Centroamérica/Guatemala/14 de octubre de 2016/www.unesco.org
La joven guatemalteca Keyli Paulina Chic cumple su sueño de seguir estudiando gracias a un proyecto conjunto de la UNESCO y el gobierno de Guatemala que busca proporcionar a los jóvenes indígenas una segunda oportunidad educativa.
Keyli vive en la comunidad Choacorral de Santa María Chiquimula (departamento de Totonicapán), en el altiplano occidental de Guatemala, donde la pobreza y la marginación obligan a los niños a abandonar la escuela para trabajar en el campo.
Según datos de la Encuesta Nacional de Calidad de Vida, más del 70 por ciento de la población de Guatemala vive en zonas rurales y se encuentra por debajo del umbral de la pobreza, el 63,2 por ciento de la población es indígena y el 54 por ciento de esos hogares están a cargo demujeres jóvenes y solteras. Alrededor del 43 por ciento de las mujeres no sabe leer ni escribir y, de ellas, el 12,32 por ciento tiene edades comprendidas entre los 15 y los 19 años.
Keyli había terminado el sexto grado y se esforzaba por continuar los estudios cuando oyó hablar del programa “Saquilaj b’e: una ruta clara para hacer valer los derechos de las adolescentes indígenas en Guatemala”. En el idioma maya-quiché Saquilaj B’e significa “sendero blanco”.
Las jóvenes se convierten en vectores del cambio
El proyecto, diseñado en virtud de un acuerdo entre el gobierno de Guatemala y la UNESCO, la UNICEF y otras agencias de las Naciones Unidas con el fin de volver a integrar a niñas y adolescentes en el sistema educativo, se centra en empoderar a las niñas indígenas para que se conviertan en líderes de sus comunidades y participen plenamente en la toma de decisiones. Se centra principalmente en la alfabetización y los conocimientos básicos de aritmética, especialmente adaptados para que quienes trabajan puedan seguirlo a través de sus dispositivos móviles. Esta herramienta digital de alfabetización está disponible en español, maya mam y maya quiché.El proyecto ofrece un programa de educación primaria acelerada dirigido a la reinserción en el sistema educativo de las mujeres que compaginan trabajo y estudios, con especial atención a la prevención de los embarazos. Se pretende así empoderar a las niñas y adolescentes para que desempeñen un papel activo en la toma de decisiones que afectan a sus vidas y promover su participación tanto en el ámbito comunitario como en el nacional, de manera que se conviertan en las protagonistas de la lucha por sus derechos.
“Cuando entré en el programa estaba asustada. Quería estar allí, pero me daba miedo hablar delante de los demás. Ahora ya no me siento así. Me siento segura, como si fuera una maestra. Creo que cuanto más aprenda, más podré hacer algo por mi comunidad”, dijo Keyli.
Al mismo tiempo, el proyecto trabaja por reforzar la capacidad de acción del Ministerio de Educación mediante la mejora del Programa de Educación de Adultos por Correspondencia.
“He aprendido que puedo hacer lo que me proponga si pongo empeño. He aprendido que tengo derechos y eso me brinda nuevas oportunidades. Y sé que algún día iré a la universidad y tendré una vida mejor”, afirmó Keyli.
El 11 de octubre es el Día Internacional de las Niñas. La UNESCO publicó recientemente un nuevo informe de género en el que se insiste sobre los beneficios para el medio ambiente del empoderamiento de las mujeres.
Tomado de: http://www.unesco.org/new/es/education/resources/online-materials/single-view/news/indigenous_girls_on_a_clear_path_to_become_leaders_in_guatem/#.WAABJOXhDIU