Estonia / 2 de diciembre de 2018 / Autor: Sara Carreira / Fuente: La Voz de Galicia
Formación práctica, idiomas, TIC y creatividad para todos son las piezas de un sistema que confía en el profesor
En Estonia la educación siempre ha importado, y de hecho empezó el siglo XX sin analfabetismo, cuando en España era del 66 % en la misma época. En la actualidad, el 91 % de sus ciudadanos de entre 25 y 64 años han terminado la educación media, frente al 76 % de sus vecinos. Tal vez por eso los profesores son muy valorados y se les permite gran libertad de enseñanza. Hay muchas características que hacen de este pequeño país báltico una referencia en educación. Estas son algunas:
FORMA DE ENSEÑAR
La lengua, fundamental. El estonio es una lengua difícil, pero los niños la aprenden antes de primaria, y sigue siendo muy importante en su educación.
Pegada a la realidad. Desde preescolar, al que asisten casi todos los niños, se les enseña mediante experimentos, creatividad y rutinas de pensamiento.
Para toda la vida. Se inculca a los alumnos la idea de que el estudio debe mantenerse toda la vida, y de hecho tiene el mayor porcentaje de Europa de personas que siguen formándose en la edad adulta (con cursos a distancia, por Internet o nocturnos).
PROFESORES
Formación. El máster es la titulación de todos los profesores. A los nuevos titulados se les orienta en las prácticas más innovadoras y con enfoque más centrado en el estudiante.
Autonomía. Los maestros tienen bastante libertad para decidir cómo aprenden mejor sus niños, aunque se deben coordinar con la dirección de la escuela. El currículo nacional solo indica objetivos generales para unas fechas determinadas.
Pruebas externas. Para garantizar los conocimientos mínimos, hay pruebas en tercero, sexto y noveno (hay que recordar que los niños empiezan la educación primaria, la obligatoria, con 7 años).
IDIOMAS
Inglés, sí o sí. Desde preescolar se enseña inglés. El objetivo es que el alumnado maneje con soltura la lengua que le abrirá las fronteras de su país.
Muchas oportunidades. En la escuela superior es común que haya tres o más idiomas de oferta. Alemán, ruso, español y francés son las principales opciones que se pueden estudiar.
MÁS QUE CURRÍCULO
Leyes estables. Como el resto de países con buenos resultados, apenas hay cambios legislativos.
Libertad. Los alumnos pueden escoger desde muy pequeños entre diversas asignaturas.
Creatividad. Además de la pedagogía innovadora en el aula, las actividades complementarias como el deporte, el arte y la música llegan a todos los alumnos.
Vocacional. Existe una apuesta muy clara para despertar las vocaciones, sin importar las condiciones del alumno.
Apuesta TIC. La tecnología está muy presente en las aulas, que son pioneras en robótica y programación. Esto se traduce en un aumento de las vocaciones técnicas, y así Estonia tiene el doble de estudiantes de la OCDE en este tipo de carreras.
Tecnología con las familias. El 85 % de las escuelas está conectada con las familias por aplicaciones de Internet.
EQUIDAD
Campeones. Es una de sus mayores preocupaciones del Estado, su gran fortaleza: en las zonas rurales o con menores ingresos se cuida mucho la escuela y los servicios complementarios, como el comedor. Se garantiza así que los alumnos de entornos menos favorecidos puedan estar centrados en sus estudios.
¿DÓNDE FALLA?
Relativa poca excelencia. Su preocupación por integrar a todo el alumnado, centrando los esfuerzos en ayudar a los grupos más vulnerables, hace que se preste menos atención a la excelencia. El país tiene pocos estudiantes del más alto nivel comparado con otros Estados con sus cifras, pero aún así duplica a España en el número de sobresalientes en PISA.
La primaria dura de los 7 a los 17 años y los alumnos no cambian de centro
Independizada de la URSS en 1991, aprobó una ley fundamental para la educación en 1996, que realmente supuso empezar de cero. La escolarización suele empezar a los 18 meses, aunque es obligatoria de los 7 a los 17 años; en ese tiempo, los alumnos no se cambian de centro. A partir de los 15 hay la primera división según la opción de cada estudiante: licenciatura, FP o la llamada educación vocacional (VET), que incluye ingenierías, arquitectura o contabilidad, entre otras. El curso escolar es de los más cortos de Europa: de septiembre a primeros de junio, con 15 días de vacaciones en Navidad y 2 semanas en primavera y otoño. La educación es gratuita hasta la universidad (si es en lengua estonia), y hay 150 titulaciones en inglés, para fomentar el intercambio de estudiantes.
Fuente de la Noticia:
https://www.lavozdegalicia.es/noticia/galicia/2018/11/26/estonia-autonomia-docente-equidad-claves-exito/0003_201811G26P6993.htm
ove/mahv