Iniciado en 2015 bajo la mirada de la directora de la institución nacional, Ramona de Saá, y el rector del centro norteamericano, Víctor Alexander Ramírez, el programa involucra a estudiantes y profesores de ambas instituciones. ‘El proyecto Cuba-Chicago ha crecido, la relación entre las dos escuelas es increíble’, aseguró a Prensa Latina Víctor Alexander, quien por estos días visita La Habana con nueve de sus estudiantes, como parte de una nueva etapa de la iniciativa.
A juicio del artista, entre los tantos beneficios de los intercambios sobresale la convivencia entre los alumnos cubanos y estadounidense, experiencia que los engrandece como seres humanos y bailarines. ‘Es importante vivir el por qué la escuela cubana de ballet se diferencia de las otras del mundo’, enfatizó Víctor Alexander, reconocido por la revista Danza Magazine como uno de los mejores coreógrafos y bailarines de 2013.
Uno de los frutos más recientes de este hermoso intercambio es la presencia de la estudiante Catherine Conley en la Escuela Nacional de Ballet Fernando Alonso, donde recibe clases desde septiembre. ‘Conley es la primera estadounidense en tomar un curso en la institución nacional después del restablecimiento de las relaciones diplomáticas entre Cuba y Estados Unidos’, explicó Víctor Alexander.
Según el bailarín, la estancia de la joven aquí -prevista hasta junio próximo- será muy fructífera porque ayudará a desarrollar su talento artístico, no solo en la ejecución sino en la técnica. ‘Los bailarines cubanos son muy apasionados, eso es una cosa que nace con uno y se muere con uno, pero es muy importante que ella sea capaz de absorber esa pasión’, precisó. Al escuchar estas palabras de su mentor, Conley sonrió y con alguna dificultad todavía a la hora de comunicarse en español, se mostró muy feliz por estar en Cuba, donde ha encontrado una nueva familia.
Con ropa de ensayo y voz entrecortada, la joven de 19 años accedió a conversar con Prensa Latina, diálogo en el cual reconoció la diferencia entre la técnica cubana de ballet respecto a otras implantadas en el orbe.
Según Conley, una de las diferencias está dada en la utilización de muchos movimientos acrobáticos, algo novedoso para su formación como bailarina.
EL PROYECTO CUBA-CHICAGO AVANZA
Como parte de esta nueva etapa del proyecto Cuba-Chicago, Conley compartirá escenario con compañeros de clase de la Ruth Page School of Dance y de la Escuela Nacional de Ballet Fernando Alonso durante dos funciones en el Teatro Miramar de La Habana el 14 y 15 de octubre.
Víctor Alexander adelantó que concluido este episodio, en diciembre próximo, debe viajar a Estados Unidos un grupo estudiantes cubanos para participar en la temporada del Cascanueces coreografiado por Ruth Page. Añadió que a tres meses de comenzar su curso en La Habana, Catherine interpretará en Chicago la Reina de las Nieves de la célebre pieza clásica, con música del ruso Piotr Ilich Chaikovski. Con más de 200 estudiantes, la Ruth Page School of Dance, también desarrolla el proyecto International Dance Experience, que incluye el intercambio con estudiantes y maestros de distintas escuelas del mundo y con disímiles disciplinas como jazz, hip hip, tap y danza moderna.
‘El objetivo es lograr un bailarín más completo que tenga mejores opciones a la hora de buscar trabajo’, aseveró Víctor Alexander, quien fue por 10 años figura principal de Danza Contemporánea de Cuba. Fundada hace 45 años, la escuela de Chicago solo enseñaba danza clásica pero en los tiempos actuales es imprescindible ampliar horizontes debido a la competencia existente en el mundo, sostuvo. De acuerdo con Víctor Alexander, los intercambios entre la Ruth Page School of Dance y la Escuela Nacional de Ballet Fernando Alonso son vitales para sus estudiantes porque les permite aprender sobre la danza hecha aquí, donde se forman -a su criterio- los mejores bailarines clásicos del mundo.
Concebido como un espacio para el enriquecimiento espiritual y físico de los amantes de la danza, el programa Cuba-Chicago reconoce el prestigio y la calidad de la enseñanza nacional, que en la actualidad constituye un referente internacional. La Ruth Page School of Dance de Chicago tiene distintos programas, el pre-ballet que incluye niños de 3 a 8 años, el pre-profesional entre nueve y 17 años y además ofrece clases para adultos. Considerada una de las maestras de danza más importantes en Estados Unidos, Ruth Page visitó La Habana en 1932 y se presentó en el Teatro Auditórium, actual Amadeo Roldán.
El vínculo establecido entre la artista norteamericana y Cuba encuentra su continuidad en el proyecto liderado por Víctor Alexander y de Saá, iniciativa que hoy tiende un puente entre las culturas de esta isla caribeña y la nación norteña.
Tomado de: http://cubasi.cu/cubasi-noticias-cuba-mundo-ultima-hora/item/56312-la-magia-de-la-danza-un-puente-cultural-entre-cuba-y-estados-unidos