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Acnur advierte con 1,2 millones de desplazados tras la batalla de Mosul

Asia/Irak/30 de agosto de 2016/ Fuente: eltelegrafo

Luego de que el Gobierno retomó el control de Al-Qayara, los terroristas obligan a los civiles a movilizarse hacia el centro de la ciudad. En esa zona se concentrará el grueso de los combates. Redacción y agencias AFP Hasta 1,2 millones de iraquíes tendrán que abandonar Mosul debido a la batalla del Gobierno de Irak contra el Estado Islámico (EI) por la ciudad. Así lo advirtió en un comunicado la Organización Internacional para las Migraciones (OIM). Adrian Edwards, portavoz del Alto Comisionado de las Naciones Unidas para los Refugiados (Acnur), lanzó la voz de alarma y solicitó ayuda para establecer 6 campamentos en el norte del país árabe con el fin de atender a los desplazados.

El funcionario advirtió que “el impacto humanitario de una ofensiva militar allí va a ser enorme”. De hecho, detalló, en lo que va de 2016, el avance del Ejército ocasionó 200.000 desplazados, con lo que ya suman 3,4 millones de personas que  abandonaron sus hogares desde que el EI lanzó su ofensiva. Mosul, la segunda ciudad de Irak, fue tomada por el grupo terrorista el  10 de junio de 2014. Desde entonces las fuerzas gubernamentales y las milicias kurdas peshmergas han liberado a las poblaciones cercanas. El viernes, el Ejército iraquí, con el apoyo de milicianos de las tribus locales y los bombardeos de la coalición que lidera EE.UU. y que integran 40 países, expulsaron al EI de Al-Qayara, 60 kilómetros al sur de Mosul. La recuperación de este sitio donde se encuentra una base aérea, la tercera más grande de Irak, es altamente estratégica para el eventual asalto final. Riad Yalal Tawfik, teniente general  jefe de las fuerzas de tierra, precisó que aún queda trabajo pendiente, ya que el cuerpo de ingenieros limpia la zona de trampas explosivas y municiones sin estallar. “Controlamos todos los barrios y hemos logrado, en muy poco tiempo, erradicar al Daesh (acrónimo del Estado Islámico en árabe)”. Pese al éxito la población civil de Mosul corre riesgo de venganzas sectarias. Se estima que aún quedan entre medio millón y un millón de habitantes, todos suníes. Este detalle es importante ante las sensibilidades que despierta la participación de las milicias chiíes sobre una región cuyos habitantes son mayoritariamente suníes, en especial tras las denuncias de abusos, torturas y ejecuciones sumarias anteriores.

Nouhad Mahmound, exembajador de Líbano en México (1999-2001), en una entrevista con el diario El Universal, destacó que las ptencias internacionales se involucran por sus intereses regionales. “La influencia externa, en el pasado, así como en el futuro, añadirá mayor complicación al suceso. La población en la región está pagando el precio desde la invasión estadounidense a Irak en 2003. Para la población de Siria, Irak, al igual que en el caso de los palestinos, no hay final a la vista para sus tragedias”. El EI usa armas capturadas en las zonas que han tomado. La mayoría de este armamento viene de EE.UU.. Donatella Rovera, investigadora de Amnistía Internacional, explicó que nadie previó mecanismos para evitar esta situación. “La comunidad internacional -y especialmente los integrantes de la coalición de voluntarios que entró en Irak sin mandato de la ONU hace poco más de un decenio- tiene ahora la responsabilidad de responder al desafío”. EI prohíbe desplazarse Tras la derrota del EI en Al-Qayara, los terroristas obligan a la gente en el sur de Mosul a abandonar sus hogares para desplazarse hacia el centro, matando a quienes no obedecen. Así lo denunció el gobernador de la provincia central de Sala al-Din, Ahmad al-Yaburi. La medida es en respuesta a la solicitud del primer ministro iraquí, Haidar al-Abadi, para que los residente se alisten a la liberación. Según HispanTV, los comunicados del Ministerio de Defensa de Irak pedían la cooperación del pueblo en las operaciones para la liberación de la ciudad.

Para atender las necesidades de los desplazados, Acnur requiere $ 584 millones. A inicios de agosto los donantes solo recaudaron el 38% de la cifra total. Cabe destacar que desde 2014, en Irak, 3,38 millones de personas abandonaron sus hogares por la violencia. Para algunas familias este es el segundo, tercero y hasta cuarto desplazamiento en menos de diez años. (I) La dificultad radica en establecer campos El Alto Comisionado de la Organización de Naciones Unidas para los Refugiados (Acnur, por sus siglas en inglés) brinda ayuda humanitaria, incluyendo albergue, paquetes con materiales de primera necesidad y servicios de protección, tales como ayuda legal, a las 20.000 familias desplazadas en todo el país. No obstante, aún necesitan terrenos adicionales para campamentos y fondos para la atención, señaló Adrian Edwards, portavoz de la entidad. El funcionario recalcó que los planes de contingencia proporcionarán alojamiento para 120.000 personas que huyen del conflicto en Mosul y sus alrededores, pero hay que crear otras 6 opciones de albergue y lo crucial es encontrar un lugar. “Las autoridades identifican y proporcionan los terrenos y Acnur, con otras agencias de la ONU y colaboradores humanitarios evalúan su idoneidad. Aun así, esta cuestión está plagada de problemas; muchos propietarios no quieren arrendar sus tierras; mientras que otros terrenos pueden no ser apropiados debido a su topografía, su proximidad a la primera línea de combates que puede avivar tensiones étnicas, sectoriales, religiosas o tribales”. (I) Datos El campo de desplazados en Debaga ha multiplicado por diez su tamaño en apenas  meses. De ser un campamento que acogía a 3.500 personas en marzo, ahora alberga a 34.000.

Entre los principales problemas que padecen está la interrupción abrupta de la educación. Tras el desplazamiento, muchos niños no pueden retomar su educación por motivos económicos o de entorno. Las personas obligadas a dejar sus hogares, muchas veces pierden miembros de su familia, vecinos y amigos. Por ello sufren de alienación, miedo, ansiedad, incertidumbre y desarraigo. La dificultad para adaptarse a un nuevo entorno y retomar una vida normal causa cicatrices psicológicas duraderas.

Esta noticia ha sido publicada originalmente por Diario EL TELÉGRAFO bajo la siguiente dirección: http://www.eltelegrafo.com.ec/noticias/mundo/9/acnur-advierte-con-1-2-millones-de-desplazados-tras-la-batalla-de-mosul
Si va a hacer uso de la misma, por favor, cite nuestra fuente y coloque un enlace hacia la nota original. www.eltelegrafo.com.ec

Imagen: www.eltelegrafo.com.ec/media/k2/items/cache/8edaebed37acffafdec19b3a0387f256_XL.jpg

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Chad: UNICEF alerta del desplazamiento de millones de niños por la violencia de Boko Haram

África/Chad/26 de Agosto de 2016/Fuente: ONU

La crisis del Lago Chad tiene graves efectos sobre los niños y ha desplazado a más de un millón de ellos, afirmó el director regional del Fondo de la ONU para la Infancia (UNICEF) para África Occidental y Central, Manuel Fontaine.

Al comentar hoy el informe “Niños en movimiento, niños que quedan atrás”, Fontaine subrayó que cerca de 1,5 millones de menores se han visto obligados a abandonar sus hogares por la violencia que ejerce el grupo yihadista Boko Haram en los países de la cuenca de ese lago.

Además, otro millón de niños se encuentra atrapado en zonas de difícil acceso.

Por otro lado, Fontaine destacó que 38 menores han sido utilizados para llevar a cabo ataques suicidas en la cuenca del Chad en lo que va del año, elevando a 86 el número total de chicos forzados a ese tipo de atentados desde 2014.

El funcionario sostuvo que las necesidades humanitarias sobrepasan los niveles de respuesta, especialmente ahora que se puede llegar a áreas del noreste de Nigeria anteriormente inaccesibles.

Añadió que UNICEF sólo ha recibido el 13% de los 308 millones de dólares que solicitó para asistir a las familias afectadas por la violencia de Boko Haran en Nigeria, Níger, Chad y Camerún.

La mayoría de la población desplazada –unas 8 de cada 10 personas– se aloja con las familias y vecinos, lo que implica una presión adicional sobre algunas de las comunidades más pobres del mundo, subraya el documento.

Fuente: http://www.un.org/spanish/News/story.asp?newsID=35693#.V7-athJGT_s

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El ACNUR trabaja con el Gobierno y socios de atención de emergencias para contener un brote de cólera entre los refugiados sur sudaneses recién llegados en el Distrito de Adjumani, Uganda

África/Uganda/18 de agosto de 2016/ Fuente: ACNUR

El Gobierno de Uganda y el ACNUR implementan medidas de contención tras la confirmación de un brote de cólera en el asentamiento de Pagirinya, abierto recientemente en el distrito de Adjumani.

El Gobierno de Uganda y el ACNUR implementan medidas de contención tras la confirmación de un brote de cólera en el asentamiento de Pagirinya, abierto recientemente en el distrito de Adjumani.

Se ha confirmado que 49 sur sudaneses y un ugandés han contraído la enfermedad. 44 de estas personas han recibido el alta tras recibir tratamiento médico en instalaciones sanitarias, mientras que dos han sido puestas en cuarentena.

Se están tomando medidas adicionales para evitar una mayor expansión del brote, como la desinfección de las casas de quienes contrajeron la enfermedad y el drenaje de su depósito de agua, así como una campaña de concientización puerta a puerta. Se ha restringido la venta de productos frescos en mercados y en los caminos. También se han intensificado las medidas sanitarias, como la cloratización de fuentes de agua, retirada de basura, refuerzo de instalaciones de lavado a mano, y distribución de pastillas potabilizadoras. Como resultado, el número de nuevos casos es reducido; no obstante, los equipos médicos continúan en observación para detectar a individuos que presenten potenciales síntomas.

El cólera es una enfermedad infecciosa aguda, que se contagia habitualmente por el consumo de alimentos y agua contaminados, y que puede resultar mortal. Los afectados presentan síntomas tales como diarrea acuosa aguda y vómitos.

La mayor parte de los afectados por el brote se encuentran en centros de recepción del asentamiento de Pagirinya, y de forma más reducida en el asentamiento en sí mismo y en el punto de recogida de Elegu. Pagirinya cobija en esto momentos a más de 30.000 refugiados sursudaneses, la mayoría de los cuales han llegado en las últimas seis semanas.

“Durante el último mes hemos recibido a un gran número de niños refugiados, que son particularmente vulnerables a esta enfermedad potencialmente letal”,  dijo el representante en funciones de Uganda, Bornwell Kantande. “Junto al Ministerio de Sanidad y a nuestras organizaciones socias, hemos implementado rápidamente medidas para contener el contagio. Seguimos haciendo lo máximo para reducir el número de personas que albergan los centros de recepción, no sólo para prevenir brotes epidémicos, sino también para que estas personas puedan comenzar a reconstruir sus vidas lo antes posible”.

La descongestión de los centros de tránsito y recepción es una de las principales prioridades. Los refugiados están siendo reubicados al asentamiento de Bidoibidi, en el distrito de Yumbe, de reciente apertura. En sintonía con la generosa política de Uganda en esta materia, se les proporcionará de parcelas de tierra para construir casas y sembrar cosechas agrícolas.

Más de 80.000 refugiados sursudaneses han huido a Uganda tras el estallido de violencia del 8 de julio en Yuba (capital de Sudán del Sur). Más del 85% de los recién llegados corresponde a mujeres y niños, siendo el 64% el porcentaje de llegadas de niños sobre el total de entradas. Los recién llegados informan que grupos armados atacan los pueblos, asesinando civiles, asaltan sexualmente a las mujeres y reclutando forzosamente a jóvenes y niños para engrosar sus filas.

Fuente:http://www.acnur.org/noticias/noticia/el-acnur-trabaja-con-el-gobierno-y-socios-de-atencion-de-emergencias-para-contener-un-brote-de-colera-entre-los-refugiados-sur-sudaneses-recien-lle/

Imagen: http://img2.europapress.net/fotoweb/fotonoticia_20160724084453-931439_9999.jpg

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El ACNUR distribuye ayuda humanitaria a personas desplazadas por el huracán en Belice

Centro América/BELMOPAN, Belice, 18 de agosto de 2016 Fuente: ACNUR

La Agencia de la ONU para los Refugiados y sus socios están brindando asistencia humanitaria y de reconstrucción a las víctimas del huracán Earl, incluyendo a solicitantes de asilo del Triángulo Norte.

– Jorge saca el teléfono de su bolsillo y reproduce un corto vídeo que muestra las inundaciones y el techo de su casa que apenas se veía a la distancia, todo sumergido debajo de la masa de agua que lo rodeaba.

“Todo se perdió”, dijo, mirando a las otras personas que se reúnen en la oficina local de una ONG de Belice, Ayuda para el Progreso, a las afueras de la capital, Belmopan, en busca de ayuda para reconstruir sus vidas en la estela del Huracán Earl.

“Todo lo que teníamos ya no está”, dice Jorge de 42 años, quien es una de las 10.000 personas del pequeño país de América Central, cuya vida quedó devastada por Earl, que tocó tierra el 4 de agosto, dejando caer más de 30 centímetros de lluvia, y causó inundaciones generalizadas.

Originario de El Salvador, él es parte de 3.000 solicitantes de asilo que se vieron forzados a huir de la violencia sin precedentes de sus países: El Salvador, Guatemala y Honduras, región llamada Triángulo Norte de Centroamérica, y que ahora se han visto fuertemente afectados por la tormenta en Belice, donde viven actualmente.

Edgar* es otro de los afectados, él descansa en una hamaca dentro de un rancho en Armenia, Belice. La hamaca es su nueva cama, mientras su colchón se termina de secar. En la cercanía, su sobrino de nueve meses rebota en la andadera, sus ruedas se pegan en el piso viscoso de su casa.

“Todo lo que teníamos ya no está”.

Las familias viven temporalmente cerca de la capital, mientras pueden reconstruir sus propias casas, que ahora son solo una pila de tablas de madera y paja trenzada al otro lado de la quebrada en la comunidad, una consecuencia de la ira de Earl.

En los próximos días, la Agencia de la ONU para los Refugiados, ACNUR, en cooperación con Ayuda para el Progreso y otras agencias de la ONU, planea distribuir implementos de ayuda humanitaria y reconstrucción a personas vulnerables como ellos, como apoyo a los esfuerzos del Gobierno de Belice para enfrentar la devastación que dejó la tormenta.

Los implementos van desde materiales para la reconstrucción de sus hogares, tales como galvanizados para techos y madera, colchones, cobijas y kits de limpieza para restaurar los hogares que quedaron inhabitables por los escombros, el lodo y los daños del agua.

“Estamos trabajando con nuestras agencias hermanas de la ONU, nuestro socio nacional Ayuda para el Progreso y con otros actores para apoyar los admirables esfuerzos del Gobierno de Belice para asegurar una ayuda efectiva a quienes más lo necesitan”, dijo Soufiane Adjali, Representante del ACNUR en Belice.

Las 15 horas de destrozos de Earl, con vientos de 75 millas por hora, afectaron los seis distritos en Belice. Pero el Distrito de Belice, Orange Walk, Cayo – donde viven muchas de las personas de interés del ACNUR – y Stann Creek fueron golpeados particularmente duro. Armenia, por ejemplo, es una comunidad rural compuesta por familias que migraron a Belice en la década de los 90 y otros que han llegado recientemente.

“Estamos trabajando para asegurar una ayuda efectiva a quienes más lo necesitan”.

Jorge y su familia son parte de una nueva ola de refugiados de países del Triángulo Norte que han llegado a Belice huyendo de la violencia generalizada y de las letales en la región. La familia de Jorge llegó el año anterior, su solicitud de asilo está pendiente con el Gobierno de Belice.

En Valle de Paz, otro asentamiento histórico de refugiados, los líderes comunales reportan que al menos 100 familias se vieron afectadas por el Huracán Earl. En un distrito eminentemente agrícola, donde los residentes dependen de la producción de cultivos para su subsistencia, la devastación que Earl provocó a sus parcelas les ha dejado prácticamente sin medios de ganarse un ingreso.

En los días transcurridos desde Earl, el ACNUR, junto con su agencia nacional de implementación en la ejecución, Ayuda para el Progreso, ha recorrido las comunidades de inmigrantes en las zonas que rodean Belmopan, donde muchas familias afectadas carecen de disposiciones básicas, vivienda, camas y un saneamiento adecuado. Si bien el ACNUR sigue llevando a cabo evaluaciones sobre el terreno, las personas han asistido a Ayuda para el Progreso a solicitar ayuda con alimentos y materiales de construcción.

En colaboración con la Agencia de la ONU para el Desarrollo, el ACNUR solicitó la ayuda humanitaria de emergencia para apoyar a sus poblaciones de interés en esta crisis. La Oficina de la ONU para la Coordinación de Asuntos Humanitarios respondió con una subvención de $46.000 dólares de los cuales $25.000 dólares ayudarán con los esfuerzos de recuperación para las familias de refugiados particularmente vulnerables en Belice.

* Los nombres son cambiados por motivos de protección.

Fuente: http://www.acnur.org/noticias/noticia/el-acnur-distribuye-ayuda-humanitaria-a-personas-desplazadas-por-el-huracan-en-belice/

Imagen: http://www.acnur.org/fileadmin/_processed_/csm_08.2016.17_Belice_f2d8e2ec4e.jpg

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ACNUR advierte del hacinamiento y falta de fondos ante la agudización de la crisis de desplazamiento en Sudán del Sur

África/Sudan del Sur/ 13 de agosto de 2016/ Fuente: ACNUR

Con miles de refugiados huyendo de Sudán del Sur, los países vecinos están sufriendo la presión derivada del elevado número de personas desplazadas y de la grave falta de financiación necesaria para atenderlas. La región acoge ya a 930.000 refugiados y su número aumenta cada día. ACNUR, la Agencia de la ONU para los Refugiados, está muy preocupada porque a pesar de que la población refugiada crece, los fondos para cubrir sus necesidades básicas se están agotando.

El estallido de la violencia en Yuba en julio parece haber inclinado la balanza contra una inminente solución política del conflicto en Sudán del Sur. Hay numerosos informes de enfrentamientos armados esporádicos, violaciones de derechos humanos, incluyendo violencia sexual y de género por parte de grupos armados, y sobre el empeoramiento de la inseguridad alimentaria, lo que inflige un inmenso sufrimiento. Las condiciones de seguridad son impredecibles, debido a los informes de la reanudación de los combates en los estados de Ecuatoria Central y Occidental, Bahr el Ghazal Occidental, Alto Nilo y partes de Unity.

Lo que agrava aún más la situación es el deterioro de la economía, que ha sufrido un aumento de la inflación sin precedentes, del 600 por ciento en el último año. Esta es la situación cuando se acerca el aniversario del acuerdo de paz, firmado en agosto de 2015. En áreas consideradas previamente estables, como Gran Ecuatoria y Gran Bahr-el-Ghazal, unas 200.000 personas se han visto obligadas a huir de la violencia.

Uganda y Sudán han recibido 110.000 y 100.000 recién llegados respectivamente en 2016, sumando conjuntamente más del 90 por ciento de las llegadas contabilizadas en la región durante este año. La mayoría de los que huyeron a Sudán llegaron en los primeros seis meses del año debido a los combates en áreas previamente estables en el estado de Bahr el Ghazal Occidental, así como al deterioro de la seguridad alimentaria. Además de los números de refugiados, hay 1,61 millones de personas desplazadas dentro de Sudán del Sur.

En el caso de Uganda, tres cuartas partes de los refugiados llegaron tras el estallido del conflicto en julio, alcanzando picos de más de 8.000 personas en un día. Los testimonios de los recién llegados, de los cuales el 90 por ciento corresponden a mujeres y niños sobre todo de Yuba y otras partes de Ecuatoria Central, señalan un colapso del orden público en las zonas de las que son originarios. Los refugiados describen una violencia incontrolada, que incluye asesinatos, enfrentamientos entre fuerzas gubernamentales y grupos armados, robos y extorsiones por parte de estos últimos, que además impiden la salida de quienes no pueden pagar, así como agresiones sexuales a las mujeres. Los refugiados también cuentan que estos grupos armados están secuestrando niños mayores de 12 años en los colegios y amenazando a la población. También se apunta a un alza de las desapariciones de personas.

El Gobierno de Uganda ha abierto un nuevo asentamiento en el noroeste del país, en Yumbe, con capacidad para más de 100.000 personas. Se necesitan fondos de manera urgente para acelerar la reubicación de más de 45.000 refugiados que están en centros de recepción y de tránsito sobrecargados y severamente congestionados. Con tanta gente viviendo en un espacio tan limitado, la posibilidad de que se produzcan brotes de enfermedades es alta. Los equipos de ACNUR están supervisando de cerca la situación, pero se necesitan más recursos para responder eficazmente. Con algunos centros de recepción a más de cinco veces su capacidad, resultan críticas las intervenciones en materia de protección, particularmente las centradas en la prevención y la respuesta a la violencia sexual y de género, incluyendo servicios psicosociales. El elevado número de refugiados está sobrecargando los servicios locales de salud y educación.

El desarrollo del asentamiento Maaji III, que se abrió a principios de año, se ha visto paralizado, dejando a las instalaciones sin infraestructuras ni servicios básicos clave: por ejemplo la atención médica se está proporcionando en tiendas de campaña. En Adjumani, a unos 20 km de la frontera con Sudán del Sur, el abastecimiento de agua potable se hace a través de camiones cisterna -lo que ya de por sí resulta caro- hasta que se disponga de los recursos necesarios para perforar más pozos y ampliar los sistemas hídricos para que lleguen a las nuevas áreas de asentamiento. Adicionalmente, se precisará una inversión adicional importante para abrir nuevos asentamientos en los distritos de Adjumani y Yumbe.

Las lluvias torrenciales obstaculizan los esfuerzos de ayuda, retrasando las labores de reubicación y provocando daños en las carreteras. Se teme que, en caso de que se produzcan brotes de enfermedades, las capacidades y recursos existentes resulten insuficientes para responder de manera eficaz.

Ante la desesperada necesidad de la población de refugiados sursudaneses, cuyo número asciende ya a 930.000, ACNUR se enfrenta a una crítica escasez de fondos. Con un 20% de los fondos necesarios recibidos -122 millones de dólares sobre 608,8 millones- que ACNUR necesita para proporcionar asistencia a los refugiados en Sudán del Sur y en los seis países de asilo, muchas actividades se han visto suspendidas para poder proporcionar apoyo esencial a los recién llegados. Las regiones remotas de Uganda, Sudán, la República Democrática del Congo y la República Centroafricana son las más afectadas por esta escasez, ya que ACNUR no contaba previamente allí con personal. Etiopía y Sudán, que han experimentado una afluencia masiva de llegadas, se han visto asimismo fuertemente afectados.

ACNUR elogia la generosidad de los países que mantienen sus fronteras abiertas a los refugiados sursudaneses y les proporcionan terrenos para establecerse. En particular, la Agencia aplaude la generosa legislación y el régimen normativo ugandés sobre refugiados, que entre otros beneficios permite a los refugiados tener libertad de circulación, derecho a buscar empleo y pone a su disposición parcelas de tierra en los que construir sus hogares y poder cultivar.

ACNUR apela a la comunidad internacional a que apoye a los países de asilo para proteger y asistir a los refugiados sursudaneses. La continuada escasez de fondos supondrá mayores desventajas para mujeres, niños y hombres que necesitan urgentemente de ayuda para superar el trauma del desplazamiento forzado y emprender la senda de la recuperación, la dignidad y la autosuficiencia. La incapacidad para proporcionar alimentos, cobijo, servicios básicos, asistencia psicosocial, educación y medios de subsistencia aumenta y prolonga la vulnerabilidad de la población refugiada.

Fuente:http://www.acnur.org/noticias/noticia/acnur-advierte-del-hacinamiento-y-falta-de-fondos-ante-la-agudizacion-de-la-crisis-de-desplazamiento-en-sudan-del-sur/

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Un millón de niños sirios refugiados siguen privados de educación

Siria/04 agosto 2016/Fuente: Euronews

Es una de las conclusiones del informe publicado por la organización Their Word que denuncia que la comunidad internacional solo ha entregado 400 millones de dólares de los 1.400 prometidos en financiación escolar para los países de la región que acogen a los refugiados sirios.

“Creo que cualquier padre del mundo entiende que la gente se vaya a otro paós , y por eso en este informe insistimos en que la Unión Europea debe invertir menos en alambradas de cuchillas para sus fronteras y más en libros y aulas en los países vecinos que acogen a estos refugiados”, declara Kevin Watkins, director ejecutivo de Overseas Development Institute (ODI) y autor del informe.

Naciones Unidas ha registrado a dos millones y medio de niños entre las familias de refugiados que han huido de la guerra en Siria.

Una guerra que parece lejos de acabar.

En Alepo, en la parte suroccidental de esta ciudad siria, se mantienen los bombardeos y los intensos enfrentamientos. Hace dos días la oposición lanzó una contraofensiva para romper el asedio a los barrios de esta zona de Alepo, rodeados por el Ejército y bajo el control de la oposición.

Fuente: http://es.euronews.com/2016/08/03/un-millon-de-ninos-sirios-refugiados-siguen-privados-de-educacion

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El coraje de los niños sirios para estudiar brinda esperanza a una cruda realidad

Por Shushan Mebrahtu

En toda la República Árabe Siria, los niños están poniendo sus vidas en peligro para presentarse a los exámenes finales de la escuela. A continuación, conocerá la historia de seis niños que han debido atravesar zonas de conflicto para continuar su educación, con la esperanza de construir un futuro mejor para su país.

DAMASCO, República Árabe Siria, 25 de julio de 2016 – ¿Qué harías si la única forma de presentarte a los exámenes del instituto fuese realizar un trayecto de 13 horas atravesando innumerables controles fronterizos atendidos por combatientes fuertemente armados? ¿Cómo te sentirías si 12 años de duro esfuerzo para obtener un diploma fuesen en vano por culpa de una guerra aparentemente interminable?

Estas son algunas de las crudas situaciones que afrontan hoy en día los estudiantes sirios.

“El viaje era muy caro”, cuenta Hadi*, un niño de noveno curso que emprendió un peligroso viaje de 13 horas desde su casa, en el Alepo rural, atravesando zonas de conflicto para llegar a un centro de examen en la ciudad de Alepo. “Mi familia tuvo que pagar 15.000 libras sirias (unos 35 dólares) para atravesar las zonas de conflicto”.

Hadi no pudo llegar a Alepo en su primer intento porque la carretera estaba cortada por un enfrentamiento. Sin embargo, su determinación para presentarse a los exámenes le llevó a seguir intentándolo y decidió tomar una ruta distinta, mucho más larga. En momentos de paz, habría tardado cuatro horas en realizar ese trayecto; sin embargo, en esta ocasión tuvo que hacer tres intentos hasta que logró llegar.

En mayo y junio de este año, 10.530 estudiantes sirios de noveno y duodécimo curso tomaron la difícil decisión de arriesgarse a cruzar zonas activas de conflicto para llegar a los centros examinadores y presentarse a los exámenes nacionales anuales. UNICEF ayudó a los estudiantes que venían de zonas remotas y asediadas proporcionándoles becas educativas, alojamientos seguros, colchones, pastillas de jabón y otros suministros higiénicos, además de clases de repaso para preparar los exámenes.

Cada estudiante vivió un peligro distinto durante su viaje. Algunos tuvieron que enfrentarse, o evitar, a los grupos armados que no querían que los niños acudieran a los exámenes. La mayoría de ellos viajó por carreteras peligrosas y afectadas por el conflicto en las que debían hacer frente a innumerables controles fronterizos donde hombres armados les cuestionaban constantemente. Muchos tuvieron que tomar dinero prestado de sus familiares para cubrir los gastos del viaje, que en numerosas ocasiones comenzaba semanas e incluso meses antes del periodo de exámenes. Los niños y niñas de las zonas afectadas por conflictos necesitaron mucho valor para insistir en su derecho a una educación.

Obstáculos para la educación

Hoy en día, en la República Árabe Siria, decisiones habituales como la de enviar o no a un niño a la escuela o a un parque suelen convertirse en cuestiones trágicas de vida o muerte, ya que las escuelas y los parques siguen siendo objetivos del conflicto. Desde que comenzó la guerra hace más de cinco años, UNICEF ha confirmado más de 4.000 ataques a escuelas. Una cuarta parte de todas las escuelas ha dejado de funcionar debido a que han quedado dañadas o destruidas, o están siendo utilizadas como refugio para acoger a las familias que escapan de la violencia. El sector educativo de Siria ha perdido a más de 52.000 profesores. El país ha perdido dos décadas de progreso educativo.

Más de dos millones de niños sirios se han visto obligados a abandonar los estudios por el desplazamiento ocasionado por el conflicto, la destrucción o el cierre de las escuelas y la falta de profesores. El conflicto también está forzando a que los niños dejen la escuela por otros motivos: cuando sus padres mueren asesinados en los enfrentamientos, cuando los separan de su familia, cuando los obligan a trabajar para ayudar a sus familias y cuando se obliga a las niñas a casarse siendo aún muy jóvenes. Además, son a menudo los padres quienes toman esas decisiones con la esperanza de que les ayuden a mantenerse a salvo de la violencia.

Cada estudiante tiene su propia historia de dificultades

Todos los estudiantes que superaron esos peligrosos obstáculos cuentan con historias de pasión por el aprendizaje y la educación, así como una determinación colectiva para presentarse a los exámenes, obtener sus diplomas y contribuir a crear un futuro mejor para Siria.

Hadi, de 14 años, tuvo que dejar la escuela antes del noveno curso para trabajar y poder ayudar a su familia. “Durante los últimos años, he estado estudiando y preparando los exámenes al mismo tiempo”, explicó. “Todo lo que tenía para estudiar eran libros de autoaprendizaje”.

Otros como Ghadeer*, de Raqqa, se vieron forzadas a casarse porque no había otra opción en los tiempos difíciles de la guerra. “Para una niña como yo era difícil estudiar en mi ciudad”, dijo Ghadeer. “Perdí tres años de escuela, así que decidí dejarla y casarme para poder cuidar de mi familia”.

“Tuve que esperar cuatro años para presentarme a los exámenes”, contaba Fatima*, que ahora tiene 21 años. Junto con Ghadeer, logró llegar hasta el centro examinador de la vecina Hasakah. “Durante esos cuatro años estudié mucho, pero solo para enterarme de que habían cancelado los exámenes en mi ciudad. Sentí que todo mi esfuerzo se esfumaba”.

Batoul*, de Idlib, explicó las amenazas que hay en su ciudad contra la educación. “Dejé de ir a la escuela durante un mes porque tenía miedo por mí y por mi padre”. Cuando los grupos armados impusieron controles nuevos a la educación de su zona, las escuelas se cerraron y se introdujeron cambios en los planes oficiales de estudios. Pero Batoul no es la única de su familia que ha debido enfrentarse a estos obstáculos. Nos contó que su padre y su madre, profesores los dos, reciben amenazas constantes. Batoul y su madre hicieron el peligroso viaje desde Idlib hasta Hama en mayo para que ella se presentara a los exámenes de noveno curso.

Otros, como Ahmad*, están decididos a seguir estudiando a pesar de vivir bajo el asedio y los bombardeos constantes. Nos explicó que, a veces, los niños tienen demasiada hambre como para poder concentrarse y estudiar.

“Estudiábamos bajo el asedio y pasábamos mucha hambre. Solíamos estudiar durante el día porque no había ni electricidad ni tan siquiera velas que nos permitieran leer por la noche”, explicaba esta niña de 19 años que se preparó para los exámenes del duodécimo curso en unas circunstancias muy difíciles.

“Muchos de mis amigos se mareaban porque no tenían nada para comer y carecían de las proteínas necesarias para poder superar la jornada escolar. Un día, vi desmayarse a mi profesor de matemáticas porque no tenía nada para comer, pero aun así seguía yendo a la escuela para educarnos”.

“Suspendí los exámenes de noveno curso el año pasado”, contaba Mazen*, también del Damasco rural. “Había muchos conflictos y me resultaba difícil estudiar. La escuela empezaba temprano cada día, a las cinco de la mañana, pero solo duraba tres horas por los bombardeos”.

“Tomaba prestados apuntes y libros de otros estudiantes para prepararme los exámenes”, explicaba Ghadeer, que estaba embarazada cuando decidió regresar a la escuela.

Ghadeer viajó desde Raqqa hasta Hasakah con su niña, una bebé de cinco meses, y su abuela, que se ofreció a ayudarla a cuidar de la niña para que su nieta pudiese continuar su educación.

“Me hace muy feliz poder dar a mi nieta la oportunidad de terminar sus exámenes”, aseguraba la abuela de Ghadeer, que no sabe leer ni escribir.

“Estas niñas deberían tener un futuro mejor que el nuestro, y esto solo puede conseguirse con la educación”, añadió.

Hadi, Ghadeer, Fatima, Batoul, Ahmad y Mazen son solo unos cuantos del total de 7,5 millones de niños de la República Árabe Siria que siguen intentando sobrevivir y mantener vivos sus sueños a pesar del conflicto mortal que les rodea. Para ellos, la educación es la esperanza de un futuro mejor.

“Para nosotros, la educación es un arma para lograr un futuro mejor”

Para finales de junio, más de 10.000 niños ya habían realizado esos peligrosos viajes y completado sus exámenes, y estaban preparándose para regresar a casa por las zonas de conflicto. Muchos regresaron con sus diplomas y con el orgullo de saber que habían alcanzado lo que habían soñado durante tanto tiempo, y planeaban ya sus estudios futuros. Todos hicieron nuevos amigos con los que pudieron compartir su inspiración.

“Me gustaría enviar un mensaje a los niños de todo el mundo”, decía Batoul mientras se preparaba para regresar a casa con sus padres, los profesores. “La educación es un arma para nosotros. Solo podremos acabar con el sufrimiento de esta guerra si seguimos estudiando”.

El mensaje de todos los niños sirios es alto y claro: Quieren una educación ahora. Se lo debemos por su coraje y su determinación para perseguir su sueño de construir este futuro mejor.

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Desde que comenzó la crisis, UNICEF ha realizado las siguientes inversiones para ayudar a los niños a continuar su aprendizaje: ha proporcionado libros de texto y material escolar a más de 2,8 millones de niños; ha rehabilitado más de 440 escuelas y ha construido más de 600 clases prefabricadas para ofrecer un mayor número de espacios de aprendizaje de mejor calidad.

Este año, UNICEF ha lanzado programas innovadores de aprendizaje para reducir el número de niños sin escolarizar. El autoaprendizaje proporciona recursos educativos para los niños que, físicamente, no pueden ir a la escuela. Los libros de texto diseñados para promover el autoaprendizaje permiten a los niños estudiar en casa con la ayuda de su familia o en espacios comunitarios de aprendizaje asistidos por voluntarios. A finales del año académico, los niños pueden registrarse y presentarse a los exámenes certificadores en cualquier escuela pública.

Para todos aquellos que pueden asistir a clases de educación formal pero se ven atrasados con respecto a sus compañeros existe un segundo programa, conocido como Plan de estudios B, que ofrece aprendizaje acelerado para ponerse al día y lograr reintegrarse en escuelas formales.

*Los nombres se han cambiado para proteger sus identidades

Fuente: http://www.unicef.org/spanish/infobycountry/syria_92020.html

Imagen: http://4.bp.blogspot.com/-mzV-W51ZuGQ/VhvVhX9ys8I/AAAAAAAADnw/X_xgKvDunwc/s1600/ni%25C3%25B1os%2Bsirios%2Brefugiados.jpg

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