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Cómo hacer un Coder Dojo: un espacio colectivo y auto-gestionado de aprendizaje de la programación

En la guía LADA sobre ‘Cómo hacer un Coder Dojo’ mostramos cómo podemos montar un espacio de aprendizaje compartido y protagonizado por un grupo de jóvenes donde podemos llevar adelante proyectos en común vinculados con la programación, y donde aprenderemos a programar desde sencillos lenguajes informáticos de programación por bloques.

En esta guía queremos compartir no sólo nuestra visión y experiencia de las posibilidades del aprendizaje de la programación de código informático, sino también la vivencia de crear y formar parte de una comunidad de aprendizaje como es Coder Dojo, y el potencial de colaboración, reflexión y acción social que hace un uso consciente y trasciende la tecnología poniéndola al servicio de las personas.

Esta guía ha sido publicada por La Aventura de Aprender, una iniciativa apoyada por el EducaLab, el Ministerio de Educación, Cultura y Deporte e INTEF, que pretende favorecer la puesta en marcha de proyectos colaborativos que conecten la actividad de las aulas con experiencias fuera de la escuela.

Descargar: http://laaventuradeaprender.educalab.es/documents/10184/74536/Guia-LADA_Como-hacer-un-coder-dojo.pdf

Fuente:http://ondula.org/publicaciones/

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Primer ministro de Nepal promete mejorar la educación en el país

Asia/Nepal/24 Mayo 2018/Fuente: Prensa Latina
El primer ministro de Nepal, Khadga Prasad Sharma Oli, afirmó hoy que mejorar la calidad de la educación en las escuelas públicas del país del Himalaya es la máxima prioridad de su gobierno.
Oli, quien es uno de los dos copresidentes del nuevo Partido Comunista de Nepal, anunció que se compromete a lograr un cambio visible en la educación de esta nación durante los próximos cinco años, según reflejó una entrevista publicada por el portal del diario The Kathmandu Post.

El jefe de gobierno aseveró que su administración haría las inversiones necesarias para garantizar que las escuelas brinden una educación de calidad a todos los estudiantes del país.

Reconociendo que el sector educativo en Nepal carece en la actualidad de enfoque y prioridad, Oli lanzó una crítica al decir: ‘no podemos permitirnos continuar así’.

Fuente: http://www.prensa-latina.cu/index.php?o=rn&id=181334&SEO=primer-ministro-de-nepal-promete-mejorar-la-educacion-en-el-pais
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“El derecho a la educación no es simplemente el derecho a pasar o a sufrir 12 años de escolaridad”. Entrevista a Oscar Jara

Entrevista/24 Mayo 2018/Autor: Pablo Gutiérrez del Álamo/Fuente: El diario la Educación

La educación popular cada vez tienen más la vista puesta en la necesidad de la transformación social desde la formación. Mirada analítica, crítica que busca la mejora social.

Oscar Jara ha dedicado toda su vida docente dentro del campo de la educación popular, de la educación transformadora que está llamada a generar cambios en la sociedad para mejorarla. Durante lago más de una hora habla con emoción sobre la necesidad de una pedagogía más anclada en la realidad del alumnado, que lo que les rodea entre en el aula, para generar curiosidad, interés en investigar, para generar aprendizajes duraderos y formas de hacer a lo largo de la vida. Algo que también debe estar presente en el profesorado, siempre dispuesto a aprender con y de su alumnado, creativo y listo para cambiar sus métodos en función de las necesidades del momento.
Oscar Jara siempre tiene a Paulo Freire en la memoria. Sobre sus postulados comenzó a desarrollar su labor docente alfabetizando adultos en los 70. Hoy, entre otras cosas, preside el CEAAL, el Consejo de Educación Popular de América Latina. Aprovechamos su visita a nuestro país para hablar con él.

¿Qué es la educación popular?

La educación popular en América Latina es un fenómeno sociocultural que existe desde hace muchísimos años y que ha ido cambiando. Tenemos una educación popular, tras las colonias, cuando nacen las repúblicas. Se le llama popular a la instrucción pública. Luego, en el inicio del siglo XX con las experiencias de las universidades populares obreras aparece vinculada a procesos de movilización obrera: dirigida a una educación de clase.

En los años 60-70, con el aporte de Paulo Freire, surge la noción de una educación crítica. Habla de una educación liberadora en dos sentidos: de las cosas que nos atan de forma dominante y para liberar las potencialidades que tenemos. Surge una forma de entender el proceso educativo vinculado a procesos organizativos, con perspectiva transformadora y de liberación.

Durante mucho tiempo se pensaba que esta educación popular se hacía con personas adultas y de manera no formal. Pero a partir de este siglo, tiene la característica de ser problematizadora, crítica, liberadora y busca que las personas seamos protagonistas de los procesos de transformación en nuestra vida. No es una educación para adaptarnos al sistema, a la realidad, sino procesos educativos que desarrollan nuestra capacidad de cambio vinculada a cambios sociales, culturales, de mentalidad.

¿Un ejemplo?

Puedes hacer una educación que sea adaptativa a las condiciones vigentes, con contenidos preelaborados o generar capacidad de aprendizaje, de cuestionamiento, de análisis… en un proceso preescolar con niños y niñas que van trabajando su creatividad, su capacidad relacionarse, de vincularse con el medio, de preguntarse cosas… eso en primaria, secundaria o universidad, poniendo como eje la idea de generar cuestionamiento, pensamiento propio y acción colectiva.

Parece fácil, pero no debe serlo…

Supone muchas veces ir a contramano de un sistema educativo, donde el énfasis está en la enseñanza; en la educación popular el énfasis está en los aprendizajes. El rol del educador o educadora popular no es de transmisor de contenidos, sino de promotor de capacidades de aprendizaje. El educador desarrolla sus condiciones de ser aprendiz. Para dar procesos de aprendizaje tienes que estar abierto a descubrir cosas nuevas.

Va a implicar un proceso de aprendizaje individual y otro colectivo. Aprendemos personalmente, pero en un entorno en el que tenemos la capacidad de generar diálogo de saberes; es la intencionalidad transformadora, por eso la educación popular, como toda educación, es política, pero dirigida a procesos de transformación. También hay una educación que es política dirigida a que no transformes nada, que te adapte.

En España se habla de la necesidad de despolitizar la educación…

Es imposible despolitizar la educación. Ya decir eso es una afirmación política.¿Qué significa la política? Relaciones de poder. Y están presentes en todos los espacios de la vida.

Una educación en la que tienes que someterte a la lógica dominante, donde hay un valor uniforme que es el que se debe aplicar y en el que no se permite la diversidad… todo esos son elementos políticos en los cuales se genera una reproducción de la lógica de poder dominante. Si generas capacidad de cuestionar, de imaginar cosas distintas, generas una capacidad políticamente distinta.

Como educador, si me dicen que hay que despolitizar, no sabría qué hacer,. De hecho, si no hago nada, políticamente estoy dejando que las cosas sigan como están.

El mercado laboral exige una acreditación de los saberes aprendidos. No sé si hay encaje entre la educación popular y estas acreditaciones…

El tema de la acreditación y la relación con el mercado laboral es algo que hay que considerar. El problema está en que vivimos en una sociedad en la que se entiende por educación solamente la acción escolar. Esta está estratificada y dirigida a la formación mediante contenidos preestablecidos; se hace, muchas veces, de manera autoritaria, vertical, unidireccional en donde hay un saber constituido que se transmite y tiene que ser supervisado. Yo lo transmito, el educando lo recibe y debe dar cuenta de si lo aprendió, tal como se lo dijeron. Y ahí viene la acreditación.

El sistema de acreditación termina siendo un proceso de fiscalización sobre el conocimiento preestablecido, con lo que tiene muchos límites, además de que puede ser discriminatorio. Muchas veces los exámenes compulsivos, en vez de ser oportunidades de aprendizaje son creadores de traumas.

Yo no empiezo a interesarme por un tema, a profundizar, a buscar las posibilidades para relacionarlo con mi vida sino para tratar de contestar a las preguntas que me van a hacer y poder salir y luego decir: “Uf, pasé”. La cosa es poder salir de esa lógica, de competencia, donde supuestamente la matriz que nos domina señala que solo quienes cumplen con eso y acreditan son las que tendrán éxito en una sociedad.

En lugar de que sea un proceso de certificación de conocimiento, de saberes útiles, de capacidades de socialización, se convierte en un refuerzo de mi capacidad de dominio sobre una sociedad vertical y estratificada. El sistema de acreditación, en sí mismo, no es que sea negativo. Es la lógica global en la que está integrado.

¿Cómo debería ser en la educación popular?

Supondría pensarlo de otra manera. Pensar el trabajo, la formación laboral y colectiva de otra manera, y pensar en una sociedad que se desarrolla con otros parámetros. Hablamos de cosas que parecen inviables en esta sociedad… Pues eso… esta sociedad no es viable. Los inviables no somos nosotros, es este esquema.

Existen experiencias muy interesantes en donde las evaluaciones las hacemos colectivamente, donde hay otros criterios que no son solo los cognitivos… Y son sistemas en los que no está ausente la disciplina. Ni el respeto.

Muchas veces se ha confundido el respeto o la disciplina con autoritarismo. Puede haber una disciplina colectiva, democratizadora, autocrítica… y podemos tener espacios de socialización democráticos que nos permitan vivir relaciones de otro tipo. Por eso la importancia de un trabajo educativo democrático. Si nos formamos en la lógica de solidaridad, nos chocará mucho vivir en una sociedad en la que esto no ocurre.

Esto lo sufren los alumnos: les hablamos de democracia en un sistema escolar muy jerarquizado. En educación popular se habla de la relación casi de iguales profesor-alumno…

Tenemos que ser diferentes, por eso cuesta. Confundimos autoridad con punición y se piensa que el respeto es obedeciendo y es de un solo lado.

Si cualquier persona le preguntamos cuál es el profesor o la maestra que más le impactó seguramente vamos a encontrar como referencia a alguien que nos trató con mucho respecto, a quien nosotros respetamos y que nos ayudó a descubrir cosas. No tanto a alguien a quien tuvimos que obedecer.

Significa tener un estilo de relación horizontal. No sé si utilizaría que de pares, sí horizontal, donde esta persona educadora tenga disposición de aprendizaje, para aprender con, no solamente para dictar y transferir.

Paulo Freire habla de esto de una manera interesante. Le preguntaron qué le parecía aquello de que el educador no enseña. Freire dice que quien diga que el educador no enseña o es un mentiroso o es un demagogo. Porque el educador tiene una resposabilidad de enseñar, dice él. Pero enseña como parte de un acto mayor: el de aprender. Lo que yo enseño no es lo absoluto, sIno que es parte de un proceso, y por eso, yo como educador tengo que disponerme a aprender. Disponerme a investigar, a preparar, no solo lo que voy a decir, sino alguna pregunta que surja del alumnado y que me obligue a mí y a ellos a investigar. Y convertir una clase en una sesión de descubrimiento, donde yo mismo me coloco como aprendiz. Ahí me gusta la noción de ser desafiador o desafiadora.

¿Cómo debe hacer esa figura?

El primer desafío del educador cuando tiene un grupo de personas es saber qué cosas saben, qué quieren saber, qué les motiva, cómo viven, con qué se relacionan, qué imagen tienen de mí… y en el tiempo educativo en el que yo participo, qué desafío me plantea incorporar eso dentro de mi proceso de aprendizaje. Cada vez que voy al aula me tengo que preguntar qué ha pasado desde la anterior sesión. Cada persona tendrá y ahí está el arte de convertir eso en un hecho educativo. Tengo la responsabilidad de desafiarles con una pregunta, haciendo alguna propuesta de trabajo, buscar cosas que no han imaginado y que yo puedo contribuir.

Lanzo una pregunta para ver qué saben, y de la conversación salen temas que yo no sabía. ¿Qué hago? Ahí viene un desafío de creatividad que en última instancia es el arte de la educación. No solo hay una ciencia. También la posibilidad de convertir eso en algo nuevo.

Hay una responsabilidad que tiene el educador y la educadora que le hace ser distinta a la persona que asiste, el educando. Pero no es la responsabilidad de quien sabe todo y lo enseña, si no la de quien sabe algo y también quiere saber lo que saben los demás.

En ese proceso tenemos que ser horizontales. De ahí viene la idea de la innovación pedagógica, de tener esa creatividad para dejar de lado las cosas que tenía pensadas, para adecuarme al proceso. En la medida en que soy coherente con lo que quiero proponer como aprendizaje y donde siento el desafío, ahí tengo que innovar al punto que mis procedimientos preestablecidos los tengo que dejar de lado y me tengo que poner a investigar. Mi tarea se convierte en algo interesante en lugar de una cosa aburrida.

Habrá quien te diga que es muy estresante tener que repensar la profesión a cada momento…

Pero fíjate qué diferencia tener esta otra disposición, el desafío de la aventura, de creación de lo nuevo. Pero tenemos que prepararnos. El problema es que si nos han preparado para que nada más repitamos, sentimos esto como imposible, que nos estresan.

Imagínate qué distinto es para un educador decir,: “Bueno, hoy voy a enseñar estas cuatro cosas y aprendo, anoto lo que voy a decir…”; frente a: “Y sobre este tema, ¿qué aprendizaje podríamos generar? ¿O qué es lo que voy a aprender?”. Nos coloca en una actitud distinta. ¿cómo vincular esto con un currículo preestablecido? Ahí viene la segunda parte, el arte de la transformación. En última instancia, si tenemos una visión holística de la realidad, todos los temas están vinculados. Supongamos que hoy toca, no sé, los artrópodos… qué diferencia habría entre lo que me hizo a mí mi profesor de zoología de aprenderme las clasificaciones (que ni me acuerdo) a que yo empezara a llevar a clase mañana tal insecto y vamos a analizarlo: por qué se llama así y qué otros conocemos, cuáles hay en nuestra casa, cuáles hacen daño… todo tema es susceptible de ser vinculado con algo de la realidad.

Para la educación popular esto es clave, el anclaje con la realidad…

Como punto de partida y de llegada. Podemos tocar cualquier tema. Podríamos partir del botón de la camisa para hablar sobre su material, dónde se produce, por qué se usan y quién usa camisas y quién no, por qué las mujeres usan camisas con botones a la izquierda y los hombres a la derecha, por qué está producido con un hilado, quién inventó los hilos y el algodón, dónde se produce el algodón y cuánto cuesta… podríamos empezar del botón de la camisa e ir hasta la física cuántica, no sé… (risas)…

Una cosa es tener un currículo preestablecido totalmente estructurado y otra, tener elementos que podemos articular, dependiendo del nivel de curiosidad, del grado de aprendizaje del educando… y de sus condiciones. Porque una cosa es que yo tenga 8 años y sea hombre a que sea mujer, a que tenga 45 y sea trabajadora doméstica o sea una persona que está siguiendo un máster porque quiere hacer una especialización. De repente el tema podría ser el mismo, pero la manera de crearlo y trabajarlo podría ser muy diferente.

Destrozar el paquete, convertir los elementos estructurados en oportunidades de búsqueda de aprendizaje, de investigación, de curiosidad, de desarrollo de capacidad cognitiva, de preguntarse cosas…

Vivimos en estos años entre enseñar competencias básicas y las evaluaciones estandarizadas que reducen mucho qué y cómo se enseña…

Hay un problema de incoherencia. Generar la idea de aprendizaje de capacidades a lo largo de la vida es buenísimo como aspiración. Ahora, ¿cuál es la coherencia en un proceso político pedagógico concreto? ¿De qué manera desarrollamos esas capacidades de aprendizaje?

Hay que mirar más allá del sistema educativo. Tradicionalmente se piensa que lo que aprendemos en la escuela es fundamental, nos crea la identidad, es donde aprendemos el saber; pero la escuela debería ser de ventanas y puertas abiertas, de manera que todo lo que ocurre a fuera estuviera dentro.

Ahora, buscar la coherencia político pedagógica supone buscar los dispositivos que permitan una pedagogía de la pregunta, de la curiosidad, de la sensibilidad colectiva… y, por lo tanto, tener esos dispositivos pero sabiendo que pueden ser modificados, recreados, de manera que debe haber un margen de creatividad mayor.

No vivimos en un espacio de anarquía absoluta, existe un sistema educativo, no es malo que la mayoría de la gente asista a la escuela. El tema es cómo salimos de él. El derecho a la educación no es simplemente el derecho a pasar o a sufrir 12 años de escolaridad. Supone que yo sea mejor persona por haber pasado por él.

Pero tenemos una sociedad que no nos ayuda a apreneder, que no nos estimula, si no a repetir y a hacer cosas para aislarnos de las personas o para ir por encima de los demás. .

A veces pienso queuna escuela trabsformadora debería dedicar tanto tiempo a la educación de los padres de familias que a la de los chavales…

Pensaba justo en las familias, que a veces son las más reticentes y que presionan más a los docentes para que la educación sea lo más homogénea posible…

Por qué no discutir eso con los padres de familia, qué esperamos. Hay mucho que cambiar. En América Latina hemos hablado mucho sobre la importancia del cambio social; estos no son tan fáciles ni rápidos. El cambio social político, social, cultural, la construcción de una nueva hegemonía supone procesos de aprendizaje históricos más largos que momentos de cambio de gobierno, o de revolución. Esto puede hacernos pensar en dejar las cosas como están. El día que hagamos eso será el día que le demos el triunfo a la ideología dominante, que quiere que nos conformemos y resignemos, y que seamos uno más de ese rebaño.

¿Es más difícil? Lo es. Hay que romper cercas, frenos que tenemos por todos lados, sí, efectivamente, pero digamos que es la apuesta de vida por la cual tiene sentido trabajar en educación, y le da dignidad, sentido, valor a cualquier cosa que hagamos, mucho más que el número de personas graduadas.

¿Cuál es el encaje de la educación popular en un sistema educativo convencional?

Pienso que van a ser procesos que no se van a cerrar. Supondría tener centros educativos en los que la relación administración-profes, profes-profes, profes-alumnos, alumnos-administración vayan geenerando otro tipo de relación. Creo que es posible y exixte.

Segundo: la formación del profesorado no ser vista como algo hecho, sino algo que estamos permanentemente haciendo. Hay que sistematizar las experiencias. No podría dar una respuesta absoluta, pero sí podría decir que en la medida que esas experiencias, a través de narrativas docentes o sistematizaciones involucren gente se podrá ir creando sistemas educativo más adaptados.

Tercero, está el análisis de experiencias de otros países. En costa rica no vamos a hacer lo que hacen en Finlandia, pero podríamos aprender así como que de repente Finlandia podría aprender cosas que hacemos en Costa Rica. El tema es cómo generar procesos de interaprendizaje que nos permitan renovar nuestras teorías pedagógicas y mejorar nuestras capacidades.

Supone una transformación del sistema educativo, empezando a trabajar no por series de grados sino por currículos abiertos, intertemáticos…

Siempre Paulo Freire es una inspiración… Decía que cada vez que sobre una situación concreta logramos crear un contexto teórico, estamos haciendo escuela en su sentido radical. En la medida en que podamos desarrollar una capacidad reflexiva que nos permita descubrir los sentidos y las interrelaciones de ese contexto y sus vínculos, estaremos ante la posibilidad de generar capacidades de aprendizaje racional, emocional, físico, corporal, artístico, imaginativo.

Tú empezaste alfabetizando mujeres en Perú y en el gobierno sandinista de Nicaragua, ¿Está mejor la situación educativa en América Latina?

Yo creo que hay más oportunidades que hace 30 años. Estoy pensando en educación popular. Hay cuestionamientos que están más presentes en las adminsitraciones. Pero también hay más resistencias. La lógica dominante trata de impedirlo. Estamos en un contexto de mucha más polarización, nos está quedando claro que las alternativas democráticas solo pueden ser posibles desde procesos de cambio. Las clases dominantes en América Latina son cada vez más profundamente antidemocráticas y que bajo formas de dictaduras de hace años, ahora en formas veladas de golpes suaves, bajo apariencia de legalidad democrática se viven relaciones mucho más antidemocráticas. Copiamos los moldes que nos vienen de Europa o EEUU sobre lo que debe ser la formación, la educación. Eso influye en el profesorado. Es un espacio en disputa. ¿Nos vamos a adaptar a eso o vamos a tener capacidad de inspirarnos mutuamente generando un movimiento que gane mayor convencimiento por parte de la gente? Yo estoy más por la segunda.

Fuente: http://eldiariodelaeducacion.com/blog/2018/05/24/el-derecho-a-la-educacion-no-es-simplemente-el-derecho-a-pasar-o-a-sufrir-12-anos-de-escolaridad/

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Finlandia incorpora la argumentación en clases de Matemáticas y Física

Europa/Finlandia/24 Mayo 2018/Fuente: Elige Educar

A la luz de los desafíos del futuro, optaron por modificar el currículum y hoy trabajan con un sistema que apunta a formar niños que sepan racionalizar y comunicar ideas de forma más efectiva.

Desde hace unos meses, un grupo de profesores de Chile y Finlandia utilizan una aplicación para celulares llamada Smartspeech mientras hacen clases. El sistema graba la voz del docente y más tarde la transcribe, detectando conceptos clave.

“A través del texto que se elabora podemos detectar diferentes cosas: qué palabras se mencionan más en su discurso, qué tan seguido se hace y asociándolas con qué cosas. Gracias a la app , se pueden recolectar datos sobre lo que el profesor está haciendo -dictando, preguntando, ayudando a sus alumnos a trabajar en algo-, así como las acciones de los niños -escuchando instrucciones sentados, trabajando en grupos, haciendo o respondiendo preguntas-. A partir de estas observaciones se crean gráficos que dan cuenta de cuándo y qué cosas sucedieron”, explica Jouni Viiri, profesor del departamento de Educación de la Universidad Jyväskylä en Finlandia.

“La retroalimentación al docente ha sido probada como uno de los factores más importantes que influencian el proceso de aprendizaje de los estudiantes”, comentó durante su paso por Chile hace unos días, donde se reunió con la contraparte chilena del proyecto, que de la mano del investigador Roberto Araya realiza el Centro de Investigación Avanzada en Educación (Ciae) de la Universidad de Chile. La iniciativa cuenta con apoyo de la Academia de Ciencias de Finlandia y de Conicyt.

“La creatividad de una pregunta influencia cómo los estudiantes se activarán y comprometerán con el aprendizaje”, indicó sobre el objetivo del proyecto.

Escolares protagonistas

Jouni Viiri sabe que gran parte del éxito de la educación depende de contar con alumnos motivados. Como uno de los autores del nuevo currículo de Ciencias de Finlandia, el académico aboga por la necesidad de incorporar la argumentación en clases de Matemáticas y Física; un acto que según plantea, los vuelve mucho más partícipes y protagonistas de su educación.

“El pensamiento crítico y la argumentación se mencionan de manera explícita en el currículum actual, de primaria a secundaria”, dice.

El objetivo final es el mismo que llevó a un país destacado por sus resultados educativos a variar un método que parecía funcionarles bien: hace dos años, Finlandia explicó que no modificaba su forma de enseñar por culpa de fallas inmediatas, sino porque su modelo educativo no estaba ayudando a responder a los desafíos del futuro.

Para conseguirlo, se potenciaron los proyectos prácticos y multidisciplinarios que ayudaran a los niños a comunicarse de forma más efectiva, a potenciar su sentido de responsabilidad social, a expresarse creativamente y a saber argumentar.

“La discusión de los teoremas es la base del desarrollo de las matemáticas”, ejemplifica Viiri sobre la necesidad de conversar sobre esta materia, que por lo general se les asocia a un aprendizaje de memoria.

En Física, agrega, “nos interesa que entiendan y sepan aplicar una fórmula; no que solo se la memoricen”.

Viiri vuelve a hablar sobre Física para dar un ejemplo concreto de cómo se puede llevar la argumentación al aula de Ciencias.

“Se les dan dos oraciones a los estudiantes, que pueden ser ‘A: si la velocidad de un objeto cambia es porque está afectado por otro objeto’ y ‘B: La velocidad de un objeto puede cambiar sin que otro lo afecte’. Después se les da un montón de tarjetas donde hay oraciones que los estudiantes pueden usar para asegurar que cada aseveración, A o B, es verdadera o falsa”.

La idea es que argumentar y aprender a dar una segunda vuelta a la información que se recibe trascienda la sala de clases. En una era marcada por la posverdad y el uso masivo de redes sociales, que los jóvenes aprendan a cuestionar, distinguir datos y comunicarlos de forma efectiva es fundamental, plantea el académico.

Fuente: http://www.eligeeducar.cl/finlandia-incorpora-la-argumentacion-clases-matematicas-fisica

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Expertos abordan en Ecuador dinámica social de estudios superiores

América del sur/Ecuador/24 Mayo 2018/Fuente: Prensa Latina

Motivados por analizar la dinámica en los estudios superiores en Latinoamérica, entre otros temas, expertos de varios países desarrollan la segunda jornada del III Congreso Internacional Educación y Universidad para la Transformación Social.
Entre los oradores de la sesión están el titular de Educación de Ecuador, Fander Falconí, mientras que los paneles temáticos versan sobre: Movimientos sociales por el derecho a la educación superior, Buen Vivir y Educación desde el Sur, Nuevos proyectos universitarios, epistemes y metodologías: Ciencias, Tecnologías e Innovación en la Educación, entre otros.

La cita, iniciada la víspera en la ciudad de Cuenca, busca promover encuentros entre investigadores, académicos, directivos y movimientos estudiantiles que fortalezcan las capacidades interinstitucionales y ayuden a repensar el compromiso de los centros e altos estudios de la región con la transformación de la educación y la sociedad.

Otros objetivos del encuentro incluyen impulsar la socialización del conocimiento producido desde el Sur, respecto de la misión social de la universidad latinoamericana, visibilizar propuestas con alternativas a las reformas neoliberales en la docencia de nivel superior, así como aportar al debate público sobre autonomía, organización y responsabilidad social de la universidad.

Los desafíos y proyecciones en ese subsector de la enseñanza también estarán sujetos a debate hasta mañana, cuando está prevista la clausura del encuentro.

Entre los invitados internacionales al evento destacan la ministra de Educación de Cuba, Ana Elsa Velázquez, y su coterránea Silvia Navarro, directora del Instituto Central de Ciencias Pedagógicas, así como el representante de la Universidad Autónoma de México, Enrique Dussel.

También están el director del Instituto Internacional de la Organización de las Naciones Unidas para la Educación, la Ciencia y la Cultura (encargado de la Educación Superior en América Latina y el Caribe), Pedro Henríquez y Andrea Paz, vicerrectora de Investigación y Posgrado del Instituto Superior de Formación Docente Salomé Ureña, de República Dominicana

Asimismo hay una nutrida delegación de Argentina y representantes de Honduras, Brasil, Perú y Estados Unidos.

La convocatoria al III Congreso Internacional de Educación en el marco de la conmemoración de los 100 años de la Reforma Universitaria de Córdoba la hizo la Universidad Nacional de Educación.

Fuente: http://prensa-latina.cu/index.php?o=rn&id=180762&SEO=expertos-abordan-en-ecuador-dinamica-social-de-estudios-auperiores
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Hacia una escuela pública fraterna

Por: Julio Rogero

La escuela pública fraterna que queremos será posible si cada uno de nosotros y el movimiento social de transformación de la educación nos tomamos en serio la realización efectiva de la fraternidad en todas su dimensiones.

“No es que cada uno sea único y magnífico, sino que, en soledad y sin espíritu fraterno, cada uno de nosotros es bastante poca cosa, y fraternidad, mutualidad, solidaridad resultan imprescindibles para la supervivencia de la especie humana…” (Marta Sanz en La era de la posverdad)

Muchos defendemos, desde hace tiempo, que una de las revoluciones pendientes más urgentes y necesarias en nuestra sociedad es la revolución de la fraternidad y la generosidad. Entendida como nos dice el diccionario de la lengua: “Amistad o afecto entre hermanos o entre los que se tratan como tales”. La que, desde distintas perspectivas, el cristianismo y la Revolución Francesa intuyeron necesarias para la vida digna de todos los seres humanos. La libertad y la igualdad siempre han sido reivindicadas y llevadas a la práctica política y social de forma, con frecuencia, polarizada e irreconciliable entre ellas. Esa polarización enfrentada se sigue manteniendo en la vida sociopolítica de la sociedad actual. Este tema es de vital importancia en un mundo de guerra y competitividad descarnadas. La revolución de la fraternidad humana debería ser el distintivo de la nueva sociedad que hay que construir hoy como salida a la crisis sistémica que vivimos. Como nos dice Ángel Puyol (2017), es necesario llevar el derecho a la fraternidad a las leyes, porque cuando las leyes de una sociedad democrática recogen e incorporan este derecho se avanza hacia la apuesta real de la humanidad por garantizar los derechos humanos de todos y, sobre todo, de los más débiles. Este derecho exige que los seres humanos se traten entre sí como iguales, como hermanos y hermanas, como seres libres. La fraternidad es la argamasa que da cuerpo y hace posible la libertad y la igualdad juntas, sin polarizaciones. Pero vivir esta metamorfosis requiere que ella vaya impregnando la vida cotidiana, y no hay duda de su dificultad, en una sociedad que nos lleva justo a lo contrario.

Hace mucho tiempo que reflexiono sobre el papel de la fraternidad en la sociedad, con y entre los pueblos, con la vida y la madre tierra, en el sistema educativo… Pero cada día, cuando veo las noticias y cómo evoluciona nuestro mundo y la educación, me doy cuenta de la distancia entre lo que se vive en la vida cotidiana y lo lejano que queda la práctica de la igualdad-equidad, la justicia social, la libertad y la fraternidad. Entonces me invade la tentación del desánimo y de dejarlo para otro día que, posiblemente, nunca acabaría de llegar. Sin embargo, esa perspectiva utópica del querer vivir y convivir de otra manera, radicalmente diferente a la que nos imponen, me lleva a comunicar la necesidad de caminar hacia otra forma de pensar y de ser. Sabemos que no se dará de la noche a la mañana, pero reconocemos que es la dirección en la que hemos de caminar. Así, se hace necesaria una profunda metamorfosis de la convivencia humana para hacer realidad una sociedad fraterna, basada en el “derecho a la fraternidad”. Reivindicar este derecho es poner en el primer plano las carencias en el cumplimiento de los derechos humanos y de la justicia social en nuestras sociedades.

Porque los seres humanos somos “nudos en una red de relaciones” (R. Panikkar, 2008) aspiramos a que en estas se haga dominante la cooperación, la generosidad, el don, la amistad y la fraternidad. La dimensión ética de esta, junto a su dimensión política son las que nos van a llevar a hacer posible que el derecho a la fraternidad se vaya plasmando en las leyes de nuestro ordenamiento jurídico. Este está hoy al servicio de la clase dominante que no quiere renunciar a sus privilegios. Por eso se hace necesario cumplir las expectativas que genera una sociedad progresiva y profundamente democrática con un régimen político construido por todos y al servicio de toda la ciudadanía. Así se podrán eliminar las desigualdades y defender a los más débiles. La fraternidad humana como derecho es la realización de su dimensión política que exige justicia social, equidad y efectivo respeto a la dignidad humana.

Me parece más que razonable que las políticas educativas estén orientadas también por el derecho a la fraternidad, plasmándose como derecho irrenunciable en las leyes y en las estructuras educativas. Es intrínseco y constitutivo del derecho a la educación y de los derechos de la infancia.

Hacer realidad una sociedad fraterna implica la construcción del espacio educativo de la escuela como espacio de vida en fraternidad. La escuela puede ser hoy, desde una visión radicalmente diferente a la dominante, uno de los ámbitos centrales de recuperación y experimentación de la fraternidad humana como ethos, como actitud y como estilo de vida. Entonces la fraternidad se convierte en el componente esencial del cuidado, del tacto y de la experimentación de la ternura y la compasión (pasión por la vida compartida) en la escuela pública del cuidado mutuo. Es el motor de la pasión por el conocimiento descolonizado y puesto al servicio de la comunidad, de lo colectivo y de lo público. Por eso trabajar la fraternidad y el cuidado en su perspectiva global es una exigencia ineludible del cumplimiento político del derecho a la educación y los derechos de la infancia. Es aprender a vivir y convivir en la comprensión del ser del otro en un “nosotros” fraterno. Sabemos que intentarlo es ir contracorriente y vivir la fraternidad hoy solo se puede hacer en las afueras (Esquirol, 2018) y en los márgenes de lo establecido, exigido, planificado, inspeccionado, burocratizado por el poder en los centros educativos públicos. El ideal de la fraternidad es el dinamizador de la rebeldía necesaria para desescolarizar-descolonizar la escuela, para despatriarcalizarla y hacerla profundamente inclusiva.

Así es más que oportuna la metáfora de la escuela como comunidad abarcadora de toda la humanidad y sus diversidades, donde las relaciones fraternas, no exentas de conflictos, se mantienen y construyen cada día, siempre en la perspectiva del buen vivir colectivo, de la atención plena a los más pequeños y más débiles, más allá de los egos y los intereses individuales y privados de tribus y familias interesadas. Eso lo puede hacer la escuela de titularidad pública que, por ser pública, ha adquirido el compromiso de hacer efectivo el derecho de todas a la fraternidad humana y a ser lo más felices posible en ella.

En esa dirección van las propuestas y realidades que hoy se construyen en la vida cotidiana de los centros educativos cuando elaboran planes de inclusión, de convivencia, de compensación educativa y de éxito de todos, de atención a la diversidad y de transformación emancipadora de todo el contenido escolar. Cuando ponen el cuidado del cumplimiento de los derechos de la infancia en el corazón del derecho a la educación.

La escuela pública fraterna que queremos será posible si cada uno de nosotros y el movimiento social de transformación de la educación nos tomamos en serio la realización efectiva de la fraternidad en todas su dimensiones y prioritariamente en su dimensión la política como derecho.

Fuente: http://eldiariodelaeducacion.com/blog/2018/05/21/hacia-una-escuela-publica-fraterna/

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Chile: Por una nueva educación pública, democrática y feminista

Por: eldesconcierto.cl/ Daniela Lopez-Izquierda Autónoma/ 23-05-2018

La educación feminista implica una redistribución del poder y de la riqueza en el sistema educativo y por tanto en la sociedad. Necesitamos, desde todas y todos los actores sociales de la educación un nuevo pacto social por una nueva educación pública, democrática y feminista. En este contexto, esperamos que el gobierno esté a la altura de estos desafíos y que las medidas que el presidente Sebastián Piñera anunciará hoy recojan estos puntos.

Las movilizaciones estudiantiles han situado la lucha feminista al centro de la construcción de una nueva educación pública. A partir de la rebelión a los acosos y abusos que expresan la dimensión más violenta de las desigualdades de género, se ha abierto la posibilidad de avanzar hacia una educación no sexista.

Cualquier propuesta que pretenda hacerse cargo de la profundidad del conflicto debe recoger las demandas de las estudiantes, profesoras y trabajadoras movilizadas para avanzar con perspectiva feminista hacia una transformación de la educación desde la raíz.

En la educación superior, esto requiere impulsar reformas para todas las instituciones, tanto públicas como privadas, realizando los cambios jurídicos o estatutarios que garanticen:

1. Perspectiva teórica feminista que cuestione de manera general el concepto de educación y de universidad, desde las disciplinas de estudios hasta las jerarquías institucionales.

2. Democratización de las instituciones educativas con trabajo triestamental para llevar adelante la transformación de las universidades desde una perspectiva feminista.

3. Educación sexual integral en todas las instituciones para educar en el ejercicio informado e igualitario de los derechos sexuales y reproductivos.

4. Igualdad sustantiva en la contratación de académicas/os y funcionarias/os y en el gobierno institucional, lo que requiere, entre otras medidas, procedimientos de paridad e igualdad salarial.

5. Protocolos eficaces contra el acoso y violencia sexual, que regulen de manera efectiva las relaciones de la comunidad universitaria.

Estas transformaciones requieren la ampliación de la educación pública como un derecho social, garantizando financiamiento basal y directo a las universidades públicas, que permita materializar un proyecto educativo transformador, democrático y no sexista; y el fin efectivo al lucro en todo el sistema educativo. Por el contrario, mientras la educación se siga rigiendo por las lógicas del mercado, continuará la reproducción de los roles de género, donde las carreras feminizadas asociadas a las labores de cuidado, servicios y crianza son las más precarizadas, mientras las carreras típicamente masculinas asociadas al poder, son las más valoradas socialmente, las más exitosas en el mercado y las que cuentan con mayores recursos.

La educación feminista implica una redistribución del poder y de la riqueza en el sistema educativo y por tanto en la sociedad. Necesitamos, desde todas y todos los actores sociales de la educación un nuevo pacto social por una nueva educación pública, democrática y feminista. En este contexto, esperamos que el gobierno esté a la altura de estos desafíos y que las medidas que el presidente Sebastián Piñera anunciará hoy recojan estos puntos.

*Fuente: http://www.eldesconcierto.cl/2018/05/23/por-una-nueva-educacion-publica-democratica-y-feminista/

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