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Educación en seguridad informática: ¿debería incluirse en la educación formal?

Por: Juan Manuel Harán. 

 

La educación formal es clave en el proceso de inserción a la sociedad de las nuevas generaciones. En este sentido, el sistema educativo de cada país procura brindarles a los ciudadanos no solo los conocimientos académicos elementales, sino también ayudarlos a desarrollar las habilidades para enfrentar la vida teniendo en cuenta los desafíos de una época. Teniendo en cuenta que contar con esas habilidades es importante para los integrantes de una sociedad, la educación en seguridad informática, dado el rol que ocupa la tecnología en los tiempos actuales -y futuros-, también lo es. Por lo tanto, bien podría formar parte de la lista de habilidades esenciales para enfrentar los desafíos de la vida.

Por esta razón, como parte de la serie sobre educación en seguridad informática que estamos publicando cada lunes de noviembre en conmemoración del Antimalware Day 2019, decidimos consultar a organizaciones de distintos países que tienen un rol activo en la educación sobre temas relacionados con la seguridad en Internet para conocer su opinión acerca de si consideran que los niños y jóvenes salen de la educación formal con las habilidades necesarias para hacer frente a los desafíos que supone la seguridad informática; si creen que existe falta de visión acerca de la importancia que tiene la educación en seguridad digital para los ciudadanos del mundo actual; si la educación formal obligatoria debería abordar algunos de los diferentes temas que conforman a la seguridad y si consideran que los docentes de estas etapas de la educación están preparados para hacerle frente a esta tarea.

¿Los niños y los jóvenes finalizan la educación primaria y secundaria con las habilidades suficientes para hacer frente a los desafíos que supone la seguridad informática?

Según la descripción del proyecto “Promoción de la Seguridad Informática en el ámbito escolar” de la Universidad Nacional de Córdoba en Argentina, los jóvenes que no son conscientes de los riesgos que trae la excesiva publicación de fotografías, comentarios sensibles e información privada en las redes sociales; ni asocian estas prácticas a problemas que muchas veces afectan los afectan, como es el grooming, sexting, ciberbullying, y el phishing.

Sin embargo, tal como explican los creadores de este proyecto que capacita a estudiantes de educación secundaria para que dicten talleres sobre seguridad informática en escuelas, el crecimiento de estas problemáticas ha generado la necesidad de que padres e instituciones educativas soliciten información y capacitación sobre estos temas, así como sobre protección de datos, identidad digital y robo de información, criptografía básica, uso indebido de las redes o prevención de ataques a través de la web.

Con el objetivo de conocer otras opiniones, consultamos a instituciones de distintos países para que, según sus realidades, nos den su opinión sobre la educación en seguridad en entornos digitales.

En países como Argentina y México, fuentes consultadas coinciden al opinar que los niños y adolescentes no egresan con las habilidades suficientes en seguridad informática. En México, por ejemplo, “la teoría y la práctica que les proporciona a niños y adolescentes en las escuelas puedfe llegar a ser insuficiente. En la educación básica y media superior, los temarios en ocasiones contemplan computación o informática, pero sin abordar a fondo temas relacionados a la seguridad de la información”, opinan desde el Equipo de Respuesta a Incidentes de Seguridad en Cómputo de la Universidad Nacional Autónoma de México (UNAM-CERT). “Así como se les enseña a los niños temas de prevención en sismos, de la misma manera se debería educar sobre el uso responsable de las tecnologías de información”, agregan.

En Argentina, desde Argentina Cibersegura, Asociación Civil que realiza actividades de concientización y educación sobre seguridad en entornos digitales, coinciden en que los alumnos no egresan con las habilidades suficientes y explican que esto puede tener varios motivos. “Por un lado, porque al pertenecer al área informática y no existir en el diseño curricular escolar obligatorio de todo el país esa asignatura, queda sujeto a que cada instituto decida si quiere impartir clases de informática o no. Además, las carreras docentes no están actualizadas para formar a los futuros formadores en competencias digitales y en seguridad en particular. Por último, porque el foco muchas veces está puesto en contenidos que se consideran son lo que necesitan las futuras generaciones, como es el caso de programación o la robótica, y se deja de lado la formación de personas que sepan ser, hacer y convivir en Internet”, explican desde la ONG.

En países como Inglaterra se realizaron cambios en la currícula que deberán adoptar de manera obligatoria las escuelas de aquel país y que entrarán en vigencia a partir de septiembre de 2020. Dichas modificaciones, descritas como “Educación en relaciones”, contemplan la educación en seguridad en línea e incluso han elaborado una guía dirigida a las escuelas para enseñar cómo estar protegido en el mundo digital. Sin embargo, especialistas consideran que solo con un cambio curricular es probable que no sea suficiente. Desde la organización sin fines de lucro con base en Inglaterra, Internet Matters, Claire Levens opina que “si bien los cambios en la currícula son bienvenidos, además de que deben ser financiados adecuadamente, los mismos deben venir acompañados por el nivel adecuado de capacitación docente, y en el caso de Inglaterra, a menos que algo cambie para proporcionar fondos y capacitación, es difícil ver cómo estos cambios por sí solos pueden llegar a ser suficientes”.

Falta de visión acerca de la importancia que tiene la educación en ciberseguridad

Es común que nos cueste tomar real dimensión de una problemática presente hasta que nos afecta directamente o a un ser cercano. Las fuentes consultadas coinciden al opinar que existe una falta de visión sobre la importancia que tiene la educación en estos temas. “Los ciudadanos pueden estar enfocados en hacer uso de la tecnología, pero sin ser conscientes, por ejemplo, de que la información personal o de la organización puede ser expuesta o que alguien puede hacer mal uso de la misma. Esto hace que no se preocupen por aprender sobre seguridad hasta que son víctimas de un ataque”, explican desde UNAM-CERT. “Muchas veces la seguridad de la información e informática se ve como un costo y no como una inversión, lo que hace que no se destinen recursos para prepararse ante estos temas, cuando en realidad invertir en educación podría representar un ahorro al evitar el impacto que puede provocar un ciberataque”, agregan desde la institución mexicana.

Más allá del valor de la educación y su incidencia directa para prevenir ataques y que los ciudadanos estén preparados para saber qué hacer ante situaciones que busquen afectarlos de alguna manera, como vimos en otro artículo de la serie en el que pusimos el foco sobre la formación de los profesionales en seguridad informática, ante la escasez y la demanda que existe de profesionales capacitados en este campo, la educación en edades tempranas puede colaborar también para que más jóvenes descubran en el campo de la seguridad un área de interés para desarrollarse en el futuro.

¿Debería la educación en seguridad informática formar parte de la educación formal?

Como vimos anteriormente, temas como la seguridad en línea, que están dentro del paraguas de la seguridad informática, fueron incluidos en la currícula obligatoria de Inglaterra para el próximo año. Según nos explican desde Argentina Cibersegura, en España también se han planteado establecer la educación de estos temas en edades tempranas. En este sentido, la ley Orgánica de Protección de Datos Personales y garantía de los derechos digitales que entró en vigencia en dicho país en diciembre del 2018, surge a partir de la necesidad de adaptar el ordenamiento jurídico español al Reglamento General de Protección de Datos (GDPR, por sus siglas en inglés) e incluye en uno de sus capítulos el tema de los derechos de la era digital y hace referencia al abordaje de la educación digital desde edades tempranas.

De esta manera, el artículo establece que el sistema educativo debe garantizar la inserción del alumnado en la sociedad digital y el aprendizaje de los medios digitales para que sea seguro y respetuoso con la intimidad personal y la protección de datos personales, contemplando también las situaciones que pueden surgir a partir del uso inadecuado de las TIC, fundamentalmente situaciones de violencia en la red, además de que deberá brindar al profesorado la formación necesaria.

Tomando como referencia el ejemplo de España, desde la ONG consideran que la educación en seguridad debería estar incluido en la currícula obligatoria, ya que “el objetivo de la escuela sigue siendo formar ciudadanos, y la dimensión digital no puede ser dejada de lado hoy día”, comentaron. En esta misma línea, desde el UNAM-CERT coinciden en que “se deberían de abordar los temas de prevención en seguridad de la información dirigido a usuarios finales de manera obligatoria en la educación básica y media superior debido a que vivimos en un mundo virtual e interconectado, sin necesidad de tener que contar con conocimientos especializados en tecnologías, lo importante es que los estudiantes puedan entender cómo funcionan las TI y sus riesgos asociados, ya que a partir de esto podrían protegerlas, protegerse mejor a sí mismos y a los que los rodean”, explican.

¿Están los docentes preparados para esta tarea?

Si bien desde hace un tiempo hay docentes que hacen uso de tecnologías colaborativas para sus cursos en un intento de aprovechar los recursos de estos tiempos para hacer más atractivas las clases para los alumnos, esto no quiere decir que estén capacitados para abordar el tema de la seguridad en Internet, así como otros temas relacionados a la seguridad informática.

En México, según un estudio realizado en 2017 por la  Asociación Nacional de Instituciones de Educación Superior (ANUIES), “solo el 32% de las Instituciones de Educación Superior (IES) brinda capacitación a su comunidad sobre políticas y buenas prácticas de seguridad ante amenazas y sobre medidas preventivas de seguridad de la información, y el 51% de las IES proporciona sensibilización en seguridad de la información al capital humano de su comunidad, lo que denota que el sistema educativo no ha logrado consolidar sus esfuerzos en materia de ciberseguridad”, opinan desde UNAM-CERT.

Desde Internet Matters, Levens dijo que no de manera rotunda, aunque agregó que “debemos ser conscientes de que a las escuelas se les pide que hagan muchas cosas, y probablemente la seguridad en línea no es una de sus prioridades”.

“Trabajamos permanente con docentes y en nuestra experiencia podemos decir que tanto los sistemas educativos actuales como los docentes que lo componen no cuentan con la preparación suficiente para afrontar tal tarea”, opinan desde la ONG Argentina Cibersegura. “Cantidad de docentes y estudiantes de profesorado que se enteran de muchas cuestiones a través de las charlas que ofrece Argentina Cibersegura, comienzan poco a poco a tomar conocimiento de estos temas. Además de ello, no se sienten seguros para abordar temas relacionados a la seguridad digital en el aula. Todos descansan en que debe enseñarlo un profesor de informática, y esa figura ni siquiera existe en la mayoría de las escuelas”, agregaron.

 

En el mundo ya existen iniciativas para capacitar a docentes que trabajan en edades tempranas de la educación con conocimientos y herramientas en el campo de la ciberseguridad con el objetivo de aportarle a las próximas generaciones las herramientas necesarias para hacerle frente a los desafíos que supone la seguridad de la información. En países como Estados Unidos, organismos como el United States Department of Homeland Security (DHS) cuenta con el Cybersecurity Education Training Assistance Program (CETAP). En Massachusetts, por ejemplo, la Universidad de Clark desarrolló en 2016 un programa para el sistema de escuelas públicas de Shrewsbury en el mismo estado con el objetivo de educar a los más pequeños como ciudadanos tecnológicos y capacitarlos acerca de los riesgos a los que está expuesta la tecnología que utilizamos y nuestra información. Si bien queda mucho por hacer, poco a poco se está haciendo más evidente la importancia de la educación en seguridad informática.

Fuente del artículo: https://www.welivesecurity.com/la-es/2019/11/18/educacion-seguridad-informatica-deberia-incluirse-educacion-formal/

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Cómo crear un blog educativo para profesores

Por: www.abc.es

Los docentes a menudo necesitan herramientas sencillas y atractivas para ofrecer contenidos creativos y de utilidad.

En la nueva era del aprendizaje, la tecnología y la innovación tienen un papel primordial en los procesos de formación tanto para niños como adultos. El blog es un formato digital que ha sabido resistir y consolidarse en medio de la vorágine online, y concretamente, el blog en el mundo educativo es muy utilizado para crear contenido original y fomentar el aprendizaje colaborativo. Para esos profesores que quieren dar un paso más allá en sus recursos desde ELEInternacional han desarrollado una guía de cómo crear un buen blog educativo.

Pasos para crear un creativo blog

«Los docentes sabemos que una de las mayores dificultades con las que nos enfrentamos es crear contenido único y diferente», comentan desde ELEInternacional. A continuación, destacamos los pasos principales para poner en marcha un blog y despuntar al máximo.

1. Definir el blog

El primer paso es preguntarte: qué blog quieres. La elección es determinante ya que es la base para crear una buena herramienta, útil y coherente a lo largo del tiempo. Comunicarte eficazmente con la audiencia demanda conocerla en profundidad. Una vez definido el público objetivo será más fácil definir los contenidos que más pueden interesar a sus potenciales seguidores.

2. Analizar la competencia

Cuando se inicia un nuevo blog hay que valorar que ya existen muchos más con similar contenido y por ello es importante estudiar a la competencia. «Aunque el contenido sea original hay que analizar a los posibles competidores, es la manera de ser humilde y aprender de los demás», explican desde ELEInternacional.

3. Diseñar tu valor diferencial

Una vez analizada la competencia, toca aprender, mejorar y evitar realizar los errores que otro hacen. Es el momento de diseñar la propuesta de valor, ser diferentes al resto y optar por la innovación. «Si no ofreces un valor añadido, si no tienes algo que te diferencie y no lo comunicas de forma clara, en la práctica serás percibido como uno más», comentan desde ELEInternacional.

4. Conocer los entornos digitales

Como en toda creación para poder ejecutar cualquier proyecto hay que formarse y conocer todas las herramientas necesarias para su realización. Existen cientos de herramientas digitales que mejoran los procesos educativos y académicos, fomentando la colaboración y facilitando la interacción entre alumnos y profesores. Páginas web, tutoriales, vídeos y recursos virtuales son algunos de los recursos educativos digitales que se deben de trabajar de forma continuada.

5. Practicar diariamente

Coge papel, lápiz y escribe todos los días. Es importante practicar, aunque no sea para publicar. Desde ELEInternacional recomiendan siempre escribir, es posible que sea la mejor forma de aprender encontrar esa inspiración para el trabajo diario.

6. Conoce el storytelling

El storytelling aplicado a la educación es un completo instrumento educativo que potencia la colaboración, la creatividad y la comunicación. Desde la escuela online explican que es el arte de contar historias desde la emoción. Es decir, ese mensaje se recibe de forma más efectiva porque la finalidad es provocar una emoción a quien lo recibe. De esta forma, muchos profesores usan esta herramienta comunicativa con sus alumnos para transmitir conocimientos y valores, además de estimular su interés y su motivación.

7. Plan de comunicación

Es necesario tener un buen plan de comunicación donde se establezca los objetivos que se desean alcanzar. Planificar, organizar y cumplir los tiempos son las principales tareas para enfocar eficientemente el plan de comunicación.

Tal y como explican desde ELEInternacional el blog es, precisamente, una de las herramientas de más éxito entre el profesorado de la escuela online. Su objetivo es ayudar a formar a profesores de español de una forma 100 % en línea y con una metodología moderna y práctica.

Fuente e Imagen: https://www.abc.es/familia/educacion/abci-como-crear-blog-educativo-para-profesores-201911030115_noticia.html

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Es hora de enfocar la transformación profunda de la educación

Por: .

 

Hace años que empezamos a reaccionar frente a un entorno que se va moviendo cada día más deprisa. Hemos leído libros, asistido a conferencias, realizado innumerables cursos de formación. Hemos dedicado muchas horas en largas reuniones del equipo de dirección o del equipo impulsor de la innovación, lo hemos comentado en muchas reuniones de profesorado. Hemos implementado cantidad de iniciativas de innovación en nuestra escuela o universidad. Incluso, tenemos un responsable de innovación educativa. Hemos invertido en tecnología y también quizás, en mobiliario o en cambiar espacios físicos. Y, sin embargo, tenemos la sensación de no terminar de despegar, de que esto no es lo que deseamos, de que nos falta mucho para llegar a un punto de inflexión y de cambio.

Incluso estamos física y psicológicamente cansados, estresados. Con un punto de saturación. Si esto dura mucho, ¿podremos aguantarlo? Pero sobre todo, ¿es este el camino que nos llevará a donde queremos llegar? ¿Podría ser mucho ajetreo para que nada importante y de fondo cambie?

Nos contaron que vivíamos en un “entorno VUCA” (Volatility, Uncertainty, Complexity and Ambiguity) y que debíamos reaccionar ante él. Pero ¿Y si esto no ha hecho más que empezar? El profesor Yuval Noah Harari, en su último libro, 21 lecciones para el siglo XXI, nos explica que estamos entrando de lleno en un entorno UTRU (Unprecedented Transformation and Radical Uncertainties) que podríamos traducir como que ya nos hemos situado en un mundo que va hacia Transformaciones sin Precedentes y Radicalmente Inciertas (TPRI en español). Tenemos un nuevo entorno, distinto, disruptivo, que nos lleva a un futuro incierto pero muy distinto. Como dice mi amigo y compañero Lluís Tarín: “El futuro no es lo que va a venir, está sucediendo ahora y podemos aprender de él”.

“Estamos ante un nuevo sistema operativo OS. Un nuevo paradigma de la educación”.

Aconsejo leer el libro que cito (especialmente el breve capítulo 19 en el que reflexiona sobre educación), así como las dos anteriores obras del autor (Homo Sapiens y Homo Deus). Sin embargo, no tengo suficiente espacio en este post para explicar las razones y la profundidad del cambio que nos plantea y que, con toda seguridad, vamos a vivir.

Me parecen especialmente relevantes los avances en biotecnología, en infotecnología, en la inteligencia artificial basada en algoritmos que aprenden por sí mismos y que son capaces de analizar cantidades astronómicas de datos en tiempo real, en un mundo globalizado y lleno de oportunidades y desafíos (o peligros, como se quiera ver) con unas fronteras cada vez menos claras entre el mundo físico y el mundo virtual.

“Estos cambios profundos, que en parte ya estamos viendo, se revelarán sobre todo en los próximos cinco o diez años y afectarán de lleno la forma como pensamos, vivimos, trabajamos y nos relacionamos. Y por supuesto, afectarán de lleno a la educación”.

Si pasamos de ver nuestro mundo con una mirada en modo VUCA a verlo con una mirada en modo UTRU, y si nos convencemos de que la educación va a ser, sin ninguna duda, el sector de nuestra sociedad que más va a cambiar en los próximos años, coincidiremos en que no podremos seguir repitiendo o incrementando lo que hemos hecho hasta ahora en nuestra escuela o universidad para mejorar la educación. Va a ser insostenible y, además probablemente, no nos lleve a donde soñamos llegar. Podemos hacer un símil tecnológico para explicarlo mejor: no estamos frente a un tema de más y mejores aplicaciones (innovaciones pedagógicas), ni siquiera ante la necesidad de nuevas adaptaciones y puestas al día (e-Learning, TIC…). Estamos ante un nuevo sistema operativo OS. Un nuevo paradigma de la educación.

Este mes agosto he sido abuelo por primera vez. Es una muy grata experiencia vital. Dentro de unos años, mi nieta va a ir a la escuela y, si así lo decide, probablemente saldrá de la universidad más allá de 2040 (si es que la universidad continúa existiendo en una forma parecida a la actual) y cumplirá los 30 años cerca de 2050. ¿Cómo será el mundo en el que ella va a vivir y desarrollar su proyecto vital?

“Necesitamos que [los futuros estudiantes] sean personas equilibradas, creativas, con iniciativa, comprometidas, competentes, acostumbradas a enfocar y resolver problemas complejos e interdisciplinares de forma colaborativa”.

Es evidente que nadie lo sabe, pero ya intuimos que la simple transmisión de conocimientos, o incluso la enseñanza experiencial de competencias con una tutoría fundamentalmente grupal, no van a ser suficientes para ayudarla. Vamos a necesitar que ella y sus compañeros de promoción se conozcan profundamente, sepan cómo aprenden y, por tanto, se acostumbren a aprender de forma permanente, sepan e interioricen qué inteligencias tienen y expresan fuertemente, y qué pueden aportar a este mundo.

Necesitamos que sean personas equilibradas, creativas, con iniciativa, comprometidas, competentes, acostumbradas a enfocar y resolver problemas complejos e interdisciplinares de forma colaborativa. Que incorporen y normalicen que el cambio va a ser lo único permanente en su vida, que la reinvención continua va a ser su hábitat. Que se hagan una idea propia de cómo es el mundo y de qué quieren hacer en él. Y que sean libres, por tanto, de conducir su proyecto vital.

Es por esto que debemos cambiar de fase y pasar de la innovación activista y pensada de curso en curso (ojo, que seguramente nos ha venido bien hasta ahora hacerlo de esta manera, y además hemos aprendido mucho) a la transformación profunda de la educación (cambio de paradigma), en un proceso que va a durar algunos años y para el que hay que tener una mirada a medio y largo plazo. Un cambio de fase que debemos empezar cuanto antes. Debemos pararnos, visualizar y establecer un punto de llegada. ¿Dónde queremos que nuestra escuela o facultad esté dentro de cinco años? ¿Con qué cultura interna, con qué organización, con qué roles y espacios? ¿Qué metodologías y mecanismos didácticos disruptivos vamos a poner en marcha? ¿Cómo establecemos un relato del cambio y preparamos una sólida coalición para afrontar este cambio mucho más profundo que lo que hemos hecho hasta ahora? Y, lo más importante y que ocupa el primer lugar, ¿qué tipo de alumnos, de personas, queremos educar y ofrecer, por tanto, a este mundo tan cambiante?

En los últimos meses, muchos centros se han dirigido al equipo de Reimagine Education Lab con la sensación que describía al empezar este post. Andan desorientados, cansados, perdidos en lo inmediato, y nos han pedido ayuda para enfocar esta nueva fase de transformación profunda de la que hablamos.

Y lo estamos haciendo, estamos construyendo juntos, en base a nuestra metodología del proceso de transformación que denominamos RIEDUSIS, caminos distintos y flexibles (según la situación de cada centro o red de centros) para poder empezar otra fase.

Una fase más profunda, más en línea con los ecosistemas educativos que deseamos desarrollar para que los alumnos puedan crecer, madurar y seguir su proyecto vital acorde con los tiempos en que van a vivir. En esto andamos, con fuerza e ilusión. Y no podemos retrasarlo. ¿Cómo lo ves?

Fuente del articulo: https://observatorio.tec.mx/edu-news/cambio-paradigma-educativo

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China: Los principales operadores de telecomunicaciones chinos lanzarán las aplicaciones comerciales 5G

Asia/China/03-11-2019/Autor(a) y Fuente: Spanish. xinhuanet. com

BEIJING, 31, 2019 (Xinhua) — Una persona prueba un dispositivo de realidad virtual basado en la nube 5G en una sala de negocios de una sucursal China Mobile Beijing en Beijing, capital de China, el 31 de octubre de 2019. Los principales operadores de telecomunicaciones chinos anunciaron el jueves el lanzamiento de aplicaciones comerciales 5G durante la ceremonia de apertura de la PT Expo China 2019. (Xinhua/Shen Bohan)

CHINA-BEIJING-SERVICIO 5G-COMERCIALIZACION-LANZAMIENTO

BEIJING, 31, 2019 (Xinhua) — Compradores observan teléfonos móviles 5G en una sala de negocios de una sucursal China Mobile Beijing en Beijing, capital de China, el 31 de octubre de 2019. Los principales operadores de telecomunicaciones chinos anunciaron el jueves el lanzamiento de aplicaciones comerciales 5G durante la ceremonia de apertura de la PT Expo China 2019. (Xinhua/Shen Bohan)

CHINA-BEIJING-SERVICIO 5G-COMERCIALIZACION-LANZAMIENTO

BEIJING, 31, 2019 (Xinhua) — Una persona prueba un teléfono móvil 5G en una sala de negocios de una sucursal China Mobile Beijing en Beijing, capital de China, el 31 de octubre de 2019. Los principales operadores de telecomunicaciones chinos anunciaron el jueves el lanzamiento de aplicaciones comerciales 5G durante la ceremonia de apertura de la PT Expo China 2019. (Xinhua/Shen Bohan)

CHINA-BEIJING-SERVICIO 5G-COMERCIALIZACION-LANZAMIENTO

BEIJING, 31, 2019 (Xinhua) — Una persona prueba un dispositivo de realidad virtual basado en la nube 5G en una sala de negocios de una sucursal China Mobile Beijing en Beijing, capital de China, el 31 de octubre de 2019. Los principales operadores de telecomunicaciones chinos anunciaron el jueves el lanzamiento de aplicaciones comerciales 5G durante la ceremonia de apertura de la PT Expo China 2019. (Xinhua/Shen Bohan)

Fuente e Imagen: http://spanish.xinhuanet.com/photo/2019-11/01/c_138520008.htm

 

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Costa Rica: La oportunidad educativa ante las nuevas tecnologías

Redacción: La República

Todo desafío representa una oportunidad para crear y desarrollar mecanismos eficaces de adaptación ante los cambios que vive la humanidad.

La inteligencia artificial (AI) y nuevas tecnologías no son una excepción en el mundo, tampoco lo serán en Costa Rica y estamos urgidos a modificar los modelos de educación tradicionales ante el inminente cambio donde la inteligencia artificial desplazaría a la mano de obra.

Lejos de nuestras fronteras, “El Cable Amarillo” es un proyecto educativo cofinanciado por el Fondo Europeo de Desarrollo Regional, cuyo objetivo es introducir el pensamiento computacional y las nuevas tecnologías utilizando software y hardware libres en secundaria, lo que representa un buen ejemplo de cómo Europa está cambiando los modelos educativos para armonizarlos con las nuevas tecnologías. Pero ¿qué sucede en Costa Rica?

Actualmente “se desarrollan experiencias de aprendizaje incluyendo aspectos de tecnología aplicada, como es el caso de la mecátrónica, en donde los estudiantes combinan aprendizaje en las áreas de electrónica, neumática, elementos de automatización; de igual forma la institución cuenta con el Laboratorio de Energías Limpias, el Laboratorio Innovatio de modelado e impresión 3D y próximamente, con laboratorios de Internet de las Cosas, Alfabetización Digital, CISCO; para responder a los retos que plantea la Revolución 4.0”, explica Andrés Valenciano Yamuni, Presidente Ejecutivo del INA.

Expertos en inteligencia artificial opinan que en cognición las máquinas están muy lejos de poder manejarse sin los humanos, especialmente en lo que concierne a la creatividad y pasión por lo que se hace.

Un niño trabaja con un robot

Un niño trabaja con un robot

Luis Arias, encargado del área de mactrónica en el INA, considera que “la creatividad, la imaginación y la pasión son capacidades inherentes al ser humano, las cuales se tienen que potenciar en la población estudiantil”.

Transmitir la motivación e ir un paso más allá de la máquina debe predominar en la nueva educación. Las máquinas no tienen pasión. ¿Los actuales cursos motivan para ser el “amo” en todo aquello que el futuro profesional quiera hacer? ¿O en el interés de los alumnos, estamos varios escalones por debajo de lo necesario?

Estos son aspectos fundamentales en el proceso de orientación vocacional que “se brindan a los futuros profesionales, ya que cuando se desarrollan en un campo de especialización que les gusta, la motivación y la pasión se generan espontáneamente, los conocimientos recibidos no se vuelven solamente información que permite trabajar, sino que se convierten en un tema que motivan a investigar. En todos nuestros cursos se dedican horas para que los docentes desarrollen este tipo de dinámicas”, sostiene Luis Arias.

Hans Moravec, pionero de la robótica, asegura que en este siglo los robots sustituirán la mano de obra humana al punto que la jornada laboral descendería hasta casi un cero por ciento para que todo el mundo pueda mantener su empleo. ¿Cómo ser, entonces, insustituibles?

Niño observa un robot funcionando

Niño observa un robot funcionando

Según Valenciano Yamuni, “el nuevo modelo curricular del INA se centra en la persona como eje fundamental, para facilitar la adquisición de conocimientos ajustados a la necesidad del mercado laboral presente y futuro, mediante la formación por competencias”.

Costa Rica cuenta con esperanza. Transformar los procesos educativos ante las nuevas tecnologías, en temas como pensamiento lógico, creatividad, abstracción y una mayor precisión en la expresividad son habilidades que una máquina no posee.

He ahí la ventaja humana, nuestra mayor oportunidad.

Fuente: https://www.larepublica.net/noticia/la-oportunidad-educativa-ante-las-nuevas-tecnologias

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UNICEF: La mayor fuerza laboral del mundo carecerá habilidades para trabajar en 2030

Redacción: Diario Libre

Más de la mitad de los jóvenes del Sur de Asia (54 %), que formarán la mayor fuerza laboral del mundo en los próximos años, abandonan los estudios sin haber adquirido las habilidades necesarias para los trabajos que se generarán en la década de 2030, alertó este miércoles Unicef.

Esa es la principal idea que se desprende de un informe elaborado por Unicef y la Coalición Global de Empresarios por la Educación (GBC-Education) divulgado hoy, sobre una región que abarca la India, Pakistán, Nepal, Maldivas, Bangladesh, Sri Lanka y Bután, donde cada día 100.000 jóvenes entran a formar parte de la población activa.

La asesora de la iniciativa Generación sin Límites de Unicef, centrada en la educación, Urmila Sarkar, explicó a Efe que, aunque los gobiernos de la región ‘no son reacios’ a mejorar los sistemas educativos, se trata de una ‘empresa masiva’ porque ‘necesitan organizar mejoras en muy diferentes áreas’, lo que es una tarea ‘cara y compleja’.

Pese a ello, Sarkar se muestra optimista y cree que los gobiernos ‘entienden completamente’ el problema y ‘se mueven con gran urgencia’.

CARENCIA DE LECTURA Y DE ESCRITURA

La experta detalló que en el ámbito escolar los alumnos demuestran una carencia de capacidades ‘básicas’ como en lectura, escritura y matemáticas, así como habilidades digitales.

Tras superar niveles superiores, los estudiantes tampoco adquieren habilidades ‘transferibles o blandas’, como el pensamiento crítico, la resolución de problemas o habilidades de gestión de grupos humanos.

La encuesta ‘Voces de la Juventud’ de Unicef, en la que se basa el informe, reveló que el 26 % de ellos se queja de que los estudios carecen de programas que les permitan adquirir experiencia laboral, mientras que el 23 % califica de ‘inadecuados’ los servicios de apoyo para mejorar su empleabilidad.

Además, el 44 % denuncia la existencia de prácticas ‘corruptas y discriminatorias’ en el acceso a las prácticas laborales, lo que supone una de las ‘barreras clave’ para encontrar un empleo tras haberse graduado.

En ese sentido, Sarkar dijo que ‘nos gustaría ver a las empresas aumentar sus buenas prácticas’ en ese área, ya que ‘creemos que se servirán mejor a sí mismas y a sus sociedades contratando en base al mérito, de una manera honesta y transparente’.

Según Unicef, el Sur de Asia contará hasta 2040 con la mayor fuerza laboral del mundo, lo que, a pesar de que cada vez más empleos desaparecen en pro de la robotización, supone una ‘ventaja’ para la región, de acuerdo con Sarkar.

Argumentó que esa numerosa mano de obra, si está ‘capacitada y motivada’, ‘aumenta la productividad y ayuda a las economías a desarrollar sectores de mayor valor añadido’, así como los ‘mercados de bienes y servicios’.

TRANSICIONES ECONÓMICAS DOLOROSAS

No obstante, reconoció que ‘las transiciones económicas pueden ser dolorosas a corto y medio plazo’ y que su preocupación ‘no es que desaparezcan empleos, pero sí que no lleguen otros’ nuevos.

Añadió que el Sur de Asia ofrece ‘ventajas competitivas’ como ‘su posición fuerte en las tecnologías de la información, que pueden contribuir a un crecimiento mayor del empleo’.

Paralelamente, advirtió de que la formación en habilidades no lo es todo, y que ‘muchos jóvenes que logran conseguir un trabajo todavía viven en la pobreza’, por lo que resulta ‘crucial que los jóvenes conozcan sus derechos’ y que es ‘importante que cuenten con plataformas para canalizar y expresar sus opiniones’, ya que suelen estar ‘infrarrepresentados en los sindicatos’.

Recordó que según la Organización Mundial del Trabajo (OIT), el 54 % de los jóvenes que trabajan en el Sur de Asia viven bajo el umbral de la pobreza -con menos de 3,10 dólares diarios- y un 20 % de ellos se encuentra en situación de pobreza extrema -con menos de 1,90 dólares al día-.

Además, dijo que el 73 % de los trabajos en la región son precarios, situación aún peor para la mujer, pues ‘cuatro de cada cinco empleos para mujeres son precarios’.

Fuente: https://www.diariolibre.com/actualidad/internacional/la-mayor-fuerza-laboral-del-mundo-carecera-habilidades-para-trabajar-en-2030-OF15019465

 

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Internet y sus mitos

Por: Marcelo Colussi

Un cuchillo puede servir para cortar la comida… o para apuñalar a alguien. Del mismo modo, la energía nuclear puede servir para alumbrar toda una ciudad, o para hacerla volar por el aire. Conclusión: la tecnología en sí misma, permítasenos apelar a este maniqueísmo un tanto reduccionista, no es ni “buena” ni “mala”. El aprovechamiento de los avances técnicos está en función del proyecto humano en que se despliegan. Los instrumentos que el ser humano va creando, desde la primera piedra afilada del Homo Habilis hasta la más sofisticada estación espacial actual, son herramientas que ayudan a la vida. Las herramientas no tienen un valor por sí mismas: son la perspectiva ética, el modelo de ser humano y de sociedad a la que sirven, quienes les da su valor.

Es importante empezar diciendo esto para aclarar un mito que se ha venido dibujando en el mundo moderno, el mundo de la industria basado en la siempre creciente revolución científico-técnica: el mito de la tecnología y del progreso sin par.

Las herramientas, los útiles que nos ayudan y hacen más cómoda la vida cotidiana –el tenedor, la presa hidroeléctrica, el calzador para ponernos un zapato o el microscopio electrónico– son pasos que nos van distanciando cada vez más de nuestra raíz animal. Pero con la aceleración fabulosa de estos últimos dos siglos que se da con la industria surgida en Europa y hoy ya globalizada ampliamente, el poder técnico pareciera independizarse obteniendo un valor intrínseco: la tecnología pasa a ser un nuevo dios ante el que nos prosternamos. En muchas ocasiones terminamos por adorar la herramienta en sí misma, independientemente de su real utilidad o de las consecuencias nocivas que pueda acarrear.

Una vez más entonces: la tecnología no es “buena” ni “mala”. Es el proyecto político-social en la que se inscribe lo que debe cuestionarse. Los motores de combustión interna, por ejemplo, facilitaron las comunicaciones de un modo espectacular, pero al mismo tiempo pasaron a ser los principales contaminantes del mundo contribuyendo a provocar la catástrofe medioambiental que vivimos destruyendo la capa de ozono favoreciendo el calentamiento global. ¿Son los automóviles la “causa” de ese desastre? Obviamente no, sino el proyecto social al que sirven. Y es claro que el mismo está decidido e implementado por grandes poderes que obligan a seguir determinados criterios y no otros: ¡todo el mundo consume automóviles alimentados con gasolina hasta que se termine la última gota de petróleo que hay en el subsuelo! ¿Se consultó a alguien, a los ciudadanos comunes, si estábamos de acuerdo con eso? El mito tecnológico alimenta generosamente esas construcciones culturales borrando la reflexión crítica al respecto: “tener auto da estatus…, y si es una Ferrari, ¡mejor!”

Los mitos tienen esa función: dan explicaciones convincentes del mundo, eximen de seguir interrogándonos porque “resuelven” el origen de todas las cosas.

En la sociedad planetaria actual, marcada por la gran industria que transformó radicalmente la vida en estos últimos 200 años, hoy por hoy el desarrollo técnico ha llevado a entronizar la acumulación y procesamiento de información como el bien más importante. Tanto, que se puede hablar de una “sociedad de la información”. En esta nueva “aldea global”, las tecnologías de punta ligadas a las comunicaciones marcan el ritmo: sociedad digital, sociedad basada en la inteligencia artificial y en la virtualidad, donde quien no puede seguir ese ritmo –y de hecho, es la gran mayoría planetaria– queda en una situación de desventaja comparativa cada vez mayor con quien sí lo impone. De más está decir que son unos pocos centros de poder mundial los que detentan esas tecnologías. Las diferencias, por tanto, se aumentan exponencialmente.

Las sociedades agrarias que por milenios se desarrollaron en los distintos puntos del planeta, con diferencias sin dudas, tenían no obstante una cierta paridad entre sí. Hoy día, estas tecnologías hiper desarrolladas que combinan ámbitos diversos como la navegación aeroespacial, la inteligencia artificial y la búsqueda de nuevos materiales, han creado brechas (abismos, mejor dicho) tan enormes que el mundo que se perfila para más adelante nos presenta en realidad la perspectiva de dos mundos: quienes siguen con el arado de bueyes… y quienes están en la ampulosamente llamada “post modernidad”.

La tecnología de la información y las comunicaciones entraña innovaciones en microelectrónica, computación (equipo y programas informáticos), telecomunicaciones y óptica electrónica (microprocesadores, semiconductores, fibra óptica). Esas innovaciones hacen posible procesar y almacenar enormes cantidades de información, así como distribuir con celeridad la información a través de las redes de comunicación. La ley de Moore predice que la capacidad de computación se duplicará cada período de 18 a 24 meses gracias a la rápida evolución de la tecnología de microprocesadores. La ley de Gilder augura que cada seis meses se duplicará la capacidad de las comunicaciones, una explosión en la amplitud de banda, debido a los avances de la tecnología de redes de fibra óptica”, alertaba Naciones Unidas en su Informe de Desarrollo Humano algunos años atrás.

Es allí donde entran a tallar los mitos: La tecnología es como la educación: permite a las personas salir de la pobreza”, dice el referido Informe. Sí y no. Las nuevas herramientas sirven, por supuesto; pero no resuelven la vida. Si hay pobreza –¡y por cierto la hay, y mucha!– ello responde a estructuras de base asentadas en la explotación de unos por otros. Allí hay una cuestión de ejercicio de poder, conflictos de clase, dominación. Ninguna herramienta, por más sofisticada que sea, puede cambiar esas relaciones.

La tecnología ayuda a hacer el mundo más cómodo. Pero también puede transformarlo en un infierno. No hay dudas que para quienes están leyendo este texto en la pantalla de su computadora o de su teléfono inteligente, habiéndolo descargado de internet, la tecnología digital es un paso adelante fabuloso. No dirán lo mismo los pobladores de República Democrática del Congo, que viven en situación de pobreza extrema y en guerra casi perpetua por ser el principal productor mundial de coltán, el material con el que se elaboran los microchips gracias a los cuales funcionan las computadoras y los satélites geoestacionarios que permiten estos prodigios técnicos, como estar leyendo esto ahora.

Apurémonos a aclarar que este escrito no pretende ser, como en los tiempos de la revolución industrial en Inglaterra, un llamado a destruir las nuevas máquinas “endemoniadas”. Bienvenidas las nuevas tecnologías, sin dudas. Pero no dejemos de ser críticos. Internet es un adelanto tecnológico espectacular, de eso no cabe la menor duda. Pero estemos alertas con los mitos que se van tejiendo al respecto.

Internet ha cambiado el mundo”, “la historia está cambiando gracias a internet”, “la vida antes y después de internet”… Frases así se escuchan a diario, se han hecho comunes, populares. Pero justamente por tan omnipresentes merecen ser, como mínimo, puestas en entredicho.

No hay dudas que algunos desarrollos técnicos tienen una importancia mayor que otros en la historia humana. La agricultura, la rueda, los metales, la máquina de vapor –por poner algunos ejemplos– definitivamente han dejado marcas indubitables, más que otros. En la era de la revolución científico-técnica que vive el mundo desde hace doscientos años, ciertas invenciones, ciertos campos de descubrimiento posibilitaron saltos cualitativos de profundidades inéditas. Las comunicaciones, quizá más que ninguna, se inscriben en ese ámbito. Hoy, de hecho, ellas representan una de las áreas más dinámicas del quehacer humano, en todo sentido: por la celeridad con que crecen, por su calidad siempre en aumento, por las transformaciones socio-culturales a que dan lugar, por las fortunas que contribuyen a amasar. Internet hace parte de todo ese paquete, pero más aún: es su estandarte, su insignia. El mundo llamado post moderno es el mundo de la red de redes, del ciberespacio.

Ahora bien: ¿en qué sentido internet ha cambiado el mundo? En este nuevo mundo digital, globalizado, hiper comunicado, por supuesto es la savia vital de la nueva economía basada en la información, en la velocidad rutilante, en la virtualidad del ciberespacio. Pero permítasenos dos observaciones.

Por un lado, no toda la población planetaria tiene acceso a internet. De acuerdo a los datos disponibles, más de la mitad de la población mundial se conecta, ya sea por computadora o por teléfono, habiendo notorias diferencias en el acceso: mientras en Estados Unidos, Canadá y Europa Occidental la media de conectividad ronda el 95%, en el África subsahariana no llega a 15% de la población. Mucha población mundial todavía ni siquiera dispone de energía eléctrica, y el analfabetismo (no el digital, sino el de la lectoescritura) sigue siendo una dura realidad para alrededor de 1.000 millones de personas. No hay dudas que internet llegó para quedarse, pero todavía estamos muy lejos de poder decir que sea un invento disfrutado en equidad por las mayorías. El mito del cambio del mundo en función de la llegada de internet, de momento no es sino la promoción mercadológica de quienes detentan estas tecnologías, y por supuesto las comercializan. En muchos países del Tercer Mundo hay ya más teléfonos celulares que población (y quizá pronto haya tantas computadoras conectadas con internet como personas), pero de todos modos el desarrollo no llega. Salir de la pobreza es algo más que una cuestión técnica.

Pero por otro lado –quizá esto es lo más importante para analizar críticamente– los cambios que puede traer aparejados, no necesariamente son transformaciones positivas vistas en términos de especie humana. Hoy día internet es cada vez más omnipresente en innumerables facetas de la vida: sirve para la comercialización de bienes y servicios, para la banca en línea, para la búsqueda de la más variada información (académica, periodística, de solaz), para el ocio y esparcimiento (siendo los videojuegos una de las instancias que más crece en el mundo de las nuevas tecnologías digitales, esto no hay que olvidarlo –preparación en los niños de los futuros consumidores del futuro–), en la gestión pública (muchos gobiernos ya han incorporado el uso de redes sociales como Twitter, Facebook o Youtube cuando las autoridades dan a conocer su posición sobre acontecimientos relevantes), habiendo incluso todo un campo relacionado al sexo cibernético. Hasta incluso podríamos agregar que da la posibilidad de espacios alternativos y de denuncia como éste donde ahora aparece el presente texto. Todo esto beneficia la vida cotidiana, la hace más cómoda, más placentera incluso, facilitando el acceso a fuentes de información insospechadas algún tiempo atrás. Sin embargo, no debemos olvidar que también esto ha creado una cultura de la “información de la pantalla”: breves resúmenes audiovisuales que en tres líneas explican todo, desde una receta de cocina a la “Fenomenología del Espíritu” de Hegel, desde la noticia puntual del momento al Corán. Cultura de la inmediatez, del flash. Internet contribuye también, visto en esta lógica, al triunfo de la imagen sobre la simbolización –¿evaporación del pensamiento crítico?–

La imagen juega un papel muy importante en esta cultura cibernética. Lo visual, cada vez más, pasa a ser definitorio. La imagen es masiva e inmediata, dice todo en un golpe de vista. Eso seduce, atrapa; pero al mismo tiempo no da mayores posibilidades de reflexión. La lectura cansa. Se prefiere el significado resumido y fulminante de la imagen sintética. Ésta fascina y seduce. Se renuncia así al vínculo lógico, a la secuencia razonada, a la reflexión que necesariamente implica el regreso a sí mismo”, se quejaba amargamente Giovanni Sartori1. No hay dudas que “pega” más una imagen atractiva que un discurso sesudo, profundo; la fascinación hace parte medular de lo humano. Seguramente por eso pudo constituirse –y seguirá ahondándose– esa cultura de lo visual no crítico. Lo cual no es condenable; lo escandaloso es la manipulación con fines de control social que se pueda hacer de ello.

Al respecto valen las palabras de Carlos Estévez: “en términos mayoritarios [los usuarios de internet] adquieren información mecánicamente, desconectada de la realidad diaria, tienden a dedicar el mínimo esfuerzo al estudio, necesario para la promoción, adoptan una actitud pasiva frente al conocimiento, tienen dificultades para manejar conceptos abstractos, no pueden establecer relaciones que articulen teoría y práctica”2

¡No piense, mire la pantalla!” Así podría resumirse la tendencia cultural moderna, de la que internet es principal tributario, junto con la televisión. Según una investigación de la empresa de encuestas Gallup, nada sospechosa de posiciones críticas precisamente, el 85% de lo que “sabe” un adulto urbano término medio proviene de los mensajes asimilados en la televisión. ¿Realmente sabe? La imagen atrapa, tiene un valor propio: fascina. La actual cultura cibernética, nada distinta a la televisiva, obliga a perpetuarse horas y horas ante una pantalla (de la computadora o de un teléfono móvil con acceso a internet, o de las tablets). Así como los insectos caen en la luz que los subyuga, así los humanos sucumbimos a las pantallas de las “máquinas vendedoras de sueños”. Esto nos lleva preguntar: ¿estamos condenados a vivir siempre con un nivel de ilusión? ¿Por qué es más fácil dejarse invadir por las imágenes atractivas que desarrollar una lectura analítica? ¿Por qué gusta destinar tanto tiempo a la “recreación” simple que nos ofrecen las pantallas? Y nadie, absolutamente nadie podría decir que en internet no se ha desarrollado ya una fabulosa cultura del “copia y pega” que va marcando nuestro cotidiano modo de hacer.

Una vez más, y para que no queden dudas: internet es un invento fabuloso y vale la pena aprovecharlo al máximo. Pero cuidado con los mitos que se puedan haber tejido al respecto. Las llamadas redes sociales, por ejemplo –más a-sociales que sociales, que obligan a estar en solitario ante la pantalla una buena parte del día– pueden contribuir a juntar gente, a establecer contactos. O también, enmascaradas en la ilusión de estar unidos –teniendo centenares de “amigos” en el perfil– pueden obligar a la soledad de la lectura en la pantalla. De todos modos, es una falacia pensar que el espacio virtual reemplaza a lo humano de carne y hueso.

¿Reemplazará el sexo cibernético al otro? ¿Podrá haber revoluciones sociales hechas desde las pantallas? El debate está abierto.

Notas

1 Sartori, Giovanni. Homo videns. La sociedad teledirigida . Ed. Taurus. Barcelona, 1997.

2 Estévez, Carlos. La comunicación en el aula y el progreso del conocimiento , en Urresti, Marcelo: Ciberculturas juveniles. La Crujía Ediciones. Buenos Aires, 2008.

Fuente: https://www.rebelion.org/noticia.php?id=261688

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