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“Habría sido interesante poner a Camila Vallejo de ministra de Educación” Entrevista a Jamil Salmi

América del Sur/Chile/15 Octubre 2016/Autora: María Cecilia González/Fuente: Qué pasa

Jamil Salmi fue uno de los redactores del informe de la OCDE que el movimiento estudiantil usó en 2011 como fundamento para exigir la gratuidad. De visita en Santiago para exponer en un seminario organizado por la Red Universitaria Nacional, Reuna, explica cómo, a su juicio, la reforma no distinguió entre lo bueno y lo malo del sistema de educación superior chileno.

Jamil Salmi nació en Marruecos, pero conoce Chile de cerca. Desde que viajó a Temuco en 1998 para dirigir la primera reunión del Mecesup (Programa de Mejoramiento de la Calidad y la Equidad en la Educación Terciaria) como coordinador de Educación Superior del Banco Mundial, sus viajes nunca se detuvieron.

En los últimos 18 años ha sido asesor de los gobiernos de Bachelet y Piñera, fue nombrado profesor emérito de la Universidad Diego Portales y fue uno de los redactores del informe que en 2008 el gobierno le encargó a la OCDE para evaluar el sistema de educación superior chileno, el mismo documento que tres años más tarde se convertiría en una de las banderas de lucha del movimiento estudiantil para pedir la gratuidad.

Y aunque fue uno de los primeros en sugerir que Chile necesitaba una reforma, no vio venir la fuerza con la que el tema se instalaría en la agenda. “Jamás anticipé un cambio tan fuerte como lo que está sucediendo hoy en día a raíz de las protestas”, comenta por el teléfono desde Fiyi la primera vez que conversó con Qué Pasa.

Salmi es uno de los expertos en educación superior más reconocidos del mundo. Economista con un doctorado de la Universidad de Sussex, a lo largo de su trayectoria en el Banco Mundial y en Tertiary Education, la consultora que dirige desde 2012, ha trabajado con los gobiernos y las universidades de más de 90 países del mundo. Pero el caso chileno, que nunca ha dejado de seguir, no deja de sorprenderlo.

—¿Cuál era su impresión de Chile cuando elaboró el informe de la OCDE en 2008?
—Me parecía que estaba a la vanguardia de la educación superior en América Latina, porque tiene uno de los sistemas más desarrollados. A Chile no le va tan mal como la sociedad lo percibe. La verdad es que lo que he visto en los últimos cinco años me da mucha tristeza, porque es como si estuviéramos deshaciendo todo sin ver lo bueno que tiene el sistema chileno. Por ejemplo, que es un sistema estructuralmente diversificado: es bueno tener universidades privadas y públicas, además de instituciones no universitarias, como los Centros de Formación Técnica (CFT) y los Institutos Profesionales (IP). Y si miras el número de publicaciones científicas en relación al tamaño de la población, Chile tiene mucho mejores resultados que los grandes países, como Brasil, México o Argentina.

«¿Cuál es la mejor universidad hoy en día según los rankings internacionales? La UC. Si el Estado mañana decide dejar de darle recursos, van a terminar de destruir la mejor universidad del país a nombre de la ideología».

—Pero se detectaron problemas. En ese informe usted ya recomendaba una reforma.
—Había muchos instrumentos financieros que no eran coherentes entre ellos mismos, como el Aporte Fiscal Indirecto (AFI), y había que simplificarlos. Tampoco entendía por qué había dos sistemas de crédito educativo, el fondo solidario para el CRUCh y el CAE.

—¿Qué medida habría tomado usted?
—Antes de eso, cuando Pilar Armanet era jefa de la División de Educación Superior y se iba a lanzar el predecesor del CAE, le pregunté por qué, si ya existía un sistema de créditos, no mejor ampliarlo en vez de crear otro sistema para las universidades fuera del CRUCh . Me respondió: “Tú no entiendes este país, no se puede tocar el CRUCh”. Creo que ese fue el drama de Chile: la incapacidad de ver qué cosas históricas, que quizás tuvieron su sentido en alguna época, ya no servían.

—Usted es muy crítico del CRUCh. ¿Por qué?
—No he visto en ningún otro país del mundo que haya un grupo de universidades como el CRUCh, que funcione como un club que recibe todos los subsidios del Estado, mientras que hay muchas otras universidades que no reciben nada. Es como decir que los chilenos que están en las otras universidades no son ciudadanos a tiempo completo, y no califican para los subsidios del Estado de la misma manera. Por eso yo he usado la palabra apartheid: discriminación entre dos grupos de chilenos. La primera vez que sugerí reformar el CRUCh fue en 1998, cuando vine por primera vez a Chile. Me da risa y tristeza, porque hoy, casi 20 años más tarde, la situación sigue igual.

—Las protestas estallaron dos años después de que se publicara el informe, a comienzos de 2009, ¿cree que se pudo haber hecho algo para evitarlas?
—A mi juicio hubo dos errores. Primero, fue muy valioso de parte del gobierno de Bachelet haber pedido una evaluación de la OCDE, pero el informe puso problemas sobre la mesa y no se hizo nada para solucionarlos. El segundo error fue que el nuevo gobierno fue muy arrogante al no dialogar con los estudiantes, lo que provocó que las demandas escalaran, y después perdió el control de la agenda en educación.

—¿Ha tenido experiencia con otros países donde la calle pese tanto?
—Hay pocos países en que los movimientos hayan durado tanto. Al mismo tiempo que en Chile, surgieron protestas en Corea y Canadá, pero duraron tres meses y desaparecieron. Quizás la única situación similar hoy en día es Sudáfrica, donde llevan casi dos años protestando. Pero es difícil hacer reformas de fondo, bien pensadas, si todo se hace bajo la presión de la calle. Habría sido interesante poner a Camila Vallejo de ministra de Educación. Si tú, como gobierno, aceptas esa presión, hay que poner a los dirigentes para que vean lo difícil que es implementarlo.

—Ella no llegó al ministerio, pero sí al Parlamento.
—Tuve un diálogo con algunas personas cercanas a ella. Quería explicarles que cuando tienes un país donde todas las instituciones son públicas, pasar a la gratuidad es muy fácil. Pero en Chile, donde el 70% de los estudiantes estudian en instituciones privadas, es muy complicado.

—Entonces, ¿para usted la gratuidad no era la solución?
—En la medida en que se logra ofrecer gratuidad al 30% o 40% de los deciles más bajos, se soluciona al menos el problema de la barrera financiera. Pero la gratuidad, como se entiende hoy en Chile, no es el único camino.

—¿Cuáles son las otras opciones?
—Más que eliminar el cobro de la matrícula, para mí es más importante el concepto de costo neto, cuánto va a tener que pagar un estudiante de bajos recursos al final de la carrera. Es más realista, porque si no, los hijos de los ricos van a recibir subsidio de los pobres.

—En Chile, una de las razones por las que la reforma ha sido criticada es por mantener el sistema de créditos.
—Una cosa es que el CAE haya sido problemático, pero no por eso todos los créditos son malos. Para mí, uno de los mejores sistemas de financiamiento es el australiano. Ahí ningún estudiante paga, pero automáticamente se constituye un crédito que se llama Income Contingent Loan (crédito vinculado al ingreso). A la hora empezar a trabajar, los egresados tienen que pagar un impuesto que es una proporción muy baja de sus ingresos, y que se condona si estos están por debajo de un mínimo.

—¿Los países donde hay gratuidad son más equitativos?
—Depende. Los países nórdicos, sí, pero porque su sistema de impuestos es muy alto. Pero en otros casos, si no sientes el costo de tus estudios, no tienes incentivos para estudiar, lo que provoca altos niveles de deserción o de repitencia.

—¿Se refiere a los sistemas latinoamericanos?
—Definitivamente, y se agrava en los países donde no hay selección al ingreso, como Argentina. Aunque la matrícula es más alta, la repitencia y la deserción son enormes.

—¿Cree que puede haber lucro en la educación?
—No comparto la idea de ganar dinero con la educación, pero al final lo que importa es la calidad. Si el Estado lo puede hacer todo, está bien, pero la realidad de la mayoría de los países es que no hay suficiente plata. Si hay gente dispuesta a invertir en educación superior, ¿por qué no? Pero tiene que haber algunas cosas presentes: calidad, pertinencia, un sistema de acreditación y una regulación muy rigurosa. El gran problema de Chile es que se quedaron en la ambigüedad, porque había instituciones de educación superior donde todos sabían que había lucro, pero, como no existía la figura del lucro, se les permitió seguir sin los controles adecuados.

Contra la competencia

Salmi fue uno de los expositores principales del seminario “Investigación y educación en red: Colaborar para avanzar”, que organizó la Red UniversitariaNacional, Reuna. Su tesis es sencilla: las universidades deben trabajar en conjunto para crecer y convertirse en universidades de rango mundial, aquellas que tienen los mejores resultados al formar profesionales egresados de alto nivel.

—¿Existen universidades así en América Latina?
—No. Me parece inaceptable que la Universidad de São Paulo, que no es una universidad pobre, no sea mejor. Una paradoja en América Latina es que cuando van al Mundial de Fútbol no van para ser el número 150 o 47, sino para ser campeones, pero en la educación no veo este mismo afán ni por parte de los estados ni de la sociedad.

—¿Qué pasa en Chile?
—Las universidades privadas tiene un buen nivel de gobernanza, y las públicas son mucho más flexibles en comparación al resto de América Latina. El nivel de recursos sigue siendo muy básico. Pero el principal problema es que hay un nivel de internacionalización muy bajo, con muy pocos estudiantes y académicos extranjeros.

—¿Y ve más colaboración o competencia?
—La sociedad chilena está muy dividida, y las universidades son un reflejo de eso. Hay mucha competencia, lo que me parece peligroso porque Chile es un país muy pequeño. La colaboración podría ayudar a crear universidades más fuertes en el ámbito internacional.

—¿Cuál es su definición de universidad pública?
—La definición legal es que pertenece al Estado, es decir, más del 50% de sus ingresos son públicos. Pero para mí esa no es una buena definición. Si fuese así, uno podría cuestionar si la Universidad de Chile es una universidad pública, porque menos del 30% de sus ingresos son del Estado. Lo que hay que preguntarse es si las universidades cumplen con una visión de bien público. Y si ese es el caso, la Universidad Católica también cumple.

—¿Qué entiende por “visión de bien público”?
—Hay varios componentes, pero el más importante es cómo atiende a estudiantes de clases más bajas, si hay esfuerzo para incluirlos.

—En Chile, el debate más álgido desde que se conoció la reforma ha sido para definir esos conceptos, porque de eso va a depender quién recibe más recursos.
—¿Cuál es la mejor universidad hoy en día según los rankings internacionales? La UC. Si el Estado decide dejar de darle recursos, van a destruir la mejor universidad del país a nombre de la ideología. Por eso encuentro muy peligroso que la reforma, por las complicaciones políticas, no haya permitido una reflexión de fondo que reconozca lo bueno en el sistema chileno, versus lo que hay que reformar.

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Estado, educación y los nuevos escenarios en Brasil

Por: Ivonaldo Leite

Los sistemas educativos nacionales han sufrido diversas transformaciones desde su constitución en el siglo XIX. Algunas obedecen a su dinámica interna, pero otras reflejan transformaciones más generales en el patrón de relación entre Estado y la sociedad.

Como se ha dicho Emilio Fanfani, la actual configuración de la relación entre Estado, sociedad y sistema educativo responde a una evolución que reconoce dos etapas fundamentales.

La primera adquiere sus rasgos distintivos luego de la crisis de 1930 y de la segunda guerra mundial y se extiende, en los países capitalistas centrales, hasta el estallido de la crisis del petróleo en 1973, y en los países latinoamericanos hasta la eclosión de la crisis de la deuda externa en 1982. A partir de ese momento se abre una segunda etapa, todavía en curso.

En el contexto de la crisis de 1930, la educación juega un papel central, puesto que era percibida como una inversión clave para la promoción tanto del crecimiento económico como de la justicia social. Las políticas educativas dominantes durante este período procuraron estimular en el sistema educativo prácticas conducentes a la producción de individuos fácilmente adaptables a los procesos políticos y productivos vigentes.

Sin duda el interés estatal en la integración nacional de las poblaciones bajo su autoridad resultó el motor de la expansión de los sistemas educativos en origen. El motor para la expansión de la cobertura y de la equidad del sistema resultó de la necesidad de realización del ideal de integración y promoción social característicos de los Estados de posguerra.

Uno de los aspectos básicos de los Estados de posguerra es su carácter intervencionista. El Estado interventor asumía un rol central en el mantenimiento de este equilibrio, interviniendo en la establecimiento de los precios y en la distribución del ingreso, directamente, a través de la política monetaria y la política de impuestos, e, indirectamente, a través, de la política de salud, la política de asistencia social y la política educativa. Era necesario que el Estado nacional centralizara tanto la recaudación y la distribución de los recursos financieros como el diseño de los currícula, dejando para las jurisdicciones sub-nacionales y los agentes privados solamente la responsabilidad de la provisión directa de los servicios.

Pero la crisis del Estado interventor puso en cuestión no solamente el arreglo socioeconómico que sostuvo el equilibrio de posguerra, sino también los pilares que sostuvieron la expansión de los sistemas educativos. El ideal universalista que inspiró la constitución y expansión de los sistemas educativos ha entrado en declive.

En países como Brasil, después de más de una década de políticas educativas activas del Estado, ahora el gobierno Temer adopta nuevas directrices que regresan a una agenda mínima del Estado en la educación. El discurso del nuevo ministro de educación está marcado por la tesis de la reducción de la inversión y la privatización.

En verdad, las nuevas reformas educativas brasileñas plantean una versión atrasada de la teoría del capital humano. Esto significa que o que impulsa a más gente a estudiar cada vez más años no es tanto o no solamente la expectativa razonable de una mejora en el ingreso en el mercado laboral sino la devaluación de los títulos académicos y las credenciales educativas. El solo hecho que cada vez más gente acceda al mismo título disminuye inmediatamente el valor de ese título, y de las habilidades que ese título simboliza en el mercado de trabajo.  Este es un tema central para el debate sobre la reforma de la educación secundaria brasileña.

El dilema de Brasil es no sólo desde el punto de vista de las reformas educativas, sino también el tipo de enfoque teórico y metodológico que muchos investigadores educativos han adoptado en sus estudios. En general, estos enfoques en nada tiene que ver con la realidad brasileña y de Latinoamérica. Por lo tanto son sólo  modas teóricas que alimentan egos y intereses en el mercado académico.

De todos modos, en fin, hay un serio riesgo de las nuevas políticas resultaren en una marcada segmentación del sistema educativo brasileño, y, consecuentemente, de la estructura de oportunidades educativas y sociales.

Fuente: http://www.rebelion.org/noticia.php?id=217169

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Rector de la UNAM afirma: Sin educación de calidad México no será un país desarrollado ni tendrá paz

América del Norte/México/15 Octubre 2016/ Fuente: Proceso

El rector de la Universidad Nacional Autónoma de México (UNAM), Enrique Graue Wiechers, señaló que si México aspira a ser un país desarrollado y en paz, debe impulsar una educación de calidad, y para ello es necesario un financiamiento sostenido.

Durante su participación en la Reunión Anual de la Asociación de Médicos del Instituto Nacional de Ciencias Médicas y Nutrición “Salvador Zubirán” (INCMNSZ), Graue expuso que en las últimas décadas nuestra nación ha avanzado en educación, dado que se ha incrementado la cobertura en preescolar y secundaria, pero también se requiere hacerlo en la enseñanza media superior y superior.

A nivel superior, insistió, sólo se atiende a una tercera parte de la población en edad de cursar estos estudios, y el rezago es mayor en las zonas marginadas del territorio.

Por ello es necesario aumentar la oferta en el bachillerato en cerca de 100 mil lugares al año, precisó el rector de la UNAM. Esa misma cantidad de lugares se requieren anualmente en la licenciatura para llegar a una cobertura del 40% en el año 2022, añadió.

Y subrayó: “Es difícil que aspiremos a un país desarrollado y en paz, si no tenemos una correcta educación”.

De acuerdo con Graue, el país está por debajo de esa oferta y en los próximos cinco o siete años aumentará el número de jóvenes que demanden estos estudios, y de padres que busquen que sus hijos los cursen, lo que generará importantes problemas y presiones sociales a la educación superior.

Sin embargo, apuntó, este año instituciones educativas como el Instituto Politécnico Nacional (IPN) y la Universidad Autónoma Metropolitana (UAM) han visto reducidos sus recursos en el Proyecto de Presupuesto de Egresos de la Federación (PEF) 2017.

De igual manera, expuso que el escenario de la investigación en México también es complicado, pues el Consejo Nacional de Ciencia y Tecnología (Conacyt) sufrió una disminución de 23.2% en el PEF 2017.

“Hay compromisos que el Consejo no puede dejar de atender, como es preservar y promover el crecimiento del Sistema Nacional de Investigadores (SNI), las becas a estudiantes de programas reconocidos, las cátedras Conacyt, así como la contratación de jóvenes investigadores”, destacó, según un comunicado difundido por la UNAM.

Según Graue, México necesita impulsar la investigación encaminada a resolver los complejos problemas de la sociedad, que sean atendidos de manera multidisciplinaria y que se implemente la innovación y el patentamiento.

Y si se analizan aún más las estadísticas, señaló, menos del 10% de las patentes que se otorgan en el país son para investigadores nacionales, mientras que en países como la India o Brasil, los científicos obtienen el 22% y 18% de las patentes, respectivamente.

Disponible en el link: http://www.proceso.com.mx/458791/sin-educacion-calidad-mexico-sera-pais-desarrollado-ni-tendra-paz-graue

 

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CFK es reconocida por ampliar la educación pública en Argentina

América del Sur/Argentina/15 de octubre 2016/Fuente: Telesur

Durante nuestro gobierno el Ministerio de Educación distribuyó 92 millones de libros en los colegios argentinos», destacó Fernández tra recibir el reconocimiento Honoris Causa.

La expresidenta de Argentina, Cristina Fernández, recibió este miércoles el reconocimiento Doctor Honoris Causa de la Universidad Nacional de Quilmes, por la implementación de políticas públicas en educación durante su mandato (2007 – 2015).

«Esta distinción es un reconocimiento a las políticas públicas, a un proyecto político que hizo de la educación su bandera más importante», destacó la Fernández durante su discurso.

Destacó que la democratización del acceso a las universidades, con instituciones públicas y gratuitas, permitió que creciera la población estudiantil.

Fernández hizo un llamado a las universidades a investigar y discutir sobre los mecanismos discursivos trabajados por el neoliberalismo «que influyen en los ciudadanos que termina enfrentándose a las políticas sociales que le dieron movilidad y ascenso».

La exmandataria también resaltó que Cuba y Argentina son los dos países con más población en las universidades.

Durante la gestión de Fernández, se construyeron 17 universidades públicas y se impartieron becas. «Lo que hay que recuperar lo tendrá que recuperar el pueblo, no hay otra recuperación sino en democracia», aseveró.

Enfatizó que «la única manera de combatir la pobreza es generando trabajo decente con valor agregado».

Fuente: http://www.telesurtv.net/news/CFK-es-reconocida-por-ampliar-la-educacion-publica-en-Argentina-20161012-0046.html

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Sobre las políticas para el fomento de la investigacion científica y tecnológica

Por: Roberto López Sánchez[i]

Las siguientes reflexiones buscan aportar al debate sobre la transformación universitaria en Venezuela. Partimos de nuestra condición de docentes de una universidad autónoma como LUZ. Luego de casi 18 años de revolución, las universidades autónomas venezolanas continúan con los mismos problemas, los mismos vicios y los mismos retos que se planteaban en 1998. Probablemente agravados, por su prolongación en el tiempo y la ausencia de iniciativas transformadoras hacia las mismas. La carencia casi total de voluntades de cambio ha prevalecido no sólo en sus autoridades rectorales y decanales, sino también en la dirigencia bolivariana que desperdició 15 años de mayoría parlamentaria sin debatir ni aprobar una nueva ley de universidades.

Entrarle al problema universitario, en términos históricos, ocurrirá en algún momento de los próximos meses o años. No perdemos esa esperanza y no nos resignamos a presenciar el lento declive de un sistema universitario que muy poco aporta a las necesidades del pueblo y del desarrollo soberano de la patria. Sobre todo, porque vemos con preocupación que en vez de impactar positivamente en las autónomas los nuevos proyectos académicos implementados en las nuevas instituciones como la UBV, lo que observamos es que los vicios tantas veces diagnosticados en nuestras principales universidades comienzan a transferirse por diferentes medios a estas nuevas experiencias académicas.

UNA NUEVA CIENCIA PARA NUEVAS UNIVERSIDADES:

El proceso de transformación de las universidades venezolanas debe considerar, entre otros elementos, la insurgencia de los nuevos paradigmas del conocimiento que han propiciado, en este mundo globalizado en que vivimos, una ruptura epistemológica con la ciencia positivista tradicional.

Hasta el presente, el enfoque predominante en los procesos de producción y difusión del conocimiento científico ha sido el de la diferenciación de dicho conocimiento en una multiplicidad de disciplinas autónomas, que tiene por fundamento la separación entre el trabajo manual y el trabajo intelectual propio de la sociedad capitalista, en la fragmentación y la parcelación del saber y el hacer. De esta forma se han construido una serie de “disciplinas científicas”, cada una de ellas con un objeto de estudio, unos marcos conceptuales, métodos y procedimientos específicos. Se han creado escuelas, cátedras, asignaturas, títulos, exámenes, asociaciones profesionales y parcelas de poder universitario para cada disciplina: médicos, abogados, ingenieros, sociólogos, pedagogos, etc.

El problema de esta parcelación disciplinaria del conocimiento radica en que cada una de estas disciplinas estudia por cuenta propia el mismo objeto de estudio, que es la sociedad en la cual actuamos, pero mantienen una total desconexión e ignorancia entre lo que cada una realiza, lo que constituye un obstáculo para la comprensión real y completa de los fenómenos de los que se ocupan (JurjoTorres).

La ruptura de fronteras entre las disciplinas, a consecuencia de la multiplicidad de áreas científicas, de unos modelos de sociedades más abiertos, y de la mundialización de la información, unido a la complejidad del mundo y de la cultura actual, obliga a considerar modelos de análisis más complejos, buscando desentrañar los problemas con múltiples lentes, tantos como áreas del conocimiento existan.

Se debe elaborar una lógica de la complejidad, que entienda que la sociedad es un tejido de constituyentes heterogéneos inseparablemente asociados: que presenta la paradoja de uno y múltiple (Edgard Morín). La complejidad es una palabra problema, no una palabra solución, ya que es una forma de dialogar con la realidad donde no hay respuestas simples, como en el paradigma cartesiano (Yus Ramos). Las “disciplinascientíficas” de nuestras universidades se han caracterizado por su adscripción al paradigma de la simplicidad.

El reconocimiento de los procesos complejos, desarrollando el paradigma de la interdisciplinariedad, implica una ruptura epistemológica, acompañada de profundos conflictos cognitivos (Carlos Lanz). De manera general, estamos en presencia de un cambio teórico-metodológico en la ciencia, en el proceso de producción de conocimientos. La crisis universitaria en Venezuela no hace más que confirmar los presupuestos de Thomas Kuhn sobre las revoluciones científicas, al afirmar que la crisis es una condición previa y necesaria para el nacimiento de nuevas teorías. Lo que ha entrado en crisis no es ésta o aquella teoría de la ciencia sino la ciencia misma. Lo que no volverá es la pretensión de hacer pasar como ‘universalmente válido’ lo que es en verdad una determinada visión del mundo, una muy parcial manera de ver las cosas. Se trata de apostar por una nueva ciencia (Rigoberto Lanz).

En las universidades venezolanas, la creación de facultades y escuelas significó la construcción de verdaderos feudos (más que feudos, conucos), al territorializar el conocimiento a base de parcelas, en las que es casi imposible entrar y participar.

El colectivo de especialistas ha delimitado de tal modo su parcela que impide el ingreso de todo aquel al que no consideren con las suficientes credenciales, o no defienda los mismos presupuestos teóricos.

De esta forma, las escuelas y facultades se han convertido en un fin en sí mismo, duplicando funciones académicas en la docencia y la investigación, sólo para satisfacer los privilegios de cada señor feudal. Las características de estos feudos y conucos son los particularismos de sus productos académicos, la rigidez de las estructuras mentales, el conservadurismo para enfrentar los cambios, los celos por las críticas y los desarrollos innovadores, el importante peso del trabajo rutinario, y la reproducción al infinito de su práctica burocrática, mediante la cooptación de nuevos profesores que reproducen los mismos vicios.

Hay que cortarle la cerca a los conucos, trascender los feudos disciplinarios y derrocar a los mandarines del saber. Esto implica la modificación de las actuales estructuras de facultades y escuelas, la creación de los programas de formación como nueva estructura y la verdadera departamentalización, transfiriendo a los Departamentos gran parte de las decisiones que hoy controlan los Consejos Universitarios y Consejos de Facultad.

De esta forma se darán pasos reales para transformar la universidad, desmontando la estructura burocrática-clientelar que la está corroyendo, construyendo una institucionalidad acorde a la globalización del conocimiento y al mismo proceso revolucionario que se desarrolla hoy en Venezuela, donde la academia impere sobre los intereses grupales, y se puedan dar las respuestas que las grandes mayorías populares nos reclaman.

UNA CIENCIA COMPROMETIDA CON LOS INTERESES POPULARES Y NACIONALES:

La influencia del positivismo en el desarrollo científico contemporáneo difundió la conocida tesis de la neutralidad de la ciencia, de la “objetividad” del análisis científico, tesis que parte de considerar que la realidad es plenamente externa y objetiva, y que nuestro aparato cognoscitivo es una especie de espejo o cámara fotográfica que la reproduce fielmente. A partir de esta premisa se supone que los científicos pueden emitir una única y “objetiva” opinión sobre cada hecho o fenómeno natural o social que es sometido a su estudio. Surge así la ciencia neutral, la que mira los toros desde la barrera.

Pero las premisas anteriores se estrellan ante una realidad mucho más compleja. Primero que todo el conocimiento científico tiene su propia historicidad, es decir, varía de acuerdo a cada época histórica. Esta variación se debe a nuevos datos y nuevas teorías que puedan surgir; pero también tiene que ver con los valores que predominan en cada sociedad.

Esto último se relaciona con los intereses de clase implícitos dentro de un conjunto social determinado. De acuerdo a los intereses del grupo social que genera el conocimiento en cada época determinada, y a los valores morales de dicho grupo, la ciencia puede presentar multitud de versiones sobre un mismo aspecto analizado. Es decir, la burguesía tiene su propio concepto sobre la ciencia, y los trabajadores y sectores oprimidos por el capital debemos desarrollar igualmente una visión sobre la ciencia acorde a nuestros intereses como clase.

Ni la ciencia ni la tecnología son neutras, como formas de producción y aplicación del conocimiento científico. La ciencia tiene un carácter histórico, responde a cada época determinada y al tipo de sociedad que la desarrolla. También tiene la ciencia un carácter de clase o de grupo social, pues responde a uno u otro de los distintos y contradictorios intereses de clase que están en conflicto en una sociedad determinada. En las ideas de Marx sobre la totalidad concreta está implícita una visión del conocimiento científico más integral que la conocida división en disciplinas que introdujo el positivismo. Sobre este punto, las nuevas tendencias que promueven la interdisciplinariedad, la multidisciplinariedad y la transdisciplinariedad apuntan a cuestionar la manera como hasta ahora se produce el conocimiento científico en nuestras sociedades.

La ciencia positivista también hacía desaparecer al sujeto dentro del proceso del conocimiento. Pero sucede que el análisis del “objeto” que se estudia es predeterminado por el “sujeto” que investiga. Sujeto y objeto no son dos entidades separadas, como piensan los científicos positivistas. El sujeto-investigador forma parte del objeto que se investiga, en la medida en que integra un mismo conjunto social y una misma época histórica. Además, ese objeto estudiado es delineado por el propio investigador. De esta forma, cada investigador aporta su propia versión al fenómeno estudiado, condicionado por el tiempo y el espacio en que actúa, los intereses sociales que defiende, las teorías y métodos que utiliza, y hasta por sus gustos personales.

La visión positivista de la ciencia “pura, objetiva y exacta” fue superada a lo largo del siglo XX por los avances en las ciencias físicas, particularmente por la teoría de la relatividad y la mecánica cuántica. El principio físico de indeterminación, y la teoría del caos, han relativizado la verdad científica a nivel de las ciencias naturales, sin que por ello se ponga en duda su carácter mismo de ciencias. Pese a ello, siguen prevaleciendo en muchas disciplinas una visión positivista ortodoxa sobre la ciencia, que no acepta la relatividad del conocimiento.

Bajo el manto de la neutralidad de la ciencia se ha ocultado una actitud que justifica implícitamente la existencia de relaciones de subordinación entre países y entre seres humanos, que son impuestas por quienes controlan los principales mecanismos de producción de conocimientos y nuevas tecnologías. La idea que se vende es que todo adelanto científico y tecnológico es bueno para la humanidad, y por tanto, debemos incorporarnos a esa vorágine desarrollista que es promovida por los centros del poder mundial globalizado. Pero las crisis ecológicas que se están gestando en diversos lugares del mundo son el alerta más contundente hacia esta interpretación simplista sobre la producción científica.

Reconocer que los conocimientos científicos no son verdades absolutas, es al mismo tiempo una forma de contribuir a democratizar dicha producción de conocimientos. Hasta ahora, la ciencia es sólo obra de “especialistas”. Pero todos los seres humanos somos capaces de producir conocimiento científico, si analizamos y sistematizamos nuestras experiencias cotidianas, y las comparamos con nuestros conocimientos acumulados del estudio o de experiencias anteriores. Esto no quiere decir que producir ciencia sea una tarea fácil. Lo que queremos recalcar es que cada uno de nosotros puede superarse y ampliar progresivamente su capacidad de análisis científico. Cuando tengamos una sociedad que no dependa de los especialistas, tendremos una sociedad mucho más democrática.

Hoy en Venezuela y toda América Latina, la ciencia debe orientarse principalmente a dar respuestas y explicaciones a los procesos de conflicto y cambio que estremecen a nuestras sociedades. Los investigadores deben cumplir la función de clarificar a la sociedad sobre los procesos económicos, políticos y socioculturales que han permitido que nuestra dependencia y subdesarrollo se prolonguen por décadas y siglos, a fin de facilitar su comprensión y profundizar en la determinación de nuevos rumbos al desarrollo nacional y latinoamericano.

La misión del investigador debe ser la de recuperar el compromiso con los intereses fundamentales de la nación y de las grandes mayorías sociales. En cierta forma, proponemos la redefinición del papel de la ciencia y de los intelectuales dentro de la sociedad. En momentos que la globalización pareciera arropar al mundo bajo el manto uniforme de la economía neoliberal, la democracia burguesa y la cultura occidental, una ciencia vista en una perspectiva latinoamericana debe servirnos para construir nuestro propio camino de desarrollo en lo económico, político y social.

La construcción del socialismo del siglo XXI, como rumbo fundamental de la República Bolivariana de Venezuela, implica necesariamente una redefinición teórica y práctica de la forma de construir y transmitir el conocimiento científico. Cuestiones como el modelo de desarrollo endógeno, la ruptura con los centros de poder mundial (con instituciones como el Fondo Monetario Internacional y el Banco Mundial), el enfrentamiento con la principal potencia imperialista, la promoción de nuevas instituciones como la CELAC, el ALBA, el Banco del Sur, las nuevas perspectivas de los procesos de integración y desarrollo económico, la democracia participativa como superadora de la democracia representativa liberal, y el objetivo de cambiar las relaciones capitalistas de producción a favor del cooperativismo y la participación de los trabajadores en el control de las empresas, son aspectos cruciales del plan de desarrollo nacional que deben ser incorporados como ejes transversales de todo el currículo de la educación superior en Venezuela.

Estas cuestiones mencionadas implican un cambio de rumbo absoluto en cuanto a lo que venía siendo el modelo de desarrollo nacional desde el gobierno de Páez en 1830 hasta Caldera en 1998. Es evidente que si este cambio de rumbo como país no se manifiesta en nuestro sistema educativo, difícilmente se podrá transitar por el camino de la construcción del socialismo del siglo XXI.

EL CAMBIO EDUCATIVO PARA LA CONSTRUCCIÓN DEL SOCIALISMO:

La educación tradicional ha estado sometida a la crítica en las décadas recientes, parte de cuyos debates han tenido amplia difusión en el medio universitario. En Venezuela se ha adelantado todo un proceso de cambio educativo a partir de 1999, el cual ha tenido sus expresiones más resaltantes en la creación de las Escuelas Bolivarianas, en el desarrollo de las misiones educativas (Robinson, Rivas, Sucre), y en la creación de la Universidad Bolivariana de Venezuela.

De todas estas experiencias y reflexiones intentaremos resumir los aspectos que apuntan al deber ser de la nueva educación superior venezolana:

  • Superación de la concepción que ve el currículo como un modelo o diseño estandarizado, entendiéndolo ahora como Desarrollo Curricular, el cual promueve la formación general para seguir aprendiendo. “El currículo no es un problema técnico, sino que en el qué y cómo aprender, cuáles contenidos escogemos, cómo los estructuramos y presentamos, qué metodología empleamos, cuál didáctica proponemos, cómo evaluar y acreditar los saberes, todo esto descansa en una determinada concepción del mundo, de la sociedad y del desarrollo, tamizados por diversos intereses: de control y dominio, o de liberación y emancipación. Por eso resulta inaceptable la ‘neutralidad axiológica’ postulada en nombre de la ciencia y la técnica” (Carlos Lanz, 2007).
  • El proceso de formación permanente está vinculado a la investigación y la innovación para desarrollar un patrón tecnológico que responda a los indicadores de la calidad de vida y el desarrollo humano, descartando la perspectiva que valora el crecimiento de los indicadores macroeconómicos como el PIB y el ingreso per cápita.
  • Se propone un currículo bajo una concepción humanista, donde la economía, la ciencia y la tecnología estén al servicio de los seres humanos. Por más productiva que sea la tecnología, si ésta genera desempleo, depreda el ambiente y genera mayor dependencia, debe ser rechazada, revisada, desagregada y adaptada a nuestras necesidades. El lema debe ser “ciencia con conciencia”, “tecnología con pertinencia”.
  • Superar los anacronismos curriculares de nuestras universidades, que hacen que los aprendizajes no tengan pertinencia socio-cultural.
  • Promoción de valores dirigidos al cambio de las relaciones capitalistas de producción. Superar el afán de lucro y la máxima ganancia como móvil social, apuntando a la satisfacción de las necesidades colectivas. Primacía de los valores de uso sobre los valores de cambio.
  • Formación histórico-cultural con conocimiento pleno de nuestras raíces y del acervo histórico como pueblo. Respeto de la diversidad cultural.
  • Educación que promueve una revolución cultural y productiva, basada en el desarrollo endógeno sustentable y la economía popular.
  • Superación de las prácticas pedagógicas tradicionales, memorísticas y repetitivas, desarrollando métodos y estrategias didácticas no estandarizadas y produciendo recursos para el aprendizaje flexibles y contextuales. Incluye una reflexión crítica sobre los sistemas de evaluación aplicados por los docentes.
  • Desarrollo de una práctica docente vinculada con el trabajo productivo, con el entorno social y natural, con el patrimonio cultural de las comunidades, con la problemática general que confronta el país, haciendo énfasis en la pertinencia social de los aprendizajes.
  • En el plano de la investigación, se plantea construir un modo de producción de conocimientos más democrático, participativo e implicante, incorporando diversas opciones epistemológicas y superando el monismo metodológico.
  • Superar la dicotomía investigación básica e investigación aplicada, formulando líneas de investigación que permitan innovar y crear conocimientos y tecnologías propias, así como adaptar y transferir las tecnologías accesibles.
  • Articulación entre el desarrollo científico-técnico y el desarrollo independiente e integral del país, de acuerdo al plan general de la nación.
  • Otorgarle a la investigación el necesario peso curricular, vinculándola a la resolución de problemas nacionales y locales. Otorgar igualmente mayor respaldo financiero a la investigación, y el reconocimiento y fomento del trabajo investigativo entre los profesores.
  • En materia de extensión, superar las concepciones eventistas y simplemente difusoras de las actividades de docencia-investigación. Superar igualmente la concepción de la extensión como un mecanismo para obtener ingresos propios. Construir relaciones sólidas entre la universidad y la comunidad, impulsando propuestas en áreas de interés social (tales como salud, educación, vivienda, servicios públicos) en conjunto con organizaciones sociales diversas (consejos comunales, sindicatos, cooperativas, etc.).
  • Otorgarle a la extensión universitaria un mayor peso académico al que hasta ahora ha tenido curricularmente y en la misma actividad de los docentes.
  • Fortalecer la formación del estudiantado al calor del desarrollo de la ley del servicio comunitario, mediante la creación de valores en cooperativismo, solidaridad, cultura democrática, gestión participativa de los asuntos públicos, superando el individualismo, la competitividad, la intolerancia, la discriminación de género, racial y social.
  • Socialización de la investigación universitaria, vinculándola a los sectores estratégicos de la nación: petróleo, manufactura, agricultura.
  • Desarrollo de la municipalización de la educación universitaria, respaldando la experiencia de las aldeas universitarias y la aplicación de modalidades no convencionales de aprendizaje.

DIAGNÓSTICO:

  1. Existe en Venezuela una cantidad grande de investigadores en las distintas disciplinas científicas, con muy buena preparación y experiencia en el campo de la docencia-investigación. No todos están identificados con la revolución bolivariana, y los errores del proceso en los últimos años ha aumentado la cantidad de opositores en este sector académico. No obstante, muchas de las investigaciones que se ejecutan son de mucha pertinencia para las necesidades prioritarias del Plan de la Patria. Es una contradicción que hay que saber manejar, estableciendo unas condiciones mínimas de respeto hacia estos investigadores que no convalidan ideológicamente la revolución pero aportan a ella a través de su trabajo científico.
  2. También existe un espacio de investigación científica que probablemente no realiza mayores aportes a las prioridades actuales de Venezuela y del Plan de la Patria, pero el mismo puede ser reorientado con una adecuada política de fomento de la investigación hacia las áreas prioritarias de la nación.
  3. Se ha producido un considerable impacto de la crisis económica en el desarrollo de la investigación científica y tecnológica en Venezuela.
    1. La inflación ha convertido en irrisorios los presupuestos que cada universidad (principalmente las autónomas) destina para el financiamiento de proyectos de investigación. Con los montos actuales, apenas se puede renovar las tintas/toner de las impresoras y comprar algunas resmas de papel. No se pueden adquirir equipos de computación ni otros equipos y accesorios básicos. No se puede contratar asistentes de investigación. No se pueden adquirir libros ni revistas científicas. No se pueden comprar insumos para experimentos en laboratorios, ni equipos para esos laboratorios. No se pueden comprar vehículos necesarios para trabajos de campo, ni reparar los existentes. La tendencia en desarrollo es hacia la paralización total de los procesos investigativos, salvo los que sólo requieran consultas bibliográficas y se puedan desarrollar en baseal esfuerzo individual del investigador por cuenta propia.
    2. El MPPEUCT ha suspendido las convocatorias para financiar proyectos de investigación en las áreas prioritarias que el mismo ministerio determina. Las últimas convocatorias se realizaron en 2012.
    3. Los bajos sueldos de los profesores-investigadores de las universidades venezolanas ha motivado una fuga de cerebros considerable. La diferencia de sueldos es tan grande que un profesor en el Programa Prometeo, en Ecuador, puede ganar en un año veinte veces más que todo el dinero acumulado en prestaciones por 20 años de trabajo en universidades venezolanas. Para ganar en Venezuela lo que gana un profesor venezolano que se ha ido a Ecuador por un año, necesitaría trabajar aquí más de 60 años.
    4. La fuga de cerebros se produce principalmente en las ciencias básicas y en la ingeniería, donde se han ido profesionales con más de 20 años de experiencia en la docencia/investigación, con título de doctor y numerosas especialidades, con experiencia dirigiendo investigaciones de relevancia científica y con numerosas publicaciones nacionales e internacionales. Para sustituir a los que se van serán necesarias varias décadas de formación de nuevos profesionales/investigadores, siempre y cuando se modifiquen las políticas que están generando esta crisis.
    5. La crisis afecta a la misma docencia universitaria. Puesto que la adquisición de equipos de computación es algo inalcanzable debido a los bajos sueldos profesorales y el alto costo de dichos equipos (superan el medio millón de bolívares), los docentes universitarios dependen del adecuado funcionamiento de sus equipos actuales, los cuales al dañarse o volverse obsoletos no podrán ser renovados. Los nuevos docentes que se incorporan al trabajo universitario no pueden acceder a equipos de computación y otros insumos para la investigación; están imposibilitados de mantenerse siquiera actualizados en los conocimientos de su disciplina específica. El resultado de esto tiende al desfase entre los conocimientos que poseen los docentes/investigadores y los avances que en la ciencia y la tecnología se van suscitando a escala mundial. No es posible hoy en Venezuela para los docentes/investigadores universitarios mantenerse al día en los conocimientos científicos que se generan en el resto del mundo, no contamos con insumos materiales para ello.
  4. El programa PEII no logra abordar adecuadamente esta crisis presente en la producción de ciencia y tecnología en Venezuela.
    1. Los montos de financiamiento otorgados por el PEII son irrisorios en comparación con los montos de financiamiento que otorgan universidades de otros países latinoamericanos. Con lo que otorga el PEII como “estímulo a la investigación” no se puede adelantar ningún tipo de proyecto investigativo, salvo lo ya mencionado de investigaciones bibliográficas que adelante en solitario cada investigador (con las limitaciones antes indicadas de acceso a fuentes de información por carencia de equipos y falta de suscripción a índices científicos internacionales).
    2. Las actividades que se desarrollan desde los Fundacite (por lo menos en el Zulia) son de escaso impacto en la comunidad científica regional. No conocemos proyecto alguno dirigido hacia la comunidad de investigadores regionales que se haya promovido desde Fundacite en los últimos cuatro años.
    3. Los sistemas de evaluación del PEII y los mecanismos de control son muy limitados para impedir que se produzcan situaciones de fraude académico. No existe rigurosidad en el baremo y se permite de manera excesiva la discrecionalidad de los evaluadores. El resultado es que se omiten productos de investigación por causas aparentemente ideológicas, y se aceptan “productos” que no cuentan con suficiente documentación que compruebe su existencia real, tal como lo hemos concluido de nuestra experiencia como evaluadores del PEII.
  5. No se observa en las autoridades del MPPEUCT una reflexión que aborde esta crisis presente en la producción de ciencia y tecnología en Venezuela.Importantes propuestas que hemos han realizado en los últimos años para reconducir la política hacia el sector no han encontrado eco en las autoridades gubernamentales y ni siquiera se han molestado en establecer mecanismos de comunicación que permitan tramitar nuestras inquietudes:
    1. Las denuncias referidas al contraste entre los altos presupuestos que ejecutan las universidades autónomas en vigilancia y seguridad, y los bajos presupuestos que estas mismas universidades destinan hacia la investigación científica.
    2. La exigencia de una auditoría académica y administrativa hacia estas universidades autónomas.
    3. La propuesta de constituir un Consejo Presidencial de Universidades, Ciencia y Tecnología para abordar todo lo referente a la definición de políticas de transformación hacia el sector.
    4. Las denuncias referidas a los ingresos excesivos de personal administrativo y obrero, que en LUZ determina que actualmente ese personal de apoyo duplique en número la cantidad de docentes activos en la institución (cuando la recomendación de la Unesco es de un personal de apoyo por cada tres docentes).

PROPUESTAS (para su ejecución inmediata; de las mismas surgirán las bases para elaborar colectivamente una propuesta de transformación universitaria que cuente con el aporte de la gran mayoría de revolucionarios que hacen vida en la comunidad académica nacional):

  1. Instalar el Consejo Presidencial de Universidades, Ciencia y Tecnología, con participación de representantes de los colectivos bolivarianos de cada universidad del país, además de las autoridades Árbol y otros representantes del sector universitario, para convertirlo en un centro de debate y elaboración política para la transformación universitaria.
  2. Realizar una auditoría académica y administrativa de las grandes universidades nacionales (autónomas y otras), exigiendo que cada universidad destine para investigación un monto suficiente que permita el desarrollo de investigaciones prioritarias y pertinentes.
  3. Convocar por cada región asambleas de investigadores e innovadores para diagnosticar los problemas y conocer las propuestas de solución a los mismos.
  4. Establecer programas de financiamiento de proyectos de investigación que se equiparen al de otros países latinoamericanos.
  5. Que el PEII incorpore en su programa de estímulo a la investigación la dotación de equipos de computación a los investigadores (computadores de escritorio o laptop, impresoras, reguladores de voltaje, teclado, mouse, monitor) cada cierta cantidad de años (por la obsolescencia tecnológica).
  6. Que el MPPEUCT considere la dotación de equipos de computación para todos los docentes de las universidades públicas.
  7. Colocar a profesores-investigadores en los cargos de dirección o representación en las universidades y fundacites, también en las direcciones principales centrales del MPPEUCT, absteniéndose de colocar personas por su “recomendación política” o “cercanía política” a grupos y fracciones de poder dentro del PSUV. Existen centenares de profesores-investigadores de considerable experiencia revolucionaria y comprobada capacidad académica, y no hay necesidad de recurrir a políticos profesionales (cuya trayectoria universitaria generalmente no satisface las exigencias mínimas de desempeño de un docente-investigador, y que carecen de experiencia académica y de formación política necesaria para dar las respuestas adecuadas a los problemas universitarios).

Maracaibo, Tierra del Sol Amada. 26 de julio de 2016

[i] Profesor Titular de la Universidad del Zulia, Maracaibo. Venezuela. Magister en Historia de Venezuela y Doctor en Ciencias Políticas. Autor de más de 50 publicaciones científicas en temas de historia, antropología, ciencias políticas y movimientos sociales venezolanos.

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Guatemala: Vía libre al liderazgo de las jóvenes indígenas

Centroamérica/Guatemala/14 de octubre de 2016/www.unesco.org

La joven guatemalteca Keyli Paulina Chic cumple su sueño de seguir estudiando gracias a un proyecto conjunto de la UNESCO y el gobierno de Guatemala que busca proporcionar a los jóvenes indígenas una segunda oportunidad educativa.

Keyli vive en la comunidad Choacorral de Santa María Chiquimula (departamento de Totonicapán), en el altiplano occidental de Guatemala, donde la pobreza y la marginación obligan a los niños a abandonar la escuela para trabajar en el campo.

Según datos de la Encuesta Nacional de Calidad de Vida, más del 70 por ciento de la población de Guatemala vive en zonas rurales y se encuentra por debajo del umbral de la pobreza, el 63,2 por ciento de la población es indígena y el 54 por ciento de esos hogares están a cargo demujeres jóvenes y solteras. Alrededor del 43 por ciento de las mujeres no sabe leer ni escribir y, de ellas, el 12,32 por ciento tiene edades comprendidas entre los 15 y los 19 años.

Keyli había terminado el sexto grado y se esforzaba por continuar los estudios cuando oyó hablar del programa “Saquilaj b’e: una ruta clara para hacer valer los derechos de las adolescentes indígenas en Guatemala”. En el idioma maya-quiché Saquilaj B’e significa “sendero blanco”.

Las jóvenes se convierten en vectores del cambio

El proyecto, diseñado en virtud de un acuerdo entre el gobierno de Guatemala y la UNESCO, la UNICEF y otras agencias de las Naciones Unidas con el fin de volver a integrar a niñas y adolescentes en el sistema educativo, se centra en empoderar a las niñas indígenas para que se conviertan en líderes de sus comunidades y participen plenamente en la toma de decisiones. Se centra principalmente en la alfabetización y los conocimientos básicos de aritmética, especialmente adaptados para que quienes trabajan puedan seguirlo a través de sus dispositivos móviles. Esta herramienta digital de alfabetización está disponible en español, maya mam y maya quiché.El proyecto ofrece un programa de educación primaria acelerada dirigido a la reinserción en el sistema educativo de las mujeres que compaginan trabajo y estudios, con especial atención a la prevención de los embarazos. Se pretende así empoderar a las niñas y adolescentes para que desempeñen un papel activo en la toma de decisiones que afectan a sus vidas y promover su participación tanto en el ámbito comunitario como en el nacional, de manera que se conviertan en las protagonistas de la lucha por sus derechos.

“Cuando entré en el programa estaba asustada. Quería estar allí, pero me daba miedo hablar delante de los demás. Ahora ya no me siento así. Me siento segura, como si fuera una maestra. Creo que cuanto más aprenda, más podré hacer algo por mi comunidad”, dijo Keyli.

Al mismo tiempo, el proyecto trabaja por reforzar la capacidad de acción del Ministerio de Educación mediante la mejora del Programa de Educación de Adultos por Correspondencia.

“He aprendido que puedo hacer lo que me proponga si pongo empeño. He aprendido que tengo derechos y eso me brinda nuevas oportunidades. Y sé que algún día iré a la universidad y tendré una vida mejor”, afirmó Keyli.

El 11 de octubre es el Día Internacional de las Niñas. La UNESCO publicó recientemente un nuevo informe de género en el que se insiste sobre los beneficios para el medio ambiente del empoderamiento de las mujeres.

Tomado de: http://www.unesco.org/new/es/education/resources/online-materials/single-view/news/indigenous_girls_on_a_clear_path_to_become_leaders_in_guatem/#.WAABJOXhDIU

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El plan de reforma educativa del Gobierno es nefasto, afirman los educadores polacos

Europa/Polonia/13 de octubre de 2016/Fuente: ei-ie.org

Los sindicalistas del sector de la educación se han puesto al frente de la protesta contra la reforma educativa, que consideran dará lugar a despidos masivos de docentes y a una disminución de la calidad de la educación.

En torno a un millar de docentes y trabajadores de la educación de Polonia han respondido al llamamiento realizado por el Zwiazek Nauczycielstwa Polskiego (Sindicato de Docentes Polaco-ZNP), una organización polaca miembro de la Internacional de la Educación (IE), y tomado las calles de la capital del país, Varsovia, el 10 de septiembre para manifestar su oposición a la reforma educativa, que pretende dividir los centros de enseñanza en centros de primaria, centros de secundaria superior (liceos) y escuelas técnicas, y al mismo tiempo, suprimir los centros de enseñanza secundaria inferior (gimnasios) y los centros de formación profesional, a partir de 2017.

Además de en Varsovia, en otras 17 ciudades de Polonia se llevaron a cabo manifestaciones a las que asistieron padres de alumnos, representantes de los gobiernos locales, jefes de empresas, científicos, dirigentes de las comunidades locales, representantes de organizaciones no gubernamentales y del sector privado de la educación. En total, el ZNP anunció que más de 25 mil personas se sumaron a esta acción.

Las manifestaciones tuvieron lugar frente a las oficinas provinciales de las dos cámaras, y se entregó a los gobernadores de las provincias una petición dirigida a la primera ministra, Beata Szydło.

«Exigimos la suspensión de esta nefasta reforma educativa», exclamó el presidente del ZNP, Slawomir Broniarz.

Por otra parte, Broniarz  insistió en el hecho de que el proyecto de ley presentado el 16 de septiembre por la ministra de Educación, Anna Zalewska «nos retrotrae a las propuestas legislativas de 1999 y representa un retorno a un sistema que no se ajusta en absoluto al desarrollo actual de la civilización».

«La eliminación de las escuelas de educación intermedia supone dar un paso atrás», y significa «la destrucción del sistema educativo», sentenció.

Asimismo, Broniarz sostuvo que el ZNP invita a la primera ministra Beata Szydło a entablar el diálogo y a abordar los problemas de la educación en Polonia, puesto que «la educación constituye una fuerza impulsora que nos da energía y, sin embargo, se ve inhibida por el Ministerio de Educación.

Ese mismo día, la ministra Zalewska se reunió con representantes de los sindicatos de la educación. Si bien ambas partes expresaron su disposición para entablar un diálogo, tras la reunión, Broniarz deploró el hecho de que la ministra se mostrara únicamente interesada por las cuestiones económicas, y ni siquiera abordara el tema de la reforma de la educación en su totalidad.

Fuente: https://www.ei-ie.org/spa/news/news_details/4139

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