La especie humana es la única que se educa en contra de su propia supervivencia

Por: Rebelión

Esta mañana se ha presentado en rueda de prensa el informe La Situación del Mundo 2017la última edición de la serie anual del Worldwatch Institute, cuya edición en castellano acaban de publicar FUHEM Ecosocial e Icaria. El informe, que lleva por título “Educación ecosocial. Cómo educar frente a la crisis ecológica”, analiza y recoge experiencias de todo el mundo sobre metodologías y contenidos educativos para impulsar un aprendizaje útil frente a la crisis ecológica actual. “No podemos pensar que la educación ambiental es enseñar las 3R: reducir, reutilizar, reciclar; eso era útil en los años 70. Ahora lo más importante es educar a líderes climáticos”, apunta Erik Assadourian, investigador senior del Worldwatch Institute y director del informe de este año.

Cómo educar frente a la crisis ecológica

“El mundo está cambiando tan rápido que pensamos que necesitábamos focalizar el informe de este año en la educación. Los humanos estamos haciendo nuestro mundo inhabitable. Hace cuatro años que deberíamos haber empezado a realizar cambios radicales hacia sociedades más sostenibles, pero ahora tenemos que pensar cómo formar a las generaciones venideras ante la imparable crisis climática”, explica Assadourian.

Para incorporar una mirada ecosocial, es decir, una perspectiva educativa con la que profundizar la democracia, la sostenibilidad y la cohesión social, el investigador estadounidense ha explicado los seis principios que son la base para una educación así: “dependencia de la Tierra, interdependencia, creatividad, aprendizaje profundo, liderazgo centrado en la Tierra y, el último, la capacitación para la vida, como algo transversal que atraviesa los otros cinco principios”.

Por qué incorporar una mirada ecosocial al contexto educativo español

Uno de los capítulos especiales que se incluye en la versión en castellano del informe, está firmado por Víctor M. Rodríguez, director del área educativa de FUHEM, y Yayo Herrero, directora general de la misma fundación y reconocida a nivel estatal por su trayectoria ecofeminista. En su análisis en la rueda de prensa, Yayo Herrero recalca la cuestión más política que atañe a la educación: “El pacto educativo es un reflejo de una determinada forma de ejercer el poder, sin preguntarse para qué mundo queremos enseñar” y añade que “los sistemas de educación son campos de batalla donde pelear la visión hegemónica, y el nuestro no está a la altura de las circunstancias”.

Además, reitera la importancia de que “un proyecto educativo tiene que estar contextualizado en el mundo en el que vivimos y el currículo escolar oficial deja fuera muchos temas: no se enseña la interdependencia con la naturaleza y el valor de las relaciones, sino que se educa en una noción de crecimiento y de tecnología que nos está llevando al suicidio, sin conectar los problemas actuales con las verdaderas causas”.

La fundación FUHEM, titular de tres centros escolares en la Comunidad de Madrid, no quiere quedarse fuera de este proceso de transformación. Por ello, ha reformulado su Proyecto Educativo, siguiendo las líneas estratégicas que ha explicado Yayo Herrero: “Estamos ahora mismo introduciendo una mirada ecosocial al currículo oficial para que el elemento central de nuestro proyecto incluya la comprensión de los límites físicos de nuestro planeta, la educación en temas de género, la visibilización de los cuidados y la distribución de la riqueza y las responsabilidades”.

En este sentido, Luis González, autor del capítulo “Alimentar otros modelos” que se incluye en la versión internacional del informe, ha aterrizado estos aspectos en iniciativas concretas como la experiencia de los comedores escolares ecológicos en los centros escolares de FUHEM, que no solo contempla la sustitución de los ingredientes por otros de origen ecológico, de temporada y de cercanía, sino que también incluye la creación de grupos de consumo para las familias y la elaboración de una guía didáctica para introducir la alimentación como vector educativo en diversas etapas y asignaturas”.

Por otra parte, González, como coordinador del proyecto educativo ecosocial en los centros escolares de FUHEM, ha explicado el proceso de adaptación del currículo escolar: “Además del blog Tiempo de Actuar donde se ofrecen recursos didácticos en relación a temáticas ecosociales que son muy útiles para el aula, llevamos un par de años diseñando un currículo que incluya estos temas y se adapte a lo estipulado por la LOMCE, y que esperamos que sea accesible para cualquier docente interesado en integrar esta mirada en su forma de educar”.

Jornadas para seguir avanzando en una educación ecosocial

Los temas del libro presentado hoy en Madrid serán el eje de las jornadas “Educación ecosocial. Cómo educar frente a la crisis ecológica y social”, organizadas por FUHEM, que se celebran el viernes 6 y el sábado 7 de octubre. En ellas se analizará el contexto educativo español y la importancia de incorporar una mirada ecosocial en este ámbito y se presentarán experiencias que se están llevando a cabo en el estado español. En las Jornadas, que se celebrarán en La Casa Encendida -con todas las entradas ya agotadas- participarán personas expertas en la temática como María Novo, Santiago Alba Rico, Heike Freire, Rafael Díaz-Salazar, Yayo Herrero y Erik Assadourian.

Fuente: http://www.rebelion.org/noticia.php?id=232453

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Preparados para el cambio: Ciudades en Transición

Isabel Benitez

El Movimiento de Transición propone alternativas ante las crisis climática y económica que asfixian a nuestras comunidades. 

Imaginen pasear por su localidad y poder recoger un tomate o una ciruela de un jardín público o de uno de los maceteros que decoran las calles. Suena bien, ¿verdad? O encontrar en ese mismo lugar plantas medicinales o hierbas que puedan usar para preparar una reconfortante infusión. Pues bien, ésta que, a priori, puede parecerles una propuesta algo irreal es precisamente una de las ideas por las que una pequeña localidad del norte de Cáceres se ha hecho famosa en nuestra región.

Carcaboso fue el primer municipio extremeño en adherirse al Movimiento de Transición, una revolución internacionalque pretende crear comunidades más sostenibles y autosuficientes capaces de afrontar las crisis climática y económica que nos atenazan.

En sociedades altamente dependientes de los combustibles fósiles y que han llevado el planeta a su límite, el Movimiento de Transición propone empezar desde cero: recuperar la producción y consumo locales (reduciendo intermediarios, empaquetado y cadenas de distribución de miles y miles de kilómetros), facilitar la generación de empleo y riqueza en nuestros barrios, pueblos y ciudades, o, por ejemplo, promover el uso de fuentes de energía limpias. Todo para reducir el impacto que nuestras acciones tienen sobre la naturaleza, reconectarnos con nuestro entorno y nuestra comunidad, y hacernos más libres.

La semilla

El Movimiento de Transición o de Ciudades en Transición (su nombre original es Transition Towns) nació en Irlanda allá por el año 2005.

Todo comenzó cuando Louise Rooney, un estudiante que asistía a las clases de permacultura de Rob Hopkins, decidió dar vida a lo que, hasta el momento, había sido un simple planteamiento teórico. En las aulas, alumnos y docentes habían alumbrado un proyecto para la creación de un futuro más sostenible, por lo que, ansioso de demostrar su viabilidad, Rooney lo llevó al ayuntamiento de su localidad. Las autoridades de Kinsale aceptaron el reto. Un año después, era el propio Hopkins el que trasladaba este modelo a su pueblo natal, Totnes (Inglaterra), ahora convertido en la meca del Movimiento de Transición.

De este modo, lo que empezó como un proyecto piloto no tardó en propagarse como un virus (benigno) y extenderse por toda la geografía británica, Europa y los cuatro continentes restantes. Hoy existen más de 1.800 experiencias en todo el mundo.

En España, estas iniciativas que comenzaron a gestarse en 2008 ya ascienden a 50. Engloban desde barrios aislados de Barcelona hasta pueblos y ciudades enteras como Zarzalejos (donde se celebraba en 2011 la configuración de la Red de Transición de España, la asociación que representa, promueve y apoya este tipo de proyectos en nuestro país), Cardedeu, Puebla de los Infantes, Granada o el propio Carcaboso.

Qué, cómo y por qué

Lorena Rodríguez, la actual alcaldesa de la localidad cacereña, explica con simpatía cómo surgió Carcaboso en Transición. “Carcaboso es un municipio muy chiquitito, y pensamos ‘¡pues en algo tenemos que destacar!’”.

Fue así como esta localidad de 1.200 habitantes creó sus primeros jardines comestibles (precisamente, una de las propuestas más innovadoras de Totnes) y montó su primer gallinero comunitario, inició las cesiones de huertos ecológicos a sus vecinos, y llegó a un acuerdo con restaurantes y tiendas para que priorizaran los productos locales en sus establecimientos. A ellos se unen sus campos de experimentación agrícola, pero también campañas ajenas al sector de la alimentación como la renovación de los sistemas eléctricos para la implantación de energías renovables, o los talleres y seminarios de ecología y economía social. La lista de proyectos es casi interminable.

“Hay una premisa de partida y es que la transición no sólo es necesaria, sino que está sucediendo ya y es inevitable”, explica Juan del Río, miembro de la Red de Transición España. “El modelo socioeconómico en el que vivimos se está cayendo a pedazos. El Movimiento de Transición trabaja para que en ese proceso de cambio vayamos a un futuro coherente, y un mundo en el que podamos vivir de la manera más justa, más feliz y más adaptada a lo local posible.”

Frenos al progreso

Pese a sus nobles intenciones y ambiciosos objetivos, son sin embargo numerosas las iniciativas de transición que se quedan en el camino y no consiguen cuajar. A juicio de Juan del Río, el momento actual ofrece innumerables oportunidades para que germinen las simientes del Movimiento de Transición, pero esta hermosa planta hay que regarla y mimarla y no siempre las condiciones atmosféricas ni los cuidados que le ofrecemos son los más adecuados. Para el también autor de la primera Guía del Movimiento de Transición escrita en español, hay que distinguir entre barreras (externas, sobre las que no se puede actuar, pero que están ahí, como puede ser la falta de apoyo público o de recursos) y dificultades (inherentes al propio grupo o proyecto y que se pueden atajar con más facilidad). Al hablar de estas últimas, Del Río recuerda:

“No estamos acostumbrados a usar herramientas para trabajar de manera colectiva, no sabemos resolver los conflictos u organizarnos de manera cooperativa. También nos cuesta buscarnos la vida para conseguir los recursos necesarios. Y está el tema de cómo nos comunicamos en nuestro barrio, en nuestro pueblo, para hacer llegar este mensaje. Son cosas que tenemos que aprender de nuevo.”

La alcaldesa de Carcaboso destaca el papel que las autoridades locales deben jugar en este proceso de transición:

“Implica cambios de funcionamiento; te olvidas de que la decisión la toma un equipo de gobierno y se abre la participación a los vecinos. Esto va a más, pero cuesta porque los cambios nunca gustan y se hacen despacio. Aún así, en los municipios en los que se está haciendo las ventajas son tremendas.”

La otra parte le toca a los propios ciudadanos:

“Hay que trabajar en que la persona se crea que sus opiniones valen”, asegura Lorena Rodríguez. “Muchas veces la gente tiene miedo a opinar, a decidir y presentar unas propuestas. Me dicen ‘No, no voy a decir una sandez’, y yo siempre les respondo que cuatro ojos ven mucho más que dos”.

Aquí y ahora

El sueño de Carcaboso es convertirse en un municipio autogestionado por sus vecinos, “que seamos autosuficientes y no tengamos que depender de nadie para creer en nuestro pueblo”, en palabras de Lorena Rodríguez. Un reto que muchas otras localidades de nuestra región compartirán. Y es que Extremadura tiene sin duda el potencial para conseguirlo. Posee los recursos naturales pero, sobre todo, el capital humano y ese sentimiento de vecindad y comunidad que en el Movimiento de Transición se antoja tan necesario. Como asegura Juan del Río, “estamos en un momento en que hay que ocuparse más que preocuparse”. Y si la materia prima es buena, el resultado tiene que ser óptimo.Por supuesto, el hecho de que una iniciativa no lleve el apellido de en Transición no significa que sea menos importante o no sea válida en la lucha por el cambio. Pese a que en Extremadura no existen más municipios que se autodenominan de este modo, como Carcaboso, hay proyectos reseñables en ámbitos muy diversos (no sólo valen los grupos de agricultura ecológica y alimentación) que siguen una filosofía muy próxima al modelo de raíces británicas. Las propuestas de moneda social de Logrosán y Almendralejo sirven de prueba.

Fuente del articulo: https://isabelrbenitez.wordpress.com/2015/03/30/ciudades-transicion/

Fuente de la imagen: https://isabelrbenitez.wordpress.com/2015/03/30/ciudades-transicion/jardin-comestible/#main

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Movilidad colaborativa y más sostenible. El caso de Amovens

Isabel Benitez

Pedir, a estas alturas, que volvamos a movernos a pie o en bicicleta es excesivo pero, sin duda, existen formas más sostenibles y eficientes para desplazarse que el coche privado. 

En ocasiones, solo necesitamos hechos. Sí, pueden repetirnos miles de veces las consecuencias que tiene para el medio ambiente desplazarse en un vehículo privado para ir a la tienda de la esquina, pero las grandes cifras nos quedan precisamente tan grandes que cuanto menos nos hacen perder la perspectiva y cuanto más avivan nuestra máxima despreocupación y pasotismo. Por el contrario, lo que funciona es vivirlo en las carnes propias y los ejemplos cercanos.

Yo no soy diferente al resto y, por eso, hace una semanas decidí pasar de la teoría a a práctica y averiguar cuál era el impacto real de mis formas de desplazarme y moverme por este mundo. Usando la calculadora ceroco2.orgdescubrí que recorrer una distancia de 61 kilómetros en coche -uno de esos vehículos a motor que van vacíos la mayor parte del tiempo excepto por el conductor (¡y pronto ya ni eso!)- suponía emitir a la atmósfera 13 kilos de CO2, mientras que elegir la opción más sostenible -el transporte público; andando me parecía excesivo- resultaba solo en la emisión de 2 kilogramos del mismo gas pernicioso al entorno.

Después de años y años de dudas, por fin he comprendido que lo que nos cuentan es verdad y que buscar formas de movilidad más sostenibles tiene sentido. Si se puede, ¡claro! Porque, para poder elegir esas otras opciones, estas tienen que funcionar.

En Extremadura, donde vivo, no siempre es el caso. De ahí la dependencia no solo cultural sino vital del vehículo privado. Los autobuses no llegan, y el tren… ¡ay, ese gran olvidado!

Tal vez por eso mismo el consumo colaborativo ha sido recibido como verdadero agua de mayo en una región dispersa y con serios problemas de comunicaciones. Compartir trayectos en coche e incluso el alquiler de coches entre particulares se están convirtiendo en la solución a muchos de nuestros problemas, más allá de ayudarnos a salvar distancias que, de otro modo, no podríamos cubrir.

Estas alternativas de transporte son económicas y flexibles, adaptándose a los rasgados bolsillos extremeños, a los horarios más intempestivos, y a los no tanto que, así y todo, siguen sin quedar cubiertos por el transporte público. Son las principales motivaciones para optar por la movilidad colaborativa, a la que se unen otras ventajas como que nos brindan la oportunidad de conocer a gente interesante o el hecho de saber que contribuyen a reducir la contaminación ambiental: hay menos vehículos en las carreteras y las ciudades, por lo que estas se descongestionan, y los que hay se aprovechan y usan de forma más eficiente porque llevan a más gente a bordo. Sirva de ejemplo el caso de Amovens, una de las plataformas de movilidad colaborativa más populares en nuestro país, cuyos usuarios evitan la emisión de entre 1/2 y 1 millón de toneladas de CO2 a la atmósfera al usar sus servicios.

Fuente del articulo: https://isabelrbenitez.wordpress.com/2016/09/07/movilidad-colaborativa-y-mas-sostenible-el-caso-de-amovens/

Fuente de la imagen: https://isabelrbenitez.files.wordpress.com/2016/08/future_carshare_500.jpg?w=300&h=26

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Uruguay advierte pérdida de población rural en informe a ONU sobre vivienda

www.eldiario.es/17-08-2016/

La «urbanización extrema» y el «crecimiento enorme» de la población urbana pueden ser las causas de la pérdida de la población rural en Uruguay en los próximos 30 años, advirtió hoy la ministra de Vivienda del país, Eneida de León, en relación a un informe sobre esta materia que presentará ante la ONU.

«En la región nuestro tema (vivienda y hábitat) es muy parecido al de otros países de América Latina, es decir, la urbanización extrema. Se sabe que dentro de 30 años Uruguay tendrá un crecimiento enorme de su población urbana y se perderá la población rural», expresó a la prensa.

En ese sentido, el Ministerio de Vivienda, Ordenamiento Territorial y Medio Ambiente (Mvotma) prepara un informe que contiene las perspectivas de Uruguay de cara a los próximos 30 años, enmarcado en el cumplimiento de los Objetivos de Desarrollo Sostenible (ODS) de la ONU.

El mismo será presentado en la tercera Conferencia de las Naciones Unidas sobre la Vivienda y el Desarrollo Sostenible «Hábitat III», que se desarrollará entre el 17 y 20 de octubre en Quito.

La ministra destacó que «más que un documento es un compromiso» por parte del Gobierno, con miras a desarrollar los temas relacionados al hábitat, que incluyen vivienda, urbanismo y el futuro de los habitantes.

En el documento se reitera la importancia de la descentralización de las instituciones y los servicios para alcanzar a todo el territorio uruguayo.

«En Uruguay se ha avanzado más en la descentralización que en otros países de América Latina, en los que ha sido imposible. Este es un tema importante para lograr llegar con todos los servicios al interior profundo, y a su vez, tratar de que el arraigo de los uruguayos sea fundamental en su tierra», aseguró.

Indicó que la finalidad «es tratar de llegar a un confort» y darle a la población una respuesta con respecto a hábitat, en la cual se pueda acceder a todos los servicios, y se pueda tener acceso a la educación transporte, ocio y cultura, ya que como valoró «eso es una responsabilidad del Gobierno».

«Estamos en un mundo cada vez más urbanizado, la perspectiva es que Uruguay va a ser cada vez más urbano, y nosotros tenemos que prever eso para los próximos 30 años», sentenció.

En ese contexto, el Mvotma convocará a todas las organizaciones civiles y políticas que estén interesadas en participar en el desarrollo de este informe para que realicen sus aportes, que serán debatidos para la creación del documento final que se presentará en la capital ecuatoriana.

De León subrayó que este documento recoge las experiencias de los últimos 20 años en materia de hábitat y vivienda, en el que se destaca lo que el país «hace y quiere seguir haciendo».

«Todas estas conferencias son hitos importantes, en las cuales es fundamental que toda la sociedad integre un documento para presentarlo a nivel del Estado», acotó.

La ONU Hábitat es el programa de este organismo para los asentamientos humanos, y se realiza cada 20 años, siendo sus anteriores en 1996 en Turquía y en 1976 en Vancouver (Canadá), su misión es promover pueblos y ciudades social y ambientalmente sostenibles.

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La paz querida

13 de julio de 2016 / Por: Manuel Guzmán Hennessey / Fuente: http://www.eltiempo.com/

La posibilidad de que las comunidades del conflicto puedan pasar, en un término razonable, de condiciones de desarrollo de tipo preindustrial a las que hoy caracterizan a las sociedades avanzadas no debería considerarse una utopía.

Es preciso planificar el posconflicto teniendo en cuenta la coincidencia histórica de la paz con la transición hacia sociedades sostenibles, que hoy marca la agenda del mundo. La educación para la sostenibilidad es el motor de estas transformaciones. Cuando hablo de condiciones de tipo preindustrial, me refiero a carencia o mala calidad de electricidad, educación, salud y conectividad. Miles de personas han sido desplazadas de estos precarios pueblos. La paz entraña el desafío de que regresen y de que puedan construir en ese mismo territorio una vida colectiva alineada con el siglo XXI.

El Kroc Institute for International Peace Studies, de la Universidad de Notre Dame, analizó el papel de la educación para la sostenibilidad en los procesos de Guatemala, El Salvador, Filipinas, Líbano, Irlanda del Norte y Sierra Leona, entre otros países. Y encontró dos lecciones que podemos aprender. Que la educación del posconflicto debe ser pensada en términos de funcionalidad territorial y que la ampliación de la cobertura educativa debe facilitar el retorno de los desplazados. Esto sugiere que la educación para la sostenibilidad debe orientarse hacia la promoción del desarrollo local mediante esquemas productivos y energéticos autosostenibles.

Cuando se habla del enfoque territorial para la paz debe entenderse desarrollo local, rural. Estamos hablando del 94 % de la superficie del país y del 32 % de la población. La construcción de la paz querida implica a nuevos actores. El sector privado, la cooperación internacional y los agentes financieros son claves para acelerar los cambios. Educar para la sostenibilidad incluye: fomento de las economías locales, energías renovables, agua potable, nuevas ciudadanías, adaptación para el cambio climático, resiliencia, agricultura y ganadería sostenibles, fortalecimiento de identidades locales.

Y una última cosa, la verdadera paz, que es el desarrollo sostenible, hay que inventarla en cada territorio, para lo cual la innovación social y el fomento de procesos de diálogos colectivos pueden ser de gran ayuda.

Fuente artículo: http://www.eltiempo.com/opinion/columnistas/la-paz-querida-manuel-guzman-henenssey-columna-el-tiempo/16639191

Foto: http://ciudadanosporlapazdecolombia.com/wp-content/uploads/2016/06/paz-_querida_2-360×200.png

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