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G-20 Educativo: Otro impulso a la mercantilización de la educación y el conocimiento

Argentina / 22 de abril de 2018 / Autor: Matías Caciabue / Fuente: Insurgencia Magisterial

Propuestas educativas respondiendo a criterios propios de la mercadotecnia.

La Sociedad del Conocimiento, con el saber cómo eje vertebrador de la acumulación de riquezas y la dominación política, se construye en base a la producción, circulación y apropiación privada del denominado conocimiento estratégico.

El conocimiento estratégico es el segmento del saber humano que logra acortar los tiempos sociales de producción y extracción del valor económico en cada momento histórico, el que puede realizar un rotundo cambio en la composición orgánica del capital, el que mejor consigue construir la organización de lo social, la hegemonía política o imponer, en su defecto, la dominación armada (militar, policial, paramilitar).

Lenin, en el prólogo de su libro sobre el Imperialismo como fase superior del capitalismo de 1917, le otorga ese atributo a los trenes y la industria ferroviaria. Perón, en sus reflexiones sobre la defensa nacional en los días previos al 17 de octubre de 1945, otorga esta singularidad al desarrollo de la industria pesada (maquinaria agrícola, transporte terrestre, aéreo y marítimo, entre otros).

En este siglo, podríamos afirmar que las industrias de la información y la comunicación digital, la nano y la biotecnología, la robótica, la inteligencia artificial, y ciertas ramas del sector energético (nuclear, algunas renovables, petróleo de esquisto) son algunas de las áreas asignadas como de conocimiento estratégico.

Este debate está siendo tomado por el G-20, a pedido de Argentina, con la conformación del Grupo de Trabajo Educativo (GTE). Mercedes Miguel, la actual Secretaria de Innovación Educativa de la Nación sudamericana, es quien la está coordinando.

Formada en la Universidad Católica Argentina y en el ‘Institute for the Future of Learning’ de la Universidad de Harvard, “Michi” Miguel fue coordinadora del área de Educación de la Fundación Grupo Sophia, un think-tank argentino articulado a la aristocracia financiera global que aportó la primera línea de cuadros de la Alianza Cambiemos: Horacio Rodríguez Larreta (Jefe de Gobierno de la Ciudad de Buenos Aires), María Eugenia Vidal (Gobernadora de la Provincia de Buenos Aires), Marcos Peña (Jefe de Gabinete de la Nación), Gustavo Lopetegui y Mario Quintana (responsables de la administración presupuestaria de la misma).

Miguel es la responsable de la implementación del programa gubernamental de inclusión digital denominado “Escuelas del Futuro”, muy controvertido entre actores institucionales y gremiales del sistema educativo.

Dicho programa prescinde de un diagnóstico actual de lo que pasa en la Escuela, sobrevalora la función de la tecnología digital en el proceso de enseñanza-aprendizaje, desdibuja los roles de docentes y estudiantes en el uso de las TIC´s en el aula, y formula una propuesta educativa respondiendo a criterios propios de la mercadotecnia.

La matriz de éste programa es la que pareciera estar guiando la discusión educativa del G-20. Al menos es la agenda que la presidencia argentina impulsa en las reuniones de “sherpas” de los días 12 y 13 de abril, 11 y 12 de junio y 3 y 4 de septiembre, que culminarán con una reunión de ministros de educación el día 5 de septiembre. La agenda de la globalización y la digitalización de la sociedad ordenan el debate educativo de este foro de países. La producción y la apropiación del conocimiento estratégico de la llamada “Cuarta Revolución Industrial” está reiteradamente explicitado en el G-20.

Se sabe que el G-20 es un espacio promovido como una especie de poder ejecutivo del Estado Global, ese difuso y líquido entramado institucional que la aristocracia financiera está construyendo junto con tratados económicos transcontinentales como el TPP-11, el TISA, el TIPP o el TLC del Mercosur con la Unión Europea.

De la poca información que circula, dada la ausencia de documentos públicos y de convocatorias a organizaciones de la sociedad civil, sorprende como se plantea la promoción de políticas de financiamiento internacional al sistema educativo, en sintonía con lo planteado en los mencionados TLC Globales en el área de servicios, donde se incluye, sin excepción, al sector educativo.

En una nota auspiciosa de las reuniones educativas G-20 del diario La Nación se afirma el impulso gubernamental a “políticas de gasto e inversión educativa más eficiente, que podrán ser acompañadas por mecanismos de financiamiento internacional”. Otro tanto se informa en una entrevista a Mercedes Miguel por parte del portal Infobae.

¿Qué parte de la educación necesita financiamiento internacional? ¿Qué se ofrecerá como contraparte? ¿Cuáles políticas se impondrán y cuáles no? ¿Cuál es el modelo de educación, ciencia y tecnología que se busca implementar? ¿Se convocará a los actores del sistema educativo y universitario a su implementación? ¿El G-20 sostendrá a la educación y al conocimiento humano como derechos de los pueblos o cómo servicios transables en un mercado mundial que tiende a concentrarse más y más? Éstos y muchos más interrogantes están abiertos a la espera de respuestas.

La presión por mercantilizar la educación y la creciente apropiación privada del conocimiento estratégico, es parte del torbellino planetario de centralización y concentración del capital, y de extracción de la mayor tajada de plusvalía por parte bancas de inversión, fondos financieros, bolsas, y empresas transnacionales en un súper nodo donde las 28 corporaciones financieras sistémicamente importantes trabajan con un activo consolidado de U$S1,82 millones cada una, es decir, mayor al PBI nominal de Argentina (0,54 millones de dólares), e incluso de Brasil, la novena potencia mundial (1,76 millones).

Estas corporaciones, protagonistas del control en la red financiera global, pueden llegar a tener al menos 7 escalones inferiores de empresas multinacionales subsidiarias controladas a partir de deudas y acciones. Al mismo tiempo, no escapan de su radio de influencia los propios Estados Nación a partir del control extorsivo de sus bonos de deuda (los llamados “fondos buitre”).

Discutir la propiedad, la producción, la circulación y la apropiación del conocimiento estratégico, así como la visión que orienta la educación en tanto proceso social, es discutir la posibilidad de una región y un mundo distinto. Los Pueblos de Latinoamérica debemos impulsar un debate en éstos temas y obligar a nuestros gobiernos a abrir a la sociedad su agenda de debate.

Fuente del Artículo:

G-20 Educativo: Otro impulso a la mercantilización de la educación y el conocimiento.

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Reforma Universitaria y Sociedad del Conocimiento

Por: Matías Caciabie

En 1993, el abogado y padre de las llamadas ciencias del management Peter Drucker, describió su “sociedad del conocimiento” como la “sociedad postcapitalista”, donde el conocimiento se pondría en el centro del desarrollo económico, por encima del trabajo salarial, la renta del suelo y la disponibilidad de capital.

En un estudio de la Escuela Politécnica Federal de Suiza, conocida mundialmente como la Universidad ETH de Zúrich –alma Mater de 21 Premios Nobel, entre ellos Albert Einstein-, la actual fase del capitalismo se caracteriza por haber construido una difusa forma económica-política-militar de “red global de control corporativo”.

De esta manera, la “Knowledge Society” (sociedad del conocimiento) es una forma sutil de desdibujar la realidad, de vender gato por liebre. Estamos asistiendo no a un poscapitalismo, sino a la irrupción de un capitalismo que ha alcanzado su fase global (¿acaso la última?).

La construcción de dicha red, que afirma el dominio ascendente de la aristocracia financiera global, se inicia con los gobiernos de Margaret Thatcher y Ronald Reagan, la crisis del petróleo de 1973 y la conversión del dólar en moneda fiduciaria tras la ruptura de los acuerdos de Bretton Woods.

Junto a ello, la caída del campo soviético, la crisis de la deuda latinoamericana; George Bush, Bill Clinton y Tony Blair, la anulación de la Ley Glass-Steagall en 1999, la inserción de los intereses angloamericanos con la doctrina de Deng Xiaoping de “un país, dos sistemas” y la devolución de Hong Kong a China en 1997, el surgimiento y auge de las llamadas fintech en los años de 1990 y 2000, y la crisis económica mundial desatada a partir de la caída del Lehman Brothers en 2008.

La educación superior en la red global de control corporativo

En esta nueva fase del capital se busca instalar un paradigma donde el ciclo de grado universitario nacional es apenas un ciclo básico que sólo permite obtener recursos humanos para tareas de operario de calificación media, y donde el ciclo de posgrado transnacionalizado se convierte en el ciclo de formación superior.

Los recursos humanos de alta calificación deben formarse en sus “sedes centrales”, donde serán finalmente reclutados por los grandes grupos financieros: la Ivy League (Harvard, Columbia, Yale, entre otras), Chicago, MIT y California en Estados Unidos, y el triángulo inglés de las universidades de Cambridge, Oxford y Londres.

Al mismo tiempo, empujan un proceso de desescolarización y de formación cuentapropistas (free-lancers) en sus propias empresas, tal como hace Facebook con sus grandes becas del 40% (¡!) en la Digital House Tech Hub que forma programadores web que, llegado el caso, entrarán como trabajadores a su empresa o serán arrojados a la incertidumbre de un mercado de trabajo empujado a una creciente y progresiva desocupación.

Al mismo tiempo, grandes empresas de servicios educativos se han constituido como nodos relevantes de la red financiera transnacional. Sylvan Learning Systems Inc y Pearson Global Inc son dos de los casos más renombrados.

En este capitalismo globalizado también aparecen instituciones educativas como la Universidad de Minerva, autodefinida como la primera universidad global, donde los estudiantes viajan y viven en siete ciudades diferentes a lo largo de su cursado: San Francisco, Seúl, Hyderabad, Berlín, Londres, Taipei y Buenos Aires son sus “sedes”, rompiendo el molde de todo lo instituido hasta el momento.

Las corporaciones apuestan casi como los Estados

Según la Fundación Varkey, presidida por Bill Clinton, en 2013 las compañías que figuran entre las 500 más poderosas del mundo gastaron 2.600 millones de dólares en educación, un 13% del presupuesto total con el que contaban para acciones de la llamada Responsabilidad Social Empresaria (RSE), que en realidad enmascara la evasión impositiva y la promoción de inversiones en nuevas áreas aún no suficientemente enlazadas en la lógica de la financiarización económica.

El informe estima que un 33% del desembolso corporativo en esta área se destina a la formación universitaria y un 19%, a la capacitación profesional. Esos valores no son nada marginales si se compara con los 4.700 millones de dólares que el Estado argentino invierte en el sistema universitario, uno de los de mayor inversión en Universidad de la región en relación al PBI (0,77% estimado para 2018).

Vale precisar que entre las empresas que más invierten en educación, destacan el Banco Santander (de composición anglo-española) con 166 millones de euros, la tecnológica norteamericana IBM con 122 millones y la española Telefónica con 110 millones de euros.

El listado de los 10 primeros lo completan Exxon Mobil (petrolera estadounidense, 98 millones de euros), Target(supermercadista norteamericana, más de 80 millones), Glaxo Smith Kline (farmacéutica británica, más de 73 millones), Microsoft (más de 73 millones), Toyota Motors (71 millones de euros), Rio Tinto Group (minera anglo-australiana, más de 69 millones) y Wells Fargo (banca de servicios financieros de origen estadounidense, más de 69 millones).

Si las tendencias mundiales se consolidan, donde progresivamente los Estados dejan de invertir en la educación superior y, por el contrario, las corporaciones transnacionales despliegan su poder para tendencialmente ocupar ese vacío, iremos viendo como la educación será cada vez más una cuestión de “privados”.

En el centenario de la Reforma*

A 100 años del primer gran movimiento reformista universitario, la aristocracia financiera global –que es la personificación social del capital transnacionalizado- ha decretado que la educación ya no es un bien público y un derecho de los ciudadanos. Por el contrario, la educación es, para éstos, un interés privado y una mercancía a adquirir por los consumidores de acuerdo, por supuesto, a sus posibilidades económicas.

Sólo basta recorrer las calles de Santiago de Chile entre noviembre y marzo de cada año para ver la gravitación publicitaria que la Educación Superior tiene en una sociedad a la que le han enajenado su derecho a la educación a partir de la dictadura de Augusto Pinochet.

La conmemoración de la primera gran gesta estudiantil está sirviendo de escenario de una disputa sobre cuál es el modelo que se impondrá: aquel que la entiende como un Derecho Humano, o aquel que la entiende como un servicio comercializable y rentable.

El evento central de esta disputa será la TercerConferencia Regional de Educación Superior (CRES) del Instituto Internacional de la UNESCO para la Educación Superior en América Latina y el Caribe (IESALC), a realizarse en junio de este año en la ciudad argentina de Córdoba.

Si creemos que la defensa de la Universidad Pública es la defensa de un espacio social que no debe ser controlada por las necesidades de la aristocracia financiera global, estaremos obligados a romper con la idea de que la gesta reformista se realizó sólo por una cuestión de formas institucionales en el quehacer universitario.

Una vez más la discusión es sobre socializar aquello que se encuentra privatizado, hacer público (del Pueblo) lo que es de unos pocos: el conocimiento estratégico. El desarrollo de la sociedad del conocimiento en nuestra realidad, puede representar, bien administrada, una posibilidad gigantesca de redistribuir la riqueza del mundo.

La conmemoración de los 100 años de la Reforma Universitaria debe servir como una oportunidad para reflexionar, discutir y sumar voluntades, como un momento en la construcción de un proyecto estratégico que permita rediseñar otro país, otra región, otro mundo. La Reforma Universitaria que estos tiempos necesitan no es sólo para la Universidad.

Después de todo, el manifiesto de los reformistas universitarios de hace un siglo, autopercibidos como revolucionarios, afirmaba también que “los dolores que nos quedan son las libertades que nos faltan”.

*Nota de Rebelión: La Reforma Universitaria de 1918 es el movimiento estudiantil surgido en la Universidad Nacional de Córdoba (Argentina) con una huelga estudiantil de protesta contra los contenidos conservadores de la educación y a favor de una serie de reformas que democratizaran la universidad y elevaran el nivel educativo. La Reforma Universitaria tuvo amplias repercusiones en toda Argentina al igual que en el resto de América Latina. 

Fuente: http://www.rebelion.org/noticia.php?id=238905&titular=reforma-universitaria-y-sociedad-del-conocimiento-

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Ecuador necesita de la educación universitaria ‘on line’: experto

América del sur/Ecuador/20 Enero 2018/Fuente: El tiempo 

Los días 8 y 9 de marzo se realizará en Quito el Congreso Internacional de Educación Superior de Calidad en el Espacio Latinoamericano de Educación Superior.

El 8 y 9 de marzo de este año se realizará en Ecuador el Congreso Internacional de Educación Superior de Calidad en el Espacio Latinoamericano de Educación Superior, donde se abordarán temas para mejorar e incentivar esta enseñanza en la región.

“Este será un espacio en común en el cual todas las universidades puedan contar sus proyectos, sus experiencias y sus estrategias y hacer una apuesta en común que ayude a mejorar”, señaló el director de Relaciones Internacionales de la Universidad Internacional de La Rioja (España), phd Gabriel García, en entrevista con Andes.

El objetivo de la convocatoria es establecer un foro de discusión sobre la base de las mejores prácticas educativas para alcanzar una educación superior de calidad en Ecuador y América Latina a través de la colaboración académica internacional, así como el uso de nuevas herramientas tecnológicas.

¿Van de la mano educación superior ‘on line’ y calidad?

En el Siglo XXI, en el cual las sociedades del conocimiento están tan avanzadas y las nuevas tecnologías están en un proceso en el que todo está cambiando muy rápidamente, estamos ante un reto en el mundo universitario. La calidad de la universidad se centra fundamentalmente en el profesorado, en los contenidos y en la metodología y no está reñida con los aprendizajes.

Es reto el poder avanzar en la calidad en el espacio iberoamericano de educación superior frente a ese mundo universitario anglosajón que es el que dirige todos los proyectos de investigación y de formación a nivel global; prácticamente todos los ranking internacionales y las revistas indexadas están definidos por este mercado. Este es el momento en el que mundo hispano hablante para intentar mejorar en los proyectos.

La enseñanza on line forma una parte clave del desarrollo universitario y de las tecnología del conocimiento. En el caso de la UNIR, tenemos 27.000 alumnos en más de 800 maestrías, cerca de 20 pregrados. En América Latina son cerca de 7.000 estudiantes, cerca de entre un 15 y un 20% del alumnado total. Hemos conseguido tener una metodología que haga que el porcentaje de abandono sea muy bajo, inferior a 15 y el 16%, que en el mundo universitario, particularmente en España es el que suelen tener las universidades presenciales.

¿Por qué apostarle a una educación en el continente latinoamericano ‘on line’?

Este país está tremendamente necesitado de los estudios on line y aunque requiere una cierta infraestructura, creo que puedes estudiar on line de calidad teniendo un acceso a internet básico en cualquier hogar. Ahora mismo la enseñanza on line es un elemento que ayuda a eliminar las barreras sociales y a gente que no puede estudiar si no compatibilizan los estudios con sus cargas y obligaciones.

Este congreso lo organizamos con algunas instituciones locales y entre otras es un partícipe fundamental la ESPE, la universidad de las Fuerzas Armadas, que tiene una experticia en la impartición de titulaciones a distancia, con la que estamos colaborando, y también con la Secretaría Nacional de Educación Superior, Ciencia, Tecnología e Innovación (Senescyt).

Aquí la clave es la legislación y el apoyo a que las universidades puedan trabajar en desarrollar una línea distinta que es los aprendizajes y la formación en línea, y por otro lado hay que dar un apoyo institucional importante porque es difícil el adaptarse y pasar a las modalidades on line.

Esta es que es la única manera que tiene mucha gente de estudiar. Hemos llegado a mucha gente que trabaja en la Amazonía, por ejemplo en las petroleras, que no tiene otra manera de estudiar más que cuando salen de sus bases. Hemos conseguido que se formen en áreas de conocimiento que no existen dentro de la oferta académica nacional. Estos estudios cubren un déficit entre la oferta y la demanda en la enseñanza superior.

¿Está en auge la educación a través de las nuevas tecnologías en el mundo?

Ahora mismo hay una tendencia de las universidades presenciales a tener estudios en línea. Es una necesidad que transmite la sociedad y aquellas instituciones que no se hagan eco de ella se quedarán rezagadas. Casi todas las universidades en España y aquí quieren empezar estudios en línea.

Nos parece que es muy importante esta modalidad para el desarrollo del país, porque hay mucha gente que necesita estudiar y que no puede asistir a una clase y es un porcentaje de la población alto, por ejemplo, todas las personas de más de 30 años que necesitan estudiar y es casi imposible que lo puedan hacer de manera presencial.

Las competencias digitales que debe adquirir un profesor universitario para impartir en la universidad on line no son especialmente complejas, pero sí debe estar preparado en la materia, por eso tenemos requerimientos sobre la formación del académico.

Queremos que el mundo de la sociedad universitaria de Ecuador se anime a este Congreso porque pueden salir muchas ideas de aplicación directa para que las distintas universidades puedan utilizarlas en su realidad.

La UNIR es reconocida entre las universidades de alto prestigio en la Senescty y tenemos el registro automático de prácticamente la totalidad de nuestras titulaciones. Estamos teniendo muchísima demanda en maestrías en todos los ámbitos del conocimiento, de la educación, salud, jurídico, marketing y comunicación, y podemos establecer una colaboración entre universidades.

Se trata de una metodología de enseñanza con profesores y titulaciones acreditadas, en la que se trasmiten conocimientos prácticos y reales para que los alumnos puedan aplicarlo, a partir de los aportes académicos y científicos de los docentes, un mix que puede lograrse perfectamente on line. En Ecuador cursan esta modalidad varios cientos de personas, solamente en la UNIR.

* La inscripción para este Congreso Internacional de Educación Superior de Calidad en el Espacio Latinoamericano de Educación Superior se podrá realizar a través de la dirección digital www.unir.net y tiene un costo de 30 dólares estadounidenses por participante.

Fuente: http://www.eltiempo.com.ec/noticias/ecuador/4/428072/ecuador-necesita-de-la-educacion-universitaria-on-line-experto

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Educación, tecnología y sociedad del conocimiento

06 de diciembre de 2017 / Fuente: https://compartirpalabramaestra.org

Por: Rafael Orduz

La educación es un pilar esencial hacia el camino que toda nación debe recorrer para convertirse en una sociedad del conocimiento.

La educación es un pilar esencial hacia el camino que toda nación debe recorrer para convertirse en una sociedad del conocimiento.

Ya es lugar común que las naciones contemporáneas busquen convertirse en sociedades del conocimiento.  El concepto, de forma simple, apunta hacia organizaciones sociales en las que la creación de riqueza se basa principalmente, en el conocimiento, principal factor de producción en el mundo actual. Convertirse en sociedad del conocimiento implica, para países como Colombia,  serios compromisos de cara a la calidad de la educación y al acceso de todos a la misma.

Para UNESCO, las sociedades del conocimiento están sustentadas en cuatro bases:

  1. Libertad de expresión
  2. Acceso universal a la información y el conocimiento
  3. Respeto a la diversidad étnica y cultural
  4. Educación de alta calidad para todos

Cada uno de dichos pilares es condición necesaria para constituir las sociedades del conocimiento.  Sin libertad de expresión no tiene sentido, por ejemplo, que haya acceso universal a la información. Si, por otra parte, la alta calidad de la educación es accesible sólo a los estudiantes de mayor ingreso per cápita, no se podrá hablar de sociedades del conocimiento. Y ni que decir del respeto por la diversidad étnica y cultural.

A pesar de que el concepto de las sociedades y economías del conocimiento está legitimado plenamente en naciones como las que integran la OECD, en naciones como Colombia no existe aún el reconocimiento social mínimo a su significado. No forma parte del léxico de los formuladores de política, los legisladores y menos aún, de los ejecutores de la misma.

Por otra parte, el uso de las  tecnologías de la información, incluyendo los contenidos digitales de diverso orden y la conectividad a internet, se asocia a nuevos modelos de aprendizaje. La colaboración, el trabajo a distancia, el acceso a fuentes de información de las más variadas procedencias, permiten multiplicar las posibilidades  de acceder al intercambio de información.  En tal sentido, las tecnologías de la información se convierten en factor crítico para la construcción de los cuatro pilares de UNESCO mencionados.

El portal www.compartirpalabramaestra.org tiene el propósito de servir a la causa de una educación de alta calidad para todos por la vía de servir, fundamentalmente, a los maestros. Aunque son múltiples los factores que determinan la calidad de la educación, algunos de los cuales se remiten a las características de convivencia en los mismos hogares, el énfasis de la Fundación Compartir se centra en el apoyo al docente. Allí será posible encontrar recursos de inmensa utilidad para el mejoramiento de la calidad de la educación.

Matemáticas, ciencias, lenguaje, y el aprendizaje de otros idiomas como el inglés, son las áreas en las que nuestro portal hará énfasis;. Metodologías, experiencias exitosas, intercambios permanentes, foros, columnas de opinión, hacen parte del repertorio que impulsaremos.

Adicionalmente, la Fundación Compartir promoverá el debate sobre políticas públicas y procurará comprometer antiguos y nuevos actores en el procesos de fortalecer la calidad de la educación.  Más que un “tanque de pensamiento”, www.compartirpalabramaestra.orges una red de pensamiento orientada la alta calidad de la educación para los niños y jóvenes colombianos por la vía más importante: el apoyo al docente.

Fuente noticia: https://compartirpalabramaestra.org/editorial/educacion-tecnologia-y-sociedad-del-conocimiento

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Libro: La Educación Universitaria como nicho de reflexión: Experiencias, éxitos, dificultades y retos

Venezuela / 5 de noviembre de 2017 / Autor: Gilberto José Graffe / Fuente: Saber UCV

En este libro se incluyen un conjunto de ponencias que fueron presentadas en las XIV Jornadas de Investigación y V Congreso Internacional de la Escuela de Educación de la Universidad Central de Venezuela, que tuvieron lugar en Ciudad Universitaria de Caracas, Patrimonio de la Humanidad, los días 18, 19, 20 y 21 de octubre de 2016 en torno a la reflexión sobre de la Educación Superior, conocida en nuestro país, luego de promulgada la Ley Orgánica de Educación (2009), como Educación Universitaria. El nombre del libro obedece al conjunto de aspiraciones que sintetizan las ideas que el desarrollo de las investigaciones pretender dar cuenta, dado que las mismas analizan un conjunto de experiencias y pretensiones para el desarrollo de una educación superior o universitaria de calidad y que propicie la inclusión social, sin dejar de lado el examen de las dificultades que la misma presenta; así como de los retos ineludibles que la misma tiene en Venezuela y el ámbito de un país de grandeza territorial y de empuje como lo es Brasil. Al presentar estas investigaciones, no se pueden dejar de lado el carácter diverso de las mismas, en aras de defender la libertad de pensamiento como esencia del ser de la universidad. Ciertamente con este principio como horizonte la Universidad debe seguir contribuyendo al desarrollo de la nación y de la región latinoamericana. En este sentido la calidad, la democracia y la verdadera inclusión al conocimiento deben seguir siendo los valores que muestren el paragón de la educación superior que debemos propiciar, a pesar de las serias amenazas que hoy se ciernen en Venezuela frente a estos valores de carácter universal. Seguidamente se realizará una breve presentación del conjunto de investigaciones presentadas sobre la Educación Universitaria en el evento antes mencionado, el cual se caracterizó por la riqueza de intercambio de ideas y de la diversidad de pensamientos e interpretaciones sobre hecho educativo, en nuestro caso la Educación Superior o Universitaria; es decir la democracia y amplitud de pensamiento que debe caracterizar a la Universidad, más hoy en pleno desarrollo de la sociedad del conocimiento.

Link para la descarga:

http://saber.ucv.ve/bitstream/123456789/16975/1/Libro_universidad_2017_graffe.pdf

Fuente:

http://saber.ucv.ve/handle/123456789/16975

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Ecuador fomentará la educación digital rumbo a la ‘sociedad del conocimiento’

15 octubre 2017/Fuente: El tiempo / Autor: Agencia Andes

El Ministerio de Educación y la Fundación Telefónica Ecuador firmaron un convenio interinstitucional con el objetivo de experimentar con los modelos tecno-pedagógicos en el aula, aplicados en el uso de los equipos tecnológicos, herramientas digitales y recursos que componen el proyecto ‘Aula Digital Móvil’.

Para ello serán capacitados a 350 docentes de 70 instituciones educativas públicas a nivel nacional (20% rurales y 20% bilingüe), beneficiando a 12.000 estudiantes, según confirmó la víspera el ministro de Educación, Fander Falconí.

Con ese propósito, cada institución educativa recibirá una maleta dotada de equipos tecnológicos: una computadora para el docente, donde estarán alojados los contenidos y la plataforma; 48 tabletas para el aprendizaje de los estudiantes; un concentrador de carga; un router wifi que posibilita la conexión entre las tabletas y el computador; un mini proyector y una regleta.

Falconí señaló que con esta herramienta se fomenta las competencias digitales, el mejoramiento del desempeño, la alfabetización digital, así como la participación, además la promoción de la generación de contenidos y recursos.

“Ecuador avanza a la sociedad del conocimiento desde la comunidad y con el aporte del Ministerio de Educación, con currículo, metodología e innovación”, resaltó Falconí.

Sofía Fernández de Mesa, directora Global del proyecto ProFuturo, expuso que Aula Digital Móvil es un recurso didáctico que se pone a disposición del docente para fortalecer el currículo educativo, permitiendo que el maestro decida su propia programación didáctica del aula, incluyendo aquellos contenidos digitales que considere oportuno.

Fuente de la noticia: http://www.eltiempo.com.ec/noticias/ecuador/4/422724/ecuador-fomentara-la-educacion-digital-rumbo-a-la-sociedad-del-conocimiento

Fuente de la imagen: http://cdn.mediospublicos.ec/eltiempo/k2-cache/items/cache/66b02ab65f655b071fce6398a0181146_XL.jp

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Profesores, ¿una herramienta obsoleta?

España / 8 de octubre de 2017 / Autor: Ainhoa Kaiero Claver / Fuente: El Salto

Los alumnos están perdiendo la capacidad de escucha. Ya no atienden. El intentar que asimilen algún tipo de conocimiento constituye cada vez más una ardua batalla. A ellos, por su parte, parece divertirles tu impotencia, tu enfado, tu voz quebradiza, tus “gallos”; les deleita el reducirte a la condición de un patético payaso.

Resulta obvio que el profesorado se está quedando obsoleto, y la sociedad, por tanto, insiste en la necesidad de renovar su función y de reprogramar el aprendizaje como un circo de actividades.

Puesto que los niños vienen al instituto a pasar el rato, y demandan, en calidad de nuevos consumidores, un cabaret cargado de efectos especiales, los profesores hemos ahora de entretenerlos mediante distracciones que desarrollen, sin apenas esfuerzo alguno, cuatro destrezas rudimentarias. Y mientras la educación se re-contextualiza así, cara a la galería, en un parque de atracciones (heredero de esas exposiciones y ferias que desde el siglo XIX convertían los progresos científicos y técnicos en un espectáculo de masas), en la trastienda, el profesorado se encuentra cada vez más ajustado a un mecanismo productivo de fábrica.

«Recuerdo que hace tiempo una inspectora calificó de “evolución del oficio” este paso de la docencia, a la tarea de vigilante-guarda de menores, animador, ‘coach’, supervisor y burócrata»

La administración exige del profesor una labor de operario y supervisor, constantemente ocupado en aplicar recetas pedagógicas, recabar datos y generar informes, dentro de un proceso educativo altamente burocratizado cuyo sentido tiende por momentos a desvanecerse. Muchos profesores nos vemos cada año “literalmente” engullidos, al igual que Charlot, por un engranaje ininteligible de ítems y consignas, de criterios de evaluación y estándares de aprendizaje, a la hora de elaborar una programación.

Recuerdo que hace tiempo una inspectora calificó de “evolución del oficio” este paso de la docencia, a la tarea de vigilante-guarda de menores, animador, coach, supervisor y burócrata. Sin embargo, el sentimiento de muchos profesores es que con esta nueva diversificación de tareas, su profesionalidad ha sido, si no destruida, al menos considerablemente mermada. Que en la sociedad actual sus conocimientos, su experiencia y su criterio profesional apenas ya se tienen en cuenta. Y viendo la enseñanza relegada a la obsolescencia por las nuevas técnicas de aprendizaje, se preguntan: ¿qué demonios ha pasado?

EDUCACIÓN DE MERCADO

Lo que se esconde, tras toda esta mistificación de la tecnología, la innovación y demás charlatanería en boga, es una apropiación del proceso educativo por parte de los agentes económicos. Lejos de los discursos humanistas e ilustrados, de esos grandes ideales de la formación del individuo y de un ciudadano instruido y responsable, en nuestro sistema actual impera el criterio “pragmático” de poner el aprendizaje al servicio de las necesidades socio-económicas, es decir, de las necesidades del mercado.

Hemos, por tanto, de preparar a las nuevas generaciones para una realidad económica cada vez más basada en el intercambio de servicios, de bienes inmateriales y, como ya adelantara Lyotard hace tres décadas, en una conversión del conocimiento en información mercantilizable.

La mal llamada “sociedad del conocimiento” no es, en este sentido, más que una industrialización del saber en aras a su posible explotación y rentabilidad capitalista. Si a lo largo del siglo XVIII los nuevos modos de producción de la industria absorbieron, desmantelaron y reconstruyeron la actividad artesanal de los gremios, parece que le ha tocado el turno a todas esas actividades profesionales “no productivas” (como las clasificara Adam Smith) que articulan el sector servicios. Gracias al desarrollo de las TIC (Tecnologías de la Información y la Comunicación), todos estos conocimientos están siendo adaptados a una cadena de procedimientos computerizados, permitiendo así su posterior manipulación por parte de los nuevos obreros, consagrados a un trabajo más “intelectual” que manual, del siglo XXI.

De ahí la intervención operada por los agentes económicos en el sistema de enseñanza donde se transmiten estas áreas del saber vinculadas a las profesiones “liberales”. La transformación de la naturaleza del conocimiento, requería igualmente una alteración de las instituciones tradicionales y de los métodos “artesanales” encargados de su reproducción y mantenimiento, principalmente la reforma radical de una Universidad asociada aún a modos arcaicos y gremiales, y en segundo lugar, del resto de cuerpos aparejados al proceso de enseñanza (primaria y secundaria).

La reconversión industrial de estas instituciones debía desmantelar la “vieja” enseñanza de un saber sustantivo, demasiado teórico, académico y rígido para los usos de nuestra sociedad informatizada, e implantar un “nuevo” sistema de aprendizaje más moderno orientado hacia un saber procedimental, eminentemente práctico, flexible y dinámico, cuyo modelo inspirador, por cierto, provenía del ámbito de la cibernética.

Decía Walter Benjamin que con la llegada de la difusión de la información, comenzaba el declive del arte de narrar, y con él, de la comunicabilidad de la experiencia. En el ámbito del conocimiento, la incursión de las TIC está igualmente ocasionando una pérdida de los saberes sustantivos y de sus modos de transmisión “artesanales”.

Al igual que una narración, un área de saber contiene la sedimentación paulatina de un conjunto de experiencias, transferidas y reelaboradas por diferentes “manos” (y “mentes”) a lo largo de la historia. En las disciplinas, los contenidos (si por éstos entendemos los “conceptos”, “ideas”, “temas”, “datos” o “teorías” de una rama de conocimiento) y los procedimientos (“metodologías”, “técnicas”, “lógicas”, etc.) se dan entrelazados, sin que puedan llegar a desconectarse arbitrariamente, del mismo modo en que lo narrado y la narración siempre se manifiestan de manera conjunta e indisociable.

Cuando pienso en mi materia que es la “Música”, por ejemplo, la entiendo como una constelación de conceptos, lógicas, técnicas y teorías sobre la experiencia sonora, interrelacionadas. Así como un narrador transmite tanto unos acontecimientos, como la vivencia y comprensión que él mismo hace de estos hechos relatados, también yo, al comunicar a mis alumnos ciertas fórmulas y conceptos, los reavivo desde mi propia sensibilidad y entendimiento. Y a su vez, un alumno que recoge mis explicaciones ha de realizar un ejercicio activo de interpretación, comprensión y asimilación de estas enseñanzas.

Al contrario de lo que las teorías pedagógicas al uso pretenden hacernos creer, la escucha o la lectura concentrada, la toma de notas y apuntes, la imitación y repetición de un procedimiento (todas ellas metodologías asociadas a una periclitadas “clases magistrales”), no son operaciones de recepción pasivas, sino ejercicios de una percepción creativa donde el alumno asimila generando sus propias conexiones. De manera que, en esta comunicación inter-subjetiva de generación en generación, el saber no sólo se transmite sino que también se expande y se reelabora dando lugar a nuevas perspectivas. Las materias albergan, por tanto, un saber teórico-práctico ligado a una experiencia de sentido infinitamente renovable.

La informatización, como ya señalara Lyotard, exterioriza el conocimiento respecto al “sabiente”, lo desliga de su experiencia, y lo fija en una serie de parámetros y ordenamientos formales que facilitan una manipulación abstracta.

«Las aulas se transforman en escenario de una hiperactividad compulsiva, en la que continuamente hay que dar “cosas que hacer” y mantener a los alumnos a toda costa entretenidos»

Los principios pedagógicos inspirados en el aprendizaje de la máquina, la cibernética, rechazan así por completo la transmisión “artesanal” de los saberes: aniquilan el componente corporal y aprehensivo (como percepción) del conocimiento; niegan la experiencia interna del sentido, y la sustituyen por un manejo externo de signos que proyectan significados; refutan el papel del saber como actividad que nos permite comprender, habitar y orientarnos en el mundo, y lo asocian con una mera utilidad instrumental, insensible y alienante; invalidan, por último, la comunicación inter-subjetiva entre generaciones, anulando el rol del profesor y condenando a la obsolescencia el ejercicio docente.

Las nuevas directrices pedagógicas implantadas en los ámbitos de primaria y secundaria ahondan en esta línea, al promocionar la adquisición de unas destrezas genéricas, las denominadas Competencias Clave, en detrimento de las disciplinas usuales. A fin de desarrollar estas Competencias en el alumnado, se conmina al profesor a planificar en su materia una serie de acciones (recogidas en los Criterios de Evaluación) asociadas a unos contenidos cada vez más sucintos y esquematizados.

A lo largo de este proceso, la enseñanza del profesor, en su labor tradicional de transmitir saberes, se ve sustituida por un protagonismo del niño que “construye” su propio aprendizaje. Se requiere de los niños no tanto una actitud reflexiva y observadora, como dinámica y participativa; los alumnos no deben ya escuchar, percibir o comprender, sino emprender, disponer y actuar.

De esta manera, las aulas se transforman en escenario de una hiperactividad compulsiva, en la que continuamente hay que dar “cosas que hacer” y mantener a los alumnos a toda costa atareados y entretenidos. Los institutos rebosan de niños que hacen murales, que montan exposiciones, que realizan maquetas, que efectúan experimentos y producen vídeos, niños que fabrican hasta su propio saber y emulan a todos esos DJ del conocimiento (principalmente bloggers y youtubers), que tanto admiran, colgando sus propias producciones en internet. Y con ello, lo que se observa es una manipulación cada vez más pobre y externa de informaciones, un corta-pega que pone de manifiesto la ausencia de una comprensión, asimilación y reelaboración profunda de los conocimientos, la incapacidad de generar síntesis, interpretaciones, de desarrollar algún tipo de razonamiento.

Los Criterios de Evaluación pro-ce-di-mentalizan así el conocimiento en una cadena sucesiva de operaciones, fragmentándolo, desarticulándolo y despojándolo finalmente de toda substancia.

A través de estas actividades propuestas, consistentes principalmente en una aplicación y manipulación de signos a partir de determinadas consignas o instrucciones de juego, los Estándares de Aprendizaje miden la adquisición o no de determinadas habilidades programadas: la capacidad del alumno de “procesar” y manejar información, de codificar y descodificar significados… Valga como ejemplo el siguiente estándar perteneciente a mi materia: “Reconoce los parámetros del sonido y los elementos básicos del lenguaje musical, utilizando un lenguaje técnico apropiado”. Este enunciado parece más digno de un lenguaje de programación, destinado a un robot o a un sistema cibernético, que del aprendizaje de un ser humano.

De ahí que este adiestramiento procedimental se preste a un entrenamiento directo del alumno (o “usuario”) con la máquina, es decir, con determinadas aplicaciones y programas informáticos creados para favorecer el auto-aprendizaje.

¿PARA QUÉ SIRVEN LOS DOCENTES?

Claro que, si el alumno puede ya instruirse directamente con sus tablets, fomentando el negocio lucrativo de la industria informática, ¿para qué siguen contratando a profesores? ¿Cuál es el rol que nos reservan? Se diría que el de un “personal training” (aunque resulte un tanto complicado con 30 alumnos en el aula), o el de un “monitor” que anime el entrenamiento grupal y personalizado (siempre atentos a la diversidad) de sus pupilos.

Por descontado que, tratándose de menores, deberá realizar una labor de vigilante y guarda de los mismos en todas aquellas horas que los padres que trabajan, y no pueden hacerse cargo de ellos, nos los confíen. Siendo además adolescentes en una edad crítica, ciertas nociones de psicología, siempre serán bienvenidas. Aunque, principalmente, su cometido consistirá en ser un supervisor del correcto funcionamiento del proceso de enseñanza, recogiendo semanalmente la evolución en las Competencias de cada usuario.

«El régimen actual no se orienta a formar futuros profesionales dotados de un amplio conocimiento en un área de saber concreto, sino a operarios, precarios y camaleónicos»

Ello implica que, en lugar de malgastar el tiempo tratando de explicar inútilmente la materia, el profesor ha de dedicar buena parte de la hora en anotar (preferentemente en una moderna aplicación de su tablet) si cada uno de sus 30 alumnos asistieron o no a clase, si trajeron o no los materiales, si realizaron o no la tarea de casa, si participaron o no en alguna de las actividades realizadas en clase, si demostraron o no haber adquirido las destrezas programadas, si son capaces o no de aprender de sus errores (tal como lo hace un programa cibernético avanzado), si se comportaron o no adecuadamente, si en su mal comportamiento manifestaron o no actitudes ofensivas, etc.

Un profesor eficiente de hoy en día debe registrarlo absolutamente todo, dado que su opinión y criterio profesional han sido invalidados y ya no cuentan ni para inspección (los jefes), ni para alumnos y padres (los clientes). De modo que lo que estas nuevas asignaciones conllevan, es una proletarización del docente cuya autoridad profesional ha sido aniquilada. Y, tal como señala Renán Vega Cantor, esta proletarización se efectúa además tanto a un nivel técnico, puesto que la labor del profesor es la de un simple operario sometido a un aparato de producción técnico y administrado, como ideológico, ya que los fines sociales de este proceso han sido intervenidos y se escapan igualmente a su control.

Dicha proletarización se ve además reforzada por la condición precaria de un extenso cuerpo de interinos, cuya inestabilidad laboral en los centros coarta sus posibilidades de intervención en los proyectos de enseñanza.

¿Cuál sería entonces el propósito del proceso educativo a día de hoy? ¿Formar a nuestros alumnos como personas? Obviamente, no. ¿Contribuir al desarrollo de su formación profesional? En realidad, tampoco. El régimen actual no se orienta a formar futuros profesionales dotados de un amplio conocimiento en un área de saber concreto, sino a operarios, precarios y camaleónicos, dotados de unas habilidades genéricas que les capaciten para reprogramarse continuamente en función de las necesidades del mercado.

En este sentido, el sistema competencial que nos ocupa está diseñado para desarrollar en el individuo tanto unas destrezas básicas (competencias científicas, digitales y lingüísticas principalmente), como determinadas conductas y actitudes (competencias sociales, de emprendeduría, de aprender a aprender).

La ingeniería neoliberal planifica (y perdonen la contradicción del término) el proceso educativo a fin de que sirva a su modelo ideal de sociedad: aquella en la que los individuos operan dentro de un régimen libre de intercambio, adaptándose de manera flexible a las demandas y ofertas que surjan en este contexto, con capacidad de emprender cambios en su ocupación si los precios del mercado (salarios bajos en un determinado oficio, por ejemplo) así lo sugieren, con capacidad para adquirir incansablemente nuevas habilidades.

Los mercados globales, cada vez más dinámicos e inestables, precisan de esta clase de agente camaleón, más que de profesionales con una formación sólida y delimitada, cuyo exceso de cualificación dificultaba su re-ocupación (engrosando así las listas del paro) e imponía, además, ciertos reconocimientos salariales (los empleadores han conseguido, en este sentido, desarticular las regulaciones de los gremios “liberales”).

Esta nueva orientación acaba, por tanto, con lo que antaño se denominaba “el ascensor social”, es decir, la posibilidad de una mejora de condiciones para los hijos de la clase obrera que accedían mediante la escuela pública y gratuita a una formación. Y con ello se extingue también esa cultura del esfuerzo, unida al aprovechamiento en los estudios, necesaria a la consecución de una rama profesional.

«Nuestro mundo demanda, más que nunca, el desarrollo de nuevas capacidades simbólicas que nos permitan pensarlo, aprehenderlo y habitarlo»

En lugar de ello, fabricamos una masa ingente de individuos escasamente cualificados, consumidores asiduos de formaciones y cursillos que les permitan ir tirando, improvisando sobre la marcha, en las diversas y cambiantes ocupaciones que se les puedan ofertar (los jóvenes precarios conocemos ya esta realidad de primera mano).

Individuos con una reducida preparación tanto a escala profesional, como humana, dado que el utilitarismo high-tech imperante, que incluso ha calado profundamente en las nuevas generaciones (a nuestros alumnos les han hecho creer que todo conocimiento es válido siempre y cuando se someta a los imperativos de utilidad inmediata y de novedad), no les permite nutrirse de una verdadera cultura que les facilite el comprender y desenvolverse en nuestro hábitat.

De ahí que este des-enraizamiento de los jóvenes, huérfanos de una identidad y de una tradición, los convierta en subjetividades frágiles y volátiles, fácilmente manipulables por cualquier tipo de discurso que los seduzca, ya sean los prototipos de los modos de vida capitalistas, ya sean otras doctrinas más “peligrosas” que canalicen los sueños rotos y el malestar de aquellos excluidos de este paraíso neoliberal.

Nuestro mundo no precisa de nuevos y sofisticados mecanismos que intensifiquen su instrumentalización. Demanda, por el contrario, más que nunca, el desarrollo de nuevas capacidades simbólicas que nos permitan pensarlo, aprehenderlo y habitarlo. Por eso es tan necesario reclamar y restituir la dignidad profesional del profesorado y de todos aquellos transmisores de la cultura y del saber.

Fuente del Artículo:

https://elsaltodiario.com/educacion/educacion-entretenimiento-profesorado-proletario

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