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España: La mitad de los niños pobres repite curso

Redacción: El Diario

La mitad de los niños pobres repite curso, frente a solo el 8 % del resto de los escolares. Además, su tasa de abandono escolar es mucho más elevada, tienen un bajo desarrollo de aptitudes cognitivas, más tendencia a la obesidad, más problemas de salud mental y mayores niveles de conflicto social.

Estas son solo algunas de las «cicatrices» que la pobreza deja en los niños y que el Alto Comisionado para la lucha contra la Pobreza Infantil, Pau Marí-Klose, se ha propuesto combatir con una batería de medidas plasmadas en los Presupuestos Generales del Estado para 2019, y que desgrana en una entrevista con Efe.

En España el 28 % de los menores de 16 años, 2,1 millones de niños, vive en riesgo de pobreza. Y, según cálculos del Gobierno, 700.000 de ellos lo hace en situación de carencia severa, es decir, sin tener garantizada su alimentación o cosas tan básicas como la luz o la calefacción o, simplemente, poder ir a un campamento en verano.

«Somos una anomalía en Europa, no hay ningún país con nuestro nivel de desarrollo» con unas tasas de pobreza infantil tan elevadas, asevera Marí-Klose, quien añade que se trata de una de las más altas de Europa, diez puntos superior a la media y que solo Rumanía y Bulgaria están por encima.

Una situación sobre la que ya han advertido a España la Comisión Europea y la OCDE.

Explica Marí-Klose que se trata de un problema estructural de la sociedad española que tiene su origen en dos factores.

El primero es la estructura del mercado laboral, con una elevada precariedad que afecta más a los jóvenes, «y por tanto a las familias jóvenes que son las que tienen hijos pequeños», un colectivo, además, muy perjudicado por el paro, y con bajas prestaciones por desempleo que se agotan sin que hayan conseguido otro empleo.

Y el segundo es la débil estructura de protección social para las familias.

España sólo dedica el 1,3 % de su PIB a políticas de familia e infancia, frente al 2,4 % de media de la UE. Y el gasto en prestaciones por hijo se sitúa en el 0,5 % del PIB (1,2 % en la UE).

Para recortar esa diferencia, explica el Alto Comisionado, las cuentas para 2019 recogen el desarrollo del Ingreso Mínimo Vital con un incremento de la prestación por hijo a cargo para las familias con ingresos inferiores al umbral de la pobreza, actualmente fijado en 17.800 euros anuales para los hogares con dos hijos.

Con esta nueva ayuda, una familia que ingrese menos del 50 % de esa renta recibirá una prestación por hijo de 341 euros, frente a los 291 actuales. En el caso de familias por debajo del 25 % del umbral, la prestación será de 588 euros.

Según los cálculos del Alto Comisionado, cerca de 1,3 millones de niños se beneficiarán de estas prestaciones, 700.000 de ellos de la de 588 euros.

Unas ayudas con las que prevén sacar de la situación de pobreza severa a 82.000 menores, y reducir la tasa un 12 %.

Para situar a España en la media europea ese Ingreso Mínimo Vital debería alcanzar los 1.800 euros en el caso de pobreza severa, 1.200 para alta y 600 para moderada, objetivos que figuran en el programa electoral del PSOE y que el Alto Comisionado confía el alcanzar en «un plazo de tiempo relativamente corto».

Pero no es suficiente. Para revertir la pobreza, detalla Marí-Klose, hay que trabajar en varios frentes: mercado de trabajo, luchando contra la precariedad; educación, recuperando la inversión anterior a los recortes, favoreciendo, con becas, el acceso a la educación 0-3 y a la universidad, y potenciando las actividades educativas y de ocio con programas como VECA.

«Somos un país que invierte poco en familia. Solo hay que pensar en países como Austria que, con un nivel de desarrollo y un PIB parecido al nuestro, tiene una prestación por hijo por encima de los 2.000 euros al año. Es universal y la reciben todos los niños.

Y es que si no se interviene «la pobreza se hereda» y los menores pobres se ven abocados a ser adultos pobres.

«Las oportunidades vitales de los niños que nacen y se crían en familias pobres están muy condicionadas por la adversidad económica que sufren con carencias de otro tipo: educativas, sanitarias, culturales, sociales… que dejan marcas, que dejan cicatrices».

Todas estas desventajas componen una «mochila social» que van arrastrando, que condiciona su futuro y que los convierte en adultos con más enfermedades, problemas sociales y difícil empleabilidad.

«En los países más desarrollados la infancia está considerada un bien público, no es exclusivamente un bien de las familias, el bienestar de los niños no es algo que solo haya que exigir a los padres», insiste Marí-Klose.

Entienden que necesitan niños y que estos crezcan en buenas condiciones. Las ayudas por hijo a cargo están generalizadas porque simplemente reconocen que los niños importan y que son necesarios.

«Es de justicia y es una buena inversión económica inyectar recursos» a las familias más pobres, defiende al Alto Comisionado, que recuerda que, según cálculos de Save the Children, cada hijo tiene un coste de entre 400 y 500 euros mensuales.

Cuando se habla de luchar contra la pobreza infantil hay que tener un enfoque transversal a la hora de implementar medidas en los Presupuestos que corrijan las desigualdades.

Y entre ellas están los 1.780 millones para becas y ayudas a estudiantes; los 100 para la compra de libros de texto; y los 137 para aumentar el parque de viviendas en alquiler a precios asequibles.

Además, los Presupuestos incluyen 30 millones para atender a los menores migrantes no acompañados y 412 millones para acciones en favor de los inmigrantes.

«Hay que ir a las raíces del fracaso e invertir en la primera infancia, en la educación de 0 a 3 años», una medida fundamental y poderosa para compensar a estos niños.

«Muchas veces ya llegan al sistema reglado de los 6 años con desventajas cognitivas, que dificultan su aprendizaje y los lleva al fracaso escolar», explica.

Y ofrecer becas para el ocio educativo como el programa VECA con el que se compensa el «olvido veraniego» que sufren sin posibilidades de aprendizaje cultural, viajes o una alimentación equilibrada, del que ya se han beneficiado más de 46.000 niños.

Consciente de que el problema de la pobreza infantil es de toda la sociedad, el Alto Comisionado quiere diseñar una Alianza de País con el Tercer Sector y el mundo empresarial para buscar su implicación y la financiación necesaria para erradicar la pobreza.

Numerosos estudios corroboran que las inversiones en la lucha contra la pobreza resultan fiscalmente rentables, al producirse retornos económicos en forma de crecimiento económico, reducción de gastos sanitarios y de seguridad ciudadana.

«Nuestros niños son los adultos de mañana, y una sociedad que ignora el problema de la pobreza infantil está sentando unas bases muy frágiles para construir una sociedad económicamente competitiva», concluye Marí-Klose.

Fuente: https://www.eldiario.es/sociedad/mitad-ninos-pobres-repite-curso_0_858814234.html

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Perú: Disponen acciones para mejorar la educación rural

Redacción: El Peruano

Minedu espera llegar a metas en el 2030. Buscan incorporar a más niños menores de 3 años a sistema educativo.

Con el propósito de que en el año 2030 el 60% de los niños de zonas rurales mejoren sus niveles satisfactorios en comunicación y matemáticas, desde enero del presente año el Ministerio de Educación (Minedu) replanteará la política de atención educativa para ese ámbito.

Asimismo, se busca que al menos la mitad de los niños menores de tres años se incorporen al sistema educativo y que los hombres y mujeres de zonas rurales desarrollen competencias según sus necesidades, dinámicas productivas y características socioculturales.

Panorama

Actualmente, los resultados de comprensión lectora y matemáticas muestran que la mayoría de estudiantes de secundaria de ámbitos rurales alcanza un nivel de logro inicial o en proceso, por lo que se requiere mejorar las estrategias para que adquieran aprendizajes de manera satisfactoria.

Además, solo 5 de cada 10 estudiantes concluye la secundaria. También se informó que la cuarta parte de mujeres mayores de 18 años son analfabetas y que el 40% de niñas y adolescentes dejan sus estudios por motivos familiares. En esa línea, se estima que 23 de cada 100 estudiantes adolescentes están embarazadas.

Por intermedio de la Dirección General de Educación Básica Alternativa, Intercultural Bilingüe y de Servicios Educativos en el Ámbito Rural (Digeibira), el Minedu busca mejorar el desempeño de los docentes y la práctica pedagógica, así como las condiciones de bienestar de estudiantes y maestros que prioricen la atención de infraestructura y equipamiento.

Asimismo, busca fortalecer la articulación intersectorial e intergubernamental incrementando la participación de la comunidad en la gestión de los servicios educativos y desarrollando mecanismos de identificación, alerta y atención para prevenir la violencia psicológica, física y sexual.

Dato

En el ámbito rural, el servicio educativo se ofrece en el nivel primario multigrado monolingüe castellano, mientras que en la secundaria tiene las modalidades en alternancia (modelo semipresencial), residencia estudiantil y tutorial.

Fuente: https://elperuano.pe/noticia-disponen-acciones-para-mejorar-educacion-rural-74559.aspx

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Puiggrós | “Es el peor año de la historia de la escuela pública argentina” (Audio)

Argentina / 18 de enero de 2019 / Autor: Redacción / Fuente: Radio Gráfica

La pedagoga Adriana Puiggrós dialogó en Radio Gráfica sobre el cierre de escuelas en la Ciudad de Buenos Aires (CABA) y realizó un balance en relación a la educación pública en la Argentina. “El objetivo es tercerizar la educación”, afirmó.

“Las escuelas no se cierran en ningún lugar. Es la primera vez en la Argentina que hay un gobierno que cierra escuelas. Ni siquiera los gobiernos militares se atrevieron o pensaron en cerrar escuelas, en todo caso quisieron usar las escuelas para imponer una forma conservadora y represiva de pensar”, comenzó en diálogo con el programa Feas Sucias y Malas.

“Cerrar escuelas está fuera de la civilización, de manera que por eso es un final de año muy doloroso, porque uno se encuentra hasta donde puede llegar la diferencia y la frialdad de este gobierno”, planteó sobre la medida tomada a través de la Resolución 4055/18.

Consultada por Úrsula Asta, Puiggrós sostuvo que, en primer lugar, la medida “es ilegítima, porque carece del apoyo de la comunidad educativa y de la población”. Y siguió: “De todas las medidas retrogradas tomadas en educación, esta es la que mayor rechazo ha generado. Pero desde el punto de vista legal, y tendrán que decirlo los juristas, entiendo que es ilegal”.

“De hecho hay un antecedente muy importante y es que este año la Corte Suprema de Justicia sacó una resolución por la cual, la provincia de Salta, que había sacado una ley propia que se contradecía a la ley de Educación Nacional, tuvo que cambiar esa ley para adaptarse a la ley nacional”, explicó.

“En el caso de la CABA, esta resolución va en contra de la ley de Educación Nacional, que establece que tiene que haber una modalidad de educación para adultos y también técnico profesional, osea que abarca a las escuelas comerciales. Esto es para el nivel medio, el nivel de enseñanza secundaria. Y también establece escuelas nocturnas”, continuó.

“Hay movilización de docentes y de los alumnos, los jóvenes adultos. Además, recordemos que hubo un plan, el Plan FINES, en el gobierno de Cristina, que llegó a 700 mil argentinos que terminaron o hicieron entero su secundario. Un plan que se adaptaba a la gente, con sedes en lugares de la ciudad y del país donde había mas población que no podía terminar sus estudios. Plan que cuando asumió el gobierno de Macri lo desfinanciaron. Todavía se sostiene en universidades que lo hacen con fondos propios, aún cuando están muy mal con sus fondos”, describió.

“Yo creo que es el peor año de la educación pública argentina, el peor de su historia. Porque ha habido años donde hubo problemas políticos muy graves, insisto, como en las dictaduras. Hubo años con problemas de presupuesto. Pero la decisión de deshacer el sistema de educación pública, la ha tomado este gobierno”, esgrimió.

Y sumó “el hecho de que hayan desconocido la paritaria, también establecida por la ley de financiamiento educativo”. “Realmente han entrado en un nivel de ilegalidad. Y con un objetivo que es retirar al Estado en lo que tenga que ver con la educación, esto no ocurrió nunca en la historia de la educación argentina”.

“El modelo está extremándose en la Argentina. Porque lo que vemos en países, incluso en Estados Unidos, es incentivar escuelas privadas, pero eso no tuvo gran repercusión. En Estados Unidos el sistema de educación público es muy poderoso, más del 60 por ciento de la población concurre al sistema de educación pública. Y en todo caso lo que son privadas son las universidades, que hay privadas y también públicas. Incluso en las universidades privadas hay una inversión pública muy fuerte”, manifestó.

“Lo digo para que podamos comparar. En Argentina los ministerios de Educación de la Nación y de las provincias son cáscaras vacías para certificar estudios hechos por instituciones privadas. Para cualquiera que ponga una pequeña empresa que proporcione, por ejemplo educación para adultos, el papel del ministerio sería certificar lo que hace. Es decir, se busca tercerizar. Esto se había avanzado mucho en Chile, en Colombia, pero en esos países sobre todo creció la educación privada más tradicional”, contó.

“Esto que se hace en la Argentina tiene una diferencia y es que también afecta a la educación privada tradicional. Porque el impulso es hacia los negocios privados, fundaciones o empresas, que forman docentes en el término de tres a seis meses para que reemplacen a los docentes titulados. También, para la venta de paquetes de contenidos, hay empresas nacionales o grandes multinacionales, como Penguin Random House o Pearson”.

Y señaló un ejemplo sobre el poder de estas grandes empresas en el mundo: “La prueba PISA, que tantas críticas recibe, que incluso ha fracasado en muchos lugares (por contener errores), es la prueba de evaluación que se aplica cada dos años a una muestra de chicos de 15 años, que la fabrica la editorial inglesa Pearson. Es un gran negocio, nosotros la compramos, pagamos para que la apliquen”.

 

 

Fuente de la Entrevista:

http://www.radiografica.org.ar/2018/12/29/puiggros-es-el-peor-ano-de-la-historia-de-la-escuela-publica-argentina/?fbclid=IwAR26E6jwDTHuXJ-bxycgCIych0iZdBKS3G74i9FdcxcbJSOM2zys69rKzBY

ove/mahv

 

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Valores tradicionales y cruzada contra el legado de Freire, la política educativa que ya ha empezado a ejecutar Bolsonaro

Brasil / 18 de enero de 2019 / Autor: Victor Saura / Fuente: El Diario de la Educación

El 2 de enero el nuevo presidente de Brasil, Jair Bolsonaro, le robó un titular al ministro de Educación que acababa de nombrar: la Secretaría de Educación, Alfabetización, Diversidad e Inclusión cambia de nombre, un primer paso para “formar ciudadanos para el mercado laboral” y no “mentes esclavas de dominación socialista”.

La política educativa que va a emprender en los próximos años Brasil parte de una idea que está completamente arraigada entre los nuevos gobernantes, y muy especialmente en el presidente Bolsonaro y su ministro de Educación, Ricardo Vélez Rodríguez. Según lo que uno y otro han declarado reiteradamente, durante los últimos 15 años (los de los gobiernos del Partido de los Trabajadores) la escuela brasileña ha estado adoctrinando a los niños con ideología de corte marxista y, por tanto, su prioridad ahora es barrer o depurar el marxismo del sistema educativo.

Ambos son afines al movimiento Escola sem partido (Escuela sin partido), impulsado en 2004 por el abogado Miguel Nagib para denunciar el supuesto adoctrinamiento que los maestros ejercían sobre sus hijos y que propone erradicar las ideologías de la escuela. El movimiento ha ido cogiendo fuerza a lo largo de los años, pero también opositores, hasta el punto de que existe una asociación de Profesores contra la Escuela Sin Partido, creada para denunciar que lo que defiende esta entidad atenta contra la libertad de expresión en el aula.

En el caso de Bolsonaro, su aversión al comunismo es manifiesta. En un tuitpublicado el 31 de diciembre, a pocas horas de ser investido presidente, escribía que “una de nuestras metas para sacar a Brasil de las peores posiciones en las clasificaciones de educación del mundo es combatir la basura marxista que se instaló en las instituciones de enseñanza”. Ya durante la campaña electoral, Bolsonaro había declarado su intención de “entrar con un lanzallamas en el Ministerio de Educación” para terminar con el legado de Paulo Freire.

¿Quién es el nuevo ministro?

Vélez Rodríguez es un profesor de filosofía colombiano de 75 años que se instaló en Brasil en 1979. Hasta entonces había sido profesor de la Universidad de Medellín, donde varios colegas murieron por atentados de las FARC, con lo que le propuso a su esposa, brasileña, que se instalasen temporalmente en Río de Janeiro. Pero la violencia continuó en Colombia y Vélez acabó adquiriendo la nacionalidad brasileña.

En los años 80 y 90, Vélez impartió clases en la Universidad del Estado de Rio de Janeiro y en Universidad Federal de Juiz de Fora, en esta última continuaba ejerciendo como profesor asociado. A Bolsonaro, que es capitán en la reserva, le conoció hace diez años, como profesor de la Escuela del Estado Mayor del Ejército brasileño, si bien la prensa del país atribuye su nombramiento a la influencia de Olavo de Carvalho, un escritor brasileño que reside en Estados Unidos y que está considerado el ideólogo de cabecera de Bolsonaro y la nueva derecha brasileña. Carvalho lleva años atribuyendo la decadencia de Occidente a la “ideología de género” y el “marxismo cultural”.

También en su discurso de investidura Ricardo Vélez reiteró que su principal objetivo es poner fin al “marxismo cultural” en las escuelas. “La ideología globalista pasó a destruir uno a uno los valores culturales que rigen el país: familia, iglesia, Estado, patria y escuela”, afirmó el nuevo ministro. Según dijo, uno de los éxitos de su jefe ha sido escuchar la voz de padres y madres que estaban hartos de esta educación.

Clovis Rossi, un conocido periodista brasileño que escribe en Folha de São Paulo, definía hace algunas semanas a Vélez como “un ayatollah”. “Un Ayatollah asume la educación en Brasil”, titulaba Rossi un artículo en el que recordaba que Vélez había defendido en su blog (ahora borrado) el golpe militar brasileño de 1964, definiendo como héroes a los golpistas porque habían impedido que el marxismo se apoderara del país. Al periodista le parecía increíble que se fuera a nombrar ministro de Educación a alguien que había menospreciado de esta manera a las decenas de miles de muertos, torturados y exiliados a causa de aquel golpe de Estado. “Tiene todo el olor de la policía moral adoptada en Irán, entre otros países musulmanes como Arabia Saudita”, escribía Rossi sobre el futuro ministro.

Eliminar el ‘buenismo’ y rescatar la autoridad del profesor

La primera de las decisiones en política educativa del nuevo ministro no ha tenido ni tiempo de anunciarla porque Bolsonaro se le adelantó. Según explican los medios brasileños, el equipo de prensa de Vélez había anunciado que no haría ninguna declaración ni concedería entrevistas hasta después del día 7, ya que quería conocer antes el Ministerio, pero tuvo que dar marcha atrás y aceptar preguntas de la prensa porque el mismo día 2 Bolsonaro anunció a través de Twitter que su ministro iba a cambiarle el nombre a la Secretaría de Educación Continuada, Alfabetización, Diversidad e Inclusión (Secadi).

La Secadi ya no se llamará así, sino que será, simplemente, la Secretaría de Alfabetización. “Hay que formar ciudadanos para el mercado laboral, el enfoque opuesto a los gobiernos anteriores, que intencionalmente invirtieron en la formación de mentes esclavas de las ideas de dominación socialista”, rezaba el tuit del presidente brasileño.

A Vélez no le quedó más remedio que confirmar la noticia, pero no aclaró a qué obedece el cambio de nombre, aunque los analistas han interpretado que el objetivo es eliminar toda temática relativa a los derechos humanos o de las minorías étnicas o de cualquier otro tipo. Capaz de afirmar que preferiría ver a su hijo muerto antes que gay, Bolsonaro también se refirió en campaña a lo que calificó de coitadismo (que podría traducirse como buenismo, ya que “coitado” equivale a “pobrecito”) como uno de los grandes males de la escuela. “Todo es coitadismo. Pobrecito el negro, pobrecita la mujer, pobrecito el gay, pobrecitos los del nordeste… vamos a acabar con esto”, declaró. En esa misma entrevista ofreció su solución a “toda esa historia del bullying”. Cuando él era alumno, dijo, “el gordito golpeaba como todo el mundo, hoy el gordito llora”.

Vélez es algo más cuidadoso con sus palabras, en especial desde que supo que iba a ser ministro. Los tuits que ha publicado desde que en noviembre han sido en general asépticos, e incluso en uno de los últimos aseguraba que “estamos atentos a los derechos, las necesidades y la individualidad de las personas con discapacidad. A fin de proponer acciones eficaces, estamos trabajando en asociación con el Ministerio de Derechos Humanos y la Secretaría Especial de las personas con discapacidad”. En otro tuit sí que hablaba de dignificar los salarios de los docentes y de “rescatar su autoridad”, otra idea repetida insistentemente por su jefe.

 

 

Fuente del Artículo:

http://eldiariodelaeducacion.com/blog/2019/01/09/valores-tradicionales-y-cruzada-contra-el-legado-de-freire-la-politica-educativa-que-ya-ha-empezado-a-ejecutar-bolsonaro/

ove/mahv

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OCDE apoya a México para redefinir el sistema educativo

América del norte/México/17 Enero 2019/Fuente: El sol de México

Asimismo, consideró importante la permanencia del INNE como un organismo autónomo que señale logros y retos del Sistema Educativo

La Organización para la Cooperación y el Desarrollo Económicos (OCDE) acompañará al gobierno de México en la redefinición de sus prioridades en materia de educación, aseguró la directora de ese organismo internacional, Gabriela Ramos.

En entrevista con Notimex, expuso que la OCDE observa con optimismo la apertura del gobierno federal, en particular de las autoridades de Educación, en torno a las recomendaciones que lleva a cabo para mejorar el Sistema Educativo Nacional.

La funcionaria de la OCDE enfatizó que el titular de la Secretaría de Educación Pública (SEP), Esteban Moctezuma Barragán, pidió a la organización que lo acompañara en esta nueva etapa de redefiniciones en materia educativa.

«Y por supuesto que lo vamos a hacer, porque para nosotros México es miembro de la OCDE, independientemente del gobierno que lo represente. Ellos son los que definen sus prioridades y eso no lo vamos a debatir»

Indicó que el diálogo con la SEP es a nivel técnico y la OCDE deberá ajustarse a esas prioridades, “y ser muy honesta al decir al gobierno lo que observamos en el Sistema Educativo. Ese el tipo de discusión que tenemos con las nuevas autoridades”.

De acuerdo con Gabriela Ramos, la comunicación con Moctezuma Barragán “ha sido muy positiva, con mucha claridad respecto de los retos que compartimos. Esta apertura y debate basado en la evidencia para nosotros es lo más importante”.

En ese contexto, consideró importante la permanencia del Instituto Nacional para la Evaluación Educativa (INNE) como un organismo autónomo que señale los logros y retos del Sistema Educativo mexicano.

También se refirió a la derogación de la reforma educativa, en donde participó la OCDE y estimó que seguramente permanecerán algunos elementos.

«En nuestra experiencia no es posible ni factible eliminar todas las estructuras y volver a empezar de cero porque nos paralizaríamos. Mientras se preserven los buenos elementos del sistema, no de un sexenio, sino de toda la construcción del Sistema Educativo Mexicano, pues a seguir trabajando»

A propósito de los dos estudios que presentó este viernes la OCDE a la SEP en materia de educación superior, denominados “El futuro de la Educación en México” y “Educación Superior en México”, Gabriela Ramos expuso que el sistema del nivel educativo se ha desarrollado casi de una forma reactiva.

Es decir, con base en la demanda, en la presión de los perfiles demográficos que conllevan a un nivel educativo medio y medio superior a crecer a pasos agigantados, lo que implica la creación de múltiples universidades.

Indicó que esta reacción se registra en los 13 subsistemas que conviven en el Sistema Educativo Nacional, pero donde cada uno responde de la manera como mejor puede.

«Lo que se requiere es una estrategia común que permita conectar esos subsistemas, eliminar la fragmentación e impulsar la calidad; además de crear un sistema de información que conecte a las universidades con el mercado laboral»

Lo anterior, porque hay falta de señales del mercado laboral para que los estudiantes se dirijan a las disciplinas que se están demandando. “Una de las tragedias es que tienes incremento en la matrícula, pero al mismo tiempo los empresarios dicen que no encuentran las capacidades que necesitan, no encuentran los perfiles”, externó.

Para Gabriela Ramos es vital superar esa problemática para involucrar más al sector privado en la discusión.

“La definición de la política educativa es del Estado, pero necesitamos que los empresarios se involucren, además de la necesidad de crear un sistema de información del tipo de trabajos que se están creando y conectarlo con las universidades”, detalló.

Consideró necesario capacitar a funcionarios y maestros encargados de la orientación vocacional para garantizar que los chicos que llegan a educación superior tengan la posibilidad de encontrar un trabajo.

Al respecto, la directiva de la OCDE recordó que en el mundo hay una revolución tecnológica basada en el conocimiento. “En la medida en que preparemos a los mexicanos a manejar ese conocimiento van a estar preparados, no sólo para aprovechar la revolución tecnológica, sino también para influir en ella”, aseguró.

En su opinión, México necesita una visión estratégica en un mundo que cambia vertiginosamente, es decir, formar individuos que a lo largo de su vida puedan cambiar de disciplina sin problemas, “porque lo que se aprende ahora no será garantía de un ciclo de vida largo”.

Destacó que de acuerdo con un estudio de la propia OCDE, los trabajos tienden a desaparecer porque las ocupaciones más automatizables son aquellas que requieren de poco nivel educativo.

Mientras que las actividades que actualmente demandan títulos profesionales, entrenamiento y capacitación continua serán menos susceptibles a la automatización, pero cambiarán su manera de aplicarse; “es la visión de los sistemas más avanzados”.

Por esa razón, la OCDE sugiere que las políticas educativas impulsen a adultos a prepararse continuamente para lograr que se adapten eficazmente a los nuevos requerimientos laborales, de lo contrario podrían crecer las tasas de desempleo.

Sostuvo que para dicha preparación, México requiere enfrentar, entre otros retos, ampliación de financiamiento e inversión privada y estatal, ya que México gasta nueve mil dólares por estudiante en educación superior, cuando debería gasta el doble o el triple.

Estados Unidos gasta 26 mil dólares por estudiante de ese nivel y los países europeos 20 mil; aunque aclaró que también es importante el cómo se gasta ese recurso.

«El financiamiento en México para estudiantes de educación superior se ha reducido, además, es necesario distribuir mejor esos recursos, porque actualmente se hace de forma poco transparente. Hay universidades regionales que tienen una diferencia de gasto hasta de cinco veces más, entre una y otra»

Eso implica que las asignaciones no se hacen con visión estratégica, sino que son resultado de negociaciones, por lo que recomendamos tener un mecanismo transparente para la asignación, con base en una investigación profunda.

La funcionaria aclaró que la inyección de capital no garantiza calidad; “el aprendizaje está en el centro de todos los temas. Entones hay que reclutar a los mejores maestros.

“Eso es fundamental, y esperamos que en México eso permanezca: apoyarlos en su formación profesional, reducir su carga administrativa y premiar a los buenos, que son la mayoría. El reconocimiento a un maestro lo empodera y eso se tiene que exponenciar”, puntualizó.

Fuente: https://www.elsoldemexico.com.mx/mexico/politica/ocde-apoya-a-mexico-para-redefinir-el-sistema-educativo-2919713.html

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“La implementación de tecnología ha convertido las escuelas cada vez más en un espacio de markéting”. Entrevista a Linda Castañeda

Entrevista/17 Enero 2019/Autor: Daniel Sánchez Caballero/Fuente: El diario la educación

La asunción de las tecnologías de forma crítica en el aula ha abierto la puerta a la entrada de ciertos tipos de mercantilización. Es importante pensar en las tecnologías como instrumentos que ayudan al aprendizaje.

“Siempre se me han dado bien los cacharros”. Con estas condiciones iniciales y su vocación por enseñar, no es difícil imaginar que Linda Castañeda es profesora de Tecnología Educativa en el departamento de Didáctica y Organización Escolar de la Universidad de Murcia. En concreto, investiga acerca del impacto de la tecnología en los procesos educativos. Unos impactos altos, alerta, pero sobre los que no se es suficientemente crítico. Castañeda cree que la tecnología ha impulsado la mercantilización de la educación, pero también ha traído una superficialización de ciertos procesos de innovación (o que se venden como tal) en favor de “ideas prefabricadas”.

Para fijar el ámbito de la entrevista: ¿En qué situación diría que está el uso de la tecnología en la educación en España? ¿Hemos sabido encontrar su sitio?

Estamos en un momento muy complicado. Pasamos un tiempo de enamoramiento y deslumbramiento propio de la novedad de la tecnología. Los años 80 y los 90 fueron esa época en las que la tecnología, sobre todo el hardware, empezó a entrar tímida pero comprometidamente en las escuelas. Se empezó a hablar de vídeos, de ordenadores, de multimedia educativo, etc. Luego apareció la web y eso nos da otra idea, otra conexión con el mundo. A mediados de la década de los 2000 apareció la web 2.0, que era la gran promesa. Todos podíamos hacer, escribir cosas. Nos embriagó el romanticismo de las posibilidades de la web 2.0, que son extraordinarias, pero tuvieron ese efecto deslumbrador.

Conforme la realidad y la tecnología fueron avanzando, la educación empezó a ser un algo más que un sector o un ámbito de derechos en los que intentábamos que se reflejara el avance tecnológico y se convirtió en un espacio de mercado de forma muy evidente y de lucha político social muy importante en el que se reflejan los efectos que esas tecnologías tienen en la educación, pero también en la sociedad en general. Nos encontramos con que la implementación de tecnología en las escuelas ha convertido los colegios cada vez más en un espacio de markéting muy importante. No solo de oferta de hardware o software, sino de oferta de ideas. Hay muchas relacionadas con la innovación educativa que se han hecho parte de la tecnología, como si fueran causa o consecuencia solo de la tecnología, y se han vendido como los grandes aportes del mundo, la gran panacea para la educación. Eso hace que por un lado tengamos en las escuelas hoy más que nunca una penetración de las ideas relacionadas con la innovación con tecnología muy extendida (la mayoría de los profesores hablan de tecnología en el aula o las cosas que utilizan), pero, por otro lado, ha habido un aligeramiento, una superficialización de esos procesos de innovación en favor de ideas prefabricadas, que vienen en kits tan prefabricadas como los libros de texto, ahora en forma de software.

¿Toda esta deriva del uso de la tecnología se ha hecho con el beneplácito de la Administración, impulsado por ella?

Ha hecho un poco dejación de funciones. Por una cuestión de agenda política ha visto en las tecnologías formas de implementación, o de no implementación, de políticas concretas. Esa acriticidad respecto de las tecnologías es con el beneplácito de la Administración, no viene con las tecnologías digitales. Tenemos libros de texto, elementos a los que no se les hace crítica suficiente desde el punto de vista político y social, y son parte fundamental de la estrategia de educación de un periodo educativo en España. De la misma manera, las tecnologías digitales hoy tienen su función. Pero no creo que la Administración sea muy consciente de hasta qué punto esa dejación de funciones también le afecta. La estrategia de entrada de esas ideas de innovación educativa con TICs, etc. viene de la mano de fundaciones, corporaciones, empresas con o sin ánimo de lucro que hacen formación del profesorado, etc. bien para la elaboración de herramientas o para la creación de redes de profesores que les puede interesar para una u otra circunstancia. No hablo de grandes corporaciones malévolas, sino de instituciones que organizan una serie de planes de formación o de recursos para profesorado y familias en el que defiende una serie de ideas sobre innovación educativa con TIC donde casi todas hablan de una tecnología neutral, buenista, con una visión romántica, pero criticidad ninguna. Y eso lo hacen con la asistencia o la no intervención de la Administración. En muchas comunidades autónomas se han abandonado o reducido los planes de formación del profesorado, por ejemplo. O se ha entrado en formatos duales con fundaciones. Hay muchas fórmulas, pero las de formación del profesorado que están en manos de la administración y con una carga más clara se han prácticamente abandonado.

Esto que refiere, que interpreto como la mercantilización de la educación de la que tanto se habla, ¿es un camino de no retorno? ¿Vamos cuesta abajo sin frenos por este camino?

Creo que el pesimismo no sirve para nada. Hay cosas que no podemos cambiar: que las fundaciones, etc. hagan una inversión en un determinado tipo de recursos y formación del profesorado es inevitable y además es su trabajo, tienen que hacerlo. Pero cada vez más tenemos, al menos desde este punto de vista optimista que intento mantener, una mayor preocupación de más agentes sobre lo que pasa en la escuela y en la educación. Si podemos movernos para mantener a ese público mejor informado, siendo más críticos, llamar la atención del profesorado, que sobre todo en primaria en el sistema público se sigue formando y tenemos herramientas de formación, si podemos hacer una labor de reorientación de las labores del profesorado y aprovechamos algunos espacios que tenemos abiertos para el cambio, creo que se puede hacer. ¿Es difícil, es un movimiento David-Goliat? Es posible. La formación inicial del profesorado está en manos de las universidades públicas y deberíamos tener un compromiso clarísimo con la visión crítica y problematizadora de la realidad y, por tanto, de la tecnología. Yo soy una enamorada de la tecnología, pero precisamente por ello es imprescindible que tengamos esa visión de lo que es para la educación, porque nuestros estudiantes viven en la tecnología, y al hacerlo necesitan ser capaces de pensar y de emanciparse en este mundo. Por eso creo que. con la formación del profesorado, al estar en manos de la universidad pública principalmente, tenemos esa gran baza.

Ha estudiado las redes sociales bastante. ¿Cuál es su relación con el mundo educativo? ¿Las hemos sabido encajar?

Hay una cosa que no podemos hacer seguro: educar a la gente para un mundo sin algo de lo que tiene el mundo. Si yo tengo un niño de 13 años con televisión inteligente, videojuegos, redes sociales, producción de contenidos digitales de muchos tipos, etc. intentar ignorar cualquiera de esas realidades en el colegio significa hacer que el colegio sea ciencia ficción. ¿Deberíamos entonces crear grupos de Facebook para las clases? No lo sé, según para qué. Pero sí es imprescindible que los profesores sepan dónde se mueven sus alumnos. No solo para saber qué lenguaje hablan y qué les interesa, también porque en la medida en que lo sabemos podemos darles estrategias para sobrevivir a ese mundo. No es que los estudiantes sean capaces de escribir un mensaje en YouTube, eso ya saben hacerlo. Pero tienen que ser capaces de formar una identidad que les permita sobrevivir a la presión social brutal de las redes, que con 15 años puede ser devastadora. Se trata de que sean capaces de utilizar esos códigos que saben utilizar tan bien para alzar su voz, para mostrar que tienen una opinión política, para comprometerse socialmente. Tenemos que hacerles ver que su red social no solo la manejan ellos si no que el algoritmo hace manejar sus formas de pensar de una determinada manera y no siempre consumen lo que quieren. Las redes sociales tienen un sitio en el aula, pero no tiene que ser instrumental, esto lo podemos elegir. El imperativo es que las redes deben estar ahí como parte de la realidad.

Ha mencionado antes que los libros de texto se utilizan de manera “acrítica”. ¿Puede elaborarlo?

Los libros de texto son la tecnología con la que se han implementado reformas educativas en España. Hablamos de un libro con una programación concreta y una secuencia de actividades concretas para una elaboración concreta, no hablamos del libro genérico. Hablamos de forma de implementación del currículum en el aula. Tradicionalmente, se han utilizado como único recurso dentro de las clases. De hecho se usa la expresión “seguir el libro de texto”. Hay profesores que utilizan el libro como única programación, se asume que el currículum está ahí y, además, hay que completar el libro de texto al finalizar el año. Además de ser una fuente de desprofesionalización del profesorado importante, implementan en las aulas la visión sobre la educación que tiene una determinada editorial. Y eso no se examina críticamente. Las críticas hacia el libro de texto (físico o digital) son de instrumento, pero siguen sin ser una crítica ideológica o política ni plantean qué tipo de clase implementan.

Cuando hablamos de tecnologías digitales o redes sociales siempre pensamos que fomentan un tipo de relación entre los estudiantes o una oralidad o un abandono de la oralidad determinados. Y de los libros de texto no decimos nada, como si no lo hicieran también, pero lo hacen, y en algunos casos de forma perniciosa. Los libros de texto no se usan como un recurso, son el recurso del aula. Cuando se usan, suelen sustentar la mayoría del trabajo en clase. Además, políticas como la del cheque del libro de texto, no la del material escolar, genera un mercado terriblemente perversos, de la misma manera que las de determinadas plataformas generan otros mercados con actores extragubernamentales o de fuera del estado sobre las que tendríamos alguna cosa que decir, o deberíamos.

Tiene el micrófono abierto para decir estas cosas.

Las políticas relativas a las ayudas estatales para la provisión de material escolar a las familias que lo necesitan viene muy bien a algunas. Pero cuando se convierten en cheques libro tienen consecuencias no deseadas. En primer lugar, se convierten en una llamada para que las editoriales hagan packs de libros por nivel que se venden cerrados a los centros. Y que estos, por la enorme carga de trabajo que tienen y la inmensa problemática que supone hacer diferentes elecciones de libros, acaban sucumbiendo. Además, suponen un problema para el profesorado que decide un día dejar el libro de texto. Porque si no se puede invertir ese dinero en material didáctico, ese profesor que hace una apuesta por una metodología nueva, diferente, que no se base en un libro de texto solo, se encuentra con que no tiene dinero para material y los padres no pueden surtirse de ese material porque no son libros. A esos profesores se les desmotiva completamente. Aparte, la Administración sigue respaldando la existencia del libro como recurso básico de la enseñanza-aprendizaje. Cuando dice que te paga lo imprescindible para que estudies y esto es el comedor y el libro de texto es porque el libro de texto es, después de comer, lo siguiente imprescindible para estudiar. El mensaje subyacente es terriblemente perverso, porque tiene que ver con un mercado de materiales didácticos. Que pueden ser muy buenos, pero que sea un mercado cautivo, que solo se trabaje con un libro de texto, que no se pueda utilizar libremente (fotocopiar o utilizar los ejercicios de forma diferente) genera esa idea perversa que promueve un cheque de libros. Otra cosa es que el cheque fuera de material escolar. Y que el profesor decide que quiere usar un libro. Entonces se entraría en por qué ese libro, etc. Pero, si solo tiene esa opción, se convierte en lo que respalda la administración. Y eso es terriblemente peligroso.

Uno de sus campos de especialización son los PLE (Personal Learning Enviroments, entornos personales de aprendizaje). ¿Cómo han cambiado con la tecnología y qué rol debe jugar el profesor?

El PLE es una cuestión de cada uno, pero no se basa en la idea del individuo como aprendiz solitario que se va proveyendo de educación a su medida como el que va a una tienda. Al menos, no es la idea que me gusta a mí. Cuando se habla de PLE se habla de muchas cosas y hay muchas visiones, incluidas empresariales y corporativas. Pero la idea, al menos desde un punto de vista más pedagógico y de enfoque, es la visión de cómo aprenden las personas en un mundo en el que la provisión de la información se ha deslocalizado, globalizado y dispersado de forma extraordinaria. Para poder gestar, mantener y enriquecer tu PLE necesitas tener no solo oportunidades de aprendizaje variadas y grandes, sino además estar formado para tener la capacidad de aprovecharlas y de tomar decisiones sobre lo que vas a aprender. A veces parece que las personas aprendemos lo que nos da la gana en cada momento, pero no. Casi siempre aprendemos lo que alguien nos dice que tenemos que aprender: el profesor, nuestro padre, nuestro jefe…

Pero esa percepción del aprendiz emancipado pero con conciencia social para ser capaz de aprender con otros de forma eficiente es algo que se entrena y aprende, también en la escuela. Cuando hablamos de cuál es la misión de un profesor cuando pensamos en PLE como enfoque o idea genérica que subyace a nuestra idea de educación o aprendizaje, hay que pensar en diferentes niveles. Por ejemplo, en la educación básica, aprender a aprender, aparte de una competencia, es fundamental si queremos que alguien pueda crear y gestionar su PLE. Pero además tiene que aprender a aprender con eficiencia. Tiene que aprender a escuchar y entender por qué quiere aprender una cosa o esto o lo otro y ser capaz de tomar sus propias decisiones sobre qué debe aprender o no en cada momento. En ese ámbito, los profesores de la educación básica tenemos una misión fundamental, que es entrenar y desarrollar esas competencias básicas, que son lo mínimo para que una persona tenga un PLE adecuado. En la educación superior o vocacional es imprescindible que los profesores seamos conscientes de que lo que sea que enseñemos debería integrarse en el PLE de la persona, no solo como un conocimiento declarado, sino que que ese conocimiento tiene una serie de dinámicas, de redes de conocimiento e información que le ayuda a mantenerse, crecer y cambiar. En el ámbito postobligatorio, esa persona no solo debería tener unos conocimientos declarados sobre el tema en cuestión, sino también ser capaz de saber dónde encontrar más información, de quién aprender sobre esa información especializada. No creo que los profesores seamos solo guías o facilitadores del proceso. Tenemos que ser agentes comprometidos con las diferentes perspectivas que tiene un conocimiento o un proceso educativo.

Esto me lleva a pensar en las fake news, la facilidad de la tecnología para difundir noticias falsas y el papel que deben jugar las instituciones educativas en luchar contra ellas.

Es que todo da la vuelta. Cuando hablamos de los PLE o de la capacidad de aprender a aprender, volvemos a cómo se integra la tecnología en la educación. No es solo enseñar a alguien utilizando la tecnología que usa. También se trata de ayudar a que esa persona sea capaz de vivir y ser un ciudadano emancipado en la sociedad. Y para conseguir esto necesitamos tener una visión de la tecnología crítica con su uso en el aula y debo tener una visión de cómo es el contenido que yo enseño respecto del mundo en el que se mueve ese contenido. La idea es darle a mis estudiantes oportunidades para seguir aprendiendo sobre ese contenido u otros que decida aprender en el futuro y a la misma vez ser capaz de enfrentarse a la realidad de ese contenido y esas tecnologías, que pueden incluir información falsa o veraz. Esa capacidad de ver no solo lo que trae la red social, sino lo que hay detrás, en positivo o negativo. Por supuesto hablar de los bulos en internet es parte de esto, y encaja con la posibilidad de ayudar a la gente a que genere, enriquezca y mantenga su PLE, pero también tiene que ver con cómo vemos la tecnología desde la escuela. Si yo como biólogo no soy consciente de la información sobre biología que corre por la red y no les formo para que lo sean ellos también, no les estoy enseñando bien.

Fuente: http://eldiariodelaeducacion.com/blog/2019/01/17/la-implementacion-de-tecnologia-ha-convertido-las-escuelas-cada-vez-mas-en-un-espacio-de-marketing/

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La Escuela de los Colores

Por: Tamara Smerling

En el partido de La Matanza, a solo treinta kilómetros de la Ciudad de Buenos Aires, funciona la Escuela Especial N° 516 de Villa Scasso que se erige, desde hace quince años, en una de las barriadas más pobres y olvidadas en el Conurbano de la provincia. En un territorio donde opera una doble exclusión –la discapacidad y la pobreza– sus maestros lograron romper con algunos estigmas, se propusieron resignificar los diagnósticos de sus alumnos y reinventar la vieja tradición de la escuela especial con ritmos propios, escenas inéditas y una gran participación popular.

En otros tiempos, cuando despuntaba el nuevo siglo y la crisis de 2001 estaba en carne viva, la Escuela N° 516 de Villa Scasso, en el partido de La Matanza –una de las barriadas más pobladas y pobres del Conurbano de la provincia de Buenos Aires– era conocida como La Escuela de los Locos. Sin embargo, después de quince años, hoy, se la nombra de otro modo: La Escuela de los Colores. “Nosotros trabajamos en una barrio muy vulnerable, en una región muy compleja, donde todo el tiempo se presentan situaciones que exceden la educación especial. Nos propusimos ampliar esas relaciones educativas con la comunidad, porque si solo alojábamos a los chicos con una discapacidad, un montón de otros niños del barrio se iban a quedar afuera. Fueron varios movimientos, como docentes y trabajadores, que se produjeron hasta lograr asir a esta escuela dentro de la comunidad. Lo que buscábamos, en definitiva, era que fuera una escuela abierta”.

El director, Sebastián Urquiza, habla pausado y seguro. Dice que antes de llegar a Villa Scasso, se abotonaba su guardapolvo blanco, tomaba exámenes, llenaba formularios. Sus veinte años como maestro de escuelas especiales lo llevaban, sin embargo, a hacerse ciertas preguntas. Un quiebre en su recorrido permitió cambiar de rumbo y dejar lugar a las discusiones o las dudas. “Las biografías se van construyendo, también, de acuerdo a los contextos, el encuentro con los otros, los propios recorridos. Me acuerdo que pensaba, sí, en qué escuela me gustaría trabajar. No sé, bien idealista. Eso empezó por guiar muchas de las prácticas en esta escuela, desde su propio surgimiento, por eso no se trata de una experiencia o una fórmula extrapolable. En la matrícula se puede ver que hay chicos que tienen alguna discapacidad pero que eso excede para lo que fue creada esta escuela. No es que lo pensamos de antemano, el contexto fue presentando ciertas situaciones: o acatábamos lo que dicen las normativas o nos dábamos permiso para pensar nuevas formas posibles”.

Ese pensamiento de otras formas posibles fue, en definitiva, lo que produjo una de las primeras marcas de esta escuela: no solo diferenciarse por los rojos, azules, amarillos, negros y blancos –que recuerdan la obra del artista plástico Piet Mondrian–, si no la posibilidad que permite, desde unas cuadras antes, cuando el campo gris, el olor de los basurales y las calles de la tierra ralean, asomarse a la puerta abierta y colorida de esta escuela. “Esta escuela es especial por la experiencia igualitaria que construye, no por el hecho de pertenecer a la educación especial. La clave es el movimiento: no hay una receta, no hay un modo de hacer escrito, no hay ninguna fórmula. Es un modo de habitar la educación, de preguntarse por los sentidos y por el hacer, todo el tiempo”, dice Patricia Redondo, doctora en Ciencias de la Educación por la Universidad de La Plata, pedagoga e investigadora del área de Educación de FLACSO Argentina y co-directora de “Infancia, Educación y Pedagogía”, que realizó su trabajo de investigación sobre esta escuela y, ahora, publicó un libro que recoge esta experiencia: La escuela con los pies en el aire. Hacer escuela, entre la desigualdad y la emancipación, editado por el Núcleo de Estudos de Filosofias e Infâncias (NEFI), de la Universidad Federal de Río de Janeiro, que coordina Walter Kohen.

¿En qué consiste una escuela con niños y niñas sin diagnósticos?

(Urquiza) No existe una formación específica ni un manual de cómo comportarse dentro de la escuela: somos maestros de educación especial. Si, por ejemplo, llega alguien nuevo a la escuela, lo que buscamos es que se deje llevar por la experiencia, por ver cómo funcionan las clases, cómo son las prácticas del equipo de trabajo. Algunos docentes entran, ven esta modalidad y, directamente, se van. Otros, en cambio, se enamoran de la experiencia y cuando los convocan de otras escuelas eligen quedarse acá. —(Redondo) Esta escuela tiene unos efectos educativos inéditos. Es decir, en vez de patologizar a la infancia, la ubica en una posición de igualdad. Se desplazan las miradas.

En esta escuela se habla de los niños y las niñas, los adolescentes y los jóvenes en pie de igualdad. De hecho, en un simposio de Filosofía e Infancia al que fueron invitados hace unos años no solo viajaron cinco o seis adolescentes y cinco o seis maestros: entre los elegidos para narrar la experiencia estaba también la cocinera. En esta escuela todos ocupan una posición educadora, todos amarran y filian a estas infancias populares, desde quien cocina o amasa el pan hasta quien prepara un taller de arte.

¿Cómo se forma el resto del personal que concurre a la escuela: auxiliares, porteros, cocineros, que se relacionan con los niños?

(Urquiza) Tenemos, en todo caso, algunos supuestos que son irrenunciables, pero que tienen una relación directa con la práctica, con unas ganas de contagiar o compartir. Existe una ‘bajada de línea’ pero es colectiva. Aunque me propusiera, como director, dejarlo anotado en un cuaderno, no necesariamente eso después será tomado al pie de la letra. Digamos que la coordinación general de la escuela intenta tener sus funciones repartidas, ser compartida y horizontal, es un producto de largas discusiones, aunque conozca bien cuáles son mis funciones como director. Hay algo en la trama vincular donde la escuela se asienta y que no es mágico o tiene una receta: hubo muchas discusiones entre nosotros, por años, de pensar la escuela como un espacio público.

(Redondo) La escuela creó su propia panadería en 2003 o 2004, en plena crisis, porque era necesario para el barrio: el que abre la escuela bien temprano es, hoy, el mismo panadero y se puede ver cómo los vecinos llegan solo para comprar el pan recién horneado. La cocina además está al lado del comedor: los chicos acceden todo el tiempo. No es un lugar que está vedado, es un espacio por donde circula la escuela. Yo creo que hay un proceso de formación propio que se da en el trabajo de la escuela y en tomar los saberes populares: es un pensar, todo el tiempo, colectivo, sin distinciones jerárquicas. No conozco otra escuela igual.

La Educación Normal / La Educación Especial

El Sistema de Educación Especial, en la provincia de Buenos Aires, tiene determinadas características: los centros son diferenciados por las discapacidades de los niños y las niñas: motrices, auditivas, cognitivas, visuales. Funcionan como sede y también una parte de su tarea se organiza en el trabajo compartido con otras instituciones de diferentes niveles, donde los alumnos se integran en los jardines de infantes, las escuelas primarias, secundarias o de adultos. Solo en el partido de La Matanza existen, hoy, 23 escuelas especiales. Los chicos que no logran ser “integrados” en las escuelas comunes recalan en las especiales. La Escuela de Villa Scasso responde a este sistema y fue creada, formalmente, para atender las necesidades de los chicos con alguna discapacidad cognitiva o intelectual: en la carta de creación figura como “retraso mental”. Solo que sus maestros se propusieron desarmar esas formas escolares tradicionales, instituidas por la modalidad de la educación especial y, en cambio, interrumpir y pensar en otros espacios que dialogan con una nueva intencionalidad.

En la escuela, cada grupo de alumnos está a cargo de una pareja pedagógica. Funciona en dos turnos, mañana y tarde, en seis grupos de alumnos. Una parte de los docentes trabaja también en el territorio o junto a otras instituciones en las integraciones de los chicos en las escuelas “comunes”. La labor le permitió a Patricia Redondo interpelar sobre las tensiones entre educación e infancias, exclusión y pobreza, inclusión y discapacidad, en una indagación casi etnográfica, y que rememora, también, los modos de nombrar la escuela en otros tiempos: “La escuela del fondo del fondo”, como un modo de imaginar otros modos posibles en estos barrios “desheredados de derechos” para referirse a los territorios que suelen calificarse comúnmente como “marginales” o “peligrosos”.

Uno de los casos más emblemáticos quizás fue el de un niño, sordo, que era conocido por todo el barrio. La escuela donde estaba matriculado, dedicada a los niños con dificultades auditivas, quedaba a doce kilómetros de su casa. El chico deambulaba por el barrio, sin ir a la escuela –que abandonó finalmente por la distancia— hasta que en la 516 encontró su propio espacio. “Si hay un chico sordo que vive a cuatro cuadras de la escuela y le corresponde ir a una que queda a doce kilómetros, lo alojamos en la nuestra porque estaba sin escolaridad porque no podía viajar tan lejos”, dice Urquiza, quien contó que el joven formó parte, incluso, de una orquesta que, una década después, lo llevó a conocer Corea.

¿Cómo funciona una escuela especial con niños sin diagnósticos en una sociedad que segrega o divide? ¿En qué se manifiesta esa “no” calificación de la discapacidad donde ser nombrado o categorizado solo por la diferencia?

(Urquiza) Nuestra formación es muy específica, en este sentido, porque la discapacidad se relaciona siempre con cuestiones médicas. Lo que buscamos fue desarmar esos diagnósticos y no propiciar una pedagogía especial si no que los chicos con una discapacidad pudieran aprender como cualquier otro niño. Si bien convivimos con situaciones muy complejas, no quisimos ver las limitaciones. Una maestra, por ejemplo, con un niño que no lee, o tiene TGD o TDA, o cualquier de esas siglas, podría desistir de su propósito por solo ver las limitaciones. En cambio, si lo que la mueve es el deseo quizás encuentre cuál es el modo. Si solo veo las limitaciones físicas o neurológicas y pongo ese filtro entonces me pierdo del resto. No nos interesa poner el diagnóstico –tiene tal síndrome o este déficit—por delante. No porque un chico, necesariamente, no sepa leer entonces no podrá disfrutar de la escucha de un poema.

Lo mismo ocurre en el caso de la música ¿no?

(Urquiza) Claro. Tenemos, por ejemplo, una orquesta donde participan alumnos de nuestra escuela, madres y padres de la comunidad o chicos de otras escuelas comunes del barrio. También llegan chicos que no van más a la escuela y que están deambulando por la calle, y en la orquesta encuentran un espacio que les permite expresar algo que quizás en otro sitio no sale. Nos pasó también que chicos que no saben leer, aquí, miran las partituras y tocan sus instrumentos. En un momento, cuando armamos la orquesta, le avisamos al Ministerio para que nos enviaran los instrumentos: al ser una escuela especial solo llegaron elementos de percusión. No sé, simplemente asociaron la discapacidad con lo básico o lo simple. Después, insistimos, les dijimos que queríamos todos los instrumentos, y llegaron oboes, violines, cellos. Es impresionante ver como los chicos los cuidan, nunca tuvieron una rotura, quizás hasta valen más que la casa donde viven.

La disputa por la exclusión y la igualdad

“Una abuela se acercó, durante las celebraciones por los quince años, y dijo que su nieto no hablaba cuando entró a la escuela y que ahora está por egresar del secundario. Eso para un barrio donde todo es muy difícil alcanzar es muy fuerte. Esta escuela propulsa la posibilidad de una pedagogía que interrumpe la lógica de a mayor desigualdad, mayor empobrecimiento –dice Redondo—. Es decir, que disputa la igualdad al mismo tiempo que produce actos de verificación de la igualdad. Esto es, al menos en el campo educativo, lo que planteo: uno puede disputar los sentidos de la igualdad, al denunciar los efectos traumáticos en la vida de los niños (más los niños de la educación especial donde la exclusión es doble o donde el límite entre pobreza y discapacidad se torna complicado porque hacen derivaciones de otras escuelas). El trabajo es uno solo pero el tema es reconocer la igualdad de las mentes, como dice Jacques Rancière”.

La verificación de esas prácticas –y esos saberes– esta investigadora se los topó un martes por la mañana, cuando en la escuela estaban desplegados los juegos de mesa. En una de las esquinas del comedor, dos adolescentes pintaban frente a sus atriles. Una de ellas dibujaba con trazos precisos y bellos. Patricia Redondo se acercó y les preguntó, sigilosa, si era posible tomar una foto. Una de las chicas giró la cabeza, la miró y le sonrió. La otra, en cambio, largó una carcajada estruendosa. Tomó la imagen cuando asintieron y dio vuelta su cámara para mostrarles la foto. Una de ellas le aclaró que la otra no escuchaba: era completamente sorda. Fue el modo que, de manera accidental, la docente reconoció la dificultad de estas alumnas: el resto de los maestros nunca comentó ni señaló los obstáculos de las chicas. Solo hicieron hincapié en sus logros. Esa observación, de repente, no solo le permitió indagar en las reflexiones sobre la construcción de la igualdad y la diferencia, también modificó su posición sobre la discapacidad.

¿Cómo es la relación de las familias con el colegio? ¿Y cómo trabajan en las admisiones de los alumnos que quieren ingresar a esta escuela?

(Urquiza) En las admisiones, logramos dar vuelta este punto. En lugar de mantener entrevistas, que suelen ser acartonadas o incómodas, vamos de visita a la casa de los alumnos que desean inscribirse en la escuela. Es muy interesante porque conocemos dónde viven, con quiénes, aparecen cosas muy diferentes a una entrevista dentro de la escuela. En algunas ocasiones son en barrios muy alejados o en asentamientos muy precarios. Lo hacemos, además, con algunos de los chicos más grandes, los jóvenes o adolescentes, para que les cuenten desde su experiencia de qué trata esta escuela y después, una vez que entran, ya conocen a alguien. En la escuela no agrupamos a los chicos por su discapacidad o por la edad, tratamos que haya un ordenamiento cronológico pero lo trabajamos por los intereses o sus afinidades, buscamos ser un poco más flexibles. En ese caso, hasta los chicos más grandes opinan en qué grupo o con qué docente se encontrarán más a gusto. Se horizontalizan las relaciones al interior de la escuela y los pibes están felices de formar parte de estas admisiones con los maestros.

(Redondo) Se modifican las categorizaciones de la discapacidad: los niños son quienes guían a sus maestros en la llegada a esas viviendas. Sin GPS ni mapas. Le otorgan la confianza a la capacidad de sus estudiantes: es un reto pedagógico importante, donde se piensa la relación educativa y se invierten los roles. Es el niño el que guía a su maestro: se divierten. Está muy presente el humor y el placer, no solo es sacrificio y esfuerzo. Además, las familias son interpeladas por esta escuela. No son alojadas desde la culpa o no se les reclama el pago de la cooperadora. Son recibidas en el sentido más profundo de la hospitalidad. En ese sentido, la experiencia de la igualdad creo que modifica.

¿De qué manera se desarma el estigma que cargan este tipo de escuelas y donde opera una doble exclusión entre los niños que tienen algún discapacidad y además viven en barrios muy vulnerables?

(Urquiza) Esta escuela cargó, desde sus inicios, con ese estigma: en el barrio era llamada “La escuela de los locos”. Ahora la llaman “La escuela de la orquesta” o “La escuela de los colores”. Es decir, a ninguna familia le gusta que su hijo asista a una escuela especial: quizás ya pasaron por la común y los echaron o los derivaron acá. No suele ser un lugar buscado o deseado por los padres y, además, está colmado de fantasías. Nadie habla de la “escuela especial”. Fue entonces que nos propusimos pensar en una escuela que fuera parte de la comunidad, en un espacio donde reparar ese dolor y ese orgullo de que el hijo esté dentro de esta escuela. Si bien existe una segregación (eso es indudable, porque aún permanecen las escuelas comunes y las especiales), por lo menos tratamos que lo que acontece en estas aulas los distienda o los relaje en relación al resto de las peregrinaciones que deben hacer las familias por los médicos, los hospitales, las obras sociales o las terapias para sus hijos. Nos propusimos, al menos, generar un circuito diferente, donde se pueda ver una escuela de la comunidad, del barrio, donde aprender, jugar, escuchar música, donde te llamen por tu nombre o te reciban con una sonrisa, donde las puertas permanezcan abiertas y los vecinos, aún los que no tienen hijos en esta escuela, se acerquen a comprar el pan recién horneado. La escuela como un espacio público, donde pueda ser disfrutado y compartido con otros.

(Redondo) Tengo muchos ejemplos. Hace poco fueron a la Catedral de La Plata y vieron que sobre la entrada había gárgolas. El profesor de Plástica les propuso ver cuáles serían las figuras de protección de la escuela y los chicos dijeron que los caballos (en los barrios populares los caballos sirven para el trabajo, el acarreo de basura, los traslados). Entonces, ahora, cuando entrás a la escuelas ves que hay dos cabezas de caballos hechas por los mismos niños en el Espacio de Pensamientos Indómitos. Esa apropiación cultural, poner en nombre propio, la vida de los chicos, los signos culturales, la identidad del barrio (cargado como peligroso, estigmatizado) y los aprendizajes de otros mundos posibles. Todo eso con algo que se pone en valor, se comparte y, además, se hace público, es un resumen educativo extraordinario.

¿En qué medida en este contexto de corrimiento del Estado de ciertas prácticas (salud, educación, discapacidad) incide en la escuela de las periferias de las grandes ciudades?

(Urquiza) Los docentes, en su mayor parte, vivimos en La Matanza, pero en barrios más alejados. La llegada a la escuela se hace desde unas treinta cuadras, desde la ruta. Es un paisaje que se pone hostil: se ven los carros, el gris, la gente que revuelve la basura, los caballos. Es un paisaje desolador. Si la escuela no estuviera pintada de colores creo que se mimetizaría con todo esto. Estoy convencido que la escuela, justamente, tiene que mostrar otro paisaje, tiene que poder viajar y mostrar otras realidades. Al menos, viajar dentro de la escuela. No erigirse como un espacio aislado pero si ofrecer otro modo de mirar el mundo, que deje un margen para bancar otras cuestiones porque los docentes, los chicos y las familias la están pasando mal. En ese sentido, creo que los adultos también tienen que ser cuidados, porque ellos después serán quienes cuiden a sus hijos y si no se arma un círculo muy hostil. La escuela, en cambio, puede ser diferente: estéticamente bella, donde circular palabras, música, libros, que pueda ser parte de la experiencia del barrio.

(Redondo) Es una escuela que se sale de los recursos formales, se reinventa con lo que se tiene. Eso no significa que haga una apología de la falta de recursos: porque la biblioteca, que es uno de los pilares, todos los años recibió materiales del Plan Nacional de Lectura. La biblioteca es un espacio que se reinventa todo el tiempo, pero en relación con los libros pudo contar con la previsión de los años pasados por parte del Estado. En la celebración de los quince años, en diciembre pasado, por ejemplo, había un espacio de construcción de historias, donde se proyectaban imágenes de cuadros y, en un marco, las familias iban pasando y sacándose fotos, el equipo de docentes iba construyendo las narraciones junto a ellos. El fondo de la escuela, al principio, era un basural. Ahora se transformó, con los años, en un espacio verde y bello (el verde escasea en los barrios populares), donde los docentes crearon un espacio de pensamientos indómitos con poemas y palabras para armar en el aire. O un picnic para las familias bajo las estrellas. También se propuso otro espacio: un bosque de papel, donde uno podía ir colocando sus deseos y donde un padre escribió: “Hoy descubrí que el futuro existe”.

Patricia Redondo: “En esta escuela pasaba algo diferente y que yo buscaba desde hace mucho tiempo”

En el trabajo de campo, para la tesis de doctorado, Patricia Redondo realizó más de treinta entrevistas en profundidad y compartió las tareas de la escuela, como una observadora, silenciosa, por casi un año. A veces durante tres o cuatro jornadas por semana. En ocasiones, se subió también en los recorridos escolares para llegar a la escuela, desde el itinerario de la combi o una caminata a pie. También realizó las actividades de integración: un viaje a la República del Uruguay, donde un grupo de quince docentes narró la experiencia en primera persona y otro con los alumnos del grupo El Altillo, en 2016, hacia el Tríptico de la Infancia –La Isla de los Inventos, El Jardín de los Niños, La Granja de la Infancia—, en Rosario, Santa Fe, donde fueron recibidos por la ministra de Cultura de la provincia, María de los Ángeles “Chiqui” González.

Su libro La escuela con los pies en el aire. Hacer escuela, entre la desigualdad y la emancipación, editado por el Núcleo de Estudos de Filosofias e Infâncias da Universidade do Estado do Rio de Janeiro (NEFI/UERJ), reúne esta experiencia y lo presentó, como no podía ser de otra manera, en diciembre, para el quince aniversario de la Escuela de Villa Scasso. “La pregunta por la mirada ocupa un lugar primordial en la investigación: la mirada de los maestros y maestras sobre la discapacidad y la educación especial, sobre los alumnos y alumnas con los cuales trabajan, la escuela, las familias y el barrio. Sobre todo, en relación con la tensión entre la igualdad y la desigualdad”, se cuestiona Patricia Redondo.

En el prólogo de este trabajo, Myriam Southwell refiere: “Este modo de hacer escuela que Patricia Redondo nos hace vivir es una muestra potente de una escuela que trabaja –para desarmar- algunas de las expresiones más acuciantes y limitativas de la época que vivimos: el miedo, el desamparo y la soledad de niños, niñas, jóvenes y sus familias. El miedo a no saber, a no poder, a que nos miren y nos muestren nuestras limitaciones, a quedar en el camino; el miedo ha sido un rasgo de enorme presencia en la escuela desde su origen mismo. El miedo de los y las alumnos y alumnas, pero también las y los profesores tienen miedo de no ser buenos profesores, de no poder, de no “dar la talla”, de que no sirva lo que hacen. Y eso lo logra recorriendo un camino que no tiene fórmulas mágicas enlatadas, ni prescripciones que pongan la reflexión fuera de la escuela, ni a través de liderazgos individuales. La opción que pone en funcionamiento es la de desplegar proyectos colectivos”.

¿Cómo comenzó el trabajo con la escuela de Villa Scasso? ¿por qué esa escuela y no otra?

Mi trabajo como maestra rural, durante la dictadura, en Quilmes y Berazategui, me obligó a migrar y recalé en La Matanza. Fue allí donde trabajé como directora en los monoblocks de La Tablada, donde habitan miles de personas, centenares de familias, con un trabajo comunitario muy fuerte. La pregunta que nos atravesaba siempre fue: ¿Qué es lo que puede una escuela, en situaciones complejas o adversas, en territorios marcados por la desigualdad? Esa investigación me llevó a trabajar en estas villas donde el Estado desaparece como tal, claro, a excepción de las fuerzas policiales. En el recorrido por otras experiencias, en América latina y en Argentina, siempre tuve un contacto con escuelas y maestros de La Matanza. En el caso de esta escuela fue su director, en algún momento, quien me pidió si podía acompañar alguna reunión del colectivo de docentes y fue, de ese modo, como conocí la experiencia a partir de recorridos de formación, de experiencias de conversación, y que está escuela siempre tuvo a lo largo de su historia. Es decir, la elección de la escuela fue a partir de haber construido un vinculo a través de los años: yo tenía indicios que en esta escuela pasaba algo diferente y que yo buscaba desde hace mucho tiempo: algo que era del orden de la igualdad. No sabía bien exactamente qué, pero era algo que recogía desde el discurso, entendiéndolo también como una práctica.

¿Por qué en La Matanza, uno de los distritos más densamente poblados y excluidos –históricamente– de la Argentina?

Se trata de un partido muy popular en la provincia de Buenos Aires, donde existen asentamientos en su segundo y tercer cordón, y una población que equipara la de cualquier gran ciudad de la Argentina. Se trata, también, un municipio cargado de historias, memorias, donde los propios docentes han sido –son, históricamente— muy combativos, donde hay toda una disputa de los movimientos sociales y un trabajo sobre el territorio, donde se ocuparon rutas, asambleas, calles. En el mismo instituto, en el corazón de San Justo, estudiaron Mary Sánchez (primera Secretaria General del Sindicato de Trabajadores de la Educación de la provincia de Buenos Aires, SUTEBA) y Juan Carlos Tedesco (ex ministro de Educación de la Nación), por lo cual esa elección del municipio, de la escuela, del objeto de investigación, está connotada por una elección que tiene ciertas características en relación a por qué el Cordón 2 de La Matanza, por qué el fondo del fondo en la localización de la escuela. En la jerga de los docentes, hay escuelas del Conurbano que se denominan escuelas del fondo, pero además hay algunas escuelas que se encuentran en el fondo del fondo porque son difícil acceso. Aquí, en La Matanza, es esta escuela pasando la Ruta 3, en el kilómetro 29, en el límite con Cañuelas, donde tenés de la ruta hacia adentro, varios kilómetros para llegar a la institución. Por eso le decimos el fondo del fondo, porque ahora tienen asfalto pero siempre tuvieron calles de barro y cuarenta cuadras eran o para hacerlas caminando o en transportes que a veces entran y otras no. Hoy, la realidad es que tampoco llega el transporte público y los trabajadores deben hacerlo a pie. Son espacios segregados, en cruces, donde confluyen localidades muy populares: González Catán, Laferrere y Rafael Castillo.

¿De qué modo te parece que se avanzó, en este sentido, en la inclusión en los jardines y primarias de la provincia de Buenos Aires? En el libro mencionás, de modo muy interesante, en cómo se piensa la discapacidad, la igualdad y la desigualdad en una escuela especial del Conurbano más pobre y postergado de Buenos Aires. Me imagino que la universalización de la escolaridad, en la Argentina, debe jugar un rol importante en este contexto.

Sí, lo interesante también es que, por la universalización de la escolaridad, en la Argentina, hay escuelas donde no hay ni una sala de primeros auxilios, ni comisarias ni comedores escolares, pero hay escuelas. Está en un barrio históricamente postergado. Los niños salen caminando de la escuela y, a las pocas cuadras, hay residuos en cantidad. Las familias construyen estrategias para esto pero es cierto que el hábitat de los chicos está afectado por las condiciones de vida de la infancia y que inciden, de manera directa, en el derecho a la educación. Sin embargo, es muy importante señalar que los maestros llegan a dar clases todos los días, porque en la provincia de Buenos Aires nunca se ha reconocido lo suficiente a los docentes de las escuelas rurales. Entre 2003 y 2015 se mejoraron los accesos y las estructuras, se crearon hospitales más próximos, se creó la Ley de Asignación Universal por Hijo (AUH) y las cooperativas tuvieron una impronta muy fuerte. Eso se vio como incidencia en la vida cotidiana de los chicos y se ve cómo, ahora, está otra vez devastado.

Fuente: http://eldiariodelaeducacion.com/blog/2019/01/14/la-escuela-de-los-colores/

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