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Informe destaca progresos del sistema educativo en China

Asia/ China/ 10.12.2019/ Fuente: spanish.xinhuanet.com.

El sistema educativo de China ha visto un mejoramiento continuo, gracias a los esfuerzos gubernamentales para reformar y mantener el equilibrio en el desarrollo en el sector, según un informe del Buró Nacional de Estadísticas (BNE).

A finales de 2018, China contaba con 267.000 jardines infantiles públicos y privados en todo el país, lo que significó un aumento de 4,6 por ciento interanual.

El número de infantes inscritos en el sistema preescolar llegó a 46,56 millones, es decir, un incremento de 6,1 por ciento interanual, de acuerdo al informe.

Mientras tanto, la tasa de graduación de la educación obligatoria de nueve años en China, que incorpora la escuela primaria y la escuela secundaria del primer nivel, alcanzó al 94,2 por ciento en 2018, es decir un aumento de 0,4 puntos porcentuales con respecto a 2017.

El país también ha acelerado la marcha para mejorar la educación secundaria. La tasa bruta de matriculación de China en este nivel alcanzó el 88,8 por ciento en 2018, un aumento de 0,5 puntos porcentuales con respecto al año anterior.

En cuanto a la educación especial, China cuenta con 2.152 escuelas de este tipo y 59.000 profesores en 2018, elevando un 2,1 y un 4,8 por ciento, respectivamente.

Para continuar con la reforma del sistema educativo, las autoridades chinas publicaron en julio una nueva directriz que mejora la calidad de la educación obligatoria.

La directriz tiene como objetivo desarrollar un sistema educativo que fomente a los ciudadanos una base moral, intelectual, física y cultural, además de un espíritu trabajador.

Fuente de la noticia: http://spanish.xinhuanet.com/2019-12/09/c_138617481.htm

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Con las PISA al horno: Evaluación social de las políticas educativas

Alternativa Docente / 09-12-2019

El 2 de diciembre, el ministro Finocchiaro difundió datos de las pruebas PISA del 2018. Según esta evaluación estandarizada, Argentina ocuparía el puesto 63 en Lectura, el 71 en Matemática y el 65 en Ciencias sobre 77 países que aceptan participar, sobre un total de 195 en el mundo (ver Informe PISA 2018). Es decir, solo uno de cada cuatro países acuerda con realizar estas pruebas trianuales, que iniciaron en el 2000. Y de esos, 10 son latinoamericanos. El ranking lo encabeza China en las tres disciplinas.

En nuestro país habrían participado 458 escuelas y 14.546 estudiantes de 15 años que cursaran el 7° año o más, en septiembre de 2018. Según Educación, el país pagó a la OCDE (Organización para la Cooperación y el Desarrollo Económico) $12 millones para que le autoricen hacer esta prueba a nivel nacional. Sin contar lo que debieron pagar cuatro distritos que pidieron ser evaluados aparte: Capital, Buenos Aires, Córdoba y Tucumán.

Según la data de las PISA 2018 (por sus siglas en inglés, Programa para la Evaluación Internacional de Estudiantes), nuestro país habría vuelto a tener un pobre desempeño en el ranking trienal; al caer 9 puntos en matemáticas respecto de 2012 (nota más baja desde 2006); mejorar en lectura, con 5 puntos más que en 2012 y bajar en ciencias, con 2 puntos menos. En evaluaciones anteriores Argentina había ocupado el lugar 57 (entre 65) en Matemática; el 58 en Lectura y el 56 en Ciencias.

¿Por qué el gobierno macrista y los medios interesados lo comparan con el 2012 y no con la de 2015? Porque ese año hubo un escándalo internacional, ya que las PISA 2015 habrían mostrado una mejora. Pero entonces el nuevo gobierno de Macri hizo gestiones para que se cambiaran esos datos, argumentando que en Capital -donde gobierna el PRO hace años-, la mejora era leve y, según la lógica PRO-mercado de Cambiemos y su ministro Bullrich, no era posible que la educación hubiera mejorado en el país en 2015…

Una escandalosa arbitrariedad política e intromisión de la cúpula PRO, basada en la disputa con el saliente gobierno K, que llevó a que la OCDE anulara la prueba 2015. Bochorno mundial. Y otro indicador de que a estas evaluaciones las rige el gran capital y sus datos se “acomodan” según quién pague o gobierne.

 

¡Qué negocio el de las PISA…!

 

Las pruebas PISA son un negocio. Para la OCDE como organismo imperialista que las impulsa y para la empresa Pearson, gigante trasnacional británico de la enseñanza, que las prepara. La obsesión por evaluar expresa un nuevo y suculento nicho de mercado.

Que las PISA son cuestionables lo tiene que reconocer Axel Rivas (integra CIPPEC y es director de la Escuela de Educación de la privada Universidad de San Andrés). Es que el big data PISA tiene toda la relatividad y crítica que este profesor-investigador señala en una nota periodística [1].

Rivas demuestra que las PISA tienen serios problemas de comparación intertemporal para los países de América Latina. Que hubo cambios metodológicos no explicados como corresponde y la edición 2018 agudizó esos problemas. En criollo: PISA no hace las mismas preguntas en todos los países y tampoco tienen el mismo nivel de dificultad.

Escandalete global, regado con millones de dólares. Es que el big data educativo resulta una novedosa fórmula empresaria para desarrollar apps, vender datos de estudiantes y hacer muchísimo dinero.

Al cuestionar su validez, Rivas sostiene: “los problemas de la prueba son tan graves que ya no sabemos realmente qué se puede comparar a lo largo del tiempo. No sabemos cómo cada país prepara a las escuelas de la muestra PISA”.

No es el único crítico. Numerosos sociólogos y especialistas en educación, a nivel internacional y en Argentina, señalan la inutilidad de PISA como programa de evaluación, al carecer de valor para mejorar la educación en las aulas, y la organización y funcionamiento de las escuelas.

En 2014, un total de 83 expertos internacionales, en su mayoría estadounidenses y británicos, presentaron una dura crítica en una carta enviada al director de PISA, el alemán Schleicher. “Los gobiernos, los ministros de educación y los directores de periódicos esperan con ansiedad los resultados de PISA, que son citados como fuente autorizada en muchas declaraciones políticas. Y estos han empezado a tener influencia en las prácticas educativas de muchos países”, se lamentaban. “Los gobiernos reajustan sus sistemas educativos con la esperanza de mejorar en los ranking”, agregan.

Incluso en el año 2011 la compañía Pearson [2] que las elabora, fue multada en Nueva York con U$S 7.5 millones porque un fiscal comprobó que usaba la información de las pruebas para sus propios negocios. Muchas familias se habían quejado, preguntando por qué una empresa privada, con afán de lucro tenía tanta influencia en el sistema educativo público.

Es inaceptable entonces la pretensión de la OCDE, el Banco Mundial, el Fondo Monetario, los gobiernos, Iglesia y empresarios de apelar a PISA para “llevar las políticas educativas en una dirección determinada”. Lejos está Pearson de “ayudar a las personas a progresar en sus vidas a través del aprendizaje” como sostiene en sus objetivos. Al contrario, con las PISA y la contrarreforma educativa que ordenan, la multinacional Pearson sigue avanzando en el control y gestión de la educación en Argentina y el mundo.

Pearson está entre los cuatro mayores grupos editoriales del planeta. Se considera una empresa líder en educación, con más de 24.000 trabajadores en 70 países. En el año 2015 facturó más de U$S 5.655 millones. Y en 2016 facturó U$S 5.918 millones. Pearson tiene el 47% de las acciones de la editorial Penguin Random House; de Longman, del Financial Times y el 50% de The Economist. Es dueña de la National Evaluation Series, la más importante empresa norteamericana que elabora exámenes.

Y aspira a tener el monopolio en pruebas estandarizadas para medir la “eficacia” del sistema educativo. Para eso acelera su penetración en aprendizajes por medios digitales, en servicios educativos y mercados emergentes. Al controlar los mercados de evaluación, elaborar guías de estudio, plataformas digitales y la producción de libros de texto, busca ser quien defina qué se considera una “educación de calidad”, y vela porque sus productos y servicio aseguren lograrla.

 

Caradurismo educativo PRO, al palo

 

Como los resultados no parecen los esperados para el PRO, el hombre del OPUS Dei y ministro de Educación, Alejandro Finocchiaro, se acomoda: “No soy amigo de los números fríos alejados del contexto”, dijo. Y pidió tener en cuenta los “distintos umbrales” de los países y la condición de sus estudiantes. Porque “no es lo mismo un país como Argentina, con el tejido social dañado, débil económicamente, que un país que tiene dos PBI ahorrados”. ¡Chocolate…!

 

No podía ser más caradura Finocchiaro. Ahora dice que no le gustan los números fríos… Aunque paga millones para que lo dejen tomar estas pruebas. Y “advierte” que no sería lo mismo según el nivel socioeconómico de alumnes, escuelas, familias, países. Para Finocchiaro, su secretaria de Evaluación Educativa, Elena Duro y otros en Educación, sería preferible no focalizar en comparar con el resto de los países ya que se trata de sistemas educativos diferentes.

“Nuestro tejido social está muy dañado y no se puede evaluar correctamente alejados del contexto”, concluyen sin sonrojarse al ser los responsables, junto al FMI de haber deteriorado al el tejido social. Es decir, de llevar a la pobreza a más del 50% de pibes y casi al 40% de nuestro pueblo en 4 años.

Todo esto lo venimos señalando hace años desde Alternativa Docente, junto a las conducciones Multicolor. Y lo dijimos cuando a las PISA, que cuestiona la Celeste de CTERA, las tomaba cada vez el gobierno de los Kirchner, sin ningún empacho. El negocio cerró más adelante con Gabriel Sánchez Zinny, quien era el representante de Pearson para la región y socio del ministro Estaban Bullrich en varias empresas off shore.

Sánchez Zinny, propietario de 8 empresas orientadas a educación como las plataformas Kuepa y Edunexo, dedicadas a la enseñanza online; como Formar Foundation INC QFuturo LLC entre otras; y con vínculos societarios con consultoras y lobistas norteamericanas como Dutko Wordlwide o Blue Star Strtegies, fue promovido por Vidal como ministro de Educación bonaerense. Uno de los mayores sistemas educativos de Latinoamérica, abriendo así la puerta al ingreso de estas empresas, de fundaciones y ONG en la educación provincial.

 

Nuestra propuesta: Evaluación Social de las Políticas Educativas

 

La docencia es evaluada cada día y anualmente, de acuerdo a los mecanismos fijados por el Estatuto Docente. Lo mismo el alumnado. Pero los gobiernos insisten en evaluar a estudiantes, y por esa vía a docentes, porque entienden que ahí estaría la base de la crisis educativa. Así lo hicieron Macri y los gobernadores del PJ que aprobaron por unanimidad los operativos Aprender y Enseñar en el Consejo Federal de Educación. Y el instituto nacional de Evaluación.

Años antes lo hicieron con las Pruebas ONE durante el gobierno de los Kirchner, aplicando también las PISA, más allá de su discurso anti neoliberal. El problema no es en sí la evaluación, sino qué evaluamos y a quiénes. Y lo que nunca se evalúa son las políticas educativas y los gobiernos que las diseñan.

En la Ciudad de Buenos Aires, el macrismo avanzó en numerosos ataques a la educación estatal, como imponer un Instituto de Evaluación de la Calidad y Equidad Educativa con estructura externa al sistema, digitada por el Ejecutivo y con injerencia de sectores privados, que tiende a profundizar la fragmentación y la desigualdad. Luego lo harán en el país, con el aval unánime de los gobernadores provinciales del PJ y otros.

En su momento, con Alejandro Bodart como legislador porteño por el MST, junto a dirigentes y educadores de Ademys, presentamos un proyecto de ley para la “Evaluación Social de las Políticas Educativas” que entendemos sienta las bases para una evaluación transformadora.

Proyecto que tiene por objeto “establecer el sistema de evaluación social de las políticas aplicadas por el Ministerio de Educación en la enseñanza estatal” (Art. 1°). Es decir, en cuanto al qué evaluamos y a quiénes, proponemos evaluar las políticas educativas y los gobiernos que las aplican. Porque es allí -y no en alumnos y docentes-, donde está la raíz del déficit de la educación pública.

Para lograr la “calidad e igualdad educativa” (Art. 2º), esa evaluación social incluye que la comunidad educativa evalúe puntos como la infraestructura y mantenimiento escolar; el presupuesto y subsidios estatales al sector privado; comedores y becas; sobre el personal y una evaluación docente acorde el Estatuto; capacitación en servicio; política salarial y condiciones de trabajo.

Evaluar también los proyectos anti-educativos impuestos por el PRO y el PJ; la política curricular, planificación; la matrícula estatal/privada; los índices de promoción, repitencia, sobreedad o la formación docente. Más otras cuestiones como la Educación Sexual Integral, Centros de Estudiantes y Convivencia.

Docentes, estudiantes y familias debemos tener el papel protagónico. Terminar con la mirada “desde arriba” y poner el acento en la opinión de quienes participamos del proceso educativo y no en las concepciones y metas de los organismos internacionales como la OCDE, el Banco Mundial, el BID o el FMI.

 

Nuestro aporte para la transformación educativa

 

Para concretarlo, se propone “constituir una comisión de evaluación en cada institución educativa pública estatal”, integrada por docentes, padres/madres y estudiantes, electos democráticamente (Art. 3º). Esas comisiones deben elaborar dos informes al año (Art. 4º); concretar además comisiones coordinadoras por Distrito y Área (Art. 6º) y que el Ministerio garantice la publicación de los informes y convoque a audiencia pública dos veces al año (Art. 8º).

Esa es nuestra propuesta. La ponemos en debate como aporte a una alternativa propositiva. Todo debate sobre la calidad del sistema educativo estatal y las leyes que pudieran evaluarla, debería promover la evaluación social de las políticas públicas implementadas por Estados y gobiernos y los efectos producidos; pues es a través de ellas que se constituyen las condiciones generales de la enseñanza. Para una verdadera “revolución educativa”, es decisivo el protagonismo de quienes diariamente garantizamos y construimos la educación estatal. Sumate para que podamos hacerlo juntes.

 

Francisco TorresAlternativa Docente

ANCLA, Agrupación Nacional Clasista Antiburocrática

MST en el Frente de Izquierda-Unidad

 

[1] Prueba PISA: con un método criticable, muestra los enormes desafíos pendientes. Buenos Aires. Clarín 03/12/2019 https://www.clarin.com/sociedad/prueba-pisa-metodo-criticable-muestra-enormes-desafios-pendientes_0_chaNbhd9.html

[2] https://www.pearson.com/en.html

 

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Perú: Ministra de Educación designa vicepresidente de la Universidad Nacional de Moquegua

La República 09-12-2019

Teobaldo Caro Meza es el nuevo vicepresidente académico de la Comisión Organizadora de la UNAM. Reemplazará en el cargo a Pedro Rodenas Seytuque.

La titular del Ministerio de Educación (Minedu), Flor Pablo, designó a Eli Teobaldo Caro Meza como nuevo vicepresidente académico de la Comisión Organizadora de la Universidad Nacional de Moquegua (UNAM).

Reemplazará en el cargo a Pedro José Rodenas Seytuque; este último dijo que se va satisfecho, sabiendo que contribuyó con la casa de estudios.

En la misma resolución, ordena a la Comisión Organizadora, que preside Washington Zeballos, que remita al Minedu el plan de trabajo para el otro año.

Esto debe hacerse dentro en un plazo máximo de 30 días. También pide que se alcance un informe sobre el estado situacional.

 

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Por qué es importante hablar del medioambiente en el aula

educación 3.0 / 09-12-2019

¿Por qué no aprovechar la Conferencia de las Naciones Unidas sobre el Cambio Climático (COP25) para abordar este tema en las aulas? Los expertos insisten en la necesidad de incorporar la educación medioambiental en todas las etapas educativas y de manera transversal.
El estudio ‘Entendiendo a la Generación Alfa’, elaborado por la agencia de comunicación Hotwire, ha revelado que el 95% de los nacidos a partir del 2010 están concienciados con el medioambiente, frente al 57% de los millennials y el 37% de los baby boomers. Esta encuesta demuestra el creciente interés de los más jóvenes en los temas relacionados con la ecología, la diversidad o las causas sociales.

De hecho, y siguiendo con el término ‘justicia intergeneracional’, los jóvenes de hoy serán quienes hereden el mundo de mañana, y deberían participar en las decisiones que se toman para luchar contra la crisis climática. De ahí que sea tan importante que estas generaciones reciban una educación medioambiental acorde con la situación actual del planeta.

Los estudiantes, unidos

Conscientes de ello, se han unido en movimientos como ‘Fridays for Future’, encabezados por la popular adolescente Greta Thunberg, que se preguntan: “¿por qué estudiar para un futuro que quizás no llegue?”. Por eso, estos jóvenes activistas se ponen en huelga y faltan a clase, exigiendo a los políticos de todo el mundo que pongan medidas para hacer frente a los problemas medioambientales con el objetivo de que el planeta siga existiendo.

No son los únicos: ‘Teachers For Future’, ‘Zero Waste’, o ‘Madres por el clima’ son otros ejemplos de los muchos movimientos sociales que exigen conservar el bienestar y cuidar mejor del planeta.

Pero, ¿qué ocurre en los centros educativos? Finlandia y Suecia son dos países de referencia en cuanto a educación medioambiental en las aulas, e Italia se acaba de subir al tren de la lucha contra el cambio climático incorporando una asignatura de educación medioambiental obligatoria de una hora semanal dentro del currículo. ¿Cómo está la situación en España? De momento, centros y docentes se están sumando a la lucha contra el cambio climático con proyectos e iniciativas propias, y de momento no hay planes para tomar medidas de forma global

Medioambiente en el currículo educativo

Para Ally Vispo, uno de los principales referentes del movimiento ‘Zero Waste’ en España, resulta de vital importancia empezar a educar con perspectiva medioambiental desde la infancia. “Cuando educamos desde edades tempranas, estamos creando personas responsables, cívicas, éticas, concienciadas y compasivas, y un mundo lleno de personas así no puede ir mal”, explica. Y añade que tratar la crisis climática y sus soluciones en clase “enseña a los alumnos el valor de la responsabilidad y a entender que tienen el poder de crear un mundo mejor para todos y todas”.

Por otro lado, Miriam Leiróos, docente y coordinadora de ‘Teachers For Future’, un colectivo mundial formado por docentes que busca llevar la ‘ecoalfabetización’ a las escuelas y concienciar a los estudiantes sobre el cuidado de la naturaleza, defiende la necesidad de que la educación medioambiental “toque cada área en todas las etapas, pues en cada acción sumamos o restamos por el medioambiente, por lo que no se puede estudiar educación ambiental de forma aislada”.

La COP25
Para introducir en las aulas temas relacionados con la sostenibilidad, el cambio climático o las necesidades del medioambiente se pueden utilizar todo tipo de recursos, como estos sobre el del agua y su ahorro o estos documentales que pueden ser muy interesantes para que los estudiantes aprendan de otra forma sobre la evolución de la Tierra o el calentamiento global.

También es posible aprovechar la Cumbre del Clima de 2019, que se celebra entre el 2 y el 13 de diciembre en la capital española. El objetivo de la Conferencia de las Naciones Unidas sobre el Cambio Climático (COP25) es que los países presenten sus compromisos y que logren establecer normas para todos los implicados y, así, hacer efectivo el Acuerdo de París, firmado en 2015 para combatir el cambio climático.

Estos son algunos de los temas que se tratarán en la COP25 y que se pueden abordar en el aula de distintos niveles educativos:

  • Huella Ecológica:

La Huella Ecológica es la medida del impacto de las actividades humanas sobre la naturaleza, representada por la superficie necesaria para producir los recursos y absorber los impactos de dicha actividad. Figuras como Greta Thunberg (que viaja a Madrid desde Virginia (EEUU) en catamarán, un medio de transporte no contaminante, para evitar trasladarse en avión) se han convertido en la inspiración y ejemplos a seguir de una generación que aspira con reducir su Huella Ecológica. ¿Saben tus alumnos cuál es la suya? En Internet hay varias herramientas y encuestas gratuitas que pueden rellenar para averiguar qué pueden mejorar en su vida para reducir su propia huella.

  • Calentamiento global:

El calentamiento global es un aumento de la temperatura media de la atmósfera terrestre y de los océanos. Se calcula que el proceso, que es natural, se ha acelerado desde el siglo XIX por culpa de la acción humana; en particular por la emisión de gases de efecto invernadero que se acumulan en la atmósfera. ¿Qué saben los jóvenes sobre este fenómeno? ¿Qué hábitos tienen a diario que puede afectar para bien o para mal la capa de ozono?

  •  Energía:

Expertos en la Cumbre defienden que una de las claves para mejorar el estado de la Tierra es empezar por la descarbonización de la energía y que los gobiernos estatales apuesten por las energías renovables.

  • Consumo responsable:

El capitalismo y el consumo excesivo tiene sus consecuencias negativas en el medioambiente. El consumo responsable, según ACNUR, se puede definir como la elección de productos y servicios que consumimos de acuerdo con criterios de calidad, precio, impacto ambiental, impacto social y ética de las empresas que los producen.

Lo que se compra (cómo y cuándo, también) tiene, sin duda, un impacto en nuestro entorno. Por ejemplo, muchos no se habrán parado a pensar en cómo influye nuestra dieta en el planeta. Algunos ecologistas piden pasarse a una ‘dieta climática’, que consiste en reducir (que no eliminar) el consumo de carne por lo que contamina el sector ganadero. Pero no sólo es la forma de comer. ¿Se han planteado los alumnos cuánto contamina el proceso de fabricación de una prenda de vestir o del móvil que usan todos los días?

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“Un canto x Colombia” reúne a cientos de manifestantes en Bogotá

NOTIMEX / 09-12-2019

Ayer por la mañana inició el concierto móvil en favor del Paro Nacional que fue convocado desde el 21 de noviembre y que ha originado diferentes manifestaciones en el país.

 

El concierto llamado “Un Canto x Colombia” contó con un escenario móvil que se traslada a diferentes puntos de la ciudad de Bogotá, así como tres escenarios fijos en el que los artistas afirman que cantan por una Colombia mejor, informó radio Caracol.

 

Esta jornada reunió a 40 grupos y solistas en los cuatro escenarios, el móvil y los tres fijos. La primera parada fue el Planetario Distrital donde se reunieron diversos artistas a las 8:00 horas (13:00 GMT), su camino siguió al Parque Nacional, el Parque de los Hippies y calle 85, donde terminará el evento a las 14 horas (19:00 GMT).

 

Los tres puntos y el camino del escenario móvil reúnen una gran cantidad de manifestantes y espectadores que se han reunido para apreciar los espectáculos de grupos y solistas como Monsieur PerinéDoctor KrápulaAdriana LucíaAlejandro Riaño, entre otros, notificó el sitio de noticias La FM.

 

Los músicos que se reunieron esta mañana han denunciado en diferentes entrevistas que fueron criticados o amenazados por apoyar el Paro Nacional en Colombia, ya que el movimiento implica una evidente oposición al presidente Iván Duque.

 

Las manifestaciones en Colombia incrementaron después de la muerte de Dylan Cruz, un adolescente de 18 años que protestaba el 23 de noviembre y que fue alcanzado en la cabeza por un balín lanzado por el Escuadrón Móvil Antidisturbios. Después de su autopsia el equipo médico declaró que su muerte fue un homicidio.

 

El gobierno de Duque ha convocado a diálogo con diversos políticos y organizaciones pero las manifestaciones no han cesado en el país.

 

Para la siguiente semana se ha llamado a la sociedad civil a protestar en contra de la reforma tributaria, que beneficiaría a los grandes empresarios y afecta a los pequeños contribuyentes, además se manifestarán en contra de los cambios al sistema de pensiones y el recorte a las nuevas tasas de salarios mínimos a jóvenes.

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Ayuso resta credibilidad a los resultados del informe PISA: «Han dado una imagen que no es real»

publico.es / 09-12-2019

Foto: La presidenta de la Comunidad de Madrid, Isabel Díaz Ayuso y su vicepresidente Ignacio Aguado durante el pleno de la Asamblea de Madrid.(DAVID FERNÁNDEZ | EFE

La presidenta de la Comunidad dice que ha habido «pruebas contaminadas» que han perjudicado a los resultados, muy negativos en la capital.

La presidenta de la Comunidad de Madrid, Isabel Díaz Ayuso, ha avisado de que si el informe PISA, de la Organización para la Cooperación y el Desarrollo Económico (OCDE), se elabora en su próxima edición de la misma forma se plantearán su participación porque con la actual no pueden reconocer cuál es su nivel educativo, ni compararse con otras regiones.

«Nuestra idea es hablar con ellos e intentar encontrar una explicación a todo lo que ha estado sucediendo, a cómo estas pruebas han estado contaminadas y han dado una imagen que no es real sobre la Comunidad», ha sostenido la dirigente regional en una entrevista concedida a Europa Press.

Ayuso ha hecho hincapié en que si no «habrá que pensar también en otros informes o en otro tipo de baremos para que se pueda analizar la situación de la calidad de la Educación en Madrid y no estar presos de unas pruebas».

Madrid perdió 27 puntos en ciencias y 17 en matemáticas respecto a 2015

Los datos relativos al año 2018 recogieron que la autonomía madrileña perdió 27 puntos en ciencias y 17 en matemáticas respecto a 2015. Desde la Comunidad ya se había alertado al organismo internacional y al Ministerio de Educación el 29 de octubre de los problemas detectados al analizar los resultados de su muestra, que consistieron en respuestas anómalas en las preguntas de fluidez lectora, resultados inverosímiles en tres grupos de examinadores e inconsistencias en las bases de datos.

Libertad educativa

Por otra parte, Ayuso ha vuelto a defender la libertad educativa de la que goza la región. «Madrid lo tiene muy claro», ha dicho, para asegurar que para ‘blindarla’ el Gobierno regional está dispuesto incluso a «ir a los tribunales».

La dirigente autonómica madrileña ha declarado que defenderán que las familias en la región «elijan lo que consideren que es mejor» aunque ha remarcado que el «interés principal» de su Gobierno es la educación pública, a la que se destinan «siete de cada diez euros».

Enlace de origen: https://www.publico.es/politica/informe-pisa-madrid-ayuso.html

 

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¿Qué dice y qué no el último informe PISA?

Por: Libremercado 

Desde hace 20 años, España sigue estancada y muy alejada de los países con un mejor rendimiento. En la última edición, eso no ha cambiado.

PISA ha triunfado. No nos referimos a la edición de este año. O a tal o cual parámetro. Sino a la importancia, reconocimiento y relevancia de la prueba que los expertos de la OCDE realizan a los alumnos de los países avanzados desde hace ya veinte años.

Con razón o sin ella, PISA es un referente para juzgar los sistemas escolares de los países ricos. De hecho, la alta o baja calidad de los diferentes modelos se juzga en relación a su nota en la prueba: si estás entre los mejores, tu sistema es bueno; si te quedas por debajo de la media, no cumple los objetivos. Y no es fácil conseguir esa posición: por ejemplo, no hay un PISA de la sanidad, ni de las pensiones, ni de otros servicios públicos (aunque sí hay informes internacionales, ninguno ha adquirido la preponderancia de PISA en su campo).

Hay muchas explicaciones para este éxito. En lo que se refiere a los medios, PISA nos lo pone muy fácil: un listado de países ordenados por notas. Con esa tabla, el tertuliano que todo español (sobre todo los periodistas) lleva dentro es capaz de pontificar sobre las bondades del modelo educativo de cualquier país o comunidad autónoma.

Además, PISA tiene tantos datos, gráficas y comparativas que cualquiera puede encontrar en sus tablas el resultado que reivindique su postura. No hay más que ver cómo, a derecha e izquierda, todo el mundo usa el informe para lanzarlo a la cara del contrario, como la prueba más determinante de que ellos tenían razón. En esto PISA no ha logrado sus objetivos: si la finalidad era llegar a algún consenso, sacar conclusiones aceptadas de forma generalizada o generar un debate más desapasionado… podemos afirmar que ha sido un rotundo fracaso.

La educación siempre ha sido el principal campo de batalla ideológico y tiene lógica que así sea: los dos grandes modelos izquierda-igualdad vs derecha-mérito (y sabemos que este esquema encierra una enorme simplificación que necesitaría un desarrollo muchísimo más largo) encuentran en las aulas su razón de ser. Pensar que PISA podría resolver este enfrentamiento era absurdo. Si acaso, en algunos países (pocos) quizás sirva para una aproximación más tecnocrática al problema o para intentar un consenso de mínimos. No es el caso de España, que lleva tres décadas dándole vueltas a ese Pacto que sirva para 25 años y evite que cada cambio de gobierno traiga consigo una nueva ley educativa. Todos lo dicen y ninguno lo consigue (también es verdad que no parece que nadie lo haya intentado demasiado en serio). Eso sí, cada tres años nos divertimos buscando en las notas de PISA aquella que nos dé la razón.

Dicho esto, sí hay algunas conclusiones interesantes que pueden sacarse analizando los resultados de PISA (aunque los que no estén de acuerdo dirán que quien esto escribe está tan contaminado por sus sesgos como cualquier otro). Aquí van las más relevantes que pueden extraerse de una primera lectura del informe:

1. Dinero y resultados

Los diez primeros países en PISA 2019, en la prueba de lectura, son (no incluimos las ciudades chinas, porque no deja de ser una muestra limitada de un país mucho más grande): Singapur – Estonia – Canadá – Finlandia – Irlanda – Corea del Sur – Polonia – Suecia – Nueva Zelanda – EEUU.

Como vemos, nos encontramos con países muy ricos junto a otros que, en renta per cápita o gasto por alumno, se quedan muy por detrás de la OCDE. Si queremos un titular que lo resuma podríamos decir que el dinero no es lo importante, sino el modelo. Eso sí, es un titular que también necesita matices.

En PISA, como en cualquier otra prueba educativa, la posición socioeconómica de los padres explica parte del resultado de los hijos. De hecho, los autores del informe se esfuerzan por separar este efecto: lo que implica medir no sólo las notas de los alumnos que participan en la prueba sino el porcentaje de esas notas que se puede atribuir a la familia-barrio-colegio al que pertenecen.

Pero al decir que el dinero no importa no estamos hablando tanto del estatus familiar del alumno como del total de gasto (público y privado) en el sistema educativo y su importancia en los resultados generales: en esta cuestión, año tras año, PISA mantiene una constante y es que no hay demasiada relación. Hay que alcanzar un mínimo, eso es cierto, pero todos los países de la OCDE están por encima de esa barrera. Una vez superado ese nivel, lo que marca la diferencia es el diseño del modelo.

De hecho, todos los países analizados son ahora más ricos que en el año 2000, cuando empezaron las pruebas, pero los resultados muestran un preocupante estancamiento en la mayoría de los casos. Desde la OCDE se constata con cierta alarma que, aunque el gasto por alumno se ha incrementado alrededor del 15% de media en los últimos diez años, las notas medias no sólo no suben sino que, si acaso, bajan ligeramente. Es un cambio de tendencia que llama la atención: durante siglos, el crecimiento económico ha ido acompañado de mejoras educativas (era una relación que parecía casi inevitable: si el país era más rico, sus escuelas eran mejores). Ya no lo podemos dar por hecho, al menos en los países más desarrollados.

Esto no quiere decir que cualquier reducción de gasto esté justificada; pero sí que los temas que han ocupado el centro del debate en España en la última década (recortes, alumnos por aula, gasto público sobre el PIB…) quizás no se ocupan de lo más relevante. ¿Que el objetivo general debería ser mejorar los medios a disposición de alumnos-profesores-directores-familias? Por supuesto. ¿Que las principales respuestas estén en el Presupuesto? Ni de broma.

2. Entonces, por qué Estonia

En esta búsqueda de respuestas, Estonia debería ser la próxima estrella de los informes, reportajes periodísticos, artículos y tertulias. Un país con una renta per cápita de nivel medio-bajo (si sólo comparamos con los países de la OCDE, por debajo de la media) y que, sin embargo, supera a todos sus socios de la UE y a casi todos los demás países ricos en la mayoría de las métricas. Finlandia, con cifras un poco a la baja, ya ha pasado de moda (aunque sigue sacando unos resultados que ya quisiéramos otros) y ahora son Estonia y Polonia los referentes.

Eso sí, esto no terminará el debate, ni mucho menos. De hecho, si uno lee en la prensa internacional las explicaciones a estos resultados, se encuentra con todo tipo de argumentos, de los más sensatos a los más extravagantes: los hay que destacan las reformas liberalizadoras en ambos países, otros celebran el conservadurismo del Gobierno polaco (y de su sistema educativo), la libertad de maniobra de los profesores, la equidad de sus sistemas o, ¡incluso!, su pasado soviético. Como vemos, al final cada uno escogerá el detalle que mejor le venga para justificar la conclusión que traía de casa.

Si le preguntan al autor de este artículo qué define a los países que mejor lo hacen en PISA (y no sólo en esta edición), mi respuesta sería que el «rigor»: y no entiendan esta palabra como sinónimo de dureza, castigos o disciplina férrea, sino como una forma de explicar que los sistemas con mejores resultados son aquellos en los que todos los involucrados sienten que su trabajo importa, los demás lo valoran y los resultados (buenos o malos) tienen consecuencias. Es decir, lo importante es que políticos, padres, directivos, profesores y alumnos se tomen en serio lo que hacen, empezando por la selección del personal docente y siguiendo por un diseño de la carrera profesional que les incentive a mejorar cada día y no a acomodarse, que otorgue autonomía para aplicar a pie de pizarra lo que se cree que es mejor en cada contexto; que haga que los estudiantes (y sus familias) le encuentren sentido a todo aquello, puesto que sienten lo que aprende en la escuela y su rendimiento tendrán repercusiones tanto a lo largo de toda su etapa formativa como durante su vida adulta.

Como vemos, son muchos factores: en los países asiáticos la competencia por acceder a las universidades de élite, que dan paso a los mejores empleos, es feroz y eso empuja al alza al conjunto del sistema. En los europeos que mejor lo hacen, se habla mucho de autonomía educativa, educación en competencias y flexibilidad en los programas. Y está claro que en esto no importa sólo la ley educativa de turno. Por ejemplo, un mercado laboral que funciona de forma correcta, filtra a los mejores candidatos o premia a aquellos que llegan mejor formados (ninguna de estas características se aplica en el caso español), puede ser un excelente incentivo para que familias y estudiantes presionen para lograr una educación mejor. Si el único objetivo es titularse, porque el filtro es por nivel educativo y contactos, y no por conocimientos, nadie pedirá una escuela de más calidad, sino una que permita superar etapas con más facilidad.

Pero, como apuntaba, ésta es mi opinión. Si leen lo contrario en otro lugar, pueden dar por hecho que también ese análisis se apoyará en datos de PISA.

3. España 2018: ¿se pueden sacar conclusiones?

Este PISA ha sido uno de los que menos repercusión ha tenido en los medios españoles. Y probablemente se ha debido, al menos en parte, a la polémica sobre la prueba de lectura. En algunas regiones, sobre todo Madrid, los resultados indicaban que algo se había hecho mal.

Las quejas del consejero autonómico madrileño apuntaban en varias direcciones: 1. En los centros que hicieron la prueba dirigidos por tres grupos de examinadores (de los nueve grupos que había en total), los errores se multiplicaron (del 6,8% de media de errores en los grupos sin problemas a superar el 30% en aquellos que se ponen en cuestión); 2. Algunos de los resultados más extraños se produjeron en centros de zonas del oeste de la región, con rentas más altas y con resultados en ediciones anteriores de PISA muy por encima de la media regional; 3. Como no todos los alumnos se examinaron de ciencia y matemáticas, pero sí de lectura, los fallos en esta prueba contaminaban las otras dos (porque los resultados de los que no hicieron algún examen se estimaban, en parte, con la referencia de los de lectura).

A partir de aquí, cada uno sacará las conclusiones que mejor le vengan. De hecho, como Madrid es la región que más se ha diferenciado del resto en algunas de sus políticas educativas (por ejemplo, la libre elección del centro) y la izquierda lleva años buscándole las vueltas, el desplome en los resultados de este año se ha celebrado con alborozo en algunos ambientes. El problema es que mientras no haya un mínimo acuerdo sobre lo que ha podido ocurrir, la discusión puede ser eterna.

En lo que respecta al resto de las autonomías, las diferencias pueden ser muy significativas: entre un alumno gallego y uno andaluz o canario las notas de PISA nos dicen que hay hasta un curso y medio de diferencia de nivel. Es una barbaridad que, en un país y con una única ley educativa, haya este salto. Esto demuestra dos cosas: 1. Que no todo se reduce a Logse, Lomce o cualquier otra norma que pueda aprobarse en los próximos años; 2. Que la descentralización que permite el modelo autonómico puede ser una herramienta para significarse para bien y para mal.

Eso sí, mientras se resuelven las dudas sobre Madrid (aunque no es la única, también en Castilla y León hay problemas), no debemos olvidar que las diferencias entre algunas regiones son consistentes desde que comenzaron a hacerse las pruebas de PISA. En las comunidades del sur de España (Extremadura, Canarias, Andalucía, Castilla La Mancha, Valencia) los resultados son muy malos de forma persistente, con niveles que en algunos casos son más propios de países en vías de desarrollo. Es verdad que también son las regiones con niveles de renta per cápita o desarrollo económico más bajo. Pero incluso así, algo está fallando. Estonia no tiene una renta per cápita superior a la de estas comunidades y a algunas de ellas les saca hasta dos cursos académicos de ventaja.

4. Los problemas de PISA

Lo ocurrido en España en esta edición es un buen recordatorio de los problemas que tienen pruebas como PISA.

En demasiadas ocasiones, tomamos sus resultados como si estuvieran grabados en piedra. Hay países en los que un mal desempeño en uno de estos exámenes ha generado un enorme debate, petición de cambios legislativos o críticas al Gobierno de turno. Y otros que se han convertido en reinas por un día en la comunidad educativa o los medios simplemente porque subían unos cuantos puntos de una edición a la siguiente.

PISA no deja de ser una prueba de laboratorio, con todo lo bueno y malo que eso implica. En general, los expertos indican que es un buen test, bien diseñado para descubrir las fortalezas y debilidades de los sistemas educativos. Pero al final se trata de un examen que se realiza en un día determinado y con unas condiciones-características que podrían ser otras. Y esto siempre tiene sus problemas: desde posibles cambios en los resultados en función de cómo se explique, de quién controle las pruebas o de la capacidad del grupo de trabajo que visita los colegios; hasta elementos anecdóticos y muy complicados de controlar, pero que pueden afectar a una región o país como la fecha elegida para la prueba (imaginemos un día de mucho calor, o que cae justo después de los exámenes trimestrales, o tras un parón por vacaciones…) o la similitud entre los problemas de PISA y los usados en las pruebas nacionales. Desde hace años, por ejemplo, hay quien acusa a los países asiáticos de sacar tan buenas notas porque se preparan para estos exámenes: es decir, obligan a los alumnos que van a acudir a PISA a que se ejerciten en pruebas similares a las que se encontrarán en esta prueba, con lo que mejora su rendimiento, necesitan menos explicaciones, van más rápido y tienen menos temor a no saber qué hacer.

Por eso, PISA debería ser una herramienta más y los resultados de cada edición hay que tomarlos siempre con precaución. Lo importante es la tendencia general a 1-2 décadas vista. Y, por supuesto, tener presente que los cambios en una u otra ley (o en uno u otro partido de Gobierno) se harán sentir a medio plazo. En España, por ejemplo, el problema del sistema educativo no es PISA, sino que las notas de este examen encajan a la perfección con el resto de los síntomas: desde la productividad del trabajador español una vez se incorpora al mercado laboral, a las pruebas de destreza y conocimientos para adultos, pasando por las cifras de I+D, patentes, creación de empresas, conocimientos financieros entre la población, uso de idiomas extranjeros… Si todo lo demás funcionara bien, PISA podría ser una anécdota, quizás un recordatorio de que nuestro sistema (más memorístico y menos centrado en eso que ahora se llaman «habilidades») necesita una pequeña puesta al día. No es así. PISA es sólo una señal más.

Lo mismo podemos decir de las notas en esta edición. Más allá del caso de Madrid, los resultados muestran un estancamiento para el conjunto del país y desde hace 20 años, en la parte media-baja de la tabla de la OCDE. En algunas regiones, las notas son muy-muy bajas, al nivel de países mucho menos avanzados, desde el comienzo de PISA y no se ven apenas señales de mejoría. Por ahí no deberíamos buscar excusas. PISA puede no ser perfecto, pero está claro que el sistema educativo español necesita cambios profundos.

 

Enlace original: https://www.libremercado.com/2019-12-08/que-dice-y-que-no-el-ultimo-informe-pisa-1276649140/

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