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Las 20 mejores películas ambientadas en la época escolar

Redacción: El Comercio

A propósito del primer día de clases, hacemos un recuento de 20 filmes que retratan esta etapa de la vida

La temporada de colegio ha comenzado. Y el primer día de clases se convierte en una buena excusa para recordar a aquellas películas que enmarcaron su historia en la complicada e inolvidable etapa escolar.

Películas como «Volver al futuro»,»Scream» y «American Pie» son algunas de ellas. A continuación, un breve repaso en fotos y videos de 20 películas sobre la secundaria de todos los tiempos. ¿Cuál es tu favorita?

«10 COSAS QUE ODIO DE TI» (1999)

«YA NO PUEDO ESPERAR» (1998)

«FAME (1976)»

«KARATE KID» (1984)

«LAS VÍRGENES SUICIDAS» (2000)

«HARRY POTTER Y EL CÁLIZ DE FUEGO» (2005)

«SCREAM» (1996)

«TRIUNFOS ROBADOS» (2000)

«VOLVER AL FUTURO» (1985)

«AL MAESTRO CON CARIÑO» (1967)

«AMERICAN PIE» (1999)

«GREASE» (1978)

«LA SOCIEDAD DE LOS POETAS MUERTOS» (1989)

«CARRIE» (1976)

«CHICAS PESADAS» (2004)

«NI IDEA» (1995)

«EL CLUB DE LOS CINCO» (1985)

«REBELDE SIN CAUSA» (1955)

«SE DICE DE MÍ» (2010)

«ESCUELA DE JÓVENES ASESINOS» (1988)

 

Fuente: https://elcomercio.pe/luces/cine/20-mejores-peliculas-ambientadas-epoca-escolar-144487

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Argentina: Infancias trans: “Hay rechazo a lo desconocido”

Redacción: El Ciudadano

Gabriela Mansilla, la madre de Luana, la primera chica trans argentina en modificar su DNI siendo menor de edad, pasó por Rosario. La mujer apunta a la lucha cultural después de la Ley de 2012. Para ella hay que cambiar la Educación Sexual Integral (ESI) y el sistema de salud

Luana es fanática de Soy Luna, la serie de TV que cuenta la historia de una adolescente que patina y canta. Al igual que la protagonista de la serie, Luana hace patín artístico desde los 5. Hoy tiene 11. Está en 5° grado y le divierte jugar en la computadora. Usa calzas y pantalones. Atrás quedaron los vestidos rosas y las princesas que admiraba cuando a los 18 meses le dijo a su madre: “Yo nena, yo princesa”. Esa frase fue la que usó su madre, Gabriela Mansilla para titular el primer libro que publicó sobre las infancias trans. Esta semana Mansilla llegó a Rosario participar de una serie de charlas y dialogó con El Ciudadano. Es parte de la lucha que le sigue a la Ley de Identidad de Género por la que su hija pudo cambiarse el DNI siendo menor de edad. Es la lucha cultural.

 

Crece

“Luana está divina. Es un torbellino. Tiene un carácter maravilloso y siempre está contenta. Se le nota en los ojos. Es sana física y psíquicamente. Trabajamos tanto para que esta niña sea feliz y hoy vemos que el esfuerzo valió la pena”, explica. Luana eligió su nombre a los 3 años cuando escuchó que así se llamaba una compañera de jardín. Cuando cumplió seis lo pudo leer en su DNI. Su familia estuvo un año haciendo trámite, pero no tuvieron que pasar por el Poder Judicial. Fue la primera menor de edad en el mundo en tener un DNI con el nombre que ella había elegido. La ley de 2012 se lo permitió. En el artículo 2° dice: “Se entiende como identidad de género a la vivencia interna e individual del género tal como la persona siente”. Aun con la ley, Mansilla cree que la sociedad no respeta las identidades diversas. “Tenemos una ley pionera a nivel mundial y aún nos espantamos con la genitalidad. Es una sociedad muy prejuiciosa y la influencia de la Iglesia atrasa muchísimo. Hay un rechazo a lo desconocido. La sociedad es violenta cuando promueve la invisibilidad, con el «mejor de esto no hablemos», o el «no se le nota», pero nadie lo reconoce”, opina.

Según Mansilla, hay más de 100 menores trans en Argentina que tramitaron el DNI. “No es obligatorio tramitarlo. La identidad se debe respetar cuando la persona lo manifiesta”, agrega Mansilla y rechaza hablar de cómo Luana les dijo quién era, de cómo reaccionaron y del camino que recorrieron. Prefiere hablar de los desafíos de una sociedad que debate las infancias trans en una novela del prime time televisivo, pero las excluye en la escuela, el sistema de salud y en la calle. “La sociedad aún no lo entiende. Avanzamos las personas que exigimos derechos y no les queda más que escuchar el reclamo. Hay muchas familias que leen mis libros y se identifican porque tienen una niña o niño transgénero y no reciben información. No está visibilizado, no lo abarca la ley de Educación Sexual Integral (ESI), ni ninguna bibliografía”, explica Mansilla.

La mujer escribió dos libros: Yo nena, yo princesa (2014) donde relató la historia de Luana desde que dijo esa frase hasta que tuvo su DNI, y Mariposas Libres (2018) donde cuenta las vivencias de la nena en la escuela y también habla de las infancias trans y la lucha contra lo binario y el estereotipo. “Necesitamos una educación que abarque la diversidad de cuerpos, que la nombren dentro de la escuela y el sistema de salud. Que no tengamos que soportar el asombro y la violencia del personal que se espanta ante la genitalidad porque la genitalidad no define la identidad”, explica. “Necesitamos que cambie la educación binaria, machista y patriarcal para vivir en mundo donde seamos personas: ni trans, ni cist (cuando la identidad de género de una persona corresponde con su sexo biológico), ni hetero, sino personas respetadas y libres. Quiero que nadie maltrate a Luana y que camine por la calle sin que la señalen. Me quiero morir sintiendo que tiene libertad y puede vivir sin que nadie la lastime”, concluye.

Mansilla también fundó la asociación civil Infancias Libres, integrada por cerca de 60 familias de todo el país donde recibe consultas de países de América Latina. “En un año y medio ya pasaron por la asociación cerca de 100 familias. Estamos haciendo el trabajo que no hace el Estado. Apunto a que deje de existir porque significaría que no hay más violencia y no tenemos que acompañar más a ninguna familia”, señala.

 

Televisada

La telenovela 100 días para enamorarse de Telefé cuenta cómo vive un adolescente que se autopercibe con un género distinto a los genitales con los que nació. Es la primera vez que una ficción popular de TV trata el tema. Para Mansilla es importante que lo hagan, pero advierte que no muestran la realidad cotidiana. “Me parece maravilloso y suma muchísimo, el tema está endulzado. Muestran una familia que lo ama y amigos que lo aceptan. Es una idealización que parece de Disney. Es la realidad a la que apuntamos, pero no es lo que pasa en lo cotidiano. Luana no puede vivir una vida cist género, no tiene amiguitas dentro de la escuela, no se ve representada en lo cotidiano. Si no mostramos la realidad como es nadie se hace cargo de lo que falta”, opina Mansilla.

 

Hablar para entender

Mansilla visitó Rosario este miércoles para dar una charla en la Facultad de Humanidades y Artes sobre infancias libres. Participaron Michelle Vargas Lobos y Karla Ojeda, de la comunidad trans; la antropóloga Fabiana Fernández; y la cineasta Lucrecia Mastrángelo, que mostró escenas del rodaje de su próximo documental, El laberinto de las lunas. La película aborda la maternidad y las infancias trans a partir de una serie de entrevistas a Mansilla, Ojeda, Susy Shock y Maira Ramírez. “Vine a explicar el contenido de los libros y a instalar el tema de la infancia transgénero. Hablar de las diferencias entre identidad de género y orientación sexual, citar la ley y contar qué derechos tienen estas infancias. Tenemos que bajar el prejuicio y los mitos sobre si a una determinada edad se puede saber quién es y explicar que no se trata de una elección”, dice Mansilla.

 

Presentación del libro “Cuerpxs equivocadxs”

El director del Programa de Asistencia a Personas Transgénero del Hospital Durand de la Ciudad Autónoma de Buenos Aires, Adrián Helien, presentará el libro Cuerpxs Equivocadxs?. Hacia la comprensión de la Diversidad Sexual. La presentación, auspiciada por la Subsecretaría de Políticas de Diversidad Sexual del Ministerio de Desarrollo Social del Gobierno de Santa Fe, será este viernes a las 18.30 en el Colegio de Psicólogos de Rosario (Dorrego 423).

“Habla de la transexualidad, un tema que ocupa el centro de los debates en temas de salud, Derechos Humanos y medios de comunicación. A través de la mirada de un médico psiquiatra y sexólogo y una periodista, el libro orienta a la comprensión de la transexualidad, como una manifestación más de la diversidad humana”, explican desde la organización de la charla. “El libro es en un valioso aporte que busca concientizar a la sociedad acerca de la urgente necesidad de incluir a todas las personas sin distinción de identidad, orientación genérica y/o sexual, de forma de lograr un enriquecimiento dentro de la diversidad sexual, hasta ahora negada o estigmatizada y castigada, pero aun así, existente”, concluyen desde la organización.

Fuente: https://www.elciudadanoweb.com/infancias-trans-hay-rechazo-a-lo-desconocido/

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Ministerio de Educación prepara condiciones para comienzo de curso escolar en Cuba

Cuba / 26 de agosto de 2018 / Autor: Prensa Latina / Fuente: Cuba Debate

El venidero 3 de septiembre comenzará en Cuba un nuevo curso escolar, y las autoridades del Ministerio de Educación (Mined) revisan los preparativos en el país para el inicio exitoso, según la edición de hoy del diario Granma.

De acuerdo con la publicación, en Las Tunas, provincia del oriente cubano, abrirán sus puertas 636 instituciones educativas. Allí se reportan una favorable cobertura docente y la disponibilidad de la base material de estudio.

No obstante, son materias pendientes el ingreso a carreras pedagógicas en áreas como Ciencias Naturales, Marxismo e Historia, Español-Literatura, Matemática y Física.

Mientras, en Granma, territorio con resultados destacados en el curso anterior, se recomendó trabajar en la consolidación de todos los indicadores de eficiencia del sector.

En esa provincia se espera la asistencia a las aulas de 130 mil 500 alumnos, distribuidos en mil 67 instituciones. La titular del Mined, Ena Elsa Velázquez, indicó a las autoridades locales atender con particular interés el otorgamiento de capacidades en los centros de enseñanza inicial, especialmente en los casos de las madres de dos, tres o más hijos pequeños.

Por otro lado, en Matanzas (occidente) se detectaron como dificultades la carencia de personal docente y el deterioro constructivo de las instalaciones. En esa provincia las 170 plazas sin profesores serán cubiertas con trabajadores contratados a tiempo parcial y estudiantes universitarios.

Según datos del Mined, el pasado curso abrieron sus puertas en el país más de 10 mil 600 centros de enseñanza adscritos a esa entidad gubernamental, los cuales acogieron a un millón 750 mil estudiantes, aproximadamente.

Desde el triunfo de la Revolución cubana en enero de 1959, toda la enseñanza en la isla es completamente gratuita, desde la inicial y preescolar hasta la de postgrado.

Fuente de la Noticia:

Ministerio de Educación prepara condiciones para comienzo de curso escolar en Cuba

ove/mahv

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Ocho cuentos para niños sobre la diversidad familiar

Redacción: El País

Álbumes ilustrados que nos hablan de la llegada de un hermanito, de la espera de una adopción, de familias recompuestas o de personas que viven solas

Actualmente hay una gran diversidad de familias, el modelo clásico ha cambiado y encontramos muchas más opciones todas ellas diferentes entre sí pero únicas. ¿Quién forma una familia? En esta selección os hemos buscado libros que nos pueden ayudar y ser de utilidad para abordar esta cuestión. Álbumes ilustrados que nos hablan de la llegada de un hermanito, de la espera de una adopción, de familias recompuestas o de personas que se han quedado sin familia y viven con la soledad. Incluso encontraremos un libro juego y una pequeña guía didáctica que responderán de forma didáctica cualquier pregunta sobre el concepto de familia que nos puedan hacer nuestros hijos.

Este es uno de esos cuentos para ver una y otra vez, porque en cada nueva ocasión encuentras algo nuevo. Un libro de gran formato que nos muestra, sin palabras y con todo tipo de detalles, la vida en un barrio protagonizado por seis familias distintas. ¡Y una más, de gatos! A través de un recorrido circular descubriremos todo lo qué pasa en estas calles completamente multiculturales. En cada doble página podremos entrar en las entrañas de cada hogar. Así conoceremos a Julia y Gaspar que esperan su tercer hijo; Jaroslaw y Claudia con varios problemas desde primera hora de la mañana; o el abuelo Jussim que celebra una gran fiesta en su casa. Y otros tipos de familias como Nuria y Martín que tienen dos papás; o la peluquera Luisa, madre soltera, que forma un estupendo dúo con su hija. Y una curiosidad, en medio de todo este bullicio, vive Alfredo en su caravana y además hay un tiovivo muy misterioso. Los más pequeños pasarán horas mirando todos los rincones de cada página. Incluso podéis aprovechar y jugar a encontrar objetos, personajes y otros detalles escondidos.

2. Chocolate infinito · Paloma Muiña · Editorial SM (A partir de 3 años)

A Paula le encanta la Navidad, cada año la celebra junto a su familia. Pero las últimas Navidades han sido algo extrañas, sus padres se han ido de viaje así que no han puesto el Belén ni los adornos en casa. Paula no termina de entender el motivo de su viaje y tampoco a dónde van. Durante los próximos días esta se queda con los abuelos, a pesar del aburrimiento Paula decide escribir su carta a los Reyes Magos. Para este año le gustaría tener una muñeca con pelo rizado y chocolate infinito que nunca se acabe. El día de Reyes la casa se despierta distinta, los padres de Paula al fin han vuelto. La niña lo nota en seguida y va corriendo a recibirlos. Después de los besos y abrazos Paula descubre algo maravilloso, el mejor regalo de Navidad que podía desear, tiene una nueva hermanita llamada Melat. Una adopción internacional relatada desde la experiencia de un niño. A veces los mayores no sabemos muy bien como contar ciertas cosas y después nos damos cuenta que todo es más sencillo, sobre todo a los ojos de los niños.

3. Uno más · Olalla González · Marc Taeger · Editorial Kalandraka (A partir de 4 años)

Las familias también crecen, y a veces explicar a un hijo la llegada de un hermanito no es tarea fácil, este álbum ilustrado nos puede ayudar mucho. El pequeño conejito se acaba de enterar que pronto serán uno más en casa y no puede esperar a dar la noticia a todos los vecinos del bosque. Como todos los niños, el protagonista es impaciente y no para de preguntar a su madre ¿cuándo nacerá? y ella siempre responde: «Cuando ya no pueda verme los pies». Una pregunta que no parará de hacer a todo aquel que se encuentra en su camino. Creando así una estructura repetitiva que seguro que enganchará a los primeros lectores. Al ser una experiencia nueva el conejito también se imagina y fantasea cómo será la vida con un bebé y cuál será su papel como hermano mayor. Una historia que inspira los sentimientos que se viven mientras se está esperando a un hermanito como ternura, solidaridad, alegría, emoción y con una sorpresa final. Sus ilustraciones son de trazos definidos, líneas irregulares, esquemáticas, y acuarelas de tonos suaves sobre fondo blanco perfectas para conectar con los más pequeños de la casa.

4. Esperando a Timoun · Geneviève Casterman · Editorial Flamboyant (A partir de 4 años)

Ocho cuentos para niños sobre la diversidad familiar

¡Todo lo bueno en la vida se hace esperar! Pero hay esperas y esperas. Como la de adoptar a un niño, un proceso que a menudo lleva años repletos de burocracia confrontada con las enormes ganas de querer a un hijo y formar una familia. Un auténtico periplo donde la paciencia se convierte en tu mejor compañía. Emociones que la autora de Esperando a Timoun ha sabido plasmar a la perfección con sus delicadas ilustraciones y diálogos acertados. En esta historia conocemos a una cocodrilo que acaba de recibir la aceptación de adopción de Timoun, su hijo. Pero tiene que esperar incluso más tiempo del que imaginaba. Entre las páginas veremos a la futura mamá esperanzada, con algunas dudas y miedos, a veces harta de esperar, otras tomándoselo con filosofía, pero siempre llena de ilusión y amor. Hasta que finalmente es el momento de ponerse en marcha y de ir a buscarlo. Y como un sueño hecho realidad, llega el día en que lo puede coger en brazos, mirarse a los ojos por primera vez y empezar a conocerse.

5. La Visita · Antje Damm · Tramuntana Editorial (A partir de 4 años)

En este cuento no se habla de ninguna familia, sino de algo completamente opuesto: la soledad. Por desgracia, en nuestras ciudades hay muchos hogares en los que vive gente mayor que al enviudar o por otras circunstancias de la vida se quedan solas. Sus hijos no les visitan demasiado ya sea porque viven lejos o por las excusas del día a día. Elisa es una de estos casos. Una señora mayor que con los años se ha vuelto solitaria, miedosa y poco confiada con el exterior. Pero por casualidades de la vida, un día recibe una visita inesperada a su casa. Un niño curioso irrumpe en el mundo de Elisa, y sin darse cuenta lo cambiará todo. Al inicio, a la protagonista no le hace mucha gracia esta presencia, pero poco a poco el niño enternece su corazón y le hace recordar tiempos pasados. Entre ellos nacen una comunicación fluida y una complicidad muy especial. Con la combinación de la ilustración y el collage podremos observar como el mundo gris de Elisa se va llenando de colores y vida por la llegada del niño.

6. ¿Cuándo se irán estos? · Ute Krause · Editorial Juventud (A partir de 5 años)

En esta original historia llena de divertidísimos toques de humor encontramos a una familia recompuesta. La pareja protagonista se ha separado. Sus siete hijos con sus maletitas van de un lado a otro según si les toca en casa de mamá o de papá. Los niños ya se han acostumbrado a este ajetreo, ahora tienen doble de todo: dos Navidades, dos cumpleaños, dos camas, dos platos, y el doble de normas. Las cosas van bien hasta que llega un día que su padre ya no les recibe solo, ahora vive con una princesa y sus hijos, cuatro princesitas y dos principitos. Aquí las cosas se complican, sobre todo la convivencia, no es fácil adaptarse a los nuevos miembros de la familia. Por eso, uno de los hijos le pregunta a su padre: ¿Cuándo se irán estos? Después de algunas travesuras y peripecias, los niños entenderán la nueva situación y encontrarán todas las cosas positivas que tiene tener más hermanos. Además, la madre también se ha vuelto a enamorar y vive con un dragón, y sus cinco dragoncitos. ¡Ahora sí que forman una gran familia!

7. Familiario · Mar Cerdà · Editorial Comanegra (A partir de 5 años)

Ocho cuentos para niños sobre la diversidad familiar

El modelo tradicional de familia ha quedado obsoleto. Rompiendo con todos los tópicos y conceptos arcaicos este libro-juego nos muestra a diversas familias todas ellas diferentes y únicas en un mismo escenario: un salón-comedor de cualquier casa. ¿Quién forma una familia? Dos mamás, un papá, hermanos de otros países, familiares que viven lejos, abuelos que viven en casa, animales de compañía, hermanos gemelos, una canguro… cada uno con sus propias características. Con una estética que recuerda al Animalario Universal del Profesor Revillod, formato horizontal y con espiral a la parte superior, podemos escoger entre las diferentes láminas divididas en cuatro hasta encontrar a nuestra familia y la de nuestros amigos. ¡Hay un total de 83.521 combinaciones posibles! Y si alguien no se ve representado hay una lámina vacía al final donde podernos dibujar. Además, el libro va acompañado de un prólogo inicial de David Cirici que lo hace aún más entendedor. Una herramienta muy útil para aprender mientras jugamos el valor de la diversidad familiar que existe hoy en día.

8. ¡En familia! · Alexandra Maxeiner · Anke Kuhl · Editorial Takatuka (A partir de 7 años)

Una pequeña enciclopedia para entender las diferentes constelaciones familiares. En este libro encontraremos todos los modelos de la familia moderna y contemporánea: la clásica de una mamá y un papá con hijos, la monoparental, la familia numerosa, la que tiene un hijo único, la de padres separados, la grande llamada patchwork, la de gais o lesbianas también conocida como arcoíris, etc. Además, podremos aprender muchas otras cosas sobre cómo ha ido cambiando el concepto de familia; cómo vivían en la prehistoria o cómo eran en la época de nuestros abuelos o bisabuelos. También se repasan los apodos cariñosos que utilizamos para cada miembro y el propio vocabulario que surge en cada núcleo. Cabe destacar el humor con el que describe los parecidos físicos entre familiares u otros aspectos más abstractos como el olor de todo hogar. Las ilustraciones de los personajes son realmente divertidas y consiguen darle vida y dinamismo al texto. Un imprescindible que nos ayudará a responder las preguntas más complejas de nuestros hijos. Premio de Literatura Infantil y Juvenil de Alemania 2011.

Fuente: https://elpais.com/elpais/2017/08/28/mamas_papas/1503906936_021505.html

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Colombia: Jóvenes que se matan

Redacción: El Colombiano

Hay que ser firmes en la denuncia y búsqueda de soluciones al arraigo de la cultura de la intolerancia y la violencia que llevan a la muerte, al dolor y a la cárcel a cientos de jóvenes.

Conocer y profundizar en la solución integral de los problemas en la educación, entornos familiares, educativos, éticos, barriales y sociales de los niños es el camino para salvar a los futuros jóvenes. Hay que trabajar en y con los niños para que no se sacrifique y asesine a los futuros jóvenes, porque es en estos en quienes más se exacerba y arraiga el conflicto social.

En Medellín, una sociedad en la que la intolerancia, el desarraigo, la desesperanza, el microtráfico, la drogadicción, el abandono, el dinero fácil, la desescolarización, el desplazamiento y otras lacras sociales prosperan, sobre todo, en sus zonas más deprimidas, los jóvenes están matando a los jóvenes.

Aunque las cifras de esta violencia hoy comparadas con otros momentos aciagos del Aburrá, como los vividos en los años 80 y 90, sean relativamente inferiores, no dejan de ser desesperanzadoras y prueban que aún falta un largo trecho por recorrer.

Según el Sistema de Información para la Seguridad y la Convivencia de la Alcaldía de Medellín, enero 1 – julio 15, en la ciudad hubo un aumento del 48 % en muertes de jóvenes entre 18 y 24 años, al ser sacrificados 111. En ese mismo lapso, en 2017, hubo 75 asesinatos, de personas con esas edades.

El segundo rango con más muertes violentas en Medellín fue entre los 29 y 32 años, con 52 víctimas, frente a 31 del año anterior, un incremento del 67 %.

Estas dolorosas cifras vuelven a probar que en el centro del conflicto social está un sector de una juventud sola, desorientada, desesperada, malformada, desempleada e intolerante que se expresa a través de la agresión y la eliminación del otro.

Cuando se miran las cifras de desplazamiento, desescolarización, desempleo y drogadicción se encuentra una relación directa con esa violencia e intolerancia. Esto es síntoma evidente de que algo no funciona en la sociedad y que es allí donde deben concentrarse el Estado, la familia, la escuela, el barrio, la universidad, la Iglesia, las iglesias… No de otra manera puede superarse esa cultura de violencia y muerte tan arraigada en Medellín.

Como lo mencionó un líder social de la comuna 13 al referirse a este tema: hay que desterrar de las mentes y entornos de niños y jóvenes el cuento del dinero fácil, las rentas criminales, la cultura de la trampa, del vivo, del atajo, la agresión, el cara-dura, porque estas solo tienen futuros comunes en la cárcel, el dolor y la muerte.

Pese a los estudios y proyectos sobre las causas y componentes de las crisis y las muertes de los jóvenes, la aplicación de los mismos parece que se quedaran en el papel.

Debemos tener absoluta certeza sobre la condición de vida de nuestros niños, sus patrones y modelos de educación; formación religiosa, social, política, familiar y, por supuesto, institucional. Es decir, pedagógica, mirar qué les están enseñando, quién está al frente de su educación y cuáles son las estructuras y patrones que terminarán por determinar su futuro.

La formación de nuestros niños es la que perfila y cualifica a un joven con futuro o, caso contrario, a uno violento que puede terminar su vida de manera inútil y estúpida en nuestras calles al servicio de una banda o en un simple caso de intolerancia, que pudo resolver con una sonrisa, una palabra o un abrazo.

Excelente que nuestros niños aprendan en la escuela a sumar, escribir y leer, pero igual de importante, quizás mucho más, que reciban educación ética y moral, que aprendan a respetar las divergencias y puntos de vista contradictorios en un marco de reconocimiento y dignidad, como lo señaló en una entrevista en EL COLOMBIANO el filósofo colombo francés, Nelso Vallejo-Gómez.

Fuente: http://www.elcolombiano.com/opinion/editoriales/jovenes-que-se-matan-MY9067385

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Sueños y desafíos de la infancia trans

Autora: Violeta Gorodischer

«Yo soy, yo soy, yo soy», repetían las voces infantiles en el salón angosto con pisos de madera. Dos ventanas dejaban entrar la luz tibia del sol. La ronda giraba y el mantra iba subiendo el tono mientras los pies golpeaban el piso. «Más fuerte», arengaba Victoria Lagos, profesora de expresión corporal de la asociación Infancias Libres. Y las vocecitas agudas seguían, «yo soy, yo soy, yo soy», se potenciaban, subían cada vez más para que ese «yo soy» latiera, como rezaba la consigna, «al ritmo del corazón». El final del ejercicio fue un grito colectivo con muchos nombres superpuestos. Identidades secretas que salían, por fin, a la luz. Ese día, Guadalupe gritó bien fuerte Guadalupe y se empezó a reír. Seis años, el pelo rubio por los hombros, el short celeste y la remera de volados. Volvió a su casa feliz. Cuando su papá le regaló un diario íntimo de Soy Luna, se dibujó sin ropa, con el pelo muy largo y los genitales de varón. «Soy Lupe y soy trans», escribió.

Hubo una época en que Guadalupe tuvo otro nombre; uno que ahora ni ella, ni sus padres, Silvia y Sebastián, quieren recordar. De los berrinches, en cambio, sí se acuerdan. Y de la dermatitis que ardía y picaba y no se iba pese a las cremas y la ropa de algodón. Sebastián y Silvia cuentan que su hijo estaba siempre callado, tenía broncoespasmos, dormía mal, comía lo mínimo. Un día le regalaron un disfraz de Superman, pero solo usó la capa de pollera. Con cada torta de cumpleaños, un llanto distinto: no quería Cars, ni jugadores de fútbol, ni siquiera a los Minions. «Apenas sabía hablar cuando me contó que había soñado que era una nena», dice Sebastián, médico traumatólogo. «Me contó que en el sueño había usado un vestido y, cuando me lo contaba, tenía una sonrisa tan grande que yo no sabía qué hacer». Junto con su mujer, también médica, consultaron a las maestras del jardín de infantes a ver si habían conocido algún caso parecido. «Pensé que teníamos un nene gay. No entendíamos la diferencia entre género y sexualidad», se reprocha Sebastián. En la casa nadie dormía, todo era un caos. Más tarde llegaron los psicólogos, la terapia de pareja, la terapia familiar. Angustiado, Sebastián habló con el área de salud mental del hospital donde trabaja, pero como su hijo tenía 4 años, las respuestas era siempre las mismas: «Es muy chico, esperen, esto no quiere decir nada».

MAURO «Mi marido cambió el ‘reina’ por el ‘facha’, fue lo que pudo aceptar en ese primer momento y después le quedó como apodo», cuenta Bárbara, la mamá de Mauro Fuente: LA NACION – Crédito: Ignacio Coló

Pero sí quería decir. Al menos eso le explicaron un tiempo después los médicos del equipo interdisciplinario del hospital Durand, solo con ver los dibujos en los que Guadalupe se autorrepresentaba. «Lxs niñxs trans son niñxs en lxs que la identidad de género (es decir, la forma en que se autoperciben) no coincide con el sexo asignado al nacer», explica el doctor Adrián Helien, coordinador del Grupo de Atención a Personas Transgénero Gapet (adultxs, adolescentes y niñxs) y autor del libro Cuerpxs equivocadxs. El doctor pide expresamente que su discurso se escriba así, con la x que engloba un plural fuera de cualquier división binaria. Y agrega: «Al nacer se nos asigna un sexo y una identidad basada en la biología. En lxs niñxs trans, esa asignación no coincide con la identidad de género. Pero es importante aclarar que lo expresan de manera persistente, coherente e insistente a través del tiempo. En los seres humanos, el género define la identidad por sobre la biología. Entonces, si nació biológicamente varón, pero se autopercibe mujer: ¡es mujer! Lo mismo sucede con las mujeres biológicas: si se sienten varones, son varones. La ley de identidad viene a apoyar esta realidad. Esto es un aspecto humano normal, pero llama la atención porque solo una minoría de niñxs lo presenta y por la enorme ignorancia que tenemos al respecto». ¿Qué les aconsejaron a Silvia y Sebastián estos médicos? Algo más simple de lo que ellos se habían imaginado: que le dijeran (a su hijo) que lo iban a amar más allá de la ropa o el largo de pelo que quisiera tener. Y entonces ellos, que hasta entonces no se habían animado, que no querían cometer errores o incitar a algo que no sabían si era correcto, lo sentaron a la mesa y le dijeron una frase que fue el principio del cambio, mejor dicho, de la transición: «Te vamos a respetar siempre».

El caso de Guadalupe se parece al de los otros 35 niños y niñas que hoy se nuclean en la asociación Infancias Libres, creada por Gabriela Mansilla, madre de Luana, la primera niña trans que obtuvo su DNI en la ciudad de Buenos Aires a los 6 años de edad. En 2013, su caso fue pionero y recorrió el mundo. Gabriela tuvo mellizos varones, pero antes de cumplir el primer año de vida uno de ellos empezó a dar señales de que no estaba bien. Lloraba mucho. Se le caía el pelo. Se golpeaba la cabeza contra la pared cuando lo obligaban a vestirse como nene o cuando no lo dejaban bailar como Bella frente a la película de Disney. Terminaba robándole remeras a Gabriela y usándolas como vestido. Entre las primeras palabras que dijo, hubo cuatro que su mamá nunca olvidará: «Yo nena, yo princesa», le dijo. Tenía dos años.

DIFERENCIA «Pensé que teníamos un nene gay. No entendíamos la diferencia entre género y sexualidad», se reprocha Sebastián, papá de Guadalupe Fuente: LA NACION – Crédito: Ignacio Coló

En esa época, Gabriela no era activista ni experta en cuestiones de género; era un ama de casa del conurbano profundo que vendía pizzas y que solo quería que su criatura se dejara de lastimar. Así que aguantó que su marido la abandonara, que en el barrio los vecinos de toda la vida le quitaran el saludo, que no le quisieran vender ropa de nena, que los médicos pediatras de los hospitales públicos las humillaran (a ambas) en cada visita. Aguantó todo para que Luana fuera Luana. Y logró, con el asesoramiento de Valeria Pavan, coordinadora del área de salud de la Comunidad Homosexual Argentina (CHA), que su hija hiciera su propio camino de transición y tuviera un DNI con su nueva identidad.

Con la llegada de Luana, en 2011, la CHA inauguró un universo nuevo de acompañamiento, porque hasta ese momento solo trabajaba con jóvenes y adultos. «Habíamos escuchado recuerdos infantiles, pero no habíamos trabajado directamente con niños -cuenta Pavan-. Lo que me llamó la atención es que por primera vez encontré una madre que escuchaba lo que su hija le decía sin responder con violencia. Gabriela se comprometió a acompañar a su hija, y se puso al hombro el objetivo de que los derechos fueran para todos los niños y niñas». Hoy, la asociación Infancias Libres, que hace menos de un año Gabriela fundó con sus padres y hermanos para ayudar a quienes vivan algo similar, pasó de nuclear ocho familias a 35. Y no son los únicos. Según datos de la Secretaría de Infancias y Adolescencias Trans y sus Familias de la Federación Argentina GLBT, creada en 2016, en el lapso de dos años se acercaron 80 familias, entre las cuales hay niños y niñas trans de entre 2 y 5 años.

En conjunto con Casa Trans y el hospital Pedro de Elizalde les ofrecen acompañamiento psicológico y encuentros de diálogo para intercambiar experiencias. Desde el hospital Durand, en tanto, aseguran que la edad de la primera consulta actualmente descendió por debajo de los 18 años y que por esa razón el año pasado crearon el equipo que atiende niños, niñas y adolescentes. Desde entonces, es la consulta que más creció y hoy acompañan a 50 pacientes en este rango de edad. ¿Por qué hasta hace poco nada de esto existía? ¿Es la infancia trans un fenómeno reciente? «Nosotros tenemos una encuesta del Grupo de Atención a Personas Transgénero que indica que la gran mayoría se descubrió trans en la primera infancia: el 88% antes de los 10 años y el 67% antes de los 5», detalla el doctor Helien. Pero nadie estuvo ahí para escucharlos.

Armar red

Hoy, a Gabriela Mansilla su casa de Merlo le quedó chica como sede de la fundación y busca nuevo lugar. Allí tienen encuentros de diálogo, clases de expresión corporal, acompañamiento terapéutico. Cada día le escriben de diferentes provincias; de otros países, también. «Los padres llegan a mí muy angustiados. Algunos sienten alivio cuando hablan conmigo; otros en cambio se enojan, no me quieren escuchar», cuenta desde el living de su casa, el mismo donde días atrás escuchó durante cuatro horas a una madre de la localidad de Mercedes que no dejaba de llorar por lo que acababa de confirmar, por todo lo que se venía a partir de ese momento. «Llegan acá con miedo, con vergüenza, con culpa y con muchos prejuicios. Yo abrazo a los padres, pero no les abrazo sus prejuicios. Les digo la verdad. ¿Qué preferís? ¿Acompañar desde ahora a tu hijo o hija o abandonarlo y que se te suicide antes de llegar a los 35?», dice con tono firme, la convicción de alguien que ya lleva peleando demasiado tiempo. Sobre la mesa hay dibujos que dejaron Luana y su hermano mellizo, Elías. No tocar, reza el cartel escrito con marcadores de colores y caligrafía infantil sobre una cajita cerrada. Desde el cuarto llegan sus risas. «No te puedo mostrar, son unos tesoros que trajeron del patio», bromea Gabriela.

Fuente: LA NACION – Crédito: Ignacio Coló

«Ante la situación de un hijx trans, la aceptación es la mejor opción -plantea el doctor Helien-. Primero, porque todos necesitamos ser validados en nuestra identidad, luego porque no es una enfermedad, y porque la aceptación salva vidas en esta temática. Hay trabajos científicos que nos dicen que el rechazo familiar multiplica por ocho el riesgo de suicidio en personas trans y por seis el riesgo de depresión. Lxs niñxs son muy vulnerables en su primera infancia, necesitan de la aceptación y del amor de sus padres, tanto como del alimento. Muchas veces, los familiares que los tienen que proteger son los que los niegan, discriminan o ejercen violencia. Cuando hay un niñx trans, los que tienen que salir del closet son los padres».

Silvia y Sebastián tuvieron reacciones distintas con respecto a la aceptación. Silvia sintió alivio. Por fin podía darle una muñeca a su hijo; podía dejarlo vestirse como quisiera y verlo sonreír sin sentirse culpable. Sebastián, en cambio, se debatía con él mismo. «Yo quería una explicación científica, hacerle un estudio genético, que hubiera un protocolo a seguir… Primero, pensé: ¿por qué me pasa a mí? Yo, la víctima. Pero nunca fui yo la víctima de nada, era Lupe, que no la podíamos escuchar ni entender». Con ayuda de Silvia salió de ese lugar y empezó a asumir, a aceptar. En la transición de Guadalupe, sin embargo, tuvo un período de depresión. Un duelo, en realidad. Porque él sabía que iba a pasar, pero pensó que iba a ser más tarde, en el paso al secundario. «Sucedió antes», dice con voz calma. Por eso el duelo, porque de un día para el otro el hijo con el que él se proyectaba jugando al fútbol desde que estaba en la panza de Silvia ya no estaba más. «Lo que pasa es que los proyectos son de la persona, no míos, y esa persona sigue existiendo. Se trata de entender que cambian las proyecciones o los proyectos, y entonces el duelo es más corto, más simple, por eso ahora estoy en otra etapa».

Bárbara Magarelli, coordinadora de la Secretaría de Infancias y Adolescencias Trans y sus Familias, es la madre de Mauro, el primer varón trans en haber obtenido el DNI en la ciudad. Ella asegura que los hijos siempre dan señales, pero los padres tienen que poder escuchar. En su caso fue una frase muy concreta, algo que le dijo su hija antes de llegar a los 9: «Mamá, voy a cagar a palos a la cigüeña. Me trajo nena y soy varón». Bárbara recuerda el abrazo y el silencio posterior a esa charla. Quería decir algo, pero no sabía qué. Estaba shockeada. Primero vio un documental de infancias trans; después se puso a buscar en internet y así conoció a otra madre de un niño trans en Japón, de la que se hizo amiga y con quien todavía habla por WhatsApp. «Lo único que sabía era que lo iba a acompañar. No sabía cómo, pero no lo iba a dejar solo». Cuando su marido se enteró, llegó un nuevo problema: por más que quisiera aceptar el camino de la transición, no podía llamar en masculino a quien, hasta entonces, había sido su «nena», su «reina», su «beba». Quería, pero no podía. Entonces le empezó a decir Facha. «Mi marido cambió el ‘reina’ por el ‘facha’, fue lo que pudo aceptar en ese primer momento y después le quedó como apodo», cuenta Bárbara. «El nombre Mauro era el de mi papá. Lo elegimos juntos. Parece simple, pero es tan complejo… Yo por nueve años la llamé como nena, cuesta de un día para el otro cambiar el nombre, por eso digo que hay que tenerles paciencia a los padres. Permitirles que se equivoquen. Siempre les aconsejo lo mismo cuando vienen a Casa Trans en busca de ayuda: busquen un sobrenombre, un apodo, algo que para empezar les resulte más fácil. Está bueno que los padres se involucren en la elección del nombre, vuelve a nacer un hijo para vos, con su verdadera identidad».

Fuente: LA NACION – Crédito: Ignacio Coló

Tal vez, uno de los principales objetivos de Infancias Libres sea enseñarles a los niños y niñas trans (y a sus padres) a querer sus cuerpos como son. Un objetivo complejo que obliga a salir de la lógica binaria (hombre/mujer) y busca que, desde pequeños, entiendan la diferencia que existe entre nociones como género, genitalidad y orientación sexual sin recurrir necesariamente a tratamientos de hormonización u operaciones de reasignación de sexo. «Ese es uno de mis grandes miedos con Luana, que ya está cerca de la adolescencia. Nosotros apuntamos a la aceptación, ese es el trabajo que queremos hacer desde acá», dice Gabriela, que nunca olvidará la tarde en que se desesperó porque vio que Luana se quería arrancar el pene. Ese día decidió explicarle que podía ser una nena y tener genitales masculinos; decirle, en sus propias palabras, aquello que teóricos como Judith Butler llevan años tratando de difundir: que el género, el «ser hombre» o «ser mujer» es una construcción cultural. La decisión final, en última instancia, siempre será de Luana.

Hay una diferencia fundamental, clave a la hora de abordar esta temática: la identidad de género no es lo mismo que la orientación sexual. Según Valeria Pavan, la identidad de género incumbe a nuestro ser en el mundo porque es algo propio. La orientación sexual, en cambio, acontece a partir de nuestro deseo respecto de terceras personas, afectiva y eróticamente. «La orientación sexual tiene que ver con el afuera; la identidad es algo propio, ligada a la pregunta quién soy, cómo me paro en el mundo. El gran obstáculo es el prejuicio ligado a representaciones tradicionales respecto del sexo y el género. Concluyen en una mirada binaria a partir de un dato biológico: el genital que porte ese niño o niña mientras lo están gestando. Manejamos una concepción muy biologicista».

Identidades flexibles

Claro que dejar que los niños y niñas transiten y expresen identidades flexibles no es una propuesta fácil y genera contradicciones incluso en los mismos padres. «Hacé pis sentada», le decían hasta hace poco Sebastián y Silvia a Guadalupe, hasta que se dieron cuenta de que la estaban obligando a comportarse como una nena repitiendo los esquemas de los que precisamente querían escapar. También está el caso de Martín, un nene trans de 5 años que hoy es Martín, pero mañana no saben porque se cambia el nombre todos los días y seguirá fluctuando hasta que elija uno definitivo. Tal vez entonces hagan el cambio de DNI, «que es un derecho y no una obligación», cuentan Martín y Florencia, sus papás, remisero y empleada doméstica, respectivamente. En un camino muy similar al de los otros, estos padres se informaron, se comprometieron, se volvieron prácticamente defensores de una causa: la de su hijo trans. De alguna manera, todos los padres que apoyan a sus hijos en este camino se vuelven militantes. Su voz es la de los chicos, que todavía no pueden hablar o no tienen las herramientas para hacerlo. Son los mismos padres los que, entre el amor y la actitud defensiva, asumen la responsabilidad de educarse, incorporar nuevos conceptos, explicar todas las veces que sea necesario, darles pelea al mundo y a un discurso heteronormativo que se expande como un pulpo por todos los frentes. «Yo decidí dejarme el pelo largo y ponerme aritos para que mi hijo vea que no hay un único modelo de masculinidad, que no hay una sola manera de ser varón», dice Martín padre, con su voz grave y sus casi dos metros de altura. Además, quiere que cuando su hijo llegue a la pubertad, él mismo pueda explicarle cómo usar toallitas femeninas.

Fuente: LA NACION – Crédito: Ignacio Coló

Para Bárbara, el bloqueamiento hormonal de Mauro fue una opción desde el primer momento, para evitar en el futuro una masectomía. «A él le gusta estar en cuero desde que nació y así puede hacerlo. Es un tratamiento inocuo, cuando se deja de aplicar, las hormonas reaparecen. Se utiliza desde hace 30 años con niñas que tienen pubertad precoz. No tiene contraindicaciones. Es un trabajo con endocrinólogas y estudios que se hacen cada seis meses en el hospital Pedro de Elizalde», explica.

Para que estas nuevas identidades se respeten en todos los ámbitos, tanto en Infancias Libres como en Casa Trans aseguran que el trabajo en la escuela resulta fundamental. Al fin y al cabo, ahí es donde los chicos y las chicas pasan la mayor parte del día, de sus vidas. El problema es que al no haber, todavía, políticas públicas, la única opción que queda es apuntar a la buena voluntad de la institución y a planes personalizados de integración. «Antes esto era invisibilizado, pero hoy estos niños son cada vez más y eso es lo que intentamos trabajar con las escuelas para organizar estas situaciones en las instituciones -dice Valeria Pavan-. Yo en cada escuela tengo que armar un proyecto de acompañamiento que depende de lo que la escuela esté dispuesta a hacer». Su intervención más reciente fue en una escuela religiosa, donde hay dos niñas trans en el mismo grado. Valeria se juntó con todos los padres y escuchó con respeto a los que estaban enojados, los que tenían bronca ante lo diferente. Después les habló. E invitó a las familias de las niñas trans a contar lo que les estaba pasando en la casa. Cómo había sido el proceso y qué significó para ellos poder escuchar y validar a sus hijas. «Al final terminaron todos llorando abrazados. La verdad es que es más la gente que entiende que la que no, al menos en nuestra experiencia», dice Valeria. Con la ley de identidad de género de su lado, padres y especialistas coinciden en que el mayor límite lo encuentran hoy en la Educación Sexual Integral (ESI). «En los materiales, los cuerpos de los niños trans no están representados. En ese sentido es el cambio cultural que necesitamos que se empiece a organizar en todos lados, haya o no haya niños trans en esa institución», plantean.

Que va a llevar tiempo no hay dudas. Se trata de una apuesta titánica: escribir de otra manera las leyes de la cultura, el mandato social, el familiar. Aun así, hay brazos, discursos y personas que trabajan para que estos niños y niñas puedan tener una infancia como la de cualquiera. Y quizá, con el tiempo, los paradigmas y las representaciones que nos moldean sean otros. Más flexibles. Más tolerantes. Más humanxs.

Más información:

  • Según datos de la Secretaría de Infancias y Adolescencias Trans y sus Familias de la Federación Argentina GLBT, creada en 2016, en el lapso de dos años se acercaron 80 familias, entre las cuales hay niños y niñas trans de entre 2 y 5 años.
  • Son 35 los niños y niñas que hoy se nuclean en la asociación Infancias Libres, creada por Gabriela Mansilla, madre de Luana, hace menos de un año. «Los padres llegan a mí muy angustiados».
  • «Tenemos una encuesta que indica que la gran mayoría se descubrió trans en la primera infancia: el 88% antes de los 10 años y el 67% antes de los 5», detalla el doctor Adrián Helien, coordinador del Grupo de Atención a Personas Transgénero y autor del libro Cuerpxs equivocadxs.
  • «Muchas veces, los familiares que los tienen que proteger son los que los niegan, discriminan o ejercen violencia. Cuando hay un niñx trans, los que tienen que salir del closet son los padres».
  • Tanto en Infancias Libres como en Casa Trans aseguran que el trabajo en la escuela resulta fundamental.
  • Una diferencia clave a la hora de abordar esta temática: la identidad de género no es lo mismo que la orientación sexual.

Fuente: https://www.laprensagrafica.com/tendencias/Suenos-y-desafios-de-la-infancia-trans-20180805-0051.html

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Ni optimistas Ni pesimistas: Vivir la realidad, Luis Bonilla-Molina en #SoundCloud (Audio)

Venezuela / 5 de agosto de 2018 / Autor: Luis Bonilla-Molina / Fuente: Soundcloud

Serie de audios de Luis Bonilla-Molina sobre pedagogía, política, sociedad, industria cultural, conflictos intergeneracionales, participación, teoría crítica entre otros temas

Fuente: https://soundcloud.com/luis-bonilla-molina/ni-optimistas-ni-pesimistas-1

ove/mahv

 

 

 

 

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