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“Antes de Navidad podría estar la modificación de la Lomce en la que estamos trabajando”. Entrevista a Isabel Celaá

Entrevista/03 Octubre 2018/Autor: Pablo Gutiérrez del Álamo/Fuente: El diario la Educación

El Ministerio ha dado ya algunos pasos para cambiar la Lomce, aunque todavía tímidos. Espera poder llegar a Navidad con una propuesta de modificación.

Isabel Celaá, ministra de Educación desde hace poco más de 100 días, es una mujer trabajadora y concienzuda. Es clara en sus explicaciones y una gran conocedora del sistema educativo. Hablamos con ella de la situación del profesorado, de sus planes de mejora o de abandono escolar temprano (AET).

Desde el momento en que tomó posesión, dejó claro que haría todos sus esfuerzos para que la educación pública recuperase el peso perdido en algunos territorios. La concertada está preocupada. ¿Tiene motivos?

El ministerio ha de ser garante de la calidad del sistema en su conjunto. Lo que pretendo como ministra es poner las cosas en su sitio. Más que de la concetada podemos hablar de algunas administraciones que, al amparo de la demanda social, se han olvidado de que el derecho fundamental de la persona a ser educada tiene que ser servido por los poderes públicos en primer lugar. Mientras que la concertada es libre de servirlos o no.
En resumidas cuentas, quiere decir que sabemos que el serivicio de la educación se presta en este país por la red pública y la concertada. La mayoría de los centros, de ambas, cumplen con sus objetivos sociales: educar. Pero no podemos obviar el hecho de que ha habido abusos en algunas comunidaded, las menos, en las que mientras no se invertía en la construcción de centros públicos, se llegaba a conceder suelo público y se concertaban centros incluso antes de ser autorizados.
Esto ha hecho que el sistema educativo haya visto reducida su financiación en un 11% desde 2010, mientras que en la OCDE se estaba incrementando el gasto público en educación, que es una inversión, en un 5%. Ahora que estamos viendo el informe Education at a Glance, vemos que el sistema educativo espñaol está por debajo de la media en financiación en relación a la OCDE. Esa reducciíon repercute obviamente en la calidad.

El Ministerio no quiere que la financiación caiga, pero hay un compromiso con Bruselas para que siga haciéndolo…

Le voy a contestar con dos consideraciones. La primera es que la educación no debiera ser un elemento que recortar. Debiera haber un pacto implícito, si no explícito, en cada uno de los países para que la educacion, igual que la ciencia, fueran ámbitos en los que no se pudiera recortar. Porque no solo es que la educación sea el elemento imprescindible para el desarrollo personal, que repercute en la sociedad, sino porque también lo es para la economía; la educación es el motor del crecimiento económico. Este es el discursos que llevamos haciendo muchos años y, sin embargo, no trabajamos de manera coherente. Es decir, incorporar más recursos a la ciencia, a la educación, porque aquel país que no investiga, que no crea conocimiento, no puede generar desarrollo. Vamos a ver si somos consistentes con el discurso. Un país siempre tiene opciones y la educación es uno de los sectores en los que jamas debiera hacer un recorte.
En segundo lugar, observemos la coyuntura. Este Gobierno está peleando. Llevamos de los 100 días muchos, pelando por relajar el objetivo del déficit en 6.000 millones de euros. Que nos permitan un gasto público de 6.000 millones más para acomodarnos a los objetivos del déficit con Europa, que respetamos y aceptamos de buen grado. A Europa esto le parece bien, realista y eso nos permitía respirar con 6.000 millones que iban fundamentalmente a las comunidades autónomas, que son las que hacen políticas de educación y sanidad. Esto nos lo han cortoocircuitado el PP y Ciudadanos por dos vías. Hemos intentado dos itinerarios. El primero era una modificación puntual de la Ley de Estabilidad Presupuestaria: nos lo han echado abajo so pretexto de que no es de lectura única y, por tanto, puede llevarlo ad calendas grecas. Y el segundo, hace unos días. La Mesa del Congreso, desde mi punto de vista, asumiendo un rol más político que técnico que es el que tiene que ejercer, elimnó esa posibilidad de la modificación de la Ley orgánica.

Me gustaría hablar del profesorado. Lo han pasado mal muchos años. El Ministerio ha anunciado la reversión de los recortes pero algunas medidas tendrán que esperar un año. ¿Por qué?

Por una razón muy sencilla, porque afectan a la docencia directa y cuando llegamos al Ministerio ya todos los centros habían hecho sus planificación conforme a la legislación vigente. Todo el curso estaba ya planificado con el horario de docencia del Real Decreto 14/2012. Estas cuestiones hay que enfocarlas bien. No podíamos entrar como elefante en cacharrería destrozando la planificación de los centros y, en segundo lugar, para modificar un real decreto ley necesitamos una ley. Por lo tanto, hemos tenido que hacer un proyecto. Ese borrador se vio en primera lectura hace 15 días en el consejo de ministros y lo veremos en la definitiva y segunda lectura, el primer viernes de octubre, probablemente, porque el día 2 es cuando conseguimos el Informe del Consejo Escolar del Estado. Definitivamente lo pasaremos a la Cámara. No había otra posibilidad, ni tiempo material.

Fotografía: Teresa Rodríguez

Quedan en manos de las comunidades las horas lectivas. Es posible que haya grandes diferencias entre ellas. ¿Por qué el Ministerio deja en manos de las comunidades esta decisión?

El Ministerio cree en el Estado de las autonomías y considera que una competencia de auto-organización, como la de atribuir docencia directa al profesorado, es competencia de la comunidad autónoma. Fue el PP el que en 2012 restó esa competencia. Ahora devolvemos una competencia que tenían desde tiempo inmemorial y que llevó a una práctica: el profesor de secundaria tenía 18 horas de docencia directa (de las 37,5 que tienen los funcionarios) y el de primaria, 21. Nosotros pensamos que una vez que la gran mayoría de las comunidades se pongan a esa atribución horario, para aquella que quede residual, será muy dificil mantenerse en otra. En la Conferencia Sectorial de julio, 12 de las 17 CCAA estaban de acuerdo con la medida y las 5 del PP no, que querían recursos. Que les podrían haber venido por los 6.000 millones, pero ellos mismos se han cerrado la puerta.

Claro, ¿Quién pagaría el cambio de las horas lectivas?

El Ministerio de Hacienda nunca se negó a no mirarlo, estaba en disposición de ayudar a las CCAA que tuvieran problemas. Tampoco hay que hacerlo de la noche a la mañana. Algunas han dibujado itinerarios en el tiempo para poder incorporarse a la medida.

Hace unos días habló de la intención de mejorar las condiciones de trabajo del profesorado. ¿Podría concretar alguna?

La derogación del Real Decreto la hemos tomado en el corto plazo, pero el profesorado necesita una carrera profesional, saber que tiene mirada a largo plazo, que cuando entra a una escuela o instituto no siempre se va a quedar en la misma posición; necesita un horizonte en el cual ser evaluado y que el resultado de la evaluación tenga unos efectos, generalmente económicos pero no solo, en su currículum también, como se hace en la universidad.

El otro día tuve la oportunidad de anunciar la apertura de un Foro Integral para el Profesorado. En España venimos hablando varios años de esta cuestión, pero nadie la ha abordado de frente. La razón es que es complicado porque afecta a muchos momentos de la historia del docente. Si iniciamos desde la cabecera, tenemos su formación inicial. Tenemos que hablar con las universidades para ver qué tenemos qe incorporar a la formación docente, qué no… Las disciplinas cambian, los currícula están cambiando y queremos cambiarlos más para adaptarnos a un mundo globalizado con nuevas necesidades en donde la educación tiene que dar respueta. A continuación, cómo se entra, las oposiciones. Después, el proceso de inducción, de ese profesor en formación en el lugar de trabajo, cómo hacer esas prácticas, qué tutor… eso suponen recursos económicos importantes. Luego está la evaluación, cómo se hace, cada cuánto tiempo, hay que establecer un sistema de grados, estos son remunerados o no… Para todo eso vamos a abrir un foro integral del profesorado, en breve, en donde queremos oír todas esas voces que en un momento determinado han tenido algo que decir. Ahí nos encontramos desde el Estatuto Docente que hizo este Ministerio en 2007, hasta el trabajo de José Antonio Marina, o el que encargó el ministro Ángel Gabilondo, hasta el trabajo que está haciendo la editorial SM. Todas esas cuestiones queremos ponerlas juntas, hablar de ello y queremos hacer una propuesta.

¿Una propuesta de Estatuto?

Una propuesta de carrera docente. Ni siquiera vamos a llamarlo Estatuto. No sé cómo lo vamos a llamar. Si la mayoría quiere hablar de estatuto, lo haremos, si la mayoría decide que es mejor hablar de carrera profesional, pues también lo haremos. El nombre no nos va a importar.

La evaluación de la que hablaba ¿Sería voluntaria?

Sí, sería voluntaria. Yo creo que el profesorado va a querer ser evaluado siempre que el resultado de la evaluación tenga un efecto positivo.

¿Puede haber efectos negativos de una evaluación?

Sería como en la universidad, en donde vas poniendo tus méritos: “He sido profesor tres años, o jefe de estudios o llevo 5 años enseñando tal, he generado grupos de trabajo con…”. Todo eso puede ir a un directorio de méritos. En cualquier caso, si no se quiere ser evaluado, no creo que fuera un inconviente.

Esa evaluación ¿podría tener relación con las notas de los alumnos?

Eso está todo por debatir, no hemos pensado en ese punto específico. Pero lo que si le puedo confirmar es que la formación del profesorado es capital. Y ha habido administraciones que han reducido los recursos en la formación del profesorado estos años. Y es un problema porque el docente tiene que estar en constante actualización, no solo sobre la didáctica o la metodología de su materia sino del resto de corrientes que están impactando en el ámbito escolar.

Fotografía: Teresa Rodríguez

¿Qué puede hacer el Ministerio para que eso cambie?

De facto el Ministerio viene haciendo cosas a ese respecto a través de los programas de cooperación territorial. Tenemos varios, ya cité hace unos días algunos de ellos, como el ProEduca y uno para los docentes de FP para que incorporen buenas prácticas a su ejercicio docente encontrándose, por ejemplo, durante una semana con docentes de otros territorios para intercambiar experiencias.

¿Hablamos de estancias en otros centros?

Sí, de algunos días. Ahí, lógicamente la CCAA tiene que pagarles el viaje, más allá de que nosotros, a través de los programas, inyectamos dinero finalista para ese proyecto.

¿Qué ha pasado con las oposiciones este año? Por fin vemos convocatorias generosas y quedan finalmente centenares de plazas desiertas. ¿Corremos el riesgo de no llegar al 8% de interinidad?

Esta preocupación es de la ministra. Llevamos años diciendo que la cifra razonable para la interinidad serían como el 8% en la docencia. Curiosamente con los recortes nos hemos ido al 30% en muchos casos. Ahora resulta que se pactó con mi antecesor una modalidad de oposiciones en las que la primera prueba era eliminatoria. No sabemos hasta qué punto ha repercutido esto. Y faltan tres años de la misma modalidad. El Grupo Socialista defenció que no fuera eliminatoria, que las dos pruebas fueran juntas, y luego se viera todo el baremos de méritos.

¿Habrá cambios en el modelo?

Vamos a ver cuál es la posibilidad, a ver si tenemos capacidad porque es un acuerdo cada 4 años.

Abandono escolar temprano. Una gran piedra en el camino. Preocupa que la mejora de los indicadores económicos se traduzca en un aumento del AET.

Eso es lo que yo siempre recuerdo. La apertura del mercado tiene el riesgo de llevarnos la mismo sitio. Puestos fáciles y que quienes abandonen después estén rodando como una piedra de un puesto a otro, con un trabajo precario. Esto es lo que queremos evitar. He hablado con empresarios para que sean cómplices, para que traten de no contratar a personas no tituladas por educación o que, incluso, no tengan certificaciones profesionales.

Aquí la FP es clave. Estamos, en relación a los estándares europeos, en la mita de alumnos matriculados. Esto no es más que por un prejuicio atávico que arrastramos de que la formación profesional es una línea de segunda cuando, en realidad, lo que nos está demandando Europa son formaciones de grado medio, ahí es donde estamos peor, más desproporcionadamente situados. Tenemos que trabajar mucho en la FP e grado medio. Y en la Dual, claro.

¿En qué sentido hay que trabajar mucho?

Porque a la FP de grado medio acuden quienes salen de la formación profesional básica, y esta ha venido a ser un programa de bajo valor educativo. Con lo cual, lo que genera es que entren personas desmotivadas. Por eso hay que darle un impulso importante en términos de, no solo de razón, sino de emoción, para que los niños, los jóvenes que entran sepan que se están jugando su porvenir y que han de saber qué quieren ser y, después, darles un tratamiento diversificado y acorde con sus habilidades.

La FP de grado medio ha de tener una impronta de que está enfocada a desarrollar carreras personales de éxito. Y para ello no solo habrá que hacer modificaciones normativas, que también, nuestro interés es hacer una ley de formación profesional. A corto plazo, camios normativos que nos permitan eliminar la burocracia de la FP para impulsar la flexibilidad. No se sostiene que, desde que identificamos una cualificación profesional hasta que va a la escuela convertida en un contenido formativo o un título pasen tres años. No puede ser. Por eso queremos meter a los agentes sociales, sindicatos y patronal, dentro de todo el proceso. Desde la identificación de la cualificación, la definición del contenido formativo y hasta la evaluación del alumno con un informe de la empresa. Siempre dirigido por el tutor del centro educativo.

Y es una exigencia importante que los empresarios de este país tomen conciencia del asunto y digan: la formación que se da en la empresa es de calidad, este alumno no viene a atender la puerta… Necesitamos la complicidad del sector social, estamos viviendo de espaldas. Los empresarios diciendo que el sistema no da la titulación que necesitan y, por lo tanto, tenemos puestos de trabajo pero no los perfiles formados. Y en educación decimos que la empresa no hace lo que tiene que hacer. Esto hay que cambiarlo. Ya sabemos que no tenemos el tejido empresarial de Alemania, es distinto, pero con nuestro tejido empresarial se pueden hacer muchísimas más cosas de las que estamos haciendo.

Democracia en los centros, otro de los temas que usted ha nombrado…

La participación en los centros también son recortes. La Lomce no solo ha sido una ley para hacer recortes educativos, también ha sido una ley muy ideológica. Una de las cosas que se recortaron fue la participación en los centros. Cambiar los consejos escolares, de ser órganos de co-gobierno de la comunidad educativa en su conjunto, cada una con su peso, a ser órganos de mera consulta o asesoramiento… eso es un cambio. También lo es que se haya restado peso a la comunidad educativa para la elección de las direcciones, es otro asunto que, en esta modificación de la Lomce en la que estamos trabajando ya, vamos a cambiar.

¿Para cuándo llegará?

Nuestro intento, si todo fuera bien, es que llegara a Consejo de Ministros antes de Navidad. La modificación que vamos a hacer es urgente. De aquellos aspectos más vulneradores del principio de igualdad y que han torpedeado al alumnado más débil. Como siempre digo, la educación de la élite nunca fue un problema. Pero claro, un gobierno democrático y responsable lo que tiene que procurar es que los más vulnerables lleguen a desarrollar el máximo sus potencialidades, sin que nadie se quede atrás. Sin olvidar la excelencia, por supuesto, pero es más difícil trabajar justo en el índice del AET.

Panorama de la educación nos dice que el 55% de la sociedad española de padres sin formación está sin formación. Esto es preocupante. La escuela está reproduciendo desigualdades y no las corrige en un 55%. Cambiar esto significa que no solo vale con el discurso, luego hay que poner medios. Trabajar en esto supone tocar 10 o 12 cosas importantes.

¿Algún plan para la educación infantil?

Estamos valorando cuánto podría costar la universalización. He pedido la valoración nada más llegar al Ministerio.

¿Hay una cierta sensación de urgencia? Hay muchas cosas que hacer y mucha incertidumbre en el horizonte…

Hay una sensación de urgencia porque cuando llegamos no había mucha actividad en el Ministerio. Había cierta tranquilidad, una idea de que las cosas iban razonablemente bien y no había problemas. En cuanto hemos empezado en el Ministerio, hemos visto la cantidad de cosas que hay pendientes. Que un país en 2018 todavía tenga que el 30% del alumnado no llega a la postobligatoria, por ejemplo, o que tengamos un porcentajje de NINI que es alrededor del doble de la UE, me parece que tendría que tener la luz roja encendida.

Probablemente la urgencia la ve más en mí, que no soy una persona tranquila, alguien que dice que las cosas se irán haciendo poco a poco, no. Normalmente estoy mirando tres papeles al mismo tiempo…

Fuente: http://eldiariodelaeducacion.com/blog/2018/10/01/antes-de-navidad-podria-estar-la-modificacion-de-la-lomce-en-la-que-estamos-trabajando/

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La educación digital: un motor para el desarrollo de Colombia

América del sur/Colombia/03 octubre 2018/Fuente: Semana

La Fundación Telefónica Colombia, de Telefónica Movistar, ha venido apostándole al trabajo en este campo, a través del cual beneficia, anualmente, a más de 500 mil colombianos.

La revolución digital es un fenómeno sin precedentes. César Alierta, Presidente Global de Fundación Telefónica, se ha referido a esta, como “una revolución más importante que la industrial, representativa de una oportunidad impresionante de crecimiento”.

La educación es uno de los campos que están cambiando de forma exponencial, tras la llegada del internet y las nuevas tecnologías. Fabián Hernández, Presidente CEO de Telefónica Colombia, ha asegurado que la educación “debe ser digital”, y que los docentes tienen el reto de “convertirse en promotores de cambio, innovación en sus aulas, y acompañantes de los procesos de aprendizaje de sus estudiantes”.

Respecto al estudiante, la era digital ha conllevado la necesidad de que los contenidos educativos estén enfocados en potenciar las Competencias del Siglo XXI (creatividad, innovación, pensamiento crítico, resolución de problemas, trabajo en equipo, alfabetización digital, comunicación asertiva) ya que estas serán fundamentales para que los niños, niñas y jóvenes, sean capaces de afrontar los retos laborales, del presente y el futuro.

Fundación Telefónica Colombia, entidad que canaliza la acción social de Movistar en el país desde hace más de diez años, le apuesta a esta transformación. Actualmente, se enfocan en la educación digital, a través de proyectos sociales y educativos, adaptados a los retos del mundo digital.

Los tres pilares en los que basan su intervención son: beneficiar a toda la comunidad educativa (docentes, niños, niñas, jóvenes y padres de familia), multiplicar beneficiarios cada año, e intervenir en población vulnerable, víctimas del conflicto. Bajo este esquema, benefició, en 2017, a 571.380 colombianos, a través de las líneas estratégicas que implementa en el país:

Educación digital

La Fundación Telefónica busca detectar y analizar nuevas tendencias educativas, experimentar con ellas, comprender y dar a conocer sus implicaciones en los procesos pedagógicos y aplicarlas en los sectores sociales más vulnerables.

Los proyectos que implementan son: ProFuturo, que impulsa el acceso a la educación digital de docentes y estudiantes, provenientes de población vulnerable; Aulas en Paz 2.0, que se enfoca en prevenir la violencia, a través del desarrollo de las competencias socioemocionales en docentes y estudiantes; Piensa en Grande, que ofrece herramientas para impulsar el emprendimiento social en jóvenes de 14 a 26 años y Escuela TIC Familia, que contribuye al cierre de la brecha digital generacional entre padres e hijos, permitiéndoles comprender los riesgos y oportunidades de internet.

Actualmente, la Fundación está presente en 125 de los municipios del país con sus proyectos de educación, de los cuales el 70 de ellos, son territorios declarados como Zonas de Estabilización del Conflicto Armado.

Empleabilidad

El 65% de los niños que empezaron la escuela primaria dedicarán su carrera profesional a trabajos que todavía no existen. Con el propósito de adelantarse a este escenario, Fundación Telefónica le apuesta a generar oportunidades para los jóvenes, con el fin de que estén mejor preparados para afrontar su futuro personal y profesional.

Además, los acerca a la nueva realidad del mercado laboral, llamada “Nueva empleabilidad”, es decir, las profesiones del sector tecnológico que se están definiendo en el presente, y que tendrán más demanda en el futuro. Entre ellas, expertos en ciberseguridad, Big Data, desarrolladores de videojuegos, apps móviles, webs

Con las iniciativas de Fundación Telefónica, muchas han sido las instituciones educativas, comunidades, territorios y centros de formación que han visitado, contribuyendo a mejorar la calidad de vida de cientos de miles de individuos.

Una superheroína en el Río Naya

Yonny Patricia Díaz es una docente del Pacífico que para educar a sus alumnos ha tenido que adaptarse a las condiciones del Río Naya. Foto: archivo Semana Educación.

En el pacífico colombiano, se ancla el Río Naya. En este lugar, de difícil acceso, vive Yonny Patricia Díaz Mosquera, docente de la Institución Educativa Raúl Orejuela de San Pedro, Buenaventura.

Esta docente se levanta cada día muy temprano y toma una lancha, como medio de transporte, para llegar hasta su institución: “vivir en el Río Naya es adaptarse a las condiciones del contexto, acostumbrarse a vivir sin energía. Es acostumbrarse a dormir en una casa de madera, donde se pueden meter culebras, sapos, o donde se puede levantar el río en cualquier momento”, cuenta.

“Es madrugar todos los días a caminar una playa, para ir a coger una lancha y llegar a la escuela. A los estudiantes también les toca la misma rutina, desde el Cauca, hasta San Pedro; porque allá solo hay una escuela, pero que apenas llega hasta 9° grado. Todos los días nos toca hacer este recorrido, luchar contra la falta de combustible y cuidar la lancha y el motor para llegar con ellos al colegio”, agrega la educadora.

“La idea es que mis estudiantes, a través de los proyectos de articulación entre el SENA de Buga y los desarrollados por ellos, salgan y continúen trabajándolo desde su casa, es decir, si no tienen recursos para estudiar, la idea es que, desde sus casas, puedan trabajar y vivir de eso”.

La importancia de un profesor innovador

Uno de los roles del proyecto ProFuturo, de Fundación Telefónica y Fundación La Caixa, es formar docentes innovadores que sean capaces de aumentar el interés del estudiante, por medio de metodologías de enseñanza, alejadas de los modelos de educación tradicional y basadas en las nuevas tecnologías.

“Cuando hay un profesor que motiva, que innova, el estudiante siempre estará allí, presto a escuchar y atender al docente. ProFuturo me ha enseñado a ser una docente innovadora, a trabajar cooperativamente en grupo con los mismos estudiantes, a aprender de ellos y ellos a aprender de mí” enfatizó Yonny Patricia.

Desde su arribo al país en 2017, la solución educativa ha logrado llegar, con formación y gestión de aula, a 271 instituciones educativas, formado a 13.800 docentes y beneficiado a 319 mil niños y niñas. En definitiva, el gran objetivo de Fundación Telefónica, es contribuir a que Colombia esté dentro de los países con los índices más altos y favorables en educación, para el año 2025.

Fuente: https://www.semana.com/educacion/articulo/la-educacion-digital-un-motor-para-el-desarrollo-de-colombia/585336

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Los grandes desafíos en Educación

Por: Elías Jaua Milano

Inició el año escolar en nuestra Patria. Venezuela es hoy uno de los pocos países del mundo que cuenta con un extendido sistema de educación pública de acceso universal y gratuito, desde la educación inicial hasta la universitaria. Una conquista del pueblo venezolano consagrada, como derecho humano, en la Constitución de la República Bolivariana de Venezuela que debemos valorar en su justa dimensión, en un contexto mundial donde la tendencia es a la privatización de este derecho.

El sistema financiero global, ávido de dinero para tapar los agujeros de la burbuja financiera que ha creado, ha puesto su mira en la educación, así como lo hizo con los inmuebles de millones de familias en la primera década de este siglo, para hipotecar mediante créditos estudiantiles a centenares de millones de jóvenes estudiantes en el mundo. En Venezuela eso no será posible, mientras haya Constitución Bolivariana.

La juventud venezolana cuenta con educación pública y gratuita, que cada día tiene que ser de mayor calidad, como garantía de capacitación, de formación para su porvenir. Son muchas las cosas que hay que perfeccionar e innovar en materia de acceso pleno a la educación, infraestructura, servicios de alimentación, acceso a las tecnologías de información, entre otras.

Pero más allá de estos temas, en el cual los gobiernos bolivarianos de nuestro Comandante Chávez y del Presidente Nicolás Maduro han hecho extraordinarios esfuerzos de inversión. Quisiera en este artículo puntualizar tres desafíos que como sociedad tenemos en materia educativa.

En primer lugar, debemos comprender y valorar el rol fundamental del educador, de la educadora, en especial del Maestro y la Maestra de educación inicial y primaria. Durante mi gestión como Ministro de Educación, tomé plena conciencia de que no se debe escatimar esfuerzos y recursos en garantizar las máximas condiciones laborales y sociales, en brindar todas las condiciones necesarias para la formación y toda la dedicación que haga falta para la transformación educativa al hombre, a la mujer que, dotado de una metodología para el proceso de aprendizaje, se presenta frente a 30 o más niños, niñas y jóvenes, la mayoría de los días del año.

La inmensa mayoría de nuestros educadores y educadoras, posee una vocación y una mística que debemos acompañar. No es cierto que el magisterio venezolano sea contrarrevolucionario, el educador y la educadora venezolana tienen un pensamiento y un accionar crítico, que con compresión amorosa puede ser canalizado para un gran cambio cultural en nuestro país. Yo, hoy, me siento más orgulloso de los maestros y las maestras de mi Patria.

El segundo gran desafío es avanzar definitivamente hacia una educación para la liberación, para la definitiva descolonización de la sociedad. Nunca más, en un libro escolar, la imagen de un indio arrodillado ante el invasor.

De nuestro sistema educativo debe egresar, generación, tras generación, un joven, una joven con identidad con nuestra historia de resistencia y lucha por la libertad; con reconocimiento y respeto por nuestra diversidad étnica cultural; con conciencia de clase; con capacidad de rebelarse frente a lo injusto, frente a la exclusión; con vocación para construir una sociedad amante de la paz, de la diversidad, de la igualdad social, donde el éxito individual, sí, el éxito individual, sea parte y sume a la prosperidad colectiva de todo el pueblo.

En tercer lugar, si queremos de verdad diversificar nuestra economía y superar la cultura rentística petrolera, hablo de cultura porque considero que la economía nacional tendrá siempre base en la renta petrolera y minera, dado los inmensos yacimientos de hidrocarburos y materiales preciosos y estratégicos sobre los cuales tenemos que preservar nuestra soberanía nacional, debemos comenzar por educar a una generación en una nueva cultura de la honestidad, del trabajo productivo, de la innovación científico tecnológica.

En tal sentido considero inaplazable iniciar un proceso, que debe ser paulatino, de incorporación de la formación técnico productiva, no sólo en las valiosas Escuelas Técnicas con las que contamos, sino a lo largo de todos los niveles y modalidades de nuestro sistema educativo. En cada Escuela, en cada Liceo se debe educar para la producción de alimentos, para el mantenimiento y la reparación (mecánica, carpintería, plomería, herrería, etc.); para la producción de contenidos informáticos, para las telecomunicaciones, para la robótica, en general para el trabajo no alienado, para el trabajo liberado y liberador.

El programa Todas las Manos a la Siembra, que ha llenado de conucos escolares nuestras escuelas, idea de nuestro Comandante Chávez inspirado en el Maestro Simón Rodríguez, impulsado con decisión por el Presidente Maduro y hecho realidad con la constancia y método del Profesor Carlos Lanz y de centenares de miles educadores, educadoras, estudiantes, cocineras, obreros y obreras, padres y madres, es el preludio de lo que tenemos que hacer en todas las áreas del saber hacer.

Superar estos tres grandes desafíos, que me atrevo a identificar, será la clave para despejar el camino hacia un buen porvenir, para sentar las bases de una sociedad democrática, educada, honesta, innovadora, productiva que conviva en paz a partir del reconocimiento de nuestra diversidad. Ya se visualiza en el horizonte. Será el sueño de nuestro Padre Bolívar realizado. Rumbo al 2030.

Fuente: https://www.aporrea.org/educacion/a269629.html

 

 

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Arte en la escuela: cuando lo importante es el proceso

Por: Pablo Gutiérrez del Álamo

Desde hace años, la entrada del arte en los centros educativos es algo cotidiano. No solo es que las y los docentes de las materias relacionadas hagan más trabajo. No es que las visitas pedagógicas a museos de toda índole no tengan cada vez más peso. Hablamos de otras formas de acercarse al arte, más directas, más participadas y cooperativas.

Podemos señalar a uno de los proyectos con más solera e importancia, LÓVA, de escritura y representación de una ópera por parte del alumnado de un centro. Un proceso que dura un curso entero y que mueve y remueve muchos cimientos sólidos.

O hablamos de coros u orquestas de niñas y niños en barrios en los que las condiciones de vida no son las óptimas. O de la escritura, producción (rodaje incluido) y exhibición de cortos por parte de cursos completos, apoyados ni más ni menos que por cineastas durante todo el proceso.

Y hablando de toda esa heterogeneidad de propuestas, en las que puede haber artistas residentes o no. Que pueden ser de diferentes disciplinas artísticas, resulta interesante hablar con las maestras y los maestros que se han visto envueltos o han alentado, algunos de estos procesos.

Y lo es porque sus respuestas, todas diferentes, tienen una melodía muy parecida, al menos, en el espíritu de lo que se dice.

La mejora de los aprendizajes, tanto instrumentales como no; el aumento del pensamiento crítico, la creatividad y la flexibilidad a la hora de encontrar soluciones a los problemas que surgen. Hablar en público, exponer objetos, procesos e intenciones. Compartir trabajo en equipo desde edades tempranas hasta el Bachillerato.

He aquí algunas de las coincidencias más habituales cuando hablas con estos profesionales de la educación. Hay otras relacionadas, no tanto con el alumnado, como con el resto de los adultos que les rodean. Cuando el profesorado de otras áreas no artísticas ve el potencial que tiene la participación en el proyecto para su materia. Y, por supuesto, también las familias se convierten en muchos momentos en personajes protagónicos, en otras, colaboradores necesarios.

Aunque no todo es fiesta y alegría. Un proyecto artístico es una cosa muy seria que necesita de una buena planificación. Sobre todo cuando en él van a participar, de una manera colaborativa, decenas de personas.
Hacer arte, con una artista en una residencia de meses o, incluso, un par de años, es algo complicado que necesita de planificación y, sobre todo, de una cintura flexible para resistir cambios de última hora venidos desde cualquier dirección.

Rodaje del proyecto Cine en Curso en Madrid. Fotografía: P.G.A.

Pero… ¿para qué es el arte?

El arte es una fuente de conocimiento, que nos acerca a la cultura en la que estamos. Imprescindible para seguir creando cultura.

Es una herramienta, una forma de mirar, una obligación de salir del libro de texto y devanarse un poco los sesos para encajar los contenidos de Matemáticas dentro del proyecto de un cancionero popular que están elaborando niñas y niños de primaria.

El arte es una forma de conocer y reconocer el mundo y un artefacto con el que hacer palanca allá donde ponemos la mirada, para obligar a la vista a fijarse en algo más allá de lo evidente.

“El arte nos aporta a todos, alumnado, familias y profesorado: criterio estético, emoción, sensibilidad, conocimiento y la posibilidad de mirar el mundo desde otro lugar”, dice Fanny Figueras, profesora en el Instituto Moisès Broggi, de Barcelona.

También puede ser que un proyecto artístico sea más de lo que se esperaba y se convierta en algo así como un bálsamo reparador para una comunidad educativa que ha tenido que emigrar entera por culpa de unas obras.

Es lo que les pasó en el CEIP Emilia Pardo Bazán, del céntrico barrio de Lavapiés en Madrid. El curso pasado pusieron en marcha un proyecto para que el alumnado elaborase un cancionero popular, precisamente el año en el que el cole cerró por obras y fueron acogidos en otro colegio cercano.

“Nos ha servido como algo casi sanador”, dice Rafael Sánchez, maestro de música e impulsor del proyecto. Un proyecto que se ha materializado en la publicación de un cancionero popular creado por el alumnado en el que se ha intentado trasladar la realidad cotidiana de un barrio multicultural (cada vez más preocupado por procesos de gentrificación y turistificación).

Crea, además, ocasiones para otros aprendizajes más allá de los curriculares (estos dependen finalmente del trabajo de encaje que se haga desde el claustro). Aprendizajes, como comenta Ana Pérez, maestra del CEIP San José Obrero de Sevilla, que se relacionan con la “flexibilidad de pensamiento”, además de que “potencia todas esas capacidades que permiten a los niños y niñas conocer su entorno, otras culturas y desarrollar las capacidades de expresión, creación y comunicación”.

Como cualquier proceso en el que no solo se cuente con un docente y un grupo clase, y necesite, además de un artista, de parte de la comunidad educativa, principalmente las familias, se ponen en juego también las capacidades de todas esas personas adultas para ponerse de acuerdo e ir conformando el propio proyecto.

¿Y los artistas?

Sin duda, la utilización del arte es un ejercicio de flexibilización de las miradas y los haceres. También para quienes llevan las metodologías artísticas a las aulas.

Rubén Alonso es uno de los responsables principales del proyecto Antropoloops. Consiste en la recopilación de músicas tradicionales del mundo que son remezcladas junto a otras piezas para formar una obra nueva y diferente.

Puede ser una percusión africana la que dé base a voces siberianas y guitarras country. Las combinaciones siempre son enriquecedoras.

Este concepto, además de la difusión de cultura e información sobre expresiones musicales tradicionales diferentes, es el que trasladaron al San José Obrero, marcado por un contexto desfavorecido con una gran carga de alumnado migrante. Entre otras cosas, el alumnado de 5º de primaria elaboró historias de vida a base de músicas con valor simbólico para sus familias, así como con fotos y objetos que acabaron conformando un collage sentimental.

Según Alonso, la acogida que recibieron del centro fue muy buena. Y aunque tenían algunas reticencias por sentir que estaba invadiendo parcelas de la vida de estos niños y niñas, “por la lógica del centro y el trabajo de los docentes y por cómo lo hemos hecho, ha sido todo lo contrario”. En el colegio está tan integrada la diferencia que hablar de los orígenes de cada cual es algo normal. Además, cree Rubén Alonso, este proyecto ha servido también para “dar espacio para aflorar esa identidad que está en conflicto”, en el sentido de ser jóvenes de origen migrante (aunque sea de segunda generación) que han de “adaptarse” a un entorno diferente.

Meterse a los niños y niñas, a los jóvenes, en el bolsillo con proyectos artísticos en los que se sienten escuchados, impelidos, en los que pueden mostrar quiénes son, qué quieren o qué les interesa, parece algo sencillo. Y a pesar de que suponga esfuerzos, lo es. Dar voz al alumnado dentro del aula es un paso importante para la mejora de las relaciones entre la comunidad educativa, además de hacerle sentir parte del proceso, valorando sus aportaciones y esfuerzo. Por no hablar de los conocimientos que adquieren, sean o no curriculares, les ayuden a encontrar un trabajo en el futuro o les ayude a conocerse y conocer el mundo.

Organizar bien qué se quiere y cómo se conseguirá es clave para desarrollar cualquier proyecto Fotografía: ZEMOS 98

Y el resto, ¿qué dice?

Los proyectos no solo los hace el alumnado. También están ahí el resto del claustro, más allá del profe de música o la de Plástica.

Involucrar a docentes de otras materias es una de esas dificultades que, o bien puedes solventar rápido por crear una cierta afinidad (caso este del profesor de Educación Física del San José Obrero, que se subió al carro lo antes que pudo), o puede ser que lleve algo más de tiempo, y sea necesario que las y los compañeros comiencen a ver los resultados para que vean la utilidad y la posibilidad que se abre ante ellos.

“El arte nos conecta con el mundo, y en el mundo real los campos de conocimiento establecen conexiones: las ciencias, las matemáticas, la literatura, la lengua, la danza, el cine,…”, explica Fanny Figueras.

“En los proyectos del Broggi, comenta Figueras, participan de 3 a 4 áreas de conocimiento, por ejemplo: en 1º de la ESO (Lengua catalana, Ciencias sociales y Visual y Plástica). Son tres profesores en el aula con 60 alumnos con un centro de interés común: ‘Quién soy, cómo somos. Dónde vivo’ (La identidad, el contexto)”.

Dificultades

Implementar cualquier proyecto que pase por cambiar tus métodos, que otras personas entren en tu aula, en el que contar con la voluntad e intereses de tu alumnado, de sus familias y de algún o alguna artista, no es fácil.

Cuadrar intereses, necesidades, exigencias curriculares o adaptar las expectativas a una realidad más compleja de lo que se mostraba, siempre supone dificultades, pero también puntos de aprendizaje. Para todo el grupo.

Es posible que acabe imponiendo novedades en el claustro y en sus metodologías. Es posible que este cambio sea previo y ayude al aterrizaje de arte en la escuela.

“Como experiencia docente, dice Ana García, creo que la integración de proyectos artísticos en la dinámica de trabajo de un centro educativo mejora sin duda la motivación de los alumnos hacia su aprendizaje; el factor de motivación es muy fuerte, puesto que el alumnado siente que no está trabajando de la misma manera que hace en otros momentos”.

Vencidos o, al menos, reducidos los obstáculos para convencer a profesorado, familias y alumnado de poner en marcha un proyecto artístico, todavía quedan dificultades y reticencias que ir limando.

Una de las principales es que parte de estos proyectos están financiados de manera privada por fundaciones o asociaciones. En sí mismo no es un problema, pero sí lo es cuando el dinero del proyecto se termina equis meses después de comenzar.

También hay problemas no esperados. Para la gente de Antropoloops, una de las mayores dificultades radica en que hace uso de una tecnología compleja, tanto para implementar como para gestionar. Ahora, según relatan Rubén Alonso y Nuria García (otra de las integrantes del grupo), la obsesión que tienen es la simplificación de su propuesta para que, al final de este curso, puedan disponer de una herramienta que los docentes utilicen sin necesidad de que nadie del colectivo esté. Así se aseguran de que el proyecto no muera con su salida del colegio y, además, pueda replicarse en cualquier otro.

Los plazos de los proyectos también son un escollo que necesita de cierta reflexión, tanto por parte de los centros, de quienes diseñan e implementan los proyectos, así como de quien los financia.

Fotografía: ZEMOS 98

Los hay cortos, que en un curso se solventan, como el del cancionero del Emilia Pardo Bazán (aunque para este curso ya se está preparando una nueva edición). Pero el de Antropoloops, viendo su experiencia, ha necesitado (y necesitará) de tres cursos para estar listo para ser replicado. En el primero de los años (el curso pasado) se hizo la prueba y se implementó. En este segundo está previsto hacer un trabajo más profundo junto al profesorado para afianzar las partes que funcionan y mejorar las que no lo han hecho tan bien. El tercero sería ya el de un proyecto pulido que puede ser replicado en otros centros educativos sin la necesidad de intermediarios.

No son pocos los procesos artísticos (muchos, por ejemplo, relacionados con música o con cine) que se vienen desarrollando desde hace años por todo el país. A pesar de las dificultades, quienes han probado desde un claustro, el acercamiento de estas disciplinas a su quehacer diario aseguran que, una vez solventadas las dificultades, merece la pena cómo cambia la actitud del alumnado hacia el aprendizaje, sea o no curricular. También mejora las relaciones entre las personas de la comunidad educativa. Enriquece, en cualquier caso, la mirada que la escuela hace de la realidad que tiene a su alrededor.

“Es una forma de re-ilusionarte, de re-emocionarte”, dice Rafael, desde Madrid. El arte en la escuela es un “momento de cambio, que es lo mejor que te puede pasar”. “Cambias tus rutinas. Metes a alguien en el aula que te desplaza. El objeto es lo de menos. Lo de más, es la sorpresa, entre la de los niños y del maestro”.

Fuente: http://eldiariodelaeducacion.com/arteyeducacion/2018/09/12/arte-en-la-escuela-cuando-lo-importante-es-el-proceso/

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Educación: el controvertido modelo de «línea dura» que tiene a Singapur en lo más alto del ranking mundial

Asia/Singapur/28 Septiembre 2018/Fuente: BBC mundo

Criança e mãe em Singapura, líder em ranking de educaçãoDerechos de autor de la imagenGETTY IMAGES
Image captionSingapur ocupa el primer lugar en el ranking de la prueba Pisa, que evalúa los conocimientos de alumnos de 75 países en ciencias, matemática y comprensión lectora.

La agenda semanal de Jack está completamente llena y seguirá así por todo el mes.

El lunes, su despertador suena a las seis de la mañana.

A las 7:30 am, el niño de 12 años ya está resolviendo problemas de matemáticas.

Los martes, después de las clases de mandarín, tiene tiempo para una siesta cronometrada de 45 minutos.

Otro de sus momentos libres es el viernes, entre 16:50 y 17:15.

Incluso el sábado, Jack tiene tareas y clases de ciencias, matemáticas, mandarín e inglés, pero ese es el día menos ocupado de todos y en el que se puede relajar por cerca de dos horas.

El domingo, la jornada se reanuda y, como todos los días, se extiende hasta las nueva de la noche, cuando se va a dormir.

Dura preparación

La rutina de Jack y otros miles de alumnos como él es parte de la preparación para el examen final de la primaria en Singapur, ciudad-estado habitada por poco más de 5,8 millones de personas.

Edificios de Singapur.Derechos de autor de la imagenGETTY IMAGES
Image captionEl sueldo promedio de los profesores varía entre US$1.600 y US$3.500.

«En general, no se queja porque su cronograma no es tan intenso como el de otros», dice la madre de Jack, una trabajadora bancaria de 42 años llamada Sheryl Iow.

«Siempre que hablo con otros padres, siento que tengo que comprar aún más libros de pruebas para mi hijo», afirma.

Singapur tiene uno de los sistemas educativos más admirados del mundo.

Encabeza la lista de resultados de la influyente prueba PISA, aplicada por la OCDE (Organización para la Cooperación y el Desarrollo Económico) en 75 países para evaluar el desempeño de los estudiantes en ciencias, matemática y lectura.

El buen desempeño del país se debe a varios factores, como el tener una burocracia gubernamental formada en las mejores universidades del mundo, con una misión bien definida: transformar Singapur, excolonia británica, en uno de los países más ricos, desarrollados y educados del mundo.

Bien pagados

Otra pieza del éxito de Singapur es la alta calificación de los profesores, según Clive Dimmock, de la Universidad de Glasgow, en Reino Unido, invitado a Singapur por el Instituto Nacional de Educación (NIE, por sus siglas en inglés) de ese país para guiar un programa de liderazgo.

Salón de clases.Derechos de autor de la imagenGETTY IMAGES
Image captionLas clases de los alumnos no terminan al dejar las aulas, sino que estos reciben lecciones privadas en sus casas.

Los salarios en el sector educativo de Singapur equivalentes a los de los rubros industrial y bancario, y atraen a los mejores alumnos recién graduados en las universidades.

El sueldo promedio inicial varía entre 1.600 dólares de Singapur y 3.000 (US$1.800-US$3.300). Además, los maestros reciben bonos por desempeño en el aula y pagos por trabajar horas extra.

Cada profesor debe participar en al menos 100 horas de actividades adicionales de formación.

Alrededor del 20% del presupuesto total del estado se destina a la educación.

«No se ahorra en las instalaciones de preparación, así que tienen tecnología, laboratorios y excelentes libros», afirma Dimmock.

Pasado de pobreza y analfabetismo

Pero antes de ser una potencia económica y educativa, Singapur estaba entre los países más pobres de Asia.

Edificios de Singapur.Derechos de autor de la imagenGETTY IMAGES
Image captionPara los investigadores, las clases particulares de refuerzo son uno de los motivos del éxito educativo de Singapur.

En 1965, cuando Singapur se independizó, sólo la élite tenía acceso a la educación.

Para levantarse,lo que el país podía hacer era invertir en su población, su único «recurso natural».

Ahora tiene un gobierno autoritario que limita las libertades individuales y de prensa, y un sistema en el que la obediencia es una garantía de seguridad social y bienestar, y un elemento central en el engranaje de la educación del país.

Escuelas de élite

La sensación de siempre estar perdiendo algo —llamada kiasu— forma parte de la psique de la población.

Niño asiático recibiendo clases.Derechos de autor de la imagenGETTY IMAGES
Image captionLos niños en Singapur están en competencia desde la primaria.

Para la exprofesora Dawn Fung, «la vida es muy difícil para los niños cuya familia tiene terror de que estos fracasen o no alcancen buenas notas», afirma.

Cuanto mejor es el desempeño de los niños en las escuelas, mayores son sus posibilidades de conseguir una vacante en una «escuela de élite» y luego en una buena universidad.

Para alcanzar estos objetivos, los niños se preparan desde pequeños para pasar el examen de final de la primaria (PSLE, por sus siglas en inglés), que ​​determina en qué tipo de escuela los alumnos cursarán la secundaria.

«Esa carrera empieza a los dos años de edad», afirma Fung.

Es por esta razón que la mayoría de los niños de Singapur reciben clases particulares.

Niña estudiando rodeada de hojasDerechos de autor de la imagenGETTY IMAGES
Image captionLas tareas para casa son una parte común de la agenda educativa de los niños de Singapur.

Sheryl Iow, madre de Jack, paga más de 1.000 dólares de Singapur al mes en clases particulares para su hijo.

La industria de la enseñanza privada extracurricular es bastante lucrativa. De acuerdo con un reportaje del periódico local StraitTimes, llega a mover 1.000 millones de dólares de Singapur al año.

«Algunos padres gastan cientos o miles de dólares cada mes, aunque saben que las clases puede no elevar significativamente las notas de los hijos», dice el artículo.

Por el contrario, Clive Dimmock reconoce que las clases particulares son un motor importante para que los hijos salgan mejor en los exámenes de la escuela.

Sin embargo, a pesar de la agenda apretada con clases adicionales y del esfuerzo, Jack no alcanzó el puntaje necesario en el PSLE para estudiar en la escuela de élite que él deseaba.

Enseñanza en casa

Para Dawn Fung, la industria de las clases extras muestra que los exámenes son muy difíciles para los niños.

Un padre tratando de enseñarle algo a su hijo.Derechos de autor de la imagenGETTY IMAGES
Image captionAlgunas familias optan por que sus hijos reciban instrucción en casa.

«¿Por qué no hacerlos más fáciles? ¿Por qué nuestros hijos no hacen pruebas apropiadas para sus edades?», se pregunta la exprofesora.

Cuando se convirtió en madre, Fung decidió salirse del sistema tradicional de escolarización y optó por el modelo de educación en casa.

«Creo que es incorrecto formar parte de un sistema que nos hace infelices. Es cruel insertar a los niños en un sistema educativo que no se comprometa con un resultado de aprendizaje positivo», afirma la madre de dos niñas de 6 y 8 años, y de un bebé de ocho meses.

Como todas las familias que optan por la educación en casa en Singapur, Fung está obligada a aplicar el currículo nacional y sus hijas tienen que tomar la PSLE.

El puntaje que obtengan no puede estar por debajo del promedio nacional.

Estigma, ansiedad y suicidios

A Sheryl Iow, madre de Jack, le preocupa que su hijo sea estigmatizado por no obtener el puntaje que necesitaba en el PSLE.

Joven graduado de la universidad.Derechos de autor de la imagenGETTY IMAGES
Image captionEl sector educativo atrae a los mejores graduados universitarios debido a los altos salarios.

«Está triste», cuenta la mujer. El pequeño, que sueña con ser piloto aeronáutico, se está preparando para dar una nueva prueba, a ver si esta vez consigue quedar entre los «mejores».

Un efecto secundario de la búsqueda de excelencia es el aumento del número de jóvenes afectados por ansiedad y estrés.

Además, es común encontrar reportajes que relacionan el suicidio juvenil con un mal desempeño en el colegio.

De acuerdo con Samaritanos de Singapur (SOS, por sus siglas en inglés), un centro de prevención de suicidios, el número de jóvenes que buscan ayuda ha aumentado en los últimos años.

El creciente número de suicidios llamó la atención de las autoridades.

Hace algunos meses, el ministro de Comunicación, Ong Ye Kung, admitió que el sistema presiona a los alumnos, y pidió reducir el estrés en la vida académica.

«(El ministerio) garantizará que el sistema educativo evolucione para ayudarlos a no ser muy duro con ustedes mismos», afirmó al pedir a los alumnos que cuidaran la salud mental unos de otros.

Niña leyendo.Derechos de autor de la imagenGETTY IMAGES
Image captionLos niños en Singapur se preparan para ingresar a una escuela de élite al acabar la primaria.

Ahora se aplica una nueva política de «escuelas pensantes, nación aprendiz», que ve al alumno como parte de un proceso de aprendizaje, y no como una máquina de repetición de esquemas.

El lema «enseñar menos, aprender más» que se usa actualmente en las escuelas «es un estímulo para que los niños hagan las cosas a su manera, trabajen en grupo y piensen por sí mismos», afirma Dimmock.

Los alumnos «rezagados»

Pero los alumnos que no son incluidos entre los «mejores» reciben un tratamiento diferenciado.

El investigador Mattew Atencio, profesor Asociado y Codirector del Centro de Deporte y Justicia Social de la Universidad Estatal de California estuvo en Singapur en 2011 para investigar el papel de los profesores en el desempeño de alumnos que no eran considerados «brillantes».

Atencio reconoce que la educación del país es indiscutiblemente exitosa, pero cuestiona la creciente desigualdad generada por la meritocracia.

Jóvenes asiáticas caminando por Singapur.Derechos de autor de la imagenGETTY IMAGES
Image captionEl ministro de Educación de Singapur pidió a los jóvenes que cuiden la salud mental unos de otros.

«Algunas familias no tienen altos ingresos económicos o recursos para pagar clases privadas, lo que impacta (el desarrollo de los alumnos) en futuras redes educativas, sociales y laborales», sostiene.

«Muchas veces (los padres) trabajan turnos seguidos, sin dormir (para financiar la educación de los hijos)», cuenta Atencio.

«Los sistemas educativos deben responder a las necesidades de los históricamente marginados y desfavorecidos, desde una perspectiva de justicia social», opina el investigador.

«Hay muchas contribuciones maravillosas para la sociedad que vienen de todos los sectores», señala el académico. «La educación no debería ser simplemente para reproducir los beneficios de y para la clase de élite».

Fuente: https://www.bbc.com/mundo/noticias-45659810

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¿Cómo mejorar la calidad de la educación en Colombia?

Por: Julián de Zubiría

Múltiples experiencias en instituciones, ciudades y países evidencian que sí es posible mejorar la calidad de la educación. La condición para ello es que se tomen las medidas correctas y se intervengan las variables fundamentales. En Colombia todavía no lo hemos logrado, pero tenemos la oportunidad para hacerlo.

En Colombia la educación es de muy baja calidad. Eso lo sabemos quienes hemos estudiado e investigado con rigor el sistema educativo y, por ello, para nosotros es fácil detectar todos los esfuerzos que hace el Ministerio de Educación Nacional (MEN) por maquillar la situación. Pese a ello, la realidad es inocultable: En la escuela actual los jóvenes no aprehenden a pensar, comunicarse, ni convivir. Eso lo saben por experiencia propia los docentes universitarios.

Según las diversas pruebas nacionales e internacionales en las que ha participado el país (y son muchas y muy buenas), menos de un 4% de los jóvenes egresados del colegio tienen un buen nivel en argumentación, deducción e interpretación. Es más, si comparamos los resultados del año 2000 con los alcanzados en 2017, podemos concluir que el país no tuvo prácticamente ningún avance significativo en la calidad. La explicación es muy sencilla: No hemos trabajado sobre las variables claves de la calidad: la formación docente, el currículo, el liderazgo pedagógico y el clima institucional.

El país ha desarrollado programas puntuales y algunos de ellos han impactado algún sector. Entre ellos, los dos más importantes han sido el Programa Todos a Aprender –PTA– y el Índice Sintético de la Calidad Educativa –ISCE– (que incluye el llamado Día de la Excelencia Educativa). Estas experiencias deben evaluarse, ajustarse y potenciarse. Con modificaciones, podrían lograr mayores impactos; pero mientras no abordemos de manera estructural y sistemática las variables claves de la calidad, seguiremos muy lejos de alcanzar la educación que necesitamos para impactar el desarrollo sostenido y seguiremos viendo cómo se evapora la meta de convertirnos en el país más educado de América Latina para el año 2025.

A nivel curricular el país va como el cangrejo. La ministra Gina Parody asesorada por una universidad privada, diseñó los Derechos Básicos de Aprendizaje. Como dice el dicho, “esa platica se perdió”, porque fue un trabajo en el que el país retrocedió décadas en lo que ya había avanzado a nivel conceptual. La universidad carecía de experiencia en pedagogía y educación y por ello el diseño curricular propuesto desconoce los conceptos centrales de la pedagogía y se limitó a transcribir los contenidos previstos desde la ciencia. Cuando asesoré curricularmente a Bogotá, recomendé no tener en cuenta esta fallida experiencia curricular y esa sigue siendo mi recomendación para el país.

La primera condición para superar un problema es reconocerlo y, desafortunadamente, el MEN no ha reconocido el gravísimo problema de la calidad de la educación en el país. Ojalá ahora escuche voces tan autorizadas como la de Rodolfo Llinás, quien en edición número cinco de la Cumbre de Líderes por la Educación convocada por Semana, volvió a insistir en que hemos seguido manteniendo una educación muy impertinente que no logra enseñar a pensar a los jóvenes.

Desde mi perspectiva hay cuatro acciones obligatorias si queremos avanzar en la calidad de la educación básica. Faltan otras, pero creo que éstas son las esenciales.

Primero: realizar una profunda reestructuración curricular. La idea que he propuesto durante las últimas dos décadas es muy sencilla y está orientada en la misma dirección de la reforma curricular chilena de 1998 y de la prevista en Finlandia para el año 2020: la educación básica debe dedicarse a consolidar en los estudiantes las competencias básicas que se requieren para pensar, comunicarse y convivir. Todo lo demás es accesorio durante este ciclo del desarrollo.

Lo anterior significa que todas las asignaturas y en todos los grados deben consolidar la lectura, la escritura, la escucha, el pensamiento y el conocimiento y la comprensión de sí mismo y de los otros. Subrayo “todas las asignaturas” y “en todos los grados”, ya que éstas son las competencias más importantes a desarrollar en la educación básica. Por ello son competencias transversales. Lo anterior implica que, en sociales, en matemáticas, en artes, en lenguaje, en ciencias y en matemáticas, la tarea central de la educación básica debería consistir por excelencia en enseñar a pensar, comunicarse y convivir. Es así de sencillo y de claro. Sólo así garantizaremos un lineamiento curricular más pertinente, más contextualizado y menos rutinario que el actual. Sólo así garantizaremos el trabajo en equipo necesario para consolidar la calidad.

La segunda medida necesaria tiene que ver con la formación de maestros. Es preocupantemente bajo el nivel actual de formación de nuestros docentes. Según las pruebas SABER PROson los profesionales que alcanzan niveles más bajos en lectura crítica y escritura. Mientras no cambiemos esta situación, será imposible mejorar la calidad de la educación que reciben nuestros niños y jóvenes. Para cualificar su formación se requiere trabajar en la transformación del modelo pedagógico hasta el momento dominante en estos centros universitarios, trabajo que deberá adelantarse de manera conjunta con los docentes de las facultades de educación. También es imperioso articular el trabajo de la universidad y el colegio, repensar el currículo de formación y establecer nexos con maestros e instituciones innovadoras.

Así mismo, es indispensable que se impulsen desde el MEN, en todos los municipios del país, mecanismos de selección de los mejores docentes, de manera que ellos salgan del aula y conformen equipos de calidad para acompañar a los colegios en los procesos de innovación. Se requiere garantizar reuniones semanales de docentes por área y por ciclo en todos los colegios del país y de impulsar procesos de formación in situ, tal como actualmente mantiene PTA. Los resultados de las investigaciones son contundentes: No hay que llevar a los docentes a las maestrías; por el contrario, hay que llevar a las universidades a los colegios del país para que acompañen los procesos de innovación en curso en cada uno de ellos. Lo reitero: la clave para alcanzar la calidad está en fortalecer las reuniones de docentes y la formación in situ.

La tercera medida tiene que ver con transformar a los rectores, actuales líderes administrativos, en líderes pedagógicos. Hoy por hoy, los rectores son expertos en procesos legales y en resolver asuntos administrativos, pero se ausentan cuando se inician las reuniones pedagógicas de docentes y no participan en las reflexiones sobre currículo, modelo pedagógico o promoción de estudiantes. Es más, buena parte del tiempo están encerrados en sus oficinas, si es que están en la institución educativa. Paradójicamente se han distanciado de la reflexión pedagógica, generando muy negativos impactos en la calidad. El país debe pensar seriamente en dotar a los colegios de asistentes administrativos, con la condición de empoderar a los rectores como verdaderos líderes pedagógicos. Una medida que podría contribuir en este sentido sería exigir que todo rector tuviera por lo menos dos horas de clase a la semana. Eso les permitiría establecer nuevas y fructíferas interacciones con estudiantes, profes y padres. Al fin y al cabo, un colegio es una comunidad y requiere de un líder pedagógico que la consolide. El rector es el llamado a asumir esta tarea. De lo contrario, tendremos la paradójica situación de barcos en los que los capitanes permanecen en tierra y le tienen miedo al agua. Los estudios de la UNESCO sobre calidad de la educación encuentran que el liderazgo pedagógico del rector es la segunda variable más asociada a la calidad en las instituciones educativas del continente.

La Ley General de Educación de 1994, tiene algunas de las claves de la calidad: consolidar la comunidad, la autonomía y el Proyecto Educativo Institucional. Hay que volver a ella.

La cuarta medida recomendada para impactar la calidad tiene que ver con el clima de aula y el clima institucional. Según la UNESCO, en los tres estudios que ha realizado en los países del continente, el clima del aula es la variable más asociada a la calidad de la educación. Esta variable influye más que todas las demás variables sumadas. De allí que hay que prestarle especial cuidado.

En Colombia el MEN acertó al incorporar esta variable para evaluar el ISCE, pero todo indica que la evaluación presenta problemas, ya que los niveles de discriminación son muy bajos. Es algo que hay que ajustar en las pruebas actuales y la experticia del ICFES es una garantía de que se puede resolver este problema.

La recomendación para Colombia sería crear una tercera línea en el Programa Todos a Aprender, adicional a la de competencias comunicativas y pensamiento: la de formación ciudadana y competencias socioemocionales. Tenemos que garantizar que la escuela se comprometa con una formación más tolerante, más respetuosa de la diferencia y que sea un espacio para cultivar la empatía y la comprensión de los otros. Ello no será posible sin un cambio curricular (primera recomendación) y sin un cambio en los sistemas de formación (recomendación segunda).

Lo que nos muestran múltiples ejemplos en el país y en el mundo es que sí es posible mejorar la calidad de la educación, incluso en tiempos relativamente breves, siempre y cuando se tomen las medidas correctas, se involucre a toda la comunidad y se fortalezca el liderazgo.

Necesitamos involucrar a todo el país en el proceso de transformación de la educación. De una u otra manera, todos somos responsables de la baja calidad educativa y todos padecemos sus consecuencias. FECODE tiene que entender que no tiene sentido que su única reivindicación sea la laboral y que deteriora la calidad al oponerse a una evaluación integral y pertinente. La tarea de la calidad no le pertenece ni al MEN, ni a FECODE, ni siquiera a los maestros. Nos pertenece a todos los colombianos que sabemos que, si no mejoramos la calidad de la educación, veremos debilitada la democracia, el tejido social, la productividad y la creatividad. Lo necesitamos para garantizar el desarrollo sostenido y, por ello, entre todos lo vamos a lograr.

Fuente: https://www.semana.com/educacion/articulo/julian-de-zubiria-samper-propone-cuatro-formas-de-mejorar-la-calidad-en-la-educacion-de-colombia/584383

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“La Filosofía podría ser el hilo conductor de la escuela”. Entrevista a Irene de Puig. Docente de Filosofía

Entrevista/27 Septiembre 2018/Autor: Daniel Sánchez Caballero/Fuente: El diario la educación

La Filosofía puede ser una herramienta con la que acercarse a conceptos de todas las materias. Una forma de hacer, más allá del currículo se secundaria. Irene de Puig lo tiene claro y lleva años haciéndolo.

La vida de Irene de Puig cambió cuando conoció el trabajo de Matthew Lipman. Maestra de Filosofía, siempre en busca de materiales para “dar vida a la Filosofía”, se topó con este profesor de la Universidad de Columbia, que proponía una alternativa diferente: no enseñar la materia, sino practicarla con los chicos, que se pongan en la piel de los filósofos. Tanto le entusiasmó el método que se fue a EEUU, se formó y empezó a ponerlo en práctica junto a otros compañeros. De ahí surgió el IREF (Innovación de la Enseñanza en Filosofía), grupo del que forma parte y que se dedica a la promoción de la enseñanza de la Filosofía en primaria siguiendo los pasos de Lipman.

¿Cuál debe ser el papel de la Filosofía en la escuela?

La Filosofía podría ser, como sugiere Lipman, el aspecto más relevante de una escuela. Pero no solo por darle importancia en horas, sino para que sea el eje central del trabajo intelectual. No hay materia que se resista a la Filosofía. Cuando en lengua se habla del sujeto, ahí hay un tema. Cuando los naturalistas hablan de naturaleza o la naturaleza humana, ahí hay otro foco. Las aulas están llenas de expresiones de ética y estética: “Qué bonito, esto está mal”. La escuela está preñada de filosofía. No aprovecharse de esa inquietud que tienen los niños por saber, a veces más allá de lo académico, del libro de texto, es una lástima y un error. Esa es la idea de que la Filosofía podría ser el hilo conductor de la escuela. La filosofía entendida como reflexión compartida, como auto-reflexión. Porque el conocimiento no es de uno solo y para uno solo: compartimos, tenemos en común, colaboramos, aprendemos unos de otros. Esa idea socializadora del conocimiento favorecería esa capacidad de reflexión en las aulas que revertiría —nos movemos en esa hipótesis— en cada una de las asignaturas. En todos los currículums y materias se habla de una cantidad de conceptos abstractos que no sabes si los niños han captado o no. Nunca nos hemos parado a pensar qué significa una comparación, una definición, una expresión. ¿Hemos trabajado estos conceptos? En Química, ¿qué es un elemento? Siempre vamos por delante de la información, dando mucha información, sin a veces pararnos en la comprensión. Y al final mucha información puede ser un tapón que paraliza el conocimiento. La información debe ir de la mano de la comprensión. Si no, podríamos leernos un diccionario de arriba abajo sin entender nada. De aquí imagino que sale esta nueva moda pedagógica de las competencias, no solo saber sino saber hacer algo con esto que sabes. Creo que la Filosofía podría ser una vía unificadora del trabajo escolar.

Dice que la escuela va demasiado rápido. ¿Es porque tiene demasiados contenidos?

No creo que sea cuestión de rapidez o lentitud. Ha habido estos últimos tiempos la idea de la pedagogía lenta, de no correr tanto. El deseo de conocer no tiene límites de velocidad. Hay cosas que a los adolescentes les interesan con pasión y tienen una prisa tremenda por alcanzarlas. Y puede haber otros conceptos que a los adultos les importan más y a ellos les interesan menos y van más lentos. Debe ir de la mano de la capacidad de estimular, atraer ciertos conocimientos. Todos hemos tenido esta maestra que nos ha dado la posibilidad de ir más allá de lo académico. ¿Cuánta gente habrá terminado los estudios dedicándose a aquello que el profesor más interesante del instituto le ha propuesto? Hay mucho de técnico en la enseñanza, esos términos como velocidad, intensidad, etc. Pero a veces quedan fuera los aspectos más afectivos, más pasionales. Un equilibrio entre rapidez, si es que es importante, y pasión debería ir más de la mano.

¿Cree que la escuela ‘mata’ la curiosidad de los pequeños, como dice alguna gente?

Diría que algunas formas de enseñanza, más que escuelas, son el antídoto a la aventura, al descubrimiento, al deseo, etc. Esas serían nefastas. Cuando un maestro dice “no opines, estudia”, estamos ante un descarado intento institucional de abortar la creatividad. Pero también creo que hay muchas escuelas, muchas maneras de promover esa creatividad y que los niños sean abiertos. Esas aventuras intelectuales que cada niño con sus aficiones y motivaciones tiene. No sería tan dramático, pero la tendencia de escuelas y métodos debería ser cada vez más favorable a la satisfacción y desarrollo y crecimiento intelectual del alumno.

¿Qué hace el IREF?

Sobre todo promover ese modo de enseñanza, que no pretendemos que sea universal y se trabaje así en todas las escuelas. Pero sí empezar a dar los pasos para que en los momentos escolares (una hora semanal) los niños tengan oportunidad de sentarse a hablar de cuestiones que tengan que ver con la escuela o el mundo en el que viven. Eso lo hacemos a través de un currículum bastante establecido. Promocionamos una forma de trabajo en la que la Filosofía tenga un papel, si no esencial, al menos relevante. Formamos profesionales y tenemos una red, Filoescuelas, que son centros que han entendido ese planteamiento y trabajan en ese sentido. Alimentamos a esas escuelas con nuevos materiales, propuestas y profundización de esa metodología dialógica. Intentamos que la escuela sea un poco más coherente con las necesidades intelectuales de esos niños y niñas.

¿Cómo se concreta en clase en esta etapa tan temprana?

Una clase tipo consiste en que una vez a la semana los niños de un grupo se reúnen y, a partir de un estímulo, normalmente una lectura, una obra de arte, una historia o un cuento, una música o algún elemento escorado hacia las artes, y proponemos hablar abiertamente de ello. Evidentemente son materiales que contienen agazapados ciertos conceptos o actitudes filosóficas. Se trata de convertir esa conversación, que surge espontáneamente porque se parte siempre de la pregunta “¿qué os ha parecido, por qué os parece interesante?”, en un diálogo filosófico.

Hay un momento en esa primera expresión en el que aparece alguno de esos conceptos filosóficos como el bien, el mal, la belleza, la justicia, etc. Ahí la mano del maestro empuja lo que podría ser una simple conversación en un diálogo filosófico. Empezamos, a partir de ciertos ejercicios que están en los manuales, a trabajar esos aspectos en contenido y forma más filosóficos de manera un poco socrática. El maestro no da la solución final, son los propios alumnos los que van desentrañando el sentido de estas situaciones que han experimentado. No hablamos de abstracciones, sino de situaciones que los niños pueden haber vivido. Aprenden unos de otros. Unos son más espontáneos, otros más reflexivos, pero hay una danza en la que los niños aprenden, pero no del profesor. Hay un trabajo muy profundo de habilidades necesarias para el pensamiento. Nunca —aunque esta palabra no la usamos—, intentamos que todas las opiniones o creencias que se exponen sean justificadas. La pregunta “¿por qué?” siempre está encima de la mesa. “¿Por qué dices eso?”, “¿Cómo podría ser de otra forma?”. Se espera que las respuestas vayan apareciendo y nunca son la misma. Se espera que aparezcan espontáneamente. A veces coinciden y se llega a un acuerdo epistemiológico al final de la clase, a veces son claramente divergentes y quedan para aclarar otro día, para buscar más información. Conceptos que no se cierran, que no se quedan congelados sino que son constantemente dinámicos. Es muy interesante cuando los niños han pasado por varios cursos, cómo en 5º o 6º de Primaria te hablan de conversaciones de cursos pasados y que a alguno les quedó la cuestión sin resolver del todo o le sigue inquietando. Eso es dar vida a ese deseo intelectual de conocimiento, que es a lo que intenta responder la Filosofía, para que cuando estos alumnos salgan de la escuela no sean solo gente instruida, sino capaz de pensar por sí misma, de compartir, dialogar, no estar de acuerdo, pero civilizadamente, razonar, tener criterio propio. La idea es que los niños sean poco a poco autónomos, más libres y responsables. Esta es la vía.

¿Qué beneficios les aporta a los alumnos?

Mientras están en la escuela aprenden cosas fundamentales como compartir ideas, que no es fácil. A ver que el mundo no es monolítico, cada uno tiene su visión en ética, estética, política, lo que sea. Pero aprenden rápido, si se habla de ello, que no todo el mundo es igual, hay diferencias. Que ser distinto es ser diferente y tener una idea propia no es exclusivo de uno. Ese compartir con la cabeza y no con los puños es fundamental. Aprenden a tener ideas propias, a que no todo el mundo tiene las mismas. Incluso el que no tiene una idea sobre si esta figura es bonita o no, cuando los demás exponen argumentos esa persona puede hacerse una idea propia. Aprenden también por las ganas de interactuar a usar esas habilidades que se dan en todas las materias pero ninguna trata específicamente: hablar, razonar, etc. Ellos saben cuándo establecer analogías de conceptos difíciles. A los niños les puedes preguntar qué es ser feliz, pero es complicado. En una escuela donde estuve, una maestra hacía un giro y decía, “ser feliz es estar como…” y los niños se lanzan cuando les das la posibilidad de concretar. Entender que el diálogo es una herramienta útil, instructiva y fundamental, en el aula y en la vida. Eso les marca una forma de ser.

¿A partir de qué edad se pueden empezar a trabajar conceptos?

Nunca es demasiado pronto. Hablamos de expresarse y cuanto antes mejor. Tenemos un programilla muy específico para dos-tres años en el que puedan empezar a expresarse con gestos, colores. Los cuatro-cinco años son fundamentales, es el momento en el que empiezan a verbalizar y, por tanto, conceptualizar. Es uno de los momentos más interesantes, están todavía en una fase egoísta y empiezan a aceptar que hay otras maneras, otros mundos además del suyo y lo ven de otra forma. Es un descubrimiento que podemos ayudar a sacar con facilidad, que entiendan que los otros no solo son enemigos, sino colaboradores y colegas importantes. El otro foco interesante es la adolescencia, cuando uno vuelve a tener sus batallas personales y con el mundo y la Filosofía ayuda a asentar, a pensar, sabemos que algunas formas son pura impotencia a la hora de expresarse. Si uno sabe expresarse es más fácil que recurra al verbo y no a la acción.

Habla de la adolescencia, pero en la secundaria no se trabaja la Filosofía como usted la propone.

Una cosa es la Filosofía prescriptiva, fundamentalmente en el Bachillerato, con su currículum y su oficialización. Pero hay muchos espacios antes en la ESO, hay momentos en el currículum que permiten trabajar en ese sentido. Y cuando no los ha habido si el profesor está suficientemente concienciado no hay problema en trabajar en formas varias. Luego en Bachillerato hay un problema relativo, que es la Selectividad. Para formar a una persona no hace falta que haga un examen, pero es cierto que no puedes hundir a un chico que necesita una nota. El problema estructural u oficial nunca ha frenado a los profesores conscientes de ese trabajo en Filosofía. Siempre ha habido un momento para poder trabajar esos aspectos. Puedes partir de ahí para explicar pecar, por poner un ejemplo fácil. Siempre hay alguna posibilidad si el profesorado tiene claro que debe atraer al alumno no desde fuera sino desde sus convicciones.

¿Está la escuela formando ciudadanos críticos?

Si hablamos de Escuelas del Opus, no lo sé. La concertada, tampoco. Y la pública… es difícil generalizar. Hay escuelas más atareadas en que los chicos vayan al comedor para tener al menos una comida al día y así es difícil. La percepción que tengo es que el interés existe, que hay una cierta intención, pero no hay facilidades para eso. No siempre se dan las condiciones, tampoco. Tampoco veo —y esto es muy personal— que la formación del profesorado actual sea una buena fuente. Me gustaría saber si las escuelas de profesores están promocionando alumnos críticos, que tengo mis dudas. Si estos alumnos no son críticos no veo la necesidad de transferir esta manera de ser a sus alumnos. Las personas que trabajan en nuestro proyecto, la inmensa mayoría, es gente de media edad, maestras que se han dado cuenta de situaciones y están buscando formas de cambio cuando ya llevan unos años en el aula y se han dado cuenta de ciertas carencias. Hay maestras jóvenes, pero creo que tienen demasiados problemas todavía y quizá una formación de base que no les permite ver todo ese universo, que con ir a clase y ser correcto es suficiente. Pero esto es una percepción muy personal, no quiero ofender a nadie. Pero me temo que de las cosas que se han dejado de lado está la formación del profesorado. La escuela es el futuro y la materia prima de un país.

¿Tienen los maestros formación para organizar estas sesiones en primaria?

Siempre hay alguien que tiene ideas propias y tiene más empuje, pero en general, para que no sea tan espontáneo en el sentido negativo, sugerimos que para trabajar en Filosofía para niños haya una formación, que a veces viene condicionada por el mismo espíritu del proyecto. Cuando das clases de filosofía a niños o jóvenes tienes que aprender a callar, cuando habitualmente el alumno es el que calla. En Filosofía para niños la primera condición es la escucha y la buena pregunta. No dar las cosas por cerradas. Una segunda lección es conocer los recursos de que disponemos. Hay un material que tiene un sentido, que se trabaja desde los 2 a los 16 años, hay un recurrido. Pretendemos que en vez de haber momentos puntuales de lucidez de una maestra, haya un rigor para que los niños vayan creciendo con esa forma de pensar y que se convierta en hábito, no en excepción. En ese sentido, la formación no solo inicial sino permanente garantiza esa posibilidad. Esas filoescuelas adheridas al grupo IREF tienen cada año unas cuantas horas de formación aunque lleven 10 o 15 años trabajando. Siempre hay algo que flaquea o hay que revisar.

Fuente e imagen: http://eldiariodelaeducacion.com/blog/2018/09/21/la-filosofia-podria-ser-el-hilo-conductor-de-la-escuela/
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