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Suicidio en las aulas

Por: Antonia Martí

Desgraciadamente oír que un/a menor ha intentado suicidarse o lo ha consumado, es cada vez más frecuente y empieza a formar parte de nuestra vida diaria. Cuando oímos estas noticias, muchas son las preguntas que se nos vienen a la cabeza, pero sin duda la más frecuente es ¿por qué?, ¿qué puede haber que haga que un menor, que debería estar jugando, aprendiendo, negociando con sus padres y, al fin y al cabo, viviendo, decide poner fin a su vida?

La respuesta, por desgracia, no es única. Según datos del Observatorio de Salud Mental de la OMS, en el año 2019 se registraron en el mundo un total de 167.917 suicidios en población menor de 29 años, 10.196 en menores de 15 años y 157.721 en jóvenes entre 15 y 29 años. Según el último informe de la Asociación ANAR, con datos extraídos del Instituto Nacional de Estadística (2020), en el año 2020 se produjeron en España un total de 314 suicidios, 300 de jóvenes entre 15 y 29 años y 14 de niños/as menores de 15 años lo que supuso una tasa de variación respecto al año 2015 del +3,3%. Sin duda estamos ante datos realmente alarmantes sobre los que hay que actuar.

Aún no disponemos de un plan nacional escolar con pautas precisas y protocolos ante una situación de suicidio, tentativa de suicidio o autolesiones que los docentes puedan adoptar en el aula y en sus planes de acción tutorial. Los centros no disponen, en su mayor parte, de indicaciones de cómo deben actuar ante una situación de muerte o suicidio lo que provoca en muchas ocasiones desasosiego en el profesorado y respuestas erráticas para los alumnos y sus familias.

Los suicidios y tentativas de suicidio en los niños y adolescentes son multicuasales, es decir, no hay un único factor que provoca que un menor decida quitarse la vida y por tanto debe trabajarse con un equipo multidisciplinar, algo de lo que a día de hoy carecen los centros educativos. Aunque solo se habla del acoso escolar como la principal causa que detrás de los últimos suicidios, lo cierto es que el acoso escolar es un factor de riesgo entre muchos.

Existen factores de riesgo personales como la existencia de trastornos mentales incipientes, historias vividas traumáticas , consumo de tóxicos, enfermedades crónicas; factores de riesgo familiares, como puede ser la existencia de violencia intrafamiliar, consumo, carencias afectivas

También existen factores de riesgo sociales, como estar sufriendo algún tipo de violencia como acoso o ciberacoso, desarraigo socicultural, soledad o sentimientos de rechazo.

Los centros educativos deben estar preparados para trabajar de forma efectiva los factores de protección que puedan ayudar a los menores a pedir ayuda en caso de estar vivenciando alguna de estas situaciones, no estigmatizar el suicidio o la salud mental, trabajar con las familias, entrenar en resiliencia, en bienestar emocional y flexibilidad cognitiva y para ello se necesita mayor formación docente en estos aspectos y mayor presencia de psicólogos y trabajadores sociales en los centros.

Una evidencia clara que tenemos a día de hoy es que los menores que sufren acoso o ciberacoso padecen en mayor medida trastornos depresivos y ansiosos y trastornos por estrés postraumático. Estos trastornos emocionales conllevan mayor riesgo de terminar en una conducta suicida ya que las y los jóvenes no quieren seguir sufriendo, y solo ven en ello una salida. Recordemos que no desean morir, desean dejar de sufrir.

Para ello, es sumamente importante que los centros escolares cuenten con espacios seguros y privados donde estudiantes sepan que pueden acudir y se les va a tratar de forma confidencial, y poder pedir ayuda.

Fuente de la información e imagen: https://eldiariodelaeducacion.com

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India: La controversia detrás de un examen escolar al que culpan del suicidio de 23 estudiantes

Asia/India/01 Agosto 2019/BBC Mundo

Thota Vennela
Image captionThota Vennela, de 18 años, fue una de las jóvenes que se quitó la vida tras reprobar su examen.

Al menos 23 adolescentes en el estado de Telangana, en el sur de India, se han suicidado desde que se anunciaron los resultados de sus exámenes del último año escolar en abril.

Deepthi Bathini, del Servicio Telegu de la BBC, explica por qué los resultados ha sido tan controvertidos.

A Thota Vennela le gustaba cocinar, ver series cómicas y comer comida callejera.

Su hermano mayor, Venkatesh, de 19 años, le había enseñado recientemente a andar en motocicleta. «Estaba tan feliz de que ella pudiera montar mi motocicleta como una profesional. Pero a veces la seguía, sin que ella supiera, para asegurarme de que estaba a salvo», dice.

Venkatesh lucha por contener las lágrimas mientras saca su billetera para mostrar una fotografía de su hermana. El 18 de abril, el día en que se enteró de que había reprobado sus exámenes del último año escolar, ella consumió veneno. Murió horas más tarde en un hospital.

Venkatesh, hermano de Thota Vennela
Image captionVenkatesh era muy unido a su hermana, Thota Vennela.

«Se repetía una y otra vez, ¿cómo pude haber fallado?» recuerda su madre, Sunitha. «La consolamos y le dijimos que estaba bien y que podía solicitar una reevaluación o volver a realizar los exámenes. Pero incluso en el hospital, seguía diciendo: ‘Debería haber aprobado'».

Vennela fue una de los más de 320.000 estudiantes en Telangana que reprobaron sus exámenes de fin del ciclo escolar. Todos ellos iban a escuelas que enseñan un programa de estudios establecido por la Junta estatal de educación.

La educación superior en India es ferozmente competitiva. Y los exámenes del último año escolar son cruciales para conseguir un lugar en una buena universidad, lo que, a su vez, es considerado vital para luego obtener un trabajo bien remunerado y asegurarse un futuro prometedor.

Las mejores universidades también realizan pruebas de admisión independientes, pero los estudiantes que se desempeñan bien en ellas aún pueden perder su vacante si no aprueban los exámenes escolares.

En los días posteriores al anuncio de los resultados de los exámenes, estudiantes y padres sorprendidos salieron a protestar, alegando que había habido errores en la calificación y exigiendo que las pruebas se evalúen nuevamente.

Venugopal Reddy
Image captionVenugopal Reddy dice que está preocupado por su hijo.

«Me preocupa su salud mental»

«Mi hijo obtuvo la calificación máxima en matemáticas, física y química en sus exámenes del año pasado. Pero este año, los resultados muestran que obtuvo un uno en matemáticas y un cero en física. ¿Cómo es posible?» dice Venugopal Reddy.

«Él venía estudiando para otras pruebas difíciles. Pero después de esos resultados se siente abatido. Ha dejado de estudiar y de comer, y se niega a salir de la casa. Me preocupa su salud mental«, agrega.

A medida que se intensificaron las protestas, empezaron a llegar denuncias en todo el estado de estudiantes que se quitaron la vida tras haber fallado los exámenes.

Un grupo de derechos del niño solicitó al tribunal superior del estado que ordene a la Junta que vuelva a evaluar las respuestas de todos los que habían reprobado. El tribunal accedió y emitió la orden.

Los nuevos resultados se anunciaron el 27 de mayo: 1.137 de los estudiantes que habían reprobado ahora pasaron el examen. Uno, que inicialmente había obtenido una calificación de cero en una materia, terminó con un puntaje de 99 cuando sus respuestas fueron reevaluadas.

Un cartel que muestra quién sacó las calificaciones más altas del examen.
Image captionEn India es común ver carteles que muestran quién sacó las calificaciones más altas del examen.

La controversia está centrada en una empresa privada de software, Globarena Technology, que en 2017 ganó el contrato del gobierno para organizar el examen en todo el estado, donde hay más de 970.000 estudiantes.

La compañía también es responsable de procesar las puntuaciones finales.

La Junta estatal de educación, que contrató a Globarena, dijo que los suicidios no estaban «conectados con equivocaciones causados por errores técnicos y de procesamiento de resultados».

Globarena reconoció que había habido errores.

«Seguimos el proceso ordenado por la junta. Los incidentes que han ocurrido son desafortunados. Inicialmente hubo errores técnicos. Hemos hecho las correcciones», dijo en abril a la BBC VSN Raju, CEO de la compañía.

Anamika Yadav
Image captionAnamika quería unirse al ejército indio.

Error en las puntuaciones

La familia de una estudiante que se suicidó, Anamika Yadav, dijo que presentará cargos penales contra la Junta de educación y contra Globarena.

Los Yaday le dijeron a la BBC que la joven de 16 años se suicidó horas después de descubrir que había reprobado los exámenes.

El 27 de mayo la reevaluación determinó que en realidad había pasado, pero horas después las calificaciones fueron revisadas nuevamente y volvieron a mostrar una reprobación.

Parece que hubo un error en la actualización de las puntuaciones. Funcionarios de la Junta dijeron que Globarena no participó en el proceso de reevaluación.

«Esto nos hace sospechar», dice el padre de Anamika, Atul Ganesh.

El padre de Thota Vennela, Gopalakrishna, también dice que quiere presentar cargos. «No puedo confiar en la Junta. ¿Cómo puede fallar mi hija, que siempre fue una buena estudiante? Necesito respuestas».

La reevaluación no incluyó las calificaciones de ninguno de los 23 estudiantes que se suicidaron. Pero sus padres no están seguros de qué hacer con esos resultados: están conmocionados y desconsolados, pero también desconcertados y sospechosos.

La mayoría de los padres describen a sus hijos como diligentes y ambiciosos.

Vodnali Shivani, de 16 años, se despertaba cada mañana al amanecer para estudiar. Quería ser ingeniera y solía decirle a su padre: «Espera cinco años y nuestras vidas cambiarán».

Un cartel en honor a Vodnali Shivani, una de las estudiantes que se quitaron la vida
Image captionLa familia de Vodnali Shivani ha colocado un cartel en su memoria.

Devasothu Neerja quería ser doctora y pasaba la mayoría de las noches estudiando. «Ella siempre aprobó todos sus exámenes. Así que pensamos que debemos hacer todo lo posible para ayudarla», dice su padre, Rupal Singh.

A Bhanu Kiran, de 18 años, le encantaban las matemáticas y quería convertirse en un hacker ético, por lo que pasaba gran parte de su tiempo viendo tutoriales de YouTube sobre el tema.

Lo que tienen en común todos estos recuerdos es la inmensa presión para tener éxito. Los estudiantes en India, especialmente aquellos que desean estudiar ingeniería o medicina, rinden una serie de exámenes altamente competitivos en rápida sucesión.

Y la carrera para asegurarse un lugar en la universidad comienza temprano, dos años antes de los exámenes del fin del ciclo escolar, lo que genera una riesgosa y prolongada combinación de estrés, expectativas y sueños.

«El examen en sí está rodeado de estrés», dice la psicóloga Vasupradha Kartic. «Los estudiantes deben recibir asesoramiento de forma regular».

Agrega que los estudiantes deben poder ver más allá de los exámenes, que el fracaso no significa que no les queden opciones para una carrera o un futuro.

Fuente: https://www.bbc.com/mundo/noticias-49158810

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Canada committed to improving mental health in Indigenous communities: Philpott

América del Norte/Canada/ thestar.com/JANE PHILPOTT

Resumen: Prevenir el suicidio requiere lograr la equidad social. En Canada se han dado pasos importantes invirtiendo en determinantes sociales clave de la salud, como la vivienda, la educación y el medio ambiente. Si bien estos son los primeros pasos, nuestra intención es continuar invirtiendo en todas las áreas en busca de equidad social. Sin embargo, poner fin a la epidemia de suicidio juvenil en comunidades indígenas requiere más que atención de salud mental. Cualquier simplificación excesiva de las causas y soluciones para esta crisis perjudica a las comunidades más afectadas. Las raíces de esta crisis y sus remedios no son misteriosas, pero son complejas. Se necesitaron generaciones de discriminación para crear las circunstancias detrás de estos suicidios. La justicia no será restaurada de la noche a la mañana. El estado actual de la salud indígena en Canadá es un resultado directo de generaciones de políticas gubernamentales anteriores, incluyendo el impacto de las escuelas residenciales. Necesitamos desmantelar las estructuras coloniales del pasado y reconciliar nuestra relación rota con los pueblos indígenas para mejorar la calidad de vida en sus comunidades.

Last weekend, two more young people died by suicide in Northern Ontario. Each loss adds to the disturbingly high suicide rates among Indigenous youth. But statistics don’t help grieving families. They will feel the pain and loss forever. Each life lost is a tragedy beyond measure.

Each time a community is affected by suicide, there is a flurry of activity to mobilize counsellors, engage crisis teams and ensure local needs are met. There are urgent calls for more money and more mental health workers for affected regions.

In Budget 2017, our government pledged $118.2 million over five years to improve mental health services for First Nations and Inuit. This builds on $69 million announced last year to fund community-based workers and mental wellness teams, and to ensure there are counsellors in regions facing crisis. The number of communities supported by mental wellness teams will nearly triple by the third year, going from 86 to approximately 240. These teams serve multiple communities and go where they are needed, for as long as they are needed.

Two weeks ago I visited communities in Northern Ontario, where the crisis continues to have a devastating impact. I was impressed by their determination to break the cycle of despair. When I visited Wunnumin Lake First Nation, I learned about their Choose Life Project. This initiative will address suicide risk factors, particularly among youth, through on-the-land activities and programs for children to increase self-esteem and strengthen families.

This type of community-led programming is critical to solving this crisis. This is why we are working with Nishnawbe Aski Nation and the Ontario government to develop a long-term strategy to prevent suicides in that province.

However, ending the epidemic of youth suicide requires more than mental health care. Any oversimplification of the causes and solutions for this crisis does a disservice to the communities that are most affected. The roots of this crisis and its remedies are not mysterious, but they are complex. It took generations of discrimination to create the circumstances behind these suicides. Justice will not be restored overnight.

It can be shown by many measures — life expectancy, chronic diseases such as diabetes, infectious diseases such as tuberculosis, infant mortality rates, suicide rates — that Indigenous peoples have suffered from systemic discrimination when it comes to health. Poor health outcomes and loss of hope for Indigenous youth also derive from a range of social inequities in areas such as education, employment, housing, and community infrastructure.

The current state of Indigenous health in Canada is a direct result of generations of previous government policies, including the impacts of residential schools. We need to dismantle the colonial structures of the past and reconcile our broken relationship with Indigenous peoples to improve quality of life in their communities.

Fuente: https://www.thestar.com/opinion/commentary/2017/07/18/canada-committed-to-improving-mental-health-in-indigenous-communities-philpott.html

 

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Uruguay: Se lanza libro que recoge siete miradas académicas sobre el suicidio y reclama dejar de mirar para el costado

América del Sur/ Uruguay/Leo Lagos

Las cifras son alarmantes, pero el tabú nos impide aceptar la realidad: en Uruguay son más las personas que se suicidan que las que pierden la vida en siniestros de tránsito. Mientras que para enfrentar las muertes en las calles y rutas se toman medidas como la tolerancia cero al alcohol y se realizan campañas públicas, para el suicidio la única gran estrategia que se adopta es la del avestruz.

No son superhéroes que luchan en solitario contra la maldad del mundo. Tampoco son salmones que nadan contra la corriente. Sin embargo, un poco de eso tienen. Pablo Hein es docente e investigador del Departamento de Sociología de la Facultad de Ciencias Sociales de la Universidad de la República (Udelar). Cristina Larrobla es investigadora y docente en la Unidad de Salud Mental en Comunidad de la Facultad de Medicina de la Udelar. Ambos son miembros del Grupo de Comprensión y Prevención de la Conducta Suicida, una unidad multidisciplinaria que involucra a las facultades de Medicina, Ciencias Sociales, Humanidades y Ciencias de la Educación, Información y Comunicación, Psicología y a la Dirección de Salud Mental y Poblaciones Vulnerables de la Administración de los Servicios de Salud del Estado (ASSE). Me reciben en una pequeña oficina atiborrada de ejemplares de 70 años de suicidio en el Uruguay: 7 disciplinas, 7 entrevistas y 7 encuentros, libro financiado por la Comisión Sectorial de Investigación Científica en su colección Art. 2, que recoge material del Programa de Comprensión Pública de Temas de Interés General y que se presenta hoy a las 9.00 en la sede de ASSE.

La publicación es necesaria y oportuna: por más esfuerzos que se hayan realizado, la tasa de suicidio de Uruguay sigue siendo la más alta de América Latina. Los números, lejos de bajar, parecen estar aumentando. En julio el Ministerio de Salud hará públicas las cifras de suicidios de 2016. Pablo Hein no es optimista: “Lamento decirlo, pero hay altas probabilidades de que las cifras hayan aumentado respecto de 2015, que ya fue un año de pico de suicidios”. Eso es lo que resulta alarmante: los dos picos de suicidios en las últimas décadas en Uruguay se registraron en 2002, en plena crisis, y en 2015, tras diez años de bonanza económica. ¿Por qué los uruguayos decidimos matarnos? ¿Por qué no hacemos nada por los que se matan a nuestro lado? Despejada la crisis económica como único factor explicativo, ¿no es tiempo de hacer algo al respecto? ¿Por qué no hablamos del asunto?

“El presidente de la República ha dicho varias veces que no hay que hablar del tema porque es un tema que se contagia. Nosotros, desde el Grupo de Comprensión y Prevención de la Conducta Suicida, pensamos que no es así”, dijo Hein. La línea de argumentación del presidente viene de larga data y parte de la premisa de que el suicidio es un fenómeno que genera imitación. “Si bien hablar del tema puede ser un factor de riesgo, por ejemplo, en los suicidios de cantantes populares para los adolescentes, y la OMS [Organización Mundial de la Salud] tiene un manual específico para los medios de comunicación acerca de cómo comunicar esas muertes, hay estudios empíricos que indican que la sociabilización del tema es provechosa”, aclaró Larrobla. De hecho, uno de los tantos mitos asociados al suicido afirma que los medios tienen prohibido informar sobre las muertes autoinfligidas. Hein retrucó: “En los medios hay ignorancia. Piensan que no se puede informar. Si el periodismo nacional viera lo que es el periodismo español, el periodismo francés o el periodismo alemán, dejaría de hacer eso de no informar sobre el suicidio”.

La sociedad es la culpable

Pensar que el suicidio se contagia como una enfermedad infecciosa es una de las tantas maneras que la sociedad elige para perpetuar el tabú ante la muerte y no ver lo que le disgusta. Otra consiste en pensar que se trata de un asunto de la psiquiatría. Pero Hein acotó: “El suicidio es un fenómeno de la sociedad. Ni siquiera se puede trasladar únicamente al entorno familiar. No son los López o los Hein, que no vieron un problema que tenía su hijo. Tratamos de silenciar el tema, que es de toda la sociedad, y se lo atribuimos a una familia específica”. Larrobla complementó: “También tiene que ver con patrones sociales de lo que es público y lo que es privado, con qué es lo que los medios hacen público y qué no. Lo mismo venía pasando con el tema de la violencia doméstica, que hoy se empieza a visibilizar. Antes era un tema privado: si se era un buen profesional o un buen gobernante, no importaba lo que la persona hacía en la casa con la mujer o con los hijos. Ese manejo de lo público y lo privado nos sirve como excusa para no visibilizar el problema y no hacernos cargo de él”. Hein considera que el problema es más profundo: “No todos los suicidios son sociales, pero tampoco son todos económicos, ni todos debidos a desórdenes mentales. Uruguay no tiene que discutir sólo el tema del suicidio, sino el tema de la muerte, el de quién controla la muerte y el del poder médico que hay en torno a ella”. Ante esto, hizo un llamado a la acción: “Es momento de sacarse el miedo. Es tiempo de políticas integradoras que trasciendan las recetas o los manuales psiquiátricos o psicológicos. ¡En la Comisión Honoraria de suicidio no hay ningún asistente social! Está el Mides [Ministerio de Desarrollo Social], pero no está la Facultad de Ciencias Sociales ni la de Comunicación. ¿No será tiempo de empezar a pensar la comunicación del suicidio?”.

La pregunta de Hein resonó unos segundos y antes de que el sonido de sus palabras dejara de rebotar en la habitación, fue por más: “El único informe sobre suicidio, que salió al aire el año pasado en Canal 10, duró tres minutos y 20 segundos. Terminó con una psiquiatra diciendo que el suicidio es un tema meramente psiquiátrico”. Si uno lee el libro 70 años de suicidio en el Uruguay queda claro que eso no es así. Pero resulta que esos discursos son funcionales: expían de toda culpa a la sociedad en general y a quienes deciden las políticas. “Si a la sociedad se le dice que el suicidio es un tema de neurotransmisores, todos nos quedamos tranquilos. Pero después viene la Ballena Azul y la gente no entiende por qué hay adolescentes que se suicidan”, argumentó Hein, que no esquivó el bulto: “Capaz que es porque les pongo la vara muy alta en las clases y se sienten frustrados. O capaz que es porque a mis hijos les transmito, hasta inconscientemente, ciertos niveles de consumo desmedido”. Larrobla dijo que los medios de comunicación no siempre callan: “El único caso de suicidio que los medios publican es el del que comete feminicidio y luego se autoelimina. Para ese no hay tabú, y además te describen con lujo de detalles cómo hizo para matar a la madre delante de los hijos y cómo hizo luego para pegarse un tiro él”. Y una vez más, los medios deforman la realidad: “En términos estadísticos, es más alto el fenómeno de los hombres de entre 35 y 45 años que se matan sin matar a la pareja”, ilustró Hein. Entre los hombres de esa edad el divorcio es un factor de riesgo mayor que entre las mujeres, pero tal vez el hecho no sea tan atractivo para los medios de comunicación, ya que no les permite vender una historia con un culpable que hace algo aborrecible.

Un poco irónicos

Larrobla dijo que esto “va de la mano de la visibilización de la violencia de género”. “En la medida en que se sacó el velo de ese tabú, se habla más del tema. Pero con el suicidio cuesta más”, agregó. Tendemos a repetir que la gente se suicida más los domingos; sin embargo, los datos indican que no es así. También repetimos que la gente se suicida más en invierno. Hein aclaró: “Eso es una gran mentira uruguaya, que además es funcional, porque el invierno no se puede cambiar. Entonces nos quedamos tranquilos. La gente se suicida más en noviembre y diciembre, que es el período en el que uno evalúa su año”. Es más, el suicidio en Uruguay presenta características que se mantienen estables en el tiempo y que permitirían desplegar acciones más concretas que quejarse del opresivo invierno: “En Uruguay hay un suicidio cada 14 horas. ¿Quién el próximo que se va a matar? No te sé decir si es un jugador de fútbol, una profesional o un ama de casa. Pero te puedo decir que el mes que viene se van a matar más hombres que mujeres, más adultos mayores que jóvenes, más adolescentes que adultos, sin contar los ancianos, más hombres divorciados que hombres casados, que las mujeres que se suiciden van a ser tanto solteras como casadas. El suicidio es un fenómeno muy predecible en los grandes números”. Larrobla acotó: “La historia personal, la individualidad y la subjetividad tienen un peso muy importante, y son los elementos que hacen más difícil detectar y poder prevenir el suicidio. Podés hacer una campaña de prevención pensando en esos perfiles muy generales, pero no podés saber quién va a intentar suicidarse en los próximos diez minutos”.

Para Hein, los uruguayos somos un poco irónicos: “Festejamos cosas como la baja de la mortalidad infantil, pero no nos angustiamos por otras, como la tasa de suicidio adolescente”. Luego acribilló a la diaria con datos: “En 2015 hubo 208 homicidios. Unas 500 muertes por accidente de tránsito y 569 muertes por suicidio según cifras oficiales. Siempre hubo, salvo en el año 2012, más muertes por suicidios que por homicidios o por accidentes de tránsito. Entonces, Uruguay es irónico: piensa en los homicidios y en las muertes en el tránsito, pero no piensa con la misma intensidad y con la misma sociabilización en el suicidio. ¿Por qué no nos estamos diciendo ‘cuidate de vos mismo’, ‘cuidá al que tenés cerca’?”. Larrobla sentenció: “Este no es un tema exclusivo de psiquiatras y psicólogos. Todos podemos ser vehículo de referentes y de derivaciones oportunas. Lo que demuestran muchos estudios es que hablar de manera correcta, con los elementos necesarios y con un buen sistema de derivación en red, es un factor protector. Lo que no se habla, se actúa”.

Fuente: https://ladiaria.com.uy/articulo/2017/6/se-lanza-libro-que-recoge-siete-miradas-academicas-sobre-el-suicidio-y-reclama-dejar-de-mirar-para-el-costado/

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Como bloquear el acceso al juego La Ballena Azul

Abril de 2017/Fuente: Trucos de Galaxy

Hace unos días que se ha hecho publica una realidad que vienen realizando algunos jóvenes de distintos países, que es jugar a un temido juego de retos llamado “La Ballena Azul” el que tiene un origen ruso, sin embargo es un juego bastante peligroso que puede caer en manos de cualquier persona.

Como bloquear el juego la ballena azul

Los que mas están preocupados son los padres de hijos pequeños que tienen acceso a Internet ya que por un extraño motivo el juego escoge a quienes quieren que participen de el, por lo que cualquiera de nuestros hijos puede estar en peligro.

Como evitar jugar a la ballena azul

El juego viral de la Ballena Azul comienza en el sitio VK.com que es una de las redes sociales mas conocidas en Rusia, dado que este comienza en esta pagina y para poder ingresar debes tatuarte una ballena de color azul en el brazo.

Aunque ya no es solo VK.com si no que también el juego se inicia desde Twitter, Instagram y Facebook por lo que podemos bloquear este usando una aplicacion de Control Parental.

Si quieres que tus hijos no tengan acceso a este sitio lo puedes realizar mediante un control parental que todos los Router y proveedores de Internet lo hacen, para esto es muy simple si tienes acceso a un Router Propio debes ingresar en el con sus datos de acceso y buscar la opcion de Control parental o “Parental Control” dependiendo del idioma.

Como prohibir el reto de la Ballena Azul

Ingresando en esta opcion podemos seleccionar los sitios webs que queremos que se bloqueen y no tengan acceso, lo que es bastante exitoso ya que no podrán entrar a ninguna de estas paginas de las que se encuentra bloqueada en este caso debemos agregar “http://www.vk.com/” para que nadie pueda ingresar, en caso de que no tengas acceso a la configuración de tu router lo mas factible es llamar a tu operadora y solicitar que bloqueen el sitio mencionado anteriormente.

De esta manera podrás evitar cualquier tipo de desgracias ya que gracias ha este juego han muerto muchos jóvenes en distintos países por seguir un reto de la muerte gracias a la Ballena Azul.

Fuente: http://www.trucosgalaxy.net/bloquear-acceso-al-juego-la-ballena-azul/

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Entrevista a Javier Urrá: «Lo que más me preocupa es el suicido en adolescentes

Por: V. Pavés, S/C de Tenerife

Javier Urra, 53 años, fue psicólogo forense en la Fiscalía del Tribunal Superior de Justicia y Juzgados de Menores durante 30 años y actualmente preside la Sociedad para el Estudio de la Violencia Filioparental. Ayer presentó en el colegio Nuryana de Tenerife su nuevo libro, “Primeros auxilios emocionales para niños y adolescentes”, que quiere servir como guía para que los padres aprender a diagnosticar y actuar ante las problemáticas de sus hijos.

¿Son diferentes los adolescentes de ahora que los de hace 50 años?
Sí, sin duda. Creo que cada generación varía en algo. Las nuevas tecnologías, los procesos de separación y los tipos de familias han cambiado. Los adolescentes captan las cosas desde otros puntos de vista. Hoy, el adolescente escucha al padre, al profesor, al medio de comunicación, pero también la red, lo que lo conforma de otra manera.

¿Cuáles es el comportamiento más preocupante de niños y adolescentes?
Sin duda, el suicidio. Lo que preocupa es que se quiten la vida. Los niños se suicidan para cambiar de vida y lo hacen porque se desesperanzan. El hecho es que la causa principal de mortalidad en niñas de 15 a 19 años no son los accidentes de tráfico, los infartos, ni el cáncer, sino el suicidio. Por eso tenemos que empezar a explicar a la ciudadanía cuáles son las conductas que nos pueden hacer prevenir un hecho como este.

«Los grandes platos de cocina no se obtienen en un microondas, la educación tampoco”

En su libro da pautas sobre las conductas que deben alarmar a un padre, pero, una vez que lo percibe, ¿qué es lo principal que le recomienda hacer?
Le recomiendo pararse, tomar un tiempo de latencia y pensar en qué está pasando. Luego buscar apoyo fuera, porque a veces la relación se ha enquistado y , sobre todo, cumplir lo que te diga el especialista, que a veces no es fácil. Hay que tener claro que educar conlleva tiempo y constancia. Los grandes platos de cocina no se obtienen en un microondas, la educación tampoco.

En su libro argumenta que el niño se tiene que autolimitar en el tema de las adicciones, pero muchos padres lo que hacen es limitarles ellos, ¿podría generar esa restricción más ansiedad en el niño cuando ya no tenga límites para acceder a ese recurso?
El ser humano debe aprender a tener un freno de mano que es autolimitarse en las conductas. Aquí hay dos factores, o te limita la parte exógena, la ley o la norma, o lo hace tu autolimitación personal que es moral o ética. Me parece que el ser humano tiene mucha capacidad de limitación. He trabajado en la fiscalía 30 años, y cuando le preguntas a un violador qué pasaría si le hicieras lo mismo a su pareja, te dice que te mataría. Luego sabe lo que está bien y lo que está mal.

Como presidente de la Sociedad para el Estudio de la Violencia Filioparental, ¿por qué cree que se generan este tipo de agresiones de hijos a padres?
La relación, el vínculo y el afecto entre padres e hijos se hace complicado, porque tiene que ver mucho la fantasía. Por tanto, no es fácil de explicar, ya que vemos circunstancias muy complejas. Lo que he aprendido después de 1.600 casos que he llevado estos seis años, es que son hijos que quieren a sus padres y padres quieren a sus hijos, sin embargo, una gran bronca, una gran lucha, a veces rencor, odio, pero siempre por cosas no dicha o mal interpretadas, que no les deja demostrarlo. Nosotros llamamos a todo esto la patología del amor.

«El programa sobre acoso escolar que se emite en Cuatro no conculca la ley”

¿Qué le parecen programas de televisión como “Proyecto Bullying” que emite Cuatro?
A mi me llamó Javier Huete, uno de los fiscales de Sala de la Fiscalía General del Estado, porque Mediaset iba a sacar un programa de acoso escolar donde los niños llevaban unas cámaras ocultas y el programa lo iba a presentar Jesús Vázquez. Esto lo vimos mal bastantes fiscales y lo prohibimos. Mediaset finalmente lo ha emitido en Cuatro de una manera más suave. Yo no lo he visto, por lo que me han contado no conculca la ley. Creo que hay temas que hay tocar con mucho cuidado, a los que hay que abordar desde un punto de vista profesional, y de los que no hay que hacer espectáculo.

Ha hablado alguna vez de la salud mental como la “cenicienta” de la sanidad pública, ¿qué le haría falta para cambiar?
En principio, contar mayores presupuestos. En segundo lugar, hay que tener en cuenta que, aunque antes los niños padecían muchas enfermedades físicas, y sigue habiéndolos, hoy predominan las enfermedades psicológicas. Por poner un ejemplo, el 60 por ciento de la depresión infanto-juvenil no está tratada. Esto ocurre debido a que este tipo de patología cursa de una manera muy paradójica en niños. En esta línea, un adulto con depresión resulta más fácil de percibir, ya sea porque tiene una respuesta sensorial escasa o respuestas melancólicas. Sin embargo, un adolescente puede estar corriendo y que su patología sea la depresión.

Fuente; http://eldia.es/sociedad/2017-03-21/2–preocupa-es-suicido-adolescentes.htm

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Chile es el segundo país con más suicidios juveniles de la OCDE

América del Sur/Chile/22 de septiembre de 2016/Fuente: eldinamo

La cifra más significativa ocurre entre los 15 y los 19 años, siendo el 60% de los casos vinculados a la depresión.

Con el fin de analizar la tendencia al alza en el suicidio infanto-juvenil, ayer durante una sesión especial de la Comisión investigadora del Sename de la Cámara de Diputados se dio a conocer que Chile es el segundo país con la más alta tasa de suicidios entre quienes integran la OCDE. De ello se desprende que la cifra más significativa ocurre en el tramo entre los 15 y 19 años.

Según consigna El Mercurio, el jefe del Departamento de Salud Mental del Ministerio de Salud, el doctor Mauricio Gómez, informó que en nuestro país, entre los jóvenes esto representa a la segunda causa de muerte y se relaciona con motivos multifactoriales, pero en el 60% de los casos está vinculado con la depresión.

Este tema llegó a la comisión gracias a la diputada Marcela Hernando, quien denunció que “en la Región de los Ríos el año pasado hubo 144 intentos de suicidio en niños y adolescentes“, superando de gran manera a Valparaíso y Coquimbo.

Es así como recordó que en 2013, se inició el Programa Nacional de Prevención del Suicidio  y existía un compromiso del Ministerio de Salud para que destinara un 5% de su presupuesto, pero hasta hoy no ha superado el 3%.

Fuente: El Dínamo http://www.eldinamo.cl/nacional/2016/09/21/chile-segundo-suicidio-paises-ocde/

Imagen: www.eldinamo.cl/wp-content/uploads/2016/09/suicidio-574×383.jpg

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