar

con peluches (como sustituto de las muñecas)      1 c/u Fuente: Elaboración propia. Mérida, 2008.

Estos datos nos dan pistas para corroborar que, en la socialización diferencial escolar de las niñas (a diferencia de los niños), se estimula la participación en juegos tranquilos y se les refuerza y fortalece sus actitudes y comportamientos de afectividad, de servicio a los/as otros/ as que, en cierta medida, controlan la agresividad, bien sea por autocontrol; por el tipo de juegos que realiza, o por la vigilancia/control de la persona adulta que la acompaña, quien considera este modo actuar como conductas no femeninas.

No obstante, la segregación por sexo presente en los preescolares, hay momentos en el recreo que, espontáneamente o estimulados/as por las docentes, los niños y las niñas interactúan. Veamos a continuación el cuadro de los 13 juegos con la participación de ambos sexos.

Cuadro Nº 6

Juegos en el espacio exterior

con la participación de ambos sexos

 

Entre niños y niñas

 

A las barras 4
Al gato y el ratón 3
A la lleva, a la víbora del mar,
a la gymkana, al sube y baja 2 c/u
A los vendedores de pasteles 2
Al pisé 1
A la policía y el ladrón 1
A los insectos 1
A los espejos 1
A los planetas 1

Fuente: Elaboración propia. Mérida, 2008.

En los juegos en el espacio exterior y con la participación de ambos sexos, puede percibirse habitualmente:

Prácticas jerárquicas entre los niños y las niñas, que se expresan en la desigualdad en la distribución de roles (niños protagonistas y niñas que ayudan, niños que persiguen (gato o policía) a las niñas (ratón, ladrón)), ejerciendo, con frecuencia, relaciones de poder de unos frente a las otras, que se manifiestan en actitudes y conductas discriminatorias y  excluyentes  hacia las niñas.

Los niños tienden a realizar sus juegos de manera independiente, son más competidores, asumen actividades que identifican como masculinas y evitan ser identificados con juegos femeninos, mientras que las niñas tienden a ejecutar juegos de colaboración, son más participativas, tanto en sus juegos como cuando participa en los juegos masculinos. Aún así, sufren con mucha frecuencia del rechazo de los niños y no persisten, aislándose a sus espacios de juegos, generalmente, en las zonas periféricas del patio.

En conclusión, existe una desigualdad en la distribución de los espacios de juegos, una polarización de juegos masculinos y femeninos en la que se despliegan conductas, frecuentemente, activas para los niños y pasivas para las niñas. A su vez, es un espacio donde se reproducen lo que “normalmente” son considerados juegos estereotipados infantiles y donde las docentes no participan o participan rara vez de manera directa con actividades (en general también sexistas) que no se diferencian de las que espontáneamente realizan el alumnado en este ambiente.

En general, el dejar hacer y el dejar pasar de las docentes en el patio de recreo, le imprime inercia al proceso socioeducativo que se despliega en este ambiente, que lleva al desarrollo de un tipo de capacidades conceptuales, procedimentales y actitudinales que se tropiezan o chocan con objetivos que se plantea el CEI (2005): (…) aprender a relacionarse con otros/as y valorar el sexo opuesto. (171) Establecer relaciones afectuosas con niños/as y adultos, establecer interacciones fluidas, constantes, y variadas con los adultos, niños/as, elaborar y cumplir normas de interacción social, reconocer su capacidad para participar con otros en juegos. (174) y practicar progresivamente el respeto, la solidaridad, toleran- cia, cooperación honestidad, responsabilidad (176).

Resumamos algunas de las capacidades desarrolladas en el espacio exterior de los preescolares investigados, como conclusión de esta parte.

Veamos el cuadro que sigue

Cuadro Nº 6

Capacidades desarrolladas en el patio de recreo del preescolar

 

Conceptuales lo cognitivo(saber)

 

 

–  Aprenden a desarrollar representaciones mentales estereotipadas (juegos para niños y juegos para niñas).

 

–  Aprenden (y/o refuerzan) las relaciones de poder (asimétricas) en el patio de juegos: territorios (centro vs periferia); estados cor- porales (activo vs pasiva); movimientos diferentes a partir de los juegos supuestamente masculinos y supuestamente femeninos

 

–  Precisa y piensa la iden- tidad de género pero con roles estereotipados, opues- tos y excluyentes

 

Procedimentales

Habilidades/destrezas (saber hacer)

 

–Ejercita la resistencia cardiovascular y muscular de forma diferenciada, vía el uso y control del espacio de recreo: los niños utilizan la agilidad, violencia y ve- locidad vs las niñas la parsimonia, la conversación y el caminar.

 

– Aumento de dominio de su cuerpo, interpretando y ejecutando roles instrumentales en ambientes amplios y abiertos (niños) vs. Representación y desarrollo de pautas de comportamiento para relacionarse en peque- ños espacios, cerrados, sin peligros y en roles afecti- vos (niñas) -el dejar hacer refuerza destrezas este- reotipadas para cada gé- nero

 

Actitudinales

Comportamientos, actitudes(ser)

 

–  Se adapta y refuerza actitudes (y conductas) de discriminación entre los géneros.

 

–  Intercambian actitudes y conductas de agresividad (niños frente al sexo femenino) y de conformidad (de parte de las niñas cuando las excluyen, que responden excluyéndolos también de sus juegos)

 

– Se relacionan con conductas de violencia hacia el género femenino, aumenta las relaciones de competencia no constructiva entre los géneros.

 

–   Refuerza actitudes estereotipadas y discriminatorias para cada género. Se adaptan a la exclusión mutua no promoviendo interacción-integración social entre niños y niñas.

Fuente: Elaboración propia. Mérida, 2008.

Algunas conclusiones y recomendaciones

En la educación inicial se concibe el rol del profesorado como mediador de experiencias, de aprendizaje mediante el juego. Éste concebido como actividad fundamental en todos los ambientes, a través de la cual se aprenda y valore las diferencias y similitudes de género, clase, etc., sin exclusiones y que permita el desarrollo de actividades de aprendizaje con diversos juguetes y materiales, con la ayuda de persona adulta o por otros niños/as, sin distinciones y estereotipos. No obstante, las docentes de los preescolares estudiados, mantuvieron una actitud pasiva, de poca participación o de poca vigilancia, aún cuando se presentaban situaciones que requerían su mediación para lograr un mejor entendimiento y convivencia entre los niños y las niñas.

Si bien el juego constituye un modelo de relación de niños y niñas con los y las demás y con el mundo que le rodea (sea natural, físico o humano), el espacio de juegos debiera ser un espacio, por excelencia, para la socialización para la convivencia, igualdad social y no violento, sin embargo, el patio de recreo, por ser un espacio donde prevalece el dejar hacer y dejar pasar, se convierte en un espacio segregado, donde, además predomina las relaciones/interacciones discriminatorias y donde se construye cotidianamente la desigualdad en la distribución y uso del patio de recreo, en el cual prevalecen los juegos excluyentes y violentos, lo que origina exclusión o autoexclusión por parte de las niñas.

Frente a esta radiografía del patio de recreo del preescolar, donde se construye social y culturalmente una realidad segregadora, discrimi- natoria (que pasa inadvertida y como natural y normal) y donde se comienza a construir y a manifestar las relaciones de desigualdad entre niñas y niños, quienes más tarde será entre hombres y mujeres, nos atrevemos a esbozar algunas recomendaciones donde se ofrezcan actividades en las que los niños y las niñas se permitan juegos en los que vayan desaprendiendo, por ejemplo, la violencia (en los niños) y la pasividad (en las niñas) en este espacio y que pudieran apuntalar hacia una educación para la convivencia, la no violencia y la igualdad entre los géneros

Es importante que frente a esta realidad, el profesorado de preescolar no abandone este ambiente sino que incorpore actividades que permitan transformarlo en un espacio de aprendizajes para la vida.

Para comenzar, se tendría que organizar debates con los niños y las niñas de lo que piensan del patio de recreo y luego socializarlos en el grupo. Organizar propuestas alternativas de actividades con el alumnado donde aporten ideas sobre cómo les gustaría que fuese el patio de recreo de su preescolar. Organizar colectivamente juegos en las cuales niños y niñas puedan estar en igualdad de condiciones y oportunidades. Controlar/vigilar (en el sentido pedagógico) que los juegos y sus reglas sean respetadas por todos y todas, señalando respetuosamente al alumnado los errores y aciertos, al margen de si son niñas o niños.  Entrenar a los niños y a las niñas en todos los juegos, sin discrimi- naciones, segregaciones, erradicando los estereotipos y evitando colocar a competir a grupos de niños contra niñas, niños contra niños, niñas contra niñas. Asignar actividades y responsabilidades donde ambos merez- can respeto. Es importante que las escuelas preescolares adopten tempranamente un código ético acorde con los derechos humanos (donde se resalten en la práctica el respeto, la tolerancia, la igualdad, la paz y la no violencia), evitando comentarios malsanos, discrimina- torios, o actitudes y conductas sexistas y, cuando surjan, aprovechar la oportunidad para tratar el tema con detenimiento, incluso llevarlo a proyecto de aula.

Referencias bibliográficas

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Extraído Enero 11,2005. http://www.efdeportes.com/

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*Fuente: http://www.scielo.org.ve/scielo.php?script=sci_arttext&pid=S1316-37012008000200011

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