Por: Qué Digital.
El historiador estuvo en Mar del Plata para presentar su libro “Mujeres Insolentes I y II” y habló de la revolución feminista, del rol de la mujer en la historia, de educación sexual y de lenguaje inclusivo.
Las mujeres que refleja Felipe Pigna en su libro hicieron historia. Igual que muchos hombres. Pero a ellas se les mezquinó la memoria de sus actos. Tardaron en aparecer en los libros, en las revistas, en los manuales de la escuela, en las conmemoraciones y ser reconocidas a nivel popular. Fueron mujeres valientes, arriesgadas, talentosas, capaces de ir contra lo que su época decía que había que hacer. Estuvieron a la altura de una historia que luego las arrumbó en un costado, fueron las “insolentes” en ese mundo.
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Bajo esa premisa, esta semana el reconocido historiador y escritor Felipe Pigna estuvo en Mar del Plata para presentar “Mujeres insolentes de la historia I y II”, un libro que -en forma didáctica y acompañado por las ilustraciones de Augusto Costhanzo- le propone a quien se zambulle en sus páginas descubrir personajes increíbles y busca que las lectoras se imaginen a sí mismas “como valientes protagonistas de su propia historia”.
En el marco del ciclo de escritores “Verano Planeta 2019”, el historiador dialogó con QUÉ Digital y en una entrevista ahondó acerca de la revolución feminista, se refirió al rol de la mujer en la historia, destacó la importancia de la educación sexual en las escuelas, habló de la necesidad de perspectiva de género en el periodismo (y en todos los ámbitos) y hasta hizo sus consideraciones acerca del lenguaje inclusivo.
“La mujer al poner en cuestión el poder patriarcal está poniendo en cuestión el origen del mundo, el modelo capitalista y esto es lo que jode. Rompe el paradigma y en esto se equivocan aquellos que creen que solamente la Iglesia se opone a esto: no es solamente la Iglesia, es el sector conservador y va mucho más allá. Es el poder puesto en cuestión, cuando cuestionás el orden patriarcal estás cuestionando el poder y el modelo de reproducción”, resumió Pigna.
– ¿Por qué contar la historia de las ‘mujeres insolentes’ y por qué este formato de libro?
– Primero, porque el libro nació con mi visita a escuelas primarias. Yo voy mucho a escuelas primarias con mi colección de historietas, que se está usando mucho en las escuelas y ahí las chicas y los chicos me preguntaban por qué no veían en sus libros la historias de las mujeres. Entonces me pareció lindo hacer un libro pensado especialmente para los chicos, con un guiño infantojuvenil pero para todo público.
Por eso recurrí a mi amigo Augusto Costhanzo que es un gran ilustrador. Un poco lo hicimos juntos, yo le iba contando los perfiles de estas mujeres y él iba haciendo los bocetos que se convirtieron en estos dibujos maravillosos, que la verdad sintetizan perfectamente lo que uno quiere contar. Hay algunos guiños para quien lo agarra, como “El séptimo sello” de Ingmar Bergman, en el caso de Alejandra Pizarnik. Nos dimos todos los gustos, es un libro que nos dio mucho placer hacer y pasan cosas muy lindas con él. Me llegan fotos aInstagram de nenas leyéndole a sus madres el libro. Una lectora me contó la historia, que vinieron por Ruta 2 y la nena le venía leyendo el libro en vez de escuchar la radio o cosas al revés, como lecturas nocturnas. Estoy muy contento con el libro.
– Y como historiador, ¿qué visión tenés respecto al rol que se le da a la mujer en la historia?
– Hoy justamente es el cumpleaños de Simone de Beauvoir, que fue la mujer que escribió hace setenta años “El segundo sexo”, donde ella habla de cómo el primer sexo -obviamente lo nombra así irónicamente-, el sexo masculino, definió según sus gustos, sus placeres, aspiraciones sexuales, su forma de ver a la sociedad, al segundo sexo. En ese contexto ella habla también de cómo se contó la historia y estas frases tremendas como “detrás de todo hombre hay una gran mujer”, siempre detrás. Así que creo que eso explica mucho cómo se ha contado la historia y cómo se sigue contando, porque el periodismo cuenta cotidianamente la historia, se sabe que el periodismo es la primera versión de la historia.
Se sigue viendo en cómo se escribe sobre un femicidio, cómo se habla mal de la víctima, se la reta. O en una violación, cuando se dice “la chica estaba donde no tenía que estar”, cosas increíbles que seguimos escuchando, porque hay una falta de educación en estos temas. Por eso creo que es importante una Ley de Educación Sexual Integral donde realmente hablemos de lo que es la sexualidad hoy.
Lo que uno advierte con mucha alegría cuando va a las escuelas es que para los chicos no es un tema, porque no tiene que ser un tema, tiene que ser algo natural; cuando lo convertimos en un tema encerrado en sí mismo vamos provocando problemas, psicopatías y demás, y los pibes lo viven con total naturalidad. Hablan del novio de mi tío, la novia de mi tía, los nuevos modelos sexuales, los nuevos géneros con total naturalidad, como tiene que ser.
Yo creo que eso debería ser completado académicamente y pedagógicamente por la educación, ampliando conocimientos, hablando de anticoncepción, de placer, una de las cosas que parece estar ausente cuando hablamos de sexualidad, que no es otra cosa que eso en definitiva y viene muy relegado. Fijate lo que se tardó, en los discursos previos, para que en el Congreso alguien hablara del placer, al debatirse la Ley de Aborto. Hubo una mujer que habló del placer como tema central en la cuestión de la sexualidad.
Ni hablar de los adolescentes, yo estoy hablando de los niños. Igual hay que cuidarlos y ahí debería estar el Estado. Sabemos que estamos en presencia de un Estado voluntariamente ausente en estas cosas, porque está presente en otras. Por eso uno tiene que bregar porque se convierta en algo formal porque de hecho pasa.Tengo 35 años de docencia y la realidad entra por la ventana, por debajo de la puerta, uno en el aula habla de la cotidianidad independientemente de los atrasados, ridículos y vetustos programas de estudio que se siguen tramitando, pero es imposible no hablar de la realidad. Esto tiene que tener una formalidad, tiene que tener un marco teórico.
– Hablaste sobre el debate por la interrupción voluntaria del embarazo. Como historiador, ¿cómo viste ese momento?
– Pocas veces en la historia argentina la gente estuvo tan expectante y con un tema tan delicado. Tan debatido por suerte previamente, porque el debate parlamentario fue lamentable. Pero el debate previo de especialistas, filósofos, científicos fue riquísimo. No así el parlamentario con grosas excepciones. Es un momento histórico muy interesante y uno puede equivocarse si cree que es un fenómeno mundial: la verdad es que es un fenómeno bastante argentino. Yo tengo la suerte de viajar por Europa y América Latina y no es una oleada mundial, está creciendo, pero no pasa en Italia, en España pasa menos porque es un país extremamente conservador y católico y no llega a permear las costumbres, no está esta preocupación que denota la sociedad, ya sea por hipocresía o porque realmente lo cree.
Me parece fundamental que la discusión no sea segmentada y que fue realmente lo que pasó y va a pasar porque seguramente se va a tratar, habrá que ver cómo se comportan estos señores y señoras. Creo que es muy importante y hay un antes y un después, ya está instalado y no se vuelve para atrás. Por ejemplo, en otro contexto la nota que salió en Clarín (sobre la violación ocurrida en el Camping El Durazno de Miramar) hubiera pasado desapercibida. Sin embargo el diario tuvo que salir a aclarar y soportar un reto muy fuerte de la sociedad.
De todas formas, lo que no tenemos que repetir es que fue “una cuestión de incorrección”, porque es algo que no corresponde, que tiene que ver con que todavía los medios no consideran apropiado dar una formación en género a sus periodistas, que se pueden equivocar, yo no cargo las tintas sobre ese periodista. Ese periodista labura en un contexto donde nadie le dice nada, donde nadie revisa con una mirada con perspectiva de género qué es lo que corresponde.
Hay que dejar de permitir que el femicidio sea una información morbosa, para pasar a tratarla como una información tremenda que llame la atención para terminar con esto, para bajar los niveles de violencia verbal, visual, que vivimos todos los días. Lamentablemente creo que sigue tratándose el tema desde el morbo, la carga es sobre la víctima: qué hacía, qué no hacía, cómo era su Twitter, cómo era su Facebook, cómo se vestía, qué fotos provocativas publicaba. Todas esas barbaridades; ni siquiera hay forma de debatir eso, es inadmisible. Al que hay que investigar es al victimario, no a la víctima.
– En un volumen similar de “Mujeres Insolentes”, ¿a qué mujeres contemporáneas incluirías?
– Están ahí en revisión, vamos a ver cómo se portan (risas). Al panteón histórico con suerte acceden las guerreras, quedan afuera las artistas, científicas, feministas, docentes que incluí en este tomo. Me parece fundamental y por eso era muy difícil seleccionar 58 en estos dos tomos, por eso elegí mujeres por época y por rubro, que un poco simbolizan a todas las demás. Esa es la idea y por supuesto alguna mujer debe haber quedado afuera y siempre hay lugar para ponerlas en un futuro volumen.
Durante la entrevista, Pigna dio también su visión respecto al lenguaje inclusivo, ese que puso en debate a la sociedad argentina durante el 2018 y que utiliza la letra “e” como reemplazo de las desinencias genéricas masculinas, en busca de generar un cambio, en busca de una lengua -y por ende una sociedad- más inclusiva.
“Es un debate muy interesante y a mí me parece que hay que llegar a eso, cuesta porque es una cuestión de revolución del lenguaje, de costumbres, de cómo uno habla. Me parece que es absolutamente lógico que uno no diga “los doctores” y esté hablando de mujeres. Evidentemente eso hay que cambiarlo, sé que nos va a costar pero no por mala voluntad sino porque me parece que hay que ir adaptándolo”, reflexionó el historiador, quien a modo de ejemplo, propuso: “Hay casos más graves, comocuando decimos ‘la historia del hombre’ ¿Cómo la historia del hombre? La humanidad en todo caso. Pero bueno está instalado así y me parece perfecto que se llegue a ese nivel de cuestionamiento”.
En esa misma línea, Pigna ahondó sobre el rol de la mujer en el siglo XXI y el crecimiento del movimiento feminista a nivel global. Así, recordó a un sociólogo, que se preguntaba quién sería el protagonista de los cambios en este siglo XXI: “Murió hace poco y no llegó a ver que la protagonista es la mujer. La mujer al poner en cuestión el poder patriarcal está poniendo en cuestión el origen del mundo, el modelo capitalista y esto es lo que jode. Rompe el paradigma y esto es lo que jode y en esto se equivocan aquellos que creen que solamente la Iglesia se opone a esto: no es solamente la Iglesia, es el sector conservador y va mucho más allá. Es el poder puesto en cuestión, cuando cuestionás el orden patriarcal estás cuestionando el poder y el modelo de reproducción Insisto que no tiene vuelta atrás y hay que hacer lo posible para que no la tenga.
Fuente de la entrevista: https://quedigital.com.ar/cultura/felipe-pigna-en-mar-del-plata-la-mujer-esta-poniendo-en-cuestion-el-origen-del-mundo/