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La cuarta traición

Por: Muuch’ Xíimbal

 

En julio de 2018 las boletas señalaban a AMLO –¡por fin!– como presidente electo de México. Sus pactos –públicos, privados y secretos; buenos, malos y regulares– habían funcionado. La Silla estaba a su alcance; cuestión de semanas.

Ahora la suma histórica de México resultaba en él, en AMLO, como antes fue en Moctezuma, Cortés, Santa Anna, Juárez, Díaz, Carranza, Cárdenas, Alemán, Díaz Ordaz, Echeverría, Salinas, Zedillo, Fox, Calderón, Peña y demás contrapartes suyas en el espejo del tiempo. México se ataba ahora –a fuerza de un sistema electorero rapaz– a sus designios, a los de Él frente a la Historia, con la legalidad oficial en la diestra y las Fuerzas Armadas en la siniestra.

Pronto se vio, sin embargo, por dónde iría el asunto. AMLO le llamó “Cuarta Transformación” a lo que desde el nombre tuvo un fuerte tufo a traición. Vista desde el mundo indígena, la 4T era otro invento blanco del montón, falso como los anteriores, con poco –o nada– de significado en lenguas vernáculas; era otra sarta de anuncios pomposos en el idioma de la imposición, como esos que siempre derivan en más saqueos y baños de sangre, más hambrunas y tiempos peores. Porque los modos de ejercer el racismo, la discriminación, el sometimiento y la denigración de los pueblos originarios sólo se ha refinando con los siglos, especialmente en los últimos años con el ejercicio pleno de la “invisibilidad de los vencidos”, tal como hace AMLO o como se aplica tan destacadamente en Yucatán, donde el orgullo político-oficial por “lo Maya” no pasa de las ruinas arqueológicas y la cocina que tanto gustan al turismo, en cruel contraste con el abandono y la discriminación del pueblo actual, piel viva de esa cultura levantada y sostenida en el maíz y la milpa, el agua y la selva desde hace miles de años en el territorio que desde siempre se ha llamado Maya en lengua propia…

Herederos del saldo trágico de siglos de latrocinios, codicia, sevicia y crímenes de lesa humanidad, los pueblos originarios de México ocupan hoy –como desde la Conquista– la posición más baja en la escala social. Allí han estado desde la invasión europea y desde que México es México, sobreviviendo a epidemias, hambrunas, masacres y saqueos, enmedio del uso y el abuso de “todo el peso de la ley” en su contra, habiendo sido condenados desde hace décadas al pago –por generaciones– de una deuda pública atroz, refinación de la esclavitud que sigue creciendo como espuma dadivosa en el caldo apestoso de la impunidad de siempre.

¿Dónde están los vestigios de las transformaciones anteriores a las que se refiere AMLO? ¿Dónde las promesas y los hechos? ¿Dónde las cuentas claras y sinceras, las que sí valen para las culturas y los pueblos originarios? ¿Dónde la aceptación oficial y el reconocimiento pleno al enorme daño causado a generaciones y generaciones de indígenas por siglos de racismo y etnocidio? Y aun así se atreve AMLO a hablar con pompa, vanidad y amnesia selectiva de una “cuarta transformación”. ¿Una cuarta qué? El saldo de la historia es evidente, denigrante, vergonzante. No existen tales “transformaciones” en la historia de los pueblos indígenas mexicanos, como no hayan sido para peor. O en todo caso, por conceder, las primeras tres (1T, 2T y 3T) sólo existieron para pronto diluirse en francas traiciones. Una y otra vez. Habrán empezado –quizá– con buenas intenciones, pero es evidente que se torcieron y todo acabó peor que antes. No así la 4T, la Cuarta Traición (por usar la numerología de AMLO), que desde el inicio mostró sus malas artes en palabras, obras y omisiones. Diga usted si no con este caso:

*       *      *

En julio de 2018, con el panorama abierto a todo, AMLO tenía sin embargo grandes retos por sortear. Aparte del narcotráfico ubicuo y los baños de sangre diarios, el año siguiente –primero de su ansiado sexenio– había sido decretado anteriormente –desde 2016– como “2019, Año Internacional de las Lenguas Indígenas” por la ONU. Tremendo asunto.

México, país rico y pródigo en culturas y lenguas originarias (cerca de 70 aún vivas), tendría la oportunidad histórica de reivindicarse en el escenario mundial y dejar atrás cinco siglos de racismo, discriminación y etnocidios.

AMLO no era nuevo en el tema indígena; tenía más experiencia que cualquier otro presidente anterior. Décadas atrás había sido su interés en el pueblo chontal lo que le abrió las puertas del PRI (vía Carlos Pellicer) en tiempos de Luis Echeverría, dirigiendo después (durante cinco años, del 77 al 82 del siglo XX) el Instituto Nacional Indigenista (INI) en su natal Tabasco.

Así pues, las condiciones nacionales e internacionales estaban dadas para que México fuera un ejemplo mundial de reivindicación y justicia históricas. La legitimidad y popularidad de AMLO como nuevo e indiscutible presidente le daban la fuerza necesaria para iniciar de verdad un cambio sincero, un compromiso generacional de transformación genuina que diera prioridad a las raíces más profundas de nuestra identidad nacional (discriminadas y denigradas de modo atroz desde la invasión europea).

Pero las esperanzas de que el estadista AMLO tuviera la talla para asumir el gran reto, con una visión nacional de alcance y compromiso para una trasformación verdadera, pronto se perdieron. Desde el inicio el plan de AMLO fue la traición, y poco hizo por ocultarlo al dar continuidad a la imposición de proyectos etnocidas de sexenios anteriores (como el Proyecto Integral Morelos), provocando asesinatos de decenas de activistas comunitarios (en un ritmo macabro que no ha variado en el sexenio) y lanzando campañas político-publicitarias de sus propias ocurrencias grandiosas, de proyectos enormes, neoliberales en todo y más etnocidas, más ecocidas y peor planeados que nunca… Todo ello en su primer año de gobierno, 2019, Año Internacional de las Lenguas Indígenas.

El cúmulo de evidencias y cifras terribles de sus primeros meses de gobierno (que lo señalaban como infractor y violador contumaz de los derechos de los pueblos originarios) ponía a dura prueba la experiencia de AMLO en el manejo político del tema indígena. Pero él tenía, eso sí, la ventaja de contar con toda la fuerza y los recursos del gobierno mexicano. En última instancia –y pesara a quien le pesara– su sexenio apenas comenzaba, así que tendría manos libres para consumar y encubrir –según él– los hechos que fueran necesarios.

Así, afrontando el reto del ilusionista que además es dueño del circo, AMLO pasó sin mucho trámite –ni cuidado– de sus “consultas populares” a sus “consultas indígenas” de marca propia, alcanzando la sima de la simulación con su “consulta indígena sobre el Tren Maya” cuyas fechas de votación hizo coincidir con la reunión de la Asamblea General de la ONU en que se aprobarían los resolutivos del “2019, Año Internacional de las Lenguas Indígenas” (el principal resolutivo fue el decreto del 2022-2032 como “Decenio Internacional de las Lenguas Indígenas”, de lo cual tomó buena nota AMLO).

La consulta hechiza del FONATUR en la Península de Yucatán en  diciembre de 2019 quiso presentarse al mundo como “una magna consulta indígena” donde el pueblo Maya habría decidido –y aprobado, según AMLO y sus secuaces– sobre un megaproyecto que atravesaría todo su territorio y significaría (esto no se informó a los “consultados”) una drástica alteración demográfica y social, con un gran “reordenamiento territorial” y magnas urbanizaciones a lo largo del recorrido del tren (“Es más que un tren”, promocionaba alegremente el ONU-Hábitat, más vendido que nunca); es decir, un suicidio cultural.

Pero el montaje fue tan burdo y el engaño tan evidente que nada bastó para maquillar lo obvio, aun contando AMLO con la participación destacada y descarada de organismos cómplices como el ONU-Habitat y la UNESCO. Porque fue, para colmo de sus males, la misma ONU la que atajó la maniobra y evidenció el fraude perpetrado por AMLO al pueblo Maya, al publicarse un boletín oficial de la Oficina de Derechos Humanos (responsable en la ONU de velar por los derechos indígenas) pocas horas después de finalizada la “consulta indígena del tren” en ese diciembre de 2019. El boletín estableció clara, rotunda y oportunamente lo que atestiguaron los observadores de dicha Oficina: que hubo violaciones de todo tipo a la norma estipulada por la comunidad internacional (lo cual fue reiterado meses después, con expedientes y análisis de especialistas de la ONU, en carta directa al gobierno mexicano).

Descubierto y exhibido como el mentiroso y simulador que es, y sin la excusa de la ignorancia supina (¿Acaso no es un político veterano? ¿Acaso no dirigió el INI en su estado durante cinco años?), AMLO decidió redoblar la apuesta con la terquedad tiránica y el criminal cinismo de un Luis Echeverría asesino. Así, abusando del prestigio diplomático de México y de la buena voluntad de algunos, AMLO orquestó –junto con sus cómplices de la UNESCO– un “evento de alto nivel” en la Ciudad de México para robar cámara y ponerse al frente –declarativamente hablando– del “Decenio Internacional de las Lenguas Indígenas 2022-2032”, mismo que –como se recordará– fue decretado en la Asamblea General de la ONU en diciembre anterior mientras AMLO simulaba su magna “consulta indígena sobre el tren”.

Así pues, a pocas semanas de perpetrada su traición más cínica y sonora en la Península de Yucatán, AMLO pudo mostrarle al mundo su astucia en el manejo diplomático del tema: el 27 y 28 de febrero siguiente, con la bien pagada complicidad de la UNESCO, el gobierno de AMLO organizó en la Ciudad de México el evento de “alto nivel” antes mencionado, al que tituló “Construyendo un Decenio de Acciones para las Lenguas Indígenas”, en referencia a la declaratoria de la ONU de diciembre anterior. Poco más de 500 invitados de 50 países aprobaron una “hoja de ruta” para el Decenio Internacional de las Lenguas Indígenas, llamada “Declaración de Los Pinos [Chapoltepek]” (nótese el Náhuatl) misma que “sitúa [sic] a los pueblos indígenas en el centro de sus recomendaciones”, según información de la Secretaría de Relaciones Exteriores de Marcelo Ebrard en complicidad con la UNESCO. Todo un logro cínico-diplomático para la causa etnocida de la 4T. Una joya enorme del oportunismo político de AMLO.

Así pues, la traición estaba funcionando –tanto en términos oficiales como en el plano declarativo internacional– a pesar de los molestos señalamientos y las evidencias mostradas por la Oficina de Derechos Humanos de la ONU (pues éstos bien podían mitigarse con el lavado de imagen a cargo del ONU-Hábitat, la UNESCO y otros organismos venales).

(Es de señalar, a la luz de los hechos, que AMLO tal vez albergue el mismo delirio que tuvo Luis Echeverría mientras vivió: el que la historia se encargará de resaltar sus logros decorativos por sobre sus crímenes múltiples.)

Así, AMLO ha seguido en su sexenio la senda del traidor, pisoteando los derechos de los pueblos originarios y remachando con embestidas legales y extralegales la imposición de sus planes, provocando el asesinato y la criminalización de decenas y decenas de activistas indígenas, azuzando y echando al Ejército por delante con armas y maquinaria pesada, a toda marcha y con toda impunidad, perpetrando sus proyectos destructivos y atropellando y denigrando a cientos de comunidades indígenas en toda la geografía nacional.

En el caso destacado de Yucatán, AMLO encontró tierra fértil para la traición. Yucatán, donde la zona henequenera –de larga y profunda corrupción moral– abarca todo el escudo del Estado; donde es nula la representación del pueblo Maya en el sistema político (estatal y federal); donde el gobernador Mauricio Vila y su familia y sus huestes de la Universidad Marista promueven y protegen negocios sucios a manos llenas –tráfico de cerdos, bienes raíces, alcohol, moches, usted diga– mientras reprimen “con todo el peso de la ley” a las comunidades mayas que se resisten al saqueo impune…

A como ya va, el Decenio Internacional de las Lenguas Indígenas (2022-2032) será la década más etnocida para México en toda su historia. Lleva como marca una “T”. Le llamaban “la Cuarta”. (jcfm, abril de 2023)

Publicado originalmente en Muuch’ Xíimbal

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La Unesco clama por ética urgente para la inteligencia artificial

Por: Inter Press Service

Tras el pedido de más de 1000 profesionales de la tecnología para que se haga una pausa en el desarrollo de la inteligencia artificial (IA), incluido el nuevo modelo de lenguaje Chat GPT, la Unesco pidió este viernes 31 la implementación inmediata del marco ético global sobre esa materia.

“El mundo necesita reglas éticas para la inteligencia artificial, es el desafío de nuestro tiempo. La Recomendación de la Unesco sobre la ética de la IA establece el marco normativo apropiado”, dijo Audrey Azoulay, directora general de esa Organización de las Naciones Unidas para la Educación, la Ciencia y la Cultura.

La Unesco sostiene que ese marco normativo global, adoptado por unanimidad por los 193 Estados miembros en noviembre de 2021, proporciona las garantías necesarias.

“Ahora es urgente que todos traduzcan este marco en estrategias y regulaciones nacionales. Debemos traducir los compromisos en acción”, dijo Azoulay.

La Recomendación se describe como primer marco normativo global para el uso ético de la IA, a modo de hoja de ruta para los países, que describe cómo amplificar los beneficios y reducir los riesgos que conlleva esta tecnología.

Incluye acciones políticas en 10 áreas específicas: Evaluación de impacto ético, Gobernanza y rectoría éticas, Política de datos, Desarrollo y cooperación internacional, Medio ambiente y ecosistemas, Género, Cultura, Educación e investigación, Economía y trabajo, y Salud y bienestar social.

“El mundo necesita reglas éticas para la inteligencia artificial, es el desafío de nuestro tiempo. La Recomendación de la Unesco sobre la ética de la IA establece el marco normativo apropiado”: Audrey Azoulay.

La Recomendación pide que se actúe más allá de lo que hacen las empresas tecnológicas y los gobiernos para garantizar a las personas mayor protección, transparencia, capacidad de actuar y control de sus datos personales.

Afirma que todos los individuos deberían poder acceder a sus registros de datos personales o incluso borrarlos. También incluye acciones para mejorar la protección de los datos y el conocimiento y derecho del individuo a controlar sus propios datos.

Además, aumenta la capacidad de los organismos reguladores de todo el mundo para hacerla cumplir.

En segundo lugar, prohíbe explícitamente el uso de sistemas de IA para la calificación social y la vigilancia masiva.

Destaca que este tipo de tecnologías son muy invasivas, vulneran los derechos humanos y las libertades fundamentales, y se utilizan de forma generalizada.

La Recomendación subraya que, a la hora de desarrollar marcos normativos, los Estados tengan en cuenta que la responsabilidad última y la rendición de cuentas deben recaer siempre en los seres humanos, y que no se debe otorgar personalidad jurídica a las tecnologías de IA por sí mismas.

También sienta bases de las herramientas para ayudar a países y empresas a evaluar el impacto de esos sistemas en las personas, la sociedad y el medio ambiente, y anima a los Estados a que consideren añadir un funcionario independiente de ética de la IA u otro mecanismo similar de seguimiento.

Subraya que los actores de la IA deben favorecer métodos eficaces en cuanto a datos, energía y recursos que ayuden a garantizar que se convierta en una herramienta destacada en la lucha contra el cambio climático, y en el tratamiento de los problemas medioambientales.

Pide a los gobiernos que evalúen el impacto medioambiental directo e indirecto a lo largo del ciclo de vida del sistema de IA, lo que incluye su huella de carbono, el consumo de energía y el impacto ambiental de la extracción de materias primas para apoyar la fabricación de tecnologías.

La Unesco se declaró especialmente preocupada por las cuestiones éticas que plantean estas innovaciones en los campos de la lucha contra la discriminación y los estereotipos, incluidos los temas de género, la fiabilidad de la información, la privacidad y la protección de los datos, los derechos humanos y ambientales.

Además, considera que la autorregulación de la industria no es suficiente para evitar estos daños éticos, y aboga por establecer normas para que, cuando se produzcan daños, existan mecanismos de rendición de cuentas y reparación que sean fáciles de solicitar por parte de las personas interesadas. .

Más de 40 países de todas las regiones del mundo ya están trabajando con la Unesco para desarrollar estas salvaguardas de IA basadas en la Recomendación.

El nuevo llamado de la Unesco llegó dos días después de que un millar de profesionales y empresarios de las nuevas tecnologías firmasen un llamado a hacer una pausa de seis meses en la investigación sobre IA aún más potentes que ChatGPT 4, el modelo recién lanzado por la firma estadounidense OpenAI.

Los firmantes advirtieron “grandes riesgos para la humanidad” en el nuevo modelo, y abogaron por “sistemas de seguridad con nuevas autoridades reguladoras, vigilancia de los sistemas de IA, y técnicas que ayuden a distinguir entre lo real y lo artificial”.

Asimismo, defendieron que existan “instituciones capaces de hacer frente a la dramática perturbación económica y política (especialmente para la democracia) que causará la IA”, sin los controles adecuados.

Entre los firmantes de la petición figuraron el magnate de las firmas Space X, Tesla y Twitter, Elon Musk; el cofundador del gigante Apple, Steve Wozniak, y el escritor e historiador israelí Yuval Noah Hariri.

Fuente de la información e imagen: https://ipsnoticias.net

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ONU insta a redefinir la educación ante brechas de género en la ciencia

Redacción América, 27 feb (EFE).

ONU Mujeres y la Unesco instaron este lunes a impulsar cambios en la educación en Latinoamérica, generando espacios de aprendizaje «sensibles al género», con el fin de cerrar las brechas entre mujeres y hombres en las carreras relacionadas con la ciencia.

«Hay que cambiar modelos, cambiar mentalidades, apoyar a las niñas que demuestren interés en la ciencia y crear las condiciones para que puedan desarrollar esa carrera sin violencia ni discriminación», dijo a EFE María-Noel Vaeza, directora regional de ONU Mujeres para las Américas y el Caribe.

Vaeza lamentó, en ese sentido, que las «niñas y los niños en edad escolar tienen las mismas capacidades y rendimientos similares en las asignaturas relacionadas con ciencias, pero a medida que crecen, comienzan a pesar más los patrones culturales».

ASIGNATURA PENDIENTE EN AMÉRICA LATINA

Organismos internacionales como ONU Mujeres y la Unesco han remarcado la urgencia de la promoción de las carreras relacionadas con la ciencia y la tecnología, al considerarlas claves para la economía y el desarrollo.

Sin embargo, pese al crecimiento de este campo y la necesidad de formación al respecto, datos de la Unesco confirman que la población femenina constituye apenas un 35 % de quienes estudian carreras STEM (ciencia, tecnología, ingeniería y matemáticas) y las mujeres representan menos del 30 % de los investigadores científicos.

«La brecha de género en STEM sigue siendo un problema pese a que se ha demostrado que la participación de las mujeres en estas carreras no solo es una cuestión de equidad de género, sino que también es crucial para el progreso y la innovación en el campo», explica a EFE Valtencir Mendes, jefe de Educación de la Oficina Regional de Educación para América Latina y el Caribe de la Unesco.

Y es que, aunque Latinoamérica y el Caribe es, junto con Asia Central, una de las dos regiones que se acerca a la paridad de hombres y mujeres investigadores, todavía existe una menor representación en los niveles más altos de las carreras profesionales y son minoría en varios campos STEM.

Por países, datos de 2020 de ONU Mujeres indican que en Chile, México y Perú las mujeres todavía representan menos del 34 % del total de investigadores. En tanto, Costa Rica (42,8 %), Ecuador (41,1 %), Honduras (41 %), El Salvador (39,2 %), Bolivia (37,5 %) y Colombia (37,3 %) están acercándose a la paridad.

Los más avanzados en ese terreno son Venezuela, que logró atravesar el umbral, con el 60 % de mujeres investigadoras; mientras que Argentina, Cuba, Guatemala, Panamá, Paraguay, Trinidad y Tobago y Uruguay ya alcanzaron esa paridad.

CAMBIOS NECESARIOS EN LA EDUCACIÓN

«Las brechas de género se encuentran a lo largo de toda la trayectoria escolar y formativa, pero van aumentando con cada nivel educativo, por lo que en secundaria son más evidentes», dice el experto de la Unesco.

Luego, agrega Mendes, «en la educación superior, los patrones de género son evidentes. Las mujeres tienden a estudiar carreras vinculadas con el cuidado de otros, mientras que los hombres prefieren las disciplinas STEM».

Esto, sostiene, tiene relación con «componentes sociales, lo que impone un enorme desafío en torno al aseguramiento de mensajes no sexistas en todos los niveles».

En esto coincide la directora regional de ONU Mujeres al señalar que es urgente «eliminar los viejos esquemas y estereotipos para transformar la educación en STEM».

«Desafortunadamente, son muchas las niñas que aún crecen con esa concepción y no se ven a sí mismas estudiando una carrera accediendo a oportunidades laborales en la ciencia (…) Tampoco se estimula desde las escuelas, no hay programas diseñados específicamente para estimular el interés de las niñas por la ciencia», añade.

Ante la situación, ambos reiteraron que en Latinoamérica es esencial fortalecer la formación y educación en habilidades técnicas y tecnológicas para enfrentar los cambios constantes en el sector laboral, con un enfoque de género. EFE

pbd-dmt/cfa/ad

https://www.lavanguardia.com/vida/20230227/8788343/onu-insta-redefinir-educacion-brechas-genero-ciencia.html

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Proyecto de la UNESCO y Google busca promover la excelencia en la educación periodística en África

UNESCO
El Centro de Periodismo Wits junto con la Escuela de Periodismo y Estudios en Medios de Comunicación de la Universidad de Rhodes en Sudáfrica están implementando un nuevo proyecto de la UNESCO, financiado por la Iniciativa Google News, con el propósito de fortalecer las escuelas de periodismo en África.

El proyecto se lanzó oficialmente durante una sesión en una conferencia regional sobre el futuro de la educación y la práctica del periodismo en África Oriental, organizada por la Oficina Regional de la UNESCO para África Oriental y la Universidad de Maseno en Kenia.

La reunión, que se realizó del 8 al 10 de febrero de 2023, analizó el papel de los educadores en medios de comunicación en cuanto a las oportunidades, los desafíos digitales y otras amenazas para el periodismo en la región.

El nuevo proyecto incluirá consultas regionales con formadores de periodismo y educadores de toda África para desarrollar un conjunto de criterios de «excelencia» para la educación periodística en la región. Esto actualizará una iniciativa previa de la UNESCO iniciada en 2007 que exploró el significado de la excelencia en ese período histórico.

Debemos encontrar una manera de armonizar la forma en que enseñamos periodismo en África Oriental para establecer los estándares mínimos para la educación periodística en otras disciplinas como el derecho y la ingeniería. Creo que esta iniciativa de UNESCO-Google contribuye a alcanzar estos estándares en toda África.
Abraham MulwoDecano de la Escuela de Ciencias de la Información de la Universidad Moi en Kenia

El proyecto conllevará cinco debates subregionales con capacitadores y educadores del continente. Luego, se invitará a las escuelas de periodismo a autoevaluar sus programas de educación y capacitación basados en estos criterios, así como solicitar una pequeña subvención para desarrollar respuestas a las brechas que puedan haber identificado.

Un periodista debe responder a las necesidades socioeconómicas, políticas y ambientales de la sociedad. Estamos trabajando por crear centros de excelencia para el periodismo en África y los criterios para establecerlos deben ser consultivos y únicos para la situación del periodismo en África.
Alan FinlayUniversidad de Witwatersrand

Por medio de pequeñas subvenciones, el proyecto ayudará a 10 escuelas de periodismo a mejorar y actualizar sus redes, así como sus planes de estudio y programas de capacitación actuales. A su vez, deberían estar en mejores condiciones de responder a los principales cambios en sus países y regiones.

Durante el proyecto, se estima que 100 escuelas estarán expuestas a nuevas ideas y redes sobre lo que significa la «excelencia» actualmente para las escuelas de periodismo en África. De esta manera, el proyecto tiene como objetivo mejorar la fuerza y la sostenibilidad del ecosistema del periodismo en los países africanos, para ayudar a construir una “comunidad de práctica” entre los profesores y estudiantes de periodismo.

Cómo puede involucrarse

  • Participar en las reuniones regionales. En marzo y abril se celebrarán reuniones regionales en línea para educadores y formadores de periodismo en cada una de las cinco regiones de África (África meridional, África oriental, África central, África occidental y África septentrional).
  • Complete la encuesta para ayudarlo a identificar brechas en el programa educativo de su institución.
  • Posteriormente, solicite durante el año una pequeña subvención de la UNESCO para iniciar una nueva actividad en su institución u organización (solo las instituciones que hayan completado la encuesta en línea podrán solicitarla).

Si desea obtener más información sobre el proyecto o participar en cualquiera de las actividades antes mencionadas, comuníquese con Alan Finlay al correo electrónico: Alan.Finlay@wits.ac.za.

https://www.unesco.org/es/articles/proyecto-de-la-unesco-y-google-busca-promover-la-excelencia-en-la-educacion-periodistica-en-africa?TSPD_101_R0=080713870fab20002b3a8c9ec2b0e4db2df6964f5905ad923d23c0f6999e6779401b089e3718d82c08539ee2411430004ea3c6d1649092255f0610c234d24d35bdc6a2018d8f148e2d8bc585b70d9dca9e66096eb3bc9d9a9b0c324a1b846eda

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Mundo: Movilización mundial para que la educación sea prioridad, pide la Unesco

Mundo/13-01-2023/Autora: Laura Poy Solano/Fuente: www.jornada.com.mx

Ciudad de México. En un contexto de crisis presupuestaria y de aprendizajes, la Organización de Naciones Unidas para la Educación, la Ciencia y la Cultura (Unesco) lanzó un llamado a la movilización mundial para hacer de la educación una prioridad en la agenda global.

Recordó que en el planeta 244 millones de niños y jóvenes no están escolarizados, y se enfrenta una crisis en aprendizajes básicos como lectoescritura y matemáticas, pues se estima que 60 por ciento de los niños de 10 años, en todo el mundo, son incapaces de leer y comprender un texto sencillo.

“Nuestro actual sistema educativo mundial no consigue proporcionar un aprendizaje de calidad para todos a lo largo de la toda la vida ni ayudarnos a construir sociedades pacíficas, justas y sostenibles”, señala el organismo multinacional.

A ello se suma, apunta, que la pandemia de covid-19 generó la “mayor perturbación de la educación en la historia, y ha agravado la crisis ya existente en materia de inclusión, calidad y pertinencia”.

La Unesco recordó que en septiembre pasado se convocó a la Cumbre sobre la Transformación de la Educación, en la que representantes de 130 países se comprometieron a “reiniciar sus sistemas educativos y a acelerar sus acciones para poner fin a la crisis de aprendizaje”.

Por ello, indicó, que el Día Internacional de la Educación, que se conmemora cada 24 de enero, tendrá como lema “Invertir en las personas, priorizar la educación”, a fin de mantener en la agenda global la necesidad de impulsar acciones para acelerar la mejora en la educación.

Destacó que la educación debe respetarse como un derecho humano y reconocerse como clave para alcanzar un desarrollo sostenible. Este año, también se buscará visibilizar los retos que aún se enfrentan para la lograr una educación universidad, pues estimo además de los niños y adolescentes que no han logrado asistir a la escuela, 617 millones más “no pueden leer ni tienen los conocimientos básicos de matemáticas”.

Las estadísticas más recientes de la Unesco sobre los desafíos educativos en el mundo revelan que los más pobres enfrentan mayores gastos para acceder a la educación. Se estima que 39 por ciento del presupuesto total de educación lo asumen los hogares de países de ingresos bajos y medios bajos, y 12 por ciento de las familias tienen que pedir prestado para pagar la educación de sus hijos.

Fuente e Imagen: https://www.jornada.com.mx/notas/2023/01/08/sociedad/movilizacion-mundial-para-que-la-educacion-sea-prioridad-pide-la-unesco/

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La historia detrás del reporte de los Futuros de la Educación de la UNESCO

Elisa Guerra Cruz

No sabíamos lo que se nos venía encima. Era enero de 2020 y estábamos en la antesala de una crisis sanitaria de grandes proporciones. Si bien, los medios reportaban noticias de la existencia de un nuevo virus, la mayor parte del mundo estaba al margen, incauto y desenfadado. “China está muy lejos”, pensábamos y decíamos, como si no perteneciéramos a un ecosistema irremediablemente interconectado. La vida seguía inmutable para la mayoría de los habitantes del planeta.

Bajé del autobús, tras una hora de viaje desde el aeropuerto. Era de noche –los días son demasiado cortos en invierno– y hacía un poco de frío, pero no tanto como para desanimarme a caminar los veinte minutos que me separaban de mi hotel. Arrastraba la maleta. A medio camino me detuve hechizada por la visión de una torre Eiffel iluminada y serena. Su silueta recortaba el cielo nocturno. Saqué mi celular para tomar un par de fotos y caí en cuenta que mis manos temblaban. Mis piernas también. Fue una sacudida ligera, casi imperceptible. No era el aire helado, ni el desfase horario, ni el tiempo desde mi última comida. El aleteo que me inquietaba, que hacía que sudaran mis manos entumecidas, venía de adentro, muy adentro. Reconocí que me embargaba un sentimiento.

Mi presencia diminuta y sobrecogida en el Campo de Marte tenía entusiasmo y terror, a la vez. ¿La razón? por invitación expresa de la UNESCO pasaría los siguientes días trabajando en el seno de la recién formada Comisión Internacional para los Futuros de la Educación. ¿El mandato? “Repensar el papel de la educación, el aprendizaje y el conocimiento a la luz de los enormes desafíos y oportunidades de los futuros predichos, posibles y preferidos.”

En casi ocho décadas de vida la UNESCO establecía por tercera vez una comisión internacional independiente para elaborar un reporte global que orientara la política y la práctica educativa para las décadas venideras. La primera comisión publicó, en 1972, el reporte titulado Aprender a ser: el mundo de la educación hoy y mañana, conocido como el “Reporte Faure”, porque estuvo coordinado por Edgar Faure, un destacado político francés, Primer Ministro en los 50. La segunda comisión a cargo de Jaques Delors, otro destacado político francés, publicó, en 1996, otro reporte muy influyente que orientaría las políticas educativas del cambio de siglo. La educación encierra un Tesoro también se conoció como el “Reporte Delors”.

Los apelativos de ambos derivaron de los políticos que encabezaron las comisiones que los elaboraron. En contraste, la comisión encargada del tercer reporte no sólo fue la más diversa y numerosa, sino también la primera en ser liderada por una mujer: Sahle-Work Zwede, presidenta de la República Democrática Federal de Etiopía. Además de la presidenta, en el grupo de 18 personas, habíamos cinco mujeres más.  Entre ellas, Vaira Vike Freibega, a quien nos referíamos como “Madame President”, porque fue dos veces presidenta de Letonia.

Antes de viajar, yo había leído en la web de la iniciativa cuan inmensa, estimulante y compleja prometía ser la tarea encomendada. Este reto me emocionaba. Había leído también que conviviría con destacadísimos líderes intelectuales. Este hecho me aterraba. No sabía –en realidad, nunca he sabido– cómo había aterrizado yo en ese grupo, que incluía ministros, activistas, profesores universitarios, escritores, antropólogos, investigadores, economistas, un senador, un embajador…. y a mí, una mamá que se re-imaginó maestra, y que un día decidió fundar la escuela que quería para sus hijos.

Apenas nos presentamos las primeras ideas comenzaron a fluir, tanto en los intercambios formales como en los informales: recesos, comidas y breves caminatas entre el hotel y el edificio sede de la UNESCO. Los días transcurrieron agitados y raudos. La última sesión nos despedimos con una agenda de trabajo para los dos años que invertiríamos en el proyecto. La siguiente reunión sería en septiembre, en Nueva York, durante la 75ª Asamblea General de las Naciones Unidas. Nunca se materializó. Nuestros debates no volvieron a darse cara a cara.

En tan solo unas semanas, pasamos de la sala con enormes ventanales en París a la plaza obligada de las pantallas. Atrapados en los mismos espejismos rectangulares que cientos de miles de estudiantes y maestros –los más afortunados– ensayaban como alternativa a la escuela. La crisis estaba en su apogeo. El reporte se escribió, íntegramente, durante los dos años de la pandemia, acompañado por algunas declaraciones conjuntas y recomendaciones que se publicaron paralelamente a nuestras deliberaciones. La incertidumbre no nos desvió del mandato. Stefania Giannini, Directora Asistente para Educación de la UNESCO, estuvo presente en la gran mayoría de las reuniones y, en ocasiones, nos acompañó también la Directora General, Audrey Azoulay.

Contamos con el apoyo del Secretariat. Un pequeño grupo de personas brillantísimas que mes a mes nos informaba del avance y primeros resultados de la consulta global, en la que más de un millón de personas de diversas partes del mundo hicieron sus aportes, a través de una encuesta, un ensayo, o la imagen de una obra artística original. Además, UNESCO solicitó a instituciones afiliadas la elaboración de documentos que informaran nuestro trabajo. El Secretariat,liderado por Sobhi Tawil y Noha Sobe, fue confeccionando, con los retazos que entre todos íbamos escribiendo, un solo reporte integrado, que que finalmente se publicó en dos centenares de páginas.

Muy pronto nos dividimos en pequeños grupos de trabajo, elegidos con base en nuestros intereses. Antonio Nóvoa, Embajador de Portugal ante la UNESCO, fungió, a petición de la presidenta, como coordinador de los trabajos. Mis “compañeros de equipo” fueron Fernando Reimers y Vaira Vike Freibega.

Cuando leí la historia de la pequeña Vaira quise llorar. Una niña precoz que nunca había asistido a la escuela. Un campo de refugiados en la posguerra. Una vida precaria en tiempos inciertos. Lectora voraz desde los cuatro años. Expulsada de clase en su primer día por cometer la insolencia de saber leer antes de tiempo e incurrir en el imperdonable pecado de la indisciplina. “Yo misma no sabía qué era lo que había hecho enojar tanto a la maestra,” escribiría muchos años después. Sospechaba que había sido la insensatez de apiadarse de quienes no podían leer y eran sistemáticamente ridiculizados. Vaira pagó el precio de susurrarles las respuestas, de pronunciarse en voz alta en contra de lo que le parecía cruel e injusto. Fue obligada a permanecer de pie afuera del salón de clases, excluida, avergonzada, su cabello atrapando briznas de nieve. Y luego, la deshonra, la vergüenza de sus padres en la habitación que la familia compartía con otros catorce refugiados, ciudadanos de tercera recluidos tras los alambres de púas que circundaban el campo.

La niña que se sobrepuso a las adversidades y sirvió dos periodos consecutivos como la primera presidenta de Letonia me mira desde la pantalla de mi computadora. Compartimos el mosaico de rectángulos con Fernando Reimers, profesor de Harvard, y uno de los mayores expertos mundiales en política educativa internacional. Los tres conformamos este subcomité con el objetivo de desarrollar y escribir propuestas sobre la necesaria transformación de la escuela y los docentes. Cada uno ha redactado ideas para auxiliarnos en la labor. Es ahí cuando Vaira nos abre una ventana vulnerable e íntima a su primera experiencia educativa y a su compromiso por cambiar el statu quo para los escolares que inician su vida académica.

Fernando Reimers lidera nuestro pequeño grupo. Nos trae de vuelta cuando nos encumbramos en los ideales. Nos aterriza cuando las neuronas y el alma se arremolinan. Hablamos de cómo es y cómo creemos que debería de ser el rol del maestro en la pos-pandemia y, aún más allá, rumbo al 2050. Hablamos de tecnología, ciudadanía global, cambio climático… Nos enfrascamos en alocados intercambios sobre pedagogía y didáctica, formación docente, educación socioemocional… En un punto álgido, Vaira frunce los labios. La niña que venció lo invencible, la mujer cuya vida podría muy bien definirse como heroica hace una pausa y sin poder evitarlo, exclama: “Todo esto es importante y necesario, pero me obliga a preguntarme si no estamos poniendo demasiado peso sobre los hombros de los maestros. Tendrían que ser súper héroes para cubrir tantas expectativas.” Me quedo sin palabras.

Comenzamos después a compartir los primeros escritos de los subcomités. Los recibimos con suficiente anticipación para leerlos, anotarlos, comentarlos y llegar preparados a la siguiente reunión. No siempre fue fácil llegar a acuerdos. Especialmente cuando se trataron temas álgidos. En algún momento, alguien anunció que no podría poner su nombre al documento si no se aclaraba alguna de las controversias. En más de una ocasión sentí que nuestro trabajo se atascaba, pero ni una sola vez se perdió la compostura o el respeto. Al final, conseguimos el añorado consenso: un documento sólido que pudiera ser ratificado por todos.

A excepción de la primera, todas las reuniones antes de la publicación –las plenarias, las de los subgrupos, y las que sostuvimos con la Junta Consultiva– se llevaron a cabo desde nuestras pantallas, en inglés y francés, con la añadida complejidad de los husos horarios. Perdí la cuenta de cuántas versiones leí del reporte, cuántos comentarios con control de cambios envié, y, sobre todo, de cuántos descubrimientos y aprendizajes, a un tiempo fortuitos y desgarradores, adquirí en esos meses.

El reporte, finalmente titulado Reimaginar Juntos Nuestros Futuros: Un nuevo contrato social para la educación, se presentó en la Asamblea General de la UNESCO, en noviembre de 2021. Desde entonces, se ha presentado y discutido en innumerables ocasiones alrededor del mundo.

Más de dos años después, regresé a París a la Pre-Cumbre “Transformando la Educación”. Caminé las mismas calles entre el hotel y la Place de Fontenoy, cobijada por la tibieza del verano. Volví a abrazar –aún con la cautela que nos dejó la pandemia– a los compañeros, hoy amigos, tras tantos meses de ideas compartidas. Nuestra última reunión fue híbrida. Menos de la mitad acudimos en persona. El resto conservó su rectángulo brillante en las pantallas. Discutimos el alcance del reporte hasta entonces. Aportamos algunas ideas sobre cómo mantener viva la conversación y la generación de aplicaciones prácticas. Siempre concebimos el documento como una primera provocación para construir juntos los futuros –en plural– de la educación que queremos para el 2050. No es una receta, ni un conjunto de preceptos, ni una hoja de ruta.

La invitación es a mirar hacia los futuros no como quien anticipa un destino inevitable y “se prepara para lo peor,” sino como quien proyecta un collage de visiones deseables y hace ingeniería inversa para crearlas y alcanzarlas.

Elisa Guerra * Integrante de MUxED. Es fundadora del Colegio Valle de Filadelfia y directora para América Latina de Los Institutos para el Logro del Potencial Humano. Fue galardonada en 2015 con el premio “Mejor Educador en América Latina” del Banco Interamericano de Desarrollo y la Fundación ALAS, y ha sido finalista del Premio Global a la Enseñanza. Es autora de 26 libros y libros de texto, y es una apasionada de la educación temprana, la ciudadanía global y la enseñanza innovadora.

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La comunidad académica de siete países se une para erradicar el racismo

Representantes de universidades e institutos de educación superior de Argentina, Chile, Brasil, Colombia, Cuba, Ecuador y México denunciaron que el racismo y la discriminación son prácticas vigentes en este nivel educativo en toda Latinoamérica. Esto provoca inequidades en el acceso a la formación y afecta, principalmente, a comunidades indígenas y afrodescendientes. Por ello, es necesario visibilizar, denunciar y emprender transformaciones institucionales y acciones pedagógicas no solo para incluir a integrantes de estos pueblos en la educación superior sino, también, para integrar sus visiones de mundo, valores, conocimientos, modos de aprendizaje y propuestas de futuro en los planes de estudio.

En mayo de este año, la Cátedra UNESCO Educación Superior y Pueblos Indígenas y Afrodescendientes en América Latina del Centro Interdisciplinario de Estudios Avanzados (CIEA) de la UNTREF lanzó la convocatoria de su 3a Campaña para la Erradicación del Racismo en la Educación Superior. Mediante la misma, invitó a la presentación de proyectos grupales de acciones que promuevan el debate y la reflexión acerca de las múltiples formas de racismo y discriminación que persisten en la educación superior.

A través de esta llamada, fueron seleccionados 20 equipos de siete países, cuyas propuestas abarcaron seminarios, encuestas, talleres y cursos virtuales, conversatorios, foros, producciones audiovisuales y campañas de sensibilización que fueron exhibidas durante cuatro encuentros virtuales que se transmitieron por el Canal de YouTube de la UNTREF. Vale aclarar que a estos equipos se sumaron otros seis grupos que iniciaron sus acciones en el marco de la campaña realizada el año pasado y que decidieron continuar trabajando durante este 2022.

“Lamentablemente debemos admitir que no nos sorprende el racismo vigente en Latinoamérica, así como tampoco la represión que sufren algunos pueblos, como el mapuche en países como Chile y Argentina, entre otras comunidades en diversos lugares del mundo. No nos sorprende, pero nos indigna. Estos problemas expresan la continuidad de una larga y vergonzante historia a lo largo de la cual las instituciones de educación superior jugaron un papel muy importante para reproducir y naturalizar el racismo y la discriminación en nuestras sociedades. Pero también sabemos que pueden jugar un rol fundamental para erradicar estas prácticas porque en la educación superior se forman profesionales y técnicos que toman decisiones significativas en las respectivas sociedades, así como las y los docentes de todo el sistema educativo y diversos formadores de opinión pública”, dijo el director de la Cátedra UNESCO Educación Superior y Pueblos Indígenas y Afrodescendientes en América Latina, Daniel Mato. Asimismo, el investigador de la UNTREF elogió los trabajos presentados en esta convocatoria y consideró “indispensable mantener los vínculos y trabajar en red en la búsqueda de la construcción de sociedades más justas y democráticas”.

En las jornadas, los disertantes coincidieron en que la falta de información sobre la existencia de prácticas discriminatorias y racistas debe ser una de las primeras cuestiones a trabajar. En este sentido, destacaron que la visibilización de las mismas juega un rol central para desterrar estas acciones. Tal como expresaron los miembros de la Universidad del Magdalena, Colombia: “El conocimiento es la clave para vencer al racismo porque no basta con ser anti-racista, hay que denunciar aquellas prácticas cotidianas que parecen inofensivas pero no lo son”. Con un taller y dos conversatorios para más de 120 asistentes, reivindicaron a los pueblos kogui e iku y a las comunidades afrocolombianas y llamaron a “desafiar el racismo en lo cotidiano”.

Tal como mencionaba Mato, uno de los pueblos que sufre mayor discriminación y violencia institucional es el mapuche. En este sentido, integrantes de la Universidad Nacional de Río Negro; de la Universidad de Flores, sede Comahue; y de la Universidad Nacional del Comahue presentaron el trabajo ¿Qué universidad para los habitantes de Wajmapu en el siglo XXI? Los expositores, para denunciar un colonialismo histórico hacia la nación mapuche en el sistema educativo, organizaron un seminario para más de 80 personas en el que difundieron la historia, la lengua y el territorio de este pueblo. Además, plantearon un futuro en el que el idioma mapuche (mapuzugun) sea una lengua oficial y propusieron que su bandera sea izada en los establecimientos educativos de la región.

Por su parte, los expositores de la Universidad Nacional del Chimborazo, Ecuador, continuaron sus acciones que se iniciaron en la 2a Campaña y desarrollaron el Programa de Acción Integral contra el Racismo. Definiendo su institución como una universidad “plural e intercultural”, organizaron talleres, videos, infografías para redes sociales y grupos focales para dar cuenta de la discriminación que viven los estudiantes de grupos minoritarios. Tan importantes son las acciones que efectúan que el Consejo Universitario reconoció a la institución como una universidad en permanente lucha contra el racismo y la discriminación. “A partir de prácticas transdisciplinarias, buscamos construir un ambiente de equidad y seguridad para conformar una sociedad sin exclusión”, destacaron los miembros de esta casa de altos estudios.

La importancia de la unión entre instituciones fue explícita en el trabajo realizado conjuntamente por la Universidad Veracruzana, la Universidad Intercultural de Chiapas y la Universidad Intercultural del Estado de México, a través de un seminario interinstitucional para 280 personas. En modalidad virtual entre las universidades pero presencial en cada una de ellas, se desarrollaron cinco sesiones en las que se generó un espacio de intercambio dialógico sobre el racismo en el contexto universitario desde los enfoques de equidad, derechos humanos y educación para la paz.  Este proyecto les permitió analizar cómo el racismo no solo afecta a la educación superior sino, también, a los niveles educativos precedentes.

Una de las características de esta Campaña es que las acciones emprendidas no solo fueron dirigidas a estudiantes y docentes, además se orientaron a los no docentes de las instituciones y a estudiantes secundarios. En tal sentido, el equipo de la Universidad Nacional de Cuyo presentó su proyecto para erradicar la discriminación en el ámbito educativo de Mendoza. A partir de cursos sincrónicos y asincrónicos para el claustro no docente, identificaron las prácticas discriminatorias en 12 dependencias de la universidad y mediante un taller y un libro de producciones se preguntaron qué piensan, sienten y dicen los adolescentes sobre el racismo. En este último proyecto participaron casi 300 estudiantes de entre 13 y 15 años.

Lo que se comenzó a sembrar gracias a los trabajos realizados en la 2a Campaña puede cosecharse en esta 3a edición y esto quedó claro en las palabras de Gabriela Czarny de la Universidad Pedagógica Nacional de México. “No es fácil hablar del tema, por eso pedimos ´hablemos sobre el racismo´ para empezar a entenderlo entre todos. Por ello es necesario intervenir desde diversas dimensiones, desde lo académico, desde el activismo, desde el arte. Tras el trabajo en la campaña anterior, nuestro objetivo ahora es que este tema se introduzca en todos los programas educativos que existen en nuestra institución”, manifestó.

Por último, los representantes de la Universidad del Estado de Santa Catarina, Brasil, pusieron especial énfasis en que la denuncia y erradicación del racismo no quede únicamente en manos de docentes y estudiantes sino que las autoridades y gestores de las instituciones se comprometan a aplicar políticas anti-racistas en el interior de cada universidad. A su vez, remarcaron la importancia de este tipo de campañas para la construcción de alianzas y redes entre casas de altos estudios de diversos países y regiones.

Precisamente, Daniel Mato invitó a los equipos a sumarse a la Red ESIAL, orientada a documentar y analizar experiencias de universidades y otros tipos de instituciones de educación superior de América Latina dedicadas a responder a necesidades, demandas y propuestas de pueblos indígenas y afrodescendientes, así como a sentar bases para recomendaciones de políticas en la materia, a desarrollar mecanismos sostenibles de colaboración con y entre las instituciones estudiadas y otras con intereses afines y a facilitar la formación de investigadores y gestores en este campo. “Debemos fomentar relaciones duraderas y trabajar en conjunto”, concluyó.

Universidad Nacional de Tres de Febrero

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