Por: V. Pavés, S/C de Tenerife
Javier Urra, 53 años, fue psicólogo forense en la Fiscalía del Tribunal Superior de Justicia y Juzgados de Menores durante 30 años y actualmente preside la Sociedad para el Estudio de la Violencia Filioparental. Ayer presentó en el colegio Nuryana de Tenerife su nuevo libro, “Primeros auxilios emocionales para niños y adolescentes”, que quiere servir como guía para que los padres aprender a diagnosticar y actuar ante las problemáticas de sus hijos.
¿Son diferentes los adolescentes de ahora que los de hace 50 años?
Sí, sin duda. Creo que cada generación varía en algo. Las nuevas tecnologías, los procesos de separación y los tipos de familias han cambiado. Los adolescentes captan las cosas desde otros puntos de vista. Hoy, el adolescente escucha al padre, al profesor, al medio de comunicación, pero también la red, lo que lo conforma de otra manera.
¿Cuáles es el comportamiento más preocupante de niños y adolescentes?
Sin duda, el suicidio. Lo que preocupa es que se quiten la vida. Los niños se suicidan para cambiar de vida y lo hacen porque se desesperanzan. El hecho es que la causa principal de mortalidad en niñas de 15 a 19 años no son los accidentes de tráfico, los infartos, ni el cáncer, sino el suicidio. Por eso tenemos que empezar a explicar a la ciudadanía cuáles son las conductas que nos pueden hacer prevenir un hecho como este.
«Los grandes platos de cocina no se obtienen en un microondas, la educación tampoco”
En su libro da pautas sobre las conductas que deben alarmar a un padre, pero, una vez que lo percibe, ¿qué es lo principal que le recomienda hacer?
Le recomiendo pararse, tomar un tiempo de latencia y pensar en qué está pasando. Luego buscar apoyo fuera, porque a veces la relación se ha enquistado y , sobre todo, cumplir lo que te diga el especialista, que a veces no es fácil. Hay que tener claro que educar conlleva tiempo y constancia. Los grandes platos de cocina no se obtienen en un microondas, la educación tampoco.
En su libro argumenta que el niño se tiene que autolimitar en el tema de las adicciones, pero muchos padres lo que hacen es limitarles ellos, ¿podría generar esa restricción más ansiedad en el niño cuando ya no tenga límites para acceder a ese recurso?
El ser humano debe aprender a tener un freno de mano que es autolimitarse en las conductas. Aquí hay dos factores, o te limita la parte exógena, la ley o la norma, o lo hace tu autolimitación personal que es moral o ética. Me parece que el ser humano tiene mucha capacidad de limitación. He trabajado en la fiscalía 30 años, y cuando le preguntas a un violador qué pasaría si le hicieras lo mismo a su pareja, te dice que te mataría. Luego sabe lo que está bien y lo que está mal.
Como presidente de la Sociedad para el Estudio de la Violencia Filioparental, ¿por qué cree que se generan este tipo de agresiones de hijos a padres?
La relación, el vínculo y el afecto entre padres e hijos se hace complicado, porque tiene que ver mucho la fantasía. Por tanto, no es fácil de explicar, ya que vemos circunstancias muy complejas. Lo que he aprendido después de 1.600 casos que he llevado estos seis años, es que son hijos que quieren a sus padres y padres quieren a sus hijos, sin embargo, una gran bronca, una gran lucha, a veces rencor, odio, pero siempre por cosas no dicha o mal interpretadas, que no les deja demostrarlo. Nosotros llamamos a todo esto la patología del amor.
«El programa sobre acoso escolar que se emite en Cuatro no conculca la ley”
¿Qué le parecen programas de televisión como “Proyecto Bullying” que emite Cuatro?
A mi me llamó Javier Huete, uno de los fiscales de Sala de la Fiscalía General del Estado, porque Mediaset iba a sacar un programa de acoso escolar donde los niños llevaban unas cámaras ocultas y el programa lo iba a presentar Jesús Vázquez. Esto lo vimos mal bastantes fiscales y lo prohibimos. Mediaset finalmente lo ha emitido en Cuatro de una manera más suave. Yo no lo he visto, por lo que me han contado no conculca la ley. Creo que hay temas que hay tocar con mucho cuidado, a los que hay que abordar desde un punto de vista profesional, y de los que no hay que hacer espectáculo.
Ha hablado alguna vez de la salud mental como la “cenicienta” de la sanidad pública, ¿qué le haría falta para cambiar?
En principio, contar mayores presupuestos. En segundo lugar, hay que tener en cuenta que, aunque antes los niños padecían muchas enfermedades físicas, y sigue habiéndolos, hoy predominan las enfermedades psicológicas. Por poner un ejemplo, el 60 por ciento de la depresión infanto-juvenil no está tratada. Esto ocurre debido a que este tipo de patología cursa de una manera muy paradójica en niños. En esta línea, un adulto con depresión resulta más fácil de percibir, ya sea porque tiene una respuesta sensorial escasa o respuestas melancólicas. Sin embargo, un adolescente puede estar corriendo y que su patología sea la depresión.
Fuente; http://eldia.es/sociedad/2017-03-21/2–preocupa-es-suicido-adolescentes.htm