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Feminismo y religión: ¿Pueden ir de la mano?

Durante mucho tiempo se ha considerado que el camino del feminismo y el de la religión son opuestos, una postura que se ha hecho especialmente visible en luchas tan importantes para el movimiento feminista como las del aborto, la libertad sexual o la violencia de género. Sin embargo, cada vez más mujeres que practican religiones como la católica y que también se consideran feministas alzan la voz, no solo para denunciar la injusta realidad que viven dentro de la Iglesia y para pedir cambios, sino para reivindicar que la fe y la lucha por la igualdad pueden ir de la mano.

Este es el caso de quienes integran el grupo Revuelta de las mujeres en la Iglesia, que empezó a tomar mucha fuerza en países europeos alrededor del 2020, pero que es el resultado de años de trabajo de mujeres creyentes y teólogas que luchan desde los años 70 u 80, e incluso antes, por la renovación de la Iglesia católica y la transformación social desde la perspectiva de las mujeres.

“La Revuelta es hija de toda una trayectoria de colectivos de mujeres que, en España, ya teníamos un largo recorrido en cuanto a conciencia como mujeres creyentes y como feministas, sin haber encontrado nunca, por lo menos en nuestra experiencia personal y colectiva, que esas dos realidades chocaran, sino que por el contrario se reforzaban mutuamente”, explica a Efeminista Pepa Moleón, integrante de la agrupación. Son mujeres que crecieron con valores feministas, pero también con una gran fe.

Moleón dice que son conscientes de que desde ambos lados hay desconfianza sobre lo que representan, pero en lugar de alejarlas de la religión o del feminismo, ellas ven en esto una oportunidad de articular “ambas realidades”.

“Surgimos de una toma de conciencia muy clara de que la desigualdad entre hombres y mujeres en la Iglesia no es sostenible por más tiempo. Y que para ello debemos salir a la calle, debemos expresar cuál es nuestro malestar, porque es una realidad injusta”, señala.

Derechos de las mujeres: ¿Qué dice la Biblia?

Sandra Mazo, directora de Católicas por el Derecho a Decidir Colombia, coincide con Moleón al expresar que “es totalmente coherente, compatible y posible” ser feminista y ser creyente católica-cristiana. “Porque defender los derechos y las libertades desde un principio de justicia social y desde un principio de igualdad son nociones del cristianismo que nos enseñaron, son principios”, señala.

Católicas es una organización feminista que está presente en más de 10 países de América Latina y que tiene una lucha clara a favor de los derechos sexuales y reproductivos, por la igualdad en las relaciones de género y por la ciudadanía de las mujeres tanto en la sociedad como al interior de las iglesias.

A lo largo de la historia, la religión se ha utilizado para sostener al patriarcado, sin embargo, eso no coincide con lo que Jesús predicaba, explican las voceras.

“La contradicción que parece haber no la encontramos cuando profundizamos en los textos bíblicos, en nuestra realidad de mujeres creyentes, en el ámbito de la fe, de la oración, en el ámbito de la pastoral. Otra cosa distinta son los textos que emite la Iglesia. Es decir, la Iglesia como institución nos asigna unas funciones que se dan de bruces con lo que nosotras entendemos que es nuestra realidad”, afirma la integrante de la Revuelta.

“El Nuevo Testamento de Jesús nos habla de un protagonismo de las mujeres. Es decir, lo que nosotras encontramos en el Evangelio sobre la vida pública de Jesús, y creemos que no hacemos una lectura sesgada, es que las mujeres para él son un elemento privilegiado, de encuentro con él mismo y con su misión, con la misión que el Padre le entrega y le tiene reservada”, agrega. La teología feminista ha sido clave en esto.

Una de esas tantas mujeres es María Magdalena que, pese a que por décadas se ha querido desprestigiar su nombre y dejarla en un segundo plano, fue una mujer importante en la vida de Jesús y un pilar de la fundación del cristianismo.

“Jesús trata con enorme respeto a las mujeres, las escucha y se deja interpelar por ellas. Esto es algo muy llamativo y es una realidad muy diferente a la que tiene actualmente la Iglesia, ya que los varones no se dejan interpelar por nosotras”, añade Moleón.

Lo mismo, dice Mazo, sucede con el tema del aborto, ya que, contrario a lo que se piensa, no hay una postura única frente a la interrupción del embarazo.

“En la Biblia encontramos dos referencias sobre el aborto que están en el Antiguo Testamento y que no tienen que ver con su prohibición, sino más con el adulterio y con el comportamiento alrededor de lo jurídico frente a una situación en la que se procure un aborto. En el Código del Derecho Canónico, además, se exime de la pena de excomunión y se atenúan las penas a las mujeres que abortan”, argumenta.

“La propia doctrina de la Iglesia católica quita o disminuye la pena a las mujeres que abortan y es mucho más progresista que muchas normas que hay en varios países”, agrega.

Mujeres en la religión: Luchando por la igualdad

La directora de Católicas y defensora de derechos humanos afirma que las religiones “han estado configuradas jerárquicamente por decisiones muy patriarcales y desde los hombres” cuando han sido las mujeres “las que realmente sostenemos las iglesias”.

“Mal haríamos no tener un reclamo justo y ser una voz que le pida a las propias iglesias que las mujeres tengamos un lugar de decisión al interior de nuestras creencias y desde nuestros espacios de fe y que las decisiones o las conversaciones que se estén dando en el ámbito religioso, que tengan que ver con nosotras, tienen que ser decisiones que nos incluyan a nosotras”, señala.

Pepa Moleón, de la Revuelta, vuelve a los textos bíblicos para agregar que no han encontrado ninguna realidad que justifique la postura que la Iglesia hoy tiene” con respecto al papel de las mujeres en puestos de liderazgo.

“Ninguna de las razones que se emiten desde los documentos que hasta ahora mismo la Iglesia ha puesto en circulación, y que siguen sustentando la cerrazón a que las mujeres podamos ser ordenadas, ninguno de ellos está sustentado en la experiencia del Evangelio”, recalca.

Lo que sucede, continúa, “es que la entrada de las mujeres en pie de igualdad en la institución de la Iglesia va a provocar muchos cambios, porque los grupos que nos movemos en este ámbito estamos trabajando y anhelamos una iglesia diferente de la que tenemos”, menciona.

Y esos cambios no solo pasan por la asignación de cargos, es decir, que las mujeres puedan ser sacerdotisas o incluso llegar a dirigir la Iglesia, sino por una transformación más profunda que permita acercar a las religiones a las comunidades, que estas participen activamente en las decisiones eclesiales que se toman y que se aborden temas como el aborto, la sexualidad o el matrimonio homosexual desde otras miradas compatibles con los principios que la Iglesia católica (que es desde el lugar del que hablan las especialistas) respeta y reconoce.

Para Mazo, por ejemplo, ya es hora de que Iglesia cambie su postura sobre los métodos anticonceptivos y que abra la conversación sobre la responsabilidad de los padres frente a la paternidad. Mientras que Moleón aboga porque se afronte y se aborde seriamente el tema de los abusos sexuales, que, dice, no solo han sucedido con menores de edad, sino también con mujeres adultas que alguna vez se acercaron a la religión.

“Las mujeres tenemos un papel muy importante en la historia, en todas las instancias y en todas las estructuras, y quiero invitar a las mujeres católicas a que pensemos más nuestro lugar en la Iglesia y que nos juntemos y nos unamos en reflexiones muy argumentadas y sustentadas que nos darán la razón por la que necesitamos agenciar estos cambios”, afirma Mazo.

“Somos muy conscientes de que la mayor parte de las cosas que proponemos muchas de nosotras no las vamos a ver, pero vamos a seguir trabajando hasta que la igualdad se haga costumbre”, concluye Moleón.

Un debate que trascienda de “lo bueno y lo malo”

Moleón y Mazo son conscientes de que suelen ser personas que profesan la religión católica o evangélica quienes acosan y emiten discursos de odio en contra de las mujeres, buscan tumbar los derechos conseguidos cuando llegan a puestos de poder e incluso las tachan a ellas de “malas católicas”. Sin embargo, afirman que esas personas o grupos no las representan y que el debate debe evolucionar para poner en valor las luchas de las mujeres.

“Hay movimientos que se llaman provida, que muchos están vinculados a la ultraderecha política, y que muchas veces se quieren hacer los adalides de la Iglesia católica y que ellos son católicos que defienden y tal, pero eso no es verdad”, dice la integrante de la Revuelta.

“Nosotras como mujeres católicas consideramos que debates como los del aborto tienen que trascender lo bueno y lo malo, que tiene que volverse un debate sobre la vida, la salud, la dignidad, la justicia, el derecho a decidir de las mujeres”, agrega Mazo.

“Creo que ya tenemos que superar muchas de esas visiones estancadas y anacrónicas y empezar a entender que el lugar de las mujeres hoy es distinto. Las mujeres estamos en lo público, estamos en la política, estamos reclamando espacios de participación incluso en las iglesias, somos mujeres formadas. Ya pudimos estudiar, somos universitarias. Incluso somos líderes espirituales en muchos lugares. Entonces la reflexión tiene que ir mucho más allá del bien y del mal, sobre todo en estos temas donde nos han polarizado de una manera tan absurda”, concluye la directora de Católicas.

Fuente de la información e imagen: https://efeminista.com

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“Israel” destruyó la mayoría de las escuelas de la Franja de Gaza

De acuerdo con la ONU, aproximadamente 30 por ciento de esos inmuebles recibieron bombardeos directos de las fuerzas enemigas.

 

La ocupación israelí bombardeó de manera directa 30 por ciento de las escuelas de la Franja de Gaza, según denunció el portavoz del secretario general de las Naciones Unidas, Stéphane Dujarric.

 

De acuerdo con el vocero, desde el inicio de la Batalla Diluvio de Al-Aqsa, 162 edificios escolares de los 563 que existen en la Franja, recibieron las bombas sionistas. De ellos 26 están completamente destruidos.

 

En esas escuelas estudiaban unos 175 mil alumnos y trabajan más de seis mil 500 maestros.

 

Según añadió al menos 55 por ciento de esas infraestructuras requieren una reconstrucción completa o una rehabilitación importante.

 

Asimismo, el Observatorio Euromediterráneo de Derechos Humanos documentó el asesinato deliberado de decenas de profesores universitarios, maestros de todos los niveles y miles de estudiantes de Gaza.

 

El Observatorio explicó que el “ejército” enemigo lanzó además ataques específicos contra figuras académicas, científicas e intelectuales, mientras decenas de ellos murieron en los bombardeos a sus hogares.

 

Hace 131 días «Israel» ataca todos los aspectos de la vida de los palestinos de la Franja de Gaza, en un esfuerzo por desplazarlo y exterminarlo.

Fuente: https://espanol.almayadeen.net/noticias/politica/1819896/-israel–destruy%C3%B3-la-mayor%C3%ADa-de-las-escuelas-de-la-franja-de

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Brasil tiene más templos que escuelas y centros de salud

Los templos de sectas y religiones en Brasil duplican el número de instituciones educativas y de salud en todo el país, arroja el Censo de 2022 divulgados por Instituto Brasileño de Geografía y Estadística (IBGE).

 

Los datos señalan que en el gigante latinoamericano hay 579.798 establecimientos religiosos, entre iglesias, templos, sinagogas y ‘terreiros’ (como se denomina a los sitios de oración de cultos afrobrasileños como el candomblé). El número es más del doble que las 264.445 instituciones educativas y de salud (264.445) identificadas por el IBGE en todo el país.

 

Eso supone que mientras existen 286 templos por cada 100.000 habitantes en el país, la proporción de centros educativos, entre guarderías, escuelas y universidades, cae a 130 por cada 100.000 habitantes. Ya la proporción de hospitales, clínicas y centros de urgencias baja hasta 122 por cada 100.000 habitantes.

Viviendas particulares y prisiones

 

Los datos son el resultado del primer mapeamiento de todas las coordenadas geográficas y los tipos de edificaciones que componen las 111 millones de domicilios en Brasil que fueron registradas durante la realización del Censo.

 

Según el estudio, la gran mayoría de los domicilios en Brasil corresponden a viviendas particulares, con 90,6 millones en todo el país. Le siguen los establecimientos comerciales y de otras finalidades como edificios culturales o públicos (11,7 millones), los agropecuarios (4 millones), los edificios en construcción (3,5 millones) y los domicilios colectivos -hoteles, prisiones, pensiones, residencias de ancianos- (104.500).

Fuente: https://alertas24.com/internacionales/brasil-tiene-mas-templos-que-escuelas-y-centros-de-salud/

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Rapan a alumnas por «uso incorrecto» de velos islámicos en Indonesia

El profesor de una escuela secundaria castigó a 14 niñas por supuestamente usar de forma incorrecta su hiyab.

Un profesor de una escuela en Indonesia rapó parcialmente la cabeza de una decena de niñas, acusadas de usar incorrectamente sus velos islámicos, dijo el lunes el director de la institución.

En algunas regiones conservadoras de este archipiélago del sudeste asiático, que tiene la mayor población musulmana del mundo, las alumnas deben usar el hiyab, que forma parte del uniforme de la escuela pública.

El profesor, cuya identidad no fue revelada por la escuela secundaria SMPN 1 de la ciudad de Lamongan, en la provincia de Java Oriental, castigó a 14 alumnas musulmanas por su vestimenta considerada incorrecta rapándoles parte del pelo de la cabeza, indicó Harto, el director de la escuela, que como muchos indonesios solo tiene un nombre.

«No hay obligación de que las alumnas usen el hiyab pero se les aconsejó que usaran gorras para tener una apariencia correcta», comentó a AFP el director.
Tras las protestas de las familias, «nos hemos disculpado con los padres», dijo el director. El maestro que aplicó el castigo fue suspendido y la escuela ofrecerá asistencia psicológica a las niñas afectadas, agregó el director.

«El caso de Lamongan es probablemente el peor caso de intimidación visto en Indonesia», consideró Andreas Harsono, de la ONG Human Rights Watch en Indonesia.

https://www.milenio.com/internacional/indonesia-rapan-alumnas-incorrecto-velos-islamicos

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Irán: Espeluznante oleada de ejecuciones y aumento del empleo de la pena de muerte contra minorías étnicas perseguidas

Amnistía Internacional y el Centro Abdorrahman Boroumand han comunicado hoy que, desde que comenzó el año, las autoridades iraníes han ejecutado al menos a una persona árabe ahwazí, 14 kurdas y 13 baluchis tras juicios manifiestamente injustos —y han condenado a muerte como mínimo a 12 más—, en una escalofriante escalada del empleo de la pena de muerte como herramienta de represión contra las minorías étnicas.

Asimismo, las investigaciones de Amnistía Internacional y el Centro Abdorrahman Boroumand revelan que las autoridades iraníes han ejecutado al menos a 94 personas en total sólo entre los meses de enero y febrero —con un espeluznante trasfondo de denuncias de violencia sexual y otras torturas—, lo que supone un considerable aumento en comparación con el mismo periodo del año pasado.

“Las autoridades iraníes están llevando a cabo ejecuciones a un ritmo aterrador. Su actuación constituye un ataque contra el derecho a la vida, y un indisimulado intento no sólo de oprimir aún más a las minorías étnicas, sino también de sembrar el miedo a la fuerza bruta que le espera a la disidencia, ya sea en la calle o en el patíbulo”, ha declarado Roya Boroumand, director ejecutivo de la organización iraní de derechos humanos Centro Abdorrahman Boroumand.

Ejecuciones tras juicios injustos y tortura

A finales de febrero, las autoridades iraníes ejecutaron en secreto a un hombre árabe ahwazí y a otro kurdo, tras juicios manifiestamente injustos. Asimismo, a lo largo de las últimas semanas han condenado a muerte al menos a seis personas árabes ahwazíes y a seis baluchis más, algunas de ellas declaradas culpables en relación con las protestas que prenden por todo el país desde el pasado mes de septiembre.

El 20 de febrero, el árabe ahwazí Hassan Abyat fue ejecutado en la prisión de Sepidar (provincia de Juzestán), mientras que el 22 de febrero, el kurdo Arash (Sarkawt) Ahmadi corrió la misma suerte en la prisión de Dizel Abad (provincia de Kermanshah). Fuentes bien informadas aseguraron a Amnistía Internacional que, tras su detención, los interrogadores sometieron a ambos hombres a tortura y a otros malos tratos para obligarlos a “confesar”. Violando el derecho a la presunción de inocencia, sus “confesiones” forzosas fueron retransmitidas por los medios de comunicación estatales, en una maniobra de las autoridades destinada a denigrarlos y justificar sus ejecuciones. No se les permitió tampoco acceder a representación legal y sus ejecuciones se consumaron en secreto, sin notificación previa a las familias ni permitir a éstas una última visita.

Causa pavor observar cómo las ejecuciones suelen estar precedidas por el empleo sistemático de ‘confesiones’ extraídas mediante tortura a fin de condenar a la persona acusada en juicios manifiestamente injustos.

Diana Eltahawy, Amnistía Internacional

Hassan Abyat fue condenado a muerte dos veces: una, por el Tribunal Revolucionario, por “enemistad con Dios” (moharebeh); y otra, por el Tribunal de lo Penal, por asesinato (ghesas) —en referencia a la muerte de un agente de la fuerza paramilitar Basij en 2011— y por presunta pertenencia a un “grupo de oposición”. Hassan Abyat negó toda participación en la muerte del agente. Tras haberlo sometido a desaparición forzada, los interrogadores ataron a Hassan Abyat a una cama especial de tortura, lo golpearon con cables y le administraron descargas eléctricas en los testículos, según un testigo que, además, describió a Amnistía Internacional cómo podían verse las cicatrices de la tortura en el cuerpo de Hassan Abyat. El tribunal lo declaró culpable sin investigar las denuncias de tortura.

Arash (Sarkawt) Ahmadi, que fue también detenido en enero de 2021, fue condenado a muerte por “enemistad con Dios” (moharebeh) debido a su pertenencia en el pasado a un grupo de oposición kurdo-iraní proscrito y a la muerte de un miembro de las fuerzas de seguridad. Según activistas kurdos de derechos humanos, los interrogadores de la Guardia Revolucionaria lo obligaron a “confesar” bajo tortura y otros malos tratos.

Amnistía Internacional se opone a la pena de muerte en todos los casos, sin excepción. La pena capital es una violación del derecho a la vida y el exponente máximo de pena cruel, inhumana y degradante.

Según el derecho internacional, la imposición de pena de muerte tras un juicio sin garantías constituye una privación arbitraria del derecho a la vida.

Hombres árabes ahwazíes y baluchis condenados a muerte

A lo largo de las últimas semanas, al menos 12 personas de las minorías árabe ahwazí y baluchi han sido condenadas a muerte tras juicios manifiestamente injustos.

El 14 de febrero se comunicó a seis hombres árabes ahwazíes —Ali Mojadam, Moein Khanfari, Mohammad Reza Mojadam, Seyed Salem Mousavi, Seyed Adnan Mousavi y Habib Deris— que habían sido condenados a muerte tras un juicio colectivo ante el Tribunal Revolucionario de Ahvaz, en una causa judicial que se remontaba a 2017, por el cargo de “enemistad con Dios” (moharebeh) debido a su presunta “pertenencia a grupos ilegales”. Según activistas ahwazíes de derechos humanos, para condenarlos se utilizaron sus propias “confesiones” obtenidas mediante tortura.

Entre diciembre de 2022 y enero de 2023, al menos seis jóvenes de la minoría baluchi fueron condenados a muerte en diferentes juicios relacionados con las protestas que tuvieron lugar en la provincia de Sistán y Baluchistán en septiembre de 2022. Shoeib Mirbaluchzehi Rigi, Kambiz Khorout, Ebrahim Narouie, Mansour Hout, Nezamoddin Hout, y Mansour Dahmaredeh, que tiene una discapacidad física, fueron condenados a muerte por los cargos de “propagar la corrupción en la tierra” (efsad-e fel arz) o “enemistad con Dios” (moharebeh), por incendios provocados y lanzamiento de piedras. El derecho internacional prohíbe el empleo de la pena de muerte para castigar delitos que no se ajusten a lo que se entiende por “los más graves delitos”, que entrañan el homicidio intencional.

Según fuentes conocedoras del caso, los interrogadores sometieron a los hombres a torturas y otros malos tratos, incluida violencia sexual, para obligarlos a “confesar”. Según dichas fuentes, a Ebrahim Narouie le clavaron agujas en los genitales, mientras que a Mansour Dahmardeh lo golpearon con tal violencia que le rompieron los dientes y la nariz.

De las 28 personas de minorías ejecutadas en 2023, 19 fueron declaradas culpables de delitos de drogas; 7, de asesinato; y 2, de los muy generales e imprecisos cargos de “propagar la corrupción en la tierra” (efsad-e fel arz) o “enemistad con Dios” (moharebeh), que no se ajustan al principio de legalidad.

“Causa pavor observar cómo las ejecuciones suelen estar precedidas por el empleo sistemático de ‘confesiones’ extraídas mediante tortura a fin de condenar a la persona acusada en juicios manifiestamente injustos. El mundo debe actuar de inmediato para presionar a las autoridades iraníes a fin de que dicten una moratoria oficial de las ejecuciones, anulen las sentencias condenatorias y las condenas a muerte injustas y retiren todos los cargos relacionados con la participación pacífica en actos de protesta”, ha declarado Diana Eltahawy, directora regional adjunta de Amnistía Internacional para Oriente Medio y el Norte de África.

“Asimismo, instamos a todos los Estados a ejercer la jurisdicción universal sobre todos los funcionarios iraníes contra los que existan sospechas razonables de responsabilidad penal en delitos de derecho internacional y en otras violaciones graves de los derechos humanos.”

Fuente: https://www.amnesty.org/es/latest/news/2023/03/iran-chilling-execution-spree-with-escalating-use-of-death-penalty-against-persecuted-ethnic-minorities/

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La mujer marcada

Por Carolina Vásquez Araya

La intolerancia religiosa impuesta a las mayorías asemeja otra forma de fascismo.

La condena a 30 años de prisión contra una mujer salvadoreña por un aborto involuntario, revela de modo explícito el profundo desprecio de un Estado -bajo régimen dictatorial- por los derechos de una parte mayoritaria de su población. El solo hecho de marcar una administración con el sello del autoritarismo extremo, persiguiendo a los jóvenes y castigando a las mujeres, constituye una peligrosa señal para otras naciones latinoamericanas que siguen esa tendencia.

En nuestro continente, el tema del aborto ha ido imponiéndose en las agendas como un modo de rescatar los derechos de las mujeres, tradicionalmente sometidos a la imposición machista e intolerante de las instituciones eclesiásticas y legislativas. Pero, sobre todo, como un intento de colocar el tema en la agenda de salud pública que le corresponde, en países en donde supuestamente existe separación entre iglesia y Estado. Sin embargo, el poder inquisitorial de estos sectores ha permeado en otras instancias y va dejando su huella en un debate ciego, según el cual ninguna mujer es dueña de su vida ni de su cuerpo.

Ya lo afirmó hace tiempo el obispo de San Cristóbal de las Casas, Felipe Arizmendi, quien aseveró en un documento oficial que: “Es una aberración y una ignorancia culpable, afirmar que la mujer es dueña de su cuerpo y que se puede deshacer del feto que lleva en su seno. Este no es responsable de los deslices de la madre”. Con ello, el obispo Arizmendi automáticamente asume varios conceptos, dándoles el carácter de válidos e irrebatibles.  El primero, es que la mujer no es dueña de su cuerpo. De ese modo, el religioso legitima toda política de sometimiento de la mujer como sujeto de la sociedad a un papel subordinado, negándole por principio su derecho al libre albedrío y al goce de todos los derechos inherentes al ser humano sin distinción de sexo, raza ni condición social. Y luego, que el embarazo es producto de un “desliz».

El debate sobre la despenalización del aborto, por tanto, polariza a las sociedades por el poder emanado de los púlpitos, estableciendo un vínculo estrecho entre las doctrinas religiosas y las leyes que rigen a las sociedades desde sus textos constitucionales. De este modo, se pretende establecer de manera tajante la condición subordinada de la mujer como ente reproductor, sin mayores derechos sobre su propia existencia como ser humano.

La separación entre Iglesia y Estado es una condición fundamental en la democracia.

Uno de los pretextos para condenar el aborto es calificarlo como una “solución fácil”, para eliminar los resultados de una vida de excesos, o como un método de control de la natalidad, pasando un conveniente borrador por las escandalosas cifras de pedofilia, violaciones sexuales de niñas, adolescentes y mujeres, víctimas de trata y de otras formas de violencia. Tampoco parece tener un espacio, en las reflexiones de los sectores más conservadores, la escandalosa cifra de abortos inseguros en Latinoamérica, que según la OMS alcanzan a 3 millones 700 mil cada año.

La negación del derecho de la mujer sobre su cuerpo es un tema antiguo y de enorme impacto social. Unos de sus más reveladores capítulos fueron los ensayos sobre reproducción obligatoria con el propósito de “perfeccionar” la raza, perpetrados contra víctimas inocentes durante el régimen nazi en Alemania. Pero no son los únicos. La postura radical y absoluta contra la práctica del aborto -sin distinción de causales- en algunos de nuestros Estados, no se aleja mucho de esa imposición, también ella dictada bajo el amparo de la ley.

Blog de la autora: www.carolinavasquezaraya.com

@carvasar

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Las africanas luchan contra prejuicios y estereotipos sobre lo que pueden hacer

Teresa Lokichu no olvida el día en que concurrió a una reunión de altos funcionarios del gobierno, líderes de la comunidad y ancianos para discutir varios temas urgentes como la seguridad en su comunidad rural de Pokot Occidental, en la región del Valle del Rift, en el oeste de Kenia.

A pesar de ser una conocida defensora de la paz en la comunidad, lideresa de la defensa de los derechos de las mujeres y luchadora contra la mutilación genital femenina (MGF), no tuvo puesto, y mucho menos voz, en lo que era una reunión consultiva.

«Hice lo que una mujer de nuestra comunidad pastoril debe hacer: ponerme de pie y esperar en silencio hasta que los hombres a cargo consideraran oportuno darme la oportunidad de hablar”, contó a IPS esta directora de la Red de Niñas Pokot.

Rememoró que “todos en la sala estaban sentados, pero yo permanecí de pie. Tenía que hablar en nombre de las mujeres y los niños, que son los más afectados por la inseguridad y el conflicto», dijo Lokichu,

«La reunión continuó como si no pasara nada, mientras yo permanecía de pie. Una ministra del gabinete gubernamental estaba presente e interrumpió la reunión para preguntar por qué permanecía de pie. Se sorprendió mucho al saber que solo así una mujer puede pedir permiso para hablar en una reunión de este tipo», dijo.

A Lokichu se le concedió inmediatamente el derecho de palabra y más tarde se convertiría en diputada de la Asamblea del Condado de Pokot Occidental, en el sistema de gobierno descentralizado de Kenia.

Su experiencia no dista mucho de la de Joyce Nairesia, la primera mujer samburu en formar parte del Consejo de Ancianos e incluso presidirlo.

Naresia contó a IPS que los ancianos varones levantan un rungu (garrote) tradicional durante las reuniones del Consejo, como muestra de poder. Al ser una mujer en una comunidad de pastores, no puede hacer lo mismo.

«Para dirigirme al Consejo, primero me pongo de pie, levanto un trozo de hierba y espero a que me dejen hablar. Es una muestra de respeto y humildad en su presencia», explicó. «La gente dice, pero ¿cómo es posible? Yo digo que es mejor influir en el cambio desde dentro que desde fuera mirando hacia dentro», dijo.

Estos testimonios son parte de un esfuerzo de las comunidades de esta nación de África oriental, bajo el lema “Rompe Prejuicios” con que tratan de promover experiencias a favor de una mayor paridad de género.

El objetivo final es una sociedad sin los prejuicios, estereotipos y discriminación que soportan las mujeres en su actividad pública, para una mayor inclusión de ellas en los espacios de decisión.

Situación de África

Especialistas en cuestiones de género como Grace Gakii, establecida en Nairobi, afirman que el mundo y en particular África se enfrentan a un sinfín de retos, desde el cambio climático, las enfermedades, las pandemias, la inseguridad alimentaria y la fragilidad de la paz. La reivindicación de la igualdad y la equidad de género en todas las facetas de la vida es crucial para mejorar los resultados sociales y económicos.

«Tenemos que desarraigar el patriarcado y la misoginia profundamente arraigados, así como la discriminación sistemática de las mujeres en el liderazgo político y en los negocios», dijo a IPS esta investigadora en igualdad y equidad de género.

Los datos de ONU Mujeres sobre las mujeres en la política muestran que Ruanda tiene el mayor porcentaje de mujeres en el parlamento a nivel mundial. Sudáfrica, Senegal, Namibia y Mozambique también figuran en la lista de los 20 primeros países en equidad legislativa.

«Ruanda es también uno de los 14 países del mundo que tiene 50 % o más de mujeres en su gabinete. Pero lo que está cada vez más claro es que la representación no es suficiente. Las mujeres necesitan la influencia necesaria para cambiar la forma en que la sociedad percibe a los hombres y a las mujeres, y los papeles que les asignan», explicó Gakii.

Las cifras de ONU Mujeres indican que 50 % de las mujeres africanas que forman parte del gabinete tienen carteras de bienestar social.

Gakii considera que estos puestos se ajustan a la percepción que la sociedad tiene de las mujeres como cuidadoras y no como portadoras de poder que participan en los niveles de toma de decisiones políticas y de liderazgo de alto nivel.

Solo 3 % de las mujeres africanas que integran el gabinete están a cargo de carteras críticas y de gran poder, como las de finanzas, defensa, infraestructura y asuntos exteriores.

Lokichu afirma que las voces de las mujeres faltan en los niveles más altos de la toma de decisiones y la gobernanza, lo que perpetúa aún más los estereotipos de género, los prejuicios y la discriminación contra las mujeres en el continente africano.

Mejor situación tienen las mujeres en el mundo empresarial y de los negocios, donde las compañías africanas tienen el mayor porcentaje de representación femenina en los consejos de administración, con 25 %, frente a la media mundial de 17 %, según el McKinsey Global Institute. Pero Gakii considera que ese porcentaje resulta insuficiente.

«Las mujeres están cada vez más representadas, pero su influencia es limitada. No hay un impacto real y un progreso hacia la paridad de género si la participación y la influencia no van de la mano», afirmó.

A juicio de la especialista keniana, «la media mundial de mujeres en los comités ejecutivos es de 21 %. África está a la cabeza con 22 %, siendo Sudáfrica el país con mayor porcentaje de paridad de género. Pero no basta con que se vea a las mujeres en puestos de poder. El poder debe sentirse para que haya un cambio de paradigma en la conciencia colectiva de la sociedad».

En reconocimiento de estos hechos, en 2021 los ministros de la Unión Africana (UA) encargados de los asuntos de género y de la mujer adoptaron la Posición Común Africana (PAC) para impulsar la participación plena y efectiva de las mujeres y la toma de decisiones en la vida pública.

La UA afirma que, debido a las brechas de género existentes en los puestos de liderazgo en los mercados financieros, de inversión y empresariales, el continente africano pierde cada año más de 20 % de su producto interno bruto (PIB) colectivo.

Gakii afirma que las mujeres deben alcanzar el poder y la influencia en la política, los negocios, la religión y las instituciones de enseñanza superior para que puedan superar los límites del género de forma “coherente, sistemática y con impacto” para sus sociedades.

Fuente: https://rebelion.org/las-africanas-luchan-contra-prejuicios-y-estereotipos-sobre-lo-que-pueden-hacer/

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