Superdotados: cuando la educación inclusiva es una utopía

Por: Olga Carmona. 

Utopía es un término que le queda grande, si de educación hablamos.

Decía el escritor uruguayo Eduardo Galeano: “La utopía está en el horizonte. Camino dos pasos, ella se aleja dos pasos y el horizonte se corre diez pasos más allá. ¿Entonces para qué sirve la utopía? Para eso, sirve para caminar”.

Ojalá fuera al menos eso, un faro, un camino a seguir, una hoja de ruta. Hoy en día, es posible que esa sea la realidad para aquellos niños que, por desgracia, se encuentran al oeste de la campana de Gauss, los que tienen necesidades educativas especiales asociadas a trastornos o déficits. A los que, por otra parte, cada día se les recortan más sus ya escasos recursos y medidas para facilitar su integración.

Sin embargo, los otros niños y niñas que forman parte del espectro igualmente excepcional, pero del otro lado de la curva, los dotados y talentosos, para esos, ni la utopía queda.

Muchos son los frentes que hay que derribar para poder pensar que la inclusión educativa sea algo tangible y real para ellos: docentes que no saben, equipos de orientación que “no lo ven”, centros educativos que “no tienen medios”, falta de detección y de información, exceso de prejuicios y estereotipos, interpretaciones fundamentalistas y/o sesgadas de la teoría, falta de acuerdo en los criterios según cada Comunidad Autónoma, diagnósticos erróneos, medicalización con psicofármacos a niños y niñas que no tienen patología alguna, exclusión, … Esta y no otra, es la realidad de quienes trabajamos en el día a día con niños y adolescentes con altas capacidades.

Sin embargo, hay un nuevo frente con el que, desde luego, no contábamos: los otros padres, los que tienen hijos normotípicos y no están dispuestos a aceptar que los que no lo son, por alta capacidad, tengan ningún tipo de adaptación.

Están abundando peligrosamente los casos en que un grupo de padres se unen para intentar bloquear una aceleración (salto de curso) con la excusa de que un niño menor en un aula ralentizará al resto, por poner un ejemplo.

Padres que gastan mucho tiempo y energía en reunir firmas y escritos para bloquear o anular cualquier intento de atención por parte del centro escolar para este alumnado. Lo que plantean es tan mezquino como ignorante, siendo solamente la punta del iceberg de una masa mediocre y dictatorial que propugna y trata de imponer el café para todos.

Cada día aumenta mi indignación cuando veo a los padres casi pidiendo perdón por tener un hijo con alta capacidad, disculpándose ante la sociedad por haber pasado involuntariamente a engrosar las filas de la diferencia. Ocultándolo (“no vamos a decir nada en el cole para que no le señalen ni etiqueten, total no van a hacer nada”). Avergonzándose (“no cuestiones al profesor, no levantes tú el dedo siempre para responder”). Demandando al hijo en vez de al sistema (“si eres tan listo por qué suspendes”) o negándole (“tienes que intentar ser como los otros niños, jugar con todos, no te aísles”).

Pocos, poquísimos son los centros educativos que se plantean hacer “algo” para atender a este alumnado como para, además, tener que vencer las demandas de las familias a quienes les parece que estos niños no debieran tener lo que a su ignorante modo de ver son “privilegios”.

Por tanto, creo imprescindible utilizar mi voz en un medio público para decirles que no hay privilegio alguno de hacer cumplir la ley. La norma les reconoce y ampara como alumnos con necesidades específicas, pero rara vez se cumple, y cuando un centro educativo implementa alguna medida para atenderles, no les están regalando nada ni haciéndoles ningún favor: se están limitando a cumplir la ley.

¿QUÉ DICE LA LEY?

Según el Ministerio de Educación, el alumnado que presenta altas capacidades intelectuales es considerado por Ley Orgánica 2/006, de 3 de mayo, de Educación (LOE), como alumnado con necesidad específica de apoyo educativo. La atención integral a este alumnado se iniciará desde el mismo momento en que dicha necesidad sea identificada y se regirá por los principios de normalización e inclusión.

La Ley Orgánica para la Mejora de la Calidad Educativa (LOMCE) afirma que:

«Las Administraciones educativas dispondrán los medios necesarios para que todo el alumnado alcance el máximo desarrollo personal, intelectual, social y emocional… «.

Asimismo, incluye a los alumnos de AACC dentro del “Alumnado con necesidad específica de apoyo educativo”. El artículo 58 (antiguo 76 de la LOE) dice:

“Corresponde a las Administraciones educativas adoptar las medidas necesarias para identificar al alumnado con Altas Capacidades intelectuales y valorar de forma temprana sus necesidades. Asimismo, les corresponde adoptar planes de actuación adecuados a dichas necesidades, así como programas de enriquecimiento curricular adecuados a dichas necesidades, que permitan al alumnado desarrollar al máximo sus capacidades…”

Esto dice la ley, cuyo desconocimiento no implica su no cumplimiento.

Es urgente que los padres y madres de hijos con altas capacidades, dejen de pedir permiso y de pedir favores a los diferentes agentes educativos.

Que sepan que la ley les ampara y que es nuestra responsabilidad para con ellos, hacer que se cumpla. Y desde luego, dejar de ocultar o minimizar la condición de nuestros hijos por un distorsionado sentido de la modestia.

Y a quienes nos ponen piedras en el camino. Quiero decirles que revisen sus verdaderos motivos, que el inconsciente es travieso y nos disfraza de razón lo que suele ser pura emoción. Y que utilicen su tiempo y su energía en causas nobles, en vez de ir trabando el desarrollo de niños y niñas que no pidieron ser así, pero lo son, y deben sentirse orgullosos por ello en lugar de ocultarlo.

No quiero dejar pasar la idea de hacer un paralelismo entre los niños talentosos y los grandes deportistas. ¿Alguien estaría en contra de facilitar los medios para que el potencial de estos atletas se desarrollara todo lo posible? Entonces, ¿dónde está la diferencia entre ayudar a potenciar unas aptitudes y no otras?

Todo esto Einstein supo resumirlo en dos líneas: “Las grandes almas siempre se han encontrado con una oposición violenta de las mentes mediocres.”

Fuente del artículo: https://elpais.com/elpais/2020/01/13/mamas_papas/1578913562_198356.html

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Mitos sobre los niños superdotados

Por: Olga Carmona

Es imprescindible desmontar las falsas creencias a fin de transmitir un acercamiento más real sobre cómo son estos menores

Es muy frecuente comprobar en nuestro día a día cómo hay una serie de creencias falsas en torno a los niños superdotados o con Alta Capacidad y me parece imprescindible desmontarlos a fin de transmitir un acercamiento más real sobre cómo son estos niños.

Uno de los más generalizados es que Alta Capacidad es igual a Alto Rendimiento: ante la casi siempre acertada sospecha de algunos padres sobre la posible sobredotación de su hijo o hija, los profesores suelen contestar que ellos no han notado nada especial, que no sobresale en casi nada y que sus notas son mediocres cuando no directamente malas. Lo cual deja a los padres aún más confusos puesto que pareciera que ello es un indicador directo de que sus hijos no tienen altas capacidades. Nada más lejos de la realidad. Solo un porcentaje de niños superdotados tienen un alto rendimiento académico. La mayoría en cambio no destaca en las calificaciones, bien por aburrimiento, desmotivación o porque el sistema escolar suele estar orientado al aprendizaje secuencial y repetitivo lo que requiere un predominio del hemisferio cerebral izquierdo mientras que los niños superdotados funcionan con una alta dominancia del derecho, por lo que necesitan una forma diferente de aprendizaje.

Otro tópico generalizado es que tener Altas Capacidades es una garantía de éxito especialmente académico y que por tanto estos niños no necesitan ayuda. Esta es una creencia que deja sin recursos de apoyo tanto a padres como a niños. Es habitual comprobar como se ve con muy buenos ojos que si hay una cantidad de recursos limitados se destinen a aquellos que tienen problemas para alcanzar el aprobado o tienen trastornos de aprendizaje y se queden fuera los que en teoría “van sobrados”. Nada más lejos de la realidad y de la ley. Nuestro sistema educativo garantiza la atención a la diversidad y la propia ley española los define como Alumnos con Necesidades Educativas Específicas y su atención está recogida y contemplada por dicha ley. Estos alumnos, de no ser apoyados en su necesidad, es muy probable que acaben fracasando, abandonando un sistema educativo que no les tiene en cuenta, que no les brinda la oportunidad de desplegar su potencial, que les castra como personas y les hace sentir inferiores y fracasados. Y no hay que esperar a la Educación Secundaria para que eso ocurra: en nuestra práctica clínica cotidiana vemos casos de niños pequeños que ya han desarrollado una sintomatológica depresiva, rechazo escolar y trastornos psicosomáticos tales como asma, problemas de piel, trastornos digestivos, del sueño y de la alimentación, todo ello producto de la ansiedad que les produce encajar en un molde que les queda pequeño.

También es común la creencia de que los niños con Altas Capacidades lo son porque fueron extremadamente estimulados y que de no haber sido así, serían niños normotípicos. Esto tampoco es cierto: la sobredotación tiene un componente de herencia genética indiscutible. Obviamente, un ambiente estimular favorecerá la expresión de la altas capacidades pero encontramos niños superdotados en los ambientes menos favorecidos socioeconómica y culturalmente. Si, podemos aumentar la inteligencia de nuestros hijos con la estimulación adecuada (sin sobreestimular), pero categóricamente No podemos crear niños superdotados.

Un niño con Alta Capacidad no es un niño muy inteligente. Es un niño cuya inteligencia difiere en la cantidad, pero también en la cualidad: es una forma diferente de ser inteligente, de procesar y percibir el mundo, es un cerebro estructural y funcionalmente diferente.

También nos hemos encontrado con padres y lo que es más preocupante, con profesionales de la pedagogía y la psicología que abogan por “no hacer nada”, porque “así se normaliza y se le quita importancia”. Este planteamiento es tan contraproducente que nos cuesta trabajo entenderlo salvo que sea producto del miedo a no saber qué hacer o la necesidad de no enfrentar dicha realidad. Las sobredotación no puede normalizarse porque su esencia es precisamente su anormalidad, en tanto quienes lo son representan a tan solo un 2% de la población y es urgente, imprescindible, entender a un hijo sea como quiera que éste sea: conocer su realidad nos acerca y nos permite apoyarle.

Otro tópico es que los “niños con altas capacidades lo son siempre y en todo momento”: rotundamente no. Los niños son sobre todo niños con independencia de su especificidad y necesitan ser y comportarse como tales y sobre todo ser tratados como tales: permitir el error, la intolerancia a la frustración, las rabietas, el aburrimiento, el entusiasmo, el enfado, el juego… todo lo que implica la vivencia de una infancia sin prisa y manejando nuestras expectativas.

Realidades poco conocidas

Y de la misma manera que hay un montón de creencias distorsionadas muy generalizadas acerca de los niños con Altas Capacidades, hay otras realidades de estos niños muy poco conocidas:

Los niños con Altas Capacidades son extremadamente sensibles y por ello muy vulnerables. La mayoría de ellos tienen hiperexcitabilidades sensoriales o motrices: reacción excesiva ante ruidos, olores, luz intensa, muy movidos, les incomodan las etiquetas de la ropa, las telas rígidas como los vaqueros, determinadas texturas en los alimentos… Tienen un exacerbado sentido la justicia así como una empatía hiper desarrollada, lo que les lleva a percibir la realidad de forma muy ansiosa, acumulando grandes dosis de ansiedad al cabo del día que deriva muchas veces en comportamientos rígidos y obsesivos en un desatinado afán de canalizar toda su ansiedad.

Atender las necesidades emocionales de los niños con altas capacidades es la base para que puedan desplegar su potencial cognitivo: hoy sabemos que en el éxito hay un 30% de factores cognitivos y un 70% de factores emocionales.

Fuente: http://elpais.com/elpais/2017/05/22/mamas_papas/1495462365_656352.html

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Perú: Los superdotados y sus dificultades en el sistema educativo

Perú/19 enero 2017/Fuente: La República

Valerie Aguilar es una adolescente de 15 años que por su alto coeficiente intelectual ha podido aprender con facilidad seis idiomas: inglés, francés, alemán, italiano, chino y coreano, y el próximo año empezará a estudiar quechua.

Cuando tenía apenas 3 años aprendió a leer sus cuentos favoritos y solía contarlos de memoria; armaba rompecabezas de más de 50 piezas, lo que generaba sorpresa a sus padres. Tiempo después, al ingresar al nido, las maestras notaron que el ritmo de aprendizaje de la niña era acelerado en comparación con sus compañeras y que se aburría con facilidad.

Incluso le llegaron a decir a Liliana Dellisanti, madre de Valerie, que la niña no encajaba en el colegio y debían cambiarla.

Poco después, en el colegio Saco Oliveros se detectó que la niña tenía un coeficiente intelectual de 160 puntos (el promedio es 100). A través del sistema helicoidal de este plantel, Valerie pudo explotar sus potencialidades porque no llevaba un currículo convencional. Si ella podía más, hacía más.

Actualmente, Valerie cursa la secundaria en el colegio Peruano Alemán donde destaca por su rápido aprendizaje y sus altas notas sin realizar mucho esfuerzo. Sin embargo, tiene bajas notas en conducta.

«Yo no copio la clase en mis cuadernos, me aburre. Los profesores se fastidian porque distraigo a los demás. Entonces por eso me bajan en mi puntaje«, refiere risueña.

Para esta niña el mundo va lento; prefiere resolver los problemas de matemáticas en su cabeza y no en el cuaderno. También tiene dificultades en realizar trabajos grupales, prefiere hacer las tareas sola.

Características

Las personas superdotadas tienen un coeficiente igual o mayor a 132 y se estima que representan el 2% de la población mundial. En el Perú existirían unos 600 mil, pero muchos de ellos no lo saben, explica Pierrick Labbe, director de la Asociación de Superdotados del Perú.

A los superdotados por lo general les va mal en el colegio, porque el sistema educativo no está adaptado a ellos. Pueden pasar inadvertidos en el aula. Los maestros no están capacitados para identificarlos y confunden su condición con el trastorno de hiperactividad y déficit de atención.

«Una persona con un razonamiento promedio piensa en A, luego en B y luego en C, el superdotado tiene A, B, C y D directo en la mente. Tiene una capacidad de aprendizaje muy rápida, capta a la primera, entonces se aburre del ritmo de las clases regulares y no presta atención. Por ello, muchos se sienten inferiores al resto, porque no ven las cosas como los demás», explica Labbe.

Vanesa Caycho (38) es una arquitecta superdotada que fue detectada a temprana edad en el Programa de Atención Educativa para Niños con Facultades Talentosas Sobresalientes (PAENFTS) de la UGEL 07.

Con la ayuda del programa recibió una educación adaptada a sus diferencias y ahora es una empresaria exitosa. Sabe cuatro idiomas y tiene potencialidad para la creatividad. Cuando era niña recibía clases regulares, pero en las tardes asistía al PAENFTS donde desarrollaba clases no escolarizadas para explotar su lado musical, deportivo y artístico.

«En el colegio causaba envidia, celos en mis compañeros porque sacaba buenas notas sin estudiar», recuerda.

En el Perú no existe un centro para superdotados. Los Colegios de Alto Rendimiento (COAR) son un buen intento.

Paola Portocarrero, madre de una niña superdotada de 9 años, prefiere que su hija estudie a través de un programa a distancia del colegio Liceo Naval y ayudarla en casa con sus actividades. «En el Perú no hay una especialización para maestros y psicólogos en superdotación. No hay colegios para niños gifted (superdotados)«, señala.

Diferencias con los ‘chancones’

¿Qué diferencia a un superdotado de un talentoso? Para el psicólogo Walter Ruiz, los chicos que ocupan los primeros puestos y son popularmente llamados ‘chancones’ son considerados muy inteligentes cuando no necesariamente tienen esa condición. «Destacan en la escuela porque son perseverantes y les gusta estudiar«. En cambio, un superdotado tiene un funcionamiento intelectual bastante alto, pero pasa inadvertido en el aula porque el sistema educativo no se adecúa a ellos. «Entre los 5 o 6 años un niño pueda pasar por una prueba de coeficiente intelectual que sirve mucho».

Fuente: http://larepublica.pe/impresa/sociedad/839899-los-superdotados-y-sus-dificultades-en-el-sistema-educativo

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El papel del padre en la superdotación femenina

23 de diciembre de 2016 / Fuente: https://www.isep.es/

Por: Maribí Pereira

Solo un 20% de individuos diagnosticados como superdotados son mujeres en España. Por su parte, en Estados Unidos, la cifra se incrementa en un 40% de niñas frente a un 60% de niños. ¿Pudiéramos acaso pensar que estas cifras indican que las niñas superdotadas fracasan más que los niños? Es muy probable que sí, ya que su identificación y detección resulta más difícil y, por tanto, muchas de ellas ni siquiera se conocen como tal y no se les puede ofrecer una educación acorde a sus características y necesidades (Berché, 2000).

En las primeras etapas de la vida, las chicas tienen ventajas evolutivas sobre los chicos: de algún modo, son bebés más robustos, aprenden a hablar muy temprano y saben contar antes que los niños. Suelen obtener mayores puntuaciones que los chicos en los test de inteligencia durante los años de preescolar y están preparadas para la escolarización a una edad más temprana (Berché, 2000).

Las chicas suelen superar a los chicos en la Educación Primaria y sus resultados son más satisfactorios; se retiran menos y no tienen tantos fracasos, sin embargo, el número de mujeres superdotadas parece declinar con la edad. De hecho, hacia el tercer curso de primaria, estas niñas que aparecían como superdotadas, pierden su liderazgo y no muestran ningún avance particular sobre sus iguales (Berché, 2000).

Cuando se llega al Bachillerato, hay claramente más chicos que chicas superdotadas y, posteriormente, sigue bajando el número de niñas superdotadas, excepto en aquellas áreas que son tradicionalmente femeninas. Al graduarse de la escuela, el número se reduce todavía más (Berché, 2000).

Pese a los datos revelados previamente, las mujeres superdotadas son una especie en peligro de extinción. De hecho, aquellas que han escapado al tradicional proceso femenino de socialización tienen mayores oportunidades de mantener su superdotación. Muchas de ellas lo han evitado siendo hijas únicas o la primera hija de una familia con solo niñas o la primera hija nacida con muchos años de diferencia sobre un hijo varón. En estos casos, los padres tienen mayores expectativas para sus hijas y muchas fueron traviesas de niñas y jugaban más con chicos que con chicas (Silvermann, cp. Berché, 2000).

Los modelos de “rol” han sido cruciales, especialmente en madres que trabajan fuera de casa. Abuelos, tíos, guías y otras personas significativas componen un sistema de soporte esencial para el desarrollo del talento en las mujeres, quienes tienden en estos casos a identificarse con su padre.

Muchos cambios pueden darse con garantía de que el gran potencial de la población de mujeres superdotadas no se ha perdido. El primero de estos cambios puede involucrar la información y perspectiva de los padres sobre la importancia de fomentar las aspiraciones y habilidades de sus hijas. Es importante para el padre, involucrarse en la educación ya que ocupa un lugar muy importante en el desarrollo del talento de su hija (Silvermann, cp. Berché, 2000).

Una gran involucración, con un padre tolerante, puede contribuir a una experimentación más temprana de actividades atípicas en el sexo femenino. Cuenta en gran medida en ánimo paternal por el trabajo de una niña en un proyecto científico, en un problema de matemáticas, etc.; experiencias que le sirven a esa niña para sentirse segura de que sus habilidades se ajustan a las del sexo contrario (Silvermann, cp. Berché, 2000).

La fuerte influencia del padre, de los profesores de sexo masculino, maridos y novios, pueden proveer a la mujer la certeza que las aptitudes de los esfuerzos masculinos no necesitan arriesgar las metas heterosexuales. En este sentido, las experiencias tempranas con padres tolerantes pueden “inocular” a esas mujeres contra las presiones tardías para tener el sexo apropiado, y predisponerlas para buscar compañía en hombres unidos por sus intereses inusuales (Silveramann, cp. Berché, 2000).

Algunos aspectos de la conducta del padre que son fundamentales para el desarrollo de lasuperdotación en niñas se citan a continuación (Berché, 2000):

– Elevadas expectativas para el trabajo.
– No adquirir juguetes diferenciados para niños y niñas.
– Evitar ser extremadamente protectores.
– Animarla a que tenga un alto nivel de actividades.
– Permitirle ensuciarse.
– Creer en sus capacidades.
– Apoyar sus intereses.
– Identificar a sus hijas superdotadas en los años de preescolar.
– Encontrar compañeros de juegos superdotados para que se identifiquen con ellos.
– Fomentar el interés por las matemáticas fuera de la escuela.
– Alentarla para que siga todos los cursos de matemáticas posibles.
– Introducirla en diferentes salidas profesionales.
– Tener una madre que trabaje, por lo menos, media jornada fuera de casa.
– Pasar algo de tiempo libre con el padre realizando actividades “masculinas”.
– Participar en tareas domésticas igual que los padres.
– Asignar faenas sin basarse en el sexo.
– Reprimir el uso de lenguaje sexista y bromas en casa.
– Ver programas de televisión que estereotipados para ambos sexos y discutirlos con los niños de ambos sexos.
– Enseñar a tratar a los demás equitativamente, ya que, de acuerdo a los estereotipos tradicionales, el papel que representan ambos sexos, que ellos ven fuera de casa, es distinto.

Como docentes, saber distinguir aquellas niñas que presentan características de superdotación puede ser esencial para su desarrollo. En ISEP, el Máster en Educación Especial, incluye formación específica en altas capacidades intelectuales.

Fuente artículo: https://www.isep.es/actualidad-educacion/el-papel-del-padre-en-la-superdotacion-femenina/

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