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“La educación es el camino”: Pepe Mujica

Colombia-Uruguay / 23 de septiembre de 2018 / Autor: Andrea Lugo / Fuente: Compartir Palabra Maestra

La educación, desde la perspectiva de Pepe Mujica, recordando la autenticidad de sus discursos y elogiando su oratoria.

José Alberto Mujica Cordano, Pepe Mujica, presidente de Uruguay 2010-2015, el presidente más pobre del mundo, el mandatario más humilde del mundo, el ideal del político, tupamaro, exguerrillero. Esos y más calificativos se le dan al expresidente uruguayo, conocido en el mundo por cambiar la imagen y la percepción que se tiene de los políticos al llevar un estilo de vida tan real como sencillo.

Pepe Mujica, quien en su discurso presidencial enfatizó en la importancia de la educación para el desarrollo del pueblo uruguayo, ya que en la educación ‘‘se anticipa el rostro de la sociedad que vendrá’’ y de la educación depende ‘‘la futura actitud de la gente para la convivencia cotidiana’’, ha hablado de la educación como eje fundamental para el desarrollo de todas las sociedades.

Y aunque al finalizar su gobierno Pepe reconoció que su gestión quedó inconclusa, pues no pudo combatir la deserción escolar ni mejorar los resultados del país en las Pruebas Pisa, el expresidente dejó enseñanzas valiosas sobre la educación, enseñanzas particularmente dirigidas a los maestros.

Hoy recogemos algunas de sus opiniones más célebres sobre la educación.

‘‘No puede haber enseñanza sin maestros, sin profesores’’

En una charla con la Oficina de la OEI-Mercosur en Uruguay, el expresidente habló sobre las futuras generaciones. Dijo que, al vivir en un tiempo que ‘‘requiere la masificación de la cultura y el conocimiento’’, los trabajadores no calificados no van a generar plusvalía, y es por esto que lo que se conoce como proletariado será la población que, a futuro, asistirá a las universidades.

El expresidente también expresó que en todas las sociedades, el avance tecnológico demandará la calificación y masificación del conocimiento, sin embargo, todo esto conlleva ciertos factores, en palabras de Pepe ‘‘no puede haber enseñanza sin maestros, sin profesores’’. Agregó que la pedagogía no es solo una profesión para ganarse la vida, sino que también es un compromiso.

En consecuencia, para Pepe, la enseñanza del futuro va de la mano de la capacidad y del grado de compromiso de los docentes para trabajar el corazón de las generaciones venideras, y concluye ‘‘el gran desafío y la gran pregunta, ¿van a estar a la altura de la enorme responsabilidad? Cada cual que esté metido en esa profesión tiene que mirarse al espejo y pensar en la responsabilidad social que tiene’’.

‘‘Un buen profesor es un recuerdo imborrable para toda la vida’’

‘‘Había un señor que daba clases debajo de un árbol… y por las plazas, había una vez un señor’’, así inicia Pepe su pequeño discurso en un vídeo, tan descontextualizado como campechano, en el que habla sobre lo principal de la educación, lo que para él es el profesorado, ‘‘lo principal ligado al compromiso que tengan con la enseñanza y la profesión’’.

El expresidente asegura que ‘‘un buen profesor es un recuerdo imborrable para toda la vida’’, pero también lo es un mal profesor. Y es por esto que, para él, todo es poco si se trata de mejorar la calidad de la educación, mejora que no se consigue solo con el dinero, sino que también con la ayuda del profesorado, de la vocación y de la capacidad del mismo de entender que tiene un compromiso con la sociedad.

‘‘La educación es el camino’’

En abril de 2009, Pepe dio un discurso a un grupo de intelectuales de Uruguay,  en el que habla de la perspectiva que se tiene sobre el consumo y el despilfarro como modelos utópicos de sociedades desarrolladas, y aunque aseguró que no está en contra de esa visión, afirmó que tampoco es la única posible. ‘‘El consumismo no es la elección de la verdadera aristocracia de la humanidad, es la elección de los noveleros y los frívolos’’.

En este mismo discurso, reiteró que es de intuición colectiva que en el conocimiento y la cultura hay esfuerzo y placer. ‘‘Llega un punto donde estudiar, o investigar, o aprender, ya no es un esfuerzo y es puro disfrute’’.

Para el expresidente, ‘‘la educación es el camino’’, el puente entre el hoy en el que vivimos y el mañana que queremos ‘‘tiene un nombre y se llama educación’’, es un puente largo difícil de cruzar ‘‘pero hay que hacerlo’’, por las futuras generaciones. Todo esto, aprovechando las ventajas que supone el buen uso del internet, el conocimiento abrumador que trae consigo la masificada y globalizada posibilidad de acceder a cualquier tipo de información.

‘‘Este mundo nuevo no nos simplifica la vida, nos la complica… Nos obliga a ir más lejos y más hondo en la educación. No hay tarea más grande delante de nosotros’’, concluye.

Fuente de la Reseña:

https://compartirpalabramaestra.org/blog/la-educacion-es-el-camino-pepe-mujica

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Otra universidad del magisterio venezolano. ¿Y la UPEL?

Venezuela / 23 de septiembre de 2018 / Autor: Luis B. Saavedra M. / Fuente: Aporrea

El presidente Nicolás Maduro a su regreso de su viaje de alto nivel a China, de gran éxito con fines de fortalecer el programa de recuperación, reimpulso y rectificación de la economía venezolana y alocución por el inicio del nuevo año escolar 20018-2019; también muy promisorio por los nuevos programas de apoyo a los estudiantes y la familia, anuncia que la Micro Misión Simón Rodríguez, cuyo fin al perecer es la de especializar en ciencias naturales y sociales en un tiempo perentorio a egresados como docentes generales u otras carreras universitarias, pasaría a ser universidad: la universidad del magisterio venezolano.

El presidente de la República, Nicolás Maduro, informó este lunes que la Micromisión Simón Rodríguez será transformada en una universidad para los trabajadores del magisterio educativo.
«He decidido convertir, transformar, la Micromisión Simón Rodríguez en una nueva universidad del magisterio (…) para los cursos de postgrado. Transformar esa idea de la micromisión Simón Rodríguez», expresó el jefe de Estado desde el Palacio de Miraflores, en Caracas.
La Micromisión Simón Rodríguez busca fortalecer el proceso de formación estudiantil en el país, al ayudar a los docentes a mejorar sus métodos y conocimientos a través de especializaciones que les permiten impartir educación de manera dinámica y con mejor comunicación.

Cabe preguntarse, sobre todo uno que es egresado y ha hecho toda la vida en la Universidad Pedagógica Experimental Libertador, UPEL, al oír ese anuncio: ¿otra universidad? ¿No es una mejor opción apoyar y fortalecer a las ya existentes y con buen ganado prestigio por la calidad y pertinencia en sus procesos de formación? ¿Qué no es la UPEL el ente asesor del Estado venezolano en cuestión de educación y pedagogía? ¿No se está contento ni conteste con la formación y el perfil de los egresados y “todo lo que ahí se hace” por el país con las especializaciones, maestrías y doctorados, en tanto que formación de alto nivel según el estado del arte de la ciencia y las humanidades? ¿Tienen éstas otro proyecto de país? O siguen o no los lineamientos de la Constitución de la República Bolivariana de Venezuela (1999), aplican o no el Plan de la Patria 2013-2019, son fuente de moralidad pública o por el contrario motivo de escándalo.

Igualmente se puede inquirir: ¿Quién ha hecho la evaluación de la calidad de los egresados de la Micro Misión Simón Rodríguez y bajo cuál modalidad se ha realizado? Cuántas promociones y/o egresados tienen ya, porque que se recuerde no tiene mucho tiempo ¿Qué tipo de investigación han realizado esos estudiantes de postgrado y cuáles son sus líneas de investigación? ¿Cuál es el equipo de formación y cuál es su dotación en cuanto a biblioteca, laboratorios y plataformas tecnológicas, donde interactúan esos cursantes de postgrado? ¿Comparte el presidente Maduro entonces la tesis de su amigo y ex Ministro del Poder Popular para la Educación, camarada Rodulfo Pérez, con quien al parecer surgió ese mencionado programa alternativo, acerca de que “la UPEL es un veneno” y no está formando el tipo de educador que necesita la Revolución Bolivariana, sino que es una especie de reducto de la oposición? ¿Son todas las nuevas universidades politécnicas territoriales, del arte, medicina, el deporte y otras que han surgido al fragor de las nuevas políticas públicas actuales buenas referencias de calidad, relevancia científica-técnicas, valores, ideas y prácticas revolucionarias o son meros remedos y reproducciones burdas de los viejos modelos viciosos de formación universitaria tradicional en Venezuela? ¿Quién ha hecho los estudios de factibilidad para la creación de otra universidad del magisterio venezolano?

Qué rápido han olvidado algunos colegas hoy en puestos relevantes del Gobierno Bolivariano, alcaldes, ministros y viceministros, entre otros funcionarios de línea media que lo ellos son como ciudadanos integrales, nobles personas, buenos padres y hasta amantísimos esposos o esposas, lo debe en mucho a las experiencias vividas en los espacios de los diferentes Institutos Pedagógicos que repartidos por toda la geografía nacional forman la estructura matricial de la Universidad Pedagógica Experimental Libertador; si hasta el mismo Aristóbulo Istúriz, Rodulfo Pérez y muchos de los viceministros, asesores, directores son flamantes egresados de algún Pedagógico, aunque parece que siempre han tenido una relación de amor-odio con la UPEL, nunca han estado contentos del todo con “Alma Mater”, tienen el feo vicio de ser malagradecidos y estarían de plácemes si ésta fuera eliminada de cuajo como universidad; pero si uno hace eso que en gerencia dan en llamar Benchmarking o proceso de comparación de modelos organizacionales exitosos puede observar que en Colombia, México o Chile las casas de formación pedagógica siguen siendo las famosas escuelas normales y los pedagógicos y, cada cual en su contexto, son exitosas.

¿Sabrá el presidente Maduro que la universidad venezolana lo que necesita es apoyo decidido, respaldo y confianza? La UPEL, al igual que otras universidades actualmente nacionales públicas o privadas, padecen de grandes limitaciones pero hacen un esfuerzo ingente y requieren de un apoyo financiero, infraestructura y dotación bibliográfica, laboratorios urgente porque la crisis sistémica de la nación, como parte de los mismos errores nuestros como lo reconoció el mismo camarada Diosdado Cabello en Barquisimeto, los errores de la oposición, los empresarios y la misma ciudadanía, junto a las innegables agresiones imperialistas, las ha puesto al borde la quiebra; es así como hace falta desarrollar mucho estímulo a su población estudiantil, profesoral y personal de apoyo en lo administrativo y obrero; una de cuyas soluciones más sencillas y elementales vienen a ser, por ejemplo: implementar clap universitario, plan de viviendas, asistencia médica, dotación de uniformes, planes sencillos y prácticos de recreación, apoyar al investigador con viajes al exterior con fines de actualización, financiar aquellos proyectos de investigación pertinentes en ciencias y humanidades; presidente, que la cosa no es sólo decretar universidades porque supuestamente son más afines ideológicamente, la cosa es más compleja.

Pero como quiera que estas son reflexiones que uno hace sólo para conversar, y más bien uno debería ser un disciplinado militante y como un conocido nuestro sólo retwitear lo que dicen los jefes del partido o de los ministerios a que se esté adscrito, ello, aunque sea flamante diputado regional y que tampoco hace vida política en calidad de constituyente, son obedientes como los monjes: “El que obedece no se equivoca”, solía decir mi buen maestro de formación de aspirante religioso hace ya tantos años; ah, perdón, a menos que la sede de esta nueva universidad pedagógica sea el Centro de Formación Pedagógica Simón Rodríguez, ubicada en San Antonio de los Altos, una bella edificación cómoda y funcional, donde fuimos la otra vez por casualidad, que fue donde el Prof. Rodulfo Pérez soltó aquello de que “La UPEL es un veneno” y tenía ahí mismo en la otra silla a una profesora de la UPEL-IPC que, al parecer carece de todo sentido de identidad y pertinencia porque no dijo ni pío.

Fuente del Artículo:

https://www.aporrea.org/educacion/a269424.html

Fuente de la Imagen:

http://actualidadygente.com/noticias-venezuela-hoy/88507-inicio-la-alianza-contadores-publicos-y-la-upel

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Le llegó la hora a las universidades públicas regionales

Por: Julián de Zubiría

Ante la suspensión del programa Ser Pilo Paga, el país tiene una oportunidad de oro: invertir esos recursos en las universidades públicas regionales para garantizar el derecho a la educación de más estudiantes, crear nuevos polos de desarrollo y construir la paz.

Los medios de comunicación han hecho creer a muchas personas que las universidades públicas, supuestamente, son de calidad baja y alto costo para el Estado. Lo dicen y lo repiten; y todos sabemos que las mentiras y las medias verdades que se reiteran tienden a creerse como verdades y a hacer parte de las narrativas culturales. Sin embargo, esa afirmación sobre nuestras universidades encuentra poco sustento en la realidad.

El imaginario que han creado los medios es que las universidades públicas permanecen cerradas por huelgas, que los semestres se alargan y se cancelan, que son centros de adoctrinamiento terrorista, que los jóvenes aprenden poco y que le cuestan mucho dinero al Estado. De cara a este supuesto, hay que hacer conciencia de que existe un claro interés en un sector económico y político del país por apoderarse de los recursos de la universidad pública. Ser Pilo Paga fue un buen ejemplo de esta estrategia. Lo mismo ya pasó en el país con la salud, las pensiones, el transporte y diversos sectores económicos. En las pensiones, por ejemplo, antes de captar ingenuos que se trasladaran del sector público al privado, inundaron los medios de mentiras y difamaciones contra el seguro social. Dijeron que se iba a acabar, que era inviable y que terminaría quebrado. El objetivo era uno solo: atemorizar a la población para presionar su traslado a los fondos privados. La estrategia ha sido casi siempre la misma: el miedo como arma oculta. Hoy vemos miles de profesionales que comenzaron a recibir pensiones de miseria, equivalentes a salarios mínimos, mientras los grandes grupos financieros acrecientan su capital.

Algo similar están intentando hacer con la educación pública. Ya iniciaron la estrategia. En la mayor parte de los medios de comunicación debilitan, estigmatizan y desprestigian a la universidad pública. El objetivo es uno solo: controlar sus recursos y apoderarse del mercado.  La estrategia es la misma: el miedo.

Lo primero que hay que tener en cuenta es que resulta difícil comparar la calidad de universidades que trabajan con jóvenes de estratos, contextos socioculturales y regiones diferentes. En sentido estricto, no son comparables porque trabajan con individuos con capitales sociales y culturales demasiado diversos. También resulta poco pertinente comparar universidades con niveles de especialización y énfasis diferentes (técnica, pregrado, maestría o doctorado). Sencillamente, no es posible. Si no se tiene en cuenta lo señalado, la comparación y los rankings resultan totalmente arbitrarios, como actualmente está sucediendo en nuestro medio.

Lo segundo que hay que considerar es que dos instituciones se podrían comparar por múltiples criterios y que hay que tener en cuenta cuál resulta más pertinente para el fin buscado.

En contra de lo que suele creer la mayoría de la población, en la Universidad Nacional no se ha suspendido un solo semestre desde hace 19 años, pero los medios siguen dando la idea de que allí no hay continuidad académica. Es más, no hubo ningún cierre de más de un día durante los cinco años que duró el proceso de paz, pero los medios no registran estas noticias. ¿Por qué será?

Para hacernos creer que las privadas son de mayor calidad que las públicas, los medios masivos de comunicación recurren a los resultados de las pruebas SABER PRO, en las cuales es más alta la presencia de las universidades privadas de élite en los lugares destacados.  Pero resulta que de todos los indicadores con los que cuenta la sociedad, éste sería el menos pertinente para evaluar la calidad de una institución de educación superior por una razón muy sencilla: no tiene en cuenta el nivel en el que ingresaron los estudiantes. Sería similar a que, en una competencia de 100 metros, eligiéramos a los ganadores permitiendo que algunos de los corredores salieran 80 metros adelante y otros 50, en tanto que a la mayoría se le exigiera partir desde la raya. Eso lo saben los medios de comunicación, los funcionarios del Ministerio de Educación Nacional (MEN) y los directivos de las instituciones. Sin embargo, lo ocultan para favorecer a las privadas de élite que seleccionan sus estudiantes en el quintil más alto según los resultados de las pruebas SABER 11.

Para corregir el problema de las pruebas SABER PRO, que no tienen en cuenta el nivel de las competencias con las que ingresan los estudiantes, se han creado las pruebas de valor agregado. Las creó el propio MEN. El problema es que las mantiene bajo llave, cuando deberían ser de acceso público. Éstas establecen la diferencia entre el valor alcanzado al ingresar a la universidad y el que obtiene al salir. Es sensiblemente mejor que tener sólo en cuenta el valor alcanzado en SABER PRO, ya que nos permite ver cuáles son las que más logran impactar a sus estudiantes en lectura crítica, y razonamiento cuantitativo. Como son las mismas competencias en SABER once y SABER Pro, podemos ver qué tanto agrega la universidad en cada una de las competencias.

Si tuviéramos en cuenta las pruebas creadas por el propio MEN, de las cinco universidades que más valor agregan en lectura crítica, tres de ellas son públicas y dos privadas. Es de destacar que algunas de las universidades más famosas del país son desplazadas a lugares muy bajos de la tabla, en tanto que otras, relativamente poco conocidas, ascienden muchos puestos. Lo anterior sucede porque la mayoría de las privadas muy famosas reciben estudiantes con un puntaje muy alto en SABER 11 y terminan agregando muy poco valor, en tanto algunas universidades oficiales reciben estudiantes con bajos puntajes SABER 11 y bajo capital cultural, los cuales logran mejorar de manera significativa durante su tránsito por la universidad. La excepción la constituyen dos universidades oficiales: la de Antioquia y la Nacional, las cuales, aunque reciben estudiantes con puntajes relativamente altos en SABER 11, adicionalmente, agregan mucho valor.  Este es el listado creado por el propio MEN:

Si usáramos como criterio el construido por Sapiens Research Group, el de las universidades que más apropian socialmente el conocimiento, para el año 2018, ocho de las diez mejores universidades serían públicas y la lista la encabezarían la Nacional y la de Antioquia. Si utilizáramos el criterio de procesos de innovación e investigación que construye el SCimago, el más respetado por los investigadores y el cual combina indicadores de publicaciones, investigadores y patentes; para el año 2018, nuevamente tres de las cinco universidades son públicas y la lista la siguen encabezando la Universidad Nacional y la de Antioquia. Un solo dato ilustrativo: la Nacional cuenta con 585 grupos de investigación reconocidos por Colciencias y, en el año anterior, alcanzó 1.451 artículos publicados en revistas indexadas.

Sin embargo, el criterio más importante sigue siendo el valor agregado, ya que ese es el sentido más importante de una universidad: garantizar que el trabajo que se realice en sus aulas impacte de manera profunda y estructural en las maneras de pensar, sentir y actuar de los estudiantes. En estas pruebas, para el caso de lectura crítica –como hecho muy significativo– las universidades que alcanzan mayor impacto son las universidades públicas.

Las anteriores reflexiones son esenciales si se tiene en cuenta que el gobierno de Iván Duque acaba de suspender el programa Ser Pilo Paga, mediante el cual se venían transfiriendo de manera masiva los recursos públicos hacia unas muy pocas universidades privadas. Ojalá el nuevo gobierno escuche el clamor de profesores y estudiantes de las universidades públicas. La mayoría de ellas se encuentra en asamblea permanente, exigiendo el derecho a la educación. La desfinanciación de las universidades públicas está tocando fondo, mientras, equivocadamente, veníamos invirtiendo cerca de un billón de pesos anuales en tan solo el 2% de los egresados de la educación media. Ningún padre de familia que tenga cien hijos, alimenta bien a los dos mayores, en tanto les da agüepanela con pan a todos los demás. El Estado colombiano lo ha estado haciendo.

En Colombia, el 90% de los jóvenes que pertenecen al estrato uno no continúan sus estudios en la educación superior. Cada año, 300.000 jóvenes que culminan su educación media frustran sus sueños y se ven condenados a continuar en la pobreza y la marginalidad. El gobierno de Juan Manuel Santos brindó apoyo tan sólo a 10.000 de ellos cada año. A este paso nos demoraríamos más de un siglo para poder garantizar el derecho a estudiar de la gran mayoría de la población.

La invitación al nuevo gobierno es a que, con los mismos recursos de Ser Pilo Paga, se decida a apoyar cada año a 40.000 jóvenes en las universidades públicas regionales. Si seleccionamos unas seis de ellas y las fortalecemos con recursos económicos, con excelentes estudiantes de las regiones aledañas; si les quitamos estas universidades a los caciques políticos, si las cualificamos a nivel administrativo y si impulsamos profundos procesos de renovación pedagógica –contando con el apoyo de las extraordinarias universidades públicas nacionales–, lograremos consolidar el derecho a la educación de cada vez más jóvenes pobres en el país.

La enorme ventaja es que el país cuenta con excelentes universidades oficiales que están agregando mucho valor y que, si las impulsamos, nos ayudarán a fortalecer el derecho a la educación, a crear nuevos polos regionales de desarrollo y a construir la paz. Sin duda, “sí se puede” y tenemos ahora una oportunidad de oro para hacerlo: la supresión del programa Ser Pilo Paga. Esos recursos le pertenecen a la educación y allí deben seguir, sólo que ahora tendrán impactos sociales y educativos significativamente mayores al invertirlos en las universidades públicas regionales.

Fuente: https://www.semana.com/educacion/articulo/la-importancia-de-invertir-en-las-universidades-publicas-para-el-desarrollo-y-la-paz-de-colombia/582956

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Carta los Ministerios de Ciencia, Innovación y Universidades, y Educación, Cultura y Deporte

Por: Juana M. Sancho

Les invito a lanzar una GRAN MISIÓN, convertir la investigación educativa en la base de un conocimiento para la comprensión de quiénes somos, cómo nos influye entorno y educación y quiénes podríamos llegar a ser.

Estimados Ministra y Secretario de Educación y Ministro y Secretaria de Ciencia o viceversa.

Este comienzo de curso académico, siempre tan previsiblemente imprevisible y apasionante para la mayoría de los educadores e investigadores, casi coincide con la andadura de sus ministerios en una legislatura, como todas, por devenir. Quizás porque considero que cuanto más difícil parece una situación, más podemos y tenemos que activar nuestras energías e imaginación, me atrevo a plantearles en esta carta la necesidad de una GRAN MISIÓN, de un programa transversal de investigación educativa, que vincule todas las ciencias (naturales, sociales, humanas y posthumanas), y nos permita no solo descubrir sino construir mundos inimaginables aquí, en el planeta Tierra. Unos mundos que, ni un astronauta como el Dr. Pedro Duque, ni el replicante de Blade Runner, hayan podido no solo ver, sino incluso imaginar.

Casi al comienzo de su nueva etapa de responsabilidades quisiera compartir con ustedes y los ciudadanos en general, algunas reflexiones y preocupaciones con relación a la ciencia y la educación. Primero, quisiera poner de manifiesto que, sin la educación, sin esa labor de transmisión del pasado, comprensión del presente y configuración del futuro llevada a cabo por millones de educadores a lo largo de la historia, ni yo podría escribir esto, ni ninguno de ustedes leerlo e interpretarlo. Segundo, quisiera argumentar que tener acceso a la educación, disponer del tiempo, la mirada de cuidado y la seguridad afectiva para reconocerse, pensarse y desarrollar la capacidad de ser, para poder entender la vida mirando al pasado y poder vivirla mirando al futuro es algo que, desgraciadamente, no todo el mundo está en condiciones de hacer. Así que los que sí hemos estado y luchamos para que “todo el mundo” pueda estarlo, hemos recibido un gran regalo y una gran responsabilidad.

Estoy segura, así lo quiero creer porque la esperanza nos ayuda caminar, que harán todo lo que esté en sus manos para mejorar nuestro acervo de conocimiento y nuestra educción. Pero, por favor, no reduzcan la “ciencia” a las ciencias “duras” (o “fáciles” como diría el profesor David Berliner). Aquellas que “prometen” mundos mejores y la mejora de la vida de los seres humanos, aunque paradójicamente cuenten cada vez menos con nosotros y al final acaben llenando de “basura” nuestro planeta, mientras se preparan para “dominar” y “contaminar” el espacio exterior. Aquellas que buscan ganancias millonarias, sin considerar las consecuencias colaterales para la vida de todos los seres que habitamos el planeta. Lo que les quiero sugerir es que inviertan en aquellas áreas de conocimiento que realmente valen la pena. Las que se enfrentan a problemas profundos y complejos de un gran calado social, como es el caso de la educación.

La investigadora Mariana Mazzucato, profesora en el University College de Londres, en una tribuna publicada en El País, argumentaba que tenemos “la oportunidad de orientar la innovación hacia la solución de problemas concretos, en proyectos tan audaces como la misión de llegar a la Luna, pero dirigidos a resolver nuestros retos sociales y tecnológicos”. Aunque reconocía que las “misiones actuales son más complejas y perversas que ir a la Luna” y haciéndose eco de la obra The Moon and the Ghetto, de Dick Nelson, se preguntaba “cómo era posible que el hombre hubiera ido y vuelto de la Luna y, sin embargo, no hubiéramos podido resolver determinados aspectos de las desigualdades como la aparición de guetos”. Y afirmaba que “los problemas perversos requieren prestar más atención al nexo entre las cuestiones sociales, políticas y tecnológicas, la necesidad de una regulación inteligente y los procesos de retroalimentación en toda la cadena de innovación”.

Y aquí viene el principal argumento de la necesidad de LA GRAN MISIÓN, que les propongo considerar. Centrarse en los problemas “perversos”, aquellos que nos rodean y que nos llegan a constituir de tal manera que ya “no los vemos”. Porque parece que nos pasa lo que les sucedería a los peces si estudiasen su entorno, que lo último que descubrirían sería el agua, cuando es lo fundamental para su existencia. Y la educación es un problema profundamente perverso o “endiablado”, como la mayoría de los del “sistema social que están mal formulados, en los que la información es confusa, en los que hay muchos interesados y afectados y muchas personas con capacidad para tomar decisiones desde posiciones, intereses y sistemas de valores contradictorios, y donde las ramificaciones de todo el sistema tienden a ser confusas y, sobre todo, imprevisibles” (columna del 13/1/2017).

Mariana Mazzucato, fija “cinco criterios para escoger misiones: que sean audaces y tengan valor social; que tengan objetivos concretos, para saber cuándo se han alcanzado; que impliquen investigación, innovación y preparación tecnológica en un plazo determinado; que fomenten colaboraciones entre sectores, entre participantes y entre disciplinas, y que permitan múltiples soluciones distintas y desde la base”. ¿Se imaginan cómo podrían avanzar “todos” los campos disciplinares, desde la neurociencia a la lingüística, desde la química a la filosofía, desde la física de partículas a la arquitectura o la literatura si se plantease una GRAN MISIÓN para la investigación educativa? El problema de los “tres cuerpos” por el que parece fascinado el Ministro de Ciencia, se podría convertir en algo tan complejo y apasionante que nadie pudiera dejar de interesarse. En definitiva, a lo que les invito como actuales responsables de estos dos ministerios es a atreverse a lanzar una GRAN MISIÓN que convierta la investigación educativa en la base de un conocimiento que conlleve una mejor comprensión de quiénes somos, cómo nos influye el entorno y la educación que recibimos y quiénes podríamos llegar a ser.

Fuente: http://eldiariodelaeducacion.com/blog/2018/09/13/carta-los-ministerios-de-ciencia-innovacion-y-universidades-y-educacion-cultura-y-deporte/

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Brasil ya duplica a la Argentina en cantidad de graduados universitarios por habitante

América del sur/Brasil/13 Septiembre 2018/Fuente: Infobae

Las universidades argentinas tienen más estudiantes en términos relativos, pero se recibe la mitad que en las brasileñas. Remarcan que hay diferencias importantes entre los dos sistemas

Entre los sistemas universitarios argentino y brasileño, hay una fuerte asimetría. En la Argentina hay más estudiantes por habitante: 443 contra 384 cada 10.000 personas. Pero es Brasil quien gradúa más, incluso el doble: 55,8 nuevos profesionales versus 28,6 en 2016.

Los datos surgen de un nuevo informe del Centro de Estudios de la Educación Argentina (CEA), perteneciente a la Universidad de Belgrano. El boletín muestra distintas disparidades entre los dos sistemas. Por caso, en Brasil la tasa de graduación, que cruza la cantidad de ingresantes con los egresados seis años después, es de 49,8% mientras que en Argentina es 30,3%, de acuerdo a los últimos registros disponibles.

Claro que los sistemas presentan la gran diferencia del ingreso irrestricto. «En la Argentina no rige ningún tipo de examen de evaluación de conocimientos al final del secundario ni tampoco exámenes generales de ingreso a la universidad, debido a que están prohibidos por la Ley 27.204, que los considera ‘restrictivos’. Pero al comparar nuestras cifras sin restricciones de ingreso con las de un país ‘restrictivo’ como Brasil, se observa que, en realidad, su sistema es mucho más eficaz, con mayor graduación anual y mayor crecimiento en cantidad de graduados en los últimos años», planteó Alieto Guadagni, director del CEA.

El informe grafica esa diferencia. Los próximos domingos 4 y 11 de noviembre, más de 6 millones de estudiantes brasileños a punto de terminar la secundaria rendirán el Examen Nacional de Enseñanza Media (ENEM). En el primer día tendrán cinco horas y media para responder preguntas sobre lengua, inglés o español, arte y computación. En el segundo contestarán sobre matemática, ciencias naturales, química, física, biología, geografía, historia, filosofía y sociología.

La participación en el examen no es obligatoria, pero se necesita para recibir el título de culminación de la secundaria. Para lograrlo, los alumnos necesitan al menos 450 puntos en cada área y 500 en escritura. Desde 2009, los resultados obtenidos en el ENEM se utilizan como filtros para acceder a algunas universidades. Otras instituciones, incluso, emplean sus propios exámenes de ingreso.

«No hay mayor restricción que la falta de estímulos a la dedicación al estudio en la propia escuela secundaria, ya que lo que no se estudia como corresponde en esa instancia resulta muy difícil de recuperar en la universidad. No existen restricciones, pero el abandono y la deserción son muy elevados. La ausencia de pruebas como el ENEM brasileño es una clara desventaja para nuestros alumnos secundarios», consideró Guadagni.

La discusión por el ingreso irrestricto en las universidades es interminable y las posturas, entre detractores y defensores, casi irreconciliables. El dato curioso de las cifras no pasa por la tasa de graduación, que con lógica es más baja en el país, sino por la cantidad de egresados por habitante. Sobre todo, si se considera que Argentina supera ampliamente en cantidad de estudiantes por pobladores -justamente por el ingreso irrestricto- pero apenas recibe la mitad que Brasil cada año.

Diferencias entre los sistemas

Para Marcelo Rabossi, especialista en educación superior de la Universidad Torcuato Di Tella, la comparación no es del todo precisa: «Si bien es cierto que nuestro sistema universitario, el argentino, se muestra ineficiente – pocos graduados en relación a los ingresantes- e ineficaz -bajos graduados en relación a la población- no lo es tanto si se toman en cuenta las diferencias que lo distinguen del brasilero», le dijo a Infobae.

Es que, además del examen de ingreso, hay otras características que distinguen a los sistemas de educación superior. Argentina se presenta como un modelo de fuerte presencia pública: casi el 80% de los alumnos concurren a instituciones nacionales. Brasil, en cambio, es dominantemente privado, con casi el 75% de los estudiantes en esas instituciones. Y de esas casas de estudios, casi el 80% son con fines de lucro.

«En la Argentina lucrar con la educación universitaria está prohibido por ley. Para gran parte de las instituciones brasileñas brindar educación es un buen negocio y, por lo tanto, la calidad impartida ha sido cuestionada. No me sorprende, entonces, ver más altas tasas de graduación en este tipo de modelos de perfil mercantilista», consideró Rabossi.

A su vez, en Argentina aparece un fuerte subsector: el terciario, que entre futuros docentes y técnicos, tiene 900 mil estudiantes y una eficiencia en la graduación mayor. En Brasil, en cambio, las instituciones no universitarias también entregan títulos de grado y posgrado.

«Si comparamos sector universitario contra sector universitario puro, es cierto que Brasil muestra ciertas ventajas. Sin embargo, y dada las particularidades que presenta en su morfología estructural, creo que para sacar conclusiones debería evaluarse el sistema de educación superior -el universitario y el no universitario- como un todo», concluyó el especialista.

Fuente: https://www.infobae.com/educacion/2018/09/12/brasil-ya-duplica-a-la-argentina-en-cantidad-de-graduados-universitarios-por-habitante/

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España: Reforma universitaria y más inversión, claves para la mejora de la universidad en España

Europa/España/13 septiembre 2018/Fuente: El diario la educación

El Informe CyD analiza cuatro retos básicos: disminución de la matrícula, sobrecualificación, investigación e internacionalización.

Como todos los años la Fundación CyD (Conocimiento y Desarrollo), dependiente de la Fundación Santander, ha publicado su informe sobre el estado de la universidad española. Algunos de los indicadores apuntan a la necesidad de cambios en el gobierno de la universidad para que tenga una mayor flexibilidad y autnonmía a la hora de enfrentar situaciones complejas.

El primero de los asuntos que habría que abordar es el de la recuperación de financiación derivada de las administraciones públicas, principalmente de las comunidades autónomas. A pesar de que durante los últimos cinco años la economía española ha crecido de manera consecutiva, no ha habido un intento de revertir los importantes recortes económicos que se han venido produciendo desde el año 2012. A pesar de esta falta de financiación, las instituciones han conseguido salvar la situación gracias a los incrementos de tasas y otros precios públicos. Pero no igualan las pérdidas económicas, que han sido altas.

Por delante, según Francesc Soler y Martí Parellada, encargados de presentar los resultados del informe, retos importantes derivados de los cambios que se están produciendo en la matriculación en los diferentes campus.
“Si bien la crisis demostró que la universidad podía resistir recortes enormes y además la prohibición de contratación de funcionarios”, aseguraba Francesc Soler, “estas dos cosas han de afectar”. Y esto se han notado, claro, al punto de dejar a la universidad española en un estado de latencia que le hace perder posiciones con respecto a las de otros países que han pasado estos años haciendo inversiones y transformaciones importantes.

Y es que las universidades han ido perdiendo un importante número de personas que se matriculan en los estudios de grado. En los últimos años, desde 2009, han dejado de matricularse 153.000 personas. Eso sí, en el mismo periodo ha habido un aumento sustancial en los estudiantes de máster, que han crecido, aunque no tanto como para equilibrar este descenso de estudiantes de grado.

Entre las causas que esgrimen los expertos se encuentran la disminución de la cohorte de personas en edad de entrar en la universidad por primera vez (entre 18 y 21 años) además de otros factores como el aumento de la matrícula en los grados superiores de Formación Profesional.

Ante algunos de estos retos, como de otros relacionados con la financiación, así como la transferencia de conocimiento a la sociedad o la rendición de cuentas que la institución debe hacer para justificar sus decisiones, los expertos apuestan por cambiar el marco normativo. “Debería pensarse en reformar el marco, dar libertad a las universidades, que se diferencien entre sí y que tengan más autonomía en la toma de decisiones”. Todo ello “ha de acompañarse por una rendición de cuentas muy estricta, posterior. Dejar libertad y ver si han respondido a la confianza.”, ha asegurado Soler.

En todo caso, los responsables de este informe han señalado cuatro grandes retos, en los que se centra el informe, y que van más allá de la situación coyuntural que pueda vivir hoy la institución universitaria.

Retos

El primero sería el del cambio de tendencia en el perfil de quienes se matriculan: disminución en los estudios de grado y aumento en otros como los máster o los doctorados. “Debería mirarse qué tipo de producto ofrece la universidad viendo este cambio del perfil del ‘cliente’”, ha dicho Martí Parellada en su intervención, en la que ha desgranado estos cuatro puntos de atención.

Otro de ellos, ya un clásico del que se habla desde hace años, es la “sobrecualificación” de las personas trabajadoras. Y es que el 35% de los trabajos que adquieren chicas y chicos que han pasado por la universidad corresponden a puestos inferiores a los de su cualificación. Algo en lo que deberían incidir no solo las universidades, sino el propio mercado de trabajo, que no genera los puestos cualificados suficientes para la demanda existente.

Otro de los puntos importantes, el tercero, es el relativo ala investigación y la transferencia a la sociedad. El informe constata que el número de publicaciones que genera la universidad no para de crecer, entre otras cosas porque las publicaciones se han convertido en uno de los requisitos imprescindible para casi cualquier cosa dentro de la universidad. Pero estos papers, al mismo tiempo, están perdiendo impacto. Tienen cada vez menos calidad, atendiendo a factores como que estén liderados por investigadores españoles, que se hayan hecho en colaboración con personas de universidades extranjeras o el número de veces que son citados. Entre las causas, entienden, está también la escasez de inversión de los estos años, la falta de autonomía o el hecho de que las oficinas de transferencia de investigación, que debeían centrarse en asuntos relacionados con la creación de spin-offs (empresas que surgen dentro de los marcos de la universidad), o en las licencias de investigación, están más dedicadas a labores de consultoría de los docentes.

Y, por último, otro de los asuntos recurrentes, la falta de presencia de las universidades en la escena internacional. Punto en el que se reclama especial atención porque, a pesar de que la crisis se ha saldado con el gran esfuerzo de las universidades en mantener la calidad, no se ha podido aprovechar, como en otras instituciones en el extranjero, para hacer inversión y generar flexibilidad.

En España se ha podido mantener el tipo este tiempo, “pero está afectando a los resultados”, según ha dicho Martí Parellada. Y a insistido en la necesidad de “cambios en la organización y flexibilidad” de las instituciones.
Ha concluido Parellada insistiendo en que “la reforma universitaria (ya anunciada por otra parte por el ministro Pedro Duque) es necesaria”. Sobre todo para crear un círculo virtuoso dando más financiación a la universidad para generar confianza en su transferencia de conocimiento e investigacón y que, así, se genere más interés en invertir más dinero. “ A la confianza se llega afrontando la reforma de su sistema de gobierno. Tarea abierta que debiera hacerse tan pronto como sea posible”.

Fuente: http://eldiariodelaeducacion.com/blog/2018/09/13/reforma-universitaria-y-mas-inversion-claves-para-la-mejora-de-la-universidad-en-espana/

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La transformación que Duque propone para Ser Pilo Paga

Por: Semana Educación

El gobierno estudia lanzar un programa de becas en las que el Estado ponga una parte y las universidades otra. Del mismo modo, busca fortalecer el presupuesto de las universidades públicas. El objetivo es que más estudiantes puedan acceder a la educación superior.

El programa  Ser Pilo Paga  podría vivir en pocos días una transformación inesperada. Después del anuncio de la ministra de Educación, María Victoria Angulo, sobre la desfinanciación en que encontró esta iniciativa, se creía que la política de becar a los estudiantes menos favorecidos había llegado a su fin. Sin embargo, el presidente Duque entregó un parte de tranquilidad el pasado sábado. Ese día aseguró que mantendría su promesa de campaña de cumplir con los 40.000 jóvenes que lo conforman y además, entregó algunas puntadas de lo que tiene en mente. «Esos muchachos pueden estar tranquilos que van a terminar sus carreras», dijo.

En el Taller Construyendo País, la reunión que el primer mandatario hace cada semana en las regiones, Duque aseguró que existe una necesidad de aumentar más la cobertura de la educación superior. Con esto, el presidente tocaba el corazón a la principal crítica que tuvo el programa bandera de Juan Manuel Santos. Los más duros cuestionamientos se centraron siempre en que este apenas lograba beneficiar a 10.000 estudiantes por año, una cifra muy lejana de las necesidades del país.

El presidente presentó una fórmula diferente para poder becar a los estudiantes.»La cobertura exige que nosotros podamos incluir más universidades públicas en un programa de gratuidad y decirles a las universidades privadas que también pongan», aseguró. En esas dos vías está marcada la nueva propuesta que se presentará en un mes. La idea más que eliminar el programa es extenderlo a otros estudiantes y cambiar el sistema de negociación con los centros académicos.

El problema central de la continuidad de Ser Pilo Paga, tal y como lo diseñó la exministra Gina Parody, es la financiación. Según dijo la ministra de Educación, María Victoria Angulo, en diferentes entrevistas radiales, se necesitan cerca de 2 billones de pesos para financiar a los 39.990 estudiantes que hacen parte de este. Expertos consultados por SEMANA aseguraron que desde antes ya se sabía que el programa era insostenible. Como los jóvenes podían elegir no solo la carrera, sino también la universidad y la ciudad donde querían estudiar, el resultado fue que el 79 por ciento de los muchachos terminaron en las universidades privadas más costosas del país, en las carreras más caras y se concentraron solo en tres ciudades, Bogotá, Medellín y Cali.

El hecho de que universidades privadas como Los Andes, la Javeriana y la Sabana se quedaran con el mayor número de “pilos”, como se les llama a los jóvenes del programa, hizo que esos recursos que el Estado destinaba para ese fin nunca llegaran a las universidades públicas, y también disminuyó el dinero que estas últimas recibían del Estado. El 50 por ciento del presupuesto de la nación terminó en la bolsa de Ser Pilo Paga.

Un modelo que logre integrar tanto a las universidades públicas como a las privadas será la apuesta del nuevo gobierno. Se están estudiando sistemas como los que existen en otros países, en los que el Estado financia un monto, pero las universidades ponen una contrapartida. Gracias a Ser Pilo Paga algunos centros educativos privados recibieron un número muy alto de estudiantes becados por la Nación. En los primeros años, la Universidad de la Salle, la Javeriana y la Universidad del Norte contaban con más de mil alumnos por año. Mientras Los Andes, por ejemplo, cerca de 600 estudiantes, que representaban la tercera parte de todos los que ingresaban allí. Aunque algunas de estas pusieron ayudas para la manutención de los estudiantes, el grueso de los gastos corría por cuenta del Estado.

Otras universidades fueron más cautas y limitaron el número. Algunos rectores consultados por SEMANA sostuvieron que como no había seguridad de que el programa estuviera financiado por muchos años, decidieron ser prudentes para que luego, en caso de que este se acabara, los presupuestos de las instituciones no se afectaran. Los directivos cuentan que cada año el gobierno los llamaba a preguntarles si era posible que la universidad pusiera una parte, pero que esas ayudas nunca se pudieron concretar. «Estos programas se usan en el mundo, pero en Colombia -a diferencia de lo que sucede en otros países- no tuvieron cofinanciación. Si el Estado estaba pagando 40.000 estudiantes, por lo menos se esperaría que las universidades pusieran el 50 por ciento del valor de la matrícula», explica Julián de Zubiría, rector del colegio Alberto Merani.

Más allá de los costos el programa sí representó una verdadera revolución social para quienes fueron beneficiarios. Por primera vez, miles de jóvenes de los lugares más apartados del país lograron llegar a universidades de elite que sin la estrategia de Ser Pilo Paga, ni siquiera habrían podido soñar. Con esto, se logró reducir la brecha de inequidad, hubo un valor agregado del intercambio cultural y se aumentaron las probabilidades del 30 al 70 por ciento de que jóvenes de escasos recursos llegaran a universidades como Los Andes. Las historias de jóvenes de veredas, muchas golpeadas por el conflicto armado, entrando a estos centros académicos conmovieron al país.

El rector de la Universidad Icesi de Cali, Francisco Piedrahita, asegura que el programa «no es tan costoso como lo pintan» y que su desempeño no puede verse solo en números presupuestales. Agrega que «dejaron que el programa se difamara cuando era un éxito y que sufriera todo tipo de ataques. Lamentablemente el éxito, como en todo, solo se ve con el tiempo. En unos años se sabrá qué significó llevar a la universidad a estos estudiantes».

Sin embargo, para muchos, entrar a la universidad no debería ser un privilegio de los más pilos, sino de muchos más. Francisco Cajiao, exrector de la Universidad Pedagógica y la Universidad Distrital, le dijo a SEMANA: “A mí también me gustaría que fueran a estudiar a Londres a Nueva York, pero tenemos que ver cuántos jóvenes tenemos y cómo repartimos la plata. El programa no podía basarse únicamente en el mérito”. Cajiao agregó que hoy la cobertura en educación superior en Colombia es solo del 35 por ciento, un porcentaje muy bajo en comparación con otros países de América Latina que tienen coberturas del 50 por ciento o más. Entre estos están Chile que ha logrado una cobertura del 87 por ciento.

Según los expertos consultados, para que el país llegue a una cobertura similar necesitaría abrir al menos 600.000 cupos más. Ese cambio, sin embargo, no sucede de la noche a la mañana. Para que una universidad pueda abrir 1.000 cupos necesita renovar su infraestructura y contratar casi que una nueva planta docente. Victoria Elena González Mantilla, docente investigadora de la Universidad Externado de Colombia, le dijo a SEMANA que celebra la decisión del presidente de fortalecer las universidades públicas. Sin embargo, se pregunta ¿cómo lo va a hacer cuando el ministro de Hacienda, Alberto Carrasquilla, redujo el presupuesto de esta cartera en 33 por ciento? “Genera preocupación es que terminen por no subsidiar al grupo pequeño de estudiosos, y que por otro lado, tampoco se pueda hacer inversión en la universidad pública por los recortes que ha anunciado el gobierno”, agrega.

En cuanto a la idea que los estudiantes paguen una parte del dinero y que las universidades paguen otra, Dustin Tahisin Gomez, docente investigador de varias universidades y estudiante del doctorado en agrociencias de la Universidad de la Salle, explicó que después de terminar la carrera los jóvenes podrían devolver el 50 por ciento de lo que costó su educación para crear una bolsa de recursos para financiar la matrícula de las generaciones. Según él, también será necesario buscar que el sector privado se involucre realmente con la academia.

Lo que viene en las próximas semanas no será fácil. El gobierno comenzará a estudiar modelos y a formular propuestas. En este momento hay un equipo dedicado a este asunto que comienza por definir un nuevo nombre para ese programa. Se ha hablado de llamarlo «Todos somos pilos», pero la fórmula no convence a algunos que sienten que evoca un poco de espejo retrovisor. Se espera que el borrador se presente después de que los bachilleres presenten sus pruebas de Estado.

Fuente: https://www.semana.com/educacion/articulo/ivan-duque-programa-de-educacion-reemplazaria-a-ser-pilo-paga/582553

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