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Amazonía brasileña alcanzó su mayor deforestación de los últimos cinco años

América del Sur/Brasil/09-02-2020/Autor(a) y Fuente: www.telesurtv.net

Los ecologistas atribuyen el crecimiento a las medidas de flexibilización de la fiscalización y a la retórica antiambientalista de Jair Bolsonaro.

La Amazonía brasileña perdió 284.3 kilómetros cuadrados de cobertura vegetal durante enero de 2020, sufriendo la mayor deforestación para este mes desde 2016 y doblando la del mismo período de 2019, cuando ascendió a 136.2 kilómetros cuadrados, dio a conocer este lunes el Instituto Nacional de Pesquisas Espaciales (Inpe).

El Inpe divulgó estos datos a partir de una proyección provisional de la deforestación que realiza con base en un sistema de alertas de alteraciones en la cobertura forestal de la Amazonía a partir del análisis de imágenes de satélite.

Anteriormente, el Instituto había advertido que la deforestación de la Amazonía brasileña saltó un 85 por ciento el año pasado, desde unos 4.219 kilómetros cuadrados en 2018 hasta más de 9.165 kilómetros cuadrados en 2019, con lo que también llegó a su mayor nivel desde 2016.

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Los ecologistas atribuyen el crecimiento a las medidas de flexibilización de la fiscalización y a la retórica antiambientalista del actual presidente brasileño, Jair Bolsonaro, que defiende la explotación económica de la mayor selva tropical del mundo y el fin de la demarcación de nuevas reservas indígenas.

De acuerdo con organizaciones no gubernamentales, la retórica del líder ultraderechista contra la Amazonía incentiva la ocupación ilegal de los bosques por parte de invasores y madereros clandestinos. Pese a las críticas, Bolsonaro presentó esta semana a consideración del Congreso un proyecto de ley para permitir la minería, la explotación de petróleo y la construcción de hidroeléctricas en las reservas indígenas.

Asimismo, la deforestación ha sido señalada como una de las principales causas de los incendios forestales que aumentaron un 30 por ciento el pasado año y destruyeron parte de la Amazonía, causando conmoción en el mundo entero.

Diferentes analistas han sostenido que los altos datos de deforestación en enero indican que los ataques de madereros y agricultores comenzaron más temprano este año, pues por lo general este mes los índices de devastación forestal son reducidos debido a las lluvias del período, que dificultan la movilización de maquinaria pesada en las áreas selváticas.

Fuente e Imagen: https://www.telesurtv.net/news/-deforestacion-amazonia-alcanza-maximo-cinco-anos-20200207-0033.html

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Un veto parental de pin y pon

Por: Miguel Lorente Acosta

La educación es la esencia de la democracia, quizás por ello la ultraderecha busque condicionarla de la manera que lo hace

La ultraderecha de Vox, con el beneplácito de la derecha del PP y Ciudadanos, impone un veto (denominado por ellos pin) para poner sus ideas “a salvo”. Sin duda, deben tener poca confianza en sus propios valores, creencias y capacidad para educar a los hijos, si piensan que una actividad extraescolar y puntual que se da en la ESO puede hacer cambiar la educación que se da en casa cada día.

Esta medida, como otras similares, demuestra la falacia que representa su modelo de sociedad y la debilidad de sus argumentos, incapaces de soportar el contenido de una clase de secundaria. Debilidad y falacia que no se limitan a los contenidos académicos, y que vemos a diario en las instituciones cuando tienen que utilizar datos falsos sobre la violencia de género, los extranjeros, la unidad de la nación o la idea de patria para poder defender sus propuestas.

Su mundo es una burbuja falsa donde ellos obtienen y han obtenido muchos privilegios, tantos como que a pesar de las mentiras que vierten vuelven a estar en las instituciones. Por eso su estrategia se basa en evitar confrontar sus ideas y planteamientos con otras ideas, de ahí que al igual que hacen en los colegios con el veto parental, lo intenten en las instituciones con sus propuestas de ilegalizar determinados partidos y así hacer callar lo que a ellos no les gusta.

Imagino que el siguiente paso será el “pin parlamentario” para que sus diputados y diputadas puedan faltar a las sesiones y no escuchen a quienes la democracia les da la palabra, como hicieron en el debate de investidura al abandonar el hemiciclo cuando el portavoz de Bildu subió al estrado.

La derecha y la ultraderecha se equivocan con ese tipo de propuestas, y, al margen del significado de este tipo de iniciativas, tienen dos referencias claras para entender su inutilidad.

La primera de ellas es el fracaso de cualquier proyecto que intente imponer unas ideas al margen de la realidad. Las condiciones que harían falta para adoctrinar a un grupo amplio de la sociedad requerirían tal nivel de aislamiento del entorno, una homogeneidad en el mensaje, una constancia en el tiempo y una intensidad en el contenido, que es algo imposible de alcanzar en una actividad extraescolar que se organice de manera puntual sobre determinadas cuestiones. Y no tienen que irse muy lejos. Imagino que recordarán la educación que se daba durante la dictadura, una educación con mensajes rotundos, sin fisuras, constantes y mantenidos en el tiempo, y sin embargo, no fue capaz de desplazar los ideales democráticos.

La segunda es que olvidan que la responsabilidad del Estado es educar para la convivencia en la pluralidad de ideas y creencias, y en la diversidad de las personas que forman esa sociedad plural. La educación es la esencia de la democracia, quizás por ello busquen condicionarla de la manera que lo hacen, y sigan dando pasos hasta llegar a la ley que aprobó el pasado noviembre el Parlamento de Ohio para que los alumnos puedan responder mal las preguntas de los exámenes cuando el contenido esté relacionado con la religión y sus creencias.

La ultraderecha lo tiene claro y sabe que este tipo de propuestas no les desgasta y que les da aliento entre sus votantes, pero PP y Ciudadanos se equivocan por seguirle el juego. La ultraderecha los utiliza como muñecas, como esos PinyPon tan pequeñitos que se podían manipular sin problema y ponerlos en cualquier lugar. Quizás no sean conscientes, pero pagarán un precio alto en votos y credibilidad al apoyar o silenciar esta y otras muchas medidas relacionadas con la igualdad.

Quizás, lo que debería plantearse es ponerle un veto (o pin como ellos dicen) a la ultraderecha.

Fuente: https://elpais.com/elpais/2020/01/17/mujeres/1579279255_115415.html

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Entrevista a Nadia Fink: “A los niños se les enseña el ego y las niñas se les enseña la culpa”

Por: Meritxell Freixas Martorell

«El feminismo es replantearte cómo te educaron, cómo miras y cómo te relacionas», dice Nadia Fink. Para ello, junto a otras, comenzó la colección «Antiprincesas», una serie de libros infantiles sobre algunas mujeres relevantes de Latinoamérica que desde hace poco han llegado a España de manos de Akal. Frida Khalo, Violeta Parra, Juana Azurduy o Evita son algunas de las mujeres sobre las que ya han escrito. Otros referentes para otra educación.

Una niña se encuentra una perra por la calle y la bautiza como Frida “porque es niña y tiene bigote”; acaba de leer la historia de Frida Kahlo. Otra, hija de madre soltera, que dice: “Mamá, Violeta también se quedó sola con sus niños”, porque acaba de conocer la historia de la cantante chilena Violeta Parra. Son los efectos que produce en las niñas Antiprincesas, la colección que muestra las luchas de mujeres latinoamericanas y rompe con los estereotipos de género de las mujeres. Una de sus creadoras es Nadia Fink, periodista y escritora argentina, que se ha atrevido a hablar a las más pequeñas sobre la vida de otras mujeres, desde el feminismo, la perspectiva de género y en su propio lenguaje. La pintora mexicana Frida Kahlo, la artista chilena Violeta Parra o la coronela boliviana Juana Azurduy, son algunas de las protagonistas de estas historias que ponen de relieve las obras y logros de todas ellas, y dejan atrás su vida romántica o sentimental.

El proyecto es una apuesta de la editorial infantil Chirimbote y se complementa con la colección Antihéroes, pensada para deconstruir la idea clásica del superhéroe fuerte y valiente que todos los niños quieren imitar. La colección se dirige a niños y niñas de entre 6 y 12 años, pero también se está utilizando en párvulos e, incluso, para adolescentes que quieren aprender las biografías de estos personajes.

Desde hace dos meses, los cuentos están disponibles en España de la mano de la editorial Akal, de Madrid. Una propuesta para hacer llegar a los niños y niñas del otro lado del Atlántico los referentes latinoamericanos desde otra mirada, “más allá de la idea de la Pocahontas”, como dice Fink.

“Antiprincesas” nace en 2015, un momento en el que el feminismo en Argentina ya tenía mucha fuerza. ¿Cómo influyó en el impulso del proyecto?

Empezamos en enero de 2015 con Frida, que fue el primero y fue un poco previo al estallido en Argentina de #NiUnaMenos, que llegó poco después y sacó a mucha gente en la calle. Queríamos mostrar historias de mujeres contadas para niñas, que era una parte que no estaba considerada para las infancias. Empezábamos a hablar desde el periodismo y las editoriales para gente adolescente y adulta, pero dejábamos las infancias para las grandes industrias. Cuando sale “Violeta Parra” en junio de ese año fue justo cuando aparece #NiUnaMenos”, y ahí se termina de dar un impulso grande a la colección Antiprincesas.

¿Cuáles son los criterios para elegir a las mujeres protagonistas de la colección?

Pensamos que fueran latinoamericanas, ya que los cuentos que leen las niñas vienen de contextos europeos y es bueno contarles su contexto latinoamericano, sus paisajes, sus colores, sus cuerpos, sus herencias y orígenes. Otra es que fueran mujeres comunes que hicieron cosas importantes. A veces nos preguntan: «¿Son feministas o no son feministas?». Bueno la mayoría de nuestras mujeres no se decían feministas, pero hicieron mucho y aportaron por el feminismo popular que estamos viviendo ahora. También pensamos en que rotaran por todas las disciplinas: hay escritoras, cantantes, luchadoras, trabas [travestis], [activistas como] las Abuelas y Madres de Plaza de Mayo… La idea era que se vieran todas las posibilidades que tenemos las mujeres.

  

Pensando en el eje de la política tradicional, ¿la selección responde a un perfil político determinado?

Desde el foco de política tradicional, podría verse que hay una mirada determinada de parte nuestra, pero para nosotros la política atraviesa lo cotidiano y nos cuesta pensarlo tan limitadamente. Si lo vemos así, es más de izquierdas. Pero, por ejemplo, partimos con Frida Kahlo, que hoy es un personaje de moda y que muchas veces está vacío de contenido. Ella es la pintora lisiada que vemos en todas las carteras y almohadas y decidimos partir del estereotipo que se genera de ella para desandar la vida de otras maneras.

¿Qué tipo de estereotipos derriban los relatos que escriben?

Básicamente, los estereotipos de género, cómo las mujeres fueron contadas en los cuentos clásicos para las infancias. Mujeres que siempre estuvieron a la espera de que las rescatasen, que vivieron siempre para su imagen, cuidando su cuerpo y vestimenta, que tuvieron que seguir una tradición familiar, que siguieron un legado que no tuvo que ver con la elección o el deseo; se peleaban entre ellas y eran muy competitivas. Queríamos desandar estos estereotipos y en vez de decir que eso estaba mal, optamos por mostrar otras mujeres haciendo otro tipo de cosas. Nos pareció una manera propositiva de enseñar a las niñas espejos más reales en los que reflejarse. En cualquier cumpleaños infantil a las niñas las disfrazan de princesas y a los niños de superhéroes, y eso genera un contexto y una forma de tener que ser que es siempre inalcanzable.

Habla de “ni princesas Disney ni Barbie”, precisamente dos hitos infantiles para muchas generaciones.

Por un lado hay el tema de la belleza focalizada sólo en lo físico, una belleza que, además, es inalcanzable. Una Barbie representa una modelo y unos estándares imposibles que tienen que ver con dedicarte todo el día al cuerpo, operarte, enfermarte o, incluso, mentir, porque después vemos que cuando sacan una foto a una modelo sin Photoshop y tiene celulitis se le viene el mundo abajo. Me llama la atención cómo se sexualiza a las niñas vestidas como princesas de Disney. Una niña de ocho años no tiene formas –es regordeta o es plana–, pero no puede caber en un vestido de princesa que, además, es un dibujito animado y que tiene dimensiones irreales. Esas cinturas que no pueden existir; o el pelo necesariamente liso, porque rizado es como si fuera la antibelleza. Tiene que ver con poder ser a partir de lo imperfectas que somos y quererse como una es. A los niños se les enseña el ego y las niñas se les enseña la culpa. Ojalá que esto aporte y ayude para que las niñas crezcan con más cariño para sí mismas.

Tu fuiste educadora infantil. ¿Cómo se puede trasladar toda esta pedagogía con enfoque de género a las aulas infantiles?

Según las edades, hay diferentes estrategias. En las escuelas aún hay muchos modelos que desarmar. Hay cosas muy establecidas: desde las listas y las filas separadas por niños y niñas, que ya de por sí es una separación molesta, sobre todo si hablamos de personas trans; hasta los colores, los tipos de juegos y los juguetes o los espacios que ocupan en los patios, etc. Son cosas estructurales que hay que empezar a ver. Después habrá que ir desarmando lo más chiquito, como los problemas de matemáticas, que todavía hablan de que la mamá va a comprar verduras y el papá es arquitecto. Tenemos que desarmarlo con mucha minuciosidad y poniendo la mirada hacia el interior de cada docente porque todas estamos atravesadas por los machismos y por nuestras crianzas. Se trata de mirar profundamente cuánto nos pudo haber dañado ese tipo de estructura y hacer que las infancias de hoy lo vivan con más naturalidad para ser lo que cada quien quiera ser.

Ahora que estamos en época navideña, hay varias campañas y movimientos que han levantado el mensaje de los juguetes no sexistas. ¿Se ha avanzado algo en esa idea de mirar a las infancias sin tratar de imponer un rol de género desde pequeños?

Eso es un tema que se naturalizó por mucho tiempo y desde el feminismo se empezó a cambiar la mirada y el punto de vista. El feminismo es eso: replantearte cómo te educaron, cómo miras y cómo te relacionas. Al no haber observado nunca las infancias desde posiciones más progresistas, no nos dábamos cuenta y naturalizábamos que regalar una escobita estaba bien. Sí creo que ha empeorado el tema del rosa asociado a las niñas. Hasta las cocinitas son rosas. Más allá de eso, me parece que en el momento actual vamos a por todas: se cuestionan los juguetes, las películas, los libros… Hay una corrida de este adultocentrismo que mandó durante tanto tiempo y que está sacudiéndose porque somos generaciones que criamos con más libertades, familias criadas en democracias que, necesariamente, generaron infancias más libres y más cuestionadoras.

Muchos hombres también han empezado a mirarse y a tratar de entender de qué va todo esto. Se sienten interpelados y algunos incluso ponen en cuestión determinados modelos de masculinidad.

En nuestra colección Antihéroes pensamos cómo estos estereotipos también afectan a los niños porque les piden que sean fuertes, que se preparen para ser proveedores de su hogar, cubrir las expectativas, etc. Estos circuitos perjudican a niños y niñas. Nos parecía importante plantear que en la historia de Latinoamérica hubo hombres que no eran superhéroes, que sus superpoderes pasaban por cosas más cotidianas y que, además, enfrentaron miedos, porque ser valiente no es no tener miedo, sino enfrentarlo. Hablamos de Cortázar, del Che Guevara, de Galeano…

 

¿Qué opina del fenómeno de Las Tesis, que desde Chile se ha expandido a nivel mundial?

Ha sido increíble, es algo muy creativo, y esa creatividad en el feminismo se está imponiendo y es lo novedoso. Romper con un ritmo tan sencillo y tan simple, explicar el patriarcado con cuatro palabras cantadas, relacionando el Estado y el capitalismo. Me parece maravilloso y, más allá de la repercusión mundial, también la que ha tenido en lugares más pequeños que han buscado cómo hacerlo y han querido participar. Todo lo que se haga para interpelar a la mayor parte de gente posible me parece genial. El feminismo entiende que las cosas hay que decirlas de todas las maneras posibles, y en eso tienen mucho que ver los feminismos populares, que no se quedan en los recintos académicos, sino que salen a interpelar a todas las personas. A veces el feminismo puede ser una palabra muy fuerte para alguien o, incluso, una palabra con connotaciones negativas, pero cuando profundizan se dan cuenta de que es una manera de salvarte la vida.

Muchas mujeres hablaban de un ejercicio reparador para ellas, lo que está directamente asociado a las violencias de todo tipo que enfrentan en su cotidianidad.

Es una reparación colectiva, que es lo que ocurre con las cosas masivas. Hay personas que para mejorar un mal día van al fútbol y gritan con mucha gente, o a un concierto. Son ese tipo de cosas colectivas que también tienen algo de exorcismo, de brujería. Pararse, poner el cuerpo, acusar y señalar colectivamente es algo a lo que el feminismo va dando cada vez mejor forma.

¿Cómo el feminismo y las nuevas generaciones tendrán que enfrentar el desafío de la ultraderecha?

Si tuviera la fórmula, me hubiera presentado como candidata [se ríe]. Creo que estamos haciendo un aporte desde cada lugar que podemos para que se empoderen las infancias y se sostengan. Estas ultraderechas tiene unos rasgos muy terribles. Más allá de ser conservadoras, son poco profundas y están atravesadas por el fundamentalismo. No digo que las ultraderechas anteriores hayan sido mejores, pero tenían una base que se podían sostener desde lugares ideológicos, filosóficos o teóricos. Ahora hay un rejunte de oportunistas, con pocos estudios y muchas oportunidades, sumado al Evangelismo que creció. Esto es un error de las izquierdas y de muchas militancias sociales, que no vieron venir lo que hacía el Evangelismo en los sectores más empobrecidos; y los grandes negocios que hay detrás de todo esto: desde la explotación de cuerpos y territorios hasta el narcotráfico. Es un combo muy difícil. Pero están creciendo una gran cantidad de infancias bien distintas y bien cuestionadoras. Por eso es tan importante el feminismo popular, el que atraviesa todos los sectores, no sólo a un sector universitario que lo puede pensar desde una teoría. En el feminismo popular cada quien se encuentra feminista dentro de su propio campo de acción.

Fuente e Imagen: https://eldiariodelaeducacion.com/blog/2019/12/23/a-los-ninos-se-les-ensena-el-ego-y-las-ninas-se-les-ensena-la-culpa/

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Movimiento Las Sardinas se manifiesta en Roma, capital italiana

Europa/Italia/15-12-2019/Autor(a) y Fuente: www.telesurtv.net

Organizaciones políticas, sindicales y sociales se dieron cita en la Plaza, en la primera manifestación del grupo en un espacio abierto de esta dimensión.

Una multitudinaria manifestación integrada principalmente por jóvenes seguidores del recién creado movimiento progresista “Las Sardinas” tuvo lugar este sábado en la céntrica Piazza San Giovanni, en Roma (capital de Italia), sitio tradicionalmente utilizado para manifestaciones políticas.

«Llegó el momento en que la gente ya no puede permanecer pasivamente en casa, es hora de tomar una posición», declaró uno de los fundadores del movimiento, Mattia Santori, a la televisión local, en referencia a la oposición del grupo cívico al ministro del Interior italiano, el líder de ultraderecha Matteo Salvini, y otros líderes populistas del país.

Personas provenientes de diferentes partes del país europeo invadieron la emblemática explanada donde la movilización comenzó con los primeros participantes entonando el himno nacional y Bella Ciao, canción popular italiana símbolo de la resistencia antifascista y de la izquierda.

Exponentes de organizaciones políticas, sindicales y sociales se dieron cita en la Plaza sin portar banderas ni consignas partidistas, en la primera manifestación del grupo en un espacio abierto de estas dimensiones. “Las Sardinas” no guarda vínculos formales con partidos políticos y los organizadores mantienen que no quieren convertirlo en uno.  

Boloña (norte), fue la ciudad testigo del origen del movimiento el 14 de noviembre pasado, cuando miles de personas abarrotaron «como sardinas enlatadas» una plaza de la ciudad para denunciar al partido de Salvini, La Liga y su retórica antiinmigración que han calificado de degradante.

Con los lemas “Boloña no se Liga” y “Boloña no muerde la carnada” -de la propaganda- el objetivo era frenar el avance de la derecha y en especial de Salvini, en la campaña con vistas a las elecciones regionales de enero próximo en Emilia Romaña, bastión histórico de la izquierda.

A pesar de la creciente popularidad del grupo, La Liga continúa encabezando las encuestas de opinión nacional y podría obtener una victoria histórica en los comicios.

Durante este mes “La Sardinas” han protestado en ciudades italianas como Módena, Reggio Emilia, Rímini, Génova, Florencia, Milán, Nápoles, Ferrara y Turín con mensajes y representaciones de orientación democrática y antifascista.

Para este sábado, los organizadores anunciaron un Día Mundial de sardina, con acciones en 33 plazas en todo el mundo, mediante su página en la red social Facebook.

Fuente e Imagen: https://www.telesurtv.net/news/movimiento-sardinas-manifiestacion-roma-italia-20191214-0017.html

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Así le hemos contado las manifestaciones contra la violencia de género en toda España

Europa/ España/26.11.2019/ Fuente: elpais.com.

Las protestas, a las que han acudido decenas de miles de personas, se han celebrado en más de una treintena de ciudades con motivo del Día Internacional de la Eliminación de la Violencia contra la Mujer

Decenas de miles de personas se han manifestado este lunes contra la violencia machista en toda España con motivo del Día Internacional de la Eliminación de la Violencia contra la Mujer. Las protestas, organizadas por asociaciones y colectivos feministas, se han llevado a cabo en más de una treintena de ciudades, entre ellas Madrid, que ha acogido esta tarde una gran manifestación desde el Paseo del Prado a la Puerta del Sol bajo el lema El machismo mata. Según la Policía Nacional, han acudido unas 8.000 personas. En Barcelona, la segunda ciudad del país, han protestado en la marcha unas 10.000 personas, según la Guàrdia Urbana. En Valencia, según fuentes municipales, ha habido 20.000 manifestantes. En Sevilla, la cuarta ciudad del país por población, la protesta ha arrancado a las 20.00 y se han concentrado entre 2.000 y 3.000 personas, según fuentes policiales. También ha habido movilizaciones, entre otros sitios, en Alicante, Ávila, Burgos, Cartagena, Castellón, Ciudad Real, Bilbao, San Sebastián, A Coruña, Pontevedra, Gijón, Zaragoza, Lleida, Girona, Huesca, Huelva, Jaén, Lanzarote, Logroño, Salamanca, Santander, Segovia o León, donde bajo el lema No te calles se ha realizado un acto que ha contado con la intervención del expresidente del Gobierno José Luis Rodríguez Zapatero. Así le hemos contado las protestas

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Entrevista con Mario Rodríguez: ¿Viene la biblia a desplazar la Pachamama?

Por: Miriam Lang*

Una lectura diferenciada del resurgimiento de la extrema derecha en Bolivia, de las responsabilidades del gobierno y de las opciones que tienen las fuerzas transformadoras

Entrevista con Mario Rodríguez, El Alto

Mario Rodríguez vive en El Alto, Bolivia, donde forma parte del equipo de Wayna Tambo y de su estación de radio comunitaria. Es integrante de la Red de la Diversidad, de la red latinoamericana de Cultura Viva Comunitaria y del Grupo de Trabajo Permanente sobre Alternativas al Desarrollo.

Mario, hay dos interpretaciones principales que circulan acerca de los sucesos recientes en Bolivia: La una, que también es la oficial de Evo Morales y Álvaro García Linera, afirma que se trata de un golpe cívico-policial. La otra habla de una fiesta de la democracia, que logró triunfar sobre el fraude electoral. ¿Qué comentarios te provocan estas interpretaciones?

Para entender lo que está pasando es importante remontar al referendo del 21 de febrero de 2016 sobre la posibilidad de Evo de postularse una vez más como candidato a presidente en estas elecciones de ahora, en la que una mayoría del electorado le dijo que no, que debería ser el pasado su último mandato. Luego el gobierno activó una serie de mecanismos legales bastante turbios para asegurar su candidatura a pesar de este resultado del referendo, lo que desató en los últimos años una batalla en torno a la legalidad de esta candidatura.

El otro elemento es que a pesar de que nadie cuestiona que Evo Morales obtuvo una mayoría relativa en estas elecciones de octubre, hubo demasiados indicios de manipulación del voto para obtener la diferencia de más del 10% que se requiere en Bolivia para evitar una segunda vuelta, que el gobierno temía perder.

¿Puede ser que ya en 2016 haya habido manipulación del voto?

No se puede descartar del todo esta posibilidad, pero en este entonces el Tribunal Supremo Electoral tenía mucha más independencia, había personas que defendieron mucho eso y que han renunciado a sus puestos desde entonces.

Entonces, estos fueron los dos detonadores principales de un movimiento social en resistencia a la reelección de Evo, que involucró a amplios sectores de la población, con una predominancia de las clases medias en las grandes ciudades del país. Una parte de esta movilización era gente indignada que salió espontáneamente en defensa del voto y contra este aferramiento del gobierno al poder. Pero al mismo tiempo presenciamos otra dinámica, que actuó muy organizadamente en este escenario: la derecha organizada se montó sobre este movimiento espontáneo con una estrategia planificada, y en eso muy posiblemente hubo también asesorías externas, por ejemplo, del gobierno de Estados Unidos.

 Desde estos espacios ya se incitaba a no aceptar ninguna victoria de Evo Morales en las elecciones por venir. Se hablaba de que vivimos en dictadura y que las elecciones son convocadas por el dictador.

Luego, después de las elecciones primero la voz más visible era del candidato opositor Carlos Mesa, que obtuvo entre 36 y 37% de los votos, pidiendo una segunda vuelta. Al cabo de una semana cambio este liderazgo, aparece la figura del presidente del Comité Cívico de Santa Cruz, Luis Fernando Camacho, y se comenzó a pedir anulación de toda la elección y nuevas elecciones sin la participación de Evo Morales. Las demandas se fueron radicalizando, luego ya se pidió la renuncia, y ahora detención y encarcelamiento del presidente, vicepresidente y todo su gabinete.

¿Nos puedes contar un poco más quién es Luis Fernando Camacho, por favor?

Luis Fernando Camacho viene de una familia de empresarios de Santa Cruz, no el más grande pero importante, con actividades financieras y agrarias. Ha sido líder de la Unión Juvenil Cruceñista, una agrupación que destacó por acciones violentas en el conflicto de la Media Luna de 2008/2009, cuando las provincias de tierras bajas planteaban separarse de Bolivia. En este entonces, era evidente que la UJC era de extrema derecha y tenía raíces en el fascismo, por ejemplo usaban mucho el símbolo de la svástica nazi y había actuaciones conjuntas con la Falange Socialista Boliviana. Sin embargo, posteriormente llegaron a acuerdos con el gobierno de Evo Morales, al igual que los sectores empresariales de Santa Cruz, y hubo un pacto temporal que ahora se volvió a romper. Se dice que Luis Fernando Camacho está ligado a una iglesia evangélica muy derechosa que se instaló aquí hace unos tres años, en todo caso su discurso está muy marcado por el cristianismo reaccionario, habla mucho del mandato de Dios.

La otra figura que destaca y se asoció con Camacho es Marcos Pumari, de familia de procedencia minera de Potosí de sectores populares que están enfrentados con el gobierno de Evo hace mucho tiempo a partir de un conflicto sobre concesiones mineras. Pumari ha sido importante para que este sector radicalizado de la oposición pueda afirmar que no es solo de Santa Cruz y que también hay indígenas en su seno.

El 10 de noviembre, cuando estos personajes llegan a la puerta del palacio de gobierno dicen públicamente que van a sacar a la Pachamama de este lugar y que ahora vuelve Jesucristo. Luego logran entrar al palacio, colocan a la biblia en el centro de la bandera boliviana y se arrodillan allí.

¿Por qué se habla de que son ellos que conformarían ahora un gobierno, si ni siquiera participaron en las elecciones pasadas?

Efectivamente, Camacho pretende conformar un gobierno con un militar, un policía y un representante cívico. Esto sí configuraría un golpe de estado puro y duro. Constitucionalmente, el gobierno transitorio debería ser conformado por la cabeza del poder legislativo, pero las presidencias de ambas cámaras renunciaron en la ola de renuncias que hubo en el oficialismo.

En todo caso, aunque Camacho intenta consolidar y montarse sobre esta imagen divulgada internacionalmente de la “ciudadanía festejando en defensa de la democracia”, requeriría un mínimo de institucionalidad para legalizar un gobierno de transición – y esta solo puede darse a través de una decisión de la Asamblea Legislativa. Los líderes de partidos de oposición apoyan a esta salida porque devolvería protagonismo a los partidos políticos, que ahora lo han perdido.

Lo que es innegable es que un escenario de violencia callejera y caos, como comenzó a manifestarse en la noche del domingo al lunes en varias ciudades, favorecería la opción de Camacho de un gobierno cívico-militar para “restablecer el orden”. Lo que parece muy incierto en este momento es si el gobierno de Evo Morales logra retomar la iniciativa.

En 2006, cuando Evo Morales llega al gobierno, Bolivia es el país latinoamericano con el mayor grado de organización social. Organizaciones indígenas, pero también sindicales. Evo llega después de fuertes luchas contra el neoliberalismo y siendo parte de estas estructuras organizativas. ¿Qué ha pasado con estas organizaciones hoy?

Gran parte de ellas siguen existiendo como estructuras y siguen siendo muy masivas. Sin embargo, las organizaciones afines al gobierno se han vuelto altamente dependientes del y funcionales al poder ejecutivo en estos 13 años de gobierno. Están profundamente inmersas en el reparto de prebendas del estado, han perdido su autonomía y con ello su capacidad de crítica, pero también de movilización. En los últimos días hubo necesidad de estas voces, pero, aunque en algunos lugares hubo movilizaciones fuertes de apoyo, por ejemplo de los cocaleros de Cochabamba, no se logró nada contundente a nivel nacional como en otras épocas. Es llamativo que mucha gente con la que hablé en los últimos días sí defienden al gobierno de Evo, pero no se movilizan, no se sienten representadas en esta mediación tan subordinadas de estas organizaciones.

Luego, hay otra clase de organización que se centra en la resistencia territorial contra el extractivismo o contra megaproyectos, de estructura comunitaria. Estas organizaciones han pasado más bien anonadadas en este conflicto actual, o en algunos casos, sus liderazgos se han volcado ya desde hace algún tiempo hacia partidos de oposición de derecha, por los que son funcionalizados más como un elemento folclórico indígena.

Bolivia también ha sido el país que constitucionalizó diferentes tipos de democracia, más allá de la representativa, también la participativa y la comunitaria. Y ha colocado en el debate del continente la descolonización y la despatriarcalización. ¿Qué está pasando ahora con esto?

En cuanto a la despatriarcalización, hay que decir que incluso durante los años de gobierno, se recrudeció el ejercicio del patriarcado. Bolivia es hoy el país con los mayores índices de violencia de género y sobre todo de feminicidios en el continente. Hoy desde las fuerzas cívicas se refuerza mucho este imaginario del macho blanco superior, incluso desde la corporalidad. Es terrible lo que se está produciendo en términos simbólicos.

Frente a esto, hay una multitud de grupos y colectivos menos jerárquicos y estructurados, en principio críticos del gobierno, que en los últimos días se expresaron en defensa de estos elementos centrales, fundacionales del proceso de cambio: la plurinacionalidad, la descolonización, la despatriarcalización, los derechos de la Pachamama. Dicen: “no podemos permitir que todo eso se muera ahora”. Mientras el MAS centra su discurso en la democracia liberal representativa y el haber ganado el voto, ellos reivindican las dimensiones de la democracia más radical, más profunda.

Hay que recalcar que una mayoría relativa del electorado sí votó por Evo, y mucha gente aquí en El Alto ayer estaba agradeciéndole por la política social de estos años, también por una gran estabilidad económica que se logró en comparación con el resto de América Latina; por que las personas indígenas hayan por fin alcanzado dignidad, que ya no hayan tenido que tener vergüenza de llevar pollera en estos años. En estos sectores no hay mucha discusión sobre el hecho de que la base económica de esta política social haya sido la expansión del extractivismo.

Entonces, podemos afirmar que hoy, de cierto modo revive esta agenda de transformación profunda, tapada en estos 13 años por muchos discursos y prácticas del gobierno, y abandonada poco a poco por las grandes organizaciones sociales afines. Aunque de momento, su articulación puede darse más desde la resistencia a este fuerte embate de la derecha que desde la construcción de alternativas propiamente. Esto se verá más adelante. Los sucesos de los próximos días probablemente determinarán si estas fuerzas nuevamente son invisibilizadas por la centralidad de la figura de Evo como víctima de este ataque de la derecha y símbolo del cambio, o si logran afirmarse con un protagonismo propio y más articulado.

*Profesora investigadora en el Área de Estudios Sociales y Globales de la Universidad Andina Simón Bolívar, sede Ecuador. Cofundadora del Grupo Permanente de Trabajo sobre Alternativas al Desarrollo en 2011. Ha acompañado procesos y movimientos sociales en América Latina desde la década de 1980

Fuente: Revista Alba

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Bolivia: Un levantamiento popular aprovechado por la ultraderecha

América del Sur/ Bolivia/ 11.11.2019/ Fuente: desinformemonos.org.

 

El levantamiento del pueblo boliviano y de sus organizaciones fue lo que en última instancia provocó la caída del gobierno. Los principales movimientos exigieron la renuncia antes de que lo hicieran las fuerzas armadas y la policía. La OEA sostuvo al gobierno hasta el final. La crítica coyuntura que atraviesa Bolivia no comenzó con el fraude electoral, sino con el sistemático ataque del gobierno de Evo Morales y Álvaro García Linera a los movimientos populares que los llevaron al Palacio Quemado, al punto que cuando necesitaron que los defendieran, estaban desactivados y desmoralizados.

1.- La movilización social y la negativa de los movimientos a defender lo que en su momento consideraron “su” gobierno fue lo que provocó la renuncia. Así lo atestiguan las declaraciones de la Central Obrera Boliviana, de docentes y autoridades de la Universidad Pública de El Alto (UPEA), de decenas de organizaciones y de Mujeres Creando, quizá la más clara de todas. La izquierda latinoamericana no puede aceptar que una parte considerable del movimiento popular exigió la renuncia del gobierno, porque no puede ver más allá de los caudillos.

La declaración de la histórica Federación Sindical de Trabajadores Mineros de Bolivia (FSTMB), cercana al gobierno, es el ejemplo más claro del sentimiento de muchos movimientos: “Presidente Evo ya hiciste mucho por Bolivia, mejoraste la educación, salud, le diste dignidad a mucha gente pobre. Presidente no dejes que tu pueblo arda ni te lleves más muertos por encima presidente. Todo el pueblo te va a valorar por esa posición que tienes que tener y la renuncia es inevitable compañero Presidente. Tenemos que dejar en manos del pueblo el gobierno nacional”.

2.- Este triste desenlace tiene antecedentes que se remontan, en apretada síntesis, a la marcha en defensa del Territorio Indígena y Parque Nacional Isiboro-Sécure (TIPNIS) en 2011. Luego de esa acción multitudinaria, el gobierno empezó a dividir a las organizaciones que la convocaron.

Mientras Morales-García Linera mantuvieron excelentes relaciones con el empresariado, dieron un golpe del Estado contra el Consejo Nacional de Ayllus y Markas del Qullasuyu (Conamaq) y la Confederación de Pueblos Indígenas de Bolivia (CIDOB), dos organizaciones históricas de los pueblos originarios. Mandaron a la policía, echaron a los dirigentes legítimos y atrás llegaron, protegidos por la policía, los dirigentes afines al gobierno.

En junio de 2012 CIDOB denunció “la intromisión del gobierno con el único propósito de manipular, dividir y afectar a las instancias orgánicas y representativas de los pueblos indígenas de Bolivia”. Un grupo de disidentes con apoyo del gobierno desconocieron a las autoridades y convocaron una “comisión ampliada” para elegir nuevas autoridades.

En diciembre de 2013, un grupo de disidentes de CONAMAQ, afines al MAS, tomaron el local, golpearon y expulsaron a quienes allí se encontraban con apoyo de la policía, que permaneció resguardando la sede e impidiendo que las legítimas autoridades pudieran recuperarla. El comunicado de la organización asegura que el golpe contra CONAMAQ se dio para “aprobar todas las políticas en contra del movimiento indígena originario y del pueblo boliviano, sin que nadie pueda decir nada”.

3.- El 21 de febrero de 2016 el propio gobierno convocó un referendo para que la población se pronunciara a favor o en contra de la cuarta reelección de Morales. Pese a que la mayoría dijo NO, el gobierno siguió adelante con los planes de reelección.

Ambos hechos, el desconocimiento de la voluntad popular y la expulsión de las legítimas direcciones de movimientos sociales, representan golpes contra el pueblo.

Más grave aún. En la mañana del miércoles 17 de febrero, días antes de la celebración del referendo, una manifestación de padres de alumnos llegó hasta la alcaldía de El Alto. Un grupo de cien manifestantes ingresó por la fuerza al recinto provocando un incendio en el que murieron seis personas. Los manifestantes que se escudaron en la movilización de los padres pertenecían al oficialista Movimiento al Socialismo (MAS).

Este es el estilo de un gobierno que denuncia “golpe” pero una y otra vez ha actuado de forma represiva contra los sectores populares organizados que enfrentaron sus políticas extractivistas.

4.- Las elecciones del 20 de octubre consumaron un fraude para la mayoría de las personas en Bolivia. Los primeros datos apuntaban hacia una segunda vuelta. Pero el conteo se detuvo sin explicación alguna y los datos que se ofrecieron al día siguiente mostraban que Evo ganaba en primera vuelta, ya que obtenía más de 10% de diferencia aunque no llegara a 50% de los votos.

En varias regiones se producen enfrentamientos con la policía, mientras los manifestantes queman tres oficinas regionales del tribunal electoral en Potosí, Sucre y Cobija. Las organizaciones ciudadanas convocan a una huelga general por tiempo indeterminado. El día 23, Morales denuncia que está en proceso “un golpe de estado” por parte de la derecha boliviana.

El lunes 28, se intensifica la protesta con bloqueos y enfrentamientos con la policía, pero también entre simpatizantes y opositores del gobierno. Como en otras ocasiones, Morales-García Linera movilizan a las organizaciones cooptadas para enfrentar a otras organizaciones y a personas que se oponen a su gobierno.

El 2 de noviembre se produce un viraje importante. El presidente del Comité Cívico de Santa Cruz, que mantenía una alianza con el gobierno de Morales, Luis Fernando Camacho, llama al ejército y a la policía a “ponerse del lado de la gente” para forzar la renuncia del presidente, invocando a dios y la biblia. El viernes 8 se amotinan las primeras tres unidades policiales en Cochabamba, Sucre y Santa Cruz, y los uniformados fraternizaron con los manifestantes en La Paz. Dos días después, con un país movilizado, el binomio ofrece su renuncia verbal, que no escrita.

5.- En este escenario de polarización, debemos destacar la notable intervención del movimiento feminista de Bolivia, en particular el colectivo Mujeres Creando, que encabezó una articulación de mujeres en las principales ciudades.

El 6 de noviembre, en plena polarización violenta, María Galindo escribió en el diario Página 7: “Fernando Camacho y Evo Morales son complementarios”. “Ambos se erigen en representantes únicos del ‘pueblo’. Ambos odian las libertades de las mujeres y la mariconada. Ambos son homofóbicos y racistas, ambos usan el conflicto para sacar ventaja”.

No sólo exige la renuncia del gobierno y del tribunal electoral (cómplice del fraude), sino la convocatoria de nuevas elecciones con otras reglas, donde la sociedad esté involucrada, para que “nadie necesite nunca más de un partido político para ser escuchad@ y para hacer ejercicio de representación”.

La inmensa mayoría de las personas que habitan Bolivia no entró en el juego de la guerra que quisieron imponer Morales-García Linera cuando renunciaron y lanzaron a sus partidarios a la destrucción y el saqueo (en particular en La Paz y El Alto), probablemente para forzar la intervención militar y justificar así su denuncia de un “golpe” que nunca existió. Tampoco entraron en el juego de la ultraderecha, que actúa de forma violenta y racista contra los sectores populares.

6.- La izquierda latinoamericana, si es que aún queda algo en ella de ética y dignidad, debemos reflexionar sobre el poder y los abusos que conlleva su ejercicio. Como nos enseñan las feministas y los pueblos originarios, el poder es siempre opresivo, colonial y patriarcal. Por eso ellas rechazan los caudillos y las comunidades rotan sus jefes para que no acumulen poder.

No podemos olvidar que en este momento existe un serio peligro de que la derecha racista, colonial y patriarcal consiga aprovechar la situación para imponerse y provocar un baño de sangre. El revanchismo político y social de las clases dominantes está tan latente como en los últimos cinco siglos y debe ser frenado sin vacilaciones.

No entremos en el juego de la guerra que ambos bandos nos quieren imponer.

Fuente de la noticia: https://desinformemonos.org/bolivia-un-levantamiento-popular-aprovechado-por-la-ultraderecha/

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