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Somos lo que comemos, nos movemos y leemos

Por: Marcelo Trivelli

A medida que aumenta el consumo de alimentos procesados, las horas que permanecemos sentados frente a las pantallas y nuestra lectura se reduce a contenidos de redes sociales, la salud física y mental de la población se va deteriorando. Estas tres situaciones de salud se han definido como las pandemias silenciosas del siglo XXI: Sedentarismo, obesidad y la cultura de la inmediatez.

El deterioro de la salud mental y física están poniendo una tremenda presión sobre el sistema de salud y sobre la calidad de la convivencia, al igual como la cultura de la inmediatez pone en riesgo nuestra democracia.

Hace pocas semanas atrás, el INTA nos informó que “Chile es el país de la OCDE con mayor obesidad y sobrepeso, alcanzando al 74% de la población adulta y al 52% de los niños”. El cambio cultural asociado a la alimentación diaria rica en azúcar y grasas trans contenidas en bebidas y comida chatarra constituyen las principales causas de obesidad.

La Organización Mundial de la Salud, define el ser sedentario como aquel que realiza menos de 150 minutos de actividad física a la semana. En Chile, el 86% de la población es sedentaria, siendo mayor el porcentaje en mujeres que en hombres, según revela la Encuesta Nacional de Salud de 2017. Esta cifra se vio severamente agravada por las medidas de confinamiento producto del COVID-19.

Las pantallas incluyen, el computador, la televisión, los celulares y videojuegos; por supuesto se considera en estas pantallas el consumo de redes sociales en cualquiera de ellas. No existen estudios en Chile que nos informen cuántas horas al día permanecemos frente a una pantalla, pero datos levantados por Nielsen en países con alta penetración tecnológica en el trabajo, los hogares y de forma individual, sugieren que niñas y niños de 2 a cinco años “consumen” pantalla 32 horas a la semana, quienes tienen de 8 a 12 años, entre cuatro y seis horas diarias, adolescentes cerca de nueve horas diarias y adultos más once horas diarias.

Sedentarismo, mala alimentación y consumo de pantallas se potencian entre sí con un efecto cada vez más negativo. Para bien o para mal, eres, o somos, fiel reflejo de lo que nos movemos, comemos y leemos.

Desgraciadamente estamos bastante indefensos ante los incentivos perversos que mueven las industrias de los alimentos, la salud y las redes sociales: comer más comida chatarra generando adicción, curar enfermedades en vez de prevenir y consumir información que refuerza nuestra posición en vez de desarrollar pensamiento crítico. El entorno que vivimos es hostil y no contamos con las herramientas para defendernos.

No basta con “predicar” más ejercicios, comer sano o consumir menos horas de pantallas. Es en estos aspectos de la vida en los que la educación debe jugar un rol fundamental para crear hábitos saludables y sostenibles en el tiempo. Esto debe considerarse uno de los pilares de una educación de calidad, porque va a la raíz de la formación de niñas, niños y jóvenes.

Si queremos una sociedad compuesta por personas con buena salud física y mental, que logre convivir en armonía y con altos grados de participación, debemos tomar conciencia que somos lo que comemos, nos movemos y leemos. De tal manera que podamos traducir en políticas públicas, cosas tan esenciales como lo expresado en artículo N°35 de la propuesta constitucional.

Fuente de la información e imagen: https://www.pressenza.com

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Todos los niños deberían ser hiperactivos

Por: Educación 3.0

Apostar por el movimiento y la actividad física y mental de los menores es clave para su desarrollo cognitivo. Esta es la opinión de Ainhoa Sarmiento, experta en educación y desarrollo de la creatividad a través del movimiento.

Los menores, en toda su etapa de desarrollo, tienen una tendencia natural hacia el movimiento que les impulsa a experimentar la movilidad de su cuerpo de todas las formas posibles. Ese impulso natural, instintivo, tiene una finalidad y es la de desarrollar conexiones neuronales y con ello impulsar el desarrollo cerebral y cognitivo. Aunque nos cueste admitirlo, resulta que el cerebro no se creó para pensar, sino para permitir el control del movimiento. En realidad el cerebro no nos diferencia de los animales sino de las plantas.

El cerebro nace para permitir el control motor, que a su vez hace posible el movimiento. Solo se desarrolla en los seres vivos que se mueven a voluntad, de manera que la principal función de nuestro cerebro es la de posibilitar el movimiento del cuerpo, y de hecho más del 90% de la actividad cerebral se destina al funcionamiento del cuerpo y no a las funciones cognitivas. Y para que el cerebro del niño se desarrolle y dentro de él se generen las sinapsis o conexiones neuronales necesarias para que pueda aprender, es imprescindible que el menor se mueva mucho. Es imprescindible que el niño sea ‘hiperactivo’.

El sexto sentido es en realidad el primero

hiperactivos

El sistema vestibular, que hace referencia a ese ‘sexto sentido’ que nos permite mantener el equilibrio, es el primer sistema sensorial que se desarrolla en la fase prenatal. Entra en funcionamiento desde el nacimiento y participa en el control motor pero también en el desarrollo cognitivo y la regulación de los estados de ánimo.

Podríamos decir que los primeros aprendizajes del bebé, que son los que empiezan a organizar su cerebro, se relacionan con la percepción de su propio cuerpo y del movimiento. Y este proceso continúa durante toda la infancia. El sistema vestibular es, además, el que organiza las percepciones de los demás sentidos, como la vista, el oído, el olfato y el tacto. Y es por ello que sin un correcto funcionamiento del sistema vestibular los niños podrían presentar dificultades de aprendizaje. La mejor manera de estimular la maduración y el correcto funcionamiento de este sistema es permitir que los infantes se muevan libremente durante el máximo tiempo posible.

El movimiento es algo instintivo y natural en los bebés, no necesitamos enseñarles a patalear, a girar la cabeza, a intentar incorporarse, a sostenerse sentados, etc. De hecho, las revisiones de los pediatras en los primeros años de vida observan con cuidado los movimientos y los reflejos de los bebés como un indicador de que su evolución es la correcta. Todos estos movimientos instintivos están generando nuevas conexiones entre las neuronas del cerebro, y  cuando mayor sea la gama de movimientos que el niño experimenta, practica y llega a dominar, mejor será el desarrollo de su cerebro y mayor el número de sinapsis o conexiones entre las neuronas.

Mantenerse activo para desarrollar las capacidades cognitivas

todos los niños deberían ser hiperactivos

Es imprescindible mantener la actividad física y el movimiento libre durante toda la etapa de desarrollo si no queremos mermar las capacidades cognitivas y de aprendizaje de los niños. Pero también es importante inculcar un estilo de vida activo para mantener la salud del cerebro a lo largo de toda la vida.

Existe la falsa creencia de que para estudiar, para aprender, hay que estar sentado, quieto y callado. Y a pesar de los muchos avances en neuroeducación y el desarrollo de múltiples estrategias didácticas basadas en el aprendizaje activo y manipulativo, hay un elemento que sigue invadiendo las aulas: las sillas. Y otro que sigue desterrado: el cuerpo en movimiento. Cuando el cuerpo no se mueve, el cerebro se relaja y sus niveles de atención disminuyen exponencialmente. El Instituto Tecnológico de Massachusetts demostró en una investigación que la actividad cerebral de un estudiante que permanece quieto, escuchando en clase, es la misma que cuando hace zapping en la televisión.

El movimiento es una de las pocas actividades que estimulan y desarrollan simultáneamente el sistema nervioso central y el periférico. Es decir, que el movimiento es lo único que activa todas las regiones cerebrales y con esta activación mejora la atención. Para mejorar los procesos de aprendizaje también debemos tener en cuenta que toda la estructura cerebral está íntimamente ligada al sistema locomotor y los sentidos. Las investigaciones desarrolladas en el ámbito de la neurociencia han dejado claro que el aprendizaje, el pensamiento, la creatividad y la inteligencia no son procesos que pertenezcan únicamente al cerebro, sino a todo el cuerpo.

Incentivar el movimiento del alumnado como labor docente

Las conexiones neuronales que se establecen cuando el cuerpo se mueve son las que van a propiciar el aprendizaje. Es imposible saber cuánto tiempo permanecerán en la memoria los contenidos que los niños aprenden en el colegio, pero sí se puede demostrar científicamente que las conexiones neuronales que se establecen y fortalecen gracias al movimiento perduran toda la vida, y que estas conexiones o sinapsis son las que van a posibilitar el aprendizaje de los contenidos. De manera que nuestra responsabilidad como educadores es la de generar un tejido nervioso amplio y fuerte, y la vía más directa y efectiva para lograrlo es dotar al niño con una gran amplitud motriz.

Por otra parte, el movimiento favorece la segregación de una serie de sustancias bioquímicas que generan un estado de ánimo óptimo para el aprendizaje y que favorecen la motivación. Todos los organismos internacionales responsables de la salud advierten de los peligros y los aspectos negativos del sedentarismo en la infancia. En los colegios y en sus casas los niños mantienen periodos de sedentarismo prolongados que ponen en peligro su salud y su desarrollo. Y sin embargo maestros y padres siguen ‘quejándose’ de que los niños no paran quietos.

La hiperactividad es una cuestión cuantitativamente subjetiva que solo puede considerarse como trastorno o rasgo negativo en el caso de que genere dificultades para la salud, el aprendizaje o la relación social. Por eso, conociendo la gran importancia que tiene el movimiento para la salud, física, mental y emocional de los niños, y sabiendo que para garantizar su desarrollo cognitivo y aumentar su rendimiento escolar los niños necesitan moverse mucho, deberíamos desear que nuestros niños fuesen todos hiperactivos, en el mejor sentido de la palabra.

Fuente e Imagen: https://www.educaciontrespuntocero.com/opinion/ninos-hiperactivos/

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Soledad y envejecimiento

Por: Julio Leonardo Valeirón Ureña

No es saludable envejecer fuera de los contextos sociales donde hemos estado a lo largo de la vida, ellos contribuyen y favorecen el sentido de pertenencia.

El envejecimiento activo es favorecedor de la calidad de vida, y un antídoto frente a los riesgos del sedentarismo y la apatía.

El ser humano, a lo largo de miles de años, se ha constituido como tal en vínculos con los demás. Se dice que somos seres gregarios. Es decir, toda nuestra existencia supone al otro. Supone la vida compartida con los demás. Ésa sería la lógica por la cual surgió la familia. Es posible que el instinto de preservación de la especie, como la necesidad del cuidado de las nuevas criaturas o, incluso, el aseguramiento de la permanencia del grupo y su cultura, sean motivos por los cuales surgiera la familia. Hay un dicho supuestamente africano, que se ha hecho muy conocido por las redes, que reza: “cuando se trata de la educación de los pequeños hay que convocar a la tribu”. Si es o no verdad, de todos modos, suena bien.

En definitiva, prácticamente la vida humana en toda su extensión se desarrolla en diferentes tipos de grupos, con fines y características distintas. La familia, nuclear o extendida, es el primer grupo que nos acoge, nos da un nombre y un apellido, nos proporciona las primeras sensaciones de placer o el displacer, a través del cuidado y la alimentación. Nos introduce hacia otros mundos y otras relaciones. A partir de ella y su realidad sociocultural, empezamos el vínculo con otras familias y otras personas. La escuela juega una función fundamental en dicho proceso. Posteriormente vendrán otras experiencias sociales de vida en grupo. La comunidad o espacio territorial donde vivimos, las iglesias, los clubes, el trabajo, en fin, toda nuestra vida es un tejido social donde diferentes tipos de grupos con fines y propósitos distintos van conformando nuestra vida. Desde la psicología social se ha estudiado la importancia e incluso, la necesidad de la vida en los grupos.

A pesar de esa realidad, el ser humano también ha tenido un vínculo con la soledad en sus diferentes manifestaciones, o como producto de una decisión personal, o como consecuencia de circunstancias de la vida. Como concepto la soledad tiene muchas acepciones e incluso, connotaciones tanto positivas como negativas. En El laberinto de la soledad, Octavio Paz dice: “La soledad es el fondo último de la condición humana”. Carl Jung, en cambio, señala lo siguiente: “La soledad es peligrosa. Es adictiva. Una vez que te das cuenta de cuánta paz hay en ella, no quieres lidiar con la gente”.

Algunas personas buscan la soledad intencionalmente, pues en ella tratan de “encontrarse a sí mismas”; en otras ocasiones la soledad viene como impuesta desde fuera, por ejemplo, como consecuencia de nuestras propias acciones; o impuesta por nosotros mismos, como la consecuencia de una soledad requerida o del vacío emocional a que nos arrastran determinadas consecuencias de la vida.

Tratando de encontrarle mayores y, tal vez, mejores explicaciones a la soledad se han conducido estudios, cuyos resultados nos hablan de la soledad objetiva, como manifestación de la ausencia de relaciones sociales debido a la carencia de estas; por otra parte, también se habla de la soledad subjetiva, que responde a la necesidad interna y personal, de estar y sentirse solo.

La soledad, en sí misma, no es ni buena ni mala. Todo tiene que ver con las razones como las consecuencias que puedan explicarla en un momento o situación determinada. Aún más, es posible que en algún momento de nuestras vidas todos nos hemos sentido solos. Como experiencia subjetiva la soledad puede “aparecer” en cualquier momento de la vida.

En la línea de reflexión que hemos venido siguiendo en los anteriores artículos, se trata de buscar sentido o, por lo contrario, acciones preventivas ante la soledad y el envejecimiento.

A diferencia de otras culturas, donde se valora y aprecia la vejez como una fuente de sabiduría, la nuestra no se caracteriza por tales valoraciones. Todo lo contrario, la vejez empieza a mirarse de reojo. Como un asunto de molestia familiar. A veces “no se sabe qué hacer con el bendito o la bendita vieja”. Son palabras escuchadas más de una vez.

En algunas personas envejecientes, el aislamiento social se relaciona directamente con síntomas negativos de estrés e incluso, de deterioro mental. Por otra parte, hay evidencias de que la inclusión social o el relacionamiento con otras personas, le permite al envejeciente potenciar sus sentimientos de pertenencia o incluso, de seguridad y apoyo emocional.

García-Valdecasas (2018) al delimitar el concepto de soledad, lo hace en varios sentidos, el primero de ellos es la diferencia entre la soledad objetiva para referirse al aislamiento físico, de la soledad subjetiva haciendo referencia al sentimiento de soledad. En el primer caso se trata de las personas que viven solas y en el segundo caso, las personas que se sienten solas. Es posible vivir solo sin sentirse solo, y lógico, también las hay que se sienten solos porque así viven, solos. Una segunda cuestión que destaca es el hecho de no confundir la falta de relaciones sociales (aislamiento social) con vivir solo (aislamiento físico). Una tercera es la distinción entre la soledad subjetiva involuntaria o impuesta y la soledad subjetiva voluntaria o elegida. A esto último señalan: “Mientras la soledad impuesta puede resultar peligrosa para la salud tanto física como psíquica de los individuos, la soledad elegida puede ser fuente de crecimiento personal y germen de creatividad para las personas. La soledad impuesta es una condena, pero la soledad elegida puede ser una liberación”.

recuperas, es el <strong>ikigai</strong> que tenemos dentro aún sin descubrir. Quizás es importante recordar,

Para muchos, la soledad elegida, es una condición indispensable para su propio encuentro consigo mismo, como incluso, la búsqueda de la unidad con algo superior. Muchos de los artistas encuentran en la soledad la inspiración que buscan para desarrollar en sus obras.

  1. La calidad de las relaciones sociales tiene un poder explicativo de la soledad más de tres veces superior al de la cantidad de contactos sociales. “No es cantidad, se trata de calidad”.
  2. Es mejor tener relaciones que ofrezcan seguridad, confort, confianza y placer, aunque el contacto sea poco frecuente que tener más amigos poco íntimos con interacciones frecuentes. En fin, se trata de fortalecer los vínculos sociales y de amistad.
  3. La participación en actividades sociales actúa como un factor protector contra la soledad. La disminución del nivel de actividad social de las personas mayores coincide con un aumento de la probabilidad de sentirse solas.
  4. Los intercambios de apoyo intergeneracional durante el proceso de envejecimiento tienen un papel de especial relevancia. “No se junte solo con viejos, que eso se pega”.

García-Valdecasas, agrega algo bastante novedoso, y es la manera cómo la tecnología puede contribuir con las personas mayores en la mejora y mantenimiento de la autonomía personal, proporcionar seguridad dentro y fuera del hogar, y ayudar a la movilidad facilitando la vida independiente y fomentando hábitos saludables, las relaciones sociales, los cuidados y atención en el hogar, además, de ayudar en la formación y desarrollo personal.

En resumen, se trata de aprender a lo largo de toda la vida, evolucionando y adaptándose a los nuevos tiempos, incorporando incluso el uso de las nuevas tecnologías de la información, al mismo tiempo que amplia y mejora sus habilidades sociales; se trata de promover el apoyo social de las familias y las amistades, pero aumentando incluso las oportunidades para la interacción social con otras personas; mejorar la funcionalidad y el nivel de autonomía de las personas, contribuyendo con su propio desarrollo personal al mismo tiempo que con una mejor sociabilidad. No es saludable envejecer fuera de los contextos sociales donde hemos estado a lo largo de la vida, ellos contribuyen y favorecen el sentido de pertenencia.

En el libro Ikigai: los secretos de Japón para una vida larga y felizde la autoría de Héctor García y Francesc Miralles señalan:

“El secreto para una vida larga es no preocuparse. Y tener el corazón fresco, no dejar que envejezca. Abrir el corazón a la gente con una buena sonrisa en la cara. Si sonríes y abres el corazón, tus nietos y todo el mundo querrá verte.

La mejor manera de no angustiarse es salir a la calle y saludar a la gente. Yo lo hago cada día. Salgo a la calle y digo: ¡Buenos días! ¡Hasta luego! Luego vuelvo a casa y cuido del huerto. Y, por la tarde, ver a los amigos”.

Por último y con ello cierro este artículo: no olvidar que el envejecimiento activo es favorecedor de la calidad de vida, y un antídoto frente a los riesgos del sedentarismo y la apatía.

Fuente e Imagen: https://acento.com.do/opinion/soledad-y-envejecimiento-8951720.html

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Perú: Comer frente a la computadora afecta salud y resta concentración al estudiante

América del Sur/Perú/21-03-2021/Autor(a) y Fuente: ww.andina.pe

Nutricionista Saby Mauricio sostiene que alimentos deben ser ingeridos en momentos fuera de clase.

Los estudiantes, escolares o universitarios no deben ingerir alimentos frente a la computadora o el televisor, porque les resta concentración a la hora de recibir sus clases y además se promueve un hábito dañino para su salud, advirtió la nutricionista Saby Mauricio.

“Hay que decirles a los padres de familia que jamás, nunca, se debe tomar desayuno frente a la computadora o frente al televisor, porque eso quita concentración”, manifestó Mauricio al referirse a conductas desarrolladas por algunos estudiantes a la hora de sus clases virtuales.
La mala organización dentro de casa está originando, en muchos casos, que el alumno tome desayuno o almuerce frente a su computadora, laptop, tableta o televisor (en el caso del programa Aprendo en Casa del Ministerio de Educación).
En el programa Andina al Día de Andina Canal Online, la especialista subrayó que la concentración a la hora de ingerir alimentos es fundamental para el desarrollo cognitivo de los estudiantes. “Si usted está con un plato con alta cantidad de azúcar, grasa y está comiendo sin disfrutarlo, el paladar no disfruta porque su concentración está en la visión y no en el gusto”.
Ante ello, agregó que la lonchera debe ser brindada en un espacio fuera de su computador. El estudiante, subrayó, debe mudar de su escritorio a la mesa o comedor para poder concentrarse en sus alimentos.

No al sedentarismo

Saby Mauricio remarcó que no se deben crear hábitos alimenticios que promuevan el sedentarismo, porque van de la mano con la obesidad.
Tanto estudiantes como trabajadores, en tareas virtuales, deben hacerse a la idea de que se están realizando las mismas labores y practicar las mismas costumbres, como cuando estaban en la oficina o en funciones presenciales.
Ello implica cambiarse el pijama y ponerse una ropa diferente, practicar una adecuada higiene personal, así como tener una alimentación saludable , anotó.
“(Una persona) se levanta, toma desayuno en familia, (debe) cambiarse de ropa, es necesario mudar de pijama, esto va sobre el bienestar mental y emocional. El estómago siente toda emoción y el no cumplirlo no ayuda al estudiante”, indicó.
Fuente e Imagen: https://www.andina.pe/agencia/noticia-comer-frente-a-computadora-afecta-salud-y-resta-concentracion-al-estudiante-video-838128.aspx
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Home office durante el coronavirus ¿Estás preparado?

Por: Irvin Tapia

El mundo se encuentra combatiendo la pandemia del coronavirus y México no ha sido la excepción. Para hacerle frente los especialistas de la Organización Mundial de la Salud (OMS), han sugerido el distanciamiento social como una de las estrategias más efectivas para aminorar la propagación del virus. Este distanciamiento social y su impacto en el cierre de las escuelas en el país, ha ocasionado que el home office se convierta en una nueva modalidad de trabajo entre los profesionistas de la educación.

Tras el anuncio del gobierno federal sobre la suspensión de clases del 23 de marzo al 17 de abril en todas las escuelas del sistema educativo mexicano, se generó la preocupación de las autoridades educativas, de que la interrupción de clases dos semanas antes y muy probablemente las dos semanas después del periodo vacacional, según los expertos nacionales en epidemiología, pueda ocasionar un serio rezago educativo.

Inicialmente, la Secretaría de Educación Pública habló de extender el periodo vacacional. Sin embargo, en días recientes las autoridades han hecho hincapié en que las dos próximas semanas de suspensión de clases, no deberán ser de esparcimiento. Por tanto, en las escuelas sobre todo del nivel medio superior y superior, se ha generalizado la implementación de estrategias educativas a través de herramientas educativas a distancia. Esto implica que tanto docentes cómo profesionistas de la educación, sigan activos laboralmente a través del home office.

El término home office de origen inglés, se traduce prácticamente como trabajo desde casa. De acuerdo con la Ley Federal del Trabajo en su artículo 311, define al trabajo a domicilio como “el que se ejecuta habitualmente para un patrón, en el domicilio del trabajador o en un local libremente elegido por él, sin vigilancia ni dirección inmediata de quien proporciona el trabajo”. Sin embargo, llevarlo al cabo en realidad implica una serie de condiciones necesarias para los que probablemente no están preparados los profesionales de la educación.

Realizar el trabajo desde casa implica romper el paradigma del trabajo in situ, por ello las personas deben tener la capacidad de organizar sus tiempos y agenda de trabajo durante el día, esto permitirá evitar situaciones de ansiedad o de estrés.  Un aspecto fundamental es contar con el equipo necesario para llevar al cabo el trabajo a distancia. Lo anterior, nos llevaría a reflexionar si todos los docentes cuentan con una computadora con acceso a internet en casa. Aunado a lo anterior, en casa suelen existir imprevistos, tales como fallas en la corriente eléctrica o en el servicio de internet, en los centros trabajos normalmente existen áreas encargadas de dar solución a este tipo de eventualidades.

Si bien al home office se le han atribuido ciertos beneficios sobre todo en reducir gastos de traslado en los trabajadores. También se han identificado algunas desventajas. Por ejemplo, la salud, se ve diezmada si no se cuenta con buenos hábitos alimenticios o de ejercicio, lo cual puede mantener o aumentar los niveles de sedentarismo y detonar en consecuencia enfermedades crónicas degenerativas. Otra desventaja, tiene que ver con la capacidad de concentración que puede llegar a tenerse en casa. Si tenemos presente que, ante la suspensión de clases millones de hijos de guarderías y en educación preescolar, básica y secundaria se encuentran en casa, muy seguramente los docentes se encuentran expuestos a múltiples distracciones e interrupciones constantes.

Para concluir, OCC Mundial ofrece en: https://www.occ.com.mx/blog/que-es-el-home-office-te-gustaria-trabajar-desde-tu-casa/, algunas recomendaciones para realizar el home office de manera productiva, como lo son:

1.- Establecer horarios para comer y para trabajar. Inicia el día desayunando y destina tiempo para realizar actividad física.

2.-. Define tu lugar de trabajo, debe estar cómodo, iluminado y ventilado. La cama o el sofá pueden ser lugares muy atractivos, pero puede dañar nuestra salud.

3.- Evita distracciones como la música, la televisión o las redes sociales.

4.-. Prepara todas tus herramientas necesarias para que evites perder tiempo buscando algo o instalando algún programa.

5.- Avisa a tus conocidos y familia que estás laborando desde casa y que no estás en la oficina.

6.-. A pesar de trabajar desde casa siempre debes tener un buen aspecto en dado caso de que surja alguna reunión virtual de emergencia. La vestimenta contribuye a mejorar tu estado anímico.

Si eres maestra, maestro o profesionista de la educación y tienes que trabajar en casa durante el periodo de contingencia de salud, es importante reflexionar ¿Qué tan preparados estás para realizar de manera adecuada el home office?

Fuente: http://www.educacionfutura.org/home-office-durante-el-coronavirus-estas-preparado/

Imagen: https://pixabay.com/photos/home-office-apple-inc-business-569359/

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El sedentarismo causa depresión en los adolescentes

Por: Paulette Delgado

Un estudio demuestra que más allá de los problemas cardiovasculares que el sedentarismo conlleva, estar mucho tiempo sentados puede causar depresión.

Por años, se ha sabido que la vida sedentaria trae problemas de salud. La Organización Mundial de la Salud considera el sedentarismo un problema de salud pública mundial. Aún así, en Estados Unidos la vida sedentaria va en aumento: los adolescentes pasan en promedio 8.2 horas al día sentados.

Un estudio publicado este año en The Lancet Psyciatry, investigó a fondo los efectos de la vida sedentaria en los jóvenes. Los investigadores analizaron a 4257 jóvenes durante seis años, de los 12 a los 18 años. El estudio descubrió que más allá de los problemas cardiovasculares que el sedentarismo conlleva, estar sentado mucho tiempo causa además problemas de salud mental, como la depresión.

Los investigadores argumentan que hay muchos estudios enfocados en los beneficios la actividad física en la salud mental de los jóvenes pero no en el efecto que puede la falta de actividad puede tener en su salud. El estudio descubrió que los jóvenes que están inactivos durante su adolescencia presentan un mayor riesgo de padecer depresión al llegar a la mayoría de edad. Incluso actividades sencillas como caminar, dedicar tiempo a sus pasatiempos o hacer tareas del hogar por una hora diariamente a partir de los doce años, reduce en un 10 % los síntomas depresivos a los 18 años.

Para realizar el experimento y medir el movimiento y actividades de los adolescentes, se les pidió usar un acelerómetro durante al menos 10 horas a lo largo de tres días. Los resultados ayudaron a clasificar la actividad física de los jóvenes. También se les aplicó un cuestionario clínico para determinar si tenían síntomas depresivos como pérdida de placer, falta de concentración y poco ánimo.

Durante el monitoreo, el estudio descubrió que el nivel de actividad de los adolescentes disminuyó conforme fueron creciendo. A los 12 años los participantes pasaban un promedio de siete horas y 10 minutos activos; mientras que a los 16 años, las horas de actividad disminuyeron y el sedentarismo aumentó a un promedio de ocho horas y 43 minutos al día.

En relación a su salud mental, los jóvenes que pasaban mucho tiempo sentados mostraron un 28.2 % más de depresión a los 18 años. Aunado a eso, los investigadores descubrieron que por cada hora adicional sedentaria en su juventud, los niveles de depresión aumentaban al llegar a la mayoría de edad. En adolescentes de 12 años un 11 %, a los 14 años un 8 % y a los 16 años hasta un 10.5 %. Por el contrario, aumentar tan solo una hora la actividad física disminuyó la depresión en un 9.6 % si se empezaba desde los 12 años, un 7.8 % si comenzaba a los 14, y un 11.1 % si iniciaba a los 16 años.

Los autores del estudio aprovecharon para enfatizar la importancia de investigar el impacto que tiene la inactividad en los jóvenes, principalmente porque esta va a la alza, al igual que los síntomas de depresión, por lo que es preocupante que no se investigue más la relación entre ambos factores.

Un pequeño cambio en sus vidas, como dedicar más tiempo a una actividad sencilla como caminar o andar en bicicleta a temprana edad, no sólo prevendrá problemas de sedentarismo, sino también disminuirá los problemas de salud mental en la adolescencia y la vida adulta.

Fuente: https://observatorio.tec.mx/edu-news/sedentarismo-depresion-adolescencia

Imagen: Małgorzata Tomczak en Pixabay 

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España: Antídotos escolares contra la mala educación (física)

Europa/España/31 Octubre 2019/El país

Varias investigaciones concluyen que los alumnos se mueven muy poco en las tres sesiones semanales que los colegios dedican a la asignatura

Los españoles más jóvenes están acosados por una triple epidemia que ensombrece su futuro: sedentarismo, obesidad y una alimentación muy mejorable. Seis de cada diez niños y adolescentes no se mueven lo suficiente, y cuatro de cada diez tienen sobrepeso o son obesos. Son los que menos verdura comen de Europa (el 10% la consume diariamente) y solo tres de cada 10 se echa fruta a la boca. A medida que crecen, se hermanan con las pantallas. En este escenario tan alarmante, el sistema educativo no responde, con entre dos y tres clases de Educación Física a la semana como mucho. El grueso del ejercicio diario se fiaría a las extraescolares, que dependen de la educación y el poder adquisitivo de los padres. Aunque, siempre en el entorno de la escuela, hay buenas ideas con vocación de antídoto. Estas son algunas.

La milla de Rogwarts

Correr contra Sedentarius

El bullicio les delata. Difícil sujetar a esta legión de críos en chándal en el patio del colegio público bilingüe Maestro Rodrigo de Aranjuez. A zancadas, llega un hombre enjuto en mallas y se coloca en medio. Es el director, Francisco Javier Pariente. «¡Venga, que ya quieren salir!», le grita la jefa de estudios, Julia González, en vaqueros pero con zapatillas.

A la señal se lanzan hacia la verja de entrada, con el director en el grueso del pelotón. El reloj marca las 8.40. Ha comenzado la Milla del Maestro: correr antes de clase algo más de un kilómetro y medio, o lo que es lo mismo, cubrir ocho veces la distancia entre las vallas que cierran el colegio. En la heterogénea turba trota un padre con gafas de sol con dos pequeños de la mano, otro de la misma guisa con cara de felicidad y un bebé adormecido sobre el pecho. En la primera mañana de frío de este otoño tardío madres en deportivas o en traje de calle se cruzan con profesores en medio del enjambre de 150 alumnos de infantil y primaria. Algún grupo se descuelga andando. Van de palique. Una pancarta saluda a los corredores: «Rogwarts», se lee. Este año el colegio es un trasunto de la academia de magos de Harry Potter. Así que al llegar, después de un cuarto de hora de saltos, carreras y paseo, les entregan los carnés (incluidos 30 para padres) con los que deberán derrotar a carrera limpia al malvado Sedentarius, que «ha bloqueado la red flu con la que se trasladan los aprendices de chimenea en chimenea».

Razón tienen en combatirle. Solo cuatro de cada 10 críos y adolescentes españoles practica la hora diaria de ejercicio moderado a vigoroso (esto es, que acelere el ritmo cardiaco y la respiración) recomendado por la OMS, según un estudio de la Fundación Gasol. Y eso en un panorama en el que el 35% de chavales entre ocho y 16 años están gordos o tienen sobrepeso, según la misma investigación sobre 3.800 escolares de toda España.

Al terminar de correr, Sara, Cinthia y Cristina lucen las mejillas coloradas. «Nos despejamos. Mola un montón», apunta la primera, de 11 años. «Es más divertido. Muy guay», cuenta la segunda. Daniel, en chándal, ya ha dejado a sus dos hijos en sus aulas. «Es una idea estupenda. Si corren un poco están más tranquilos». Asegura que quiere venir siempre que pueda porque su trabajo de hostelero apenas le deja moverse.

La Daily Mile (Milla Diaria) nació en el Reino Unido en 2012, idea de una profesora que un día sacó a correr a sus alumnos por el parque que veía por la ventana del aula. Ya se ha extendido a 10.000 escuelas de 69 países. En España 27 colegios la practican. El Maestro Rodrigo, en un gran desarrollo urbanístico a las afueras de Aranjuez (59.000 vecinos), es el único centro público de la Comunidad de Madrid que pone a los chavales a correr antes de clase.

«Crece la atención y la motivación de los chicos y se nota», cuenta el director en su despacho, ya sin mallas. El convencimiento de los efectos del ejercicio sobre el rendimiento llevó al veterano enseñante y corredor aficionado a indagar y a conectar vía web con la fundación Daily Mile. El curso pasado, llegaron a correr todos los días. «Lo que aprendimos es que si lo interrumpes porque llueve, cuesta retomarlo, así que este año lo haremos en el pabellón cuando haga mal tiempo». Han empezado dos veces por semana.

Varias investigaciones británicas han glosado los beneficios de esas cortas sesiones. Además de reducir la grasa corporal y el sedentarismo, la práctica mejora la forma física de los chicos e incrementa la atención y la memoria, reforzando su capacidad de aprendizaje.

A tope en el patio

Un día de pizza y clase

La ruidosa hilera de chavales que atraviesa la portería de balonmano mira al profesor de Educación Física, en el centro de la cancha. Hace calor a media mañana en el colegio público bilingüe Madre Teresa de Calcuta de Parla (128.000 habitantes), una ciudad del sur de Madrid. Quique Santos está de pie, en chándal y escoltado por varios pequeños que dan saltitos impacientes. Empieza el Pizza topping, su juego favorito. El profe grita:

—¡Pepperoni!

Solo dos chicos se lanzan a sortear la escueta barrera que forman el maestro y sus compañeros, atentos como guardametas.

—¡Cheese!

Clase de Educación Física en el colegio Madre Teresa de Calcuta de Parla.
Clase de Educación Física en el colegio Madre Teresa de Calcuta de Parla. KIKE PARA

Ahora es una avalancha blanca y azul la que busca los resquicios para pasar.

«¡Three steps and turn in the middle!». Santos habla en inglés a los 17 niños y nueve niñas de 4ºB. Contestan en español. Durante los tres cuartos de hora de clase habrán de tumbar conos y ladrillos de plástico a balonazos en una especie de mar en el que no pueden internarse. Luego la pelota tiene que «limpiar de basura el océano».

El sol y el continuo movimiento les enrojece la cara. Más que de sobra cumplen la recomendación de practicar ejercicio moderado a intenso al menos la mitad del tiempo de clase de Educación Física. Pero lo que ocurre ahora en este colegio con 1.000 niños ubicado en el PAU de Parla Este, una zona de renta media baja (entre 7.500 y 12.000 euros por persona), no es lo habitual.

Varias investigaciones han hallado que los escolares españoles se mueven poco en esta asignatura. Por ejemplo, según un estudio publicado en 2018 que analizó a 1.925 niños y adolescentes de Cádiz y Madrid solo una ínfima parte pasaba más de la mitad de la clase haciendo ejercicio enérgico: (1,2% de niños y ninguna niña). En general, no llegaban a 10 minutos los que pasaban en este tipo de actividad durante la clase y los recreos.

Una investigación de Javier Molina-García, profesor de la Universidad de Valencia, concluyó que los alumnos de nueve institutos de la capital valenciana se ejercitaban solo el 21% de la clase. «Las sesiones deben ser más activas y también los recreos», dice. El docente aboga por incluir prácticas como la milla diaria, los descansos activos en medio de cualquier asignatura o acudir al colegio a pie o en bicicleta de manera organizada y sistemática.

Los licenciados en Educación Física pelean para que haya al menos tres clases de Educación Física a la semana. La vicepresidenta del Consejo de la Educación Física y Deportiva, Mónica Aznar, reconoce que no todas pueden ser como la de Santos, «bien secuenciada y preparada». La asignatura pretende inculcar hábitos saludables e incluye conocimientos teóricos. «Por eso necesitamos más horas».

La investigadora Irene Esteban-Cornejo, de la Universidad de Granada, no duda: «La clase diaria sería fundamental, el colegio es el momento para conseguir la adherencia de la población a los hábitos de ejercicio físico». Y prosigue: «Los estudios que tenemos indican que se necesita más cantidad de actividad física, y más clases, de más calidad y también con más calidad en los movimientos». Tanto el profesor valenciano como ella están convencidos de que las sesiones, incluyan los contenidos que incluyan, pueden hacerse más activas.

El fútbol ha desaparecido del recreo en este gran colegio de Parla, con 930 escolares. En el movidísimo patio se ven combas, se juega a baloncesto y a una extraña versión del béisbol en el que el bate se ha sustituido por una pelota blanda. «Son deportes más cooperativos. De esta manera reducimos los conflictos», cuenta el director, Francisco Javier Díaz.

Los 45 minutos de la clase pasan volando. Los chicos se atropellan escaleras arriba, en busca del neceser para asearse. «No da tiempo a que se duchen», explica el profesor Santos. Este colegio, como todos los bilingües en Madrid, recorta una sesión a las tres que tienen los centros que no enseñan en español e inglés.

Tras pasar por el lavabo, se pelean por hablar: «Queremos Educación Física todos los días», asegura Ismael, de nueve años. «Me gusta mucho, sobre todo por los juegos», afirma Vera, de la misma edad. Todos gritan su amor por la pizza y no solo por el juego de hoy. ¿La coméis a menudo? Responde uno de los chavales más animados de la clase: «¡No, comemos comida asquerosa!». Traducido para adultos: verdura.

El bus con patas

Un kilómetro con amigos

Escolares se reúnen en la parada del Pedibús de Torrelodones (Madrid)
Escolares se reúnen en la parada del Pedibús de Torrelodones (Madrid) SANTI BURGOS

Coches con padres y madres apurados dentro depositan a los hijos en una rotonda de Torrelodones, una ciudad de 23.000 habitantes al norte de Madrid. La monitora Lucero Colimba comprueba en una app quiénes van llegando. Estamos en la parada del Pedibús, una especie de ruta escolar con la que los niños van al colegio a pie junto a monitores contratados por el Ayuntamiento. Hay un cartel y una señal pintada en la acera. «Ir así a clase les da cierta responsabilidad y llegan despejados», cuenta una madre que aparece la última con dos críos.

A las 8.40 los 14 chavales de entre siete y 12 años cruzan el primer paso de cebra con el monitor Álvaro Arias a la cabeza. Cierra Colimba, móvil en mano. A través de la app Trazeo, los padres seguirán en directo el kilómetro escaso de camino en cuesta entre chalés, bloques de pisos de poca altura o pinos hasta el colegio público El Espinar. «Les creas más conciencia», dice la monitora, «constantemente oyen: ‘Ten cuidado. Mira. Para».

Una niña rubia ha tomado de la mano a uno de los pequeños. El otro benjamín trisca entre los árboles y avanza a bandazos de uno a otro lado de la comitiva. Su mochila roja sale disparada más de una vez. Otro crío pregunta: «¿Conoces a Pepe Domingo Castaño? ¿Y a José Ramón de la Morena?». Y así, enumerando a distintos periodistas deportivos, se pasa todo el camino,

«Abren su círculo. Se hacen amigos de todas las edades», dice la concejal de Educación, Ángeles Barba, «y a los padres les ayuda a conciliar, pero todavía hay poca concienciación». El Pedibús comenzó hace cinco años y en las seis rutas van 80 niños. Además de asegurar una breve caminata diaria, alivia los atascos. La app es una de las herramientas usadas para los Caminos Escolares Seguros, una iniciativa de la DGT para que los niños anden rumbo a la escuela.

CIFRAS PERJUDICIALES PARA SU SALUD

El movimiento. La OMS recomienda que niños y jóvenes practiquen una hora diaria de ejercicio moderado a vigoroso.

Las niñas, peor. El 70,4% de las niñas y el 56% de los niños entre los ocho y los 16 años no cumplen la recomendación de la OMS, según el Estudio Pasos (2019). También en las investigaciones sobre actividad física en las clases, las chicas eran menos activas.

Los adolescentes se mueven menos. El 72,4% de los estudiantes de secundaria no hace el ejercicio recomendado, de la mano del mayor tiempo dedicado a las pantallas. El 55% de los de primaria tampoco.

El cuerpo. Uno de cada cinco pequeños (20,7%) tiene sobrepeso y el 14%, obesidad, según el mismo estudio.Uno de cada cuatro (23,8%) tiene obesidad abdominal, indicador de riesgo cardiovascular.

Las consecuencias.Tanto sedentarismo como obesidad en épocas tempranas de la vida están relacionadas con enfermedades cardiovasculares y la diabetes.

Ya se ve el colegio público El Encinar, asediado por una nube de coches. «Y eso que con esto hay menos», cuenta Arias, ya dentro del recinto, esperando a que los más pequeños entren a clase. La niña rubia y su protegido se han esfumado. «Siempre se paran a mirar el menú de la comida y luego ella le dice que se porte bien y que no lo castiguen». La risueña conserje dice: «Los que vienen caminando se sienten mayores, piensan que ya pueden venir solos». Antonio Alcántara es el director del centro: «Llegan más tranquilos aquí, interactuando con los amigos. Y además hacen ejercicio. Los de la ruta bajan muy alterados».

Cuando la mochila roja del niño más trasto desaparece detrás de la puerta, la monitora teclea en el móvil. Los padres ya saben que sus hijos andarines han llegado a destino.

Una investigación de Javier Molina-García, profesor de la Universidad de Valencia, concluyó que los alumnos de nueve institutos de la capital valenciana se ejercitaban solo el 21% de la clase. «Las sesiones deben ser más activas y también los recreos», dice. El docente aboga por incluir prácticas como la milla diaria, los descansos activos en medio de cualquier asignatura o acudir al colegio a pie o en bicicleta de manera organizada y sistemática.

Los licenciados en Educación Física pelean para que haya al menos tres clases de Educación Física a la semana. La vicepresidenta del Consejo de la Educación Física y Deportiva, Mónica Aznar, reconoce que no todas pueden ser como la de Santos, «bien secuenciada y preparada». La asignatura pretende inculcar hábitos saludables e incluye conocimientos teóricos. «Por eso necesitamos más horas».

La investigadora Irene Esteban-Cornejo, de la Universidad de Granada, no duda: «La clase diaria sería fundamental, el colegio es el momento para conseguir la adherencia de la población a los hábitos de ejercicio físico». Y prosigue: «Los estudios que tenemos indican que se necesita más cantidad de actividad física, y más clases, de más calidad y también con más calidad en los movimientos». Tanto el profesor valenciano como ella están convencidos de que las sesiones, incluyan los contenidos que incluyan, pueden hacerse más activas.

El fútbol ha desaparecido del recreo en este gran colegio de Parla, con 930 escolares. En el movidísimo patio se ven combas, se juega a baloncesto y a una extraña versión del béisbol en el que el bate se ha sustituido por una pelota blanda. «Son deportes más cooperativos. De esta manera reducimos los conflictos», cuenta el director, Francisco Javier Díaz.

Los 45 minutos de la clase pasan volando. Los chicos se atropellan escaleras arriba, en busca del neceser para asearse. «No da tiempo a que se duchen», explica el profesor Santos. Este colegio, como todos los bilingües en Madrid, recorta una sesión a las tres que tienen los centros que no enseñan en español e inglés.

Tras pasar por el lavabo, se pelean por hablar: «Queremos Educación Física todos los días», asegura Ismael, de nueve años. «Me gusta mucho, sobre todo por los juegos», afirma Vera, de la misma edad. Todos gritan su amor por la pizza y no solo por el juego de hoy. ¿La coméis a menudo? Responde uno de los chavales más animados de la clase: «¡No, comemos comida asquerosa!». Traducido para adultos: verdura.

El bus con patas

Un kilómetro con amigos

Escolares se reúnen en la parada del Pedibús de Torrelodones (Madrid)
Escolares se reúnen en la parada del Pedibús de Torrelodones (Madrid) SANTI BURGOS

Coches con padres y madres apurados dentro depositan a los hijos en una rotonda de Torrelodones, una ciudad de 23.000 habitantes al norte de Madrid. La monitora Lucero Colimba comprueba en una app quiénes van llegando. Estamos en la parada del Pedibús, una especie de ruta escolar con la que los niños van al colegio a pie junto a monitores contratados por el Ayuntamiento. Hay un cartel y una señal pintada en la acera. «Ir así a clase les da cierta responsabilidad y llegan despejados», cuenta una madre que aparece la última con dos críos.

A las 8.40 los 14 chavales de entre siete y 12 años cruzan el primer paso de cebra con el monitor Álvaro Arias a la cabeza. Cierra Colimba, móvil en mano. A través de la app Trazeo, los padres seguirán en directo el kilómetro escaso de camino en cuesta entre chalés, bloques de pisos de poca altura o pinos hasta el colegio público El Espinar. «Les creas más conciencia», dice la monitora, «constantemente oyen: ‘Ten cuidado. Mira. Para».

Una niña rubia ha tomado de la mano a uno de los pequeños. El otro benjamín trisca entre los árboles y avanza a bandazos de uno a otro lado de la comitiva. Su mochila roja sale disparada más de una vez. Otro crío pregunta: «¿Conoces a Pepe Domingo Castaño? ¿Y a José Ramón de la Morena?». Y así, enumerando a distintos periodistas deportivos, se pasa todo el camino,

«Abren su círculo. Se hacen amigos de todas las edades», dice la concejal de Educación, Ángeles Barba, «y a los padres les ayuda a conciliar, pero todavía hay poca concienciación». El Pedibús comenzó hace cinco años y en las seis rutas van 80 niños. Además de asegurar una breve caminata diaria, alivia los atascos. La app es una de las herramientas usadas para los Caminos Escolares Seguros, una iniciativa de la DGT para que los niños anden rumbo a la escuela.

CIFRAS PERJUDICIALES PARA SU SALUD

El movimiento. La OMS recomienda que niños y jóvenes practiquen una hora diaria de ejercicio moderado a vigoroso.

Las niñas, peor. El 70,4% de las niñas y el 56% de los niños entre los ocho y los 16 años no cumplen la recomendación de la OMS, según el Estudio Pasos (2019). También en las investigaciones sobre actividad física en las clases, las chicas eran menos activas.

Los adolescentes se mueven menos. El 72,4% de los estudiantes de secundaria no hace el ejercicio recomendado, de la mano del mayor tiempo dedicado a las pantallas. El 55% de los de primaria tampoco.

El cuerpo. Uno de cada cinco pequeños (20,7%) tiene sobrepeso y el 14%, obesidad, según el mismo estudio.Uno de cada cuatro (23,8%) tiene obesidad abdominal, indicador de riesgo cardiovascular.

Las consecuencias.Tanto sedentarismo como obesidad en épocas tempranas de la vida están relacionadas con enfermedades cardiovasculares y la diabetes.

Ya se ve el colegio público El Encinar, asediado por una nube de coches. «Y eso que con esto hay menos», cuenta Arias, ya dentro del recinto, esperando a que los más pequeños entren a clase. La niña rubia y su protegido se han esfumado. «Siempre se paran a mirar el menú de la comida y luego ella le dice que se porte bien y que no lo castiguen». La risueña conserje dice: «Los que vienen caminando se sienten mayores, piensan que ya pueden venir solos». Antonio Alcántara es el director del centro: «Llegan más tranquilos aquí, interactuando con los amigos. Y además hacen ejercicio. Los de la ruta bajan muy alterados».

Cuando la mochila roja del niño más trasto desaparece detrás de la puerta, la monitora teclea en el móvil. Los padres ya saben que sus hijos andarines han llegado a destino.

Fuente: https://elpais.com/sociedad/2019/10/27/actualidad/1572192777_790414.html

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