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Colombia: Sin equidad educativa para la paz

Colombia/15 de mayo de 2017/Las 2 Orillas

“Un sistema educativo pertinente, equitativo e incluyente es un referente sustancial para hablar de paz efectiva y duradera como se estipula en los acuerdos”.

Uno de los grandes retos del país es promover una educación incluyente que disminuya los índices de deserción y garantice condiciones equitativas para el éxito social de la mayoría de la población. En la última década, Colombia ocupa el primer lugar entre los países  de Sudamérica con menor gasto público educativo, con tan solo un 3,3% según su PIB.

En América Latina, Colombia supera solo a República Dominicana (2,3%), Panamá y Guatemala (ambos con 3,2%), países donde según la Organización para la Cooperación y el Desarrollo Económico (OCDE) la educación es de muy baja equidad y calidad. Hablar de equidad educativa atribuye al Estado reconocer de manera imparcial el derecho que cada colombiano tiene a recibir lo mejor de la calidad en términos de “justicia educativa”. La anterior palabra se entiende como la posibilidad integral de estudiar en condiciones tales que se pueda potenciar los talentos, capacidades e inteligencias independientemente de procedencias sociales, condiciones culturales o  individuales.

 A Colombia en el campo internacional le exigen cumplir varias agendas enmarcadas en la lógica de cierre de brechas educacionales. Así, por ejemplo la Organización de Estados Iberoamericanos (OEI) en el documento “metas educativas 2021” establece como primer propósito fortalecer las políticas públicas de la primera infancia (menores de 6 años). Para cuya agenda Colombia, hoy a 4 años de finalización de las metas propuestas, presenta para esta población baja tasa de escolarización, desnutrición y pobreza. Situación alarmante para un país que proyecta ser el más educado en el 2025, porque hay 1,5 millones de niños-infantes sin recibir atención integral.

De igual modo, otra preocupación por el mejoramiento de la calidad escolar está en el desarrollo profesional de los docentes. En la actualidad es incuestionable la importancia  imprescindible de los maestros como parte fundamental de la calidad del sistema educativo, dicha calidad deviene en gran parte de las transformaciones significativas de las prácticas pedagógicas, por lo que suspender los programas como maestros de excelencia que se impulsan en este sentido, va en contravía del mejoramiento integral del sistema escolar del país.

Socialmente es inocultable reconocer que la educación es el modo más efectivo para promover  democracia, equidad y la anhelada paz. Invertir en la formación de los maestros es un mandato clave para mejorar la calidad. Por ello, cuando el presidente Santos en 2015, lanzó el plan de  incentivos a la calidad en el marco del mejoramiento de los resultados del Índice Sintético de la Calidad Educativa –ISCE y el Mejoramiento Mínimo Anual-MMA  se provocó en la sociedad y el magisterio altísimas expectativas que con el pasar de los meses se han hecho imposibles de cumplir, lo que provoca un efecto negativo y contrario que desmotiva o deslegitima el sistema educativo en aspectos como la formación y/o actualización  docente en  educación.

Si revisamos los mandatos de la Organización de Naciones Unidas (ONU), en los Objetivos de Desarrollo del Milenio, se dispone disminuir la pobreza, utilizando para tal fin la educación como elemento constitutivo e instrumental del desarrollo y la equidad. Lo anterior, se sustenta bajo el paradigma del desarrollo humano y social cuyo eje central de acción se ubica en el cumplimiento de  garantías a los derechos mínimos para la población más vulnerable. Colombia sin duda le apostó a movilizar competencias educativas y presionar la efectiva aplicación de los derechos básicos de aprendizaje-DBA como forma para avanzar educativamente en dichos estándares mundiales. Vale decir, que aunque son precarios los resultados se ha mejorado un poco en las pruebas PISA, que evalúan la calidad, equidad y eficiencia de los sistema educativos en el mundo.

En la última edición de las pruebas PISA 2015 entre 72 países, Colombia ocupó el puesto 57 gracias a que aumentó 28 puntos en ciencias, 40 en lectura y 20 en matemática.  Aún así, se está  muy lejos (38,2%) de alcanzar el promedio internacional (13%) de los países participantes de la OCDE. Desde esta óptica con la cual se mide la educación, somos un país pobre, que requiere con urgencia aumentar su inversión educativa a través de renovar  el capital cultural (riqueza de saberes y conocimientos que generan una plataforma para disfrutar de otras riquezas personales y sociales) para mejorar considerablemente el sistema educativo.

Todo lo mencionado se ratifica en los desafíos del foro mundial sobre educación 2015, celebrado en Incheon, República de Corea, donde la meta es a 2030 fortalecer una educación  de calidad, equitativa e inclusiva con  modelos de aprendizajes equitativos en particular para las niñas y mujeres. Foro que propende en equiparar condiciones para todos y todas, en especial para los más pobres, porque la equidad según sus relatores “entraña un trato especial y medidas orientadas a contrarrestar las desventajas históricas y sociales que impiden que los estudiantes accedan a la educación y se beneficien de ella de manera igualitaria”  todo indica que son momentos para que el MEN amplíe la cobertura, la investigación y la inversión en educación, de manera que asegure cerrar las brechas educativas para consolidar la paz, basada en una educación incluyente al alcance de todos.

Un sistema educativo pertinente, equitativo e incluyente es un referente sustancial para  hablar de paz efectiva y duradera como se estipula en los acuerdos entre el gobierno nacional y la guerrilla de las FARC-EP. No es bueno mentirnos, proyectando planes sectoriales como indicativos que no comprometen pensar la educación como un bien común para la paz y el bienestar social. No hay nada más justo que recibir una oportunidad de progreso social a través de una educación con calidad, que disponga enseñanza, infraestructuras, ambientes y aprendizaje de calidad. Evitando con ello, el viejo sofisma de que a más enseñanza, más aprendizaje como implícitamente se esboza en la jornada única escolar. La expresión final del foro deja bien definido que “el aprendizaje de calidad no es solo esencial para satisfacer las necesidades básicas de la población, sino que también resulta indispensable para fomentar las condiciones que hacen posible la paz”. Entonces, si el referente para medir la paz es la calidad se tiene que intervenir mucho más en la  integralidad de la educación.

Señora Ministra Giha, claramente los estudios evidencian la importancia de trabajar unificadamente con los demás ministerios las múltiples variables de los contextos culturales, administrativos, pedagógicos, de innovación, o de modernización tecnológica que necesitan ser articuladores de un sistema educativo que hoy esta fraccionado por múltiples intereses, muchos ajenos a la educación, pero que afectan directamente a la mayoría de la población pobre de Colombia. No olvidemos que parte del éxito escolar se construye en la medida de edificar el derecho a la diversidad, la paz y la equidad educativa como posibilidad concreta de hacer de la calidad escolar un hecho real dentro de un sistema confiable y no un discurso artificial engañoso de una falsa política.

Fuente: https://www.las2orillas.co/colombia-sin-equidad-educativa-la-paz/

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El horrible sistema educativo británico

Por: Cristina Hansen

¿En qué se basa la profesora para discriminarme a mí o a alguno de mis compañeros?

En el proceso de formación continua que se exige a los trabajadores de hoy en día me he apuntado a un curso que ofrecía la universidad británica sobre fundamentos de enseñanza y aprendizaje. El curso se desarrolla de una manera práctica y amena que permite reflexionar sobre cómo uno enseña o los alumnos aprenden. Todo ha sido muy bonito hasta que nos han mandado planificar una clase y nos han dado como ejemplo de planificación el de la clase en la que estábamos. En el ejemplo se estipula que no se pretende que todos los alumnos aprendan las mismas cosas:

Traducción libre del extracto del ejemplo:

Objetivos de aprendizaje:
Al final de la sesión TODOS los alumnos serán capaces de:
1. Evaluar las necesidades de los alumnos
2. …
3. …
4. …
5. …
6. Justificar razones para aplicar conceptos de motivación
Al final de la sesión ALGUNOS alumnos serán capaces de:
1. Identificar las necesidades de los alumnos
2. …
3. …
4. Justificar qué motiva a sus propios alumnos

De este extracto sólo son importantes dos elementos: en la parte superior se enumera lo que se pretende que TODOS los alumnos aprendan, mientras que en la parte inferior se enumera lo que sólo ALGUNOS alumnos aprenderán. El ejemplo me ha dejado desasosegada. ¿Qué se supone que debo de aprender yo? ¿En qué grupo de alumnos me ha clasificado la profesora? ¿Por qué me discrimina la profesora antes de que yo tenga la oportunidad de aprender? ¿En qué grupo se espera que me autoclasifique? ¿Tengo que autodiscriminarme y pensar que yo no puedo aprender y por lo tanto empezar mi aprendizaje con una actitud negativa ante él? Es decir, si se supone que todo el contenido no es para mí ¿por qué tengo que esforzarme en escuchar a la profesora, o hacer un ejercicio, o una práctica dada?
Cuando comencé el curso me sentía igual que los otros alumnos, con ganas de aprender, de escuchar cosas que me fueran útiles, de exprimir todo lo que pudiera de las nuevas cosas que podrían ayudarme en mi trabajo. Con la diferenciación de qué podría yo aprender me siento defraudada. Si hubiera pagado por el curso exigiría la devolución de mi dinero. Es más, la discriminación podría significar que de cara a mi trabajo haya recibido una formación insuficiente. Una formación insuficiente sólo trae consecuencias negativas a la hora de ser eficiente en mi trabajo. Me clasifica además como un profesional de segunda fila. Además, me pregunto si influirá en mi economía. Al ser un profesional de segunda clase no podré ganar tanto como otros compañeros, ni podré acceder a determinados trabajos para los que, en teoría, estoy cualificada.

También me siento rebelde, ¿cómo sabe la profesora si yo no soy capaz de aprender eso? Es decir ¿en qué se basa la profesora para discriminarme a mí o a alguno de mis compañeros? ¿Es el color de mi pelo? ¿Será mi acento que demuestra a las claras que no soy británica? ¿Es por mi formación en un país extranjero? Tengo una sensación de impotencia e injusticia. No es el hecho de que ella lo piense, o de que ella lo expresara verbalmente o con lenguaje corporal sutil. No, lo que me deja impotente y con rebeldía es el hecho de que está por escrito. Como cuando los nazis dejaban por escrito lo que había que hacer con los judíos, como cuando existían leyes raciales escritas en Estados Unidos. Y la rebeldía, la impotencia se concentra en una actitud negativa hacia el aprendizaje que debería adquirir.

Mi apreciación de la profesora también ha disminuido. ¿Será capaz de enseñarme las mismas cosas que a los demás alumnos? ¿Por qué tendría que respetar los argumentos de alguien que a lo mejor ya me ha condenado antes de saber nada de mí? ¿Cómo puedo confiar en que esta profesora me va a ayudar a tener las mismas oportunidades de aprendizaje que el resto de mis compañeros? ¿Cómo puedo confiar en que la profesora me va a exigir los mismos resultados finales que a mis compañeros? La oportunidad de aprendizaje o exigirme los mismos objetivos me hace igual ante mis compañeros. Cosa distinta es si yo consigo aprenderlo todo con la misma rapidez, o con las mismas habilidades, o usando las mismas experiencias que el resto de mis compañeros. Esa es la verdadera diferenciación y no la que ha impuesto de antemano la profesora. La diferenciación existe dentro del grupo de alumnos, todos diferentes en conocimientos, comprensión, habilidad y experiencias, aunque tuvieran los mismos genes. La diferenciación que expresa la profesora en los objetivos de aprendizaje es una diferenciación externa al grupo de alumnos, que predice lo que tiene que pasar antes de que haya oportunidad de que pase. Porque la posibiliadad de que el aprendizaje sea distinto está siempre ahí. El éxito de la enseñanza se basa en conseguir para todos los mismos objetivos de aprendizaje.
Mi satisfacción con el curso disminuye también. ¿Por qué me han aceptado en un curso en el que me van a discriminar? Prefiero ir a otro donde no discriminen. ¿Para qué esforzarme en llegar al curso a tiempo, escuchar a la profesora, hacer los trabajos que mande? Total, ya han dicho de antemano lo que va a pasar. ¿Para qué trabajar? Podría usar mi tiempo en irme a tomarme un trocito de tarta, de chocolate, y me quedaría más satisfecha.

Mi apreciación de la universidad británica disminuye consecuentemente. Esta universidad no se preocupa por su alumnado. Es más corro el extremo peligro de convertirme en un profesional de segunda clase. Cabe la posibilidad de que los eslóganes usados por la universidad británica para atraer alumnos, sean meros eslóganes vacíos de contenido. ¿Para qué pagar 3000 libras de matrícula? ¿Para qué invertir ningún dinero en mi formación en la universidad británica? ¿Dónde está el famoso prestigio de la universidad británica? Posiblemente me beneficiaría más yendo a un curso en una universidad no británica.

Y entonces vuelvo a recordar la diferenciación externa que se impone a los alumnos de la enseñanza obligatoria en el Reino Unido (ver «La profunda crisis del profesorado británico» ). Y pienso que era sólo cuestión de tiempo que la diferenciación/discriminación de los alumnos en la enseñanza obligatoria llegara al ámbito universitario.

Fuente: http://www.periodistadigital.com/ciencia/educacion/2017/05/11/el-horrible-sistema-educativo-britanico.shtml

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Desarrolla acciones Ecuador para prevenir acoso escolar

América del Sur/Ecuador/13 Mayo 2017/Fuente: Prensa Latina

Como parte del combate al acoso escolar que desarrolla hoy Ecuador, el Ministerio de Educación, Visión Mundial y el Fondo de las Naciones Unidas para la Infancia (Unicef) presentaron el primer estudio a escala nacional sobre ese problema.
Bajo el título de ‘Violencia entre pares en el sistema educativo: Una mirada en profundidad al acoso escolar en el Ecuador’, la investigación busca además promover acciones para prevenir ese mal, que afecta al estudiantado.

De acuerdo con la pesquisa, llevada a cabo en 126 centros educativos privados y públicos ubicados en sectores urbanos y rurales, uno de cada cinco estudiantes entre 11 y 18 años afirma haber sido víctima de acoso escolar.

El informe se redactó a partir de las visitas a instalaciones en las regiones Sierra, Costa y Amazonía, donde se aplicaron cinco mil 511 encuestas a alumnos desde el grado octavo de educación general básica hasta tercero de bachillerato.

Según la investigación no existen diferencias significativas sobre el nivel de acoso escolar y violencia entre pares, entre escuelas públicas y privadas, ni entre zonas urbanas y rurales o por edad.

Teniendo en cuenta el género, quedó evidenciado que los varones sufren más de insultos y golpes, mientras entre las hembras predominan los rumores o revelaciones de secretos y el denominado ciberacoso.

A juicio del viceministro de Educación, Miguel Herrera, la pesquisa sirve como punto de partida para incentivar el trabajo por una cultura de paz en las unidades docentes y afianzar la lucha contra el fenómeno, que es más visible en las aulas, seguido de las canchas deportivas y el patio, así como en los exteriores de las escuelas.

Por su parte, Jorge Vallés, representante adjunto de Unicef Ecuador, indicó que la iniciativa se enfoca en buscar soluciones a partir de identificar el problema y sus causas.

Mientras, Fernando Sánchez, de Visión Mundial (organización no gubernamental dedicada a apoyar el fortalecimiento del sistema de protección integral de niños, familias y comunidades), consideró necesario mantener los ejercicios de levantamiento de información, a fin de monitorear los resultados de las acciones aplicadas para erradicar el acoso escolar.

La estrategia aplicada por el gobierno nacional para atacar ese fenómeno incluye la creación de departamentos de Consejería Estudiantil a escala nacional, orientados a prevenir y combatir esas situaciones de riesgo, así como la aplicación del programa ‘Educando en familia’, dirigido a padres y representantes legales.

También se puso en práctica la socialización del texto ‘Protocolos de actuación frente a situaciones de violencia, detectadas o cometidas en el sistema educativo’, que dota de información a la comunidad educativa sobre cómo actuar en casos de violencia entre pares, de tipo sexual, familiar, institucional o ejercida hacia docentes en el sistema educativo.

Fuente: http://prensa-latina.cu/index.php?o=rn&id=84988&SEO=desarrolla-acciones-ecuador-para-prevenir-acoso-escolar
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Colombia-Antioquia: con desafíos en calidad de la educación

www.elcolombiano.com /Martha Arias/12-05-2017

Por debajo de departamentos como Cundinamarca, Nariño, Boyacá, Norte de Santander y Santander se encuentra la calidad de la educación en Antioquia.

Así lo registra la información suministrada por el Gobierno Nacional, con base en el Índice Sintético de la Calidad Educativa (Isce), “una herramienta diseñada para medir el estado de la calidad en primaria, secundaria y media a través de una escala de uno a diez”, aclaró el Ministerio de Educación en un comunicado.

En este indicador se tienen en cuenta cuatro componentes: progreso (mejoras en pruebas Saber); desempeño (cómo está una entidad frente a otras en estos exámenes); eficiencia (promoción de estudiantes) y ambiente escolar (cómo se sienten los alumnos).

Según los resultados oficiales, Cundinamarca sobresale en primaria y secundaria, con un indicador de 5,95 en el primer ítem y 6,06 en el segundo.

Antioquia obtuvo 5,137 en primaria, 5,141 en secundaria y 5,477 en media. Colombia alcanzó 5,65 en primaria, la puntuación de secundaria fue 5,61 y en la media obtuvo 6, 01.

Nota baja

Que Antioquia no esté dentro de los cinco primeros puestos invita a la reflexión, según Luis Fernando Ospina Yepes, presidente de la Asociación de Institutores de Antioquia, Adida.

Indicó que el departamento es inequitativo: existe una diferencia significativa entre la educación que se imparte en las zonas rurales frente a la urbana. Agregó que, además, hay un desequilibrio entre la educación oficial y la privada.

Y aseguró que “algunos directivos de ciertos colegios dan instrucciones a los maestros para que los alumnos no repitan años, con el fin de acceder a los premios que ofrece el ministerio de Educación”.

Sin embargo, en su concepto, las pruebas Saber, que se incluyen en el Isce no entregan información completa sobre calidad de educación. “Es una mirada cuantitativa, que no examina el contexto formativo de los colegiales”, puntualizó.

Alcanzó metas

No obstante estos resultados, Antioquia logró la Meta de Mejoramiento Mínimo Anual (Mma) establecida para 2017 en primaria, secundaria y media, e incluso la superó.

La meta en básica primaria para 2017 es 5,09 y se rebasó con 5,14, por mencionar un caso. Néstor David Restrepo, secretario de Educación departamental, sostuvo que “superamos la meta propuesta, pero eso no nos debe dejar tranquilos, necesitamos seguir rebasando los objetivos, no solamente para alcanzar una media nacional, sino para demostrar que la calidad educativa en Antioquia si es posible”.

Entre las 10 mejores

Con una calificación 8,51 en el Isce, la Institución Educativa Antonio José de Sucre, de Itagüí, se destaca como uno de los 10 mejores colegios públicos del país en secundaria (ocupó el tercer puesto).

Esta institución, ubicada en el barrio La Independencia de ese municipio del sur del Valle de Aburrá, ha mostrado una tendencia creciente en este indicador. En 2015 tuvo un índice de 4,18 y para 2016 la cifra del colegio subió a 5,34.

Luis Fernando Bedoya Zuluaga, su coordinador de convivencia, dice que esto es resultado de un trabajo conjunto, que incluye estrategias como semilleros en jornada contraria (los que estudian por la mañana asisten por la tarde) para colegiales que tienen dificultades en matemáticas y español para mejorar su desempeño académico.

“Buscamos acciones que motiven la inclusión. Acompañamos a estudiantes y a padres”, manifestó Bedoya.

*Fuente: http://www.elcolombiano.com/antioquia/antioquia-con-desafios-en-calidad-de-la-educacion-GF6502888

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El fin de una reforma equivocada

“La política oficial de gratuidad universal se reemplazó por una gratuidad focalizada vía glosa presupuestaria que generó daños colaterales…” 

Por: José Joaquín Brunner

Errores de diagnóstico, concepción político-intelectual y diseño de la reforma de educación superior, junto con su inepta gestión, han conducido a su desmoronamiento. Una muerte anunciada. El propio Gobierno aceptó finalmente que su idea e intenciones originales lo empujaron a un callejón sin salida. Y abandonó, por tanto, su propuesta inicial, aquella de un cambio paradigmático de política y una transformación a fondo de nuestro sistema de enseñanza terciaria.

Ahora se dispone, tardíamente, a ensayar un nuevo y más modesto rumbo. ¿En qué consiste? ¿Y qué deja tras de sí al dar este giro?

Partamos por la última pregunta. Transcurridas tres cuartas partes de su período, la administración Bachelet exhibe un balance negativo en este sector. No hubo una política coherente. El Ministerio de Educación careció de carta de navegación y se dejó zarandear por las presiones y demandas de su entorno.

El eje de la política oficial -la gratuidad universal- fue gradualmente desvaneciéndose por inviable y por los estropicios que causaba. En su reemplazo se instaló una gratuidad focalizada vía glosa presupuestaria, cuya torpe aplicación desencadenó efectos imprevistos y generó daños colaterales.

¿Cuál es el nuevo rumbo anunciado?

En lo básico, una minuta oficial con carácter reservado anuncia que una indicación sustituirá al proyecto inicial, al que da por fracasado, recortándolo en alrededor de un 40% de su articulado. En paralelo, introducirá un nuevo proyecto de ley sobre universidades del Estado.

Esto significa que el Gobierno ha renunciado a legislar para el conjunto de nuestro sistema de provisión mixta, cuya protección, regulación, fomento y mejora es un deber fundamental del Estado. En concreto, deja a un lado al sector institucional de gestión privada que agrupa a la mayoría de las instituciones, la matrícula, las publicaciones académicas y los recursos dedicados a la formación de capacidades humanas altamente calificadas. Sin duda, un serio retroceso.

Así, la suerte del sistema queda entregada a una indicación sustitutiva que seguramente no alcanzará a discutirse (en serio) durante lo que resta de la actual administración. En caso de abordarse, necesitaría ser repensada en su integridad. Pues carece de una visión de futuro; esquiva el tema de la naturaleza, funciones y clasificación de las instituciones; no crea una adecuada gobernanza para un sistema mixto; mantiene controles incompatibles con la autonomía de las organizaciones académicas; deja en el aire aspectos fundamentales del aseguramiento de la calidad y la fiscalización, y no ordena el financiamiento de las instituciones y los estudiantes.

En suma, en vez de corregir y mejorar la propuesta oficial, se le metió tijera, creando nuevas inconsistencias y ensanchando la incertidumbre.

Por lo que toca al proyecto sobre universidades estatales, su propósito carece de sentido. Busca, según la minuta reservada, que las universidades del Estado “se conviertan en un referente de calidad y excelencia del sistema”, como si esto pudiera determinarse por ley. Es una concepción equivocada.

En el campo académico, los prestigios y las reputaciones institucionales dependen de desempeños intelectuales, de la calidad de los enseñantes, del esfuerzo de sus estudiantes, la productividad de los investigadores, el clima cultural de las organizaciones, el eficiente uso de los recursos, la buena gestión y un gobierno eficaz dotado de legitimidad. No fue la ley que convirtió en referentes mundiales a las universidades de Harvard, Oxford o Heidelberg. Tampoco nuestras mejores instituciones universitarias y técnico-profesionales se forjaron de esta manera.

Además, la ley deberá permitir a las universidades estatales contribuir “de forma relevante en el desarrollo social, cultural, artístico, científico, tecnológico y económico del país”, como si este no fuera el mandato común de toda institución de educación superior -estatal o privada- en cumplimiento de su misión pública. Transformar este deber ético en el privilegio de una categoría de organizaciones resulta insensato.

La realidad, como revela la minuta oficial, es que las universidades estatales se distinguen de las demás instituciones públicas de gestión privada, en última instancia, nada más que por su estatuto burocrático-legal de servicio público autónomo, estatuto que el gobierno desea morigerar disminuyendo el control ejercido por la Contraloría General de la República.

En lo demás, el proyecto no introduce cambio significativo alguno. Es bien conservador y anacrónico, sobre todo en comparación con la evolución que desde hace un par de décadas experimentan la definición jurídica, el gobierno, la organización y el desempeño de las universidades del Estado en Europa, Asia y los EE.UU.

Lo único que agrega, además de la retórica de un nuevo trato del Estado con “sus” universidades, es garantizarles, por ley, el acceso a subsidios fiscales adicionales, otorgándoles de esta manera una ventaja independiente de su mérito, desempeño y resultados.

En suma, el gobierno abandona su idea original de una reforma paradigmática. En reemplazo levanta un proyecto de ley general tijereteado que probablemente no llegue a tramitarse. E introduce un proyecto para las universidades estatales que mezcla distinción simbólica con favoritismo fiscal.

Al acercarse el fin del gobierno, cabía esperar de él una iniciativa más innovadora, coherente y alineada con el interés general.

En suma, en vez de corregir y mejorar la propuesta oficial, se le metió tijera, creando nuevas inconsistencias y ensanchando la incertidumbre.

*Fuente: http://www.brunner.cl/?p=15844

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Unesco premia la mejor tesis en ciencias sociales y humanas

11 mayo 2017/Fuente: Rosario3

Hasta el 30 de mayo hay tiempo para postular al Premio UNESCO/Juan Bosch, que premia a la mejor tesis  que suponga un aporte a la mejora de políticas de desarrollo social de la región.

UNESCO anunció que está abierto el plazo para participar del Premio UNESCO/Juan Bosch para la promoción de la investigación en ciencias sociales en América Latina y el Caribe. Este certamen internacional tiene como objetivo promover el trabajo de realizado por jóvenes investigadores de América Latina y el Caribe en el campo de las ciencias sociales y humanas, premiando a la mejor tesis que contribuya significativamente a la investigación y formulación de políticas de desarrollo.

]Según publica Universia, las candidaturas deberán ser presentadas junto con una carta de recomendación escrita en la que deberá figurar: una reseña del historial y las realizaciones del candidato; un resumen de la labor realizada o de los resultados obtenidos gracias a ella, así como las publicaciones y otros documentos conexos particularmente destacados, que se someten a la consideración del jurado; y una presentación de la contribución del candidato a los objetivos del Premio.

El premio consiste en la suma de 10.000 dólares que podrá dividirse equitativamente entre un máximo de tres ganadores. Asimismo, si se cuenta con los medios económicos suficientes, el premio comprenderá también la publicación de la tesis ganadora bajo el patrocinio de UNESCO.

Para postularse, el candidato deberá enviar por correo (originales) y correo electrónico la documentación antes del 30 de mayo de 2017. Es importante destacar que  las candidaturas no pueden ser presentadas de forma particular, sino que deberán hacerlo a través de una institución. Cada país miembro de la UNESCO no podrá presentar más de tres candidaturas.

Fuente: https://www.rosario3.com/noticias/UNESCO-recompensa-a-la-mejor-tesis-en-ciencias-sociales-y-humanas-20170510-0005.html

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Turquía cuenta con 15 mil estudiantes sirios de enseñanza superior

Turquía/11 mayo 2017/Fuente: Prensa Latina

El número de estudiantes sirios en Turquía matriculados en ciclos de estudios superiores pasó en cinco años de 600 a 15 mil, según un informe del Consejo de Educación Superior (YOK) divulgado hoy en esta capital.
Los estudiantes sirios constituyen en la actualidad el principal grupo de alumnos extranjeros en las escuelas del país, seguidos de los procedentes de Azerbaiyán, Turkmenistán e Irán, por ese orden.

Según el presidente de la institución, Hasan Mandal, alrededor de 12 mil 500 sirios realizan sus estudios en centros universitarios, la mayor parte de ellos en facultades de medicina e ingeniería, mientras que cerca de 400 académicos de ese país trabajan en 182 universidades de Turquía.

Según Naciones Unidas casi tres millones de refugiados sirios se encuentran en Turquía, lo que representa cerca del 45 por ciento de todos los desplazados sirios en la región, de ellos 300 mil menores carecen de acceso a la educación primaria.

Fuente noticia: http://prensa-latina.cu/index.php?o=rn&id=84999&SEO=turquia-cuenta-con-15-mil-estudiantes-sirios-de-ensenanza-superior

Fuente imagen:http://otrasvoceseneducacion.org/wp-content/uploads/2017/02/turquia-ninos-sirios-748×410.jpg

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