Reseña: Unos de los más grandes pedagogos venezolanos de nuestra historia contemporánea, que podemos situar al lado de Simón Rodríguez, es Luís Beltrán Prieto Figueroa, nacido el 14 de Marzo de 1902 en la Asunción, Nueva Esparta, se destaco como político, gremialista, intelectual y sobre todo como pedagogo, faceta en la cual nos deja la tesis más importante que haya existido en Venezuela y quizás para la Latinoamérica de entonces, como lo es la del ESTADO DOCENTE, cuya concreción ha alcanzado sus mayores niveles en el proceso de transformaciones sociales de la Revolución Bolivariana y hecho ordenamiento jurídico con la Constitución de la Republica Bolivariana (1999) y la Ley Orgánica de Educación (2009) .
El pensamiento en filosofía de la educación del «Maestro Prieto» se estudia en las universidades más respetables de América Latina y el Caribe y ¿por qué no? En el mundo. Sus planteamientos son valorados como una sentida necesidad social y de una invaluable calidad humana. Como intelectual orgánico, deja obras sumamente importantes, tanto de carácter político como pedagógico, entre ellas la más importante: El Estado Docente, donde manifiesta:
«La educación es un fenómeno colectivo y como tal, está regida por las normas fijadas por el grupo social. Se expresa como una necesidad de la totalidad; por ello que el estado determina los medios para satisfacerla.»
En este fragmento plantea la necesidad del estado de dotarse de un sistema de educación pública que sirviera para su consolidación pero que además establece que es un deber del estado sostenerla económicamente. Por otra parte, señala que es el estado quien determina los fines de la misma, es decir que es fuera de lugar la crítica de quienes chismorrean que la educación bolivariana es partidista. Además señala:
«…la disputa rebasa los términos técnicos para encuadrarse en el terreno político. Es la lucha secular entre los derechos de la colectividad y los privilegios de casta… a la larga terminara de imponerse en el mundo la idea justa de protección de la comunidad entera.»
He aquí el «Maestro como Líder» social, el que usa la pedagogía como método de liberación, el que lucha en la calle con el pueblo para que se imponga la causa de la justicia social. El Maestro Prieto miraría con gozo que el socialismo que se construye en Venezuela, estaría en la lucha por la consolidación del Estado Comunal, en el debate de ideas para superar la Cultura Rentista que es el arma de quienes nos combaten desde los centros del Poder Económico, miraría con satisfacción esta Revolucionen que consagra la educación como un derecho humano y como un deber irrenunciable del estado, lo que el planteó como premisa para la nación con su labor educadora y protegiendo a la «comunidad entera». En el marco del imprescindible Proceso de Transformación Curricular, sus ideas son de vital importancia para seguir construyendo un sistema educativo con referentes de Nuestra Mayúscula América. Sirva este ejemplo para las nuevas generaciones de maestros que tienen la labor histórica de forjar la Patria Grande.
Link de descarga: https://fidelernestovasquez.files.wordpress.com/2011/03/libro-el-estado-docente-por-luis-beltran-prieto-figueroa-con-presentacion-de-aristobulo-isturiz-fidel-ernesto-vasquez.pdf
Les invito a lanzar una GRAN MISIÓN, convertir la investigación educativa en la base de un conocimiento para la comprensión de quiénes somos, cómo nos influye entorno y educación y quiénes podríamos llegar a ser.
Estimados Ministra y Secretario de Educación y Ministro y Secretaria de Ciencia o viceversa.
Este comienzo de curso académico, siempre tan previsiblemente imprevisible y apasionante para la mayoría de los educadores e investigadores, casi coincide con la andadura de sus ministerios en una legislatura, como todas, por devenir. Quizás porque considero que cuanto más difícil parece una situación, más podemos y tenemos que activar nuestras energías e imaginación, me atrevo a plantearles en esta carta la necesidad de una GRAN MISIÓN, de un programa transversal de investigación educativa, que vincule todas las ciencias (naturales, sociales, humanas y posthumanas), y nos permita no solo descubrir sino construir mundos inimaginables aquí, en el planeta Tierra. Unos mundos que, ni un astronauta como el Dr. Pedro Duque, ni el replicante de Blade Runner, hayan podido no solo ver, sino incluso imaginar.
Casi al comienzo de su nueva etapa de responsabilidades quisiera compartir con ustedes y los ciudadanos en general, algunas reflexiones y preocupaciones con relación a la ciencia y la educación. Primero, quisiera poner de manifiesto que, sin la educación, sin esa labor de transmisión del pasado, comprensión del presente y configuración del futuro llevada a cabo por millones de educadores a lo largo de la historia, ni yo podría escribir esto, ni ninguno de ustedes leerlo e interpretarlo. Segundo, quisiera argumentar que tener acceso a la educación, disponer del tiempo, la mirada de cuidado y la seguridad afectiva para reconocerse, pensarse y desarrollar la capacidad de ser, para poder entender la vida mirando al pasado y poder vivirla mirando al futuro es algo que, desgraciadamente, no todo el mundo está en condiciones de hacer. Así que los que sí hemos estado y luchamos para que “todo el mundo” pueda estarlo, hemos recibido un gran regalo y una gran responsabilidad.
Estoy segura, así lo quiero creer porque la esperanza nos ayuda caminar, que harán todo lo que esté en sus manos para mejorar nuestro acervo de conocimiento y nuestra educción. Pero, por favor, no reduzcan la “ciencia” a las ciencias “duras” (o “fáciles” como diría el profesor David Berliner). Aquellas que “prometen” mundos mejores y la mejora de la vida de los seres humanos, aunque paradójicamente cuenten cada vez menos con nosotros y al final acaben llenando de “basura” nuestro planeta, mientras se preparan para “dominar” y “contaminar” el espacio exterior. Aquellas que buscan ganancias millonarias, sin considerar las consecuencias colaterales para la vida de todos los seres que habitamos el planeta. Lo que les quiero sugerir es que inviertan en aquellas áreas de conocimiento que realmente valen la pena. Las que se enfrentan a problemas profundos y complejos de un gran calado social, como es el caso de la educación.
La investigadora Mariana Mazzucato, profesora en el University College de Londres, en una tribuna publicada en El País, argumentaba que tenemos “la oportunidad de orientar la innovación hacia la solución de problemas concretos, en proyectos tan audaces como la misión de llegar a la Luna, pero dirigidos a resolver nuestros retos sociales y tecnológicos”. Aunque reconocía que las “misiones actuales son más complejas y perversas que ir a la Luna” y haciéndose eco de la obra The Moon and the Ghetto, de Dick Nelson, se preguntaba “cómo era posible que el hombre hubiera ido y vuelto de la Luna y, sin embargo, no hubiéramos podido resolver determinados aspectos de las desigualdades como la aparición de guetos”. Y afirmaba que “los problemas perversos requieren prestar más atención al nexo entre las cuestiones sociales, políticas y tecnológicas, la necesidad de una regulación inteligente y los procesos de retroalimentación en toda la cadena de innovación”.
Y aquí viene el principal argumento de la necesidad de LA GRAN MISIÓN, que les propongo considerar. Centrarse en los problemas “perversos”, aquellos que nos rodean y que nos llegan a constituir de tal manera que ya “no los vemos”. Porque parece que nos pasa lo que les sucedería a los peces si estudiasen su entorno, que lo último que descubrirían sería el agua, cuando es lo fundamental para su existencia. Y la educación es un problema profundamente perverso o “endiablado”, como la mayoría de los del “sistema social que están mal formulados, en los que la información es confusa, en los que hay muchos interesados y afectados y muchas personas con capacidad para tomar decisiones desde posiciones, intereses y sistemas de valores contradictorios, y donde las ramificaciones de todo el sistema tienden a ser confusas y, sobre todo, imprevisibles” (columna del 13/1/2017).
Mariana Mazzucato, fija “cinco criterios para escoger misiones: que sean audaces y tengan valor social; que tengan objetivos concretos, para saber cuándo se han alcanzado; que impliquen investigación, innovación y preparación tecnológica en un plazo determinado; que fomenten colaboraciones entre sectores, entre participantes y entre disciplinas, y que permitan múltiples soluciones distintas y desde la base”. ¿Se imaginan cómo podrían avanzar “todos” los campos disciplinares, desde la neurociencia a la lingüística, desde la química a la filosofía, desde la física de partículas a la arquitectura o la literatura si se plantease una GRAN MISIÓN para la investigación educativa? El problema de los “tres cuerpos” por el que parece fascinado el Ministro de Ciencia, se podría convertir en algo tan complejo y apasionante que nadie pudiera dejar de interesarse. En definitiva, a lo que les invito como actuales responsables de estos dos ministerios es a atreverse a lanzar una GRAN MISIÓN que convierta la investigación educativa en la base de un conocimiento que conlleve una mejor comprensión de quiénes somos, cómo nos influye el entorno y la educación que recibimos y quiénes podríamos llegar a ser.
Hace unos días, sostuve una amena e interesante conversación con algunos profesores de educación primaria y secundaria. Como parece obvio, el tema que dio para hablar en demasía, fue el relacionado con los “Foros de Consulta” que el gobierno encabezado por el Presidente Electo, Andrés Manuel López Obrador, viene realizando en el país con el propósito de lograr un “Acuerdo Nacional Educativo”. Acuerdo que, a decir de muchos colegas, habrá de dar paso a la cancelación de la mal llamada reforma educativa que logró imponer el gobierno de Peña Nieto y compañía.
Así las cosas, llegado el tema de las propuestas, recuerdo que de la nada surgió una pregunta que a más de uno nos dejo pensativos por un momento: si la idea es realizar una serie de foros para recoger un cúmulo de propuestas que nos lleve a lograr un acuerdo educativo que beneficie a todos los mexicanos, ¿tendría que realizarse dichos foros si necesariamente tiene que mejorarse prácticamente todo el Sistema Educativo Mexicano (SEM) dados los problemas que existen en los diferentes niveles y subsistemas educativos? La respuesta, aunque parece obvia, encontró sentido si volteamos a ver al país, tal y como Peña lo ha dejado en esta materia.
Sí, se hace necesaria la atención de los problemas existentes, y sí, se hace necesaria la realización (aunque a más de uno no nos guste) de los foros que, por arte de magia, lograrán ese Acuerdo Educativo como el que en su momento logró: Salinas en 1992 (Acuerdo Nacional para la Modernización de la Educación Básica), Fox en 2002 (Compromiso Social por la Calidad de la Educación), Calderón en 2008 (Alianza por la Calidad de la Educación), Peña en 2012 (Pacto por México, que incluye sus famosas reformas estructurales, entre ellas, la educativa).
Y es que mire usted, lejos de lo que el mismo foro o foros puedan representar, éste se hace necesario como un ejercicio democrático que todo gobierno que se diga democrático debe realizar… pero, ¿cuál es su fin educativo? En un instante iré a ello. Obviamente que, al plantear tal interrogante, en absoluto demerito la participación que los interesados puedan realizar en un momento determinado. Como se sabe, en los estados de Chiapas, Puebla, Durango y Nuevo León, ya se realizaron esos foros y, en próximos días, Veracruz, Estado de México y Tabasco, harán lo propio. Sí, en todos ellos han participado cientos de maestros, padres de familia, integrantes de la sociedad civil, entre otros actores, y cuya voz ha sido escuchada y, en su caso leída por quién sabe quién, pero que al final de cuentas, ha participado, y que bueno que sea de esta manera, puesto que esto abre la posibilidad para que el día de mañana, esos mismos actores participantes, exijan el cumplimiento de los acuerdos y/o propuestas que se derivaron de un evento en el que éstos participaron. Bendita democracia.
Ahora bien, por el tema educativo (al que aludía en el párrafo anterior) llama la atención que, en los formatos que se entregan a quienes acuden a este evento, éstos solamente le destinen un espacio muy breve al tema del aprendizaje y la formación continua, y sí varias interrogantes al diagnóstico y a algo que no logro entender y que fue denominado “Propuesta de Guelatao”. Y bueno, sobre el perfil del egresado de una escuela pública, sobre la revalorización social del magisterio, y sobre el compromiso que asumiría cualquier ciudadano para la mejora de la educación pública, mejor ni hablamos, son tres rubros que se dejaron abiertos, sin ninguna opción a considerar, salvo la opinión que usted o yo pueda tener al respecto.
¿Es este un instrumento que recoja las problemáticas reales que lleven a formular una propuesta educativa de profundo calado? No, en absoluto. La respuesta es contundente en estos términos: si a usted le preguntaran qué tipo de educación quiere para sus hijos con seguridad la respuesta sería “la mejor”. Si en los formatos que les entregan a los participantes en los foros se cuestiona o solicita que se priorice o valore las necesidades en cuanto a equidad, calidad, fortalecimiento de la educación inicial, de las escuelas multigrado, de las escuelas tiempo completo, de la inclusión y atención de alumnos con discapacidad, que haya más universidades, más becas, etcétera, etcétera, etcétera, la respuesta, aunque parece obvia, lo llevaran a elegir una de las opciones que, tal vez, no represente o signifique su necesidad más apremiante. ¿Y entonces los formatos tienen cierto sesgo? Ya lo creo, aunque el sesgo no es realmente una preocupación que me agobie, lo que me causa cierto conflicto, es saber cómo le van a hacer para atender las necesidades que, por varios sexenios, se han dejado a la deriva y que nos han llevado a ocupar el lugar que conocemos en distintas pruebas nacionales e internacionales, o a las carencias que en varias regiones y entidades se observan con el simple hecho de salir y visitar una escuela del nivel educativo que usted guste.
No, el problema no es qué consultar, el asunto aquí es cómo se atenderán y fijarán esas prioridades. No, el problema no es la democracia, el asunto es cómo se aplica esa democracia.
Ciertamente el gobierno que en próximos meses entrará en funciones, no es del todo responsable del gran problema educativo que priva en México; no obstante, el que se realicen estos foros, sin mucha claridad y transparencia, y mucho menos, con información contundente, genera cierto “sospechosismo” de gobierno cuya bandera es la democracia y la rendición de cuentas.
El gobierno estudia lanzar un programa de becas en las que el Estado ponga una parte y las universidades otra. Del mismo modo, busca fortalecer el presupuesto de las universidades públicas. El objetivo es que más estudiantes puedan acceder a la educación superior.
El programa Ser Pilo Paga podría vivir en pocos días una transformación inesperada. Después del anuncio de la ministra de Educación, María Victoria Angulo, sobre la desfinanciación en que encontró esta iniciativa, se creía que la política de becar a los estudiantes menos favorecidos había llegado a su fin. Sin embargo, el presidente Duque entregó un parte de tranquilidad el pasado sábado. Ese día aseguró que mantendría su promesa de campaña de cumplir con los 40.000 jóvenes que lo conforman y además, entregó algunas puntadas de lo que tiene en mente. «Esos muchachos pueden estar tranquilos que van a terminar sus carreras», dijo.
En el Taller Construyendo País, la reunión que el primer mandatario hace cada semana en las regiones, Duque aseguró que existe una necesidad de aumentar más la cobertura de la educación superior. Con esto, el presidente tocaba el corazón a la principal crítica que tuvo el programa bandera de Juan Manuel Santos. Los más duros cuestionamientos se centraron siempre en que este apenas lograba beneficiar a 10.000 estudiantes por año, una cifra muy lejana de las necesidades del país.
El presidente presentó una fórmula diferente para poder becar a los estudiantes.»La cobertura exige que nosotros podamos incluir más universidades públicas en un programa de gratuidad y decirles a las universidades privadas que también pongan», aseguró. En esas dos vías está marcada la nueva propuesta que se presentará en un mes. La idea más que eliminar el programa es extenderlo a otros estudiantes y cambiar el sistema de negociación con los centros académicos.
El problema central de la continuidad de Ser Pilo Paga, tal y como lo diseñó la exministra Gina Parody, es la financiación. Según dijo la ministra de Educación, María Victoria Angulo, en diferentes entrevistas radiales, se necesitan cerca de 2 billones de pesos para financiar a los 39.990 estudiantes que hacen parte de este. Expertos consultados por SEMANA aseguraron que desde antes ya se sabía que el programa era insostenible. Como los jóvenes podían elegir no solo la carrera, sino también la universidad y la ciudad donde querían estudiar, el resultado fue que el 79 por ciento de los muchachos terminaron en las universidades privadas más costosas del país, en las carreras más caras y se concentraron solo en tres ciudades, Bogotá, Medellín y Cali.
El hecho de que universidades privadas como Los Andes, la Javeriana y la Sabana se quedaran con el mayor número de “pilos”, como se les llama a los jóvenes del programa, hizo que esos recursos que el Estado destinaba para ese fin nunca llegaran a las universidades públicas, y también disminuyó el dinero que estas últimas recibían del Estado. El 50 por ciento del presupuesto de la nación terminó en la bolsa de Ser Pilo Paga.
Un modelo que logre integrar tanto a las universidades públicas como a las privadas será la apuesta del nuevo gobierno. Se están estudiando sistemas como los que existen en otros países, en los que el Estado financia un monto, pero las universidades ponen una contrapartida. Gracias a Ser Pilo Paga algunos centros educativos privados recibieron un número muy alto de estudiantes becados por la Nación. En los primeros años, la Universidad de la Salle, la Javeriana y la Universidad del Norte contaban con más de mil alumnos por año. Mientras Los Andes, por ejemplo, cerca de 600 estudiantes, que representaban la tercera parte de todos los que ingresaban allí. Aunque algunas de estas pusieron ayudas para la manutención de los estudiantes, el grueso de los gastos corría por cuenta del Estado.
Otras universidades fueron más cautas y limitaron el número. Algunos rectores consultados por SEMANA sostuvieron que como no había seguridad de que el programa estuviera financiado por muchos años, decidieron ser prudentes para que luego, en caso de que este se acabara, los presupuestos de las instituciones no se afectaran. Los directivos cuentan que cada año el gobierno los llamaba a preguntarles si era posible que la universidad pusiera una parte, pero que esas ayudas nunca se pudieron concretar. «Estos programas se usan en el mundo, pero en Colombia -a diferencia de lo que sucede en otros países- no tuvieron cofinanciación. Si el Estado estaba pagando 40.000 estudiantes, por lo menos se esperaría que las universidades pusieran el 50 por ciento del valor de la matrícula», explica Julián de Zubiría, rector del colegio Alberto Merani.
Más allá de los costos el programa sí representó una verdadera revolución social para quienes fueron beneficiarios. Por primera vez, miles de jóvenes de los lugares más apartados del país lograron llegar a universidades de elite que sin la estrategia de Ser Pilo Paga, ni siquiera habrían podido soñar. Con esto, se logró reducir la brecha de inequidad, hubo un valor agregado del intercambio cultural y se aumentaron las probabilidades del 30 al 70 por ciento de que jóvenes de escasos recursos llegaran a universidades como Los Andes. Las historias de jóvenes de veredas, muchas golpeadas por el conflicto armado, entrando a estos centros académicos conmovieron al país.
El rector de la Universidad Icesi de Cali, Francisco Piedrahita, asegura que el programa «no es tan costoso como lo pintan» y que su desempeño no puede verse solo en números presupuestales. Agrega que «dejaron que el programa se difamara cuando era un éxito y que sufriera todo tipo de ataques. Lamentablemente el éxito, como en todo, solo se ve con el tiempo. En unos años se sabrá qué significó llevar a la universidad a estos estudiantes».
Sin embargo, para muchos, entrar a la universidad no debería ser un privilegio de los más pilos, sino de muchos más. Francisco Cajiao, exrector de la Universidad Pedagógica y la Universidad Distrital, le dijo a SEMANA: “A mí también me gustaría que fueran a estudiar a Londres a Nueva York, pero tenemos que ver cuántos jóvenes tenemos y cómo repartimos la plata. El programa no podía basarse únicamente en el mérito”. Cajiao agregó que hoy la cobertura en educación superior en Colombia es solo del 35 por ciento, un porcentaje muy bajo en comparación con otros países de América Latina que tienen coberturas del 50 por ciento o más. Entre estos están Chile que ha logrado una cobertura del 87 por ciento.
Según los expertos consultados, para que el país llegue a una cobertura similar necesitaría abrir al menos 600.000 cupos más. Ese cambio, sin embargo, no sucede de la noche a la mañana. Para que una universidad pueda abrir 1.000 cupos necesita renovar su infraestructura y contratar casi que una nueva planta docente. Victoria Elena González Mantilla, docente investigadora de la Universidad Externado de Colombia, le dijo a SEMANA que celebra la decisión del presidente de fortalecer las universidades públicas. Sin embargo, se pregunta ¿cómo lo va a hacer cuando el ministro de Hacienda, Alberto Carrasquilla, redujo el presupuesto de esta cartera en 33 por ciento? “Genera preocupación es que terminen por no subsidiar al grupo pequeño de estudiosos, y que por otro lado, tampoco se pueda hacer inversión en la universidad pública por los recortes que ha anunciado el gobierno”, agrega.
En cuanto a la idea que los estudiantes paguen una parte del dinero y que las universidades paguen otra, Dustin Tahisin Gomez, docente investigador de varias universidades y estudiante del doctorado en agrociencias de la Universidad de la Salle, explicó que después de terminar la carrera los jóvenes podrían devolver el 50 por ciento de lo que costó su educación para crear una bolsa de recursos para financiar la matrícula de las generaciones. Según él, también será necesario buscar que el sector privado se involucre realmente con la academia.
Lo que viene en las próximas semanas no será fácil. El gobierno comenzará a estudiar modelos y a formular propuestas. En este momento hay un equipo dedicado a este asunto que comienza por definir un nuevo nombre para ese programa. Se ha hablado de llamarlo «Todos somos pilos», pero la fórmula no convence a algunos que sienten que evoca un poco de espejo retrovisor. Se espera que el borrador se presente después de que los bachilleres presenten sus pruebas de Estado.
Entrevista/19 Septiembre 2018/Autor y Fuente: Semana
Yesmariana Gómez es una de las expertas en el tema de microcredenciales, la nueva tendencia en educación en el mundo digital. ¿Conoce sus beneficios? Hablamos con ella sobre el internet como herramienta para hacer del aprendizaje un proceso más democrático. Este será uno de los temas que se discutirá en la Cumbre Líderes por la Educación.
Reconocimiento de rocas y minerales, Cinco estrategias de mindfulness para potenciar el autoliderazgo, Bases para el desempeño en el quirófano e Introducción al diseño de videojuegos son los nombres de algunos cursos gratuitos disponibles en línea que desde hace años proponen revolucionar el aprendizaje de competencias en internet.
Yesmariana Gómez lidera uno de ellos. Es la jefe de proyecto y responsable de Partners Educativos en MiríadaX, la primera plataforma de moocs (cursos introductorios) iberoamericana que también está incursionando en la oferta de microcredenciales, una especie de nivel intermedio entre los cursos introductorios y las maestrías. Desde su labor promueve el aprendizaje social y colaborativo con miras a la formación de calidad, y al diálogo sobre la educación en el futuro, entre universidades, empresas y usuarios. Semana Educación conversó con ella sobre la naturaleza y los beneficios de este tipo de apuestas y la convivencia entre universidades y cursos on line.
S.E.:¿A qué necesidades responde un proyecto como MiríadaX?
Yesmariana Gómez (Y. G.): La iniciativa nació en 2013 y fue un esfuerzo conjunto entre Telefónica y Universia, del grupo Santander. Surgió como una respuesta a los proyectos anglosajones de educación en línea que existían en ese momento. Por ejemplo, EDX y Coursera eran dos iniciativas de ese tipo, que nacieron con contenidos únicamente en inglés. MiríadaX fue el resultado de esa búsqueda y es una plataforma que ofrece contenidos en español para el aprendizaje. Universia ya no lidera el MiríadaX, pero el proyecto sigue teniendo dos objetivos: impulsar a la universidad del entorno iberoamericano para superar el complejo “todo lo que viene de afuera es mejor”, y por otro lado darle una respuesta a los alumnos que no tienen formación en inglés, pero que están interesados en aprender en línea.
S.E.: Y actualmente cómo se compone esa comunidad virtual?
Y.G.: Al día de hoy son 5.1 millones de usuarios matriculados: el 10% de nuestros usuarios son colombianos y el 40% son españoles. Hasta ahora se han impartido más de 800 cursos, y del total de universidades con las que tenemos convenio para generar nuestro contenido, 16 son universidades de Colombia.
S.E.: ¿Cómo ha sido la evolución en el contenido en línea que ofrece MiríadaX, y en el mundo de la educación digital a nivel global?
Y.G.: En MiríadaX actualmente tenemos incorporados cursos con formación en inglés, pero promovidos por universidades iberoamericanas. Y aunque los nuestros son completamente gratuitos, existe la opción del pago voluntario por un certificado de superación. Pero no es solo el diploma. Tiene tecnología blockchain y es una evidencia de que aprendió esas competencias y que deja incorporar información que realmente muestra los conocimientos. Además, ya no solo tenemos Mooc’s, sino microcredenciales.
S.E.: En el mundo de la educación están sonando esos dos términos, siendo las microcredenciales la evolución de las Mooc’s. ¿Qué son específicamente y en qué se diferencian?
Y.G.: Una Mooc es un curso introductorio muy corto con información general. La microcredencial, en cambio, es el punto intermedio entre una mooc y una maestría, y es un curso con un nivel de información más profundo. Si una mooc tiene un crédito de micro reconocimiento y un máster tiene 60 créditos, una microcredencial puede tener alrededor de 15 créditos.
Las Mooc’s llevan muchos años al servicio de los usuarios de internet. Pero las microcredenciales se crearon apenas entre 2016 y 2017 y ha sido una tendencia que ha estado liderada en mayor medida por el mundo anglosajón. Entonces sí es una transformación en el mundo digital, pero es una evolución que se va dando poco a poco en el sector educativo. No creo que hayan resistencias de ningún tipo. Lo que pasa es que los cambios, hasta hace algún tiempo, no se daban tan rápido.
S.E.: Entonces, ¿cuáles son los beneficios de hacer una microcredencial?
Y.G.: Una persona que tome una microcredencial podrá desarrollar una macrocompetencia de todo un tema. Además, da mucha agilidad a la hora del “reciclaje profesional”. Es un curso que permite generar competencias que se han ido desarrollando con el tiempo, pero que se necesitan en tu desempeño laboral. Permite flexibilidad para acceder al conocimiento, aunque no esté dentro del círculo académico en una institución física y clases magistrales. Con las microcredenciales el crédito no es el fin, sino demostrar que las personas adquirieron las habilidades que les fueron enseñadas.
S.E.: Adelántenos un poco sobre su ponencia en la Cumbre Líderes por la Educación.
Y.G.: Los títulos del futuro, cómo sobrevivir a las microcredenciales es una ponencia para socializar la tendencia de las microcredenciales. Nosotros la lanzaremos en nuestro website en octubre. En el caso de las universidades colombianas, la mayoría de ellas que tenemos asociadas no sabían qué era una micro credencial, o al menos no conocían el término. Sin embargo, Colombia es un país que, incluso desde lo gubernamental, está trabajando muchísimo en todo el tema digital.
Entonces, de momento la ponencia expondrá una tesis: el cambio de paradigma no se acabó cuando llegó el mundo digital. No es suficiente una plataforma para dar clases, sino que es un movimiento que todavía tiene camino por recorrer. Lo que se puede lograr en internet, y en especial las micro credenciales, hacen parte de esa gran oportunidad que existe ahora mismo de generar una respuesta que nos permita seguir creciendo como sociedad. También, que nos permita el desarrollo de las personas. Es una enorme oportunidad que hay que apoyar y apropiarse de ello, de empoderarnos y liderar este tipo de movimientos desde América Latina.
S.E.: ¿Y cuál es el rol de las universidades en este tipo de procesos y oportunidades que brinda el mundo digital? ¿Ya no se necesita ser profesional?
Y.G.: Si bien el mundo está mutando y algunos sectores del mercado laboral no requieren carrera profesional sino competencias y habilidades, la universidad sigue teniendo un rol muy importante. El aprendizaje y su legitimación con certificados dinamiza la educación y genera una nueva apuesta de la educación terciaria. Pero, la universidad es un espacio para la generación de conocimiento y tiene, ante todo, un rol social. La gente se queda con ideas como “si estudio periodismo (un ejemplo), nada más voy a aprender eso”. Pero la universidad también pone a disposición herramientas que son transversales a las disciplinas.
Es una simbiosis perfecta, un complemento, porque permite que en la universidad las personas enriquezcan su conocimiento, pero que estén al tanto de las exigencias del mundo, unas que piden ser ágiles. Ya no nos podemos permitir diez años estudiando únicamente.
S.E.: ¿Entonces cuál es el desafío frente a la generación de conocimiento?
Y.G.: El conocimiento es una herramienta fundamental. Pero es eso. Es decir, el conocimiento en sí mismo es necesario, aunque no suficiente. El desafío está en hacerlo útil para mejorar la vida. Eso es lo fundamental. El reto es ayudar a la gente a poner eso que sabe en valor. Para que se desarrolle la sociedad en la que se vive. Al fin y al cabo, las competencias incluyen el saber, pero también el saber.
Este será uno de los temas a tratar en la Cumbre Líderes por la Educación 2018, el evento más esperado del sector. Se llevará a cabo en Bogotá el próximo 19 y 20 de septiembre en el centro de convenciones Ágora.
El continente no está aportando suficientes fondos para lograr uno de los Objetivos de Desarrollo Sostenible más ambiciosos. La autora propone nuevas estrategias
África atraviesa una crisis educativa. Pese a las promesas de mejorar el acceso a educación para todos los niños antes de 2030, muchos gobiernos africanos no están financiando suficientemente este ambicioso componente de los Objetivos de Desarrollo Sostenible (ODS) de las Naciones Unidas. Todavía estamos a tiempo de resolver la falta de fondos, pero solo con la adopción decidida de nuevas estrategias de inversión.
Hoy, más o menos la mitad de los jóvenes del mundo, entre ellos unos 400 millones de niñas, no reciben una educación adecuada a los trabajos del futuro. El desafío se agudiza en África: si bien el 75% de las niñas en la región subsahariana empieza la escuela, solo el 8% termina la secundaria. África subsahariana es la única región donde la tasa de inscripción y graduación de las mujeres en educación terciaria todavía es menor a la de los hombres.
Son problemas bien conocidos (aunque no siempre encarados). Pero hay una cuestión menos comprendida: el efecto contradictorio que tendrá el crecimiento futuro de África sobre la disponibilidad de fondos para educación.
Se prevé que en 2030 casi treinta países africanos hayan alcanzado el nivel mediano bajo de ingresos, que el Banco Mundial define como un Producto Interior Bruto (PIB) per cápita de entre 1.026 y 4.035 dólares. Conforme los países se acerquen a este nivel de desarrollo, se necesitarán nuevas inversiones para financiar mejoras sanitarias y educativas, y movilizar la recaudación tributaria local será un elemento central de las estrategias presupuestarias.
SI BIEN EL 75% DE LAS NIÑAS EN LA REGIÓN SUBSAHARIANA EMPIEZA LA ESCUELA, SOLO EL 8% TERMINA LA EDUCACIÓN SECUNDARIA
Pero por ahora, se estima que en la mayoría de los países la recaudación tributaria no será suficiente para cubrir los costos asociados con la mejora de resultados educativos. Existe por tanto el riesgo de que una crisis de financiación educativa anule las esperanzas de obtener un crecimiento veloz sostenido y prosperidad duradera.
Las formas tradicionales de asistencia internacional seguirán teniendo un lugar en el desarrollo del sector educativo de África. Sin embargo, por el aumento previsto del PIB, la mayoría de los países de ingreso mediano bajo perderán el acceso que hoy tienen a ciertas subvenciones y préstamos con tasa de interés baja o nula. Eso llevará a que millones de jóvenes africanos sufran los efectos de una paradoja del desarrollo internacional: países que serán demasiado prósperos para acceder a las mejores opciones de financiación, pero demasiado pobres para satisfacer por sí mismos las necesidades educativas de sus ciudadanos.
Felizmente, la Comisión Internacional para el Financiamiento de Oportunidades Educativas Globales, de la que soy integrante, ayudó a elaborar una solución, llamada Facilidad Financiera Internacional para la Educación. Esta innovadora estrategia busca ayudar a los países de ingreso mediano bajo a generar inversiones más sostenibles en educación (especialmente, en programas destinados a mujeres y niñas).
La idea es usar 2.000 millones de dólares en donaciones como garantía para ofrecer a los países que más lo necesitan unos 10.000 millones en subvenciones y financiación en condiciones favorables para invertir en educación. Con una salvedad: los gobiernos que quieran acceder a estos fondos deben antes demostrar interés en encarar una reforma educativa a largo plazo y capacidad para implementarla.
CADA DÓLAR INVERTIDO EN EDUCACIÓN EN PAÍSES DE INGRESO MEDIANO BAJO AUMENTA CUATRO DÓLARES LOS FUTUROS INGRESOS DE LOS GRADUADOS
Esta estrategia está pensada para aumentar la eficacia de las subvenciones y ayudar a los países a reforzar sus economías mediante la educación de la fuerza laboral. Está comprobado que cada dólar invertido en educación en países de ingreso mediano bajo aumenta cuatro dólares los futuros ingresos de los graduados. Es decir, nuestro objetivo a largo plazo va más allá de construir escuelas o enseñar matemáticas: se trata de crear condiciones para un cambio socioeconómico duradero.
Estrategias de financiación similares ya se probaron con éxito en el sector sanitario. Por ejemplo, el Instrumento Financiero Internacional para la Vacunación, creado para proveer financiación a Gavi (la Alianza para la Vacunación), logró movilizar miles de millones de dólares de financiación nueva para ayudar a vacunar a más de 640 millones de niños y salvar más de nueve millones de vidas. Los resultados económicos también fueron espectaculares: en un estudio que incluyó 73 países se halló que por cada dólar invertido en vacunación se ahorraron 18 en atención médica. El instrumento de financiación educativa del que hablamos puede producir un efecto similar.
Millones de jóvenes en todo el mundo, y en particular las niñas africanas, no consiguen destacarse porque siguen teniendo negado el acceso a educación de calidad. Faltando apenas 12 años para que se cumpla el plazo de los ODS, es hora de poner la crisis educativa africana como primera prioridad de la agenda de desarrollo. Los gobernantes siempre dicen que los niños son nuestro futuro. Si de veras lo creen, deben dar a programas como la Facilidad Financiera Internacional para la Educación la prioridad que merecen.
Centro América/Costa Rica/30 Agosto 2018/Fuente: El país
“No es suficiente que los estudiantes lleguen a las aulas, el reto de Costa Rica es frenar la crisis que afecta la educación, por medio de docentes que sepan entrenar en destrezas y evaluar por competencias”, aseguró el coach internacional Dr. Emilio Torres.
Torres es Embajador español ante el Parlamento Mundial de Educación (PAME) y representante de la herramienta digital Progrentis, quien está en el país capacitando a más de 200 docentes de centros educativos públicos y privados de todo el territorio nacional. La capacitación inició el 28 de agosto en el Centro Nacional de Congresos y Convenciones (CNCC), y concluye este jueves.
“Tenerlos en el aula no es suficiente sino saben qué hacer con lo que aprenden. No se trata de escolarización, sino de aprendizaje”, enfatiza el experto, quien no solo se basa en su vasta experiencia en innovación educativa, sino también en lo que han afirmado diversas autoridades internacionales como el Banco Mundial y la Organización para la Cooperación y el Desarrollo Económico (OCDE).
Así, el Banco Mundial en setiembre 2017, en su Informe sobre el desarrollo mundial 2018: “Aprender para hacer realidad la promesa de la educación”,destacóque “la escolarización sin aprendizaje no es solo una oportunidad desaprovechada, sino también una gran injusticia para los niños y los jóvenes de todo el mundo”.
El Informe agrega que “incluso después de asistir a la escuela durante varios años, millones de niños no saben leer, escribir ni hacer operaciones matemáticas básicas. La crisis del aprendizaje está ampliando las brechas sociales en lugar de cerrarlas”.
A esta realidad, Torres le suma el tema de las competencias (aptitudes), por lo que gracias a su experiencia pedagógica está haciendo reflexionar a docentes de toda América Latina sobre si se está dotando a los estudiantes con un perfil de salida que les permita abrirse camino en la Era Digital.
“Hoy más que nunca los docentes deben preguntarse: ¿mi centro educativo le está proporcionando a los estudiantes las destrezas para ser competentes?, ¿mis alumnos realmente tienen el equipaje que requieren para desenvolverse a la aldea global? Es que no se trata nada más de saber, ser competente implica saber qué hacer, cómo aplicar ese conocimiento a un contexto específico”, enfatiza el especialista.
Él afirma que el reto de los educadores hoy está en dotar a los estudiantes de un paquete más robusto que también incluye habilidades como el trabajo en equipo, el liderazgo, el pensamiento creativo, la resiliencia (capacidad de los seres humanos para adaptarse positivamente a situaciones adversas) y la autonomía; todos rasgos imprescindibles de las futuras generaciones. “Sin eso…no habrá conocimiento que valga”, insiste.
Las competencias claves del siglo XXI, propuestas por la OCDE, son el trabajo en equipo, liderazgo, pensamiento creativo, resiliencia (capacidad de los seres humanos para adaptarse positivamente a situaciones adversas), autonomía, aprender a aprender, conciencia y expresiones culturales, iniciativa y espíritu emprendedor, comunicación lingüística, así como competencias sociales y cívicas, digital, matemáticas y competencias básicas en ciencia y tecnología.
PISA
Por su parte, para el vocero de Mentora, empresa anfitriona de esta capacitación, Octavio Morán, “las pruebas PISA ya evidenciaron que estamos casi 200 puntos por debajo de la media. Sabemos que el modelo está obsoleto, pero por primera vez alguien viene a explicarle a nuestros docentes cómo hacer que estas destrezas se desarrollen en el aula y, más importante aún, cómo evaluarlas. Por eso, la vista del Dr. Torres ha causado tanto interés”.
PISA es el Programa para la Evaluación Internacional de los Estudiantes (Programme for International Student Assessment – PISA) desarrollado por OCDE con el objetivo de conocer el nivel de habilidades lectoras, científicas y matemáticas que han adquirido los estudiantes de entre 15 y 16 años de edad, las cuales son necesarias para vivir plenamente en una sociedad.
“En las aulas debemos tener muy presente que la prueba PISA no evalúa determinado contenido curricular, sino que se enfoca en competencias; es decir, en aprendizajes que integran valores, procedimientos y actitudes que ayudan a desempeñar una tarea específica que responde a una necesidad real. Al mismo tiempo, se identifica la capacidad de los estudiantes para analizar, razonar y comunicar sus ideas y conclusiones de forma efectiva, así como su potencial para seguir aprendiendo el resto de sus vidas”, afirma Torres.
Para él, hay que lograr un salto cualitativo hacia una nueva forma de educación, lo cual puede lograrse, mediante la introducción de herramientas cognitivas como, por ejemplo, un gimnasio para la mente.
Por ello, vino al país además con el objetivo de presentar una herramienta digital que permite evaluar las destrezas del estudiante y conocer qué tan competente es.
“Esta herramienta es una brújula para el docente con la que podrá ayudar a ese estudiante a potenciar sus destrezas débiles y conocer los fuertes. La describen como un “gimnasio para la mente” porque promueve mediante ejercicios y retos el aumento de múltiples destrezas incluidas: la digital, así como vocabulario y fluidez, la capacidad de decodificación, concentración, comprensión literal e inferencial y la retención; pero logra aún más, a potenciar al máximo la capacidad de autoaprendizaje de los estudiantes”, expone Torres.
En Costa Rica, más de 20 mil estudiantes de centros educativos públicos y privados emplean esta herramienta digital denominada Progrentis, que pretende estudiantes altamente competentes y preparados para responder a entornos complejos, sin distingo de si asisten a centros públicos o privados.
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