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«Las privadas mercantilizan la educación y no es justo que reciban becas de dinero público». Entrevista a Manuel Pérez Mateos

Entrevista/28 Septiembre 2018/Fuente: El economista

En 2016, el catedrático del área de Bioquímica y Biología Molecular, Manuel Pérez Mateos, ganó el rectorado en todos los estamentos y en todos los centros. Aficionado al ciclismo, música clásica y rock-blues, considera que «tenemos un excelente sistema universitario, a la altura de los mejores del mundo».

Manuel Pérez Mateos, Catedrático de Bioquímica y Biología Molecular y Rector de la Universidad de Burgos

¿Cree que sobran universidades en España?

En España hay 83 universidades, de las cuales 50 son públicas y 33 privadas. Es decir, una universidad por cada 561.446 habitantes. Aunque el cálculo depende de lo que se considere universidad, podríamos decir que Estados Unidos tiene una universidad por cada 379.000 habitantes, el Reino Unido por cada 405.000 o Japón por cada 165.000. Además, en España hay 240 centros de educación superior censados por Webometrics, de los cuales 83 tienen la denominación de «universidades», aunque, según el ranking SCIMAGO, tan solo 57 producen investigación (la totalidad de universidades públicas y 9 de las privadas). Por tanto, si consideramos centros con capacidad investigadora, el número de habitantes por universidad en España se eleva a más de 800.000. Concluyendo: no sobran universidades. Otra cuestión es si son demasiado homogéneas y si sería conveniente una mayor especialización o singularización.

¿Cómo afrontan el reto de adaptar los programas académicos a lo que demanda el mercado?

No es fácil, porque hay muchas dificultades para modificar la oferta académica, pero hemos propuesto a la Junta de Castilla y León la impartición de nuevas titulaciones que entendemos están en la agenda de la sociedad 4.0, que es ya una realidad, y que en el futuro será una exigencia de mercado. Hablo de Grados como Ingeniería de la salud, Ingeniería del diseño y desarrollo de videojuegos o economía circular. A ver si conseguimos que los autoricen.

¿Le pareció bien la retirada de becas y prácticas a los estudiantes de las privadas?

La respuesta tiene que ver con la cuantía de las tasas por matrícula. Considero que el Estado debe garantizar educación superior de calidad a todos los ciudadanos que tengan capacidad para estudiar, con independencia de su poder adquisitivo. Y eso debe garantizarlo la Universidad Pública. El problema es la elevada subida de precios de matrícula durante la crisis y las grandes diferencias entre comunidades autónomas. Muchas universidades privadas mercantilizan la educación superior y, por tanto, no me parece justo que becas costeadas con dinero de los contribuyentes se destinen a negocios privados.

¿Qué le parece un sistema universitario gratuito, como hay en otros países europeos?

Estupendamente, aunque hay que matizar que en esos países los sistemas fiscales son muy diferentes al español. Si se garantiza un pago de impuestos dependiente de la renta del contribuyente, la gratuidad de la enseñanza superior adquirirá total sentido. En otro caso, creo que es más justo un buen sistema de becas. En España, el esfuerzo para becas ha tenido una tendencia creciente desde el año 2004 a 2012. Aun así, ese esfuerzo no ha resuelto la debilidad crónica de estas ayudas, con un gasto del 0,11% del PIB frente al 0,31% de media de los países de la OCDE, menos de la mitad. Y desde 2012 el problema se ha agravado de tal forma que en algunas comunidades hay ya poca diferencia entre los precios públicos y los de instituciones privadas.

¿Hay una vocación de educación superior supeditada a la rentabilidad?

En algunas privadas sí. En mi opinión, el debate no es universidad pública o privada, sino universidad de calidad o no. Y en esta cuestión, salvo contadas excepciones, las públicas están muy por delante de las privadas. Considero que no debería llamarse universidad a entidades que comercian con los títulos, en algunos casos sin escrúpulos, y que ni siquiera tienen la más mínima producción investigadora.

¿Cree que se está poniendo en duda el buen hacer de la universidad?

Sin duda. En esto hay unanimidad entre los rectores. Los escándalos recientes han sembrado la sombra de duda en toda la Universidad, al extrapolar casos puntuales a la totalidad. Sin embargo, la universidad española está equiparada con la de mayoría de países desarrollados del mundo.

¿Cómo deben actuar las universidades ante la sociedad en este momento de falta de credibilidad de algunas universidades? Es decir, ¿cómo se puede mantener al margen la universidad del ámbito político?

Haciendo lo que creo que ya hacemos: siendo muy transparentes, ejerciendo los sistemas de control y rindiendo cuentas a la sociedad. No sabemos mostrar lo que hacemos y cómo lo hacemos a la sociedad. Nos falta marketing. Más complejo es mantener la Universidad fuera del ámbito político. Aunque la Constitución consagra el principio de autonomía universitaria, en la práctica queda pulverizada por la total dependencia, sobre todo financiera, que tenemos las universidades públicas respecto de los gobiernos autonómicos. Generalmente, el control y autorización de cualquiera de las decisiones trascendentes es tan férreo que la famosa autonomía universitaria es pura utopía. Bien es cierto que en nuestra región no tenemos la más mínima presión ni injerencia política en aspectos como los que, desgraciadamente, ocupan a los medios de comunicación en estos días.

El rector de la Universidad de Salamanca, Ricardo Rivero, ha pedido establecer «controles y sanciones» que prevengan a las instituciones académicas de incurrir en irregularidades, ¿cómo se puede conseguir esto?

Ya existen numerosos sistemas de control tanto externos como internos. Sobre todo es en este segundo nivel en el que las universidades podemos mejorar. Por ejemplo, todavía muchas instituciones carecen de un servicio de inspección, que es muy necesario. En Burgos lo tenemos desde hace muchos años y ha demostrado ser una herramienta de suma utilidad. O sistemas de control interno de garantía de calidad. En cualquier caso, coincido con el rector Rivero en la conveniencia de intensificar los controles. Muchas universidades estamos totalmente abiertas a ello y cualquier avance en ese sentido será muy bienvenido. Pondré otro ejemplo: la capacidad de los rectores para establecer sanciones o perseguir actuaciones irregulares está mucho más limitada por la legislación de lo que cualquier ciudadano podría pensar.

¿Cómo está entonces objetivamente el sistema universitario español? A veces puede parecer que todo es un desastre.

Nada más lejos de la realidad. Tenemos un excelente sistema, a la altura de los mejores del mundo. Y desde luego, el mejor de la historia de España. Como decía antes, concluir que por determinados casos, eso sí muy escandalosos, todo el sistema es un desastre, es erróneo e injusto. Además, en términos relativos el número de casos detectados es insignificante. Eso no significa que no considere lo acontecido como de suma gravedad.

Y entonces, ¿por qué nuestras universidades españolas no están entre las primeras en los rankings internacionales? ¿Qué deberíamos cambiar? ¿Cómo nuestras universidades pueden ser más competitivas?

Eso es cierto. Pero también lo es que España se encuentra entre los 10 países que tienen más universidades entre las 1.000 primeras del mundo de un conjunto de más de 20.000. O que tenemos 44 entre las 1.000 primeras, sólo superados por Estados Unidos, Reino Unido y Alemania. Las posibilidades de que un español estudie en una de las mejores 1.000 universidades del mundo es superior a la de un alemán y mucho mayor a la de un estadounidense. ¿Queremos tener universidades en los primeros puestos del ranking de Shanghái? Para ello deberíamos de cambiar muchas cosas, pero la primera es los niveles de financiación, que son, según cualquier parámetro que quiera usarse, muy inferiores a los de los países de nuestro entorno. Es que estamos compitiendo con un 600 frente a un Ferrari de Fórmula 1.

¿Cuáles son los retos de futuro de la universidad española?

Muchos. Principalmente adecuar nuestras titulaciones y nuestros programas formativos a la demanda social futura de las empresas, situar a la Universidad Pública en el espacio que le corresponde como servicio público de educación superior y de investigación, participar en consecuencia en la política general del país, mejorar la política de becas, desarrollar la acreditación institucional de los centros, equiparar la inversión en I+D+i a la de los países de nuestros entorno o desarrollar una estrategia de internacionalización, las políticas del profesorado y de personal de administración y servicios o las políticas sociales, por citar algunos de los más significativos.

¿Quién tiene la culpa del desajuste que existe entre la formación que reciben los universitarios y su bajo nivel de empleabilidad?

Probablemente el mercado de trabajo y las políticas generales de empleabilidad. Un desajuste que, por cierto, está disminuyendo. En cualquier caso, la Universidad también tiene su cuota de responsabilidad. En la de Burgos estamos trabajando desde hace años mucho y bien en ese sentido.

¿Hay demasiada endogamia en la universidad? Y, si la hubiera, ¿es necesariamente mala?

Creo que no mucha más que en cualquier otra entidad o institución. El problema no es contratar o quedarse con el personal que previamente hemos formado (lo que muchas veces se entiende como endogamia). El problema es si ese personal se merece o no la promoción académica. Ninguna empresa privada forma a su personal con la intención de que luego se lo lleven otras empresas. ¿Llamamos a eso endogamia?

¿Qué pasa con el 3+2? No se habla mucho del tema ya. ¿Acabará llegando?

Se ha paralizado por prudencia y acuerdo entre universidades. Pero creo que se pondrá en marcha en breve.

A título personal, ¿qué le gustaría dejar hecho cuando abandone el Rectorado?

Me conformaría con haber cumplido mis compromisos electorales. Entre ellos, la consolidación del liderazgo regional en investigación de la Universidad de Burgos, el reconocimiento de la universidad como centro de internacionalización, nuevas titulaciones de grado de mayor interés social, la mejora de la plantilla de PDI y PAS y el acceso a plazas estables de los acreditados, así como la rehabilitación del Hospital de la Concepción para uso universitario o la gestión universitaria del Centro Nacional de Investigación en Evolución Humana.

Imagen: http://i.promecal.es/IMG/2016/CFD4ED6D-FC96-70F0-5AD223BC6D9D7AC1.JPG

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Educación superior gratuita en México

Por: Juan Carlos Yáñez

México no es el primer país de América Latina en consagrar la gratuidad; pero la iniciativa para que la enseñanza superior sea gratuita podría ser punto y aparte en la universidad mexicana y, tal vez, en otros países.

El norte y el sur del continente latinoamericano, México y Argentina, vislumbran horizontes contrastantes en sus sistemas de educación superior.

Las universidades argentinas viven un periodo crítico; todo el país, en realidad. Los presupuestos para las universidades se achicaron y, con el argumento de reducir el déficit fiscal, el presidente Macri eliminará el Ministerio de Ciencia, Tecnología e Innovación Productiva, para convertirlo en una secretaría dependiente del Ministerio de Educación. También desaparecerán los de Salud y del Trabajo. Descuartizamiento, lo califica Marcelo Rubinstein, connotado científico.

Los paros y manifestaciones en las universidades ya duran cuatro semanas cuando escribo estas líneas. La parálisis ahonda fisuras entre la comunidad académica y el gobierno federal, en un momento histórico de perplejidad, irritación y riesgos sociales altos.

México, con sus propios problemas añejos y nacientes, vive una primavera de esperanza con los resultados de la reciente elección presidencial, que dejaron como victorioso al Movimiento de Regeneración Nacional (Morena), fundado y encabezado por el presidente electo, Andrés Manuel López Obrador.

El candidato que aglutinó a un variopinto grupo de organizaciones sociales y políticas, prometió transformaciones radicales y puso a la educación en sitio protagónico. Abrogar la reforma educativa empujada por el gobierno que termina, fue uno de sus buques insignia en la andanada contra lo que calificó como “la mafia del poder”.

En educación superior destacaron como propuestas: acceso gratuito a las instituciones, creación de 100 universidades y fortalecimiento de las existentes.

Con el arranque del nuevo Congreso federal, integrado por 500 diputados y 128 senadores, con mayoría del partido triunfante, en las primeras horas comenzaron a darle contenido a las promesas electorales. El 4 de septiembre, el coordinador de los senadores del partido mayoritario presentó una iniciativa para decretar que la educación superior sea gratuita, 101 años después de que se instituyera la gratuidad de la enseñanza primaria en “establecimientos oficiales”.

Nadie en contra del derecho a la educación podría oponerse a la iniciativa, aunque las pesadas historias y tendencias inducen cierto pesimismo, pues llevar el enunciado a la realidad podrían consumir más de la mitad del siglo.

Para fundamentar, el senador proponente ofrece datos ilustrativos del rezago en la materia: en los países de la OCDE, México tiene la cobertura más baja (38 %), distante de Estados Unidos (82 %), España (60 %) o Canadá; o de naciones latinas, como Argentina (67 %), Uruguay (65 %) y Chile (52 %).

Otros argumentos: los jóvenes constituyen 70% de la población penitenciaria, por eso, afirma: “Los jóvenes deben estar en las aulas y no en las jaulas”. Con título universitario la gente obtiene el doble de sueldo que quienes tienen solamente bachillerato, según datos de la propia OCDE.

Concluye su documento con un enunciado que estimula, pero esconde peligros: “La expansión del sistema educativo superior es premisa para disminuir desigualdades, alentar el crecimiento, disminuir la violencia y generar más desarrollo democrático”. Formalmente todo ello es verdad, pero una promesa tal, sin construir condiciones, puede tener efectos adversos, o perversos, y convertir a la educación superior en un mecanismo que profundice las terribles asimetrías que ya laceran al sistema educativo más grande de América.

La iniciativa para convertir a la educación superior en gratuita está en las comisiones que la estudiarán y resolverán. La aprobación es inminente. La iniciativa contempla que, para su cumplimiento, una vez aprobada, se destinarán recursos adicionales a los estados y municipios, y presupuestos plurianuales, añeja aspiración de los rectores.

Los problemas también tienen palco VIP en el teatro educativo de las universidades y las asfixian, como las pensiones de los profesores jubilados, presupuestos crónicamente insuficientes o el acceso todavía condicionado fuertemente por variables socioeconómicas, que desde temprano desgranan las cohortes de jóvenes que acceden a la enseñanza secundaria. Nada de eso se resolverá de la mañana a la noche, ni con varita mágica.

México no es el primer país de América Latina en consagrar la gratuidad; pero la iniciativa para que la enseñanza superior sea gratuita podría ser punto y aparte en la universidad mexicana y, tal vez, en otros países. La cuenta regresiva pronto empezará a surtir evidencias de la transformación estructural dibujada.

Fuente: http://eldiariodelaeducacion.com/blog/2018/09/19/educacion-superior-gratuita-en-mexico/

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Libro: Tendencias Universidad: En pos de la educación activa España

Por openlibra.com

Tendencias Universidad es una nueva publicación de la Cátedra UNESCO de Gestión y Política Universitaria.

Se trata de una colección de informes monográficos, de respuesta rápida y poca extensión, que irán ofreciendo reflexiones, concisas y profundas, sobre temas de actualidad de la educación superior española, vinculados a las actividades presenciales organizadas por la Cátedra.

En ellos se expondrán las principales ideas desarrolladas en dichas actividades, resultado del debate abierto con la comunidad universitaria y la sociedad. Además, se analizará la actualidad educativa a nivel global y se ofrecerá la opinión de expertos nacionales e internacionales.

Este primer número es resultado del seminario bienal “En pos de la educación activa”:

  • Resume lo que a lo largo de los años 2011 y 2012 se ha debatido en las cuatro jornadas organizadas por la Cátedra.
  • Analiza y destaca la actualidad educativa a nivel global, en especial en cuanto a las propuestas impulsadas por las tecnologías digitales, que permiten al aprendiz ser responsable de su aprendizaje.
  • Condensa todo lo debatido y analizado en 11 ideas fuerza de la educación activa.
  • Todo esto se completa con una entrevista a José Joaquín Brunner, experto internacional en educación superior.

 

Link para descargar el libro: https://openlibra.com/en/book/download/tendencias-universidad-en-pos-de-la-educacion-activa

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“La educación es el camino”: Pepe Mujica

Colombia-Uruguay / 23 de septiembre de 2018 / Autor: Andrea Lugo / Fuente: Compartir Palabra Maestra

La educación, desde la perspectiva de Pepe Mujica, recordando la autenticidad de sus discursos y elogiando su oratoria.

José Alberto Mujica Cordano, Pepe Mujica, presidente de Uruguay 2010-2015, el presidente más pobre del mundo, el mandatario más humilde del mundo, el ideal del político, tupamaro, exguerrillero. Esos y más calificativos se le dan al expresidente uruguayo, conocido en el mundo por cambiar la imagen y la percepción que se tiene de los políticos al llevar un estilo de vida tan real como sencillo.

Pepe Mujica, quien en su discurso presidencial enfatizó en la importancia de la educación para el desarrollo del pueblo uruguayo, ya que en la educación ‘‘se anticipa el rostro de la sociedad que vendrá’’ y de la educación depende ‘‘la futura actitud de la gente para la convivencia cotidiana’’, ha hablado de la educación como eje fundamental para el desarrollo de todas las sociedades.

Y aunque al finalizar su gobierno Pepe reconoció que su gestión quedó inconclusa, pues no pudo combatir la deserción escolar ni mejorar los resultados del país en las Pruebas Pisa, el expresidente dejó enseñanzas valiosas sobre la educación, enseñanzas particularmente dirigidas a los maestros.

Hoy recogemos algunas de sus opiniones más célebres sobre la educación.

‘‘No puede haber enseñanza sin maestros, sin profesores’’

En una charla con la Oficina de la OEI-Mercosur en Uruguay, el expresidente habló sobre las futuras generaciones. Dijo que, al vivir en un tiempo que ‘‘requiere la masificación de la cultura y el conocimiento’’, los trabajadores no calificados no van a generar plusvalía, y es por esto que lo que se conoce como proletariado será la población que, a futuro, asistirá a las universidades.

El expresidente también expresó que en todas las sociedades, el avance tecnológico demandará la calificación y masificación del conocimiento, sin embargo, todo esto conlleva ciertos factores, en palabras de Pepe ‘‘no puede haber enseñanza sin maestros, sin profesores’’. Agregó que la pedagogía no es solo una profesión para ganarse la vida, sino que también es un compromiso.

En consecuencia, para Pepe, la enseñanza del futuro va de la mano de la capacidad y del grado de compromiso de los docentes para trabajar el corazón de las generaciones venideras, y concluye ‘‘el gran desafío y la gran pregunta, ¿van a estar a la altura de la enorme responsabilidad? Cada cual que esté metido en esa profesión tiene que mirarse al espejo y pensar en la responsabilidad social que tiene’’.

‘‘Un buen profesor es un recuerdo imborrable para toda la vida’’

‘‘Había un señor que daba clases debajo de un árbol… y por las plazas, había una vez un señor’’, así inicia Pepe su pequeño discurso en un vídeo, tan descontextualizado como campechano, en el que habla sobre lo principal de la educación, lo que para él es el profesorado, ‘‘lo principal ligado al compromiso que tengan con la enseñanza y la profesión’’.

El expresidente asegura que ‘‘un buen profesor es un recuerdo imborrable para toda la vida’’, pero también lo es un mal profesor. Y es por esto que, para él, todo es poco si se trata de mejorar la calidad de la educación, mejora que no se consigue solo con el dinero, sino que también con la ayuda del profesorado, de la vocación y de la capacidad del mismo de entender que tiene un compromiso con la sociedad.

‘‘La educación es el camino’’

En abril de 2009, Pepe dio un discurso a un grupo de intelectuales de Uruguay,  en el que habla de la perspectiva que se tiene sobre el consumo y el despilfarro como modelos utópicos de sociedades desarrolladas, y aunque aseguró que no está en contra de esa visión, afirmó que tampoco es la única posible. ‘‘El consumismo no es la elección de la verdadera aristocracia de la humanidad, es la elección de los noveleros y los frívolos’’.

En este mismo discurso, reiteró que es de intuición colectiva que en el conocimiento y la cultura hay esfuerzo y placer. ‘‘Llega un punto donde estudiar, o investigar, o aprender, ya no es un esfuerzo y es puro disfrute’’.

Para el expresidente, ‘‘la educación es el camino’’, el puente entre el hoy en el que vivimos y el mañana que queremos ‘‘tiene un nombre y se llama educación’’, es un puente largo difícil de cruzar ‘‘pero hay que hacerlo’’, por las futuras generaciones. Todo esto, aprovechando las ventajas que supone el buen uso del internet, el conocimiento abrumador que trae consigo la masificada y globalizada posibilidad de acceder a cualquier tipo de información.

‘‘Este mundo nuevo no nos simplifica la vida, nos la complica… Nos obliga a ir más lejos y más hondo en la educación. No hay tarea más grande delante de nosotros’’, concluye.

Fuente de la Reseña:

https://compartirpalabramaestra.org/blog/la-educacion-es-el-camino-pepe-mujica

ove/mahv

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Otra universidad del magisterio venezolano. ¿Y la UPEL?

Venezuela / 23 de septiembre de 2018 / Autor: Luis B. Saavedra M. / Fuente: Aporrea

El presidente Nicolás Maduro a su regreso de su viaje de alto nivel a China, de gran éxito con fines de fortalecer el programa de recuperación, reimpulso y rectificación de la economía venezolana y alocución por el inicio del nuevo año escolar 20018-2019; también muy promisorio por los nuevos programas de apoyo a los estudiantes y la familia, anuncia que la Micro Misión Simón Rodríguez, cuyo fin al perecer es la de especializar en ciencias naturales y sociales en un tiempo perentorio a egresados como docentes generales u otras carreras universitarias, pasaría a ser universidad: la universidad del magisterio venezolano.

El presidente de la República, Nicolás Maduro, informó este lunes que la Micromisión Simón Rodríguez será transformada en una universidad para los trabajadores del magisterio educativo.
«He decidido convertir, transformar, la Micromisión Simón Rodríguez en una nueva universidad del magisterio (…) para los cursos de postgrado. Transformar esa idea de la micromisión Simón Rodríguez», expresó el jefe de Estado desde el Palacio de Miraflores, en Caracas.
La Micromisión Simón Rodríguez busca fortalecer el proceso de formación estudiantil en el país, al ayudar a los docentes a mejorar sus métodos y conocimientos a través de especializaciones que les permiten impartir educación de manera dinámica y con mejor comunicación.

Cabe preguntarse, sobre todo uno que es egresado y ha hecho toda la vida en la Universidad Pedagógica Experimental Libertador, UPEL, al oír ese anuncio: ¿otra universidad? ¿No es una mejor opción apoyar y fortalecer a las ya existentes y con buen ganado prestigio por la calidad y pertinencia en sus procesos de formación? ¿Qué no es la UPEL el ente asesor del Estado venezolano en cuestión de educación y pedagogía? ¿No se está contento ni conteste con la formación y el perfil de los egresados y “todo lo que ahí se hace” por el país con las especializaciones, maestrías y doctorados, en tanto que formación de alto nivel según el estado del arte de la ciencia y las humanidades? ¿Tienen éstas otro proyecto de país? O siguen o no los lineamientos de la Constitución de la República Bolivariana de Venezuela (1999), aplican o no el Plan de la Patria 2013-2019, son fuente de moralidad pública o por el contrario motivo de escándalo.

Igualmente se puede inquirir: ¿Quién ha hecho la evaluación de la calidad de los egresados de la Micro Misión Simón Rodríguez y bajo cuál modalidad se ha realizado? Cuántas promociones y/o egresados tienen ya, porque que se recuerde no tiene mucho tiempo ¿Qué tipo de investigación han realizado esos estudiantes de postgrado y cuáles son sus líneas de investigación? ¿Cuál es el equipo de formación y cuál es su dotación en cuanto a biblioteca, laboratorios y plataformas tecnológicas, donde interactúan esos cursantes de postgrado? ¿Comparte el presidente Maduro entonces la tesis de su amigo y ex Ministro del Poder Popular para la Educación, camarada Rodulfo Pérez, con quien al parecer surgió ese mencionado programa alternativo, acerca de que “la UPEL es un veneno” y no está formando el tipo de educador que necesita la Revolución Bolivariana, sino que es una especie de reducto de la oposición? ¿Son todas las nuevas universidades politécnicas territoriales, del arte, medicina, el deporte y otras que han surgido al fragor de las nuevas políticas públicas actuales buenas referencias de calidad, relevancia científica-técnicas, valores, ideas y prácticas revolucionarias o son meros remedos y reproducciones burdas de los viejos modelos viciosos de formación universitaria tradicional en Venezuela? ¿Quién ha hecho los estudios de factibilidad para la creación de otra universidad del magisterio venezolano?

Qué rápido han olvidado algunos colegas hoy en puestos relevantes del Gobierno Bolivariano, alcaldes, ministros y viceministros, entre otros funcionarios de línea media que lo ellos son como ciudadanos integrales, nobles personas, buenos padres y hasta amantísimos esposos o esposas, lo debe en mucho a las experiencias vividas en los espacios de los diferentes Institutos Pedagógicos que repartidos por toda la geografía nacional forman la estructura matricial de la Universidad Pedagógica Experimental Libertador; si hasta el mismo Aristóbulo Istúriz, Rodulfo Pérez y muchos de los viceministros, asesores, directores son flamantes egresados de algún Pedagógico, aunque parece que siempre han tenido una relación de amor-odio con la UPEL, nunca han estado contentos del todo con “Alma Mater”, tienen el feo vicio de ser malagradecidos y estarían de plácemes si ésta fuera eliminada de cuajo como universidad; pero si uno hace eso que en gerencia dan en llamar Benchmarking o proceso de comparación de modelos organizacionales exitosos puede observar que en Colombia, México o Chile las casas de formación pedagógica siguen siendo las famosas escuelas normales y los pedagógicos y, cada cual en su contexto, son exitosas.

¿Sabrá el presidente Maduro que la universidad venezolana lo que necesita es apoyo decidido, respaldo y confianza? La UPEL, al igual que otras universidades actualmente nacionales públicas o privadas, padecen de grandes limitaciones pero hacen un esfuerzo ingente y requieren de un apoyo financiero, infraestructura y dotación bibliográfica, laboratorios urgente porque la crisis sistémica de la nación, como parte de los mismos errores nuestros como lo reconoció el mismo camarada Diosdado Cabello en Barquisimeto, los errores de la oposición, los empresarios y la misma ciudadanía, junto a las innegables agresiones imperialistas, las ha puesto al borde la quiebra; es así como hace falta desarrollar mucho estímulo a su población estudiantil, profesoral y personal de apoyo en lo administrativo y obrero; una de cuyas soluciones más sencillas y elementales vienen a ser, por ejemplo: implementar clap universitario, plan de viviendas, asistencia médica, dotación de uniformes, planes sencillos y prácticos de recreación, apoyar al investigador con viajes al exterior con fines de actualización, financiar aquellos proyectos de investigación pertinentes en ciencias y humanidades; presidente, que la cosa no es sólo decretar universidades porque supuestamente son más afines ideológicamente, la cosa es más compleja.

Pero como quiera que estas son reflexiones que uno hace sólo para conversar, y más bien uno debería ser un disciplinado militante y como un conocido nuestro sólo retwitear lo que dicen los jefes del partido o de los ministerios a que se esté adscrito, ello, aunque sea flamante diputado regional y que tampoco hace vida política en calidad de constituyente, son obedientes como los monjes: “El que obedece no se equivoca”, solía decir mi buen maestro de formación de aspirante religioso hace ya tantos años; ah, perdón, a menos que la sede de esta nueva universidad pedagógica sea el Centro de Formación Pedagógica Simón Rodríguez, ubicada en San Antonio de los Altos, una bella edificación cómoda y funcional, donde fuimos la otra vez por casualidad, que fue donde el Prof. Rodulfo Pérez soltó aquello de que “La UPEL es un veneno” y tenía ahí mismo en la otra silla a una profesora de la UPEL-IPC que, al parecer carece de todo sentido de identidad y pertinencia porque no dijo ni pío.

Fuente del Artículo:

https://www.aporrea.org/educacion/a269424.html

Fuente de la Imagen:

http://actualidadygente.com/noticias-venezuela-hoy/88507-inicio-la-alianza-contadores-publicos-y-la-upel

ove/mahv

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Le llegó la hora a las universidades públicas regionales

Por: Julián de Zubiría

Ante la suspensión del programa Ser Pilo Paga, el país tiene una oportunidad de oro: invertir esos recursos en las universidades públicas regionales para garantizar el derecho a la educación de más estudiantes, crear nuevos polos de desarrollo y construir la paz.

Los medios de comunicación han hecho creer a muchas personas que las universidades públicas, supuestamente, son de calidad baja y alto costo para el Estado. Lo dicen y lo repiten; y todos sabemos que las mentiras y las medias verdades que se reiteran tienden a creerse como verdades y a hacer parte de las narrativas culturales. Sin embargo, esa afirmación sobre nuestras universidades encuentra poco sustento en la realidad.

El imaginario que han creado los medios es que las universidades públicas permanecen cerradas por huelgas, que los semestres se alargan y se cancelan, que son centros de adoctrinamiento terrorista, que los jóvenes aprenden poco y que le cuestan mucho dinero al Estado. De cara a este supuesto, hay que hacer conciencia de que existe un claro interés en un sector económico y político del país por apoderarse de los recursos de la universidad pública. Ser Pilo Paga fue un buen ejemplo de esta estrategia. Lo mismo ya pasó en el país con la salud, las pensiones, el transporte y diversos sectores económicos. En las pensiones, por ejemplo, antes de captar ingenuos que se trasladaran del sector público al privado, inundaron los medios de mentiras y difamaciones contra el seguro social. Dijeron que se iba a acabar, que era inviable y que terminaría quebrado. El objetivo era uno solo: atemorizar a la población para presionar su traslado a los fondos privados. La estrategia ha sido casi siempre la misma: el miedo como arma oculta. Hoy vemos miles de profesionales que comenzaron a recibir pensiones de miseria, equivalentes a salarios mínimos, mientras los grandes grupos financieros acrecientan su capital.

Algo similar están intentando hacer con la educación pública. Ya iniciaron la estrategia. En la mayor parte de los medios de comunicación debilitan, estigmatizan y desprestigian a la universidad pública. El objetivo es uno solo: controlar sus recursos y apoderarse del mercado.  La estrategia es la misma: el miedo.

Lo primero que hay que tener en cuenta es que resulta difícil comparar la calidad de universidades que trabajan con jóvenes de estratos, contextos socioculturales y regiones diferentes. En sentido estricto, no son comparables porque trabajan con individuos con capitales sociales y culturales demasiado diversos. También resulta poco pertinente comparar universidades con niveles de especialización y énfasis diferentes (técnica, pregrado, maestría o doctorado). Sencillamente, no es posible. Si no se tiene en cuenta lo señalado, la comparación y los rankings resultan totalmente arbitrarios, como actualmente está sucediendo en nuestro medio.

Lo segundo que hay que considerar es que dos instituciones se podrían comparar por múltiples criterios y que hay que tener en cuenta cuál resulta más pertinente para el fin buscado.

En contra de lo que suele creer la mayoría de la población, en la Universidad Nacional no se ha suspendido un solo semestre desde hace 19 años, pero los medios siguen dando la idea de que allí no hay continuidad académica. Es más, no hubo ningún cierre de más de un día durante los cinco años que duró el proceso de paz, pero los medios no registran estas noticias. ¿Por qué será?

Para hacernos creer que las privadas son de mayor calidad que las públicas, los medios masivos de comunicación recurren a los resultados de las pruebas SABER PRO, en las cuales es más alta la presencia de las universidades privadas de élite en los lugares destacados.  Pero resulta que de todos los indicadores con los que cuenta la sociedad, éste sería el menos pertinente para evaluar la calidad de una institución de educación superior por una razón muy sencilla: no tiene en cuenta el nivel en el que ingresaron los estudiantes. Sería similar a que, en una competencia de 100 metros, eligiéramos a los ganadores permitiendo que algunos de los corredores salieran 80 metros adelante y otros 50, en tanto que a la mayoría se le exigiera partir desde la raya. Eso lo saben los medios de comunicación, los funcionarios del Ministerio de Educación Nacional (MEN) y los directivos de las instituciones. Sin embargo, lo ocultan para favorecer a las privadas de élite que seleccionan sus estudiantes en el quintil más alto según los resultados de las pruebas SABER 11.

Para corregir el problema de las pruebas SABER PRO, que no tienen en cuenta el nivel de las competencias con las que ingresan los estudiantes, se han creado las pruebas de valor agregado. Las creó el propio MEN. El problema es que las mantiene bajo llave, cuando deberían ser de acceso público. Éstas establecen la diferencia entre el valor alcanzado al ingresar a la universidad y el que obtiene al salir. Es sensiblemente mejor que tener sólo en cuenta el valor alcanzado en SABER PRO, ya que nos permite ver cuáles son las que más logran impactar a sus estudiantes en lectura crítica, y razonamiento cuantitativo. Como son las mismas competencias en SABER once y SABER Pro, podemos ver qué tanto agrega la universidad en cada una de las competencias.

Si tuviéramos en cuenta las pruebas creadas por el propio MEN, de las cinco universidades que más valor agregan en lectura crítica, tres de ellas son públicas y dos privadas. Es de destacar que algunas de las universidades más famosas del país son desplazadas a lugares muy bajos de la tabla, en tanto que otras, relativamente poco conocidas, ascienden muchos puestos. Lo anterior sucede porque la mayoría de las privadas muy famosas reciben estudiantes con un puntaje muy alto en SABER 11 y terminan agregando muy poco valor, en tanto algunas universidades oficiales reciben estudiantes con bajos puntajes SABER 11 y bajo capital cultural, los cuales logran mejorar de manera significativa durante su tránsito por la universidad. La excepción la constituyen dos universidades oficiales: la de Antioquia y la Nacional, las cuales, aunque reciben estudiantes con puntajes relativamente altos en SABER 11, adicionalmente, agregan mucho valor.  Este es el listado creado por el propio MEN:

Si usáramos como criterio el construido por Sapiens Research Group, el de las universidades que más apropian socialmente el conocimiento, para el año 2018, ocho de las diez mejores universidades serían públicas y la lista la encabezarían la Nacional y la de Antioquia. Si utilizáramos el criterio de procesos de innovación e investigación que construye el SCimago, el más respetado por los investigadores y el cual combina indicadores de publicaciones, investigadores y patentes; para el año 2018, nuevamente tres de las cinco universidades son públicas y la lista la siguen encabezando la Universidad Nacional y la de Antioquia. Un solo dato ilustrativo: la Nacional cuenta con 585 grupos de investigación reconocidos por Colciencias y, en el año anterior, alcanzó 1.451 artículos publicados en revistas indexadas.

Sin embargo, el criterio más importante sigue siendo el valor agregado, ya que ese es el sentido más importante de una universidad: garantizar que el trabajo que se realice en sus aulas impacte de manera profunda y estructural en las maneras de pensar, sentir y actuar de los estudiantes. En estas pruebas, para el caso de lectura crítica –como hecho muy significativo– las universidades que alcanzan mayor impacto son las universidades públicas.

Las anteriores reflexiones son esenciales si se tiene en cuenta que el gobierno de Iván Duque acaba de suspender el programa Ser Pilo Paga, mediante el cual se venían transfiriendo de manera masiva los recursos públicos hacia unas muy pocas universidades privadas. Ojalá el nuevo gobierno escuche el clamor de profesores y estudiantes de las universidades públicas. La mayoría de ellas se encuentra en asamblea permanente, exigiendo el derecho a la educación. La desfinanciación de las universidades públicas está tocando fondo, mientras, equivocadamente, veníamos invirtiendo cerca de un billón de pesos anuales en tan solo el 2% de los egresados de la educación media. Ningún padre de familia que tenga cien hijos, alimenta bien a los dos mayores, en tanto les da agüepanela con pan a todos los demás. El Estado colombiano lo ha estado haciendo.

En Colombia, el 90% de los jóvenes que pertenecen al estrato uno no continúan sus estudios en la educación superior. Cada año, 300.000 jóvenes que culminan su educación media frustran sus sueños y se ven condenados a continuar en la pobreza y la marginalidad. El gobierno de Juan Manuel Santos brindó apoyo tan sólo a 10.000 de ellos cada año. A este paso nos demoraríamos más de un siglo para poder garantizar el derecho a estudiar de la gran mayoría de la población.

La invitación al nuevo gobierno es a que, con los mismos recursos de Ser Pilo Paga, se decida a apoyar cada año a 40.000 jóvenes en las universidades públicas regionales. Si seleccionamos unas seis de ellas y las fortalecemos con recursos económicos, con excelentes estudiantes de las regiones aledañas; si les quitamos estas universidades a los caciques políticos, si las cualificamos a nivel administrativo y si impulsamos profundos procesos de renovación pedagógica –contando con el apoyo de las extraordinarias universidades públicas nacionales–, lograremos consolidar el derecho a la educación de cada vez más jóvenes pobres en el país.

La enorme ventaja es que el país cuenta con excelentes universidades oficiales que están agregando mucho valor y que, si las impulsamos, nos ayudarán a fortalecer el derecho a la educación, a crear nuevos polos regionales de desarrollo y a construir la paz. Sin duda, “sí se puede” y tenemos ahora una oportunidad de oro para hacerlo: la supresión del programa Ser Pilo Paga. Esos recursos le pertenecen a la educación y allí deben seguir, sólo que ahora tendrán impactos sociales y educativos significativamente mayores al invertirlos en las universidades públicas regionales.

Fuente: https://www.semana.com/educacion/articulo/la-importancia-de-invertir-en-las-universidades-publicas-para-el-desarrollo-y-la-paz-de-colombia/582956

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Carta los Ministerios de Ciencia, Innovación y Universidades, y Educación, Cultura y Deporte

Por: Juana M. Sancho

Les invito a lanzar una GRAN MISIÓN, convertir la investigación educativa en la base de un conocimiento para la comprensión de quiénes somos, cómo nos influye entorno y educación y quiénes podríamos llegar a ser.

Estimados Ministra y Secretario de Educación y Ministro y Secretaria de Ciencia o viceversa.

Este comienzo de curso académico, siempre tan previsiblemente imprevisible y apasionante para la mayoría de los educadores e investigadores, casi coincide con la andadura de sus ministerios en una legislatura, como todas, por devenir. Quizás porque considero que cuanto más difícil parece una situación, más podemos y tenemos que activar nuestras energías e imaginación, me atrevo a plantearles en esta carta la necesidad de una GRAN MISIÓN, de un programa transversal de investigación educativa, que vincule todas las ciencias (naturales, sociales, humanas y posthumanas), y nos permita no solo descubrir sino construir mundos inimaginables aquí, en el planeta Tierra. Unos mundos que, ni un astronauta como el Dr. Pedro Duque, ni el replicante de Blade Runner, hayan podido no solo ver, sino incluso imaginar.

Casi al comienzo de su nueva etapa de responsabilidades quisiera compartir con ustedes y los ciudadanos en general, algunas reflexiones y preocupaciones con relación a la ciencia y la educación. Primero, quisiera poner de manifiesto que, sin la educación, sin esa labor de transmisión del pasado, comprensión del presente y configuración del futuro llevada a cabo por millones de educadores a lo largo de la historia, ni yo podría escribir esto, ni ninguno de ustedes leerlo e interpretarlo. Segundo, quisiera argumentar que tener acceso a la educación, disponer del tiempo, la mirada de cuidado y la seguridad afectiva para reconocerse, pensarse y desarrollar la capacidad de ser, para poder entender la vida mirando al pasado y poder vivirla mirando al futuro es algo que, desgraciadamente, no todo el mundo está en condiciones de hacer. Así que los que sí hemos estado y luchamos para que “todo el mundo” pueda estarlo, hemos recibido un gran regalo y una gran responsabilidad.

Estoy segura, así lo quiero creer porque la esperanza nos ayuda caminar, que harán todo lo que esté en sus manos para mejorar nuestro acervo de conocimiento y nuestra educción. Pero, por favor, no reduzcan la “ciencia” a las ciencias “duras” (o “fáciles” como diría el profesor David Berliner). Aquellas que “prometen” mundos mejores y la mejora de la vida de los seres humanos, aunque paradójicamente cuenten cada vez menos con nosotros y al final acaben llenando de “basura” nuestro planeta, mientras se preparan para “dominar” y “contaminar” el espacio exterior. Aquellas que buscan ganancias millonarias, sin considerar las consecuencias colaterales para la vida de todos los seres que habitamos el planeta. Lo que les quiero sugerir es que inviertan en aquellas áreas de conocimiento que realmente valen la pena. Las que se enfrentan a problemas profundos y complejos de un gran calado social, como es el caso de la educación.

La investigadora Mariana Mazzucato, profesora en el University College de Londres, en una tribuna publicada en El País, argumentaba que tenemos “la oportunidad de orientar la innovación hacia la solución de problemas concretos, en proyectos tan audaces como la misión de llegar a la Luna, pero dirigidos a resolver nuestros retos sociales y tecnológicos”. Aunque reconocía que las “misiones actuales son más complejas y perversas que ir a la Luna” y haciéndose eco de la obra The Moon and the Ghetto, de Dick Nelson, se preguntaba “cómo era posible que el hombre hubiera ido y vuelto de la Luna y, sin embargo, no hubiéramos podido resolver determinados aspectos de las desigualdades como la aparición de guetos”. Y afirmaba que “los problemas perversos requieren prestar más atención al nexo entre las cuestiones sociales, políticas y tecnológicas, la necesidad de una regulación inteligente y los procesos de retroalimentación en toda la cadena de innovación”.

Y aquí viene el principal argumento de la necesidad de LA GRAN MISIÓN, que les propongo considerar. Centrarse en los problemas “perversos”, aquellos que nos rodean y que nos llegan a constituir de tal manera que ya “no los vemos”. Porque parece que nos pasa lo que les sucedería a los peces si estudiasen su entorno, que lo último que descubrirían sería el agua, cuando es lo fundamental para su existencia. Y la educación es un problema profundamente perverso o “endiablado”, como la mayoría de los del “sistema social que están mal formulados, en los que la información es confusa, en los que hay muchos interesados y afectados y muchas personas con capacidad para tomar decisiones desde posiciones, intereses y sistemas de valores contradictorios, y donde las ramificaciones de todo el sistema tienden a ser confusas y, sobre todo, imprevisibles” (columna del 13/1/2017).

Mariana Mazzucato, fija “cinco criterios para escoger misiones: que sean audaces y tengan valor social; que tengan objetivos concretos, para saber cuándo se han alcanzado; que impliquen investigación, innovación y preparación tecnológica en un plazo determinado; que fomenten colaboraciones entre sectores, entre participantes y entre disciplinas, y que permitan múltiples soluciones distintas y desde la base”. ¿Se imaginan cómo podrían avanzar “todos” los campos disciplinares, desde la neurociencia a la lingüística, desde la química a la filosofía, desde la física de partículas a la arquitectura o la literatura si se plantease una GRAN MISIÓN para la investigación educativa? El problema de los “tres cuerpos” por el que parece fascinado el Ministro de Ciencia, se podría convertir en algo tan complejo y apasionante que nadie pudiera dejar de interesarse. En definitiva, a lo que les invito como actuales responsables de estos dos ministerios es a atreverse a lanzar una GRAN MISIÓN que convierta la investigación educativa en la base de un conocimiento que conlleve una mejor comprensión de quiénes somos, cómo nos influye el entorno y la educación que recibimos y quiénes podríamos llegar a ser.

Fuente: http://eldiariodelaeducacion.com/blog/2018/09/13/carta-los-ministerios-de-ciencia-innovacion-y-universidades-y-educacion-cultura-y-deporte/

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