Un pobre resultado registró la mayoría de las regiones chilenas en aspectos medioambientales, de acuerdo a los resultados del primer Índice Latinoamericano de Desarrollo Regional (Idere Latam). Este fue elaborado por el Instituto Chileno de Estudios Municipales (Ichem) de la Universidad Autónoma de Chile y el Instituto de Economía (Iecon) de la Facultad de Ciencias Económicas y de Administración de la Universidad de la República de Uruguay.
El estudio -en el que participaron otras 6 universidades y centros de estudio de la región- incluyó a las provincias de Argentina, los estados de Brasil y México, las regiones de Chile y los departamentos de Colombia, El Salvador, Paraguay y Uruguay. Un total de 182 unidades de análisis a nivel subnacional que concentran al 82% de toda la población latinoamericana.
Si bien, en el global las regiones de Chile están entre las más aventajadas de América Latina, los resultados no tienden a ser tan optimistas si se analizan una a una las dimensiones consideradas en el Índice: Educación, Salud, Bienestar y Cohesión, Actividad Económica, Instituciones, Seguridad, Medio Ambiente y Género.
Es el caso de medio ambiente que analiza tres variables: Energías Renovables -porcentaje de uso en la matriz energética-; Áreas Protegidas -porcentaje de la superficie protegida para conservación de la biodiversidad- y Calidad de Recursos Naturales Valiosos -calidad del aire (media de concentración anual de PM 2,5)-.
Considerando todos estos factores, la Región de Antofagasta es la que alcanza la peor posición del país, ubicándose en el puesto 131 de 182 regiones medidas.
Asimismo, las de Los Ríos (120), Metropolitana (105) y Tarapacá (103) no lograron a entrar dentro del top 100.
Factores que influyeron
El coordinador de la Unidad de Cambio Climático y Medio Ambiente (UCCMA) de la Universidad Autónoma de Chile, Carlos Esse, explicó que no es de extrañar la posición que ocupan en la tabla las regiones de Antofagasta y Metropolitana, debido a que ambas concentran el mayor consumo de energía en el país dada la diversidad de actividades productivas que en ellas se desarrolla.
En el caso de Antofagasta, comentó, la región “es responsable de una intensiva actividad minera, economía basada en la explotación de recursos naturales no renovables, y demandante de gran parte de la energía producida en el país. En la Región Metropolitana, en tanto, destaca la actividad industrial y comercial del gran Santiago que año a año crece de la mano del modelo económico imperante”.
En la variable energías renovables, si bien la región de Antofagasta en los últimos tres años ha incrementado en un 30,8% la capacidad instalada y la matriz se ha diversificado gracias a la incorporación de fuentes de energías renovables no convencionales, aún la reconversión es incipiente y tomará tiempo para cubrir la demanda con energía renovables. El mismo escenario se da en la región Metropolitana.
Otro de los factores que afecta el desempeño de la región de Antofagasta en la medición es la menor superficie de áreas silvestres que posee el norte versus el sur. De este modo, agregó el académico, “los ecosistemas y biodiversidad no logran protegerse adecuadamente lo que se traduce en la degradación de dichos ecosistemas. Lo anterior produce un escaso reconocimiento por parte de la sociedad del valor del entorno natural y por ende del flujo de bienes y servicios que estos otorgan a la comunidad”.
Con respecto a Calidad de Recursos Naturales Valiosos (calidad del aire), no es extraño que la Región Metropolitana obtenga una baja valoración, la que es coincidente con otros rankings como el «Informe Mundial de Calidad del Aire 2019 de IQAir AirVisual», dado a conocer en febrero de este año, donde se ubicó en el séptimo lugar entre las más contaminadas de América Latina.
Los mejores resultados
A nivel nacional, la mejor posicionada en medio ambiente es la región de Los Lagos, escalafón 21 del ranking general y único territorio del país que se ubicó en la categoría muy alto de desarrollo. A juicio del académico, uno de los motivos que explica estos resultados es que esta región posee grandes áreas silvestres protegidas, ricas en biodiversidad. “Las ciudades crecen -dijo- asociadas a los diversos ecosistemas, centrando el desarrollo económico local en función de la conservación de dichos ecosistemas naturales”.
Otro de los motivos, explica, es que los sistemas productivos de la región se centran en el uso de recursos naturales renovables o ligados al entorno natural, como son la pesca deportiva, turismo aventura y de montaña, caso muy distinto a las actividades extractivas del norte de nuestro país. Esta situación ha llevado a “una percepción de valor por parte de la sociedad hacia toda acción que aporte al cuidado y protección de la naturaleza”, detalló.
En tanto, las regiones de Arica y Parinacota (35), Magallanes (40), La Araucanía (56) y Aysén (60), si bien presentaron un desarrollo alto, están muy lejos de los mejores resultados en el global.
Para mejorar estos indicadores, Carlos Esse sostuvo que lo más importante es contar con una ley de ordenamiento territorial, “que otorgue el marco regulatorio para una correcta planificación, conservación y uso de los territorios en materia de recursos naturales. Ello permitirá conocer y valorizar los bienes y servicios que los distintos ecosistemas aportan a la sociedad y a los territorios sin que estos pierdan su identidad”.
Del mismo modo, enfatizó que es relevante “invertir y generar incentivos en investigación para la conservación del medio ambiente, uso de energías renovables no convencionales, valorización de servicios ecosistémicos, cambio climático, manejo de cuencas hidrográficas y gestión de los recursos hídricos”.
Posición regiones de Chile en dimensión Medio Ambiente
Panorama en A. Latina
De los países considerados en la medición de Idere Latam, Colombia y Paraguay registraron en promedio un desarrollo alto en la dimensión Medio Ambiente, aunque con grandes heterogeneidades entre sus regiones, con algunas que muestran niveles medios, entre 0,4 y 0,5, inferiores al promedio Latinoamericano.
Chile, Uruguay y Brasil obtuvieron promedios de sus regiones próximos a la media, mientras que El Salvador, Argentina y México anotaron promedios regionales situados entre niveles de desarrollo medio a medio bajo. A su vez, Brasil, Argentina y México muestran regiones con desarrollo bajo.
“Si bien se trata de un subcontinente rico y diverso en ecosistemas, exuberante en cuanto a su flora y fauna y con gran abundancia en recursos naturales, durante décadas ha basado su sustento en base a cadenas extractivas y productivas poco o nada amigables con el medio ambiente, acompañada con crecimientos desbordados en buena parte de sus grandes ciudades, sin las debidas planificaciones y mitigaciones medioambientales producto de la desmesurada urbanización”, destaca el Índice.
¿Cómo se mide el Idere Latam?
Este índice es una herramienta que mide el desarrollo a nivel territorial, desde una perspectiva multidimensional inspirada en el enfoque de desarrollo humano y sostenible, y diseñada para responder a las especificidades y características de los países latinoamericanos. El índice es una medida geométrica de subíndices normalizados entre 0 y 1 (donde 0 expresa el mínimo desarrollo y 1 el máximo).
Fuente: https://www.elmostrador.cl/agenda-pais/2020/10/23/regiones-chilenas-muestran-bajo-desempeno-en-en-indice-que-midio-desarrollo-medioambiental/