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Cambio Climático

Por: Rodrigo J. García

Los científicos aseguran que el clima se está volviendo loco… ¿Os gustaría ayudarme a investigar por qué está pasando y cómo podríamos evitarlo?

Para hablar y entender los efectos de la lluvia ácida, llenaron tres pulverizadores con agua y vinagre. El número ‘1’ con mucho vinagre y poca agua, el número ‘2’ con mucha agua y poco vinagre y el ‘3’ solo con agua. Con cada uno de ellos y durante varios días debían rociar la planta que llevase el mismo número.

En este escenario de aprendizaje con alumnos y alumnas de educación infantil se les alentaba a que formulasen preguntas en grupo y adelantaran hipótesis sobre lo que podría suceder… 

Cati Navarro (profesora): ¿Qué creéis que va a pasar?
Adriana
 (alumna): Si regamos la planta ‘3’ se va a hacer grande porque es solo agua.
Cati Navarro
: ¿Qué va a pasar con las otras?
David
 (alumno): La planta ‘2’ se va a derretir porque lleva mucho vinagre.
Cati Navarro:
 ¿Y la ‘1’?
Elsa
 (alumna): Nada.
Olivia
 (alumna): La planta ‘1’ también se va a derretir un poquito.
Mario
 (alumno): La ‘2’ va a morir (…)

Todos los días rociaban las plantas y en un registro de observación recogían los cambios que observaban. Trataban de comprobar las hipótesis expresadas.

Proyecto 'Cambio Climático' | CATI NAVARROProyecto ‘Cambio Climático’ | Cati Navarro

La reciente investigación sobre la naturaleza del aprendizaje documenta que los estudiantes aprenden más y con mayor profundidad si consiguen sus conocimientos en la aplicación a situaciones de la vida real; a ser posible vinculadas a circunstancias de pronunciamiento moral. Es la manera de consolidar el dominio de habilidades de hondo calado educativo como la comunicación, la colaboración, la creatividad, el pensamiento de intensidad y el compromiso social.

Conseguir estos propósitos se logra con el desempeño de una tarea profesionalmente bien diseñada, sustentada en la evaluación continua, minuciosa y efectiva de avances y dificultades en los aprendizajes, que guíe la planificación y desarrollo de tareas y actividades. Sin esta sistematicidad y cuidado, la potencialidad educativa de cualquier metodología de aprendizaje por indagación pierde su intrínseco valor didáctico.

La metodología de aprendizaje por indagación facilita oportunidades de desarrollo de capacidades y habilidades creando escenarios con proyectos complejos y significativos, que exigen compromiso sostenido, colaboración, actividades de investigación y gestión de recursos, y una continua mejora del desempeño docente y aprendiz para conseguir el ‘prototipo’ buscado, siempre un resultado ambicioso.

Sabemos que los aprendices no desarrollan de manera automática capacidades de análisis, pensamiento crítico, hablar con eficacia, solucionar problemas complejos… si sus aprendizajes se sustentan básicamente en tareas obligatorias, que exigen solo disponer de buena memoria o saber usar algoritmos simples. Cada vez hay más investigación que apunta a que los estudiantes logran un aprendizaje más profundo y resuelven mejor tareas complejas, cuando han tenido la oportunidad de participar en un aprendizaje “más auténtico”. Para investigadores como Newmann, Marks y Gamoran, el ‘aprendizaje auténtico’ consiste en un diseño didáctico y una práctica docente en la que el estudiante…

• Pone en juego estrategias de pensamiento de orden superior.
• Despliega conversaciones sustantivas sobre ideas centrales y con suficiente minuciosidad.
• Conecta con problemas públicos o con experiencias personales.
• Organiza la información, incorporando alternativas diversas.
• Utiliza metodologías de investigación propias del área de conocimiento que aborda.
• Elabora informes dirigidos a audiencias que van más allá de la escuela y presente productos sobre temáticas que afectan la vida en común.
• Demuestra y explica el pensamiento en lenguaje matemático mediante la organización, síntesis, interpretación, hipótesis, descripción de patrones, modelos o simulaciones y construcción de argumentos matemáticos.
• Manifiesta comprensión de ideas, conceptos, teorías y principios de las disciplinas sociales y de la vida cívica; y las utiliza para interpretar y explicar información o eventos específicos y concretos…

De este aprendizaje auténtico, en este caso, con niños y niñas de cinco de años, se trata la experiencia que nos ocupa. Cati Navarro, la profesora responsable de su desarrollo, nos hace una primera presentación:

Todo comenzaba una mañana de febrero de 2016 que parecía ser como otra cualquiera; pero no, iba a ser especial. La clase estaba preparada para sorprender a un grupo de niños y niñas de Educación Infantil, del Colegio Público ‘San Agustín’ en Casas Ibáñez (Albacete). Su ‘profe’, Cati Navarro, pretendía despertar el interés por un nuevo proyecto de aprendizaje, por una nueva aventura de indagación y búsqueda; en este caso, la de estudiar el… “Cambio climático”.

Al entrar en clase, rápidamente se sintieron llamados por la presencia de una caja que no les era familiar… ¡Sorpresa! Se fueron acercando y se dispusieron a rodearla, se sentaron a su alrededor. En sus rostros se observaba esa expresión familiar de curiosidad…

¿Qué habría dentro? ¡Cuánta emoción! ¿Quién la habría traído? ¿…?

Después de los primeros momentos de excitación y de muchas preguntas (por el momento sin respuesta), una alumna, la ‘encargada del día’, se acerca, como ‘adelantada’ del curso, con disposición a abrir la caja

Al mirar en su interior empezaron a darse cuenta de que había algo ‘mágico’ ¿Quizá pistas para nuevos sucesos…? Efectivamente, la caja albergaba recuadros de papel impreso con dibujos y… ¡¡Códigos QR!!

Proyecto 'Cambio Climático' |ampliar foto
Proyecto ‘Cambio Climático’ | CATI NAVARRO

En el visionado del siguiente vídeo podemos vivir con ellos las emociones y comportamientos del grupo en estos primeros momentos…

Cada niño o niña cogía uno de los recortes de papel (previamente habían acordado que, si no había código para cada uno, debían compartirlos) y con las tablets de clase, durante un tiempo, se dedicaron a ‘capturar’ códigos. Cada niño y cada niña escribiría en un folio lo que ‘escondía’ su código QR.

Era una manera natural, significativa y funcional, de acercarse a la lectoescritura, comenta Cati Navarro.

Proyecto 'Cambio Climático' | CATI NAVARROProyecto ‘Cambio Climático’ | Cati Navarro

Leídos los códigos pudieron comprobar que ‘encondían’ la imagen de un objeto, una situación, un paisaje… (un termómetro, pastillas, una escena con un huracán, un coche con humo, personas migrando a otro lugar, contenedores…) que no parecían tener relación con el resto de las imágenes de los compañeros. Sin embargo, después de unas cuantas preguntas en grupo fueron descubriendo relaciones de unas con otras ¡Estaban conectadas!

Como hemos podido observar con el visionado del vídeo anterior, al buscar las conexiones entre las situaciones, los objetos, comportamientos y consecuencias, el debate iba animándose, tomando cuerpo. Cada reflexión, expresada públicamente, era más interesante que la anterior.

SURGÍA EL DEBATE…

Cati (profesora): ¿Qué te ha salido Nayra?
Nayra: Una bombilla.
Cati: ¿Y eso tiene relación con alguna otra imagen?
Elsa: Con los molinos de viento porque hacen electricidad
Cati: ¿Estáis de acuerdo?
Todos: ¡¡¡ Siiiiii !!!
David: Las pastillas, el termómetro y la bolsa de agua van juntas porque todo es para curarse.
Cati: ¿Estáis de acuerdo?
Todos: ¡¡¡ Siiiiii !!!
Cati: Mario, no está muy de acuerdo ¿Qué ocurre Mario con este grupo donde está el humo del coche, el incendio, el vertedero, las personas que se están marchando de su país, y las fábricas?
Mario: Las personas las tenemos que quitar porque no son contaminación.
Todos: ¿Y todo lo demás sí?
Mario: Sí.
Seño: ¿Estás seguro?
Mario: Sí.

Ya habían encontrado sus conexiones, pero no tenían muy claro qué significaba todo esto, hacia dónde los podía llevar. Tenían que seguir investigando y contar con más información; de momento no sabían qué estaba pasando, aunque algo iban intuyendo ¿Qué sucedería a la mañana siguiente?…

Efectivamente, con la vuelta al ‘cole’, en la nueva mañana, empezaron a disiparse todas sus dudas, habían recibido el siguiente…

MENSAJE DEL PLANETA TIERRA:

Hola chicos y chicas, estoy segura de que últimamente habéis oído hablar a los mayores de que ya no nieva tanto como antes, o de que cada vez los veranos son más largos y calurosos, se suceden olas de calor, lluvias torrenciales, huracanes cada vez más fuertes y frecuentes. Tales fenómenos están causando diferentes catástrofes. Los científicos aseguran que el clima se está volviendo loco ¿Os gustaría ayudarme a investigar por qué está pasando todo esto y cómo podríamos evitarlo?

Después de indagar en grupo a cerca de sus ideas previas sobre la enfermedad de la tierra y a partir de sus intereses sobre lo que era necesario investigar, iniciaron el proyecto. Para este propósito, Cati había diseñado un itinerario interactivo con el programa informático, basado en fotografía satelital, de Google Earth.

Niños y niñas tenían que superar una serie de desafíos para conseguir información contrastada y pertinente sobre las causas, efectos y posibles soluciones a los destrozos que se iban produciendo en la tierra por la acción del cambio climático. El itinerario de aprendizaje les ofrecía la posibilidad de realizar visitas virtuales a distintos puntos del globo terráqueo, comprobando ellos mismos los efectos del deshielo en los polos, la desertificación en Marruecos, las migraciones en Senegal

Proyecto 'Cambio Climático' | CATI NAVARROProyecto ‘Cambio Climático’ | Cati Navarro

Supuso una verdadera experiencia de sensibilización sobre cómo algunos de los comportamientos que realizaban día a día (derrochando energía, no reciclando…) tenían consecuencias para toda la vida en el planeta, no solo en su entorno más cercano.

A lo largo del viaje interactivo se enfrentaron a diferentes tareas de búsqueda de información, elaboración de murales interactivos, confección de formularios, experimentación de consecuencias observables; utilizando también diferentes aplicaciones de Realidad Aumentada… Todas estas tareas y actividades les permitieron reflexionar en grupo, asumiendo poco a poco una actitud crítica y de defensa y cuidado del medio ambiente. Al tiempo, iban trabajando los contenidos curriculares establecidos oficialmente para la etapa de educación infantil.

Que niños y niñas de cinco años entiendan conceptos relacionados con el cambio climático como el calentamiento global o la lluvia ácida, siendo conceptos tan abstractos, puede ser un poco complicado, pero la astronauta “Luna” (que les fue guiando por todo el proyecto) les tenía preparados unos cuantos experimentos’ que les ayudarían en su comprensión.

Se adentraron en la vida de los Inuit, investigando sobre su cultura, y rutinas de supervivencia; para lo que tuvieron que capturar códigos QR que ‘Luna’ les había dejado, en una presentación.

Una vez descubierto el modo de vida Inuit en las regiones árticas, decidieron convertirse en Inuit y realizar sus tareas habituales.

Replicaron con piedras de colores las señales que utilizan para indicar una dirección o lugar de caza y pesca (Inuksuk). Confeccionaron máscaras inuits que les sirvieron, además, para trabajar emociones y sentimientos; las decoraron con papel de seda y colores.

Nos fuimos de ‘pesca’. Con palos de pincho, hilo e imanes fabricamos cañas de pescar. Los peces los hicimos con papel y les colocamos un clip para poder pescarlos con el imán”, explica Cati Navarro.

Proyecto 'Cambio Climático' | CATI NAVARROProyecto ‘Cambio Climático’ | Cati Navarro

Para el estudio del calentamiento global experimentaron, en ellos mismos, el calor que la tierra acumula y cómo debe sentirse.

Sentados todos en círculo en el patio colocaron en el centro un termómetro que marcaba 19º, se cubrieron con un paracaídas de psicomotricidad, sujetándolo al sentarse, dejando que fluyeran las preguntas y las hipótesis sobre lo que iba a suceder…

Proyecto 'Cambio Climático' | CATI NAVARROProyecto ‘Cambio Climático’ | Cati Navarro

ALGUNAS HIPOTESIS DE PARTIDA

Cati (profesora): Chicos ¿Qué es el paracaídas?
Marina: Los gases
Cati: Y, nosotros ¿Cómo estamos?
Adriana: Atrapados en los gases.
Cati: ¿Y qué pasa? ¿Qué os pasa? …
Elsa: Que hace mucho calor.
Cati: ¿Todos tenéis calor?
Todos: ¡¡¡ Siiiiii !!!
Cati: Y ¿Cómo estabais mejor con gases o sin ellos?
Todos: Sin ellos.
Cati: ¿Qué le habrá pasado al termómetro?
Olivia: Que habrá subido la temperatura.
Cati: ¿Por qué?
Olivia: Porque hace más calor…
Cati: ¿Estas segura Olivia?
Olivia: Sí.
Cati: ¿Lo comprobamos?…
Todos: ¡¡¡ Siiiiii !!!
Cati: Venga vamos a ver qué es lo que ha pasado ¿Qué temperatura hacía antes, chicos?
Todos: 19…
Cati: Mira la temperara que hace ahora, Olivia. ¿Lo ves? ¿Qué ha pasado chicos…?
Todos: Que… ¡¡¡ Ha subido !!!

La astronauta ‘Luna’ visita la clase y les informa de que en su viaje por el espacio ha observado cómo la temperatura del planeta ha variado mucho en los últimos años. Les invita a viajar con ella, siguiendo un determinado itinerario (Earthquest) con el que les irá proponiendo acciones para conocer las causas y efectos del cambio climático, antes de proponer soluciones.

La astronauta 'Luna'
La astronauta ‘Luna’ CATI NAVARRO

El primer desafío consistía en comprobar cómo había variado la temperatura del planeta. Les aportó unos folios con un montón de números y con muchas rayas que la astronauta llamaba gráficas. Entre todos consiguieron averiguar que representaban ‘un montón de años’ con la temperatura de cada uno. Poco a poco, fueron descubriendo cómo se construyen las gráficas, incluso fueron capaces de interpretar los resultados.

Conforme iban avanzando en su viaje interactivo y descubrían qué cosas afectaban al planeta, más les sorprendía que los mayores no fuesen consumidores responsables, reciclando, evitando derrochar energía y generar cada vez más residuos.

TESTIMONIO DE UNA MADRE

Mi nombre es Irene Castillo y soy la madre de Olivia, antigua alumna de Cati Navarro. También soy compañera de Cati (trabajo como orientadora en el Colegio ‘San Agustín’ de Casas Ibáñez) y tengo la suerte de ver, aprender y contagiarme del quehacer diario de esta maestra y su enriquecedora y atractiva forma de trabajar, así como trasmitir a sus alumnos, el entusiasmo por aprender, descubrir, investigar y disfrutar yendo cada día a la escuela.

Mi hija Olivia tiene 8 años, en la actualidad cursa 3er. curso de Educación Primaria. Ya han pasado tres cursos desde que fue alumna de Educación Infantil y tuvo como tutora a Cati. Sin embargo, la huella que el Proyecto sobre el ‘Cambio climático’ ha dejado en ella, sigue viva y conserva la frescura y motivación que pudo experimentar en Educación Infantil de 5 años.

Trabajar con la metodología de proyectos, ha permitido que los alumnos no sólo aprendan contenidos curriculares propios de la Etapa de Educación Infantil, sino que ha propiciado verdaderos cambios actitudinales en nuestros hijos y nos ha hecho también partícipes a las familias, haciéndonos todos verdaderos protagonistas y agentes de cambio.

Como madre, me siento afortunada y agradecida. Ha sido maravilloso poder observar cómo mi hija Olivia se entusiasmaba con las distintas actividades desarrolladas en el aula, aumentaba su sentido crítico y creatividad.

De todo esto se nutre la experiencia docente de Cati Navarro, el relato que acabamos de hacer en este ‘post’ y el siguiente que ofreceremos en el próximo, porque esta historia continua….

Imagen tomada de: https://ep01.epimg.net/elpais/imagenes/2019/04/08/escuelas_en_red/1554751764_142291_1555175653_noticia_normal.jpg

Fuente: https://elpais.com/elpais/2019/04/08/escuelas_en_red/1554751764_142291.html

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México: López Obrador decreta la cancelación de la reforma educativa

América del norte/México/18 Abril 2019/Fuente: El país

El presidente mexicano emite un memorándum para dejar sin efecto la enmienda ante el estancamiento del debate legislativo para una nueva ley

Andrés Manuel López Obrador ha declarado muerta la reforma educativa de su predecesor, Enrique Peña Nieto, a través de un memorándum emitido este martes que deja sin efecto los cambios legales de 2013. El documento moviliza a tres secretarías del Ejecutivo federal para liberar a los maestros que estén encarcelados por oponerse a la reforma, reinstalar a los docentes que hayan perdido su trabajo tras no aprobar las evaluaciones contempladas en la ley anterior y asumir el pago de nóminas de los profesores. El Gobierno ha decretado la medida tras semanas de estancamiento en el Congreso, donde la coalición liderada por el partido de López Obrador (Morena, izquierda) no ha podido acordar un nuevo proyecto de ley que satisfaga a la disidencia magisterial y les asegure los votos necesarios de los otros grupos parlamentarios para aprobarlo. La oposición niega que la acción tenga sustento legal y ya ha adelantado que impugnará la decisión ante la justicia.

“Es un manotazo sobre la mesa”, afirma Manuel Gil Antón, profesor e investigador de El Colegio de México. Si el poder Ejecutivo tuviera la facultad de derogar o modificar leyes a través de un memorándum, explica, existiría una situación de invasión de poderes. El documento firmado por López Obrador “es una muestra del fracaso de la política, de la capacidad para alcanzar un acuerdo y de la negociación”, asegura el sociólogo. «Huele a decreto, ese tipo de funciones extraordinarias que tienen los presidentes, pero que solo se dan en situaciones excepcionales. No estamos en ese escenario».

La medida del presidente ha abierto, además, un debate sobre las competencias del Ejecutivo y sobre cuáles son los procedimientos a seguir para derogar una reforma constitucional. “Jurídicamente no tiene ninguna validez”, afirma el exministro de la Suprema Corte de Justicia José Ramón Cossío, quien señala que “el presidente no tiene facultades para ordenar la abrogación de una reforma constitucional”. El exjuez asegura que el memorándum de López Obrador puede ser “fácilmente impugnable” por aquellos que se sientan afectados en sus derechos o en sus competencias, ya sea ciudadanos o autoridades.

Andrés Manuel@lopezobrador_

Memorándum sobre la cancelación de la mal llamada reforma educativa.http://bit.ly/MemorandumRE 

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11:52 – 16 abr. 2019

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El opositor Partido de Acción Nacional (derecha) también salió al cruce. Damián Zepeda, senador del bloque conservador y miembro de las comisiones de Puntos Constitucionales y de Justicia de la Cámara Alta, ha calificado la decisión como «un acto ilegal e insconstitucional». La formación de derecha, la mayor opositora al Movimiento de Regeneración Nacional, estudia la mejor ruta jurídica para proceder con la impugnación del memorándum. «No tiene ni pies ni cabeza. No lo vamos a dejar acá», dice.

Sin profundizar sobre la legalidad del memorándum de López Obrador, los bloques parlamentarios de Morena en las dos Cámaras del Congreso salieron a poner paños fríos. Ricardo Monreal, coordinador del partido en el Senado, ha manifestado que no existe una contraposición entre «las medidas administrativas inmediatas» que ordenó el presidente y el proceso legislativo en curso. Por su parte, Mario Delgado, líder de la bancada en Diputados, ha dicho que el documento es una muestra «de voluntad» por parte del presidente.

El Gobierno ha anunciado que las Secretarías de Hacienda, Educación y Gobernación (Interior) asumirán atribuciones extraordinarias en la rectoría de la educación pública hasta que concluya el debate legislativo y se apruebe una nueva reforma. Además, López Obrador ha mandado un mensaje a la Coordinadora Nacional de Trabajadores de la Educación (CNTE), una organización sindical que aglomera a más de 100.000 maestros y que había sido uno de los aliados más sólidos del presidente durante la campaña, pero que ha presionado con bloqueos y manifestaciones multitudinarias en oposición a la nueva reforma que defiende el Gobierno. “Exhorto a los maestros de todas las tendencias y corrientes a mantener un diálogo permanente, a impedir la confrontación y a buscar una formulación legal que garantice el derecho del pueblo a la educación”, ha expuesto el mandatario.

La noticia tampoco fue aplaudida con gran entusiasmo dentro de la Coordinadora, que entiende que era «un paso necesario» pero que es una decisión que no cambia nada. Para ellos, el debate debe enfocarse en la nueva reforma que actualmente está en discusión. La CNTE ha criticado abiertamente el proyecto presentado en diciembre por Morena y aprobado en comisiones en Diputados por su similitud con el de Peña Nieto. «Están buscando cómo convencernos que el dictamen de comisiones es correcto», señala Gonzalo Martínez, uno de los portavoces del colectivo.

Las negociaciones entre el Gobierno y la Coordinadora, el aliado de Morena que ha logrado paralizar la agenda legislativa durante más de un mes, continúan su curso. «Vemos que hay disposición. No hemos roto el diálogo, seguimos en el marco de construir a través de las propuestas concretas y serias», ha dicho Martínez. Hasta ahora, los intentos han sido en vano.

Fuente: https://elpais.com/internacional/2019/04/16/mexico/1555447201_388289.html

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En una sociedad diversa ganamos todas

Por: Pablo Gutiérrez del Álamo

Visitamos el CPEE Juan XXIII de Fuenlabrada para conocer el funcionamiento de un centro público de educación especial y para hablar del reto de la inclusión. Mar Martín, su directora, nos da algunas claves: recursos, formación, metodologías activas. Un cambio de chip que pasa por conocer las necesidades del alumnado y darles respuesta, sea donde sea.

El Juan XXIII es un centro público de educación especial que se encuentra en el barrio de La Serna de Fuenlabrada (Madrid). Es uno de los pocos centros públicos de estas características de la Comunidad, puesto que dos tercios de ellos son privados o concertados.

Se trata de un colegio en el cual hay 107 jóvenes matriculados, de entre 3 y 21 años, repartidos en diferentes enseñanzas: educación infantil de 3 a 6 años; educación básica obligatoria (EBO) que va de lo 6 o 7 años hasta los 16 o 18 y, por último, los programas de transición a la vida adulta, para los mayores, desde los 16 o 18 años hasta los 21. Se trata de talleres de Cerámica y Textil.

El Juan XXIII parece por fuera un colegio público normal. Con dos alturas, ladrillo visto, una valla alta metálica de color rojo tierra. Aunque hay algunas cosas diferentes cuando uno se va a acercando. La valla, en la parte frontal, está pintada de colores. El suelo en la entrada es azul cielo. Una gran pancarta preside la entrada techada: “En una sociedad diversa ganamos todos”. Es el lema del centro. Lo es desde hace años.

Cuando hacemos la visita es el primer día de una ajetreada semana cultural en la que el colegio abre las puertas a otros centros para participar con alumnos de la ordinaria (aunque no solo) en actividades conjuntas: una coreografía en el patio, un programa de radio, un scaperoom, danza y ópera, talleres de cerámica…

Los 107 alumnos tienen algo en común. Para estar matriculado en el centro han de tener alguna discapacidad psíquica de tipo medio. En no pocas ocasiones, relacionada con necesidades educativas asociadas a otra discapacidad que puede ser visual, motora, auditiva…

En la entrada del centro aparecen nuevas diferencias con un centro ordinario. A pesar de que la construcción es la misma que pueda encontrarse en cualquier colegio (el mismo suelo, las mismas puertas, los azulejos a media altura), la decoración es diferente. Enseñan con orgullo el trabajo de su alumnado más mayor, de los talleres. Los sillones para esperar están decorados por el alumnado de textil. Además, exponen algunas de las cosas que se hacen en el taller de cerámica. Y un rolluprecuerda que el Juan XXIII trabaja, desde hace dos cursos, con el proyecto LÓVA, de ópera.

Se nota mucho ajetreo por los pasillos. Voces aquí y allá de grupos más o menos grandes de chicas y chicos. Nos recibe Mar Martín, directora del colegio. Es una mujer enjuta, de pelo rizado y blanquísimo. Sobria en el vestir y con una voz suave, pero decidida. Hemos quedado con ella para hablar de su centro. También para conversar sobre inclusión educativa y educación especial. Lo haremos en su despacho mientras, al otro lado de las pareces, escuchamos muchas voces, ruido de pasos, aplausos.

El alumnado del IES La Serna participa en el programa de Radio Mola como parte de la semana cultural.

Este es el segundo año que está al frente de la dirección del centro. Fue hace poco más de dos cursos que le ofrecieron este salto. Ella llevaba años trabajando en un equipo de atención temprana acudiendo a centros de educación infantil de la red pública de la Comunidad de Madrid (gestionada en la mayor parte de los casos de forma indirecta) para hacer asesoramiento a los equipos para programar de forma inclusiva; para hablar con las familias y estar con niñas y niños en el aula. Debería estar jubilada, pero todavía le quedan dos cursos y medio por delante.

La anterior dirección había pasado tres décadas en el cargo y, aun habiendo hecho un trabajo estupendo con niñas y niños, con muchos e interesantes proyectos, el nuevo equipo directivo quiso imprimir algo más de velocidad. Entre los proyectos que se iniciaron en el curso pasado en el Juan XXIII se encuentra, precisamente, el de LÓVA. Al curso siguiente, este, parte del profesorado creyó interesante organizar un proyecto de radio y televisión, llamado Radio Mola. Han montado, en lo que debió ser la sala de profesores, aneja al despacho de dirección, un estudio de radio con una mesa de mezclas y algunos micrófonos.

Tanto LÓVA como Radio Mola son parte de la apuesta del centro por el aprendizaje basado en proyectos. También, de la decisión por ofrecer una enseñanza en relación con lo artístico, con la creatividad. Es una de las dos apuestas del actual equipo directivo. Querían imprimir cierto carácter propio al centro. Por un lado “fomentar la capacidad artística y creativa porque creemos que aumenta la motivación de nuestro alumnado” de manera que “somos capaces de desarrollar mejor el resto de capacidades”.

La otra característica que quiere destacar el centro, ya antes de la llegada de Mar, es la inclusión en la sociedad. No es solo que sus niñas y niños se sientan mejor, con mayor autoestima y felicidad en el colegio gracias a los proyectos más o menos artísticos. También es importante su relación con lo que pasa fuera de los límites del Juan XXIII. “Creemos que en una sociedad funcionalmente diversa ganamos todos. Y nos lo creemos a pies juntillas”, asegura Mar mientras continúa el ruido en el exterior y atiende llamadas mientras conversamos.

Esta inclusión hacia afuera se materializa en el trabajo que hacen con el proyecto Barrio, de Fuenlabrada, gracias al cual el Juan XXIII participa en diferentes actividades organizadas por todo tipo de entidades de la ciudad. O su participación en concursos de diversa índole. Y esta apuesta por la inclusión en sociedad se comprende en las anécdotas. Por ejemplo, cuando el pasado año la Policía Local se acercó al centro para decirles que querían regalar un premio al alumnado del colegio en el marco de un concurso que estaban ultimando.

“No queremos un regalo porque sí. Queremos participar” fue la respuesta del colegio. Pero no pudo ser. Las bases estaban ya cerradas y no había forma de que participaran. Pero, como asegura Mar, “es ir cambiando el chip”. Este curso han conseguido que se cambien las bases y se tenga en cuenta la participación del alumnado con diversidad. Ya pueden participar. “Lo mismo nos ha pasado en el proyecto Barrio. ¿Por qué no hacemos las bases para que entremos todos?”. Nadie asegura que ganaran o perderán en los concursos en los que puedan participar pero “¿Por qué nos van a tener que regalar nada?”, afirma la directora.

Cómo organizar un pequeño caos

67 profesionales trabajan con los 107 alumnos. Entre maestras de PT, de AL, fisioterapeutas, enfermeras, personal administrativo, maestras de taller, técnicos educativos, el equipo de dirección… Todo el mundo se organiza alrededor de cada chica, de cada chico. Y para ello, opina Mar Martín, lo mejor es que cada clase tenga uan tutora o tutor. Esta figura será la que organice el trabajo que se hace con cada uno para evitar la visión por parcelas del alumnado: sanitaria, de cuidados, de alimentación y autonomía personal… “Es fácil pensar así pero es un error tremendo, porque el niño es uno. Si no hay nadie que coordine todo eso, el alumno se pierde”, opina Mar.

“La tutora (hablamos en femenino porque la mayoría somos mujeres) es la figura sobre la que pivota todo y, los demás, ayudamos. Asesoramos y ponemos nuestra especificidad; incluida la directora. Y creo que es una de las ideas clave y fundamental porque, si no, el niño se pierde en una suma de cosas, en vez detener una relación de cosas”.

Teniendo esto claro, parece fácil la organización. Aunque por los pasillos, a lo largo de la mañana, no paran de verse carreras de arriba abajo para que todo esté en su lugar.

Con las familias se organizan también, con la mayor comunicación posible. Esta, principalmente, se realiza mediante la agenda de cada niño y cada niña, también con conversaciones informales en la puerta del centro cuando vienen a dejar o a recoger a sus hijos. “Las familias están encantadas. Tenemos un AMPA muy activa y comprometida y muy orgullosa de la vuelta de tuerca” que le han dado al centro en los últimos años.

Aunque a veces la comunicación es algo más compleja, puesto que el centro no solo matricula alumnado de su localidad, sino que hay otras más o menos cercanas que están dentro de su área de influencia. Esto obliga a que haya hasta siete rutas de autobús.

Inclusión

La pregunta es obligada durante la conversación. En las últimas semanas, Escuelas Católicas anunció que la patronal se adhería a la plataforma Inclusiva Sí, Especial También, una plataforma que desde hace casi dos años reivindica el papel de la educación especial frente a las iniciativas que hablan de una inclusión educativa que, eventualmente, supusiera la desaparición de los centros de educación especial como se conocen hoy día. Pocos días después, se celebraba en Madrid una reunión abierta de la que nacía otra plataforma en defensa de la inclusión. En ella, estuvo presente el grupo motor de la ILA para la escuela inclusiva de la Comunidad de Madrid, además de otras entidades del resto del país.

“Claro que abogo por la inclusión, cuanto más mejor. Pero no de cualquier manera. Ahora sería una locura. Imposible. Es un caminar. Y yo creo que ahora nadie dice y nadie ha dicho que los centros de educación especial desaparecieran”.

“Creo en la alegría y en la importancia de las cosas que hacemos aquí y en otros centros de educación especial”, asegura Martín, para acto seguido matizar: “No es que abogue porque el 100% esté en centros de educación especial”.

Ella comenta: “Pienso que tenemos un porcentaje de alumnado que no debería estar aquí”. Chicas y chicos “rebotados de la ordinaria con recursos” que aseguran que en aquellos colegios “yo allí no solamente no hacía nada, sino que me sentía mal, abandonado, no tenía amigos”, incluso cosas más graves.

Mar, junto con el resto de direcciones de centros públicos han notado cómo en los últimos años ha crecido su matrícula y, sobre todo, con chicos y chicas que, con apoyos, no tendrían dificultades importantes para estar en un centro ordinario.

“Ha habido una insuficiencia a la hora de dar respuesta a las necesidades educativas de todo el alumnado”, afirma esta directora convencida de los beneficios que la interacción entre unos y otros podría mejorar los aprendizajes. Para ella “el problema está en el sistema educativo” que promueve unas capacidades sobre otras, lo que ha supuesto una reducción de recursos (económicos y personales) en la ordinaria, además de una falta importante de formación permanente del profesorado, “en cómo enseñar en la diferencia” aunque “no solo a los más distintos, sino a los que hay en el sistema ordinario que supuestamente no necesitan apoyos específicos”.

Para ella, “la cuestión es saber qué alumnado tenemos en los centros y qué necesidades educativas tienen”. “Planteémonos qué necesidades, cómo compensarlas, cómo intentar aumentar sus capacidades independientemente del punto de partida. Aquí o allí, donde se pueda. Pongamos recursos, formación, actitudes”. “Cuando dotemos a la ordinaria con recursos pero no solo con recursos, insisto, también de formación, actitudes, posibilidades, metodologías, experiencias…”. Y, con esos ingredientes “vamos a ver cómo caminamos”.

Desde su punto de vista, el cierre de la especial, desde luego ahora imposible, no tiene mucho sentido por cuanto “va a haber chavales que dada su especificidad y sus necesidades no van a poder obtener todos los recursos que necesitan en cualquier otro espacio, o no de forma suficiente”.

Tal vez sirva de pista el hecho de que el propio Juan XXIII, además de sus aulas “convencionales”, con algunas mesas aquí y allá, y sus pizarras digitales, tiene espacios en los que se trabaja la autonomía del alumnado, como una pequeña cocina, o lugares más relacionados con la terapia de los cuerpos de sus chicas y chicos, como la sala en la que tienen una pequeña piscina en la que un alumno está, durante toda una sesión (se hacen dos al día con alumnos diferentes), cuatro adultos de especialidades diferentes trabajan cuestiones relacionadas con la movilidad.

Martín insiste en que “no se trata de dóndes sino de pensar en los alumnos y darles lo que necesitan. Aquí, allí o allá”. E insiste en la opinión de varias direcciones de centros especiales públicos: “Hay que mejorar la ordinaria porque hay un porcentaje de alumnos que no deberían estar. Estarían mejor en otros sitios. Porque mejorarían sus capacidades con otro tipo de compañeros, en donde se promueva una inclusión más real. Claro que sí. Pero no una integración hecha con calzador, cuidado”.

Fuente e imagen tomada de: https://eldiariodelaeducacion.com/blog/2019/04/09/en-una-sociedad-diversa-ganamos-todas/

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Entrevista a Carlos Magro: “El cambio educativo no viene impuesto desde arriba, que es como tradicionalmente hemos querido cambiar las cosas”

Entrevista/04 Abril 2019/Autor: Daniel Sánchez Caballero/Fuente: El diario la educación

Carlos Magro aboga por la necesidad de un diálogo pausado sobre los fines de la educación, las metodologías o la participación de la comunidad educativa (y el entorno) en el cambio educativo. También defiende un diálogo no partidista: «El famoso pacto, parece más bien un no pacto pactado, un interés en no llegar a acuerdos porque hay otros intereses».

A Carlos Magro le gusta debatir, hablar sobre educación y cómo mejorarla. Este consultor, que ha trabajado para organismos públicos y privados y está especializado más en la gestión que la docencia o la academia, cree que el sector necesita el debate más que nunca. Hace falta una conversación amplia, sostiene, abierta, en la que participen más actores, entre ellos los alumnos (“lo hacemos todo por ellos, pero sin ellos”) en busca de la mejora del sistema. “Creo que actualmente el debate está secuestrado por intereses no educativos”, afirma. Magro, que materializa su interés por el diálogo desde la vicepresidencia de la Asociación Educación Abierta, opina que los grandes retos del sistema español son el fracaso escolar en su más amplio espectro, y la segregación; dos temas que de alguna manera señalan al mismo sitio, la exclusión. Sin embargo, también valora el esfuerzo que se ha hecho para llevar la educación a un nivel de igualdad con nuestros vecinos europeos pese a la desventaja que teníamos en los últimos 30 años y otorga todo el mérito de la mejoría al esfuerzo de los docentes.

¿A qué te refieres con que “el debate está secuestrado”?

Nos falta calma en el debate educativo. Nos falta más sosiego, centrarnos en lo importante, que es mejorar la educación, los aprendizajes de nuestros alumnos e hijos. En España hay dos grandes retos. Uno es recortar la segregación escolar. Somos un país que lidera la segregación en nuestro entorno, y creo que no es admisible. Y, por otro, somos los campeones del conjunto de cosas alrededor del fracaso escolar, el abandono, etc. Tenemos unas cifras fuera del contexto europeo en el que nos movemos. Es un tema muy importante que nos dice que son razones suficientes para tratar de cambiar las cosas. Y cambiarlas tiene que ver con los recursos, las infraestructuras, etc., pero también con las prácticas escolares, lo que hacemos, la evaluación, el currículum, las metodologías. Si nos lo tomamos en serio, implicaría muchas cosas. Cuando digo que el debate está secuestrado es que no tengo claro que cuando los políticos hablan de educación estén pensando en esto que digo. Parece que discuten y no llegan a acuerdos. Como el famoso no pacto, que parece más bien un no pacto pactado, un interés en no llegar a acuerdos porque hay otros intereses. Cuando hablo de hablar de lo importante es de por qué tenemos un 18% de fracaso y no el 10% que nos correspondería por nuestro contexto.

Fracaso y segregación correlacionan de alguna manera, son dos caras de una misma moneda.

No soy un experto y no quiero decir nada que no sea correcto, pero es importante tener claro que el fracaso es exclusión, es expulsión del sistema de un porcentaje que ha ido variando, ha bajado algo, pero es altísimo y no nos lo pedimos permitir desde ningún punto de vista. Responde a muchas causas sociales, económicas, de capital cultural… Tiene que ver con nuestras leyes, con las dotaciones, la formación del profesorado, las ratios, las infraestructuras, los recursos del sistema… Pero, además, con el currículum y las leyes. Y tiene que ver también, y esto me parece interesante porque ahí podemos actuar, con qué entendemos colectivamente que son los fines de la educación. El fracaso que tenemos responde en parte a que no hemos terminado de hacer una transición entre un sistema que hace 30-40 años era selectivo y propedeútico, que preparaba para etapas posteriores, a otro más inclusivo que nos demanda la sociedad. Cuando decidimos que el objetivo de la educación obligatoria era formar a las personas de manera integral, cambiaron los fines educativos y eso tiene implicaciones muy grandes en el currículum, las metodologías, la manera de evaluar, cómo organizarnos en el centro, la concepción del alumno… Hay muchas cuestiones que nos está costando implementar. El sistema tiene altas tasas de fracaso probablemente, entre otras cosas, por lo que nos está costando esa transición de modelo. Lo que le pedimos a la escuela hoy no tiene que ver con lo que le pedíamos hace 40 años. Es bastante más difícil cumplir con los objetivos hoy. Dicho de otra manera, ser docente hoy es mucho más difícil que hace 40 porque las exigencias son mucho más altas. Hay que resolver el fracaso y la segregación, pero también la atención a la diversidad. Y esto hace más compleja la labor de los docentes, que es algo mucho más difícil de lo que la gente cree.

¿Hemos perdido el objetivo en el cambio de sistema o nos está costando implementar el nuevo sistema?

Nos está costando. Nos cuesta asumir que la enseñanza obligatoria tiene otros fines. Nos está costando a nosotros y a todo el mundo, no es un problema nuestro. Hay muchas razones: no es lo mismo escolarizar hasta los 14 que hasta los 16. No es lo mismo escolarizar pretendiendo que todo el mundo alcance unas competencias mínimas para poder desarrollarse de una manera completa en su vida, que es lo que pedimos ahora al sistema, que lo que teníamos antes, que era más selectivo y más centrado solo en contenidos y no tanto en la educación integral. No nos preocupaba tanto que un porcentaje alto de los estudiantes no llegasen al final de la etapa. Ahora pedimos más: que toda la población, con toda su diversidad, alcance unas competencias mínimas al final de la etapa obligatoria y que nadie se quede atrás en el proceso. Eso debería implicar cambios sustanciales, que he mencionado antes y que nos está costando implementar. En eso estamos, en una etapa de transición que está durando demasiado.

¿Pero vamos en la buena dirección?

Creo que sí. La buena noticia es que estos procesos de cambio se producen a diario. Hay miles de docentes haciendo las cosas de manera distinta. Hay cientos de escuelas con proyectos interesantísimos, independientemente de su titularidad y sus condiciones. Tenemos un montón de ejemplos de buenas prácticas individuales, colectivas, en públicos y privados. Vamos mejor de lo que a veces parece. No quiero pintar un escenario negro. Pinto uno de complejidad, no de pesimismo. Nuestro sistema educativo y los indicadores que da en términos de competencias de los estudiantes son mejores que hace unas décadas. Se ha hecho un progreso tremendamente positivo y, en el fondo, estamos equiparados a nuestro contexto en todo (y eso ha sido un esfuerzo enorme de los docentes para llevar un sistema de un país que educativamente estaba muy atrás a uno que está en el mismo nivel que sus vecinos), excepto en el fracaso escolar, y eso se debe probablemente a que venimos de condiciones iniciales mucho peores.

En la democracia, el sistema ha evolucionado positivamente de manera muy grande, gracias al esfuerzo de docentes y escuelas como organizaciones. El indicador del fracaso lo que nos dice es que aunque hemos hecho un gran esfuerzo, queda camino de mejora y esta pasa porque nadie se quede atrás. Un porcentaje de fracaso, por mínimo que sea, es fracaso del sistema. Qué tenemos que hacer para reducir las tasas es lo que tenemos que plantearnos y ya hay muchos docentes y escuelas que están trabajando muy bien y reduciendo esas tasas de abandono y desafección de los estudiantes. Y lo están haciendo con los aspectos que pueden modificar ellos. No pueden modificar las ratios, la falta de fondos o la legislación. Pero pueden modificar la cultura escolar, las prácticas educativas en las aulas. En este proceso se están consiguiendo mejoras sensibles en estas áreas.

Hablas de cambios impulsados por docentes, por escuelas… ¿Hay algún modelo mejor? ¿El cambio debe venir desde arriba o desde abajo?

El cambio, cuando funciona de verdad y es sostenible, viene promovido por la comunidad educativa. Y esta es más que los docentes, más que el claustro como colectivo, más que el centro entendido como una dirección escolar y los docentes. Son las familias, es el contexto. Para que haya mejora tiene que haber un proyecto educativo a ser posible respaldado, impulsado, diseñado por una comunidad educativa. Creo que esa es la clave. Lo que tengo claro es que los docentes individuales, que siempre ha habido y habrá haciendo cosas excepcionales de manera individual, no serán capaces de hacer las transformaciones que necesitamos. La complejidad de la enseñanza hoy requiere sobre todo entender que la docencia no es una tarea individual, sino colectiva. En la medida en que los docentes trabajan de forma coordinada con sus compañeros empezamos a ver que las cosas funcionan mejor. Este cambio se logra donde se ha comprendido que la docencia siempre es una cosa colaborativa. Lo que sí que es claro es que el cambio educativo no viene impuesto desde arriba, que es como tradicionalmente hemos querido cambiar las cosas. Las leyes no mejoran las prácticas en el aula por sí solas y, por tanto, no mejoran el aprendizaje del alumno. El impulso individual tampoco parece suficiente. El sitio del cambio es el lugar intermedio, ni desde arriba con leyes ni desde prácticas de aula individuales. Si miramos los procesos buenos de cambio, en todos se dan estas condiciones: colaboración de las familias, un buen proyecto educativo impulsado desde un liderazgo distribuido, cooperación entre docentes…

Hablas a menudo de “lo que ocurre fuera del aula”. ¿Cómo es posible integrar estas enseñanzas con las regladas? ¿O no es necesario?

Es deseable. Aquí estamos en otro nivel, pero uno de los retos de la educación formal es entender cómo funcionan los procesos de aprendizaje informal. Nuestros estudiantes se pasan el día aprendiendo cosas en aprendizajes informales. Ser capaces de entenderlos, vincularlos e incorporarlos a la escuela es uno de los problemas históricos de los centros. Cuando hace 30 años le dijimos a las escuelas que su fin era preparar a las personas para la vida, lo que queríamos era vincular lo que pasa en la escuela con lo que pasa fuera. Hay que buscar maneras para crear estos vínculos. Se hace cada vez que un grupo de alumnos o un centro educativo se ponen a trabajar por proyectos intentando resolver problemas reales de su comunidad educativa. El aprendizaje servicio es un gran ejemplo de cómo vincular aprendizajes formales con problemáticas exteriores. Aquí vemos que los alumnos entienden lo que hacen, que no es solo adquirir un conocimiento, sino transformar sus proyectos vitales. Tenemos muchos ejemplos: desde las comunidades de aprendizaje que vinculan mundos tan separados como el familiar y la escuela, hasta el aprendizaje servicio o las ciudades educadoras.

Fuera del centro escolar hay muchos activos disponibles y cuando soy capaz de movilizarlos doy sentido a los aprendizajes formales, el aprendizaje es más significativo y los alumnos desarrollan competencias fundamentales sobre problemáticas reales. Abrir la escuela a su comunidad es uno de los grandes retos: enseñar a vivir, a través de la vida, de proyectos reales, es la única manera de comprobar que estoy desarrollando las competencias que me pide el currículum. Los problemas reales están en su contexto, fuera de la escuela.

Hablando de dirección, abogas por su especialización y profesionalización, quizá un poco a imagen de lo que se hace en EEUU, donde son dos profesiones totalmente diferenciadas. ¿Falta formación?

Creo que igual que es más complejo ser docente, también lo es dirigir un centro educativo. No sé si el camino está totalmente separado de la docencia, creo que para ser buen director es bueno haber sido docente, pero también que la dirección necesita más herramientas, más formación, capacitación profesional para poder liderar una organización como un centro educativo, que es altamente complejo. La complejidad de la gestión de un centro es muy alta. Tienes complejidad pedagógica en primer lugar. Necesitas, para empezar, un liderazgo pedagógico que requiere competencias específicas. Necesitas un gran liderazgo de equipos. Los equipos directivos en general necesitan tener herramientas de gestión en el sentido mejor de la palabra: recursos que tienen que ver con temas legales, etc. Dirigir (y hablo de todo el equipo) exige bastante más que ser un docente. No digo tener una carrera distinta, pero sí una formación específica a la hora de acceder a esos puestos, porque es una labor que se ha vuelto cada vez más compleja. El modelo que teníamos, vertical, no me parece mal, pero requiere profundizar en lo que se hace desde hace tiempo de ahondar en la vía de profesionalización de la dirección. La corta formación que se hace ahora no es suficiente; igual que ser un buen docente requiere un proceso de formación y acompañamiento.

La Asociación Educación Abierta, de la que forma parte, ha elaborado el proyecto ‘Calmar la educación’. ¿Qué es? ¿Hace falta sosiego en la educación?

Sí. Hemos hecho un proceso muy participativo de diálogo educativo con la idea de que necesitamos tiempo, calma, sosiego, eliminar la crispación, encontrar procesos de diálogo, escucharnos. Es una apuesta por el diálogo como un valor y, en estos momentos, más que crispación o desencuentros necesitamos respeto, diálogo y diversidad para poder profundizar en los temas que necesitamos.

¿Cuáles son estos temas, más allá del fracaso y la segregación que ya ha mencionado?

Que la educación es lo que sucede en las aulas. Cómo tenemos que repensar las prácticas de enseñanza para dar respuesta a los retos que tenemos por delante. En nuestro país, ya he comentado que pasa por reducir las tasas de fracaso en su concepto grande, que incluye el abandono o la no titulación. También en cómo lograr la educación integral y de todos, que nadie se quede atrás. Eso pasa, desde mi punto de vista, por muchas cosas pero, entre otras, por pausar un poco la crispación, buscar el diálogo, la profundidad en el debate, espacios de debate educativo, escuchar a los docentes (tienen que hablar ellos), los centros, las familias, los alumnos… Una de las cosas que ignoramos en el debate es a los alumnos: lo hacemos todo por ellos, pero sin ellos. Necesitamos incorporar más actores, centrarnos en temas estrictamente educativos: cómo mejorar los aprendizajes, reducir el fracaso, qué hacer para que los estudiantes salgan del sistema con esa capacidad para seguir aprendiendo a lo largo de la vida. Pasa por entender que nos implica a todos: a docentes, estudiantes, familias. Pero no solo, hay más gente. Necesitamos tiempo para decidir en qué queremos invertir, debatir sobre los fines. Se habla de temas, pero siempre son los mismos. Creo que hay que aumentar los temas, integrar nuevas voces y, sobre todo, rebajar la crispación y la utilización partidista por parte de algunos; la educación es demasiado seria como para no tomársela en serio. Esto intentamos con aquel proceso llamado Calmar la educación. Si no abrimos un diálogo distinto no lograremos cambiar las cosas y, desgraciadamente, muchas veces los temas sobre los que está el debate más publico son los mismos cuatro o cinco.

Fuente e imagen: https://eldiariodelaeducacion.com/blog/2019/04/04/el-cambio-educativo-no-viene-impuesto-desde-arriba-que-es-como-tradicionalmente-hemos-querido-cambiar-las-cosas/

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Con menos plástico también hay vida placentera; defendámoslo desde la escuela

Por: Carmelo Marcén Albero

El tiempo dirá el camino recorrido personal o socialmente, si nos hemos instalado en la “crisis de comodidad” a la que antes hemos aludido, si se ha avanzado más en la recogida o en la eliminación de nuestra dependencia de los plásticos.

Era por junio de 2015 cuando propuse al alumnado de secundaria un asunto que por entonces parecía de ciencia ficción: Es posible vivir en un mundo sin apenas plásticos. Para motivar los posicionamientos apelé a la ciencia, que siempre ayuda al reconocimiento de lo que uno dice. Les conté que la prestigiosa revista Science había publicado una investigación que estimaba que en 2010 se vertieron entre 4,8 y 12,7 millones de toneladas de basura plástica a los océanos de todo el mundo. Sin duda era una cantidad enorme –difícilmente imaginable para quienes pocas veces medimos o pesamos las cosas- pero que taparía con una altura de varios metros el césped de un campo de fútbol; eso sí que tenemos idea de lo que abarca. Tal cantidad, aunque enorme, representaba una pequeña parte de los 275 millones de toneladas que aquel año se generaron solo en los países que tienen costa. También decía el artículo que la producción mundial de plástico se había incrementado un 500% desde 1980.

Como no quería que cundiese ni la indiferencia ni la impotencia, les propuse imaginar cómo vivían sus abuelos hace 60 años. Entonces el tema dejó de ser tan ajeno, más todavía cuando empezamos a enumerar los objetos plastificados que nosotros utilizamos cada día y no tendrían entonces. En torno a lo visto o leído en lugares diversos, organizamos un debate sosegado para preguntarnos si vivir en el plastificado mundo actual era bueno o malo, si podía seguir ese ritmo de plastificación. Hubo intervenciones de todo tipo, la mayor parte para justificar la imposibilidad de resolver las cuestiones cotidianas –desde que nos levantamos hasta la hora de ir a dormir- sin el plástico; algunos alumnos no veían ninguna desventaja en el hecho, o no encontraban justificaciones rápidas para dejar de usarlo. La clase ya estaba inicialmente plastificada pero distintos avatares obligaron a dejar el tema, como pasa muchas veces en la escuela donde lo normativo impone su ritmo y aparta los asuntos que procura la vida.

Pasado un tiempo, cuando a comienzo de curso seleccionábamos en el departamento los temas de interés de la programación, alguien sugirió hablar sobre los plásticos; parecía que el asunto preocupaba y además encajaba con el desarrollo curricular. Las noticias televisivas de aquellos días informaban sobre las grandes islas plastificadas que se habían formado en el océano; el sabelotodo Google las encuentra enseguida y las muestra en todo su esplendor.

Además, conocimos por entonces que el 3 de julio era el Plastic Bag Free Wolrd, señalado por la ONU para recordar la necesidad de librarnos de las bolsas de plástico; también que los europeos consumíamos más de 200 bolsas de media al año de las de usar y tirar. El hilo social del polímero plástico siguió y llegó a ser proyecto de trabajo para todos grupos de 3º de secundaria.

Existía, más o menos, un consenso de que el asunto era importante como para sentir que todos debíamos implicarnos en la búsqueda de alternativas. Como primera actividad, se organizó un debate en clase que no se limitaba a hablar de las bolsas de un solo uso, cuya eliminación ya llevaban entre manos los comercios y tiendas; en unas ya las cobraban y en otras daban de papel, sino sobre los objetos de plástico. Se apuntaron en la pizarra las ventajas e inconvenientes que el alumnado encontró. Después, se propuso que cada cual pusiese encima de la mesa su mochila y todos los materiales que guardaba que estuviesen fabricados totalmente o con algo de plástico; el muestrario fue de lo más variado. Resultó muy ilustrativo para repensar la consecución de un mundo con o sin plásticos, de un solo uso o de varios. Argumentos que nos permitieron diferenciar entre recogida de los plásticos para ser reciclados y disminución paulatina de su uso. Se comentó en clase que Greenpeace avisa de que aunque algunas grandes marcas como Coca-Cola, Danone, Mars, Pepsi y Unilever, entre otras, han mostrado su buena disposición para reducir los plásticos, están pensando más en el reciclaje -que siempre conlleva algunas dificultades en su tránsito en España en donde solo se recicla según la misma ONG una tercera parte de lo que va a los contenedores amarillos- que en su sustitución o progresiva eliminación de nuestras vidas. Por eso, redactó el informe “Crisis de comodidad”, del cual animamos a leer algunos párrafos y comentarlos en sus clases.

A continuación se propusieron varias líneas de investigación; se aportaron datos y acciones sumamente interesantes, de esas que animan a pensar que algo se mueve en el mundo e invitan a seguir el camino. Supimos que 250 grandes empresas se habían unido a la iniciativa de la ONU para reciclar todo el plástico en 2050, en un proyecto que habían bautizado como New Plastics Economy Global Commitment (Compromiso Global por la Nueva Economía de los Plásticos); que las bolsas de un solo uso iban a desaparecer en la UE en enero de 2020, en algunos países ya lo habían hecho; que la mayoría de las grandes cadenas de distribución estaban preparadas para cambiarlas por otros sistemas de almacenaje. Como tras un trabajo pedagógico siempre se busca la aplicación, se les mostraron sugerencias para empezar a salir de la era del plástico, como #yousomibolsa, que nos anima a la participación activa; otra llamada “Labolsadepapel”, impulsada por los fabricantes del gremio para convencer a empresas y consumidores, pero que nos interesa conocer.

Pareció que se había generado un sentido crítico a la hora de abordar los usos del plástico –enfrentar lo que nos aporta con los desastres que genera su uso- y una manifestación de la intención personal de usar el mínimo posible. De hecho, a propuesta de uno de los grupos, se adhirieron un par de hojas grandes en el pasillo de secundaria. En ellas se invitaba a que quien circulase por allí escribiese en una las ventajas y por qué, y en la otra los inconvenientes y sus razones. Queda pendiente el trabajo de análisis de todo lo realizado. Una vez más, el inconveniente curricular que nos acosa nos impidió hablar sobre otros plásticos que nos acompañan: menaje de usar y tirar, vasos incluidos; los usados en la sobreprotección alimentaria, los que portan los animales que nos alimentan o no, etc.

El tiempo dirá el camino recorrido personal o socialmente, si nos hemos instalado en la “crisis de comodidad” a la que antes hemos aludido, si se ha avanzado más en la recogida o en la eliminación de nuestra dependencia de los plásticos, si ya hemos comenzado la andadura hacia el fin del plástico superfluo. Por último, y el reto va dirigido especialmente al profesorado: ¿Qué van a hacer en su centro para plantear la batalla al plástico? Pero de verdad. Pónganle plazos a cada acción y ¡suerte!

Fuente: https://eldiariodelaeducacion.com/ecoescuela-abierta/2019/03/22/con-menos-plastico-tambien-hay-vida-placentera-defendamoslo-desde-la-escuela/

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España: La Academia del Cine publica Cine y Educación, un documento marco para llevar el audiovisual a las aulas

Europa/España/04 Abril 2019/Fuente: El diario la Educación

El texto repasa iniciativas que ya están en marcha, da consejos sobre formación docente, plantea cómo introducir el cine en ESO y bachillerato y ofrece listados de cortos y largos, ordenados por edades y tramos educativos, para que «de una vez por todas» el cine entre en las aulas.

En el salón de actos de la Academia del Cine casi no cabía más gente. Desde cineastas a inspectores de educación, pasando por representantes políticos de diferentes partidos. Con Mariano Barroso, presidente de la Academia, como maestro de ceremonias, y las tres personas que han coordinado la elaboración del libro: Marta Tarín, Mercedes Ruiz y Fernando Lara.

Hace ya dos años, la Academia dio los primeros pasos para llegar a este documento. En mayo y junio de 2017 la revista que edita la entidad dedicó ese número al cine y la educación y organizó unas jornadas con la misma temática. De aquel esfuerzo nació un grupo de trabajo conformado por personas de diferentes perfiles dentro del mundo audiovisual, así como de la educación. Su objetivo: elaborar un documento marco para que las diferentes administraciones pudieran recoger el testigo e implementar la cultura audiovisual en la aulas. Ayer, la Academia, presentó dicho documento.

La idea es que, al igual que otras expresiones artísticas están en ellas, como la Literatura, el cine merece un espacio, aunque solo sea porque en 125 años de historia ha generado grandes obras, además de convertirse en espejo y herramienta con la que aprehender el mundo. “En cierto modo, la Academia del cine -comentaba Mariano Barroso al inicio de la presentación- ha asumido un trabajo que correspondería a las administraciones”.

Ahora, la pelota está en el tejado tanto del Gobierno central como de los autonómicos. Aunque ni unos ni otros estuvieran representados ayer.

Fernando Lara definió el documento como un “semillero de propuestas” para matizar que el documento marco no pretende ser una guía cerrada y única que deba seguirse al pie de la letra. En él se han recogido y unificado las decenas y decenas de propuestas y actuaciones que diferentes iniciativas privadas llevan ya años organizando por todo el Estado. También pretende ser una guía para las y los docentes, para lo que pueden encontrarse un listado de 100 películas españolas que van desde el inicio del cine sonoro hasta el año 2000. No están todas las que son ni son todas las que están, pero, como comentó Lara, sí son cintas representativas. Además, se establecen recomendaciones según el curso en el que se encuentre el alumnado.

Lara destacó estos listados. “Uno fundamental, por edades y tramos educativos, de largos y cortos”, pensado para que los docentes tengan una guía sobre qué pueden enseñar a chicas y chicos. A este se suma el de las 100 películas, con la que se genera una perspectiva histórica.

“No hay excusas para las administraciones”, afirmó Lara. “Se trata de una carrera de relevos. La comenzamos nosotros, planteamos iniciativas, hemos hecho un plan y ahora entregamos el testigo a cada una de las autoridades educativas y culturales”. Es tiempo de que, “de una vez por todas, 125 años después, el cine llegue a las aulas”.

Y aunque el grupo de trabajo que ha elaborado buena parte del trabajo, así como quienes lo han coordinado, tienen claro que cómo se haga esto es labor de la administración, se lanzan con una propuestas para un proyecto piloto para el próximo curso, financiado con un millón de euros para que se desarrolle en centros de las diferentes comunidades autónomas. “Es cuestión de voluntad” llevar la cultura audiovisual a las aulas, decía Fernando Lara, quien recordó que en comunidades como Aragón, Andalucía o Castilla y León ya se hacen programas potentes. “Si no se hace (a partir de ahora) es porque no se quiere hacer”.

El libro, no queriendo ser un paso a paso, sí pretende facilitar la puesta en marcha de un Plan de Alfabetización Audiovisual que, eventualemente, quedase recogido en un Pacto de Estado, para que la administraciones central y autonómicas pudieran implementarlo. Para ello, esboza algunas medidas que podrían tomarse a lo largo del tiempo para la consecución de dicho plan.

También señala la necesidad de una mayor y mejor formación del profesorado en relación al cine y al lenguaje audiovisual.  Generar ciudadanía crítica que pueda acercarse a las pantallas con el conocimiento suficiente como para comprender crítcamente lo que ve, su significado e intencionalidad, además de conocer la historia de una parte importante de la cultura, sobre todo del siglo XX y de este XXI.

El libro, tras una breve presentación, así como una catalogación de cómo se encuentra la cultura audiovisual representada en el sistema educativo, no gasta esfuerzos en ponérselo fácil a las administraciones, así como a los centros educativos, con propuestas sobre qué ver a qué edad, o qué festivales y otras iniciativas acercan el cine a chicas y chicos.

Y, para que nadie tenga excusas, también dedica páginas y páginas a cómo trabajar diferentes materias curriculares utilizando el cine como herramienta en la educación secundaria obligatoria y el bachillerato.

Imagen y Fuente: https://eldiariodelaeducacion.com/alfabetizacionaudiovisualenlasaulas/2019/03/29/la-academia-del-cine-publica-cine-y-educacion-un-documento-marco-para-llevar-el-audiovisual-a-las-aulas/

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“El pensamiento reaccionario idealiza la escuela del pasado y magnifica los problemas del presente”. Entrevista a Jaume Trilla

Entrevista/31 Enero 2019/Autor: Víctor Saura/Fuente: El diario la educación

Hablamos con Jaume Trilla, catedrático de Teoría de la Educación de la Universitat de Barcelona y autor de ‘La moda reaccionaría en educación’ (Laertes), donde repasa y responde a los argumentos más repetidos por aquellos que abogan por una especie de retorno al pasado.

A pesar de que empezó como maestro de primaria, hace más de 40 años que Jaume Trilla es profesor de universidad, la mitad de los cuales como catedrático, lo cual le acredita, según escribe en La moda reaccionaria en educación, “como miembro indudable –e incluso privilegiado, en el peor sentido de la palabra– del gremio contra el que los antipedagogos dirigen sus dardos”. El libro es un compendio de cosas que se han dicho y escrito en los últimos años en relación a aspectos como la disciplina, la necesidad de poner límites, la supuesta falta de autoridad de los maestros, la separación por sexos, la separación por niveles de desarrollo, los uniformes, la recuperación de algunas asignaturas del currículum, la asignatura de religión católica… y que Trilla engloba dentro de una misma tendencia: la moda reaccionaria. Un libro relleno de citas de cada uno de los autores, con nombres y apellidos, a los que va replicando. Un libro, reconoce, con el que no hará muchos amigos.

¿Es reaccionario decir que la educación de antes era mejor que la de ahora porque el maestro tenía más autoridad?

Lo es. De hecho, creo que es una deformación del pasado. Es muy discutible que los maestros de antes realmente tuvieran más autoridad que la que tienen ahora. Tenían mucho más poder, eso sí. El castigo físico estaba al orden del día, y a nadie le parecía mal que un maestro le diera una colleja a un alumno o le pusiera de rodillas de cara a la pared durante un buen rato. Las familias incluso legitimaban este tipo de castigos; pero si hoy un maestro le suelta una colleja a un alumno probablemente al día siguiente los padres irán a quejarse a la dirección. O sea que creo que tenemos que estar de acuerdo que erradicar los castigos corporales de las instituciones educativas ha sido algo del todo positivo.

Pero, si preguntáramos por la calle, seguramente mucha gente estaría de acuerdo que hoy los chicos son más indisciplinados que cuando uno iba a la escuela.

La estrategia argumentativa del pensamiento reaccionario tiene dos partes. Una parte consiste en idealizar el pasado. Parecería como si en las escuelas de antes fuera todo un remanso de paz, y que los maestros disfrutaran de un gran prestigio social. Esto es una clara deformación del pasado; solo hay que leer narrativa sobre la escuela del siglo XIX y de buena parte del XX para ver que esta imagen idealizada de la escuela de antes no tiene nada que ver con la historia real de las instituciones educativas. La otra parte de la estrategia del discurso reaccionario consiste en magnificar los problemas del presente. Ahora oyes hablar a según quién y parecería que las aulas actuales sean, literalmente, un campo de batalla; pero cualquiera que conozca la realidad sabe que esto no es verdad. Hay problemas de disciplina, seguro, pero no al nivel que los describen algunos. Antes había de todo y ahora también, ¿pero alguien puede pensar, seriamente, que en general las escuelas de antes eran mejores que las de ahora?

¿Este discurso es una moda o siempre ha estado ahí?

Seguramente siempre hay estado, pero estaba más escondido. En España, después de la Transición quizás no había mucha gente que se atreviera a cantar públicamente las excelencias de la escuela tradicional y, todavía menos, las de su variante franquista. Ahora, en cambio, parece que hay más gente que se atreve más, lo cual es de agradecer, puesto que es cuando la gente escribe y se posiciona públicamente que puedes entrar a discutir, que es lo que intento hacer en el libro.

Durante un tiempo se decía que se tenía que recuperar la cultura del esfuerzo, que se había perdido. Jordi Pujol lo acostumbraba a decir a menudo. ¿Se tiene que recuperar?

No creo que sea verdad que se haya perdido porque no ha existido nunca. Ha existido el esfuerzo que te sale de dentro. Claro, si te exigían exámenes memorísticos, pues tenías que hacer este esfuerzo de memorizar. Pero aquello no era un esfuerzo real y automotivado. Ahora, con las buenas escuelas y los buenos maestros que son capaces de motivar a los chicos, pues quizás se esfuerzan mucho porque les interesa. Cuando te esfuerzas de verdad es cuando te interesa aquello que estás haciendo. En el libro pongo una cita de Chomsky que viene a decir que cuando la motivación básica es aprobar el examen, una vez que ha desaparecido esta motivación básica desaparece también el aprendizaje. Esforzarse para eso no creo que merezca la pena.

Clasifica a los reaccionarios en tres tipos.

Sí, me parece que hay tres tipos de personas o grupos que defienden posicionamientos reaccionarios en educación. Unos serían los reaccionarios completos; es decir, aquellos que lo son en educación y en otros muchos aspectos: en la política, en la moral, etc. Pero también hay quien, sin ser políticamente reaccionario, en determinadas cuestiones educativas defiende posicionamientos claramente retrógrados. Entre estos hay, por ejemplo, algunos profesionales de la enseñanza (sobre todo de secundaria, más que de infantil o primaria), que ven mal cualquier innovación metodológica que se quiera introducir. Algunos de los que van de antipedagogos estarían en esta línea.

Y en tercer lugar están los compañeros de viaje de estos, es decir, intelectuales, escritores, periodistas, tertulianos… famosos que, por su cuenta o bien haciendo de padrinos a los del grupo anterior (prologando sus libros, por ejemplo), también en educación sostienen posicionamientos bastante reaccionarios. Los hay que lo hacen de forma bastante persistente, mientras que otros solo ocasionalmente. Esto es también propio de las modas: para seguir la moda del tatuaje puede haber quien se haga pintar el 80% de la piel y quien solo se haga dibujar una pequeña flor en el hombro. En el libro menciono concretamente a unos cuantos autores de cada una de las tres tipologías mencionadas.

De entre los ‘antipedagogos’ sobre todo cita a uno: Moreno Castillo.

Seguramente es quien más ha escrito en esta línea.

Este autor y otros acusan a los pedagogos como usted de pontificar desde el pedestal, es decir, sin haber pisado un aula de verdad en décadas.

Lo primero que dicen sobre los pedagogos es que tenemos mucho poder, lo cual no es cierto. Me gustaría saber cuántos ministros de Educación han sido pedagogos [podemos responder a este interrogante: desde la Transición ha habido 20 ministros de Educación y Ciencia, y ninguno estudió pedagogía, la mayor parte han sido juristas. La que más se acerca es la actual ministra, que es catedrática de secundaria]. Pero después, efectivamente, dicen esto del aula, y la realidad es que desconocen bastante nuestro trabajo.

Muchos pedagogos se han dedicado a la enseñanza y conocen por experiencia propia el mundo de la escuela; y, además de esto, por su trabajo y su investigación muchos siguen manteniendo un contacto muy directo con la práctica educativa. En el libro cito unas palabras de Jordi Llovet, catedrático jubilado de Literatura de mi Universidad, cuyos artículos siempre sigo con interés. En este texto dice que nunca se tiene que hacer caso a los pedagogos porque no tienen ni idea de la práctica de la enseñanza; a quien hay que creer, dice, es a los maestros que son quienes realmente saben.

Su argumento sería muy parecido a decir que nunca se tiene que hacer caso a los teóricos de la literatura o a los críticos literarios, sino a los novelistas y poetas, puesto que los otros nunca han sido capaces de escribir una novela presentable. Como que este argumento no me lo creo, yo seguiré haciendo caso de las recomendaciones que hace el profesor Llovet en sus artículos periodísticos.

Además de Llovet no salen muchos catalanes alineados con el reaccionarismo.

Hay más. Por ejemplo, menciono un artículo de Josep Maria Espinàs –a quien también siempre he leído con agrado–, en el que comentaba una idea alocada de Esperanza Aguirre cuando fue presidenta de la Comunidad de Madrid: dijo que reinstalaría las tarimas en todas las aulas de su Comunidad. Aguirre, con razón, recibió muchas críticas, pero Espinàs escribió un artículo donde defendía la idea, aludiendo a la funcionalidad de las tarimas para mejorar la visibilidad. No creo que haya ningún maestro que viva como un problema para su trabajo no poder ver a los alumnos desde más arriba. Las tarimas son funcionales para metodologías didácticas solo transmisivas y en colectivos mucho más numerosos de lo que son los grupos-clase actuales, afortunadamente. Quizás la necesidad de escribir una columna te puede llevar a defender propuestas tan reaccionarias e inútiles como la de la expresidenta de Madrid.

Una parte importante del libro lo dedica al Opus y a los defensores de la educación diferenciada.

Sí, ellos denominan así a la segregación escolar según el sexo.

¿No es cierto, pues, que la separación por sexos ayude al aprendizaje porque elimina distracciones?

Quieren demostrar que la separación de sexos va bien para el aprendizaje. Es decir, como que los niños y las niñas tienen procesos de maduración diferentes, aprenderán mejor las matemáticas, la gramática y las ciencias naturales si en la escuela los separamos; y defienden también que, separados, ellas y ellos estarán más tranquilos en clase, en especial cuando lleguen a la adolescencia. Lo que está demostrado es que esta variable (juntos o separados) no es nada relevante en el aprendizaje de esas materias: aprender bien matemáticas no depende de si los niños y las niñas las aprenden juntos o separados; depende de otros muchos factores.

Por otro lado, la defensa de la coeducación no se ha hecho nunca para que estén más tranquilos en la escuela, sino para que juntos estén más tranquilos en todos los espacios de la vida social y cotidiana que tienen que compartir. Cuando, durante el franquismo, la entidad por la que me preguntabas disfrutaba de mucho poder político sobre el sistema educativo, prohibieron, directamente y para todo el mundo, la coeducación en las escuelas; y lo hicieron por motivos religiosos o ideológicos. Después, en la democracia, estos argumentos ya no servían y por eso aducen ahora argumentos presuntamente científicos.

¿La asignatura de religión es anacrónica?

Lo que cuestiono es que en los planes de estudio haya una asignatura confesional de religión. Lo que no creo que sea discutible es que en el sistema educativo formal se estudie el hecho religioso. Las religiones han tenido y siguen teniendo un papel antropológico, social, político muy relevante; a veces para bien y a veces para mal. Por lo tanto, todo esto también tiene que formar parte de los contenidos escolares; sea de forma transversal en varias asignaturas o de manera específica en una de ellas (algunos denominan “Cultura religiosa” a esta asignatura posible). Pero una cosa es esta cultura religiosa y otra muy diferente es una asignatura confesional de religión. Incluir esta asignatura dentro del currículum es legitimar la escuela como un lugar de adoctrinamiento religioso.

Por otro lado, si esto se tuviera que hacer bien (de forma democrática e igualitaria para todas las creencias y descreencias) querría decir que cada escuela tendría que ofrecer clases diferentes de religión confesional para cada una de las opciones existentes entre las familias de los alumnos; es decir, que una sociedad cada vez más multicultural como la nuestra, muchas escuelas tendrían que tener un montón de asignaturas y profesorado diferentes: religión católica, musulmana, budista, protestante… y también, está claro, ateísmo, agnosticismo… Ya se ve que este planteamiento –que sería lo democráticamente exigible– comportaría una clara imposibilidad económica y organizativa, además de que sería de un gusto pedagógico francamente dudoso.

La solución es bien fácil: en la escuela, cultura religiosa (como asignatura o distribuida en otras materias); y la educación religiosa confesional, que tenga lugar en el ámbito familiar y/o por medio de todas aquellas instancias privadas que las confesiones religiosas consideren pertinentes.

El hecho de que la escuela concertada de carácter religioso haga religión tiene sentido, pero ¿por qué se tiene que hacer a las públicas? ¿Por qué ningún gobierno socialista lo ha sacado del currículum?

Esto viene de aquellos Acuerdos famosos entre el Estado español y el Vaticano firmados durante la Transición. En ellos España se comprometía a garantizar la enseñanza de la religión católica en todas las escuelas para todo el mundo que lo quisiera; y garantizar quiere decir, entre otras cosas, pagar al profesorado. Un profesorado elegido por los obispos correspondientes, pero que cobra del dinero público. Lo cual ha generado conflictos realmente inverosímiles. Por ejemplo, profesores o profesoras de religión que han sido despedidos por haberse casado con una persona divorciada.

¿Hay más reaccionarios o más progres en educación?

Esto no lo sé. Pero en todo caso en el libro también intento dejar claro que hay muchos tipos de posicionamientos reaccionarios en educación; no se pueden meter todos en el mismo cesto. Por ejemplo, estoy convencido de que muchos de los que, como decía antes, van de antipedagogos no son partidarios de la segregación por sexos o del adoctrinamiento religioso en la escuela. Supongo que quienes sostienen posicionamientos reaccionarios piensan que aquello que realmente está de moda no son sus posicionamientos, sino los del progresismo pedagógico. En cualquier caso, puede haber modas diferentes e, incluso, contrarias que coexistan en un mismo tiempo.

Al final del libro también dedica alguna crítica a las pedagogías ‘progres’, pero sin dar nombres.

Yo critico dos aspectos de un cierto progresismo pedagógico que también critican algunos de los reaccionarios. Lo primero es que a veces parece que estemos inventando la sopa de ajo en cada momento, cuando mucho de lo que se reivindica desde el progresismo son aportaciones de los clásicos de los movimientos de la Escuela Nueva de finales del XIX y comienzos del XX. Está muy bien recuperar, divulgar y actualizar aquellas aportaciones de entonces, pero que nadie se piense que son invenciones de ahora. De todas maneras, me parece positiva la incidencia que pueden tener estas propuestas para sacudir un poco el sistema y, sobre todo, para poner en valor escuelas y maestras que ya hacían todo esto desde hace tiempo.

Después también critico las ínfulas cientifistas que tienen algunos sectores de la pedagogía, y que consideran que todo tiene que ser científico y que tenemos que estar a la altura de las ciencias de verdad… No estoy de acuerdo. Una parte del conocimiento del que disponemos sobre la educación es científico, supongo que a unos niveles similares al de otras ciencias humanas y sociales; después hay una parte del conocimiento que todavía no es científico pero que lo irá siendo; pero también hay una parte de la pedagogía que no será nunca científica ni tiene porqué serlo. Por ejemplo, la determinación de las finalidades de la educación: esto no lo decidirá nunca la ciencia, sino la ideología, la política.

Y también tenemos que reconocer que una parte de los grandes hallazgos y aciertos en la historia de la pedagogía no se ha hecho por la vía científica, sino por la puramente experiencial. Por ejemplo, la pedagogía de Celestin Freinet. Un maestro que iba tirando y experimentando, que supo explicarlo muy bien, y dejó un método que ha tenido muchos seguidores; entre otros motivos, porque estaba al alcance de cualquier maestro que quisiera cambiar su manera hacer en la escuela.

Quizás tendría que haber escrito el libro sobre “la moda progre en educación”, porque hay más moda progre que carca, ¿verdad?

Tal vez sí, pero a mí la que me da miedo es la moda carca. Aun así, no he querido ahorrar alguna crítica a los progres porque los planteamientos maniqueos tampoco me gustan, nunca la razón está al 100% en un solo lado.

Fuente e imagen: http://eldiariodelaeducacion.com/blog/2019/01/31/el-pensamiento-reaccionario-idealiza-la-escuela-del-pasado-y-magnifica-los-problemas-del-presente/

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